CAPÍTULO 9
"¡Estas haciendo trampa!"
"¡Tu esposa es el banco, esa debería de ser mi línea!" Le respondí a Bandit luego de la falsa acusación.
Actualmente habíamos pasado toda la tarde jugando al Monopoly. Luego de frustrase jugando ajedrez, decidió cambiar de juego, a lo cual sugerí Monopoly, por ovias razones. Bandit terminó aceptando, y mientras arreglábamos el tablero, regresaron Brandy y Chilli. Ambas tenían los ojos algo rojos, y partes del pelaje parado y desordenado.
Cuando Brandy se acercó a Mort y a mí, nos dijo que nos pondría al corriente más tarde. No sin antes agradecerme por alguna razón, como si yo hubiese ayudado en algo.
Retomando nuestro actual momento, nos habíamos dividido por equipos. Bandit y Bluey fueron los primeros en juntarse. Luego, para mi total sorpresa, Brandy le preguntó a Bingo se quería jugar con ella, lo cual emocionó a la pequeña. Finalmente, Mort y yo fuimos solos, le pregunté si deberíamos jugar en equipo, pero se negó, dijo que sería más divertido así. Chilli decidió ser el banco, lo cual nadie cuestionó.
El inicio fue normal. Llegó el almuerzo mientras jugábamos, comida tailandesa, bastante buena. A medida que avanzaba la partida, estaba claro quienes sabían jugar más que otros. Brandy estaba haciendo todo lo que Bingo le dijera que hiciera, supuse que le dio prioridad a la diversión de la pequeña, por encima de la victoria. Bandit, por otro lado, jugaba serio. Bluey en su mayoría tenía la tarea de tirar los dados, lo cual les valió dos veces ir a la cárcel luego de sacar tres pares seguidos. Bluey se había puesto triste por eso, pero le aseguré que a veces era mejor estar en la cárcel.
Mort jugó a su ritmo, y Chilli ayudaba a Bluey y Bingo a hacer las cuentas. Se sorprendió un poco que yo no necesitara ayuda, pero lo aceptó rápido cuando pagaba y cobraba sin problemas. Todo fue diversión, hasta que la partida avanzó más.
Brandy y Bingo fueron las primeras en perder, Brandy le dijo que ganaron vacaciones y ya no necesitaban comprar más, lo cual emocionó a Bingo, quien trajo gafas y un sombrero de viaje para ella y Brandy. Mort fue el siguiente en quebrar, simplemente se encogió de hombro, limitándose a ser un espectador el resto de la tarde. Ahora solo eran Bandit y Bluey contra mí, pero la resistencia era inútil.
Tenía el ochenta y cinco por ciento del tablero comprado, donde los jugadores tenían más posibilidades de caer, construí tres casas para maximizar las ganancias. Honestamente, la única razón por la que ellos no habían perdido era la suerte de Bluey, caían en sus propiedades o en espacios de cartas. Eso los sostuvo por un tiempo, pero cuando caían en mi territorio, les cobraba. Bandit ya había hipotecado todas sus propiedades, y no podía pagarme en este momento. Era mi victoria.
"Bandit, solo acepta que ganó, tengo que preparar la cena." Dijo Chilli luego de un suspiro. Creo que ya estaba aburrida.
"…Esta bien." Le respondió Bandit luego de un fuerte suspiro.
"No te preocupes papá, ganaremos la próxima vez." Dijo Bluey mientras le daba palmaditas a un costado. Dudaba que alguna vez me ganaran, pero me ahorré el comentario.
Me estiré y relajé, llevaba un par de horas sentado y sentía la urgencia de pararme y dejar fluir la sangre por el cuerpo.
Brandy se acercó a Mort y a mi luego de dejar a Bingo las gafas y el sombrero. Tenía una gran sonrisa cálida en su rostro.
"Busquemos un sitio para hablar." Brandy nos llevó fuera de la cocina, al segundo piso. Entramos a una pequeña habitación que claramente era para invitados, tenía una cama mediana, una mesita de noche y un armario. En gran medida la habitación estaba desocupada.
Al entrar, Brandy cerró la puerta, y quedamos los tres. Ella estaba de espaldas hacia nosotros, aun sosteniendo la perilla con su pata. Noté que estaba temblando un poco, y justo cuando Mort iba a hablar, Brandy giró sobre sus talones con algunas lágrimas en los ojos, y corrió a abrazar a su padre.
