Capítulo 11: Revelaciones e Importantes Discusiones.

Habían pasado algunas semanas desde el estreno de la obra de Niles, estaba siendo todo un éxito de crítica y público. CC estaba embarazada de más de 5 meses y su ginecólogo le diría en la revisión de esa mañana el sexo de su bebé. Los futuros padres estaban impacientes…y el resto de su familia y amigos también. Julius y Lucy llegaron con sus hijos dos semanas después del estreno y, como prometieron Niles y CC, les consiguieron entradas, disfrutaron muchísimo de la obra y felicitaron efusivamente a Niles por su talento. Alistair y Marguerite insistieron en llamarlos al día siguiente del estreno para contarles que CC estaba embarazada. Cuando llegaron Lucy les llevó un adorable pijamita de color amarillo vainilla y un osito de peluche marrón clarito suave y esponjoso. Pasaron unos días estupendos, Stewart insistió en alojarlos en su casa, y los sobrinos de CC volvieron a casa de su abuelo para dormir con sus amigos. Cuando Julius y Lucy tuvieron que volver al trabajo una semana después, Niles les dijo que los chicos podían quedarse hasta que volvieran sus abuelos un par de días después de la cita para saber el sexo del bebé.

Lo cierto es que estaban pasando un gran verano, unos días después de la llegada de Julius y Lucy, Stewart los invitó a todos, la familia de Niles y los Sheffield incluidos, a pasar el fin de semana en su casa de los Hamptons, era una enorme mansión cerca de la playa y lo pasaron genial. Stewie y Preston nunca lo habían pasado mejor, estaban con chicos con los que se llevaban muy bien, estaban con sus tíos, aunque el Tío Noel y Umbert no pudieron ir a la playa, y su abuelo, también con Niles y sus padres a los que tomaron mucho cariño…por no hablar de que adoraban a Chester.

El día de la cita para la revisión los acompañaron Stewart y sus nietos, CC hubiera querido que también fueran los sobrinos de Niles y sus padres, pero éstos les dijeron que sería demasiada gente y que quedarían después para hacer un picnic en Central Park y celebrarlo, además, ellos la acompañaron en la revisión anterior pocos días antes, el doctor hizo el primer intento de ver el género, pero el bebé estaba pudoroso y no dejó ver nada. Además, CC quería que Preston se sintiera especial siendo de los primeros en saberlo, el chico estaba muy pegajoso con ella y Niles, según creía CC era porque se sentía inseguro aún con el tema del bebé, lo cierto es que estaba equivocada, era su forma de demostrarle que no quería volver al internado y vivir con ella para siempre. Estaban en la sala de espera, CC se acariciaba el vientre un poco nerviosa.

-¿Estás bien?- Dijo Preston. - ¿Necesitas algo?

-No, cariño, estoy bien. Creo que el bebé está un poco nervioso.

-¿Se mueve mucho?

-Mira. – Cogió la mano del niño y se la puso en el vientre.

-¡Guau! – Dijo Preston al notar una patada. Entonces habló a la barriga. – Bebé, no estés nervioso, que no te va a doler…

-¡Qué monada! – Dijo una señora que estaba allí con su hija embarazada. – Eres un gran chico, ¡con qué ternura le habla a su hermanito! – CC sonrió y acarició el pelo de Preston.

-Gracias, señora. Pero este encanto es mi sobrino.

-Disculpe, Señora, pero viéndolos tan cariñosos con usted pensé que eran sus hijos.

-No lo son, pero los quiero como si lo fueran. – Dijo CC sonriendo a sus sobrinos. En ese momento la llamó la enfermera. – Si nos disculpa nos toca ahora.

Entraron a la consulta y el doctor saludó muy contento.

-¡Stu! No sabía que venías con ellos. ¡Cuánto me alegro de verte!

-Igualmente Hugh. ¿Cómo están Nicole y los chicos?

-Todos bien. Mañana tengo la tarde libre, ¿Te apetece venir a almorzar con Nicole y conmigo?

-Por supuesto, así nos pondremos al día. Ahora mejor será no hacer esperar a la futura mamá…

-Claro que sí. CC, querida, ve al biombo y, ya sabes, ponte la bata.

Mientras se cambiaba, Stewart y el doctor quedaron para almorzar y Niles y los niños esperaban pacientemente. CC salió y se dirigió a la camilla, la enfermera, después de pesarla y medirle el vientre, la ayudó a tumbarse, le puso una sábana sobre las piernas y le descubrió el vientre, le puso el gel y CC dio un respingo.

-Bueno, querida. – Dijo la enfermera, una mujer bastante amable de unos 50 años. – ¿Estás cómoda así?

-Sí, pero esta cosa cada vez está más fría…

-Lo sé, será sólo un momento.

-Bueno. – Dijo el doctor cogiendo el mando. – A ver si hoy tiene un día exhibicionista y no uno pudoroso como la última vez.

Pasó el mando por su abdomen. Pronto vieron en la pantalla una manita. El doctor pasó el mando por todo el abdomen de CC, vieron su cabecita, un hombrito, sus bracitos y manitas, empezó a chupar su pulgar, consiguió llegar a su entrepierna y por fin el doctor paró la imagen en la pantalla.

-Supongo que no entendéis lo que estáis viendo… - Todos miraban la pantalla con curiosidad e impaciencia y el doctor dijo: - No os haré esperar más, es una niña.

-¿De verdad? – Preguntó CC que estaba llorando. - ¿Estás seguro?

-Sí, ahí falta algo que estaría si fuera un niño… ¿Las lágrimas son de felicidad o querías un niño?

-Son de felicidad. – Dijo CC. Niles no podía hablar, Stewart se estaba aguantando las lágrimas y los niños estaban alucinando mirando la imagen de la ecografía intentando distinguir lo que se veía en la pantalla. - ¿Ella está sana? – El doctor volvió a deslizar el mando.

-Sí, mírala, está perfecta, tiene buen peso y estatura, un poco más alta de la media, aquí está su cabeza, tiene un buen desarrollo cerebral, parece que visual también, aquí está el perfil de su pequeña naricita y su boquita, los hombros, el pecho, el abdomen, la columna vertebral, sus caderas y piernecitas, su "zona femenina", sus rodillas y pantorrillas y sus piececitos, sus manitas…- Entonces la pequeña se dio la vuelta y mostró su trasero al ecógrafo. – Y aquí nos está enseñando su culito. – Todos rieron, incluida la enfermera.

-¡Genial! Ha salido a ti, mayordomo. – Todos empezaron a reír aún más fuerte. El doctor dijo:

-Bueno, vamos a oír el corazón de nuestra pequeña traviesa… - Empezó a escucharse el sonido de los rápidos latidos del corazón de la niña. – Sigue así, CC va todo muy bien. Entre finales de diciembre y principios de enero la tendrás en tus brazos, ya sabes que esto no es una ciencia exacta, quizás quiera celebrar con vosotros la Navidad y nazca por esos días o espere a fin de año para ver la cuenta atrás en Times Square.

Le limpió la barriga y les hizo una copia del vídeo de la ecografía y algunas copias de las fotos. Se las dio, además de algunas indicaciones y recomendaciones, después se despidieron del doctor, Stewart quedó con él para almorzar al día siguiente. Cuando salieron volvieron a cruzarse con la mujer de antes que les sonrió y le deseó suerte.

Cuando llegaron abajo los esperaban Maxwell, Fran, Marguerite, Alistair, los niños de Maxwell y los sobrinos de Niles, Alistair tenía la correa de Chester en su mano y el perrito estaba obedientemente sentado al lado de sus pies. En cuanto los vieron dijeron todos a la vez:

-¿Qué es?

-¡Una niña! – Gritaron todos a la vez.

Hubo un montón de aplausos, besos y abrazos, entonces, Niles dijo que irían a almorzar al restaurante de Colin para celebrarlo, que él invitaba. Fueron todos allí, en principio planearon ir de picnic a Central Park, pero la zona con mesas de picnic solían estar llenas esos días…y CC no estaba para sentarse en la hierba y Niles temía que le costara sentarse en las mesas o que estuviera estrecha, se estaba empezando a acomplejar con su barriga… aunque todos se pasaban el día diciéndole lo preciosa que estaba. Cuando llegaron Colin los saludó afectuosamente, su esposa salió de la cocina a saludarlos como solía hacer y se alegraron mucho cuando les contaron que iban a celebrar que acababan de saber que esperaban una niña. Fue un almuerzo maravilloso, Colin hizo que sus empleados le pusieran una gran mesa para todos, incluso dejaron que Chester estuviera con ellos, lo habían llevado otras veces y se portaba muy bien para que Colin le diera un sabroso hueso.

Cuando llegó el momento del postre les sirvieron un delicioso pastel con "It's a Girl" escrito con chocolate y con unas flores rosas de caramelo.

Todo fue perfecto, brindaron, charlaron, se divirtieron…los niños querían ir a Central Park a dar un paseo y a jugar. Todos miraron a CC.

