Capítulo 41 – Una sola larga historia
Ese día había comenzado solamente con Dusk y Rainbow Dash saliendo desde la biblioteca, pero a medida que el día había avanzado, el grupo había ido creciendo. Ahora a Dusk y Rainbow se les habían sumado Fluttershy, Applejack y Rarity, y lo que había comenzado como solo una loca idea de Dusk para lograr que Fluttershy participara en la competencia de Cludsdale en lugar de Rainbow Dash, había mutado en algo mucho más importante, una búsqueda para ayudar a uno de los suyos, para salvar a Rainbow Dash del cruel destino, el cual había elegido quitarle lo más preciado que tenía, su preciada habilidad para volar.
Luego de haber reclutado a Rarity en su búsqueda y de haberle informado de todos sus planes, Dusk y sus amigas habían salido de Carrusel Boutique para seguir con su búsqueda.
"Ahora solo nos falta encontrar a Pinkie Pie, pero… eso puede ser más difícil de lo que parece…" Pensó Dusk con una mirada de duda.
"¿¡Qué esperas!? ¿¡No deberíamos ir corriendo a Sugarcube Corner!?" Preguntó Rainbow Dash, cada vez más ansiosa, queriendo cuanto antes poder usar la magia de la armonía para arreglar sus alas.
"No creo que esté allí. Hoy era su día libre, y ayer me dijo que hoy llevaría a Gummy al lago, a un retiro espiritual." Dijo Fluttershy con una cara pensativa.
"A mí me dijo que iría con Daisy y las demás florista a conseguir flores raras a los prados." Dijo Rarity recordando lo que Pinkie le había dicho el día anterior.
"Yo escuché que ayudaría a Bulk Biceps a cargar su equipo de ejercicios." Agregó Applejack confundida.
"¿¡QUÉ!?" Gritó Rainbow Dash impaciente, mientras Dusk mantenía su cara pensativa.
Ese era precisamente el problema que Dusk había anticipado en la búsqueda de Pinkie Pie. La verdad era que su rosada amiga era imprevisible, principalmente en sus días libres, y además de eso, ella era amiga de todos en el pueblo, por lo que ella podía estar haciendo cualquier cosa con cualquiera en ese preciso momento.
"¿Ahora qué? Podríamos ir a Sugarcube Corner y esperar a que Pinkie Pie vuelva, pero Rainbow Dash está muy ansiosa, y no quiero defraudarla. ¡Al igual que ella, quiero ayudarla y arreglar esto lo antes posible!" Pensó Dusk, analizando otras opciones. "Quizás en vez de ir por Pinkie, podríamos ir primero por los elementos…"
Entonces Dusk levantó repentinamente su cabeza con una mirada asustada.
"¡Debemos ir a la biblioteca!" Dijo Dusk hablando más consigo mismo que con sus amigas, y entonces súbitamente comenzó a correr en dirección a la biblioteca.
Al ver a Dusk correr, las yeguas se miraron entre sí sin entender, pero rápidamente hicieron lo mismo que Dusk y lo siguieron.
"¿Sucede algo malo?" Preguntó Rainbow Dash una vez alcanzó a Dusk, corriendo a su lado.
"Applejack les dijo a Scootaloo y las demás que tú te estabas quedando conmigo en la biblioteca. Es por eso que ellas iban hacia allá antes que Rarity las interceptara." Respondió Dusk mientras seguía corriendo. "Significa que cuando vayamos a buscar los elementos a la biblioteca, ¡Nos encontraremos con las chicas!"
Cuando Dusk terminó de hablar, Rainbow Dash la miró confundida por un segundo, hasta que se dio cuenta de lo que quería decir Dusk con eso, y entonces ella comenzó a correr más rápido. Si ellos llegaban después que las chicas a la biblioteca, significaría que se encontrarían con ellas, y si eso pasaba, ellas insistirían en saber sobre su cutie mark, algo que Rainbow Dash quería evitar contar a toda costa, al igual que Dusk Shine.
Aunque Rainbow Dash aceleró el paso para llegar pronto a la biblioteca, sabía que en realidad habían muy pocas probabilidades de llegar antes que las tres potrillas a la biblioteca, después de todo, Scootaloo y sus amigas habían salido de Carrusel Boutique antes que Dusk y las demás, además ellos habían tenido que explicarle a Rarity toda la situación antes de partir, lo que les había quitado aún más tiempo. Lo más seguro era que las potrillas estarían pacientemente esperándolos en la puerta de la biblioteca…
El pensamiento de Rainbow Dash se detuvo cuando tuvo que frenar bruscamente cuando dobló una esquina en la calle y vio justamente a quien temía, a las tres potrillas, quienes estaban de espaldas y no la habían visto. Junto con Rainbow Dash, Dusk y las demás yeguas también pararon en seco y retrocedieron para ocultarse tras la esquina de la casa que acababan de pasar, justo cuando Scootaloo se daba vuelta al creer escuchar un ruido.
"¿Por qué nos escondemos?" Preguntó Rarity, susurrando confundida, quien solo hizo lo que los demás hicieron.
Ante la pregunta de Rarity, Applejack y Fluttershy solo se encogieron de hombros, ya que ellas también habían hecho lo mismo, al igual que como habían hecho en Carrusel Boutique, solo copiando inconscientemente lo que Dusk y Rainbow Dash hacían.
"¿¡Qué hacen ellas aquí!?" Susurró Rainbow Dash asustada al ver que las tres potrillas estaban en medio de la calle y no en la biblioteca como ellos esperaban.
Entonces Dusk y sus amigas se asomaron cuidadosamente tras la esquina y vieron que Apple Bloom, Sweetie Belle y Scootaloo estaban escuchando con cara de aburrimiento, en especial esta última, a la Señora Alcaldesa, quien parecía estar contándoles animadamente una historia de su pasado. No muy lejos de ahí, se visualizaba la biblioteca, que era justamente el destino de todos. Tal parecía que las potrillas habían estado a punto de llegar a la biblioteca pero habían sido distraídas por la alcaldesa.
"¡Es una suerte! ¡Aún no llegan a la biblioteca!" Dijo Rainbow Dash emocionada.
"Y nosotros tampoco, y no podemos pasar por enfrente de ellas… Deberíamos dar la vuelta y rodear para que no nos vean." Dijo Dusk pensativo, con un casco en su mentón. "Siempre y cuando la alcaldesa las distraiga lo suficiente, no habrá problema. Una vez dentro, tomaremos rápidamente los elementos e iremos en busca de Pinkie Pie."
"¿Dónde estará Pinkie Pie?" Preguntó Fluttershy pensando en voz alta.
"Podría estar durmiendo en su cama o podría estar escalando una montaña disfrazada de payaso… ¡Con Pinkie Pie las posibilidades son infinitas!" Agregó Rarity tapándose su cara de frustración.
"¡Ugh…! ¡Pinkie Pie! ¡Pinkie Pie! ¡Pinkie Pie! ¿¡Dónde te has metido!?" Repitió Rainbow Dash irritada, sacudiéndose su melena con sus cascos, solo deseando que su loca amiga apareciera para poder sanar lo antes posible sus alas.
"¡Buu! ¿Me llamaron?" Dijo repentinamente la alegre y aguda voz de Pinkie Pie, apareciendo tan repentinamente detrás de todos que hizo que todos dieran un salto de sobresalto.
"¡Pinkie Pie! ¿¡Dónde estabas!? ¿¡Cómo es que apareciste de la nada!?" Preguntó Dusk sorprendido pero alegre de ver a su amiga.
"Bueno, ustedes me llamaron. Dijeron mi nombre." Dijo Pinkie Pie encogiéndose de hombros.
"¿Viniste porque escuchaste que dijimos tu nombre?" Preguntó Applejack confundida.
"¡Porque dijeron mi nombre tres veces!" Dijo Pinkie Pie con una enorme sonrisa, mostrando que llevaba puestas unas extrañas medias en sus patas, con franjas de color blanco y negro. "Pinkie Pie, Pinkie Pie, Pinkie Pie. ¡Ustedes me invocaron! ¡Jajaja!" Agregó Pinkie mientras se reía a carcajadas en el suelo.
Al ver a Pinkie Pie riéndose a más no poder, sin ninguna razón más que la de decir que habían dicho su nombre tres veces y que ella había aparecido con esas extrañas medias, lo demás ponies se miraron entre sí con miradas confundidas.
"No lo entiendo ¿Es algún tipo de referencia? ¿Qué es tan gracioso?" Preguntó Dusk confundido.
"Hehe… No lo entenderías." Respondió Pinkie Pie, repentinamente dejando de reír, solo con una pequeña sonrisa, y sosteniendo una paletita en su casco como si fuera un cigarrillo.
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"¡Ya basta de locuras!" Dijo Rainbow Dash irritada, luego mirando inquieta a Dusk. "¡Ahora estamos los seis! ¡Solo necesitamos buscar los elementos de la armonía y estaré sanada!"
Dusk se sorprendió un poco al ver lo ansiosa que estaba Rainbow Dash, pero era totalmente entendible dada su situación. Entonces Dusk se asomó de reojo para ver a las tres potrillas, que justamente parecían estar despidiéndose de la alcaldesa, luego él se giró nuevamente y volvió a ver a sus amigas.
"Pinkie Pie, necesito que distraigas a Scootaloo y sus amigas." Dijo Dusk mirando seriamente a Pinkie Pie. "Solo distráelas unos minutos para que nosotros podamos rodearlas y llegar a la biblioteca. Una vez tomemos los elementos, nos reuniremos todos en Sugarcube Corner."
