—Parece que te la pasaste bien— con alegría ella se expresó después de escuchar solo un poco de lo que Lincoln le habló sobre aquel paseo—, pero no sabía que el señor Henry era tu padre.

—Bueno, Anna es mi hermana, y ella es hija de Henry. Creo que no es muy difícil concluir eso.

—No, no me refiero a eso— Lily dudó un momento en continuar—…

—¿Qué te sucede?— preguntó Lincoln con cierta expectación, notando como la pequeña junto a él simplemente se detuvo.

—Lincoln, tú y la señorita Anna son hermanos, ¿verdad?

—¿Qué clase de pregunta es esa? Te lo acabo de decir.

Lincoln incluso rió de manera genuina ante el cuestionamiento de la rubia, no teniendo idea de que es lo que ella trataba de implicar con ello.

—Ustedes son muy cercanos, ¿cierto?

—Puedes apostar eso, diría que Anna es mi alma gemela después de todo lo que hemos pasado.

Al escuchar eso, Lily pudo sentir un vacio formarse en la boca de su estomago, y también pudo notar como su corazón se aceleraba un poco. Su única forma de medir ese tipo de expresiones era por los novios cursis de sus hermanas o las novelas que veía con ellas, por lo que le parecía algo muy serio referirse a alguien como alma gemela, especialmente si era de otro sexo.

No es que eso fuera suficiente para detenerla en lo que planeaba preguntar, pero si la había desanimado mucho, por lo que se atragantó con sus palabras tratando de continuar. Estaba segura de que no debía preocuparse por algo así, después de todo ellos eran hermanos, no había forma de que siendo almas gemelas ellos decidieran tener algo romántico o físico. Y aún si lo hiciera, era normal pensar que no había forma de que funcionara, la sociedad no lo permitiría.

Para empezar ella no estaba aún segura de si ellos realmente estaban en una relación de un tipo que no fuera solo fraternal, entendía que eran adultos y que seguramente la forma en que ellos veían y hacían las cosas difería mucho de cómo ella entendía el mundo, o al menos eso creía ella. Pero da igual que tan maduro o inmaduro seas, es obvio que no hay forma de empezar una relación con tu hermana mayor, ¿cierto?

Una punzada en su pecho la desconcentro un poco cuando recordó algo muy similar.

No, ellos seguramente solo eran muy unidos y por eso la señorita Anna lo molestaba haciéndole aquellas cosas indebidas, seguramente también es por eso que tenía todas esas extrañas anécdotas que contó en aquella reunión. Jamás tuvo hermanos, así que no sabía cómo funcionaba ese tipo de cosas entre parientes de diferentes sexos, pero podía decir que al menos sabia que varias de sus hermanas podían llegar a ser igual de atrevidas entre ellas solo por bromear entre sí. Y sus padres solían poner límites y generar consecuencias por ese tipo de conductas.

¡Claro! Seguramente el señor Henry tenia límites claros, no había forma de que él y su esposa no supieran sobre lo que sucedía entre sus hijos. Si dejaban que pasara era porque sabían que no era algo malo, quizá solo es un tipo de sentido del humor muy extraño que compartían entre ellos, y nada más. Aunque así lo parecía, no podía existir un romance entre ellos, puede que incluso la señorita Anna haya mentido cuando conto todas esas cosas, seguramente solo es una hermana celosa que no quiere que nadie se acerque a su hermano. Era algo que también algunas de sus hermanas hacían en el pasado.

Sí, eso debía ser, después de todo el asunto con Emma así lo hacía parecer. La señorita Anna solo quería alejar a mujeres como Emma de Lincoln, él es un hombre de bien, después de todo. No había forma de que la señorita Anna sintiera algo por Lincoln, o viceversa. Nuevamente un dolor punzante en su pecho la desconcentro al recordar como su hermana mayor alguna vez tuvo; puede que incluso aún tenga, ese tipo de sentimientos por otra de sus hermanas. Cuando era más pequeña aquello fue un tema que debió ser abordado con mucho cuidado por la familia, para evitar hacer que su hermana sufriera.

