Capítulo 3: En Casa tras su Tiempo en el Paraíso.
Volvieron de sus vacaciones un mes antes, consiguieron que nadie se diera cuenta de que estaban juntos, sin que nadie lo supiera, consiguieron pasar casi todas las noches juntos… y aparentemente se odiaban de cara a la familia Sheffield y a los Fine.
Nadie en la casa supo que pasaron sus vacaciones juntos…ni lo bien que lo pasaron. Niles y CC pasaron unos días maravillosos, charlando, yendo a la playa, bailando en el bar del resort y haciendo mucho el amor… en todos los sitios que se les ocurría…pero su sitio favorito era el jacuzzi de la suite. Consiguieron evitar a Hillary y Paul la mayor parte del tiempo, cuando no pudieron, Hillary se mostró menos interesada en sus asuntos, la advertencia de CC pareció eficaz.
Cuando llegaron a Nueva York, les costó al principio aguantar las ganas de besarse y arrancarse la ropa el uno al otro. Afortunadamente pudieron contenerse hasta la noche. Niles acompañaba cada noche a CC a su apartamento tras la cena, normalmente con la excusa de un curso de cocina, completamente imaginario, al que se había apuntado, últimamente consiguió que Fran dejara de molestarlo de madrugada, le dijo que necesitaba descansar del tirón o caería enfermo, solía ser el último en acostarse y el primero en levantarse si encima lo despertaba en medio de la noche…ya no era un niño y tenía que cuidarse. Fran lo entendió a la primera. Así que durante ese tiempo Niles y CC llegaban a la mansión a las 6 de la mañana, ella se escondía con él en su habitación y se echaban una pequeña siesta, después se arreglaban y mientras iban a la cocina, él preparaba el desayuno y ella iba a su coche, nadie se daba cuenta, ella aparecía a la hora habitual y empezaban su rutina diaria. Los días que CC dormía en la mansión porque se alargaba la jornada laboral, últimamente algo muy habitual, ella se colaba en la habitación de Niles.
Aquella vez no pudieron pasar la noche juntos, Fran cogió una fuerte gripe y decidió quedarse unos días en casa de sus padres para no contagiar a los niños, los mayores no se contagiaron pero la pequeña Grace no tuvo tanta suerte, llevaba con febrícula desde el día anterior, Niles la estuvo cuidando toda la noche. Era viernes y CC llegó a la hora habitual, estuvieron discutiendo como era su costumbre durante el desayuno, los niños se fueron a la escuela y Maxwell fue al teatro, tenía que supervisar uno de los ensayos y asegurarse de que el vestuario estuviera preparado. CC tenía que revisar unos contratos y confirmar que todo estuviera correcto, Maxwell almorzaría allí y CC iría por la tarde cuando se llevaría a cabo el ensayo general con vestuario. Grace estaba en su habitación y Niles le llevó el desayuno cuando todos se fueron.
CC fue a la oficina, mientras Niles le llevó el desayuno a la niña y recogía la cocina, cuando recogió la bandeja de la pequeña, que había comido algo más que la noche antes, le dio sus medicinas y le prohibió leer y le ordenó dormir un rato. A regañadientes, la niña obedeció. Niles se apartó la mascarilla que la niña le obligó a ponerse y le besó la frente, la subió rápidamente.
-No tienes fiebre. Descansa un poco y llámame por teléfono si quieres algo, no te levantes a no ser que necesites ir al baño, y en ese caso llámame si te sientes mareada. – Le dejo el inalámbrico en la mesilla de noche, Niles tenía un teléfono móvil y le dio su número. – Llevaré el teléfono encima. – Le mostró que lo llevaba en el bolsillo del delantal. – Aquí lo tienes, junto a los pañuelos de papel.
-Sí, Niles. Gracias.
-De nada, pequeña. Dentro de un rato vendré a verte. – Le acarició con ternura el pelo y la arropó bien.
Bajó la bandeja a la cocina y se pudo quitar la mascarilla. Le sorprendió ver a CC sentada en la mesa de la cocina con una carpeta con papeles y tomando una taza de té.
-¿Qué haces aquí?
-Me apetecía un poco de té y no me podía concentrar contigo tan lejos… ¿Por qué llevas mascarilla?
-Cosas de la señorita Grace, cada vez que la cuido porque está resfriada, con gastroenteritis o gripe me obliga a ponérmela o no deja que la cuide.
-¿Y eso?
-Dice que no quiere que me ponga enfermo, dice que los cuido a todos y nadie me cuida a mí y que por eso ella me cuida. No me cuesta nada darle el capricho… además es muy considerado por su parte. – Niles se sentó a su lado y abrazó y dio un suave beso a su novia.
-No se lo digas a los demás, creo que es una niña encantadora. Sabes, es la que más me recuerda a Sara.
-Yo la adoro por lo mismo. Es mi favorita y lo sabe, aunque es muy lista y no se lo dice a sus hermanos.
-Es increíble que tenga detalles tan parecidos a los de Sara, ni siquiera sus hermanos mayores los tienen…y ella fue la que estuvo con ella menos tiempo… - CC empezó a atragantarse. – Era tan pequeña cuando murió… - Empezó a llorar. Niles la abrazó.
-Tranquila, Babs, ¿Qué te pasa?
-Nada, que estoy sensible, anoche estuve ordenando unos libros, estaba buscando aquella novela que te dije…y mira lo que me encontré. – Dentro de la carpeta, entre los papeles, había una foto de ella con Sara en el primer cumpleaños de Grace, ella tenía en brazos a la niña y Sara le rodeaba los hombros con su brazo. Sara y ella miraban al bebé mientras la niña sonreía.
-No había visto esta foto…
-Yo tampoco la recordaba, se cayó de un libro y llevo llorando desde anoche… Estoy pensando en regalársela a Grace.
-Después iré a ver cómo está, si quieres ven conmigo y se la damos. Le encantará tenerla, recoge todas las fotos sueltas de su madre que encuentra por los cajones y las guarda en un álbum que tiene escondido en su habitación.
-No lo sabía.
-Sólo lo sé yo, lo encontré una vez ordenando su cuarto y me lo contó, le hice copias de algunas fotos que yo tenía y ella no, las guardó en su álbum muy contenta, cada vez que encuentro alguna foto perdida en una de las estanterías del salón, se la doy. Ella dice que es nuestro pequeño secreto.
CC, ya más calmada, dejó la carpeta con la foto en la mesa y se levantó y dejó la taza en el fregadero. Niles se levantó tras ella.
-Sabes, la pequeña está acostada y durmiendo y no hay nadie en casa… - La cogió de la cintura mientras estaba apoyada en el fregadero.
