Capítulo 44 – Un cambio interior

Era temprano en la mañana y los pájaros ya comenzaban a cantar, anunciando el nuevo día. Con un gran bostezo, Dusk se levantó con mucha flojera de su cama, estirando cada uno de sus músculos antes de destaparse y bajar de su cama, para así caminar hacia el baño para comenzar el día. Después de todo, había muchas cosas que hacer ese día: responder la carta de la princesa Celestia, estudiar la flor que había traído del bosque Everfree, y por supuesto, la mayor prioridad de todas, solucionar el problema de sus amigas, para que ellas volvieran a ser las lindas y tiernas yeguas que siempre habían sido.

"Al menos sus recuerdos también se alteraron… No puedo imaginar lo perturbadas que hubieran estado las chicas si hubieran despertado de un día para otro con otro género…" Pensó Dusk mientras caminaba modo zombi hasta el baño, con tanto sueño que apenas podía abrir los ojos para ver frente a él.

"Buenos días Spike… ¡Coff! ¡Coff!" Dijo Dusk al ver moverse a Spike en su pequeña canasta. Tosiendo un poco al notar que su voz había sonado algo extraña, seguramente por haber recién despertado.

Con todo el ruido que Dusk hizo, Spike dio un gran bostezo y miró a Dusk cuando este le dio los buenos días. El pequeño dragón casi se olvida que aún no había hecho las paces con su hermano, sin embargo, al ver a Dusk, Spike se olvidó por completo de todo y simplemente no lo saludó de vuelta por el impacto de ver al pony que caminaba allí frente a él.

"¿Q-Quién eres…?" Preguntó lentamente Spike, totalmente pálido y con su boca y ojos totalmente abiertos. Teniendo una pequeña sospecha de saber quién podría ser ese pony, pero era algo tan descabellado que necesitaba confirmación.

"¿De qué estás hablando? ¿Y esa cara qué? Parece como si hubieras visto un fantasma, ¡Coff! ¡Coff! ¡Cielos! ¿Qué le pasa a mi voz hoy?" Respondió Dusk, sonriendo un poco al ver la graciosa cara que había puesto Spike, luego continuando su camino hasta el baño.

Una vez llegó al baño, Dusk se lavó la cara, y por primera vez en el día, se vio al espejo. Al ver su reflejo, él se quedó más tiempo del habitual viéndolo. Definitivamente había algo extraño… ¡Su melena había crecido! Y no como le había crecido la última vez, antes de ir a Ponyville y que la princesa se lo cortara. Esta vez su melena había crecido de forma larga y lisa, como siempre había querido tenerla, para asemejarse un poco más a la larga y bella melena de su hermano mayor.

Al ver su nueva melena, Dusk fue sonriendo lentamente, pero al instante, esa sonrisa se fue desvaneciendo lentamente al notar que no solo su melena había crecido… Fue solo entonces que Dusk notó que su hocico se había achicado un poco, siendo más fino de lo que era, al igual que sus demás rasgos faciales, en donde ahora destacaban sus ojos, que eran ligeramente más grandes y con unas pestañas más largas y definidas. Todo eso hizo que su terror de verse más femenino comenzara a apoderarse de él.

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"¿¡Qué fue lo que me pasó!?" Pensó Dusk, hablando consigo mismo mientras miraba su reflejo y ponía un casco en su cara.

Entonces Dusk notó que su pelaje se sentía más suave… además, era ligeramente más bajo que antes… y no era que su voz tuviera problemas matutinos, era su nueva voz, más aguda y femenina…

Con terror, y completamente pálido, Dusk bajó lentamente su cabeza para mirar su parte baja. En donde todos sus temores se confirmaron.

"¡DÓNDE ESTÁ MINI-DUSK!" Gritó Dusk en su mente, al descubrir que faltaba su mayor rasgo distintivo masculino. La cual, fue la última gota que rebalsó el vaso e hizo finalmente explotar la bomba de la realidad.

"¡WAAAAAHHHH!" Gritó Dusk histéricamente frente al espejo, luego corriendo fuera del baño con una mirada de loco mientras corría a toda velocidad en círculos por la habitación, gritando desesperado y botando todo a su paso.

Mientras Dusk corría histérico por la habitación, Spike se quedó viendo congelado como esa extraña pero familiar yegua corría sin control. Luego de ver correr así de horrorizada a esa yegua, las dudas de Spike sobre la identidad de esa yegua se despejaron.

"¿Dusk?" Preguntó Spike mirando confundido a la yegua.

En ese instante Dusk dejó de correr y miró a Spike. El corazón de Dusk parecía que apenas podía soportar todo lo que sentía en ese instante. Miedo por no saber qué había sucedido y por qué, ira al ver que su mayor miedo de verse 'femenino' se había vuelto realidad, confusión al no saber qué hacer ni cómo reaccionar, y ahora, que incluso su pequeño hermano pusiera en duda su identidad, era más de lo que su corazón podía soportar.

Normalmente Dusk intentaba guardar sus sentimientos y analizarlos lentamente uno por uno, pero esta vez era distinto, no solo había cambiado por fuera, él sentía distinto y pensaba distinto… Por primera vez sentía que ahora sus sentimientos eran prioridad antes que pensar lógicamente. Y fue entonces que los ojos de Dusk comenzaron a llorar mientras este se dejaba caer al suelo por este colapso de nuevas sensaciones y emociones.

"Spike…¡Por supuesto que soy yo!" Dijo Dusk llorando en el suelo mientras intentaba en vano calmar sus emociones y reacciones. "¿¡Qué fue lo que me pasó!?"

Spike se sorprendió al ver a esa yegua llorar, más aún sabiendo ahora que efectivamente ella era Dusk Shine. Entonces el bebé dragón se levantó lentamente y caminó temeroso hasta donde estaba Dusk, poniendo una garra en su hombro.

"T-Tranquilo… todo se va a arreglar…" Dijo Spike con cautela, pensando en cómo sería la mejor manera de confortar a Dusk en ese instante.

Al sentir la garra de Spike, Dusk levantó su vista y vio que su pequeño hermano le sonreía nerviosamente, haciendo un gran esfuerzo para intentar confortarlo. Fue entonces que Dusk recordó que él no lo había visto sonreír así desde que Spike se había enojado con él, y por primera vez ellos estaban nuevamente cerca, viéndose a los ojos. Y nuevamente sus nuevas prioridades sentimentales hicieron que los sentimientos de culpa afloraran en Dusk, más fuertes que nunca.

"¡Spike! Yo… ¡Lo siento tanto!" Dijo Dusk comenzando a llorar más fuerte mientras miraba a Spike. "Yo debí contarte del beso con Rarity inmediatamente. No fue algo que yo planeara, solo sucedió, y… y no me arrepiento. Mis sentimientos estaban tan confundidos, ¡Y lo siguen estando! P-Pero por sobre todas las cosas, quiero que sepas que yo jamás pensé en traicionar tu afecto, solo… tenía miedo de contarte, ¡No quería verte sufrir! Tú eres mi querido hermanito, y yo… ¡Yo te amo!" Terminó Dusk sin dejar de llorar, pero con un alivio interno, como si por primera vez hubiese sido capaz de sacar afuera todos sus sentimientos.

Mientras Dusk veía a Spike, el pequeño dragón estaba algo choqueado al escuchar la sincera disculpa de Dusk, más aún al verlo llorar y notar qué tan arrepentido estaba. Además, en la mente de Spike aún le era difícil aceptar que esa yegua era su hermano, una joven yegua que estaba abrazada a él, viéndolo con ojos llorosos y mejillas sonrojadas…

"E-Está bien, Dusk… t-te perdono." Dijo finalmente Spike, desviando la mirada y sonrojándose levemente.

"¿¡D-De verdad!?" Preguntó Dusk, sonriendo un poco y secándose sus lágrimas.

"Sí… Yo sé que no lo hiciste a propósito. Además… no puedo enojarme si Rarity eligió besarte. Yo no soy su dueño." Dijo Spike desviando nuevamente la mirada y poniendo una mirada algo triste. "Eso solo significa que tendré que dar aún más de mí para que ella se fije en mí."

"¡Spike!" Dijo Dusk sonriendo, abrazando fuertemente a Spike por haberlo perdonado.

"Y-Ya… ya…" Dijo Spike sonrojándose ante el abrazo de la yegua. Separándose al instante del abrazo para que su hermano no lo viera sonrojado. "De todas formas, aún te debo un buen golpe como castigo. Te lo daré… cuando vuelvas a ser tú mismo."

"¿Yo mismo?" Dijo Dusk confundido, mientras su cerebro se tomó unos segundos antes de recordar lo que eso significaba. Entonces Dusk fue abriendo grande sus ojos y boca al recordar su nuevo estatus como yegua, listo para gritar histérico nuevamente.

"¡No! ¡Basta de gritos!" Gritó Spike, tapándole la boca a Dusk, anticipándose a su grito. "No importa cómo te veas, sigues siendo Dusk Shine. Y mi hermano nunca iría gritando como histérico por la habitación."

Al escuchar las palabras de Spike, la respiración de Dusk empezó a calmarse lentamente. Entonces Dusk cerró sus ojos unos segundos mientras se calmaba y pensaba en que su hermano tenía razón. Al notar más tranquilo a Dusk, Spike finalmente le sacó las garras de la boca.

"Gracias… Necesitaba calmarme." Dijo Dusk, hablando ya más tranquilo, mirando a Spike con una sonrisa de agradecimiento.

"Bien. Ahora… ¿¡Qué rayos fue lo que te pasó!?" Preguntó Spike casi en un grito, esta vez invirtiendo los papeles y siendo él quien ahora estaba histérico por un segundo.

"N-No lo sé… Sea lo que sea, me pasó lo mismo que le pasó a las chicas." Respondió Dusk, mirándose a sí mismo y sacudiendo su cabeza en negación. "Espera… ¡Eso es! ¿¡Por qué esto me sucedió un día después que a las demás chicas!?"

"Y además, tú puedes recordar quien eres, las chicas no podían." Agregó Spike con cara pensativa. "Es como si lo que los afectó hubiera tenido un efecto tardío en ti, y parece que también tuvo menos efecto."

"Efecto tardío… menos efectividad… parecen las indicaciones de un medicamento." Pensó Dusk con curiosidad. Y fue entonces que él abrió grande los ojos al darse cuenta de algo.

"¡La poción! ¡Hace dos días tú me hiciste beber la poción que curo a Rainbow Dash de sus alas!" Dijo Dusk sorprendido. "Quizás por eso, lo que sea que causó esto, afectó a las chicas ayer y a mí no, hasta hoy."

"E-Eso quiere decir que si no solucionas esto hoy, tú… ¿Quizás mañana también olvides quién eres?" Preguntó Spike con temor.

En ese instante Dusk se imaginó a sí mismo, viviendo una vida como yegua, usando vestidos y cantando feliz en un campo de rosas. Lo que lo hizo gritar de pánico en su mente.

"¡Eso no pasará!" Gritó Dusk asustado.

"Y entonces… ¿Qué fue lo que causó esto?" Preguntó Spike.

Dusk se puso pensativo por un segundo, analizando toda la información de la que disponía hasta el momento para intentar armar este difícil rompecabezas. Sin embargo aún faltaba una pieza, y aunque Dusk no tenía esa pieza, él sí sabía dónde obtenerla.

"Debo ir al bosque Everfree. Ya sea qué misterioso pony encapuchado sea el causante o no, definitivamente él es la clave de todo." Dijo Dusk con una mirada de determinación.

Repentinamente los oídos de ambos se pusieron en alerta al escuchar unos ruidos provenientes del salón principal. Entonces ambos hermanos se miraron confundidos, y se dirigieron hacia las escaleras para ver quién había entrado a la biblioteca.

Al bajar las escaleras y ver el salón principal, Dusk y Spike se sorprendieron al ver a sus cinco amigas, o más bien, sus cinco amigos, ya que las cinco yeguas aún seguían siendo los mismos cinco potros que habían sido el día anterior. Los cinco potros estaban todos murmurando y riendo tontamente mientras observaban una revista que sostenía Rainbow Blitz. Entonces el pegaso celeste giró la revista, haciendo que una de las páginas se extendiera hacia abajo, haciendo que los rostros de los cinco potros se sonrojaran y sonrieran aún más torpemente. Fue entonces que Dusk pudo leer la portada de la revista, que decía: 'Playpony'.

"¡Oigan! ¡No pueden traer esas revistas sucias a la biblioteca!" Dijo Dusk molesto, bajando rápido las escaleras, también sonrojándose al ver la revista erótica que habían traído aquellos cinco potros.

Al ser descubiertos, los cinco potros saltaron del susto, pasándose la revista mutuamente hasta que llegó a cascos de Butterscotch, quien solo se sonrojó y la escondió rápidamente detrás de él mientras los otros cuatro potros miraban hacia otro lado, silbando disimuladamente.

"¿Q-Qué revista…?" Dijo Butterscotch sonrojado, con una torpe mirada de culpabilidad.

"La revista que escondes tras de ti." Respondió Dusk con cara de obviedad, ya que aún podía ver claramente la revista que sostenía tras él.

"Lo sentimos, es solo que ayer le dije a los chicos que a la biblioteca le faltaba una de estas." Respondió Bubble Berry con una sonrisa nerviosa. "Ya sabes… una lectura más… estimulante, jeje."

"Y por cierto, ¿Tú quién eres?" Dijo repentinamente AJ, notando que esa yegua que estaba parada frente a ellos le era familiar, pero no la reconocía.

"¿¡Eh!?" Dijo Dusk sorprendido, solo entonces recordando que él ya no era 'él', sino 'ella'.

"Sí… por lo molesta que estabas, por un segundo creí que eras Dusk Shine… te pareces mucho a él…" Dijo Elusive, mirando con cuidado a la yegua frente a él.

