Capítulo 37 – En la guerra, todo vale
Había un sol radiante sobre Ponyville, con ninguna nube en el cielo, aún se podía sentir un agradable calor en esa mañana de otoño. Muy probablemente aquel día sería último día del año con ese calor, dado que ya era mediados de otoño y el invierno estaba a la vuelta de la esquina.
Pese al calor de aquella mañana, un pony de Ponyville transitaba por el pueblo cubierto de sweaters y bufandas, como si fuera pleno invierno. Aunque más que transitar por el pueblo, la mejor definición sería transitaba SOBRE el pueblo, ya aquel pony era una reconocida pegaso del lugar.
"¡Me estoy asando con este calor…! ¡Odio ir a Cloudsdale en esta fecha!" Murmuró indignada Rainbow Dash mientras volaba lentamente, con una de muchas bufandas estorbándole la boca.
La pegaso de melena arcoíris había pasado un par de días fuera de Ponyville, específicamente en el pueblo pegaso más grande de Equestria, Cloudsdale, lugar de nacimiento de ella, de Fluttershy, y de la gran mayoría de pegasos que vivían en Ponyville.
Si aquella hubiera sido una visita normal a su pueblo natal, probablemente Rainbow Dash la habría disfrutado mucho más, después de todo en aquella ciudad en las nubes se podían hacer muchas cosas que no se podían en Ponyville, por ser aquella una ciudad exclusiva para pegasos. Sin embargo, cada mes ella tenía que cumplir y hacer una especial visita en Cloudsdale, visitar a sus padres, y aquello era algo que Rainbow Dash no disfrutaba demasiado.
Los padres de Rainbow Dash eran muy celosos de su hija, ellos siempre habían estado ahí para ella desde que tenía memoria, apoyándola y dándole ánimo en todas sus competencias y decisiones. Algo que era perfectamente comprensible, pero en opinión de Rainbow Dash, a veces sus padres exageraban mucho, quizás demasiado, con eso de animarla, llegando al punto de ir a sus competencias disfrazados como ella y con pancartas gigantes de apoyo, lo que obviamente era vergonzoso para ella, más para alguien como ella, que le gustaba mantener una imagen de chica mala.
Cuando Rainbow Dash decidió mudarse a Ponyville, la única forma de lograr que sus padres no la siguieran, fue con la promesa que ella los visitaría sin falta una vez al mes, a lo que Rainbow Dash aceptó de mala gana, pero aquello era lejos una mejor opción que tener que ver a sus padres avergonzándola frente a sus amigos. Sin embargo, el lado malo de aquello ocurría siempre en aquellas fechas.
Al acercarse el otoño, los padres de Rainbow Dash cosían un montón de sweaters y bufandas, todas con los colores o las iniciales del nombre de su hija, para que ella las usara en el invierno. Por lo que por lo general, en esa fecha, Rainbow siempre volvía de la casa de sus padres con un cargamento de ropa.
"¡Ya no lo soporto!" Gritó Rainbow Dash no pudiendo aguantar más el calor mientras sudaba a litros. Decidiendo aterrizar a las afueras del pueblo para que nadie la viera y así sacarse algunas prendas para poder seguir su camino a casa.
Con un suspiro de cansancio, Rainbow Dash comenzó a sacarse una por una las docenas de bufandas y sweaters que llevaba puestos, pensando en que sus padres habían exagerado esta vez con toda esa ropa, y que había tenido suerte que nadie la viera así.
"¡Wooow…! ¡Esa ropa es genial!" Dijo sorpresivamente una voz, haciendo que Rainbow Dash diera un salto sorprendida.
"¡N-No es lo que parece!" Dijo Rainbow Dash rápidamente, sonrojada y avergonzada porque alguien la hubiera visto con esas ridículas ropas.
Entonces Rainbow Dash se fijó bien en quién le había hablado, y se sorprendió al ver que se trataba de la pequeña Scootaloo.
"¿Qué dijiste?" Preguntó Rainbow Dash, mirando atentamente a la pequeña pegaso, quien la miraba con sus enormes ojos como si estuviera viendo lo más asombroso del mundo.
"¡Dije que esa ropa se ve genial! ¡Lo más genial que he visto!" Respondió Scootaloo con una gran sonrisa, apuntando al cuerpo de Rainbow Dash. "En especial ese sweater."
Rainbow Dash bajó la mirada y vio que luego de sacarse varios sweaters, ella aún llevaba uno puesto, y justamente el más vergonzoso, un sweater celeste con un tejido mal hecho de su cara sobre él. Al verlo, Rainbow Dash se sonrojó fuertemente, pero entonces se percató que de todos los ponies, encontrarse con Scootaloo podía haber sido lo mejor que pudo pasar.
"¿Te gusta? Si quieres puedo dártelo. De hecho, ¡Llévate todo!" Dijo Rainbow Dash sacándose ese último sweater y entregándole todo el montón de ropa a la pequeña potranca.
"Wooow… ¿¡De verdad!?" Dijo Scootaloo con unos grandes ojos ilusionados.
"Claro, después de todo es para mi admiradora número uno. Y quién sabe, quizás te sirvan si algún día haces un club de fans para mí, jeje." Respondió Rainbow Dash con una sonrisa nerviosa mientras ocultaba el hecho de haberse alegrado de deshacerse de toda esa ropa, ya que tenía armarios completos con ropa hecha por mamá y papá. "Bien, ¡Nos vemos!"
Entonces Rainbow Dash salió volando rápidamente para no darle oportunidad a Scootaloo de arrepentirse, pese a que la potranca se mantenía congelada viendo aquella ropa como si fuera oro puro.
"Huff… Un problema menos." Dijo Rainbow Dash suspirando de alivio mientras volaba, pero aún algo tensa. "Necesito sacar esta frustración… ¡Y conozco a la pony perfecta para eso!" Agregó Rainbow Dash con una malévola sonrisa, cambiando su dirección y volando velozmente hacia Sweet Apple Acres.
Una vez llegó a la famosa granja de Ponyville, a Rainbow Dash no le tomó mucho localizar a su objetivo, Applejack, quien estaba alimentando a las gallinas en un corral.
Para Rainbow Dash y Applejack, competir era algo tradicional. Desde que se conocían siempre habían competido, dado que ambas eran de personalidades fuertes y a ninguna de las dos les gustaba perder. Por eso, ellas normalmente se juntaban a tener una sana competencia, de lo que fuese, siempre retándose mutuamente, aunque claro, como a ninguna de las dos les gustaba perder, muchas veces aquellas sanas competencias no terminaban de manera tan sana.
"¡Cielos! Esta granja es tan aburrida cuando no hay manzanas que comer." Dijo Rainbow Dash de forma casual mientras volaba lentamente por sobre su amiga.
"¡Oh! Hola Rainbow Dash, veo que volviste de la casa de tus padres." Respondió Applejack, sorprendiéndose de ver allí a su amiga, pero luego poniendo una pícara sonrisa. "¿Qué tal te trataron mami y papi?"
"Sí… me trataron bien, vaquerita." Respondió Rainbow Dash poniendo la misma sonrisa pícara mientras miraba a Applejack.
Aquel era el ritual tradicional que ambas tenían antes de competir. Cuando una de ellas quería competir, molestaba a la otra para hacerla enojar y que así aceptara su reto. Applejack supo al instante lo que quería su amiga, después de todo, normalmente Rainbow Dash siempre volvía con ganas de tener un reto luego de volver de visitar a sus padres.
"Y qué, ¿Quieres tener un duelo y que vuelva a barrer el suelo contigo?" Se burló Applejack.
"¡Ese último reto no cuenta! ¡Ese reto de lazar gallinas estaba arreglado!" Gritó Rainbow Dash sonrojándose, mirando con rencor hacia el corral de gallinas y recordando cómo Applejack la había retado a un concurso de lazar gallinas, en donde Applejack fue la indiscutible ganadora luego que las gallinas dejaran toda picoteada a Rainbow Dash. "Tontas gallinas…"
"¡Hey! No culpes a 'Plocky III'por perder." Dijo Applejack, acariciando a una de las gallinas, quien justamente había sido la que más picotazos había dado a Rainbow Dash aquella vez. "¿Y bien? ¿En qué quieres que te derrote esta vez?"
"Tengo mucha frustración que sacar hoy." Dijo Rainbow Dash aterrizando y colocando un casco sobre un barril que allí había, poniéndose en posición para jugar a las vencidas. "Así que será un reto de fuerza."
"Con que a las vencidas, ¿Eh?" Dijo Applejack sentándose frente a Rainbow Dash, poniéndose en la misma posición, y sosteniendo con fuerza con su propio casco derecho el casco derecho que Rainbow tenía sobre el barril. "Espero que no te arrepientas."
"¿Lista?"
"¡Lista!"