Pinkie Pie miró un segundo a Dusk, luego miró de reojo las alas de Rainbow Dash, que seguían caídas desde que las vio el día anterior, y entonces su intuición le hizo entender que lo que le pedían debía de ser algo importante.
"¡Okie-dokey-lokey!" Dijo Pinkie Pie, con una gran sonrisa pero con una mirada de determinación, saludando a Dusk como si estuvieran en el ejército y se le hubiera encargado una gran misión.
En tanto, las Cutie Mark Crusaders suspiraban aliviadas luego que finalmente la alcaldesa se alejara de ellas.
"Phew… Al fin terminó su historia…" Dijo Sweetie Belle, suspirando cansada.
"¡Qué es esto! ¿¡Ahora todos quieren contarnos sus historias de cómo obtuvieron sus cutie marks!?" Gritó Scootaloo molesta.
Desde que las tres potrillas habían salido de la casa de Rarity, lideradas por Scootaloo, habían salido a toda velocidad hacia la biblioteca. Lo único que la pequeña pegaso tenía en mente era encontrar a Rainbow Dash, ella estaba ansiosa por escuchar la historia de la cutie mark de su ídolo, segura de que sería la historia más genial que pudiera existir. Sin embargo, tan solo al adentrarse en el pueblo para cruzarlo, se habían topado ya con tres ponies que justamente parecían interesados en hablar sobre sus cutie marks, y cuando estaban a punto de llegar a la biblioteca, nuevamente ocurrió lo mismo con la alcaldesa de Ponyville, ¡Era como si el destino no quisiera que Scootaloo encontrara a Rainbow Dash!
"¡Ya basta! ¡No más historias! No escucharemos más historias, solo la de Rainbow Dash." Agregó finalmente Scootaloo con una mirada irritada, apuntando su scooter hacia la biblioteca, lista para finalmente llegar a su objetivo, determinada a que nada en el mundo la distraería.
"¡Hola-Hola!" Saludó repentinamente Pinkie Pie, apareciendo justo en frente de las potrillas cuando se disponían a reanudar su carrera.
"Ho… Hola Pinkie Pie." Saludó Apple Bloom, sorprendida al igual que sus amigas por la repentina aparición de Pinkie Pie.
"¿Qué hacen?" Preguntó Pinkie Pie con una gran sonrisa, acercando su rostro mucho hacia las caras de las potrillas.
"Íbamos a la biblioteca para que Rainbow Dash nos contara cómo obtuvo su cutie ma-" Respondió Sweetie Belle, sin alcanzar a terminar su frase dado que Scootaloo le puso los cascos en la boca para callarla.
Así mismo había sucedido con los ponies que se habían encontrado en el camino, cuando les habían dicho lo que buscaban, todos parecían ansiosos de contar sobre sus propias historias de cutie mark, y ahora, sin darse cuenta, Sweetie Belle había cometido el mismo error.
"Oh… Quieren saber sobre cutie marks." Dijo Pinkie Pie con una mirada pensativa y luego mirándolas con una gran sonrisa. "¡Entonces les contaré cómo obtuve mi cutie mark! Era un día de invierno, el-"
"Eh, Pinkie Pie, creo que no es necesario-" Interrumpió Scootaloo con una mirada de súplica.
"Era el quinto o sexto día más helado de toda mi vida…" Continuó hablando Pinkie Pie, como si no hubiera escuchado a Scootaloo. Entonces la pequeña potrilla golpeó su cara con su casco, resignada a tener que escuchar la historia de Pinkie Pie, ya que sabía que hacer callar a Pinkie Pie era casi imposible.
Por otra parte, Dusk y sus amigas habían visto cómo Pinkie Pie había ido hacia donde estaban las tres potrillas y había logrado detenerlas. Entonces ellos se dispusieron a dar el rodeo para llegar a la biblioteca, pero en cuanto escucharon que Pinkie Pie contaría cómo obtuvo su cutie mark, la curiosidad los invadió y todos asomaron sus orejas desde la esquina en donde estaban para escuchar esa importante parte del pasado de su querida amiga.
"Ese día, como todos los días, mis hermanas y yo estábamos recolectando rocas en la granja de rocas de nuestra familia. Mi padre nos llamó a desayunar y mis hermanas entraron a la casa, pero es día yo me quedé inmóvil, con una extraña sensación de tristeza y soledad. Todos los días trabajando en el campo, sin hablar, sin reír, solo… rocas, ¿Eso era todo en la vida? ¿Acaso no había algo más? No podía dejar de pensar en eso ¡Hasta que de repente escuché una fuerte explosión y el cielo se iluminó de amarillo por un segundo! No sé qué habrá sido aquello, pero hizo que todo mi cuerpo se estremeciera, como si un rayo me hubiera golpeado, mi melena se erizó y mi corazón latió a mil por segundo, como si hubiera corrido una maratón. ¡Y entonces lo vi! Lo más hermoso que había visto jamás, un gran arcoíris que cruzaba el cielo… ¡Yo jamás había visto uno! En ese preciso instante sentí una alegría que jamás había sentido y comencé a reír y sonreír como nunca lo había hecho, sin una razón aparente, solo por la feliz sensación que sentía dentro de mí. Estuve así hasta que el arcoíris desapareció, y fue entonces que algo nació en mí, ¡Yo quería revivir ese momento! En particular, ese feliz sentimiento, no solo para mí, ¡Sino que quería compartirlo con toda mi familia! ¿Pero cómo? Los arcoíris no se ven tan seguido, y me pregunté ¿Qué otra cosa puede crear sonrisas? Entonces corrí fuera de la granja para buscar lo que necesitaba. Más tarde ese día toda mi familia salió a buscarme, ya que me ausenté durante todo el día. Ya comenzaban a ponerse nerviosos hasta que escucharon el ruido que yo estaba haciendo en uno de los silos, entonces entraron y les grité '¡Sorpresa!'. Toda esa mañana junté globos, confeti, pastel y serpentinas para hacerles una gran fiesta a mis padres y hermanas, ¡Todo para que ellos también pudieran sonreír! En cuanto ellos vieron lo que había hecho, ellos miraron nerviosos lo que sucedía, por un segundo ellos creyeron…" En ese instante Pinkie Pie dejó de sonreír al recordar algo, pero entonces recordó que estaba frente a las pequeñas potrillas y volvió a sonreír. "¡Ellos no podían creer lo que vieron! Justo cuando yo pensaba que no les había gustado, las sonrisas finalmente llegaron a sus rostros, y todos juntos bailamos y reímos como familia. ¡Esa era la sensación que había querido compartirles! Y en ese instante lo supe, no solo quería que mi familia compartiera esa alegría, ¡Yo también quería compartirla con todo el mundo! ¡Y fue entonces que apareció mi linda cutie mark!"
"Wow… ¿Trabajabas en una granja de rocas?" Preguntó Apple Bloom sorprendida, pues definitivamente era sorpresivo saber que la pony más alegre del mundo provenía de una familia que realizaba probablemente el trabajo más aburrido de toda Equestria.
"Creo que eso lo hizo más lindo y significativo." Dijo Sweetie Belle sonriendo.
"Oigan… esa historia fue muy linda y todo pero… creo que se parece un poco a la mía." Dijo Rarity a sus amigos, desde la esquina de la casa desde donde se escondían.
"No solo la tuya. Si te refieres al ruido o al daltonismo óptico momentáneo, parece que es una reacción natural del cuerpo cuando va a obtener su cutie mark… En verdad es fascinante." Dijo Dusk con un casco en su mentón mientras decía en voz alta los primeros alcances de una nueva teoría que estaba formulando.
Durante ese día, Dusk ya había escuchado cuatro historias detalladas de obtención de cutie marks, y las cuatro historias tenían varios puntos en común. Cuatro coincidencias ya podían ser consideradas una tendencia matemática, esto era algo que se podía estudiar más a fondo, teorizar y crear un modelo. Y lo mejor de todo es que no habían muchos estudios en la actualidad que se enfocaran en las cutie marks, ya que se consideraba un tema infantil y poco práctico para estudiar, ya que ni siquiera la magia unicornio podía explicar su aparición. ¡Definitivamente este tema era digno de estudio! Y Dusk ya comenzaba a formular sus primeras hipótesis.
"¡Ups! Ya se me hizo tarde, quede de juntarme con Dusk y las chicas en Sugarcube Corner." Dijo Pinkie Pie repentinamente, recordando lo que le había dicho Dusk que hiciera luego de distraer a las potrillas.
"¿¡Rainbow Dash está con Dusk!?" Preguntó rápidamente Scootaloo, casi en un grito.
"Sí, creo que… Oh-oh." Dijo Pinkie Pie, tapándose la boca luego de darse cuenta que había hablado más de la cuenta.
"¡Bien! ¡A la carga Crusaders!" Dijo Scootaloo rápidamente, montando nuevamente su scooter.
Entonces Sweetie Belle y Apple Bloom se subieron rápidamente al carrito del scooter, y las tres potrillas se dieron la vuelta y salieron conduciendo velozmente en dirección opuesta a la biblioteca.
"¡Esperen!" Gritó Pinkie Pie intentando detenerlas en vano. Dando algunos pasos pero deteniéndose en la esquina al ver que el scooter de Scootaloo ya se había alejado bastante.
"¿Ya se fueron?" Preguntó repentinamente Dusk, apareciendo desde detrás de unos barriles junto a sus amigas, lo que hizo saltar a Pinkie Pie de la sorpresa, algo que le dio mucha satisfacción a todos, dado que ella siempre les hacía lo mismo.
