Capítulo 39 – Caída en picada
Esa mañana Rarity se encontraba ordenando algunos muebles del salón principal de Carrusel Boutique, pues aunque ella era muy ordenada con su hogar, a veces simplemente necesitaba reordenar todo para darle un nuevo aire al interior de su casa.
¡Toc-Toc!
Rarity miró hacia la puerta principal preguntándose quién podría ser, por un segundo esperanzada en que fuera una visita sorpresa de su queridísimo Dusk. Ella se acercó hasta la puerta con una sonrisa y la abrió, y en cuanto vio quién era, su sonrisa desapareció.
"Jeje… Hola Rarity." Saludó Rainbow Dash con una sonrisa nerviosa.
"Miren quién decidió aparecer, la señorita Rainbow 'Tramposa' Dash." Dijo Rarity entrecerrando los ojos.
"Sí, ya lo sé, lo siento. Por eso es que vine aquí." Respondió Rainbow Dash desviando la mirada avergonzada y rascándose la cabeza. "Ya he ido a disculparme con Fluttershy y con Applejack por lo que hice ayer en la carrera."
"¿Y con Pinkie Pie?" Preguntó Rarity.
"Ella iba a hacer trampa desde el principio, así que no cuenta." Respondió Rainbow Dash con una mirada molesta y luego volviendo a mirar a Rarity con una mirada apenada. "Sé que lo que hice no estuvo bien, pero yo… yo de verdad quería ganar esa carrera, sentía que era mi última oportunidad de-"
En ese instante Rainbow Dash se sonrojó y volvió a desviar la mirada.
"L-Lo que quiero decir es que de verdad lo siento." Agregó rápidamente Rainbow Dash, mirando a Rarity con una mirada de culpa. "Espero me perdones."
Ante las palabras de Rainbow Dash, Rarity se quedó en silencio por unos segundos, con su labio fruncido mientras miraba el rostro de su amiga y sentía que ella verdaderamente estaba arrepentida por lo que hizo.
Lo que había hecho Rainbow Dash en la carrera había sido muy sucio, no solo con Rarity, sino con sus demás amigas, y mientras más lo pensaba Rarity, más segura estaba que lo que había hecho su amiga no era tan fácil de perdonar. Pero en el fondo, Rarity entendía por qué su amiga lo había hecho, la desesperación que ella había sentido al sentirse menospreciada por Dusk le había nublado temporalmente el juicio, y siendo sincera, Rarity debió haber sospechado que Rainbow Dash planearía algo, después de todo ambas yeguas se parecían un poco en eso, en que ambas estaban dispuestas a romper las reglas si se trataba de lograr algo con Dusk.
"Huff… está bien, te perdono." Dijo finalmente Rarity suspirando, resignada ante la mirada de su amiga. "Solo no lo vuelvas a repetirlo, y recuerda, ¡Me debes una! Solo te perdono porque entiendo que querías tener tu oportunidad para acercarte más a Dusk."
"¡Y-Yo no lo hice por querer estar con Dusk!" Respondió Rainbow Dash rápidamente, sonrojándose. "S-Solo lo hice p-porque quería una cena gratis, eso de la cita no me interesa."
"Claro, como tú digas querida." Respondió Rarity mirando hacia arriba con una pequeña sonrisa, un poco divertida al ver que Rainbow Dash aún intentara ocultar lo obvio. "Por cierto, ya que Dusk no tiene el dinero para invitarte a cenar, ¿Qué es lo que harán en su cita?"
"No lo sé, justo ahora iba a reunirme con él." Respondió Rainbow Dash encogiéndose de hombros.
"Tú… irás a tu cita… ¿Así?" Dijo Rarity preocupada, dando un paso hacia atrás para mirar a su amiga de cuerpo completo, de cola a cabeza.
"¿Hm? ¿Qué tiene?" Preguntó Rainbow Dash mirándose a sí misma.
En efecto, Rainbow Dash estaba igual que siempre, sin nada raro en ella, pero era eso mismo lo que espantó a Rarity. Si ella estuviera en el lugar de su amiga, Rarity de seguro se habría arreglado y embellecido mucho más, sabiendo que tendría una cita con su querido amado, pero aquello era algo que la mente simple de Rainbow Dash pareció haber olvidado o simplemente pensó que no era importante, pero Rarity sabía la verdad, sabía que esta era la gran oportunidad de Rainbow Dash y ella no podía darse el lujo desperdiciarla.
Rarity se quedó mirando a Rainbow Dash por unos segundos. Si hubiera sido otra de sus amigas, Rarity le hubiera dicho de inmediato que nada mal estaba de ir así de simple a una cita, sabiendo que sus demás amigas competían de igual a igual con ella por el corazón de Dusk, pero Rainbow Dash era distinta, a diferencia de las demás ¡Ella de verdad necesitaba ayuda! y aunque ambas estuvieran compitiendo por el amor del mismo potro, antes que una rival, Rainbow Dash era una amiga que necesitaba ayuda, y mucha.
"Bien, te dije que me debías una, ¿Verdad? Pues este es el momento de pagarme lo que me debes y ganarte mi verdadero perdón." Dijo Rarity mirando seria a su amiga. "Sígueme."
"¡Todo eso tomó demasiado tiempo!" Dijo Rainbow Dash hablando consigo misma mientras aterrizaba frente a la biblioteca.
Cuando Rainbow Dash se dispuso a seguir a Rarity, ella jamás pensó que Rarity la llevaría al Spa del pueblo. Rainbow Dash jamás había entrado allí antes ni estaba en sus planes hacerlo, sin embargo Rarity insistió en que era lo correcto antes de ir a una cita con Dusk, aunque Rainbow Dash le insistiera que no era una cita, sin embargo, con la persuasión en conjunto de Rarity y las gemelas Aloe y Lotus, Rainbow Dash finalmente cedió y accedió a hacerse un tratamiento básico de limpieza, pero lo que nunca esperó fue que aquello ocupara toda su mañana.
Mientras pensaba en lo extrañamente ligera y relajada que se sentía luego del tratamiento en el Spa, Rainbow Dash levantó uno de su casco y lo observó por un rato, notando lo limpio que había quedado, incluso con un brillo extra, al igual que su pelaje y su melena, la cual además se sentía más sedosa y agradable. Definitivamente el tratamiento en el Spa no le había agradado particularmente, pero el resultado era otra cosa, y aunque Rainbow Dash jamás lo admitiría, muy en el fondo se sentía bien al pensar que era agradable verse y sentirse bonita de vez en cuando.
Entonces Rainbow Dash se acercó hasta una de las ventanas de la biblioteca y observó su reflejo, en donde su melena estaba ligeramente más peinada que de costumbre, lo que mágicamente hacía que Rainbow Dash se viera un poco más femenina que de costumbre.
"Me pregunto si Dusk Shine lo notará…" Pensó Rainbow Dash ligeramente sonrojada mientras se acomodaba un mechón rebelde en su melena.
"¡Al fin llegaste!" Dijo repentinamente Dusk abriendo la puerta de la biblioteca al notar que Rainbow Dash estaba en la ventana.
"¡Waah…! ¡Sí! ¡Al fin llegué!" Respondió robóticamente Rainbow Dash luego de sobresaltarse cuando Dusk apareció a su lado.
En ese instante ambos ponies se quedaron callados, ambos viéndose mutuamente, esperando que el otro dijera algo más.
"Qué extraño, parece que Rainbow Dash tiene algo diferente… pero no sé qué será." Pensó Dusk con una mirada de duda. "No estoy seguro, quizás sea mi imaginación."
"Así que… ¿Quieres pasar adentro o quieres que te diga aquí qué es lo que planeé para nuestra tarde juntos?" Preguntó finalmente Dusk sonriendo.
"… … Yo… Está bien aquí. Dime qué es lo que haremos." Dijo Rainbow Dash frunciendo levemente el labio, con una mezcla de decepción y molestia al ver que Dusk no le había dicho nada con respecto a su melena.
"He planeado una 'cita' especial para hoy, planee una 'cita aventurera'!" Dijo Dusk con una gran sonrisa.
"¿Una cita aventurera?" Preguntó Rainbow Dash sin entender a qué se refería Dusk.
