Capítulo 47 – Cautiva

"¡Tengo antojo de manzanas!" Se había dicho a sí mismo Dusk esa mañana, luego de ver que los días eran más cálidos y que con eso, la primera cosecha de manzanas de primavera debían de estar casi listas. Y si Dusk tenía antojo de manzanas, solo había un lugar al que podía ir.

La enorme granja de Sweet Apple Acres se extendía ante los ojos de Dusk, con los árboles ya llenos de hojas y floreciendo. La mayoría de esos manzanos tendrían sus frutos listos para la gran cosecha de verano, pero Applejack ya le había anticipado a Dusk que en la granja tenían una cosecha temprana para aquellos que querían disfrutar de ese jugoso fruto en primavera.

Mientras caminaba por los manzanos, Dusk no pudo evitar sonreír avergonzado al recordar que en otro tiempo, específicamente cuando conoció a Applejack, él y Spike habían tomado descuidadamente manzanas sin el permiso de sus dueños. Algo que Dusk podía hacer nuevamente si lo quisiera, pues no había vigilancia y los dulces frutos estaban al alcance de su casco, sin embargo él había aprendido mucho desde aquel tiempo, y lo último que Dusk haría ahora sería robarle y faltarle el respeto a su querida amiga y a su familia.

Cuando Dusk finalmente vio la casa de Applejack y se dirigió hacia ella, se detuvo al ver que Applejack y sus hermanos estaban fuera de la casa, formados en línea, con las cabezas bajas y solemnes miradas, los tres bajo la sombra de un solitario manzano. Al acercarse hasta allí, Dusk comenzó a poner un poco preocupado al ver que Applejack y sus hermanos más que miradas solemnes tenían miradas de pena y dolor mientras miraban hacia la tierra bajo el árbol, y lo que más asustó a Dusk fue que repentinamente Applejack comenzó a llorar.

"Tranquila…" Dijo Big Mac sosteniendo a Applejack y reconfortándola con su casco. "Sé que es triste, pero… hay que dejarla ir."

"¿Dejarla ir? ¿A quién?" Pensó Dusk confundido mientras se acercaba a la familia Apple, quienes parecían estar en un funeral. Fue entonces que Dusk se percató que faltaba un miembro de la familia, lo que hizo que Dusk tragara saliva fuertemente al comprender qué era lo que estaba pasando y 'quién' había partido.

"No puede ser… ¿¡La abuela Smith ha dejado este mundo!?" Pensó Dusk asustado.

"Yo… lamento interrumpir…" Dijo Dusk tímidamente, teniendo una profunda pena, pero esforzándose para ser fuerte para apoyar a su amiga.

"'Sniff'… este no es un buen momento." Dijo Applejack tristemente, secándose sus lágrimas.

"Estamos despidiéndonos de un miembro de la familia." Agregó Big Mac, mirando molesto a Dusk por interrumpir ese momento.

"Yo lamento su perdida." Dijo Dusk tristemente, bajando su cabeza en señal de respeto y luego dándole una triste sonrisa a Applejack. "Debes ser fuerte… Seguramente la abuela Smith ahora está en un mejor lugar."

"Sí… ella está en un mejor lugar." Dijo Apple Bloom desviando la mirada tristemente.

"No debes estar triste." Dijo Dusk con una tierna sonrisa, acercándose a su amiga.

"Lo sé… pero… ¡Me duele tanto dejarla ir!" Dijo Applejack, nuevamente al borde de las lágrimas. "¡Creo que aún es muy pronto!"

"B-Bueno, no sé si sea muy pronto… Es decir, ella ya estaba bastante vieja." Dijo Dusk rascándose la cabeza nervioso.

"¡A quién llamas vieja!" Gritó repentinamente una conocida voz, que hizo que Dusk se girara.

"¡UN FANTASMA!" Gritó Dusk asustado al ver que tras él había aparecido la abuela Smith apoyada sobre un potro desconocido.

"No soy un fantasma, al menos eso creo, jejeje." Se rio la abuela al ver la graciosa cara de Dusk.

"N-No entiendo, ¿Qué pasa…?" Murmuró Dusk aún asustado y confundido, ya que tal parecía que toda esa triste ceremonia no era un funeral como él había estado pensando.

"Abuela, te dije que te quedaras en la casa, allí estarás más cómoda hasta que tu espalda deje de dolerte." Dijo Big Mac reprendiendo a su abuela.

"Ya sé, pero yo también quería despedirme de 'Bloomberg'." Respondió la abuela, poniendo una triste mirada.

"¿¡Quién rayos es Bloomberg!?" Dijo Dusk confundido, comenzando a irritarse al no entender qué sucedía.

"Mi querido manzano…" Dijo Applejack mientras abrazaba tiernamente al árbol frente a ella. "Mañana parte a una tierra lejana, para ser plantado en un nuevo pueblo."

Finalmente todas las piezas del rompecabezas encajaron y Dusk puso una mirada de completa incredulidad.

"¿¡Estás llorando por un árbol!?" Preguntó Dusk confundido e irritado.

"¡No es un simple árbol! ¡Ella es un miembro de la familia!" Dijeron molestos los cuatro miembros de la familia Apple.

Dusk se quedó mirando con incredulidad las caras de todos los presentes, asombrado al ver lo serio que todos se tomaban la relación con sus manzanos. Y fue solo entonces que Dusk reparó en el rostro del otro pony presente, aquel potro que había ayudado a la abuela Smith a llegar hasta allí y que ahora miraba fijamente a Dusk, como si estuviera analizándolo con una lupa. Aquel potro desconocido tenía pelaje amarillo, melena y cola color naranjo castaño, una cutie mark de una manzana roja en su costado, y vestía un chaleco y sombrero de cuero.

Para calmar el ambiente, Dusk tuvo que disculparse, pese a que seguía pensando que era una tontería encariñarse tanto con un árbol, y luego explicó que todo había sido un malentendido de su parte. Así fue como Applejack también le explicó que esa despedida la realizaban para 'Bloomberg' que era el árbol maduro más joven de la granja, y que aquel desconocido potro, llamado Braeburn, se lo llevaría lejos de allí.

"Hace casi un año, algunos miembros de la familia Apple fundaron un pueblo en los llanos del Sur, llamado Appleloosa." Explicó Applejack a Dusk. "Ellos tienen su propia plantación de manzanos, pero no tienen un manzano de tan buena calidad como los que tenemos aquí en Sweet Apple Acres. Así que Braeburn vino para llevarse este para su nuevo pueblo."

"Oh… ya veo." Dijo Dusk, finalmente entendiendo qué ocurría.

"Así que este es el famoso Dusk Shine…" Dijo repentinamente Braeburn, quien se había mantenido viendo cuidadosamente a Dusk. "Pues tengo que decirlo, con todo lo que decía Applejack en sus cartas, pensé que sería un potro más grande y fornido, pero… solo es un flacucho de ciudad."

Dusk se sorprendió al ser insultado sin razón, y más aún por alguien que ni siquiera conocía. Entonces Dusk hizo lo mismo que aquel potro y lo analizó con la mirada de cola a cabeza.

Aquel potro era joven, probablemente de su misma edad, pero era notoriamente más fornido que Dusk. Además tenía una larga melena que le daba un aire rebelde, algo que Dusk siempre había envidiado, como la bella melena de su hermano mayor, con la que podía atraer a cualquier chica que quisiera. Además, la forma en que Braeburn hablaba y se movía, hacía ver que él tenía una gran confianza y seguridad en sí mismo, algo que acababa de demostrar al decirle en su cara a Dusk que pensaba que era un flacucho.

"¿Cómo es que me conoces?" Preguntó Dusk molesto.

"Applejack siempre me escribe sobre ti y sus amigas." Respondió Braeburn apuntando a Applejack con la mirada y luego volviendo a mirar intensamente a Dusk. "Tú podrás ser su nuevo amigo… ¡Pero ponte a la fila flacucho! Porque ahora yo estoy aquí, ¡Y yo soy el mejor amigo número uno de Applejack!" Agregó Braeburn, poniendo una gran sonrisa de orgullo y dándole un sorpresivo y fuerte abrazo a Applejack.

"D-Detente, Braeburn." Dijo Applejack sonrojada, intentando soltarse del abrazo y mirando de reojo a Dusk, ya que le avergonzaba que Braeburn hubiera admitido que ella escribía sobre Dusk Shine en sus cartas.

"Y-Yo no soy un flacucho." Dijo Dusk avergonzado, poniéndose a la defensiva.

"Yo diría que síp." Dijo Big Mac, mirando seriamente a Dusk.

"Sí… Definitivamente le falta más trabajo duro a esos cascos, así se fortalecen." Dijo la abuela Smith, también analizando a Dusk con la mirada, lo que hizo que Dusk se pusiera más rojo de la vergüenza. Entonces la abuela puso una cara de dolor y se tocó rápidamente la espalda. "¡Ay! Este viejo dolor… creo que tenían razón… mejor volveré a la casa."

"Yo la ayudo, bella señorita." Dijo rápidamente Braeburn galantemente, acercándose a la abuela y sosteniéndola de la misma forma en que él la había ayudado a llegar hasta allí. "Esto es lo que hacen los caballeros." Agregó Braeburn, dándole una fugaz y casi imperceptible mirada a Dusk, una mirada que solo el unicornio notó.

