Aunque sintiéndose algo apabullada por todas aquellas miradas que estaban sobre ella en ese momento, Lily tuvo que hacerse a la idea de que al menos debía dar alguna que otra respuesta al mar de preguntas que se formaba frente a ella. Y es que, pese a que estaba preparada para que esa fuera la reacción de su familia, tenía planeado contarle a sus padres y hermanas en un ambiente más tranquilo, no en medio de una fiesta, donde sus cuñados y sobrinos estuvieran presentes y listos para escrudiñara después de que una de sus hermanas decidiera no ser discreta ante lo que escucho.
Sin que parecieran siquiera intentar darle un respiro para responder, todas sus hermanas comenzaron a soltar una cantidad de preguntas completamente abrumadora, algunas de ellas incluso las repetían, haciendo más agobiante aquel mar de voces. Y para colmo, sus cuñados, cuñada y algunos sobrinos que se acercaron al escuchar el escándalo, le miraban expectantes a las respuestas que estaba por dar. Pero Lily aún no tenía claro cómo es que abordaría ese tema con sus hermanas.
Como mínimo sabia que lo haría de una forma muy similar a la que lo hizo con la gemela menor de sus hermanas, dando solo datos azarosos y con muy poca información, esperando no ser demasiado clara y con eso manteniendo la identidad de Lincoln tan en secreto como fuera posible, especialmente de algunas de sus hermanas a quienes ya les había visto mostrar comportamientos exagerados.
—¿Qué sucede?— pregunto su hermana mayor inmediata, mostrándose algo molesta por la forma en que Lily comenzó a mirarla.
—Prométeme que no empezaras a acosar a nadie por esto.
—No voy a hacer algo así— respondió con indignación la hermana, sintiéndose algo humillada por aquellas palabras.
—Claro que lo harás, no sería la primera vez— dominante, Lily cruzó sus brazos y después miró a todas sus hermanas una por una mientras continuaba—. Quiero que todas lo hagan, prometan que no actuaran como locas otra vez y me dejaran hacer las cosas a mi manera.
—Siempre hemos dejado que hagas las cosas de la forma en que te dé la gana— se defendió la mayor de las hermanas—, nunca hemos hecho algo para evitar que…
—Todas ustedes saben que eso es mentira— les reclamó Lily, interrumpiendo a la hermana alfa—, siempre están sobre mi viendo que es lo que hago o como lo hago. Y han ahuyentado a algunos amigos por hacer eso. No diré que es algo realmente malo, pero no quiero que arruinen mi amistad con él, así que prometan que no comenzaran a acosarlo cuando les hable de él. En especial tú, Lisa.
—No puedes prohibirme hacer algo así, lo hago por tu bien.
—Esta bien, entonces supongo que simplemente no les diré nada, después de todo tu misma lo vas a averiguar todo por tu cuenta— con calma, Lily volvió a concentrarse en el postre frente a ella, lista para continuar comiéndolo—, pero diré una cosa más. Si alguna de ustedes, quien sea, intenta hacer algo así, no volveré a hablar con ustedes de nuevo. Ya no soy una niña y no quiero que me traten como una de nuevo.
Aquella amenaza pareció surtir mucho mas efecto del que Lily pensó que conseguiría, pues incluso su familia política veía con extrañeza las expresiones de sus hermanas y padres, quienes en medio de aquel prolongado silencio intercambiaron miradas que pese a no parecer de complicidad, si parecían estar dando algún mensaje entre ellas.
Dispuesta a retractar lo que dijo, especialmente viendo el desconcierto que su hermana mayor inmediata mostró, Lily fue interrumpida en sus pensamientos por la voz de su hermana mayor, aquella que era la primogénita de la familia.
—Tienes razón, Lily. Ya no eres una niña. Y es verdad que llegamos a ser algo intensas a veces, pero sabes que es porque te queremos cuidar.
—Así es, cariño— agregó su madre, tratando de mediar un poco—, no hay necesidad de hacer ese tipo de amenazas, ellas van a respetar tu vida y tu privacidad, ¿cierto?
Dentro de su mente, Lily rió al ver como su madre miró a cada una de sus hermanas de manera amenazante al decir aquello, haciendo que la mayoría de ellas se viera asustada con eso. Era de las pocas veces que eso sucedía, pero le parecía gracioso como sus hermanas, siendo ya todas adultas, parecían muy intimidadas por la actitud de su madre.
—Bien, entonces pueden preguntar, pero no se emocionen demasiado, no planeo responder a todo.
—¿Hace cuanto están saliendo?— con prisa, la segunda mayor de sus hermanas preguntó.
—No estamos saliendo, él es solo mi amigo.
—Pero Lola dijo que era tu novio— agregó la gemela de la mencionada.
—¿Lola sabia que tenias un novio?— preguntó una de las castañas, con cierta molestia en su tono de voz.
—Claro que lo sabía, ella me lo dijo— de manera pedante, la mujer rubia ondeo su cabello mientras respondía.
—¡Lola!— con molestia, Lily llamó su atención.
—¿Por qué le dijiste a ella?
—Es obvio que lo hizo porque soy la mejor dando consejos de pareja.
—¿Qué te hace pensar eso?
—Bueno, queridas hermanas, soy la más hermosa de todas nosotras, y también soy la que más pretendientes tuvo.
—Si, y tu única pareja está sentada junto a ti. ¿Cómo puedes ser la mejor dando consejos de pareja si solo has tenido una en toda tu vida?
—Justamente por eso, cabeza de balón, soy tan buena y tan madura que hice que mi relación dure años sin necesidad de cambiar de pareja como de zapatos.
—¡Oye!— sintiéndose aludidas, algunas hermanas corearon aquel reclamo de forma armónica.