"Sí, bueno, dado que no tengo el dinero para invitarte a cenar, y dado que fuiste justamente tú quien ganó, pensé que podríamos hacer algo único y divertido." Dijo Dusk mirando fijamente a Rainbow Dash. "Hay algo que quiero hacer y me encantaría que me acompañes. Es algo que no podría hacer con ninguna de las otras chicas más que contigo, la yegua más genial del pueblo." Agregó Dusk estirando uno de sus cascos con una gran sonrisa para que Rainbow Dash lo chocara.
Ante las palabras de Dusk, Rainbow Dash estuvo confundida y algo decepcionada al principio, pero en cuanto Dusk mencionó que aquello era algo especial que solo podía hacer con ella y con ninguna más de sus otras amigas, hizo que Rainbow Dash se sintiera especial mientras su corazón latía de emoción al saber que estaría en una aventura sola junto a Dusk.
"Suena divertido." Dijo finalmente Rainbow Dash, levantando su casco y chocando el casco de Dusk, también con una gran sonrisa, lista para acompañar a aquel potro hasta el fin del mundo de ser necesario.
Así fue como empezó la 'cita' de Dusk Shine y Rainbow Dash, con Dusk guiando mientras Rainbow Dash lo acompañaba caminando a su lado.
Mientras atravesaban el pueblo, Rainbow Dash no podía evitar sonreír al notar una que otra mirada curiosa que los veían a ella y Dusk caminando juntos, lo que hacía que Rainbow Dash fantaseara al imaginarse cómo hablaban los demás al verlos caminando juntos como pareja.
Luego de haber dejado el pueblo, el pecho orgulloso de Rainbow Dash se fue desinflando al notar el lugar al cuál Dusk la estaba llevando.
"Dusk… ¿Quieres que nuestra cita sea en el bosque Everfree?" Preguntó Rainbow Dash intentando ocultar su nerviosismo al ver el tenebroso bosque que aparecía ante sus ojos.
"Sí, te lo dije, es una 'cita aventurera'." Respondió Dusk mirando con una sonrisa de confianza a su amiga. "Descuida, ¡Nada malo pasará mientras estemos juntos!"
Nuevamente el comentario de Dusk hizo que Rainbow Dash se sonrojara levemente y ella finalmente solo asintió mientras sonreía ante tales lindas palabras.
"El lugar al que vamos queda algo lejos, ¡Te reto a una carrera!" Dijo repentinamente Dusk Shine, golpeando juguetonamente el costado de Rainbow Dash y comenzando a correr por el camino que se adentraba al bosque.
"Jeje, yo gané la carrera anual de las hojas, ¡Qué no se te olvide!" Respondió Rainbow Dash con una gran sonrisa, comenzando a correr tras Dusk.
Así fue como ambos amigos comenzaron a correr por el bosque, siempre siguiendo el sendero, sabiendo que mientras fuera de día y no se salieran del camino, estarían bien en aquel peligroso bosque. Sin embargo, el miedo de estar en un lugar que hospedaba criaturas potencialmente mortales había pasado hace mucho a segundo plano, la verdad era que ambos solo pensaban en lo divertido que era correr junto al otro, saltando ocasionalmente sobre posas de agua para salpicar con gotas al otro, rebasarse uno al otro y luego esperarse para seguir corriendo juntos, o chocar juguetonamente para molestar al otro mientras corrían.
Definitivamente Rainbow Dash había pensado que sería raro que su cita con Dusk fuera en el bosque Everfree, pero mientras corría y se divertía, se dio cuenta que esa en realidad era la actividad perfecta para ambos: la diversión de participar en una carrera, mezclado con la adrenalina de hacerlo al lado del peligroso bosque, junto al contacto ocasional que ambos tenían. Para Rainbow Dash, esta cita ya había comenzado de manera perfecta, y ya no podía esperar por lo que Dusk le estuviera guardando para más adelante.
Luego de haberse adentrado en el bosque, Dusk se detuvo a un costado del camino y miró a Rainbow Dash.
"Ahora tenemos que salirnos del sendero. Con cuidado, sígueme." Dijo Dusk mientras usaba su magia para despejar algunas ramas que bloqueaban su paso fuera del camino.
Rainbow Dash siguió obedientemente a Dusk y con cuidado caminó paso a paso tras él.
Mientras caminaban, Rainbow Dash no pudo evitar sentirse un poco indefensa ya fuera del camino, en medio del bosque. No tanto por las peligrosas criaturas que allí pudiera encontrarse, sino por los altos y frondosos árboles que habían en ese sector, bloqueando casi por completo la vista al cielo, lo que le haría imposible a Rainbow Dash salir volando ante cualquier peligro, y el no poder usar sus alas libremente en un lugar así la hacía sentir algo claustrofóbica.
Repentinamente Rainbow Dash se detuvo en seco mientras miraba hacia un lado del camino y Dusk continuaba caminando. A ella le pareció ver una extraña sombra que estaba no muy lejos de allí entre los árboles. Casi parecía la forma de una cabeza, lo que obviamente le causo curiosidad a la pegaso.
Justo cuando Rainbow Dash entrecerraba los ojos para ver bien si aquella extraña sombra era un árbol pequeño, dos tenues brillos de unos ojos miraron directamente hacia Rainbow Dash aparecieron, dejando ver que aquella sombra era efectivamente la de una cabeza, que ahora miraba hacia Rainbow Dash. En cuanto la extraña figura notó que Rainbow Dash la miraba fijamente, eso se movió y corrió lejos de allí.
Ante la enorme sorpresa de ver lo que había parecido la sombra de un pony oscuro corriendo, Rainbow Dash se asustó y dio unos pasos hacia atrás, lo que hizo que la pegaso tropezara y cayera justo por el borde de una pequeña loma que quedaba al borde del camino que iba haciendo Dusk.
"¡Waaahhh!" Gritó Rainbow Dash luego del susto de ver la sombra y al mismo tiempo al caer de espaldas por la loma.
"¡Rainbow Dash! ¿¡Estás bien!?" Dijo rápidamente Dusk Shine, acercándose para ver donde había caído Rainbow Dash.
"¡Puaj! Sí, estoy bien." Respondió Rainbow Dash escupiendo una flor azul que había entrado en su boca al caer, luego ella vio a su alrededor y vio que había caído en una pequeño llano del bosque en donde estaba lleno de unas flores azules que jamás había visto.
"¿Quieres que baje por ti?" Preguntó Dusk desde arriba de la pequeña loma.
"No, estoy bien, ya subo." Dijo de inmediato Rainbow Dash poniéndose rápidamente de pie, y sin darse cuenta, acomodando inconscientemente su melena para cuidar que el peinado que le habían hecho en el Spa no se despeinara.
Afortunadamente la loma era muy leve y Rainbow Dash volvió rápidamente donde estaba Dusk con tan solo un par de saltos.
"¿Viste esa sombra?" Preguntó Rainbow Dash una vez llegó con Dusk, apuntando hacia donde había visto la sombra de ese extraño pony.
"¿Sombra? ¿Cuál sombra?" Preguntó Dusk viendo hacia donde apuntaba su amiga, sin ver nada extraño.
Rainbow Dash vio con cuidado hacia donde creyó ver la sombra y finalmente solo sacudió la cabeza en negación. La verdad era que no estaba segura de lo que vio, y más importante, no quería que Dusk creyera que ella ya estaba imaginando cosas solo por el miedo de estar en aquel bosque, así que finalmente Rainbow Dash calló y ambos ponies siguieron su camino.
"No te preocupes, ya llegamos." Dijo Dusk luego de avanzar un poco más.
Entonces Dusk movió unas últimas ramas que estaban frente a él y Rainbow Dash vio con sorpresa como frente a ella y Dusk había un pequeño sector llano del bosque, muy parecido al sector donde ella había caído en las flores azules, pero este sector se diferenciaba en que las copas de los árboles no tapaban el cielo, todo lo contrario, en ese pequeño espacio el cielo se podía ver sin problemas y los rayos del sol iluminaban con fuerza todo ese pequeño llano, creando un pequeño oasis de luz en aquel lúgubre bosque. En tanto que, probablemente por la misma cantidad de luz que allí llegaba, muchas flores coloridas parecían estar creciendo en ese pequeño llano.
"Es… muy bonito." Dijo Rainbow Dash asombrada de ver aquel pequeño oasis de luz, además de estar aliviada y alegre de poder ver nuevamente el cielo y el sol, lo que hizo que ella estirara un poco sus alas en relajo.
