Capítulo 4: Estreno Como Pareja.

Por fin llegó la noche del estreno, como habían planeado, Niles y CC fueron juntos como pareja. Para que nadie sospechara, CC llevaba un par de semanas hablando de que había conocido a un hombre llamado George y que se lo presentaría la noche del estreno, casualmente, la dejó plantada tras tener una cita desastrosa el día antes del estreno. Así que tuvo que recurrir a Niles, como era habitual, ya que Maxwell invitó, por fin, a Fran a ir con él como su cita.

La obra fue un gran éxito, el público se divirtió y los críticos estaban entusiasmados, la actriz protagonista fue muy aplaudida, no era tan famosa ni llamativa físicamente como su predecesora, pero tenía encanto, vis cómica y carisma, además estuvo maravillosa. Todos los críticos elogiaron su elección y apuntaron a que la obra sería uno de los grandes éxitos de la temporada.

Todos asistieron al estreno, incluidos los niños, a los que después de la función, recogería Sylvia Fine y se los llevaría a su casa, les divertía mucho pasar la noche allí desde el día que se quedaron atrapados en la nieve. Además, querían dejarles tiempo a solas a Fran y Maxwell, y Grace, en secreto, quería también dejarles tiempo a solas a Niles y CC. Desde que supo de la relación del mayordomo y la socia de su padre, Grace les ayudaba a mantener su noviazgo en secreto, dándoles coartadas como, por ejemplo, quedando a jugar o a estudiar con su amiga Heather, la cual vive en el edificio de al lado de CC y pidiéndole a Niles que la lleve a su casa, o si sabía que estaban a solas en alguna habitación, avisándolos cuando alguien se acercaba. Incluso había empezado a pasar tiempo con CC, pidiéndole que le contara anécdotas de su madre e incluso le preguntaba sobre sus citas con Niles, y a él también.

En las últimas semanas, siempre que podían, iban a cenar al restaurante de Colin, el amigo de Niles, incluso en una ocasión se llevaron a Grace, Niles tenía que recogerla en casa de su amiga, llamó a Maxwell y le dijo que como las niñas estuvieron estudiando y se les hizo un poco tarde, se la llevaría a cenar al restaurante de su amigo, él le dio permiso y le dijo que le llevara la cuenta y se la pagaría, la niña disfrutó muchísimo, tanto que su padre prometió llevarlos a todos a cenar allí cuando estuviera menos ocupado, aunque aún no hubiera cumplido su promesa, CC y Niles llegaron a temer que Colin los delatara, pero hablaron con él y le contaron su situación y que aún no querían que los Sheffield supieran de su auténtica relación, así que si los veían acompañados por esa niña y más gente debía actuar como si nunca hubiese conocido a CC, era un buen amigo de Niles y prometió ayudarlos y advirtió a sus empleados.

Tras la exitosa función y después de que Sylvia se llevara a los chicos a su pizzería favorita, Maxwell, Fran, CC y Niles junto con el elenco, los técnicos y muchos de los invitados y de los patrocinadores, además de algunos periodistas y miembros de la alta sociedad neoyorquina, fueron a una sala del Rainbow Room que reservaron para celebrar el éxito del estreno, porque sabían que sería un rotundo éxito. A CC no le importaba coincidir con algún conocido, lo habló con Niles y le dijo que estaba tan feliz con él como nunca y si su madre se enteraba y no lo aceptaba le daba igual, nunca la había necesitado, ni siquiera cuando era pequeña, siempre fue una madre ausente, no tenía derecho a meterse en sus relaciones.

Aquella noche, Niles se puso su mejor esmoquin, uno que compró para la ocasión, CC lo llevó a una pequeña y elegante boutique de ropa masculina que les recomendó Umbert, el cual también fue invitado al estreno y se convirtió en su cómplice, era sumamente romántico y cuando supo su historia, cómo se conocieron y que llevaban años enamorados y que querían un tiempo sólo para ellos, cuando conoció a Fran entendió el motivo. Los acompañó a la tienda y CC insistió en regalarle el esmoquin con la excusa de que cumplieron 2 meses juntos, él esa noche la llevó a cenar a un restaurante muy caro en el Soho y pagó la cena.

Niles y Maxwell iban muy elegantes con sus impecables esmóquines, pero Fran y CC no se quedaron atrás. Fran llevaba un vestido largo de lentejuelas plateado muy de su estilo con tirantes finos, un escote atrevido, delante y detrás, ajustado y con una abertura hasta el muslo, se puso unos tacones de aguja plateados y un clutch a juego, se hizo un moño no demasiado cardado, por una vez le hizo caso a CC, eso sí su maquillaje fue más de su estilo habitual. CC se puso uno de sus vestidos de diseño, largo, negro de seda con cuello halter y escote con forma de corazón, que mostraba elegantemente la parte superior de sus pechos y dejaba al descubierto la parte superior de su espalda, era ajustado hasta la parte superior de las rodillas y tenía una abertura que mostraba un forro rojo a juego con el borde de su escote, se puso unos stilettos rojos y llevaba un clutch negro estilo vintage con unas rosas rojas estampadas, se hizo un elegante recogido con unas ondas enmarcando su cara y se maquilló discretamente menos los labios, que se los pintó de rojo pasión brillantes, el color favorito de Niles, aunque tenía muchas joyas espectaculares, regalo de su padre especialmente, decidió ponerse el collar con los pendientes a juego que le regaló su abuela paterna al cumplir 16 años, era una sencilla cadena de oro blanco con un colgante con un diamante con forma de lágrima de color azulado y pendientes a juego, eran sus joyas favoritas y siempre se las ponía para los estrenos.

Cuando las vieron, Niles y Maxwell se quedaron impresionados, Niles no tuvo que disimular al verla, mientras su jefe y su amiga esperaban en la limusina con los niños para ir al teatro, él subió a su apartamento para ir a buscarla. Cuando la vio le dijo:

-Si no fuera porque tenemos que ir al estreno, no saldríamos de este apartamento hasta dentro de una semana… Estás deslumbrante.

-Tú también estás muy guapo, Rochester… Si te portas bien, me las ingeniaré para escabullirnos temprano… tengo una sorpresa para después.

-Ya estoy deseando verla… - Ella rodeó su cuello con sus brazos después de que Niles la ayudara a ponerse el fular a juego con el vestido que llevaba esa noche y él hizo lo mismo con su cintura. CC le susurró al oído.

-La llevo debajo del vestido… Será mejor que nos vayamos o Maxwell subirá histérico pensando en que estamos matándonos el uno al otro.

-Está bien, pero pasaré toda la noche impaciente y desnudando mentalmente a Danny DeVito para no andar empalmado toda la noche.