-Por mí no hay problema, Hugh me ha dicho que debo caminar.

Fueron un rato a pasear, al cabo de una media hora se sentaron en un banco junto a uno de los lagos, había sombra y era muy agradable, mientras los chicos estaban por allí jugando con Chester. Estaban allí charlando sobre nombres de niña, aunque Niles y CC ya tenían bastante claro cómo querían llamar a su pequeña. CC vio cerca un puesto de helados y decidió ir a por un polo, Niles se ofreció a ir a buscarlo, pero le dijo que no era necesario, que le apetecía ir a ella, además quería ver ella misma los helados que tenían, Fran quiso ir con ella, también le apetecía algo fresquito. Estaban llegando allí cuando vieron de refilón a Stewie charlando con la pequeña Marguerite bajo un árbol, donde creían que nadie los veía. Ambos se sonreían y él tímidamente le dio una flor que tenía en la mano y le dio un beso en la mejilla, ella se sonrojó y le dio otro beso en la mejilla a él. Ambas los miraron embelesadas.

-¿Has visto eso, Nanny Fine?

-Sí. ¿No es lo más adorable que has visto nunca?

-Sí, son tan tiernos… pero será mejor que no les insinuemos nada… no quiero que se estropee algo así de bonito porque les dé vergüenza admitirlo.

-Tienes razón…

-Además, me gustaría que cuando fueran mayores vayan en serio y a mi madre y mi hermana les dé una apoplejía cuando se enteren de que se casará con la hija de unos dentistas…

-Es cierto lo que dice Niles, eres una bruja malvada…

-Sólo con quien me fastidia… - Ambas se miraron y rieron y siguieron su camino hasta el kiosco de helados, compraron unos polos de lima limón. Entonces se acercaron Preston y Grace y les preguntaron si podían comer unos polos ellos también. CC les compró polos y les dijo que le dijeran a los otros niños si querían también, terminaron comiendo todos, niños y adultos, polos de lima limón en los bancos cercanos.

Ben, el sobrino mayor de Niles, le sugirió a Maggie, con la que había congeniado bastante ir a la tienda de discos que ella le comentó esa mañana. Maxwell se mostró reacio al principio, pero Alistair le dijo:

-Max, chico, sabes que mi nieto es un chaval de fiar, seguro que la llevará temprano a casa.

-Claro. – Dijo Ben. – Llegaremos temprano a casa.

-Está bien.

Maxwell les ofreció quedarse allí esos días a los sobrinos de Niles y CC porque Stewart vino solo a la cita de CC y se iba en 3 días de nuevo, estaban todos entusiasmados allí, Ben dormía sólo en la antigua habitación de Niles, sus hermanos se quejaban de que roncaba, por eso estaba durmiendo en la mansión desde que llegaron, ninguno de los chicos quería compartir habitación con él, en la antigua habitación de invitados habitual de CC dormían Brighton, Stewie, Preston y Andy, antes de dormir pasaban un buen rato leyendo cómics, jugando a juegos de mesa y bromeando, Maxwell les prohibía jugar a videojuegos de noche porque eran capaces de no dormir en toda la noche. Maggie, Grace y la pequeña Marguerite dormían en la habitación de Maggie y cada noche era como una pequeña fiesta de pijamas.

Niles y CC seguían alojando a Marguerite y Alistair, se iban a casa tras cenar en la mansión cada noche y muchas veces tenían que dejar allí a Chester que no se quería separar de los niños, se había encariñado mucho con Preston y Ben…a no ser que ese día estuviera especialmente apegado a Alistair o a CC, cuando ella estaba molesta por el embarazo no se separaba de su dueña y a Niles no le quedaba más remedio que aceptar que el perrito se metiera en la cama con ellos.

Ese día excepto los chicos mayores, llevarían a los chicos a ver un partido de béisbol, hicieron tiempo en Central Park y luego irían al partido. Niles, CC y Stewart no irían, no les apetecía y Stewart quería hablar con ellos a solas, Alistair y Marguerite tenían curiosidad por ver un partido en directo y sus nietos pequeños también, Stewie y Preston también tenían ganas de ver el partido, hacía mucho tiempo que no iban a un estadio. Noel también quedó en ir con ellos, Umbert y él eran bastante aficionados al béisbol, quedaron con ellos directamente en el estadio.

CC, Niles y Stewart se despidieron de ellos en el parque, no sin antes encomendarles a sus sobrinos que no se separaran de los padres de Niles o de su Tío Noel o de Umbert.

-Tranquila, Tía Claire. – Dijo Stewie. – No nos separaremos de ellos.

-Bueno, comportaros bien y estad atentos y no os despistéis, allí hay mucha gente.

-Sí, Tía Claire. – Dijo Preston dándole un abrazo y un beso.

CC, Niles y Stewart se llevaron a Chester y decidieron pasear hasta el apartamento, cenarían allí, Niles improvisaría algo. Los demás seguramente cenarían unos perritos en el estadio o una pizza después del partido. Cuando llegaron al edificio escucharon unas voces, Sam, el conserje, intentaba hacer entrar en razón a una mujer que gritaba histérica. Cuando entraron descubrieron quien era la histérica… les sorprendió ver a DD, la hermana de CC. Cuando los vio, Sam pareció que había visto el cielo abierto.

-Vea, señora, no me lo inventaba y ella no me dijo que usted no podía subir, la Señorita Babcock no estaba y no iba a permitirle subir si ella no estaba.

Entonces DD se dio la vuelta para mirarlos. Niles se dio cuenta de que se parecía físicamente más a BB que su hermana, además también le inspiraba la misma simpatía que BB, es decir, ninguna. Llevaba un elegante vestido de verano, un bolso de marca y unas sandalias de tacón de aspecto caro y, por lo tanto, increíblemente incómodas. Miró a su hermana de arriba abajo, CC llevaba un bonito vestido premamá de verano, un bolso y unas cómodas sandalias planas.

-Vaya, vaya, los rumores eran ciertos, te has dejado preñar por un criado inútil.

-DD, si has venido aquí para insultar a mi prometido ya te puedes ir por donde has venido. – Chester empezó a gruñirle y a tirar de su correa, Stewart lo cogió en brazos para que no se hiciera daño con la correa, pero seguía gruñendo a la hermana de su dueña.

-No me voy, quiero hablar contigo y no me iré hasta que lo hagamos.

-Pues subamos a casa, yo no pienso hablar aquí contigo delante de todos los vecinos.

Stewart dijo, cuando se recuperó de la sorpresa de ver allí a su hija mediana:

-¿Qué haces aquí, DD?

-Tú deberías saberlo, he recibido una carta de uno de tus abogados.

Cogieron el ascensor y subieron en un incómodo silencio, Niles abrazó la cintura de CC y besó su sien, con su otra mano acarició su vientre, CC puso la mano sobre la de Niles.

Cuando llegaron al ático, Stewart soltó a Chester que se lanzó a intentar atacar a DD.

-¡Mantén a tu bestia alejada de mí!

-¡Chester! – Dijo Niles. – Ven aquí. – Cogió al perrito y lo encerró en su dormitorio.

-Y bien, DD, ¿Qué quieres? Porque si has venido sólo a insultarnos a mí y a mi prometido, ya te puedes ir. Te advierto que como me faltes al respeto te vas de aquí…

-No. No he venido a eso, también tenía planeado ver a papá… y mira por donde me voy a ahorrar un viaje.

-¿Qué quieres? – Repitió CC.

-¿Qué significa ésto? – Dijo sacando un sobre de su bolso.

-¿Qué es? – Preguntó CC haciéndose la tonta, sabía perfectamente lo que era, habló con Stewie y su padre tras el estreno, Stewie escribió una carta al juez solicitando vivir con su tía y poder ir a la escuela en Nueva York.

-Lo sabes perfectamente, le has comido la cabeza a mi hijo mayor y ahora dice que quiere vivir contigo.

-No le he comido la cabeza a nadie.

-Pero por tu culpa la gente creerá que soy una mala madre.

-Eso ya lo sabe todo el mundo, DD. Tienes a tus hijos en un internado casi todo el año y durante las vacaciones de verano los mandas a un campamento de verano o con sus padres…y todo porque tu querido Marlon sólo aguanta tener niños cerca si son sus nietos.

-Pero eso no te autoriza a decirles que deberían vivir contigo.

-Yo no les he dicho nada, DD, sólo he intentado ser una buena tía, igual que Noel ha intentado ser un buen tío y papá un buen abuelo. Hemos intentado visitarlos cuando hemos podido, les escribimos y les llamamos por teléfono siempre que podemos. ¿Desde cuándo no les escribes o les llamas o les visitas en el colegio? Y lo mismo se puede aplicar a los imbéciles de tus exmaridos. ¿No te has parado a pensar que los niños necesitan apego?

-Vaya, ahora que estás embarazada resulta que eres la madre del año…

-No me has contestado, DD.