"Hace un tiempo me propuse buscar un espacio ideal en este bosque para que las flores pudieran crecer sin problemas, alejadas de la salvaje vegetación del lugar." Dijo Dusk mirando a Rainbow Dash y luego a las flores, con una sonrisa de satisfacción. "Este era solo un pequeño espacio de luz con unas pocas flores, pero lo he ido ampliando poco a poco, aunque no he logrado que crezca más de lo que ves, después de todo la magia salvaje del bosque Everfree es muy fuerte y tiende a querer recuperar y cerrar este pequeño oasis."
"¿Y desde cuando haces esto? ¿Ahora te crees botánico?" Dijo Rainbow Dash con un leve tono burlón. Intentando ocultar lo sonrojada que estaba al asombrarse por lo que Dusk había hecho. "¿Por qué cuidaste esto?"
"Por esto." Dijo Dusk con una sonrisa, mientras usaba su magia para mover un poco las flores más altas y dejar ver unas pequeñas y hermosas flores que reflejaban los colores del arcoíris. "Combinan perfecto con tu melena, ¿No es así? Jeje."
Rainbow Dash no dijo nada, solo se quedó mirando maravillada aquellas bonitas flores y sus bellos destellos de colores.
"Estas son unas flores muy raras llamadas 'Brillo arcoíris'. Encontré una cuando vinimos a derrotar a Nightmare Moon. De hecho, si no hubiera sido por esa flor, no hubiera podido derrotarla." Dijo Dusk con una pequeña sonrisa mientras recordaba lo sucedido aquella noche. "Estas flores solo crecen en el bosque Everfree, así que me propuse aprender un poco de botánica para hacer crecer unas pocas semillas aquí. Hay algunos brotes de futuras flores que florecerán en un par de estaciones más, pero al menos ya hay cuatro flores maduras."
Entonces Dusk cortó delicadamente con su magia las cuatro flores 'Brillo arcoíris' que estaban más crecidas.
"Definitivamente serán un bonito regalo." Dijo Dusk sonriendo.
"Un… Un regalo…" Repitió Rainbow Dash sonrojada mientras veía el hermoso ramo de flores que sostenía Dusk. Entonces ella pensó en algo y desvió la mirada, sonrojándose un poco más. "S-Si le regalas eso a una yegua… sería casi como una declaración de amor."
"Quizás tengas razón, jajaja. Si se le regalara este ramo de flores a una yegua con novio, seguramente su novio me golpearía, pero si es a una yegua soltera que entienda su real significado, no creo que haya problema." Respondió Dusk riéndose.
"¿El real significado?" Repitió Rainbow Dash aún sonrojada, mirando nerviosamente a Dusk.
Mientras Dusk sostenía esas flores arcoíris, Rainbow Dash ya podía adivinar que Dusk se estaba refiriendo a 'amistad' con aquello del significado, pero ella no quería dejar que Dusk siguiera con eso, si él le iba a entregar ese bello ramo de flores, debía hacerle entender que ya era hora que él diera el siguiente paso y admitiera que aquello que sentía era más que amistad.
"D-Deberías entregarle ese ramo de flores a tu novia." Agregó Rainbow Dash bajando su cabeza, roja de vergüenza mientras lo decía.
"¿Novia? Pero no tengo novia." Respondió Dusk sonrojándose un poco.
"E… Entonces deberías preguntarle a una de tus amigas que sea tu novia." Dijo Rainbow Dash esforzándose para levantar su vista para ver a Dusk mientras su cara se mantenía roja.
"¡Pfft! Jajaja, definitivamente ninguna de las chicas me aceptaría jamás como novio." Dijo Dusk con una risa algo forzada. "Por ejemplo tú, ¡Eso jamás pasaría! De todas las chicas, tú eres a la que menos imagino tener como novia, jajaja."
Aquellas palabras de Dusk fueron como un gigantesco balde de agua fría para Rainbow Dash. Ella de inmediato se paralizó y se puso pálida con la mirada perdida. ¿Ella había escuchado bien? ¿Dusk acababa de decir que lo de ellos jamás pasaría? Qué de todas las chicas… ¿Ella era con la que menos se imaginaba tener algo…? Lo que Dusk había hecho con unas pocas palabras había sido golpear y estrujar completamente el corazón de Rainbow Dash en una milésima de segundo.
"Ya basta de hablar de novias y fantasías que nunca sucederán." Dijo Dusk riéndose nerviosamente. "Lo mejor será entregarle a las chicas estas cuatro flores mientras aún es de día."
"¿Eh?" Fue el único sonido que logró expresar Rainbow Dash mientras aún trataba de entender bien lo que Dusk le acababa de decir.
"Cultivé estas flores pensando en las chicas, ¡Es una verdadera suerte que justo hayan crecido cuatro flores! Estoy seguro que a Applejack, Rarity, Pinkie Pie y Fluttershy les encantarán." Dijo Dusk sonriendo mientras Rainbow Dash sentía cada vez más frio y su pecho más apretado al darse cuenta lo que estaba diciendo Dusk.
La verdad era que esas flores no eran para ella. A Dusk ni siquiera se le había pasado por la cabeza aquello. Todo el esfuerzo que Dusk había hecho en plantar y cuidar esas flores había sido para sus otras amigas, no para ella…
"Luego que las chicas perdieron la carrera de las hojas de Otoño, se veían algo deprimidas, así que pensé que este sería el momento perfecto para regalárselas." Continuó hablando Dusk mientras Rainbow Dash seguía paralizada escuchando atentamente cada palabra. "Como buen caballero, nunca me ha gustado ver a una dama triste, así que cuando ganaste la carrera, pensé que podíamos usar esa excusa de la 'cita' para tener una pequeña aventura hasta aquí juntos. Esto solo podía hacerlo contigo. ¡Es una suerte que a ti no te gusten estas cosas! ¿Cierto colega?" Agregó Dusk sonriendo, estirándole un casco a Rainbow Dash, para que al igual que antes de partir allí, ella lo chocara amistosamente.
Al escuchar las últimas palabras de Dusk y al ver el casco estirado hacia ella, Rainbow Dash finalmente lo entendió. Dusk hacía ese gesto solo con ella, con ninguna de sus otras amigas. Dusk le regalaba flores a sus otras amigas y no a ella. Dusk llamaba 'dama' a sus otras amigas y a ella le decía 'colega'. La triste y cruel realidad era la que sus amigas le habían tratado de hacerle entender y que ella se había negado a ver… Dusk jamás la había visto a ella como una chica… Esto jamás había sido una cita… Ella jamás había tenido oportunidad alguna para ganar el amor de Dusk…
Con su corazón tan apretado que casi dolía, Rainbow Dash bajó su cabeza y se sacudió su melena para desarmar el tonto peinado que en algún momento pensó que podría interesarle a Dusk.
"¿Sucede algo?" Preguntó Dusk al notar que Rainbow Dash tenía la cabeza gacha y no lo miraba.
"Es… Es cierto que a mí no me gustan mucho las flores y esas cosas… Y… Y también es cierto que nosotros somos amigos y que yo puedo ser tu 'colega'…" Dijo Rainbow Dash lentamente con su cabeza gacha, y entonces repentinamente ella alzó su cabeza y gritó. "¡Pero yo también soy una yegua!" Dijo en un grito Rainbow Dash, con su cara roja, una mirada de desesperación y lágrimas en sus ojos.
Entonces Rainbow Dash abrió sus alas y salió volando velozmente de allí, dejando a su paso su característica estela arcoíris, que brillaba aún más por el reflejo de las lágrimas, cual rocío, que cayeron de aquellos dolidos ojos carmesí que buscaban alejarse del dolor que sentía en ese momento su corazón.
Tan rápido fue el vuelo, que solo le tomó unos segundos a Rainbow Dash llegar hasta su casa en las nubes. Ella atravesó la puerta de su casa volando velozmente y entró de un portazo directamente en su habitación, finalmente quedándose quieta allí unos segundos. Una vez dentro de su habitación, en soledad, ella levantó su casco y se secó las lágrimas que había dejado caer, luego cerró sus ojos unos segundos, respiró, y volvió a ser ella misma.
"¡Gahhhh! ¡Tonto Dusk!" Gritó Rainbow Dash furiosa, pasando de la pena a la frustración y enojo en tiempo record.
Entonces ella se arrojó sobre su cama y comenzó a golpear fuertemente la almohada para desquitarse.
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"¡Tonto! ¡Tonto! ¡Tonto! ¡Tonto!" Repetía Rainbow Dash golpeando furiosa su almohada hasta que de tantos golpes, la pequeña almohada hecha de nubes se deshizo.