Con el grito de Applejack, ambas ponies comenzaron a usar todas sus fuerzas para intentar bajar el casco de su contrincante. Ambas manteniéndose en equilibrio, con fuerzas similares y dando todo de sí mismas, decididas a no perder, menos en contra de su eterna rival.
"Tú… Tú solo tienes fuerza en tus alas… Esto es lo mío." Dijo Applejack con esfuerzo, intentando distraer a su rival para que aflojara su fuerza. Algo que ambas ponies siempre solían hacer cuando competían.
"Tú fuerza… está en tus cascos traseros… ¡Aquí estamos iguales!" Respondió Rainbow Dash tensa, manteniendo firme su casco derecho y ganando algo de terreno mientras tomaba nuevas fuerzas al recordar su último reto con Applejack. "Tengo una razón para ganar… ¡No volveré a perder contra ti!"
Rainbow Dash comenzó a ganar terreno, inclinando levemente el casco de Applejack. En tanto, la yegua campirana se dio cuenta que Rainbow Dash estaba más decidida a ganar debido a su derrota anterior, así que ella también decidió buscar en sí misma nuevas fuentes de fuerza. Fue así que Applejack recordó la discusión que había tenido en la mañana con su hermano.
"Alimentar a las gallinas… ¡Es tu trabajo Big Mac!" Gritó Applejack, recordando su enojo con su hermano mayor. Así ganando fuerzas extras, logrando revertir la situación y siendo ahora ella quien hacía que Rainbow Dash inclinara su casco cerca de la mesa.
"No…" Dijo Rainbow Dash transpirando mientras veía cómo estaba a punto de perder. Pero entonces ella usó la misma técnica de su amiga y sacó a flote toda su frustración para ganar poder extra. "Papá… Mamá… ¡Yo ya no soy una potrilla!"
En ese instante Rainbow Dash sacó su máxima fuerza y lentamente comenzó a revertir nuevamente la pelea de vencidas e hizo que esta vez Applejack se inclinara mientras su casco casi tocaba el barril en su lado.
Applejack apenas si podía sostener la fuerza del casco de Rainbow Dash, por lo que en su desesperación, nuevamente buscó otra fuente de fuerza, algo que le molestara o le hiciera enojar lo suficiente como para no rendirse.
"¡El beso de Rarity y Dusk!" Gritó Applejack, renovando sus fuerzas y empujando rápida y fuertemente el casco de Rainbow Dash hasta hacerlo golpear del lado opuesto del barril, ganando así la competencia.
"¡Sí! ¡Gané!" Gritó Applejack eufórica, levantándose y estirando su casco derecho hacia arriba en señal de victoria. "Qué te pare-"
Applejack, quien se disponía a burlarse de su amiga, se detuvo en el acto al ver que Rainbow Dash seguía sentada, un poco pálida y con la mirada perdida. Applejack se sorprendió un poco al pensar que era algo exagerado que su amiga reaccionara así solo por perder, pero entonces ella se dio cuenta. Ella había ganado tan fácil no porque su grito de furia le hubiera dado fuerza extra, sino que con ese grito su rival había perdido sus fuerzas, un tonto pero importante detalle del que solo ahora Applejack se daba cuenta, después de todo su amiga venía llegando desde Cloudsdale, y no se había enterado de las últimas noticias.
"Rainbow Dash, tú… no sabías sobre el beso de Rarity y Dusk." Dijo Applejack con una mirada de pena. "Perdona, no quería distraerte de esa forma."
"¿Cuándo paso?" Dijo Rainbow Dash con un tono monótono, con sus cejas fruncidas pero con su mirada aún perdida, como si estuviera pensando en algo importante.
"Bueno… Pinkie Pie fue quien me lo dijo. Tal parece que pasó al día siguiente del desfile…" Dijo Applejack rascándose la cabeza.
Applejack se quedó esperando a que su amiga dijera algo, pero Rainbow Dash no se movió ni dijo absolutamente nada.
"Vamos, no es para tanto, a mí también me molesta un poco pero no hay nada que podamos hacer. Ya sucedió, fin del asunto." Dijo Applejack sentándose nuevamente tras el barril, frente a Rainbow Dash, levantando su casco para ponerlo en posición de vencidas, y levantando con su otro casco el casco de Rainbow Dash, el cual parecía que había perdido toda fuerza. "Vamos, no me gusta ganar así. Quiero ganarte sin distracciones."
Así se quedó Applejack sosteniendo firmemente el casco de Rainbow Dash, esperando a que su amiga pusiera algo de fuerza para competir nuevamente en las vencidas, sin embargo Rainbow Dash siguió estática, con su pata floja, y sin decir nada. Ante tal situación, Applejack pensó que instigarla a que volvieran a su reto a costa de molestarla sería la mejor manera de que su amiga saliera de ese pseudo trance en el que estaba.
"¿Qué pasa cabeza de pájaro? ¿Acaso tienes miedo de que te vuelva a ganar?" Dijo Applejack fingiendo una sonrisa burlona, pero sin causar ningún efecto en Rainbow Dash. "¿Tanto te lamentas que Rarity besara a Dusk?"
Con aquel último comentario, Rainbow Dash siguió impávida, sin embargo Applejack notó que su amiga frunció levemente las cejas, por lo que supo que si quería que su amiga volviera a tener su espíritu competitivo, tendría que molestarla más con aquello último.
"Oh… ¿Así que te molesta lo del beso? Dime, ¿Qué te molesta más? Que Dusk fue besado por Rarity, y también por Fluttershy, y por Pinkie Pie…" Dijo Applejack manteniendo su falsa sonrisa burlona mientras se alegraba de que aquello parecía funcionar, ya que con cada nombre que Applejack mencionó, Rainbow Dash iba frunciendo más sus cejas y enojándose más aún. Solo faltaba un poco más. "¡Incluso yo he besado a Dusk! ¿Acaso te da pena que TÚ eres la única que no-?"
"¡RAAHHH…!" Gritó Rainbow Dash con un grito de furia. Finalmente poniendo toda su fuerza en su casco, haciendo que Applejack doblara su casco y perdiera en el acto mientras un fuerte ruido se escuchó al golpear tan fuerte el barril sobre el que jugaban a las vencidas.
Applejack se quedó con una mirada atónita, casi perdiendo el equilibrio y con su pata derecha adolorida luego de la manera tan fiera como Rainbow Dash le había ganado en las vencidas. Había sido tanta fuerza que Applejack no había tenido ninguna oportunidad.
Luego, la pony de tierra miró a su amiga y vio que Rainbow Dash ya había recuperado el fuego en su mirada, pero se mantenía con una mirada fiera.
"Cielos, parece que exageré. Solo quería que recuperaras tu ánimo, no quería molestarte en serio." Dijo Applejack con una mirada levemente apenada.
"¡No estoy molesta! ¿¡Por qué estaría molesta!? ¿¡Solo por un tonto beso!? ¡Hmpf! ¿¡Por qué tendría que importarme a quién besa ese tonto!?" Replicó Rainbow Dash molesta, como siempre, negando lo que todos sabían que ella sentía por Dusk. Entonces Rainbow Dash lanzó un resoplido por su nariz mientras hacía lo posible para despejar rápido su enojo.
"¡Vaya! De verdad que le afectó enterarse de lo del beso… Y eso que aún no le he dicho lo otro…" Pensó Applejack mordiéndose el labio preocupada.
"¿¡Qué fue eso!? ¿¡En qué estás pensando!?" Dijo Rainbow Dash, quien justo miró a Applejack de reojo y notó que su amiga parecía estar ocultando algo más.
"¡Qu-Qué! N-No sé de qué estás hablando…" Dijo Applejack, apretando sus labios y desviando la mirada.
"¡No me engañas! ¡Dime! ¿¡Qué me ocultas!?" Dijo Rainbow Dash poniéndose de frente a su amiga.
"¡Noooo…! ¿¡Por qué todos siempre saben cuándo miento!?" Pensó Applejack aterrada, molesta consigo misma mientras pensaba que también tenía su lado malo ser siempre tan honesta en todo.
"¡Nop! Nada que ocultar." Respondió finalmente Applejack, manteniendo su mala cara de póker y comenzando a caminar hacia la casa para ocultarse antes que Rainbow Dash siguiera interrogándola.
"Definitivamente oculta algo…" Pensó Rainbow Dash con cara pensativa, hasta que una brillante idea vino a su cabeza, y entonces puso una sonrisa malévola.
"Sabes, te acabo de ganar en el juego de las vencidas, así que ahora tú eres la nueva perdedora." Dijo Rainbow Dash fingiendo desinterés mientras volaba al lado de Applejack, quien al escuchar aquellas palabras, paró en seco.
"¡Fue un empate!" Reclamó Applejack, mirando molesta a Rainbow Dash.
"¡Bingo! Ya picó el anzuelo." Pensó Rainbow Dash con una sonrisa, sabiendo que podría conseguir lo que quería si apelaba al espíritu competitivo de su amiga.
