Capítulo 45 – Durmiendo con el enemigo

En el palacio de Canterot, una yegua de pelaje Color crema, melena azul y vestimenta de criada se apresuraba para llevar la última bandeja con pasteles para el desayuno de las princesas. La hora del desayuno siempre había sido la más ajetreada para los mayordomos y cocineros del palacio, en especial porque era una de las pocas ocasiones en que ambas princesas compartían la mesa, dada sus diferencias de horarios.

La mesa estaba rebosando de bandejas con comida, con muchas alternativas deliciosas para que las princesas tuvieran un variado y surtido menú para elegir. Aunque la verdad era que la mayoría de esa comida la terminaban comiendo los mismos ponies del palacio, ya que las princesas comían casi siempre lo mismo. Por esa razón es que la yegua de melena azul se apresuró al dejar la última bandeja justo enfrente del asiento donde se sentaba la princesa Celestia. Ya conociendo por experiencia cuales eran los gustos de su querida princesa, la yegua mayordomo dejó la bandeja con pasteles y dulces justo ahí.

Justo en ese instante, como si hubiera estado todo cronometrado a la perfección, la princesa Celestia entró en el salón mientras la yegua mayordomo y su hermana, una yegua de pelaje similar pero con una melena roja, y que tenía la misma vestimenta de criada que su hermana, se mantenían de pie cerca de la silla de su majestad, lo suficientemente alejadas para darle privacidad a las princesas, pero lo suficientemente cerca para estar atentas a cualquier petición o gesto que pudieran hacer las princesas para solicitar algo. De todos los mayordomos, ellas eran las más cercanas a las princesas, las hermanas Sweet Creme y Sweet Caramel. Una tradición que había empezado hacía muchas generaciones atrás con sus tátara-tátara-abuelos, y que ahora ellas orgullosamente seguían manteniendo, siempre fieles a la princesa.

La princesa Celestia se sentó como siempre, elegantemente es su silla, y comenzó a beber su té como todas las mañanas, sin embargo, los años de experiencia al servicio de la princesa le dieron el conocimiento a Sweet Creme para darse cuenta que algo raro pasaba… ¡La princesa no estaba comiendo sus pasteles! ¡Y esos eran sus favoritos!

Presurosamente la mayordomo se acercó hasta la silla de la princesa y preguntó tímidamente.

"¿Sucede algo malo princesa?" Preguntó la yegua mayordomo.

"Nada malo, Sweet Creme. Todo está delicioso." Respondió la princesa del Sol con una dulce sonrisa.

Cualquier otro pony hubiera quedado satisfecho al ver la sincera sonrisa de la princesa, pero aunque la princesa fuera la mejor del reino en ocultar sus verdaderas emociones, la experiencia de años de su familia que corría por sus venas le decía a la mayordomo real que algo no estaba bien.

"Parece deprimida." Dijo Sweet Creme, siguiendo su intuición.

La princesa vio de reojo a la mayordomo, un poco asombrada de que ella siempre supiera su verdadero estado de ánimo. Así que la princesa, aprovechando que no había nadie más cerca y que la mayordomo ya sabía la verdad, dejó su fachada y suspiró con melancolía.

"Es un honor servir a las princesas, pero aún más honor es servir a alguien tan humilde y terrenal como la princesa Celestia." Pensó Sweet Creme, adorando que a pesar de todo su poder, la princesa Celestia tuviera los mismos problemas sentimentales que cualquier otro pony común y corriente.

"Estoy algo preocupada…" Respondió Celestia, dejando caer infantilmente su cabeza a la mesa y poniendo una cara de puchero. "Dusk aún no responde la última carta que le envié…. Y él siempre responde de inmediato."

"¿La última carta?" Dijo Sweet Creme haciendo memoria y recordando que aunque ella no leía la correspondencia privada que tenía la princesa con su alumno Dusk Shine, ella sí había notado que la princesa había puesto una cara de preocupación al enviar su última carta. "¿Había algo en la carta que podía preocupar al joven Dusk?" Preguntó la mayordomo, tratando con respeto el nombre de Dusk pese a que tenían casi la misma edad.

Celestia miró de reojo a la mayordomo y luego solo suspiró, sin responder. Ella recordó que no había estado muy segura sobre enviar su última carta, pues esta era mucho más personal, donde le pedía a Dusk que no arriesgara su vida haciendo locuras y además le decía que él era como un hijo para ella. Ella sabía que no era correcto dejar entrever sus sentimientos siendo ella la regente y protectora de toda una nación, sin embargo, ella no pudo evitarlo, sentía que Dusk necesitaba saber lo importante que él era para ella para que no volviera a arriesgar su vida como lo había hecho cuando cayó y casi murió en la competición de Cloudsdale.

"¿Habrá estado mal enviar esa carta? Quizás… hice sentir incómodo a Dusk, después de todo yo… yo no soy su madre." Pensó Celestia con una triste mirada.

"No se preocupe, estoy segura que pronto le responderá. Seguramente ha estado muy ocupado, es todo." Dijo la mayordomo con una sonrisa, intentando tranquilizar a la princesa, pero en el fondo furiosa porque Dusk hubiera hecho entristecer a su amada princesa.

"Sí, eso espero…" Dijo Celestia con cara de puchero, con mirada melancólica y pensando que no estaría tranquila hasta recibir una respuesta a su carta. "Parece que esta será una pésima mañana."

"¡Qué maravillosa mañana!" Gritó repentinamente la princesa Luna, abriendo la puerta de golpe y entrando al salón con una enorme y brillante sonrisa, algo muy poco común en ella.

De inmediato la hermana de Sweet Creme, la yegua de melena roja Sweet Caramel, corrió para atender a la princesa Luna, sabiendo que a la princesa de la noche le gustaba un café muy caliente para poder soportar estar despierta en la mañana. Por lo que la mayordomo esperaba hasta que la princesa Luna se sentara para servirle su café, junto a un croissant y un poco de fruta, la cual ya estaba servida frente a su asiento.

Desde que la princesa Luna había vuelto de su exilio, había sido caótico para las mayordomos del castillo soportar el mal humor matutino de la princesa de la noche, dado que para ella estar despierta a esa hora era molesto luego de trasnochar. Si el café que le servían estaba levemente más frio de lo que acostumbraba, solía gritar furiosa. Le había tomado un par de días descubrir a las hermanas mayordomo que los gritos de furia de Luna no eran tal, sino que ella había estado acostumbrada a hablar así en la antigüedad, cosa que la princesa Celestia ya no hacía.

Acostumbrarse al ritmo de la princesa Luna era difícil, y más aún ganarse su confianza, pues Luna era mucho más callada y reservada que su hermana mayor. Sin embargo, Sweet Caramel lo había logrado, y ahora ella era en quien más confiaba la princesa Luna, lo que le daba mucho orgullo como mayordomo real.

Una vez servido el café, Sweet Caramel se quedó al lado de la silla mientras Luna bebía su café. Normalmente ella hubiera vuelto a su lugar, pero ver a su querida princesa sonreír como lo hacía, era señal de que algo bueno había pasado, y la experiencia le decía que eso significaba que su princesa quería chismear con alguien.