Entonces Rainbow Dash se arrojó de espaldas sobre su cama e infló sus mejillas con aire aguantando su frustración.
Ella no estaba segura qué la había hecho enojar más, si haber llorado frente a Dusk, haber reaccionado tan dramáticamente, o haberlo abandonado así sin más. Rainbow Dash nunca se había sentido así, y luego de darse cuenta de cómo había actuado, la furia de haber actuado tan fuera de sí había hecho que su fuerte personalidad volviera en un instante, pero mientras pasaban los minutos y Rainbow Dash se mantenía en silencio, repasando en su mente todo lo que había sucedido, nuevamente la pena fue ganando terreno y Rainbow Dash volvió a cubrirse su rostro mientras las lágrimas caían.
"¿Qué hago ahora?" Se dijo a sí misma la pegaso tristemente mientras se acurrucaba con sus propias alas, pensando en que gracias a sus alas ella había podido huir de esa situación, pero lamentablemente ahora sus alas no servían para huir de su propio corazón roto.
Luego de haber caído rendida emocionalmente, Rainbow Dash cayó profundamente dormida, acurrucada entre sus propias alas, y despertó exactamente en la misma posición al día siguiente. Lentamente ella se movió de un lado a otro en su cama, deseando seguir durmiendo solo un rato más, sin embargo esa extraña música no la dejaba descansar en paz.
"¿Música?" Dijo repentinamente Rainbow Dash, abriendo sus ojos con un sobresalto, dándose cuenta que sonaba una música a las afueras de su casa, como el rasgueo de una guitarra.
Rainbow Dash se levantó de mala gana y abrió la puerta principal para ver de dónde venía esa música. Miró de un lado al otro sin ver nada extraño, hasta que bajó su vista hacia el suelo, dado que su casa se encontraba flotando en una nube. Al bajar la vista, Rainbow Dash abrió los ojos con sorpresa, completamente anonadada al ver que justo debajo de donde flotaba su casa, se encontraba Dusk Shine, vistiendo lo que parecía ser un traje de corazón gigante, además, sostenía lo que parecía ser una caja de bombones con forma de corazón, un ramo de flores, y levitaba con su magia una guitarra, en la cual intentaba tocar una canción con un muy discutible éxito.
"Hola preciosa." Dijo Dusk sonrojado, forzando una gran sonrisa mientras miraba coquetamente a Rainbow Dash.
Ante las palabras de Dusk, Rainbow Dash cambió su cara de confusión a una mezcla de asco y disgusto ante lo que oía y veía.
"¿Qué se supone que es todo eso?" Preguntó la pegaso, manteniendo su cara de asco.
"Esto es para ti, es mi forma de pedirte perdón." Dijo Dusk con una sonrisa apenada.
"¿Haciendo el ridículo?" Preguntó Rainbow Dash confundida.
"Yo me comporté como un completo patán ayer. Yo siempre me jacto de ser todo un caballero, y la forma en que te traté ayer fue indigna de mí." Agregó Dusk con tristeza. "Prometo que desde ahora te llenaré de halagos y te trataré como la hermosa y delicada dama que siempre has sido."
Rainbow Dash se quedó mirando en silencio por un largo rato a Dusk, observando las flores y el disfraz de corazón que llevaba.
"Es una broma, ¿Verdad?" Dijo finalmente Rainbow Dash disgustada.
"¿Eh? ¿A qué te refieres?" Dijo Dusk confundido. "Creí que te había molestado que te tratara de forma tan poco femenina, así que creí que…"
"¡Tú no entiendes nada!" Gritó Rainbow Dash molesta, enojada porque Dusk no entendía en realidad cómo ella se sentía.
Entonces Rainbow Dash se dio la vuelta, abrió sus alas y se lanzó de su casa-nube para salir volando lejos de ese ridículo espectáculo que estaba dando Dusk, sin embargo, sus alas nunca se abrieron.
Dusk se sintió confundido y triste cuando Rainbow Dash le dio la espalda y saltó de su nube. Se quedó viendo como Rainbow Dash caía en picada, algo muy normal ya que ella muchas veces lo hacía para tomar impulso y luego alzarse y volar lejos, sin embargo, mientras su amiga caía, Dusk sintió que algo raro pasaba. Rainbow Dash caía y caía, y no se elevaba.
"¡Rainbow Dash!" Alcanzó a gritar Dusk asustado en el último segundo, activando su cuerno justo cuando Rainbow Dash caía y se golpeaba fuertemente en el suelo.
'Dr. Horse – Diagnóstico Médico.'
"¡Denme algo! Necesito respuestas, ¿¡Con qué estamos tratando!?" Preguntó el famoso Doctor Horse, el mejor médico diagnosta de Equestria, mientras cojeaba impaciente de un lado a otro, tomando varias pastillas de un pequeño frasco que llevaba con él.
"Podría ser Osteogénesis Imperfecta." Dijo el potro rubio, parte del equipo del doctor Horse.
"El examen de colágeno dio negativo." Respondió el otro miembro del equipo, un potro calvo de pelaje oscuro.
"Quizás sea Lupus." Dijo la nueva miembro del equipo, una guapa yegua con una cutie mark con el número trece.
"¡Nunca es Lupus!" Gritó el Doctor Horse enojado.
Así siguió discutiendo el equipo médico, sin llegar a un diagnóstico seguro, luego de haber recibido a su nueva paciente, una pegaso de pelaje celeste y melena color arcoíris, que había ingresado al hospital por una fuerte caída, pero cuyo caso parecía ser más complicado de lo que había aparentado inicialmente.
En tanto, mientras el equipo médico discutía en una sala, frente al pasillo central del hospital se encontraba Dusk Shine, de pie frente a la puerta de una habitación.
¡Toc-Toc!
"¿Puedo pasar?" Preguntó Dusk tímidamente luego de golpear la puerta.
"¡NO! ¡No quiero que entres! ¡Quédate donde estás!" Respondió desde el otro lado Rainbow Dash, quien estaba recostada sobre una cama de hospital, con una venda en su cabeza y en su pata derecha, con una cara de espanto total.
Ante la respuesta de Rainbow Dash, Dusk solo suspiró y apoyó su cabeza en la puerta mientras apretaba sus dientes, molesto consigo mismo.
Rainbow Dash había caído sin causa aparente desde su casa en las nubes, y a pesar que Dusk logró activar su magia en el último segundo para intentar detener la caída de su amiga, solo logró amortiguar parcialmente el golpe que Rainbow Dash se dio, algo que definitivamente salvó la vida de su amiga, pero aún así Dusk se culpaba a sí mismo por no haber actuado más rápido para evitar que su amiga saliera lastimada.
"Iré a avisarle a las demás chicas sobre el accidente." Dijo Dusk con tristeza, pensando en que quizás Rainbow seguía enojada con él y por eso no quería que él entrara a verla.
"¡NO! ¡No quiero que le digas a nadie sobre esto!" Dijo rápidamente Rainbow Dash en respuesta, casi saltando de la cama.
Rainbow Dash respiraba agitadamente, como si hubiera corrido una maratón. Cualquiera diría que era algo normal luego de lo que había sucedido, pero aquel accidente que le dejó un golpe en su cabeza, poco y nada le importaba, lo que realmente le importaba a Rainbow Dash era la causa del accidente, sus alas, las cuales no se movían de ninguna forma, por más y más que lo intentaba, era como si sus alas hubieran perdido toda su fuerza, solo colgaban inertes a su costado, y eso mantenía aterrada a la joven pegaso, es más, jamás en su vida había estado más asustada que en ese mismo momento.
Tras la negativa de Rainbow Dash, Dusk retiró su cabeza de la puerta y se arrojó sobre una silla que quedaba al lado de la puerta, sin saber qué hacer ni cómo sentirse.
Los minutos pasaban y ningún médico se aparecía por la habitación de Rainbow Dash, tal parecía que seguían discutiendo sobre el tratamiento de la pegaso, y eso puso nervioso a Dusk. Mientras sacudía su cabeza, intentando despejar su mente, Dusk miró al lado de donde estaba sentado, en donde había una pequeña mesita con varios folletos médicos. Dusk tomó el primero folleto y leyó el título: 'Las cinco etapas del duelo'.
