Aunque ella misma no era capaz de notarse en aquel vergonzoso actuar, Lily realmente parecía una chica adolecente estereotípica de comedia romántica, o incluso de película de serie B en esos momentos. Recostada boca a abajo sobre su cama, con sus rodillas flexionadas para mantener sus pies arriba, mientras los meneaba alegremente, sujetando su teléfono frente a ella mientras la almohada le permitía descansar su cabeza. Ella incluso suspiró cuando vio la notificación en su teléfono de aquel mensaje.

Era la primera noche de regreso en casa de sus padres y estaba bastante relajada en su antigua cama. Extrañamente al regresar y ver a sus padres, se sintió algo sola y también inestable, por lo que una de las primeras cosas que hizo fue ir hasta la habitación de su hermana, Lisa, y tomó una de sus almohadas para llevarla a su propia habitación. Percibir su olor mientras estaba recostada la hacía sentir bastante tranquila y acompañada.

Teniendo la notificación de aquel mensaje aún en su teléfono, recordó muy alegremente como es que empezó aquella curiosa relación con el remitente. En realidad no recordó como inició la relación tal cual, pues aquello fue al momento de entrar en aquel trabajo que Lincoln le ayudó a conseguir. Recordó, para ser más precisos, el momento en que cambió aquello.

Sabiendo que debería regresar a casa por sus próximas vacaciones, Lily acudió a su jefe para avisar de su renuncia. Pasaría mucho tiempo fuera de la ciudad, por lo que pedir que guarden para ella aquel puesto de trabajo sería algo abusivo y poco razonable. Especialmente porque ella desempeñaba un cargo menor, y muy dispensable de aquel restaurante. Y aunque ella esperaba hablar eso con el dueño, para también agradecerle por ser tan amable con ella, quien estaba en la oficina era la señorita Anna.

Eso no era raro, y por lo que sus compañeros decían, recientemente ella ocupaba más el puesto de jefa que el propio jefe del restaurante, pero eso estaba de más. Lo cierto es que estar cerca de aquella mujer, de esa señorita, la hacía sentir un poco incomoda y también algo intimidada. Era algo que la señorita Anna tenia y que era difícil de explicar, pues aunque su apariencia cansada era intimidante de por sí, también era cierto que su presencia como tal tenia aquel efecto. Al menos en Lily.

La charla sobre eso fue corta, pues Lily habló con precisión sobre el tema, para evitar quitarle su valioso tiempo a aquella persona, pero curiosamente, la señorita Anna decidió entablar una conversación con ella. No era algo raro, pero si le parecía algo peculiar. Especialmente porque, descartando como algo de menor relevancia a su renuncia, la señorita Anna le comentó que, hablando con Lincoln, surgió el tema de que ella era muy lista.

Tras una corta modestia, Lily se sorprendió al poder entablar una plática bastante extensa con la señorita Anna sobre temas que estaban relacionados al área de estudio que ella mejor dominaba. En realidad a Lily no le gustaban tanto las matemáticas, pero solía tratar de sobresalir en ellas para intentar que su hermana mayor le preste más atención. La mejor parte es que ella realmente era buena en esa área, aunque solía no tomarse muy en serio a sí misma, creyendo que aquella ventaja de memoria que tenía era la responsable de ser sobresaliente.

—¡Tienes que estar mintiendo!— con mayúsculas y muchos signos exclamativos para enfatizar su sorpresa e incredulidad, Anna envió aquel mensaje— ¿Hablas en serio?

—Hablo en serio— respondió Lily, de manera escueta, sintiendo que con eso amedrentaría un poco a aquella mujer que ahora sentía era menos ajena a ella.

—Increíble. Mi hermano menor es novio de la hermana menor de Elisa Johnson. ¡Soy familia política de Elisa Johnson! Papá no me lo va a creer.

—Ahora que lo pienso, Lincoln mencionó que usted era alguien con estudios avanzados en matemáticas. Recuerdo que me emocioné un poco cuando Lincoln dijo que usted estaba haciendo un post grado en Nomografía. Y Lincoln no es mi novio, no bromee con eso, por favor.

—Si, en efecto mi doctorado está enfocado en la Nomografía, y aunque no estoy orgullosa de ello, si te puedo decir que mi investigación está enfocada en los postulados que la doctora Elisa hizo en su libro de geometría analítica. Recuerdo que cuando papá me compró ese libro pase horas leyendo únicamente el primer capítulo, la forma en que sintetizó tantísima información en solo catorce párrafos.

—Puedo creerlo, mi hermana se tomó muy en serio la publicación de ese libro. Era un tema personal e incluso tuvo un equipo de trabajo para ayudarle.

—Actualmente es mi libro favorito. Sé que va a sonar algo exagerado, pero tuve que desempolvar mis apuntes escolares sobre hermenéutica para tratar de interpretar y entender algunas partes de ese libro. Aunque está enfocado en un área especifica de la matemática, está narrado como si fuese una especie de novela. Tu hermana es un genio no solo en las matemáticas, sin duda alguna.

