Aunque ella estaba ya muy lejos de la definición de una niña, y en general le molestaba que la confundieran con una debido a su aspecto, y en parte también a cierta parte de su idiosincrasia, lo cierto es que en situaciones como esa no le molestaba actuar de forma algo infantil. Estaba acompañada de sus sobrinos después de todo, y aunque con algunos la diferencia de edad no era tan marcada, estando todos juntos eran un manojo de travesuras y conductas desenfrenadas, las cuales ella dejaba que le influenciaran.

Llevaba de la mano a sus sobrinas más pequeñas, mientras el resto de niñas y el par de no tan pequeños le ayudaban manteniendo al grupo junto y alejado de los accidentes mientras transitaban por aquel paramo dentro del bosque. Habían entrado a través del viejo parque porque querían hacer aquella caminata exploratoria, la cual no era demasiado extensa, antes de toparse con la ruta de senderismo, la cual seguirían para llegar al mirador que dejaba ver aquel abismo de diecisiete metros de diámetro y ciento treinta y siete metros de profundidad, donde habitaban una curiosa especie de golondrinas muy pequeñas y un grupo gigantesco de murciélagos endémicos de aquel lugar. O al menos eso es lo que decía la placa informativa que estaba también en ese mirador.

Estando ahí no verían nada, pues aquellas aves salían por la madrugada en parvada, mientras que los murciélagos lo hacían hasta pasado el atardecer, lo que dificultaba interpretar sus cuerpos entre la oscuridad y la turba que creaban. Pero ellos no estaban ahí para aquel espectáculo natural, solo les importaba dar el paseo y ver aquel abismo que tenía ese bonito nombre dado por el gobierno.

Notando la expresión de la más pequeña de sus sobrinas, Lily la cargo en brazos y le ayudó a ver el lugar por encima de la baranda que impedía acercarse demasiado a aquel sótano. Ella no miró en absoluto el paisaje natural, por el contrario estaba atenta a los rostros de sus sobrinos, medio embelesada por cómo es que su familia había dejado de ser una grande hacía mucho tiempo, y terminó por convertirse en una enorme.

—¿Qué me vez?— preguntó con cierta molestia el mayor de los sobrinos, retando a su tía a quien difícilmente veía de esa forma gracias a la no tan relevante diferencia de edades entre ellos.

—¿Qué te importa?— le respondió Lily, refunfuñando de manera juguetona mientras se alejaba con su sobrina en brazos.

Se preguntó si es que alguna vez ella fue así con sus padres o sus hermanas, pues de ser el caso no podría evitar sentirse avergonzada. Los pubertos eran, sin lugar a dudas, muy molestos y difíciles de tratar. Pero aunque los quería mucho, todos y cada uno de sus sobrinos, desde el más pequeño hasta el más mayor, le hacían pensar en las pocas ganas que tenía de ser madre algún día. Aunque, viendo a la hija de su hermana, la gemela mayor, creía que no era tan malo después de todo. Esa niña, pese a ser tan débil y cansarse con tanta facilidad, era increíblemente juguetona y divertida. Y debía admitir que cuando estaba agotada se veía también muy linda, como justo se mostraba en sus brazos en esos momentos.


—Lamento haberlos hecho preocupar— con arrepentimiento, Lily dijo aquello, sintiéndose incómoda por la forma en que esa conversación había avanzado, especialmente por la presencia de la mayor de todas sus hermanas.

—Mas te vale enana— le respondió aquella mujer rubia que, pese a los años transcurridos, seguía siendo la alfa de entre la descendencia—, en verdad no entiendo porque hiciste algo tan estúpido. Siempre pensé que eras alguien más sensata.

—No te preocupes princesita— mientras le daba un suave abrazo lateral para reconfortarla, su padre le expresó aquellas palabras.

—Ya basta— con autoridad, la madre exigió—, no arruinen esto discutiendo, ya son todas adultas, aprendan a comportarse y pasar al menos cinco minutos sin echarse cosas del pasado en cara.