¿Ellos estaban pasando por algo así?

»… pero eso es ser totalmente absurdo, ¿no lo crees?— preguntó Lincoln, quien mantuvo un monólogo mientras Lily inundaba por si misma su cabeza con pensamientos extraños— Pero, sea como sea, es mi hermana, siempre lo será, se que dije todas esas cosas, pero no le deseo nada malo jamás, al contrario, espero que ella tenga la vida que tanto quiere.

—Si… eso… la señorita Anna es alguien muy amable, aunque suele comportarse de formas muy "peculiares".

—Lo sé, no me molestaría si le digieras rara, ella lo es. Pero ese es parte de su encánto, ¿no te parece?

—Pues, es una persona muy diferente a las que suelo frecuentar, pero al mismo tiempo se siente similar a las personas que conozco. Es difícil hablar sobre ella, es tan diferente cada vez que hablo con la señorita Anna.

—¿Lo dices por la fiesta que tuvieron?

—En parte.

—Debió ser un poco extraño para ti, pero así es ella. Detrás del escritorio de la oficina ella suele ser alguien seria y algo agresiva si no está de buen humor. Cuando está de mesera será alguien alegre y con una actitud muy amable, en la cocina será alguien estricta y mandona, pero cuando esta fuera del trabajo es una locura. Lo digo porque es volátil, no porque esté loca.

—Entiendo, fue difícil de asimilar lo diferente que la señorita Anna actuaba en esa fiesta. Parecía por momentos una persona diferente. Pero no es como si fuera totalmente diferente, solo era algo diferente. No sé cómo explicarlo bien.

—Te entiendo, ella es así desde que la conozco, puede que incluso haya sido más marcada esa forma de comportarse en el pasado de lo que es ahora. Pero es alguien en quien puedes confiar, Lily. Ella nunca haría nada malo… o al menos no tan malo.

—Lincoln, ustedes son hermanos y se llevan muy bien, se quieren mucho, pero, ¿es normal la forma en que se tratan?

Lincoln volteó ofuscado ante las palabras de Lily, creyendo que quizá ella estaba tratando de molestarlo, pero al ver su rostro pudo notar una genuina duda en ella. Aunque parecía una provocación para generar en él una reacción negativa, Lily en verdad lucia interesada en una respuesta genuina ante una pregunta que parecía guardar hace algún tiempo. Suspiró con calma, tratando de no lucir amedrentado, y después habló.

—¿A qué te refieres con eso?

—En esa reunión, fiesta o lo que sea, la señorita Anna nos dijo muchas cosas sobre ti, sobre ella y sobre ustedes dos. Fueron cosas normales en su mayoría, pero también dijo cosas extrañas. No les habría tomado demasiada importancia, pero también he visto a la señorita Anna hacer algunas cosas cuestionables. Y ahora no se qué pensar al respecto. Sé que no es algo de mi incumbencia, pero desde hace un tiempo no he podido quitármelo de la cabeza.

Lincoln estaba seguro de saber a dónde es que esa conversación se estaba perfilando. No le molestó en absoluto, por el contrario sabía que eso llegaría a suceder en algún momento y aunque tenía cierto recelo por abordar el tema, estaba también listo para ello. Se acercó más a ella, sin levantarse de aquella banca a la sombra de una cornisa del edificio, en una de las tantas zonas verdes de la escuela y, confiando de más en su instinto fraternal, tomó su mano para tratar de calmarla y quizá darle también un poco de ánimos.

—Si, Anna y yo no somos hermanos muy normales. Si tienes preguntas puedes hacerlas, no me molestaré, en serio.

—Pero… no quiero incomodarte, y tampoco quiero que si digo lo que quiero decir termine por arruinar nuestra amistad. No me gustaría que dejaras de verme de la forma en que lo haces.

