Capítulo 42 – Ascenso veloz
Rainbow Dash abrió lentamente los ojos y estiró su cuerpo mientras despertaba ese nuevo día. Al recordar la mañana del día anterior, ella disimuladamente estiró su casco para buscar algo, o específicamente a alguien, sin embargo ella se decepcionó un poco al ver que a diferencia de la noche anterior, Dusk no había dormido con ella.
Mientras se levantaba, Rainbow Dash automáticamente intentó estirar sus alas como siempre lo hacía, pero tal como había sucedido desde su accidente, sus alas seguían sin responder, entonces ella estiró su cuello y patas antes de prepararse para salir de la habitación. Esta era su segunda mañana despertando en la cama de Dusk Shine, y aunque la cama era muy cómoda y ella no podía estar más agradecida con él por dejarla dormir allí, Rainbow Dash no pudo evitar suspirar desanimada al recordar su propia cama, su esponjosa y suave cama hecha de nubes que se mantenía intacta desde que ella había caído de su casa.
Al escuchar ruidos abajo, Rainbow Dash se apresuró y bajó hacia el primer piso de la biblioteca, yendo directamente hacia la cocina, en donde ya estaban Dusk Shine y Spike, ambos sentados en la mesa, con Spike bebiendo un vaso de jugo, y Dusk mirándolo fijamente, sin siquiera pestañear.
"¿Qué pasa? ¿Por qué esa mirada?" Preguntó Spike luego de ponerse nervioso ante la atenta mirada de su hermano.
"¿¡Eh!? ¡Oh! N-No es nada, tú tranquilo, es… es solo que tienes un pedazo de gema en tus dientes." Respondió Dusk nervioso, saliendo rápidamente de sus pensamientos y desviando la mirada.
Entonces Dusk vio que Rainbow Dash finalmente había despertado, y se puso de pie para prepararle su desayuno.
"¡Buenos días!" Dijo Dusk saludando alegremente a su amiga mientras la invitaba a tomar asiento y preparaba una jarra con jugo de naranja. "Siéntate, te prepararé el desayuno. En las mañanas preferimos el jugo de naranja al de manzana, pero no se lo digas a Applejack."
"Cielo… yo debería ser quien les sirva el desayuno, es lo menos que puedo hacer dado que dejan quedarme aquí y me dejas usar tu cama." Dijo Rainbow Dash sonrojándose levemente, rascándose su cabeza.
"No es ninguna molestia, además, siendo sinceros, dudo que te levantes antes que nosotros para hacer el desayuno, eres muy buena para dormir." Dijo Dusk sonriendo mientras llevaba a la mesa una bandeja con pan, junto con un vaso y una jarra con jugo.
"¡Y-Yo no soy tan buena para dormir! Es… es solo…" Replicó Rainbow Dash sonrojándose. "Bueno, con todo lo que pasó ayer, ¡Quién no estaría cansada! Descubrir que gracias a ti todas tus mejores amigas consiguieron sus cutie marks no es algo fácil de asimilar, es… ¡Es cansancio mental!" Agregó Rainbow Dash haciendo un puchero, no ocurriéndosele otra mejor excusa para justificar su flojera matutina.
"Claro, como tú digas…" Dijo Dusk sonriendo, ofreciéndole la bandeja con pan a su amiga.
Mientras Rainbow Dash comía, Dusk uso su magia para levitar un libro que estaba sobre la mesa y comenzó a leer.
"¿Qué lees?" Preguntó Rainbow Dash curiosa.
"Es un libro de hechizos avanzados, lo comencé a leer ayer en la noche." Dijo Dusk sin dejar de leer. "He estado pensando en qué otras opciones podemos buscar para solucionar el problema de tus alas, al menos temporalmente, hasta que podamos encontrar una solución definitiva."
Al escuchar a Dusk, Rainbow Dash abrió grande los ojos y luego bajó su cabeza con una mirada triste. Muchas cosas pasaron por su cabeza, pero ella no estaba segura de decirlas en ese momento.
"Yo… Yo no sé si sea buena idea…" Dijo Rainbow Dash con una mirada preocupada.
"Encontré un hechizo que sirve para que los ponies no voladores puedan caminar en las nubes." Agregó Dusk sin dejar de leer el libro. "Es solo temporal pero dura varias horas, creo que podríamos probarlo."
"Ese no es el problema, recuerda que yo me caí de mi casa solo cuando intenté volar…" Dijo Rainbow Dash con algo de pena al recordar. "Además, no creo que-"
"¡Oh! ¡Es verdad! Lo había olvidado. Eso significa que entonces podemos enfocarnos en este otro hechizo…" Dijo Dusk interrumpiendo a Rainbow Dash, avanzando rápidamente en su libro para encontrar el hechizo que buscaba.
"Dusk, yo-" Dijo Rainbow antes de ser interrumpida nuevamente.
"¡Aquí está! ¡Este es un hechizo de vuelo temporal!" Dijo Dusk emocionado al encontrar lo que buscaba.
"Dusk." Dijo Rainbow Dash seria, dado que notó que Dusk ni siquiera la escuchaba.
"Vaya, nunca había visto un hechizo tan complejo, pero creo que-" Dijo Dusk emocionado mientras leía el hechizo.
"¡DUSK!" Gritó Rainbow Dash, esta vez siendo ella quien interrumpió a Dusk.
Con el grito de Rainbow Dash, Dusk se sorprendió y bajó el libro. Entonces vio que su amiga lo veía fijamente con una mirada de pena y preocupación.
"Dusk, yo… yo no puedo hacerlo de nuevo." Dijo Rainbow Dash apenada, bajando su mirada. "Hace solo dos días acepté que esto parecía no tener arreglo. Entonces ayer se te ocurrió lo de usar los elementos de la armonía y mis esperanzas se renovaron por completo. Yo tenía toda mi fe puesta en los elementos de la armonía, y entonces… todo falló."
En ese instante Rainbow Dash levantó su cabeza y miró con una triste sonrisa a Dusk.
"¿Lo entiendes? Yo… Yo no sé si soportaría otra decepción." Agregó Rainbow Dash con tristeza.
"P-Pero no debemos rendirnos... Debemos agotar todas las opciones." Dijo Dusk preocupado, listo para seguir argumentando contra su amiga. Sin embargo Dusk se mordió la lengua al ver a su amiga tan triste, tal como había ocurrido el día anterior, cundo él mismo le dio falsas esperanzas antes de estar seguro de poder sanarla. "Es… Está bien… lo entiendo…" Agregó Dusk bajando su cabeza, triste por no poder seguir ayudando a su amiga.
"Gracias." Dijo Rainbow Dash con una triste sonrisa.
"Sí… Eh… ¿Podemos seguir desayunando?" Dijo repentinamente Spike, tratando de arreglar el tenso ambiente que había quedado luego de la discusión.
Entonces Rainbow Dash se sonrojó y volvió a comer sus tostadas, en tanto que Spike volvió a beber de su vaso. Por su parte, Dusk no pudo recuperar su ánimo tan fácilmente, él solo se quedó viendo a su amiga con una cara triste, todo mientras muchos pensamientos cruzaban por su cabeza.
"Huff… en fin…" Dijo Dusk suspirando, pensando en que a pesar de lo que él opinara, tendría que hacer lo mejor para Rainbow Dash en ese momento. "Rainbow Dash, ¿Quieres jugo?" Agregó Dusk, sacudiendo su cabeza y sonriendo nuevamente, decidido a no arruinar ese desayuno con su cara triste.
"Seguro." Respondió Rainbow Dash, agradeciendo que Dusk diera por terminado el tema.
Dusk le sirvió el jugo y Rainbow Dash lo bebió de un sorbo, y mientras lo bebía, una brillante idea vino a su mente.
"Oye Dusk." Dijo Rainbow Dash golpeando el vaso en la mesa, secándose su boca y poniendo una enorme sonrisa llena de determinación. "Cuéntame más sobre ese hechizo para caminar en las nubes."
Por sobre los cielos de Equestria se elevaba un pequeño globo aerostático color rosa, el cual llevaba a unos conocidos tripulantes en él: cinco ponies y un bebé dragón. En tanto que el mismo globo iba siendo arrastrado por los aires por una pegaso amarillo, la cual volaba muy lentamente mientras jalaba del globo.
"¿De verdad es necesario que Fluttershy tenga que llevar el globo?" Preguntó Rarity preocupada viendo a su amiga volar mientras jalaba del globo.
"Bueno, estamos algo atrasados." Respondió Dusk con una sonrisa de culpa, luego mirando a Pinkie Pie. "Te demoraste bastante en pedirle prestado el globo a Cherry Berry."
"Bueno, sí. Fue muy difícil distraerla para que no viera mientras sacaba su globo." Dijo Pinkie Pie encogiéndose de hombros.
"¿¡Tú lo robaste!?" Preguntó Applejack asustada.
"No lo robé, solo… lo tomé prestado… sin su permiso…" Dijo Pinkie Pie con una sonrisa nerviosa, mientras sus demás amigos la miraban con cara de regaño. "¿¡Qué querían que hiciera!? ¡Necesitábamos el globo y Cherry Berry dijo que no me lo prestaría nunca más luego que el equipo del clima casi lo destruyó en la Carrera Anual de las Hojas!"
"Huff… Como sea, solo recuérdame pedirle perdón cuando volvamos…" Dijo Dusk suspirando resignado, pasándose un casco por su cara.
"No te preocupes, si eres tú, creo que te perdonará. He escuchado que ella es fanática de las historias de Dusk-Sempai." Dijo Pinkie Pie con una gran sonrisa.
"¿Y quién es ese?" Preguntó Dusk sin entender.
"¡Esto será fantástico!" Dijo Rainbow Dash repentinamente, quien no había estado prestando atención a la conversación de Pinkie Pie. Ella solo se había alegrado al ver nuevamente los pueblos y paisajes desde la altura, tal y como ella hacía cuando podía volar. "¡Cuando lleguemos a Cloudsdale les daré un tour por la ciudad más bella de toda Equestria!"
