—Entonces, ¿vas a esperar hasta que ella regrese?— preguntó Anna, degustando gustosa aquella comida que Lincoln recién le preparó mientras ambos tomaban un descanso en el comedor de empleados.

Aunque Anna no tenía mucha confianza puesta en Joseph, a quien además de no considerar lo suficientemente responsable ni tampoco entendido de su trabajo, también lo consideraba un pervertido por la forma en que miraba a sus compañeras de trabajo, debía confiar en que si Lincoln le permitió quedarse a cargo, era porque podía hacerlo.

—Así es— respondió Lincoln, degustando también lo que preparó apenas momentos atrás—, dijo que iría a casa de sus padres durante la mayor parte de las vacaciones escolares. Mencionó algo de que su familia se reuniría para verla por todo el lio que causó al mudarse aquí.

—Pero, dijiste que eso se resolvió hace un tiempo.

—Si, pero tal parece que esa vez no toda su familia pudo reunirse, así que esta vez lo harán. Ella es como la niña dorada de esa familia, la consienten y la quieren mucho. No los culpo.

—Bueno, me parece bien, al menos ya tienes claro lo que harás con su relación a partir de ahora. Es una pena, en verdad creo que harían una linda pareja. Una pareja rara sin lugar a dudas, pero linda a su manera.

—Puede ser, pero la verdad no creo que sea una buena idea de ninguna forma. La diferencia de edades es demasiada para que me sienta cómodo, y aunque así lo parece, no creo que ella realmente busque en mí ese tipo de relación. Es joven y seguro que puede conseguir a alguien de su edad sin problemas.

—Si, también lo creo— comentó ella, acercándose más a Lincoln, pero únicamente para poder alcanzar con su mano el pimentero—, es joven, y es atractiva. Si de verdad lo quisiera, tendría a varios chicos a sus pies, o al menos a unos cuantos. Una chica linda, rubia y encima de todo lista, es un combo que a todos les llama la atención. Pero, ¿Qué hay de ti?

—De verdad espero que nada cambie entre nosotros. Aunque creo que podría llegar a quererla de una forma romántica, no quiero perder lo que tengo con ella. Sé que cuando hable con ella sin lugar a dudas lo que tenemos va a cambiar de alguna forma— con cuidado, Lincoln apartó hacia el frente su plato, perdiendo el interés por terminarlo debido al nudo que se formo en su estómago—, pero trataré de que no sea así.

—Prefieres tener una hermanita que una novia, siento que eso es muy propio de ti.

—Yo sé, es el camino fácil y cobarde, pero debes admitir que salir con Lily no sería nada del otro mundo, no hay manera de que consiga de ella una relación seria.

—En realidad yo jamás esperé que tuvieras una relación serie con ella. Veía más a Lily como una aventura para ti, tiene más sentido que un noviazgo largo, ¿no crees?

—Espero no herir sus sentimientos.

—Eso da igual, Lincoln— con cierto desenfado, ella empujó suavemente al peliblanco quien ya hacía notar su desánimo en su postura encorvada—, tu eres el adulto, se supone que tú te encargues de ese tipo de cosas. La verdad ella no me cae mal y creo que es alguien divertida, así que sería bueno que realmente la vuelvas tu hermanita, al menos por el resto de la carrera que están estudiando. Me gustaría invitarla a otra fiesta, sus reacciones son muy graciosas.

—Si, es bastante expresiva cuando se sorprende, su rostro parece de plastilina.

—Pero, ¿Qué hay de ti?

—Te lo acabo de decir.

—Me refiero solo a ti, no en relación a Lily. Ya no eres un niño, Lincoln, ni tampoco un jovencito. Sé que aun tienes tiempo de sobra y todo eso, pero, ¿no crees que sería buena idea empezar a pensar en tu futuro? ¿Has pensado en tener una familia?

—Si, muchas veces, y lo sabes. Pero ya superé eso, fue un sueño infantil y encima de todo me rechazaron de manera bastante tajante, ¿recuerdas?

—Déjame en paz— con cuidado, tomó sus trastes sucios y los juntó al plato a medio terminar de Lincoln—, ya supera eso, fue hace años.

—No te estoy reclamando ni nada parecido, solo te estoy respondiendo.

—Entonces abandonaste la idea de una familia.

—Si, creo que hare algo parecido a lo que tú haces. Si lo pienso bien, no necesito realmente una familia, ni una pareja. Te tengo a ti después de todo.

—No pienso cuestionarte al respecto, seguir mis pasos suena a la elección de un campeón.

—¿Campeón? No estamos compitiendo en nada.

—Campeón en el juego de la vida, bobo.

—¿Desde cuándo usas ese tipo de expresiones? No recuerdo verte interesada en ningún juego nunca.

—Desde hoy, acabo de decidir que seré una deportista de primer nivel.

—Suena bien, ¿en qué deporte lo harás?

—Chess Boxing.

—¿Por qué lo harías en ese deporte? Suena estúpido.

—Te equivocas, es genial, es lo mejor de ambos mundos. Tendría que estar en forma física para el boxeo, pero también en mantener mi mente saludable para el ajedrez.

—Básicamente solo juntaron un deporte de contacto y un deporte mental, es tan simple que es lamentable. Apuesto a que no conoces las reglas.

—Si, tienes razón, mejor me apego al plan original. No voy a permitir que papá deje este restaurante en manos de nadie que no sea yo.

—No tiene a nadie más a quien dejárselo de todas formas— mencionó Lincoln, poniéndose de pie junto a su hermana, tomando los trastes sucios y caminando a la zona de lavado del restaurante.

—Podría dejártelo a ti, aunque eso no me molestaría— respondió ella, acercándose a la entrada de la zona de parrillas—, pero si decidiera dejárselo a alguien como ese tipo— agregó, mostrándose molesta mientras apuntaba a alguien con la mirada—, entonces sí que me molestaría.

—Pensé que Joseph te agradaba.

—Lo hacía, y mucho, pero desde que noté como mira a las chicas no puedo más que sentirme incómoda con él trabajando aquí.

—¿Cómo es que las mira exactamente? Eres la única a la que he escuchado quejarse por eso y lo peor es que nunca has mencionado que te lo haga a ti.

—Ni yo misma lo sé, siempre lo atrapo haciéndolo en momentos fortuitos, el bastardo es bueno escondiendo sus intenciones.

—Jamás lo he visto hacer nada de lo que dices, pero no lo dudo. Aun así te aseguro que no es nada ni remotamente parecido a lo que tienes en mente. Yo he estado hablando bastante con él últimamente, está pasando por ciertas cosas y te aseguro que cuando sea el momento hablará con todos al respecto.

—Otra vez lo estas encubriendo.

—Es algo bastante personal, no soy quién para decirlo, pero te aseguro que te vas a sorprender. No puedo decir nada más, pero está relacionado con la forma en que guarda su dinero. Conociéndote te vas a reír cuando sepas que es lo que Joseph tiene entre manos.

—¿Está planeando algo divertido?

—No, para nada, pero estás tan enferma que seguro vas a reírte de él por eso.

—Aww. Gracias, Lincoln, yo también te quiero.