"La primera vez me distrajiste, tú misma lo dijiste, así que esa no cuenta. Ahora, por toda una semana, serás una perdedora, hasta nuestra siguiente competencia." Dijo Rainbow Dash casualmente. "Pero si competimos aquí y ahora, podrías quitarte ese peso y ganarme, si es que puedes. Pero si vuelvo a ganar, no solo me quedaré con el título de ganadora, sino que también me dirás lo que me estás ocultando. ¿Hecho?" Agregó Rainbow Dash, estirando su pata hacia Applejack.
Applejack miró la pata de su amiga, sabiendo que obviamente aquello era una trampa para que ella le contara a Rainbow Dash lo que no quería contar, pero su espíritu de competencia era más fuerte, y ella finalmente no se pudo contener.
"Hecho." Dijo Applejack estrechando la pata de Rainbow Dash, pero luego jalándola y acercando a su amiga para quedar cara a cara. "Pero yo elegiré la competencia."
"Da igual, ganaré como sea." Respondió Rainbow Dash, por un momento olvidando su verdadero objetivo y enfocándose solo en darle una paliza a su eterna rival.
Una vez pactada la competencia, Applejack guio a Rainbow Dash hasta un lado del granero, donde tendrían el espacio suficiente y las herramientas necesarias para su competencia.
"Esta será una competencia 'Hierro-pony', ¡La competencia final! Con esto decidiremos finalmente quién de las dos es la pony más atlética de todas." Dijo Applejack con energía, por un momento dejando de lado lo que de verdad estaba en juego y solo saboreando la emoción de competir contra su amiga. "Serán siete desafíos, quien gane más desafíos será la campeona."
"Me parece bien. ¡No puedo esperar para derrotarte!" Dijo Rainbow Dash con una sonrisa de desafío. "¡Empecemos!"
"Quiero ganar justamente, pero no puedo olvidar lo que está en juego. No quiero ser yo quien le de ESA mala noticia a Rainbow Dash. Con una competencia larga de siete retos, quizás logre hacer que Rainbow Dash se olvide de interrogarme." Pensó Applejack frunciendo los labios mientras pensaba. "Además, debo asegurar mi victoria. El lanzamiento de herraduras y carrera de barriles podría ganarla cualquiera de las dos, debo pensar en algo que pueda darme algo de ventaja…"
"¡Primera competencia! ¡Golpear la campana!"
Applejack guio a Rainbow Dash dentro del granero, donde había una gran tabla con un blanco abajo y una campana en la punta superior, como las que ocupaban las ferias para hacer competencia de fuerza.
"Esto lo trajo Big Mac hace un par de años y siempre hacemos competencias para medir nuestra fuerza con ella." Dijo Applejack mirando el martillo de feria.
"Jejeje, fácil." Dijo Rainbow Dash, acercándose al blanco del martillo, y golpeando con sus patas traseras con todas sus fuerzas.
El peso del martillo se elevó fuertemente y llegó hasta el final de la tabla, golpeando la campana suavemente.
"No creas que por ser una pegaso no tengo fuerza en mis patas traseras." Dijo Rainbow Dash sonriendo con orgullo y mirando desafiante a su amiga.
Applejack no respondió, solo pasó al lado de Rainbow Dash, se acercó al martillo, se puso en posición y golpeó fuertemente el blanco, haciendo que el peso del martillo saliera propulsado a una increíble velocidad y golpeara fuertemente la campana, haciendo que el sonido de la campana retumbara fuertemente en todo el granero mientras temblaba, casi a punto de desarmarse.
"Eres fuerte, pero no tanto." Dijo Applejack con una sonrisa de orgullo. "La última vez rompí la campana, así que esta vez le pegué un poco más despacio." Agregó con soberbia, disfrutando su primer triunfo.
1-0
"¡Segunda competencia! ¡Lanzamiento del heno!"
Ambas yeguas salieron del granero y fueron hacia campo abierto, donde cada una se posicionó frente a un fardo de heno.
"Esta vez yo ganaré, ¡Estoy segura!" Gritó Rainbow Dash, mordiendo la cuerda que ataba al fardo por el medio, dándose impulso y arrojando el fardo con toda la fuerza de su boca.
El fardo voló a gran altura y cayó bastante lejos, una marca que mejoró incluso lo que Rainbow Dash creyó que lograría.
"¡Guau! ¿¡Viste eso!?" Dijo Rainbow Dash emocionada, volando rápidamente hacia donde había caído su fardo. "Te dije que-"
¡PAFF! Rainbow Dash no alcanzó a terminar su frase debido a que un fardo la golpeó en la cabeza, dejándola aturdida por un segundo. Entonces la pegaso se sacudió la cabeza y se dio cuenta de lo que pasó: el fardo que la había golpeado había sido el de Applejack, el cuál chocó justo contra su cabeza, y lo que era peor, había caído un poco más lejos que el fardo de heno que ella había arrojado.
"Debes tener cuidado, no puedes meterte en medio del campo justo en una competencia, ¡Y más aún cuando voy a superar tu marca!" Dijo Applejack con una sonrisa arrogante, quien se había acercado hasta donde estaba su amiga y no pudo aguantarse el presumir por ganar otra prueba, dejando a Rainbow Dash apretando sus dientes mientas tenía una amarga mirada.
2-0
"¡Tercera competencia! ¡Patear la pelota!"
Amabas ponies se posicionaron en la misma marca en donde habían arrojado los fardos de heno, solo que esta vez había una pelota en vez de fardos.
"Patearemos la pelota, y quien llegue más lejos será-" Comenzó a explicar Applejack antes de ser interrumpida.
"¡Espera un segundo! ¡Esto no será igual que con la campana!" Reclamó Rainbow Dash, admitiendo en el fondo que no podía competir en contra de su amiga si ella pateaba igual de fuerte que antes. "Si vamos a patear, esta vez que sea con solo una pata."
"Hmm… como quieras." Dijo Applejack encogiéndose de hombros.
"Tú golpeas muy fuerte porque golpeas con ambas patas traseras, igual que cuando cosechas árboles, pero si es con una sola pata, ¡Entonces sí tengo oportunidad!" Pensó Rainbow Dash mientras recogía su pata derecha y golpeaba con fuerza el balón, haciendo que volara mucho más lejos de lo que había arrojado el fardo de heno anteriormente. "¡Mis patadas nunca fallan!" Pensó Rainbow Dash haciendo un resoplido de orgullo.
Applejack se acercó lentamente hasta su balón, mientras Rainbow Dash sonreía con confianza. Entonces la yegua de tierra golpeó rápidamente el balón, haciendo que este saliera volando a gran velocidad hacia el cielo, tanto así que se perdió de vista, dejando a Rainbow Dash boquiabierta.
"Pateas muy bien, pero solo practicas con nubes. Yo llevo toda una vida usando mis patas traseras, y ambas son igual de fuertes." Dijo Applejack sonriendo, haciendo que Rainbow Dash se molestara aún más mientras su espíritu competitivo se apoderaba de ella.
3-0
"¡Cuarta competencia! ¡Salto largo!"
Para la cuarta competencia, ambas yeguas se movieron hasta otro sector de la granja, al lado del gallinero, en donde había arena, para así poder hacer la caída del salto largo más blanda.
"Tú me dejaste elegir las competencias, ese fue tu gran error." Dijo Applejack con plena confianza, disfrutando estar derrotando a su eterna rival en esas competencias.
Ambas ponies se acercaron a la línea de salto, una con una sonrisa de seguridad y la otra con una mirada seria, levemente enojada y pensativa.
"Otra prueba en donde debes utilizar la fuerza de tus patas, ¡Ya gané!" Pensó Applejack, con tanta confianza que ganaría, que decidió que ni siquiera valía la pena esperar a Rainbow Dash, por lo que se adelantó y dio un gran salto, cayendo fuertemente sobre la arena, a una gran distancia de la línea de salto.
Applejack sonrió al ver su marca y se giró con una sonrisa para ver a su amiga en su intento de salto, viendo así como Rainbow Dash tomaba impulso y daba también un largo y alto salto. Sin embargo, luego que Rainbow Dash cayera, la sonrisa de Applejack se desvaneció al notar que su amiga la había superado levemente en el salto.
"¿Eh…? Tú… ¿Me ganaste en el salto largo…?" Preguntó Applejack atónita, al ver que su amiga la había derrotado en una prueba en la que ella debió haber sido la clara favorita para ganar.
"Quizás tus patas no son tan fuertes como crees." Respondió Rainbow Dash con una sonrisa de burla.
Entonces la pegaso se giró y se retiró de la arena, dejando a Applejack aún atónita. Fue entonces que la yegua campirana notó algo extraño.
"¿Por qué la marcas en la arena de los cascos de Rainbow Dash está tan suave?" Pensó Applejack con sospecha, comparando la suave marca dejada por su amiga con su propia marca dejada luego de caer fuertemente en la arena.
