Capítulo 40 – Muchas historias cortas

Era un hermoso amanecer en Ponyville, y con los primeros rayos del Sol atravesando la ventana de la habitación, Rainbow Dash apretó fuerte sus ojos y comenzó a despertar lentamente, ansiosa por querer dormir un poco más. Su cansado cuerpo le demandaba seguir acostada más tiempo en esa cómoda cama, muy distinta a la cama de hospital en la que había tenido que estar por casi una semana. Además, luego de haberse despertado en medio de la noche para correr al bosque, y de haber llorado y finalmente liberado su pesada carga de sentimientos reprimidos, hacía que lo único que deseara Rainbow Dash en ese momento fuera querer seguir durmiendo, así que ella bajó su casco para intentar agarrar las mantas para volver a acurrucarse otro rato más, sin embargo se detuvo al notar que en vez de mantas, había algo más encima de ella.

Rainbow Dash abrió cansada un ojo y miró hacia abajo, notando que había un casco de pelaje morado abrazando su cuerpo. Mientras lo miraba, le tomó varios segundos a su cerebro despertarse para finalmente comprender de quién era ese casco que la abrazaba.

"¡Dusk!" Gritó el cerebro de la pegaso, finalmente dándose cuenta de quién era.

De un salto Rainbow Dash saltó de la cama y miró hacia atrás, en donde comprobó lo que había sospechado. Ella no solo estaba dormida en la cama de Dusk Shine, sino JUNTO a Dusk Shine, quien seguía dormido, pero que con el salto de Rainbow Dash, ahora comenzaba a estirarse y a despertar lentamente.

"¿¡Por qué Dusk me estaba abrazando!? ¿¡Qué es lo que-¡?" Comenzó a pensar Rainbow Dash sonrojándose, hasta que repentinamente su cerebro detuvo el flujo de agitadas ideas que tenía, y le recordó lo que había decidido la última noche. "¡No! Basta de ponerme nerviosa, yo lo decidí ayer. Tengo que aceptarlo… Aceptar que Dusk nunca me amará…" Pensó finalmente Rainbow Dash, tranquilizándose lentamente, no pudiendo evitar poner una mirada de pena.

"¿Hm? Buenos días Rainbow…" Dijo Dusk despertando, restregándose un ojo mientras con el otro notaba que su amiga estaba allí. "¿Dormiste bien?"

Ante la pregunta de Dusk, Rainbow Dash se sonrojó levemente, pero de inmediato cerró sus ojos, respiró lentamente y se tranquilizó.

"Sí, dormí bien. Aunque parece que dormí con una compañía inesperada." Dijo Rainbow Dash hablando tranquilamente, pero sin ser capaz de mirar a Dusk a los ojos.

Dusk Shine pestañó un par de veces, sin entender a qué se refería su amiga. Luego él bajó la vista y se dio cuenta que estaba acostado en la cama que Rainbow Dash había utilizado para dormir, y fue entonces que el rostro de Dusk se puso completamente rojo.

"¡Oh! Y-Yo lo siento. Es… Es solo que ayer me quedé de pie a tu lado esperando a que durmieras." Dijo Dusk rojo de la vergüenza, tartamudeando. "Luego, en algún punto de la noche creo que caí cansado y me recosté solo un segundo para descansar, no me di cuenta que me quedé dormido a tu lado, ¡Lo siento!"

Mientras hablaba, en quien pensaba Dusk era en Pinkie Pie. No solo porque Dusk recordaba que esta situación era muy parecida a cuando Dusk despertó una mañana sorprendido de que Pinkie Pie estuviera a su lado, solo que ahora era al revés y era él quien se había acostado con una de sus amigas sin su consentimiento; sino también porque Dusk recordaba que la noche anterior, luego de alcanzar a Rainbow Dash en la entrada del bosque y convencerla de que volviera a la biblioteca, él había seguido el consejo de Pinkie Pie y decidió no quitarle la vista de encima nuevamente, por eso Dusk se había quedado en la habitación hasta asegurarse que Rainbow Dash se durmiera.

"No fue mi intención acostarme, solo… no quise que pasaras la noche sola… Lo siento." Agregó finalmente Dusk, ya más calmado, con una mirada apenada.

"Sí, lo entiendo, no te preocupes." Dijo Rainbow Dash también con una mirada apenada. Mirando por un segundo sus alas y luego mirando directamente a los ojos de Dusk por otro par de segundos. "Creo que aún no supero lo que me pasó, pero ahora estoy decidida a seguir adelante. Créeme, ya estoy mejor." Agregó Rainbow Dash con una triste sonrisa.

Al ver y escuchar a Rainbow Dash, era obvio darse cuenta que ella aún sentía mucha pena, pero definitivamente ella se veía mejor que el día anterior. Ahora ella era más sincera y expresaba sus sentimientos, e incluso hacía el esfuerzo de actuar con más normalidad, y esas eran claras señales de que Rainbow Dash ya estaba mejorando emocional y mentalmente.

"Me alegro que ya estés mejor." Dijo finalmente Dusk con una pequeña y honesta sonrisa. "Bien, creo que es hora de desayunar, vamos."

Así, ambos ponies bajaron las escaleras y se dirigieron hacia la pequeña cocina de la biblioteca, caminando cuidadosamente para no despertar a Spike, quien seguía durmiendo en su canasta en el salón principal de la biblioteca, y que Dusk decidió no despertar ya que se sentía culpable por haber hecho ruido en la noche y por seguramente haberlo despertado.

Con su magia, Dusk preparó rápidamente un desayuno básico, sirviendo dos vasos de jugo de naranja, y preparando un par de tostadas con heno frito. En tanto que Rainbow Dash sonrió satisfecha ante las gentiles atenciones del potro.

Mientras Rainbow Dash comía y Dusk se disponía a hacer lo mismo con su tostada, él se detuvo al notar un trozo de papel arrugado en el suelo.

"¿Qué es esto?" Dijo Dusk usando su mágia para levitar el papel y estirarlo para ver de qué se trataba.

Rainbow Dash le dio una mirada al papel que Dusk levitaba y al instante dejó de comer y puso su tostada de vuelta en el plato.

"Es la invitación al Concurso del Mejor Volador que me llegó ayer." Dijo Rainbow Dash frunciendo el labio y desviando la mirada.

"¡Oh! Lo siento, lo había olvidado." Dijo Dusk con una mirada apenada, recordando cuando Fluttershy le había entregado la carta y Rainbow Dash la arrojó luego de saber que obviamente no podría participar con el estado actual de sus alas.

"No te preocupes, no puedo evitar hablar de las cosas que hacía antes, tengo que superarlo." Dijo finalmente Rainbow Dash, suspirando y dando un sorbo a su jugo de naranja.

"Hmm… Entonces… ¿De qué se trata ese concurso?" Preguntó Dusk, agradeciendo que Raibow Dash estuviera más dispuesta a hablar de un tema que claramente aún no superaba, pero que quería hacerlo.