—Lo sé, ella me pidió que fuera uno de los revisores del libro, pero no pude ayudarle en nada con eso.

—¿Por qué no?

—Es que yo no soy muy buena con ese tipo de textos donde hace falta interpretar de manera tan abierta las cosas. A mí se me da bien leer textos técnicos y llenos de información cruda. Y ese libro me resultaba tan, no sé como definirlo de forma correcta.

—Lo sé, ese libro es mágico, la prosa que se usa en el es tan diferente a un libro de ciencias convencional. ¿Es que acaso tu hermana es también una genio en la literatura?

—Bueno, ella es un genio sin lugar a dudas, pero quien hizo la redacción de ese libro en realidad fue Lucy, después de que ellas dos pelearan por mucho tiempo para llegar a un punto medio en sus ideas.

—¿Lucy? ¿Cuál es su nombre completo? No recuerdo ese nombre en los créditos ni en los agradecimientos del libro.

—Si, ella usó un seudónimo, Lucy es nuestra…

Antes de continuar, Lily tuvo una abrupta pausa al darse cuenta de que estaba a punto de llamar a Lucy como su hermana. En verdad era su hermana, pero lo cierto es que Lisa era muy celosa de sus investigaciones y de sus logros, por lo que tenía una vasta colección de apellidos genéricos los cuales estaban registrados de forma legal como suyos. Era su forma de anonimato. Aunque conservaba su nombre siempre, usaba un apellido diferente dependiendo del área de estudio para publicar sus artículos o presentar sus informes.

Aquello era tan notorio en ella que incluso otras de sus hermanas podían hacerlo dependiendo del caso, como con Lucy. De hecho, y por temas de seguridad que Lisa jamás aclaró por completo, la mayoría de sus hermanas tienen diferentes apellidos para que puedan usar libremente cualquiera de ellos en lugar del real. Cuando hacia participaciones en el área de las matemáticas, Lisa usaba el apellido Johnson, razón por la cual Lily decidió usar ese mismo apellido. Después de todo, era en matemáticas donde su hermana solía mostrarle mucho más respeto y afecto por sus logros.

»Lucy es una vieja amiga de la familia— se corrigió Lily, tratando de hacer pasar aquello por cierto—, y podría decirse que es una genio en cuanto a la prosa. Pero usa un seudónimo para la mayoría de lo que publica, y en ese libro en especial necesitaba guardar su anonimato. Por eso no utilizo siquiera un nombre real.

—Espera, esa persona, Lucy, que mencionas, ¿es la que aparece como "Listón Negro" en los créditos del libro?

—Así es.

—Pero eso es una estupidez. Si no quería aparecer en los créditos del libro, pudo pedir que simplemente no la agreguen en absoluto. Jamás voy a entender a esos genios y sus conductas raras.

—Ella pensó lo mismo y se lo dijo a mi hermana, pero Li… Elisa es alguien extraña también, y dijo que no publicaría el libro a menos que se le acreditara su aporte a Lucy. Le daba igual si era usando un nombre así de gracioso, solo quería que todos los que le ayudaron a la publicación de ese libro estuvieran en los créditos y recibieran su parte de reconocimiento.

—Tu hermana es genial. La adoro por completo. Hace no mucho estuve cerca de conocerla en tu universidad, ¿sabes?

—¿En serio?

—Si, fue durante la semana de conferencias de la escuela a la que asistes con Lincoln.

—Ya entiendo, hablas de la semana tecnológica.

—Si, eso. Una antigua compañera de maestría fue invitada a dar una conferencia sobre la Conjetura de Birch y Swinnerton-Dyer. Y curiosamente es tu hermana quien está haciendo la revisión por pares de la investigación de campo que mi amiga hace, por lo que de alguna forma mi amiga convenció a tu hermana de acompañarla. Estaba muy emocionada con conocerla, pero al final no se presentó, Erendira me dijo que fue por temas personales.

Con cierta incomodidad, Lily recordó la razón de aquella ausencia, pero trató de mostrar ignorancia.

—No sabría decirle mucho al respecto. Ella no me visitó en aquella ocasión.

—Lily, ¿yo te agrado?

—Pues, si, me agrada, señorita Anna.

—Entonces, ¿puedo pedirte un favor? No es nada demasiado personal, y te juro que no implica dinero, drogas, sexo, muerte o ciruelas pasas.

—¿Ciruelas pasas?

—¿Podrías dejar de ser tan formal conmigo? Aunque al principio me gustaba que me llamaras de esa forma, y de verdad creo que hacía más fáciles las cosas para no ser demasiado intimas, ahora que creo tenemos cierto grado de amistad, me gustaría que empezaras a tutearme. Puedes decirme Anna, solo Anna. No necesito que digas señora, señorita, estimada, venerada o deidad. Solo Anna está bien.

"¿Por qué debería llamarla deidad?" se preguntó confundida la rubia, quien pataleaba de manera suave sobre su cama, emocionada por la plática que tenía en ese momento.