"Parece que mi hermana está de mal humor." Dijo Luna mirando de reojo al otro extremo de la mesa.

"Eso parece." Respondió la mayordomo, mirando a la princesa Celestia con su cabeza en la mesa, y luego mirando a la princesa Luna, quien bebía elegantemente su café.

"Es un honor servir a las princesas, pero aún más honor es servir a alguien tan refinada como la princesa Luna." Pensó Sweet Caramel, quien adoraba el porte y elegancia que inspiraba la princesa de la noche. Lo que en secreto causaba que ambas hermanas mayordomos discutieran sobre quién era su princesa favorita.

"Es una tontería que mi hermana esté de mal humor hoy. ¡Hoy es una gran mañana!" Dijo Luna, cortando cuidadosamente un pedazo de croissant y comiéndolo delicadamente mientras sonreía, mirando de reojo a la mayordomo, como si esperara algo de ella.

"No quisiera ser una entrometida, pero ¿Qué tal estuvo su noche?" Preguntó Sweet Caramel, mirando de reojo a su princesa, sabiendo que ella estaba esperando esa pregunta.

"¡Bueno! Si insiste tanto, supongo que tendré que contarte." Respondió rápidamente Luna, poniendo una gran sonrisa.

La noche anterior la forma astral de Luna viajaba por el mundo de los sueño de Equestria, viajando con su verdadera forma, uno de los privilegios de estar en su forma astral. Este era su trabajo, una labor que había realizado por cientos de años y que había abandonado por lo últimos mil años, la de cuidar y resguardar los sueños de sus súbditos.

Desde que había vuelto de su exilio y la 'Nightmare Moon' en ella había desaparecido, Luna había luchado consigo misma para intentar recuperar pronto su propio poder y así recuperar su verdadera forma, sin embargo aquello había tardado más de lo que ella esperaba. Le había tomado meses poder proyectarse en su forma astral y entrar al mundo de los sueños. Y aunque ahora lo había logrado, seguía sin poder entrar por completo en los sueños. Lo único que le permitía actualmente su poder era poder ver los sueños de los ponies y susurrarles para que escucharan su voz y así influir levemente en las pesadillas de sus súbditos, sin embargo aún no tenía el poder suficiente para proyectarse completamente en un sueño y acabar con pesadillas más fuertes, como aquellas provocadas por la culpa o por traumas.

Esa noche, la princesa Luna se encontraba vigilando el sueño de un potro en particular, uno al que había estado vigilando constantemente, un potro al que no podía sacar de su cabeza.

"Y aquí vamos… esperemos que Dusk Shine tenga un sueño tranquilo esta noche." Dijo Luna hablando consigo misma, mientras su forma astral se movía entre los sueños y se acercaba para ver el sueño de Dusk Shine.

Luna sabía que no era correcto vigilar constantemente a un solo pony, pero se había dicho a sí misma que lo hacía por el bien de Dusk, después de todo él había tenido unas pocas pesadillas en las que su influencia había ayudado a calmar. Además, Luna se decía a sí misma que necesitaba constantemente practicar para entrar en los sueños de un pony para así ver que su poder estuviera recuperándose, ¿Y qué mejor opción de pony que elegir a Dusk Shine?

Esa noche Dusk no parecía estar soñando nada particularmente peligroso, solo se veía a él mismo en una gran biblioteca, vistiendo una gran capa, mientras los libros volaban a su alrededor como si fueran aves.

Ese sueño no era peligroso para supervisar, ni tampoco particularmente interesante para observar, sin embargo Luna no pudo dejar de sonreír y seguir viendo al apuesto potro lavanda que la había salvado de la oscuridad. Y así pasó un largo tiempo, hasta que Dusk en su sueño terminó de leer un libro y se dispuso a ir a otro lado. Pero entonces los estantes y libros alrededor de Dusk desaparecieron, dejándolo a él asustado en medio de la oscuridad, lo que de inmediato llamó la atención de Luna, quien observaba desde arriba. Entonces las siluetas de dos ponies en las sombras aparecieron cerca de Dusk y él empezó a discutir con ellas.

"¡No debes tener miedo! ¡Esas sombras no son reales!" Gritó Luna, haciendo lo que podía hacer a su alcance, para que subconscientemente sus palabras llegaran a la mente de Dusk y su pesadilla terminase.

"¿Quién dijo eso?" Dijo repentinamente Dusk, mirando hacia todos lados y luego viendo hacia arriba, en donde entrecerró los ojos al ver un punto de luz en la oscuridad.

Al escuchar a Dusk, Luna se sorprendió. Ella no había esperado que Dusk le respondiera. Normalmente su voz solo llegaba como un susurro que los ponies no lograban recordar bien al día siguiente, pero con la respuesta de Dusk, tal parecía que él había escuchado clara y fuertemente lo que ella le había dicho.

"Podría ser que…" Susurró Luna, metiendo un casco dentro del sueño de Dusk y notando que ahora podía atravesarlo.

Entonces ella se agachó y se sumergió en el sueño de Dusk, logrando aparecer físicamente en su forma astral en el sueño de Dusk.

"¡SÍ! ¡Por fin lo logré!" Gritó Luna llena de alegría, todo mientras Dusk veía con incredulidad como una alicornio había aparecido mágicamente ante él.

"¿Q-Quién eres tú?" Preguntó Dusk confundido, y aún asustado luego de discutir con las dos sombras que estaban al lado de él, las cuales se habían quedado inmóviles tras la entrada de Luna.

"¿Eh? ¿N-No me reconoces?" Dijo Luna con un poco de pena en su voz.

"Eh… Creo que recordaría si te hubiera visto… Solo conozco a tres alicornios." Respondió Dusk confundido. "Aunque… te me haces muy familiar… Como si te hubiera visto en un sueño…"

Luna se sorprendió ante las palabras de Dusk, luego levantó su casco para verse a sí misma y lo entendió.

"Esta es mi verdadera forma… ¡Él no me ha visto en esta forma!" Pensó Luna, dándose cuenta de lo que sucedía.

"Yo… Yo soy…" Dijo Luna insegura, pensando en que quizás podía tomar ventaja del hecho que Dusk no la hubiera reconocido, y así averiguar sobre qué opinaba realmente él de ella. "Mi nombre es Lady Night, guardiana de los sueños." Dijo finalmente Luna, usando su tono de voz de la realeza, el que parecía casi un grito.

"¿Guardiana de los sueños?" Preguntó Dusk confundido. Fue solo entonces que él vio a su alrededor y se dio cuenta de la verdad. "¿¡Esto es un sueño!?"

"Así es." Dijo Luna solemnemente. "Al parecer estás teniendo una pesadilla."

Dusk miró confundido a la alicornio, y solo entonces recordó lo que pasaba. Entonces Dusk se giró y volvió a ver a las dos sombras con las que había estado discutiendo, dos sombras que lo veía directamente.