"Es una exhibición que se hace cada año en Cloudsdale, en donde los mejores voladores aficionados de Equestria compiten entre sí. Cada uno puede mostrar su mejores habilidades de vuelo, ya sea velocidad, precisión, destreza, incluso puede ser algo artístico, y finalmente el jurado decide quien gana." Respondió Rainbow Dash, animándose poco a poco mientras contaba y recordaba la competencia del año pasado. "Y este año hay un premio extra, ¡El ganador podrá pasar una tarde junto a los Wonderbolts! ¡Yo ya tenía una rutina armada! Pensaba usar mi velocidad y agilidad para-" Agregó Rainbow Dash levantando sus cascos e imaginándose cómo haría su rutina, pero se detuvo súbitamente.

Por un segundo Rainbow Dash olvidó la realidad, ella entonces dio un triste vistazo a sus alas caídas, sus ánimos desaparecieron por completo, y bajó su mirada con tristeza.

"Claro… por un momento lo olvidé, qué tonta…" Dijo Rainbow Dash con una sonrisa triste. Luego respiró lentamente para tranquilizarse y miró a Dusk con una triste sonrisa. "Yo quería participar este año, pero no por el trofeo, sino por el premio extra de poder volar junto a Los Wonderbolts… Pero ahora lo que menos quiero es que ellos me vean así."

Dusk miró a su amiga con pena y luego también bajó su cabeza con tristeza, empatizando con su amiga y sintiendo la pena que Rainbow Dash debía de sentir luego que el destino le quitara la oportunidad de participar en esa competencia. Dusk estaba seguro, con la velocidad de Rainbow Dash hubiera sido seguro que ella hubiera ganado. Si tan solo hubiera otra forma de…

Súbitamente Dusk levantó la cabeza con los ojos muy abiertos mientras repasaba la idea que acaba de pensar.

"Podría funcionar…" Susurró Dusk pensando en voz alta mientras miraba a la nada. Entonces él se tomó el vaso con jugo de naranja de un sorbo, se levantó rápidamente y tomó a Rainbow Dash del casco. "Ven conmigo, tengo una idea."


Dusk y Rainbow Dash habían salido rápidamente de la biblioteca, y ahora se encontraban cruzando el puente que quedaba a las afueras de Ponyville y guiaba al pequeño y luminoso bosque que quedaba al costado del tenebroso bosque Everfree.

"¿A dónde vamos?" Pregunto Rainbow Dash caminando junto a Dusk, sin entender aún a dónde la guiaba su amigo. Luego Rainbow Dash se puso a pensar un segundo en qué debió gatillar que Dusk saliera así de improviso de la biblioteca, y solo una cosa se le ocurría. "¿Es algo respecto a la Competencia del Mejor Volador de la que estábamos hablando?"

"Tranquila, ya lo sabrás." Respondió Dusk sin dejar de caminar ni de ver hacia el frente. "Quizás no puedas participar en la competencia, pero hay una forma de ganar el premio. Pero no estoy seguro, creo que es mejor que lo juzgues tú misma."

Rainbow Dash miró con curiosidad a Dusk, intentando pensar en qué estaría pensando su amigo, sin llegar a ninguna respuesta. Entonces ella pensó en seguir insistiendo para averiguar más, ya que ser paciente no era precisamente una de sus mejores virtudes, sin embargo, finalmente ella hizo un esfuerzo y decidió no preguntar más y solo seguir a Dusk, agradeciendo que Dusk se estuviera preocupando tanto por ella y que, al parecer, quisiera hacerle un bonito gesto al pensar en ganar de alguna forma la competencia por ella.

Mientras ambos seguían caminando, se detuvieron súbitamente al escuchar varios ruidos de voces, voces que no estaban muy lejos de allí y que les parecieron conocidas. Así que, dando paso a su curiosidad, ambos ponies desviaron el camino por el que iban y avanzaron hacia donde se escuchaban las voces.

Al llegar a donde se escuchaban las voces, Dusk hizo que Rainbow Dash se agachara tras un arbusto junto a él y entonces le señalo hacia arriba.

Allí, en la copa de un árbol, había tres potrancas que ambos conocían muy bien: Apple Bloom, Sweetie Belle y Scootaloo, quienes estaban conversando en una pequeña plataforma que había en la copa del árbol, desde la cual también había una cuerda que parecía estar unida a lo lejos con otro árbol.

"¿Qué están haciendo?" Preguntó Rainbow Dash susurrándole a Dusk.

"No lo sé, pero no quiero interrumpirlas." Respondió Dusk sonriendo con orgullo. "Quizás están aprendiendo alguna valiosa lección de-"

"¡Muy bien! ¡Ahora ganaremos nuestras cutie marks por arrojarnos desde una tirolesa!" Gritó animada Scootaloo, mientras, desde abajo del árbol, Dusk abría su boca incrédulo luego de darse cuenta que él había estado completamente equivocado y que las pequeñas potrancas solo estaban haciendo otra de sus locuras.

"En serio… cuando aprenderán que así no se consiguen las cutie marks…" Dijo Dusk golpeándose el rostro frustrado, recordando que se había jurado a sí mismo no ayudar a las tres potrancas ni decirles cómo obtener sus cutie marks, esperando que ellas lo averiguaran por sí mismas y así aprendieran una valiosa lección, pero tal parecía que cada indirecta que Dusk les decía de nada valía, ya que las potrancas seguían haciendo actividades al azar intentando ganar sus cutie marks, cada actividad más loca que la anterior.

"¿Estarán bien esas potrancas si se tiran desde esa tirolesa?" Preguntó Rainbow Dash viendo a las potrancas con una mezcla de miedo y diversión por como actuaban.

"Estarán bien. Spike me había hablado de esta tirolesa, él la ha ocupado un par de veces." Respondió Dusk suspirando frustrado. "Siempre y cuando se tiren de a una, no debería haber-"

Nuevamente Dusk fue interrumpido por el grito de las tres potrancas, que, para horror de Dusk, se lanzaron de la tirolesa al mismo tiempo.

Las tres potrancas viajaron a gran velocidad por la cuerda, solo colgadas de sus arneses. Sin embrago, la fricción y el peso de las tres ponies juntas, hizo que la cuerda no pudiera soportar, y súbitamente se cortara, haciendo que las tres potrancas cayeran gritando sobre la copa de un árbol.

"¡Ouch! Eso debió doler." Dijo Rainbow Dash cerrando un ojo con dolor luego de ver caer a las pequeñas ponies.

"Sí, por suerte la tirolesa no es muy alta. Aún así, vamos a verlas." Dijo Dusk un poco preocupado.

Dusk y Rainbow Dash se fueron acercando hasta el lugar donde habían caído las potrancas para ver si estaban bien, pero incluso antes de llegar, ya podían saber que las potrancas no estaban heridas, ya que desde lejos se las veía colgando desde el árbol en donde habían caído. Tal parecía que la resina del árbol se había pegado a su pelaje y las había salvado de que cayeran al suelo, pero ahora las tres tenían el problema que estaban pegadas a la resina del árbol y no podían quitárselo.