"¿¡Eh!? ¿Aún siguen aquí?" Preguntó Pinkie Pie confundida.
"Sí, terminamos escuchando tu historia, y cuando Scootaloo y las demás se dieron la vuelta y vinieron hacia acá, saltamos detrás de los barriles para ocultarnos." Respondió Rainbow Dash mirando a los barriles y luego mirando seriamente hacia la biblioteca. "¡Ahora basta de hablar! ¡Tenemos unas alas que sanar!"
Dusk y sus amigas entraron rápidamente a la biblioteca, esperando tener el tiempo suficiente para poder usar la magia de los elementos de la armonía y ayudar a Rainbow Dash antes que volvieran las tres potrillas.
En cuanto todos entraron, Spike, quien estaba en el salón principal, se sorprendió de ver a Dusk y a sus amigas entrar tan apuradas allí.
"¿Por qué tanta prisa?" Preguntó Spike confundido.
"¡No hay tiempo para explicar!" Respondió rápidamente Rainbow Dash, sin siquiera detenerse a mirar a Spike, solo corriendo ansiosa hacia las escaleras, ya sin poder aguantar más para poder volver a la normalidad.
"Lo siento querido, creo que Rainbow Dash está algo ansiosa." Dijo Rarity saludando a Spike, al igual que las demás yeguas, disculpándose por la falta de modales de Rainbow Dash.
"¿¡Qué esperan!? ¡Suban!" Gritó Rainbow Dash molesta desde el segundo piso.
"¡Ya vamos!" Gritó Dusk en respuesta, luego girándose para mirar a Spike. "Por cierto, si ves a Scootaloo, Apple Bloom o a Sweetie Belle, diles que ni yo ni las chicas estamos aquí por el momento."
Entonces Dusk y las chicas subieron las escaleras, dejando a Spike rascándose la cabeza, sin entender nada de lo que sucedía.
"Rainbow Dash, fuiste muy maleducada con Spike." Dijo Rarity un poco molesta, una vez subió y se encontró con la pegaso celeste. "Sé que estás ansiosa y todo, pero ni siquiera lo saludaste."
"¿Yo qué…? ¡Oh! Yo… lo siento, no me di cuenta." Respondió Rainbow Dash, finalmente saliendo de su leve estado de desesperación, dándose cuenta de su error, calmándose un poco. "Es… Es solo que no puedo pensar en otra cosa… ¡Esto tiene que funcionar! Yo… ¡Yo quiero volver a la normalidad!"
"Tranquila, todo saldrá bien." Dijo Applejack con una voz suave, poniendo un casco en el hombro de su amiga para ayudar a calmarla.
"Sí, todo saldrá bien. Ahora, ¡Atrás!" Dijo Dusk poniendo una mirada seria y apuntando su cuerno hacia su cama. "Ahora verán mi mejor truco."
En ese instante la magia de Dusk se activó y desde debajo de la cama salió levitando un pequeño cofre, que voló lentamente hasta quedar flotando frente a Dusk.
"Ese cofre… ¿Ahí guardas los elementos de la armonía?" Preguntó Rarity confundida. "¿Tu gran truco es guardarlos en un cofre bajo tu cama?"
"Ese no es el truco. Mira." Dijo Dusk levitando el cofre cerca de los ojos de sus amigas, para que vieran la particularidad de ese cofre. "No tiene cerraduras. Lo encanté para que solo se abriera con una frase secreta."
Luego Dusk volvió a acercar el cofre hasta él, lo levitó cerca de su boca, y susurró unas pocas palabras. Entonces el cofre se abrió, revelando el brillo de las preciosas y especiales gemas que representaban los elementos de la armonía, con las formas de las cutie marks de los seis ponies allí presentes.
"No tener que confiar en una llave y una cerradura es un avance importantísimo para la magia. ¡Es una idea de un millón de monedas! Creo que la patentaré" Dijo Dusk con sus ojos cerrados, sonriendo de orgullo mientras levitaba el cofre cerca de sus amigas para que vieran el cofre, ahora abierto. "Es un código tan difícil que nadie jamás podría-"
"Falta una." Dijo repentinamente Pinkie Pie, interrumpiendo a Dusk.
"¿Eh?" Dijo Dusk confundido, creyendo oír mal.
"Falta un elemento de la armonía, el tuyo." Respondió Fluttershy con una mirada preocupada, inclinando el cofre para que Dusk pudiera verlo.
Dusk se acercó rápidamente al cofre y lo miró meticulosamente de esquina a equina. Dentro del cofre estaban los collares con los elementos de la bondad, risa, honestidad, lealtad y generosidad, pero la corona, con el elemento de la magia, no estaba.
"¡Es imposible! ¡Nadie más que yo sabe el código ultra secreto para abrir el cofre!" Dijo Dusk aterrado, pensando en la terrible posibilidad de haber perdido algo tan valioso. "Quizás algún espía o algún ladrón… ¡Debo preguntarle a Spike si ha visto a alguien sospechoso!"
Entonces Dusk corrió hacia las escaleras y bajó velozmente, aterrado ante la idea de que algún poderoso unicornio hubiera logrado superar su magia y traspasar su supuesto sistema de seguridad invulnerable. Además, Dusk aún no sabía que le aterraba más, si haber perdido uno de los elementos mágicos más poderosos del mundo, o enfrentarse a la princesa para decirle que lo había perdido.
"¡Spike! ¡Es una emergencia! Has visto a alguien sospechoso que-" Dijo Dusk, gritando una vez bajó al primer piso, pero en cuanto dobló por el pasillo para buscar a Spike en el salón principal, Dusk se paralizó al ver que su pequeño hermano no estaba solo. Allí estaban Scootaloo, Sweetie Belle y Apple Bloom, que se quedaron tan sorprendidas al ver a Dusk como él lo estaba de verlas a ellas allí.
"Lo siento, no pude detenerlas…" Dijo Spike con una mirada de pena, luego que las potrillas hubieran entrado a la biblioteca a pesar que Spike les insistió que Dusk y las chicas no estaban allí.
"¡Dusk sí estaba aquí! Spike nos mintió." Dijo Apple Bloom mirando indignada a Spike.
"Ven, se los dije, un mentiroso reconoce a otro mentiroso." Dijo Sweetie Belle estirando un casco para presionar la nariz de Spike y burlarse del pequeño dragón.
"¡Dusk! ¿¡Has visto a Rainbow Dash!? ¡Es urgente que la veamos! ¡Necesitamos preguntarle algo muy importante!" Dijo Scootaloo acercándose a Dusk y mirándolo con unos enormes ojos suplicantes, cosa que repitieron Apple Bloom y Sweetie Belle, sabiendo que Dusk era débil a las inocentes miradas de cachorrito regañado.
"Yo… Yo creo que no la he visto en todo el día, jeje…" Respondió Dusk desviando la mirada nervioso.
Justo en ese instante se escucharon unos ruidos venir desde el segundo piso, haciendo que las miradas de las tres potrillas se dirigieran hacia las escaleras, lo que a su vez hizo que Dusk se pusiera a transpirar nervioso mientras también miraba hacia las escaleras.
"¡Vamos Crusaders! ¡Quizás sea Rainbow Dash!" Dijo Scootaloo ansiosa, apartándose del frente de Dusk para ir hacia las escaleras.
"¡No! D-Debe ser otra cosa…" Dijo Dusk en vano mientras las potrillas lo ignoraban e iban hacia las escaleras.
No había forma que Dusk lograra convencer a las potrillas de subir, él sabía mejor que nadie lo terca que ellas podían ser cuando una idea se les metía en la cabeza. Ellas irían y encontrarían a Rainbow Dash, quien no solo no quería contar la historia de su cutie mark, sino que además no quería que la pequeña Scootaloo la viera con sus alas en mal estado. Definitivamente sería un desastre para Rainbow Dash si las potrillas la encontraban, ella apenas ayer había logrado superar su depresión por perder sus alas, ella le había dicho a él que aún no estaba lista para enfrentarse a Scootaloo. ¡Él necesitaba hacer algo! Dusk necesitaba salvar a Rainbow Dash a cualquier costo, inclusive si significaba sacrificarse a sí mismo.
"Chicas… ¿Les gustaría saber cómo obtuve mi cutie mark?" Dijo Dusk un tanto nervioso luego haber tomado su decisión.
Las tres potrillas, que justo habían pisado el primer escalón de la escalera para subir, se detuvieron ante la pregunta de Dusk. Aquel potro lavanda las había ayudado mucho en el pasado, de hecho, si no hubiera sido por él y sus consejos, ellas nunca se hubieran reunido ni hubieran tenido el valor para formar su pequeño grupo. La verdad era que las tres, desde distintos puntos de vista, sentían admiración por Dusk.
Apple Bloom se giró para saber más sobre el pasado de su futuro cuñado; Sweetie Belle se giró para saber más sobre el pasado de su futuro novio, o el de su hermana, ella aún no lo decidía; en tanto que la última en girarse fue Scootaloo, quien aún estando casi segura que Rainbow Dash estaba arriba en el segundo piso, decidió que valía la pena escuchar la historia de la cutie mark de quien, para ella, era el segundo pony más genial que conocía.
"Huh… No es una historia que me guste mucho contar, pero aquí va." Dijo Dusk suspirando resignado.
"¡Bien! ¡No más historias cursis!" Dijo Scootaloo con emoción.