"'El duelo es un proceso que ocurre cuando se enfrenta una gran pérdida.'" Leyó Dusk el folleto. "'Normalmente se asocia a la muerte de un ser querido, pero en la realidad se aplica a cualquier pérdida que afecte al paciente, ya sea física o emocional. En psicología, se reconocen cinco etapas que supera un pony durante el proceso del duelo. La primera de estas es…'"
Dusk dejó de leer al ver que finalmente un par de médicos se acercaron hasta la habitación de Rainbow Dash. Al notar sus caras preocupadas, Dusk sintió un escalofrió y no pudo evitar seguirlos una vez ellos entraron a la habitación de su amiga, él necesitaba saber si su amiga estaría bien luego de aquel golpe.
En cuanto la puerta se abrió, Rainbow Dash se puso en alerta, y en cuanto notó que Dusk entró también, ella de inmediato tomó las sábanas de su cama y se tapó hasta el cuello, intentando ocultar sus alas.
"Señorita Rainbow Dash, ¿Se encuentra bien?" Preguntó el doctor, con una pequeña sonrisa algo nerviosa.
Rainbow Dash miró con miedo al doctor y luego desvió la mirada, sin responder la pregunta. El doctor, sabiendo que su paciente ya parecía saber que algo estaba muy mal con ella, respetó su silencio y continuó hablando.
"Sufriste una fuerte caída, pero afortunadamente sufriste lesiones menores." Dijo el doctor revisando los papeles que había traído con él, luego dejo de revisarlos e hizo una pequeña pausa antes de seguir. "Sin embargo, no sabemos qué es lo que le sucedió a tus alas."
Al escuchar aquello, el rostro de Rainbow Dash se puso tenso mientras ella hacía lo posible para no entrar en pánico.
"¿Tus alas? ¿Qué le sucede a tus alas?" Preguntó Dusk algo sorprendido ante lo que decía el doctor.
"No puedo moverlas." Dijo Rainbow Dash respirando agitadamente. "P-Por eso fue que caí… Yo… Yo no sé…" Agregó Rainbow Dash, sin poder continuar hablando, debido a que se puso a temblar y se tapó su cara con sus cascos, con tanto miedo en sí que apenas se podía controlar.
"Nunca habíamos visto algo así, sus alas parecen estar bien físicamente, pero no reaccionan ni se mueven." Dijo el doctor alternando su vista entre Dusk y Rainbow Dash. "Mañana tendremos los resultados de más exámenes y creo que podremos dar un mejor diagnóstico, pero hasta entonces..." Agregó el doctor, pero se detuvo al escuchar murmurar a Rainbow Dash.
"No puede estar pasando… No puede estar pasando…" Repetía en un murmullo Rainbow Dash una y otra vez mientras temblaba y seguía con su rostro tapado por sus cascos.
Primera etapa: Negación.
"Rainbow… tranquila." Dijo Dusk Shine preocupado, tocando el hombro de Rainbow Dash.
Rainbow Dash bajó un poco sus cascos para mostrar sus ojos temerosos, sin embargo ella no miró a Dusk, ella se mantuvo mirando a la nada.
"Todo se arreglara, se debe arreglar, ¡Se debe arreglar!" Repitió Rainbow Dash entrando en pánico. "Sin mis alas… ¡Mi vida está arruinada! ¡No puede estar pasando! ¡No, no…!"
Al ver cómo su amiga comenzaba a desesperarse, Dusk se paró frente a ella y la obligó a verlo a los ojos.
"¡Rainbow Dash! ¡Mírame! ¡Te prometo que todo estará bien!" Dijo Dusk mirando fijamente a Rainbow Dash con una mirada de determinación.
Al tener de frente a Dusk tan cerca, Rainbow Dash comenzó a enfocarse solamente en los ojos profundos y morados de Dusk, y comenzó a respirar más lentamente y a tranquilizarse poco a poco.
"¿T-Todo saldrá bien…?" Preguntó Raibow Dash con una mirada asustada, sin dejar de ver a Dusk a los ojos.
"Sí, te lo prometo, todo saldrá bien." Dijo Dusk manteniendo también su vista fija en los ojos carmesí de su amiga y luego dándole un pequeño pero caluroso abrazo.
Ante la mirada y el abrazo de Dusk, el corazón de Rainbow Dash finalmente se calmó casi por completo mientras pensaba en lo afortunada que era que Dusk estuviera allí para apoyarla.
"Dusk siempre está cuando lo necesito… Y siempre lo estará… Este sentimiento… ¡Definitivamente es más que amistad! Esa tarde en el bosque él solo eligió las palabras equivocadas. Quizás… quizás él sí me ama…" Pensó Rainbow Dash con una creciente esperanza en su pecho de que todo estaría bien, no solo sus alas, sino también sus sentimientos. Todo volvería a ser como debería ser, ella con sus alas en perfecto estado y con Dusk teniendo sentimientos por ella. Una esperanza doblemente vacía, solo nacida de negar lo que estaba sucediendo en realidad.
El pequeño abrazo de Dusk solo duró unos pocos segundos, y en cuanto Dusk se separó, él sintió un gran alivio al ver más tranquila a su querida amiga.
"Ya vete, estaré bien, solo… vuelve mañana." Dijo finalmente Rainbow Dash desviando un poco la mirada mientras se sonrojaba un poco. "Y recuerda, no le digas a las demás chicas sobre mi estado, no quiero que me vean así. Mañana, cuando tenga los resultados de los exámenes, todo estará bien y ellas jamás sabrán que no pude volar por un día."
"Está bien." Dijo Dusk Shine sonriendo ante la recuperada confianza y optimismo de su amiga, saliendo de la habitación junto al doctor, quien, a diferencia de Dusk, puso una mirada de preocupación ante el optimismo infundado de su paciente…
Al día siguiente, Dusk llegó a primera hora al hospital. Pensaba que era una lástima que Rainbow Dash no quisiera que le avisara de sus accidente a sus demás amigas, pero también entendía lo orgullosa que era su amiga y que no le gustaba mostrarse débil frente a los demás, así que con algo de remordimiento decidió finalmente mantener su promesa y no contarle a las demás chicas por ahora.
En cuanto Dusk abrió la puerta de la habitación de Rainbow Dash, se sorprendió al ver que el doctor ya estaba allí. Tal parecía que justamente el doctor había llegado hacia solo unos instantes con los resultados de los exámenes de su amiga.
"¡Ups! Lo siento, creo que interrumpí." Dijo Dusk apenado mientras el doctor y su amiga lo veían.
"En realidad… Creo que es lo más afortunado que haya llegado un amigo de la paciente." Dijo el doctor con una sonrisa algo triste.
"¿Qué sucede?" Preguntó inmediatamente Rainbow Dash asustada, quien había estado expectante a que el doctor hablara antes que Dusk llegara.
"Como sabrá, realizamos una serie de exámenes para determinar qué le sucede a sus alas." Dijo el doctor mirando los papeles y luego mirando seriamente a Rainbow Dash, manteniendo un silencio por varios segundos antes de volver a hablar. "No encontramos nada."
"¿Q-Qué significa eso?" Preguntó Rainbow Dash confundida, anticipando con miedo la respuesta que podría obtener.
"Los resultados no arrojaron nada. Como le comenté ayer, sus alas parecen estar en perfecto estado, pero no entendemos por qué no puede moverlas... No tenemos una explicación médica, y sin saber la causa… No podemos tener una solución." Respondió el médico con una mirada de pena y culpa. "Los nervios están bien, al igual que músculos y huesos. Podríamos aventurarnos a que sea un problema mágico, pero aquello parece poco…"
Mientras el doctor continuaba hablando, no sabía que sus palabras ya no llegaban a su paciente. Lo último que escuchó Rainbow Dash fue que no había explicación médica para el problema de sus alas y que tampoco había solución. Al escuchar aquello fue como si Rainbow Dash cayera en un abismo sin fin.
"D-Debe haber otra solución." Dijo Dusk asustado al ver tan impactada a su amiga.
"Seguiremos investigando, pero… lo que más necesita tu amiga en este momento es el apoyo de un amigo." Dijo el doctor, dándose la vuelta para tocar el hombro de Dusk y luego saliendo para dejar a ambos amigos solos en la habitación.
"Rainbow Dash, esto… esto no es el fin del mundo." Dijo Dusk tímidamente, pensando en cómo levantarle el ánimo a su amiga, quien seguía estática, con la mirada perdida. "Estoy seguro que-"
Segunda etapa: Ira.