Mientras Rainbow Dash y Dusk se acercaban, ambos lograron escuchar lo que las pequeñas potrancas hablaban entre sí.

"Te dije que era una mala idea, debimos seguir con mi idea de intentar tener cutie marks por alpinismo extremo." Dijo Apple Bloom, decepcionada mientras intentaba llegar al piso y dejar de estar colgando de la resina del árbol.

"¿Quizás si lo intentamos otra vez?" Dijo Sweetie Belle, girándose con esfuerzo desde la posición en que había quedado pegada a la resina, para verificar que ninguna cutie mark había aparecido en su costado.

"No, no creo que sirva… ¡Pero ya no sé qué más intentar! Quizás estamos haciendo algo mal…" Dijo Scootaloo, logrando finalmente despegar uno de sus cascos de la resina del árbol.

"Me pregunto si a mi hermana le habrá costado tanto obtener su cutie mark…" Susurró Sweetie Belle, pensando en voz alta.

Ante las palabras de Sweetie Belle, Scootaloo abrió grande sus ojos y miró fijamente a su amiga unicornio.

"¡Eso es!" Dijo Scootaloo sosteniendo a Sweetie Belle y sacudiéndola de la emoción. "¿¡Cómo no se nos ocurrió antes!?"

"¿De qué estás hablando?" Preguntó Apple Bloom, quien también ya había logrado sacar dos cascos de la resina del árbol.

"Que deberíamos preguntarle a los ponies que ya tienen sus cutie marks cómo las consiguieron." Dijo Scootaloo animada. "Y sé perfectamente a quién preguntarle primero, ¡A la pony más en onda de Ponyville! Es rápida, ruda, no le tiene miedo a nada, ¡La mejor voladora que ha salido de Cloudsdale!"

"¿Fluttershy?" Dijeron al mismo tiempo Apple Bloom y Sweetie Belle, con miradas de confusión.

"Claro que no, ¡Obviamente estoy hablando de Rainbow Dash!" Respondió Scootaloo con un gran grito de entusiasmo.

Al escuchar su nombre, Rainbow Dash se puso pálida y dio un paso hacia atrás desde donde habían estado escuchando ella y Dusk.

"¿Qué sucede?" Preguntó Dusk preocupado al ver pálida a su amiga.

Sin decir una sola palabra, Rainbow Dash se dio la vuelta y comenzó a caminar en dirección contraria de donde estaban las potrancas.

"Rainbow Dash, ¿Qué sucede?" Volvió a preguntar Dusk, corriendo para alcanzar a su amiga.

"¿¡No la oíste!? Todas esas cosas que Scootaloo dijo de mí, yo… ¡Yo ya no soy esa pony!" Dijo Rainbow Dash con una mirada triste y algo desesperada, luego viendo sus alas caídas, intentando en vano moverlas. "Yo… Yo ya no soy la pony que ella admira…"

Dusk miró preocupado a su amiga y luego vio a lo lejos a las tres potrancas, quienes seguían intentando salir de la resina de árbol a la que estaban pegadas.

"Scootaloo tampoco puede volar… Quizás le haría bien a Rainbow Dash hablar con ella." Pensó Dusk mientras miraba a la pequeña potranca naranja.

"No puedo hablar con ella, Dusk. Aún no… no estoy lista…" Dijo Rainbow Dash mirando asustada a Dusk, leyendo lo que su amigo estaba pensando.

Dusk miró a su amiga por unos segundos y luego bajó su cabeza mientras suspiraba. Su amiga había pasado por mucho, y tan solo ayer había logrado aceptar lo que le estaba sucediendo. Ella estaba sanando poco a poco, y quizás no era bueno apresurar las cosas, quizás lo mejor sería que Rainbow Dash sanara a su propio ritmo.

"Está bien…" Dijo finalmente Dusk rindiéndose. "Por lo que veo las chicas tendrán un buen rato hasta que logren sacarse toda la resina. Ven, sígueme, volvamos a lo que íbamos a hacer." Agregó Dusk, volviendo a caminar para volver al camino principal.


"Así que aquí querías traerme." Dijo Rainbow Dash luego de darse cuenta a donde lo guiaba Dusk.

Avanzando por el camino, finalmente Rainbow Dash reconoció el lugar, pero desechó la idea al pensar que debía de estar equivocada, sin embargo no había ningún error, Dusk la había llevado hacia donde había creído, la casa de Fluttershy.

En el pequeño y bello pardo que quedaba frente a la casa de Fluttershy, estaba su dueña, la tímida pegaso amarillo, quien a esa hora del día daba de comer a los múltiples animalitos que dependían de sus cuidados.

Mientras se acercaban más a la casa de Fluttershy, la confusión se hacía más notoria en la cara de Rainbow Dash.

"¿Quieres que Fluttershy participe y gane la competencia del Mejor Volador por mí?" Preguntó Rainbow Dash con cara incrédula, llegando a la única respuesta lógica que podía haber para estar allí. "Pensé que ya lo sabías Dusk, pero Fluttershy… bueno, no es precisamente la pegaso más veloz que digamos."

Justo en ese momento Fluttershy volaba persiguiendo a un conejito, volando tan lentamente que una mariposa a su lado la rebasó.

"Eso ya lo sé pero mira bien." Dijo Dusk, señalando nuevamente hacia donde volaba Fluttershy.

Luego de atrapar al conejo y darle de comer una zanahoria, Fluttershy voló a ras de suelo ágilmente, volando y esquivando a los animalitos que ya comían, como si fuera una serpiente deslizándose. Entonces Fluttershy tomó más alimento y voló con sutileza y cuidado entre las ramas de los árboles altos, dejando alimento en cada pajarera que había y cuidando de jamás chocar con ninguna rama para no molestar a sus queridísimas aves.

"¿¡Lo ves!?" Agregó Dusk entusiasmado, esperando que Rainbow Dash finalmente entendiera su plan. "Tú lo dijiste, Fluttershy no es la más veloz, pero es muy ágil y cuidadosa, ¡Imagínatela en una pista de obstáculos! Dijiste que la competencia se podía ganar de muchas formas, no solo con velocidad. Bueno, ¡Aquí está nuestra solución!"

Al ver la cara entusiasmada de Dusk, Rainbow Dash miró nuevamente a Fluttershy mientras volaba, y luego volvió a bajar la vista para ver a Dusk.

"No funcionará." Dijo Rainbow Dash con poca emoción en su expresión ante la confundida mirada de Dusk.

"¡Oh! Hola chicos." Dijo repentinamente Fluttershy, solo entonces dándose cuenta de la presencia de sus amigos. Entonces ella aterrizó y vio con especial preocupación a Rainbow Dash. "Espero que hoy hayas amanecido mejor." Agregó Fluttershy con una tímida sonrisa, mirando a Rainbow Dash.