"Y-Yo puedo usar mi magia para teletransportarla a la casa, sería más rápido." Agregó rápidamente Dusk, sintiendo que por alguna razón estaba en una competición contra ese nuevo potro, y aunque Dusk pensara que él perdía en aspecto físico, se aseguraría de no perder en uno de sus fuertes, que era ser caballeroso.

"¡No! Ni se te ocurra usar trucos de magia conmigo." Dijo la abuela Smith asustada, quien como buena pony de tierra anticuada, no le gustaba nada la magia unicornio. "Prefiero caminar y ser acompañada por este gentil caballero, jeje." Agregó la abuela, sonriéndole coquetamente a Braeburn.

Junto con la abuela, Big Mac y Apple Bloom también se encaminaron a la casa luego de darle un último adiós al manzano, dejando solos a Applejack y Dusk Shine.

"¿¡Qué le pasa a ese potro!?" Dijo Dusk con resentimiento mientras veía alejarse a Braeburn con la abuela, sintiendo crecer un nuevo sentimiento dentro de él. Luego él se giró para volver a ver a Applejack y entrecerró los ojos. "Ese… ¿Él es tu mejor amigo… potro?" Preguntó Dusk, con una leve preocupación en su voz.

"Bueno… Conozco a Braeburn desde que éramos potrillos. Siempre hacíamos todo juntos, hasta que su familia se mudó de Ponyville." Respondió Applejack con una mirada pensativa, sin imaginarse que Dusk pudiera estar sintiendo un conflicto en ese momento. "Aún así, seguimos manteniendo el contacto por cartas. Somos muy unidos."

"Pero él se irá mañana… ¿No es así?" Preguntó Dusk, fingiendo ser casual.

"Sí, bueno, nos iremos juntos mañana." Respondió Applejack mirando al manzano. "Braeburn me pidió ayuda para plantar a Bloomberg en su pueblo. Pero yo creo que es solo una excusa para que yo vaya, conozca su pueblo y así pasar más tiempo juntos como lo hacíamos antes." Agregó Applejack sonriendo.

"¡Y-Yo también quiero ir!" Dijo impulsivamente Dusk, sin entender lo que sentía. No sabía por qué, pero a Dusk le incomodaba pensar que un potro joven, apuesto y tan afín con Applejack compartiera tanto tiempo con ella a solas.

"¿Tú quieres ir?" Preguntó Applejack sorprendida.

"S-Sí… ya sabes… s-siempre quise conocer más lugares de Equestria… y esta podría ser una buena oportunidad, jeje." Respondió Dusk con una sonrisa nerviosa, aún sin entender por qué se le había ocurrido tan precipitada idea.

Applejack se quedó mirando un momento a Dusk y luego desvió la mirada para que Dusk no notara que se había sonrojado.

"Sí… creo que sería buena idea." Dijo Applejack, mientras su imaginación comenzaba a volar al pensar en un viaje a solas junto a Dusk Shine.

"¡Bien! Entonces vuelvo a la biblioteca. ¡Tengo que hacer una lista para mi primer gran viaje!" Dijo Dusk emocionado, olvidándose por un segundo de sus verdaderas razones para viajar, y pensando en que pronto tendría una aventura en otro pueblo, algo que le emocionaba, ya que en él solo conocía Canterlot y Ponyville.

Mientras Applejack veía a Dusk irse de la granja, ella bajó la cabeza y golpeó suavemente el manzano frente a ella.

"¡Esta puede ser mi gran oportunidad!" Murmuró Applejack con una sonrisa, hablando consigo misma. "Iré en un viaje a solas con Dusk… ¡Esta es mi gran oportunidad para conocernos mejor y tener un genuino beso romántico!" Agregó Applejack sonrojándose, pensando en que ella seguía disconforme con los besos que había tenido con Dusk, ya que uno fue por accidente, y el otro fue por un juego. Y aunque ese último beso si había sido con sentimientos, Applejack aún soñaba con tener un verdadero momento romántico a solas con Dusk.

"Todas las demás chicas han tenido su momento romántico a solas con Dusk… ¡No puedo desperdiciar esta oportunidad!" Dijo Applejack llena de convicción, con una sonrisa llena de seguridad.

"Vaya… Es una pena que Bloomberg se vaya. Era el manzano más cómodo para dormir." Dijo repentinamente una voz en las ramas, una voz que hizo que Applejack se congelara y su sonrisa se borrara de inmediato.

"¡R-Rainbow Dash! ¿¡Qué haces ahí!?" Dijo Applejack sorprendida, al ver hacia arriba y ver a su amiga pegaso recostada sobre una de las ramas más altas del manzano.

"Tomando una siesta." Dijo Rainbow Dash saltando y aterrizando al lado de Applejack. "Creo que ya me voy."

"T-Tú… ¿Escuchaste lo que dije?" Preguntó Applejack nerviosa.

Rainbow Dash se giró para ver a su amiga, manteniendo una cara de póker que le hizo imposible adivinar a Applejack lo que pensaba.

"No sé a qué te refieres." Respondió finalmente Rainbow Dash luego de un rato, luego se giró y abrió sus alas. "Creo que iré a hablar con Dusk."

Entonces Rainbow Dash despegó velozmente en dirección al pueblo, sin darle oportunidad a Applejack de decir nada.

"Bien… Mi gran plan se arruinó antes de siquiera empezar..." Dijo Applejack con una mirada de resignación, sabiendo que su amiga iría a hablar con Dusk para que ahora todas sus amigas también los acompañaran en ese largo viaje.


Era temprano en la mañana y el tren que iba hasta Appleloosa ya estaba en la estación. Como Appleloosa era un pueblo nuevo, el tren que iba hasta allí no era de los más modernos, de hecho, era de los antiguos trenes ecuestres que eran jalados por una docena de fuertes potros. Pero aunque este tren no dependiera de la magia o el vapor para funcionar, su maquinista buscaba tener la misma puntualidad que los demás trenes, por lo que ya se daba el primer silbatazo, anunciando que en pocos minutos partirían.

En la estación de trenes, había muy pocos ponies a esa hora de la mañana, solo los que debían abordar el expreso, y ya todos ellos estaban dentro del tren, a excepción de Applejack, quien estaba aún sobre la estación, mirando impaciente hacia el pueblo, ya que se hacía tarde y ni Dusk ni sus amigas habían aparecido aún.

"Quizás me equivoqué, y Rainbow Dash en vez de decirle a Dusk que quería acompañarnos, lo convenció para que no fuera conmigo..." Pensó Applejack, comenzando a sentir rencor contra su amiga.

"¡Perdón por la demora!" Dijo Dusk repentinamente, apareciendo finalmente en la estación, con una enorme mochila de excursión en su espalda. Junto a él, llegó caminando Spike, con una mochila mucho más chica que la que llevaba Dusk.

"¡Uf! ¡Ya era hora!" Dijo Applejack suspirando y sonriendo, feliz de que Dusk no se hubiera arrepentido de ir. "El tren está a punto de partir."

"Sí, lo lamento. Es solo que me demoré empacando, ya que es mi primer viaje a otra ciudad… Sin contar la vez que la princesa me envió en una bolsa de correo hasta aquí, jeje." Dijo Dusk riéndose, luego mirando hacia todos lados, como si buscara a alguien. "¿Y dónde están los demás?"

"Braeburn está acomodando a Bloomberg en el vagón de atrás." Respondió Applejack nerviosa, sabiendo en el fondo que Dusk estaba preguntando por la ubicación de alguien más.

"Me refiero a las demás chicas." Dijo Dusk poniendo brevemente una cara de desagrado al recordar que viajarían con Braeburn. "Rainbow Dash dijo que les avisaría."

"Las demás chicas no vendrán." Dijo repentinamente Rainbow Dash, aterrizando en la estación junto a sus amigos. "Ayer les avisé, pero parece que todas estaban ocupadas. Y yo… yo tampoco podré ir." Agregó Rainbow Dash, desviando la mirada cuando dijo que no podía ir, como si le costara decir aquello último.

"¡Espera! ¿Rarity no va?" Dijo Spike inmediatamente, poniendo una cara pensativa y luego una sonrisa nerviosa. "A-Acabo de recordar que yo también tengo algo que hacer…"

"¿De qué estás hablando?" Preguntó Dusk confundido, acercando su cabeza a Spike.

"¡Esta es tu oportunidad! ¿Recuerdas lo que pasó en la pijamada? ¿El beso que le diste a Applejack? ¡Ahora ustedes dos podrán estar más tiempo a solas!" Susurró Spike emocionado al oído de Dusk.

"Ajá… ¿Y no será que solo quieres aprovechar para quedarte a solas con Rarity?" Dijo Dusk entrecerrando sus ojos, viendo las verdaderas intenciones de su pequeño hermano.

"¡Nah….! Cómo crees…" Dijo Spike con una sonrisa nerviosa. Entonces el bebé dragón se giró y se despidió. "¡Diviértanse!" Fue lo último que dijo Spike antes de salir corriendo de vuelta hacia el pueblo, específicamente hacia la casa de cierta yegua unicornio.