Brandy prácticamente tacleó a Mort, haciéndolo caer en la cama. Brandy estaba llorando descontroladamente sobre su padre, pero no era un llanto de tristeza, ella parecía feliz. Mort estuvo en shock por un momento, pero después pasó a abrazar a su hija. La humedad empezó a cubrir sus ojos, y finalmente la leve membrana de lágrimas se rompió como una presa.
No mentiré, me sentía algo incómodo por presenciar esto. No me mal entiendan, estaba feliz por Brandy, pero me sentía en conflicto. Verlos así me hizo pensar en mis padres, y una ola de nostalgia recorrió mi cuerpo, degradando poco a poco mi estado de ánimo.
No obstante, no arruinaría el momento de Brandy, forcé una sonrisa y les di espacio. Me imaginé a mis padres llorando así si hubiese regresado de entre los muertos, pero eso nunca sucedería.
Al cabo de un buen rato, los dos adultos se habían tranquilizado, y poco a poco se fueron separando.
"Entonces, ¿Qué fue lo que hablaron ustedes dos?" Preguntó Mort, aún agitado por el conmovedor momento.
"Simplemente lo hablamos, y lo dejamos salir todo." Respondió Brandy, aun enterrando su cabeza en el pecho de su padre.
"Sabía que podías hacerlo cariño. Estoy orgulloso de ti." Mort abrazó fuerte a su hija, hasta que ella se separó de él y se incorporó, dándole el espació que necesitaba para ponerse de pie nuevamente.
"Gracias a ti también, Weis." De repente mi nombre… apodo salió de la nada. Levanté una ceja y miré a Brandy, quien ahora me miraba.
"No creo haber hecho algo digno de agradecimiento." Le dije, sonando algo cortante, pero no mentía. Ella fue quien lo hice todo. "Igualmente lo hubieses arreglado sin mí."
"Puede ser, pero no se cuanto más hubiera tardado, así que, aunque no lo creas, aprecio tu ayuda." Dijo mientras se paraba y ahora era yo el receptor de un abrazo.
"Me alegra haberte sido de ayuda." Quería refutarlo otra vez, pero las palabras que salieron de mi boca fueron diferentes. "¿Y ahora qué?"
Brandy y Chilli habían arreglado su problema familiar en un día, así que supuse que nos iríamos esta noche a la casa de Mort y continuaríamos nuestra vida sin más, pero no fue el caso.
"Ahora, yo me retiraré a la casa, mientras ustedes pasan aquí la semana." Anunció Mort, como si ya estuviese la decisión escrita en piedra.
Brandy rompió el abrazo y miró a su padre igual de confundida que yo.
"¿Estás seguro?" Respondió Brandi. Para mi sorpresa no estaba en desacuerdo con la idea, pero en retrospectiva tenía sentido. Brandy y Chilli estuvieron separadas por no sé cuánto tiempo, pasar una semana juntas era lo mínimo que podrían hacer.
"Lo estoy, tienen que recuperar el tiempo perdido, y tú," Dijo mientras me señalaba. "tienes que conocer más a la familia, pasaremos más tiempo juntos."
No iba a quejarme. Esto era por Brandy, pasar una semana en esta casa no será un problema si eso la hace feliz. Quizás si ella pudo arreglar sus problemas con su hermana, yo pueda dar un paso más y tratar de superar mi repulsión a socializar.
Y así, se decidió. Mort regresaría a casa, mientras Brandy y yo convivíamos con la familia.
Pasamos un rato en la habitación, principalmente dejando que Brandy se calmara, y sus ojos regresaran al habitual blanco perlado. Una vez todo estuvo arreglado, salimos a hablar con la familia.
Aún estaban arreglando la mesa luego del juego. Bluey y Bingo le preguntaban cosas del juego a Bandit, como por qué era bueno comprar mucho y el por qué era bueno estar en la cárcel, si se suponía que ahí estaban los perros malos. Fue divertido verlas tratando de entender el concepto del capitalismo, recordándome a mi cuando fui joven.
"¡Abuelo!" Gritaron las dos niñas al vernos entrar.