"Me mentiste." Interrumpió Rainbow Dash a Dusk, hablando despacio, con su cabeza gacha.
"¿Qué?" Preguntó Dusk.
"¡ME MENTISTE!" Gritó Rainbow Dash, levantando su vista, mirando a Dusk con enojo mientras unas lágrimas se asomaban por sus ojos. "¡Dijiste que todo estaría bien! ¡Lo dijiste mirándome a los ojos! ¡Me mentiste!" Gritó Rainbow Dash mientras sentía que todo su mundo se desmoronaba.
"Yo… Yo lo siento…" Dijo Dusk con una mirada de dolor, agachando su cabeza.
Rainbow Dash sentía una mezcla de sentimientos, miedo, confusión, dolor, frustración, ira. Y fue ese estallido de ira producto de la frustración y el miedo, el que hizo que Rainbow Dash comenzara a buscar culpables al gran dolor que estaba sintiendo, y en ese momento todo recayó en Dusk Shine.
"¡Todo se arruino desde esa cita! ¡TODO!" Comenzó a llorar Rainbow Dash mirando con furia a Dusk. "Mi corazón se rompió, perdí mis alas, todo desde que fui contigo, ¡Eres el culpable ¡Todo esto es tu culpa!"
Dusk no respondió nada, en parte porque entendía el dolor que debía estar sintiendo su amiga en ese momento, pero principalmente porque las palabras de Rainbow Dash de verdad lo lastimaron, pues él siempre se sentía culpable de todo lo que sucedía, pero ahora no era solo una sensación, ahora era su amiga quien se lo gritaba de frente.
"¡VETE!" Gritó finalmente Rainbow Dash. Entonces Dusk se giró lentamente con su cabeza gacha y se retiró lentamente de la habitación.
En cuanto Dusk se fue, Rainbow Dash apretó sus dientes y presionó sus ojos con sus cascos para intentar dejar de llorar y alejar aquel dolor que sentía, que solo se había hecho más grande luego de sentirse también culpable por gritarle a Dusk y culparlo de todo.
Durante el resto del día Rainbow Dash pasó todo el día sola, hundiéndose en su propio enojo, que a ratos iba dirigida hacia Dusk, pero que mientras más pasaban las horas, iba dirigida ahora principalmente contra ella misma.
Esa fue la segunda noche que Rainbow Dash pasó en el hospital, recostada en su cama con una mirada perdida mientras miraba al cielo nocturno por la ventana y su corazón se apretaba al pensar que probablemente jamás podría volver a sentir el aire y la brisa nocturna bajo sus alas. En vez de estar volando, ella se encontraba postrada en una cama. Sus alas no eran solo una parte de su cuerpo, eran un símbolo de su libertad, con ellas, Rainbow Dash podía ir a donde fuese y hacer lo que quisiese, pero ahora esa libertad se había esfumado.
Tercera etapa: Negociación.
"¿Qué debo hacer ahora…? ¿Por qué me está pasando esto a mí…? ¿Qué hice mal…?" Pensaba Rainbow Dash hundiéndose en su propia pena, ya alejándose de su enojo para empezar a buscar aunque fuera una respuesta de las tantas preguntas que la aquejaban.
"Quizás si no hubiera forzado tanto mis alas como siempre lo hago…" Susurró Rainbow Dash con una triste mirada mientras veía hacia el cielo nocturno e intentaba encontrar una justificación a una de las dos cosas que había perdido en un mismo día.
"Quizás… si nos hubiéramos conocido de otra forma, él me vería distinto…" Volvió a susurrar Rainbow Dash, pensando en la otra cosa que había perdido.
Sus alas y el amor de Dusk. La primera de estas siempre la había tenido, y la segunda, ella siempre había tenido la esperanza que Dusk lo sintiera por ella. En solo un día ella había perdido ambas, lo que la había dejado devastada, y ahora, en lo único que pensaba, era que daría cualquier cosa por recuperarlas.
"Si tuviera que elegir solo una…" Susurró Rainbow Dash mientras pensaba en recuperar el movimiento en sus alas o conseguir el verdadero amor de Dusk. "Yo… no sé si pudiera elegir… Pero que importa… No tengo ninguna de las dos." Terminó de susurrar Rainbow mientras unas lágrimas caían por sus mejillas y su triste llanto lograba escucharse en aquella silenciosa y oscura habitación.
Ya habían pasado cuatro días desde que Rainbow Dash había ingresado al hospital, y aunque Dusk estuvo con ella los primeros dos días, los siguientes dos días no se habían visto. Dusk había ido cada mañana y tarde a visitar a su amiga, sin embargo Rainbow Dash se había negado a recibirlo, lo que Dusk asumió que era debido al enojo que ella aún sentía con él por mentirle al decirle que todo estaría bien.
Aquel día era el último día que Rainbow estaría en el hospital. Ya no había más pruebas ni estudios que realizar, su falta de movilidad había sido finalmente diagnosticada como 'enfermedad desconocida' y a Rainbow Dash se le permitió dejar el hospital con la condición que asistiera a controles regulares para observar si existía alguna mejoría.
Dusk se encontraba parado al lado de la puerta del hospital. Había pensado en ir a buscar a Rainbow Dash a su habitación, pero dado que no estaba seguro si ella seguía enojada con él o le gritaría, fue que Dusk decidió esperarla afuera, pues, aunque ella se negara a recibirlo en su habitación, Dusk se había prometido a sí mismo no abandonar a su amiga.
Finalmente la puerta principal del hospital se abrió y apareció Rainbow Dash, caminando lentamente, con su cabeza gacha y sus alas caídas e inmóviles.
Cuarta etapa: Depresión.
"Ho… Hola Rainbow…" Dijo Dusk acercándose tímidamente a su amiga debido a que no sabía si ella aún estaba enojada con él o no.
Al escuchar la voz de Dusk, Rainbow Dash apenas levantó la cabeza, vio a Dusk por un segundo, con sus ojos totalmente apagados, y luego bajó la cabeza nuevamente.
"Hola." Fue la simple respuesta que le dio Rainbow Dash, con una voz monótona.
Entonces Rainbow Dash comenzó a caminar lentamente en dirección hacia el pueblo, mientras Dusk rápidamente se acercó y comenzó a caminar a su lado, aliviado de que la cólera de su amiga aparentemente hubiera desaparecido.
"Rainbow, yo… lamento haber hecho que te enojaras conmigo." Dijo Dusk tímidamente, disculpándose con su amiga. "No debí mentirte, es solo que de verdad tenía la esperanza de que todo tendría una rápida solución."
"No importa… No fue tu culpa." Respondió Rainbow Dash sin siquiera girarse a ver a Dusk, solo continuó caminando.
Aquella respuesta que debió alegrar a Dusk, solo lo dejó más preocupado, al ver que su amiga estaba tan indiferente a todo.
"Sabes… ya que vamos al pueblo, me gustaría que fuéramos a mi casa." Dijo Dusk algo nervioso, intentando hablar con normalidad. "He estado pensando que… bueno… en tu estado, creo que sería bueno que te puedas quedar en la biblioteca conmigo por un tiempo, ¡Es decir! Solo si tú quieres."
En ese instante Rainbow Dash se detuvo y miró a Dusk por primera vez, pero aún manteniendo su mirada apagada.
"¿Quieres que me quede alojando en tu casa?" Preguntó Rainbow Dash.
"¡Claro! ¡Será divertido!" Respondió rápidamente Dusk, esperanzado que su amiga lograra recuperar su ánimo. "Podremos hacer pijamadas y juegos, quizás leer juntos… La biblioteca es muy grande, ¡Puedes quedarte todo lo que tú quieras!"
Contraria a la alegría de Dusk, Rainbow Dash solo volvió a bajar la cabeza y pensó en lo alegre que hubiera estado de recibir aquella invitación en el pasado, pero ahora, ¿De qué servía? Dusk jamás la había mirado de una forma romántica, y menos lo haría ahora que ella era una inútil pegaso que no podía volar. Todo esto era solo amabilidad de Dusk, una forma sutil de decirle que no fuera a su propia casa ya que ahora no podía volar.
"Como sea… Solo no quiero ser una molestia." Respondió Raibow Dash volviendo a caminar con su cabeza gacha.