"Mi interés por la magia nació el día que fui a la Celebración del Sol de Verano en Canterlot. Allí, con mis propios ojos, vi como la princesa Celestia se elevaba majestuosamente mientras con su poderosa magia invocaba al Sol para que apareciera tras las montañas, dando inicio al nuevo verano. Fue lo más maravillosos que había visto en mi vida…" Dijo Dusk recordando con una sonrisa. "Desde ese día no pude dejar de pensar en la magia, así que comencé a leer y estudiar cada libro de magia que veía, practicaba día y noche, y aunque en mis primeros intentos tengo que admitir que mi magia apestaba, con el tiempo logré aprender a usarla correctamente, incluso llegando a ser un poco más hábil que los demás potrillos de mi edad. Al ver mi entusiasmo por la magia, mis padres usaron todas sus influencias para lograr que yo pudiera tener una entrevista para entrar a la prestigiosa escuela de magia de Canterlot."
"Recuerdo bien ese día, era el quinto o sexto día más helado de toda mi vida… Habían decenas sino cientos de potrillos venidos de todas partes del reino para intentar entrar en esa escuela ¡Y mi turno era casi el último! Así pasaron las horas hasta que finalmente entré y me paré frente a los evaluadores. Estaba tan nervios que apenas podía moverme, temblaba de cola a cabeza sin parar, pero entonces pensé en mi familia y en su apoyo, no podía decepcionarlos, así que me concentré y comencé a usar mi magia. Estaba tan determinado a no dejar pasar esa oportunidad que usé mis mejores hechizos, hechizos que difícilmente un potrillo de mi edad podía hacer, y todos salieron a la perfección. Sin embargo, ninguno de los evaluadores hizo siquiera un gesto de aprobación, ellos solo se reunieron, conversaron entre ellos y dijeron que tenían un último desafío para mí, fue entonces que trajeron un enorme huevo lila con puntos morados y verdes, un huevo de dragón."
"¡Wooow! ¡Un dragón! ¡Esto ya se puso bueno!" Dijo Scootaloo asombrada, ya emocionada con la sola mención de un dragón en la historia.
"En ese entonces no lo sabía, pero aquello era una trampa." Dijo Dusk continuando con su historia. "Ningún unicornio adulto común, ni mucho menos un potrillo, podía lograr abrir un huevo de dragón con su magia. Lo que en verdad querían hacer los evaluadores, era tener una excusa para no aceptarme. A lo largo del día ellos ya habían aceptado a los potrillos que entrarían a la escuela, solo los hijos de nobles o de familias ricas que pudieran convencer de otra forma a los jueces, para el resto de los ponies comunes, entrar a aquella escuela de elite era un sueño, que los mismos evaluadores se encargaban de destruir."
"Al ver aquel huevo, pensé que lo que me pedían era imposible, pero en cuanto lo toqué, sentí algo extraño, como si aquel huevo me llamara, como si deseara que yo lo abriera. Entonces puse todo mi esfuerzo en intentar abrir aquel huevo, pero mientras más lo intentaba, más me daba cuenta de lo imposible que era, y comencé a desesperarme, a darme cuenta que todo había sido mi imaginación, que no existía ningún vínculo mágico entre aquel huevo y yo, y fue así que mi magia finalmente dejó de funcionar por lo nervioso que estaba. Yo me di por vencido, con una enorme pena en mi corazón por haber defraudado a todos en mi familia, ¡Pero entonces sucedió! Escuché un fuerte ruido, vi por la ventana y por un segundo creí ver el cielo de un color violeta, y entonces… todo se volvió blanco. Yo no recuerdo ese instante, pero mis padres me lo contaron. Repentinamente mis ojos brillaron y mi cuerno estalló en magia rodeando mi cuerpo y el salón, mi magia se volvió loca, era más magia de la que cualquier pony era capaz de contener. Comencé a levitar todo en el salón mientras los evaluadores volaban por los aires. Entonces el huevo de dragón explotó y apareció un enorme dragón que rompió todo el techo. Fue entonces que mi memoria volvió… yo estaba flotando irradiando magia, y un dulce rostro me miraba mientras me sostenía y esa magia explosiva iba disminuyendo. Era la princesa Celestia, que había visto y sentido aquella explosión de magia y había aparecido para tranquilizarme y salvarme. 'Todo estará bien' fue lo que me dijo la princesa… ¿O fue otra voz?" Dijo Dusk recordando, pensando en que todo aquello era tan borroso que no estaba seguro si había sido la princesa quien le había dicho eso o no. "Luego de tranquilizarme, miré hacia todos lados, asustado por el desastre que había causado. La princesa me dijo unas palabras para tranquilizarme, pero yo ni siquiera la escuché, solo la empujé y corrí hacia donde había estado el huevo, donde ahora solo quedaban los restos del cascarón. Entonces comencé a llorar, por unos segundos no me importó donde estaba, lo que acababa de hacer o quien estaba a mi lado, solo pensé en aquel huevo y en cómo en mi locura mágica lo había destruido. Pero entonces la princesa Celestia se acercó, puso con ternura un casco sobre mi cabeza, y movió los restos del cascarón. Fue hay que pude ver que no había destruido el huevo, solo había nacido, y allí estaba un pequeño bebé dragón de color morado y escamas verdes, que me miraba inocentemente."
"¡Noooo…!" Dijeron las tres potrillas asombradas, girándose rápidamente para ver a Spike con las bocas abiertas, mientras Spike se sonrojaba levemente.
"Luego de eso, con los evaluadores sin habla por la impresión, la misma princesa Celestia me dio la bienvenida a la escuela de magia, y cuando pensé que no podía ser más feliz, fue que ella también señaló mi costado, y vi que mi cutie mark había aparecido." Dijo Dusk terminando su historia, con una sonrisa algo triste.
"¡Esa historia sí que es asombrosa! Aunque también es algo cursi, ¡Pero asombrosa!" Dijo Scootaloo emocionada.
"¿Así que Dusk Shine es como tu mamá?" Preguntó Sweetie Belle mirando a Spike con una pícara sonrisa, burlándose un poco del pequeño dragón mientras él solo apretaba sus labios en frustración por ser molestado.
"Hay algo que no entiendo… ¿Por qué no te gusta contar esa historia?" Preguntó Apple Bloom mirando confundida a Dusk.
"Huh… primero, porque mi cutie mark se parece mucho a la de alguien más…" Respondió Dusk suspirando, recordando las burlas de su hermano mayor. "Pero principalmente, porque no entiendo qué pasó... Una cutie mark debe ser un momento memorable, con significado, en donde haya algún autodescubrimiento personal, ¡Pero yo sigo sin entenderla! Esa poderosa magia, todos creyeron que fui yo, pero no fue así, estoy seguro que no fue mi magia, ¡Es por eso que yo…! Yo siento que mi cutie mark es un engaño…" Agregó Dusk, con una mirada triste, recordando su batalla mágica con Trixie y como ella también le había dicho lo mismo que él pensaba.
Apple Bloom y Sweetie Belle se percataron de la tristeza de Dusk y se miraron entre sí confundidas, dado que Dusk era el primer pony que les contaba la historia de cómo obtuvo su cutie mark y no sonreía de alegría como todos los demás.
"¡Muy bien! ¡Ahora solo falta escuchar la historia de Rainbow Dash!" Dijo Scootaloo con una mirada de determinación, quien a diferencia de sus amigas, no le había puesto mucha atención a las últimas palabras de Dusk, ya que su mente ya estaba puesta en su siguiente objetivo. "¿¡Cómo será la historia de Rainbow Dash…!? ¡Solo puedo saber que fue en un día helado y que termina con una explosión y con el cielo de color!"
"¡Oh! Veo que ustedes llegaron a la misma conclusión de mi nueva teoría." Dijo Dusk sorprendido, luego de escuchar lo que dijo Scootaloo. "Por lo que he escuchado, tal parece que esos son parámetros comunes en todas las historias de cutie mark de todos los ponies… ¡De verdad es asombroso! Y más aún que nadie lo haya notado antes."
"Bueno, no a todos, solo a los ponies geniales." Dijo Scootaloo sonriendo y lanzando algunos golpes al aire para verse ruda.
"¿A qué te refieres?" Preguntó Dusk sin entender.
"Que eso solo le pasa a los ponies geniales, como a ti, o a mi hermana, o a Fluttershy." Respondió Sweetie Belle recordando.
"Y también a mi hermana y a Pinkie Pie." Agregó Apple Bloom sonriendo. "Camino a la biblioteca escuchamos varias otras historias, todas son bonitas, pero solo en las de ustedes cinco se repite eso de la explosión y el cielo de color. ¡Por eso pensamos que eso solo pasa cuando alguien genial consigue su cutie mark!"
Al escuchar a las potrillas, Dusk puso una cara de sorpresa. ¿Lo qué decían las potrillas era verdad? Entonces su teoría sobre que aquello de la explosión y los colores en el cielo eran algo común en todas las cutie mark estaba equivocada. Pero entonces, ¿Cómo se explicaba que aquello se repitiera solo en las historias de él y sus amigas? Obviamente aquello de que solo ocurría en los ponies 'geniales' no era válido, ya que aquello era un criterio subjetivo, pero entonces… ¿Qué otra explicación había en todo eso…?
"¡Oye Dusk! ¿¡Cuánto más te vas a demorar!?" Gritó repentinamente Rainbow Dash, bajando las escaleras impaciente para buscar a Dusk, quien se había demorado demasiado.
En cuanto Rainbow Dash bajó al salón, la escena de cuando Dusk bajó se repitió. Tanto las tres potrancas como Rainbow Dash se quedaron mirando fijamente con sorpresa por unos segundos.