Mort fue directo a donde estaban ellas, mientras Brandy se dirigía hacía Chilli en la encimera de la cocina. Por mi parte me quedé en el centro de la cocina, algo perdido, ya que no sabía que hacer o a quien dirigirme, así que me quedé pensando, quizás demasiado.
"¿Todo bien, campeón?" Me preguntó Bandit, sacándome de mis pensamientos.
"Eh, sí claro, todo bien por acá" Le respondí con una sonrisa tranquila, tratando de parecer lo más normal posible.
"¿Dónde aprendiste a jugar ajedrez así? Eres bastante bueno." Preguntó Bandit mirándome con genuina curiosidad, y en ese momento me preocupé de haberlo llevado demasiado lejos.
"Mi abuelo y mi papá me enseñaron." Respondí.
"Oh, ya veo." Dijo Bandit asintiendo, algo nervioso, llevándose la pata a la nuca y mirando hacia otro lado. Parecía incómodo. Rápidamente caí en cuenta que la incomodidad se debía a haber mencionado a mi familia biológica, supuse que asumió que era un tema delicado, pero justo cuando iba a responderle que no se preocupara, Chilli llamó la atención de toda la habitación.
"Papá, ¿De verdad tienes que irte?"
"¡Que!" Gritaron las dos niñas. "Abuelo, no te vayas." Terminó diciendo Bluey, algo triste mientras miraba a su abuelo.
"Lo siento niñas, pero no puedo dejar la casa sola." Les respondió con una sonrisa mientras le daba palmaditas a Bluey y Bingo en la frente.
"No se preocupen niñas, su primo y yo nos quedaremos toda la semana." Anunció Brandy, lo cual arregló el humor de las chicas, ahora sus colas se agitaban y corrieron directamente hacia ella.
"¿De verdad?" Preguntó Bingo.
"De verdad." Confirmó Brandy.
"¿Eso significa que Weis va a ir conmigo a la escuela?" Preguntó Bluey, incluso más emocionada que antes. Pude sentir como mi pecho se contraía por la repentina pregunta.
Entré en pánico, simplemente mi mente dejo de funcionar, o quizás a funcionar de más, múltiples recuerdos atravesaron mi mente a la velocidad de la luz, traicionando mi lado racional y llevándome de regreso a primaria, junto con aquellos niños, siendo niños.
"No, lo siento Bluey. Weis no irá a la escuela." Aclaró Brandy.
"¡Qué! La escuela es super divertida." Dijo Bingo, sorprendida.
"Bueno…" Brandy se puso nerviosa, desviando la mirada y pidiendo ayuda a los demás adultos en la habitación.
"Bluey." Le dije mientras me acercaba a ella, recuperándome del pequeño lapsus metal. "Llegué hace una semana a Australia, aún es muy pronto para que me inscriba en una escuela." Le dije mientras traía mi sonrisa comercial. Quería evitar el tema todo lo posible.
"Pero son las reglas," Me respondió mientras se erguía, adoptando un tono en la voz digno de un sermón. "Los niños van a la escuela mientras los adultos trabajan." Dijo ella.
"Bluey, no puedo ir a tu escuela sin estar matriculado, así no funciona."
"¿Por qué?"
"Porque," dije mientras toma aire, "Las escuelas cuestan dinero, si no pagas, no puedes asistir." Le dije tratando de poner fin a la conversación, diciendo la simple lógica más obvia por la cual no podría asistir, pero…
"¿Las escuelas cuestan dinero?" Me preguntó, y por reflejo giré mi cabeza como una lechuza a toda velocidad, mirando directamente a Bandit.
No le estaba recriminando nada, de hecho, estaba pidiendo ayuda. Esto escaló muy rápido y temía haber tocado un tema que se suponía no debía tocar.
"Niñas, ¿Quieren ayudarnos a mí y a su tía a preparar la cena?" Dijo Chilli en un tono animado, antes de que alguien más lo hiciera.
"¡Si!" Dijeron ambas.
Afortunadamente el caso se había cerrado, al menos por ahora. Suspiré aliviado, y vi como ambas ayudaban a Brandy y Chilli a preparar la cena. Bandit me llamó y noté que estaba sentado junto a Mort, quien me llamó con la pata. Sin nada mejor que hacer, fui junto a ellos.
"Lamento haber tocado un tema difícil de tratar." Empecé disculpándome. Debido a mi falta de cercanía a los niños, ignoraba que temas se supone que sabían, o a que edad se enteraban del funcionamiento del mundo.