Mientras Applejack se quedaba con esa pequeña duda, Rainbow Dash solo sonreía, alegre de tener sus alas y de que su pequeño truco para saltar y planear un poco en el aire justo antes de caer, no hubiera sido descubierto.
3-1
"¡Quinta competencia! ¡Flexiones!"
Ambas ponies se pusieron frente a frente, se agacharon hasta quedar pecho a tierra, y entonces comenzaron su duelo de flexiones.
"…Noventa y cinco… Noventa… y seis… ¡Noventa y… siete!" Dijeron ambas yeguas al unísono luego de llegar ambas casi a las cien flexiones, sin embargo parecía que ninguna llegaría hasta las cien, ya que ambas estaban sudando al máximo, con sus patas y pecho adoloridos por tanto esfuerzo.
"¡Noventa y… ocho! ¡Noventa y n-nueve…!" Gritó Applejack con su máximo esfuerzo, ya levantándose solo por su fuerza de voluntad y su terquedad para no perder contra Rainbow Dash, sin embargo este parecía ser su límite.
En cuanto Applejack llegó a las noventa y nueve flexiones, ella bajó para intentar hacer la número cien, sin embargo sus cansados músculos ya no le respondieron, estaba totalmente agotada. Applejack cerró sus ojos con fuerza para intentar sacar fuerzas de algún lado, pero no las hubo, lo único que ella logró captar mientras tenía sus ojos cerrados, fue lo que pareció ser el sonido de un aleteo.
"…¡Y cien!" Gritó Rainbow Dash victoriosa, por fin llegando a los cien y sabiendo que su amiga ya no podía más.
Al escuchar el grito de Rainbow Dash, Applejack cayó rendida al suelo, respirando agitadamente debido al cansancio. Sin embargo, a pesar de haber perdido y de que sus músculos gritaran de agotamiento, solo había una cosa en la mente de Applejack. Ella no estaba segura debido al cansancio y a que había tenido los ojos cerrados, pero las sospechas que había tenido desde la competencia anterior, ahora eran más fuertes que nunca.
3-2
"¡Sexta competencia! ¡Tirar la cuerda!"
Luego de descansar un rato, unos minutos en los que ninguna de las dos se hablaron, ambas yeguas se dirigieron a otro sector de la granja, al lado del pozo, en donde se había formado un pequeño lodazal. Entonces Applejack sacó una cuerda y ambas ponies se pusieron en extremos opuestos, con el lodazal entremedio y cada una con un extremo de la cuerda.
"Quien caiga al lodo pierde." Dijo Applejack con una mirada seria mientras mordía un extremo de la cuerda.
"¡O sea que tú caerás!" Respondió Rainbow Dash, mordiendo el otro extremo de la cuerda.
Sin previo aviso, ambas ponies comenzaron a jalar la cuerda con todas sus fuerzas, intentando hacer caer a la otra en el lodo.
Lentamente Applejack comenzó a tener la ventaja, dando unos pequeños pero firmes pasos hacia atrás, haciendo que Rainbow Dash se acercara lentamente cerca del lodo. Así, finalmente la pegaso estaba a punto de caer al lodo, solo faltaba un último tirón por parte de la pony de tierra para hacer caer a su amiga, y por supuesto, Applejack no perdió la oportunidad y dio un último tirón con toda la fuerza de sus dientes, sin embargo, Rainbow Dash jamás cayó al lodo, en su lugar, ella abrió sus alas en el último segundo y ahora, sin soltar la cuerda de su hocico, se elevó y aleteó para mantenerse volando justo sobre el lodo.
Con ese sorpresivo movimiento, Applejack se desestabilizó y estuvo a punto de caer al lodo, pero dado que siguió sosteniéndose de la cuerda, ella se mantuvo también flotando sobre el lodo, justo por debajo de Rainbow Dash, quien era quien la mantenía en el aire.
"¡Hngh! ¡Go gagía! ¡Gas gegskado guhando kus galas! (¡Lo sabía! ¡Has estado usando tu alas!)" Dijo Applejack, haciendo un esfuerzo para hacerse entender, dado que seguía mordiendo la cuerda y no podía modular bien.
"¡Hngh! ¡Gnunga gijiste ke no kodía gusar mis galas! (¡Nunca dijiste que no podía usar mis alas!)" Respondió Rainbow Dash, también hablando con dificultad debido a la cuerda que mantenía en su boca.
"¡Geges una gramposa! (¡Eres una tramposa!)" Dijo Applejack molesta.
"¿Ke gijiste? (¿Qué dijiste?)" Preguntó Rainbow Dash, fingiendo no entender.
"¡Dije que eres una tramposa!" Gritó Applejack molesta, escupiendo la cuerda de su boca. Solo entonces dándose cuenta que su amiga la había engañado para que soltara la cuerda. "Oh-oh…" Alcanzó a decir Applejack antes de caer al lodo y embarrarse completamente.
3-3
"¡Puaj! Ya me las vas a pagar…" Dijo Applejack escupiendo el lodo que aún le quedaba en la boca.
"Ya te lo dije, nunca dijiste que no podía usar mis alas, fue culpa tuya." Replicó Rainbow Dash con una sonrisa desafiante, feliz de haber empatado finalmente el marcador. "Ahora solo queda el desempate."
"¡Última competencia! ¡Mover a los pollitos!"
Después que Applejack se limpiara la mayoría del lodo que tenía en su cuerpo, ambas ponies se acercaron hasta el corral de las gallinas.
"El último reto será mover a todos los pollitos del gallinero desde la cerca hasta el granero. Quien logre llevarlos a todos sin que se escapen, ganará." Dijo Applejack con una mirada de determinación, sabiendo que ella tendría la ventaja en ese último reto, después de todo aquello de mover a los pollitos era parte de su trabajo normal. "Ahora ayúdame para llevar a los pollitos hasta la línea de partida." Agregó Applejack asomándose en el gallinero y tomando consigo a varios pequeños y lindos pollitos.
"Como quieras…" Dijo Rainbow Dash, asomándose dentro del gallinero igual que su amiga. "Será fácil ganarte si- ¡Ay! ¡Ay! ¡Auch!"
Rainbow Dash salió rápidamente del gallinero, muy asustada, saliendo perseguida por un grupo de gallinas, que comenzaron a picotearla sin parar.
"¡Ya basta!" Dijo Rainbow Dash, elevándose con sus alas para quedar lejos del alcance de esas gallinas mientras estas se quedaban mirándola desde abajo con miradas asesinas. "Esas tontas gallinas tienen algo contra mí, es lo mismo que pasó cuando competimos lazando las gallinas aquella vez… Así no puedo participar, si ni siquiera me dejan acercarme a sus pollitos. ¡Tontas gallinas!"
Applejack sonrió al ver el odio injustificado que parecían tenerle las gallinas a Rainbow Dash, pero luego volvió a poner una mirada más seria.
"Hmm… supongo que tienes razón… Entonces, ¿Qué haremos para definir el desempate?" Dijo Applejack, pensando en voz alta.
"¡Qué alguien más elija la competencia!" Dijo rápidamente Rainbow Dash, aprovechando aquella oportunidad para que su amiga dejara de elegir retos que la favorecieran. "Quiero que sea una competencia justa."
"Y lo dice quien hizo trampa con sus alas…" Murmuró Applejack en respuesta, luego apuntando hacia su casa. "Quizás podríamos preguntarles a ellos."
Entonces Rainbow Dash miró hacia donde apuntaba su amiga, en específico hacia la ventana principal de la casa, en donde se veía a la abuela Smith, a Big Mac y a Apple Bloom, quienes al notar que los estaban apuntando, se agacharon de inmediato para ocultarse.
Tanto Applejack como Rainbow Dash se habían dado cuenta hacia bastante rato que la familia de Applejack los estaba observando, después de todo, con todo el escándalo hecho, era normal que ellos se preguntaran qué era lo que sucedía entre ambas yeguas y su loca competición. Sin embargo, a ninguna de las dos yeguas les molestó ser observada, por lo que ninguna de las dos hizo notar el hecho hasta ese momento.
"¿¡Una competencia 'Hierro-pony'!? Eso es genial." Dijo Apple Bloom emocionada, luego que Rainbow Dash y Applejack se acercaran hasta allí y entraran a la casa. "Era divertido verlas a escondidas, ¡Pero será más divertido verlas de cerca!"
"¿Así que quieren una competencia de desempate? Hmm…" Dijo la abuela Smith luego de haber escuchado el resumen de lo sucedido. "Sí… creo que tengo la competencia perfecta para ustedes."
"¿¡De verdad!?" Dijo Rainbow Dash, como siempre, emocionada por tener un duelo, y más ahora que sabía que tendría un duelo en que Applejack no tendría ventajas.