-Niles…no seas guarro, la pequeña se puede levantar y no querrás que pueda vernos… en una situación…comprometida… seguro que Maxwell nos mata…
-Está bien…pero por lo menos podré besarte, ¿No?
-Ya estás tardando, mayordomo… - Se acercaron poco a poco.
-Bruja…
-Botones…
-Morena… - Entonces finalmente se besaron, estaban tan centrados en su beso que no se dieron cuenta de que estaban siendo observados hasta que escucharon unas palmadas.
-¡Bien! ¡Bien! ¡Bravo! ¡Por fin! ¡Lo sabía!
Se dieron la vuelta sorprendidos y vieron a Grace al pie de las escaleras y salió disparada a darles un abrazo a ambos.
-Señorita Grace… ¿Cómo es que no está acostada?
-No cambies de tema, Niles. Y estoy mejor.
-Grace. – Dijo CC sorprendiendo a la niña. - ¿Por qué dices que lo sabías y qué sabes exactamente?
-Yo…sé que le gusta Niles y él está enamorado de usted, Señorita Babcock.
-¿Desde cuándo lo sabe? – Preguntó Niles cogiéndola y sentándola en uno de los taburetes altos de la cocina.
-Saberlo seguro, ahora mismo, sospecharlo desde hace años.
-¿Cómo que desde hace años? – Preguntó CC.
-Os vi bailar en una fiesta de Navidad de papá, en el Rainbow Room. Niles le acompañó porque la dejaron plantada.
-Lo recuerdo. – Dijo Niles.
-Os mirabais como papá y mamá en las fotos de su boda. – CC se ruborizó.
-Grace… ¿Cuánto has visto?
-Llegué cuando Niles le llamó "morena". Pero estoy muy contenta por vosotros.
-Pequeña. – Dijo Niles. – No puedes contarle a nadie que estamos juntos.
-¿Por qué? ¡Es como en La Princesa Prometida!
-¿La Princesa Prometida? – Preguntó CC.
-Claro, el criado que se enamora de la princesa y finalmente están juntos. – Ambos adultos se rieron y Niles la abrazó.
-Mi pequeña… Sé que es muy bonito y somos muy felices, pero por el momento no queremos que nadie lo sepa.
-¿Por qué? Señorita Babcock, ¿Se avergüenza de Niles?
-Para nada, ¿Qué te hace pensar eso?
-La Tía Jocelyn se iba a casar con un hombre que no quería porque le daba vergüenza estar enamorada de su chófer. Cuando le pregunté el por qué a Niles, me dijo que a veces la gente rica escucha demasiado a los demás en lugar de hacer lo que de verdad quieren…y como usted es rica… - Volvieron a reír.
-Yo no estoy avergonzada de estar con Niles, nos queremos mucho, pero queremos estar juntos sin que nadie se meta en nuestras cosas…lo que ocurrirá cuando lo sepa Nanny Fine. – Ahora fue Grace la que reía.
-Tiene razón, Señorita Babcock. No había caído en eso… es muy buena y la quiero mucho pero seguro que insistirá en que os caséis, os prometo no decir nada, ni siquiera a mí padre y a mis hermanos. De todas formas, no me creerían. ¿Cuánto hace que sois novios?
-Que quede entre nosotros. – Advirtió Niles. - ¿Recuerdas que volví de mis vacaciones hace un mes o así? – La niña asintió. – La Señorita Babcock y yo coincidimos en el resort y, bueno, pasamos un tiempo a solas y nos divertimos, yo me lancé y le pedí salir y logré convencerla…y seguimos juntos.
-¡Qué bien! Me alegro mucho, de verdad.
-Muchas gracias, pero ahora, señorita, será mejor que vuelvas a la cama…
-Pero, Niles… estoy bien y estoy harta de estar en la cama…
-Te dejaré quedarte en la sala de estar un rato, si prometes arroparte bien y si te digo que te acuestes lo hagas.
-Sí, Niles.
-Bien, aprovecharé y mientras cambiaré las sábanas de tu cama y ventilaré tu habitación.
-Por cierto, Niles me ha hablado de tu álbum de fotos secreto.
-¡Niles! – Dijo un poco enfadada.
-Tranquila, no lo ha hecho con mala intención, es que tengo algo para contribuir a ello.
CC se acercó a la mesa, cogió la foto y se la dio. La niña la miró emocionada.
-Es mamá y usted, señorita Babcock… ¿El bebé es Maggie?
-No, eres tú, en la fiesta de tu primer cumpleaños.
-Es muy bonita. ¿Me la puedo quedar?
-Sí, es para ti. La encontré dentro de un libro… puedes quedártela, a mí me hace llorar… - Vio la expresión triste de la niña. – Y se me estropea el maquillaje… no puedo pasarme todo el día arreglándome la cara…
-Es que estaría todo el día haciendo lo mismo… - Dijo Niles y CC le dio un pellizco. - ¡Ah! ¡Que eso duele, bruja!
-¡Cállate, Hazel!
La niña empezó a reír y la abrazó.
-Gracias, Señorita Babcock.
-De nada, Grace.
-Me resulta raro que sepa mi nombre…
-Pues claro que sé vuestros nombres, pero me hacen gracia vuestras caras cuando me equivoco a propósito, como cuando llamo Hazel a Niles.
Los tres rieron. Niles cogió a Grace en brazos y la llevó a la sala de estar, CC la arropó y le dio el mando de la tele. Niles, mientras, fue a la habitación de la niña a dejar la foto en el cajón superior de su mesilla de noche con su álbum y recogió un libro para ella y se lo llevó. Cuando llegó Niles, ella fue a buscar su carpeta para volver a la oficina.
Pasó alrededor de dos horas en la oficina terminando los contratos, Niles le llevó un rato antes una taza de café y unas galletas. Le dijo que acababa de llevarle a Grace leche caliente y galletas, le tocaba el antigripal. Que tenía que ir a comprar unas cosas a la tienda, que le echara un vistazo.
-Por eso me has traído café y galletas… para compensarme por dejarme de niñera…
-No tardaré nada, además, te quería preparar risotto para cenar…
-Te vas a librar por eso… - Le dio un beso y se despidieron.
Pasada media hora fue a ver cómo estaba la niña. La pequeña estaba viendo Tom y Jerry, le recordó a si misma cuando los veía a su edad.
-Vaya, no sabía que a los niños aún os gusta Tom y Jerry.
-Por supuesto, son muy divertidos.
-Que nadie lo sepa… pero algún fin de semana me gusta desayunar viéndolos.
-¿De verdad?
-Pues claro, a los adultos también nos gustan los dibujos animados, lo que pasa es que no lo admitimos ¿A que Nanny Fine no protesta cuando los pones?
-Si no están echando su telenovela favorita no dice nada.