"Está bien, no te preocupes por eso compañero." Me respondió Bandit, con una cálida sonrisa y algo riendo entre dientes. "Eres bastante maduro para tu edad."
"Gracias por la observación." Respondí. Si él entendía eso y evitaba tratarme como un niño en el futuro cercano, solo podía agradecerle.
"…Entonces, ¿Tus padres te enseñaron a jugar Monopoly también?"
"...Si, algo así." Respondí, había jugado con ellos algunas veces, a mamá no le gustaba, siempre perdía, y al pasar de los años papá ya no pudo ganarme más.
"Si no te molesta que pregunte," Dijo Bandit, acercándose a mí y susurrando. "¿Qué les pasó a tus padres?"
Respiré hondo sorprendido por lo directo de la pregunta. Aunque algo alterado, traté de calmarme y responder.
"Simplemente me vi obligado a separarme de ellos, preferiría no hablar de eso, si no le molesta."
"Está bien, solo quiero que sepas que, si necesitas hablarlo algún día, tanto Chilli como yo estaremos aquí para ti."
"Brandy y yo también estaremos ahí para ti niño." Añadió Mort.
"Gracias, realmente lo aprecio." Les respondí con una sonrisa algo avergonzado, realmente había terminado con una agradable familia. "¿Y en qué trabajas Bandit?" Quería saber más de mis nuevos tíos, eran bastante agradables y tenían una buena relación con sus hijas.
"Bueno, soy arqueólogo. Mi trabajo es investigar y registrar los restos de nuestro pasado, para aprender más de nuestros antepasados."
"Wow, eso es increíble." Siempre me había gustado la historia. Amaba leer sobre el pasado y jugar juegos históricos de estrategia. "¿Cómo Indiana Jones?" Sabía que no era lo mismo, ni por asomo, pero quería que supiera que tenía un referente.
"¿Así se le llama en tu país? Aquí le decimos Indiana Bone."
Ah, ahí están los juegos de palabras. Me reí entre dientes y continuamos la charla. Indiana Bone fue su inspiración para estudiar arqueología, amaba las películas, pero me dijo que la arqueología no era como en las películas. Era menos acción y más investigación y trabajo de campo.
Pasó el tiempo y la cena estuvo lista. Bluey y Bingo ayudaron a poner la mesa, así que decidí ayudarlas. En poco tiempo todo estuvo hecho, y nos sentamos a cenar. Fue agradable, Bluey seguía insistiendo en que debía de ir a la escuela, eso fue hasta que Chilli le advirtió que no siguiera. Continuamos hablando, y me enteré de que Chilli trabajaba como guardia de seguridad en el aeropuerto de la ciudad.
Fue agradable. Ya luego de terminar y retirar la mesa, Bluey dijo que debíamos de tener una pijama, a lo cual me negué, por obvias razones. Mort que estaba relajado en su silla se incorporó al escuchar la petición de la pijamada y me ayudó a evitarlo. Terminé diciendo que estaba muy cansado por el día, y solo quería dormir. Bluey entristeció, así que le prometí jugar mañana. Pese a mis incomodidades, sentí que tenía que intentarlo.
Mort partió al amparo de la noche. Brandy habló unas cosas con Chilli mientras Bandit dormía a las niñas. Cabe recordar que no vinimos preparados para quedarnos una semana, así que tendríamos que comprar cepillos de dientes más adelante.
Brandy y yo terminamos yendo a la habitación de invitados, y tuvimos una pequeña discusión. Le dije que tomara la cama, mientras yo dormía en el sofá. Ella se negó y simplemente me dijo que me acostara, por muy mal que pueda sonar. Perece que pequé de insistente, ya que se terminó hartando y me arrojó a la cama. Fue incomodo por una hora, pero ella se durmió como un tronco, efectivamente había sido un día bastante pesado. Terminé cerrado los ojos, dejando que la oscuridad reclamara mi conciencia.
…
….
…..
Lentamente pude sentir como despertaba de aquella oscuridad, sin un sueño o pesadilla a la cual recurrir, mis noches eran un parpadeo. Lo positivo era que desde que me transformé en un niño, ya no me despertaba agotado mentalmente. Traté de moverme, pero estaba firmemente sujetado, lo cual provocó que poco a poco recordara mi situación y en donde estaba.