Mientras Dusk y Spike habían estado conversando, Applejack se había quedado mirando fijamente a Rainbow Dash, quien solo se quedó allí, mirando hacia el cielo para evitar su mirada.

"Bueno… supongo que solo seremos nosotros." Dijo Dusk mirando a Applejack y sonriendo.

Justo cuando Applejack abría la boca para contestar, el último silbato de advertencia sonó en la estación, indicando que estaban a solo un minuto de partir.

"Mejor me apresuro a guardar mi mochila." Dijo rápidamente Dusk, caminando hacia la puerta del tren y haciendo un gran esfuerzo para lograr pasar por la puerta la enorme mochila que llevaba con él.

En cuanto Dusk entró en el tren, Applejack se giró y miró seriamente a Rainbow Dash.

"Muy bien, ¿Qué es lo que tramas?" Preguntó Applejack entrecerrando los ojos.

"¿¡Por qué me miras así!? Deberías darme las gracias." Respondió Rainbow Dash con una mirada molesta. "Si no fuera por mí, Dusk hubiera ido a avisarle a las demás chicas sobre el viaje. Yo fui quien lo convenció para ir yo misma a avisarle a las demás. Aunque claro… creo que al final se me olvidó avisarles."

"¿Por qué?" Preguntó Applejack con una mirada incrédula, sin entender aún por qué su amiga la ayudaba con su plan para estar a solas con Dusk.

Rainbow Dash se sorprendió un poco ante la insistencia de su amiga, luego desvió la mirada con un poco de vergüenza.

"Bueno… Te lo debía. Por la carrera de las hojas..." Respondió Rainbow Dash levemente sonrojada. "Yo de verdad necesitaba ganar esa carrera para tener un momento a solas con Dusk. Y aunque tú dijiste que no me habías dejado ganar, yo sé que… bueno… ¡Ahora estamos a mano!" Agregó Rainbow Dash, mirando con vergüenza a Applejack.

La yegua naranja se sorprendió al escuchar la confesión de su amiga y lo que ella había hecho para devolverle aquel favor en la carrera.

"Gracias…" Dijo Applejack con una tierna sonrisa, agradeciéndole de corazón a su amiga por aquel noble gesto.

"Sí, bueno, solo te estoy devolviendo el favor. No es como que estuviera dándote a Dusk. ¡Él seguirá siendo mío!" Dijo Rainbow Dash cambiando drásticamente de actitud y mirando desafiante a su amiga. "¡Aún sigo teniendo la ventaja! He sido la única a la que Dusk ha besado voluntariamente."

Al escuchar aquello, Applejack no pudo evitar poner una mueca de incomodidad, ya que hacía unos días, en la pijamada, Dusk había besado también voluntariamente a Applejack en el juego de la botella.

"Si crees que no sé de ese beso en la pijamada, te equivocas. Rarity ya nos lo contó." Dijo Rainbow Dash sonriendo con arrogancia, adivinando lo que pensaba su amiga, lo que sorprendió mucho a Applejack. "Si crees que ese beso puede igualarse al romántico beso que Dusk y yo nos dimos sobre el lago al atardecer, estás muy equivocada." Agregó Rainbow Dash, mirando desafiante a su amiga.

Al escuchar aquello último, Applejack olvidó el noble gesto de su amiga y puso la misma mirada desafiante que la pegaso. Ahora lo entendía, era cierto que Rainbow Dash le estaba devolviendo el favor, pero solo lo hacía porque ella estaba muy segura de sí misma, tan segura que nadie podría superar su momento romántico con Dusk, que incluso la estaba desafiando. Y lo peor de todo era que Rainbow Dash había dado justo en el clavo, porque Applejack seguía dudando de si alguno de los momentos vividos entre ella y Dusk habían llegado a ser siquiera la mitad de románticos que los de sus demás amigas.

"No perderé." Dijo Applejack finalmente, dándole a Rainbow Dash una fiera mirada de desafío, tal como las que ellas ponían cada vez que competían entre sí.

"Heh… buena suerte. La necesitarás." Dijo Rainbow Dash abriendo sus alas y guiñándole un ojo con una sonrisa arrogante. Entonces la pegaso despegó y voló devuelta hacia el pueblo.

"Tú me diste la oportunidad de una cita con Dusk, y ahora tú eres la que está perdiendo…" Pensó Rainbow Dash mientras volaba, pensando en que quería ayudar a su amiga, pero que tampoco quería perder ante ella. "Si no aprovechas está oportunidad para tener 'tu momento', entonces quedarás fuera de la carrera. ¡Y yo quiero que sigas en carrera hasta el final! …Aunque por supuesto, al final yo ganaré."

Luego que Rainbow Dash saliera volando, Applejack entró finalmente al tren, justo cuando este comenzaba su marcha. Mientras caminaba, Applejack siguió pensando en el desafío de Rainbow Dash y apretó sus dientes al tomar una decisión. Este viaje ya no solo era para pasar un buen rato a solas con Dusk, ahora ella tenía una nueva meta. Antes que terminara ese viaje, Applejack se aseguraría de tener el beso más romántico de todos con Dusk Shine.

Al llegar a su vagón, Applejack supo de inmediato cuáles eran sus asientos, ya que Dusk estaba parado frente a estos, intentando meter a presión la enorme mochila en los compartimientos superiores. Mientras el potro lavanda intentaba aplastar a su máxima expresión su mochila para que cupiera, Applejack aprovechó para sentarse en uno de los asientos junto a la ventana. Justo en ese instante, Braeburn entró en el vagón, quien también se acercó hasta los asientos.

"Ya terminé de acomodar a Bloomberg en su vagón privado." Dijo Braeburn al acercarse hasta los asientos. Entonces él vio a Dusk que seguía luchando con su mochila. "Parece que necesitas ayuda, flacucho."

Al escuchar la voz de Braeburn, el pelo de la nuca de Dusk se erizó, sintiendo un instantáneo desagrado con el potro amarillo. Sin prestarle mayor atención, Braeburn empujó a Dusk, se paró en dos patas y con un fuerte empujón logró finalmente meter la enorme mochila de Dusk en el compartimiento.

"Solo había que aplicar algo de fuerza." Dijo Braeburn, mirando con una sonrisa vanidosa a Dusk, quien solo le devolvió la mirada molesto. "Si no llevaras tantas cosas… Supongo que todos los flacuchos de ciudad son así de poco prácticos."

"Es mi primer viaje lejos, así que no estaba seguro de qué llevar…" Comenzó a responder Dusk, pero se dio cuenta que explicar aquello era aún más vergonzoso, así que finalmente solo optó por dejar de hablar. Entonces Dusk suspiró y se dispuso a sentarse junto a Applejack.

"Creo que yo me sentaré aquí." Dijo Braeburn, metiéndose rápidamente entremedio y ganándole a Dusk el puesto junto a Applejack. "Tenemos mucho de que hablar." Agregó Braeburn dándole una gran sonrisa a Applejack.

Al ver que nuevamente lo dejaban en ridículo, Dusk solo apretó sus dientes frustrado y de mala gana se sentó en los asientos del frente, sentándose frente a una mesa mirando hacia Applejack y Braeburn, quienes ya se habían puesto a conversar animadamente entre ellos.

*IMAGEN : bit .ly/ 2Whfm7q

Las horas pasaban y Dusk descubrió sin darse cuenta que el tiempo es relativo, ya que ese par de horas se hicieron eternas para el potro lavanda. Desde que todos se habían sentado, Braeburn había tenido acaparado para él solo a Applejack, conversando sobre tantas cosas de las que habían hecho ellos dos en su infancia, como la vez que habían viajado en canoa, cuando le habían jugado una broma a la abuela Smith, todas las veces que habían acampado juntos… Y por supuesto, ninguna de esas anécdotas incluía a Dusk Shine, por lo queel unicornio rápidamente se sintió excluido de toda posible conversación. Cada vez que Dusk intentaba introducir un nuevo tema, o Applejack intentaba incluir a Dusk en la conversación, Braeburn rápidamente sacaba a la palestra alguna antigua y divertida anécdota que hacía reír a Applejack y la distraía por completo.

Las horas pasaban y pasaban, y Dusk solo se quedó viendo con enojo a Braeburn, algo que él había hecho disimuladamente al principio, pero con el paso de las horas, Dusk ya no podía disimularlo… Mientras más veía a Braeburn haciendo reír a Applejack, más le desagradaba.

"Se cree tan genial solo porque es el amigo más íntimo de Applejack…" Decía Dusk en su mente mientras miraba fieramente a Braeburn, sonriéndole a Applejack y estando tan cerca de ella. "Applejack jamás se fijaría en un potro como él… no importa que ellos hayan sido amigos desde la infancia… ni que su melena sea más genial que la mía… ni que él sea más fuerte que yo… ni que… ni que… Bueno, ¡Yo fui el primer beso de Applejack! ¡Eso no lo puede superar!" Pensó Dusk irritado, mientras un nuevo y desagradable sentimiento que desconocía crecía en él.

¡CRASH! Repentinamente todos saltaron del susto cuando algo pequeño dio una vuelta extraña en el aire y se estrelló contra el suelo, rompiéndose.