Ambos rieron y CC agarró el brazo de Niles y se dirigieron a la limusina rumbo al teatro.

La obra estuvo genial y cuando terminó, la ovación fue atronadora. Salieron del teatro cogidos del brazo, CC feliz y orgullosa como nunca, no sólo por el éxito obtenido, por primera vez en muchos años asistió a uno de sus estrenos con el hombre que amaba y por fin no tenía dudas de que sus sentimientos eran correspondidos. Llegaron a la limusina rumbo al Rainbow Room entre flashes y preguntas de la prensa, Maxwell prometió atenderlos en el Rainbow Room, esa noche amenazaba lluvia y cuando llegaron a la fiesta, los periodistas ya estaban allí. Los niños se fueron con Sylvia, que estaba encantada de llevarlos a su casa, además los niños no tenían muchas ganas de ir a la fiesta posterior, sabían cómo eran y aunque al principio podían ser emocionantes, terminaban aburriéndose.

Cuando los cuatro llegaron a la fiesta, Maxwell y CC respondieron a las preguntas de la prensa y cuando estuvieron satisfechos, se mezclaron entre los invitados, saludaron a todo el mundo, Maxwell y Fran no se separaron ni un segundo, Niles y CC hicieron lo mismo. Después de brindar los encargados pusieron música y comenzó un pequeño baile. Niles y CC se pasaron bailando casi toda la noche, estaban charlando y bromeando, bailando una balada de Elton John y ajenos al mundo mientras Fran y Maxwell los observaban sin salir de su asombro.

-¿Ha visto eso, Sr. Sheffield?

-¿En qué habíamos quedado, Fran? Esta noche soy Maxwell o Max, no el Sr. Sheffield.

-Está bien, Max… pero no cambies de tema, ¿Has visto a esos dos?

-No veo nada raro, sabes que les gusta bailar juntos y cuando Niles va como pareja de CC a algún evento, le advierto que no la deje en ridículo y que se comporte como un caballero o le dejaré sin sueldo un mes.

-Ya, pero no me refiero a eso, ¿No te has dado cuenta cómo se miran? Y la Señorita Babcock sonríe y parece sonreír sinceramente feliz.

-Hoy hemos tenido un gran éxito, es normal que CC esté feliz.

-Pues no creo que sea sólo eso, míralos bien, ¿Cuándo has visto a Niles tan cariñoso con ella? – En ese momento, Niles dejó que ella apoyara la cabeza en su hombro y giró su cabeza y pareció oler su pelo, lo que no vieron desde donde estaban es que él le dio un ligero beso en el cuello.

-Sabes, nunca lo creí posible, pero quizás Sara tenía razón.

-¿A qué te refieres?

-Ella me dijo más de una vez que estaban locos el uno por el otro y que no se atrevían a dar el paso, yo nunca lo creí posible…

-A veces esas cosas son más evidentes para las mujeres que para los hombres.

-Yo lo que no podía creer no era que Niles y CC pudieran estar enamorados, lo que me costaba creer es que siendo mi mejor amigo no me lo dijera nunca. Yo nunca he tenido secretos para él, no podía creer que los tuviera para mí. - En ese momento se dieron cuenta de que Niles y CC se acercaban a ellos. – No digas nada, Fran.

-Por supuesto, Max. – Ella apretó un poco su mano y ambos se reunieron con Niles y CC que sugirieron sentarse en una de las mesitas para brindar los cuatro a solas. Tras un par de brindis, CC quiso saber.

-Y bien, Nanny Fine, ¿Qué te ha parecido la obra?

-¿De verdad quiere saber mi opinión, Señorita Babcock?

-¿Y por qué no? No eres una profesional del teatro, eres público potencial, es importante el boca a boca, si el público general que ha visto la obra esta noche, habla bien de la obra a sus amistades y familiares despertará interés y venderemos más entradas.

-Pues me ha gustado mucho, los actores estaban genial y la historia era divertidísima, le diré a todo Queens que venga a verla y si no lo hago yo lo hará mi madre.

-¿Tu madre? – Preguntó CC extrañada.

-Le compré entradas para ella y mi padre para mañana, así les compenso por quedarse con los niños, aunque les encanta tenerlos en casa.

-¿Y qué te ha parecido la actriz protagonista? – Preguntó CC mirando a Maxwell con una media sonrisa malvada.

-Ha estado maravillosa, ¿De donde la habéis sacado? Es genial, muy buena, tiene mucha personalidad y tiene mucho talento para la comedia. – Maxwell vio a CC a punto de hablar.

-No digas nada, CC, tienes razón, esa chica es perfecta para el papel y yo estaba equivocado y deslumbrado por la fama de esa actriz de culebrones, tenías razón, lo mejor era despedirla.

-¿Qué actriz de culebrones?

-Tina Beaumont.

-¿Tina Beaumont iba a trabajar en la obra? ¿Por qué la despedisteis? Es muy buena actriz.

-Porque se le da muy bien el melodrama y los culebrones, pero para hacer comedia no sirve, no tiene talento para la comedia, parece ser que había rumores en Los Ángeles sobre que es perezosa y no se esfuerza, parece ser que no prestaba atención a sus clases de interpretación.

-Bueno, si es cierto, habéis ganado con el cambio. – Dijo Fran. Niles contestó:

-Yo vi uno de los ensayos generales con vestuario y Fran, te puedo asegurar que sí que se ha ganado con el cambio. Era como Jerry Lewis intentando ser gracioso haciendo de Hamlet… horrible.

-Me lo imagino, en los culebrones que la he visto, es buena, no la mejor, pero no mediocre… - CC contestó:

-En resumen, del montón.

-Exacto, Señorita Babcock.

-Bueno, vayamos a ver si todos se divierten. – Dijo Maxwell. - ¿Qué clase de anfitrión soy? Aquí con vosotros y sin atender a nuestros invitados.

-Pues vamos a mezclarnos… - Dijo CC.

-Me permite. – Dijo Niles, ofreciéndole el brazo.

-Gracias. – Dijo CC agarrándose a su brazo. – Está por ahí un tipo que cuando se toma un par de copas, siempre intenta tocarme el trasero… quizás si me ve contigo se reprima poco.

-Encantado de ayudarla, y a ese pobre hombre… que cuando te tomes unas copas te dé por tocar esas cosas… da repelús.

-Eres un idiota, escobilla de wáter. – Dijo CC falsamente ofendida.

-Vamos, Babs, estoy de broma, además hoy pareces casi humana…para ser una criatura de la noche.

-Y como tal te advierto que no te pases ni un pelo o te chuparé la sangre. – Maxwell y Fran los miraron porque ambos hablaban de forma bastante sugerente. - ¿Qué miráis? – Preguntó CC. – Sólo estamos bromeando.

