Disclaimer: Nada de esto me pertenece, la saga crepúsculo es propiedad de Stephenie Meyer y la trama es del webtoon y la novela "La emperatriz divorciada" de Alphatart y con arte de Sumpul, yo solo busco entretener y que más personas conozcan esta historia.
Capítulo 376. Arreglos del Vizconde Vulturi (1)
Jasper habló con calma, se sentó en una silla, sacó su espada y empezó a limpiar la hoja con una toalla seca. Los movimientos de su mano eran tan peligrosos que en cualquier momento podía cortarse.
El Marqués Karl miró a Jasper con preocupación y abrió la boca con cautela.
—Hmm... Su Majestad.
Jasper preguntó—¿Qué pasa? —sin siquiera mirarlo.
El Marqués Karl volvió a hablar.
—La Vizcondesa Clearwater ha dicho que la princesa se encuentra enferma...
Antes de que el Marqués Karl pudiera terminar de hablar, Jasper se detuvo. Sus ojos se entrecerraron por un momento, aunque resultaba difícil darse cuenta debido a su cabello, y preguntó fríamente.
—¿Quién es la princesa?
Esto era cierto. La bebé que no tenía una gota de sangre del Emperador no era una princesa. El hecho de que Glorym siguiera viviendo en el palacio imperial no era más que la última gota de afecto que le quedaba a Jasper.
El Marqués Karl, que había mostrado cierta simpatía por la bebé inocente, no estaba dispuesto a soportar la ira de Jasper por cuidar del segundo hijo de Irina.
—Bien, lo ignoraré.
El Marqués Karl se marchó y Jasper comenzó a limpiar su espada de nuevo.
Sin embargo, su velocidad era significativamente más lenta que antes. Su mirada también se desvió a otro lugar distinto a la espada.
Finalmente, la espada le cortó y la sangre brotó de su dedo.
Sin limpiarse la sangre, Jasper miró perdidamente la sangre roja que fluía por la espada blanca, luego cerró los ojos y llamó a un guardia secreto que actuaba como una sombra.
—Sí, Su Majestad.
—… Averigua por qué la bebé está enferma, y qué tan mal se encuentra.
—Sí, Su Majestad.
El guardia respondió con determinación sin mostrar ninguna emoción, luego se marchó.
Cuando Jasper se quedó completamente solo, bajó la espada y cerró los ojos.
La bebé no era su hija. Era la hija de Alec. Todavía le enfadaba no poder sacarse del todo a la bebé de su corazón.
Como una bola de hierro que descendía por una pendiente pronunciada, seguían sucediendo cosas que hacían aumentar la ira de Jasper.
Al día siguiente, se debió a la inesperada actitud de los Vizcondes Greengrass en el juicio.
—¡¿Qué significa esto?! ¡¿Cómo pueden defender a Irina?!
Cuando Jasper rugió, todos sus secretarios guardaron silencio. De hecho, no tenían nada que decir porque tampoco lo esperaban.
—Es absurdo.
Jasper sonrió impotente y apretó con fuerza los mangos del trono.
No fue Jasper quien trajo a los Vizcondes Greengrass, pero sabiendo que Irina había llegado como una esclava fugitiva, Jasper estaba convencido de que no eran los verdaderos padres de Irina.
Aunque el vínculo que desarrollaban los padres adoptivos al criar a un bebé no era inferior al de los verdaderos padres, los Vizcondes Greengrass no habían criado a Irina y se conocían desde hace poco tiempo como para sentir ese vínculo.
En una situación tan difícil, Jasper pensó que naturalmente culparían a Irina si se veían acorralados. Independientemente de que Irina estuviera realmente involucrada o no.
Pero en el juicio público, en el que los Vizcondes Greengrass fueron señalados por la gente, negaron categóricamente que Irina tuviera algo que ver.
Aun así, fue una gran decisión.
Debido a esto, la gente comenzó a murmurar que Irina realmente era hija de los Vizcondes Greengrass.
Todos sabían que los Vizcondes Greengrass habían aparecido hace menos de un año, por lo que pensaron que, si se trataba de una hija falsa, no harían esto.
—¿De verdad Irina no está involucrada en este caso?