-¿Y a que a veces los ve contigo?
-Sí.
-Eso es porque le gustan, si no fuera así no lo haría.
-Tiene razón.
-Por cierto, ¿Cuál están echando?
-El de los mosqueteros.
-Ése es muy bueno, disfrútalo, voy a ir al lavabo, llama si necesitas algo. Por cierto, lo de que me gusta Tom y Jerry, es un secreto entre las dos.
-Sí, Señorita Babcock.
CC salió del baño, la niña estaba riéndose viendo al gato persiguiendo al ratón. Cuando la vio le dijo:
-Señorita Babcock, ¿Tiene mucho trabajo que hacer?
-He terminado, cuando estoy sola termino más rápido, ¿Por qué lo dices? ¿Necesitas algo? ¿Te sientes mal? Niles lleva su teléfono, lo puedo llamar.
-No, era por si quería ver conmigo los dibujos.
-Sólo un rato, después tengo que prepararme para ir al teatro tras el almuerzo.
-Aún queda mucho rato…
-Está bien, pero ni una palabra…
Grace le pidió que se sentara a su lado.
-Espero que no me lo contagies…
-Tranquila, Señorita Babcock, no tengo fiebre desde anoche y ni siquiera tengo tos.
-¿Qué medicina te ha dado Niles? Es muy eficaz…
-Un antigripal infantil, pero lo hizo cuando empecé a tener décimas y a toser, supongo que ha hecho efecto rápido porque no estaba muy enferma.
-Será eso.
Se sentó junto a la niña, que insistió en que también se arropara con ella. Estuvieron un buen rato riendo y cuando llevaban un buen rato viendo los dibujos, se quedaron dormidas, Grace había dormido un poco mal hasta que le bajó la fiebre y CC tampoco durmió bien, echaba de menos a Niles.
Niles llegó cuando llevaban unos 20 minutos dormidas, entró por la cocina y dejó allí las bolsas. Cuando entró a la sala de estar se sorprendió. Se habían quedado dormidas, Grace se acostó encima de CC, que la rodeó con un brazo. La televisión seguía puesta, pasó de Tom y Jerry a los Autos Locos, acarició con ternura el pelo de CC para despertarla y no molestar a la niña.
-CC, CC… - Dijo y ella empezó a despertarse.
-¿Qué pasa? – Dijo somnolienta.
-Te has dormido viendo los Autos Locos con la pequeña.
-¿En serio? – Niles asintió. – Será mejor que me espabile, ha sido por tu culpa, botones.
-Te duermes tú ¿y la culpa es mía? ¿Estás loca, Babs?
-No, claro que es tu culpa, anoche me dejaste sola y sabes que no duermo bien sin ti…por eso me he dormido… ¿La niña sigue dormida? – Niles asintió.
-Creo que la llevaré a la cama.
-¿Necesitas ayuda?
-No, ve a arreglarte, nos prepararé el almuerzo, para que no te vayas sin comer al teatro.
-Gracias. Grace dice que está bastante mejor, la verdad es que no la he oído ni toser y no tiene fiebre.
-Le he dado el antigripal lo más pronto posible, debe haber eliminado el virus antes de empeorar, supongo que como anoche tardó en dormirse ahora tiene mucho sueño…eso y que las medicinas dan sueño, a ella más, no está habituada a tomar muchos medicamentos. – Cogió a la pequeña en brazos y dijo: - ¿Te importa ir a su habitación y apartar el edredón? Creo que no lo hice está mañana.
-Dame un minuto. – Dijo CC. Se levantó y besó la mejilla de Niles. Subió rápidamente a la habitación de la niña, destapó la cama y cerró la ventana. Niles apareció en la puerta con la niña aún dormida. – Voy a recoger los documentos que me tengo que llevar.
-Vale, yo la arroparé y ahora voy a prepararnos el almuerzo.
CC se fue, después de darle un beso en la mejilla y tocar suavemente el pelo de Grace. Niles y CC sonrieron. Cuando se fue CC, mientras Niles colocaba bien el edredón, Grace se despertó.
-¿Niles?
-Vaya, te he despertado, pequeña.
-Estaba viendo los dibujos con la Señorita Babcock y me he dormido…- Se restregó un ojo.
-Lo sé, ella también se quedó dormida, os vi en el sofá, la desperté porque tiene que ir al teatro con papá.
-Sabes Niles, estoy muy contenta porque estáis juntos. Yo sé que ella te gusta y quiero que seas feliz.
-Lo soy, cariño, los dos estamos muy felices.
-Pero no puedo decir nada porque no queréis que Fran se meta en vuestras cosas…
-Exacto, llevamos poco tiempo juntos y queremos ver si nos va bien… con ella preguntando cuando le pediré matrimonio o si ella tiene pensado cómo quiere que sea su vestido de novia…no podremos estar tranquilos, sabes que le tengo cariño, pero se entusiasma demasiado con esas cosas… - La niña sonrió.
-Lo sé, tiene buena intención pero puede ser un poco pesada. – La niña lo abrazó.
-No me voy a quejar… ¿Y este abrazo?
-Te quiero mucho, Niles. Casi tanto como a papá. – Niles la apretó contra él al borde de las lágrimas, se pudo controlar.
-Yo también, mi pequeña, ¿Sabes que eres mi niña favorita?
-Sí, Niles…y por eso te voy a ayudar.
-¿A qué?
-A que nadie sepa nada de que tienes novia y que es la Señorita Babcock, hasta que vosotros queráis decirlo. Me está empezando a gustar la Señorita Babcock para ti…me he divertido con ella viendo dibujos animados.
-Seguro que ella también.
-Por eso quiero que estéis juntos, he notado que desde hace tiempo es diferente, no es tan odiosa… creo que es porque está contigo, porque la haces feliz y ella a ti y también porque le gusta ver Tom y Jerry.
-Si te digo la verdad… a mí también me gusta.
-Lo sé, cuando lo veo a veces te veo mirando la tele y reírte.
-¡Qué lista es mi niña! – Le dio un beso en la frente. – Ahora duerme un rato, ahora voy a preparar el almuerzo a CC, cuando terminemos de comer, vendré a despertarte y te traeré tu comida o te llevaré abajo si te encuentras bien.
-Vale Niles. Te quiero.
-Y yo a ti, mi niña. – Le dio un beso en la mejilla, salió y cerró la puerta, se fue abajo aún un poco emocionado. CC estaba en la cocina, dejó su maletín en la sala de estar con su abrigo, lo vio bajar un poco conmocionado.
-¿Qué te pasa, Hazel? ¿Tiene otra vez fiebre?
-No, hemos pillado a tiempo la gripe y seguramente no le durará mucho. Es algo que me ha dicho.