Niles y CC fueron a la zona cerca de la pista de baile donde había algunos actores, entre ellos la protagonista, que abrazó a CC, la cual le presentó a Niles y pasaron un buen rato hablando con ella y el resto del elenco, le dijo a Maxwell que fuera a atender a unos conocidos de sus padres a los que no soportaba porque dudaba de tener paciencia para soportar sus tonterías.

Pasaron alrededor de una hora atendiendo invitados, CC estaba deseando irse, aunque ambos se estaban divirtiendo, bailando y charlando con los invitados. Niles también estaba deseando marcharse. La noche no había ido muy mal, Maxwell insistió en que invitara a miembros de la alta sociedad de Nueva York, así que tuvo que soportar a amigos y conocidos suyos y de sus padres, con Maxwell y Fran quedaron en decir que Niles era un amigo de la infancia de Max y que se ocupaba de los intereses de su familia en Estados Unidos, la misma historia que inventaron en el resort, evidentemente Fran quería conocer el motivo y CC le tuvo que explicar que no quería que Satanás (su madre) dejara su guarida en Boston y fuera a verla a Nueva York. Quitando tener que sonreír falsamente a esa panda de snobs, fue una gran noche para todos, bailaron juntos, se divirtieron y tuvieron una agradable charla con Umbert.

Cuando la fiesta tocaba a su fin, Niles y CC estaban bailando por última vez esa noche, junto a unas pocas parejas más.

-Babs, ¿Has pensado una excusa para no irnos con Max y Fran en la limusina? – Entonces le susurró al oído. – Porque no pienso dormir sin ti después de verte con ese vestido…

-Yo tampoco quiero dormir sin ti…lo he hablado con Umbert, le he dicho que le diremos a Maxwell y Nanny Fine que nos iremos con él a su apartamento a tomar la última copa, que se ha trasladado a un piso nuevo y quiere llevarnos allí.

-Muy bien…yo aprovecharé para animar a Max a lanzarse y decirle a Fran que la quiere.

-¿Crees que te hará caso?

-Lo tengo que intentar, le diré que si duda por los niños, que ellos no pondrán pegas, que ellos mismos me han dicho que ojalá estuvieran juntos. Él sabe que no me inventaría algo así.

-Eso podría funcionar… mientras estén distraídos el uno con el otro no se darán cuenta de lo nuestro hasta que nosotros queramos…

-Hablando de otra cosa…¿Te he dicho ya que estoy haciendo esfuerzos titánicos para no llevarte corriendo al baño y hacerte el amor ahí mismo?

-¿Y por qué no lo has hecho, mayordomo? – Preguntó con una sonrisa traviesa.

-Porque seguramente nos prohibirán la entrada de por vida…aún quedan periodistas por aquí y uno de ellos no nos quita la vista de encima.

-Pues ese imbécil siempre me intenta dejar mal, me critica por todo, démosle algo de qué hablar… - CC lo besó apasionadamente, Niles tras la sorpresa inicial le devolvió el beso. Muchos los miraban y a CC le daba igual. Cuando separaron sus labios CC dijo: - Si Maxwell y Nanny Fine preguntan diles que es cosa del champagne y que hay un periodista por aquí que me cae fatal y quería provocarlo un poco.

-Lo que digas, brujita.

-Bien, voy un momento al tocador.

En ese momento, Fran la interceptó y le preguntó por el beso, aprovechó y fue con ella al lavabo. Niles se acercó a Maxwell, que seguía mirándolo perplejo.

-¿Qué tal la noche, Max? – Dijo Niles, que esa noche no utilizaría el tratamiento formal habitual para su jefe. El productor por fin reaccionó.

-Niles… CC y tú…

-No, Max, es sólo que está eufórica y el champagne la ha desinhibido…y que hay un periodista que no le cae muy bien, parece que estaba esperando que hiciera algo criticable y decidí seguirle la corriente, fue divertida la cara que puso ese memo.

-Entonces, ¿No estáis juntos?

-No… pero sabes, no puedo negar que la Señorita Babcock me gusta mucho.

-Hace tiempo que lo sospecho, ¿Por qué crees que nunca he hecho caso de sus intentos de seducción? No podría hacerte algo así. ¿Cuándo te declararás?

-Aún no creo que sea el momento adecuado, por lo menos esta noche, no quiero que crea que estoy bebido y me arrepentiré mañana o que crea que me burlo de ella. Aunque le pediré una cita cuando la lleve a casa, si todo sigue como hasta ahora.

-Te entiendo.

-¿Y tú, Max? ¿Le dirás a Fran que la quieres?

-Yo no sé si ella me corresponde y tengo que pensar en mis hijos, puede que no acepten nuestra relación.

-Max, sabes que nunca te he mentido, ¿Cierto? – Maxwell asintió. – Fran te quiere, tuvo un flechazo contigo, igual que tú con ella. Y tus hijos no son un problema y lo sabes, no sólo la quieren como niñera, hace tiempo hablé con ellos sobre esa posibilidad y dicen que les gustaría mucho que estéis juntos, ¿Por qué crees que se han querido ir con Sylvia y Morty esta noche? Les pregunté esta mañana cuando fuiste a ver el último ensayo, querían daros intimidad.

-Vaya, no lo había pensado…

-Afortunadamente, me tienes a mí para abrirte los ojos. – Maxwell sonrió.

-Intentaré lanzarme esta noche…

-Hazlo, aprovecha la oportunidad. CC y yo hemos quedado con Umbert en tomar una última copa en su apartamento.

-¿Desde cuándo eres amigo de Umbert? – Preguntó Maxwell extrañado.

-Es un gran tipo, nos caímos bien en el ensayo y hemos coincidido en mi tienda de delicatessen favorita, donde compro las especias y el queso fresco que te gusta. No sólo es un diseñador con talento y aficionado al teatro, es todo un gourmet. – En eso no tuvo que mentir, Umbert era muy aficionado a la buena gastronomía.

-Vamos que podremos volver a casa a solas…

-Sí, arriésgate Max, no tienes nada que perder y mucho que ganar, ¿O vas a esperar a que llegue alguien más y se olvide de ti? Tienes que arriesgarte Max o la perderás y te arrepentirás.

-Creo que tienes razón.

-¿En qué tiene razón mi querido amigo Niles? – Dijo Umbert que se acercó a ellos y rodeó los hombros de Niles con su brazo.

-En que Max debe decirle a Fran que la quiere y pedirle salir juntos en serio.

-Sí, por favor, hazlo. – Dijo Umbert, ante la mirada de extrañeza de Maxwell dijo: - No me mire así Sr. Sheffield, os he estado observando en las pocas ocasiones en que hemos coincidido las últimas semanas, esa mujer está loca por usted y es correspondida, seguro que lo único que os mantiene separados son vuestras inseguridades… hágame caso, soy muy perspicaz.