—…
Incluso si realmente no estaba involucrada, muchos intentaban arrastrar a otros con ellos cuando estaban a punto de caer.
Además, el Marqués Karl se enteró por el Barón Lant que los Vizcondes Greengrass siempre recibían mucho dinero de Irina de una u otra manera.
No esperaba que tales sanguijuelas fueran agradecidas y leales.
—¿Qué va a hacer, Su Majestad?
Jasper consiguió calmarse después de un rato, y respondió fríamente.
—¿Qué voy a hacer? Es molesto, pero no puedo sumar un crimen que no es reconocido.
Aunque había planeado empezar por este caso para quitarle a Irina las posibilidades de defenderse una a una, aún había muchas formas de sacar a Irina de la posición de emperatriz.
En vez de intentar inculparla arbitrariamente por este crimen, y provocar que la gente dudara de la veracidad de otros crímenes, iba a dejarlo pasar.
Pero en cuanto Jasper lo aceptó, se le acercó una persona totalmente inesperada.
—No esperaba verlos aquí tan pronto.
Los Vizcondes Greengrass, que estaban recostados contra una pared dentro de su celda, levantaron repentinamente la cabeza al oír la voz de un hombre de mediana edad que les resultaba familiar.
Vieron a un hombre caminar de un lado a otro frente a los barrotes.
Era el Vizconde Vulturi.
Al ver su cara nada agradable, la expresión de los Vizcondes Greengrass se volvió rígida.
Irina solía decir muchas cosas malas sobre Vulturi.
Los Vizcondes Greengrass, que nunca se habían relacionado con el Vizconde Vulturi, naturalmente tenían una mala impresión de él.
Tal hombre se les había acercado en un momento en que se sentían miserables, con el orgullo herido y de mal humor.
Ante esto, la Vizcondesa Greengrass preguntó fríamente.
—¿Qué quieres?
Su actitud era ofensiva, pero el Vizconde Vulturi se rió burlonamente.
—Son unos idiotas y patéticos bastardos.
En respuesta al absurdo comentario, esta vez el Vizconde Greengrass se puso furioso y miró aterradoramente al Vizconde Aro.
—¿Qué estás haciendo aquí? ¿Viniste a burlarte de nuestra situación? Si es así, has venido al lugar equivocado. Ni siquiera intentamos matar a esa zorra de Astoria, y aunque nos incriminarán con pruebas falsas, no nos castigarán severamente por casi matar a una plebeya.
El Vizconde Greengrass sonrió con satisfacción mientras hablaba.
—Pero en tu caso es diferente. Te atreviste a introducir tu propia sangre en la familia imperial, es equivalente a una conspiración para usurpar el trono. ¿No deberías cuidar tu propio cuello primero?
No se llevaban tan mal como para arremeter contra el Vizconde Vulturi, pero estaban mentalmente atrapados.
El orgullo de proteger a su hija Irina les hacía seguir adelante, pero era difícil soportar los señalamientos de la gente.
Sin embargo, el Vizconde Vulturi estaría en una situación peor que ellos en el futuro, por lo que intentaron tranquilizarse un poco insultándole.
Aunque en vez de asustarse, el Vizconde Vulturi sonrió amargamente.
De repente, se preguntó si las cosas habrían sido diferentes si en vez de buscar a Jane hubiera tomado medidas enérgicas con Alec.
Después de pedir a Jane que volviera al territorio, fue a la mansión para averiguar más sobre la situación. Allí se enteró de que Alec había llevado a Ian al palacio imperial para reunirse primero con Jasper y luego con Irina mientras él estaba ausente.
Era como llevar aceite en una mano y fuego en la otra.
Por muy doloroso que fuera que los Vizcondes Greengrass lo culparan de esto, el Vizconde Vulturi lo reconoció a regañadientes con una amarga sonrisa.
—Es cierto.
En el momento en que los Vizcondes Greengrass dudaron ante su actitud sincera. El Vizconde Vulturi se rió de forma cruel y sarcástica.
—Si bien mi cuello está en peligro, no tengo nada de qué avergonzarme porque moriré para proteger a mi familia. ¿Pero qué hay de ustedes? ¿No intentaron matar a su verdadera hija por el bien de una hija falsa que no criaron?