"Sí, aunque más que una competencia, es una prueba, pero la primera que pase esa prueba ganará." Dijo la abuela Smith sonriendo. "Pero deberán completar varias cosas antes de poder ganar, ¿Están listas?"
"¡LISTAS!" Dijeron Applejack y Rainbow Dash al mismo tiempo, emocionadas por la misteriosa prueba que les daría la abuela Smith.
"Bien, primero… ¡Deberán cocinar!" Dijo la abuela Smith emocionada.
"… ¿Qué?" Dijeron Applejack y Rainbow Dash confundidas mientras su emoción previa se esfumaba al instante.
"Cocinar. Deben cocinar algo rápido y delicioso. Pueden ocupar cualquier cosa de la cocina." Dijo la abuela Smith sonriendo.
"Abuela, no creo que esa prueba-" Comenzó a decir Applejack con una mirada de decepción, sin embargo se detuvo al ver que Rainbow Dash había corrido a toda velocidad a un gabinete y ahora comenzaba a echar varios ingredientes en una cacerola.
"Definitivamente es una prueba rara, ¡Pero no importa! ¡Sea cual sea la competencia, derrotaré a Applejack!" Pensó Rainbow Dash mientras ponía cascos a la obra para cocinar.
Al notar la determinación de Rainbow Dash, Applejack decidió que tampoco podía perder el tiempo y se lanzó también a conseguir ingredientes para cocinar algo también.
Los minutos pasaron, y finalmente, al mismo tiempo, ambas yeguas terminaron sus platillos. Rainbow Dash cocinó una muy básica sopa de heno con unas pocas zanahorias flotando en él; en tanto que Applejack hizo una pequeña ensalada de manzanas y semillas.
El juez elegido por la abuela para la ocasión fue Big Mac, quien saboreó la rica ensalada hecha por su hermana, dejando en claro que Applejack era muy buena cocinera incluso con poco tiempo para hacer un platillo; en tanto que el potro casi vomitó luego de probar la insípida sopa que Rainbow Dash había preparado, dejando en claro que Rainbow Dash no tenía futuro en la cocina.
"¡Yo gané!" Gritó Applejack emocionada mientras Big Mac corría hacia el baño para escupir la sopa de Rainbow Dash.
"Esa no era la prueba, solo dije que era lo primero que teníamos que hacer." Dijo la abuela Smith, dejando a Applejack confundida. "Lo segundo es… ¡Maquillaje! Pueden usar todos mis viejos maquillajes hasta quedar hermosas."
"¿¡Maquillaje!? Abuela, ¿De qué estás hablando?" Dijo Applejack sin entender lo que decía su abuela, lista para rebatir nuevamente lo que le estaban pidiendo. Sin embargo la yegua campirana nuevamente se detuvo al ver que Rainbow Dash sin siquiera pensarlo, había tomado un montón de distintos maquillajes que estaban en la bolsa de la abuela, y raudamente había comenzado a maquillarse.
Applejack se mordió el labio, decidida a que fuera lo que fuera no perdería contra Rainbow Dash, y entonces hizo exactamente lo mismo que hacía su amiga.
Una vez Big Mac volvió del baño, la abuela le indicó que nuevamente juzgara a las participantes, sin explicarle de en qué consistía ese nuevo desafío. Entonces Big Mac miró hacia un lado y vio que allí, mirándolo expectante, estaba Rainbow Dash, con su cara maquillada en exceso, casi al nivel de un payaso.
"¿Qué tal?" Preguntó Rainbow Dash emocionada.
"Nope." Fue la inmediata respuesta de Big Mac, quien apenas podía contener su expresión de desagrado ante tan mal maquillaje.
En ese instante, Big Mac abrió grande sus ojos al darse cuenta de algo vital. Si Rainbow Dash y Applejack estaban en un concurso, y ahora Rainbow Dash aparecía maquillada así…
"¡Espera! Eso significa-" Dijo Big Mac asustado, girándose y comprobando con horror que lo que había pensado era correcto.
Allí frente a él estaba Applejack, maquillada igual o peor que Rainbow Dash, sonriendo tímidamente esperando el veredicto de su hermano. Sin embargo, Big Mac no emitió juicio alguno, tal fue el impacto de ver a su pequeña hermanita maquillada como si fuera una vulgar yegua de la calle, que su mente solo hizo corto circuito mientras mantenía una cara de horror.
"¿Eso significa que perdí?" Preguntó Applejack girándose para ver a Apple Bloom, entendiendo que la cara de horror de su hermano solo podía significar eso.
"¡Sí! ¡Yo gano!" Gritó Rainbow Dash dando un salto con una gran sonrisa.
"¡Pfft! Y-Yo creo que ambas perdieron." Susurró Apple Bloom en respuesta a la pregunta de su hermana, a duras penas aguantando la risa al ver a ambas yeguas con un maquillaje que haría desmayarse a Rarity del horror.
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"Nadie gana. Esa tampoco era la prueba, era lo segundo que había que hacer." Dijo de repente la abuela Smith, dejando esta vez a Rainbow Dash confundida. "Lo que sigue es… ¡Un concurso de silencio!"
"¿Qué?" Dijeron Rainbow Dash y Applejack, totalmente confundidas.
"¡Mal! ¡Ya hablaron! ¡Ambas perdieron!" Dijo la abuela Smith riéndose a carcajadas, dejando a Rainbow Dash y a Applejack mirándose una a la otra con caras de preocupación.
"Oye… No quiero ser insensible, pero… quizás tu abuela ya llegó a esa edad que… bueno… ¿No estará senil?" Susurró Rainbow Dash al oído de su amiga, al notar que nadie más que la abuela parecía entender lo que estaba ocurriendo.
"Abuela, ¿De qué se trata todo esto?" Preguntó Applejack mirando seriamente a su abuela, sin responderle a Rainbow Dash pero en el fondo admitiendo que las locas pruebas de su abuela la estaban preocupando también.
"Bueno, me dijeron que querían una prueba para desempatar, así que eso estoy haciendo." Respondió la abuela, mirando a ambas yeguas tranquilamente. "Todas estas pruebas son para ver quién tiene las mejores cualidades para ser una buena esposa."
"… ¿Qué?" Preguntaron por enésima vez ambas yeguas, sin entender nada.
"Por la manera en que competían, pensé que estaban compitiendo por el amor de algún potro o algo así." Dijo la abuela Smith con una pícara sonrisa. "Por eso pensé en probar sus habilidades como buena esposa: Saber cocinar una rica cena para su marido, maquilarse correctamente para siempre verse bella, ser callada, elegante, educada y obediente. Mi madre siempre decía que esos son los requisitos para una buena esposa." Terminó de decir la abuela Smith cerrando sus ojos y sonriendo con seguridad.
Ante las palabras de la abuela, todos en el salón, tanto Rainbow Dash como sus tres nietos, se quedaron con las bocas abiertas mirándola con cara de sorpresa y espanto.
Había tantas cosas que decir… Primero que la abuela creyera que ambas yeguas estaban compitiendo por la razón incorrecta, luego descubrir que la abuela tenía una noción de esposa tan anticuada, y finalmente que ella creyera que su nieta y la amiga de su nieta querrían seguir tales anticuadas y obsoletas formas de ser una 'esposa perfecta'.
"Jamás creí que la abuela Smith fuera tan anticuada, es decir, es una anciana, pero nunca creí que pensara que una buena esposa tiene que ser alguien que cocine y se maquille bien…" Pensó Applejack confundida, hasta que una loca idea la fulminó. "¡Espera un momento! La abuela me ha contado historias de ella y el abuelo. ¡Ella jamás fue así! Ella nunca fue una yegua dócil, ella era muy atrevida para su época… Pero entonces… ¿Por qué ella diría eso…? ¡A menos qué-!" Terminó de pensar Applejack, justamente cuando fue interrumpida.
"¡Eso es una mentira! ¡Eso no es ser una buena esposa!" Gritó repentinamente Rainbow Dash, con una mirada seria.
"Oh… ¿Y entonces qué es ser una buena esposa?" Preguntó la abuela Smith, abriendo un ojo y mirando fijamente a Rainbow Dash, sin dejar de sonreír.
"U… Una buena esposa es una yegua que estará ahí siempre para él, pero no para esperarlo con una cena o para ser su muñeca. Una esposa promete ayudarlo siempre, y él también lo hará con ella. Cuando uno se caiga, el otro lo levantará, lo abrazará y lo confortará." Comenzó a responder Rainbow Dash, mirando hacia el suelo mientras se sonrojaba y en su mente se imaginaba cómo sería una perfecta relación con su potro amado. "Ser una buena esposa no significa ser callada y obediente, significa aconsejarlo y sacar la voz si hace falta reprenderlo. Ser una buena esposa no significa ser la mucama ni el trofeo de un potro, significa ser iguales. Además, ser esposos no es solo compartir un hogar, es compartir una vida, tus sentimientos, tus miedos, tus alegrías, ser… ser la otra mitad de un solo ser… de un solo sentimiento… de… de un solo amor..."