-¿El qué?
-Que me quiere casi tanto como a su padre y que está contenta porque estamos juntos y que ha notado que tú últimamente estás menos odiosa, que es porque estás conmigo y que le gustas porque tú y yo nos hacemos felices y te gusta ver Tom y Jerry.
-Es un encanto.
-También dice que nos ayudará a que nadie sepa que estamos juntos hasta que queramos hacerlo público.
-Este año creo que le compraremos un regalo precioso para Navidad.
-Se lo ha ganado. – Niles empezó a preparar el almuerzo, pero CC lo veía raro.
-¿Qué te pasa?
-Nada…
-A mí no me engañas, mayordomo, que nos conocemos demasiado bien. – Niles puso la sopa en el fogón y suspiró.
-Está bien, supongo que no puedo ocultarte nada… no me quito de la cabeza que esa niña me ha dicho que me quiere casi tanto como a su padre.
-¿Y te sorprende? Has cuidado más de ellos que su propio padre, su niñera está enferma y cuando ella se ha contagiado, ni siquiera pensó que la cuidara su padre… no me extrañaría que te quisieran más que a su Tío Nigel, apenas lo ven…y Maxwell no sé ni si sabrá cuando le toca darles las medicinas cuando están enfermos.
-La verdad, es que cuando están enfermos, antes de llegar Fran, aunque hubiera otra niñera, siempre me llaman a mí.
-Porque confían en ti y te quieren, y saben que siempre los has cuidado muy bien.
-Max es un buen padre, pero Fran tiene razón, tiene que pasar más tiempo con ellos.
-Espero que lo convenza y que cuando estrenemos y tenga unos días más libres pase más tiempo con ellos… mírame a mí, mis padres apenas pasaban tiempo conmigo y mis hermanos y tuvimos una infancia horrible, cuando se separaron mi padre siempre estaba trabajando y mi madre… bebiendo y persiguiendo hombres ricos buscando nuevo marido rico, mientras desvirgaba jovencitos en el club de campo como las zorras de sus amigas…demasiado bien hemos salido Noel y yo…que habré tenido problemas con la bebida, pero ahora tengo un trabajo que me apasiona…y a ti, gracias a lo que llevo casi dos meses en los que apenas he necesitado beber.
-No lo olvides nunca, bruja. – La besó y ella siguió hablando.
-Sabes quizás para convencerlo de que no actúe como mis padres, debería conocer a mi hermana DD.
-¿Tu hermana? Nunca ha venido por aquí.
-Y menos mal…va por su tercer marido, actualmente, si no se ha divorciado, está con él en Beverly Hills, como mi madre, ha nacido para ser mujer-florero… en fin, no creo que quiera que sus hijos se conviertan en unos vagos inútiles y mimados como ella.
-Quizás sea mejor que Max la conozca cuando esté casado con Fran, no se vaya a encaprichar con él.
-Eso no es un impedimento para ella, a su primer marido lo conoció cuando se casó con una amiga suya… tiene dos hijos, uno con cada uno de sus primeros maridos, los tuvo para que les paguen la manutención…los tiene en un internado y apenas los ve… Noel y yo les escribimos de vez en cuando y le mandamos regalos, pero no podemos viajar a Suiza con frecuencia… mi padre sí va a verlos, seguro que con la excusa de ver a sus nietos, aprovecha para ir a su banco…el día que a ella le dé por venir a Nueva York, antes de presentársela, le contaré la clase de mujer que es y le advertiré que la evite. – Niles apartó la sopa y les sirvió un plato a cada uno y puso la mesa.
-Tienes razón con lo de que no has salido tan mal. – Se besaron y empezaron a comer.
-Así que no estoy tan mal para lo que podría haber sido…
-Lo sabes, Babs. Por cierto, casi lloro cuando Grace me dijo eso…
-¿Cómo es posible que puedas ser tan sensible con una niña y hayas sido un capullo conmigo durante tantos años?
-Porque tú no eres una niña griposa y sensible…eres una mujer fuerte, independiente y luchadora…además me "devuelves los golpes" como nadie…
-Y que no se te olvide, mayordomo, sólo yo puedo hacerlo.
-Sólo quiero que lo hagas tú…
Se besaron y terminaron su almuerzo, Niles preparó una ensalada cesar y cuando se la terminaron, CC fue al lavabo y a arreglarse para ir al teatro, Niles fue a ver a Grace que seguía dormida, cuando bajó, CC estaba en la sala de estar a punto de ponerse su abrigo.
-Permíteme… - Niles la ayudó a ponérselo, la abrazó y le besó el cuello. – Te voy a echar de menos…
-Yo también… ten cuidado no me vayas a hacer un chupetón… - Se dio la vuelta en sus brazos y le dio un beso apasionado… - Le limpió el pintalabios de la boca a Niles. – Creo que voy a tener que volver a pintarme los labios, pero no me importa…
-No estás tan mal…pero será mejor que te vayas o te llevaré a mi habitación y Max vendrá a buscarte furioso porque llegas tarde…
-Tienes razón, esta noche me inventaré algo y me quedaré aquí… - Con la excusa del trabajo solo iba a casa a cambiarse de topa. – Además tengo otro de tus manuscritos a medio corregir y me gustaría que lo viéramos juntos… me está gustando mucho.
-Lo que tú digas… Te echaré de menos, mi bruja, te quiero.
-Yo también te echaré de menos, Hazel. Te quiero.
Se dieron un último beso y ella salió corriendo a buscar un taxi, no llevaría su coche en esa ocasión para no perder tiempo buscando aparcamiento. Niles se dio la vuelta y vio a Grace en la escalera mirándolo con media sonrisa.
-¿Qué haces ahí? ¿Estás mejor?
-Sí, tenía hambre, no he querido interrumpir.
-Ven aquí. – Grace se lanzó a sus brazos y lo abrazó. Niles la besó en la coronilla. – Hay sopa de pollo o ensalada cesar, ¿Qué te apetece?
-Las dos cosas.
-Muy bien. Recuerda que no puedes contar nada de lo que sabes de CC y de mí a nadie.
-Por supuesto, Niles. Además, nadie me creería…Soy la única a la que no podéis engañar.
-Porque mi niña es muy lista… Ahora vamos a la cocina y si te lo comes todo, te daré el último trozo de tarta de melocotón que queda.
-¡Gracias, Niles! – Le dio un beso y Niles la llevó a la cocina y la sentó en una silla junto a la mesa, le puso su almuerzo y la niña se lo comió todo, le puso el trozo de tarta que le prometió con una bola de nata montada como a ella le gustaba.
-Disfrútala.
-¡Seguro! Tu tarta de melocotón siempre ha sido mi favorita.