Ante la atenta mirada de los cinco potros, Dusk Shine cerró fuerte sus labios y comenzó a transpirar, totalmente nervioso. Con todo lo sucedido el día anterior, él había entendido que las bromas entre chicos eran más pesadas, y si esos potros se enteraban que él había cambiado de género, ¡Sería para siempre el foco de sus burlas!

"Y-Yo… yo soy…" Dijo finalmente Dusk, tartamudeando nervioso.

"¡E-Ella es Twilight Sparkle!" Dijo Spike rápidamente con una sonrisa nerviosa, ayudando a su hermano al verlo tan nervioso. "Ella es nuestra hermana… La… ¡La hermana gemela de Dusk!"

"¿¡Twilight Sparkle!? ¿¡Por qué escogiste un nombre tan ridículo!?" Pensó Dusk nervioso, entendiendo que su hermano había escogido ese nombre al ser el equivalente femenino de su propio nombre.

"¡S-Sí! Y-Yo soy la hermana de Dusk y Spike. Soy… soy Twilight…" Agregó rápidamente Dusk, sonrojándose al admitir su nuevo nombre femenino.

Los cinco potros miraron con curiosidad a Dusk, como si aún tuvieran sus dudas frente a lo que les estaban contando.

"¿Eres la hermana gemela de Dusk? ¿Y cómo es que Dusk no te había mencionado antes?" Preguntó AJ entrecerrando los ojos.

Dusk y Spike se miraron mutuamente, ambos intentando pensar en cómo hacer más creíble su falsa historia. Entonces a Spike se le ocurrió una brillante idea, y al girarse para ver a los potros nuevamente, sin que nadie lo viera, él pellizcó fuerte y velozmente el costado de Dusk.

"¡Ay!" Chilló Dusk, cerrando sus ojos con dolor ante el sorpresivo pellizco de Spike. Poniendo una cara de dolor y botando una pequeña lágrima.

En cuanto Dusk chilló, Spike dio dos veloces pasos al frente para acercarse a los potros y movió su garra para que acercaran sus oídos hasta él.

"¡No digan que Dusk no les ha hablado de su hermana! ¡Twilight es muy sensible al respecto!" Dijo Spike susurrándole a los cinco potros. "A Dusk no le gusta mencionar a Twilight porque no le gusta que ambos sean tan parecidos, y ya saben lo que le desagrada a Dusk que le digan que es femenino. Por eso él no está aquí hoy. Él fue de visita a Canterlot cuando supo que Twilight nos visitaría hoy."

Al escuchar la historia de Spike, los cinco potros pusieron miradas sorprendidas, y luego vieron a 'Twilight', esta vez no con sospechas, sino con algo de lástima, al creer que era una pena que Dusk intentara ocultarse de su hermana. En tanto, Spike miro de reojo a Dusk y le dio una orgullosa sonrisa al ver que todos habían creído por completo su falsa historia.

"Lo lamento, no sabía que Dusk era tan tímido para no contarnos sobre su hermana." Dijo Elusive con una triste sonrisa, pensando que 'Twilight' había llorado al enterarse que su hermano se avergonzaba de ella.

"Eh… sí. Yo... ¡Dusk! Dusk es muy tímido, jeje…" Respondió Dusk sonriendo nervioso, sin saber qué les había dicho Spike, pero tal parecía que todas las dudas sobre su falsa identidad habían sido despejadas.

"¿Vives en Canterlot? ¿Qué te trae por aquí?" Preguntó Butterscotch sonrojándose levemente al hablar con una yegua.

"Sí… eh, yo… yo venía a visitar a Dusk Shine." Respondió 'Twilight', aceptando que tendría que aceptar su nueva identidad, al menos hasta que solucionara aquel problema. Fue entonces que a Twilight se le ocurrió una idea para solucionar prontamente tanto su problema como el de sus amigas. "¡Yo quería ir a conocer el bosque Everfree! Quería que Dusk me llevara a dar una vuelta por ese misterioso lugar. Pero ahora que él no está… ¿Ustedes serían tan amables de acompañarme hasta allí?"

Ante la petición de Twilight, los cinco potros pusieron miradas sorprendidas. Ir al bosque Everfree no era ningún juego, y todos preferían evitarlo a menos que fuera absolutamente necesario, y llevar a una yegua, en especial a una que se veía tan delicada y femenina como Twilight, a un paseo por ese tétrico bosque, no era para nada una prioridad. Aún así, no podían verse débiles ni temerosos frente a una yegua, eso iba en contra del código de los potros.

"Reunión de hermanos." Dijo Rainbow Blitz, haciendo que todos los chicos se abrazaran y formaran un círculo para conversar entre ellos.

Entones los seis ponies se miraron, listos para ponerse de acuerdo si ir al bosque o no. Hasta que se dieron cuenta que deberían haber solo cinco ponies, no seis, por lo que los cinco potros se quedaron mirando fijamente a Twilight, que se había unido al abrazo sin que se lo pidieran.

"¿Disculpa? Dijimos solo 'hermanos'." Dijo Elusive, mirando confundido a Twilight.

"¿Eh?" Dijo Twilight confundida, ya que él, ahora ella, había hecho eso el día anterior sin problemas, por lo que pensó que eso era lo correcto. Fue entonces que Twilight se miró a sí misma y se sonrojó al entender que ahora 'ella' no formaba parte del grupo de 'hermanos' de los potros. "¡Oh! Sí, claro… lo siento." Agregó Twilight sonrojada, saliendo del círculo.

Entonces los cinco potros empezaron a hablar entre ellos por un minuto, susurrando y de vez en cuando levantando sus cabezas para darle un vistazo rápido a Twilight. Finalmente, los cinco potros se separaron y miraron sonrientes a Twilight.

"Muy bien, te acompañaremos." Dijo AJ mirando a Twilight, poniendo una enorme sonrisa.

"¿¡De verdad!?" Preguntó Twilight emocionada.

"Claro, como caballeros que somos, no podríamos dejar a su suerte a una hermosa damisela que pide nuestra ayuda." Dijo Elusive, sonrojándose levemente mientras ponía una enorme sonrisa, mismo gesto que hicieron los otros cinco potros.

"Eh… sí, gracias." Respondió Twilight, incómoda al ser llamada 'hermosa damisela', pero más incómoda al notar esas peculiares sonrisas, sin tener el conocimiento ni experiencia para entender qué significaba cuando un potro le sonreía de esa forma a una yegua.


Los seis ponies y el bebé dragón iban caminando por las calles del pueblo en dirección al bosque Everfree. Aunque Twilight le pidió a Spike que no los acompañase por el potencial peligro, el dragón insistió en querer ir, decidido a ayudar a su nueva hermana, y en especial, para intentar encontrar pronto una cura para su amada Rarity.

Mientras Twilight guiaba al grupo, ella se percató que su nueva apariencia poco parecía importarle a los demás ponies del pueblo. De hecho, ya que en el pueblo habían muchas más yeguas que potros, parecía que quienes recibían más atención eran los cinco potros, ya que ahora Twilight se daba cuenta que las yeguas que pasaban cerca de ellos miraban con miradas peculiares a sus cinco amigos.

"Definitivamente les están coqueteando con la mirada…" Pensó Twilight mirando con curiosidad a las yeguas que pasaban cerca de ellos. Entonces, ella se sorprendió al darse cuenta que ahora parecía ser más perceptiva ante ciertos detalles que antes como potro no notaba. "Esto es extraño, parece que no solo he cambiado por fuera… Es como lo que sentí esta mañana, los sentimientos en las yeguas son muy intensos… Esta misma mañana cuando me vi en el espejo y me sentí desbordado por tantos sentimientos a la vez. Pero a su favor, al sentir mis sentimientos más intensos, ahora siento que incluso puedo identificarlos mejor que antes… Justo ahora, siento miedo por lo que encontraremos en el bosque, preocupación por si encontraremos una solución a nuestro problema, alegría por saber que Spike me perdonó, molestia por no comprender lo que está sucediendo… ¡Y satisfacción! Ya que por fin puedo ordenar mis pensamientos… Y puedo hacer eso porque comprendo mejor cómo me siento."

"¿¡Qué pasara si Rarity no puede volver a la normalidad!?" Murmuró repentinamente Spike, quien caminaba al lado de Twilight y que, al igual que ella, parecía estar pensando en otras cosas mientras se dirigían hacia el bosque.

"Tranquilo, te prometo que pronto todo volverá a la normalidad." Dijo Twilight sonriéndole cariñosamente a su hermanito. Y al ver esa dulce y tierna sonrisa de su nueva hermana mayor, Spike efectivamente se tranquilizó, aunque también tuvo que desviar la mirada mientras al sonrojarse levemente.

Luego de hablarle a Spike, Twilight miró de reojo a los cinco potros que caminaban detrás de ellos, los cuales iban conversando entre murmullos entre ellos. Eso le hizo preguntarse a Twilight de qué estarían hablando tan secretamente.

"¿Estarán hablando de mí? O quizás solo charlen sobre alguna tonta broma machista…" Pensó Twilight un poco nerviosa al recordar las charlas que habían tenido ellos el día anterior. "Además, ¿Por qué no caminan a mí lado como siempre lo hacen…? A los potros les gusta ser líderes por naturaleza, ¿Por qué un potro querría caminar detrás de una yegua? Estando detrás de una yegua, lo único que él vería sería su-"

Fue entonces que Twilight se puso roja de la vergüenza y miró rápidamente hacia atrás, haciendo que los cinco potros desviaran velozmente la mirada de lo que estaban viendo, lo que solo confirmó las sospechas de Twilight. Así que la yegua dio un salto para girarse y alejar sus asentaderas de los ojos de esos pervertidos cinco potros.

"¡Ustedes! ¡Desde ahora caminarán enfrente mío, no detrás de mí!" Gritó Twilight con su aguda voz, mirando furiosa a los potros.

Ante el grito de Twilight, los cinco potros abrieron sus bocas para intentar decir algo, pero al ver la furiosa y sonrojada cara de Twilight, entendieron que ella los había sorprendido viendo sus 'encantos traseros', así que finalmente solo bajaron sus cabezas avergonzados y caminaron para ponerse delante de Twilight, tal como se los había indicado.

"No puedo creer que ellos estuvieran viendo mi… ¡Agh!" Pensó Twilight avergonzada, sin querer pensar siquiera en la palabra 'trasero'. Y sonrojándose aún más al pensar que aunque él siempre intentaba evitarlo, a veces él también veía con lujuria los cuerpos de sus amigas, lo que le hizo avergonzarse aún más. "Cielos… Es una suerte que las chicas no vean de esa forma a los potros…"

Fue entonces que Twilight alzó la vista y se fijó en los cinco potros, que ahora caminaban frente a ella, y mientras veía sus siluetas traseras, Twilight se sonrojó y sacudió fuertemente su cabeza.

"¡No! Mis amigas no me ven de esa forma… ¿Verdad?" Pensó Twilight con muchas dudas, sonrojándose al pensar que quizás las yeguas eran más parecidas a los potros de lo que pensaba, y que quizás sus amigas también pudieran verlo a él de una forma más lujuriosa y que él no se había dado cuenta de ello. "No… Ellas no me ven así, yo… yo no les gusto físicamente…" Dudó Twilight con sus propias inseguridades, pero cada vez poniendo más en duda lo que él creía creer sobre sus amigas.

Finalmente el grupo llegó hasta la entrada del bosque Everfree y poco a poco se fueron adentrando en él, siempre siguiendo el camino principal.

Mientras caminaban, Twilight no pudo evitar pensar que esta aventura era muy similar a la que había tenido él y sus amigas yeguas hacía dos días atrás, las únicas diferencias eran que ahora iba Spike, y por supuesto, que los seis ponies habían cambiado de género. Por lo demás, la ruta era la misma, al igual que el ambiente de aquella vez, ya que al igual que aquella vez, ninguno de los ponies mencionaba palabra alguna, pero ahora no era que las yeguas estuvieran molestas con Dusk, ahora era Twilight quien estaba enojada con los cinco potros.

"Oigan… No podemos seguir en silencio todo el trayecto. Alguien debería pedirle disculpas a Twilight." Dijo AJ, susurrándoles a sus amigos.

Entonces los cinco potros miraron de reojo hacia atrás, en donde caminaban Twilight junto a Spike. Entonces Twilight notó que estaba siendo observada y fulminó a los potros con su mirada, lo que hizo que los cinco potros desviaran velozmente la mirada y agacharan sus cabezas con miedo.

"Cielos… Las yeguas dan mucho miedo cuando se enojan." Susurró Rainbow Blitz con un escalofrío.

"Y entonces… ¿Quién le pedirá perdón a Twilight?" Susurró Butterscotch mirando a sus amigos. Y fue entonces que para su horror, el pegaso amarillo notó que sus cuatro amigos lo miraban fijamente y sonreían maliciosamente.

Mientras iba caminando, Twilight se detuvo repentinamente al ver que los cinco potros forcejearon entre ellos por unos segundos, y luego, de entre el tumulto que armaron, salió lanzado Butterscotch, que cayó justo frente a Twilight.

"Lo siento Butterscotch, había que sacrificar a uno de nosotros…" Pensaron los otros cuatro potros entre lágrimas falsas, mirando hacia el cielo, como si Butterscotch hubiera muerto.

Los cuatros potros se quedaron silbando, disimulando entre ellos horriblemente mientras Butterscotch los miraba con reproche y luego se giraba para ver a Twilight, quien solo se le quedó mirando sorprendida, sin entender qué planeaban esos cinco potros.