Estaban allí bromeando cuando llegaron CC y Fran, ya se estaba yendo casi todo el mundo y decidieron dar por terminada la noche. Maxwell y Fran se despidieron de Niles, CC y Umbert que fueron a buscar un taxi. Maxwell y Fran fueron a la limusina, contrataron un chófer para esa noche, pasaron todo el trayecto charlando, Maxwell rodeó los hombros de Fran con su brazo durante todo el camino, Fran estaba en una nube. Cuando llegaron a casa, Maxwell salió primero y le dio la mano para ayudarla a bajar, despidió al chófer y le ofreció el brazo para entrar, una vez dentro cerró la puerta y la ayudó a quitarse el abrigo, dejándolo en el armario de la entrada.

-Gracias por invitarme, Sr. Sheffield, ha sido una gran noche.

-¿Cómo que vuelvo a ser el "Sr. Sheffield"? Vamos Fran, aprovechemos que tenemos la casa para nosotros solos, ¿Te apetece un último baile y una última copa?

-Sólo el baile… no me apetece beber más.

-Está bien, lo que desees.

Maxwell fue al estéreo y puso un disco, seleccionó la pista y empezó a sonar Strangers In The Night de Frank Sinatra.

-Me encanta esa canción. – Dijo Fran mientras Maxwell la abrazaba y empezaron a bailar.

-A mí también. – Entonces decidió hacerle caso a Niles y arriesgarse. – Fran, esta noche lo he pasado muy bien.

-Yo también. La obra ha sido todo un éxito y la fiesta ha estado muy bien.

-Sí, lo sé. Pero a parte de todo eso, lo he pasado muy bien contigo.

-Yo también.

-Últimamente lo paso muy bien siempre que estoy contigo, Fran.

-Yo puedo decir lo mismo, Sr. Sheff… Max.

-Eso está mejor. Me gusta mucho estar contigo, Fran, yo creo que… - Empezó a dudar.

-¿Qué pasa Max? ¿He hecho algo malo? – Maxwell tragó saliva y dijo:

-No, Fran, para nada, todo lo que has hecho es bueno, cuidas a mis hijos, no como una niñera, como una madre y, no sólo eso, a mí me has devuelto la ilusión y me haces feliz.

-Max, yo…

-Déjame acabar, lo que estoy tratando de decirte es que estoy bastante seguro de que te quiero y deseo estar contigo para siempre.

-Max. – Dijo Fran con los ojos llorosos. – Yo también te quiero.

Se besaron apasionadamente hasta que sonó la última nota de la canción y se separaron un momento para recuperar el aliento. Max empezó a besar la suave piel de su cuello y sus hombros.

-Max, por favor, si no vas en serio, paremos ahora mismo… no juegues conmigo.

-No estoy bromeando, esto va en serio Fran, muy en serio.

-No digo que bromees, digo que no quiero que esto sea sólo una noche de sexo, dices que me quieres y no quiero que te arrepientas, no quiero que mañana al despertar esto – Se apartó un poco de él y señaló entre ambos. - sea sólo producto de la euforia por el éxito que ha tenido el estreno o porque se te han subido las copas a la cabeza.

-Fran, te prometo que apenas he bebido, tú lo has visto. No es producto de la euforia, es algo muy meditado, desde que entraste por esa puerta, estaba deseando hacer lo que estábamos haciendo… - Volvió a acercarla a su cuerpo. – Y desde que vi lo mucho que te quieren mis hijos y lo mucho que te echo de menos cuando no estás, sé que quiero estar siempre contigo. Que seas mi pareja en todos los eventos y en todos los sentidos. Te quiero, Fran y estoy harto de esperar.

-No me quejo, para nada…pero, ¿Cómo es que me has dicho todo esto por fin precisamente esta noche? – Preguntó Fran acariciando la solapa de su esmoquin.

-Digamos que mi mejor amigo me ha dado el empujoncito que necesitaba.

-Niles…

-Sí, me conoce mejor que nadie, ni siquiera mi familia me conoce tan bien como él. Supo que me enamoré de ti en cuanto te vi y que me arrepentiría si no te digo nada…y lo que temía no sólo era que mis hijos rechazaran nuestra relación, porque están locos por ti, sino que llegue alguien menos cobarde que yo y te aparte de nuestro lado. Te quiero a mi lado para siempre, Fran, no puedo vivir sin ti.

-Yo también, Max. Yo tampoco podía esperar más, después de una noche tan perfecta como la de hoy… te hubiera confesado mis sentimientos mañana antes de que hubieran llegado los niños, mi madre se los va a llevar a desayunar tortitas…y hoy te iba a dar un beso de buenas noches que te dejaría sin palabras y mañana había pensado ir a despertarte y confesarte lo mucho que te quiero. Aunque la Señorita Babcock me dijo algo en el tocador que me dio que pensar.

-¿Qué te dijo?

-Estaba diciéndole que esta noche lo pasé genial contigo, que ha sido la mejor cita de mi vida y que ojalá me hubieras besado como Niles a ella… ella me dijo que fue cosa de ella para darle carnaza a ese periodista tan odioso que sólo publica cosas para fastidiarla, que ella también se estaba divirtiendo con Niles, que estaba harta de perseguir imposibles…y creo que se refiere a ti.

-Hace tiempo que no es tan insistente, supongo que se ha cansado de ver que no puede competir contigo.

-Bueno, me dijo que si tan segura estaba de querer algo contigo y de que tú me correspondes, por qué no tomaba yo la iniciativa…que aunque tú te comportes a veces como si estuviéramos en la época victoriana, no es así…

-Ahora me siento un poco idiota.

-¿Por qué?

-La acusé de estar celosa de Tina Beaumont porque fue bastante coqueta conmigo y los directores… resulta que no era por eso porque se le está pasando su obsesión conmigo, será que su terapia funciona.

-Creo que sí… y creo que está empezando a aceptar que le gusta Niles.

-¿Tú crees?

-Dijo que sorprendentemente también su cita con Niles estaba siendo maravillosa.

-Puede que cualquier día encontremos una escena similar a la de aquella noche…

-Sabes creo que si llegamos a tardar un poco más los hubiéramos encontrado desnudos o su ropa en la sala de estar y a ellos en la habitación de Niles.

-Probablemente, pero yo ahora sólo pienso en llevarte a mi habitación. – Cogió en brazos a Fran, que dio un pequeño grito al verse sorprendida y subió las escaleras hacia su habitación, cerró la puerta con el pie y no salieron de allí hasta la mañana siguiente.