"¡No! ¡Mi microscopio!" Dijo repentinamente Dusk preocupado, descubriendo que lo que había salido volando había sido su microscopio, que llevaba en su mochila.

"¿Llevas un microscopio a este viaje?" Preguntó Braeburn con un tono de burla.

"B-Bueno, nunca sabes cuándo puedes necesitar uno." Respondió Dusk avergonzado. "¿Por qué se cayó de la mochila si estaba cerrada? ¿Y qué fue esa extraña vuelta que dio en el aire? Por un segundo parecía como si estuviera volando."

"Sí… eso fue extraño." Dijo Applejack confundida, quien también había notado aquel extraño vuelo del microscopio antes de caer.

"Oh… quizás sea el fantasma del tren… Buuu…" Dijo Braeburn fingiendo poner una cara tétrica. "Dicen que en este tren viejo, vive un fantasma que asusta a los potrillos… y a los flacuchos…" Agregó Braeburn, aprovechando la ocasión para burlarse de Dusk, quien solo lo miró molesto.

"¡Jaja! Ya recuerdo, ¡Tú eras el mejor inventando historias de terror en los campamentos! ¡Jaja!" Se rio Applejack al recordar como Braeburn siempre los asustaba a todos en los campamentos de potrillos.

"¡Jaja! Así que lo recuerdas ¿Eh? Quizás también recuerdes nuestras… ¡Guerras de cosquillas!" Dijo Braeburn riéndose y aprovechando para hacerle unas pocas cosquillas a Applejack en el vientre, haciendo que Applejack estallara de risa.

Súbitamente la mesa que estaba frente a ellos tembló, se levantó un poco en el aire, y cayó exactamente en el mismo lugar, dejando a los tres ponies congelados en shock.

"E… Esa historia del fantasma del tren era mentira… ¿V-Verdad?" Preguntó Dusk intentando ocultar que estaba asustado ante lo que acababa de ver, ya que aquello no parecía tener explicación, ya que en ese vagón solo viajaban ellos tres, y los tres ponies tenían genuinas caras de miedo ante lo que acababan de presenciar.

"C-Claro que era mentira…" Respondió finalmente Braeburn, también intentando ocultar su miedo.

Luego de esa particular experiencia sobrenatural, los tres ponies se mantuvieron en silencio por un largo tiempo, ya que sus ojos, oídos y demás sentidos estaban en alerta, por si algún nuevo fenómeno paranormal ocurría.

Así llegó finalmente la noche, y todos decidieron que era la excusa perfecta para cambiar de vagón e ir al vagón dormitorio, donde debían pasar la noche, ya que el viaje era largo y solo llegarían a Appleloosa la mañana siguiente. No había nadie más en el vagón dormitorio, por lo que los tres ponies podían escoger cualquiera de las camas de las literas para dormir. Applejack escogió una de las camas inferiores y se dispuso a acostarse. Y al ver qué cama escogió Applejack, Dusk se apresuró para saltar a la cama que estaba arriba de la de su amiga.

"Yo dormiré aquí." Dijo Dusk sonriendo de orgullo, pues esta vez Braeburn no le había ganado el sitio y había sido él quien escogió dormir en el mismo camarote que su amiga.

"Oh, tu puedes dormir ahí." Dijo Braeburn levantando una ceja, notando la fiera mirada de Dusk y luego mirando a Applejack. "Creo que yo dormiré acurrucado con Applejack como cuando éramos potrillos." Agregó Braeburn, saltando a la cama de Applejack y acostándose a su lado. Para la sorpresa de la yegua y la indignación de Dusk.

"N-No creo que sea buena idea… ya no somos potrillos." Dijo Applejack sonrojándose.

"Tranquila, solo es para molestar a ese tonto citadino." Susurró Braeburn con una sonrisa. "Conversemos otro rato y luego me iré a dormir a mi propia cama."

Los minutos pasaron, y para Dusk le era imposible poder conciliar el sueño. En lo único que se podía concentrar era en los murmullos y risitas que escuchaba bajo él en la cama inferior. Applejack y Braeburn seguían recordando su infancia alegremente, conversando a un nivel bajo para no molestar a Dusk con su ruido. Y aunque el volumen de la conversación no era para nada algo que impidiera dormir a Dusk, lo que no lo dejaba dormir era ese extraño sentimiento que seguía sin descifrar, un desagradable sentimiento que crecía al pensar que Applejack estaba acostada en la misma cama con otro potro, un sentimiento que él ya había sentido en otras oportunidades, pero nunca tan intenso como lo sentía en ese instante, por lo que seguía sin descubrir qué era.

Luego de un rato, Dusk Shine cerró fuerte sus ojos y se tapó los oídos con su almohada, deseando poder dormirse para no sentir más ese desagradable sentimiento que crecía en él. Pero sus ojos cerrados duraron solo unos segundos, ya que un extraño ruido se escuchó al lado de su oído, y al abrir sus ojos, Dusk se paralizó al ver que tres almohadas estaban flotando, dando círculos en el aire, luego chocaron y salieron disparadas al techo, para luego caer inmóviles.

Un silencio sepulcral quedó en el aire luego de ese extraño fenómeno.

"D-Dusk… Esas almohadas… ¿Fuiste tú?" Dijo lentamente Applejack desde abajo, con una voz temblorosa.

"N-No…" Respondió Dusk igual de asustado, luego de ver que parecía que aquel fantasma del tren los había seguido hasta ese vagón.

Tras quedar nuevamente todo en silencio, con los tres ponies inmóviles por el miedo ante lo desconocido, Braeburn se levantó lentamente de la cama de Applejack y se acostó en la cama de enfrente.

"C-Creo que será mejor dormirnos…" Dijo Braeburn nervioso, ya que aún le parecía una locura que su historia de fantasmas se estuviera volviendo real.

Una vez que cada pony estuvo en su propia cama, los tres ponies cerraron sus cortinas y solo asomaron sus cabezas hacia el pasillo, todos viendo atentamente hacia todos lados, esperando ver si aquel extraño fenómeno fantasma ocurría de nuevo, pero por más que esperaron, parecía que el fantasma se negaba a aparecer cuando ellos estaban atentos. Así fue como finalmente los tres ponies cerraron completamente sus cortinas y cerraron sus ojos para ojalá dormirse rápidamente, antes que otra cosa extraña sucediera.

"Bien, ahora no solo tengo que preocuparme porque Braeburn está demasiado cerca de Applejack, ¡Sino también por un fantasma que hay en el tren!" Pensó Dusk mientras cerraba fuerte sus ojos y se obligaba a sí mismo a dormirse rápido. "Al menos en mis sueños podré estar tranquilo… Seguramente la veré de nuevo… a ella…" Dijo Dusk en su mente, y con ese último pensamiento, Dusk cayó finalmente dormido.

"Te estaba esperando." Dijo una dulce voz en el sueño de Dusk, y el potro sonrió al ver a una bella alicornio azul sonriéndole en un hermoso paisaje de ensueño.


La mañana finalmente llegó, y los tres ponies despertaron con los primeros rayos del Sol que atravesaron las ventanas del vagón dormitorio. En cuanto se despertaron, corrieron las cortinas y se vieron fijamente unos a los otros, preguntándose con las miradas lo mismo: ¿Alguien había vuelto a ver al fantasma en la noche? Sin embargo, tal parecía que todos habían podido dormir sin problemas y que el 'fantasma' no había vuelto a aparecer.

"Lo mejor sería volver rápido al vagón principal." Dijo Dusk con una nerviosa sonrisa, ya que para él le era muy difícil admitir que le tenía miedo a algo tan irreal como lo eran los fantasmas.

Tras las palabras de Dusk, los tres ponies se levantaron rápidamente y volvieron al vagón en donde estaban sus asientos. Y así permanecieron, estáticos, esperando que aquel fantasma no volviera a seguirlos de nuevo a ese vagón. Además, Braeburn ya les había dicho que llegarían temprano en la mañana a Appleloosa, así que en vez de seguir conversando, los tres ponies decidieron permanecer alerta ese último tramo hasta llegar a Appleloosa, para descubrir finalmente si ese extraño fenómeno era un fantasma o no.

Mientras todos seguían en silencio, mirando hacia todos lados, un súbito golpe hizo que todo el vagón se tambaleara.

"¿¡El fantasma del tren!?" Gritó Braeburn asustado.

"No… Esto fue distinto…" Dijo Dusk asustado y confundido, ya que otras veces solo habían visto flotar algunas cosas, pero ahora había sido todo el vagón el que había temblado súbitamente.

Un nuevo golpe al vagón hizo que Dusk y compañía se sujetaran de sus asientos para no caerse.

"¡Alguien está golpeando el tren!" Dijo repentinamente Applejack al ver por la ventana.

Dusk y Braeburn se acercaron a la ventana de Applejack y se sorprendieron al ver una manada de búfalos, corriendo a toda velocidad al lado del tren, vistiendo plumas en sus cabezas, y con miradas poco amistosas mientras tomaban impulso y golpeaban por tercera vez el costado del tren, haciendo que nuevamente los tres ponies casi cayeran al piso por el impacto.

"¡Si siguen así van a volcar el tren!" Dijo Dusk temeroso ante lo que podía suceder.