"T-Twilight… yo… y-yo quería pedirte p-perdón…" Dijo Butterscotch mirando hacia el suelo tímidamente y luego levantando su cabeza para ver a Twilight, que estaba muy cerca de él, por lo que su rostro casi choca con el de Twilight al levantar su cabeza. Entonces Butterscotch vio que Twilight lo miraba fijamente, con sus enormes y bellos ojos morados. Y al tener tan cerca de sí el rostro de una yegua, Butterscotch se puso totalmente rojo y todas sus ideas se enredaron. "T-Tú… caminábamos sin ver… perdón por… trasero… bonitos ojos…"

Con cada palabra que decía, Butterscotch se fue poniendo más rojo y fue agachando cada vez más su cabeza. Entonces él se paró, se giró velozmente, y corrió de vuelta hacia donde estaban los potros, dejando a una Twilight muy confundida, que solo miró a Spike y notó que el dragón tampoco había entendido nada de lo que había sucedido.

"Cielos… ¿Cómo puede ponerse tan nervioso solo por hablar con una chica…?" Pensó Twilight confundida, y entonces también se sonrojó al recordar que él también había actuado así muchas veces.

"¡Por Celestia! ¡Esa fue la peor disculpa del mundo!" Dijo Rainbow Blitz molesto, golpeándose su cara luego que Butterscotch volviera con ellos.

"Huff… Supongo que no hay de otra, tendré que ir yo." Dijo Elusive sacudiendo su melena y poniendo una cara de galán. "Ustedes no entienden el corazón de una yegua."

Elusive vio a su alrededor, tomó una pequeña flor amarilla de las que allí crecía, y se acercó con mirada de galán hasta donde estaba Twilight.

"Esta pequeña flor no se compara en nada con tu belleza, mi dulce damisela." Dijo Elusive mirando coquetamente a Twilight, lo que la dejó totalmente pasmada. "Pero espero que puedas tomarla como muestra de nuestro-"

"Largo." Dijo Twilight mirando furiosa a Elusive.

"¿Eh?" Dijo Elusive sorprendido ante la reacción de Twilight.

Twilight no respondió, solo siguió mirando furiosa a Elusive, quien borró de su cara su tonta mirada de galán y solo retrocedió lentamente, completamente derrotado, sin darse cuenta que él había empeorado aún más la situación, ya que, para la mente masculina de Dusk, que aún luchaba por mantener su propio género, el hecho que le ofrecieran flores y le dijeran 'dulce damisela' era lo último que ella quería escuchar en ese momento.

"Cielo, ¡Solo lo están empeorando!" Gritó Rainbow Blitz frustrado, dando unos pasos hacia adelante y mirando serio a Twilight. "Escucha Twilight, no deberías enojarte porque te estábamos viendo. Si tienes un buen cuerpo, no te debería molestar mostrarl- ¡Mmpph!" Rainbow Blitz no pudo continuar con su discurso machista, dado que AJ saltó y le tapó la boca para que no arruinara más la situación.

"Disculpa a mi amigo, Twilight. No sabe lo que dice, jeje." Dijo rápidamente AJ mientras forcejeaba con Rainbow Blitz. "A veces escuchar a Blitz es tan doloroso como una patada en los bajos, jaja. Aunque tú no lo entiendes, claro está, jeje."

Ante el comentario de AJ, Twilight puso una cara de cansancio y una mirada molesta. No solo porque ella entendía perfectamente la metáfora de un golpe en los bajos, sino también porque había sido la misma Applejack la que le había dado una patada en los bajos un tiempo atrás.

"¡Puaj! ¡Deja de fingir que siempre eres el más maduro del grupo!" Dijo Rainbow Blitz una vez logró escupir los cascos que AJ tenía en su boca. Mirando molesto al potro naranja. "¡Tú también dijiste allá atrás que Twilight tenía un buen cuerpo!"

"Bueno, para evitar malentendidos, yo fui el primero que dijo eso." Dijo repentinamente Bubble Berry, levantando su casco. "Así que ya saben. Yo vi primero a Twilight."

"¡Eso no cierto! ¡Yo la vi primero!" Dijo Elusive, entrando en la discusión.

Entonces los cinco potros se enfrascaron en una pelea. Saltando unos sobre otros, dando mordiscos por allá, y cabezazos por acá… todo ante la atónita mirada de Twilight y Spike, que aún trataban de entender qué era todo lo que estaba sucediendo.

"No lo entiendo… ¿Se estaban disculpando o me estaban coqueteando?" Dijo Twilight confundida, pensando en voz alta.

"¿¡Te estaban coqueteando!?" Preguntó Spike asombrado.

"Eso creo…" Respondió Twilight, aún confundida.

"No lo sé… sin contar la pelea, creo que estaban actuando como siempre lo hacen." Dijo Spike confundido, rascándose la cabeza.

"¿Actuaban igual que siempre?" Susurró Twilight, pensando en las implicaciones que eso podía tener, lo que hizo que ella se sonrojara. "Si eso fuera verdad, entonces…"

Repentinamente un grito sacó de sus pensamientos a Twilight, el cual fue dado por Elusive cuando Bubble Berry mordió su oreja.

"No puedo soportarlo… ¡Son tan tontos!" Pensó Twilight molesta, cambiando radicalmente de humor al ver que esos cinco potros seguían peleando.

"Spike, cuando dejen de pelear, diles que me enojé y me devolví a la biblioteca." Dijo Twilight susurrándole a Spike. "Continuaré por mi cuenta."

Entonces Twilight uso su magia y se teletransportó un poco más avanzado en el camino, alejándose del bullicio de los potros.

"Debí hacer esto desde el principio… Es más seguro y más simple ir yo solo." Dijo Twilight, suspirando frustrada, continuando su camino en solitario, en busca del misterioso pony encapuchado.

Así fue como Twilight llegó finalmente a la parte del bosque donde debía dejar el camino principal y adentrarse en el bosque, en dirección a su pequeño jardín privado.

"Aquí es donde debo avanzar hacia la derecha… hacia donde Rainbow Dash dijo que vio una sombra." Pensó Twilight una vez llegó a la parte donde Rainbow Dash había caído dos veces, en cuya parte izquierda, bajo la loma, se podía ver el campo de flores azules que Twilight aún seguía sin poder estudiar.

A los pocos pasos de avanzar, una densa niebla empezó a aparecer en el bosque, lo que hizo aún más dificultoso poder avanzar. Y mientras más avanzaba Twilight, más densa se hacía la neblina.

"Esta neblina no es natural… ¡Esto lo confirma! ¡Hay alguien aquí intentando ocultarse!" Pensó Twilight, inmediatamente iluminando su cuerno como señal de defensa.

Con la luz mágica de su cuerno, Twilight pudo ver un poco más claro lo que había frente a ella, pero entonces otra preocupación vino a ella.

"Esta niebla no es mágica… tampoco es una ilusión… Entonces, ¿Qué es lo que está causándola?" Pensó Twilight confundida, ya que no podía pensar en que otra cosa podía estar causando la neblina si no era magia.

"Qué sorpresa que una yegua aparezca aquí en mi hogar…" Dijo repentinamente una tenebrosa voz femenina que retumbo en todo el lugar.

La voz hizo que Twilight se parara en seco, con una mezcla de miedo y sorpresa. Entonces ella miró hacia todos lados, intentando en vano encontrar de dónde provenía esa voz a través de la densa niebla, apuntando a su vez con su cuerno iluminado, lista para fulminar a cualquier amenaza que apareciese.

"O quizás me equivoqué, y en verdad haya un potro tras esa linda piel…" Agregó la misteriosa voz, con un tono de voz que hacía parecer que aquello le parecía gracioso.

"¡Ella sabe quién soy en verdad!" Pensó Twilight sorprendida ante la nueva revelación. "Eso confirma mi teoría… ¡Ella es quien nos hizo esto!"

"¡Vengo a que me quites esta maldición!" Dijo Twilight, gritando enojada.

Luego que Twilight gritara, la misteriosa voz se calló por completo, dejando un incómodo y tenebroso silencio.

"No." Respondió finalmente la misteriosa voz, dejando a Twiligh paralizada. "Ahora, vete." Agregó la voz, esta vez más enojada.

Por instinto, Twilight levantó una de sus patas traseras para retroceder. Esto iba más allá de lo que ella había pronosticado. Todo este tiempo Twilight había estado probando distintos hechizos para despejar la niebla, sin embargo ninguno funcionaba. Y si ella se estaba enfrentando a un poder distinto, que podía superar a la magia, entonces ella estaba en verdadero peligro. Sin embargo, justo cuando Twilight retrocedió una de sus patas, a su mente vinieron las imágenes de sus cinco amigas, y entonces recordó que ella no estaba solo por ella, sino que por sus amigas, y si no podía encontrar una cura, sus amigas, ¡Sus verdaderas y queridas amigas! Jamás volverían. Entonces Twilight volvió a poner al instante su pata donde estaba y se paró firmemente, con una mirada determinada.

"No huiré." Dijo Twilight llena de determinación, dejando de iluminar su cuerno, como señal de que se encontraba completamente indefensa. "Solo quiero conversar contigo."

"¡Hahaha! Así que no huiras… jeje, me gusta eso…" Se rio fuertemente la voz, haciendo que Twilight temblara en el interior, pero por fuera ella se mantuvo firme en su mirada. "Entonces haremos un pequeño juego…"

"¿Un juego?" Repitió Twilight sorprendida, confundida ante la propuesta que le estaban haciendo.

"Te diré tres acertijos. Si adivinas aunque sea uno antes del final, aceptaré conversar contigo." Dijo la misteriosa voz oculta en la niebla.

"¿Y si no los respondo?" Preguntó Twilight, entendiendo que este podía ser un juego arriesgado.

"Hehehe… bueno, si fallas, yo misma te mostraré la respuesta…" Respondió la voz riéndose malvadamente, dejando a Twilight confundida, al no entender a qué se refería con eso. "¿Estas lista?"

"Listo." Dijo Twilight sin dudar, mirando con seriedad hacia el frente, pensando en que no importaban las consecuencias, lo único que importaba era que no podía fallar.

"Primer acertijo: No es animal, mineral, ni vegetal, pero puede crecer, bailar y morir. Si lo alimentas vive, si le das de beber muere." Dijo la siniestra voz en la niebla.

"¿¡Qué es eso!? ¿¡Cómo puede algo crecer y morir si no está vivo!? Por definición, solo los animales y vegetales están vivos…" Pensó Twilight rápidamente, recordando sus clases de biología y usando todo su raciocinio lógico para eliminar millones de alternativas antes de estar absolutamente segura que su respuesta era la correcta. "Quizás sea una metáfora, y no está vivo realmente. Si es así, hay muchas cosas en la naturaleza que pueden estar vivas, pero-"

"Tiempo." Dijo finalmente la voz, luego de unos pocos segundos.

"¿¡Qué!? No dijiste que era con tiempo… ¡Solo me diste unos pocos segundos!" Dijo Twilight reclamando contra la voz.

"Mi juego, mis reglas." Dijo la voz con seriedad. "Además, uno sabe o no sabe la respuesta… No es necesario pensar tanto."

Entonces una repentina llama apareció a pocos pasos frente a Twilight, en donde se creó una pequeña fogata que iluminó y dispersó un poco de la niebla, para sorpresa de la yegua.

"¡Fuego! El fuego baila y muere si le dan de beber." Pensó Twilight frustrada al reconocer que ella ya había llegado a pensar que era un elemento de la naturaleza, pero que había sido demasiada lenta para llegar a la respuesta. Después de todo, en los pueblos y ciudades de los ponies, poco se utilizaba el fuego como iluminación, ya que la mayoría era iluminado con magia.

Fue entonces que Twilight entendió otra cosa: lo que le había dicho la voz sobre que le mostraría la respuesta si ella no acertaba. Por eso había aparecido esa fogata, ella le estaba mostrando la respuesta correcta.

"Segundo acertijo." Dijo la misteriosa voz, tomando por sorpresa a Twilight, que aún analizaba lo sucedido. "Rojo y caliente como una llama. Si quieres verme, haz de sacarme de mi hogar, pero cuidado con lo que deseas, pues sin mí no vivirás."

"Rojo y caliente… ¡Espera! El fuego es una distracción, no es fuego." Pensó Twilight frustrada al tener tan poco tiempo para pensar. "Algo rojo que está dentro de algo, a eso se refiere con su hogar… Pero no puede salir… ¡No! Dijo que era peligroso que saliera, no que no podía salir… ¡Agh! ¿¡Por qué me cuesta tanto llegar a la respuesta!?" Pensó Twilight desesperada, recordando que ella muchas veces había jugado acertijos con la princesa, pero nunca le había costado tanto encontrar una respuesta.

"Tiempo." Sentenció la misteriosa voz luego que Twilight nuevamente no diera una respuesta.

Twilight bajó su cabeza, molesta consigo misma por no saber la respuesta, pero luego levantó su cabeza confundida, ya que a diferencia del acertijo anterior, esta vez nada apareció ante ella.

"Entonces, ¿Cuál era la respuesta?" Preguntó Twilight, aún sin poder llegar a una respuesta.

Repentinamente Twilight escuchó un leve silbido, como de algo moviéndose velozmente entre la niebla, hasta que repentinamente algo rozó contra su mejilla a gran velocidad, haciendo que Twilight saltara del susto.

Lo que pasó rozando a Twilight había sido una lanza, la cual se había clavado justo en un árbol que estaba detrás de Twilight. Luego del impacto, Twilight sintió algo cálido en su mejilla, y con temor, puso un casco en su mejilla y vio la respuesta.

"Sangre…" Susurró Twilight con miedo, volviendo a pasar su casco por su mejilla para notar el pequeño pero limpio corte en ella que le había sacado unas pocas gotas de sangre.

Repentinamente Twilight abrió sus ojos con sorpresa al darse cuenta que no podía dejarse intimidar y que necesitaba seguir enfocada. Entonces Twilight no pudo evitar mirar de reojo la lanza que se había clavado tras ella y que pudo haberle costado la vida.