—Te equivocas, mamá— sin sorprender a nadie, pues fue vista llegar a la cocina, otra de sus hermanas se unió a la conversación—, a Lily aún le quedan algunos meses para que sea una adulta. Aunque no le guste, Lily sigue siendo Little— y entonces ella rio ante sus propias palabras, dibujando una sonrisa en el rostro de los presentes.

—Da igual si soy la más pequeña— se defendió—, sigo siendo más lista que cualquiera de ustedes. La segunda más lista de la familia— agregó, inflando su pecho con orgullo.

—Si, lo sabemos— con cierto desenfado, la hermana mayor tomó la palabra—, Lisa no deja de presumir al respecto. Deberías hablar con ella, son tus logros, no de ella.

—Además de que es muy pesada con eso— con más seriedad, la segunda hermana también agregó.

—Bueno, se todo lo que se gracias a ella. Técnicamente hablando mis logros, en cierta forma, le pertenecen. Igual a mamá y a papá.

—No nos debes nada, cariño— terminando de meter al horno aquella lasaña, su madre le hizo notar aquello.

—Así es princesita— aún lavando los trastes que usó para hacer preparaciones, su padre habló—, no nos debes nada. Bueno, quizás sí, que tengas una buena vida a partir de ahora, pero nada más.

—Lamento haberme ido sin avisar— repitió Lily, abrazando a su madre—, fue una tontería hacer eso.

—Salir de casa y darte cuenta a mitad de camino que olvidaste las llaves es una tontería— comentó la segunda hermana—. Lo que tú hiciste fue una locura.

—No vuelvas a hacer algo así— le dijo la mayor, dándole un coscorrón bastante fuerte a Lily—, cuando mamá me llamó para decirme sobre eso casi me desmayo. Fue casi como volver a pasar por eso…

Lily se mantuvo serena mirando a su hermana mayor, esperando a que continuara de alguna forma con lo que decía, aunque sabía que no ocurriría pues la atmosfera que se formó ante aquella declaración fue bastante densa y el silencio rápidamente incomodó a los presentes. Pero tratando de no pensar mucho al respecto, como ya estaba acostumbrada, trató de desviar la conversación solo un poco, para que aquel tropiezo pareciera algo que ella no fue capaz de notar.

—Es culpa de Lisa, ella no cumplió su promesa. Si vas a pegarle en la cabeza a alguien, deberías hacerlo con ella. Yo solo estaba molesta porque ella siempre quiere estar controlando todo lo que hago.

—Ahora que lo mencionas, no he tenido tiempo de hablar seriamente con ella al respecto. Creo que tienes razón, un par de golpes tal vez la hagan entrar en razón y dejar de ser tan… menos intensa. Si sigue así va a quedarse soltera de por vida, ningún hombre elegiría estar con alguien así.

—Debo recordarte que el Doctor Roy ha dicho ya en varias ocasiones cuáles son sus intenciones con Lisa— orgullosa de lo que decía, la madre le echó en cara eso a la mayor de su descendencia.

—Algo malo hay con ese tipo, toda su familia está loca por Lisa. Primero su abuelo, luego su padre y ahora él. Eso no puede ser normal, digo, solo miren a Lisa, nadie en su sano juicio la querría como pareja.

—Lisa es bastante linda— molesta, Lily defendió a su hermana mayor inmediata—, solo te dan celos todos los chicos que están interesados en ella.

—¿Celos? ¿Yo? Vamos, Lily, fui la segunda hermana con mas pretendientes de la familia, y la que mas propuestas serias tuvo, no hay manera de que esté celosa de que a Lisa la acosan todos los hombres de una familia.

—El Doctor Roy no acosa a Lisa, son buenos amigos. Además Lisa si es popular, yo he visto como tratan de llamar su atención.

—¿Segura que no te equivocas?— la segunda hermana volvió a hablar— Debe ser al revés, Lisa llama la atención de los demás con su aspecto de Científica Loca.

—No, estoy segura, todos sus compañeros en el laboratorio de Física siempre están tratando de hablar con ella, y la mayoría de hombres de la universidad donde hace su Doctorado. Incluso algunas mujeres mayores han intentado coquetear con ella en la facultad de biología… aunque eso fue incomodo de ver.