Mientras Maxwell y Fran se sinceraban el uno con el otro, Niles y CC fueron con Umbert a tomar algo a su apartamento, se había mudado recientemente a un nuevo piso cerca del edificio de CC.

-¿Qué os parece? ¿Os gusta? – Preguntó Umbert.

-Es muy bonito y acogedor, pero, ¿Cómo es que te has vuelto a trasladar? Llevabas poco tiempo viviendo en el otro apartamento.

-Lo sé, no te lo he contado, querida, pero he roto con Billy.

-Parecíais muy felices juntos, ¿Qué ha pasado? – Preguntó CC.

-Me lo encontré en la cama con otro… y encima, como gano bastante dinero, estaba intentando convencerme para dejar su trabajo y que yo lo mantuviera. – Umbert suspiró y les sirvió un whisky a sus invitados. – Supongo que yo no tengo vuestra suerte… - Niles sonrió y apretó la mano de CC y dijo:

-Sí, tuvimos suerte al encontrarnos, pero tardamos demasiado en intentar estar juntos.

-Hacéis una gran pareja… por cierto, CC, amor, ¿Cómo está Noel? ¿Sigue con ese tal Charlie?

-No, rompieron hace meses, por lo visto sólo buscaba que lo asesorara con su tesis doctoral… ¡ojalá siguierais juntos!

-A veces aún pienso en él… y eso que rompimos hace 12 años. Ningún novio me ha durado un año…y es que al final siempre los comparo con Noel. Tu hermano deja huella, querida.

-Sabes, a él le pasa lo mismo contigo, me pregunta mucho por ti.

-Ojalá yo pudiera trasladarme a Boston o él a Nueva York, pero su trabajo está allí y el mío aquí y ambos sabemos que lo nuestro no funcionaria si tenemos que renunciar a nuestra profesión.

-Lo sé, es una pena, estáis hechos el uno para el otro…y sabes lo que sufrí cuando os separasteis…

-Lo sé, amor, recuerdas cuando estaba con Noel y te llamaba "hermanita".

-Me gustaría que volvieras a hacerlo algún día. Sabes, le diré a Noel, la próxima vez que lo vea, que busque un trabajo en la universidad de Nueva York.

-Estoy deseando volver a verlo…

-Dentro de un mes vendrá con mi padre a Nueva York, quiero que conozcan a Niles, mi padre se irá al día siguiente, si te apetece podríamos quedar los cuatro.

-Me encantaría. – CC lo abrazó cuando lo vio un poco emocionado.

-Bueno, cariño, ya te llamaré y concretaremos, será mejor que nos vayamos, mañana quiero madrugar para comprar todos los periódicos y leer las críticas.

-Más bien me despertará temprano y me hará ir a comprarlos… - Dijo Niles. CC le dio un pequeño golpe en el brazo.

-¿Te quejas encima? Te encanta que te despierte… sobretodo cuando me meto bajo las sábanas.

-Por favor, chicos, esas cosas en privado que estoy a dos velas. – CC lo besó en la mejilla y le dijo:

-Cariño, te compensaré, mañana te invito a almorzar y por la noche llamaré al bobo de mi hermano y lo convenceré para que vuelva aquí.

-Gracias, cielo. – Abrazó con cariño a CC y luego se dirigió a Niles. - Y tú… cuida mucho a mi hermanita honoraria, porque si me entero de que le haces daño, no podrás huir de una locaza enfadada.

-Tranquilo, Umbert, puede parecer lo contrario, pero la quiero y siempre la cuidaré.

-Así me gusta… ¿No tendrás un hermano o un primo para mí? – Niles sonrió.

-Tengo un hermano, felizmente casado y tiene 3 hijos…y mis primos, tengo un primo homosexual, pero no me gusta para ti, es un memo y tú te mereces alguien mejor.

-Acabo de entender por qué estás loca por él, nena, si no estuviera contigo estaría intentando hacerlo cambiarse de acera.

-Y no lo conseguirías porque es sólo mío.

Se despidieron de Umbert que avisó al portero del turno de noche de su edificio para que les pidiera un taxi, su apartamento no quedaba lejos del edificio de CC pero ella tenía ya los pies doloridos después de toda la noche con tacones. Niles y CC quedaron con Umbert para almorzar al día siguiente en el restaurante de Colin. CC se abrazó a Niles mientras iban en el taxi.

-Sabes, lo he pasado muy bien esta noche.

-Yo también, Babs. Sabes, cuando me quedé a solas con Max le dije que me gustas mucho y que te pediría una cita de verdad cuando te dejara en casa.

-¿En serio?

-Sí, él me dijo que lo sospechaba y que por eso no te hacía caso… le animé a hacer lo mismo con Fran. Sabes, quedamos en esperar unos meses, pero soy tan feliz que sólo pienso en decírselo a todo el mundo.

-A mí me pasa lo mismo, por eso el mes que viene quedaremos con mi padre y mi hermano, quiero que te conozcan cuanto antes. He pensado que después haremos pública nuestra relación.

-Por mí, perfecto. – Se besaron dulcemente perdiendo la noción del tiempo.

-Ejem… - Tosió ligeramente el taxista. – Jefe, ya hemos llegado.

-Sí, disculpe. – Dijo Niles. - ¿Cuánto es?

-15 dólares. – Niles sacó un billete de 20 de su bolsillo.

-Quédate con el cambio, por ignorarle antes.

-Gracías, Jefe. No se preocupe, es comprensible. – El hombre les guiñó un ojo y Niles salió del taxi y sujetó la puerta para CC, ella cogió su mano y entraron al edificio cogidos de la mano.

Llegaron al ascensor bajo la atenta mirada del portero, que los saludaba a menudo con una sonrisa cómplice. Cuando entraron en el ascensor, Niles le dijo:

-Babs, ¿Te he dicho ya que estás maravillosa esta noche?

-Sí…y eres un adulador… - Se dieron un piquito mientras se abría la puerta, CC abrió la puerta y entraron, cerrando tras ellos, CC dejó las llaves y el bolso en la mesita de la entrada, y colgaron el fular y la chaqueta de Niles en el armario de la entrada.

-Es cierto, ¿No has visto cómo te han mirado los hombres en la fiesta e incluso el taxista y el portero del edificio de Umbert y el de aquí? Debo ser el hombre más envidiado de Manhattan y mañana cuando salgan las fotos del estreno en la prensa, de todo Nueva York.

-Eres un exagerado…seguro que estaban más interesados en Nanny Fine…

-Si lo estaban es que no deben ver muy bien… por cierto, me prometiste una sorpresa cuando estuviéramos a solas, no me he olvidado.

-¡Qué buena memoria tienes para lo que te interesa!