Tras despertarme por completo, noté que estaba firmemente sujetado como un peluche. Brandy pasaba su brazo derecho sobre mi pecho, con un firme apretón que me hacía imposible zafarme por mi cuenta. No podía ver su cara, pero escuchaba su suave respiración en mis orejas. También sentía su pecho subir y bajar lentamente.
Una parte de mí no quería despertarla, pero la otra parte quería patearla y alejarla lo más posible de mí, me sentía bastante incomodo por toda la situación, pero despertar a una militar cinta negra de karate con un golpe no parecía una opción inteligente.
"…Brandy." Dije con un pequeño susurro, no quería despertar a toda la casa. "Brandy…" Repetí, pero sin éxito. "…Brandi." Esta vez moví mi cabeza en círculos, frotando mi pelaje contra el suyo, esperaba darle algo de comezón para que despertara, y parece que mi plan fue un éxito, ya que pude escuchar un débil gemido de molestia.
"¿…Que?" Respondió ella aún entre los mundos del sueño y la vigilia.
"Brandy, despierta y suéltame, por favor." Le dije, ya adoptando un tono algo más fuerte, pero sin sonar molesto.
"¿…Qué?" Parece que finalmente había despertado, pude sentir un fuerte resoplido cerca a mis orejas, seguido por un bostezo. Poco después me soltó, y no perdí el tiempo en alejarme a toda velocidad y pararme de la cama. "Buenos días Weis." Dijo mientras se frotaba los ojos.
"Buenos días Brandi, vero que dormiste como un troco."
"Si, hacía años no dormía así de bien." Me respondió mientras se incorporaba en la cama. Estaba hecha un desastre, tenía el pelaje rebelde, y asumí que no era la única, probablemente yo estaba igual o peor, considerando que tenía el pelo más largo que ella.
"Me alegra escucharlo." Pensé en recriminarle mi secuestro nocturno, pero no valía la pena sacar el tema, ella había estado dormida.
"Aunque tus ronquidos no ayudaron, me despertaste como a las tres de la mañana."
"No sé de qué hablas," Le respondí. "Yo no ronco." Brandy puso los ojos en blanco mientras se paraba, hizo unos cuantos ejercicios de estiramiento, los cuales imité, ya que también me sentía rígido.
Al poco tiempo escuchamos pasos provenientes del pasillo, así que Brandy y yo pegamos la oreja a la puerta para poder escuchar mejor.
Escuchamos una voz aguda, seguida de unas risitas. No sabía si era Bluey o Bingo, pero al poco tiempo escuchamos pasos más pesados. Escuché el picaporte de la puerta moverme, y alcancé a retirar mi cabeza de la puerta, justo antes de caerme.
Brandy había abierto la puerta, y tuve que correrme, ya que esta habría para adentro. Ambos salimos y vimos a un dormido Bandit caminando con una enérgica Bluey, quien daba pequeños saltos a su alrededor.
"Buenos días familia," Dijo Bandit con un gran bostezo. "¿No los despertamos verdad?"
"No, ya nos habíamos levantado." Le respondió Brandy.
"¿Quieren acompañarnos al parque?" Nos preguntó Bluey, emocionada y sacudiendo la cola de un lado a otro.
"Oh, bueno no lo sé…"
"Prometiste que hoy jugaríamos, y quiero que conozcas a mi amiga Winnie." Iba a negarme por reflejo, pero Bluey me interrumpió, recordándome que, de hecho, había prometido eso.
"Bluey, no debemos obligar a tu nuevo primo a hacer cosas que no quiere." Le dijo Bandit, sonando ya más despierto que antes. A Bluey se le bajaron las orejas, y parecía genuinamente triste.
"Está bien Bandit, no me importa acompañarlos al parque."
"¡¿De verdad?!" Gritó Bluey lo bastante fuerte como para despertar a toda la casa, recuperando su estado de ánimo en un santiamén.
"De verdad, ¿Bingo nos va a acompañar?" Pregunté ya que se me hacía extraño no verlas juntas.
"No, se quedó dormida."
"Ya veo." Le respondí preocupado por luego tener que jugar con las dos.
"¿También nos acompañaras, Brandy?" Le preguntó Bandit. Teniendo una sonrisa ya en su rostro.