Luego del desayuno, Rainbow Dash le había contado su brillante idea a Dusk, la de llevarlo a él y a todas sus amigas a conocer Cloudsdale, la ciudad natal de ella, Fluttershy, y de gran parte de los pegasos que vivían en Equestria. En aquella ciudad vivían solo pegasos, algo lógico dado que esta se encontraba flotando en las nubes, por lo mismo, otras razas estaban normalmente impedidas de visitar aquella ciudad, pero gracias al hechizo que encontró Dusk, Rainbow Dash podía hacer que todos sus amigos pudieran conocer aquella hermosa y particular ciudad, la misma que ya todos podían ver con sus propios ojos ya que se iba acercando mientras su globo volaba hacia allí. Las nubes se abrían para mostrar una enorme ciudad que flotaba mágicamente en las nubes.
"Los llevaré a la fábrica de arcoíris, también al coliseo… ¡Y luego veremos el show de Los Wonderbolts!" Gritó Rainbow Dash llena de emoción.
"Lo sé, será genial. Ya llevo mi aperitivo para ver el show." Dijo Spike mientras sostenía un paquete de palomitas, solo que este estaba relleno de joyas en vez de palomitas de maíz. "Un buen show merece un buen refrigerio." Agregó Spike lanzando un pequeño rubí al cielo y atrapándolo con la boca.
"Sí, solo vigila guardar un poco para el show de la tarde." Dijo Dusk con una pequeña sonrisa. Conociendo tan bien a su hermano que apostaría lo que fuese a que Spike se terminaría comiendo todas las gemas antes de la competencia.
Rainbow Dash sonrió al ver que Spike también estaba entusiasmado por ver el show, luego ella se giró y se apoyó en la baranda del globo para seguir viendo hacia abajo y disfrutar de la vista aérea, sin embargo, esta vez no pudo evitar mirar de reojo hacia arriba y ver a Fluttershy, quien con esfuerzo guiaba lentamente el globo hacia Cloudsdale, a donde ya casi llegaban.
"Si mis alas estuvieran bien, yo los hubiera traído mucho más rápido…" Susurró Rainbow Dash muy despacio, suspirando con una mirada de pena. Algo que no pasó inadvertido para Dusk, quien la había estado mirando en ese instante.
Finalmente los ponies llegaron hasta Cloudsdale, en donde Fluttershy aterrizó, un poco exhausta luego de guiar el globo, mientras este caía lentamente sobre una nube que ya era parte de la ciudad. Entonces Rainbow Dash saltó del globo y sonrió al poder sentir nuevamente el suave tacto de las nubes en sus cascos.
"Es una suerte que aún pueda caminar en las nubes." Dijo Rainbow Dash sonriendo y luego mirando a sus amigas. "Y ahora ustedes también podrán sentirlo."
"Bien, seré el primero." Dijo Dusk mientras su cuerno brillaba y recordaba el hechizo que leyó en la mañana para caminar en las nubes.
Entonces el cuerno de Dusk destelló por un segundo y sus cascos tuvieron un brillo morado que duró un par de segundos. Luego de esto Dusk cerró sus ojos suspirando, decidido a confiar en su magia, y dio el salto fuera del canasto del globo, en donde, al igual que sus dos amigas pegasos, pudo caer sobre la nube sin atravesarla.
"Sabía que el hechizo no fallaría." Dijo Dusk sonriendo con orgullo. "Siempre que uno hace un hechizo por primera vez hay un poco de duda, pero yo-"
En ese instante Dusk dejo de hablar, ya que se giró a mirar a Rainbow Dash con confianza, pero ella no lo estaba mirando, ni siquiera le había puesto atención. Lo único en lo que tenía fija la vista la pegaso celeste era en la decena de pegasos, volando por encima de ella, yendo de un lado a otro por sobre la ciudad. Al notar que Dusk la miraba, Rainbow Dash desvió la mirada rápidamente y puso una sonrisa nerviosa.
"¡B-Bien! Sabía que lo lograrías cerebrito, ¿Ahora quién sigue?" Dijo Rainbow Dash, deseando que su leve distracción hubiera pasado por alto.
Dusk miró a su amiga con una mirada triste, luego cerró sus ojos y suspiró mientras tomaba una decisión.
"Espera un momento… Antes de eso, quisiera intentar algo más." Dijo Dusk mirando con una leve mirada de duda a Rainbow Dash. "Yo… quisiera probar el hechizo de alas temporales."
"¿¡Qué!?" Dijo Rainbow Dash con cara de miedo. "No, Dusk. Ya te lo dije en la mañana, yo-"
"Mientras volábamos hacia aquí, pude ver tu cara cuando veías a Fluttershy volar." Dijo Dusk un poco triste. "Hoy no solo verás a Fluttershy, sino a cientos de pegasos a tu alrededor, y no quiero verte triste mientras ves a otros ponies volar. Aunque sea solo por este día, déjame ayudarte."
"No. No más ilusiones." Dijo Rainbow Dash desviando la mirada con miedo. "Si no funciona, yo…"
"Funcionará, te lo probaré." Respondió Dusk con seguridad, sabiendo cómo no volver a ilusionar a su amiga sin razón. "Esta vez no te decepcionaré, lo probaré antes."
Dusk Shine cerró sus ojos y comenzó a recitar en su mente el hechizo que debía conjurar mientras su cuerno se iluminaba más y más. Este hechizo era uno de los más complejos que Dusk había leído, por lo que necesitaba una gran cantidad de energía y concentración. Aún así, mientras su magia se iba canalizando, Dusk no pudo evitar preguntarse cómo se vería una vez funcionara… ¿Tendría grandes alas? Ya que él era un unicornio, ¿Luciría como un alicornio? Quizás su nueva forma sería tan imponente que los pegasos de la ciudad se inclinarían ante él al pensar que era un príncipe alicornio.
La magia en el cuerno de Dusk llegó a su punto máximo y un gran destello apareció, cegando a todos quienes lo veían, haciendo que cerraran sus ojos por un segundo, en tanto que la luz que cubría a Dusk se iba atenuando lentamente hasta volver todo a la normalidad.
En cuanto la luz se difuminó por completo, Dusk abrió sus ojos lentamente, para ver frente a él a sus amigas, quienes lo veían con cara de asombro, en especial Rarity, a quien sus ojos parecían brillar de emoción mientras lo veía. Algo muy distinto a la mirada que tenía Spike, quien a diferencia de las yeguas, se tapaba su boca con esfuerzo, como si estuviera aguantando una carcajada.
"¿Qué pasó? ¿Funcionó?" Preguntó Dusk confundido, mirando hacia su espalda al sentir que algo sí había cambiado en él.
Al mirar hacia atrás, Dusk abrió enorme sus ojos, totalmente impactado y bastante desilusionado ante lo que veía. El hechizo sí había funcionado en efecto, Dusk ahora tenía unas alas en sus costados, sin embargo no eran nada parecido a lo que él había imaginado. En vez de unas grandes e imponentes alas de pegaso, con fuerte y largas plumas, Dusk tenía un par de enormes alas de mariposa, casi trasparentes, como si fueran hechas de seda, con varios colores en ellas, desde donde se traslucía la luz, dando un bello espectáculo de colores en el suelo que pisaba.
"Pero miren qué bella mariposa, ¡Jajaja!" Dijo Spike riéndose a carcajadas, sin saber qué le daba más risa, si ver a su hermano con esas bonitas y femeninas alas de mariposa en él, o ver su cara de impacto al descubrir lo que se había hecho a sí mismo.
"¿¡Qué es esto!? ¿Por qué mis alas-? ¡Woah…!" Dijo Dusk frustrado, deteniéndose al notar que sus alas aletearon sin él quererlo y ahora lo mantenían a flote en el aire torpemente."
"Estás… ¿¡Estás volando!?" Dijo Rainbow Dash, asombrada al ver como el hechizo de Dusk había funcionado al verlo volando torpemente con sus nuevas alas de mariposa.
"S-Sí… Pero es más difícil de lo que pensé." Agregó Dusk nervioso mientras sus alas seguían aleteando y giraba sin control sobre sí mismo.
"Intenta aletear ambas alas al mismo tiempo, inhala y exhala una vez por cada aleteo, nivela tu cola o perderás el equilibrio, la vista en frente." Dijo Rainbow Dash, emocionada por alguna razón al darle instrucciones de vuelo a su amigo.
Dusk escuchó las instrucciones de su amiga, las cuales lo ayudaron un poco a estabilizarse, sin embargo aún no tenía total control sobre sus alas, y menos con su forma de volar. Luego de varios segundos, finalmente Dusk logró que sus alas aletearan al mismo tiempo y pudo aterrizar nuevamente.
"Huff… Es… es difícil…" Dijo Dusk agotado luego de finalmente aterrizar.
"Hehe, es más difícil de lo que parece, ¿Verdad?" Agregó Fluttershy con una pequeña risita, agradeciendo que alguien con alas compartiera su opinión respecto a la difícil tarea de volar.
"¡Esas alas son divinas!" Dijo Rarity desde la canasta del globo, mirando maravillada las alas de Dusk. "¡Me vería fabulosa con unas alas así! ¿Podrías intentar usar ese hechizo en mí también? Después de Rainbow Dash por supuesto."
Dusk Shine miró sorprendido a Rarity, luego bajó la mirada pensativa por unos segundos mientras hacía unos cálculos mentales.
"No creo que pueda, de hecho el hechizo de alas ocupa mucha energía mágica, más de la que pensaba." Respondió Dusk frunciendo el labio y luego mirando a Rainbow Dash preocupado. "Creo que aún me alcanza para poder usar el hechizo en ti, Rainbow Dash, pero si lo hago, no creo que me quede suficiente energía para poder usar el hechizo para caminar en las nubes en las demás chicas."
Rainbow Dash se vio sorprendida ante la revelación de Dusk, luego ella miró a sus amigas un instante, y volvió a mirar a Dusk con una mirada seria.
"Usa el hechizo para caminar en las nubes." Dijo Rainbow Dash con una pequeña sonrisa. "Me encantaría poder volver a volar, aunque sea solo por un día, pero les prometí a mis amigas que tendríamos un divertido día conociendo Cloudsdale, y yo nunca defraudo a mis amigas. Además, las alas de mariposa no van con mi estilo."