"Yo… vi esas sombras y… comencé a discutir con ellas." Dijo Dusk temeroso, viendo hacia las dos sombras.

"Todo en los sueños tiene un significado." Dijo Luna acercándose hasta pararse al lado de Dusk. "Esas sombras parecen ser…"

"Son representaciones de mis decisiones que temo tomar… Eso es lo que discutía con ellas." Dijo Dusk seriamente, anticipándose a lo que diría Luna y luego apuntándolas. "Una de esas sombras me dice que mantenga todo como está y solo me enfoque en la amistad… La otra sombra me dice que es momento de un cambio, que olvide la amistad, y me enfoque en el amor."

Luna se sorprendió ante lo que Dusk decía. Tal parecía que él tenía claro cuál era su problema, pero aún así, él tenía pesadillas respecto a aquello. Y eso era, porque las dudas no lo dejaban tomar una decisión ni tampoco lo dejaban descansar.

"Yo descubrí algo hace poco… sé que ya no podré mirar a mis amigas del mismo modo. Pero tengo miedo que al decidir algo, todo cambie para mal." Dijo Dusk temeroso, sosteniendo su cabeza confundido.

"Creo que deberías acercarte a esas sombras y ver bien lo que son." Dijo Luna, mirando afectuosamente a Dusk.

Dusk miró incrédulo a la alicornio astral, sin embargo, había algo en su sonrisa que lo tranquilizó, por lo que él, luego de dudar brevemente, decidió hacerle caso y caminar hacia donde lo veían las dos sombras. Al acercarse, Dusk miró con cuidado a las sombras, pensando en que ya que ahora sabía que todo eso era un sueño, esas sombras que representaban sus deseos podían tomar la forma que quisieran, incluso alguna aterradora. Sin embargo, mientras más se acercaba, los ojos de Dusk se fueron abriendo con sorpresa al ver que la imagen se iba aclarando y que tal parecía que esas sombras también caminaban hacia donde estaba él, hasta que finalmente Dusk pudo ver quienes, o más bien, qué eran esas sombras.

"Soy yo…" Susurró Dusk con sorpresa luego de finalmente llegar frente a lo que había pensado que eran sombras, viendo que en realidad eran dos espejos, ambos simplemente devolviéndole su propio reflejo.

"No importa la decisión que tomes. Siempre serás tú. Siempre serás Dusk Shine. Un sentimiento no cambiará quien eres." Dijo Luna con una nota de orgullo luego de ver que Dusk finalmente descubría lo que lo atormentaba.

"Ambos son… parte de mí…" Susurró Dusk mientras una pequeña sonrisa de alivio apareció en sus labios.

Repentinamente todo empezó a aclararse lentamente mientras todo alrededor empezó a ondear fuertemente y a desvanecerse.

"¿¡Qué sucede!?" Preguntó Dusk confundido.

"Estás despertando." Dijo Luna con algo de pena. "Debo irme."

"¡Espera!" Gritó Dusk justo cuando Luna comenzaba a elevarse hacia el cielo y todo se volvía muy luminoso. "¿Te veré de nuevo?"

Al escuchar aquello, Luna no pudo evitar sonrojarse y sonreír cálidamente.

"Sí, definitivamente nos volveremos a ver, querido Dusk." Dijo Luna justo antes que el sueño se desvaneciera.

Fue así que Luna finalmente despertó de su trance en el mundo real, justo cuando su hermana levantaba el Sol. Y así Luna se había dirigido a tomar desayuno con la sonrisa más grande que había tenido desde hacía cientos de años, con su corazón saltando de alegría, y deseando que ya llegara la siguiente noche para volver a ver a su adorado Dusk.


"¡Este día es horrible!" Dijo Rarity molesta mientras trabajaba en el parque.

La unicornio blanca estaba de mal humor luego que el equipo del clima olvidara programar una llovizna la semana anterior, por lo que para compensar, habían programado una gran tormenta para ese día, arruinando lo que pudo haber sido un hermoso día soleado. Y eso no era lo peor, ya que debido a la falta de personal, la alcaldesa había sorteado a algunos ponies de tierra y unicornios para que ayudaran a cortar las ramas de algunos árboles para que no fueran un peligro para las casas cercanas durante la tormenta, ¡Y justamente ella había salido entre las sorteadas! Por lo que ahora tenía que estar haciendo trabajo de jardinería en el parque. ¡Y eso no era lo peor de lo peor! Ya que la peor parte era que le había tocado como compañera de podas a una muy descuidada yegua campirana…

Mientras Rarity cortaba delicadamente unas pocas ramas de un árbol, dejando algunas que creía que era innecesarias cortas, ella aprovechaba de arreglarlas y hacer algunas lindas figuras dándole forma a las hojas, después de todo, si iba a hacer ese trabajo, ¿Por qué no aprovechar la ocasión de embellecer un poco el parque? Mas de nada sirvió su trabajo dado que luego de terminar de arreglar aquella rama, haciendo una figura con hojas de un pegaso, Applejack vino y bruscamente lanzó su lazo para quitar la rama que tanto esfuerzo le había costado arreglar a Rarity.

"¿¡Por qué hiciste eso!?" Dijo Rarity indignada, viendo enojada a su amiga.

"La alcaldesa dijo que cortáramos todas las ramas sueltas de los árboles, ¡No que las adornáramos!" Gritó Applejack molesta, ya que se estaban demorando más de la cuenta en esa tarea, una tarea que ella hubiera terminado rápidamente con cualquier otro pony del pueblo, pero su mala suerte le había hecho trabajar con la unicornio menos práctica del mundo.

"No es necesario cortar todo, solo hay que ver las ramas más frágiles. Hay algunas ramas que no se soltarán con el viento, y con ellas podemos aprovechar de arreglarlas y hacer un mejor trabajo de lo que nos solicitaron." Dijo Rarity indignada, luego mirando hacia el suelo y viendo todas las ramas que Applejack descuidadamente había dejado esparcidas por el parque. "Si solo vas por ahí rompiendo todo, el parque se verá horrible después de la lluvia."

"¡No importa cómo se vea el parque! Eso se ve después. ¡Ahora no hay tiempo!" Dijo Applejack enojada, dándose la vuelta para dejar de perder el tiempo hablando con alguien tan poco práctica que solo se fijaba en detalles sin importancia.

Al darse la vuelta Applejack, Rarity miró disgustada a su amiga, pero luego se sorprendió al ver un detalle.

"¡Espera un momento!" Dijo Rarity acercándose a Applejack y estirando un casco hacia la cabeza de su amiga. "Creo que tu sombrero tiene unos hilos sueltos que-"

"¡No toques mi sombrero!" Gritó Applejack con una mezcla de horror y enojo, sosteniendo de inmediato su sombrero con su casco para que Rarity no se lo quitara de la cabeza.