-Sé que he cometido errores, pero son mis hijos y no deberías manipularlos.

-Yo no los he manipulado, pero si por ti fuera, los niños hubieran pasado las navidades de los últimos 2 años solos en un internado rodeados de extraños. Ni siquiera escuchas lo que quieren, sé bien que te escriben y ni siquiera les respondes.

-Es que a veces me pilla de viaje y no las leo hasta pasado un tiempo…

-Eso no es excusa. – Dijo Stewart. – Sé que no fui el mejor padre del mundo, DD, pero intenté pasar tiempo con vosotros, que disfrutáramos juntos, sabes que obligué a tu madre a no meteros en un internado como quería, aún así le permití que os llevara a Boston desde Nueva York porque era la condición que puso para no internaros y accedí. Y ahora vas tú y metes a tus hijos en un internado y te estás perdiendo su infancia.

-Papá, no te hagas el santo, sabías que a cambio de dinero nos podrías haber llevado contigo, si nos dejaste con mamá fue porque quisiste.

-No, fue porque viajaba mucho y no podía llevaros conmigo, los niños necesitan estabilidad.

-Pues lo mismo digo, Marlon y yo viajamos mucho y tenemos muchos compromisos sociales…

-Pero a sus hijos y sus nietos no los excluís, ¿Verdad? – Dijo CC. – Mira, puedes inventarte lo que quieras para justificar el que vivan conmigo, puedes decir que uno de ellos no le sienta bien el clima de Suiza y que se quedarán conmigo porque has encontrado una buena escuela aquí y es mejor que vivan conmigo a buscar otro internado… hasta puedes quedar como una madre preocupada.

-Pero aún así, creerán que me desentiendo de ellos…

-¡Si eso ya lo piensa todo el mundo! – Gritó CC exasperada. – Mira, si los dejas vivir aquí conmigo en lugar de devolverlos al internado, puedes decir que vienes a verlos a menudo y, de hecho, podrías venir a Nueva York, la gente que tanto te preocupa y a la que le da igual lo que hagas, pensará que vienes a verlos, si no te apetece te puedes ir de compras a la Quinta Avenida. – DD se quedó pensativa.

-¿Estarías dispuesta a mentir y decir que vengo a verlos a menudo aunque no lo haga?

-¿Por qué no? Seguro que los chicos me darán la razón sólo para evitar que los vuelvas a llevar al internado.

-¿Y qué les digo a Walter y Preston? Son sus hijos…

-Simplemente les dices lo que a todo el mundo, que a uno de ellos no les sienta bien el clima de Suiza o que ha desarrollado alguna alergia al polen de allí o lo que sea y que no quieres separarlos, que te sugerí que se quedaran conmigo porque les puedo conseguir plaza en un buen colegio y que es lo mejor porque se estaban portando mal porque no les gusta estar internados.

-¿Qué colegio?

-El mismo al que van los tres hijos de mi socio, Maxwell. Diles a tus exmaridos que no necesitas más dinero, que sólo paguen los gastos escolares como hasta ahora, yo me encargo de su manutención y los incluiré en mi seguro médico.

-¿Y qué gano yo con eso? – Preguntó DD.

-Yo pagaré el colegio de los chicos y todos sus gastos escolares. – Dijo Stewart. – Te puedes quedar con el dinero que te pasan sus padres, nadie lo sabrá. Mira lo que ganas, un buen dinero y estarás segura de que tus hijos estarán bien.

-Entonces ésto, ¿No llegará al juez? – Dijo moviendo y señalando el sobre.

-Sólo llegará al juez si no aceptas el acuerdo y los niños vuelven a Suiza.

-¿Y sus padres? ¿Y si quieren verlos?

-No se lo impediremos, ni a ti tampoco. – Dijo CC. – Si es que de verdad queréis verlos…

-Ya… - Dijo DD. – Pero, ¿Podrás hacerte cargo de ellos? Estás embarazada…

-¿Y qué? No estoy inválida y cuando nazca la niña tendré ayuda, tus hijos se comportan bien, son responsables y se saben cuidar solos, además, mi prometido me ayudará y, creo que no lo sabes, Noel ahora trabaja en Columbia. Seguro que él también podrá cuidarlos en caso de que lo necesite.

-También estoy yo, Gatita, voy a intentar reducir el ritmo de trabajo…ya no soy un niño y tengo que cuidarme…

-Ya podrías haberlo hecho cuando éramos pequeños… - Dijo DD con rencor poco disimulado.

-Sí, pero no hubiera podido pagar tus escuelas, tus viajes de compras a Europa con tu madre en primera clase, tus clases de hípica y el mantenimiento de tus caballos árabes, tu ropa de diseño exclusivo y la mitad de tus tres bodas, vestidos de novia incluidos… Tienes gustos muy caros… ¿O crees que de verdad todo eso lo pagó tu madre? ¿Tan inocente eres, DD?

-Yo…

-Entonces, ¿Qué? – Dijo CC, que ya estaba un poco harta de que su hermana estuviera allí. - ¿Qué vas a hacer? ¿Aceptas el trato? ¿Pueden quedarse aquí?

-Creo que no puedo negarme… Si os hacéis cargo de todos los gastos… - CC y su padre se miraron pensando exactamente lo mismo… que la convencieron sólo con decirle que se harían cargo de todos sus gastos y que podía quedarse con el dinero que le pasaban sus exmaridos. Entonces pareció caer en la cuenta de algo: - Por cierto, ¿Dónde están los niños?

-A buenas horas preguntas por tus hijos… - Dijo CC. – Están en un partido de Los Yankees con su tío, los padres de Niles, sus sobrinos y mi socio y su familia.

-¿Quién es Niles? – Preguntó DD.

-Ése soy yo. – Dijo Niles que se mantuvo junto a CC pero prefería no interrumpirlos.

-Debí adivinarlo, es nombre de mayordomo…

-Ahora es de autor teatral de éxito, así que cuidado con lo que dices. – Dijo CC.

-Está bien…

-Nosotros vamos a cenar. – Dijo Stewart. – Si quieres puedes quedarte para ver a tus hijos.

-Marlon y yo hemos quedado con unos amigos, debe estar esperándome… mañana podría venir a verlos, aunque volvemos a Beverly Hills por la tarde…

-Esta noche seguro que vienen a desearnos buenas noches y luego se irán a la casa de mi socio, les gusta dormir allí con sus hijos. Si quieres puedes venir por la mañana, vendrán de la casa de mi socio, se están quedando a dormir allí con los sobrinos de Niles y los hijos de Maxwell, son unos chicos bastante sociables y se han hecho bastante amigos.

-Ok, pasaré por aquí sobre las 11…

-Está bien. ¿Quieres que les digamos nosotros que se quedarán con nosotros o prefieres decírselo tú? – Preguntó CC.

-Sí, claro, díselo tú, supongo que no podrás aguantarte cuando los veas, seguro que llevas años planeándolo...

-No empieces, DD. Sabes que es un arreglo que te beneficiará bastante. – Dijo su padre. DD se calló.

-Está bien, mañana vendré sobre las 11…y espero que ese conserje tan grosero se comporte conmigo como es debido…

-DD, Sam es un buen trabajador y sólo ha seguido mis instrucciones, si no estoy en casa no debe abrir mi casa a nadie, si yo no lo aviso antes de que debe estar allí.

-Por cierto, cuando nazca tu…bebé…¿Dónde dormirán mis hijos?

-Eso está solucionado. – Dijo Stewart. Los tres lo miraron sorprendidos. – Tengo una casa cerca de la casa del socio de CC.

-¿Desde cuándo? – Preguntó CC.

-Desde la primera vez que fui a visitarte a tu trabajo, vi la zona y me gustó, había casas grandes y bonitas con unos jardines preciosos, vi una que tenía un jardín estupendo y un cartel de "se vende", la compré como inversión, la he tenido alquilada todo este tiempo, pero el inquilino se traslada la semana que viene, os lo iba a decir ahora en la cena, podemos ir a verla cuando queráis.

-¿Nos dejarás usarla? – Preguntó CC emocionada.

-He iniciado los trámites para ponerla a vuestro nombre, será mi regalo de bodas para vosotros.

-¿En serio? ¿Le vas a regalar una casa por su boda? – Preguntó DD muy celosa. – Y luego aseguras que no es tu favorita…

-¿Quieres que te recuerde la fortuna que he gastado en tus bodas, tus viajes de luna de miel y que he costeado tus divorcios? Tú te casaste por todo lo alto y tuve que costear gran parte de los gastos, tu hermana en cambio va a celebrar una boda sencilla y lo costearán su prometido y ella. Haciendo cuentas, tú has salido ganando, he gastado más en esas cosas que lo que he gastado en esa casa.

-Está bien, papá. – Dijo derrotada sabiendo que tenía razón. – Será mejor que me vaya, Marlon debe estar esperándome ya en el Plaza. Nos vemos mañana.