Al escuchar la respuesta de Rainbow Dash, Dusk sonrió con alegría al verificar que su amiga respondió exactamente lo que él pensaba, después de todo Rainbow Dash no abandonaría a sus amigas, ni siquiera por su más preciado deseo personal.
Luego de eso Dusk usó su magia en sus demás amigas y finalmente los seis ponies y Spike pudieron estar de pie sobre las nubes que formaban parte de la gran ciudad de Cloudsdale.
"Bien, hora de recorrer la ciudad." Dijo Dusk emocionado.
En cuanto Dusk deseó poder avanzar, sus alas reaccionaron a sus deseos y aletearon nuevamente, haciendo que este se elevara y comenzara a avanzar torpemente de un lugar a otro en zigzag por los aires. Al ver que Dusk parecía no tener control aún sobre sus alas, las demás yeguas corrieron detrás de él para intentar alcanzarlo y detenerlo.
"Vaya, vaya, ¿Acaso no es Rainbow 'Crash'?" Dijo repentinamente una voz burlona, justo cuando Rainbow Dash se disponía a seguir a sus amigas, haciendo que la pegaso de melena arcoíris se detuviera y mirara hacia atrás, asustada al reconocer aquel antiguo apodo.
Al ver hacia atrás, Rainbow Dash se congeló al ver quien estaba aterrizando tras ella. Eran dos pegasos que ella no veía hacia años, pero que aún recordaba perfectamente. Eran los dos pequeños bullies del campamento de vuelo, los mismos que se habían burlado de Fluttershy y que habían competido contra ella en la carrera donde obtuvo su cutie mark. Ahora ninguno de los dos era un potrillo, ya ambos eran potros adultos, uno de pelaje marrón con una cutie mark de unas mancuernas, y el otro de pelaje ocre con una cutie mark de balones baloncesto; y aunque ambos habían crecido, ambos mantenían esas molestas sonrisas burlonas que Rainbow Dash recordaba.
"Dime, aún te acuerdas de nosotros, ¿No es así, Rainbow Crash?" Dijo el potro marrón con una risa burlona.
"Mi nombre es Rainbow Dash. Y sí, lamentablemente aún me acuerdo de ustedes." Respondió Rainbow Dash con una mirada seria, intentando ocultar su nerviosismo. "Son los dos tontos a los que humille hace años en aquella carrera."
"Desde esa carrera en la que hiciste trampa." Dijo el potro color ocre con una mirada molesta.
"¿¡Qué!? ¡Yo no hice trampa!" Respondió Rainbow Dash ofendida.
"¿Y entonces por qué huiste del campamento? No solo del campamento, incluso te fuiste de Cloudsdale, ¿No es así?" Dijo el potro marrón apuntando a Rainbow Dash. "Seguramente te remordió la conciencia. Si no hubieras hecho nada malo, no habrías huido."
En ese instante Rainbow Dash abrió grande los ojos y desvió la mirada mientras se mordía el labio. La verdad era que lo que decía aquel torpe pegaso era verdad, ella había abandonado Cloudsdale por la culpa que sintió en aquel entonces, pero no por hacer trampa en la carrera, sino por haber abandonado a Fluttershy.
"Sí, estoy seguro que eso de la Rainplosión sónica fue solo un tonto truco que hiciste para engañarnos." Dijo el otro pegaso. "Ninguna potrilla podría ser capaz de hacer ese truco."
"Yo… Yo sí lo hice." Dijo Rainbow Dash, enojándose más y más con aquellos molestos potros que seguían menospreciándola a pesar de todos los años que habían pasado. Además, si fuera cualquier otra ocasión, Rainbow Dash los haría callar con alguna pirueta en el aire y solo se iría volando de allí, pero sin sus alas y con su autoestima herida, a ella se le complicaba mucho poder enfrentarse a esos dos tontos en una discusión.
"Entonces lo demostrarás en la competencia de hoy, ¿No es así?" Dijo el potro marrón, nuevamente poniendo una sonrisa burlona. "En la mañana vi la lista de participantes y, ¡Oh, sorpresa! Adivina el nombre de quién estaba inscrito allí… el tuyo, Rainbow Crash."
Rainbow Dash se paralizó al escuchar que ellos ya sabían que ella supuestamente iba a participar en la competencia de aquel día.
"¿Qué le pasa a tus alas?" Preguntó el potro ocre, por primera vez notando que las alas de Rainbow Dash estaban caídas.
"Y-Yo… Eh… s-solo estoy descansando, y-ya sabes, para ahorrar energías para la competencia." Respondió rápida y torpemente Rainbow Dash, intentando en vano no mostrarse nerviosa.
Los dos potros miraron con extrañeza las alas caídas de Rainbow Dash y luego miraron el globo aerostático que estaba detrás de ella.
"¡Pfft! ¿No será que tus alas no son tan fuerte como para volar hasta Cloudsdale y tuviste que venir en ese tonto globo hasta aquí? ¡Jajaja!" Se rio fuertemente el potro marrón, seguido por su compañero.
"N-No es eso, el… el globo lo usé para traer a mis amigos hasta aquí." Dijo Rainbow Dash sonrojándose de la vergüenza.
"¿Tus amigos? ¿Qué amigos?" Dijo el potro ocre, mirando hacia todos lados burlonamente, sin encontrar a nadie.
"Mis mejores amigos, ponies que valen cien veces más de lo que valen ustedes." Dijo Rainbow Dash molesta, lista para dejar de defenderse y empezara a contraatacar. "De hecho soy amiga de uno de los potros más geniales de Equestria. El alumno personal de la princesa Celestia, el salvador del reino, quien ha enfrentado a dragones y seres oscuros. Un verdadero semental, no como ustedes."
"Heh... ¿Y dónde está ese supuesto potro tan genial?" Preguntó el potro marrón burlonamente.
"Él está por-" Dijo Rainbow Dash levantando su casco lista para apuntar a Dusk Shine, sin embargo se detuvo en el último segundo al ver que a lo lejos, Dusk seguía volando a lo loco, con una cara de miedo mientras sus demás amigas intentaban agarrarlo para hacer que bajara. En ese instante Dusk se veía tan tonto que señalarlo sería la perdición de Rainbow Dash.
"¡Por allá!" Gritó Rainbow Dash en el último segundo, cambiando de dirección y apuntando en la dirección totalmente opuesta a la de donde estaba Dusk.
Los dos potros se giraron para ver hacia donde apuntaba Rainbow Dash.
"¡Por allá!" Gritó nuevamente Rainbow Dash antes que los dos potros terminaran de girarse para ver, haciendo que miraran en otra dirección.
"¡Por allá!" Gritó Rainbow Dash por tercera vez, haciendo que los potros se marearan sin saber hacia dónde ver.
"No veo nada." Dijo el potro ocre con sus ojos mareados.
"Es que ese amigo mío es tan veloz volando que no lo alcanzaron a ver, jeje…" Dijo Rainbow Dash con una sonrisa nerviosa mientras se rascaba su cabeza, esperando que ambos bullies creyeran su mentira.
"Sí, claro. Bueno, ya es hora de irnos, te dejaremos sola a ti y a tu novio imaginario, jeje." Dijo el potro marrón con una risa burlona, sin creer nada de lo que había dicho Rainbow Dash. "Te veremos en la competencia, en donde todos verán que tu famosa Rainplosión sónica fue solo un fraude, igual que tú, jeje."
Entonces ambos potros abrieron sus alas y se fueron riendo mientras se seguían burlando a lo lejos de la pegaso de melena arcoíris.
"Rainbow Dash, ¿Por qué te quedaste atrás?" Dijo Fluttershy, mientras ella y sus amigas se acercaban nuevamente hasta allí, todas caminando mientras Dusk seguía flotando, aleteando sus alas involuntariamente mientras era sostenido por una cuerda en sus pata, que sostenía Spike, como si Dusk fuera un globo.
Al ver volver a sus amigos, Rainbow Dash cerró sus ojos y sacudió rápidamente su cabeza para aclarar su mente. Ella no tenía tiempo para molestarse ni preocuparse por lo que dijeran ese par de tontos que la molestaban. Ella se había prometido a sí misma que ella y sus amigas pasarían un grandioso día en su bella ciudad natal, y nada arruinaría eso.
"N-No pasa nada, estoy bien." Dijo Rainbow Dash, con una gran sonrisa. "Siento la demora, ahora, ¡Comencemos con nuestro recorrido por Cloudsdale!"
Yendo con Rainbow Dash como guía, lo primero que visitó el grupo de amigos fue el barrio residencial de Cloudsdale, en donde casi todas las viviendas estaban construidas con nubes, aunque, al igual que la casa de Rainbow Dash, con un tipo de nube mucho más densa que las nubes habituales del cielo. Construcciones que solo podían hacerse y mantenerse allí en el cielo, todas siguiendo la estética de la ciudad, de grandes columnas y arcos que rememoraban un poco a la antigüedad.
Luego de eso siguieron por el mercado, el cual era bastante básico pero con precios muy elevados, ya que allí en el cielo no se daban todas las cosas que sí se daban en la tierra, como comida, gemas o demás materias primas, por lo que muchos pegasos preferían realizar sus compras en ciudades vecinas.
Terminado de ver el mercado, Rainbow Dash sonrió ante lo que venía, ya que ella intencionalmente condujo a sus amigos por la ruta más común y aburrida para causar un mayor impacto con la joya de la corona de la ciudad: la fábrica del clima.
Al llegar a la fábrica, los ojos de todos se abrieron enormemente al ver la enorme construcción de nubes, desde la cual salían por sus chimeneas variadas y distintas nubes, mientras que en uno de sus costados caía un rio arcoíris, desde donde se formaban precisamente los arcoíris. Una vez dentro, todos tuvieron que ponerse unas batas y cascos, todo para mantener limpio tan delicada área de trabajo en donde se fabricaba el clima de toda Equestria, en especial en el primer salón al que entraron, que era en donde se fabricaban los copos de nieve.