"Sí… aunque será difícil acostumbrarme a no poder volar nunca más…" Dijo Rainbow Dash con una triste sonrisa y luego desviando la mirada, pensando en que aún le dolía aceptar la verdad.

"¿¡Nunca más!?" Preguntó Fluttershy asustada.

Entonces Rainbow Dash recordó que Dusk solo les había dicho a sus amigas que ella no volaría por un tiempo. Entonces ella se rascó la cabeza, miró a Dusk, quien solo le respondió la mirada indicándole que era su decisión, y finalmente decidió contarle a su amiga todo lo sucedido.

Con lágrimas en sus ojos, Fluttershy terminó de escuchar toda la historia, y entonces se lanzó a abrazar a Rainbow Dash fuertemente.

"Ya… Ya… está bien, ya basta, o me vas a hacer llorar." Dijo Rainbow Dash terminando el cálido abrazo de su amiga y secándose una lágrima, no queriendo ponerse sentimental nuevamente.

"Es por eso que vinimos por tu ayuda, queremos que participes en la competencia del Mejor Volador en lugar de Rainbow Dash." Dijo Dusk a Fluttershy, ayudando a cambiar de tema para que Rainbow Dash no volviera a sentirse mal.

Al escuchar la petición de Dusk, Fluttershy la miró con una cara de asombro y se lo quedó mirando un segundo en silencio, creyendo haber escuchado mal, pero ante la atenta mirada de Dusk, ella entendió que él no bromeaba.

"Y-Yo no podría… no soy tan rápida como Rainbow Dash… Incluso un potrillo me ganaría…" Respondió Fluttershy bajando su cabeza apenada.

"Es por eso que no apostaremos a la velocidad, ¡Si no que a la destreza!" Dijo Dusk con energía, intentando animar a su amiga. "Mira, solo vuela entre las ramas de los árboles tal como lo hacías cuando alimentabas a las aves, piensa que en cada rama hay un nido y que debes volar con el mayor cuidado posible."

Fluttershy miró con mucha duda a Dusk, queriendo decirle que poner su fe en ella no era la mejor opción, pero luego ella miró de reojo a Rainbow Dash y a sus alas caídas.

"Está bien… Lo intentaré." Respondió finalmente Fluttershy, tragando saliva nerviosamente.

Entonces Dusk dio un par de pasos atrás para darle espacio a Fluttershy, quien abrió sus alas, cerró sus ojos, y luego puso una mirada de determinación antes de volar. Con impulso, la pegaso amarilla voló directamente a las ramas de los árboles más cercanos, y tal como le indicara Dusk, se imaginó que en cada rama habían nidos de aves recién nacidas y que no podía tocarlas o se arriesgaría a lastimarlas.

Definitivamente la velocidad de Fluttershy era promedio, incluso podría ser más bajo que eso, pero lo que definitivamente sobresalía era que la pegaso amarilla era capaz de pasar entre espacios muy pequeños sin pasar a llevar ninguna rama, con una agilidad y destreza poca veces vista.

"¿¡Lo ves!?Si hacemos una pista de obstáculos en que Fluttershy tenga que-" Dijo Dusk con entusiasmo, mirando nuevamente a Rainbow Dash, hasta que fue interrumpido por ella.

"Huff… Escucha, Fluttershy definitivamente tiene una gran destreza, pero aún así, esto no va a funcionar, y te mostraré por qué..." Dijo Rainbow Dash con una mirada algo cansada. Entonces ella dio un par de pasos hacia adelante y estiró su casco para ponerlo al lado de su boca y que su voz llegara directo a Fluttershy. "¡Fluttershy! ¡Recuerda que en la competencia habrá cientos de ponies viendo tu rutina!"

En cuanto Fluttershy escuchó el grito de Rainbow Dash, su concentración desapareció y de inmediato se imaginó a cientos de ponies apuntándola y burlándose de ella. En ese instante la destreza de Fluttershy se esfumó y chocó con todas las ramas de los árboles que tenía frente a ella, haciendo que cayera al suelo, afortunadamente, sin golpearse fuertemente.

"Tienes razón… Lo había olvidado…" Dijo Dusk golpeándose el rostro frustrado, molestándose consigo mismo al olvidar el pánico escénico de su amiga.

"¡De prisa! ¡Creo que es por aquí! ¡Pronto sabremos cómo conseguir una cutie mark!" Dijo repentinamente una voz infantil.

En el acto, Dusk y Rainbow Dash se dieron la vuelta asustados para mirar hacia donde venía la voz, reconociéndola rápidamente, ya que solo minutos atrás la habían escuchado. Era la voz de Scootaloo, quien parecía estar acercándose allí junto a sus dos amigas.

Al descubrir quiénes se acercaban, Dusk y Rainbow Dash saltaron para ocultarse detrás de un arbusto, ante la perpleja mirada de Fluttershy, quien no entendió por qué ellos dos hicieron eso.

"¿¡Por qué te escondes!?" Preguntó en un susurro Dusk, sorprendido al ver que Rainbow Dash también había saltado tras el arbusto junto a él.

"Ya te lo dije, no quiero que Scootaloo me vea así, ¡Y menos quiero hablarle sobre cómo conseguí mi cutie mark!" Respondió Rainbow Dash también susurrando. "¿Y tú por qué te ocultas?"

Dusk puso una mirada nerviosa por un segundo y luego desvió la mirada.

"Probablemente por la misma razón que tú…" Respondió Dusk, recordando que a él tampoco le gustaba hablar sobre su cutie mark.

"¡Hola Futtershy!" Dijeron las tres potrillas sonrientes al mismo tiempo una vez llegaron donde la pegaso amarilla, quien las vio asombrada, aún sin entender por qué Dusk y Rainbow Dash se habían escondido tan repentinamente.

"Hola pequeñas, ¿Qué las trae por aquí?" Preguntó Fluttershy sonriendo amablemente a Scootaloo, quien iba sobre su scooter, y a Sweetie Belle y Apple Bloom, quienes iban en un carrito remolcado por la pequeña pegaso y su scooter.

"¡Queremos saber si has visto a Rainbow Dash!" Preguntó Scootaloo muy emocionada.

"¡Sí! Queremos saber cómo es que ella obtuvo su cutie mark." Agregó Sweetie Belle.

"¡Oh! Conociendo a Rainbow Dash, definitivamente ella tiene que tener una historia muy interesante. Hmm… es extraño, la verdad nunca le he preguntado por cómo obtuvo su cutie mark." Dijo Fluttershy haciendo memoria y solo entonces dándose cuenta que a pesar de conocerse desde pequeñas con Rainbow Dash, ella nunca le había preguntado por la historia tras su cutie mark, aunque aquello no era algo extremadamente raro entre amigos, ya que para los ponies adultos las cutie mark eran un hecho, por lo que más que hablar de cómo las obtuvieron, normalmente hablaban solo sobre su significado. "Creo que yo tampoco le he contado a Rainbow Dash sobre cómo obtuve mi cutie mark… De hecho, si no hubiera sido por ella, yo nunca la hubiera obtenido." Dijo Fluttershy pensativa, más hablando consigo misma que con las potrillas. Luego, ella miró las tres mariposas en su flanco y sonrió amorosamente al recordar.

