Disclaimer: Nada de esto me pertenece, la saga crepúsculo es propiedad de Stephenie Meyer y la trama es del webtoon y la novela "La emperatriz divorciada" de Alphatart y con arte de Sumpul, yo solo busco entretener y que más personas conozcan esta historia.
Capítulo 430. ¿Se Ha Vuelto Loco? (1)
Mientras tanto, Edward estaba decaído en la silla de su escritorio.
Se había separado del Emperador Jasper tras una breve charla de bienvenida, no era de extrañar que estuviera molesto. El mal humor también había mermado su motivación, por lo que ahora no quería hacer nada.
Afortunadamente, el propio Jasper había dicho que no podía hablar mucho porque no se sentía bien, pero...
—Tenía buen aspecto.
Por supuesto, que Jasper pareciera estar bien por el uso de la magia curativa de Astoria no implicaba que se hubiera recuperado del todo, pero tenía mucho mejor aspecto del que esperaba.
El problema es que...
—Fue extraño, me molestó un poco hablar con él. ¿Qué piensas, McKenna?
—Edward te molestas cada vez que ves al Emperador Jasper.
—Es cierto. ¿Pero no te pareció especialmente extraño hoy?
—No soy cercano al Emperador Jasper como para afirmar que, 'hoy estaba especialmente extraño'.
—Eso también es cierto.
Edward solo asintió. Normalmente discutiría con McKenna, pero hoy no estaba de humor para hacerlo.
'Bienvenido al Imperio Occidental. Es un placer estar aquí. Gracias por prestarnos al grupo de magos. Me complace poder ayudar. La conversación fue intrascendente, pero...'
—Sus ojos estaban un poco raros.
—Se veían puros y brillantes.
—Exactamente. Antes no tenía ese brillo en los ojos.
Edward se puso más serio y se frotó la barbilla.
—En su situación actual, no debería haber motivos para que sus ojos brillen.
El estado de Jasper era realmente dudoso. Edward ni siquiera se dio cuenta de que McKenna había descrito hermosamente los ojos de Jasper para molestarlo.
Debido a esto, McKenna comenzó a pensar seriamente en cómo había visto a Jasper hace un rato. Él estuvo presente cuando Edward dio la bienvenida a Jasper.
Pero mientras lo recordaba, no encontró nada inusual.
El Marqués Karl parecía cuidar especialmente al Emperador Jasper, pero... tal vez se debía a que no se había recuperado del todo.
En ese momento, llamaron a la puerta.
—Adelante.
La persona que entró inesperadamente fue Leah. Además, sostenía una pintura cubierta con una tela.
—¿Leah? ¿Qué es eso?
—Este es un regalo de la Emperatriz para Su Majestad.
—¿Un regalo?
Leah se acercó rápidamente y extendió la pintura. McKenna la recibió y la colocó sobre el escritorio de Edward.
Edward parecía desconcertado, pero levantó la tela con cierta expectación. Pero menos de dos segundos después, volvió a cubrir la pintura y preguntó a Leah.
—¿Este es un regalo? ¿Estás segura?
—Sí, la Emperatriz lo pintó ella misma para Su Majestad.
Una vez que Leah se inclinó y se marchó, Edward preguntó a McKenna mientras volvía a levantar la tela que cubría la pintura.
—¿Qué crees que significa esto, McKenna?
McKenna examinó seriamente la pintura.
La pintura se centraba en una lápida, en la cual la tierra alrededor había sido excavada por la mitad y se podía ver una tumba a medias. Sobre la tumba había dos anillos de boda entrelazados y el fondo era un cementerio. Todo representado de forma realista.
—El Emperador Jasper está aquí, así que compórtate correctamente. Si no lo haces, te enterraré en una tumba. Esa tumba es para ti... No, ya sé. Es más como, 'Si no te comportas correctamente, nuestro matrimonio será enterrado en una tumba'.
A Edward le pareció tan absurdo que lo negó rotundamente—No, definitivamente no es eso.
El canciller, que escuchaba la conversación desde la distancia, se acercó con cuidado.
—Estoy bien versado en las artes, particularmente en la pintura, Su Majestad. Si el regalo es una pintura, puedo interpretarla para usted.