-Le acompaño abajo. – Dijo Niles. – Así advertiré a Sam que mañana vendrá y debe dejarle subir.

Niles bajó con su cuñada en el ascensor, fue un corto trayecto pero bastante incómodo, él ni siquiera intentó dirigirle la palabra porque ella ni siquiera lo miró. Niles habló brevemente con Sam y, cuando DD se fue, se disculpó con él por el mal rato que le habría hecho pasar.

-No es necesario que se disculpe, Señor Brightmore…

-Sam, ¿Qué te tengo dicho?

-Disculpa, Niles…

-Eso está mejor. Voy a subir a ver cómo está CC.

-¿Está bien la señorita Babcock? No es bueno que se ponga nerviosa en su estado y no creo que esa mujer la haya tranquilizado precisamente.

-Es su hermana y entre su padre y ella saben manejarla…

-Ya, pero por si acaso, si necesita un medico no dudes en avisar y llamo a emergencias.

-Gracias, pero no te preocupes, Sam, entre su padre y yo nos apañaremos y seguro que está bien.

-Ok, pero de todas formas, ya sabes, si necesitáis algo, aquí estoy, si me he ido, le diré a Jack que esté atento esta noche por si lo necesitáis.

-Gracias, Sam.

Niles sonrió al conserje le dio la mano y fue al ascensor. Cuando llegó a su casa se encontró a CC abrazada a su padre, llorando y murmurando palabras que no entendía.

-¿Estás bien, CC?

-Sí, Niles, no te preocupes sólo es que las emociones han podido con ella.

Entonces CC pasó de los brazos de su padre a los de Niles y le dijo:

-Niles, vamos a tener a los chicos con nosotros…y no tenemos que preocuparnos por la casa…

-Eso, hay que hablarlo, Stewart…es demasiado.

-No, Niles, compré la casa con la intención de que fuera para CC o para Noel si la necesitaban, mientras me ha hecho ganar un dinero que he ido guardando para la universidad de mis nietos, está en un fondo a plazo fijo generando intereses.

-Entonces…

-Siempre tuve esa intención al comprar la casa. Ahora, ¿qué tal si pedimos algo para cenar?

-Sí. – Dijo CC. – La pequeña me está pidiendo pollo al curry. – Niles le acarició la barriga.

-Está bien, si mi niña quiere pollo al curry, papá le comprará pollo al curry. – Dijo Niles besando la sien de CC. – Iré a por el menú del restaurante y el teléfono…y le abriré la puerta a Chester…

-¡Ay, sí! Pobrecito nos hemos olvidado de él.

-Nunca lo he visto tan agresivo… - Dijo Stewart.

-Pues menos mal que no ha sido BB la que ha venido… - Dijo CC. – Si llega a verla quizás no hubiéramos podido pararlo.

Cuando Niles abrió la puerta, Chester corrió y se dirigió al sofá donde estaba CC y se subió a su regazo, acarició con su cabeza el vientre de CC y lo lamió por encima del vestido.

-Creo que pensaba que DD podía hacerme daño… a mí o al bebé.

-Seguro que será más fiero que un rottweiler si alguien intentara hacerle algo a la pequeña… - Dijo Stewart, acariciando la cabeza del perrito. – Tranquilo, Chester, en mí puedes confiar. – El pomerania le lamió la punta de los dedos y se echó de nuevo sobre las piernas de su dueña.

Mientras Niles pidió la cena para los tres, comida india, y de postre se aseguró de que aún quedaba tarta de manzana. Comieron tranquilamente, charlando sobre lo fácil que era convencer a DD de lo que fuera ofreciéndole dinero, algo en lo que según Stewart era igualita a su madre.

Cuando terminaron de cenar esperaron que volvieran los niños, aunque durmieran en casa de los Sheffield, no podían dejar de ver a su tía antes de dormir. A todos los Sheffield y a la familia Fine les sorprendía ver a la normalmente fría Señorita Babcock siendo tan cariñosa con los niños y ellos simplemente la adoraban. Estaban los tres relajados charlando en el salón, CC se había descalzado y tenía los pies en alto, Chester estaba sobre ella.

-Porque sé que tienes buena intención, Chester, pero no sabes el calor que pegas… - El perrito la miró con la cabeza ladeada. – Bueno, no me quejaré, hoy has sido un buen chico, casi le muerdes a DD.

-No seas mala, CC… - Dijo Stewart riendo. – Mañana cuando vuelva será mejor que Niles lo saque a pasear…

-Sí, creo que será lo mejor.

Entonces sonó el timbre. Niles fue a abrir y allí estaban los niños con Noel y Umbert.

-¡Hola Niles! - Gritaron los niños, cada uno con su gorra de los Yankees. Chester saltó del sofá y fue a saludar a los niños.

-¡Hola chicos! – Dijeron los tres adultos. – Hola Noel, Umbert. – Añadieron después. Se abrazaron y saludaron.

-Espero que no te importe, los chicos estaban eufóricos y nos han contado que es una niña.

-No nos molesta. – Dijo CC mientras su hermano se agachaba junto a ella y le tocaba la barriga y le daba un beso. – Estamos muy contentos. ¿Qué habéis cenado?

-Una pizza buenísima. – Dijo Preston feliz. – Y de postre helado.

-Genial. Chicos, antes de que os vayáis a casa de los Sheffield os tengo que contar algo.

-¿Qué pasa, Tía Claire? – Preguntó Stewie.

-¿Ha pasado algo malo? – Preguntó Preston.

-No ha pasado nada malo. Ha estado aquí vuestra madre hace unas horas.

-¿Y dices que no ha pasado nada malo? – Dijo Stewie. – Ahora que estamos bien con vosotros, ¿Quiere que nos vayamos con ella?

-No, cariño. – Dijo CC. - ¿Recuerdas la carta que escribiste para el juez?

-Sí. – Dijo Stewie.

-Te contamos que el abogado del abuelo iba a mandársela y a incluir otra en la que le explicaba que si no atendía a tu petición le llegaría al juez…Pues no la ha visto hasta hace poco.

-Estaría de vacaciones con el idiota de Marlon… - Dijo Preston.

-¡Preston! – Dijo Stewart. – No hay que insultar...

-¡Pero es un idiota!

-Sí, pero se supone que es mi obligación regañarte si lo dices…aunque esté de acuerdo contigo. – Ambos rieron.

-Bueno. – Dijo Noel. – Ve al grano, hermanita, Maxwell nos está esperando abajo con el coche. Y ahora van a subir Marguerite, Alistair y sus nietos, no cabíamos todos en el ascensor.

-Está bien, vino aquí enfadada y maldiciendo, hemos hablado con ella y va a acceder a que os quedéis conmigo y Niles a partir de septiembre.

-¿De verdad? – Dijo Preston ilusionado.

-Sí. – Dijo Stewart. Los niños gritaron y saltaron emocionados, abrazaron a su tía y a Niles, a su abuelo y a Noel y Umbert.

-Chicos, mañana vendrá a veros vuestra madre…

-Sabía que no todo era bueno… - Dijo Preston.

-Tranquilos, no será mucho tiempo, sólo para saludaros y asegurarse de que estáis bien.

-Está bien.

-Por cierto, vino con la idea de que os he lavado el cerebro para que queráis quedaros conmigo y hacerle quedar mal a ella.

-Eso no es cierto… - Dijo Stewie. – Seguro que Marlon le dijo eso…

-Puede ser. Pero mañana no le digáis que sabéis con qué intención venía.

-Yo sólo pienso darle las gracias. – Dijo Preston sorprendiendo a los adultos.

-¿Las gracias? – Dijo Noel.

-Por dejarnos quedarnos con la Tía Claire y el Tío Niles.

-¿Ahora soy el "Tío Niles"? – Dijo Niles muy sorprendido.

-Si no te importa, quiero llamarte Tío Niles, después de todo te vas a casar con la Tía Claire.

-Claro, pequeño, lo que tú quieras. – Niles lo abrazó y también a Stewie que le aseguró que él también quería llamarle Tío Niles y a Umbert también. El hombre se emocionó. Era impresionante ver a Umbert casi llorando, un hombre de cerca de 1'90 intentando mantener la compostura… abrazó a los niños y les dijo que estaba encantado. También su abuelo les advirtió que, conociendo a su madre, lo mejor era no decirle a ella que llamaban tíos a Niles y Umbert… era muy voluble y nunca se sabía por dónde podía salir.

Entonces sonó el timbre, eran Alistair, Marguerite y los sobrinos pequeños de Niles, Ben y Maggie habían ido a cenar con unos amigos de la chica. Cuando llegaron les contaron brevemente las novedades, lo de la casa se lo contarían al día siguiente cuando se fuera DD. Todos estaban muy contentos, sabían que los chicos no querían volver a Suiza, no es que los trataran muy mal en el internado y tenían bastantes amigos, pero querían vivir como niños normales, ir al colegio y volver a casa por la tarde. Su abuelo les prometió que cuando fuera a Suiza se pasaría por el colegio, había hecho amistad con el director y le llevaría las señas de sus nietos para que se las diera a los amigos con los que ellos quisieran mantener el contacto, les dijo que le prepararan una lista de nombres.

