Notas: Respecto a Lydia. Al principio de la historia, el Sr. Bennet sacó un prestamo de 5.000 libras para que Wickham se casara con Lydia. Después que se casaron, Wickham la abandonó. Lydia tuvo un accidente y terminó en el establecimiento de Madame Dupree. Cuando recuperó la memoria (unas semanas después) le escribío a su padre y posteriormente a su madre para que la fueran a buscar. Esas cartas las interceptó Bingley. Como Lydia estaba viviendo en un establecimiento para caballeros, decidió quemarlas. Su madre y hermanas perdieron contacto con ella, pero asumen que está casada y viviendo con Wickham.
Lydia conoció a Sir Walter el día que iba a ser su debut en el establecimiento. Madame Dupree la ofreció a un grupo de caballeros que estaban interesados en tener una amante de largo plazo, y ella eligió a Sir Walter.
PPP
"Sr. Bingley, el Sr. Darcy está en la puerta. ¿Lo hago pasar?" Su ama de llaves le preguntó con voz neutral.
Bingley miró a Ariadne que aún estaba acomodándose la ropa, y suspiró. "Hágalo pasar."
El ama de llave asintió levemente, y enseguida fue a cumplir las órdenes de su patrón, seguida de Ariadne.
Hacia un año y medio que no veía a su antiguo amigo, y si era honesto consigo mismo, prefería no volver a verlo. Pero desde que había leído en el periódico el anuncio de su compromiso con su cuñada, sabía que ya no iba a ser posible evitarlo.
Darcy entró en su despacho con paso decidido. Después de saludarlo brevemente, y Bingley felicitarlo por su compromiso, Darcy le dijo con seriedad, "Esta no es una visita de cortesía." Lo miró a los ojos y agregó, "deseo hablar contigo sobre la Sra. Bingley."
Bingley suspiró, "¿Qué deseas hablar sobre ella?"
"Mi prometida me informó que la Sra. Bingley no es feliz en Londres, y desea mudarse a Ramsgate."
Bingley frunció el ceño, y respondió, "La última vez que fui a visitarla, Jane no me dijo nada al respecto."
"No lo dudo; ¿por qué habría de decirte lo que desea? Si lo único que has hecho es lastimarla y traicionarla." Darcy lo miró con desprecio, "jamás pensé que pudieras ser tan deshonorable, y tratar así a tu esposa."
Bingley cerró los ojos, respiró hondo y respondió, "Me creas o no, estoy muy arrepentido de varias de las cosas que hice, y de haber lastimado a mi esposa. Pero los dos sabemos que no es posible volver el tiempo atrás y que ella jamás me va a perdonar."
"Me cuesta creerte, Bingley" Dijo con sarcasmo, "Vives en uno de los mejores barrios de Londres con tu amante; te han visto pasear con ella en Hyde Park como si fuera tu esposa. Además, la última vez que visitaste a tu hija fue hace más de un mes."
Bingley apretó fuertemente los puños; si bien era verdad lo que Darcy decía, parte de los motivos por los cuales no visitaba a su hija era porque se sentía culpable, y deseaba poder olvidarse del pasado. "No desea seguir hablando contigo sobre mi esposa e hija. Si bien vamos a ser cuñados, no tienes derecho a entrometerte en mi vida."
"Tu familia, va a ser la mía. A diferencia de ti, yo me ocupo del bienestar de mi familia." Lo miró a los ojos, "Por eso vine a informarte que tu esposa desea mudarse con su hija a Ramsgate. Espero que al menos le concedas ese deseo."
Bingley cerró los ojos y respiró hondo. A su mente acudieron imágenes de Jane cuando recién la había conocido: hermosa, dulce e ingenua. Recordó además que Darcy había criticado que sonreía demasiado. Sin embargo, ya no sonreía; o al menos no lo hacia cuando estaba con él. Abrió los ojos y mirándolo a los ojos le dijo, "Tienes mi palabra que voy a respetar sus deseos."
Darcy asintió levemente, y se retiró sin decir otra palabra.
Bingley cumplió con su promesa. Poco después de la boda de Darcy y Elizabeth, Jane se mudó con su hija y su madre a una bonita casa con cuatro dormitorios en Ramsgate a solo una milla de la casa de los Stuart.
La Sra. Holmes que había escuchado la historia de Jane, la recibió en forma efusiva y le presentó a los principales vecinos. En poco tiempo, Jane se había adaptado a su vida en Ramsgate. Poder jugar con su pequeña hija en el jardín, sumado a la cordialidad de sus vecinos, y ayudar a Mary en algunas de las obras de caridad de la parroquia, fueron un bálsamo que ayudaron a que pudiera dejar atrás la tristeza y depresión.