"¿¡Tú obtuviste tu cutie mark gracias a Rainbow Dash!?" Preguntó Scootaloo con una mirada de asombro.

"¡Cuéntanos!" Dijo Apple Bloom emocionada.

"Vámonos." Dijo Rainbow Dash desde detrás del arbusto, empujando a Dusk para que ambos salieran de allí.

Ante el empujón de Rainbow Dash, Dusk miró extrañado a su amiga, más al notar lo nerviosa que ella parecía estar.

"Quedémonos a escuchar… solo un rato." Dijo Dusk con una pequeña sonrisa suplicante, ya que en verdad él quería aprovechar esta oportunidad para conocer más de sus amigas y de su pasado.

Rainbow Dash puso una cara de nerviosismo y luego de impotencia, después de mordió el labio y finalmente se volvió a sentar de mala gana mientras Dusk acercaba más su oído fuera del arbusto para escuchar con más claridad lo que hablaban su amiga y las tres potrancas.

"Era el quinto o sexto día más helado de toda mi vida…" Dijo Fluttershy fingiendo un escalofrío mientras recordaba aquel memorable día de su niñez. "Era mi primer día en el Campamento de Vuelo de Verano... Quizás no me crean, pero en ese entonces yo era muy tímida y algo torpe para volar, así que me tomó varios días tomar el valor para finalmente atreverme a volar por el circuito que los demás potrillos de mi edad practicaban. En aquella oportunidad estaba tan nerviosa, que en cuanto quise empezar con el circuito, tropecé y caí tan solo al empezar, y entonces un par de bravucones se acercaron y comenzaron a burlarse de mí. ¡Fue el momento más humillante de mi vida! Y entonces de la nada, apareció Rainbow Dash, que aterrizó enfrente de mí y comenzó a defenderme de los abusivos, entonces Rainbow Dash retó a los dos bravucones a una carrera. Los tres competidores se pusieron en posición y yo di el 'vamos' a la carrera, en cuanto di la señal de partida, los tres competidores pasaron velozmente a mi lado, un fuerte impulso que me empujó e hizo que cayera de mi nube. Mientras iba cayendo, estaba demasiado aterrada para abrir mis alas, pero entonces, justo cuando iba a caer a tierra, una bandada de mariposas me salvó de caer. Yo nunca había visto a esas hermosas criaturitas, ya que las mariposas no vuelan tan alto, y como jamás había bajado a tierra, tampoco había visto a los bellos animalitos que aquí habitaban. Yo estaba fascinada viendo a los distintos animales, cuando de repente escuché un fuerte ruido y el cielo se tiñó de verde por un segundo... nunca supe qué fue lo que lo causó, pero lo que sí recuerdo fue que los animalitos salieron huyendo por el ruido. Al verlos tan asustados, solo una cosa vino a mi mente, la de querer ayudarlos, así que me acerqué a todos ellos y comencé a calmarlos poco a poco… Ahí fue que descubrí que tenía la capacidad de comunicarme con los animales a otro nivel, y fue entonces que supe lo que quería hacer con mi vida, y mi cutie mark apareció." Terminó de contar Fluttershy con una brillante sonrisa.

"Vaya… Es una historia muy bonita…" Dijo Dusk sonriendo cariñosamente, quien seguía oculto tras el arbusto, mirando con cierta ternura a Fluttershy.

"Lo es… si es que no sabes la historia completa…" Murmuró Rainbow Dash con una mirada triste.

"Y… ¿¡Eso es todo!? ¿¡Cómo terminó la carrera!? ¿¡Qué pasó con Rainbow Dash!?" Dijo Scootaloo impaciente, que a diferencia de sus otras dos amigas, perdió algo de interés en la historia de Fluttershy en cuanto ella dejó de hablar de su ídolo Rainbow Dash.

"¡Oh! Bueno, yo no estaba ahí, así que no sé cómo habrá terminado la carrera. Quizás deberían preguntarle a ella." Respondió Fluttershy levantando su vista para decirle a las Cutie Mark Crusaders que justamente Rainbow Dash estaba allí, tras un arbusto. Pero en cuanto Fluttershy levantó su vista, vio como Rainbow Dash se asomó por el arbusto y le hizo señas para que no dijera nada, ocultándose nuevamente justo cuando las potrillas miraban hacia allí.

"¿Sabes dónde podemos encontrar a Rainbow Dash?" Preguntó Scootaloo ansiosa.

"Eh… Q-Quizás está tomando una siesta en su casa, ya sabes cómo le gusta tomar siestas en sus días libres, jeje…" Respondió Fluttershy nerviosa, decidiendo hacerle caso a su amiga.

Siguiendo el consejo de Fluttershy, Scootaloo apuró a sus dos amigas para que subieran nuevamente al carrito de su scooter, y las tres partieron raudamente hacia la casa de Rainbow Dash. En tanto que, en cuanto las potrillas se alejaron, Dusk Shine y Rainbow Dash salieron desde detrás del arbusto.

"¿Por qué se escondieron?" Preguntó Fluttershy confundida.

"Larga historia…" Respondió Rainbow Dash, sin querer dar detalles.

"No sabía cómo habías obtenido tu cutie mark. Fue una muy bonita historia." Dijo Dusk sonriendo mientras Fluttershy se sonrojaba. "No es común preguntar a otros ponies sobre el origen de su cutie mark, pero cada vez que escucho hablar sobre ellas, me asombro del poder que puede tener algo que se ve tan simple. Al pensar en las cutie mark, no puedo dejar de pensar en toda esa poderosa magia desconocida que-"

Repentinamente Dusk se calló cuando una brillante idea fulminó su cabeza, y él abrió sus ojos con asombro ante lo que se le había ocurrido.

"¡Rainbow Dash! ¡Tengo una idea para curar tus alas!" Dijo Dusk con gran entusiasmo, tomando a Rainbow Dash de los hombros.

"¿D-De qué estás hablando?" Dijo Rainbow Dash nerviosa, con todo su ser atento a cada palabra que Dusk decía.

"Hay magia más poderosa que la de los ponies, magia que los doctores no pueden ocupar, pero que nosotros sí podemos ocupar. ¡Una magia curativa tan poderosa que incluso sirvió para salvar de la oscuridad a una poderosa alicornio!" Dijo Dusk casi sin poder contener su emoción.

"¡Los elementos de la armonía!" Gritó Rainbow Dash asombrada al darse cuenta del plan de Dusk, con el mismo asombro y emoción que también puso Fluttershy en ese instante.