-Y eso es algo que me interesa mucho…

-Eres un obseso…

-No puedes culparme cuando eres tan preciosa. – Se besaron y CC se descalzó mientras, se apartó un momento de él y dijo:

-No sabía que tenía tantas ganas de quitarme los zapatos…

-¿Sólo los zapatos? – Preguntó Niles con una sonrisa torcida.

-No sólo eso… vamos al dormitorio y te enseño tu sorpresa… ¿o te la doy aquí mismo?

-Mejor en el dormitorio, recuerda la vez hace dos semanas que nos dormimos en el sofá y nos despertamos con tortícolis.

-Sí…y mañana es sábado, mi fisioterapeuta no tiene consulta y no nos podrá dar una cita urgente.

-Pues vamos allá.

La cogió en brazos y ella dio un pequeño grito de sorpresa. Ambos rieron y se besaron camino del dormitorio. Cuando él la bajó ella deshizo su pajarita y empezó a abrir su camisa.

-Te veo ansiosa, Babs.

-Tenía muchas ganas de quitarte esto.

-Ya…yo también tengo ganas de quitarte esto… - Dijo acariciando la tela de su escote.

-Desnúdate y métete en la cama, vuelvo enseguida. – Le dio un beso y fue al baño. Niles la obedeció rápidamente y en unos cinco minutos CC salió del baño con un largo camisón de seda y encaje de color negro, el pelo suelto y sin maquillaje.

-Estás preciosa.

-Gracias. – Se sentó a horcajadas sobre él. – Sabes, ahora que estamos aquí completamente a solas te voy a contar algo muy travieso que hice en el tocador del Rainbow Room…

-¿Qué hiciste?

-Recuerdas que fui con Nanny Fine. – Niles asintió. – Entré en uno de los cubículos y me quité las braguitas… siguen en mi bolso por si lo quieres comprobar. – Niles estaba boquiabierto.

-¿Me estás diciendo que hace casi una hora que estás sin bragas?

-Ajá… te lo iba a decir antes, pero temía que te impacientaras y yo también…tampoco quería que dejáramos la conversación con Umbert a medias…

-Eres malvada, Babcock. – Dijo acariciando el muslo de CC que se veía a través de la abertura del camisón. – Por cierto, ¿esto también es parte de la sorpresa? – Tiró ligeramente de la cinta del liguero que sujetaba sus medias de seda.

-Sí, es parte de la sorpresa. – Lo besó restregándose contra él. – Pero quédate aquí un momento… quiero desnudarme para ti.

-¿Como hizo Sophia Loren para Marcello Mastroianni? – CC rió un poco.

-No sé si será tan sexy pero lo intentaré…

-Tú siempre estás sexy. - CC se levantó de la cama y se dio la vuelta.

-Esta es la ropa interior que llevaba esta noche, sólo que sin bragas. – Entonces dejó caer los finos tirantes de su camisón que formó un charco a sus pies y él miró su trasero desnudo con los ojos muy abiertos, CC llevaba un corsé de encaje negro con liguero y medias a juego… y nada más. Se dio la vuelta y se acercó a Niles. – ¿Te gusta mi lencería nueva? La compré en La Perla especialmente para esta noche.

-Maravillosa…

-Tira de aquí… - CC le dio la punta de un lacito que se desató y luego CC hizo que saliera de los ojales que mantenía sujeto su corsé, se dio la vuelta de nuevo y dejó caer la parte de arriba de su lencería. Volvió a darse la vuelta y se cubría los pechos con su brazo derecho y su mano izquierda tapaba su pubis. Niles la miraba embobado.

-Déjate las medias y el liguero.

-¿En serio?

-Sí, te quedan muy bien y me gusta verte así, me encanta ver tus piernas con medias y liguero, estás muy sexy… ¿Te he dicho alguna vez que me encantan tus piernas?

-Algo he oído…

Niles se levantó la abrazó y la besó intensamente. La levantó en sus brazos, ella rodeó su cintura con sus piernas y él la acostó en la cama y siguió besándola.

-Te quiero, mi reina de los vampiros.

-Yo también te quiero, Rochester.

Se besaron y pasaron el resto de la noche haciendo el amor.

A la mañana siguiente, en la mansión, Maxwell y Fran seguían a solas, los chicos no llegarían hasta antes del almuerzo y, como Maxwell le solía dar el día libre a Niles tras los estrenos, irían a almorzar a algún restaurante agradable. Se despertaron aún abrazados sobre las 8 de la mañana, el primero en despertarse fue Maxwell. Aún le parecía que su apisonada noche de amor era un sueño, pero allí estaba Fran, dormida y pegada a su cuerpo, despeinada y tan desnuda como él. Acarició su pelo y lo apartó para besar su cuello. Ella estaba de espaldas a él, habían dormido toda la noche haciendo la cucharita, su bonito trasero estaba justo en su entrepierna. Cuando sintió sus delicados besos en su cuello, Fran soltó un pequeño jadeo y Maxwell sonrió al notar que otra parte de su cuerpo estaba muy despierta. Fran se despertó y se dio la vuelta en sus brazos y dijo:

-Buenos días, Maxwell… - Lo besó con ternura.

-Buenos días, Fran…- Le dio otro beso. - ¿Has dormido bien? – Fran asintió.

-Mejor que nunca. – Volvieron a besarse. – ¿Y tú?

-Mejor que nunca. ¿Arrepentida?

-De no haberte arrastrado aquí antes…

-Yo podría decir lo mismo. – Ambos se rieron.

-No sabía que los ingleses podían ser tan apasionados…

-Yo tampoco sabía que podían serlo las buenas chicas judías… - Ambos volvieron a reír.

-¿Tenemos tiempo antes de que vengan los niños?

-¿Para qué?

-Para el mañanero…

-Sí, mi amor. - Maxwell la besó y apartó el edredón. – No me canso de mirarte, eres preciosa.

Entonces empezó a besar su cuello y su clavícula y a acariciar su pecho. Ella gimió levemente, sus pezones se endurecieron rápidamente, Maxwell siguió dejando besos más abajo, pasó por sus pechos, lamió y succionó suavemente sus pezones, hasta que les dio un pequeño mordisco lo que provocó un gemido en Fran, siguió bajando hasta que llegó a su pubis con el vello cuidadosamente recortado y ella lo paró.

-¡Espera!

-¿Qué? – Dijo extrañado.

-Necesito ir al baño antes…

-Está bien… - Dijo Maxwell un poco fastidiado.

-Cuando te lo diga, reúnete conmigo en la ducha.

Ella le guiñó un ojo y entró al baño. En dos minutos, Fran gritó:

-¡Ven aquí, cariño!

Maxwell corrió desnudo al baño y se la encontró en la ducha, mojada y con el pelo empapado pegado a su espalda y su frente.