Así ambos ponies siguieron su camino hacia la biblioteca. En donde durante el trayecto, Dusk intentó en vano alegrar a Rainbow Dash, intentando contarle algunos malos chistes y dándole ideas de las bromas que podrían jugarle juntos a Spike, sin embargo nada parecía motivar a Rainbow Dash. Incluso más, a medida que avanzaban por el pueblo, algunos ponies vieron con extrañeza las alas caídas de Rainbow Dash, pero la pegaso nada hizo para ocultarse o decirles algo, era como si ya nada le importara, y eso asustó a Dusk.
Finalmente Rainbow y Dusk llegaron frente a la biblioteca y ambos se quedaron de pie frente a la puerta, mirándola como si esperaran algo.
"¿Vas a abrir?" Preguntó Rainbow Dash luego de un rato al ver que Dusk solo seguía parado a su lado.
"Creo que sería bueno que tú abrieras la puerta, después de todo este será tu hogar por unos días." Respondió Dusk con una pequeña sonrisa, poniendo toda su fe en el último recurso que le quedaba para lograr animar a su amiga.
Rainbow Dash no respondió, solo obedeció mecánicamente lo que le dijo Dusk, tocó la puerta y la empujó para abrirla.
"¡SORPRESA!" Gritaron al unísono Applejack, Fluttershy, Pinkie Pie, Rarity y Spike, todo mientras una explosión de globos y confeti caía sobre Rainbow Dash, quien por primera vez desde que salió del hospital, pareció mostrar una emoción, la de sorpresa, aunque solo duró unos pocos segundos.
"Sé que dije que no les contaría, pero son tus amigas y creo que era importante que lo supieran, después de todo ellas están aquí para apoyarte." Le susurró Dusk al oído a Rainbow Dash con una nerviosa sonrisa, sin saber cómo reaccionaría su amiga. "Solo les conté que tienes un problema con tus alas, no saben que es permanente. Aún así, ellas saben lo importante que es volar para ti, así que insistieron en hacerte esta fiesta sorpresa para animarte."
Tras escuchar a Dusk, Rainbow Dash miró de un lado a otro la biblioteca, viendo como sus amigas se habían esforzado para adornar todo. Luego vio a sus amigas, quienes estaban con grandes sonrisas, esperando a que ella les dijera algo.
"Todas se esforzaron tanto por mí… Yo… Yo no merezco amigos así…" Pensó Rainbow Dash hundiéndose más profundo en su depresión. No importaba lo que hicieran Dusk y sus amigas, no importaba lo que le dijeran o pensaran otros, ni desconocidos, amigos o familia, lo único que podía sentir Rainbow Dash era tristeza, y en lo único que podía pensar era en que quería desaparecer.
"Gracias… Pero… no estoy de ánimos para festejar." Respondió lentamente Rainbow Dash, bajando nuevamente su cabeza y haciendo un esfuerzo por no salir huyendo de allí.
Al ver el estado en que estaba su amiga, las sonrisas de las demás yeguas rápidamente cambiaron a miradas de preocupación. Ellas nunca habían visto a Rainbow Dash tan deprimida, era como si fuera alguien más. Todas ellas sabían lo importante que era volar para Rainbow Dash, pero nunca pensaron que no poder volar cambiaría tan drásticamente su personalidad en tan pocos días, y que en vez de ver a su amiga enojada o simplemente triste, la verían como un alma en pena sin emociones.
Cuando se dieron cuenta de la gravedad del asunto, Applejack y Pinkie Pie escondieron de inmediato unos pollos de hule que habían conseguido para hacer burlas juntas de que Rainbow Dash ahora era como un pollo y no podría volar por un tiempo. Aquello había sido una buena idea ya que a Rainbow Dash le encantaba bromear con algunas bromas pesadas de vez en cuando, pero al ver a su amiga así, al instante cambiaron de opinión.
"¡KOOOOHHH-!" Rompió el silencio repentinamente el sonido de un pollo de hule que presionó Spike, quien no se había percatado de lo incómodo de la situación, sin embargo, Applejack y Pinkie Pie le quitaron al instante el pollo de hule y desviaron las miradas fingiendo que nada sucedió.
"Emm… Rainbow Dash, yo te traje esto de tu casa." Dijo tímidamente Fluttershy, acercandole un par de papeles. "Son unas cartas que llegaron a tu casa y pensé en traértelas ya que tú… bueno…" Agregó Fluttershy nerviosa, sin saber cómo terminar su oración.
Rainbow Dash no se inmutó ante la incomodidad de sus amigas, ella solo se acercó lentamente hasta Fluttershy, manteniendo siempre su mirada perdida y cabeza gacha, tomó las cartas que le ofrecía su amiga, y las leyó rápidamente una por una, sin embargo, la última carta Rainbow la leyó más lentamente.
"¡Fuh…!" Resopló Rainbow Dash, como si hubiera intentado reír y no pudiera.
"¡Sucede algo?" Preguntó Dusk acercándose preocupado a la pegaso celeste.
"No es nada. Es una invitación para participar en el Concurso del Mejor Volador que se hará en Cloudsdale en dos días." Dijo Rainbow Dash sonriendo, la sonrisa más triste que Dusk jamás había visto. Rainbow Dash apenas podía contener sus lágrimas. "¿No es irónica la vida?"
Dusk Shine abrió su boca para intentar animar a su amiga, pero no pudo hacerlo. Lo único en que podía pensar Dusk era en que si él se sentía tan triste de ver a su amiga así, como debiera de estar sintiéndose Rainbow Dash, él apenas podía imaginárselo y sabía que no habían palabras en ese momento que pudieran hacer algo para ayudar a su amiga.
Rainbow Dash arrugó la carta de invitación al concurso y la arrojó sin fuerza lejos de ella.
"Estoy cansada, me iré a recostar." Dijo Rainbow Dash volviendo a hablar en su tono de voz sin emoción.
"Eh… o-ocupa mi cama, yo dormiré con Spike." Dijo tartamudeando Dusk, saliendo de sus tristes pensamientos.
Sin ánimo de discutir con Dusk por su amabilidad, Rainbow Dash decidió hacer lo que le decía y continuó su camino hacia las escaleras para subir a la habitación de Dusk. En tanto, mientras pasaba por entremedio de sus amigas, ni siquiera les dirigió la mirada, pero sabía perfectamente como la estaban mirando, con miradas de dolor y tristeza. A la Rainbow Dash normal le hubiera afectado de inmediato que sus amigas estuvieran tristes por su culpa, pero para ese momento, ya nada le hacía sentir algo al destruido espíritu de Rainbow Dash.
Al llegar a la escalera, Rainbow Dash se detuvo un instante y se giró para ver a sus amigas un instante.
"Lamento que me vieran así… Por favor, recuérdenme como era antes de esto." Dijo Rainbow Dash intentando en vano sonreír, despidiéndose de sus amigas antes de subir las escaleras.
Una vez Rainbow Dash subió a su cuarto, un perturbador silencio quedo en el salón principal. Ninguno de los amigos de Rainbow Dash hablaba, todos estaban sopesando la verdadera gravedad de la situación de su amiga.
"Es… Esperemos ver cómo amanece mañana. Quizás ella recupere un poco sus ánimos." Dijo Rarity mirando a sus amigos con una triste sonrisa.
"Sí… creo que es lo mejor." Dijo Applejack con una mirada preocupada.
Entonces una por una las yeguas se despidieron de Dusk y comenzaron a retirarse de la biblioteca, lamentando no poder hacer más por su amiga en ese momento. Así se retiraron Rarity, Fluttershy y Applejack, faltando solo Pinkie Pie.
"Dusk, escúchame." Dijo Pinkie Pie mirando fijamente a Dusk a los ojos, antes de retirarse de la biblioteca, con una de las miradas más serias que Dusk jamás le había visto a su amiga. "Hagas lo que hagas, no la deje sola, no le quites los ojos de encima."
Entonces Pinkie Pie bajó su mirada con preocupación y se retiró de la biblioteca, dejando el cuidado de Rainbow Dash en los seguros cascos de Dusk. Así se retiró Pinkie, deseando que sus instintos estuvieran mal por una vez, pero lamentablemente ella tenía razones para dudar, ella sabía lo que era la depresión y sabía lo que alguien así era capaz de hacer en ese estado, por eso su miedo.
La tarde dio paso a la noche y Rainbow Dash continuó encerrada en el cuarto de Dusk, en tanto que Dusk armó junto a la canasta de Spike su propia cama de invitados en el medio del salón de la biblioteca para acostarse y finalmente descansar de ese triste día.