Braeburn miró furioso a los búfalos y abrió rápidamente la ventana del vagón.

"¿¡Qué creen que están haciendo!?" Gritó Braeburn furioso. "No ven que- ¡Guauu…!" Dijo Braeburn deteniendo su discurso y asombrándose ante lo que veía.

De entre la multitud de búfalos, una pequeña y joven búfalo brincó entre los lomos de sus compañeros y saltó sobre el tren en movimiento, haciendo una temeraria acrobacia que Braeburn no pudo evitar admirar y que hizo que por un segundo el potro olvidara su enojo.

"¿Qué pasa?" Preguntó Applejack confundida al ver que Braeburn parecía estar mirando algo mientras seguía con su cabeza asomada afuera.

"Alguien saltó sobre el tren y… ¡Parece que está corriendo sobre los vagones!" Dijo Braeburn, aún indeciso si estaba más enojado o más asombrado por lo que veía.

"Esto parece un asalto… ¡Como esas historias del viejo oeste!" Dijo Dusk temeroso, recordando que alguna vez había leído algo sobre bandidos en tierras lejanas.

"¿Un asalto? ¿Pero qué es lo que querrían robar…?" Preguntó Applejack confundida, pensando en que no había nada de mucho valor en el tren, más que su pequeño- "¡Bloomberg!" Gritó Applejack asustada, levantándose rápidamente y corriendo en dirección hacia el último vagón, en donde estaba su querido manzano.

"No creo que vengan para asaltar un manzano." Dijo Dusk incrédulo, que, al igual que Braeburn, terminó corriendo tras Applejack.

Luego de atravesar el vagón en donde estaban y el vagón dormitorio, Applejack abrió la puerta de salida para seguir hacia el siguiente vagón, pero se detuvo cuando justo desde el techo, una pequeña búfalo, la misma que había visto antes Braeburn, saltó ágilmente y aterrizó justo enfrente de la puerta del siguiente vagón, enfrente de donde estaban los ponies.

"Ese saltó fue increíble…" Murmuró Braeburn asombrado.

"¡Reacciona! ¡Se va a robar a Bloomberg!" Dijo Applejack molesta, dándole un golpe a Braeburn para que reaccionara. "¡A por ella!"

Justo cuando la joven búfalo se disponía a abrir la puerta del vagón donde estaba Bloomberg, se distrajo cuando miró hacia atrás y vio que tres ponies saltaban sobre ella. Luego de forcejear un poco, finalmente los ponies lograron inmovilizar a la búfalo justo en medio de los dos vagones, impidiendo así que ella llegara a su objetivo.

"¡Te tenemos!" Dijo Braeburn victorioso, mirando fijamente a la búfalo.

"¿Eso creen?" Dijo la búfalo con una sonrisa burlona. Entonces ella, con la única pata en la que aún tenía movilidad, tomó el enganche entre los vagones, que quedó justo bajo su cuerpo, y el último vagón del tren se desenganchó, haciendo que se quedara atrás mientras ella y los ponies seguían a toda velocidad en el tren.

"¡Bloomberg!" Gritó Applejack aterrada al ver que el vagón donde viajaba su querido manzano se quedaba atrás y era secuestrado por una manada de búfalos.

"¡No más manzanos en nuestras tierras sagradas!" Dijo la búfalo triunfante, con una mirada desafiante hacia los ponies, en especial hacia Braeburn.

"¡Debemos rescatar a Bloomberg!" Dijo Applejack desesperada, tomando a Dusk por los hombros y sacudiéndolo.

'Es solo un manzano…' Es lo que le hubiera gustado decir a Dusk, pero sabía que para Applejack ese árbol era como un miembro de su familia. Así que Dusk se concentró, iluminó su cuerno, y se teletransportó fuera del tren, lo que era mucho menos riesgoso que saltar del tren en movimiento, sin embargo, debido a la inercia, de igual forma los cuatro cayeron rodando en el suelo al lado de las vías férreas una vez aparecieron.

"¿Todos están bien?" Preguntó Dusk sacudiéndo la cabeza, un poco mareado luego de la caída.

"¡Que no escape!" Gritó Applejack súbitamente, apuntando hacia adelante.

Luego de la caída, la pequeña búfalo había visto su oportunidad, y aunque estaba mareada por la teletransportación, ella inmediatamente corrió en cuanto sus patas tocaron la tierra.

"No lo hará." Dijo Braeburn, sacando un lazo que llevaba bajo su abrigo y lanzándolo con gran puntería, logrando así lazar a su presa, quien cayó al suelo, mirando fieramente a Braeburn. "Lo siento cariño, eres buena. Pero yo soy mejor." Dijo Braeburn con una sonrisa desafiante, ante la mirada de odio de la búfalo.

Con el mismo lazo que Braeburn había usado para lazar a la búfalo, el potro amarillo ató firmemente una de las patas de la búfalo, para detenerla de cualquier futuro intento de fuga. Entonces los cuatro comenzaron a caminar en dirección hacia donde había visto huir al resto de la manada de búfalos. Una misión de rescate que fue a paso lento, ya que aunque Applejack quería correr tras los búfalos, la prisionera se negaba a correr, todo para impedir que siguieran a los demás miembros de su tribu. Así mismo, la búfalo se negó a responder cualquier pregunta sobre donde estaba localizada su tribu o las razones de por qué robaron el manzano del tren.

"Recuerdo que dijiste algo sobre sus tierras sagradas… ¿Eso tiene que ver con que robaran el manzano?" Preguntó Dusk, aún intentando conversar con la búfalo mientras caminaban, sin embargo, la búfalo solo lo ignoró y siguió guardando silencio.

"Ya deja de intentar hablar con esa ladrona." Dijo Applejack de mal genio. "Ya no necesitamos que nos diga donde se llevaron a Bloomberg, solo seguiremos las huellas que dejaron los demás búfalos." Agregó Applejack mirando al suelo, en donde se notaba el rastro en el desierto de las huellas de los búfalos cuando huyeron.

"Pero aunque encontremos a la manada de búfalos, necesitamos un plan." Dijo Dusk lentamente, notando que Applejack estaba más sensible e irritable desde que se habían robado a su querido manzano. "Por eso, creo que es buena idea conversar y escuchar lo que tenga que decir."

"Son solo una tribu de salvajes… No creo que nos diga nada interesante." Dijo Braeburn mientras le daba un pequeño tirón a la búfalo, lo que la hizo enojar más de lo que estaba. De hecho, de todos los ponies, parecía que ella había agarrado un odio especial hacia Braeburn, quien a su vez, la miraba con el mismo desagrado. "Ella y su tribu son solo unos vulgares ladrones."

"¡No somos ladrones!" Dijo lentamente la búfalo, apretando sus dientes. Finalmente diciendo sus primeras palabras desde que había sido capturada. "¡Ustedes lo son!" Agregó mirando enojada a Braeburn.

"¿A qué te refieres?" Dijo inmediatamente Dusk, aprovechando esa pequeña oportunidad que se le abrió para finalmente poder entablar una conversación.

La búfalo miró un segundo a Dusk, y luego volvió a desviar la mirada y a quedar en silencio, sin embargo Dusk notó que al menos a él no lo miraba con tanto odio como miraba a Braeburn, así que quizás esa era su oportunidad para lograr avanzar en el diálogo.

"Creo que no nos hemos presentado aún. Mi nombre es Dusk Shine, soy el protegido de la princesa Celestia." Dijo Dusk con una amable sonrisa, decidiendo resaltar que él tenía un vínculo con la gobernante de esa gran nación, para ver si con eso podía llegar de mejor manera a la joven búfalo. Y en efecto, aquello surtió efecto, ya que al escuchar nombrar a la princesa del Sol, los ojos de la joven búfalo se abrieron y miró a Dusk de otra manera.

"M… Mi nombre… es Little Stronheart." Dijo finalmente la búfalo lentamente, como si hubiera estado aún indecisa sobre si abrir la boca o no.

"¡Es un placer!" Dijo Dusk con la misma sonrisa amable, feliz de lograr finalmente conversar. "De verdad lamentamos tenerte cautiva de esta forma-"

"Yo no." Dijo Braeburn con una sonrisa burlona, haciendo que la búfalo y Dusk lo miraran molestos.

"Sí… como decía, es una pena. Pero necesitamos que nos acompañes hasta que podamos recuperar el manzano de nuestra amiga… Es muy importante para ella. Quizás podrías decirnos donde lo llevaron…" Dijo Dusk mirando atentamente a Little Strongheart, y al notar que ella estaba volviendo a poner una mirada defensiva, decidió cambiar rápidamente de pregunta para no perder su oportunidad de charlar. "¡Pero más importante! Hace un rato dijiste que ustedes no eran unos ladrones, que los ponies sí… ¿Por qué dijiste algo así? Nosotros no hemos robado nada."

"Él y los que viven en su pueblo sí." Dijo Little Strongheart mirando enojada a Braeburn. "Pregúntenle a él."

Dusk miró confundido a Braeburn, quien a su vez, miró con disgusto a la búfalo.

"¿A qué se refiere?" Preguntó Dusk mirando fijamente a Braeburn.