"¿No habría problema?"
"En absoluto, podría presentarte a mi amigo Fido."
"Bueno, si insistes. ¿Mi hermana nos acompañará?" Respondió preguntando por Chilli, tratando de mirar detrás de Bandit en busca de su hermana.
"No, ella se quedará a cuidar a Bingo y a preparar el desayuno."
"Ya veo." Respondió, robándome el dialogo.
Los cuatro salimos de la casa. Brandy hablaba con Bandit mientras Bluey trataba de entablar una conversación conmigo. Me contó de su amiga Winnie y su padre Fido, se habían hecho amigas hace poco y, siempre que podían, pasaban un tiempo en el parque y a veces desayunaban en las casas de la otra.
No la interrumpí ya que parecía muy feliz hablando de su amiga, así que la deje ser. Siendo el ahora perro prudente que era, empezaba a preocuparme por tener que jugar con la amiga de Bluey, ayer pude manejar a ella y a Bingo, pero estaban más concentradas en los juegos que en mí.
Al llegar al frente de la casa, Bandit se estiró un poco, mientras Bluey lo imitaba. Ni Brandy ni yo nos unimos, simplemente los miramos mientras terminaban. Bandit le susurró algo a Bluey y ella asintió, con una sonrisa de complicidad.
Empezamos a caminar, aunque esta vez fue en silencio, Bluey estaba junto a Bandit mientras yo estaba junto a Brandy. Me pareció sospechoso, ya que hace un rato no paraba de hablar, pero simplemente estaban mirando al frente sin decir nada.
El vecindario era bastante lindo, había muchas casas únicas aquí y allá. Mientras miraba perdido en mis pensamientos de repente algo pasó.
"¡Carrera hasta el parque!" Gritó de repente Bandit.
Todo pasó en un abrir y cerrar de ojos. Dejé de ver las casas, solo para ver a Bandit y Bluey salir corriendo a toda velocidad. Eso de por sí solo no hubiera estado mal, a fin de cuentas, se estaban divirtiendo, y en ningún momento se me pasó por la cabeza salir corriendo detrás de ellos.
El problema vino justo después. Brandy me agarró del cuello tal cría recién nacida, no dolió, pero fue abrupto y desconcertante. Me sujetó firmemente y salió corriendo justo detrás del equipo azul. Al poco tiempo no solo los alcanzamos, sino que los pasamos.
Pude ver la mirada de completa perplejidad en la cara de ambos, supuse que no esperaban eso. Bandit entonces levanto a Bluey, solo que más cuidadosamente en comparación a mí, y empezó a perseguirnos. Pude escuchar los gritos de júbilo de Bluey, quien se estaba divirtiendo.
Pasó un poco de tiempo, mientras cruzábamos el vecindario, habíamos cruzado un par de calles cuidadosamente, y ya apenas y veía la silueta de Bandit. Brandy no parecía estar cansada, lo cual encontré impresionante. No obstante, creo que había descuidado un pequeño detalle importante.
"Brandy, ¿Sabes dónde se encuentra el parque?" Pregunté. Esto hizo que poco a poco bajara la velocidad hasta detenerse, pasó de correr a trotar, hasta que se quedó trotando en el sitio. Me estaba sacudiendo de arriba abajo por el movimiento.
"No." Respondió ella de lo más casual. Se giró y esperó a que el equipo azul nos alcanzara, lo cual no fue mucho tiempo.
Bandit nos alcanzó por fin, con una expresión de completa derrota, Bluey por otra parte parecía divertida a más no poder.
"Bandit, ¿En qué dirección queda el parque?" Preguntó Brandy, quien hablaba como si no hubiese corrida una carrera hace solo unos segundos.
"Por… aquí… solo… dame un minuto para recuperar el aliento." Suplicó Bandit mientas bajaba a Bluey, quien no perdió el tiempo en acercarse a Brandy.
"Tía Brandy, ¡Eso fue increíble!"
"Gracias Bluey." Dijo mientas sacudía la cabeza de la pequeña.
"Es por aquí, podemos caminar, no falta mucho." Bandit había recuperado el aliento, y evitó iniciar otra carrera. Ya había quedado claro quién era el alfa.
"¿Dónde aprendiste a correr así, tía Brandy?"