"Parece que ya lo dominaste." Dijo Rainbow Dash mirando a Dusk y sus alas, mientras avanzaban por el cuarto de invierno, notando que su amigo ya no volaba torpemente, de hecho, ya era capaz de volar lentamente y mantenerse suspendido en el aire como un pegaso normal.
"Sí, creo que ya entendí el truco de estas alas." Dijo Dusk orgulloso, dando un par de giros en el aire para mostrar su nueva destreza adquirida con sus alas. "Estas alas no son como las de un pegaso, son mágicas. Así que una vez entendí eso, comprendí que debía enfocarme y darles órdenes con mi mente, no con mis músculos de la espalda. Es un proceso que-"
Dusk dejó de hablar al notar que todos los pegasos trabajadores del lugar comenzaron a correr de un lado a otro mientras los copos de nieve en los que trabajaban volaban por todo el lugar. Le tomó un par de segundos a Dusk entender que al hacer su pirueta había agitado demasiado sus alas y había causado un viento que había echado a volar los delicados y livianos copos de nieve.
"¡Ups! Lo siento." Dijo Dusk avergonzado, aterrizando de inmediato mientras ponía una nerviosa y culpable sonrisa.
"¡Cómo puedes ser tan descuidado!" Gritó molesta una yegua, quien parecía la jefa del lugar, la cual se dirigió furiosa hasta donde estaba Dusk. "Estos turistas… Acaso no leíste el letrero que decía- ¡Wooaah…! ¿Esas son tus alas?"
La furiosa pegaso se detuvo repentinamente al acercarse a Dusk y ver sus alas más de cerca, lo que hizo que cambiara radicalmente su actitud y ahora mostrara una cara de profundo asombro.
"Eh… sí, es… es un hechizo mágico que me permite volar…" Dijo Dusk nuevamente avergonzado, solo que esta vez por la excesiva atención que estaba teniendo, ya que al ver a su jefa asombrada, la mayoría de los demás trabajadores también se acercaron, todos mostrando asombro al ver las alas de Dusk.
En ese momento Dusk no lo entendió, pero para un pegaso sus alas lo eran todo. Y ver a un pony con otro tipo de alas, y más aún, unas tan lindas con forma de mariposa, hacía que todos los pegasos quedaran asombrados y encantados por esas particulares alas.
En un principio, todas las amigas de Dusk sonrieron al ver que todos alrededor se acercaban a admirar a Dusk, pero al notar que la mayoría eran yeguas y que se estaban acercando demasiado a Dusk, llegando a tocarlo, hizo que unos pequeños celos aparecieran en ellas, lo que hizo que todas empezaran a separar a Dusk de sus nuevas fans. Entonces las yeguas comenzaron a apurar el camino para salir pronto de esa sala y continuar con la siguiente.
En cuanto el grupo de ponies llegó a la siguiente sala, todos se olvidaron al instante del bullicio que habían dejado atrás y solo miraron impresionados lo que había frente a ellos.
"Y esta es la sala donde se hacen los arcoíris." Dijo Ranbow Dash sonriendo, entretenida de ver a sus amigos tan asombrados al ver las piscinas de colores, cada una con los más vividos y brillantes colores que habían visto, colores que luego de mezclaban en cascadas y formaban los bellos arcoíris. "Pueden ir a recorrer, solo tengan cuidado con…" Rainbow Dash dejó de hablar al ver que sus amigos ya se habían separado, todos queriendo ir a conocer por su cuenta tan bello y exótico lugar, incluso Fluttershy, quien nunca había estado en aquella sala.
Mientras Fluttershy, Spike y Rarity veían las piscinas donde se mezclaban los colores, y Applejack corría tras Pinkie Pie luego que esta probara un poco el sabor de los arcoíris y saliera corriendo por lo picante que eran; Dusk estaba nuevamente siendo arrinconado por un grupo de yeguas que comenzaban a acercarse y a coquetear con él, ninguna atraída por el potro en sí, sino más bien por las bellas y exóticas alas que tenía aquel potro lavanda.
Rainbow Dash suspiró y caminó hacia donde estaba Dusk, lista para volver a separar a Dusk de toda esa multitud, sin embargo se detuvo al notar que en esa multitud estaban los dos bullies que la habían molestado más temprano, quienes justamente parecía que trabajaban allí. Al notar que esos dos molestos potros estaban allí, Rainbow Dash saltó para esconderse detrás de una columna que estaba justo al lado.
"Espera un momento, esto es tonto. ¿Por qué me estoy escondiendo?" Pensó Rainbow Dash mientras inconscientemente abrazó con su casco una de sus alas caídas. Fue Entonces que ella suspiró y decidió que no podía seguir avergonzándose por algo con lo que tendría que acostumbrarse a vivir.
"Alas hechas de seda y rocío matinal… ¡Qué maravilla! ¡Eres como un alicornio!" Dijo una pegaso, apegándosele mucho a Dusk, mientras coqueteaba con él.
"¡Sí! ¡Eres como de la realeza!" Dijo otra yegua, también sonriendo coquetamente. "Y dime, príncipe… ¿Tienes novia?"
"¿N-Novia?" Repitió Dusk nervioso, como siempre, poniéndose algo tenso al estar en grupos grande de desconocidos.
"Sí, es decir, te vi llegar aquí junto a cinco yeguas." Dijo la pegaso que había hecho la pregunta. "De seguro una es tu novia, pero si no fuera así, quizás tú y yo… ya sabes…"
"¡Oh! No, ellas son mis amigas." Respondió Dusk intentando no estar tan nervioso. "Todos vinimos en un globo desde Ponyville para ver-"
"¿Globo? Espera un segundo, ¿Tú eres el novio imaginario de Rainbow Crash?" Preguntó el potro bully de pelaje marrón, que también se había acercado con su amigo a ver las extrañas alas de ese potro lavanda.
"¿Rainbow Crash? ¡Oh! Creo que te equivocaste, su nombre es Rainbow Dash." Dijo Dusk sonriendo inocentemente mientras Rainbow Dash se tapaba la cara, roja de la vergüenza al escuchar como Dusk y los bullies conversaban.
"¿Qué? ¡Oh! Sí, claro, ella. A ella me refería." Dijo el potro marrón sonriendo burlonamente.
"No, Rainbow Dash no es mi novia." Dijo Dusk sonriendo. "De hecho, de todas las chicas, ella es a la que menos imagino tener como novia."
Al escuchar aquello, Rainbow Dash se paralizó con un dolor en su pecho. Aquella frase ella la había escuchado antes de los labios de Dusk: 'De todas las chicas, tú eres a la que menos imagino tener como novia.' Esas eran las palabras que Dusk le había dicho en el bosque Everfree cuando ella pensaba que estaban en una cita romántica, y se habían grabado a fuego en su corazón, pues esas fueron las palabras que comenzaron a derrumbar su amor por Dusk, al darse cuenta que que ella jamás tendría una oportunidad con él y que él jamás la había visto de forma romántica.
Aunque Rainbow Dash ya se había jurado a sí misma que tenía que aceptar que Dusk jamás la vería como más que una amiga, escuchar nuevamente esa frase fue como abrir una vieja herida, que hizo que Rainbow Dash pusiera su espalda contra el pilar y se dejara caer lentamente, con su cabeza gacha, sintiéndose desolada.
"Rainbow Dash es la yegua más genial que conozco. Ella jamás se fijaría en alguien como yo. Simplemente no puedo imaginar que ella algún día me aceptase como su novio." Agregó Dusk sonrojándose levemente mientras tenía una sonrisa nerviosa. Un comentario que hizo Rainbow Dash levantara su cabeza con sorpresa. "Ella merece ser novia del mejor pony del mundo, y yo… definitivamente no soy ese pony"
Mientras los demás ponies seguían invadiendo de preguntas a Dusk, nada más llegó a los oídos de Rainbow Dash. La última aclaración que había hecho Dusk hizo que ella se sobresaltara internamente. Todos esos días desde que ella había escapado de su cita con Dusk, ella había repetido esa frase en su mente una y mil veces, sobre que Dusk jamás se imaginaría tenerla como novia, lo que la había llevado a pensar que Dusk no la veía ni siquiera como a una yegua deseable, ¡Pero era todo lo contrario! Dusk había dicho esa frase porque él pensaba que él mismo no era digno de estar con ella, que ella tenía tantas virtudes que él no era merecedor de su amor. No era que Dusk jamás hubiese pensado en ella románticamente, sino su maldita baja autoestima.
Al darse cuenta de aquello y de lo que implicaba, Rainbow Dash bajó nuevamente su cabeza, pero esta vez para intentar ocultar la enorme sonrisa que apenas podía aguantar al darse cuenta que el potro a quien quería, sí podía llegar a amarla, además de descubrir toda la admiración que él sentía por ella. Con tan solo una frase, su herido corazón, que había estado maltrecho por días, había sanado y ahora hacía que ella quisiera gritar y saltar de alegría, ¡Ella aún podía ser amada por Dusk!
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"¿Hm? Rainbow Dash, ¿Sucede algo?" Preguntó repentinamente Fluttershy, quien se acercó hasta ella al ver que se ocultaba tras un pilar.
"¿Eh? N-No, no pasa nada, jeje." Dijo Rainbow Dash sonrojada, rascándose su cabeza, sin dejar de sonreír. "Bien, basta de recorridos, es hora de ir al coliseo." Agregó Rainbow Dash nerviosa, intentando en vano ocultar su felicidad.
La muy perceptiva Fluttershy de inmediato notó que algo verdaderamente bueno tuvo que haberle pasado a su amiga para hacerla sonreír así, una autentica sonrisa llena de dicha que ella no le había visto a su amiga en semanas, por lo que Fluttershy no pudo evitar sonreír también. No importaba cual fuera la razón, lo único que importaba era que después de muchos días, finalmente la auténtica Rainbow Dash había vuelto.
Una vez salieron de la fábrica del clima, Rainbow Dash volvió a guiar a su grupo de amigos, solo que esta vez con una gran sonrisa que nadie podía quitarle de la cara.
"¿Sucedió algo bueno allá atrás?" Preguntó Dusk sonriendo, intrigado por la sonrisa de su amiga.