"Supongo que se refiere al campo de manzanos del pueblo…" Dijo Braeburn mirando seriamente a Little Strongheart. "Hace un año, cuando fundamos el pueblo, plantamos unos manzanos en un llano. Los manzanos crecieron rápidamente y todo estaba bien hasta hace unos días, cuando descubrimos que algunos manzanos habías sido destrozados… Supongo que se refiere a eso."

"¡Esas eran nuestras tierras sagradas!" Dijo Little Strongheart enojada. "Es nuestra ruta ancestral que debemos cruzar cada año, y ustedes la ocuparon y bloquearon sin importarles nada. Todos nuestros ancestros recorrieron esa ruta por siglos, y ahora ustedes llegan y usurpan nuestras tierras y destrozan nuestras tradiciones ancestrales."

Dusk y Braeburn abrieron grande sus ojos y se sorprendieron al escuchar aquello.

"N-Nosotros no sabíamos eso…" Dijo Braeburn preocupado, quedándose en silencio un segundo mientras pensaba. "Pero aún así, nosotros-"

"Ustedes son solo unos ladrones a quienes no les importa nada." Interrumpió Little Strongheart, mirando furiosa a Braeburn.

"¿¡Qué a nosotros no nos importa nada!?" Respondió Braeburn ofendido, mirando ahora él con furia a la búfalo. "¿Sabes cuánto trabajo nos costó plantar esos manzanos en estas tierras? ¡Ustedes solo destrozan sin pensar en lo que hay detrás! ¡Nuestro pueblo se estaba muriendo de hambre! Nada crecía ni florecía en estas tierras, hasta que logramos hacer crecer esos manzanos. Esos manzanos son nuestra última esperanza de poder vivir en paz en nuestro propio pueblo con nuestras familias, ¡Y ustedes los destrozan!"

Al escuchar aquello, fue el turno de Little Strongheart de sorprenderse ante aquel dato que desconocía.

"Y-Yo no sabía eso…" Dijo la búfalo lentamente, pero, tan terca como Braeburn, su mente también se rehusaba a dar su brazo a torcer. "Pero aún así… Debieron preguntarnos antes…"

Entonces Braeburn y Little Strongheart se miraron fieramente y comenzaron a discutir entre ellos, cada uno diciendo que su punto de vista era más válido que el del otro. En tanto, Dusk se acercó hasta Applejack, quien caminaba al frente de todos, con su vista fija en el horizonte para ver si visualizaba a Bloomberg o a los búfalos.

"¿Escuchaste eso?" Preguntó Dusk mirando a Applejack. "Parece que Little Strongheart y los búfalos tenían sus razones para robarse a Bloomberg. No lo justifico, pero-"

"¡Pero nada!" Dijo Applejack con firmeza, quien había escuchado lo que habían conversado atrás suyo. "No me interesa lo que diga esa extraña. Mi familia en Appleloosa necesita comer y esos búfalos destrozan y roban. ¡Son solo unos sucios ladrones!" Agregó Applejack con dureza.

Dusk se sorprendió al ver a su amiga tan enojada y rígida, ya que ella siempre era la más madura y conciliadora en las discusiones e intentaba ver todo desde distintos ángulos, pero parecía que con esta situación, su juicio no iba a cambiar y los búfalos no tenían nada de razón. De hecho, Dusk vio hacia atrás y se dio cuenta que aunque Braeburn y Little Strongheart discutían, compartían sus opiniones y en el fondo se notaba que aceptaban que el otro tenía algo de razón, pero Applejack estaba cerrada a cualquier otra opinión.

"La familia siempre es primero…" Susurró Applejack con fuego en su mirada. "Si vas a contradecirme, entonces no quiero volverte a hablar." Agregó Applejack llena de furia y determinación, lo que dejó paralizado a Dusk, ya que nunca había visto así a su amiga.

Durante el resto de la búsqueda, Applejack y Dusk se quedaron en silencio, ella porque estaba totalmente enfocada en buscar a Bloomberg, y Dusk porque estaba preocupado al ver a su amiga actuando tan cerrada de mente. En tanto, los únicos que ahora no paraban de hablar eran Braeburn y Little Strongheart, quienes habían empezado a discutir por los manzanos, y luego, llevaron su discusión a otro nivel, discutiendo sobre la forma correcta de saltar, o quién era más fuerte… Tal parecía que esos dos eran como agua y aceite, y no paraban de burlarse del otro y decir que eran mejores que el otro.

Repentinamente, los tres ponies y la búfalo se detuvieron al escuchar un ruido retumbar, como el de una avalancha que iba rápidamente acercándose. Entonces todos vieron como una nube de polvo se acercaba velozmente hacia ellos. Muy tarde reaccionaron todos al darse cuenta que esa nube de polvo y ruido era provocado por una enorme manada de búfalos, que los rodearon velozmente y les cerraron el paso.

Eran varias docenas de búfalos los que los habían rodeado, todos muy distintos a la pequeña Little Strongheart, ya que estos eran machos adultos, grandes y corpulentos. Todos muy parecidos, no solo en físico, sino también en la mirada, ya que todos compartían miradas de enojo al ver quiénes invadían sus tierras. Y esas miradas de enojo se convirtieron rápidamente en miradas de furia al ver que esos invasores tenían a una de los suyos atada con una cuerda, como si fuera una vulgar vaca.

"Desátale el nudo…" Susurró Dusk entre dientes a Braeburn, casi sin abrir la boca y sin dejar de mirar a los furiosos búfalos ni un segundo.

Braeburn tragó saliva al verse rodeado, y lentamente hizo lo que Dusk dijo, soltando el lazo que tenía amarrado a la pata de la pequeña búfalo.

"Jeje… Ahora es mi turno de lazarte, vaquerito." Dijo Little Strongheart con una risa burlona, siendo ella esta vez quien ató el lazo en el cuello de Braeburn, ante la furiosa mirada del potro amarillo. "¡Los llevaremos ante el jefe!" Agregó Little Strongheart en un grito, mirando a los demás búfalos.

Entonces la manada de búfalos se dio media vuelta, manteniendo un círculo para rodear a los ponies, y todos juntos comenzaron a adentrarse más en el desierto, caminando hacia donde estaba instalada su tribu. Mientras caminaban, Dusk empezó a pensar en alternativas para huir, de las cuales ya tenía preparado un par de planes de escape utilizando su magia, sin embargo, decidió que quizás era buena oportunidad para conocer más sobre esa tribu y sus pensamientos, para así poder llegar a alguna solución. En tanto Applejack solo siguió con su mirada enojada, entrecerrando los ojos por un fuerte dolor de cabeza que había tenido desde hacía un rato, pensando en que debía rescatar a Bloomberg y que ahora tenía una misión aún más importante, espantar a esos búfalos lejos de Appleloosa, del pueblo de su familia… A ella no le importaba que los búfalos dijeran que esa era su tierra ancestral, su familia necesitaba manzanos para vivir, eso era todo lo que importaba: su familia. Por su parte, Braeburn seguía caminando con mirada de fastidio mientras Little Strongheart tiraba de vez en cuando del lazo para molestarlo, como si ella disfrutara haciéndolo enojar.

Finalmente, cuando ya el Sol estaba por ocultarse, la manada de búfalos y sus cautivos llegaron hasta donde se asentaba la tribu, un llano con varias chozas de tela y cuero en las que vivían temporalmente los búfalos. De inmediato los búfalos los empujaron hasta el centro del lugar, en donde había una fogata y un enorme búfalo de pie, mucho más imponente que los demás y que usaba un gran penacho con plumas.

"¿Por qué traen a estos patéticos ponies ante mi presencia?" Dijo el gran búfalo con una voz grave, mirando con extremo disgusto a Dusk y compañía.

"Oh, gran jefe Thunderhooves. He traído a estos prisioneros conmigo luego de asaltar el tren." Dijo Little Strongheart ceremoniosamente.

"¿Tú nos capturaste? Yo fui quien te capturó con mi lazo, preciosura." Dijo repentinamente Braeburn molesto.

"Todo fue parte de mi plan, fortachón." Respondió Little Strongheart, dándole un falso cumplido al igual que el pony había hecho con ella.

"Sí, claro…" Dijo Braeburn con una risa burlona, y entonces él y Little Strongheart acercaron sus rostros mirándose con odio.

"Ya basta con esto sucios e irrespetuosos ponies…" Dijo el gran jefe enojado. "¡Aplástenlos!"

Al escuchar al jefe, los búfalos dieron gritos de euforia y comenzaron a correr en círculos, listos para embestir y aplastar a esos intrusos, ante la aterrorizada mirada de los ponies.

"E-Espere, gran jefe." Dijo rápidamente Little Strongheart, mirando con preocupación a los ponies y luego al jefe. "¡No podemos aplastarlos!"

"¿Por qué no?" Preguntó el gran jefe molesto, ya que no le gustaba que lo contradijeran.