Los niños se fueron a dormir a casa de los Sheffield, tenían planeado ver una película que alquilaron antes de ir allí. Antes de irse, Preston le dijo a CC que era la primera noche que no se sentía culpable por irse a pasar la noche con sus amigos.

-¿Por qué te sentías culpable, cariño? – Preguntó CC.

-No sabía si nos podríamos quedar contigo y aunque quería estar siempre contigo también quería estar con Brighton, Andy, Grace y Marguerite… pero ahora que sé que estaré contigo siempre, ya puedo estar con ellos sin problema.

-Cariño… - Le dijo CC. – No tenías que sentirte culpable por divertirte con alguien más, yo quise que vinierais aquí, no sólo para estar con vosotros, que también, sino para que lo pasarais bien…y a vuestra edad es normal que lo paséis mejor con otros niños en lugar de con adultos.

-Entonces, ¿no estás molesta porque íbamos a dormir con ellos?

-No porque sé que lo estabais pasando bien y estabais bien cuidados. Mañana cuando venga vuestra madre, sobre las 11 verá lo bien que estáis y no tendrá dudas sobre si es buena idea que os quedéis aquí.

-¡Es que es la mejor idea del mundo! – Exclamó Preston abrazando el vientre de CC. – Además, quiero quedarme para ser el primero en conocer a mi primita.

-Y ella seguro que estará encantada de conoceros cuanto antes mejor.

Se despidieron de su tía y se fueron con sus tíos Noel y Umbert y Andy y Marguerite a casa de los Sheffield a pasar la noche con sus amigos. Stewart también se fue a su casa.

Cuando se quedaron a solas con Marguerite y Alistair les contaron la confusión de la mujer en la sala de espera del ginecólogo y sobre el regalo de bodas de Stewart. Marguerite les dijo:

-La confusión de esa mujer no me extraña, parecéis una familia y esos niños son tan cariñosos contigo… Lo que me sorprende es el regalo de bodas de tu padre…

-Es muy generoso con nosotros. – Dijo CC. – Tanto conmigo como con mis hermanos. Cuando DD lo supo, dijo que siempre me ha consentido más que a ellos, pero se olvida del dineral que ha gastado en sus bodas y divorcios… por no hablar de los viajes de luna de miel de un mes, en países exóticos alojándose en hoteles de cinco estrellas que les pagó a ella y sus maridos como regalo de bodas… os lo digo en serio, ha gastado más en esos caprichos para ella que en esa casa.

-¿En serio? – Preguntó Alistair.

-Sí, mi hermana tiene gustos muy caros… y yo admito que también tengo gustos caros…pero no vivo por encima de mis posibilidades y no voy a obligar a mi padre a costear nada de la boda y mucho menos la luna de miel…

-Siendo tan considerada no me extraña que seas la consentida de tu padre. – Dijo Marguerite.

-No es sólo consideración, Marguerite. Yo he podido ser una snob, pero tengo los pies en la tierra. Mi hermana vive en su mundo de luz y color y cree que el dinero crece en los árboles…y que mi padre debe financiar todos sus caprichos.

-Pues menos mal que no os parecéis. – Dijo Alistair dándole a su nuera un beso en la frente y tocándole un poco la barriga. La pequeña dio una patada. – Bueno, querida, es hora de dormir, yo estoy agotado. Y tú, chiquitina, también debes dormir. – La niña pareció calmarse, estaba moviéndose un poco más de lo habitual.

-Creo que le gusta tu voz, Alistair. – Dijo CC. – Le pasa igual con Niles, creo que le gusta cuando le hablan su papá y su abuelo.

-Seguro que es eso…¿Cómo crees que me enamoré de Alistair? Estábamos en una reunión de Navidad de los criados en la casa del padre de Maxwell, Alistair empezó a animarnos a cantar, empezó a cantar él mismo y luego me saco a bailar y me cantó al oído…

-Y no la solté desde entonces… nueve meses después nació Niles.

-¡ Alistair!

-Tranquila, Maman… la abuela Aileen me contó hace años por qué no había fotos de vuestra boda de cuerpo entero.

-¡Niles!

Ambos hombres rieron… y CC y su suegra también terminaron riéndose, después se fueron a la cama.

A la mañana siguiente, los niños llegaron a las 9 y media de la mañana con Stewart, Alistair y Marguerite fueron temprano a casa de los Sheffield, después irían todos a pasar la tarde al club de campo. Stewie y Preston estaban muy nerviosos, porque no terminaban de confiar en que su madre mantuviera su decisión y que para castigarlos, les mandara un curso más a Suiza o que no les permitiera asistir a la boda de su tía.

Sorprendentemente, DD llegó puntual, Niles se había llevado a Chester a pasear, el animalito se ponía de muy mala leche cuando veía a DD y no quería que pensara que el perro era peligroso y lo usara como excusa para castigar a sus hijos por no plegarse a sus deseos…aunque perdiera el dinero que se ahorraría por el acuerdo con su padre y su hermana. Cuando sonó el timbre, abrió CC.

-Buenos días, hermana, pensaba que tu mayordomo era el que abría la puerta…

-Hola, ha bajado a pasear a Chester, lleva su teléfono móvil, si quieres le digo que suba para que te abra la puerta cuando te vayas.

-No es necesario. – Dijo DD haciendo una mueca de disgusto.

-Pasa. – La acompañó al salón y se sorprendió de ver a sus hijos tan altos y bronceados. Hacía casi un año que no los veía y Stewie estaba casi igual de alto que ella a sus 13 años y Preston también estaba muy alto.

-Vaya, habéis crecido mucho…y ¿Cómo es que estáis tan morenos? – Se sentaron en el sofá del salón. CC se sentó en uno de los sillones y su padre se quiso quedar de pie junto a ella.

-Vamos mucho a Central Park a jugar. – Dijo Stewie. – También hemos ido algunos días a la playa y vamos de vez en cuando a nadar al club de campo con la Tía Claire, Niles, su familia y los Sheffield.

-Entonces, lo estáis pasando bien.

-Mejor que nunca. – Dijo Preston con una sonrisa radiante.

-Espero que uséis protección solar.

-Por supuesto, DD. Yo personalmente me encargo de ello. – Dijo CC. DD asintió.

-Supongo que vuestra tía y vuestro abuelo os han dicho que he decidido que os quedéis con vuestra tía en Nueva York.

-Sí. – Dijeron ambos y Preston añadió muy sinceramente. – Y yo quiero darte las gracias porque nos gusta mucho estar aquí. – DD se quedó sorprendida por un momento.

-Vale… - Siguió DD. – Pero tengo una condición para que este arreglo sea permanente.

CC se movió un poco incómoda, su padre le cogió el hombro.

-¿Qué condición, mamá? – Preguntó Stewie.

-Tenéis que mantener la media de vuestras notas, no es lo mismo el sistema educativo aquí que en Suiza y, os daré margen para adaptaros hasta primavera, sé que sois listos y podréis hacerlo, pero tenéis que esforzaros en tener buenas notas.

-Está bien, mamá. – Dijeron ambos a la vez.

-No creo que eso sea un problema, DD. – Intervino CC. – Tengo cita para el lunes con el director del colegio de los hijos de mi socio, él me la ha conseguido esta mañana, Stewie irá a clase con su hijo mediano y Preston con su hija menor, tendrán ayuda si la necesitan y también podremos echarles una mano, Noel, Niles o yo.

-¿Niles? Yo pensaba que era solo un mayordomo…

-Estudió derecho en Oxford y tiene una especialización en literatura, además lee sobre muchos temas… te sorprendería lo culto que es.

-Vaya… bueno, entonces creo que puedo estar tranquila. Yo me tengo que ir ya, Marlon me está esperando, nuestro vuelo sale a las 2 y tenemos que ir al JFK.

-Está bien. – Dijo CC. Todos se pusieron de pie. Entonces se abrió la puerta y entró Niles con Chester que volvió a gruñir a DD, pero se tranquilizó rápido cuando Preston lo cogió y le hizo algunas carantoñas.

-Hola, siento haber tardado tan poco, empieza a hacer mucho calor y el pobre Chester está sediento.

-Voy a echarle agua en su bebedero. – Dijo Preston.

-Ya lo hago yo, tú quédate aquí con tu madre. – Dijo Niles cogiendo al perrito de sus brazos y lo llevó a la cocina.

-No sé qué le pasa a ese animal, me gruñe. – Dijo DD.

-Es de simpatía selectiva, tú no, pero tus hijos le caen muy bien. – Contestó su hermana.

-Ya veo…

-Chester es genial. – Dijo Preston. – A mí me gusta mucho sacarlo a pasear a Central Park y jugar con él.