"¡Rainbow Dash!" Gritó finalmente Scootaloo saltando de la emoción, corriendo para acercarse a su ídolo. "¡Pasé todo el día buscándote!"
"¿A-Ah, sí…? N-No me digas…" Respondió Rainbow Dash nerviosa, caminando lentamente hacia atrás, intentando que Scootaloo no viera sus alas.
Tan concentrada estaba Rainbow en que Scootaloo no la viera de perfil, que mientras retrocedía, ella golpeó la baranda de la escalera y se tropezó, cayendo y dejando ver que sus alas estaban caídas y en una posición poco normal para un pegaso.
"Rainbow Dash… ¿Algo le pasó a tus alas?" Preguntó de inmediato Scootaloo, con cara de preocupación.
"¡N-No! ¡Nada pasa! Jeje…" Dijo rápidamente Rainbow Dash, poniéndose de pie al instante y poniendo una nerviosa sonrisa.
Sin saber qué hacer, Rainbow Dash miró de reojo a Dusk Shine, quien solo la miró con una triste sonrisa, como si le indicara que ya no podía escapar y que solo dijera la verdad.
"Yo… Yo… … Yo tuve un accidente… No sé qué le sucedió a mis alas, pero… parece que yo… yo ya no puedo…" Comenzó a hablar Rainbow Dash tristemente, decidiendo admitir decir la verdad, a coste de dejar de ser la ídolo de Scootaloo. Pero entonces ella recordó algo importante y sus ánimos retornaron. "¡Eso ya no importa! ¡Porque ahora mismo volveré a ser la de antes!" Agregó Rainbow Dash llena de energía, mirando a Dusk con una mirada llena de determinación.
"¡Oh! ¡Es cierto!" Dijo Dusk entendiendo a su amiga y dándose cuenta que había olvidado algo sumamente importante luego de contar la historia de su cutie mark: ¡La corona con el elemento de la magia estaba perdido! "¡Spike! ¡Alguien entró a mi pieza y robó algo sumamente importante! ¿¡Has visto a alguien sospechoso!?"
Spike miró a Dusk confundido, pero entonces recordó algo y corrió a la cocina. Entonces el pequeño dragón volvió con la corona del elemento de la magia en sus garras.
"¿¡Tú…!? ¿Cómo es que tienes la corona? ¿¡Cómo flanqueaste mi seguridad!?" Preguntó Dusk sorprendido.
"¿Tu seguridad?" Preguntó Spike confundido.
"¡Sí! ¡Mi clave secreta! ¡El mejor hechizo de seguridad que jamás inventé!" Dijo Dusk alterado.
"¡Oh! Bueno, sabía que habías usado ese hechizo, así que solo pensé: ¿Qué clave podría ocurrírsele a mi hermano…?" Dijo Spike pensando y luego mirando a Dusk con ojos entrecerrados. "En serio Dusk, usar de clave 'Dusk es genial' es demasiado tonto."
Entonces Dusk se sonrojó al ver que su pequeño hermano había descifrado su grandiosa clave secreta.
"¿¡P-Pero para qué querías la corona!?" Preguntó Dusk aún sonrojado.
"Necesitaba rallar queso." Respondió Spike encogiéndose de hombros.
Un largo silencio siguió tras las palabras de Spike, mientras Dusk trataba de asumir que había escuchado bien y su mente trataba de entender la barbaridad que acababa de escuchar.
"Tú… ¿¡Qué!?" Preguntó Dusk aún sin creerlo.
"Necesitaba rallar queso." Volvió a responder Spike como si fuera lo más normal del mundo. "El rallador de queso se perdió, y la forma de la corona es perfecta para-"
"¿¡Estabas usando uno de los elementos mágicos más poderosos del mundo como rallador de queso!?" Gritó Dusk casi volviéndose loco, interrumpiendo a Spike.
"¡Ya basta! Vuélvete loco en otra ocasión." Dijo rápidamente Rainbow Dash poniendo un casco en el lomo de Dusk. Entonces ella se giró y gritó hacia las escaleras. "Chicas, estamos listos, ¡Bajen!"
Luego que las demás yeguas bajaran al salón principal de la biblioteca, cada una se puso su collar con su respectivo elemento de la armonía, incluyendo a Dusk, quien se puso la corona que la princesa había modificado para que no pareciera una tiara femenina. Entonces Dusk le indicó a Rainbow Dash que se pusiera en medio mientras él y sus demás amigas se quedaban de pie formando un círculo alrededor de ella, todo ante la atenta mirada de Spike, Apple Bloom, Sweetie Belle y Scootaloo.
"¿Y ahora qué?" Preguntó Rainbow Dash ansiosa, mirando a Dusk intensamente, ya deseando volver a la normalidad.
"Creo que ahora debo enfocar mi magia." Dijo Dusk, quien entonces cerró sus ojos para concentrarse lo más posible, y luego hizo brillar su cuerno para activar su magia. "Debo replicar lo mismo que hicimos cuando derrotamos a Nightmare Moon."
Dusk se visualizó a sí mismo en el pasado, cuando se encontraba en el antiguo Castillo de las Dos Hermanas. En aquel entonces él estaba desesperado, él tenía que salvarse a sí mismo, a la princesa, a Equestria, pero por sobre todo, tenía que salvar a sus nuevas amigas, y ahora sucedía lo mismo. Lo único en lo que pensaba Dusk era en que debía salvar a Rainbow Dash, sus sueños, sus esperanzas… Mientras recordaba eso, Dusk concentraba más y más su magia... ¡Esto iba a funcionar! ¡El poder de la armonía todo lo podía lograr! Mientras él y sus amigas estuvieran juntos, ¡Todo era posible!
"¿Dusk?" Preguntó repentinamente Applejack a su lado, haciendo que Dusk saliera de sus pensamientos y abriera levemente un ojo mientras seguía concentrando su magia.
Al abrir su ojo, Dusk vio nueve pares de ojos que lo veían con caras confundidas, y entonces el abrió sus ojos totalmente decepcionado. Mientras él tenía sus ojos cerrados y se concentraba, él había pensado que había estado replicando lo que había sucedido en la lucha contra Nightmare Moon, sintiendo lo mismo que había sentido en aquel entonces, por eso Dusk pensaba que debía de estar pasando lo mismo, y que cuando él abriera sus ojos vería un torbellino de magia y a los elementos de la armonía conectarse para crear una magia aún mayor. Sin embargo nada había pasado, el salón de la biblioteca seguía exactamente igual, los collares de sus amigas seguían inertes, sin generar ningún brillo mágico, lo único que había cambiado era el cuerno de Dusk, que brillaba en vano intentando invocar una magia que parecía no reaccionar a sus deseos.
"¿¡Qué pasa!? ¿¡Por qué no pasa nada!?" Preguntó Rainbow Dash con una leve desesperación en su voz.
Dusk levantó lentamente su cabeza y miró a su amiga con una cara de miedo. Él no quería decir lo que estaba pensando, Dusk sabía que él fue quien le había dado esperanzas a Rainbow Dash, y ahora… él tenía que enfrentar su error.
"N-No funciona…" Respondió Dusk lentamente, mirando con culpa a su querida amiga.
Rainbow Dash escuchó las palabras de Dusk y se quedó paralizada por unos segundos, con su rostro pálido. Entonces ella bajó su cabeza y camino lentamente hasta Dusk.
"No es cierto…" Dijo Rainbow Dash una vez estuvo frente a Dusk, levantando su cabeza y mirando a Dusk con una mirada de desolación, casi a punto de llorar. "¡Estás haciendo algo mal! ¡Esto no puede terminar así! ¡Dijiste que funcionaría!"
Las palabras de Rainbow Dash fueron como una puñalada en el corazón para Dusk. El día anterior ella finalmente había aceptado que sus alas no tenían arreglo, un largo proceso de duelo que había terminado con Rainbow Dash llorando y aceptando su nueva condición, ¡Y fue él quien le había dado nuevas esperanzas aquella mañana! ¿¡Qué tan tonto podía ser él!? Dusk había sentido la magia de la armonía, él sabía que con ella todo era posible, pero no se le había ocurrido que no podría volver a activarla, y lo peor, él había estado tan seguro que la magia de la armonía funcionaría que nunca se paró a pensar en cómo podría afectarle a su amiga si no funcionaba.
Dusk solo bajó su cabeza con una mirada de dolor, sintiendo una horrible culpa, sin ser capaz de mirar a su amiga por la culpa que sentía. Entonces Rainbow Dash miró también al suelo mientras intentaba calmarse. Ella sentía tantas emociones en ese instante: pena, rabia, desilusión. Pero ella ya había pasado por eso, ella no volvería a entrar en un estado de depresión, ella no volvería a llorar… ¡Ella no volvería a llorar!
"¡Maldición!" Gritó finalmente Rainbow Dash, cayendo al piso y golpeando el suelo con su casco, respirando agitadamente mientras intentaba contener su llanto.
En ese instante todo el salón quedo en silencio. Todos habían estado seguros que el plan funcionaría, pero lo único que habían logrado había sido que su amiga volviera a sentirse mal. Mientras Dusk aún sentía el dolor de haberle dado falsas esperanzas a su amiga, las otras cuatro yeguas solo querían saltar y abrazar a su amiga para reconfortarla, sin embargo se quedaron quietas al ver que alguien más se acercaba hasta Rainbow Dash.
"Rainbow Dash… Esto… Esto no es el fin del mundo." Dijo suavemente Scootaloo, quien se acercó cuidadosamente hasta la pegaso celeste y la tocó gentilmente con su casco.