—Descuida, Lily— respondió él, volviendo a confiar mucho más en su instinto fraternal y sujetando suavemente el rostro de la rubia, haciéndola cruzar miradas—, no me voy a molestar contigo. Al menos no tanto como cuando te burlas de mí por mi cabello.

Lily rio un poco por esa mención, apretó un poco la mano de Lincoln, sintiendo y disfrutando de la conexión que tenia con él a través de ese gesto y, armándose de valor, decidió continuar con lo que quería hacer. Al menos con ese primer paso que tenía en mente. No sabía bien si estaba procediendo de la manera correcta, pero esperaba con ello despejar algunas dudas, tanto sobre Lincoln como sobre sí misma.

—Se que va a sonar raro… no es que te este espiando en el trabajo ni nada parecido, pero he visto en varias ocasiones como es que la señorita Anna te hace cosas que no debería hacer contigo.

Lincoln asintió muy suavemente ante eso, confirmando la dirección en que esa conversación iría.

»Y también he escuchado cosas algo extrañas en el trabajo. Sé que son rumores y no debería dejar que eso me afecte, pero son tantos y tan escandalosos. La señora Leonore me dijo que debería preguntarte directamente, pero no creo que tenga derecho a hacerlo, solo somos amigos, y tú eres adulto y yo soy solo una niña, y puedes hacer lo que quieras con la señorita Anna, pero… no sé cómo explicarlo. No me gusta ver que tu y la señorita Anna tengan ese tipo de relación.

—¿A qué tipo de relación te refieres?

—Ya sabes… ella te toca de formas que no debería hacerlo en el trabajo, y menos aun con su hermano. No quiero ser grosera y tampoco quiero que pienses mal de mí, pero el incesto es malo y tiene consecuencias, está penado por la ley, y si tienen hijos…

Lincoln soltó la mano de Lily y ella se lamentó por lo dicho, pensando que quizá él se molestó por sus palabras. No quería que eso sucediera, pero después de hablar con algunas de sus hermanas ponderó que sería lo mejor enfrentar ese tipo de cosas antes de tratar de hablar con Lincoln sobre esos sentimientos confusos que tenía.

—Cuando tenía once años, Anna hizo una pijamada con algunas de sus amigas en la casa, aprovechó la oportunidad porque papá estaba de viaje y mamá estaba ocupada en esa época, así que solía llegar tarde a casa. Aunque siempre fue una niña loca, Anna también fue siempre muy responsable, así que mamá y papá nunca tuvieron problemas con dejarla a cargo. No sé porque lo hicieron, pero esa noche Anna y el resto se aprovecharon de mí, y desde entonces he tenido una relación física con Anna. Al principio lo odiaba por completo, pero con el paso del tiempo simplemente no le di más importancia.

La sorpresa ante lo que escuchó hizo que Lily se alejara un poco de Lincoln, sin levantarse de aquella banca, y después de quedarse en silencio y con un rostro de enorme sorpresa, dio un suspiro y, sin poder procesar aún lo que escuchó, hizo la pregunta más estúpida que alguien puede hacer en un momento así.

—¿Hablas en serio?

El remordimiento fue inmediato para Lily, quien pese a notar cada una de estas tres palabras, así como su entonación, no pudo razonarlas sino hasta que terminó de emitirlas. Era el tipo de pregunta insensible que minimizaba lo dicho, como si quisiera negar los sentimientos que Lincoln expresó cuando le dijo eso. Tapo su boca con prisa a penas terminó su pregunta y miró a Lincoln con miedo de haber herido sus sentimientos por su poca sensibilidad, y sin el valor necesario para tratar de defenderse si es que él decidía confrontarla. Pero su cuerpo cobro una fuerza enorme y su rostro se puso completamente rojo cuando escuchó la respuesta del peliblanco.

—No, solo bromeo.