Al terminar de hablar, Rainbow Dash se dio cuenta que estaba sonriendo mientras se imaginaba una perfecta escena de amor. Entonces ella sacudió su cabeza, dándose cuenta que se había dejado llevar, y entonces levantó su cabeza para mirar al resto. Ahí pudo ver que Applejack la miraba con una cara de asombro, la abuela Smith con una gran sonrisa, y Apple Bloom y Big Mac con miradas soñadoras, como si estuvieran a punto de llorar por la emoción.
"Y-Yo… yo quizás exageré un poco…" Agregó rápidamente Rainbow Dash, sonrojándose y desviando la mirada.
"Jeje, muy bien, esa era la respuesta correcta. Tú ganaste." Dijo la abuela Smith sonriendo y mirando emocionada a Rainbow Dash, por fin despejando toda duda y aclarando cuál había sido la verdadera prueba que ella les había hecho a ambas yeguas: Descubrir el verdadero significado de ser la pareja de alguien.
Notando que Rainbow Dash ni siquiera celebró su victoria, solo se quedó quieta, avergonzada por que los demás la oyeran hablar de amor de esa manera, la abuela Smith empujó a Big Mac y a Apple Bloom fuera de la cocina para que la pegaso se tranquilizara, quedando en la cocina solo Rainbow Dash y Applejack.
"B-Bueno… parece que ganaste." Dijo finalmente Applejack, sonrojándose también un poco y rascándose la cabeza.
"E-Esa prueba no cuenta. Yo… ¡Yo solo me molesté porque tu abuela nos engañó! ¡Qué manera tan anticuada de ver a una buena esposa!" Dijo Rainbow Dash casi en un gritó, aún roja por la vergüenza.
Applejack se quedó viendo a Rainbow Dash y pensó que en realidad le gustaría aceptar ese reto como nulo, después de todo a ella no le gustaba perder, sin embargo ella debía ser justa y aceptar que perdió. Además, luego de escuchar a Rainbow Dash hablar de tal forma acerca del amor, Applejack decidió que no era justo seguir ocultándole a su amiga lo que no quería contarle, más aún sabiendo que ese secreto tenía directa relación con aquellos sentimientos.
"Huff… muy bien, te diré lo que no quería contarte." Dijo Applejack suspirando, captando la atención de Rainbow Dash. "No era que no quisiera que te enteraras, es solo que no quiero que te enojes conmigo. Pensé que sería mejor contártelo cuando estuviéramos todas juntas…"
Entonces Applejack le contó a Rainbow Dash lo sucedido en su ausencia, lo que Pinkie Pie había descubierto de Dusk, acerca de sus pesadillas relacionadas a sus temores, y cómo uno de esos temores parecía tener relación con ellas, y cómo finalmente todas habían llegado a un acuerdo de no acercarse más a Dusk de forma romántica, al menos hasta que Dusk dejara de tener pesadillas, y que fuera el mismo Dusk quien fuera el siguiente en mostrar interés en alguna de ellas sin que ninguna más lo volviera a presionar.
Mientras Applejack contaba la historia, Rainbow Dash pasó lentamente del asombro a la molestia y luego al enojo.
"Cuando Pinkie Pie nos contó a Fluttershy y a mí, ambas estuvimos de acuerdo." Dijo Applejack, terminando su relato, con una mirada de preocupación al ver a su amiga tan molesta. "Sé que es duro, pero es lo mejor para Dusk, de lo contrario-"
"¿¡Quieren que evite a Dusk!? ¡Ustedes no deciden eso!" Gritó Rainbow Dash furiosa. "¡Ustedes ni siquiera me tomaron en cuenta! Y yo… ¡Y yo…! ¡GAHH!"
Rainbow Dash ni siquiera terminó lo que pensaba decir, ella estaba tan frustrada y molesta que solo corrió hacia la puerta de la cocina y voló rápidamente lejos de la granja.
Era el día del desayuno de amigas semanal, en donde los seis ponies amigos y el pequeño bebé dragón se reunían para compartir alegremente un rico desayuno en el Café del pueblo.
Como ya se hacía costumbre, siempre alguien llegaba tarde, y esta vez parecía ser el turno de Dusk Shine y Spike, quienes normalmente llegaban puntuales, pero por alguna razón ninguno de los dos aparecía aún en el lugar. Aquello sin embargo pudo haber sido lo mejor que pudo suceder, ya que a diferencia de tantas otras veces, en donde debieran de haber risas y chismes, ahora solo había un tenso aire alrededor y un incómodo silencio rodeando a los presentes.
"¿¡Y bien!? ¿¡No hay nada que tengan que decirme a la cara mis 'amigas'!?" Dijo Rainbow Dash enojada, haciendo un sarcástico énfasis en la palabra 'amigas', mientras las otras cuatro yeguas ahí reunidas solo miraban hacia abajo, con miradas tristes.
Cuando Applejack llegó al Café, alcanzó a advertirles a sus amigas que Rainbow Dash estaba furiosa por la decisión que habían tomado sin consultarle, por eso, cuando la pegaso arcoíris finalmente llegó, ninguna de las yeguas se atrevió a hablar ni a mirarla a la cara.
"Querida, por favor no te enojes. No podíamos preguntarte porque estabas de viaje." Respondió finalmente Rarity, siendo la primera en atreverse a levantar la cabeza y hablar.
"¡Debieron esperarme!" Reclamó Rainbow Dash manteniendo su mirada seria.
"Tú no viste a Dusk ese día. El pobre incluso se hechizó a sí mismo para no estresarse." Agregó Pinkie Pie mirando tímidamente a Rainbow Dash.
"¡Eso ya lo sé! Pero… ¡Pero no me parece justo lo que hicieron!" Reclamó Rainbow Dash levemente sonrojada.
"¿Justo? ¿De qué estás hablando?" Preguntó Rarity confundida.
"T-Todas ustedes ya han besado a Dusk. Todas ustedes se han acercado a él y se han hecho más íntimos, pero yo… ¡Yo no quiero hacerme más íntima con Dusk! ¡Pero simplemente no me parece justo!" Dijo Rainbow Dash nerviosa, sonrojada y aún molesta. "Ahora que todas han hecho lo suyo… ¿¡Ahora es que no quieren que me acerque a él!?"
"No es que no vayamos a acercarnos a Dusk, es… es solo que lo haremos con cuidado." Dijo Fluttershy, decidiendo que no debía quedarse al margen de la discusión y que debía mediar para solucionar el conflicto antes que llegara Dusk. "Pero es cierto, debimos haberte preguntado primero tu opinión."
"Y debimos habértelo dicho apenas llegaste, lo siento." Agregó Applejack con una mirada de culpa, entendiendo al igual que Fluttershy que debían calmar la discusión, cosa que pareció funcionar, ya que Rainbow Dash dejó de fruncir el ceño lentamente.
"Sí, en cuanto vi que llegaste, debí habértelo dicho, lo siento." Dijo Pinkie Pie también con una mirada apenada.
"¡Espera! ¿Tú viste cuando llegué?" Dijo rápidamente Rainbow Dash, girándose para ver a Pinkie Pie seriamente.
"¡Sí! Te veías muy graciosa con todas esas bufandas y ese sweater que-" Dijo Pinkie Pie con una sonrisa al recordar ese momento, hasta que se dio cuenta que había metido la pata hasta el fondo sin darse cuenta.
"¡Tú me viste ese día! ¿¡Por qué no me lo dijiste ahí mismo!?" Gritó Rainbow Dash, nuevamente poniéndose furiosa, más aún al pensar que toda esa idea del acuerdo para no acercarse románticamente a Dusk, fue idea de Pinkie Pie.
Al darse cuenta de su error, Pinkie Pie se encogió y miró hacia el suelo, sin ser capaz de levantar la vista, pero sintiendo la punzante mirada de Rainbow Dash sobre ella, que la miraba fijamente esperando una respuesta. Pinkie tenía una respuesta, pero sabía que esa respuesta solo echaría más leña al fuego y que muy probablemente lastimaría a su amiga, pero Pinkie Pie también sentía que luego de todo aquello, lo mínimo que le debía a Rainbow Dash era la verdad. Así que ella finalmente suspiró lentamente y decidió decir la verdad.
"Yo… no te lo dije, porque… no creo que el acuerdo que hicimos se aplique contigo." Dijo Pinkie Pie lentamente, sabiendo que cada palabra era como caminar en un campo minado.
"¿Qué no se aplica conmigo? ¿A qué te refieres?" Preguntó Rainbow Dash confundida, mirando aún más fijamente a su rosada amiga.
"Es que… cuando Dusk se desmayó, entre los nombres que mencionó, él nos nombró a todas nosotras… excepto a ti." Dijo Pinkie Pie lentamente y con preocupación.