-Me alegro. – Dijo DD. – Bueno, me voy… puede que nos veamos en diciembre si puedo venir por aquí. Si no, supongo que estaré invitada a tu boda.

-Sí, DD, ¿Qué te hace pensar lo contrario?

-Nunca nos hemos llevado bien…

-Sigues siendo mi hermana.

-Cuando me digas la fecha, te confirmaré si puedo venir o no.

-Ya hablaremos.

-Adiós, chicos.

-Está bien. Hasta pronto, mamá. Te quiero. – Dijo Stewie.

-Yo también te quiero. – Dijo Preston.

-Y yo a vosotros. – Los abrazó y los besó y se despidió rápido de su padre y su hermana y se fue.

Todos se quedaron mucho más tranquilos, temían que hubiera cambiado de opinión o que hubiera exigido algo más difícil o descabellado. Cuando Niles salió de la cocina, DD ya se había ido.

-¿Ya se ha ido? Había preparado té helado. – Dijo Niles.

-Tenía prisa por irse. – Dijo Preston.

Le contaron lo que les pidió a sus hijos, que tuvieran buenas notas o volverían al internado. Por la cara de los niños, Niles supo que esos niños se esforzarían al máximo para no tener que irse nunca del lado de su tía. También le contaron que no se entretuvo mucho porque iba a coger un vuelo.

-Entonces no ha ido mal del todo… - Dijo Niles.

-No, por lo menos no ha dicho nada malo de la Tía Claire, si lo llega a decir seguro que yo me hubiera enfadado, le hubiera gritado y nos hubiera mandado otra vez a Suiza. – Dijo Preston.

-Pues menos mal… - Dijo Niles. – Porque en ese caso vuestra tía se hubiera disgustado mucho y no hubiera sido bueno ni para ella ni para la niña.

-Tienes razón, Tío Niles… menos mal que no disgustó a la Tía Claire… - Abrazó a su tía y le besó el vientre.

Entonces todos se arreglaron para pasar el día en el club de campo. CC compró unos elegantes bañadores premamá de una pieza, aunque al principio era reacia a ponérselos en la piscina del club de campo, en la playa no se sentía observada, pero los ricachones neoyorquinos eran muy descarados y, lo mismo los hombres que las mujeres, murmuraban sobre ella, algunos criticaban su aspecto, otros su descaro por estar embarazada antes de casarse y otros porque estaba con Niles…durante un tiempo se sintió incómoda, pero su ginecólogo le dijo que sería bueno para ella y el bebé nadar. Niles le dijo que irían a menudo a nadar allí y si les incomodaba su presencia a esos idiotas que se aguanten y que estaba preciosa en bañador, la convenció de ello cuando les faltó poco para hacer una locura en uno de los vestuarios… remataron la faena en su apartamento cuando los Sheffield insistieron en llevar a los niños a ver el museo de historia natural…ella dijo que estaba cansada y no salieron de la cama hasta que Niles fue a preparar la cena.

Se fueron en una media hora. Maxwell, Fran, Alistair y Marguerite ya estaban allí con los chicos, decidieron pasar allí la tarde tras almorzar en el restaurante de allí porque a Marguerite le gustó mucho el spa y, como CC no podía usar los baños termales ni la sauna, Fran la acompañaría a hacer un circuito termal, Alistair fue con su hijo, su nuera, y los chicos a la piscina. Alistair, Marguerite y sus nietos se iban al día siguiente a casa, así que esa noche irían a cenar al restaurante de Colin donde quedaron con Noel, Umbert y Stewart, éste último no pudo ir con ellos al club de campo, se había comprometido para almorzar con su buen amigo Hugh y su esposa y luego tenía que ir a su oficina, pero despejó su agenda para despedirse de ellos esa noche. Al día siguiente, todos, menos Stewart, acompañarían a los Brightmore al aeropuerto.

Estuvieron pasando una tarde muy agradable, los niños jugando, nadando y divirtiéndose, Niles, Alistair y Maxwell los vigilaban para que no molestaran a nadie, CC estuvo nadando durante casi media hora, cuando salió de la piscina se secó y se dio cuenta de que Ben y Maggie se habían escabullido y Maxwell no se había dado cuenta… decidió no decir nada a nadie y se fue al baño y a por un refresco.

-¿Dónde vas? – Dijo Niles que se había acercado a ella y la rodeó con sus brazos poniendo sus manos en su barriga.

-Voy al baño, ¿Quieres venir conmigo?

-No me tientes, bruja, o nos prohibirán la entrada de por vida…

-Viejo verde…

-¿Qué culpa tengo yo si sigues estando preciosa? – La besó y ella se apartó un momento.

-No empieces… espera a cuando volvamos a casa…

-Está bien… - CC se puso un albornoz de cortesía y unas chanclas. Entró al baño y cuando entró escuchó unas voces que le resultaron familiares en uno de los cubículos.

-Te echaré de menos, ¿Me escribirás? – Era una voz femenina.

-Claro que sí… - Escuchó un beso. – ¿Tú me contestarás?

-Por supuesto… - Entonces los reconoció, eran Ben y Maggie.

-Ojalá pudieras venir en Navidad…

-Seguro que mis padres buscarán una solución para poder tomarse unos días para que vengamos a conocer a la pequeña.

-Cuando llegue diciembre no sé quién estará más impaciente porque nazca ese bebé, la Señorita Babcock, Niles o yo… - CC se rió ligeramente y no supo si hacerse notar o ir a otro baño o meterse en el otro cubículo, escuchó un susurro y entonces la puerta del cubículo se abrió y ambos chicos se quedaron pálidos al verla y en unos segundos se ruborizaron hasta las orejas. Entonces CC soltó una carcajada y los chicos la miraron confusos.

-Tranquilos, chicos, que no soy tu padre… - Miró a Maggie. - Ni tu abuela… - Miró a Ben… - Sólo espero que no hayáis hecho nada…sin protección.

-Por supuesto que no. – Dijeron ambos completamente ruborizados.

-Muy bien…porque no creo que a tu padre le haga mucha gracia ser abuelo.

-A mis padres tampoco les gustaría.

-Entonces, ¿Qué estabais haciendo aquí?

-Sólo estábamos hablando y despidiéndonos a solas… - Dijo Maggie.

-Tranquila, no diré nada. Sólo debéis tener cuidado, sé que aquí no os puede ver cualquiera, pero si alguien os ve salir del baño juntos puede pensar que estabais haciendo algo más que hablar…aunque este baño en concreto sea unisex.

-¿Qué hacemos? – Preguntó Ben.

-Para empezar, voy a cerrar el pestillo de la puerta de fuera, como debisteis hacer antes, así pensará quién intente entrar que están limpiando y han olvidado poner el cartel. – Así lo hizo. – Yo voy a usar un momento el baño, la pequeña ha pensado que estaría muy cómoda sentada en mi vejiga. Después saldremos Maggie y yo… tras unos 10 minutos sales tú, después podéis reuniros en la piscina.

-Gracias por ayudarnos, CC. – Dijo Ben.

-De nada…no es la primera vez que salgo de este baño así… - Ambos chicos la miraron interrogantes. – En enero vine al spa con Niles…y digamos que no pudimos esperar a llegar a casa.

Rieron los tres y CC entró al baño. Cuando salió unos minutos después los chicos estaban abrazados y susurrándose tiernas promesas al oído.

-Bueno, Maggie, salgamos, antes de ir a la piscina voy a ir a por un refresco, si quieres puedes venir conmigo o ir directamente a la piscina.

-¿Sabe mi nombre?

-Claro, sólo los confundo porque me divierte, yo ayudé a tu madre a pensar nombres cuando ibais a nacer tus hermanos y tú, ¿De verdad crees que no voy a recordarlos?

-Supongo que tiene razón.

-Bueno, ven, te cogeré del brazo para que parezca que me estabas ayudando…no sé a levantarme de la taza o algo así…

-Nos vemos luego, Ben.

Cuando salieron fueron al bar junto a la piscina, CC pidió dos zumos de naranja y le dio uno a Maggie.

-Ben, ¿Te gusta de verdad? – Preguntó CC.

-Sí, es algo mayor que yo, pero es guapo y simpático, inteligente y responsable, además es muy respetuoso y nos divertimos juntos…ojalá viviera más cerca.

-Ya, pero ahora mismo no puede mudarse a Nueva York…

-Lo sé, tiene plaza en la escuela de veterinaria de Oxford…

-Quizás tú podrías ir a estudiar a Oxford.

-Lo hemos pensado…pero no sé si mi padre me dejará ir allí…

-También él podría hacer algún semestre aquí en su segundo curso.

-Ojalá…

-Si de verdad quieres ir a Oxford, podrías hablar de ello con Nanny Fine.

-¿Con Fran?

-¿No crees que si ella supiera que te has enamorado de Ben te ayudaría a convencer a tu padre para que te deje ir a Oxford?

-Sí, podría ser…

-Con lo que le gusta una historia de amor… además, es un gran chico.