-Estás maravillosa.

Ella abrió los brazos y él la abrazó y la besó, un momento después, Fran estaba con la espalda apoyada en la pared de azulejos y Maxwell estaba arrodillado frente a ella lamiendo con intensidad su estrecha vagina, ella estaba a punto de correrse y entonces Maxwell introdujo uno de sus dedos dentro de su vagina y succionó con fuerza su clítoris y comenzó a correrse con intensidad. Maxwell se levantó cuando ella empezó a recuperar el aliento y la besó apasionadamente.

-¡Oh, Maxwell! Eso ha estado…

-¿Bastante bien?

-No, ha estado genial…ahora me toca a mí…

-Cariño, no es necesario…además no sé si aguantaré lo suficiente si me la chupas…

-Está bien… ¿Qué te gustaría?

-Ahora verás… - La apoyó en la pared de azulejos y la besó con pasión. – Quiero enterrarme profundamente dentro de ti.

Se besaron y Maxwell la penetró de una vez, lo más profundamente que pudo. Ella gritó y echó la cabeza hacia atrás, él empezó a morderle el cuello y ella rodeó su cintura con sus piernas y ella arañó su espalda. Maxwell se movía cada vez más rápido, penetrándola una y otra vez, cuando la notó tensarse, la besó en la boca y con la mano que no rodeaba su cintura acarició su clítoris y ella se corrió con intensidad, él la siguió poco después.

Cuando recuperaron el aliento poco después, se lavaron, se secaron y volvieron a la cama. La siguiente vez que se despertaron había pasado media hora, Fran estaba acostada sobre el pecho de Maxwell mientras acariciaba el escaso pelo de su pecho, él la rodeaba con sus brazos mientras acariciaba su hombro y su espalda.

-Max…

-Dime.

-¿Crees que Niles le habrá pedido una cita a la Señorita Babcock? – Maxwell sonrió.

-Sí, estaba bastante seguro de querer hacerlo. Sabes que Niles es bastante testarudo, no ha parado hasta que yo te he dicho lo que siento por ti… no creo que lo deje hasta que CC le dé una oportunidad.

-¿Crees que ella lo hará? ¿Le dará una oportunidad? ¿Aceptará salir con él? A veces es tan snob…

-Ya, pero la conozco y sé que si Niles le repugnara tanto como afirma, no aceptaría que la acompañara a eventos y mucho menos bailaría con él.

-Supongo, aunque eso no quiere decir que le guste, es que Niles baila muy bien… aunque tú también bailas muy bien.

-¿Quién crees que me enseñó?

-¿Él te enseñó a bailar?

-Sí, entre él y su madre nos enseñaron a bailar a mis hermanos y a mí.

-Creía que habías ido a clases de baile como todos los chicos ricos.

-Fui, un tiempo, pero la profesora era una vieja bruja que nos daba golpes con una vara de madera… mis padres no eran el colmo de cariñosos y atentos pero no querían que nos dieran con una vara porque sí…además no avanzábamos nada y como un día vieron a Niles ayudando a Jocelyn ensayar para su próxima clase y decirle que él era mejor profesor que la señora Williams, le preguntaron a Niles quién le enseñó a bailar y cuando dijo que fue su madre, decidieron que dejaríamos las clases y aprenderíamos con Niles y su madre, Marguerite, ojalá la pudieras conocer algún día, es encantadora.

-Quizás si Niles la invitara a venir de visita… ¿Su padre aún vive?

-Sí, es un gran tipo, la verdad es que fueron más atentos y cariñosos conmigo y mis hermanos que mis padres, aunque mis hermanos son unos desagradecidos, yo siempre que viajo a Inglaterra los visito y les mando regalos por Navidad aunque ya están jubilados, ellos ni siquiera preguntan por ellos.

-Supongo que tú eres diferente… y por eso te quiero…

-Y yo a ti. – Se besaron. – Supongo que es momento de levantarse y vestirse no vayan a llegar los niños…no quiero que se enteren de que estamos juntos porque nos han pillado desnudos en la cama.

-Tienes razón… - Se levantó después de volver a besarlo. - ¿Cuándo les diremos a los niños que estamos juntos?

-Había pensado llevarlos a almorzar y preguntarles si les parecería mal que tú y yo seamos novios. Les diremos que tras la cita de anoche nos hemos dado cuenta de que nos queremos y que antes de seguir queremos saber su opinión.

-¿Por qué no decirles que nos queremos desde que nos conocimos?

-Porque creo que se sentirían mal si supieran que no te dije nada antes porque me preocupaba que ellos no lo aceptaran…

-Tienes razón. – Ella recogió sus cosas y su ropa, fue a su habitación vestida sólo con una bata de Maxwell y él la persiguió vestido sólo con un pantalón de pijama.

-Te espero abajo y saldremos a desayunar. – La besó en la puerta de su habitación y fue a vestirse a la suya. En unos 20 minutos estaban desayunando en una agradable cafetería cerca de la casa.

Mientras esto sucedía en la mansión, en el ático de CC, ella y Niles estaban comiendo el delicioso desayuno que Niles preparó para ellos, estaban en el salón sentados en el enorme y cómodo sofá de CC con Chester echado en el regazo de Niles, que le daba trocitos de bacon.

-Lo estás malacostumbrando, Hazel.

-Vamos, Babs, me estaba mirando con una carita de pena…no soy la reina de las nieves…

-¿Qué insinúas?

-Nada, cariño, además estoy empezando a derretir tu frío corazón, este chiquitín ya no te gruñe.

El perrito se acercó a CC y empezó a lamer su mano y pedirle caricias.

-No sé cómo lo has hecho, pero has conseguido que mi perro me haga chantaje emocional…y lo peor es que funciona.

Cogió al perrito y lo acarició, le dio un beso en su cabecita y entonces fue ella la que le dio bacon. Terminaron de desayunar y decidieron vestirse, Niles tenía algo de ropa y cosas de aseo en el apartamento de CC para sus días libres y decidieron dejar allí el esmoquin, se dieron una ducha juntos y se vistieron, decidieron llevarse a Chester a dar una vuelta por Central Park. CC había visto las críticas de los periódicos y las revistas del día y estaba muy contenta, la crítica unánimemente consideraba la obra la mejor comedia musical del año, además había decidido que ya que en las páginas de sociedad salía besándose con Niles, al que se referían como un misterioso y atractivo inglés que no quiso hacer declaraciones, no tenía por qué esconderlo y, como le dijo Niles, estaba cansada de vigilar si había alguien conocido. No quería confirmar nada a nadie hasta que Noel y su padre lo supieran, pero ya no le importaban los rumores.