"Soy soldado Bluey, siempre hago ejercicio." Respondió Brandy inflando su pecho con orgullo.
"¿Cómo el abuelo?"
"Más como la abuela." Respondió con una voz cálida y melancólica.
"Tengo un amigo en la escuela, su papá también es soldado. Juega mucho al ejército con Jack." Dijo Bluey, pasando del tema de la abuela. Esperaba que preguntara por ella, pero parece que no será el caso.
Seguimos así hasta llegar a una gran zona verde, aún estaba amaneciendo, así que no había mucho sol.
"Brandy, puedo caminar, ¿Recuerdas?" Le dije en un susurro al oído. Aún me cargaba y era algo vergonzoso.
"¡Oh, claro! Perdón." Se disculpó mientras me bajaba. A diferencia de cuando me agarró, esta vez me el descenso fue suave y cuidadoso.
Entramos al parque, y era monstruosamente grande, o quizás yo era condenadamente pequeño… No importaba. El parque era una gran extensión de zona verde, algunos caminos y varios árboles. También noté algunas zonas para barbacoas y mesas para almorzar.
Entre más nos adentrábamos, más veía. Había una especie de cancha parecida a las que se usan en futbol americano. Pero con la zona de anotación diferente a la que recordaba, junto con algunas gradas y un quiosco de gran tamaño. No mentiré, me gustaba mucho esta zona, me recordaba a la casa de Mort, sin contaminación en el aire y, sobre todo, calmad.
Pronto llegamos a nuestro destino, y era la definición de un parque. Tenía un suelo único, diferente del pasto que lo rodeaba, y estaba delimitado por una pequeña cerca. Tenía una caja de arena en el centro, rodeada de diferentes construcciones de parques, con zonas para escalar, observar y toboganes. También había los clásicos sube y baja, pasamanos y, lo que más llamó mi atención, columpios. Todo estaba cubierto por dos grandes carpas de tela, para proteger a los asistentes del sol y la lluvia.
"¡Y llegamos!" Gritó Bandit mientras abría la puerta. Bluey Entró corriendo mientras yo me quedé junto a Brandy esperando.
"¡Vamos Weis!" Me gritó Bluey, estando ya en una de las construcciones del parque. Miré a brandy algo nervioso, pero ella simplemente asintió y me dio un pequeño empujón en la espalda.
Sin más, decidí corre hasta donde se encontraba Bluey, quien estaba jugando por toda la estructura infantil.
Trepé y decidí ir tras ella, pero cada vez que me acercaba, simplemente escapaba. Al final se tiró por el tobogán, y debido a que iba a gran velocidad, salté de cabeza, deslizándome cual pingüino y aterrizando en el suabe suelo.
Me quedé ahí, no estaba cansado en sí, pero el repentino movimiento hizo que mi respiración se agitara.
"¿Estas bien?" Me preguntó Bluey. Oír a un niño preguntarme si estaba bien me hizo sentir algo patético, pero a su vez saber que se preocupaba por mí me hizo sentir algo feliz.
Los niños son las criaturas más crueles del mundo. Ese pensamiento seguía arraigado en mí. No quería bajar la guardia, pero tampoco quería que ella se sintiera mal, no era su culpa los problemas que yo tuve en el pasado y, para ser justos, no podía encasillar a todos los niños en el mismo saco, eso sería exactamente lo mismo que hicieron esos pequeños bastardos a mí, y me habían educado mejor que eso.
"Si Bluey, gracias." Me levanté y sacudí el poco polvo que tenía.
"¿Qué te gustaría hacer?" Me preguntó.
"¿Puedo elegir?" Pregunté de regreso con un tono jocoso, lo cual provocó una risita Bluey.
"Si, esta vez lo permito." Me dijo adoptando un tono creído, digno de una noble del viejo imperio.
"Está bien, vamos a los columpios." Lo único que llamó mi atención fueron los columpios, de niño disfrutaba subir lo más alto posible y liego saltar. Recuerdo caerme varias veces, pero cuando aterrizaba de pie me sentía como todo un superhéroe.
Bluey y yo corrimos hacia los columpios, o mejor dicho el columpio. La estructura solo tenía uno, y no era tan alta, para mi total consternación, estas cosas solían venir de dos o tres.
"Adelante Bluey, puedes ir primero." Le dije, como todo un caballero.