"Último acertijo." Dijo la voz, que sonó más intimidante esta vez. "Soy poderosa y respetada, pero todos me evitan. Siempre estoy cerca, pero nunca me ves. A todos alcanzo sin correr, a todos encuentro sin buscar. Alégrate de tu suerte si tarde llego a verte, pues yo no tengo fin, y el fin tuyo soy yo."

Ante tal acertijo, lo primero que pensó Twilight era que la voz se estaba refiriendo a sí misma, pero aquello sería hacer trampa, ya que la respuesta debía ser algo que Twilight conociera.

"Fuego, sangre, son cosas que todos los ponies conocen, pero en las que evitamos pensar porque… ¡Porque les tememos! ¡Esa debe ser la respuesta! Algo a lo que le tememos." Pensó Twilight velozmente, aunque sabía que se quedaba sin tiempo. "¡Rápido, piensa! Si no respondo, esto puede ser peligroso… Si no respondo ella podría-"

Twilight levantó su cabeza asombrada, entendiendo que la respuesta era igual al castigo. Entonces ella abrió su boca para decir la respuesta.

"Tiempo." Dijo la voz misteriosa justo antes que el sonido saliera de los labios de Twilight.

"Muerte… esa es la respuesta." Dijo Twilight respirando agitadamente con temor, sabiendo que había respondido tarde.

"Así es… pero no respondiste a tiempo." Dijo la voz siniestramente.

Largos y eternos segundo pasaron, en los que Twilight se quedó inmóvil, y la voz misteriosa se quedó en completo silencio.

"¿M-Me mostrarás la respuesta?" Dijo Twilight intentando sonreír, pero no pudiendo evitar temblar al saber lo que vendría.

"Si sabes que te mostraré la respuesta, ¿Por qué no sales corriendo?" Preguntó la misteriosa voz con curiosidad. "Dime, Dusk Shine, ¿Tú le temes a la muerte?"

En otro momento Twilight se hubiera sorprendido al ver que la misteriosa voz sabía incluso su verdadero nombre. Pero en ese momento, ella necesitaba toda su concentración para no mostrar emociones, solo mantener su mirada determinada, pues aunque todo parecía en su contra, ella había encontrado una pequeña luz de esperanza.

"Claro que le temo a la muerte. Pero hay cosas a las que les tengo aún más miedo, como la de no volver a ver a mis amadas amigas." Respondió Twilight con una pequeña sonrisa, al tiempo que decidía arriesgarse y jugar su as bajo la manga. "Y si vas a mostrarme la muerte, preferiría verte antes… Después de todo, nunca antes he visto a una cebra de cerca."

Luego de las palabras de Twilight, la espesa niebla empezó a desaparecer lentamente, hasta que Twilight pudo ver que a pocos pasos enfrente de ella había una misteriosa figura encapuchada, que al notar que Twilight la veía, se sacó la capucha, dejando así ver a una yegua de pelaje gris claro con rayas plomas, su peinado era un mohicano de color blanco y gris oscuro, pero su rasgo más distintivo, eran sus grandes aretes y aros dorados que usaba en todo su cuello.

"¿Cómo descubriste que era una cebra?" Preguntó la misteriosa encapuchada, mirando con leve asombro a Twilight.

"Esta niebla no es algo creado con magia, pero aún así, no es natural. Me tomó un tiempo pensar en que quizás podía ser hecha por alguna clase de alquimia química, que se conoce como brujería en las tierras del Este, en donde son expertos en esta ciencia..." Respondió Twilight con una pequeña sonrisa de orgullo. "Además, la lanza que usaste tiene algunos grabados tribales, típicos de las tribus del desierto que viven allí... Y finalmente, recordé que mi amiga había dicho que hace años había visto a dos extrañas yeguas con sus cuerpos llenos de cicatrices. Fue entonces que pensé, ¿Qué tal si no eran cicatrices, sino rayas? Después de todo, los ponies normales raramente han visto o siquiera saben que existen las cebras. "

"¡Hahaha!" Se rio fuertemente la cebra ante la brillante deducción de Twilight. "De verdad que eres interesante…"

Entonces la cebra se acercó lentamente hasta Twilight, quien solo se quedó inmóvil, deseando que su instinto no se equivocara. Luego la cebra sacó un frasco con un líquido y frotó un poco en la mejilla de Twilight. Al instante, Twilight sintió un reconfortante calor en su mejilla, lo que hizo que ella se tocara su mejilla y se diera cuenta que el rasguño que había tenido hasta hacía un segundo había desaparecido por completo.

"Listo." Dijo la cebra mientras guardaba su frasco en su capa. Entonces ella tomó la lanza que se había clavado en el árbol detrás de Twilight, se dio media vuelta y se alejó lentamente.

"¡E-Espera!" Gritó Twilight, sorprendida al notar que la cebra se iba de allí sin más. "¿C-Cómo te llamas?"

"Mi nombre es Zecora." Respondió la cebra sin detenerse ni mirar a Twilight, solo siguiendo su camino por el bosque.

"¡P-Por favor, espera!" Dijo Twilight corriendo tras Zecora, pero no pudiendo alcanzarla dado lo espeso del bosque. "¡Quítanos esta maldición!" Gritó Twilight al ver que casi perdía de vista a Zecora.

"No." Respondió Zecora, dando la vuelta tras un árbol y perdiéndose de la vista de Twilight.

Sabiendo que esta era su única oportunidad, Twilight forcejeó contra las ramas para apresurar su paso, hasta que llegó a un extraño y enorme árbol, desde el cual salía humo por uno de sus agujeros. Fue entonces que Twilight entendió que esa debía ser la casa de Zecora.

Twilight caminó alrededor del gran árbol, notando unas extrañas máscaras tribales a su alrededor, hasta que finalmente pudo encontrar una puerta y entró en el árbol. Allí, Twilight se sorprendió al ver muchas más máscaras tribales, unas mucho más extrañas y escalofriantes, e incluso, habían cráneos y huesos de distintas criaturas, lo que hizo temblar a Twilight.

"No conozco todas las costumbres de los ponies, pero en mi cultura, es descortés entrar al hogar de otro sin ser invitado." Dijo Zecora sin apartar sus ojos de lo que parecía ser un enorme caldero, en el cual revolvía lo que parecía ser una poción de algún tipo.

"¡No me hables de ser descortés cuando tienes un cráneo de pony aquí!" Gritó Twilight asustada, no pudiendo evitar gritar al reconocer que uno de los cráneos allí presentes era indudablemente de un equino de su porte.

Zecora vio lo que veía Twilight y luego la miró seriamente.

"Ese es el cráneo de mi madre, y te rogaría que no gritaras frente a ella." Dijo Zecora tranquilamente.

Twilight dio un paso al costado asustada, alejándose del espeluznante cráneo, y entonces miró a Zecora con terror. Definitivamente Applejack había tenido razón cuando le había advertido que allí vivían seres oscuros que adoraban a la muerte… su apreciación de Zecora había estado mal, ¡Ella era peligrosa! Pero no podía huir, no hasta que ella y los cinco potros pudieran volver a la normalidad.

"E-Esa lanza que me arrojaste… T-También está hecha de huesos." Dijo Twilight, haciendo un esfuerzo para mantener una conversación a pesar de su temor.

"Así es. Te dije que te mostraría la muerte, y allí estaba." Respondió Zecora mirando fijamente a Twilight.

"Tú… ¿Adoras a la muerte?" Preguntó Twilight, pensando que a pesar de lo peligrosa que aparentaba ser Zecora, ella charlaba tranquilamente, sin alterarse en lo más mínimo a pesar de la siniestra conversación.

"No adoro a la muerte, pero tampoco le tengo miedo." Respondió Zecora. "Aquí en Equestria los ponies le temen a la muerte y a todo lo que ella trae consigo. En cambio, en mi cultura, la muerte es bien recibida cuando llega, muchas veces es un descanso para el sufrimiento vivido. Es por eso que ustedes tienen cementerios lejos de las ciudades, prefieren alejarse lo más posible de quienes ya partieron."

"¿Y ustedes mantienen los cráneos de sus familias?" Preguntó Twilight con temor y un poco de disgusto.

"Solo cuando es necesario purificar un lugar." Dijo Zecora acercándose hasta el cráneo que había visto Twilight, tomándolo y sonriendo afectuosamente. "Las cebras creemos en el ciclo de la vida… Nada termina realmente, solo se transforma. Luego de su muerte y purificación, cada parte del cuerpo de mi madre se volvió en una herramienta para mí, así lo dicta nuestra religión. Y su cráneo está aquí para que su alma pueda visitarme cuando requiera su consejo y sepa donde llegar desde las grandes praderas donde descansa…"

"Eso… eso es perverso." Dijo Twilight sin poder evitar decir lo que sentía.

"Para tu raza lo es, al igual que para mí es perturbador pensar que ustedes solo arrojan los cuerpos de sus muertos a un hoyo, esperando a que se pudran." Dijo Zecora mirando seriamente a Twilight.

Twilight pestañó asombrada ante lo que le dijo Zecora. Ella nunca lo había pensado así, la forma en que Zecora explicó lo que los ponies hacían con sus muerto, lo hacía sonar verdaderamente atroz, y aún así, era cierto. Entonces Twilight comenzó a calmarse un poco y a entender que no debía juzgar algo tan rápidamente solo por ser distinto, después de todo, que los ponies creyeran en algo y tuvieran cierta cultura, no significaba que ellos estuvieran en lo cierto y que su cultura fuera la correcta.

"Dijiste que ustedes mantenían a sus muertos porque eso dicta su religión… No sabía que aún había especies que creían en la religión." Dijo Twilight con curiosidad.

"Religión es solo una palabra para nombrar a los actos con los que nos conectamos con los dioses y su plano astral." Respondió Zecora con una sonrisa, pensando a su pesar que estaba disfrutando de esa conversación con ese pony más de lo que había planeado, pues nunca había visto a un pony interesado en su cultura. "Supongo que creer en una conexión con lo espiritual y con la naturaleza es difícil para ustedes, que solo creen en la magia, la ciencia, y en su diosa regente."

"¿Diosa regente? ¿Te refieres a la princesa? Ella no es una diosa, ni siquiera una reina, por eso ella solo usa el título de princesa." Dijo Twilight con una sonrisa algo burlona.

"Y aún así los ponies hacen ceremonias en su honor y la reverencian como a un dios." Dijo Zecora, esta vez siendo ella quien sonrió, dejando a Twilight sin palabras, dado que los argumentos de la cebra eran muy sólidos. "Un dios no comete errores, y créeme, tu princesa ha cometido muchos."

Aparte de Zecora, Twilight solo había conocido a una pony que veía tan crítica la labor de la princesa, y que también estaba de acuerdo en que no se le debería reverenciar. Esa pony era la mismísima princesa Celestia, que en la intimidad le había contado a Dusk Shine sus temores y arrepentimientos.

"Lo que Zecora dice va en contra de lo que todos los ponies pensamos… Pero aún así, hablar con ella es fascinante." Pensó Twilight, viendo por primera vez a Zecora a los ojos, y entonces sintiendo una sensación muy similar a la que sentía cuando miraba a la princesa Celestia, como si ambas encerraran sabiduría y estuvieran deseosas de compartirla. "Probablemente ambas se llevarían bien…"

"Tú no puedes quitarme esta maldición, porque no fuiste tú quien nos arrojó una maldición, ¿No es así?" Pregunto repentinamente Twilight, finalmente dándose cuenta de la verdad.

"Así es." Dijo Zecora, asintiendo lentamente, satisfecha al ver que Twilight ya no la estaba acusando injustamente. "Lo que le sucedió a ti y tus amigas, fue producto del polen de una planta muy peculiar. Una flor azul llamada 'broma venenosa'."

"¿Flor azul?" Dijo Dusk confundido, y entonces abriendo grande sus ojos y golpeándose la frente al relacionar todo lo sucedido desde la caída de Rainbow Dash en el campo de flores azules, hasta la flor que tenía al lado de su cama. "¿¡Cómo no me di cuenta!?"

"Como has aprendido una valiosa lección, te ofrezco como recompensa una poción." Dijo Zecora, apuntando hacia el caldero que tenía tras ella, y entonces, al darse cuenta de algo, se sonrojó levemente. "Perdona por esa rima. En mi pueblo los chamanes solemos hablar así, pero es una costumbre que abandoné cuando murió mi madre."

"¿¡Puedes curarme ahora mismo!?" Gritó Twilight emocionada, deseando ya mismo poder volver a la normalidad.

"Lamentablemente no, la poción se demora una noche de sueño en hacer efecto. Además, aún me falta un ingrediente para la poción." Dijo Zecora con mirada pensativa. "Usé lo último de esa flor en la poción que dejé frente a tu casa para curar a tu amiga de sus alas."

"¡Vamos por más!" Dijo Twilight impaciente.

"No es tan sencillo. Esa flor no se da aquí, tan al interior del bosque Everfree. Se da cerca del pueblo donde tú vives." Respondió Zecora con una mirada algo preocupada.

"¡Pero entonces es mucho más fácil!" Dijo Twilight entusiasmada. "Vayamos al pueblo y-"

"No puedo abandonar mi hogar. Tengo una misión que cumplir." Dijo Zecora mirando seriamente a Twilight.

"¿Qué misión?" Preguntó Twilight confundida.

"Detener al draconequus, un ser ancestral que ha jurado traer caos a nuestro mundo." Dijo Zecora con una mirada seria. "Hace años mi madre profetizó que su prisión sería liberada aquí, en este bosque de magia ancestral. Y yo he de cumplir con su misión."

"¿Draconequus? Jamás había escuchado nada de eso." Dijo Twilight intentando en vano recordar algo de aquella peculiar criatura que mencionaba Zecora. "Quizás solo sea una vieja leyenda."