Estaban cogidos de la mano, paseando cerca de la fuente de Alicia en el País de las Maravillas, Niles llevaba la correa del perro cuando Chester empezó a tirar con fuerza.

-¡Chico! ¿Qué te pasa? – Se sorprendieron al ver a Maxwell con Fran también cogidos de la mano y mirándolos boquiabiertos.

-Buenos días, señor. – Dijo Niles, que fue el primero en hablar.

-Buenos días, Niles, CC. – Dijo Maxwell aún sorprendido. - ¿Qué hacéis aquí… y así?

CC y Fran estaban sin palabras. Así que respondió Niles de nuevo.

-Yo podría preguntar lo mismo…pero ayer le pedí a CC una cita y quedamos en ir a desayunar esta mañana por aquí cerca.

-¿Has dormido en casa? No te escuchamos llegar y volvimos poco antes de las 2.

-Llegué a las 4, nos entretuvimos en casa de Umbert y después la acompañé a casa, le dije que le llevaría la prensa del día temprano si accedía a desayunar conmigo como una primera cita. Y aquí estamos paseando a Chester.

-Ya… - Dijo Maxwell aunque no le encajaba que no los hubiera escuchado, Fran gritaba mucho, pero a esa hora ya estaban dormidos.

-¿Vosotros qué hacéis por aquí? – Preguntó CC.

-Pues… - Maxwell se empezó a ruborizar. – Fran y yo…

-Estáis juntos. – Dijo CC. – Tranquilo Maxwell lo sospechaba.

-¿No te importa? – Preguntó Fran. – Creía que Max te gustaba.

-Tengo cariño a Maxwell, pero he decidido dejar de perseguir imposibles, no quiero perder más tiempo, la terapia me ha hecho ver que debo quererme un poco más y no buscar la felicidad en pareja en alguien que sólo me quiere como amiga…

-Lo siento, CC, no sabía que te hacía daño. Pero no podía forzar algo que no surgía.

-No es tu culpa, Maxwell, después de la primera vez que no me hiciste caso debí asumirlo, me obsesioné, no hiciste nada para alimentar mi obsesión, cuando llegó Nanny Fine empecé a darme cuenta de que yo no era lo que buscabas…y gracias a la terapia me di cuenta de que debía preocuparme por buscar algo que me haga feliz…y contigo hubiera tenido una relación que a la larga hubiera sido como la de mis padres, nos hubiéramos terminado odiando y la verdad, es que me gusta demasiado mi trabajo para renunciar a él por una relación condenada al fracaso… seamos sinceros, nunca hubiera funcionado.

-Tienes razón, CC. Y vosotros, ¿Estáis juntos ahora? – Niles sonrió y dijo.

-Ella sabe que me gusta y mucho…pero aún no hemos hablado de eso…no sabemos a dónde irá esto, hemos hablado y vamos a tener citas, nada formal aún, pero queremos conocernos un poco mejor como pareja antes de comprometernos en algo más serio.

-Es genial. – Dijo Fran. - ¿Se lo vais a contar a todo el mundo?

-Aún no, preferimos esperar a ver cómo va, además no queremos que si termina lo que sea que tengamos acabemos odiándonos. Además es pronto para decirlo, aunque si Rochester se comporta tan bien como anoche… nunca se sabe.

-Bueno, bruja, yo también podré que opinar…

-Poquito… - Niles miró arriba y dijo:

-Bueno…pero sólo lo aceptaré porque, sorprendentemente, me gustas bastante…y también me gusta pasear a Chester. – Entonces el perrito se levantó sobre sus patas traseras buscando caricias de Niles, que lo cogió en brazos y se dejó besar por el perrito.

-Si tanto te gusta, puedo ahorrarme el paseador de perros.

Estuvieron bromeando un poco entre ellos, mientras Maxwell y Fran los miraban extrañados. Niles les dijo:

-¿De verdad pensabais que renunciaríamos a divertirnos burlándonos el uno del otro?

Estuvieron hablando un rato más, Maxwell y Fran se despidieron para ir a recoger a los chicos y llevarlos a almorzar, quedaron en no contar nada, Fran prometió no meterse en sus cosas y dejarlos en paz y no presionarlos con oficializar su relación. Niles y CC se despidieron para ir al restaurante de Colin con Umbert, llevaron a Chester a casa, y fueron a su cita. Mientras paseaban de camino a ver a Umbert, CC le dijo:

-¿Crees que Nanny Fine mantendrá la boca cerrada?

-Sí, esta noche hablaré con ella cuando los niños estén acostados, además, ¿Has visto que estaba entusiasmada con la idea de que estemos juntos? Seguro que no dice nada temiendo que rompamos por su culpa…

-Lo que creo es que se pondrá furiosa cuando sepa que estamos juntos desde hace cerca de tres meses…

-Se pondrá furiosa cuando sepa que Grace lo sabe y que nos ha ayudado a ocultarlo…y que ella no se ha dado cuenta de nada…

-Yo también me sentiría idiota… - Ambos se rieron y CC dijo: - Sabes, esta mañana cuando fuiste a comprar comida para el desayuno, estuve hablando con mi hermano, le conté lo que hablamos con Umbert y está deseando volver a verlo, también le dije que salgo contigo y que eres el mayordomo de Maxwell.

-¿Y qué te dijo? – Preguntó Niles inquieto. - ¿Le parece mal? – CC rió.

-Para nada, me conoce mejor que yo misma, dice que he pasado tanto tiempo hablándole de ti, que notó que sentía por ti algo más que repugnancia, además, ¿Recuerdas que fuimos juntos a una fiesta de Navidad?

-¿La que organizó Max en el Rainbow Room? – CC asintió.

-Él vino ese año.

-Lo recuerdo, coqueteó conmigo…

-Mi hermano tiene buen gusto…pero si lo vuelve a intentar lo mato. – Niles reía. – Bueno, pues notó lo mismo que la pequeña Grace.

-Noel es muy perspicaz.

-Eso y que es imposible ocultarle nada, quiere quedar con nosotros cuanto antes, quiere conocer bien al hombre que ha conquistado a su hermanita…y advertirte que debes cuidarme y hacerme feliz… pero eso ya lo haces, no será ningún problema.

Se besaron y llegaron al restaurante, Umbert los esperaba en la puerta y les dijo:

-Buenas tardes, parejita, por vuestras sonrisas, imagino que habéis pasado una gran noche.

-Buenas tardes, Umbert. – Lo saludaron felices, CC le dio un beso en la mejilla y Niles le dio la mano.

-No seas tonto, ven aquí, querido. – Abrazó con cariño a Niles y luego entraron al restaurante escoltando a CC que iba orgullosa y feliz agarrada de los brazos de su novio y de uno de sus amigos más queridos. Y es que CC no recordaba cuando se había sentido más feliz.