"B-Bueno… yo… he conversado con ellos…" Dijo Little Strongheart mirando de reojo a Braeburn. "Ellos no son malos, solo son salvajes ignorantes… Ellos dicen que no sabían que los manzanos-"

"No me interesa lo que te hayan dicho." Interrumpió el gran jefe, mirando a Little Strongheart como si se hubiera ensuciado por el solo hecho de haber hablado con los ponies. "No existe bondad, amabilidad ni nada bueno en las sucias almas de los ponies, son solo salvajes que deben irse lejos de nuestras tierras… El consejo de guerra ya lo ha decidido ¡Mañana aplastaremos el pueblo de esos ponies!"

Ante el anuncio de guerra, los búfalos nuevamente comenzaron a correr en círculos, cada vez acercándose más a los tres ponies para embestirlos y acabar con sus miserables vidas. En tanto, Little Strongheart volvió a mirar a los ponies, esta vez más asustada.

"¡N-No podemos ensuciar de sangre nuestras pezuñas antes de la batalla!" Dijo Little Strongheart en un grito, para hacerse oír. Luego miró al jefe con mirada suplicante. "¡Es de mala suerte! ¡Encerrémoslos hasta mañana!"

El jefe miró con disgusto a la pequeña búfalo, pues ya era la segunda vez que lo contradecía enfrente de sus guerreros.

"Por favor… padre." Agregó Little Strongheart en un susurro, agachando su cabeza, ya que no era correcto llamar a su padre como tal frente a los demás búfalos.

El gran búfalo se quedó mirando largamente a Little Strongheart, indeciso si pensar en ella como su hija o como otra más de la tribu, ya que no debía tener preferencias. Sin embargo, finalmente su instinto paternal ganó.

"Como quieras…" Dijo finalmente el gran jefe de mala gana. "De todas formas mañana al medio día los aplastaremos a todos."

Con eso dicho, los búfalos dejaron de correr y empujaron de mala gana a los tres ponies hasta una de sus tiendas y bloquearon la entrada con barrotes de madera. Y ya que fue Little Strongheart la que desafió al jefe para encerrarlos en vez de aplastarlos, fue a ella quien se le encargó la misión de vigilarlos toda la noche como castigo.

Los tres ponies se quedaron en silencio una vez fueron arrojados a la tienda, ya fuera por la rabia contenida o por los nervios de haber casi sido aplastados. La noche ya había caído, y el único ruido en la tienda era el de sus estómagos, dado que no habían comido en todo el día. Pero ellos no eran los únicos en esa situación, así que, cuando nadie la vio, Little Strongheart llevó unos platos de comida para ellos.

"Muchas gracias." Dijo Dusk agradeciéndole aquel gesto, pero no pudiendo evitar mirar con extrañeza el plato de comida que le habían dado, el cual era una pasta sin mucho color ni sabor, que más parecía engrudo que comida.

"Es lo único que tenemos para comer en estas tierras." Dijo Little Strongheart con una triste sonrisa. "No es sabroso pero es muy nutritivo."

"¿Y esta es tu forma de pedirnos perdón?" Dijo Braeburn molesto. "¿¡Nos encierras y ahora nos das nuestra última comida antes de aplastarnos!?"

"¡Les salvé la vida!" Dijo Little Strongheart enojada, nuevamente discutiendo con Braeburn, como habían hecho durante todo el día.

"¡Mañana aplastarán todo el pueblo! ¡Con potrillos y potrancas en él!" Dijo Braeburn enojado. "¿¡Estás de acuerdo con eso!?"

Little Strongheart miró con miedo a los ponies, pues sabía que eso era terrible, pero ella no pudo más que cerrar sus ojos con dolor y solo se dio la vuelta para volver a darle la espalda a los ponies.

"Han roto nuestras tradiciones, matan nuestro estilo de vida… Los ponies cada día nos quitan más, y nosotros cada vez somos menos… ¡Nos estamos extinguiendo!" Dijo Little Strongheart con dolor, con una lágrima cayéndole por su mejilla. "Si ustedes no quieren escucharnos… ¿De qué otra forma nos escucharán si no es con violencia?"

Luego de esas palabras, fue el turno de Braeburn de mostrar una cara de dolor y arrepentimiento al escuchar que su pueblo se extinguía, y al igual que la pequeña búfalo, él se giró y cerró sus ojos con dolor, sabiendo que lo que su pueblo hacía no estaba bien, pero no había otra salida. Y Braeburn no fue el único al que le afectaron esas palabras, pues Dusk también bajó su cabeza, pensando en que las dos posiciones eran irreconciliables. Entonces Dusk miró de reojo a Applejack, quien había estado extrañamente silenciosa desde que habían sido atrapados. Applejack ni siquiera había tocado su plato de comida, solo se encontraba recostada en el piso, parecía que tenía un debate consigo misma, pues mantenía cerrado fuertemente sus ojos y lo único que repetía en un murmullo era: 'Ellos se equivocan… ellos no importan… la familia es lo primero…' una y otra vez.

Luego de comer la papilla que le habían dado para comer, el sueño empezó a caer rápidamente en Dusk, ya que después de tal agitado día, su cuerpo le exigía dormir para recuperarse.

"Debo… mantenerme despierto…" Dijo Dusk en su mente mientras sus ojos se cerraban, luchando contra su propio cuerpo que le exigía descanso. "Solo… solo cinco minutos…" Se dijo a sí mismo Dusk, finalmente cediendo ante el cansancio y cayendo profundamente dormido.


Cuando Dusk abrió nuevamente los ojos, se quedó estático un momento y movió sus ojos hacia todos lados para reconocer bien donde estaba antes de moverse. Y al preguntarse 'donde estaba', él no se refería a descubrir en qué lugar físico estaba, sino más bien a descubrir si había despertado o si estaba en el mundo de los sueños, dado que llevaba días viviendo sueños lúcidos, gracias a la presencia de la misteriosa 'Lady Night'.

"Te estaba esperando." Dijo la misma dulce voz de cada noche, quien siempre le saludaba de la misma forma y quien ya le anunciaba a Dusk de que aquello era un sueño.

"Hola Lady Night." Dijo Dusk sonriendo, viendo a la hermosa alicornio azul sonriéndole.

Desde que había aparecido por primera vez en su sueño, 'Lady Night' había visitado sin falta los sueños de Dusk Shine. Las primeras dos veces, ella había aparecido porque Dusk había tenido pesadillas, y ella, como guardiana de los sueños, había aparecido en ellos para ayudarle a superarlos. Pero luego de eso, Lady Night había seguido apareciendo cada noche sin falta, llevando a Dusk por distintos y fantásticos paisajes irreales que solo podían existir en aquel mundo de los sueños, diciéndole que estaba allí ya no porque fuera su obligación, sino porque simplemente disfrutaba de su compañía y de sus conversaciones. Y Dusk, que por un segundo pensó que quizás eso podía ser incómodo, dado que tenía a alguien invadiendo sus sueños, olvidó rápidamente esa incomodidad al ver la bella figura de Lady Night.

Cada vez que Dusk veía a Lady Night, no podía evitar sonrojarse un poco ante lo hermosa que era, y pese a que sabía que sus sentimientos de amor estaban ahora enfocado en otras yeguas, no podía evitar también pensar que la elegante y curvilínea figura de Lady Night la hacía ver como una de las yeguas más hermosas que conocía. Aquello le llevó a pensar a Dusk que quizás él tenía una debilidad por las alicornios, ya que su primer amor también había sido una alicornio.

"¿Mi primer amor?" Susurró Dusk con mirada pensativa. Solo entonces recordando a su querida niñera y dándose cuenta de algo muy importante.

Mientras vivía en Canterlot, Dusk había jurado infantilmente que su amor eterno sería para aquella bella y cariñosa alicornio rosa que había sido su niñera. Pero ahora, aquello se veía tan lejano… Ahora, cada vez que pensaba en la palabra amor, la imagen de esa alicornio rosa, que antes había sido clara como el agua, ahora se veía difusa, y en cambio, lo que ahora él veía con claridad, era el rostro de sus cinco queridas amigas.

"¿Tu primer amor?" Repitió Lady Night mirando a Dusk con curiosidad.

Fue entonces que Dusk salió de sus pensamientos y se sonrojó al darse cuenta que había dicho aquello en voz alta mientras pensaba en su pasado.

Aquella vez no había sido la primera vez que Dusk decía lo que pensaba en voz alta en un sueño. Conforme más experiencia tenía Dusk en los sueños lúcidos, él se había dado cuenta que en el mundo de los sueños era más difícil diferenciar cuando uno hablaba o solo pensaba en algo. Era como si la barrera que separaba las palabras de los pensamientos fuera más delgada en aquel mundo, provocando que uno inconscientemente dijera más fácilmente lo que pensaba y sentía.

"N-No es nada, solo pensaba en que incluso los sentimientos de amor pueden cambiar con el tiempo." Dijo Dusk un poco nervioso. "O quizás… aquello nunca fue verdadero amor…" Agregó Dusk con una mirada más pensativa.

Fue entonces que cerca de donde estaban Lady Night y Dusk, aparecieron dos nubes con forma de ponies. La primera de color lavanda, con la forma de un potrillo riendo; y a su lado, la segunda era más alta, con la forma de una alicornio de color rosa, quién también reía junto al potrillo. Y entonces apareció una tercera nube, con la forma de un potro de color blanco. Y en cuanto apareció la tercera nube, la cabeza de la nube de la alicornio se giró y se quedó viendo a la nube del potro blanco en vez de la nube del potrillo.

