POV de Hikari
Entiendo por qué murmuran cada vez que nos ven a Kenma y a mi juntos. Aunque a él no le gusta interactuar con las personas, es alguien muy reconocido por ser el armador estrella y la cabeza y corazón del prestigioso equipo de voleibol del Nekoma. No sé si él se haya dado cuenta, pero le gusta a muchas alumnas de primero, segundo y tercero. Aunque creo que esas cosas no le importan mucho.
Caminamos un poco y decidimos ir a comer algo a la azotea, un poco para huir de las miradas de los demás, y también para disfrutar un poco del buen clima.
-Hikari, ¿Puedo probar un poco?- preguntó mirando intensamente el pollo que muchas veces nos hizo mi mamá cuando éramos niños.
-¡Claro!, pero solo si tú me das un poco de tu arroz.
-Si quieres te lo regalo, no está muy bueno.- dijo un poco decepcionado.
-Mmm tengo una idea. Yo te doy la mitad del mío y tú me das la mitad del tuyo- dije con una sonrisa.
-¿Segura?-preguntó escéptico.
-Sí, así comemos ambas cosas y se complementa más la comida.
Compartimos los platos y comimos en silencio. Cuando nos reencontramos hace un mes, solo hablábamos cuando nos encontrábamos por los pasillos y en las actividades grupales del grado. Cuando nos tocó trabajar en el proyecto de ciencias juntos a la semana de haber empezado el semestre, intercambiamos nuestros números y fuimos a nuestras casas para hacer el trabajo.
Allí fue donde recordamos lo feliz que éramos cuando estábamos juntos.O bueno, yo recordé lo feliz que era cuando pasaba tiempo con él. No había presiones, prisas o situaciones incómodas. El tiempo juntos fluía. Los silencios no eran incómodos y nuestras conversaciones eran tan naturales como respirar.
El último día que fui a su casa para finalizar nuestro proyecto, saludé amablemente a su papá - quien estuvo muy feliz de verme de nuevo- y fuimos a su habitación.
-¡Qué bien! De seguro sacaremos un 100- dije entusiasmada cuando terminamos de hacer las últimas mediciones.
-Es probable- dijo Kenma. Se quedó pensativo un rato y prosiguió- Estaba pensando…¿te recuerdas los juegos que solíamos jugar?
-Sí, me encantaba jugar Nintendo 64. Jugábamos Mario Kart, Donkey Kong, Super Mario 64, nos turnábamos con los juegos de Zelda, cuando salió Majoras Mask ni salíamos de tu habitación- me reí recordando esos días tan tranquilos y divertidos- También nos encantaba jugar SNES.
-Sí- asintió Kenma algo nostálgico- Oye, estaba pensando…¿te gustaría jugar un poco?-preguntó tímidamente.
-...¡Me encantaría!- dije sorprendida luego de una pausa- ¿Cuál quieres jugar?
-El que tú quieras…-propuso con una tímida sonrisa.
Cuando hablábamos en la escuela solo sonreía de vez en cuando, pero ese día nos divertimos como siempre lo hicimos. Kenma es muy reservado, pero una vez que tiene confianza, le gusta compartir su imaginación y te deja entrar a su vida. Ese día jugamos toda la tarde hasta que se hizo de noche. Desde ese día, siempre que no tiene entrenamiento de voleibol o Kuroo está ocupado con actividades del último año-que es la mayoría de los días-almorzamos juntos.
-Kenma, me alegra mucho que podamos ser amigos de nuevo-sonreí.
Kenma sonrió de vuelta. Bajo la mirada, tomó un bocado de mi plato y respondió:
-A mi…no es que no me alegre, pero siento algo diferente.
-¿A qué te refieres?-pregunté algo asustada, no esperaba esa respuesta.
-No lo logro entender. Creo que, a pesar de los años, nunca dejamos de ser amigos. Nuestra amistad siempre estuvo allí, pero la habíamos puesto en pausa. Ahora que volvimos a dar play, se siente raro empezar a jugar otra vez. A veces intento que ese juego sea el de siempre, pero ya no es así. Ahora es distinto…
Puse cara de no entender. Pero no dije nada, sé que aún no había terminado de conectar sus ideas.