Mientras seguía sentada en el suelo con su cabeza gacha, intentando ordenar sus pensamientos y sentimientos, Rainbow Dash levantó lentamente su mirada y miró a la pequeña pegaso naranja, luego volvió a dejar caer su cabeza.
"Yo… no quería que me vieras así…" Respondió lentamente Rainbow Dash.
"¿Por qué no? ¿Así cómo?" Preguntó Scootaloo un poco confundida.
Rainbow Dash volvió a levantar su mirada, esta vez viendo la cara confundida de Scootaloo y luego concentrándose en las pequeñas alitas que tenía la pegaso naranja.
"Sé que tú me admirabas como voladora… Que pensabas que yo era lo más genial que había. Podía ver tu mirada mientras volaba por el pueblo y hacía mis acrobacias, todo mientras intentabas alcanzarme en tu scooter… Pero ahora lo he perdido todo y ahora… ahora solo soy una pony que ha perdido su único talento." Respondió Rainbow Dash con una mirada de culpa. "Lamento defraudarte."
Scootaloo miró sorprendida a Rainbow Dash, luego miró hacia arriba unos segundos mientras pensaba. Quizás la verdad no fuera lo ideal en ese momento, pero ella no podía evitar decir lo que pensaba.
"Hmm, la verdad es que sí me decepciona verte así un poquito." Dijo Scootaloo con cara pensativa, mientras los demás se asustaban de que ella le dijera tal cosa a una Rainbow Dash tan vulnerable en ese momento. "Pero no me decepciona ver que no puedes volar, me decepciona escuchar que ya te rendiste."
Ante las últimas palabras de Scootaloo, Rainbow Dash levantó su cabeza y miró a la pequeña pegaso con una mirada algo atónita.
"Es cierto que eres la mejor voladora que he visto, pero eso solo es una de las cosas que te hace genial." Continuó hablando Scootaloo con una pequeña sonrisa emocionada. "Tú eres la pony más valiente que conozco, y la forma en que hablas y actúas… ¡Parecer que siempre lograrás cualquier cosa! ¡Esa confianza que tienes en ti misma es lo que más admiro de ti! No puedes solo rendirte, ¿¡Y qué si no puedes volar!? ¡Mírame a mí! Yo te veía volar por los aires no porque quisiera volar como tú, yo sé que eso jamás podría suceder, ¡Yo te veía porque tú siempre quieres ser la mejor! Y si no puedes volar, entonces serás la mejor en algo más, ¡Y estoy segura que serás la más genial en cualquier otra cosa! Eso es porque eres Rainbow Dash, ¡La pony más genial de Equestria!" Terminó su discurso Scootaloo, emocionándose un poco mientras recordaba su propia impotencia al descubrir que nunca volaría bien y cómo conocer a Rainbow Dash le había cambiado la vida.
Ambas pegasos se quedaron viendo fijamente por unos segundos, ambas con sus sentimientos en sincronía, viéndose reflejadas una en la otra. Entonces Rainbow Dash se puso de pie mientras disimuladamente secaba una pequeña lágrima en su ojo.
"¡Ustedes! ¡Dense la vuelta!" Ordenó Rainbow Dash mirando seriamente a Dusk y los demás, quienes se habían quedado inmóviles mirando la escena de ambas pegasos. Entonces todos desviaron de inmediato las miradas.
Luego que todos los mirones le obedecieron, Rainbow Dash abrazó fuertemente a Scootaloo, ante la sorpresa de la pequeña pegaso.
"Gracias hermanita." Dijo suavemente Rainbow Dash mientras mantenía el fuerte abrazo con la pequeña potranca. En tanto que Scootaloo, luego de la sorpresa inicial, solo cerró sus ojos confortablemente, sonrojándose mientras disfrutaba del cálido abrazo de su 'hermana mayor'.
Ambas pegasos se quedaron inmóviles en el abrazo por unos segundos, hasta que se dieron cuenta que habían pasado muchos segundos así, entonces ambas abrieron sus ojos y vieron que todos habían vuelto a mirarlas, todos con cariñosas miradas, como si estuvieran viendo lo más tierno del mundo.
"¡Les dije que no miraran!" Dijo Rainbow Dash molesta, sonrojándose.
"S-Sí, basta de cosas cursis." Agregó Scootaloo imitando la actitud de Rainbow Dash, desviando la mirada.
En ese preciso instantes, desde detrás suyo, Apple Bloom y Sweetie Belle la miraban con tiernas miradas y grandes sonrisas.
"¡Lo sabía! Eres dura por fuera pero suave por dentro." Dijo Apple Bloom, con una gran sonrisa luego de comprobar que su amiga no era tan dura como aparentaba.
"Si necesitabas un abrazo, solo tenías que decirlo." Agregó Sweetie Belle, aprovechando la ocasión para burlarse un poco de su amiga, ya que ella siempre repetía que odiaba los abrazos y las cursilerías.
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"N-No es que yo… Es solo que… Yo estaba… ¡Agh!" Gritó Scootaloo roja de la vergüenza, intentando en vano buscar una excusa para su abrupto desliz emocional. Entonces ella miró a Rainbow Dash en busca de ayuda, pensando en qué hacer para dejar de lado ese incómodo momento, y fue así que Scootaloo recordó que aún tenía una importante tarea que realizar. "¡Rainbow Dash! Aún falta preguntarte algo. Por eso vinimos aquí, ¡Queremos saber cómo obtuviste tu cutie mark!"
La pregunta de Scootaloo tomó por sorpresa a Rainbow Dash. Por un instante a ella se le había olvidado que habían dos razones por las que no quería encontrarse con las tres potrillas. No era solo para ocultar el hecho que ella ya no podía volar, también era porque las pequeñas potrancas querían saber algo de su pasado que ella no quería contar.
Rainbow Dash miró preocupada a Scootaloo, luego desvió la mirada hacia sus amigas, que también la miraban atentamente luego de escuchar lo que le pidió la pequeña pegaso naranja, y mientras miraba a sus amigas, la mirada de Rainbow Dash se detuvo en una de sus amigas, que hizo que su mirada se volviera aún más preocupada. Entonces Rainbow Dash volvió a desviar la mirada y miró nuevamente a Scootalooo, quien se mantenía inmóvil viéndola atentamente, ansiosa por escuchar sobre su cutie mark. Luego de las palabras de aliento de Scootaloo, Rainbow Dash sentía que responderle lo que le pedía era lo menos que podía hacer, y aunque le doliera, decidió que tendría que aceptar su pasado y finalmente contar la verdad sobre su cutie mark.
"Es… Está bien... Ya qué." Respondió finalmente Rainbow Dash, suspirando resignada, sentándose en el suelo mientras miraba no solamente a las pequeñas potrancas, sino también a sus amigas. "Era el quinto o sexto día más helado de toda mi vida. Como ya saben por la historia de Fluttershy, ambas estábamos en el Campamento de Vuelo, justo ese día unos matones estaban molestando a Fluttershy y yo los reté a una carrera. Yo estaba ansiosa por defender el honor de Fluttershy, pero una vez en la línea de partida, olvidé mi motivación inicial, y en lo único que pensé fue que quería ganarle a esos dos idiotas y demostrar que yo era la mejor voladora. Fue así que me puse en posición, solo enfocada en la victoria y en la bandera frente a mí que sostenía Fluttershy, hasta que ella la bajó y los tres salimos volando a toda velocidad, sin importarnos nada, solo con las vistas enfrente del circuito ante la atenta mirada de todos los demás potrillos del campamento. Mientras más volaba, más velocidad alcanzaba, ¡Y con más velocidad, más felicidad sentía! Jamás había volado tan rápido ni me había sentido así, la velocidad, la adrenalina, ¡La libertad absoluta! Disfrutaba tanto volando a toda velocidad, que solo me distraje cuando uno de esos matones hizo trampa y me empujó para sacarme de la carrera. Fue allí que algo nació en mí, me di cuenta que no solo quería competir y volar, yo… ¡Quería ganar! Yo me lancé a toda velocidad para alcanzar a ese pequeño tramposo, él me tenía mucha ventaja, y solo quedaba la última marca antes de ganar la carrera, necesitaba llegar antes que él, así que volé en picada a toda velocidad, deseando la victoria a toda costa, así que volé como un cometa, más rápido de lo que jamás había volado antes, sentía como el viento en mi contra no me dejaba ir más rápido, marcaba mi limite, era como si todo mi cuerpo intentara pasar por el ojal de una aguja, pero yo debía ir más rápido, ¡Y lo logré! Justo cuando pasaba por la última marca de la carrera ¡Rompí la barrera de lo posible e hice una Rainplosión sónica! Cuando estaba a punto de llegar al suelo me elevé, viendo el bello e intenso color celeste del cielo, sin ninguna nube en él, luego vi atrás mío y vi como mi melena iba dejando una estela arcoíris tras de mí. Ahí supe que la velocidad y la adrenalina eran lo mío, y mi cutie mark apareció mientras volaba con la sonrisa más grande que jamás tuve… Jamás podría repetir esa Rainplosión sónica, pero desde ese día nunca pare de volar ni superarme a mí misma, hasta… hasta que ya no pude volar más." Terminó Rainbow Dash, contando emocionada el final de su historia, hasta que recordó su realidad y que ya no podría hacer lo que la llevó a ganar su preciada cutie mark.
"Wow… ¡Sabía que sería asombrosa!" Dijo Scootaloo asombrada, mirando con emoción a sus amigas. "¡Se los dije! ¡Se los dije! ¡La mejor historia de todas!"