"Tranquila… Solo digo que ese sombrero está muy desgastado." Dijo Rarity, sintiéndose un poco ofendida por la actitud de Applejack. "Si me lo pasaras, podría arreglarlo, ¡E incluso ponerle unos lindos adornos! Para que así se vea más femenino y destaque más tu rostro." Agregó Rarity con mirada pensativa mientras se imaginaba a su amiga con su sombrero arreglado y unos lindos bordados con formas de flores en él.

"Ni-se-te-ocurra." Dijo Applejack lentamente, mirando enojada a Rarity. "Es un sombrero. Sirve para cubrir mi cabeza del Sol. Eso es todo lo que necesito. No necesito que le pongas tus tontos adornos."

"¿¡Tontos adornos!? ¡Solo quería hacer algo lindo por ti!" Gritó Rarity enojada.

Entonces ambas yeguas se miraron enojadas entre ellas, y luego desviaron las miradas. Las dos eran muy distintas: a una le gustaba la vida de las grandes ciudades, a la otra la rústica y simple vida de campo; una era elegante y le gustaba vestir bien, la otra era sencilla y le gustaba el trabajo duro; una siempre estaba atenta a los detalles, la otra era práctica y funcional…

"No sé cómo es que somos amigas…" Pensaron las dos yeguas al mismo tiempo, siendo una de las pocas veces en que ambas ponies llegaban a pensar de la misma forma.

Mientras las dos yeguas se miraban con odio, otras dos yeguas volaban en el cielo, acomodando las últimas nubes antes de la tormenta.

"Y… ¡Ya está!" Dijo Sprinkle Medley, una de las pegasos de la patrulla del clima, colocando una nube oscura en el último espacio de cielo despejado que quedaba, terminando así de nublar el cielo.

"Esa era la última. Deberíamos empezar ya con la tormenta." Dijo Cloud Kicker, otra de las pegasos del clima, a la que le había tocado supervisar que todo estuviera listo.

"Oye, ¿Esas de allá abajo no son Applejack y Rarity?" Preguntó Sprinkle Medley, mirando hacia abajo, en donde la yegua naranja y la unicornio blanca parecían estar hablando entre ellas.

"Sí, creo que deberíamos decirles que se vayan a sus casas para comenzar con la lluvia." Respondió Cloud Kicker rascándose la cabeza.

"Hmm… Eso me recuerda. ¿Esas no eran dos de las amigas de Rainbow Dash que decían que los de la patrulla del clima hacíamos mal nuestro trabajo?" Dijo Sprinkle Medley, mirando con disgusto hacia abajo.

Entonces Cloud Kicker recordó a lo que se refería su amiga… En la Carrera de las Hojas de Otoño, Rainbow Dash les había dicho que sus amigas se habían burlado del equipo del clima, y por esa razón todo el equipo se había propuesto ayudar a su capitana a boicotearles la carrera a sus amigas. Lo que ninguno de los pegasos del clima sabía, era que todo eso había sido solo una mentira de Rainbow Dash, y era algo que a la despistada pegaso de melena arcoíris se le había olvidado aclarar.

"Sí… Ellas hablaron mal de nuestro querido equipo…" Respondió Cloud Kicker lentamente, mirando de reojo a su amiga.

Entonces ambas pegasos sonrieron maliciosamente y golpearon fuertemente las nubes de lluvia sin previo aviso.

"No todo se soluciona con moños y listones." Dijo Applejack de mal humor, mirando de reojo a Rarity luego de ver que la discusión con su amiga no llegaba a ningún lado.

"Y no todo se soluciona dando patadas como un bruto." Respondió Rarity también de mal humor, mirando de la misma forma a Applejack.

Repentinamente se escuchó un gran trueno y la lluvia comenzó a caer copiosamente sobre Rarity y Applejack, dejando a ambas yeguas sorprendidas.

"¿¡Por qué no nos avisaron que iban a empezar con la lluvia!?" Gritó Applejack molesta, mirando hacia el cielo pero no viendo a ningún pegaso allí. Luego ella volvió su mirada enojada hacia Rarity. "¿Lo ves? ¡Te dije que debíamos darnos prisa!"

"¡No! ¡No! ¡Mi melena!" Dijo Rarity sin escuchar, quien intentaba tapar la lluvia con su casco para que su peinado no se arruinara.

"Está lloviendo muy fuerte, ¡Y mi casa queda al otro extremo del pueblo!" Dijo Applejack pensando en voz alta.

"Mi casa también queda al otro extremo… Pero creo que deberíamos tomar caminos separados." Dijo Rarity mirando a Applejack, sabiendo que ambas tenían que tomar la misma ruta para ir a sus hogares, algo que quería evitar a toda costa.

"No podría estar más de acuerdo." Respondió Applejack, mirando también molesta a su amiga, una amiga a la que no quería volver a ver por el resto del día.

Una gran luz apareció en el cielo y un fuerte trueno hizo que todo temblara alrededor, haciendo que ambas yeguas saltaran de miedo y se abrazaran fuertemente. Luego de pasado el susto, ambas yeguas se vieron mutuamente y se separaron al instante.

"Está lloviendo demasiado fuerte…" Dijo Applejack mirando a los alrededores, buscando algún lugar para resguardarse, hasta que finalmente recordó que ahí cerca vivía alguien que podía resguardarlas. "¡Ven! ¡Sígueme!"


"Al fin terminé" Dijo Dusk, levantando una carta que sostenía en sus cascos. "Creo que esta es la mejor respuesta que puedo enviarle a la princesa." Agregó Dusk con una sonrisa satisfecha.

Hacía unos días atrás, la princesa Celestia le había enviado una carta a Dusk, en donde por primera vez, de forma escrita, ella dejaba ver sus sentimientos maternos hacia Dusk. Aquello era algo que Dusk no podía responder a la ligera, pues si le era difícil hablar sobre sus sentimientos, lo era más explicarlos y plasmarlos en una carta. Además, Dusk aún sentía que la princesa podía correr peligro si las cartas con sus sentimientos llegaran a hacerse públicas, pero aún así, Dusk quería responderle con su carta con el mismo afecto que ella había escrito la suya, por lo que la decisión de qué responder era algo más complejo de lo que parecía. Y fuera de todo aquello, todos los problemas que habían tenido él y sus amigas luego de exponerse al polen de la flor 'broma venenosa', habían hecho que Dusk pospusiera el escribir aquella carta.

Al ver que Dusk finalmente terminó su carta, Spike se acercó, la vio con curiosidad y luego con confusión.

"¿Esa es la respuesta que quieres enviarle a la princesa?" Preguntó Spike confundido, que luego de haber visto a Dusk por horas pensando en cuál sería la mejor respuesta, pensó que su hermano enviaría un largo discurso explicando sus sentimientos, pero en vez de eso, Spike vio que Dusk finalmente solo había escrito unas pocas palabras, una carta mucho más corta que las que él normalmente enviaba. "¿Estás seguro?"

"Seguro." Respondió Dusk, entregándole la carta a Spike, quien entonces sopló su fuego verde y envió mágicamente la carta a la princesa.