-¿Por qué crees que siempre que puedo la hago? – Le sonrió y la niña le devolvió la sonrisa con la boca cerrada y manchada de nata.
Cuando Grace terminó de comer, llegaron sus hermanos de la escuela, Grace estaba charlando con Niles mientras lavaba los platos, cuando entraron sus hermanos.
-¡Hola! – Dijo Maggie. - ¿Cómo sigues, Grace?
-Bien, ya estoy bastante mejor, el lunes podré volver al cole.
-Toma. - Dijo Brighton, dándole sus deberes a su hermana pequeña, como le encargó su padre que hiciera. – Sólo ha sido un día, podrías haberte escaqueado…
-Pero no quiero escaquearme, no soy como tú, Brighton.
El chico le sacó la lengua.
-Bien, ¿Habéis comido bien en la escuela?
-Sí, Niles. – Dijeron los dos niños.
-Haced los deberes. Que después os quejáis de que no tenéis tiempo para nada más en todo el fin de semana.
-Está bien… - Dijeron ambos con cara de fastidio.
-No seáis tontos. – Dijo Grace. – Si los hacéis esta tarde no tendréis que hacerlos mañana o pasado y hacer otras cosas. – Niles le acarició el pelo a Grace.
-Y que vuestra hermana pequeña sea más sensata que vosotros…
-Voy arriba por mis cosas del cole, ahora vengo a hacer los míos también.
Subió las escaleras de la cocina y Niles empezó a preparar la cena mientras los niños hacían sus deberes. Solían hacerlos en la mesa de la cocina porque Niles los ayudaba con lo que no entendían y nunca se equivocaba.
Estaban allí, Niles estuvo limpiando y cocinando y los niños estudiando cuando llegaron Maxwell y CC del teatro poco antes de la cena.
-¡Hazme caso, Maxwell! Esa actriz será famosa, pero si no hace un esfuerzo por no sobreactuar, todo el mundo pensará que es una burla, no sabe hacer comedia, es patética, no actúa con naturalidad. Tenemos que hablar con ella en serio o arruinará la obra.
-CC dices eso porque estuvo coqueteando conmigo y no eres objetiva…
-¡Todos los que la hemos visto lo pensamos! Pero no lo dicen porque estás deslumbrado por su fama…y no se atreven a contradecirte. Mañana repetimos el ensayo, que venga Niles con nosotros, puede ser un espectador imparcial. Supongo que no desconfías de su criterio.
-Señor, si quiere puedo ir y ayudarlo, la Señorita Fine llamó hace un rato y mañana viene al trabajo, la señorita Grace está mejor.
-Está bien, vendrás mañana y veremos si me equivoco o no. Por cierto, cariño, ¿Estás mejor? – Dijo dándole un beso en la frente a su hija menor.
-Sí, papi, Niles siempre me cuida muy bien.
-Lo sé. ¿Has comido bien?
-Sí, papá. Niles te lo puede decir.
-Sí, señor, es muy buena chica, se ha portado muy bien y ha comido muy bien. – Maxwell sonrió.
-Gracias por cuidarla, viejo, no sé qué haría sin ti.
-De nada, señor, no es ninguna molestia, la señorita Grace siempre se porta muy bien.
El mayordomo le guiñó un ojo a la niña que sonrió dulcemente y después Maxwell estuvo preguntando a sus hijos mayores qué tal su día y cómo llevaban los deberes. Desde que Fran llegó a la casa, esas preguntas se convirtieron en parte de su rutina diaria.
Niles preparó el comedor y sirvió la cena, pizza casera para los niños y risotto de champiñones para los adultos. Los niños terminaron sus tareas y fueron a sus habitaciones a asearse y guardar sus libros. CC dejó sus cosas en la oficina y fue al comedor con los demás. Se sentó con la familia y dijo:
-Por cierto, Maxwell, voy a mirar bien el presupuesto de vestuario esta noche, creo que el diseñador nos lo ha inflado…
-¿Tú crees?
-A ver, no es que sea una obra de época y no creo que para un vestido de la madre de la protagonista como el que ha hecho haya necesitado tanta seda natural…y cuando lo he visto de cerca te puedo asegurar que eso no es seda natural.
-¿Seguro?
-A mí no me pueden engañar, llevo usando seda natural desde que tenía 5 años.
-¿Aún te acuerdas de aquello? – Dijo Niles mientras servía la pizza a los niños. - ¡Qué buena memoria! Eso debió ser en la Primera Dinastía. – Los niños se rieron.
-Cállate, Mr. Clean. Esta noche revisaré en la oficina el presupuesto que nos pidió y las facturas porque hay algo que no me cuadra y si sigue sin cuadrarme, mañana llamaré a Umbert.
-¿A quién? – CC miró al techo exasperada.
-Umbert, el exnovio de mi hermano Noel, es diseñador y estilista, a mí me arregla para los Tony todos los años, es un buen profesional, te sugerí que diseñara el vestuario de esta obra pero como no tenía experiencia en teatro no quisiste.
-¡Ah, ya me acuerdo! ¿Sabrá decirnos si nos la han intentado colar?
-Por supuesto, no sólo tiene un buen gusto increíble, le encanta el teatro y es buen amigo mío y suelo consultarle sobre el vestuario de todas nuestras obras.
-Está bien, haz lo que quieras. ¿Necesitas ayuda?
-No, me apaño sola… puede que sea mejor que me quede a dormir, no sé lo que tardaré, pero con alguien ayudando tardaré más, me organizo mejor sola.
-Está bien, lo que quieras CC. – Siguió comiendo. – Chicos, ¿Qué tal si vamos al videoclub a por unas películas? – Habían abierto un videoclub cerca de allí.
-¡Sí! – Gritaron los tres niños. - ¿Yo puedo ir? – Preguntó Grace.
-No sé si es buena idea, vayas a empeorar ahora que estás mejor… ¿Qué tal si nos dices cuál quieres y te la traemos?
-Está bien… - Dijo Grace un poco triste.
-Puede ayudarme a preparar las palomitas, Señorita Grace.
-Gracias, Niles. – Dijo sonriendo, le gustaba preparar las palomitas y comerse algunas cuando estaban recién hechas.
-Elegiremos una cada uno para esta noche y mañana, pondremos la que tú elijas primero. – Dijo Maxwell.
-Gracias papi. Si está traedme ¿Quién Engañó a Roger Rabit?, La Historia Interminable o La Princesa Prometida.
-¿Otra vez? – Preguntó Brighton. - ¿No te cansas de verla?
-Lo mismo puedo decirte, has visto Robocop mil veces.
-¡Pero Robocop mola!
-¡Y también Íñigo Montoya!