"Quien sabe." Respondió Rainbow Dash, acercando su rostro a Dusk y dándole una enorme y auténtica sonrisa, lo que hizo que Dusk se sonrojara levemente, al tiempo que también se alegraba mucho al ver tan feliz a su amiga.
Mientras seguían caminando, los ojos de todos se abrieron con asombro al ver el enorme coliseo que había en las nubes, en donde iban llegando decenas de pegasos, la gran mayoría para ver el espectáculo, mientras unos pocos afortunados se alistaban para participar.
"Por aquí es la entrada principal. ¡Démonos prisa! Si alcanzamos asientos en las primeras filas, ¡Podremos ver más de cerca a Los Wonderbolts!" Dijo Rainbow Dash emocionada, guiando a sus amigas hacia la entrada principal.
Junto a Rainbow Dash, las cinco yeguas avanzaron hacia la entrada del coliseo, en donde ya había una multitud que se agolpaba para entrar, sin embargo, no todos siguieron a Rainbow Dash.
"¿Qué pasa? ¿Por qué no avanzas?" Preguntó Spike confundido, al ver que su hermano mayor se había quedado quieto, con una mirada pensativa mientras veía hacia otro sector del coliseo.
"Es… es solo que se me ocurrió una idea." Dijo Dusk lentamente, sin mover su vista de a donde miraba.
"¡Aquí están! ¿Por qué no me siguieron?" Dijo Rainbow Dash un poco molesta, luego de notar que ni Dusk ni Spike estaban en el grupo, lo que la obligó a devolverse pensando que se habían perdido. "Le dije a Applejack y a las chicas que se adelantaran para buscar y reservar asientos."
"Rainbow… ¿Esa otra entrada es lo que creo que es?" Preguntó Dusk sin mover su vista.
Entonces Rainbow Dash miró hacia donde veía Dusk, que era un costado del coliseo, por donde unos pocos pegasos, con números pegados en sus flancos, entraban también al coliseo.
"Esa es la entrada para los participantes." Respondió Rainbow Dash, entrecerrando sus ojos para ver con claridad.
"Eso creí… Ven, vamos." Dijo Dusk seriamente, quien agitó sus alas y voló hacia allá, para sorpresa de Spike y Rainbow Dash, que se miraron confundidos entre sí y corrieron para alcanzar a Dusk.
En cuanto Dusk aterrizo frente a la otra entrada del coliseo, llegaron también Rainbow Dash y Spike, ambos un poco cansados al tener que correr tan repentinamente. Frente a la entrada, se encontraba un potro corpulento, con gafas oscuras y corte de melena militar, quien bloqueaba el acceso con una de sus alas.
"Creo que corrí muy rápido." Dijo Spike, poniéndose una garra en su boca, haciendo el amago de que iba a vomitar. Exhausto por correr tan rápido con sus cortas patitas.
"Disculpe." Preguntó Dusk acercándose amablemente al guardia. "Queríamos saber si-"
"Solo participantes." Dijo el guardia toscamente, interrumpiendo a Dusk.
"Tengo una invitación." Dijo Dusk, sacando sorpresivamente una arrugada carta.
"¿¡Eh!? Tú… ¿¡Trajiste eso!?" Dijo Rainbow Dash sorprendida, al reconocer su invitación a la competencia.
"Solo por si acaso, jeje." Respondió Dusk sonriendo mientras le pasaba la invitación al guardia.
"Esta invitación es para una tal Rainbow Dash." Dijo el guardia, bajando sus anteojos para ver a Dusk de pies a cabeza.
"Sí, ella no puede participar, así que pensé-" Dijo Dusk apuntando a Rainbow Dash, antes de ser interrumpido.
"La invitación es para ella, no para ti. No puedes entrar." Dijo el guardia, volviendo a ponerse sus lentes y poniéndose frente a la entrada, inmóvil como una estatua.
Ante la negativa del guardia, Dusk bajó su cabeza frustrado, mordiéndose el labio. Si tan solo no les hubiera tocado un guardia tan amargado, el plan de Dusk hubiera funcionado.
"Es en serio… yo… yo no me siento muy bien… ¡Bwaaa…!" Dijo Spike acercándose a Dusk, no pudiendo evitar vomitar justo a sus pies.
"¡Eww! ¡Spike! ¿Estás bien?" Dijo Dusk preocupado, viendo un poco impresionado que su pequeño hermano había expulsado por su boca justamente su última comida: un montón de gemas, las que había estado comiendo en su paquete de palomitas mientras iban hacia allí. "Debes tener más cuidad-"
En ese instante Dusk dejó de hablar al notar al guardia, que por primera vez mostraba emociones, pues se había sacado sus lentes y observaba las gemas vomitadas por Spike como si fuera lo más hermoso que había visto. Fue entonces que Dusk entendió lo que pasaba y levitó las gemas antes que se cayeran al atravesar las nubes.
"¡Oh, pero qué desperdicio! Mi hermano vomitó este montón de joyas, ¿Ahora qué haré con esto?" Dijo Dusk con una fingida voz teatral, mientras miraba de reojo al guardia. "Quizás algún buen pegaso podría hacer mejor uso de estas joyas que nosotros…"
"Eh, umm… q-quizás fui un poco duro al decir que no podías participar." Dijo el guardia desviando la vista avergonzado, mientras miraba de reojo las joyas que Dusk levitaba. "Supongo que si tu amiga no puede participar, no estaría mal que tú participes en su lugar."
"¡Muchas gracias!" Dijo Dusk con una gran sonrisa, dejando de levitar las joyas y dejándolas caer en los cascos del guardia, quien las miró sonriendo ávidamente, sin importarle que tuvieran baba de dragón; mientras Dusk y compañía ingresaban finalmente al coliseo.
"¿Sobornaste a ese guardia con el vómito de Spike? Estoy un poco impresionada. Asqueada pero impresionada." Dijo Rainbow Dash con un dejo de burla, divertida al ver que Dusk, quien siempre respetaba las reglas, había hecho algo incorrecto.
"Sobornar es una palabra muy fea, más bien fue un pequeño regalo que nos abrió sin querer una puerta, jeje." Dijo Dusk sonriendo y sonrojándose levemente. "Fue una suerte que en Cloudsdale las joyas, y en especial los rubíes que tanto le gustan a Spike, valgan más que en las ciudades terrestres, después de todo aquí no se pueden extraer."
Al entrar en el salón bajo el coliseo, los tres vieron como decenas de ponies estiraban sus alas o hacían ejercicios con estas, alistándose para pronto salir a volar para intentar ganar la competencia y el preciado premio, ¡Una tarde junto a Los Wonderbolts!
"Espérenme aquí, iré a buscarte un número para competir." Dijo Rainbow Dash, adelantándose para buscar al encargado.
"Cielos… Aún no me siento del todo bien… Me preguntó que comí que me cayó mal…" Dijo Spike tocándose su vientre mientras este gruñía.
"Quizás sea la poción que te di." Dijo Dusk con una pequeña sonrisa nerviosa.
"¿Qué poción?" Preguntó Spike confundido.
"Bueno… ¿Recuerdas la poción que me mostraste ayer? La que alguien dejó en la puerta el otro día." Respondió Dusk rascándose la cabeza. "Pensé en dársela de probar a Rainbow Dash, pero quería asegurarme de que funcionara, así que… puse un poco en tu jugo del desayuno."
"Tú… ¿¡Me usaste como conejillo de indias!?" Dijo Spike molesto, hasta que su estómago volvió a gruñir y se tuvo que agachar para soportar el dolor. "No sabes cuánto te odio en este momento… Me vengaré." Agregó Spike adolorido, mirando molesto a su hermano.
"¡Oh, vamos! ¿Y qué hay de esa vez que me hiciste creer que comía fideos cuando en realidad eran gusanos? Yo diría que estamos a mano." Dijo Dusk sacando su lengua en disgusto al recordar esa pesada broma que le había hecho Spike años atrás.
"Parece que la poción solo le dio dolor de estómago a Spike… Quizás no funciona." Pensó Dusk en ese instante. "Aunque Spike es un dragón, y además no tiene alas. Quizás la poción si funcione con Rainbow Dash… No hay forma de saberlo."
Al rato Rainbow Dash finalmente volvió, con un sticker con el número 15, que Dusk puso en su flanco.
"Serás el último en salir. Por cierto, creo que ya adiviné tu plan." Dijo Rainbow Dash con una pícara sonrisa. "¡Piensas volar y usar tu cuerno para hacer un espectáculo con tu magia! Eso sería algo nunca visto en la competencia, después de todo los pegasos no pueden usar magia."
"No, eso sería hacer trampa. Debo participar solo utilizando mis alas, como los demás pegasos." Respondió Dusk encogiéndose de hombros.
"¿¡Qué!? Pero entonces, ¿¡Cómo planeas ganar!?" Preguntó Rainbow Dash confundida.
"Tú lo acabas de decir, hay que hacer algo único, ¡Y estas alas lo son!" Respondió Dusk. "Durante todo el día los pegasos se me han acercado para admirar estas alas. Creo que si vuelo y hago algunas piruetas simples, bastará para impresionar al público."
"Así que planeas ganar con algo artístico en vez de velocidad o destreza…" Dijo Rainbow Dash pensativa, sin estar segura si eso bastaría para ganar. Entonces ella vio hacia el lado, a uno de los camerinos sin usar, en donde había una caja con varios adornos, que parecía que nadie iba a ocupar, ya que rara vez alguien competía con un número artístico. "¡Ya sé! Podemos usar esos adornos y maquillaje para arreglarte y que te veas aún mejor."
"¿Usar maquillaje? Yo… Yo no estoy seguro de eso…" Dijo Dusk nervioso, ya que no le gustaba verse femenino, por su siempre complejo de tener el pelaje púrpura. Luego Dusk vio a Rainbow Dash, quien se mantenía viéndolo emocionada, y entonces recordó que él hacía esto por ella, para poder ganar el premio que tanto deseaba. "E-Está bien… lo haré. Llama a Rarity para que nos venga a ayudar."