"Así es. La leyenda dice que hace miles de años las hermanas alicornios usaron los elementos de la armonía para encerrarlo en piedra." Dijo Zecora mirando fijamente a Twilight. "No es la primera vez que tu princesa te oculta su pasado, ¿No es así?"

Twilight se mordió el labio al recordar que hasta la Celebración del Sol de ese año, la princesa Celestia nunca le había mencionado su pasado ni su relación con Nightmare Moon, quien finalmente resultó ser su hermana menor.

"Si lo que dices es cierto, los elementos de la armonía volverán a encerrar a esa criatura si es liberada." Dijo Twilight, aún sin estar segura si creer sobre esa extraña criatura que mencionaba Zecora.

"Eso creía yo, pero hace unos meses los elementos de la armonía fueron extraídos del viejo castillo." Dijo Zecora entrecerrando sus ojos. "El equilibrio fue roto. La princesa permitió que los elementos salieran del castillo, debilitando la barrera mágica que prevenía que el caos creciera en este bosque… Y le dio los elementos mágicos más poderosos del mundo, a seis pequeños ponies sin ningún valor." Agregó Zecora viendo fijamente a Twilight a los ojos.

"¿Crees que la princesa cometió un error al entregarnos a mí y a mis amigas los elementos de la armonía?" Preguntó Twilight lentamente, notando el resentimiento que sentía Zecora.

"No puedo negar que he notado que eres especial, Dusk Shine." Dijo Zecora, mientras tomaba unos polvos morados de uno de sus jarrones, y los arrojaba hacia arriba, en donde estos hicieron distintas siluetas y dibujos en el aire. "Tienes un aura mágica que incluso yo puedo sentir, además de una enorme sed de conocimiento, valor y resolución. Pero los seres vivos son cambiantes, como el flujo del rio, y no sé si en el futuro, no cederás ante el poder o el miedo, ante los grandes desafíos que te esperan a ti… o a tus amigas…"

Twilight escuchó atentamente lo que dijo Zecora y entendió perfectamente lo que ella quería decir.

"Me has probado, y me crees digno de portar un elemento de la armonía, pero no así a mis amigas." Dijo Twilight mirando seriamente a Zecora.

"Confiar en los corazones de seis ponies para llevar los elementos, es dejar el destino de Equestria a su suerte." Dijo Zecora, reafirmando su postura. "Es mejor devolverlos al bosque y que la naturaleza, siempre justa e imparcial, cuide de la armonía de este mundo."

Twilight se dio cuenta que la postura de Zecora era muy cerrada, y sus argumentos eran válidos, aunque claro, eso porque ella no conocía el verdadero valor del corazón de sus queridas amigas; pero de todas formas, lo mejor era no seguir discutiendo respecto a ese tema, al menos por el momento. Fue entonces que Twilight se percató de otra cosa que había pasado por alto mientras conversaban.

"Dijiste que no abandonabas tu hogar por tu misión aquí en el bosque, pero aún así, fuiste al pueblo a dejarme la poción que curaba las alas de mi amiga." Dijo Twilight con mirada pensativa, ante la sorpresa de Zecora. "Dime… ¿No habrá otra razón por la que no quieras ir al pueblo?"

Entonces Zecora desvió la mirada un segundo, y luego volvió a mirar a Twilight, esta vez con una leve mirada de miedo en ella.

"En el pasado, intenté visitar el pueblo… Pero no fui bien recibida." Dijo Zecora con una triste mirada. "En cuanto aparecía, todos salían huyendo de mí, sin siquiera darme una oportunidad para hablar. Con el tiempo, dejé de ir."

Al instante Twilight entendió la enorme soledad que debió vivir Zecora en ese bosque luego que su madre muriera, seguramente intentó conocer a alguien en el pueblo, pero fue temida por su apariencia.

"Por eso Zecora no pudo evitar sonreír cuando, a pesar de mi miedo, me quedé y conversé con ella…" Pensó Twilight, viéndose reflejada en la solitaria cebra. "Es aún mayor que la soledad que yo sentía antes de conocer a mis amigas…"

"Zecora, ahora es mi turno de hacerte un acertijo." Dijo repentinamente Twilight, sorprendiendo un poco a Zecora. "Seguiré tus mismas reglas. Si fallas, me acompañaras al pueblo para encontrar el ingrediente que falta."

Zecora vio fijamente a Twilight unos segundos, viendo a través de Twilight y pensando que podía haber algún truco si ella aceptaba su propuesta.

"¿Y si yo acierto?" Respondió Zecora con una sonrisa confiada, pues su soledad la había hecho experta en juegos de palabras, así que ella definitivamente no podía perder.

"Te entregaré los elementos de la armonía." Respondió Twilight con una sonrisa llena de confianza, luego mirando seriamente a Zecora para decir su acertijo. "Un pony sin magia, ni alas, ni herramientas, solo con un fuerte lazo. ¿Cómo puede mover una roca cinco veces más pesada que él?"

Zecora entrecerró sus ojos y sonrió con confianza al creer saber lo que Twilight pensaba.

"Ella cree que he vivido aislada totalmente, pero no es así. Yo he observado de lejos y me he enterado de lo que sucede en el pueblo. Sé que Dusk Shine es el estudiante de la princesa, y que es un pony lógico y matemático… ¡He allí la solución!" Pensó Zecora mientras pensaba en alguna solución como una polea o algo relacionado.

"Tiempo." Dijo repentinamente Twilight, ante la sorpresa de Zecora, quien se quedó viendo con sorpresa a Twilight. "Ya te lo dije, son tus mismas reglas." Agregó Twilight con una sonrisa arrogante.

"¡Hahaha! Me has atrapado." Se rio fuertemente Zecora, dándose cuenta de su error. "¿Y bien? ¿Cuál era la respuesta? ¿Usaste el mismo truco que usé yo? Algo que conociera pero no viera comúnmente."

"Algo así… Si no puedes mover una piedra tú solo, solo hay un lazo lo suficientemente fuerte que te ayudará: El lazo de la amistad. Si tú no puedes hacer algo solo, y no tienes poder, habilidades o herramientas que te ayuden, siempre puedes contar con tus amigos." Respondió Twilight con una tierna sonrisa. "Y ya que fallaste. Al igual que tú me mostraste la respuesta correcta a los acertijos, yo te mostraré la respuesta a mi acertijo."

Mientras Twilight le sonreía a Zecora, la cebra se la quedó viendo fijamente a los ojos, en donde pudo ver una chispa en aquellos grandes ojos morados llenos de esperanza.

"Así que este es el elemento de la magia…" Pensó Zecora, finalmente sonriendo y aceptando la invitación de Twilight. "De verdad que es interesante…"


Por primera vez en años, Zecora se encontraba a plena luz del día en los límites del bosque Everfree, desde donde se podía visualizar no muy lejos la entrada al pequeño pueblo de ponies llamado Ponyville. Mientras Twilight caminaba junto a la cebra, justo antes de poner un casco en la afueras del bosque, Zecora se detuvo en seco.

"Sigo creyendo que no es buena idea." Dijo Zecora con una mirada seria, levantándose su capucha para ocultar su cara.

"No te preocupes, no pasará nada." Respondió Twilight con una sonrisa mientras usaba su magia para bajarle nuevamente la capucha. Entonces ella vio a través de la seria mirada de Zecora, y entendiendo que lo que de verdad sentía la cebra, era miedo.

"Los ponies son muy prejuiciosos." Dijo Zecora desviando la mirada al recordar sus últimas apariciones en el pueblo. "Ellos le temen a lo que es diferente."

"Eso fue hace años. Ahora los ponies son diferentes." Dijo Twilight, riéndose un poco para tranquilizarla. "¿Qué crees? ¿Qué algún pony saltará a atacarte en cuanto te vea? Jajaja…"

Repentinamente un relámpago arcoíris bajó del cielo y chocó directamente contra Zecora, arrojándola al suelo, ante la perpleja mirada de Twilight. Aquel relámpago arcoíris no había sido otro más que Rainbow Blitz, que ahora estaba parado encima de Zecora, con una mirada amenazante, mientras Zecora estaba de espaldas, con una mirada confundida.

Entendiendo rápidamente que el acto de su amigo podía estropear toda su estrategia con Zecora, Twilight uso inmediatamente su magia para rodear a Rainbow Blitz y levitarlo para liberar a Zecora.

"¿¡Qué crees que estás haciendo!?" Preguntó Twilight molesta, mientras mantenía su magia para retener a Rainbow Blitz en el aire.

"Te estaba salvando de… ¡De ella!" Dijo Rainbow Blitz apuntando a Zecora y viéndola con recelo. "Se ve muy sospechosa... Nadie que tenga tantos tatuajes puede ser buena."

"Ella no es peligrosa, y no tiene tatuajes, ¡Son rayas! ¡Ella es una cebra!" Dijo Twilight señalando a Zecora para que la viera mejor. "Ella… ella es mi maestra de pociones." Agregó Twilight para que Rainbow Blitz confiara más rápido en que Zecora no era un peligro.

Rainbow Blitz miró fijamente a Zecora, mientras sus ojos intentaban buscar alguna pizca de peligro en ella. Pero por más que la miraba, lo único raro en esa cebra era su apariencia.

"Yo… lo siento, creo que me dejé llevar." Dijo finalmente Rainbow Blitz apenado, por lo que Twilight finalmente lo liberó de su magia. "Por cierto, ahora que te veo bien… ¡Tu peinado es genial!" Agregó Rainbow Blitz al caer al suelo y mirar de cerca a Zecora y su particular melena.

"Por cierto, ¿Qué hacías aquí?" Preguntó Twilight mirando con curiosidad al potro.

"S-Solo pasaba por aquí y te vi." Dijo Rainbow Blitz desviando la mirada y sonrojándose levemente.

"No creo que eso sea cierto." Dijo de repente Zecora, acercando su nariz a Rainbow Blitz y oliéndolo de cerca. "Puedo oler el bosque en ti… Parece que llevas un buen rato esperando aquí en la entrada del bosque."

Ante el comentario de Zecora, Rainbow Blitz se sonrojó completamente.

"B-Bueno… sí es cierto, y-yo me quedé aquí esperando…" Dijo Rainbow Blitz nervioso y sonrojado, mirando de reojo a Twilight. "Luego que discutimos con los chicos y tú desapareciste, Spike nos dijo que volviste a la biblioteca y todos nos devolvimos. Entonces volé rápido a la biblioteca y no te encontré, y pensé que quizás habías ido al bosque por tu cuenta… No estaba seguro, pero aun así me sentía responsable, así que me quedé aquí esperando a ver si aparecías."

Tras escuchar a Rainbow Blitz, Twilight se sorprendió y luego sonrió cálidamente al reconocer que ese potro seguía teniendo el alma leal de su amiga Rainbow Dash. Ella jamás abandonaría a un amigo si tenía la sospecha que este lo necesitaba.

Y Twilight no fue la única que notó aquello. Zecora también notó la responsabilidad y lealtad que mostraba ese pegaso hacia Twilight. No solo en sus palabras, con solo mirar a los ojos a Rainbow Blitz, los perceptivos y entrenados ojos de Zecora, que podían ver más allá de lo evidente, notaron la fortaleza en su alma y determinación a jamás abandonar a nadie que lo necesitase.

"Además, dejaste caer esto cuando te fuiste." Agregó repentinamente Rainbow Blitz entregándole a Twilight una flor, que ella inmediatamente reconoció como la flor que le había dado Elusive anteriormente. "Sé que es solo una tonta flor, p-pero sigue siendo una forma para pedirte perdón por lo que sucedió esta mañana."

Twilight tomó la flor con cuidado y se sonrojó levemente al ver a los ojos a Rainbow Blitz.

"Él es distinto cuando está solo… Vuelve a ser la sincera, tosca pero dulce Rainbow Dash." Pensó Twilight sonrojándose ante el gesto y las palabras de Rainbow Blitz, y también sorprendiéndose al descubrir algo que no había entendido cuando las chicas se lo habían dicho. "¡Ahora lo entiendo! Cuando yo les di las flores a mis amigas como muestra de perdón… Ellas no me perdonaron por las flores en sí, ¡Sino por lo que representaban! Que yo había estado preocupado toda la mañana pensando en ellas y en una manera de pedirles perdón."

"¡Esta es!" Gritó repentinamente Zecora, quitándole a Twilight la flor que sostenía, para total sorpresa de la yegua. "Esta flor no crece al interior del bosque Everfree, es una suerte que hubiera una tan cerca del límite del bosque… ¡Este es el ingrediente que faltaba!"

Entonces la cebra abrió su capa, dejando ver que cargaba en ella varios frascos pequeños. Luego Zecora abrió uno de los frascos y puso un pétalo de la flor de Twilight en la poción, haciendo que el líquido en el frasco cambiara de color.

"Bébelo." Dijo directamente Zecora, estirando su casco para que Rainbow Blitz tomara el frasco que le ofrecía.

"¿Q-Qué es eso?" Preguntó Rainbow Blitz mirando con desconfianza el frasco y luego a Zecora, a quien ya no consideraba que fuera un peligro, pero aún así, no confiaba en ella.

"Confía en mí. Necesitas beber esto por tu bien." Dijo Twilight, mirando cálidamente a Rainbow Blitz, quien también se la quedó mirando fijamente.

"Qué extraño… su mirada me trasmite la misma confianza que Dusk Shine… Debe ser porque son hermanos." Pensó Rainbow Blitz, finalmente aceptando el frasco y bebiéndose su contenido de un trago.

"Gracias por confiar en mí." Dijo Twilight con una gran sonrisa.

"S-Sí, bueno… ya que estás bien y todo eso. Creo que ya me voy." Dijo Rainbow Blitz desviando la mirada y sonrojándose. "Hasta luego." Agregó el pegaso antes de abrir sus alas y salir volando velozmente lejos de allí.