Luego que Spike enviara la carta, las orejas de ambos hermanos se pusieron en alerta al escuchar un ruido afuera. Entonces ambos corrieron hacia la ventana y vieron que las primeras gotas de la lluvia anunciada para ese día comenzaban a caer.

Ambos hermanos vieron con grandes y expectantes ojos la lluvia caer, luego se miraron y sonrieron como pequeños potrillos ante un nuevo juguete.

"¡Nuestra primera tormenta en Ponyville!" Gritó Dusk lleno de emoción.

"Y una noche de tormenta solo significa…" Dijo Spike con una sonrisa cómplice, sacando una pequeña caja que él ya tenía lista desde que se había enterado que llovería toda esa noche en el pueblo.

"¡Hora de hermanos!" Gritaron ambos hermanos emocionados, chocando el puño y el casco, listos para revivir uno de sus pasatiempos preferidos que guardaban solo para noches especiales como aquella.

Dusk y Spike se sentaron en medio del salón mientras el bebé dragón abría la misteriosa caja que había traído. Al abrirla, los ojos de Dusk y Spike se abrieron asombrados al ver un tablero extensible, varias hojas de cálculo, dados de distintas caras, y cartas con distintos dibujos mal hechos realizados por ellos mismos.

"¡Noche de Ogros y Mazmorras!" Dijo Dusk emocionado, tomando unas hojas de cálculo.

Aquel era un famoso juego de rol de fantasía heroica, o al menos famoso entre quienes amaban los juegos de mesa y rol, ya que Ogros y Mazmorras era un juego en el que se usaba mucho la imaginación, y en el que había muchas reglas e instrucciones, por lo que no era un juego que quisiera jugar todo el mundo, pero para Dusk y Spike, era el mejor juego del mundo.

"La lluvia siempre da el mejor ambiente para jugar." Dijo Spike emocionado, quien amaba principalmente poder ser el héroe en aquel mundo de fantasía. "¡Podremos jugar toda la noche sin ser interrumpidos, como lo hacíamos en Canterlot!"

"Claro… Toda la noche." Agregó Dusk sonriendo y girando los ojos, pues sabía que su hermano siempre decía lo mismo, pero siempre terminaba quedándose dormido antes de medianoche, después de todo él seguía siendo un bebé dragón.

Spike empezó a buscar entre las cartas que habían en el juego, hasta que encontró la que buscaba y puso una enorme sonrisa.

"¡Ahora seré 'Grabunkle', el hechicero errante!" Dijo Spike emocionado mientras mostraba una carta que él mismo había dibujado años atrás, en la que aparecía un dragón parecido a él, pero vistiendo una capa y un gran sombrero de mago, además de tener una enorme barba y bigote. "Garbunkle es el último discípulo de Normenor, quien fue el mago más poderoso de Spiketopia. Él ha heredado sus más grandes hechizos y se ha propuesto ser el nuevo hechicero supremo del reino." Agregó Spike, dándole trasfondo a su personaje, y fingiendo sostener un bastón y arrojar un hechizo, como lo haría su personaje.

"¡Y yo seré 'Sir Ethmun Mess', el paladín rebelde!" Dijo Dusk igual de emocionado que su hermano mientras mostraba la carta de su personaje, el cual también era un dibujo infantil que se parecía a él, pero vistiendo una armadura dorada y una cicatriz en su cara. "Sir Ethmun fue el paladín más leal al antiguo rey, hasta que el cruel duque de Shinetopolis tomó el poder. Ahora él es un caballero sin rey que busca venganza." Agregó Dusk, fingiendo blandir una espada.

Ambos hermanos se vieron a sí mismos, se imaginaron estar vistiendo como sus personajes, y se rieron tontamente. Muy entusiasmados por la aventura imaginaria que tendría pronto.

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Repentinamente ambos hermanos volvieron a la realidad al escuchar que alguien tocaba la puerta principal. Dusk y Spike fueron hasta la puerta y la abrieron, donde vieron que estaban sus amigas Applejack y Rarity, completamente empapadas por la lluvia. De inmediato Dusk y Spike corrieron a buscarles unas toallas mientras las yeguas entraban al hogar de Dusk.

"Muchas gracias, querido." Dijo Rarity sonriente, agradeciendo la toalla que le ofrecía Spike, y secándose lenta y delicadamente su melena.

"Sí, gracias." Dijo también Applejack, sacudiéndose fuertemente el cuerpo paras quitarse el agua, para desagrado de Rarity, quien termino mojada nuevamente por el agua que Applejack salpicó. "Esta es una gran tormenta. De verdad que los de la patrulla del clima se esmeraron esta vez."

"¿Y qué hacían afuera con esta lluvia?" Preguntó Dusk confundido.

"Me tocó cortar las ramas de los árboles del parque con la señorita perfección." Dijo Applejack, mirando de reojo con molestia a Rarity, quien le devolvió la misma mirada enojada. "Se nos hizo tarde y nos atrapó la lluvia."

"¿Podemos quedarnos aquí hasta que pase la lluvia?" Preguntó Rarity mirando a Dusk.

"Eh… Claro que pueden. Pero esta lluvia durará toda la noche." Dijo Dusk, usando su magia para levitar la carta del clima semanal que llegaba siempre a la biblioteca.

"¿¡Toda la noche!?" Dijeron Rarity y Applejack al mismo tiempo, ya que ambas sabían que había programada lluvia, pero no sabían que sería tan larga.

"¡Oh! ¡Esto es genial!" Gritó Spike emocionado luego que se le ocurriera una gran idea. "¡Podemos hacer una pijamada!"

Ante la gran idea de Spike, solo quedó un silencio incómodo en el aire.

"¿¡Una pijamada con Applejack!?" Pensó Rarity asustada, viendo con disgusto a Applejack. "No sé si podría soportarlo…"

"¿¡Una pijamada con Rarity!?" Pensó Applejack asustada, viendo con disgusto a Rarity. "No sé si podría soportarlo…"

"¿¡Una pijamada con Applejack y Rarity!?" Pensó Dusk Shine nervioso, viendo sonrojado a sus amigas. "No sé si podría soportarlo…"

"Una pijamada con Rarity… Hehehe…" Pensó Spike con cara de bobo, mientras se imaginaba a Rarity jugando Ogros y Mazmorras con él, y que ella vestía como su propio personaje: una sexy ladrona Nivel 100 que vestía un atrevido ropaje.

Rarity y Applejack se miraron mutuamente, y dejando de lado su discusión, sabían que ambas pensaban lo mismo: Era imposible para ambas estar en una pijamada una junto a la otra sin sus otras amigas que las ayudaran a soportarse mutuamente. Entonces ambas asintieron y miraron a Dusk, listas para inventar una excusa para evitar la idea de Spike.

"No sé si sea buena idea…" Dijo repentinamente Dusk con mirada pensativa mientras pensaba que había una poderosa razón para no ser el anfitrión de una pijamada para sus amigas.

De repente Dusk levantó la vista y vio que sus amigas lo veían atentamente luego de anticiparse a lo que ellas mismas pensaban decir, y solo entonces Dusk se dio cuenta que había dicho aquello último en voz alta, lo que lo avergonzó.