"No entiendo, es una historia muy linda." Dijo repentinamente Dusk acercándose y notando que, al igual que cuando él conto su historia, a diferencia de sus demás amigas, Rainbow Dash tampoco sonrió al terminar su linda historia. "¿Por qué no querías contar tu historia?"
Rainbow Dash miró preocupada hacia el suelo y luego miró a Dusk con tristeza. Ella abrió su boca para responder pero ninguna palabra salió de su boca, tal parecía que ella aún luchaba consigo misma para decir algo, un detalle que Dusk no parecía haber notado y que ella no estaba segura de si revelarlo o no, ya que al saberlo, tanto Dusk como sus amigas se darían cuenta de cuan mal amiga podía llegar a ser ella.
"¿No lo recuerdas? ¿La historia de Fluttershy?" Dijo Rainbow Dash, finalmente decidiendo decir la verdad. "Ella contó que en cuanto comenzó la carrera, el viento la empujó de la nube e hizo que cayera. Pero no fue el viento… Yo… Yo sentí que choqué con algo cuando comenzó aquella carrera, pero estaba tan deseosa de ganar que ni siquiera me detuve para ver qué había golpeado."
Al escuchar aquello, Dusk recordó la historia de Fluttershy y al instante entendió el miedo de su amiga. Entonces él miró a Fluttershy, quien se había tapado la boca sorprendida por aquella declaración. Tal parecía que esta era la primera vez que ella se enteraba de aquello.
"Luego de la carrera, todos vinieron a alabarme y a felicitarme. Solo luego de un rato me percaté que Fluttershy no estaba por ninguna parte." Dijo Rainbow Dash mirando a Fluttershy esta vez, con una mirada de culpa y dolor. "Fue entonces que unos de los chicos del campamento me dijo que te habías caído de una nube cuando partió la carrera, y yo… ¡Yo me espanté! Ninguno de ellos te conocía, ninguno de ellos sabía que tú no sabías volar bien. Entonces bajé volando a toda velocidad para buscarte, pero abajo en la tierra todo era tan extenso que era como encontrar una aguja en un pajar, pasé horas y horas buscándote hasta que te encontré cuando ya casi anochecía."
"Lo recuerdo... Estabas tan feliz de verme que me diste un gran abrazo." Dijo Fluttershy recordando lo que paso en la tarde de ese día.
"No solo estaba feliz de encontrarte para ver cómo estabas, ¡Estaba feliz de saber que estabas viva!" Dijo Rainbow Dash retomando su relato, con su respiración agitada mientras la culpa que la había carcomido por años finalmente salía a la luz. "Si no hubiera sido por esas mariposas, yo pude haber cometido el error más grande de mi vida, ¡Yo jamás me lo perdoné! Fue entonces que tú dijiste que habías descubierto lo que querías hacer en la vida y que le dirías a tus padres que vivirías allí, en la tierra. Cuando me dijiste eso, yo tomé una decisión, ¡Jamás te volvería a abandonar!"
"Tú… tomaste mi casco y me dijiste que irías conmigo…" Dijo Fluttershy lentamente, sorprendida ante las nuevas revelaciones. "Nunca supe por qué tomaste esa decisión, y nunca pregunté, porque en el fondo… estaba agradecida de no estar sola…"
"Desde ese día hice una promesa… Jamás volvería a dejar solo a un amigo." Dijo Rainbow Dash acercándose a Fluttershy, con una mirada de pena. "Nunca quise decírtelo porque tenía miedo que me odiaras… Por… Por favor no me odies…" Agregó Rainbow Dash, bajando su mirada, llena de miedo ahora que Fluttershy y sus demás amigos sabían lo egoísta y mal amiga que ella podía llegar a ser.
"Yo… yo no tengo nada que perdonar." Dijo Fluttershy poniendo un casco sobre la barbilla de Rainbow Dash para levantarla y mirarla con una tierna sonrisa. "Si no me hubieras golpeado, jamás hubiera caído ni hubiera conocido mi verdadero destino. Si tengo que hacer algo, sería agradecerte."
"¿¡No lo entiendes!? ¡Pudiste morir por mi culpa! ¡Estaba tan ansiosa de ganar la carrera que dejé de lado a mi amiga! ¡Que las mariposas aparecieran fue solo suerte!" Dijo Rainbow Dash con miedo en su voz.
"Yo no creo en la suerte, yo creo que fue el destino." Dijo Fluttershy sonriendo tiernamente. "Yo estaba destinada a obtener mi cutie mark ese día y a cuidar de los animalitos indefensos, tu solo… me diste un pequeño empujón, literalmente, jeje." Agregó Fluttershy con una pequeña sonrisa traviesa.
"No… no puede ser que me perdones tan fácil…" Dijo Rainbow Dash asombrada y luego mirando con tristeza hacia el suelo. "Yo merezco un castigo… Pensé que al abandonar el campamento de vuelo, abandonar Cloudsdale, e irme a vivir a tierra junto a ti, ese sería mi castigo, pero no fue así. Yo disfruté cada momento de mi vida aquí en Ponyville. Si existe un destino, entonces no tiene justicia en él… o quizás la tiene, y ahora este es mi castigo…" Agregó Rainbow Dash, mirando tristemente sus alas. "Sí… este es un castigo justo."
"¡No! Tú eres una buena amiga, no mereces un castigo." Dijo Fluttershy mirando a Rainbow Dash seriamente. "Fuiste mi primera amiga y me acompañaste desde siempre, si hay alguien que tiene que pedir perdón sería yo. Jamás creí que tú estabas conmigo solo por la culpa que sentías, yo jamás tuve remordimientos contra ti, ni los tengo ahora."
"Es irónico… todo pasa justo cuando mañana se cumplen diez años desde que ocurrió todo." Dijo Rainbow Dash aislándose en su propia tristeza, como si no hubiera escuchado nada de lo que dijo Fluttershy.
"Espera. ¿Dijiste que mañana se cumplen diez años desde que eso ocurrió?" Preguntó Dusk sorprendido al escuchar aquello.
"Sí, mañana se cumplen diez años desde esa carrera, lo recuerdo porque es el día que obtuve mi cutie mark." Respondió Fluttershy dado que Rainbow Dash parecía tan absorta en la culpa que no respondería. Pero entonces Fluttershy se dio cuenta de algo importantísimo. "¡Rainbow Dash! ¡Nosotras obtuvimos nuestras cutie mark el mismo día!"
"¿Eh? S-Sí, eso creo." Respondió Rainbow Dash con tristeza, pensando que ya se había dado cuenta de ese detalle en la mañana, cuando escuchó cuando Fluttershy contó su historia a las tres potrillas.
"No solo es ella… Mañana también se cumplen diez años desde que obtuve mi cutie mark…" Dijo Dusk asombrado, pensando en cuál era la probabilidad que él y dos de sus amigas coincidieran con esa fecha.
"Yo también." Dijo Rarity asombrada.
"Y yo." Agregó Applejack mirando a Rarity y a las demás.
"¡Yo también! ¡Yo también!" Dijo Pinkie Pie saltando de alegría.
"¿¡Qué!?" Dijo Dusk anonadado. Él ya había estado calculado la probabilidad de que tres ponies de entre todos los ponies de Equestria, que hubieran obtenido su cutie mark el mismo día, se encontraran juntos en una habitación y fueran amigos. Había sido una probabilidad muy baja, casi despreciable; pero que no fueran tres ponies, ¡Sino seis! Era una probabilidad ínfima, de casi una en diez millones.
Fue entonces que a Dusk le vino a la mente lo que habían comentado las tres potrancas y la teoría previa que él había formulado. Todo había estado mal, no era que hubieran factores comunes en todas las cutie mark de todos los ponies, solo era que había ocurrido una casualidad enorme, una improbabilidad matemática, de que las únicas seis historias que Dusk había escuchado, habían sucedido todas el mismo día. En ese instante, otra idea asombrosa vino a la mente de Dusk.
"Rainbow Dash… ¿Qué es una Rainplosión sónica?" Preguntó Dusk respirando agitadamente, anticipando lo que pensaba que podía responder su amiga.
"Es… es cuando un pegaso vuela y rompe la barrera del sonido." Respondió Rainbow Dash, aún asombrada de saber que todas sus amigas compartían el mismo día de obtención de sus cutie marks. "Es una vieja leyenda pony, ocurre cuando se produce un golpe de aire en el cielo cuando un pegaso vuela a alta velocidad, provocándose un estallido sónico, en donde incluso se pueden ver todos los colores del arcoíris por un instante… Aunque esa última parte la pongo en duda, es decir, yo hice la Rainplosión sónica y comprobé que no era una leyenda, recuerdo la explosión, pero nunca vi explotar un arcoíris en el cielo, el único arcoíris que vi fue el de la estela de mi melena luego de hacerlo, aunque todos los demás potrillos en el campamento dicen que si lo vieron."
"¡Todos lo vimos! ¡Esa fue la explosión que escuchamos! ¡Esos fueron los colores en el cielo que vimos!" Dijo Dusk emocionado, mientras sus amigas abrían grande sus ojos al entender el significado de todo y unir sus propias historias a la historia de Rainbow Dash. Todas menos Rainbow Dash, quien parecía aún no entender. "¿¡No lo entiendes!? ¡Todos escuchamos una explosión en el momento crucial en que algo cambió nuestras vidas para siempre! Y no solo eso. Luego de escuchar esa explosión, por un segundo yo vi el cielo color violeta, Rarity lo vio de color azul, Fluttershy vio un destello verde, Pinkie Pie vio el cielo color amarillo, y Applejack lo vio de color naranjo, ¡Todos vimos el color arcoíris de esa explosión sónica!"