"¡Así es! Y para eso, necesitamos a todas nuestras amigas." Dijo Dusk con una mirada de determinación, viendo a sus dos amigas presentes, quienes compartieron su mirada, sabiendo que habían descubierto la forma de arreglar el grave problema de Rainbow Dash.

Entonces los tres ponies corrieron en busca de sus demás amigas, sabiendo por quién debían ir primero.


La casa de Applejack quedaba a la misma distancia de la casa de Fluttershy que del pueblo, así que era la mejor opción para ir primero.

Al llegar a Sweet Apple Acres, a Dusk, Rainbow y Fluttershy no les costó mucho encontrar a Aplejack, quien estaba en el granero armando algunos fardos de heno para el invierno. Una vez la encontraron, lo primero que Rainbow Dash tuvo que hacer, fue contar nuevamente que el problema de sus alas no era algo temporal como ellas pensaban, lo que dejo a Applejack asustada, sabiendo que volar lo era todo para su amiga, pero antes que Applejack se pusiera triste por la situación de Rainbow Dash, fue que Dusk entró en la conversación y le contó rápidamente la solución que se les había ocurrido: Usar la magia de la armonía.

"Eso… ¡Eso puede funcionar!" Dijo Applejack recuperando su ánimo luego de escuchar el plan de Dusk. "Recuerdo cuando usamos los elementos de la armonía, ¡Se sentía como si todo fuera posible! ¡Definitivamente pueden curar a Rainbow Dash!"

"Bien, está decidido, ahora debemos buscar a Rarity y a Pinkie Pie lo antes posible para que-" Comenzó a decir Dusk emocionado, pero callándose repentinamente cuando su oreja detectó un sonido que ya había escuchado durante esa mañana.

Dusk se giró y vio que a lo lejos, venía una pequeña nube de polvo creada por un pequeño scooter que se acercaba rápidamente hasta el granero donde estaban.

"¡Es Scootaloo y las demás!" Gritó Dusk sorprendido, mirando a Rainbow Dash.

Entonces Dusk y Rainbow Dash hicieron lo mismo que hicieron en la casa de Fluttershy, y saltaron para esconderse detrás de unos fardos de heno. Justo en ese momento, llegaron las Cutie Mark Crusaders, quienes vieron a Applejack sola en el granero, que se había quedado confundida viendo hacia el fardo detrás del que habían saltado sus amigos.

"Fluttershy, ¿¡Por qué saltaste con nosotros!?" Susurró Dusk sorprendido al ver que no solo Rainbow Dash se había ocultado con él, sino también su tímida amiga.

"No lo sé… Todos lo hacían… Solo quería ser popular." Susurró Fluttershy con una tímida sonrisa avergonzada.

"¡Hola hermana!" Dijo Apple Bloom saludando a su hermana mayor.

"Hola chicas, ¿Qué las trae por aquí?" Dijo Applejack sonriendo, decidiendo ignorar por el momento el extraño comportamiento de sus amigos.

"Queríamos saber si has visto a Rainbow Dash hoy." Dijo Apple Bloom. "Fuimos hasta su casa, pero parece que no está allí, y entonces le dije a Scootaloo que ella a veces toma siestas en los árboles del huerto."

"¡Sí! ¡Es muy importante! ¡Debemos encontrarla!" Agregó Scootaloo ansiosa.

Applejack dudó un poco ante la pregunta de las pequeñas potrillas, luego miró de reojo al fardo y se quedó pensando por unos segundos. Ella podía adivinar que seguramente Rainbow Dash no quería ser vista con sus alas en tales condiciones, pero ella tampoco quería mentirle a las potrillas.

"No podrán encontrar a Rainbow Dash en su casa, ella se está quedando en la biblioteca con Dusk. Probablemente si van más tarde los encontrarán allí." Dijo Applejack encontrando la solución para no delatar a su amiga ni mentir al mismo tiempo, pensando que al menos le daría algo de tiempo a Rainbow Dash para prepararse antes de hablar con Scootaloo.

"Agh… ¡Nunca sabremos cómo consiguió Rainbow Dash su cutie mark…!" Dijo Scootaloo con una mezcla de pena y frustración. La pequeña pegaso naranja había pasado toda la mañana buscando a Rainbow Dash y había conducido su scooter por casi medio Ponyville y sus alrededores, lo que obviamente la estaba cansando, pero para ella todo esfuerzo valía la pena con tal de conseguir algo tan valioso como la historia de la cutie mark de Rainbow Dash.

"Oye hermana, ¿Podrías contarnos cómo obtuviste tu cutie mark?" Preguntó Apple Bloom emocionada, aprovechando la ocasión para preguntar por ese detalle que jamás se le había ocurrido preguntarle a su hermana.

"¿Jamás te he contado esa historia?" Dijo Applejack haciendo memoria y recordando que efectivamente jamás le había contado a su hermanita aquello. "Bueno, si quieren oírla…"

"Claro… Ya qué…" Murmuró Scootaloo resignada, mientras que Apple Bloom, Sweetie Belle, Fluttershy, Rainbow Dash y Dusk Shine ponían atención para escuchar el relato de Applejack.

"Era el quinto o sexto día más helado de toda mi vida…" Dijo Applejack fingiendo un escalofrío mientras recordaba aquel día, haciendo el mismo gesto que Fluttershy había hecho al contar su historia. "En esa época era tan solo una pequeña pony, más pequeña que ustedes. Un día, luego de ver algunas fotos de mis tíos Orange en la gran ciudad, decidí que no quería pasar toda mi vida en una polvorienta granja, quería intentar vivir una vida sofisticada, así que tomé mis cosas y viaje sola hasta Manehattan, la ciudad más cosmopolita de toda Equestria. En cuanto puse un casco en la gran ciudad, me di cuenta que los citadinos eran muy distintos a los ponies que había conocido hasta ese entonces, mucho más refinados y educados, pero también más fríos y despreocupados con los demás. Aún así, no perdí los ánimos y fui a la casa de mis tíos, quienes me recibieron cálidamente, alegres por mi visita y algo curiosos y divertidos por mi forma tan 'pintoresca' de hablar, caminar y de peinar. Lo primero que hicieron mis tíos fue enseñarme los modales que se usaban en la gran ciudad, además de enseñarme a hablar con propiedad y de arreglar mi forma de peinar y sonreír, todo para que pudiera encajar sin problemas en las elegantes fiestas a las que ellos asistían… Recuerdo la primera fiesta elegante a la que asistí, yo era como una nueva atracción para todos ellos, una pony de campo que se mudaba a la gran ciudad, por ello todos me hacían preguntas sobre qué me parecía la gran ciudad, yo por supuesto respondí con propiedad y elegancia, tal como me enseñaron mis tíos, pero en cuanto recordaba y hablaba sobre la granja, me era imposible evitar hablar como siempre lo hago y ser yo misma, lo que ponía nerviosos a mis tíos, y a mí. Tan preocupada quede ese día que no pude pegar un ojo en toda la noche, y me quede despierta hasta que salió el Sol aquella fría mañana. Fue ahí, viendo el amanecer desde la ventana de mi habitación, recordando los huertos, las comidas, las risas, a la abuela, mi hermano y a toda mi familia, que me puse a mirar en dirección a Ponyville mientras lloraba de nostalgia, ¡Y un ruido se escuchó a lo lejos, y el cielo se iluminó de naranja por un segundo! Entonces un arcoíris apareció en el cielo apuntando justo hacia Ponyville y la granja, ¡Y todo se hizo evidente! ¡Supe exactamente quién era y quien quería ser! Sin tomar nada ni despedirme de mis tíos, corrí y corrí hasta la estación de trenes con una gran sonrisa, y tomé el expreso a Ponyville. Al llegar y bajar en la estación, seguí corriendo hasta la granja, llorando de felicidad al ver a mi familia esperándome. Fue entonces que sentí un cosquilleo en mi flanco y esta belleza apareció." Terminó de contar Applejack, mostrado con orgullo su cutie mark.