—Entonces Lisa atrae a las mujeres y yo debo ir a un terapeuta por interesarme en ellas— desdeñosamente y con cierto cinismo, la segunda hermana comentó eso—, eso es totalmente injusto.

—A nadie le importa que te gusten las mujeres— fue la mayor quien lo dijo—, tu problema fue esperar que a todos nos pareciera bien que estabas enamorada de tu hermana mayor.

—¡Eso fue hace años!

—Hijas, dejen eso, no creo que sea bueno pelear por ese tema. Además es algo que ya superaste, ¿verdad, cariño?

—¡Claro que sí!— respondió la hermana de Lily, quien pese a no ser la segunda en nacer, en ese grupo era la segunda en edad— No sé en qué pensaba en esa época, pero ya lo superé. No hay manera de que cometa un error así de nuevo. Ahora sé que jamás me apoyarían y que jamás seré correspondida.

—Pero, ya superaste ese enamoramiento, ¿verdad?— con incomodidad, la madre preguntó, siendo más rápida que su esposo al hacerlo.

—¡Déjenme en paz!— gritando aquello, ella salió de la cocina fingiendo pasos molestos muy caricaturescos, los cuales relajo a su familia, quienes sabían que eso lo dijo a manera de broma. Aunque igual dudaban si la declaración, como tal, era o no cierta— Por cierto— agregó ella, volviendo a la cocina, pero solo asomándose un poco desde la entrada—, los niños ya tienen hambre y yo también.


Muy alegre, Lily veía aquella mesa plegable puesta en el jardín de la casa, llena hasta el tope con los miembros adultos de su familia, sus hermanas y padres, así como sus cuñados, y claro, aquella que era su única cuñada. Sonrió feliz y de manera fugaz a su mente regresó aquella curiosa observación sobre como en su familia todas eran mujeres. Al menos en su generación, pues no podía olvidar tampoco la presencia de su padre y la de sus sobrinos.

Una vez más se preguntó cómo es que sería tener un hermano mayor, pues a pesar de tener a varios cuñados, ella realmente no era muy cercana con ninguno de ellos. Era ciertamente muy amigable con ellos, al menos ahora que tenia la confianza necesaria para ello, les podía hacer bromas o incluso comentarios burlones, pero no es como si ellos estuvieran mínimamente cerca de ser algo como un hermano. O como ella creía que debía ser un hermano.

Miro a su diestra y se topó con Logan, quien de manera calmada parecía hablar con su pareja y Lily aprovechó para poder recargarse sobre él un poco. Logan era el más cercano de entre toda su familia política, principalmente porque él tenía aquella personalidad tan afable y tan servicial, por lo que en muchas ocasiones terminaban compartiendo tiempo juntos. Le gustaba pensar en él como un hermano mayor a veces, pero hacia un tiempo que descartó esa idea.

No es que a Logan le quedara grande aquella definición, o que hiciera algo para cambiar la mente de Lily, era solo que cuando ella lo comparaba con la forma en que Lincoln era, podía decir con confianza que Logan tenía mucho que aprender sobre ser un hermano mayor.

—Oye— susurró su hermana mayor desde el otro lado de Logan—, ¿has estado haciendo lo que te dije? Recuerda que debes hablar con tu novio de forma periódica para que no genere la sensación de ausencia por estar separados.

—Todavía no somos novios— respondió Lily, sonrojándose, y siendo interrumpida por otra voz.

—Lily, ¿tienes novio?— con poca discreción y en un tono alto que hizo a la mayoría de los presentes voltear sorprendidos, la gemela mayor, quien estaba a la diestra de la menor, preguntó con emoción después de escuchar a su hermana.

Lily pudo ver el rostro de todas y cada una de sus hermanas cambiar de expresión. Incluso sus padres dejaron ver algo más que su sorpresa. Tenía algo de miedo, pero podía ver que salir de esa situación no sería algo sencillo, o mejor dicho, imposible. ¿Qué debería decir sobre Lincoln para evitar que sus hermanas quieran entrometerse?