-Sí, lo es. Me recuerda a Niles. Es bueno y divertido, tiene un sentido del humor muy similar…

-¿A ti también te ha pintado un bigote mientras dormías?

-No, pero hace unos comentarios sarcásticos muy divertidos.

-Vamos que os divertís juntos.

-Sí y tenemos muchos gustos en común. A los dos nos gustan mucho los caballos y la música…

-Ya. Bueno, podéis ir hablando y haciendo planes esta tarde y cuando él se vaya podéis seguir conociéndoos por carta, no es lo mismo, pero no tenéis otra opción por el momento, cuando él se vaya quizás podrías intentar convencer a tu padre para que te deje estudiar en Oxford cuando termines el instituto, pero no le digas que te has enamorado de él aún, hazlo más adelante y con tacto.

-¿Por qué no?

-Porque conociéndolo, si se enterara sin estar preparado, seguro que coge el Concord y se presenta en su casa… y lo capa… supongo que en algún momento querrás que le funcione su "varita mágica". – CC se echó a reír cuando vio a la joven completamente avergonzada.

-¡Señorita Babcock, por favor! – Entonces Niles se reunió con ellas y agarró la cintura de su novia.

-¿Qué le estás diciendo a la encantadora Maggie que está tan roja?

-Nada malo, mayordomo… ¿Recuerdas la apuesta que hicimos? Me debes un masaje en los pies…

-Vaya… ¿El masaje con final feliz? – CC asintió.

-¡Niles!

-Ahora estás incomodándola tú… bueno, resulta que tenía razón, había algo más que amistad entre Ben y Maggie.

-Pues menos mal que tu padre no fue el que os sorprendió…o Fran…

-Sí, ella no es demasiado discreta, la quiero mucho pero le cuesta guardar secretos.

-No te preocupes, que yo no le diré nada a tu padre, no quiero que castre a mi sobrino. Sé que sois buenos chicos…sólo espero que tengáis cuidado… - Miró a la chica moviendo las cejas y la chica se volvió a ruborizar.

-¡Niles no hemos llegado tan lejos!

-Muy bien. Ahora, ve a la piscina, Ben está allí con los chicos y tu padre viene hacia acá, se te nota aún sonrojada y supongo que no sabrás que decirle. – Maggie asintió se terminó el zumo y volvió a la piscina saludando a su padre. Cuando Maxwell llegó donde estaban Niles y CC les dijo:

-¿Qué le pasa a Maggie? La he visto un poco sonrojada…

-Me la encontré en el tocador, la vi un poco acalorada, sabes que fue a la sauna con Nanny Fine, le dije que viniera conmigo a tomar un refresco y que se diera un baño en la piscina…

-¡Ah, vale! Pensé que le pasaba algo.

-Sólo es el calor.

Pidieron unos refrescos, CC volvió a ir al baño al terminárselo.

-¿Otra vez? – Preguntó Niles.

-Díselo a tu hija, que está muy cómoda apretando mi vejiga.

Cuando volvió del lavabo, volvieron a la piscina, se volvieron a bañar, se renovaron el protector solar y estuvieron un rato tomando el sol mientras los niños jugaban en la piscina, cuando se cansaron de estar en la piscina, los chicos fueron a jugar al tenis, Preston volvió al cabo de un rato y se sentó en la tumbona de su tía.

-Preston, cariño, ¿Estás bien? – Preguntó CC, adormilada, cuando lo notó sentado a su lado.

-Sí, Tía Claire. Es que quería estar contigo un rato. – Ella sonrió.

-Ven aquí. – Ella abrió los brazos y él se echó a su lado y la abrazó con cuidado de no hacerle daño en la barriga, las tumbonas eran casi como camas, la de ella estaba bajo una gran sombrilla.

-Tía Claire, quería hablar contigo a solas. – CC acariciaba el pelo revuelto de su sobrino.

-¿Sobre qué, cariño?

-La noche del estreno cuando hablamos del bebé y estaba mirando por tu ventana…

-Lo recuerdo.

-Cuando me fui a la cama, escuché al Tío Niles y os espié…

-Me lo imaginaba.

-Ya, bueno, me gustó mucho saber que queríais tenernos con vosotros.

-Pues claro que sí, cariño.

-Stewie me contó que el abuelo y tú les dijisteis que escribiera una carta para pedirle a mamá quedarnos con vosotros… le conté que os espié y me dijo que no debía espiar a los adultos.

-Hay veces que es mejor no hacerlo… Puedes ver algo que no deberías.

-Sí, pero oí al Tío Niles preguntarte por qué llorabas y creí que estabas mal, pero no miré, sólo escuché.

-Entonces, sólo por esta vez, te perdono.

-Esa noche decidí algo, Tía Claire.

-¿El qué, cariño?

-Que me quedara contigo o no, te diría que quiero vivir contigo y con Niles para siempre.

-Mi niño. – CC besó la frente de su sobrino y lo abrazó con más fuerza. Estuvieron un rato bajo la sombrilla, sólo abrazados sin decir nada, se terminaron quedando dormidos, pasados diez minutos los despertó un fuerte movimiento.

-¿Qué ha sido eso? – Casi gritó Preston. CC estaba medio dormida aún.

-Tranquilo, cariño. Es que a tu primita le gusta hacerse notar cuando estoy durmiendo…

-Pequeñita… - Dijo Preston hablando con la barriga de su tía. – Tienes que portarte bien y dejar dormir a tu mami…

-Eres tan buen chico… - CC acarició la mejilla de su sobrino. – A ver si a ti te hace más caso, le gustan las voces de Niles y Alistair, pero poco después vuelve a las andadas.

-Es un poco traviesa…

-Por eso nos ha enseñado el culo en la consulta… ha salido a su padre… ¿Te he contado la vez que coló mi café con un calcetín sucio?

-¿En serio? – El niño reía a carcajadas. - ¿Y te vas a casar con él?

-Yo también me he vengado de él… aunque siempre nos gustamos mucho, éramos un par de idiotas…en lugar de admitirlo perdimos el tiempo con estúpidas bromas… cuando seas mayor y te guste alguien de verdad, no hagas eso, no le molestes porque creas que no le gustas, dile que te gusta… si no siente lo mismo, bueno, no pasa nada pero no estarás amargado pensando en si le gustas o no.

-Está bien, Tía Claire…¿Me puedes seguir contando cosas que le has hecho o te ha hecho el Tío Niles?

Ambos se rieron y CC le contó algunas anécdotas, advirtiéndole que no le hiciera a nadie nada así. Pronto llegó la hora de volver a casa. Cuando terminaron de arreglarse y se ducharon fueron al restaurante de Colin allí se unieron a ellos Stewart, Noel y Umbert. Le contaron a Noel la visita de DD esa mañana y Stewart anunció el regalo de bodas que les haría a su hija y a Niles. Stewie y Preston alucinaron y Niles prometió a sus padres llevarlos a ver la casa en su próxima visita en diciembre, cuando ya estuviera amueblada y ellos estuvieran definitivamente instalados. CC les dijo que había decidido conservar su piso, que Alistair, Marguerite, Julius, Lucy y sus hijos podrían alojarse allí en sus visitas, o podrían quedárselo Noel y Umbert.

-Sabes, hermanita, esa oferta llega como caída del cielo. – Todos los miraron extrañados. – Sabes que estamos de alquiler, nuestro piso está bien en general, pero tiene que cambiarse la fontanería y el casero se niega, a nuestra vecina de arriba se le inundó la casa y ahora tenemos humedades…y con la cantidad de libros antiguos que tengo… no es bueno para el papel, llevamos unos días buscando piso.

-Entonces arreglado, en cuanto nos traslademos a la casa os podéis trasladar.

-Por cierto, cuando vengáis de visita podéis alojaros con nosotros si no cabéis en la casa…

-Lo cierto es que según nos ha dicho papá, cabríamos todos, lo decía por si querían tener intimidad o si la niña sale llorona… ya sería bastante que nosotros no durmamos, pero estando de vacaciones es injusto que no puedan dormir por un bebé llorón. – Dijo CC.

-Ahora Niles tiene el sueño ligero, pero de bebé Niles dormía como un tronco, incluso tenía que despertarlo o se le pasaba la hora de comer… - Dijo Marguerite. – Quizás salga al padre…

-Ya tiene su sentido del humor… - Dijo CC. Sacó las ecografías del bolso. – Mirad lo que hizo ayer durante la ecografía. – Todos estallaron en carcajadas cuando se vio claramente una foto de un culito redondito.

-¿En serio hizo eso?

-Sí. – Dijo Stewart. – Y se quedó tanto rato así que a Hugh casi no le costó hacer la foto.

Estuvieron charlando animadamente. Después volvieron a casa, Stewart se despidió afectuosamente de Alistair, Marguerite y los sobrinos de Niles. Después hizo lo mismo con sus hijos, sus parejas y sus nietos, además de los Sheffield. Niles y CC les apuntaron a los padres y sobrinos de Niles sus nuevas señas, les prometieron llamarlos cuando ya se hubieran mudado y entonces les enviarían copias de las fotos que hicieron esos días.