"¿Y eso qué significa?" Dijo Rainbow Dash lentamente, entrecerrando los ojos mientras un leve temor hacía que un escalofrío recorriera su nuca.
Pinkie Pie no respondió, ella no era capaz de decirle a Rainbow Dash lo que pensaba que significaba. Las demás yeguas también agacharon la mirada, sabiendo lo que Pinkie Pie estaba pensando. Finalmente Rainbow Dash, que era más lenta para entender indirectas, abrió lentamente sus ojos y frunció nuevamente sus cejas, pero esta vez con sus ojos levemente cristalinos, como si una lágrima estuviera a punto de caer.
"Heh… soy algo lenta, así que díganme qué creen que significa exactamente, ¿Qué Dusk no me encuentra atractiva? ¿O qué a diferencia de ustedes Dusk nunca sentirá nada por mí?" Preguntó lentamente Rainbow Dash, con un conflicto interno, sin saber si estaba más enojada o más triste.
Un largo silencio quedó en el aire.
"¡Hey, chicas! Perdón por la demora." Dijo repentinamente Dusk, caminando hasta donde estaban sus amigas.
Todas las chicas se giraron para ver a Dusk, en tanto que Rainbow Dash se limpió velozmente los ojos y volvió a su mirada seria. Allí las cinco yeguas pudieron ver con confusión como Dusk Shine y Spike se acercaban caminando lentamente, ambos moviendo exageradamente sus hombros como si caminaran posando para una foto, ambos vistiendo unos lentes oscuros, y ambos con unas cadenas doradas y brillantes colgadas de sus cuellos.
Al llegar donde las yeguas, el cuerno de Dusk brilló y un letrero brillante apareció sobre sus cabezas con las palabras 'Here comes the money!' y entonces tanto el potro como el dragón comenzaron a bailar extrañamente, dando algunos pasos hacia atrás y saltando. Las cinco yeguas se quedaron mirando con caras perplejas hasta que el letrero luminoso sobre las cabezas de Dusk y Spike desapareció, al igual que sus brillantes cadenas, que solo entonces las yeguas entendieron que también había sido parte de la producción mágica de Dusk.
"¿Y bien? ¿Qué tal nuestra entrada?" Preguntó Spike con orgullo, bajándose levemente los lentes de sol para ver mejor a sus amigas.
"¿¡Qué rayos fue eso!?" Preguntó Applejack con una mezcla de confusión y enojo, debido a la bizarra entrada que dejó perplejas a todas luego de estar en un momento tan tenso.
"¡Pfft! ¡JAJAJA! Estuvo genial, jaja." Se rio genuinamente Rainbow Dash a carcajadas, olvidando por un segundo lo seria que había estado. Siendo la única de las yeguas que se rio luego de la entrada de Dusk y Spike, dejando aún más confundidas a las otras cuatro yeguas.
"Jeje, sabía que les gustaría." Dijo Dusk sonriendo, sacándose los lentes de sol. "Es mi forma de decirles que yo pagaré el desayuno de todas hoy."
"¡Tenemos dinero extra!" Agregó Spike, levantando un pequeño saco que parecía estar a rebosar de monedas doradas.
"¿De dónde sacaron todo ese dinero?" Preguntó Fluttershy sorprendida.
"¡Ni siquiera yo lo sé!" Respondió Dusk con una gran sonrisa. "Cuando veníamos hacia aquí, nos encontramos con Lyra, quien solo me entregó esta bolsa con monedas sin razón aparente. Pensé que era una confusión, pero por más que le dije que se estaba equivocando, ella insistió en dármelo."
"¿Por qué Lyra estaría dando dinero?" Preguntó Pinkie Pie confundida.
"No lo sé. Solo mencionó algo de que sus comics se han estado vendiendo muy bien y que lo justo era que yo tuviera algunas regalías." Respondió Dusk encogiéndose de hombros. "Quizás ella quiere compensarme por usar la biblioteca para reunir a su grupo de lectura, quién sabe."
Obviamente Dusk no entendió lo que él mismo estaba diciendo, pero la mayoría de los demás presentes sí que lo entendió.
"En fin, iré a pagar el desayuno por adelantado, ¡Pidan lo que quieran, yo invito!" Dijo Dusk con una sonrisa mientras se alejaba y entraba al interior del Café.
Una vez Dusk se perdió de vista, las demás yeguas aprovecharon la ocasión para hablar con Spike.
"¿¡Él aún no ha leído los comics de Lyra!?" Preguntó Rarity preocupada y sonrojada.
"Nop. Se lo he mencionado muchas veces, pero él insiste en que no le gustan los comics, y bueno… me da algo de vergüenza decirle que están haciendo comics eróticos de él." Dijo Spike nervioso, rascándose la cabeza.
"No diría que son eróticos, más bien son… sugerentes, muy sugerentes." Agregó Pinkie Pie sonrojada, recordando que el comic de Lyra mostraba situaciones picantes, pero sin mostrar nada de sexo explícito, para alegría y pena de varios. Aunque había que aceptar que cada vez las situaciones aparecidas en el comic eran más sugerentes.
"Yo diría que es más bien un comic romántico." Agregó Fluttershy sonrojada, recordando que en el primer número había aparecido un personaje idéntico a ella.
"Yo aún no leo el último tomo." Dijo Applejack sonrojándose, también admitiendo ser seguidora de los comics de Lyra.
"¿De qué están hablando?" Dijo repentinamente Rainbow Dash, quien se dio cuenta que era la única que no entendía de qué estaban hablando.
Al escuchar la pregunta de su amiga, las otras cuatro yeguas se congelaron. A ninguna se le había cruzado por la cabeza que Rainbow Dash hubiera estado ajena a todo ese fenómeno de los comics eróticos de Lyra, pero pensándolo detenidamente, Rainbow Dash odiaba leer, ¡Era lógico que no hubiera leído eso! De inmediato las yeguas empezaron a quemar sus cerebros, intentando pensar en alguna excusa, dado que si Rainbow Dash se enteraba de lo que mostraban los comics, la discusión que habían tenido previamente podía explotar a niveles astronómicos.
"Ten, aquí traje el último tomo que salió, lo escondí de Dusk." Dijo Spike con una sonrisa mientras le pasaba el comic a Rainbow Dash, dejando a las otras cuatro yeguas con miradas de espanto.
Rainbow Dash tomó el comic que le pasó Spike y leyó la portada: 'Amor prohibido 3 – El sótano de Kinky Pie' y bajo el título se veían los dibujos de dos ponies: un potro muy parecido a Dusk Shine recostado sobre una mesa, y una yegua muy parecida a Pinkie Pie, que sostenía un látigo con su boca.
Rainbow Dash de inmediato se sonrojó al ver el dibujo. Entonces ella abrió el comic y comenzó a leerlo, o más bien a mirar los dibujos, para ver rápidamente de qué se trataba ese comic. Fue así que mientras más leía, más roja se ponía Rainbow Dash, y sus ojos se abrían más y más ante los dibujos que veía. Todo dentro de ella le gritaba que dejara de leer esas obscenidades, pero ella necesitaba saber de qué se trataba todo eso, así que se obligó a sí misma a terminar de hojear todos los dibujos del comic.
Una vez Rainbow Dash terminó de leer el comic, lo cerró bruscamente y cerró sus ojos por unos segundos mientras suspiraba y se tranquilizaba para dejar de estar tan ruborizada. Mientras lo hacía, ella repasó mentalmente lo que alcanzó a entender del comic viendo solo los dibujos…
El comic trataba que un tal 'Dusk Sempai' entraba en un sótano secreto de una sádica y lujuriosa yegua llamada Kinky Pie, y entre medio pasaban muchas cosas y situaciones para adultos, aunque claro, dejando mucho a la imaginación, pero también dejando en claro que eran cosas sucias. Finalmente el Dusk del comic terminaba disfrutando aquellas sesiones con aquella loca yegua, y luego volvía a reunirse con sus otros dos amores, una tal 'Flutter-chan' y otra tal 'Clarity', mientras otra yegua llamada 'Juicy Apple' observaba a 'Dusk Sempai' entre las sombras, esperando su oportunidad... Las referencias eran más que obvias, y no solo de las amigas de Dusk Shine, sino de varias otras yeguas en el pueblo, de muchas otras, con una gran excepción… no había ningún personaje que se pareciera a Rainbow Dash.
"Este… ¿Es el tercer tomo de este comic?" Preguntó Rainbow Dash con una mirada sombría, devolviéndole el comic a Spike.
"Sí, aunque no es primera vez que Kinky Pie aparece." Respondió Spike inocentemente. "Creo que desde el primer capítulo todos esperaban que ella hiciera su jugada. Dicen los fans que en el siguiente número la protagonista podría ser la cartera del pueblo, es un personaje secundario, pero-"
En ese momento Rarity y Fluttershy le taparon la boca a Spike para que dejara de hablar y de meter la pata.