-Bueno chicos, terminad de cenar o no hay videoclub.
Terminaron de cenar, Maxwell fue con sus hijos mayores al videoclub, Niles fue a poner el lavavajillas y Grace fue con él a preparar las palomitas, CC fue a la oficina, las facturas y el presupuesto de vestuario fueron una excusa para dormir allí, pero tenia que revisarlo, a ella nadie la estafaba y ese no iba a ser el primero.
Maxwell, Maggie y Brighton volvieron en unos 20 minutos, Niles y Grace terminaron de preparar las palomitas y cuando llevaron los cuencos a la sala de estar se estaban quitando los abrigos.
-Cariño, hoy sólo estaba la de Roger Rabit, las otras estaban alquiladas.
-Está bien, papi, esa también me gusta mucho.
Se pusieron el pijama y se dispusieron a ver la película que eligió Grace, después verían la de Brighton, Terminator, dejarían las otras dos para el día siguiente. Antes de que los cuatro estuvieran viendo la película, Niles les dijo que iría a preparar la habitación de la Señorita Babcock, después se iría a su habitación a leer un rato y que luego se acostaría, que estaba cansado.
-Muy bien, viejo, buenas noches, descansa.
-Buenas noches, Niles. – Dijeron los niños al unísono. – Gracias por cuidarme hoy, Niles. – Dijo la pequeña.
-De nada, Señorita Grace. No tarde en acostarse.
-Vale, me acostaré cuando diga papá.
-Así me gusta. – Dijo Maxwell besando la coronilla de su hija acurrucada a su lado.
Niles se fue, subió la escalera y arregló la habitación de invitados sólo por si acaso…porque ella sólo iría a ponerse el pijama y dejaría allí su ropa de calle, en cuanto notara que todos estaban dormidos se colaría en la habitación de Niles.
Niles terminó de arreglar la habitación, le dejó a CC la camisa de uno de sus pijamas, como a ella le gustaba, la familia creía que tenía un pijama allí. Se fue a su habitación, antes de pasar por la oficina y decirle que ya iba a su habitación, que Maxwell y los niños estaban viendo una película y que la esperaba en su habitación cuando acabara.
-Muy bien, mayordomo… no tardaré. – Aprovechó que estaban a solas para darle un beso a su novio. – Ese imbécil cree que puede engañar a CC Babcock con cuentas y tejidos… cuando Umbert me lo confirme tendrá que irse de Nueva York, nadie se la juega a la Perra de Broadway.
-Esa es mi chica… tendremos que tener cuidado y estar muy calladitos…
-Eres un viejo verde…
-Y tú eres muy sexy… pero será mejor que acabes con tu trabajo pronto… te espero arriba.
Se dieron un último beso antes de que Niles se fuera. Corrió a su habitación, deshizo la cama, después se desnudó, se dio una ducha rápida y, tras coger un libro, se dispuso a leer un poco mientras esperaba a CC.
Pasada media hora, CC entró en su habitación sin llamar y con la camisa de su pijama puesta, un bolígrafo en la mano y su manuscrito bajó el brazo.
-¿Me vas a hacer sitio en tu cama, mayordomo? – La miró de arriba abajo, había dejado los dos primeros botones abiertos, la camisa le tapaba el trasero lo justo y apenas los muslos.
-A pesar de tus bruscos modales y haber entrado sin llamar, aquí siempre habrá sitio para ti… - Apartó las mantas para ella y se hizo a un lado, movió las cejas y CC ocupó el hueco a su lado y lo besó.
-Buenas noches, mayordomo.
-Buenas noches, Babs. ¿Qué querías que hagamos con ese manuscrito? Cuanto antes terminemos antes podré ver lo que llevas debajo…
-De verdad…estás muy salido…no sé cómo tienes tanto aguante…
-Te lo he dicho, tenemos que recuperar mucho tiempo perdido… - La volvió a besar en la boca y luego empezó a besar su cuello.
-Niles… Niles…para… - Dijo CC entre ligeros jadeos. – Creo que Maxwell y los críos siguen abajo…he traído esto para hacer tiempo hasta que se duerman…
-Está bien, paro… pero dentro de un rato bajaré a la cocina a por un zumo o lo que se me ocurra y si están acostados no pararé por nada del mundo…
-Yo tampoco querré que pares… bueno, primero trabajar y luego jugar. – Le guiñó un ojo, le dio un piquito y le estuvo explicando los cambios que había hecho. No eran demasiado importantes, sólo algunas frases que quedaban mejor dichas de otra forma.
Estuvieron alrededor de una hora revisando y la segunda parte la terminarían cuando ella lo acabara de revisar.
-Por cierto, CC. ¿De verdad quieres que vaya mañana a ver el ensayo general?
-Claro, alguien tiene que abrirle los ojos a Maxwell porque a mí no me hace caso, porque está deslumbrado por su fama y cree que yo estoy en contra de ella por celos… si hubieras visto el casting que hizo, estaba horrible… coqueteando descaradamente con Maxwell y el director... y todos esos imbéciles babeando con ella…fue vergonzoso. Pero a ver si tú puedes hacer que lo vean con objetividad.
-¿Tan mal lo hace?
-Imagina a Nanny Fine interpretando a Lady Macbeth…pues algo así de horrible, se le dará bien hacer melodramas…pero la comedia no es lo suyo y no se da cuenta y nadie se lo dice.
-Espero que me crea si le digo la verdad…si lo hace tan mal como dices.
-¿No me crees?
-Sí, por supuesto, bruja. – Dijo abrazándola. – Sé que tienes más olfato que Max para esas cosas…pero ¿crees que me tomará en serio?
-Sí, él sabe que te gusta el teatro y que tienes buen gusto, además supondrá que te caerá fatal estar de acuerdo conmigo y como te pediremos completa sinceridad, no puedes mentir.
-Le diré que: "aunque me cueste hacerlo tengo que admitir que la Señorita Babcock tiene razón."
-Si empiezas así, seguro que te cree y salvarás la obra del fracaso… con un poco de suerte el lunes podremos convocar un nuevo casting. ¿Te he dicho ya que te quiero, mayordomo?
-Desde que has llegado, no… y yo también te quiero. - Se besaron y Niles dijo: - Voy un momento a la cocina a ver si están todos dormidos…
-Aprovecharé para ir un momento al baño…y terminar de prepararme…
-¿Sí?
-Te prometí que cuando me pusiera tu camisa de pijama no tendría nada debajo…y mira. – Se levantó la camisa. – Tengo algo debajo… - Le mostró unas pequeñas braguitas blancas de encaje.
-Morena, es normal, no ibas a venir hasta aquí sin bragas, hay niños en la casa…y si te hubieras cruzado con alguno de ellos o con Max, hubiera sido increíblemente indecente… pero hubiese sido muy excitante el saber que te has estado paseando por aquí sin bragas sólo para venir a verme...
