El ángel de la muerte se acercó al Border Collie tomándolo del pelaje para sacarle un ojo de la cara, haciendo que Mackenzie sintiera dolor a tal grado que lloró sangre y lágrimas, el dolor le era insoportable.

—¿crees que te vas a salvar de que yo te arranque tu cuerpo?

—Claro que sí! —Entonces Mackenzie le corto el brazo derecho con el cual le sostenía—, puedes intentar matarme cuantas veces quieres, pero no me voy a rendir, voy a ser lo que tenga que hacer para estar con los que amo.

Entonces Mackenzie se abalanzó contra la muerta para seguir peleando, pero por más que Mackenzie quería apuñalarlo, no le era posible, el ángel de la muerte sabía dar pelea al Border Collie. Con un golpe, Mackenzie cayó al suelo haciendo que el ángel se levantara.

—¡Ja!, solo tienes una hoz en tus manos —se burló.

—Pues con esta misma me lleve a tu abuela —replicó el ángel de la muerte.

Mackenzie sintió un escalofrío cuando le dieron respuesta por su burla, esto iba en serio, podía perder su alma si no debajo de burlarse de que tenía poco de los elementos con los que podía derrotarlo. Pero al solo tener la coraza, y la espada, era fácil tumbarlo: Mackenzie al pisar por completo con sus pies volvió el ardor en sus pies.

—Oh, veo que los celos por Jean-Luc aún te hacen efecto, al menos eso le heredaste a tu madre —comentó el ángel de la muerte.

—Oh, no.

Entonces Mackenzie fue tomado de su piel para ser lanzado por lo cielo, el ángel subió para golpearlo con dirección hacia el ángel de la vida que aún estaba arreglando el recuerdo que el ángel de la muerte había modificado para despertar los celos de Mackenzie.

—¡Ah…! —Mackenzie gritaba, ya que estaba cayendo en dirección del ángel de la vida, el ángel sabía lo que su hermano había hecho. Por lo tanto, uso su poder para detener al Border Collie—. Te tengo.

—Oh, gracias a Dios que no me dejaste caer.

—Yo no usaría mucho esa frase. No vaya a ser que Él te castigue por usar su nombre en vano.

Mackenzie al escuchar este trago saliva porque el miedo de ser juzgado por Dios. El ángel vio que Mackenzie le faltaba un ojo a demás, de que le sus pies desprendían un olor a parrillada—. Veo que el ángel de la muerte te dio una buena paliza, déjame restaurar tu ojo.

—Gracias.

El ángel usó su mano poniéndola en la cuenca del ojo faltante para que naciera un ojo nuevo para que Mackenzie pudiera volver a ver bien los recuerdos faltantes.

—Quiero que mires bien el recuerdo, lo que realmente está sucediendo.

Mackenzie observó el instante preciso en el que Bluey se encontraba bajo la sombra del árbol para leer el libro que había tomado "prestado" y vio que Jean-Luc le saludó y ella se estremeció, a punto de revelar sus emociones cuando el teléfono celular de la Heeler sonó, le dijo al Labrador que su novio le estaba hablando. El Labrador quería llorar, sus sentimientos no serían correspondidos. Sin embargo, La Blue Heeler no estaba muy feliz de saber que su amiga Poodle estaba cuidado a su amado. Aunque se calmó, aún le disgustabaque estuviera ahí. De repente se escuchó como el corazón de Mackenzie comenzaba a fallar, Mackenzie podía estar dejando este mundo. Bluey preguntó qué era lo que sucedía, a lo que la señora Border Collie colgó la llamada porque se preocupó por su hijo.

—Oh, esto sucedió hace unos minutos…

Bluey estaba preocupada, no quería quedarse sin novio tan pronto, pero ellos no se irían hasta el día siguiente, pero Bluey no pida esperar, necesitaba irse, y rápido, se le había olvidado que había estado hablando con el Labrador a quien dejo solo. Bluey tomo sus cosas para subirlas a Bobo: con mucho cuidado de no ser vista para su padre, tomo las llaves del auto para hacerlo arrancar. Todos los Heeler se dieron cuenta de esto, no pudieron detenerla, Bluey se había regresado a la ciudad de Brisbane.

—Genial, Bluey nos dejó sin forma de regresar —se quejó Bandit.

—Tranquilo hermano, yo los llevó de regreso.

—Ah… Esa niña está totalmente enamorada de ese Border Collie —suspiró Bandit al ver su carro irse.

Bluey al ir a una velocidad grande, el oficial de tránsito no dudo en detenerla. Bluey se percató de esto al ver por el retrovisor que era perseguida por una motocicleta.

—Genial, ahora seré detenida por ir a gran velocidad.

La Heeler se estacionó donde a la orilla de la carretera para hablar con el oficial, el cual apago su vehículo para hablar con Bluey.

—Hola, señorita Heeler —la saludo el oficial.

—Hola, señor oficial.

—¿sabe por qué la detuve? —preguntó.

—¿Por qué iba a gran velocidad?

—¿Tiene su licencia de conducir?

—Sí, aquí tiene. —La Blue Heeler saco de su cartera su licencia de conducir para que la viera el oficial.

—Muy bien, solo le dejaré un aviso y por favor, vaya con cuidado, que nadie se le va a morir, a no ser que sea usted —dijo el oficial para encender su motocicleta e irse.

Eso dejo intranquila a Bluey quien comento a conducir con más calma y esperando a que su amado Border Collie no fuera a ir de este mundo. Tomando precaución de no llamar más la atención de ningún oficial de tránsito, Bluey llego a Brisbane. Pero no estaba ni cerca del Hospital.

—¡Esto debe ser una broma! —rabió la Heeler al ver el tráfico.

Era algo que no le gustaba para nada, pero estaba perdiendo su tiempo, sentía que Mackenzie estaba en peligro con Coco cerca. Debía llegar, tenía que estar con él, no quería que la Poodle rosa fuera a decirle que ella estaba con Jean-Luc en lugar de estar con él, ella era para el Border Collie, su corazón así se lo dictamino.

Durante dos horas estuvo en el tráfico, pero por fin llegó al hospital, estaba apresurada. Al llegar a terapia intensiva.

—¡TÚ! ALEJATE DE MI BORDER COLLIE —exclamó con fuerza para correr a la Poodle de la habitación.