"Okey." Respondió ella mientras corría a sentarse. Al hacerlo, empezó a mover las piernas. "¿Puedes empujarme?"
Me preocupé un poco por mi tamaño, no creí que fuera de mucha ayuda, pero accedí. Me acerqué y empecé a empujarla poco a poco, sin mucha fuerza, ya que no quería que saliera volando.
"¡Bluey!" Detrás de mí escuché una nueva voz infantil. Al girarme, vi a una niña corriendo directo hacia nosotros. Bluey frenó y corrió a saludarla.
"¡Winnie!" Dijo Bluey mientras la abrazaba e incluso alcanzó a levantarla un poco. Dándome cuenta de que mi nueva prima era bastante fuerte. "Winnie, este es mi nuevo primo, Weis."
"¡Hola, soy Winnie!" Me dijo Winnie, una joven de color café claro, luego de que Bluey la soltara y me presentara.
"Buenos días Winnie, puedes llamarme Weis." Respondí extendiendo la pata para un saludo formal. Fue algo instintivo, pero justo cuando empezaba a preocuparme de haber sido demasiado formal, Winnie se rio y apretó mi pata.
"Eres gracioso Weis." Afortunadamente lo había tomado como una broma, y para mi gusto no tuvo problemas es pronunciar mi apodo. "¿A qué juegan?"
"Estamos jugando en los columpios, es el turno de Weis." Respondió Bluey por los dos.
"¿Quieres jugar? Puedes ser la siguiente, no me importa." Le dije con una suave sonrisa, no quería que se llevara una mala impresión, y no perdía nada dejándola pasar antes.
"¿De verdad? Gracias." Winnie no perdió el tiempo en sentarse en el columbia. Le pedí a Bluey que la empujara, queriendo una referencia de qué tan fuerte era lo apropiado.
Mientras ellas se divertían, yo miré hacia los adultos tamaño normal. Bandit y Brandy ahora estaban acompañados de un tercero, quien asumí era el padre de Winnie, Fido.
Era exactamente como su hija, solo que un tono café más oscuro, casi llegando al color chocolate. Los tres parecían estar hablando de algo, y ninguno tenía una cara seria, todos parecían felices. Me alegré por Brandy, quien, al igual que yo, era bastante aislada.
"¡Es tu turno Weis!" Gritó Bluey, llamando mi atención. Winnie se había bajado, y no perdí el tiempo en sentarme en el columpio.
"¿Quieres que te empujemos?" Dijo Winnie.
"Me gustaría ver hasta dónde puedo llegar por mi cuenta. ¿Les parece bien empujarme la próxima vez?" Le dije, lo cual al principio la entristeció un poco, pero la segunda parte pareció animarla.
Respiré profundamente y empecé a ganar impulso estirando y doblando mis piernas. Fue poco a poco, pero empezaba a ganar impulso. Pude sentir la cadena de donde me sujetaba vibrar. Cuando iba hacia adelante, dejaba mis piernas estiradas para tener más aerodinámica, y mientras retrocedía las doblaba, para generar más impulso.
Si Bluey y Winnie estaban diciendo algo, no las escuchaba, estaba perdido en el momento, los recuerdos y la emoción. Me estaba divirtiendo.
Para finalizar, con fuerza estiré mis piernas, y al llegar al punto donde sentí que se detenía el columpio, salté. No estaba tan alto, pero si sentí la pequeña sensación de vació por unos instantes, aterrizando de pie, casi resbalándome por el impulso, pero afortunadamente pude mantenerlo.
Me giré para ver a mi pequeño público, quienes estaban emocionadas por el pequeño truco.
"¡Eso fue increíble!"
"¡Ahora es mi turno!"
Supongo que las emocioné un poco. Una pequeña parte de mi estaba preocupado por ser un mal ejemplo para ellas, pero yo había hecho esto cuando era niño. ¿Cuál podría ser el problema?
"¿Quién sigue?" Pregunté mientras detenía el columpio, que aún se movía por la inercia.
Me encogí de hombros mentalmente al preocuparme de más, había tres adultos que sin duda actuarían si me estuviese pasando de la raya. Me dejé llevar y disfruté del momento, pensando que no sería tan malo tener amigos, Papá y mamá sin duda se alegrarían de saber que estaba siguiendo adelante, y superando poco a poco mis traumas.