-No lo tomes a mal. Es…es como cuando jugamos al nuevo videojuego de Zelda. El personaje era el mismo, ya conocíamos muchas cosas, pero la historia era distinta. Era emocionante, llena de aventuras y retos. Pero aún recordábamos el juego de Ocarina of Time…Algo así siento. No sé.
-Mmm, creo que te entiendo. Nosotros recordamos todos los momentos que pasamos juntos, buenos y malos…
Kenma me miró algo asustado. No debí decir lo de los "malos momentos", no quiero recordarle esa etapa horrible por la que tuvo que atravesar. Y no quería que pensara que cuando pienso en él, pienso en lo que sucedió.
-No importa el momento que fuera, igual era un buen momento porque estábamos juntos-me expliqué y me sonrojé un poco por lo que dije. Kenma también se sonrojó un poco.
-Lo que quiero decir- proseguí un poco tímida- es que a pesar de que eso esté en el pasado, forma parte de nuestra realidad. Sentimos extraño hablarnos con normalidad, porque tal vez no es normal seguir siendo así de cercanos luego de no vernos en años, pero como tú dices, nuestra amistad no murió, solo estuvo en pausa. Y ahora que la retomamos de nuevo, nosotros, nuestros personajes, también han evolucionado. No son los mismos. Entonces nuestra amistad sigue, pero ya no es igual. Pero creo que eso no es algo malo. En este momento…este preciso nivel en el que estamos, me hace muy feliz.
Kenma se sorprendió, sonrió y bajó la mirada. No dijo nada. En lugar de eso, me miró fijamente, volvió a sonreír, se sonrojó un poco y me entregó un pequeño sobre.
-¿Y esto?-pregunté con mucha curiosidad.
-Es para ti, lo vi en el centro comercial cuando salimos con el equipo a tomar algo luego de la práctica del domingo.
-¿Puedo abrirlo?-pregunté emocionada.
-Claro, es algo muy sencillo, pero sé que te gustará.
Dentro del sobre había un separador de libros con la imagen de un gatito muy tierno.
-Sé que te encanta leer y los gatos. Cuando lo vi, solo podía pensar en que deberías tenerlo.
-Me encanta, muchas gracias por pensar en mí, Kenma. Lo usaré en el libro que estoy leyendo ahora.
Como estábamos sentados, me deslicé para estar un poco más cerca de él y lo abracé rápidamente para darle las gracias. Yo tiendo a dar muchos abrazos. Al contrario de Kenma, suelo ser más cariñosa con mis amigas, mi familia y con él... Ambos volvimos a sonrojarnos, pero sonreímos.
-En serio, muchísimas gracias. Estoy muy feliz.
-No es nada, Hikari. Sé que te pondrías contenta, por eso lo compré.
-Ahora que lo pienso, ¿qué dijeron tus compañeros cuando te vieron comprándolo? ¿No te molestaron? Sé que últimamente te molestan mucho por mi culpa, perdón por eso.
-Hikari, no es tu culpa. Normalmente no me gusta llamar la atención, pero si a alguien le disgusta nuestra amistad, ese no es mi problema. Eso no me importa. El equipo… ellos ven muy bien nuestra amistad, de hecho están felices porque lo que les gusta es que tienen la oportunidad de molestarme más. Cuando me vieron pagando, claro que se burlaron y supusieron que era para ti aunque yo no les dije nada. Hasta me preguntaron si estaba comprando las invitaciones de boda…
Luego de decir esto, Kenma se sonrojó como nunca antes.
-Gracias por ser así -le dije luego de reírme un poco por su nerviosismo- Yo también quiero saber cuándo será la fecha de la boda-le dije bromeando.
-¡Hikari!-dijo nervioso. No empieces con eso tú también- reclamó algo molesto.
Me reí de nuevo.
-Disculpa, es una broma. Pero gracias de nuevo por el detalle tan lindo.
-No es nada, Hikari. Recojamos todo porque ya casi tenemos que volver a clases.