"Aww… Qué bonita historia…" Dijo Sweetie Belle luego que Applejack terminara de hablar.

Ante el comentario de Sweetie Belle, Dusk y Fluttershy pensaron en que estaban totalmente de acuerdo. Al igual que la historia de Fluttershy, la historia de Applejack historia también era linda, pero en ese momento había otra cosa que también tenían en mente ellos dos: El color en el cielo… El ruido lejano… ¿Era común ver y escuchar eso al descubrir tu cutie mark?

"Ya lo había pensado cuando escuché la historia de Fluttershy…" Pensó Dusk recordando. "Algo similar pasó cuando yo obtuve mi cutie mark… Quizás sea algo normal, ya que nunca antes había escuchado las historias de otros ponies de cómo obtuvieron sus cutie mark, pero entonces… ¿Por qué nunca había leído nada así?"

"Muy bien, basta de historias cursis, ¡Hora de seguir buscando a Rainbow Dash!" Dijo Scootaloo apurada, empujando a sus dos amigas al carrito de su scooter.

Entonces las tres potrillas salieron velozmente en el scooter, tal como habían llegado. En cuanto se alejaron las potrillas, Dusk, Rainbow Dash y Fluttershy también salieron desde detrás de los fardos.

"Bien, nosotros también debemos partir." Dijo Dusk, nuevamente con una mirada de determinación al dar prioridad a su misión de ayudar a Rainbow Dash. "Hora de ir con Rarity."


Dusk y sus tres amigas llegaron rápidamente a la casa de Rarity, guiados la mayor parte del camino por Rainbow Dash, quien cada vez parecía más animada, ansiosa de poder usar los elementos de la armonía para volver a la normalidad lo antes posible.

Al llegar a la casa de Rarity, golpearon la puerta varias veces, pero tal parecía que no había nadie en casa.

"¡Ugh! ¿¡Dónde está Rarity cuando más la necesitas!?" Dijo Rainbow Dash, impaciente al ver que su amiga parecía no estar en casa. "Quizás debamos ir al Spa, o al Café, o quizás-"

"Tranquila…" Dijo Applejack poniendo su oreja en la puerta de la casa para poder escuchar mejor. "Parece que sí hay alguien adentro, se escucha ruido."

Entonces Applejack abrió con cuidado la puerta y todos entraron a la casa de Rarity, decidiendo que por la urgencia de la situación, entrarían sin permiso de su amiga, quien quizás simplemente no los había escuchado golpear la puerta.

Al entrar al salón principal, todos vieron hacia todos lados, verificando que efectivamente su amiga no se encontraba allí, entonces los cuatro ponies pusieron sus orejas en alerta al notar que había ruido en el segundo piso, en la habitación de Rarity, donde se escuchaban varias voces. Los cuatro ponies subieron lentamente las escaleras, un poco temerosos por haber entrado sin permiso a la casa de su amiga. Fue ahí que vieron la puerta de la habitación de su amiga entreabierta, y uno tras otro vieron con un ojo por la abertura que había para ver quiénes estaban allí. Dusk y Rainbow Dash casi se caen de espaldas al ver que allí estaban las autoproclamadas 'Cutie Mark Crusaders', las tres potrillas de las que se habían estado escondiendo todo el día, quienes estaban con unos vestidos a medio coser mientras Rarity ágilmente cosía los vestidos de las tres.

"¿Por qué están las chicas aquí? ¿Y por qué se están probando unos vestidos?" Susurró Dusk sorprendido y confundido.

"Alguien me puede repetir por qué estamos haciendo esto… ¡Cuando deberíamos estar buscando a Rainbow Dash!" Gritó repentinamente Scootaloo molesta, como si hubiera leído la mente de Dusk.

"Es un pequeño favor, ya se los compensaré." Respondió Rarity con una sonrisa. "Una clienta me pidió unos vestidos para su hija. Yo planeaba pedirle ayuda a Sweetie Belle, ¡Pero fue una verdadera suerte encontrarme con ustedes tres! ¡Así podré terminar más rápido!"

"Sí… una verdadera suerte…" Murmuró Scootaloo molesta, no solo porque su búsqueda de Rainbow Dash se había retrasado, sino también porque la habían obligado a ponerse un vestido.

"Vamos, no es tan malo." Agregó Sweetie Belle mirando con una sonrisa a su amiga pegaso, quien a diferencia de ella, disfrutaba mucho el usar vestidos, más si era para ayudar a su hermana. "Además, ahora también podemos aprovechar de preguntarle a mi hermana por su historia."

"¿Mi historia?" Preguntó Rarity sin entender a qué se refería su hermana.

"¡La historia de cómo obtuviste tu cutie mark!" Respondió Sweetie Belle emocionada.