"Bien, una menos. Si tenemos suerte, mañana despertarán y no deberían recordar nada de esto." Dijo Twilight, sonriéndole a Zecora.

"Eso creo. Ya que la flor afectó sus recuerdos, supongo la poción hará lo mismo." Dijo Zecora abriendo nuevamente su capa para sacar cinco frascos y ofrecérselos a Twilight. "Ten, ahora que tenemos el último ingrediente, ya no hace falta que te acompañe."

Twilight se sorprendió por las palabras de Zecora, luego sonrió y estiró su casco hacia los frascos, pero en vez de tomarlos, ella empujó los cascos de Zecora para que volviera a guardar los frascos.

"Yo quiero que me acompañes." Dijo Twilight sonriendo. "Te dije que te mostraría lo que es la amistad, y nuestro recorrido aún no termina."


"Ya casi llegamos" Dijo Twilight mientras caminaban por una bonita arbolada, muy distinta al tenebroso bosque hogar de Zecora. Ya casi llegando a la casa de Fluttershy.

"¿Estás segura que no quieres beber la poción?" Preguntó Zecora con curiosidad.

"La beberé solo cuando todas mis amigas la hayan bebido." Respondió Twilight sonriendo mientras caminaba.

"De verdad que te preocupas mucho por tus amigas. Tienes un alma bondadosa, Twilight Shine." Dijo Zecora sonriendo.

"Ese no es mi nombre, es Twilight Sparkle, ¡Es decir! Dusk Shine… Aunque ahora… sabes qué, da igual." Dijo Twilight poniendo una cara de frustración, pensando algo incómoda que ya casi no le estaba prestando atención al hecho de que su actual identidad no era su verdadera identidad.

Finalmente Zecora y Twilight pudieron ver la casa de Fluttershy, en donde, no muy lejos de ahí, estaba Butterscotch, quien alimentaba tranquilamente a unos pequeños conejitos, a excepción del pequeño conejito Angel, que lloraba desconsoladamente.

"Que curioso. Angel siempre se muestra muy autoritario con Fluttershy, pero parece que a él le afectó más que nadie que su querida cuidadora fuera reemplazada por un potro." Dijo Twilight sonriendo al ver la situación.

"Él es… ¿El portador del elemento de la bondad?" Preguntó Zecora, mirando con curiosidad a Butterscotch.

"Sí. Por cierto, ¿Trajiste tu lanza o algo con filo por casualidad?" Preguntó Twilight casualmente.

Zecora se sorprendió un poco, luego abrió su capa y sacó una pequeña roca que tenía filo en ambas partes.

"Uso este pedernal para prender fuego. ¿Para qué lo necesitas?" Preguntó Zecora confundida, pasándole la piedra a Twilight.

"Tranquila. Confía en mí." Dijo Twilight con una sonrisa afectuosa, y luego sonriendo un poco más siniestramente. "Solo necesito que veas algo. ¡Ah! Y perdón de antemano… ¡AAAHHH…!"

Con un fuerte gritó, para que Butterscotch los escuchara, Twilight levitó la piedra que le pasó Zecora y le rasguñó la mejilla, un corto veloz y limpio corte, pero lo suficientemente profundo para sacar unas pocas gotas de sangre. Entonces Twilight se abalanzó contra Zecora, dejándola de espaldas y parándose encima de ella, todo ante la atónita mirada de Zecora, que no entendía qué sucedía. En cualquier otra ocasión, Zecora hubiera reaccionado para protegerse, pero al ver los ojos de Twilight, podía ver que no había nada de maldad en su actuar, y finalmente, solo decidió confiar en Twilight y seguirle el juego.

"¡Butterscotch! ¡De prisa!" Gritó Twilight, fingiendo estar asustada mientras sometía a Zecora.

Al escuchar el grito y ver que Twilight atacaba a esa desconocida, Butterscotch corrió de inmediato al lugar, con una cara de miedo en él. Al llegar al lugar, Butterscotch le dio una rápida mirada a Twilight y luego a Zecora, quien se mantenía inmóvil bajo la presión de Twilight, confiando en la unicornio pero aún muy confundida por lo que sucedía.

"¡Twilight! ¿¡Qué hiciste!?" Dijo Butterscotch asustado, moviendo a Twilight para que saliera de encima de Zecora.

Luego Butterscotch, siempre manteniendo su cara de miedo, ayudó a levantar a Zecora y luego le tocó con cariño la mejilla, ante la atónita mirada de Zecora.

"¿Estás bien? No tengas miedo." Dijo Butterscotch, mirando con preocupación a Zecora, luego mirando molesto a Twilight. "¿¡Por qué la atacaste!? ¿No ves lo asustada y confundida que está?"

"P-Pero ella es tan rara… ¡Mira las ropas que lleva puestas! Y… ¡Y sus rayas!" Dijo Twilight fingiendo estar asustada, luego mirando de reojo a Zecora y sonriéndole sin que Butterscotch se diera cuenta.

"T-Tengo un botiquín de primeros auxilios en mi casa. Quizás podamos-" Dijo Butterscotch, mirando con miedo el pequeño rasguño que tenía Zecora en su mejilla.

"No hace falta." Interrumpió Zecora, abriendo su capa y sacando un pequeño frasco. "Es solo un rasguño. Con un poco de esta pomada, sanará en segundos."

Butterscotch rápidamente abrió el frasco, puso un poco de la pomada en su casco, y lo frotó suavemente por la mejilla de Zecora. Mientras tanto, Zecora se mantenía estoica, sin quitarle ni un segundo la vista a Butterscotch.

"¿No me tienes miedo?" Preguntó Zecora mientras dejaba que Butterscotch terminara de aplicar la pomada.

"Y-Yo… estoy aterrado. Nunca había visto a un pony tan tenebroso como tú." Respondió Butterscotch tímidamente, tragando saliva y luego sonriendo un poco menos nervioso. "Pero más importante que mi miedo, es saber que tú estás bien. Nadie merece ser lastimado sin previo aviso ni provocación… P-Por muy tenebroso que luzca."

En ese instante Zecora miró de reojo a Twilight, quien solo sonreía satisfecha, lo que hizo que Zecora también suspirara con una pequeña sonrisa al entender lo que había hecho Twilight y lo que había querido mostrarle: la bondad de ese tímido pony.

"¿E-Estas bien?" Preguntó finalmente Butterscotch, tartamudeando un poco.

"Sí, lo estoy." Dijo Zecora asintiendo.

Apenas Butterscotch escuchó la afirmación de Zecora, él saltó un paso atrás y se puso entre Twilight y Zecora, mirando fijamente a Zecora y estirando un casco para proteger tras de sí a Twilight.

"N-No sé qué te trae cerca de mi casa. P-Pero yo protegeré a Twilight si tú… s-sí tú eres malvada." Dijo Butterscotch temblando y tartamudeando, decidido a proteger a Twilight ante cualquier represalia de esa extraña pony tatuada.

Al ver la espalda de Butterscotch, temblando pero decidido a protegerla, Twilight recordó cómo se habían conocido Fluttershy y Dusk en una situación similar, y al igual que en aquella ocasión, la yegua se sonrojó al ver que a pesar de sus miedos, el potro frente a ella se arriesgaba para protegerla.

"E-Espera Butterscotch, es solo un malentendido." Dijo rápidamente Twilight, aún algo sonrojada ante lo que había pensado.

Rápidamente Twilight inventó nuevamente que Zecora era su maestra de pociones y que ellos habían planeado esa pequeña broma.

Luego de terminar su historia, Zecora se acercó a Butterscotch y le ofreció uno de sus frascos con la cura. Y al igual que sucedió con Rainbow Blitz, Butterscotch miró con desconfianza el frasco, pero finalmente se bebió la poción cuando Twilight le dijo que confiara en ella.

"Dos menos… Faltan tres." Pensó Twilight con una sonrisa llena de esperanza mientras se despedían de Butterscotch y se dirigían al siguiente objetivo, que quedaba en Sweet Apple Acres.


"Así que este otro pony tampoco vive en el pueblo… Quizás eso lo haga tan receptivo como el pony del elemento de la bondad." Dijo Zecora, evidentemente más optimista luego de la visita a Butterscotch.

"Sí, Applejack vive en esta granja junto a su familia." Dijo Twilight un poco ansiosa, ya que llevaban un rato en el enorme huerto de la familia Apple, y aún no veía a AJ o a nadie de su familia. "Quizás debamos ir a la casa para preguntar dónde-"

Repentinamente Twilight se calló al escuchar un retumbar, un sonido que bien conocía de su querida amiga cuando trabajaba. Entonces Twilight y Zecora corrieron siguiendo el sonido hasta que finalmente encontraron a AJ, quien estaba golpeando un manzano al que tal parecía que no se le habían caído todas las hojas.

Al ver a su amigo, Twilight se dispuso a llamarlo, sin embargo, por alguna razón, ella se lo quedó viendo fijamente un momento. Mientras AJ golpeaba el árbol fuertemente, recalcando sus ahora masculinos músculos, sudando y sonriendo varonilmente al trabajar, hicieron que involuntariamente las hormonas del cuerpo femenino de Twilight reaccionaran.

"¡AJ se ve más masculino incluso que yo!" Pensó Twilight sonrojándose, tanto por la reacción de su cuerpo, como por lo avergonzada que estaba al admitir que una de sus amigas podía ser más masculino que él.

"¿Nos acercaremos a él?" Preguntó Zecora repentinamente, al ver que Twilight se había quedado inmóvil viendo de lejos al potro naranja.

"S-Sí…" Dijo Twilight completamente sonrojada, sacudiendo su cabeza para limpiar sus ideas. "Necesitamos arreglar esto lo antes posible…" Agregó en un susurró.

Mientras se acercaban a AJ, Twilight comenzó a pensar sobre los cambios entre sus sentimientos y sensaciones en tan solo tres días. Aún no encontraba la respuesta que buscaba, pero por primera vez las piezas del rompecabezas estaban comenzando a encajar lentamente.

"¡Oh, vaya! ¡Hola Twilight!" Dijo AJ con una gran sonrisa, luego viendo con curiosidad detrás de Twilight al notar que alguien venía con ella. "Quién es tu amig-"

Al ver a Zecora, el rostro de AJ se puso pálido, como si hubiera visto un fantasma.

"¡Hola AJ! Solo quería mostrarle a Zecora cómo era la granja y-" Comenzó a hablar Twilight sonriendo, pero se detuvo al notar que AJ parecía no prestarle atención. Era como si él se hubiera quedado congelado al ver a Zecora. "Umm… AJ, ¿Estás bien?" Agregó Twilight, tocando el costado de AJ.

"¿¡EH!? Y-Yo… sí, sí. Estoy bien." Dijo AJ saliendo de su trance en cuanto Twilight la tocó. Luego AJ sacudió su cabeza bruscamente, como si quisiera borrar algo de su cabeza. "Lo siento, es solo que… cuando vi a tu… invitada, me recordó una extraña pesadilla que… que no logro recordar bien."

"Bueno, pequeña Applejack, quizás no lo recuerdes, pero nos hemos visto antes." Dijo repentinamente Zecora con una solemne voz, dejando sorprendidos a AJ y a Twilight.

Ante las palabras de Zecora, AJ se la quedó viendo fijamente. Su respiración comenzó a agitarse rápidamente y su rostro se puso más y más aterrado mientras su cerebro se negaba a recordar algo, pero los sentimientos de terror que esos recuerdos reprimidos involucraban, sí aparecían.

"¡Espera! ¡No te vayas!" Gritó Twilight preocupada al ver que AJ había retrocedido un paso y se disponía a huir de allí. Entonces AJ miró a Twilight mientras esta le sonreía cálidamente para que confiara en ella. "Por favor, solo escúchame."

Ante las palabras de Twilight, AJ cerró sus ojos y poco a poco se fue calmando, hasta que finalmente los abrió y asintió lentamente, aún con una mirada de miedo, pero ya más calmado.

"Zecora, es tu turno de hablar." Dijo Twilight, mirando repentinamente a Zecora, ante la sorpresa de la cebra.

"¿No sería mejor que tú se lo pidieras?" Preguntó Zecora un poco preocupada, ya que con los anteriores dos potros, ellos solo habían aceptado beber la poción luego que Twilight se los pidiera.

"Solo sé totalmente honesta." Respondió Twilight sonriendo.

Finalmente Zecora solo suspiró y miró directamente a los ojos a AJ, mientras este hacía un esfuerzo para calmarse y también mirarla a los ojos.

"Tú tienes una rara condición que te ha afectado sin que tú lo sepas. Has sido víctima de una extraña flor mágica llamada 'broma venenosa'. No solo te ha cambiado físicamente, sino que también ha alterado tus recuerdos." Dijo Zecora seriamente, siguiendo lo que Twilight le pidió sobre ser abiertamente honesta. Entonces Zecora sacó uno de sus frascos con poción y se lo ofreció a AJ. "Tienes que beber esto. Es la cura."

Al terminar de hablar, Zecora mantuvo su vista en los ojos de AJ, quien solo se mantuvo mirándola igual que ella lo hacía, sin mover un músculo ni decir nada.

"Lo sabía, decirle la verdad no era lo mejor." Pensó Zecora en ese instante. "La verdad es que todo suena como una locura, hubiera sido mejor mentir u omitir ciertos detalles como lo hizo Twilight con los demás potros para que-"

En ese instante Zecora cortó su flujo de pensamiento ya que AJ tomó rápidamente el frasco que ella le ofrecía, y se bebió toda la pócima de un solo trago, sin decir ni preguntar nada.

"Sigo sin saber por qué me atemoriza tanto ver tu cara." Dijo AJ luego de beber la poción. "Pero tus ojos son honestos, no hay pizca de mentira en lo que has dicho... Aunque suene como una locura."

Al escuchar a AJ, Zecora lo miró sorprendida y luego puso una pequeña sonrisa al reconocer finalmente al portador del elemento de la honestidad.