"¡Pfft! Eso no es necesario, ¡Yo puedo hacerlo!" Dijo Rainbow Dash, inflando su pecho de orgullo. "De hecho el otro día tuvimos una competencia de maquillaje en la casa de Applejack y yo gané. No te preocupes."
Entonces Rainbow Dash se metió en la caja que había al lado para sacar adornos y maquillaje, y se puso cascos a la obra, para 'embellecer' rápidamente a un nervioso Dusk Shine.
"¡Número 15! ¡Es tu turno de salir!" Dijo la anunciadora, justo cuando Rainbow Dash le daba los últimos toques al maquillaje de Dusk.
"¡Y listo! ¿Qué tal?" Dijo Rainbow Dash orgullosa, acercándole un espejo a Dusk para que él apreciara su obra de arte.
Al verse en el espejo, el cerebro de Dusk se paralizó y dejo de funcionar debido al impacto. Lo que él pensaba que sería un maquillaje sutil para quizás resaltar sus ojos y verse más feroz, en realidad era un maquillaje excesivamente sobrecargado, Dusk tenía capas y capas de maquillaje por todo su rostro, lo que le hacía parecer un payaso de circo o una pequeña potrilla que se había aplicado maquillaje por primera vez.
"¡Pfft! Creo que combina perfecto con tus alas de mariposa, ¡Jajaja!" Dijo Spike riéndose a carcajadas.
"¡Tengo que quitarme esto!" Gritó Dusk aterrado, buscando alguna toalla para quitarse todo ese maquillaje, mientras Rainbow Dash lo miraba inocentemente, sin entender qué estaba mal.
"¡Numero 15 al escenario, o será descalificado!" Gritó la anunciadora por segunda vez.
Dusk Shine miró nervioso hacia la salida, luego cerró los ojos fuertemente y se resignó a que tendría que salir así. Entonces él se acercó hasta la salida del salón, el punto de partida para comenzar su espectáculo, desde donde debía salir volando hacia el centro del coliseo. Dusk tomó aire, se repitió a sí mismo que todos le pondrían atención a sus alas en vez de a su rostro, y entonces saltó y comenzó el vuelo para su espectáculo.
En cuanto Dusk comenzó a volar, las voces en el coliseo comenzaron a murmurar. Definitivamente había algo distinto en ese participante, ninguno de los otros participantes volaba así, casi como un novato, sin grandes trucos, ni piruetas complicadas, ni gran velocidad. Pero a medida que ascendía, el público quedó maravillado al notar aquellas peculiares alas, unas alas tan únicas que eran dignas de admiración, lo que hizo que Dusk comenzara a recibir sus primeros aplausos.
"¡Funciona! ¡Sabía que estas alas llamarían la atención de todos los pegasos!" Pensó Dusk, sonriendo con más confianza mientras volaba más alto y con más seguridad. "Ahora a acercarse a las gradas para que todos vean mejor mis alas."
Entonces Dusk se acercó más a las gradas y comenzó a volar en círculo para que todos alrededor tuvieran la oportunidad de ver de cerca esas alas, lo que hizo que los gritos de asombro fueran en aumento, al igual que la confianza de Dusk. Al menos hasta que llegó al palco principal, en donde, para su total sorpresa, estaba la Princesa Celestia, quien había sido la invitada de honor a esa competencia.
En cuanto los ojos de ambos se cruzaron, ambos se vieron con asombro, dado que ninguno de los dos esperaba encontrarse al otro allí. Y al reconocer que ese pintoresco unicornio, con las alas de mariposa y excesivo maquillaje, se trataba de Dusk Shine; la princesa no pudo soportarlo y tuvo que cubrir su rostro con una de sus alas para que nadie la viera riéndose tan descaradamente. La princesa había tenido que asistir a aquella competencia solo por compromiso protocolar, como tantas otras ceremonias que había en el reino, por lo que ella no esperaba nada realmente emocionante allí, pero tan solo ver a su querido alumno con tal facha, había sido suficiente para que aquel viaje a Cloudsdale valiera la pena.
Por su parte, Dusk se sonrojó a más no poder, aunque gracias a las inmensas cantidades de maquillaje que llevaba, aquello no se notó. Mientras volaba, Dusk se mordió el labio y decidió hacer caso omiso de su molesta maestra. Él no podía fallar y arruinar su show, él hacía esto para ganar el premio para Rainbow Dash, por lo que continuó con su show como lo había planeado.
Dusk había notado anteriormente que las alas eran traslucidas, por lo que tenía planeado un broche de oro para su espectáculo. Dusk ascendió y ascendió todo lo que sus alas le dieron, posicionándose muy alto por sobre el coliseo, mientras cientos de ojos lo veían desde abajo. Entonces se puso entre el Sol y el coliseo, y abrió grande sus alas, haciendo que la luz del Sol pasara por entre sus alas traslúcidas, en específico por donde estas tenían colores, lo que hizo que el coliseo fuera bañado por las luces reflejadas de sus alas, generando un hermoso espectáculo de colores que hizo que todos en el público abajo gritaran un sonoro '¡Woaah!' de asombro al mismo tiempo.
Mientras el público veía hacia el cielo el espectáculo de colores, un gran destello apareció y los colores desaparecieron. Entonces todos empezaron a aplaudir con fuerza al pensar que ese destello había sido la marca del final del espectáculo. Los aplausos siguieron y siguieron, poco a poco disminuyendo mientras todos miraban confundidos hacia todos lados, intentando buscar al misterioso participante.
"¡DUSK!" Se escuchó repentinamente un solitario y desgarrador grito que dejó a todos aún más confundidos.
Segundos antes, siguiendo a Dusk Shine. Este había estado iluminando al público con la luz que pasaba a través de sus alas, hasta que, para su sorpresa, Dusk sintió un calor en su espalda y una gran luz destelló tras él, y entonces… comenzó a caer sin control. Las alas estaban hechas de seda y rocío matinal, y al estar a tanta altura, recibiendo directamente los rayos del Sol, sucedió que las alas mágicas no soportaron más el calor y se deshicieron en un estallido mágico.
Dusk comenzó a caer desesperado, sin saber qué hacer. Cayendo tan rápido que sus gritos de ayuda difícilmente se hubieran alcanzado a escuchar, menos aún con los aplausos que habían en el coliseo en ese instante. Todos en el coliseo seguían mirando hacia arriba esperando verlo a él, tan expectantes que ninguno se percató del pequeño punto que caía sin control y que caía por detrás del coliseo.
A diferencia del público en las gradas, Rainbow Dash se encontraba más abajo, en el punto de salida desde donde Dusk había partido su espectáculo, por lo que fue la única que por el rabillo del ojo alcanzó a ver algo que caía por detrás de coliseo y ahora iba cayendo debajo de este. Rainbow Dash desvió su mirada para ver de qué se trataba y su sangre se congeló al darse cuenta de qué era lo que estaba cayendo.
"¡DUSK!" Gritó Rainbow Dash aterrada. Instintivamente saltando al vacío y abriendo sus alas para salvar a su amigo, sin embargó sus alas no se abrieron y ella comenzó a caer también.
Mientras Rainbow Dash caía, se percató tarde que sus alas no funcionaban, pero ni siquiera eso le importó, ella tampoco gritó por ayuda para salvarse. Lo que hizo Rainbow Dash, fue inclinarse y poner sus patas juntas hacia atrás para agarrar más velocidad para intentar alcanzar a Dusk. No había nada más en la mente de Rainbow Dash, ni su seguridad, ni lo que haría después, ni nada, en lo único en que pensaba era en alcanzar a Dusk.
A los pocos segundos de haber saltado, Rainbow Dash escuchó un ruido detrás de ella, que se iba acercando velozmente. Entonces, justo al lado de ella pasaron tres ponies vistiendo trajes iguales, de colores celeste con amarillo, vistiendo gafas en sus ojos. Eran Los Wonderbolts, los voladores más rápidos de toda Equestria, que justamente, gracias a sus veloces alas, fueron los primeros en reaccionar tras el grito de Rainbow Dash y ahora ya incluso la habían alcanzado.
"Levanta el vuelo, nosotras lo salvaremos." Gritó una de los Wonderbolts, quien parecía ser la capitana. Aquello lo había dicho la capitana pensando en que Rainbow Dash podía volar y que había saltado para intentar salvar a Dusk.
Lo Wonderbolts agitaron fuerte sus alas para intentar ganar más velocidad, y poco a poco comenzaron a superar la caída libre de Rainbow Dash, volando de esta forma todos a una enorme velocidad.
"No… ¡No es suficiente!" Pensó Rainbow Dash aterrada al ver la velocidad de Los Wonderbolts, la distancia a la que estaba Dusk, y la poca distancia que faltaba para tocar tierra.
Rainbow Dash tenía mucha experiencia volando a gran velocidad, y nunca se equivocaba en ese tipo de cosas. Ella comenzó a respirar agitadamente y cerró sus ojos con fuerza mientras comenzaba a llorar de impotencia ante lo que estaba a punto de suceder.
"¡No! ¡No! ¡NO! ¡No te riendas! ¡No falles! ¡No pierdas la esperanza!" Gritó Rainbow Dash llorando, levantando su vista y viendo penetrantemente hacia donde estaba Dusk, con una resolución absoluta. "¡No dejaré morir al pony que amo!"
Las alas de Rainbow Dash se abrieron, y no había tiempo para impresionarse. Un aleteo fuerte, dos aleteos fuertes, tres aleteos fuertes, Rainbow Dash sobrepasó a los Wonderbolts… cuatro aleteos fuertes, cinco aleteos fuertes, Rainbow Dash alcanzó su máxima velocidad, el viento golpeaba su cara, el aire se volvía denso, era como nadar en agua, este era el límite de velocidad de un pegaso… ¡Seis aleteos fuertes! ¡Un corazón desesperado! Una explosión arcoíris destelló en el cielo al momento que Rainbow Dash rompía la barrera del sonido.
Rainbow Dash voló como un rayo, llegando a alcanzar a Dusk y a levantarlo, superando la inercia de la caída, justo antes que ambos golpearan la tierra, haciendo un arco y elevándose ambos seguidos por la estela arcoíris que Rainbow Dash iba dejando a su paso.