"L-Lo siento… No es que no quiera hacer una pijamada con ustedes. Es… Es solo…" Dijo Dusk nervioso, y luego bajando su cabeza avergonzado. "Yo… nunca he ido a una pijamada antes."

"¿Nunca? Los chicos de mi escuela siempre hacían pijamadas" Dijo Rarity curiosa.

"Sí, bueno… cuando estaba en la escuela los demás hacían pijamadas, pero a mí… no me invitaban, jeje." Dijo Dusk rascándose la cabeza y poniendo una triste sonrisa nerviosa. "Yo nunca tuve grandes grupos de amigos en la escuela... Es por eso que me daría vergüenza hacer una pijamada, porque no sé cómo hacerlas… Y si hiciera una, no sé si sería buena." Agregó Dusk melancólico, recordando su pasado y en vano intentando no ponerse triste al recordarlo.

Al escuchar la historia de Dusk, ambas yeguas volvieron a mirarse entre sí. Su plan de inventar una excusa para evadir la pijamada ya no servía, ahora ambas tendrían una nueva misión: ¡Darle a Dusk Shine su primera pijamada y que esta fuera la mejor pijamada de todas! Y lo harían a pesar de que entre ellas mismas apenas si se soportaban estando tanto tiempo juntas.

"¿Y bien? ¿Qué es lo que tienes planeado para nuestra gran pijamada?" Preguntó Rarity amorosamente, viendo a Spike y luego guiñándole un ojo a Dusk.

"S-Sí… una pijamada será… divertida." Agregó Applejack con una nerviosa sonrisa.

Dusk miró sorprendido a sus amigas, y de inmediato entendió lo que ellas estaban intentando hacer por él, lo que hizo que él sonriera cálidamente por su amable gesto.

"Bien, pijamadas… pijamadas… ¿Qué se hace en las pijamadas…?" Dijo Dusk mientras pensaba en voz alta, hasta que abrió grande los ojos al descubrir que ya sabía la respuesta. "Deberíamos jugar algunos divertidos juegos, ¿No lo crees Spike?" Agregó Dusk mirando de reojo a Spike, para que su hermano entendiera a lo que se refería.

Entonces Spike abrió grande los ojos y corrió al salón principal para coger el tablero y la caja con accesorios de su juego favorito y así mostrárselo a sus amigas.

"Jeje, eso me recuerdas. La última tormenta Big Mac nos reunió a todos en el comedor porque quería que jugáramos con él un tonto juego llamado 'Ogros y Mazmorras'." Dijo Applejack casualmente, recordando cómo su fuerte y gran hermano tenía oculto un lado ñoño en él.

"¡Ah, sí! Conozco ese juego. En la escuela de potrilla, había un par de niños estudiosos que solían jugar eso. Sé que es malo de mi parte decirlo, pero esos juegos son tan tontos…" Agregó Rarity con una pequeña risita, recordando a sus torpes compañeros disfrazados de duendes y magos.

Justo en ese momento, Spike, que había alcanzado a escuchar lo que habían dicho las yeguas, retrocedió lentamente con la caja y el tablero que sostenía en sus garras. Con su cara tan sonrojada como lo estaba la de Dusk Shine, quien notó lo que Spike traía y rápidamente le hizo señas para que se fuera y escondiera el tablero de 'Orcos y Mazmorras'. Después de todo, no había nada más vergonzoso que sus dos amigas se enteraran que ellos amaban jugar ese tipo de juegos.

Una vez Spike volvió luego de esconder la caja con el juego de mesa, los cuatro subieron hasta la habitación de Dusk, dado que era más cálida gracias a la chimenea que allí había.

"Entonces… ¿Qué jugaremos?" Preguntó Applejack confundida luego de ver que ni Spike ni Dusk habían dicho nada luego de subir.

"Sí… eh… yo… no estoy seguro de qué jugar porque… ¡Porque no sé qué se juega en las pijamadas!" Respondió Dusk nervioso, ya que las chicas sin saberlo habían destruido su gran idea de jugar juegos de rol en la pijamada.

"¡Yo tengo un juego!" Dijeron al mismo tiempo Rarity y Applejack, que entonces se miraron mutuamente y se miraron con disgusto, recordando que aún seguían molestas una con la otra, pero que debían aparentar por el bien de la pijamada de Dusk.

"¿Sucede algo malo?" Preguntó Dusk, notando la incomodidad de sus amigas.

"N-Nada malo sucede, querido. Es solo que… no querrás jugar el juego de Applejack." Respondió Rarity nerviosa, mirando de reojo a Applejack. "Seguramente se tratará de algo en lo que haya que ensuciarse sin sentido."

"No, lo que no quieres es jugar algo escogido por Rarity." Agregó Applejack mirando a Dusk y luego a Rarity con disgusto. "Seguramente es algún aburrido juego en el que nadie se divertirá."

Al notar que había cierta tensión en el ambiente, Dusk miró confundido a Spike, que solo se encogió de hombros sin entender por qué sus amigas parecían estar de mal humor.

"¡Esperen! ¡Tengo una idea!" Dijo Dusk emocionado, repentinamente recordando algo.

Entonces Dusk fue hasta uno de los tantos estantes llenos de libros que había en su habitación, leyendo los lomos de varios hasta que finalmente encontró lo que buscaba.

"Aquí está. 'Pijamada Ciento uno'." Dijo Dusk, mostrando orgulloso un libro que abrió ante sus amigas, mostrando algunas páginas con ilustraciones. "Este libro explica toda la teoría de las pijamadas, como qué actividades realizar, qué horarios cumplir, qué comer…"

"¡Eso! ¡Siempre quise hacer eso en una pijamada!" Dijo repentinamente Spike emocionado, apuntando justo a la página del libro que Dusk mostraba en ese instante. "Eso es lo primero que tenemos que hacer antes de comenzar con los juegos."

Applejack se acercó para ver bien lo que señalaba Spike y puso una cara confundida.

"¿Asar malvaviscos?" Preguntó Applejack incrédula. "¿Nunca han asado malvaviscos antes?"

"Hmm… bueno… una vez lo intentamos." Susurró Dusk con una sonrisa nerviosa, mientras él y Spike recordaban algo.

La imagen que a ambos hermanos se les vino a la mente fue la del Castillo de Canterlot en llamas, y todos los mayordomos corriendo alarmados de un lado para otro por el incendio provocado.

"Sí… eh… no resultó muy bien." Dijo Spike avergonzado, rascándose la cabeza y poniendo una sonrisa nerviosa al igual que su hermano.

Decididos a que esta vez sí saldrían bien y que no incendiarían nada en el acto, Dusk fue a la cocina a buscar todos los dulces y utensilios necesarios. Luego Applejack tomó unos cuantos malvaviscos y los ensartó en las puntas de unas varas, acercándolos levemente al fuego de la chimenea para que estos se asaran lentamente.