Cuando Edward le mostró la pintura, el canciller la examinó meticulosamente de arriba abajo varias veces. Poco después, asintió con la cabeza como si lo hubiera comprendido.
—¿Qué significa?
En cuanto Edward preguntó sin demasiadas expectativas, el canciller explicó convencido.
—Los dos anillos de boda simbolizan una pareja, mientras que la tumba simboliza una mente cansada. En otras palabras, Su Majestad está ahora insatisfecha con el matrimonio.
—¡¿Qué?!
—La Emperatriz quiere decir con esta pintura, 'Hazme feliz'.
Edward consideró absurdas ambas interpretaciones, por lo que ordenó indignado a McKenna y al Canciller que se retiraran.
Sin embargo, estaba un poco nervioso. Bella no era del tipo de personas que envían un regalo con un significado negativo sin motivo...
—Aun así, tenía curiosidad. ¿Hice algo que no le gustó? ¿Intentó expresarlo en una pintura porque le resultaba difícil decirlo directamente? ¿Será porque me burlé demasiado cuando se hizo pasar por una plebeya?
¿Qué dirá Edward cuando me reúna con él para cenar? ¿Me pedirá disculpas por haberse burlado antes de mis habilidades artísticas? ¿Se mostrará conmovido por el significado de mi pintura? ¿Ahora no estará decaído?
No me importa lo que diga. Sólo espero que Edward vuelva pronto y esté mejor.
Sin embargo, alrededor de las 6 p.m., uno de mis ayudantes vino antes de que Edward volviera y dijo.
—Su Majestad. La inundación podría ocurrir en cualquier momento, así que debemos enviar a los magos a Yorne lo antes posible. El Emperador Jasper dice que la ayuda de Su Majestad también es necesaria en este asunto.
Por supuesto que era una excusa. ¿Por qué se necesitaría mi ayuda para enviar a los magos a Yorne?
Si se entra en cuestiones concretas sobre cómo se construirá la represa temporal, no había espacio para que yo interviniera. En este sentido, tampoco había espacio para que Edward interviniera. Era una cuestión que debía discutirse con los expertos.
¿Pero quiere que esté presente a pesar de que no soy la persona al mando ni experta en la materia?
Era evidentemente un capricho de Jasper.
—¿Por qué es necesaria mi presencia?
—El Emperador Jasper escuchó que Su Majestad fue quien ideó este plan.
¿Es porque se me ocurrió a mí? Es una buena excusa.
Aunque no quería hacerlo... no podría evitarlo durante 15 días.
—¿Dónde está Su Majestad Edward?
—Está en el Salón Nocturno con el Emperador Jasper.
Asentí, me acomodé el vestido y salí.
Mi asistente me dijo que Jasper y Edward estaban en el 'Salón Nocturno', que se utilizaba para celebrar pequeñas reuniones, así que fui directamente allí.
Mientras caminaba, traté de mantener mi expresión lo más fría posible.
No iba como su ex-esposa, sino como la emperatriz de un país vecino. Debía trazar esa línea tanto como fuera posible.
Aunque después le agradezca por enviar a Astoria, por el momento tenía que mostrar una actitud dura y poco amistosa.
Eventualmente, llegué frente a la sala de reuniones.
Mientras los caballeros abrían las puertas, respiré hondo y moví los hombros para mantener la calma.
Pronto las dos puertas se abrieron por completo, revelando el impecable espacio interior.
Jasper y Edward estaban sentados uno frente al otro con una mesa en medio. Cuando entré, ambos se levantaron de la mesa y se giraron hacia mí.
Tras saludar cortésmente a Edward, me volteé hacia Jasper. Iba a saludarlo como es debido antes de volver a centrar mi atención en Edward.
Pero en el momento en que nuestras miradas se encontraron. Lo que vi no fue al Jasper que sufría frente a la mansión de mis padres aquella noche, tampoco al Jasper enojado por su orgullo herido en la Corte Suprema, ni al Jasper que me miró como pidiendo ayuda al pasar por delante suyo en el carruaje.
Una persona hipnotizada.
Tenía la mirada de una persona completamente hipnotizada después de ver algo sorprendente.