"¡Rainbow Dash! ¡Estás volando!" Gritó Dusk, tan agitado luego de ver la muerte tan de cerca que a duras penas podía respirar.
"Eso no fue volar, eso fue caer con estilo." Dijo Rainbow Dash con una enorme sonrisa, más feliz de lo que jamás había estado en su vida. "Esto es volar."
Entonces Rainbow Dash sostuvo fuerte a Dusk y comenzó a hacer giros y piruetas mientras ascendía, todo mientras mantenía su estela arcoíris y una velocidad vertiginosa.
Los Wonderbolts se había quedado pasmados luego de ver esa explosión sónica, y más aún al ver que esa pegaso arcoíris había salvado a ese potro y ahora realizaba esos espectaculares giros en el aire. Y los Wonderbolts no eran los únicas que habían visto aquel espectáculo, pues todos en el coliseo habían quedado expectantes al ver el rescate, y asombrados al ver aquella Rainplosión sónica. Pero los más afectados en el publico eran cuatro yeguas, que se habían mantenido al filo del miedo al ver a Dusk y Rainbow Dash caer, y ahora lloraban de alivio y alegría al descubrir que ambos estaban a salvo y al reconocer esa particular sensación de la Rainplosión sónica que también habían sentido hace años y que los había unido desde potrillas.
"¿Aún funciona el hechizo para caminar en las nubes que usaste antes?" Preguntó Rainbow Dash en éxtasis mientras seguía ascendiendo y sosteniendo a Dusk.
"Sí, debería funcionar hasta el atardecer." Respondió Dusk desde abajo, sin entender por qué su amiga le preguntaba eso.
"Bien, espérame aquí." Dijo Rainbow Dash al tiempo que soltaba a Dusk sobre una nube mientras ella seguía subiendo hacia el coliseo. "Tengo una competencia que ganar."
Ya sin el peso de Dusk, Rainbow Dash agarró más velocidad en ascenso y subió velozmente por sobre el coliseo, dejando un arco arcoíris tras ella mientras el público saltaba para hacer la ovación más grande que se había escuchado esa tarde, todo mientras Rainbow Dash continuó dando piruetas y giros, aprovechando que aún tenía su bella estela arcoíris producto de la Rainplosión sónica.
Desde abajo, en una pequeña nube, Dusk podía escuchar perfectamente los gritos, aplausos y alabanzas que todos le daban a Rainbow Dash, tanto por salvarlo a él, como por el gran y bello espectáculo que les estaba dando. No cabía duda, ahora mismo estaba volando la gran ganadora de esa competencia.
"¿¡Perdiste!?" Gritó Dusk Shine en shock una vez que Rainbow Dash volvió a su nube y le contara lo que sucedió luego que terminara el concurso.
"No perdí, más bien nos descalificaron." Dijo Rainbow Dash rascándose la cabeza mientras aterrizaba en la pequeña nube en la que había dejado a Dusk. "Como tú entraste en mi lugar, ambos fuimos descalificados de la competencia por intentar hacer trampa."
Dusk Shine había esperado pacientemente a que su amiga volviera por él, tiempo que aprovechó para quitarse todo ese ridículo maquillaje que llevaba en su rostro. Él tuvo bastante tiempo para limpiarse dado que Rainbow Dash no volvió inmediatamente luego de terminada su rutina, en donde Dusk pensó que lo más seguro era que luego de su acto la estuvieran premiando. Así que fue una total sorpresa enterarse que ella no había ganado a pesar de haber realizado uno de los espectáculos aéreos más impresionantes que se habían visto en Cloudsdale, sorpresivo y muy desalentador.
"Lamento que no hubieras ganado. Sé cuánto querías ese premio." Dijo Dusk con una mirada de pena.
"¡Nah! Está bien, además de todas formas pude hablar con los Wonderbolts." Dijo Rainbow Dash con una enorme sonrisa. "Luego de la premiación, los Wonderbolts se me acercaron y me dijeron lo asombrados que quedaron luego de ver mi Rainplosión sónica. Y no solo eso, ¡Incluso la misma princesa se acercó para felicitarme! Todos estaban muy impresionados, ¡Todo gracias a que mis alas volvieron a funcionar! Sabía que era cosa de tiempo, ¡Logré que volvieran a funcionar solo con mi gran fuerza de voluntad!"
"Y con un poco de jugo de naranja." Dijo Dusk con una pequeña sonrisa culpable. "Supongo que se tardó un poco en hacer efecto, como con el vómito de Spike."
"¿Qué? ¿A qué te refieres?" Pregunto Rainbow Dash sin entender.
"El otro día Spike encontró un pequeño frasco que decía 'poción' en él. Y esta mañana la usé secretamente en él y estaba listo para usarla en ti, pero entonces dijiste que no querías más falsas esperanzas, eso me hizo dudar, pero… de todas formas me arriesgué y la puse en tu jugo." Respondió Dusk mirando a su amiga con una cara de culpa. "Sé que no querías probar más cosas, pero yo no quería rendirme… ni quería que tú te rindieras."
Rainbow Dash se asombró ante la historia de Dusk y al recordar el jugo de naranja que él le había ofrecido en el desayuno.
"¿Y de dónde vino esa poción?" Preguntó Rainbow Dash asombrada.
"Eso… es una larga historia." Respondió Dusk con una mirada pensativa, sabiendo que aún tenía un gran misterio que resolver. "Por cierto, ¿No va siendo hora de que volvamos con las demás?"
En ese instante Rainbow Dash se sonrojó un poco y desvió la mirada.
"Las… las chicas ya se fueron." Dijo Rainbow Dash sonrojada. "Les dije que volvieran por su cuenta porque…" En ese instante Rainbow Dash se calló ya que no estaba segura si decir lo que quería decir, pero luego se recordó a sí misma que se había prometido ser más valiente luego de la experiencia casi mortal que habían vivido tanto ella como Dusk. "Porque yo… quería pasar un rato contigo a solas…"
Dusk se sorprendió ante la declaración de Rainbow Dash. Luego esta se acercó al borde de la pequeña nube y aleteó un par de veces para darle impulso y que esta comenzara a moverse.
"Bienvenido al expreso aéreo de Rainbow Dash. Próxima parada, Ponyville." Dijo Rainbow Dash con una tímida sonrisa, sentándose junto a Dusk una vez la nube agarró impulso y se empezó a mover por su cuenta.
Mientras la nube se movía, siguieron unos segundos de silencio en que Rainbow Dash sabía que debía hablar de algo, pero estaba tan nerviosa que no sabía de qué hablar.
"Me asombra que no te hayas quedado conversando con los Wonderbolts." Dijo Dusk repentinamente, finalmente rompiendo el silencio.
"Sí, creo que esa fue la parte más difícil de hacer, pero que se le puede hacer, no podía dejarte aquí abandonado en una nube solitaria." Respondió Rainbow Dash con una sonrisa, agradeciendo que Dusk rompiera el silencio y así ella dejara de estar tan nerviosa.
"Lo siento." Dijo Dusk sonrojándose un poco, lamentando que su amiga dejara de lado su sueño por tener que volver por él.
"No seas tonto. Eres mi amigo, deja de agradecerme por todo." Dijo Rainbow Dash mirando hacia el horizonte con una sonrisa.
La nube avanzaba lenta pero segura hacia Ponyville, la cual por suerte no se encontraba demasiado lejos de Cloudsdale en esa época del año, por lo que en unos cuantos minutos llegarían allí, pero al menos les daría el tiempo suficiente para disfrutar de los últimos rayos del Sol antes del atardecer.
"Sabes, todo en mi vida pareció ir cuesta abajo desde nuestra última cita." Dijo Rainbow Dash pensativamente, mirando de reojo a Dusk. "Lo único que espero es que ahora todo finalmente vuelva a la normalidad."
"Bueno, ya volvieron tus alas, y más importante, volvió tu sonrisa. Así que todo parece indicar que vamos por bueno camino a que todo vuelva a la normalidad." Dijo Dusk sonriendo, hasta que recordó su anterior cita, a la que se refería su amiga. "Sobre esa cita aventurera que tuvimos en el bosque, yo… lamento mucho haberte hecho enojar."
Rainbow Dash recordó ese momento, y se sonrojó avergonzada.
"Supongo que a veces no estoy seguro de cómo tratarte." Agregó Dusk con una mirada confundida.
"C-Creo que esa vez exageré un poco. Es… Es solo que me molesta un poco que me trates distinto que a las demás chicas…" Dijo Rainbow Dash, aún recordando cuando Dusk la llamó 'colega' y la trató como a un chico. "Todas somos distintas entre nosotras, pero todas somos… yeguas. Y eso es algo que no quiero que olvides."
Dusk Shine recordó a lo que se refería su amiga y esta vez fue su turno de sonrojarse avergonzado al recordar su error.
"Lo prometo." Dijo Dusk apenado, luego poniendo una cara pensativa al recordar otra cosa. "Sabes, esta es la segunda promesa que te hago, pero la primera que cumplo."
"¿Hm? ¿A qué te refieres?" Preguntó Rainbow Dash confundida.
"El día de la Celebración del Sol de Verano. Tú ganaste la apuesta de despejar las nubes en menos de diez segundos, y yo prometí que haría cualquier cosa que tú quisieras, pero aún no me has pedido hacer nada, jeje." Dijo Dusk con una pequeña sonrisa.
Le tomó unos segundos a Rainbow Dash recordar lo que le decía Dusk, y entonces ella se sonrojó y desvió la mirada. Lo que decía Dusk era cierto, en aquella ocasión ella había estado a punto de pedirle algo a Dusk, pero Pinkie Pie se lo había llevado lejos antes que ella pudiera decírselo. Ahora era distinto, ambos estaban solos, nadie podía interrumpirlos, sin embargo, ¿Ella sería capaz de pedir lo que había querido pedirle en aquella ocasión?
Rainbow Dash bajó su cabeza y respiró lentamente para tranquilizarse un poco. Tan solo unos instantes atrás, ella lloró de impotencia al creer que Dusk caería a su muerte. Ella se había prometido ser más valiente, y no podía volver a vacilar por sus propios temores sobre lo que podría pasar o pensar los demás si se enteraban de lo que decía.