"La clave es ir girándolos y no dejar que se quemen." Dijo Applejack orgullosa, mientras Dusk y Spike miraban asombrados y hambrientos cómo su amiga asaba esos malvaviscos a la perfección. "Si están muy lejos del fuego, su interior no se derrite, y si los acercas mucho se queman por fuera."

Entonces Applejack terminó de asar los primeros malvaviscos y los metió rápida y sorpresivamente en las bocas de Dusk y Spike, que quedaron maravillados con la nueva textura y sabor que probaban en sus bocas, lo que hizo que Applejack sonriera llena de orgullo.

"¡Están delicioso!" Dijo Dusk mientras disfrutaba del malvavisco deshaciéndose en su boca.

"Con mis primos siempre hacíamos malvaviscos en una fogata." Dijo Applejack sonriendo. "Normalmente la abuela no me dejaba comer malvaviscos en la noche. Decía que no me dejaban dormir bien. Pero por esta vez creo que haré una excepción." Agregó Applejack, también disfrutando de unos malvaviscos recién asados.

"Esa es una forma muy común y poco original de comerlos." Dijo repentinamente Rarity, que no pudo evitar sentirse celosa al ver que Applejack recibía toda la atención.

Tras decir eso, Rarity tomó un par de malvaviscos asados, además de un par de galletas y un poco de chocolate. Entonces ella hizo unos bonitos y apetitosos sándwiches de dulce, poniendo el malvavisco y el chocolate entre las galletas, y se los ofreció a Dusk y Spike.

Los ojos de los hermanos brillaron al ver las bellas creaciones de Rarity, y brillaron aún más al sentir esa nueva combinación de sabores que explotaba en su boca. Lo que hizo que ahora fuera Rarity quien sonriera satisfecha mientras Applejack la miraba con celos.

"¡Comerlo de está forma también es delicioso!" Dijo Dusk muy feliz mientras terminaba de saborear su sándwich de dulce.

"Eso está bien, pero es mucho trabajo y los malvaviscos terminan fríos." Dijo Applejack mirando molesta a Rarity y luego mirando seriamente a Dusk. "Es mejor comerlos calientes directo de una vara, ¿Verdad?"

"Claro que no. Tomarse su tiempo para combinarlos y hacer algo más delicioso es mucho mejor, ¿Verdad?" Dijo Rarity, también mirando molesta a su amiga y luego mirando seria a Dusk.

"Hmm, yo creo que ambos son delicioso." Dijo Spike mientras seguía comiendo su sándwich de dulce con una garra, y en la otra garra sostenía dos varas con malvaviscos asados.

"¡No! ¡Tienen que elegir uno!" Dijeron ambas yeguas al mismo tiempo, mirando seriamente a Dusk y Spike, no pudiendo evitar seguir su rencilla previa.

"Elegir a una…" Susurró Dusk mientras veía a sus amigas. Entonces él entendió que este dilema podía aplicarse a algo que iba más allá de la forma de comer malvaviscos, a algo relacionado con el nuevo sentimiento que él había descubierto que sentía. Lo que hizo que Dusk se sonrojara completamente. "Y-Yo… n-no sé qué elegir…" Dijo finalmente Dusk, desviando la mirada sonrojado.

Al mirar a Dusk, ambas yeguas notaron que él estaba incómodo, y entonces se dieron cuenta que obligarlo a elegir sobre qué malvavisco era más delicioso era totalmente lo opuesto a lo que se habían propuesto sobre hacer que Dusk disfrutara de su primera pijamada. Así que ambas yeguas se miraron con disgusto y luego desviaron la mirada, decidiendo dar por zanjado el tema de los malvaviscos por ahora.

"Quizás sea solo mi idea, pero Dusk parecía más nervioso de lo habitual…" Pensó Applejack, mirando de reojo a Dusk, quien por un instante pareció perdido en sus pensamientos al sonrojarse.

"¿Y qué hacemos ahora?" Preguntó Spike luego de devorar el último malvavisco que quedaba.

"¡Yo sé qué hacer!" Dijo rápidamente Applejack levantando su casco, anticipándose a Rarity y mirándola de reojo.

"Cómo quieras." Susurró Rarity molesta, decidida a no volver a discutir con Applejack enfrente de Dusk.

"Siempre que iba de campamento con mis primos, en la noche asábamos malvaviscos. Pero lo otro que siempre hacíamos era…" Dijo Applejack emocionada, luego apagando la luz e iluminando su cara con una linterna. "¡Contar historias de terror!"

Al escuchar a Applejack, Spike tembló y puso una mirada nerviosa, lo que divirtió a Dusk, ya que sabía que su hermano era bastante asustadizo. En tanto, la habitación no quedó completamente a oscuras, dado que la chimenea seguía encendida, pero eso mismo causo que las sombras de todos bailaran al son de las llamas, lo que daba un ambiente escalofriante, perfecto para contar historias de terror.

"¡Eso suena entretenido!" Dijo Dusk emocionado. "¿Y quién la contará? Yo no conozco muchas historias de terror."

"¡Yo sé una!" Dijo Rarity con una sonrisa, también divertida al ver temblar a Spike solo por haber mencionado que contarían historias de terror.

"Contar historias de terror no es tan mala idea…" Pensó Rarity, casi a punto de decirle un cumplido a su amiga, pero ya que estaban peleadas, se lo guardó para ella misma. "Creo que contaré una historia que le conté una vez a Sweetie Belle... ¡Seguro que les dará miedo!" Pensó Rarity divertida.

Quien no estaba tan divertida era Applejack, quien sintió que Rarity le había quitado su momento, ya que a ella se le había ocurrido la idea de contar historias de terror, y quería ser ella quien asustara a todos.

"Esta es la historia de una yegua solitaria… que vagaba sola por el lúgubre bosque Everfree una noche de Nightmare Moon…" Dijo Rarity con un aire siniestro, para darle ambiente a la historia, mientras Dusk y Spike la miraban atentamente.

"Seguramente estaba sola porque era insoportable y nadie aguantaba sus quejas…" Murmuró Applejack de mal humor, dándole una mirada mordaz a Rarity, lo que sorprendió a la unicornio blanca.

"Así que así quieres jugar, ¿Eh?" Pensó Rarity molesta por la interrupción de Applejack.

"Sí… esta yegua era sucia, torpe y maleducada, y vivió sola toda su vida hasta que se casó con uno de sus cientos de primos, como acostumbraban hacer los ponies rústicos de su tipo." Dijo Rarity enojada, mirando de reojo a Applejack.

"Ah, sí… Yo también conozco esa historia…" Dijo Applejack, mirando furiosa a Rarity. "Pero te equivocas. Esa yegua estaba sola porque era una pony irritante, amargada y superficial, y jamás se casó. Creció y se volvió una vieja solterona rodeada de gatos, y jamás fue amada por nadie más que ella misma y su grandísimo ego."

Ambas yeguas se habían atacado fuertemente y se miraban furiosas una a la otra, casi tocando sus caras. En tanto, Dusk se había encogido nervioso, sintiendo en el aire el odio que por alguna razón se estaban expresando mutuamente sus dos amigas.