"Bien, ya es hora de irnos, o se nos hará de noche." Dijo Twilight, despidiéndose de AJ y encaminando rumbo hacia el pueblo junto a Zecora.

"El miedo de AJ, es el mismo miedo que Applejack mostró cunando habló sobre 'seres oscuros' viviendo en el bosque Everfree." Pensó Twilight mientras caminaba, mirando de reojo a Zecora. "Definitivamente hay una historia escondida allí… Pero prefiero que Applejack me la cuente cuando vuelva a la normalidad y crea que es el momento adecuado."


El siguiente potro en la lista de Twilight, había sido Bubble Berry, por lo que se habían dirigido directamente a Sugarcube Corner, sin embargo, en cuanto Twilight y Zecora llegaron allí, se frustraron al no encontrarla. Y lo peor era que ahora tendrían que volver a pasar por lo mismo que habían pasado cuando entraron al pueblo.

En cuanto Zecora había puesto un pie en Ponyville, los ponies del pueblo corrieron desesperados y se escondieron en sus casas al ver la tenebrosa y singular apariencia de esa extraña yegua tatuada, sin que ninguno supiera lo que era una cebra. De nada sirvió que Twilight intentara gritar y explicar, tal parecía que Zecora había tenido razón todo el tiempo, y los ponies solo veían las apariencias para juzgar a los demás.

"En cuanto salgamos de Sugarcube Corner, los ponies volverán a esconderse y a correr asustados…" Pensó Twilight mirando de reojo a Zecora, quien parecía indiferente a todo lo sucedido, pero su nuevo sexto sentido adquirido de yegua, le decía a Twilight que en verdad sí le dolía ver a tantos ponies huir de ella. "No tenemos opción, iremos con Elusive y luego tendré que salir sola en la búsqueda de Bubble Berry."

Despidiéndose de los señores Cake, que a duras penas habían recibido a Twilight y a su particular invitada, Twilight y Zecora se dirigieron hasta la Boutique Carrusel, obteniendo en el camino el mismo resultado que habían obtenido al ir a Sugarcube Corner.

¡TOC-TOC!

Al abrir la puerta, Elusive sonrió con galanura al ver a su musa Twilight Sparkle volver a sus cascos, sin embargo su sonrisa se esfumo al instante al ver quien acompañaba a la yegua. De inmediato Elusive intentó cerrar la puerta, pero Twilight puso su pata, y con una sonrisa amable, le pidió que los dejara pasar.

"Así que… Eres una cebra." Dijo Elusive, luego que Twilight lo convenciera de conversar y Zecora se presentara ante él. "Y… ¿Qué es una cebra?"

"Somos de raza equina, al igual que los ponies, pero nuestra conexión con la magia y la naturaleza difieren mucho, además de nuestra cultura y religión... Además de nuestras rayas, claro está." Respondió Zecora tranquilamente, dándose cuenta que este potro era más conversador que los demás potros, y que incluso, pasado el temor inicial, parecía estar interesado en su raza. "Nuestras rayas muestran nuestras distintas familias, es como llevar un árbol genealógico sobre nuestra piel… a nuestros ancestros."

"¡Fascinante! Rayas en el pelaje… ¡Creo que se me acaba de ocurrir una brillante idea para mi siguiente conjunto de invierno!" Dijo Elusive emocionado viendo a Zecora.

"Elusive, ahora que sabes quién es Zecora, ¿Podrías beberte está poción que traemos?" Dijo Twilight, ofreciéndole a Elusive uno de los frascos de Zecora. "No puedo decirte por qué, pero es muy importante que lo bebas." Agregó Twilight, pensando que aunque Elusive era más abierto a aceptar cosas nuevas, definitivamente se pondría a la defensiva si le decían que la poción lo cambiaría de algún modo.

"Está bien, dulzura. Por ti, lo haré." Dijo Elusive sonriendo y confiando en la dulce sonrisa de Twilight, idéntica a la de su querido amigo Dusk Shine. Entonces Elusive vació el contenido de su poción en una taza de té, y lo bebió lentamente, como todo un caballero.

"¡Bien! Ahora debo ir a buscar a Bubble Berry." Dijo Twilight levantándose de su silla, emocionada al pensar que solo faltaba una de sus amigas.

"Bubble Berry es muy impredecible, podría estar en cualquier lugar." Dijo Elusive luego de terminar su té. "Lo mejor será que los tres salgamos a buscarlo."

"¿Eh? B-Bueno… yo de hecho pensaba que quizás podrías quedarte conversando con Zecora." Dijo Twilight un poco nerviosa. "Los ponies del pueblo se pusieron algo locos cuando vieron a Zecora de camino hasta aquí. Quizás sería mejor que ella no saliera esta vez." Admitió Twilight algo triste, sabiendo que lo que ella había dicho sobre que los ponies de esta época eran menos prejuiciosos, había resultado en un total fracaso.

Fue entonces que a Twilight se le ocurrió una brillante idea.

"A los ponies les asusta ver a Zecora con capucha, pero cuando está sin capucha, les asusta al ver sus rayas y creer que son decenas de tatuajes." Dijo Twilight con mirada pensativa mientras Zecora bajaba su mirada algo triste, anticipándose a lo que Twilight le pediría. "Quizás si ella va sin su capucha y tapamos algunas de sus rayas, los demás ponies podrían-"

"¡Ni se te ocurra! Es absurdo." Dijo repentinamente Elusive, interrumpiendo a Twilight y mirándola un poco ofendida. "Escúchame Twilight, por lo que me ha dicho Zecora, ¡Esas rayas son parte de su linaje! No puedes ocultar eso, ¡Ella debe sentirse orgullosa por su linaje y por su pueblo! El problema no es Zecora, ni tampoco es el prejuicio que sienten los ponies, ¡Es la ignorancia! Es porque ellos no saben lo que es una cebra."

Ante las palabras de Elusive, Zecora no pudo evitar sonreír levemente, mientras Twilight bajó su cabeza avergonzada. Lo que decía el unicornio blanco era correcto, y sin darse cuenta, ella había hecho sentir mal a Zecora acerca de sus orígenes y su familia.

"Elusive tiene razón… pero, ¿Cómo hacemos para que los ponies se informen si ni siquiera se quieren acercar a Zecora?" Preguntó Twilight preocupada.

"Hmm… creo que tengo una idea. Ven conmigo." Dijo Elusive, tomando a Twilight para que lo acompañara hasta un espejo, en donde ambos se pararon juntos y Elusive sonrió. "Mira, ¿No hacemos una linda pareja?" Dijo Elusive con una mirada coqueta mientras veía el reflejo de ambos en el espejo.

Twilight se sorprendió ante el abrupto cambio de tema de Elusive, pero al ver el reflejo de ambos, la yegua no pudo evitar sonrojarse al darse cuenta que era verdad, Elusive era bastante atractivo como potro, y junto a él estaba la bella y estilizada figura de yegua de Twilight, una bella pareja de unicornios enamorada.

"¿¡A-A qué vino eso!?" Preguntó Twilight sonrojada, molesta por lo que había pensado y por el abrupto cambio de tema de Elusive.

"Es solo que quería ver nuestro reflejo juntos antes de mi plan." Dijo Elusive sonriendo y guiñándole un ojo a Twilight.

Diez minutos más tarde, los dos ponies y la cebra salieron de la Boutique Carrusel en busca de Bubble Berry. Y al igual que cuando Twilight y Zecora habían entrado al pueblo por primera vez, la primera reacción de los ponies del pueblo fue de asombro, sin embargo, esta vez, nadie huyo.

La gran diferencia en esta nueva caminata, era Elusive, quien se había pintado algunas rayas en su blanco pelaje, además, se había cortado parte de su melena, dejándose un peinado alocado y algo ridículo.

"Tú… ¿¡Por qué sales a la calle viéndote así!? ¡Jajaja!" Dijo repentinamente un potro del pueblo, acercándose lentamente junto a dos yeguas hacia donde estaban Elusive y los demás.

"¡Oh! ¿Esto? Es solo una loca idea que se me ocurrió luego de ver a mi compañera cebra." Dijo Elusive sonriendo algo nervioso, ya que a pesar que obtener esa reacción era parte de su plan, aún le incomodaba saber que los demás se estarían burlando de su apariencia.

"¿Qué cosa es una cebra?" Preguntó el potro, poniendo una cara de curiosidad, al igual que las yeguas que habían llegado junto a él.

Entonces Elusive apuntó a Zecora y les repitió lo que él había aprendido sobre las cebras, dejando a los ponies que se habían acercado, muy sorprendidos y curiosos sobre la nueva equina que estaba ante ellos.

En tanto, los ponies que se habían acercado, no fueron los únicos en sorprenderse, pues Twilight también se asombró ante la simple pero ingeniosa idea de Elusive. Él se había pintado rayas para que los demás ponies pudieran asociarla a Zecora, pero solo eso no bastaba, él se había hecho un peinado ridículo y gracioso para compensar la tenebrosa apariencia inicial de Zecora, y que así los demás ponies se acercaran a preguntar.

Elusive y los demás continuaron caminando por el pueblo y repitiendo continuamente el proceso, logrando que poco a poco más ponies se acercaran y comenzaran a preguntar por las rayas y sobre qué era una cebra. Incluso Elusive dejó de hablar en un momento, para que la misma Zecora fuera la que explicaba a los demás sobre su especie.

"Fue algo muy ingenioso…" Susurró Zecora a Twilight mientras Elusive hablaba entre risas con unos potrillos que se habían acercado a ver su tonto peinado.

"Sí, pero más allá de eso, él te está dando este pequeño regalo mientras se sacrifica a sí mismo." Dijo Twilight mirando a Zecora, quien no entendió a qué se refería. "Tanto Elusive como Rarity, viven por y para su apariencia. Ellos son diseñadores de moda. Ser vistos en público llevando un ridículo peinado, los perjudica más que a cualquiera, pues dañar su imagen es dañar su negocio y su reputación. Por eso es que él no para de sonreír nerviosamente ante las burlas, él sabe las consecuencias, y aún así, él lo está haciendo por ti." Terminó Twilight con una cariñosa sonrisa, mientras Zecora se sorprendía ante lo que acababa de descubrir.

"Generosidad…" Susurró Zecora mientras veía a Elusive y se daba cuenta de su sacrificio.

"¡Hey, señoritas!" Dijo repentinamente Elusive luego de terminar de hablar con los potrillos que se habían acercado a reírse de su peinado. "Estos potrillos dicen que saben donde está Bubble Berry."

Entonces el grupo de Twilight siguió a los potrillos hasta que llegaron al parque a las afueras de Ponyville, en donde efectivamente estaba Bubble Berry, rodeado de una docena de pequeños potrillos y potrancas. Tal parecía que Bubble Berry estaba haciendo un pequeño show para los pequeños ponies, inflando varios globos y haciendo distintos animales con ellos.

"Se ve muy tierno… Creo que sería un buen papá." Pensó Twilight sonriendo ensimismada mientras veía al potro rosa jugar con los potrillos y se imaginaba a ella y a él como padres. Pero entonces Twilight se puso azul del terror ante lo que acababa de pensar. "¡Debemos terminar con esto ya! ¡Cada vez estoy pensando más como una yegua!"

Al acercarse hasta donde estaba Bubble Berry, los potrillos que habían guiado a Twilight hasta allí llamaron a sus amigos, y entonces todos dirigieron sus miradas asombradas hacia Elusive, riéndose de su apariencia disparatada.

"¡Mira! ¡Ahora hay un payaso!" Dijo inocentemente un pequeño potrillo al ver a Elusive.

"¿Por qué tienes rayado tu pelaje?" Preguntó una potrilla, mirando con curiosidad las rayas de Elusive. "¿Son tatuajes?"

"¡Jajaja! ¡Claro que no son tatuajes! ¡Qué ridículo te ves! ¡Jajaja!" Se rio repentinamente Bubble Berry al reconocer a su amigo unicornio, apuntándolo mientras Elusive se sonrojaba. "Pequeños potrillos, no se asusten, eso es solo pintura, nada más."

Entonces Bubble Berry desvió su mirada hasta Zecora, y se la quedó viendo con sorpresa por unos segundos.

"Oh… Pero las rayas de ella no son pintadas…" Dijo Bubble Berry, poniendo una voz tenebrosa y levantando sus cascos delanteros hacia los potrillos mientras hacía la mímica de un fantasma. "Esa yegua no es una pony… Es una extraña criatura venida de una tierra lejana… Donde usan máscaras aterradoras y lanzas de huesos…"

Mientras Bubble Berry asustaba a los potrillos, el humor del ambiente cambió inmediatamente, y la curiosidad de los potrillos hacia Zecora, cambió a temor, haciendo que los potrillos comenzaran a alejarse lentamente de Zecora.

"¡Bubble Berry! ¡No digas esas cosas!" Dijo Twilight, preocupada al ver que todo el trabajo de Elusive y Zecora se estaba desperdiciando. "¡Vas a hacer que todos vuelvan a temerle a Zecora!"

"¿Hmm? ¿Y por qué le tendrían miedo?" Preguntó Bubble Berry ingenuamente, quien solo había asustado a los potrillos para divertirse. "¡Mírenla! ¡Está toda rayada! ¡Es como si usara su pijama todo el día! ¡Jajaja! ¡Jajaja!" Comenzó a reírse a carcajadas Bubble Berry.

Todos se sorprendieron ante la broma que le había dicho el potro rosa a Zecora, dejando a todos pasmados y en silencio, pues nadie sabía cómo reaccionaría Zecora, quien hasta entonces seguía preocupada de que los ponies la aceptaran. Sin embargo la primera en soltar una risa fue justamente Zecora, quien no pudo evitar reírse ante la tonta broma de ese pony, más aún porque, por más que intentaba recordar, nadie nunca le había hecho jamás una broma.