"Yo ya sé lo que quiero." Dijo Rainbow Dash, con su cabeza gacha, por lo que Dusk no pudo ver más que sus orejas sonrojadas. "Quiero… un beso."
Nuevamente un incómodo silencio siguió por mucho rato, con ambos ponies estáticos como estatuas. Con Rainbow Dash ocultando su rostro y con Dusk con los ojos totalmente abiertos por la sorpresa de lo que acababa de oír.
"Tú… ¿Q-Quieres un beso?" Preguntó Dusk sonrojado y nervioso, queriendo corroborar lo que había escuchado, pese a que estaba seguro de lo que oyó.
"T-Tú has besado a todas las chicas, y yo… yo soy la única que…" Comenzó a hablar Rainbow Dash, levantando su vista, mostrando su sonrojado rostro, pero aún así sin ser capaz de mirar a Dusk a los ojos. Tan nerviosa que era incapaz de terminar de decir lo que pensaba. "Recién te estaba diciendo que no quiero que me trates distinta a los demás. Es… es por eso… solo por eso. Yo… no quiero sentirme distinta."
Dusk siempre se ponía nervioso cuando de algo romántico se trataba, por lo mismo entendió perfectamente a Rainbow Dash, quien estaba tanto o más nervioso que él mismo mientras hablaba. Fue entonces que Dusk pensó que podía saber la razón de tantos nervios.
"Tú… ¿Quieres saber cómo se siente un beso…? ¿Nunca has besado a nadie?" Preguntó Dusk nervioso.
Rainbow Dash no respondió, pero increíblemente se puso más roja de lo que ya estaba, con su mirada más avergonzada aún. Lo que fue suficiente respuesta para Dusk.
"Es… Es solo que esas cosas nunca me han importado." Agregó Rainbow Dash sonrojada, mirando hacia la nada. "Y ahora que todas lo han hecho… a veces pienso, ¿Qué tal si lo arruinara cuando lo haga?"
Al escuchar las palabras de Rainbow Dash, Dusk se quedó sorprendido y pensativo mientras su mente intentaba buscar una explicación de lo que estaba sucediendo e iba inventando un rompecabezas mental para intentar justificar algo que tenía una respuesta mucho más obvia, pero que su propia autoestima le impedía ver.
"Quizás ella quiere practicar besar para no arruinarlo en el futuro con el potro a quien ame…" Pensó Dusk luego de unir lo último que dijo Rainbow Dash con su particular petición.
"E-Está bien… lo haré." Dijo finalmente Dusk, también sonrojado a full. "Pero creo que es un desperdicio que tu primer beso sea conmigo y no con el potro a quien ames…"
Al escuchar aquello, Rainbow Dash se vio sorprendida un instante y luego miró hacia el lado con una pequeña sonrisa.
"Qué tan tonto puedes ser… tú eres ese pony." Pensó Rainbow Dash con una tierna sonrisa.
"Si no quieres hacerlo, está bien… No quiero obligarte a hacer algo que no quieras." Dijo Rainbow Dash nerviosa, mirando tímidamente a Dusk.
"¿De qué hablas? Más parece un premio que una penitencia, jaja." Dijo Dusk, pensando en voz alta, hasta que se dio cuenta que había hablado en voz alta y se sonrojó aún más de lo que Rainbow Dash estaba, poniéndose totalmente nervioso. "Y-Yo… Yo no quise decir… es decir… yo si lo dije, solo que pensé… no, lo pensé… bueno, sí lo pensé, pero lo que quise decir es… eh… yo…" Comenzó a tartamudear Dusk torpemente, sin terminar ninguna idea y sin saber cómo justificar lo que acababa de decir.
Al ver a Dusk siendo tan torpe, Rainbow Dash sonrió tiernamente al notar que él, al igual que ella, estaba también muy nervioso.
Finalmente ambos se quedaron en silencio y se quedaron viendo mutuamente, ambos con sus mejillas sonrojadas, sabiendo que ya sobraban las palabras. En ese instante la nube, que había disminuido paulatinamente su velocidad, casi había llegado a su destino, y se había detenido justo arriba de un lago que quedaba al lado de Ponyville, haciendo que los rayos del sol que se ocultaba en el atardecer se reflejaran en este, causando una romántica atmósfera, creando el momento perfecto.
"¿E-Estás lista?" Preguntó Dusk tímidamente.
Rainbow Dash inclinó su cabeza en aceptación y nerviosamente comenzó a acercar su cara a la de Dusk Shine. Ella lo haría, finalmente le daría un beso a Dusk. No importaba que fuera la última de sus amigas en besar a Dusk, eso era lo menos, ¿Verdad? Eso no significaba que de igual forma estaba perdiendo… ¿Verdad?
Mientras Dusk se mantenía quieto, con sus ojos cerrados y sus mejillas sonrojadas, sintiendo poco a poco la respiración de Rainbow Dash que se acercaba a él lentamente, justo cuando los labios de ambos ponies casi se tocaban; la pegaso repentinamente abrió grande los ojos ante una repentina y brillante idea, la idea más brillante que jamás se le había ocurrido, y entonces ella se detuvo.
"No, no quiero besarte." Dijo Rainbow Dash deteniéndose y retrocediendo su cara, ante la sorpresiva mirada de Dusk. "Yo… quiero que tú me beses."
"¿Eh? ¿Qué no es acaso lo mismo?" Preguntó Dusk confundido.
"¡No es lo mismo!" Dijo Rainbow Dash completamente sonrojada.
Y fue entonces que las cosas se invirtieron. Esta vez Rainbow Dash cerró sus ojos e inclinó levemente su cabeza, a la espera de Dusk Shine.
Dusk entonces miró a Rainbow Dash, más indefensa de lo que jamás la había visto, y lentamente acercó su rostro al de la pegaso. Mientras se acercaba, Dusk veía más definidos los bellos rasgos del rostro de Rainbow Dash, sus cejas, su bella melena arcoíris, podía sentir su suave aroma, y veía sus pequeños labios que lo esperaban impaciente; y fue entonces que Dusk entendió lo que Rainbow Dash decía.
"Ella tiene razón… ¡Besar es distinto a ser besado!" Pensó Dusk sonrojándose a full mientras su corazón palpitaba a mil por segundo.
Finalmente Dusk cerró en el último instante sus ojos y puso sus labios junto a los de Rainbow Dash, cumpliendo su promesa y besándola.
Los primeros segundos fueron solo un toque de labios, en que ambos se quedaron congelados con sus labios pegados. Ambos con casi nula experiencia y tan nerviosos que esperaban que el otro hiciera un movimiento. Pero finalmente ambos se relajaron y se dejaron llevar por el momento, moviendo sus labios y finalmente dándose un apasionado beso.
Dusk no tenía mucha experiencia besando, y, sin saber aún si era bueno o malo, él solo lo había hecho con sus amigas. Un beso intenso y fugaz con Pinkie Pie, un beso dulce rápido y accidental con Applejack, un beso fuerte e pasional con Fluttershy, un beso tierno y romántico con Rarity, y al igual que todas sus amigas eran distintas, sus besos también lo eran, pues el beso de Rainbow Dash era lento, inexperto, pero también tierno y natural.
Luego de varios segundos, ambos labios finalmente se despegaron, y Dusk y Rainbow Dash se quedaron viendo de cerca mutuamente, con sus mejillas sonrojadas mientras lentamente recuperaban el aliento.
Solo un par de segundos pasaron e instintivamente ambos comenzaron a acercarse lentamente de nuevo. Y sin previo aviso, Dusk desapareció, ante los atónitos y confundidos ojos de Rainbow Dash.
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¡SPLASH!
Rainbow Dash escuchó un ruido debajo de ella y se asomó por la nube, notando que allí estaba Dusk Shine, quien se había caído en el lago que estaban sobrevolando en ese instante.
"¡Puaj! ¡Coff! C-Creo que el hechizo para caminar en las nubes se agotó." Dijo Dusk desde abajo, escupiendo agua y viendo hacia el atardecer, que era la hora que él había predicho previamente en que acabaría el efecto del hechizo.
"¡Pfft! ¡Jajaja! ¿Por qué siempre eres tan torpe? ¡Jajaja!" Se rio Rainbow Dash, sonrojándose al pensar que también le gustaba ese lado tonto de Dusk.
Rainbow Dash se quedó viendo desde arriba como Dusk nadaba hacia la orilla del lago, luego ella miró hacia el pueblo y sonrió nuevamente, asombrada al pensar en que tantas cosas buenas pudieran pasar en un solo día, lo que le hizo decidir algo, algo distinto a lo que acostumbraba. Esta vez ella se tomaría las cosas con calma, después de todo, hasta antes de ese día, todo había salido mal por apresurar las cosas.
Ella sabía que la carrera por el corazón de Dusk estaba lejos de terminar, pero ahora por fin se sentía parte de la carrera, ya no era la última en la carrera, por primera vez desde que conoció el amor, ella estaba a la cabeza, y ahora usaría todo lo que había aprendido y daría todo de sí para ganar esa carrera.
"El pueblo está allí, ¿Estarás bien llegando allí por tu cuenta?" Preguntó Rainbow Dash aleteando para que la nube en la que estaba bajara junto a ella.
"Sí, no hay problema." Dijo Dusk mientras se sacaba un alga que le había quedado en la melena.
"Hehe, hasta mañana Dusk." Dijo Rainbow Dash sonriendo, apenas pudiendo contener su felicidad.
Fue entonces que Rainbow Dash agarró la nube entre sus patas y voló, llevándosela consigo. Después de todo tenía que volver a su casa, una casa que había estado abandonada por días y que incluso ya no tenía almohada en su habitación, dado que ella la había roto en un arrebato de ira. Por eso se llevaba esta nube, necesitaba una nueva almohada, y que mejor almohada que aquella donde había dado su primer beso, una almohada que en su mente seguía guardando el dulce y agradable olor del potro a quien amaba.
# Fin del capítulo 42