—Yo también he tenido solo una pareja toda mi vida— aclaró la hermana de cabello más corto—, ¿Por qué no me lo contaste a mi también? ¿Yo no cuento como experta en relaciones?
—A Lily le gusta un chico, no una chica. Es obvio que no tienes nada para compartir con ella.
—Una relación es más que solo el sexo de tu pareja.
—¿Y que se supone que le puedes dar de consejo a Lily? Además de cómo hacer tijeras con otra chica.
—A ti te gustaría saber sobre eso, ¿verdad?— sin molestia, y con cierta picardía, la castaña de cabello corto respondió al comentario tentativamente ofensivo que su hermana menor inmediata le soltó, sabiendo que eso la haría descolocarse.
—Yo, si, no, bueno, lo que sea, ve con tu novia antes de que se ponga celosa.
—No tengo nada en contra de un trió— entre risas, la mencionada pareja declaró en tono burlón aquello.
—¡Samantha!— de manera escandalizada, la matriarca exclamó aquello— Hay niños presentes, no digas esas vulgaridades. Eso va para ustedes también, ya son adultas, compórtense como tal para variar.
—Son unas vulgares— mostrando un rostro malicioso, la gemela menor le dedicó esas palabras a aquellas hermanas.
—¿Podemos dejar esta charla recreativa para después?— con desdén y cierta molestia fue Elisa quien habló— Hay cosas que quiero saber, y si continúan con su tertulia irrelevante solo conseguirán distraernos a todos.
Ante la mirada de su hermana mayor, Lily encogió un poco el cuerpo, sintiéndose intimidada por cómo, al parecer, su hermana había salido del estupor que su amenaza le causó. Era extraño como, pese a su apariencia algo descuidada, ella podía ser tan intimidante como la mayoría de sus hermanas.
—¡Ya basta!— con fuerza, fue el patriarca quien habló— Esto se supone que es una reunión familiar para arreglar las cosas, no para que comiencen a decirse groserías las unas a las otras y todas terminen peleando por alguna tontería. Tengan algo de vergüenza todas ustedes y si no les importa actuar como adolecentes problemáticas entre ustedes, al menos tengan la decencia de comportarse como adultas frente a sus cuñados y sobrinos.
—Esto no es un circo— continuó la madre, asintiendo a su esposo sintiendo la misma molestia que él—, si van a preguntarle algo a Lily, háganlo de forma educada y al menos presten atención. ¿Cuál es el punto de comenzar a divagar sobre cosas que son irrelevantes?
—Básicamente, ustedes también quieren escuchar lo que Lily tiene para decir, ¿cierto?— la hija de cabellera castaña más larga fue quien dijo aquello, consiguiendo abochornar a sus padres quienes se vieron acorralados ante esas palabras, las cuales sin duda eran correctas.
—Si van a comportarse de esa forma, será mejor que no les diga nada, estaré adentro tratando de no pensar en este alboroto…
—No tan rápido— interrumpiendo su huida, la mayor de las hermanas llamó su atención—, no pienses que puedes escaparte tan fácil enana. Siéntate ahora mismo y dinos quien es noviecito tuyo.
—No es mi novio, ya dije que es solo mi amigo— a regañadientes, Lily volvió a tomar asiento, sintiéndose tranquila de como la atmosfera pesada causada por como varios de los adultos alzaron la voz, causo que los niños se alejaran.
—Yo sé lo que escuche, Lily.
—No es su novio— tratando de ayudar, la hermana que hasta hace unos momentos era su cómplice en ese asunto habló—, solo le dije de esa manera porque es lo que Lily quiere.
El rostro de todas sus hermanas se ilumino al instante, algunas incluso sonreían con emoción.
—Entonces, ese chico solo te gusta, ¿cierto?— soltando un suspiro, la única hermana vestida en tonos oscuros le preguntó.
—Cuéntanos todo sobre él.
—Nosotras te ayudaremos a conquistarlo.
—Siempre y cuando sea digno de ti.
—Claro, no dejare que algún pelafustán trate de seducir a mi hermana menor.
—Pero es Lily de quien hablamos, seguramente sea un chico nerd, ya saben, comics y juegos de rol, o un fanático de la tecnología.
—Creo que está bien siempre que sea alguien atractivo.
—La apariencia física es importante, pero creo que es más importante que tan listo sea este chico.
—A nadie le importa si es listo o no, mientras tenga una buena condición física y llegue a soportar al menos la mitad de una rutina conmigo será suficiente.
—Espero que tenga un buen gusto de la moda.
—Creo que basta con que sea alguien ingenioso y divertido.
—Si, creo que eso estaría bien.
—Por supuesto debe ser un caballero, nada menos que eso para Lily.
—Que no tema ensuciarse y usar sus propias manos para resolver problemas sería algo bueno también.
—Si, y que sea buen conversador.
—Que sea imaginativo, eso es algo bueno para quienes estudian ingeniería.
—Creo que el aspecto si es importante. Lo más importante.
—Bueno, el sentido de la vista ocupa buena parte del procesamiento en el cerebro.
—Creo que vestirse bien ayuda a verse bien.
—Alguien atlético es necesario. Debe tener una salud buena para que lo deje estar con Lily.
—Supongo que podríamos ponerle algunas pruebas para saber sus niveles en distintas áreas.
—Chicas, ya basta, están empezando a divagar de nuevo— aunque de acuerdo con todo lo que decían sus hijas, el padre igual debió interrumpirles, volteando a ver a su hija mientras dejaba que su esposa tomara la palabra.
—Bueno, Lily, ¿puedes al menos decirnos como se llama este chico que te gusta?
—Si, supongo que puedo decirles, se llama Lincoln…