En cuanto Zecora empezó a reír, el ambiente se relajó por completo y los potrilos también estallaron en risa. Fue entonces que los potrillos se acercaron a Zecora y la empezaron a tocar y a acosar con preguntas, ya no solo tenían curiosidad de ella por ser una cebra, sino que les interesaba acercarse a ella porque era chistoso y agradable verla reírse de ella misma.

"Mi tío me había contado historias sobre las cebras… Nunca pensé que fueran reales." Preguntó Bubble Berry, luego de calmar su risa. "¿Es verdad que hacen grandes fiestas junto al fuego, donde bailan y cuentan historias?"

"Así es… Tenemos muchas fiestas en donde le agradecemos a la madre naturaleza y- ¡Auch!" Respondió Zecora con una gran sonrisa, mientras los potrillos se subían en ella y una pequeña potranca tiraba de su arete con curiosidad.

Al ver a Zecora sonriendo de esa forma, Twilight también sonrió al ver que gracias a la risa de Bubble Berry finalmente Zecora se había sentido parte del pueblo, pues Twilight no se había dado cuenta que no solo era necesario que el pueblo aceptase a Zecora, sino que también era necesario que Zecora dejara de lado sus temores y aceptara también a los demás. Y al igual que sucedía con la misteriosa Pinkie Pie, Twilight nunca sabría si Bubble Berry había notado aquello y lo había hecho a propósito, o simplemente había sido un feliz accidente.

"La risa puede cambiarlo todo." Murmuró Twilight con una sonrisa mientras miraba a Bubble Berry. Murmullo que Zecora alcanzó a escuchar, lo que hizo que la cebra también viera al pony rosa con una atenta mirada y una pequeña sonrisa.

Finalmente Twilight le pidió a Bubble Berry beber la poción, la cual el potro rosa bebió ávidamente, pensando que era alguna novedosa extraña bebida de las lejanas tierras de Zecora. En ese instante, el Sol comenzaba a ocultarse, y los padres de los potrillos y potrancas llegaron al parque para buscar a sus pequeños hijos, en donde también aprovecharon de sumarse a las risas y conversación sobre la asombrosa invitada venida de tierras lejanas. Fue entonces que Bubble Berry juntó a todos los ponies que pudo y comenzaron a hacer un enorme número musical sobre lo malo de los prejuicios y la discriminación.

"Sí… eh, creo que ya es momento de irnos." Susurró Twilight, al ver cómo Zecora veía con temor como los ponies se iban sumando al número musical. "Creo que sumarte a una canción, sería demasiado por hoy, ¿No es así?" Agregó Twilight, tocando el hombro de Zecora.

"Un paso a la vez." Dijo Zecora con una sonrisa de alivio, agradeciendo que Twilight no la obligara a participar de un número musical, en el que ya varios ponies hacían una pirámide y cantaban sobre lo bueno de ser diferente.

Aprovechando el bullicio, Twilight y Zecora se retiraron lentamente y se dirigieron hasta el límite del bosque Everfree, en donde Zecora debía tomar el camino para volver a su hogar.

"¿Qué opinas ahora de mis amigas? Las portadoras de los elementos de la armonía." Preguntó Twilight sonriendo mientras caminaban.

"Desde el principio planeaste esto, ¿No es así? Mostrarme a las portadoras para que cambiara mi opinión sobre dónde deberían estar los elementos de la armonía." Respondió Zecora con una sonrisa traviesa. "Supongo que he de admitir que tus amigas son tan interesante como tú… pero solo el tiempo dirá si la princesa hizo lo correcto o no al entregarles a ustedes los elementos de la armonía…"

"Creo que ahora entiendo lo que quiso hacer su princesa al entregarles los elementos de la armonía a unos simples ponies." Pensó Zecora, meditando sobre lo que había concluido luego de ver a las portadoras. "Con los elementos fuera del bosque, sus portadoras pueden contagiar los valores que representan mucho más fácil, ¡Quizás por toda Equestria! Pero en contraste… la magia del caos crece más rápido en el bosque, y eso, tarde o temprano, despertará a la bestia… Es una apuesta arriesgada la que decidiste jugar, princesa del Sol."

"¿Estás segura que no quieres quedarte aquí en el pueblo?" Preguntó Twilight, sabiendo que llegaba el momento de despedirse de la cebra.

"No puedo abandonar mi hogar. Además, tengo una misión que cumplir." Respondió Zecora, sonriendo. "Pero no será la última vez que nos veamos, después de todo, gracias a ti y tus amigos, ahora puedo aparecer en el pueblo sin que los demás huyan de mí."

"Me alegra escuchar eso." Dijo Twilight sonriendo amablemente. "Además, también pienso que iré a visitarte algunas veces." Agregó Twilight, poniendo una sonrisa más pícara, ante la sorpresa de Zecora.

"¿Planeas visitarme en mi hogar? Pensé que te había aterrado entrar allí." Dijo Zecora un poco confundida.

"Sí, pero ahora entiendo que no porque algo sea distinto, tiene que ser malo." Respondió Twilight un poco avergonzada por su actitud previa. "Además, les dije a los demás que tú eras mi maestra de pociones, y bueno… No me gustaría mentirles respecto a eso, jeje… Hay muchas cosas que quisiera que tú me enseñaras, cosas que sé que no aprenderé en otro lado."

Ante las palabras de Twilight, Zecora bajó su mirada pensativamente, como si aún tuviera dudas respecto a algo.

"En efecto, hay muchas cosas que puedo enseñarte. Pero algunas de esas enseñanzas… no siguen los caminos de Celestia." Dijo Zecora con una mirada algo sombría.

"Lo entiendo…" Respondió Twilight lentamente, entendiendo a lo que se refería Zecora, sobre aprender conocimiento que podía estar prohibido en Equestria, y luego recordando a su amada maestra y el amor que él sentía por ella, y poniéndolo en contraste. "Pero aún así, creo que no hay que tenerle miedo al conocimiento. Aunque mi maestra decía-" Agregó Twilight.

"Deberías… El conocimiento no es malo, pero puede usarse para hacer el bien, como para hacer el mal." Respondió Zecora mirando con preocupación hacia el bosque, sin darse cuenta, diciéndole lo mismo que la princesa le había dicho muchas veces a Dusk Shine. "Hay poderes muy oscuros en este mundo, y esa estrella marcada en tu costado, está destinada a enfrentarse a todos ellos." Agregó Zecora, apuntando hacia la cutie mark de Twilight.

"¿Eh? ¿A qué te refieres?" Preguntó Twilight confundida.

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"Heh… Creo que algún día lo entenderás… Quizás lo conversemos en tu primera lección." Dijo Zecora sonriendo, aceptando que a partir de ese día tendría un discípulo. "Por cierto, no te olvides de esto."

Entonces Zecora tomó el último frasco con poción que tenía y se lo entregó a Twilight.

"Fue un placer conocerte, señorita Twilight Sparkle. Pero creo que prefiero tener de estudiante al joven Dusk Shine." Dijo Zecora sonriendo.

"Yo también." Dijo Twilight también sonriendo. Finalmente bebiéndose la poción al saber que ya todas sus amigas lo habían hecho.

"Bien, ya es momento de irme." Dijo Zecora, tocando su capucha para cubrirse su cabeza, pero entonces dándose cuenta que eso ya no era necesario.

"Te dije que te la mostraría… Lo que era la amistad." Dijo Twilight con una sonrisa llena de confianza, estirando uno de sus cascos para ofrecérselo a Zecora.

Al mirar el casco de Twilight, solo entonces Zecora se dio cuenta a lo que se refería la unicornio. Durante toda esa tarde, Zecora había creído que al decirle 'te mostraré lo que es la amistad', Twilight se había referido a mostrarle la amistad que ella tenía con sus amigas. Sin embargo, con ese gesto de Twilight, la unicornio le estaba mostrando la respuesta correcta. Twilight nunca quiso mostrarle la amistad que ella tenía con sus amigas, sino que durante el día, con todo lo vivido, ella y Zecora finalmente se habían vuelto amigas.

"Heh… De verdad que eres interesante." Se rio Zecora, estirando su casco para saludar el de Twilight, y despedirse así de su nueva alumna y amiga.

Luego de despedirse, la noche finalmente cayó, y Twilight se dirigió hacia su casa. Una vez allí, ella tomó la flor azul que estaba al lado de su cama y la ocultó en un libro, que a su vez alejó lo más posible de su cama, pues lo último que quería era despertar otra mañana con algún otro cambio loco en su cuerpo. Entonces Twilight se lanzó sobre su cama, y cayó dormida inmediatamente luego del exhausto día que había tenido.


"¡VOLVIÓ! ¡MINI-DUSK VOLVIÓ!" Gritó Dusk Shine lleno de alegría, al despertar y descubrir que su masculinidad, y todos los atributos que ella incluía, habían vuelto a su cuerpo.

"¿¡Qué!?" Dijo Spike confundido, despertando sobresaltado ante el grito de Dusk. Entonces él vio a su hermano y se lo quedó viendo unos segundos. "Oh… ya veo…" Dijo Spike levemente sonrojado, con una cara de puchero, pensando que no había estado tan mal tener una hermana.

Repentinamente un ruido se escuchó en el salón principal, en donde parecía haber varias voces. Temiendo lo peor, Dusk y Spike lentamente avanzaron hasta la puerta de la habitación para bajar las escaleras.

"¡Quizás sea igual que ayer y estén los cinco potros viendo la revista erótica de ayer!" Dijo Spike asustado.

"Claro que no, la poción debió haberlas curado… eso espero. Además, tú te deshiciste de esa vulgar revista." Dijo Dusk preocupado.

"Eh… sí, yo… yo me deshice de esa sucia revista…" Dijo Spike sonrojándose, ocultando el hecho que no había querido botar la revista erótica que habían traído los potros el día anterior.

Al bajar un par de peldaños de la escalera, Spike y Dusk asomaron tímidamente sus cabezas para ver quién estaba en la biblioteca. Al instante, sus corazones saltaron de alegría al reconocer a sus queridas cinco amigas yeguas, quienes conversaban tranquilamente entre ellas, como si nada raro hubiera ocurrido en esos dos días.

"¡RARITY!" Gritó Spike llorando de alegría, corriendo por las escaleras para saltar y abrazara a su amada musa.

"¡Spike! ¿Qué te sucede? Parece como si no me hubieras visto en días." Dijo Rarity sonriendo, sorprendida ante el abrazo de su querido Spikey-wikey.

Al ver a sus queridas amigas riendo tiernamente ante la extraña actitud de Spike, Dusk también sonrió con cariño, sonrojándose y sintiendo un gran alivio por haber recuperado a sus amigas.

"Ahora todo volvió a la normalidad… O eso me gustaría decir…" Pensó Dusk, desviando la mirada y poniendo una mueca mientras afirmaba su espalda en la muralla.

En el exterior, las chicas y Dusk habían vuelto a la normalidad, pero en el interior, Dusk sabía que algo había cambiado en él. Durante esos tres días, Dusk había experimentado muchos sentimientos y sensaciones distintas respecto a sus amigas, tanto en sus formas femeninas como masculinas. Dusk ya conocía la fuerte amistad que tenían él y sus amigas, también había conocido lo que era tener una fuerte hermandad entre solamente potros. Luego él había experimentado lo que era que alguien sintiera mera atracción física por su cuerpo, y finalmente había sentido que él, en su forma femenina, también había sentido sentimientos hacia las formas masculinas de sus amigas. Sin embargo, ahora Dusk se daba cuenta que lo que sentía por sus amigas seguía siendo distinto a todo lo que había vivido.

"Afecto…" Susurró Dusk, dibujando un punto rosa en el aire con su magia. Recordando cómo había empezado su amistad con sus amigas, como la alegría y simpatía de todos había encajado para formar un grupo lleno de compañerismo, la base de su amistad.

"Pasión…" Susurró nuevamente Dusk, dibujando otro punto. Pensando que mientras más se acercaba a sus amigas, más hermosas y atractivas le parecían, admitiendo que sus deseos hacia el cuerpo femenino de sus amigas iban en ascenso.

"Pasado…" Susurró Dusk, dibujando un tercer punto en el aire. Pensando en que mientras más historias habían vivido, más fuerte se había vuelto ese lazo con sus amigas, tanto que ahora le era difícil imaginar su vida sin ellas.

Dusk nuevamente analizó sus relaciones con sus amigas en esos dos días, sumado a como había empezado él su relación con ellas cuando llegó a Ponyville. En todas esas veces, Dusk notó que él había sentido uno o dos de esos puntos que había mencionado, pero jamás los tres al mismo tiempo. Entonces Dusk usó nuevamente su magia y unió los tres puntos, formando un triángulo… Solo en una de todas las relaciones que había experimentado, él había sentido esas tres sensaciones al mismo tiempo... Era en ese preciso momento, el nuevo sentimiento que por fin reconocía y que había estado creciendo lentamente en él a medida que compartía más con sus amigas.

"Amor…" Susurró Dusk melancólico, poniendo un punto en el centro del triángulo.

Al fin lo había descubierto, el extraño sentimiento que no había podido reconocer, o quizás, no había querido reconocer. Un sentimiento nuevo que iba más allá de la amistad.

En ese momento, Dusk pensó que debía sentirse feliz y aliviado por finalmente reconocer lo que sentía. Incluso más feliz aún, ya que supuestamente el amor generaba una dicha enorme en quienes la conocían. Pero esa dicha de saber que estaba enamorado, se vio opacada ante otro sentimiento, el de la preocupación.

"¿Qué hago ahora…?" Susurró Dusk con una mirada temerosa, viendo desde arriba de las escaleras a sus bellas amigas, a sus CINCO queridas amigas, quienes, por igual, habían capturado su corazón.

# Fin del capítulo 44