"P-Pero yo no vi ningún color en el cielo, n-no creo que-" Dijo Rainbow Dash tartamudeando. Ella siempre había negado contar su historia y odiaba lo que le había hecho a Fluttershy cuando obtuvo su cutie mark, y que ahora Dusk le dijera que era todo lo contrario y que era algo mucho más importante de lo que ella había pensado, la ponía muy nerviosa y confundida.
"Tú también viste un color ¡Estoy casi seguro! Es solo que no lo notaste!" Dijo Dusk emocionado. "Tú hiciste la Rainplosión sónica, bajaste en picada y luego te elevaste hacia el cielo. Dijiste que solo viste el intenso color celeste del cielo, pero no era el celeste del cielo, era el cian del color arcoíris, ¡El color que falta del arcoíris! ¡Tú lo viste y volaste a través de él!"
Al terminar de hablar Dusk, Rainbow Dash se quedó sin habla, con los ojos muy abiertos. Lo que acababa de decir Dusk tenía todo el sentido del mundo, pero entonces eso significaba… Que su Rainplosión sónica no era el símbolo de su deslealtad como ella había creído toda su vida. Si algo como el destino existía, tal como dijo Fluttershy, ese momento de su vida no solo la había marcado a ella, sino a sus cinco queridos amigos allí presentes. Esa carrera y la Rainplosión sónica que ella había logrado, había hecho que sus amigos ganaran sus cutie marks, una de las cosas que más valoraba un pony… ¡Ella había sido la causante! Y sin que ninguno se diera cuenta hasta ese día, ese lazo mágico que los había unido hacía diez años, ahora había hecho que todos ellos se reunieran años después y salvaran Equestria con el poder de su amistad, una amistad que todos ellos valoraban como nada en el mundo.
Sin que se diera cuenta, una lágrima comenzó a caer por la mejilla de Rainbow Dash mientras asimilaba lentamente todo lo que habían descubierto. Y en ese instante Rarity, Pinkie Pie, Applejack y Fluttershy corrieron para darle un gran y fuerte abrazo a Rainbow Dash, tanto o más emocionadas como lo estaba su atónita amiga, todas riendo y llorando de alegría al descubrir el poderoso lazo mágico que las había unido desde pequeñas.
En tanto que Dusk Shine también sonreía, impactado, pero muy feliz, de haber descubierto todo aquello. Él quería unirse al abrazo de las chicas, pero no creía apropiado unirse tan sorpresivamente a abrazar a las cinco yeguas. Pero eso poco le importó a sus amigas, pues, mientras sus amigas seguían abrazadas, Rarity usó su magia para jalar a Dusk hasta donde estaban, y entonces todas abrazaron a Dusk calurosamente, quien se sorprendió y luego solo se unió a las risas de sus amigas.
"¡Yuck! ¿No son suficientes abrazos por un día?" Dijo Scootaloo, poniendo cara de disgusto, queriendo aparentar ser una chica fría.
"¡Nop! ¡Todavía falta uno!" Dijo Apple Bloom saltando sobre Scootaloo para abrazarla cariñosamente.
Entonces Sweetie Belle tomó de una garra a Spike y ambos se unieron al abrazo de Scootaloo.
"Y-Ya… Ya basta…" Dijo Scootaloo totalmente sonrojada, moviéndose solo un poco para rechazar el abrazo, pues la verdad, aunque ella nunca lo aceptaría, era que aquel abrazo de sus amigas se sentía muy cálido y acogedor, y ella también se había emocionado un poco de ver a su ídolo Rainbow Dash tan emocionada. "S-Solo por esta vez…" Agregó la pegaso naranja, rindiéndose ante el tierno abrazo de sus amigas.
Después de mucho rato, Dusk y Spike subieron hasta su habitación. Luego de haber reído y compartido un buen rato con todas sus amigas, finalmente, acercándose la noche, todas decidieron partir a sus hogares, en tanto que Rainbow Dash, a petición de Scootaloo, decidió acompañarla a dar una vuelta por el pueblo. Lo que les dio la oportunidad a Dusk y su hermano de ir a la habitación a buscar algunas cosas, dado que esta era ocupada por Rainbow Dash temporalmente.
"Toma nota Spike, creo que aprovecharé la ocasión para escribirle una carta a la princesa. Creo que he aprendido una valiosa lección." Dijo Dusk acercándose hasta la ventana para ver el atardecer mientras Spike corría para buscar papel y tinta.
"¡Listo!" Dijo Spike con un dejo de orgullo, ya que sabía que su hermano mandaría una carta importante a la princesa luego de todo lo vivido aquella tarde.
"Querida princesa Celestia.
Hoy aprendí algo increíble. Todos los ponis del mundo tienen una conexión mágica y especial con sus amigos y amigas. Tal vez, incluso antes de conocerse.
Si te sientes solo y aún estás buscando a tus mejores amigas, solo mira al cielo. ¿Quién sabe? Tal vez tú y tus futuras mejores amigas están mirando el mismo arcoíris.
Se despide, tu fiel alumno, Dusk Shine."
Terminó de dictar Dusk, con una gran sonrisa de orgullo.
"¡Qué horror! ¿Cuándo te volviste tan cursi?" Dijo Spike confundido y un poco asqueado por las excesivamente empalagosas palabras de su hermano mayor.
"¡Tú qué sabes! Solo envíalo. Estoy seguro que la princesa apreciará la carta." Dijo Dusk sonrojándose un poco y molestándose.
Dusk sabía que esa carta era algo cursi, pero también sabía que la princesa le había dicho que no fuera tan metódico ni diera explicaciones científicas en sus cartas, que solo fuera más emocional, pues no todo tenía una explicación, y definitivamente lo que habían descubierto esta tarde lo ameritaba. No solo habían descubierto que él y sus amigas habían obtenido sus cutie mark el mismo día, sino que también habían revelado que todo parecía haber sido provocado por algo mágico, y esa misma magia había hecho que forjaran en el futuro su poderoso lazo de amistad, y aquello definitivamente no tenía explicación científica, solo había una palabra para describirlo: Destino.
"¡Okay! Ya se envió." Dijo Spike luego de soplar su fuego verde y que la carta fuera consumida por este.
A los tres segundos de haber enviado la carta, Spike repentinamente eructó nuevamente su fuego verde, esta vez haciendo que una carta apareciera desde este.
"¿Qué dice?" Preguntó Dusk impaciente, al saber que era una carta de la princesa.
Entonces Spike abrió la carta y leyó.
"Dice… '¡Qué horror! ¿Desde cuándo te volviste tan cursi?'" Dijo Spike lentamente mientras se aguantaba la risa y le mostraba la carta a Dusk, dándose cuenta que la princesa había escrito exactamente lo que él había dicho luego de escribir el dictado de esa cursi carta.
Al ver la carta para verificar su contenido, Dusk se sonrojó profundamente, sabiendo que debía de ser una burla de su molesta maestra, pero aún así no pudo evitar avergonzarse.
"¡Ustedes no saben nada sobre la magia de la amistad!" Replicó Dusk sonrojado, dándole la espalda a Spike mientras este se reía y burlaba a carcajadas de él.
Entonces Dusk volvió a acercarse a la ventana y se quedó viendo el atardecer mientras el Sol ya casi se ocultaba por completo. Y mientras lo veía, su molestia y vergüenza fue pasando lentamente mientras sus ideas y pensamientos volvían a la normalidad.
"Violeta, azul, celeste, verde, amarillo y naranjo…" Dijo Dusk pensando en voz alta mientras recordaba los colores que él, Rarity, Rainbow Dash, Fluttershy, Pinkie Pie y Applejack habían visto respectivamente el día que descubrieron sus cutie marks. "Pero un arcoíris tiene siete colores… Me pregunto si algún otro pony habrá visto el color rojo…"
"¡Oye, Dusk!" Dijo repentinamente Spike, rompiendo el tren de pensamientos de Dusk Shine.
"¿Qué pasa?" Preguntó Dusk con desconfianza, pensando en que quizás su hermano quería seguir burlándose de él.
"Con todo lo que pasó desde que llegaste a la biblioteca, lo había olvidado." Respondió Spike, corriendo hasta un mueble que había cerca, sacando algo pequeño, y acercándose nuevamente a Dusk. "Alguien dejó esto en la puerta el otro día, cuando saliste de improviso la otra noche."
Entonces Spike le pasó a Dusk un pequeño frasco con un líquido amarillo en él. Dusk lo tomó con cuidado en su casco y lo giró para verlo en detalle, entonces Dusk abrió sorprendido los ojos al ver lo que decía la etiqueta que tenía, decía: 'Poción'.
En ese mismo momento, mientras el Sol se ocultaba en Ponyville, en una tierra muy lejana, otro pony veía también el atardecer.
"Mañana se cumplen diez años desde que obtuve mi cutie mark… Quizás sea hora de volver a Equestria." Dijo la extraña yegua con una mirada pensativa, mientras menospreciaba a un anciano unicornio que estaba tirado en el suelo, el unicornio más poderoso que había en esas lejanas tierras y que hacia solo instantes había sido derrotado fácilmente por aquella joven y poderosa yegua, la misma yegua que había derrotado a Trixie y a tantos otros formidables maestros de la magia en tierras extranjeras.
"Después de todo, hay alguien a quien estoy deseosa de ver." Agregó la yegua con una perturbadora sonrisa mientras recordaba a un muy joven potrillo de pelaje lavanda y ojos color púrpura.
# Fin del capítulo 41