A la mañana siguiente fueron a despedir a Alistair, Marguerite y los chicos al aeropuerto. Niles les dijo que ya les había comprado los billetes de avión a sus padres para principios de diciembre, ellos querían estar allí para el nacimiento de su nieta, ellos estuvieron presentes en el nacimiento de todos sus nietos y no querían perderse el de la pequeña. Ben y Maggie se escabulleron y se dieron un beso de despedida, Stewie y la pequeña Marguerite hicieron lo mismo, pero se dieron un beso bastante más inocente y Stewie le regaló uno de sus cómics favoritos de Batman, a ambos les gustaba mucho Batman y ella le regaló un pequeño batmovil que tenía desde pequeña y que siempre llevaba escondido en su mochila cuando iba a clase o de viaje. CC y Fran volvieron a verlos y ambas los miraron con una boba sonrisa… y es que ¡eran tan inocentes y tan adorables!

Andy se despidió de sus nuevos amigos y de Stewie y Preston. Los chicos les dijeron a Niles y CC que intentarían convencer a sus padres para ir a Nueva York en cuanto les dieran las vacaciones de Navidad, que querían conocer a su primita lo más pronto posible.

Marguerite y Alistair se despidieron de su hijo y su nuera a regañadientes, les hicieron prometer que les tendrían al tanto de cada una de las revisiones de CC y que en cuanto estuvieran instalados en su nueva casa les llamarían y les daría su nuevo número de teléfono. Les advirtieron que los llamarían cada pocos días si ellos no lo hacían.

Fue una despedida con un montón de lágrimas y promesas de volver a verse en unos meses. CC estaba muy emocionada y la niña parecía notarlo porque se movía mucho. Cuando la abrazaban notaron el movimiento.

-Supongo que es su forma de decir "Hasta pronto"…es enternecedor pero me está reventando las costillas y me están entrando ganas de orinar.

Todos rieron y finalmente tuvieron que embarcar. CC, Niles, los chicos y los Sheffield se fueron del aeropuerto cuando vieron salir el vuelo. Antes de salir CC fue al baño, cuando salió volvieron a casa, Stewart les dejó unas llaves de la casa, el inquilino los esperaba tras el almuerzo para enseñársela, decía que se lo debía a Stewart, que fue un buen casero, además eran amigos desde hace bastante tiempo, dejaba la casa porque se trasladaba a Washington, había sido ascendido.

Cuando terminaron de almorzar en el apartamento, fueron en el coche de CC a la dirección que les dio Stewart. Tenía razón estaba muy cerca de la casa de los Sheffield… y era bastante grande, Niles cuando la vio desde fuera creía que era más grande que la casa de Maxwell. Niles aparcó y ayudó a CC a salir del coche. Mientras CC salía del coche decidió que cambiaría su deportivo por un monovolumen…no podía llevar allí 3 niños, se encargaría de ello cuando se trasladaran a la casa.

Cuando llegaron a la puerta de la casa, les abrió una pareja de unos 45 años, ambos atractivos y muy sonrientes y simpáticos.

-¡Hola! – Dijeron a la vez. La mujer se veía más habladora y se adelantó a su marido. – Yo soy Stephanie y éste es mi marido Martin, somos los Jones. Supongo que eres la hija de Stewart, nos dijo que vendrías hoy a ver la casa. – Los hicieron pasar al amplio salón y sentarse en el sofá.

-Sí, soy CC, él es mi prometido Niles y ellos son mis sobrinos, Stewart y Preston.

-Encantados de conocerlos. – Dijeron ambos. Stephanie siguió hablando. – Enhorabuena, no sólo por la boda, tú padre nos dijo cuando le informamos de nuestro traslado hace una semana que esperabas un bebé y le dije que seguro que aquí seríais muy felices, como nosotros, tenemos dos hijos, chico y chica, Ruth está estudiando en Yale y Michael empieza este año en Harvard.

-Vaya. – Dijo Niles. – Debéis estar muy orgullosos deben ser unos chicos brillantes.

-Lo son. – Dijo Stephanie. – Disculpad, pero estoy muy orgullosa de ellos y como empiece a hablar de ellos no paro… Por cierto, CC. – Dijo Stephanie. – Stewart siempre nos decía que su hija era una importante productora teatral y este verano fuimos a ver vuestra última obra, sentí curiosidad cuando vi que la escribió un antiguo mayordomo, enhorabuena, es una obra maravillosa, la disfrutamos mucho todos, fue un plan en familia estupendo.

-Me alegro… y gracias por los elogios. Pero creo que deberíamos ver la casa.

-Por supuesto. – Dijo Martin. – Disculpad a mi mujer, a veces es demasiado intensa…

-No te preocupes. – Dijo Niles. – Sois muy amables.

Entonces recorrieron toda la casa. Les contaron que la empresa de Martin abriría una sede en Washington y que se trasladaban allí y que tardarían unos días en organizar la mudanza, cuando llegaron no había muebles así que la amueblaron completamente a su gusto, por eso alquilaron la casa, Stephanie era decoradora, trasladaría su negocio de interiorismo a Washington, lo que le emocionaba mucho porque, como ella decía, era como si ambos estrenaran trabajos en una nueva ciudad… y como sus hijos estaban en la universidad, aseguraba que era como estar recién casados de nuevo… Stephanie hablaba…mucho… tanto que CC esperaba no volver a encontrársela. Les dijeron que en una semana podrían trasladarse allí.

La casa era perfecta, era enorme, había sitio de sobra para ellos y para la familia de Niles al completo si venían de visita, Stewart y Preston podrían tener su propia habitación, a Stewie le gustó mucho la habitación del hijo de los Jones, estaba en la buhardilla y era bastante amplia y luminosa. A Preston le gustó la antigua habitación de la hija, la chica se los había llevado, pero allí había un montón de estanterías para libros…y a él le encantaría poner tantas estanterías como ella y llenarlas con montones de libros, además tenía un ventanal amplio con un asiento al lado, ideal para leer. El dormitorio principal era enorme con baño en suite, igual que los baños de los hijos de los Jones. La habitación de al lado del dormitorio principal era grande, no tenía baño en suite, pero los Jones les dijeron que sería ideal para el bebé…CC ya se la imaginaba decorada con papel pintado de Alicia en el País de las Maravillas o de Peter Pan, eso de decorarlo todo en rosa porque era niña le parecía una memez. A Niles y CC les encantó que hubiera un pequeño gimnasio en casa, sabían que se llevarían los aparatos…pero pensaron que pondrían unas pesas una bicicleta estática y un par de cosas más…pero dejando espacio suficiente para instalar un jacuzzi…el de su casa lo dejarían atrás y desde que entraron estaban buscando un sitio donde poner uno más grande.

Cuando terminaron de recorrer la casa y de ver el jardín trasero, los Jones les ofrecieron comer algo, lo rechazaron amablemente, tenían algunos recados que hacer, CC les dijo que quería ir a su casa a tomar algunas medidas. Se despidieron y, como aparcaron cerca de la casa de los Sheffield fueron a contarles cómo era la casa y les dijeron que cuando estuviera toda amueblada se la enseñarían.

-Pero eso tardará… - Se quejó Brighton que sentía curiosidad por saber cómo era la casa por dentro desde que supo cual era.

-No tanto. – Dijo Niles. – En una semana se mudan los Jones y en unas tres semanas lo tendremos todo completo.

-¿Tardará tan poco, Tío Niles? – Preguntó Preston.

-Sí, vosotros empezáis el colegio en un par de semanas… intentaremos que tarde aún menos…mientras los Jones organizan la mudanza nosotros organizaremos la nuestra, también tenemos que comprar muebles, en esa semana encargaremos también los muebles de vuestras habitaciones, las camas y los muebles del cuarto del bebé…

-Pero con el traslado y las compras… ¿Dará tiempo antes de que empiece la escuela? – Preguntó Stewie. – Supongo que tenéis que comprarnos los uniformes y el material escolar…

-Sí, cariño. – Dijo su tía. – El apellido Babcock hace que consiga acelerar algunos trámites…y vamos a ir a buscar los muebles a la misma tienda donde compré los de mi apartamento… saben que deben tratarme bien si quieren que vuelva. Por cierto, lo hablé con el abuelo, mañana iremos al piso del abuelo para que recojáis todo lo que queráis llevaros de allí, ya sabéis, juguetes, libros, ropa, todo lo que queráis, lo guardaremos en mi casa mientras tanto y luego lo llevaremos a la casa nueva. Por los uniformes y los libros no os preocupéis están todos encargados, sólo tendremos que ir una mañana a que os los probéis.

Efectivamente, 2 semanas después estaba la casa amueblada y pintada a su gusto. Estaban listos para empezar una nueva vida en una nueva casa.