-Asegúrate ya de que se han acostado, estoy impaciente…
-Yo también… no tardo, Babs. – Niles le dio un beso y corrió a cumplir su misión.
Efectivamente, todos dormían. Volvió volando a su habitación y allí estaba CC con una sonrisa traviesa y la camisa con un botón más desabrochado, mostrando uno de sus hombros desnudo, tumbada bocabajo y con las piernas flexionadas hacia arriba.
-Eres lo más sexy que he visto en mi vida…
-Gracias, mayordomo… supongo que todos duermen.
-Efectivamente…
-¿Y qué haces ahí mirándome el culo en lugar de venir aquí y hacerme el amor?
-Es que es muy bonito… Toda tú eres muy bonita, me dan ganas de hacerte una foto…
-¿No tuviste suficiente con las que nos hicimos en el resort?
-Nunca tendré suficientes fotos de mi bruja. Pero dejaremos las fotos para otro momento…
CC se puso bocarriba y abrió los brazos, Niles se tumbó sobre ella con cuidado de no aplastarla y la besó y abrazó con fuerza.
-Te quiero, Babs.
-Y yo a ti, mayordomo… pero ahora tendremos que estar muy calladitos…especialmente tú.
-¿Qué tramas, Babs?
-Ahora lo verás… - Ella lo hizo tumbarse bocarriba en medio de la cama. Él sólo llevaba un pantalón de pijama y unos calzoncillos. – Ahora déjame a mí y, ya sabes, calladito… - Empezó a besarlo y a morderle el cuello.
-Babs…
-Shhh… - Siguió bajando besó y mordió sus pectorales y sus pezones. – Cállate… ¿O prefieres que te amordace?
-Sería excitante pero creo que mejor dejar mi boca y mi lengua libres… - CC le dio un beso profundo. Volvió a bajar hasta llegar a la cintura de su pantalón.
-Ahora dejaré otra cosa libre. - Bajó a la vez el pijama y el calzoncillo, impaciente. – Me encanta. – Dijo cuando destapó la erecta polla de Niles. Empezó a tocarla y a chuparla lentamente, empezó por la punta y fue bajando deslizando su polla en su boca tanto como pudo.
-CC… si sigues así no sé si aguantaré…y hoy no sé si podré llegar al segundo round…
-Entonces... – Dijo quitándose la camisa y quedándose completamente desnuda. – Será mejor que no pierda el tiempo.
-Ni yo tampoco. – Niles la abrazó y la besó apasionadamente. – Ahora te tienes que quedar calladita tú… - Entonces Niles siguió el ejemplo de CC y comenzó a besarla por todas partes. Llegó hasta su entrepierna. – Estás tan mojada…
Siguió lamiéndola y chupándola como descubrió que la volvía loca. Mientras agarró sus manos y las puso en sus pechos, le encantaba verla tocar sus pechos mientras le hacía sexo oral. Ella estaba a punto de correrse, Niles lo notó, introdujo un dedo dentro de ella y succionó su clítoris con fuerza. CC agarró un cojín y tapó su cara, ahogando sus gritos de placer.
Niles la dejó recuperarse mientras la seguía lamiendo lentamente, cuando ella se quitó el cojín de la cara subió por su cuerpo y la besó con ternura. Pasaron unos minutos simplemente besándose y acariciándose, Niles estaba tocando sus pechos, pellizcando ligeramente sus pezones cuando ella dio un suave gemido. Niles mordió el lóbulo de su oreja.
-Recuerda, CC… calladita.
-Ya, mayordomo…pero ya sabes lo sensibles que son mis pechos…
-La próxima vez que estemos en tu apartamento, intentaré que te corras sólo estimulando tus preciosos pechos… - Siguieron besándose y CC le dijo:
-Pero eso mejor otro día, Botones, ahora estoy deseando tener tu polla dentro de mí.
-Tus deseos son mis órdenes, reina de los vampiros… - Sin más la penetró casi hasta el fondo de una embestida y la besó apasionadamente, empezó a moverse, ambos cada vez más excitados, sin separar sus bocas para hacer el menor ruido posible. Niles notó que CC estaba a punto de correrse de nuevo, acarició su clítoris mientras no dejaba de besarla. CC se corrió aguantando sus gritos mientras mordió con fuerza el hombro de Niles dejándole una marca, Niles se corrió poco después y la abrazó y la besó.
-Niles… - Dijo CC cuando recuperó el aliento. – Espero que la pequeña siga bien porque no pienso dejarte salir de esta cama en toda la noche.
Se besaron y Niles le prometió que cuando los dejó en la sala de estar, la niña estaba bien y que Maxwell se encargaría de ella. Fueron un momento al baño de la habitación de Niles, se dieron una ducha rápida entre besos y caricias, y Niles se puso el pantalón de su pijama y CC la camisa, ambos sin ropa interior. Volvieron a la cama y poco después se durmieron.
A la mañana siguiente, CC se escabulló a su habitación después de que Niles la despertara besándola apasionadamente.
-Buenos días, reina de los vampiros…
-Buenos días, Mr. Clean…
-Lo siento mucho, pero hoy no nos da tiempo a echar el mañanero…
-No te preocupes… había pensado que tras el ensayo podríamos ir a mi apartamento con cualquier excusa…podremos pasar toda la tarde en mi dormitorio o en el jacuzzi…
-¿Jacuzzi?
-Me lo terminaron de instalar ayer… era una sorpresa.
-Estupendo… estoy deseando que lo probemos.
-Yo también…un ensayo nunca se me habrá hecho tan largo como el de hoy…
Se besaron, CC recogió sus bragas y corrió a su habitación. Se vistió rápidamente y fue a su apartamento para cambiarse. Niles pasó la mañana tranquilo, tenía poco trabajo, Fran volvió tras el desayuno y se encargó de Grace mientras sus hermanos quedaron esa mañana con sus amigos, la pequeña tenía que hacer un trabajo de educación artística y lo dejó para hacerlo con Fran. Maxwell fue al teatro para ver si se había solucionado un problema con la escenografía. CC estuvo en su apartamento, se aseguró de que el jacuzzi nuevo estuviera perfectamente bien instalado.