"Hmm… no lo sé… esa historia no da mucho miedo..." Dijo Spike rascándose la cabeza, sin enterarse de nada.

"¡Y-Yo tengo una historia! Jeje…" Dijo rápidamente Dusk nervioso, aprovechando que su hermano había roto la tensión por un segundo para que sus amigas no siguieran mirándose con odio.

"¿Por qué estarán tan enojadas…? Bueno, eso lo preguntaré después. ¡Ahora debo pensar en una historia de terror rápido, antes que ellas vuelvan a discutir!" Pensó Dusk nervioso, pensando en las pocas historias de terror que conocía, las cuales en su mayoría, eran muy sosas. Entonces él miró hacia abajo y sintió la alfombra en sus cascos. "Espera, ¡Ya sé! ¡Esto puede funcionar!"

"Bueno, lo que voy a contarles no es una historia de terror, más bien son datos históricos y científicos." Dijo Dusk con una sonrisa, y luego poniéndose muy serio para atraer la atención de Spike y sus amigas. "¿Sabían que los pegasos inventaron los rayos para matar unicornios?"

Al decir aquel dato escalofriante, los ojos de Spike y de las yeguas se abrieron con temor, para satisfacción de Dusk.

"En la antigüedad, miles de años antes de la princesa Celestia, las tres tribus de ponies estaban en guerra, y quienes estaban por ganar esa guerra eran los unicornios. Con sus habilidades para usar la magia física, ellos tenían la ventaja por sobre las otras dos razas. Fue así que los pegasos tuvieron que inventar una contramedida para no ser un blanco fácil de los cuernos unicornios cuando ellos atacaran desde el aire. Y así nació el rayo… Una potente descarga eléctrica generada del choque de dos nubes de tormenta. Esta arma iba a una velocidad increíble, más veloz que la de la magia, y fue diseñada para golpear las cosas elevadas en un terreno plano, por lo que los cuernos de los unicornios eran los primeros en ser golpeados una vez se desataba esta gran arma…" Dijo Dusk hablando seriamente, como si estuviera dando una clase de historia, pero poco a poco fue poniendo la voz más tétrica mientras avanzaba en su historia, todo mientras Applejack tenía su boca abierta y temblando, Spike tenía apretado sus dientes por el susto, y Rarity tenía una cara de espanto mientras tocaba con cuidado su cuerno. "Ahora, un rayo puede generar una descarga eléctrica de doscientos mil amperes y un millón de voltios, además, por un micra de segundo, su temperatura alcanza los seis mil grados Celsius, lo suficiente para carbonizar todo lo que toque… Pero esos tiempos ya pasaron, ya no existen guerras de las que preocuparse. De lo único que hay que preocuparse, es de no pararse junto a un árbol alto en una tormenta eléctrica."

"P-P-Pero nosotros estamos dentro de un árbol…" Susurró Spike aterrado, viendo a su alrededor.

Justo en ese instante, un gran flash apareció, apagando el fuego de la chimenea y dejando todo a oscuras. Y en ese mismo instante, una corriente eléctrica corrió por el cuerpo de todos.

"¡KYAAAA!" Gritaron de terror en la oscuridad Applejack, Rarity y Spike.

Tras unos segundos de oscuridad, la luz volvió a la habitación, dejando ver a un Dusk muy sonriente, y a Rarity, Applejack, y Spike, los tres abrazados fuertemente y temblando de terror.

"Jajaja, parece que mi historia de terror funcionó mejor de lo que esperaba." Dijo Dusk con una gran sonrisa, levitando el libro de pijamadas que tenía al lado de él, y escribiendo algunas notas para tener en consideración para su siguiente pijamada.

"¿T-Tú apagaste la chimenea?" Preguntó Applejack, aun temblando de miedo.

"Sí, un hechizo simple. También yo hice esa flash de luz para simular un rayo." Dijo Dusk sonriendo.

"P-Pero yo sentí una descarga eléctrica." Dijo Rarity también temblando, quien, al igual que Applejack y Spike, había sentido por un segundo electricidad en su cuerpo, que pensó que había sido el golpe de un rayo.

"¡Oh! Eso sí fue electricidad." Dijo Dusk sonriendo, luego mirando al piso y arrastrando lentamente su casco por la alfombra que allí había. "Fue un poco de electricidad estática. Supongo que la sugestión hizo que sintieran que un rayo los había golpeado."

"¿¡P-Pero qué pasa si un rayo de verdad cae en el árbol!?" Preguntó Spike aún temblando, mirando hacia el techo.

"No se preocupen. Esta, al igual que todas las casas, tiene un pararrayos mágico." Dijo Dusk encogiéndose de hombros y sonriendo, pensando que había sido una fortuna que ninguna de sus amigas conociera ese dato.

Una vez Dusk hubo explicado todo, Spike y las dos yeguas dejaron de temblar lentamente, y poco a poco fueron recuperándose del impacto. Fue entonces que Applejack y Rarity se miraron, y se dieron cuenta que ambas seguían abrazadas fuertemente.

Al darse cuenta de aquello, ambas yeguas se separaron rápidamente y desviaron sus miradas avergonzadas. Entonces Rarity miró hacia abajo suyo, y vio que Spike seguía abrazado a ella fuertemente, mirándola con una torpe cara sonrojada.

"Hehe… lo siento." Dijo Spike sonrojado, soltándose lentamente de Rarity, y pensando que a pesar del susto, había salido algo bueno, ya que había podido estar abrazado a su querida Rarity.

Luego que todos se calmaran ya por completo, y que todos felicitaran a Dusk por su aterradora historia, fue hora de continuar con los juegos de pijamadas.

"Bien, ahora es mi turno para escoger un juego." Dijo Rarity sacudiendo su melena y mirando de reojo a Applejack. "Ahora, hagamos un círculo.

"Seguramente será algo aburrido…" Susurró Applejack, aún de mal humor con su amiga, mientras hacía lo que Rarity le pedía.

"Al contrario, creo que incluso tú disfrutarás de este juego. Solían jugarlo los potrillos de la escuela cuando hacían las primeras fiestas entre potrancas y potrillos." Dijo Rarity con una pequeña risita, y poniendo un objeto en medio del círculo que acababan de formar. "Haremos girar esto."

Al ver lo que Rarity puso en medio del círculo, Applejack se sonrojó al ver que se trataba de una botella, por lo que adivinó de inmediato a qué jugarían, por lo que miró de reojo a Dusk, quien por su parte, miró con extrañeza la botella, sin saber a qué jugarían si solo giraban una botella.

# Fin del capítulo 45


*Nota del Autor*

Aprovechando que tuve algo de tiempo extra, aquí un pequeño dibujo extra de cómo serían las mayordomos personales de las princesas, inspiradas en, bueno, véanlas para averiguarlo :) espero les guste.

bit .ly/ 3e9vPS5

Muy pronto estará listo el siguiente capítulo ;)