"Todas ustedes… ¡Son unas pervertidas!" Dijo Rainbow Dash mirando furiosa a sus amigas.
"¡Yo me salto las partes sucias! ¡Lo prometo!" Dijo inmediatamente Spike sonrojado, pensando que hablaban de él.
"¡Es solo un comic! ¡Ninguna de nosotras ha hecho nada así con Dusk!" Respondió Rarity sonrojada.
"¿¡Y cómo yo sé eso!? ¡No sería la primera vez que me mienten o que me ocultan algo!" Dijo Rainbow Dash molesta, sabiendo en el fondo que sus amigas jamás harían las cosas que aparecían en el comic, pero aún así molesta con ellas, y principalmente molesta porque ella misma no aparecía en esos comics. "Todas ustedes han logrado algo, pero yo…"
En ese momento Rainbow Dash se calló, sin atreverse a decir en voz alta lo que pensaba. Justo en ese instante, Dusk apareció con una gran sonrisa, seguido por el camarero, quien llevaba un plato de comida para cada una de sus amigas.
"Aprovechando que estaba pagando, me tomé la libertad de ordenar por ustedes. Como buen amigo que soy, creo que ya sé lo que le gusta a cada una, jeje." Sonrió Dusk orgulloso.
"Sí, seguro que las conoces muy bien a todas…" Murmuró Rainbow Dash molesta, desviando la mirada.
"Eh… sí, creo que las he aprendido a conocer." Respondió Dusk confundido, sin entender el comentario amargo de su amiga. "En fin, aún me queda mucho dinero, así que creo que también las invitaré a desayunar la próxima semana.
"Yuupii…" Dijo sarcásticamente Rainbow Dash, mientras le daba un fuerte mordisco a su hamburguesa de heno.
Al escuchar aquel segundo comentario amargo, Dusk miró confundido a Rainbow Dash, pensando en que debía preguntarle si él había hecho algo que la ofendiera. Sin embargo, él miró a sus demás amigas y todas le movieron la cabeza negativamente para que no lo hiciera. Tal parecía que sus amigas sabían el motivo por el cual Rainbow Dash estaba enojada y también sabían que no era el mejor momento para resolverlo. Entendiendo que había veces en que era mejor esperar antes de resolver de inmediato una situación tensa, Dusk escuchó a sus amigas y solo se quedó igual que ellas, comiendo su desayuno en total silencio.
"¿Sigues teniendo pesadillas?" Preguntó Rainbow Dash repentinamente, mirando seriamente a Dusk.
Dusk Shine se sorprendió por el silencio roto y por aquella peculiar pregunta, ya que él no le había mencionado lo de las pesadillas a su amiga pegaso.
"Eh, bueno, sí, tuve algunas pesadillas hace un par de días. Pero no te preocupes, al parecer ya estoy durmiendo mejor, no hay por qué asustarse." Respondió Dusk con una sonrisa, alegre de que Rainbow Dash decidiera hablar con él.
Ante el comentario de Dusk, todas las yeguas se sorprendieron. Ellas esperaban que Dusk dejara de tener sus pesadillas pronto, pero aquello fue más rápido de lo que todas habían pensado, lo que hizo que todas se sintieran aliviadas al descubrir que su querido potro al parecer no estaba tan estresado como hacía un par de días.
"Es gracioso que lo preguntes." Continuó hablando Dusk. "De hecho ayer tuve un sueño muy agradable. No lo recuerdo bien, pero tal parece que estaba flotando sobre el cielo nocturno, al lado de la luna, hasta que una dulce voz me dijo-"
"¿Entonces ya no tienes nada que te preocupe?" Interrumpió Rainbow Dash, manteniendo su mirada seria.
Nuevamente Dusk se sorprendió por aquella pregunta, y entonces abrió grande los ojos al creer entender lo que sucedía. Lo más seguro era que Pinkie Pie le había contado a sus otras amigas acerca de la pesadilla que tuvo y de las preocupaciones que Pinkie Pie había descubierto que él tenía.
"Oh… bueno, no diría que ya no tengo preocupaciones, definitivamente tengo que resolver algunos problemas con mi hermano, y también aprender a sobrellevar los cambios que estoy experimentando en mi vida desde que llegué a Ponyville. Pero definitivamente la charla que tuve con Pinkie Pie me ayudó a darme cuenta de muchas cosas, y creo que ahora estoy un poco mejor." Respondió Dusk con una ligera sonrisa, agradeciendo que sus amigas se preocuparan por él.
Dusk se quedó mirando un momento a Rainbow Dash, esperando que ella continuara la conversación, pero su amiga simplemente volvió a bajar su cabeza y continuó comiendo su hamburguesa, dejando a Dusk confundido. En tanto, las demás yeguas solo se quedaron mirando de reojo a Rainbow Dash, sin entender por qué ella hacía esas preguntas.
"Sabes, no es necesario que nos invites a otro desayuno con el dinero extra que tienes. Deberías hacer otra cosa." Dijo sorpresivamente Rainbow Dash, justo cuando Dusk pensaba que la conversación había terminado y él estaba a punto de volver a comer.
"No es un problema, ¡Me gusta poder invitarlas a comer!" Dijo Dusk sonriendo.
"No digo que no nos invites, solo digo que, en vez de invitarnos a todas, deberías invitar a cenar… a solo una de nosotras." Dijo Rainbow Dash, mirando hacia abajo para ocultar que estaba ruborizada.
En cuanto Rainbow Dash dijo aquello, las otras cuatro se atoraron con su comida, tosiendo todas al unísono, mientras Dusk solo miró sorprendido a Rainbow Dash.
"¡Es demasiado pronto! ¡Dijimos que esperaríamos a que Dusk hiciera el siguiente movimiento! ¡No lo fuerces!" Pensaron nerviosas Applejack, Pinkie Pie, Rarity y Fluttershy. Asustadas al ver que Rainbow Dash estaba haciendo exactamente lo que habían dicho que no harían.
"Tú… te refieres a algo como… ¿Cómo una cita?" Preguntó Dusk, levemente sonrojado.
Rainbow Dash se quedó estática unos segundos, con su mirada fija hacia el suelo para que no vieran su expresión, pero la punta de sus orejas, que ahora estaban rojas, delataban que ella estaba muy sonrojada.
"No digo que sea una cita." Respondió finalmente Rainbow Dash, respirando para tranquilizarse y luego levantando su vista para ver a Dusk a los ojos. "Nosotras muchas veces salimos en pares. Rarity va con Fluttershy al Spa, yo me junto con Applejack a competir, e incluso a veces me junto solo con Pinkie Pie para hacer algunas bromas. S-Solo digo que no siempre tenemos que hacer todo todas juntas, y… y que quizás sería bueno que salieras alguna vez solo con una de nosotras para así… conocerse mejor." Terminó de hablar Rainbow Dash, haciendo todo lo posible para no mostrarse avergonzada frente a Dusk.
Luego del discurso de Rainbow Dash, Dusk miró sorprendida a su amiga y luego puso una cara pensativa mientras analizaba lo que acababan de decirle. Mientras tanto, las otras cuatro yeguas se pusieron muy nerviosas por lo que acababa de decir Rainbow Dash, no importaba cómo lo disfrazara, ¡Lo que Rainbow Dash pedía era que Dusk tuviera una cita con una de ellas! Y todas sabían que por los sentimientos que todas sentían, una cita a solas con Dusk solo podía ser una cita romántica. Aquello iba totalmente en contra de lo que habían dicho que harían, sin embargo, por alguna razón, ninguna de las cuatro yeguas dijo nada, solo se quedaron mirando a Dusk con miradas tensas, esperando a ver qué respondía Dusk.
"Hmm… sí, ¡Creo que podría ser divertido!" Respondió finalmente Dusk con una gran sonrisa.
Rarity, Applejack, Fluttershy y Pinkie Pie, respiraron finalmente luego de contener el aire. Todas en el fondo estaban aliviadas que Dusk aceptara por sí solo aquella propuesta, ya que salir en una cita con una de ellas significaba que Dusk estaba mejor psicológicamente, y además, en un segundo pensamiento, ellas no estaban rompiendo lo que habían prometido, después de todo era Dusk quien haría el siguiente movimiento y las invitaría a una cita, tal como habían deseado que pasara.
"Pero, ¿A quién debo invitar?" Preguntó Dusk, mirando a todas sus amigas, sabiendo que con el dinero extra que tenía, solo alcanzaría para una cita con una de sus amigas, ya que ir a cenar a algún lugar saldría más caro que solo tomar desayuno.
Ante la pregunta de Dusk, nuevamente se instauró un incómodo silencio.
"Yo sé cómo podrás decidir a quién invitar." Dijo finalmente Rainbow Dash, alzando altivamente su cabeza y mirando a Dusk con una mirada llena de determinación. "¡La carrera anual de las hoja!"
# Fin del capítulo 37