Mientras intentaba dormirse, el corazón de Dusk no dejaba de estar apretado al recordar lo deprimida que estaba su amiga y todos los problemas que habían ocurrido desde aquella 'cita' que había tenido con Rainbow Dash, y así fue como Dusk repasó mentalmente cada detalle desde aquel día mientras poco a poco se fue durmiendo.
¡PAFF!
Un ruido parecido a un portazo despertó a Dusk en medio de la noche, sin embargo no había sido un ruido muy fuerte, y con lo adormilado que estaba, Dusk se dispuso a recostarse y a seguir durmiendo. Sin embargo, en ese mismo instante recordó las palabras que Pinkie Pie le había dicho antes de irse de la biblioteca, y como si hubiera tomado varios jarros de café, Dusk se levantó de inmediato, completamente despierto, presintiendo que algo malo podía estar sucediendo.
Dusk subió las escaleras y golpeó la puerta de la habitación en donde dormía Rainbow Dash. Al no obtener respuesta, él volvió a tocar, sin embargo sus instintos le decían que no podía esperar más y finalmente simplemente entró a la habitación. Allí, él miró a la cama, luego buscó con la mirada en toda la habitación y obtuvo el mismo resultado, Rainbow Dash no estaba en ningún lado.
Al darse cuenta que su amiga no estaba, Dusk corrió a la cama donde debería estar para verificar que no estuviera viendo mal, sin embargo su vista no había fallado, lo único que había en la cama era una nota de papel firmada por Rainbow Dash que decía solo tres palabras: 'Lo siento, adiós.'
Dusk no estaba seguro de qué significaba la nota pero lo que sí sabía era que necesitaba encontrar a Rainbow Dash lo antes posible, antes que fuera demasiado tarde. Entonces Dusk bajó corriendo las escaleras, abrió la puerta de la biblioteca, y salió corriendo fuera, en medio de la noche, a la siga de su amiga.
"¿Hmm?" Susurró Spike luego que Dusk saliera corriendo y el fuerte ruido de la puerta al cerrarse lo despertara.
Con su mirada perdida por el sueño, Spike entrecerró sus ojos lentamente, listo para volver a caer en el sueño, pero entonces un nuevo ruido en la puerta impidió que Spike cayera dormido, un suave golpe de 'toc-toc' en la puerta. Ante el segundo ruido, Spike se levantó soñoliento hasta la puerta y la abrió, pero entonces se quedó confundido al ver que no había nadie. Entonces, los agudos ojos de dragón de Spike, que funcionaban mejor que los de los ponies en la noche, vieron un extraño movimiento a lo lejos, alguien que corría alejándose.
"¿Esa es una capucha?" Susurró Spike luego de creer ver correr a un pony con capucha lejos de allí. Entonces Spike bajó la vista y quedó más confundido al ver que allí abajo, frente a la puerta, alguien había dejado algo.
Muy lejos de ahí, en la entrada del bosque Everfree, se encontraba Rainbow Dash, mirando hacia el bosque con la misma mirada sin emociones que había tenido desde que había salido del hospital. Ella había llegado allí en medio de la noche, y ahora que había llegado a su destino, un extraño sentimiento la invadía… No era la primera vez que Rainbow sentía miedo ante el bosque Everfree, sin embargo ahora no sentía miedo por lo que había frente a ella, sino, por lo que estaba dejando atrás, toda su vida.
"¡ALTO!" Gritó repentinamente desde lejos Dusk, sorprendiendo por completo a Rainbow Dash, quien estaba a un paso de entrar al bosque.
"Dusk… ¿Qué haces aquí?" Preguntó Rainbow Dash inexpresiva, girándose para ver a Dusk que corría hacia ella.
"Huff… Huff… Vine a buscarte… Huff… ¿Qué no es obvio?" Respondió Dusk exhausto luego de correr y alcanzar a su amiga.
Rainbow Dash se quedó en silencio un momento, mirando fijamente a Dusk pero manteniendo su rostro inexpresivo.
"¿Cómo me encontraste?" Preguntó finalmente Rainbow Dash.
Dusk miró preocupado a su amiga, luego bajó su mirada y se mantuvo también en silencio unos segundos antes de volver a mirar a su amiga y contestar.
"La nota que dejaste… Era una despedida." Respondió Dusk nervioso. "Yo… no sabía de qué te estabas despidiendo exactamente, así que pensé en lo peor, y este es el peor lugar al que podrías venir si tú…" Agregó Dusk muy nervioso, no queriendo imaginar nuevamente el terrible acto que pensó que su deprimida amiga podría querer hacer allí.
"Ya no me importa lo que me suceda." Dijo Rainbow Dash sin expresión, como si lo que acabara de decir fuera algo banal.
Al escuchar a su amiga decir aquello, con aquel rostro inexpresivo y su mirada muerta, el corazón de Dusk no lo soportó más.
"¡YA BASTA!" Gritó repentinamente Dusk mientras miraba hacia el suelo, luego levantó su cabeza y miró directamente a su amiga mientras las lágrimas inundaban sus ojos. "Por favor… 'sniff'… Ya basta…"
Al ver a Dusk llorando frente a ella, los ojos de Rainbow Dash por primera vez en el día volvieron a brillar con vida por un instante mientras su corazón luchaba por volver a sentir.
"Yo he visto a mis amigas tristes antes, también las he visto llorando… pero verte así ahora es distinto… Es como si estuvieras muriendo en vida. Me duele mucho verte así, más de lo que nada me ha dolido jamás antes…" Dijo Dusk ya no pudiendo reprimir sus lágrimas. "No te vayas… No nos abandones… No me abandones… Tú ocupas un lugar en mi corazón más importante de lo que crees."
Ante las palabras de Dusk, los ojos de Rainbow Dash volvieron finalmente por completo a la vida y su rostro por fin volvía a mostrar emociones: la tristeza, el dolor y el miedo que habían estado ocultos tras esa profunda depresión que la hundía.
"Yo… Yo no sé qué hacer... ¿¡Por qué tenía que pasarme esto a mí!? ¡Precisamente a mí!" Dijo lentamente Rainbow Dash mientras su cara iba teniendo cada vez más emociones, pasando lentamente del miedo al pánico. "Yo tenía pesadillas con esto. No poder volar, no tener mis alas, siempre fue mi mayor miedo, y ahora… ¡Ahora estoy viviendo mi mayor pesadilla!" Agregó Rainbow Dash gritando de terror y agachando su cabeza.
"Tú no eres tus alas. ¡Tú eres Rainbow Dash! Eres mucho más que tus alas. Eres una pony fuerte, decidida, leal, valiente. ¡Eres tan importante para mí que no sé qué haría sin ti!" Dijo Dusk abrazando nuevamente a su amiga con todas sus fuerzas, esperanzado al ver que finalmente su amiga volvía a expresar sus sentimientos. "Por favor, debes seguir adelante. Sé que el futuro se ve oscuro, pero juntos podemos buscar la luz, te aseguro que mañana nos espera un día mucho más brillante, solo… vuelve a ser la Rainbow Dash que amamos."
Mientras Dusk la abrazaba, Rainbow Dash podía sentir el temblor en Dusk, como él de verdad temía por ella y su bienestar, y aquel abrazo cargado de amor y calidez, finalmente hizo que Rainbow Dash dejara de caer en el enorme abismo de depresión y desesperación que sentía, y poco a poco comenzó a pensar que quizás de alguna forma su mundo no estaba acabado a pesar de haber perdido lo más preciado que tenía y sentía.
Última etapa: Aceptación.
Finalmente Rainbow Dash comenzó a llorar mientras Dusk la abrazaba, sabiendo que ahora tendría que tomar el camino más difícil, el de seguir adelante con su vida a pesar de todo, ella no escaparía, ella simplemente tendría que aceptar lo que perdió y recuperar su vida poco a poco.
Mientras lloraba y aliviaba su estrés con el cálido abrazo de Dusk, nuevas lágrimas de tristeza comenzaron a brotar de sus ojos ante una nueva duda, pues toda esa fase de duelo vivida no solo se trató de dejar ir y aceptar su nueva condición de no poder volar, sino también la de dejar ir y aceptar que quien la consolaba allí mismo jamás la amaría ni la miraría como ella lo miraba a él. Nunca serían más que amigos, y esa fue la duda que ahora dolía en Rainbow Dash, no saber si sería más difícil aceptar que ya no podía volar, o que Dusk nunca la amaría.
# Fin del capítulo 39