Pasaron el día echándose de menos el uno al otro hasta que después del almuerzo Niles fue al teatro a petición de CC y Maxwell, allí estaba también Umbert, que no solo era un buen diseñador, era muy aficionado al teatro. Los dos presenciaron el ensayo, después de que confirmara las sospechas de CC, ese caradura infló el presupuesto y estaba intentando hacerles el lío y embolsarse un sobresueldo comprando material de menos calidad y pidiéndoles dinero para telas de primera calidad. La obra en general les gustó a los dos, pero la protagonista no tanto, le dieron a Maxwell y CC su sincera opinión, esa chica intentaba parecer divertida y parecía que estaba haciendo una mala parodia y no parecía hacer un esfuerzo por mejorar. Maxwell y el director de casting tuvieron que claudicar. El resto del equipo, que no se atrevía a dar su opinión sincera en un primer momento, apoyaron la opinión de Niles y Umbert.
CC miraba a Maxwell con una media sonrisa engreída.
-Ya lo sé, CC. No hace falta que me digas que ya me lo habías dicho tú. El día ha sido bastante malo y tenemos que hacer un nuevo casting el lunes.
-Dígame a mí lo malo que ha sido el día, señor. – Dijo Niles. – No sabe lo que es darle la razón a la Malvada Bruja del Oeste… - CC le dio un pellizco en el brazo y Niles se quejó exageradamente.
-Si no fuera porque has salvado la obra, te haría algo peor que darte un pellizco así que no te quejes tanto.
Estuvieron charlando un rato. Le comunicaron la decisión que tomaron a la actriz, que no se lo tomó bien, pero mientras no se estrenara la obra y si no cumplía con las expectativas, podían rescindir el contrato, recibiría una indemnización. Empezó a gritar que mentían y que en el contrato no decía nada de eso. La chica se tranquilizó después de hablar con su representante y que él le confirmara que era cierto. Se presentó allí y cuando le expusieron sus motivos, la chica no pudo seguir diciendo que ella hacía bien su trabajo, cuando CC puso la grabación de la actuación de esa tarde que ella mandó hacer sin que nadie lo supiera. Ella misma pudo ver que necesitaba algunas clases más de interpretación. Se fue de allí con su representante que iba regañándola por vaga, parece que no sólo eran rumores, esa chica intentaba medrar gracias a su aspecto y sólo pensaba en ir de fiesta y salir en las revistas. Cuando la chica salió por la puerta del teatro CC le dijo a Maxwell.
-Sabía que había un buen motivo para que Weber no la contratara cuando salió en aquella entrevista diciendo que quería actuar en Broadway… supongo que prefirió callárselo.
-CC, por favor, ahora no es el momento de reproches…
-Si hubiera sido yo la que se hubiera empeñado en contratarla, me lo estarías reprochando durante años y no me digas que es mentira. En fin, cambiando de tema, Umbert, querido, ¿Puedes hacer algo con el vestuario?
-Por supuesto, cariño, el lunes revisaré las telas y materiales que se han comprado, también si las que ha hecho se ajustan a lo que queríais o se pueden mejorar.
-Gracias. – Dijo CC y besó la mejilla del hombre. Niles dijo:
-Señor, ¿Me puedo tomar la noche libre?
-Claro, Niles. – Dijo Maxwell. – Gracias por tu ayuda, antes de irme le dije a la Señorita Fine que pidiera comida china, por si tardábamos aquí. Puedes llamarla y decirle lo que quieres.
-No será necesario, he pensado ir al restaurante de un buen amigo de cuando estaba en Oxford, me dijo que podía ir cuando quisiera y he pensado en ir a saludarlo.
-Lo que quieras, diviértete. CC, ¿Vienes hoy a casa?
-No Maxwell, hoy he dejado el coche en casa y he venido en taxi, además, tengo que ver el asunto del cese del contrato, lo haré más tranquilamente en casa, aunque viendo al representante de esa chica esta tarde no creo que tengamos que darle una gran indemnización…
-Lo que prefieras.
-CC. – Dijo Umbert. – Si quieres puedo llevarte a casa, he aparcado aquí cerca.
-No es necesario, gracias, sé que no te pilla de paso.
-Yo también tengo que coger un taxi. – Dijo Niles. – Señor, usted se llevará el coche, ¿no? – Maxwell asintió. – Yo voy cerca del apartamento de la Señorita Babcock, puedo acompañarla a casa y el restaurante está a pocos minutos de su edificio.
-Si no te importa, CC. – Dijo Maxwell.
-Si va tan cerca de mi edificio es absurdo ir en taxis separados…teniendo en cuenta que a esta hora cuesta encontrar taxis por esta zona…
-Pues, nada, nos vemos el lunes. – Dijo Maxwell, el día siguiente lo dedicarían a publicar un anuncio para el casting y en ultimar el cese de contrato, por suerte aún quedaba como mes y medio para el estreno.
Se despidieron todos. Niles y CC cogieron un taxi y llegaron pronto al apartamento. Cuando CC le enseñó su nueva bañera de hidromasaje, él le dijo:
-Lo de que tengo un amigo que hace tiempo que no veo que ha inaugurado un restaurante por aquí, es cierto, ¿Qué te parece si vamos allí y cenamos? Después podemos dar un paseo de vuelta y darnos un baño en tu nueva bañera…
-Es un plan genial. Me cambio y vamos, ¿Es un sitio muy elegante? – Dijo CC desde dentro de su vestidor.
-No demasiado.
-¿Te gusta esto? – Le enseñó un vestido sencillo con minifalda de color negro con mangas cortas y un generoso escote cuadrado.
-Perfecto.
Se cambió rápidamente y fueron al restaurante. Pasaron una velada maravillosa, era un restaurante precioso, el servicio era estupendo y la comida deliciosa, el amigo de Niles, Colin, era bastante simpático y divertido, estuvo un rato con ellos y le contó algunas anécdotas de su época de estudiantes. Se despidieron de él y prometieron volver.
Cuando volvieron al apartamento de CC, pusieron música bailaron y bromearon y terminaron en la bañera haciendo el amor como en el resort. Cuando saciaron su pasión, momentáneamente, Niles le dijo mientras la abrazaba sobre su regazo, con la espalda de ella apoyada en su pecho, como en sus vacaciones.
-¿Cómo es que se te ha ocurrido comprar esto? Ha sido una gran idea, me encanta.
-Gracias por el cumplido… - Giró la cabeza y lo besó. – Se me ocurrió porque llevaba un tiempo pensando en hacerlo… y después de nuestras vacaciones fue la excusa perfecta para ello… echaba de menos tener un jacuzzi…para bañarme contigo cuando quiera, no es tan grande como el de la suite del resort o el de la casa de los Sheffield, no quiero esperar que la mansión esté vacía para usar el de Maxwell…y cuando lo usamos aquel día no pudimos relajarnos como ahora.
-Lo sé, tienes razón, ha sido una idea maravillosa. Es del tamaño ideal, los dos cabemos muy bien .Te quiero, Babs.
-Yo también te quiero, mayordomo.
Ambos se besaron dulcemente.