"¡Oh! Bueno, no creo que saber cómo obtuve mi cutie mark les ayude a obtener las suyas, solo deben ser pacientes." Dijo Rarity sonriendo tiernamente, pero ante la expectante mirada de su hermanita, finalmente cedió. "Pero si tanto quieren saberlo… Lo recuerdo como si hubiera sido ayer, era casi invierno, el quinto o sexto día más helado de toda mi vida… El día anterior estábamos realizando el ensayo para una obra escolar, yo obviamente decidí participar tras bambalinas y hacer los vestuarios, desde temprana edad queriendo cumplir mi meta de ser una modista. Había estado trabajando por semanas para hacer los vestidos para la obra, y al finalizar ¡A todos les encantaron! A todos menos a mí… Yo sentía que podía hacerlo mejor, quería que mis compañeros brillaran en el escenario y que sus vestidos fueran únicos, pero por más que lo intenté, no se me ocurría nada para mejorarlos y darles ese 'je ne sais quoi'. Finalmente, el día antes del estreno, cuando había perdido toda esperanza, ¡La magia de mi cuerno se activó! Con una fuerza que jamás había tenido antes, y contra mi voluntad, mi cuerno me llevó fuera y lejos del pueblo, atraído como una abeja a la miel, durante toda la tarde y toda la noche de ese día. No tenía idea a dónde me llevaba mi cuerno, pero la magia de unicornio no sucede sin motivo, en el fondo sabía que tenía que ver con mi amor con la moda, incluso quizás con mi anhelada cutie mark, fuera cual fuera la razón, ¡Sabía que me llevaría a mi destino! Así que obviamente mi decepción fue mayúscula cuando finalmente, al amanecer del día siguiente, llegué a mi destino, una cantera, en donde había solo una enorme y fea roca… ¿¡Ese era mi destino!? ¿¡Ser una granjera de rocas!? ¿¡La profesión más aburrida del mundo!? ¡No podía ser posible! Pero fue entonces cuando escuché algo parecido a una explosión que me asustó, y el cielo por un segundo se iluminó de un azul profundo, ¡Y entonces sucedió! La enorme roca se partió en dos y reveló que por dentro estaba llena de los rubís, esmeraldas, zafiros y demás gemas más hermosas que había visto. En ese mismo instante lo supe, eso era lo que estaba buscando, eso era lo que le hacía falta a mis vestidos. Sin perder tiempo tomé esas gemas, corrí de vuelta al pueblo y di todo de mí para terminar los vestidos justo a tiempo antes de la presentación de esa noche. Al ver cómo el público aclamaba el espectáculo y miraba maravillado los vestidos, mi corazón saltó de felicidad y una luz apareció en mi costado… era mi cutie mark que finalmente apareció."

"¡Otra linda historia!" Dijo Sweetie Belle feliz de conocer la historia de la cutie mark de su hermana.

"¡A mí también me gustó! Creo que se parece un poco a la de mi hermana." Dijo Apple Bloom sonriendo

En ese instante, tras el fardo de heno, no solo Apple Bloom tenía ese pensamiento, sino también Dusk, Rainbow Dash, Applejack y Fluttershy, quienes también habían escuchado atentos la linda historia de Rarity, y también se sorprendieron un poco ante algunas pocas pero evidentes similitudes entre la historia de Rarity y las demás historias.

"¿Es normal ver colores en el cielo cuando obtienes tu cutie mark?" Susurró Applejack, mirando a Dusk.

"N… No lo sé…" Respondió Dusk, pensando en quizás sería interesante estudiar a futuro un tema tan olvidado como lo eran las cutie marks, siempre que no se tratara de su propia cutie mark.

"Sí, sí, muy linda historia… ¡Pero eso de qué nos ayuda!" Dijo repentinamente Scootaloo molesta, justo cuando Rarity le sacaba el vestido que llevaba puesto, dado que ya había terminado de marcar las costuras. "¡Ninguna de esas historias cursis nos están acercando a obtener nuestras cutie marks! Todas son sobre descubrir quién eres en realidad y cosas así de aburridas."

"Así es Scootaloo, eso es exactamente lo que-" Dijo Rarity con una sonrisa, dándose cuenta que, aunque no se hubiera dado cuenta, Scootaloo finalmente había dado en el clavo. Sin embargo se detuvo al ser interrumpida.

"¡Vamos Crusaders! Necesitamos acción, ¡Necesitamos encontrar a Rainbow Dash!" Dijo Scootaloo sin siquiera escuchar a Rarity, solo pensando en Rainbow Dash mientras empujaba a sus dos amigas para salir pronto de allí.

Al escuchar que las pequeñas potrillas se acercaban a la puerta, Dusk y sus amigas dieron un salto asustados y bajaron corriendo las escaleras. Al llegar al primer piso, las tres yeguas se escondieron tras una cortina, pero no había más lugar para ocultar a Dusk, así que el potro abrió rápidamente un pequeño armario y se ocultó allí, justo antes que las pequeñas potrillas bajaran corriendo las escaleras y salieran corriendo de la casa de Rarity.

"¡Sweetie Belle! ¡Niñas! ¡No corran en la casa!" Dijo Rarity bajando las escaleras, demasiado tarde para que su grito alcanzara a su pequeña hermana, quien ya había salido corriendo de la casa. "¡Hmpf! Esa potrilla…"

Repentinamente Rarity miró asustada hacia el closet que estaba a su lado al escuchar un ruido. Entonces ella dio un salto asustada cuando de repente la puerta se abrió y de ella salió Dusk, quien cayó a las patas de esta junto a un vestido que se quedó atorados en el cuerpo de Dusk debido a lo rápido que había entrado al closet. Entonces Dusk se quedó viendo a Rarity con una tonta cara de culpa.

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"Dusk… ¿Acabas de salir del closet?" Preguntó Rarity con una falsa cara de duda mientras se aguantaba su risa al ver a Dusk y el vestido que había sobre él.

"Sí, yo… ¡No! ¡Por supuesto que no!" Dijo Dusk sonrojándose luego de notar la broma de doble sentido de su amiga, sacándose rápidamente el vestido que tenía encima.

"¿Qué hacías escondido allí?" Preguntó Rarity, esta vez más seria.

Antes que Dusk respondiera, Applejack, Fluttershy y Rainbow Dash salieron desde detrás de la cortina que las ocultaba. Entonces Rainbow Dash, por tercera vez ese día, tuvo que explicar todo lo sucedido, empezando por decir la verdad sobre la condición de sus alas. Al escucharlo, Rarity se tapó su boca con espanto y sus lágrimas empezaron a brotar al pensar en que su amiga había perdido lo más valioso para ella.

"¡Ya basta! ¡Por favor no llores! Tenemos la solución." Dijo rápidamente Rainbow Dash levantando un casco y desviando la mirada, ya que sentía una mezcla de culpa y pena al ver llorar a sus amigas por su culpa luego de ocultarles la verdad.

"Sniff… ¿Tienes un plan?" Preguntó Rarity secándose rápidamente sus lágrimas.

"¡Los elementos de la armonía!" Dijo Rainbow Dash con una gran sonrisa.

"¿Los elementos…?" Repitió Rarity, quien entonces entendió a qué se refería su amiga y el plan que tenían. "¡Sí! ¡Es brillante! ¡Eso tiene que funcionar!"

"Estoy seguro que lo hará, todos sentimos su poder." Dijo Dusk con una tranquila sonrisa, poniendo su casco sobre el hombro de Rainbow Dash.

Entonces las demás yeguas también se acercaron e hicieron el mismo gesto de Dusk, sonriéndole a Rainbow Dash, jurándose a sí mismas que harían hasta lo imposible para ayudar a su amiga, mientras Rainbow Dash por un segundo, por primera vez desde que a Dusk se le había ocurrido ese plan, dejó de pensar en ella misma y en sus alas, y solo sonrió con gratitud, pensando solo en lo afortunada que era de tener tan grandes amigos.

# Fin del capítulo 40