"Los sentimientos van cambiando con el tiempo. Y al igual que vas olvidando ponies que amaste, también iras conociendo nuevos ponies de los que… te enamorarás." Dijo Lady Night con serenidad, pero no pudiendo evitar sonrojarse y mirar a Dusk de reojo al decir aquello último. "¡Muy bien! ¿A dónde quieres ir esta noche?" Agregó Lady Night con una sonrisa, cambiando de tema.

Ante la pregunta de Lady Night, Dusk bajó su cabeza pensativo. Él sabía que estaba en un sueño, pero de igual manera no podía dejar de pensar que en ese mismo momento, en el mundo real, habían grandes y serias preocupaciones en las que debía estar puesta su atención.

Al ver a Dusk con aquella mirada confundida, Luna supo que Dusk estaba preocupado, así que decidió no esperar por la respuesta del potro y darle una sorpresa. Entonces la magia de la alicornio comenzó a funcionar y el paisaje a su alrededor, que hasta hacía unos instantes no era más que algo nebuloso y sin forma, cambió radicalmente, tomando forma y color.

"Te he dicho que en este mundo de ensueños estas a salvo de todo. Aquí no debes preocuparte por nada." Dijo Luna, levantando gentilmente la cabeza de Dusk y dándole una amorosa sonrisa. "Mira el paisaje que he hecho para ti."

Al levantar su cabeza, Dusk abrió con asombro sus ojos. Ante él había un cielo nocturno estrellado como nunca había visto, coronado con una enorme luna que iluminaba todo con una suave luz. No muy lejos habían pequeñas montañas de las cuales caían decenas de cascadas, llevando el agua cristalina hasta el medio de un gran lago, en donde se encontraban ambos ponies, justo en una isla en medio del lago, rodeada de enormes y coloridas flores que seguramente nunca verían en el mundo real. Todo el paisaje era un deleite para los ojos, y también para los demás sentidos, ya que Dusk podía oler las aromáticas flores y sentir la suave brisa nocturna.

"Todo estos es… hermoso." Dijo Dusk con asombro, girando su cabeza para mirar todo a su alrededor, deteniéndose en Lady Night y dándose cuenta que al decir que todo era hermoso, eso también incluía a aquella bella alicornio.

"Sabía que te gustaría." Dijo Luna, sentándose y mirando a Dusk para que se sentara junto a ella.

"Yo… no sé si deba relajarme." Dijo Dusk bajando su cabeza nervioso. "Pronto debo despertar y-"

"Ya te lo dije, no debes preocuparte en este lugar." Dijo Luna con una amable sonrisa.

Dusk miró indeciso a la bella alicornio azul ofreciéndole paz en un momento de tensión, y sintió como si tuviera un deja-vu. Entonces Dusk miró nuevamente a su alrededor y decidió ir por un punto intermedio, por un instante dejaría de preocuparse por lo que pasaba en el mundo real, pero tampoco se relajaría por completo, por lo que aprovecharía para obtener algunas respuestas.

"¿Por qué haces esto por mí?" Preguntó Dusk, viendo con curiosidad a Lady Night. Una pregunta que él ya le había hecho en otras ocasiones a la alicornio.

"Ya te lo he dicho. Porque disfruto de tu compañía." Respondió Luna tranquilamente, pues no era la primera vez que Dusk le hacía esa pregunta. "Y quiero verte feliz."

En otras ocasiones, Dusk dejaba de preguntar, dado que Lady Night siempre cambiaba de tema, sin embargo, esta vez él fue más rápido e insistió.

"¿Por qué yo?" Preguntó Dusk con preocupación. Entonces él volvió a mirar el hermoso paisaje a su alrededor. "¿Por qué me das a mí tan bello regalo? Yo no soy nadie importante."

"¡Eso no es cierto! Tú… tú eres importante." Respondió Luna rápidamente, luego poniéndose nerviosa y sonrojándose levemente. "Eres… muy importante para mí."

Al levantar su vista, Luna vio que Dusk seguía con mirada confundida, y aunque lo único que ella quería era que Dusk se relajara, ella no quería revelar aún su identidad, no sin antes saber si Dusk podría algún día sentir algo por ella.

"Sin ti, yo seguiría siendo un fantasma lleno de sufrimiento y dolor. Por favor, no vuelvas a decir que no eres importante." Agregó Luna con timidez, sabiendo que Dusk necesitaba una respuesta más extensa. "Yo te debo mi vida, y lo único que quiero… es verte sonreír."

Al escuchar aquellas palabras, lo primero que sintió Dusk fue sorpresa, y luego, al ver a aquella majestuosa y bella alicornio volverse tímida y sonrojarse, Dusk no pudo evitar sonrojarse también.

"Recordaría si hubiera salvado a una hermosa yegua como tú." Dijo Dusk pensando en voz alta, y entonces sonrojándose completamente al darse cuenta que nuevamente había cometido el mismo error, todo por culpa de estar en un sueño lúcido.

Al escuchar aquello, Luna se sonrojó y tuvo por un segundo un conflicto de emociones, pues se daba cuenta que Dusk seguía sin recordarla ni saber quién era, pero aún así, acaba de decirle que su verdadera forma era muy hermosa.

"Tú… ¿Crees que soy hermosa?" Preguntó Luna intentando ponerse seria, pero no pudiendo ocultar sus mejillas sonrojadas.

"S-Sí… bueno… ¡Todo aquí es hermoso! Jeje…" Dijo Dusk lleno de vergüenza, sintiendo por un segundo que no podía llamar a otra yegua hermosa si él ya estaba enamorado de alguien más, aunque ese alguien no estuviera especificado aún de entre sus cinco amigas. "E-Es una lástima que nada de esto sea real…" Dijo Dusk nervioso mirando a su alrededor, intentando cambiar de tema.

"Lo que siente tu cuerpo real, no es a lo que debes llamar real. Lo que es real es lo que tu alma es capaz de sentir." Dijo Luna con mirada pensativa y luego mirando a Dusk y sonrojándose levemente. "Por ejemplo, los recuerdos que aquí tengas serán reales… al igual que los sentimientos que aquí haya."

Dusk puso una mirada pensativa y luego tocó su pecho, en donde estaba su corazón, pensando en que no estaba seguro si su corazón estaba allí, pero sí estaban los sentimientos que él sentía en ese momento. Justo entonces Luna se puso de pie y miró a Dusk con una cálida mirada.

"Yo hago esto por ti, porque eres importante para mí, y porque… porque algún día, también yo quiero ser importante para ti." Dijo Luna mirando fijamente a Dusk, con sus mejillas sonrojadas.

"Eso… ¿Eso fue una declaración?" Pensó Dusk confundido y sonrojado, apretando fuerte sus labios para evitar nuevamente decir en voz alta lo que pensaba.

Repentinamente la brillante noche se empezó a oscurecer y unas nubes de tormenta aparecieron a la lejanía, haciendo que ambos ponies giraran sus cabezas y miraran hacía el cielo.

"Lady Night… ¿Qué es eso?" Preguntó Dusk confundido y algo temeroso, ya que era la primera vez que la alicornio hacía aparecer una tormenta en su sueño.

"No lo sé… Yo no estoy provocando eso…" Respondió Luna con una mirada de temor, ya que no era normal que un sueño protegido por ella cambiara sin razón. "Parece ser una interferencia…"

"¿Una interferencia? ¿¡Alguien está entrando en mis sueños!?" Preguntó Dusk preocupado, y luego dándose cuenta que no era algo tan terrible como podía sonar, ya que Lady Night precisamente estaba allí por eso.

"No necesariamente… Una interferencia puede ser porque alguien cercano a ti en el mundo real está teniendo una gran pesadilla." Dijo Luna mirando con preocupación a la nube de tormenta lejana. "Pero aunque fuera así, eso significaría que…" Susurró Luna con mirada pensativa, con una mirada cada vez más preocupada.

"Ayuda…" Se escuchó repentinamente una lejana voz de yegua, una voz tan lejana que apenas se pudo oír. Al oírla, ambos ponies levantaron sus cabezas atentamente.

"¡Applejack!" Dijo Dusk asustado, dándose cuenta que esa lejana voz era la de su amiga. "¡Applejack tuvo que quedarse dormida al lado mío en el mundo real! ¿¡Puede ser ella quien esté teniendo esa pesadilla!?"

Luna no respondió la pregunta de Dusk, ella solo se quedó mirando la lejana nube de tormenta con preocupación. Entonces ella bajó su cabeza y luego miró a Dusk.

"Si tu amiga está teniendo una pesadilla, quizás puedas ayudarme." Dijo Luna mirando seriamente a Dusk y extendiéndole un casco para que lo sujetara. "Dusk, un sueño puede ser más peligroso de lo que crees pero, ¿Estás dispuesto a acompañarme?"

"¡Sí!" Dijo inmediatamente Dusk, sosteniendo el casco de Lady Night. Su rápida determinación vino por dos razones: porque era una de sus amigas la que podía estar sufriendo con una pesadilla, y también porque la mirada seria de Lady Night le infundía confianza y seguridad.

Entonces Luna abrió sus alas y guio a Dusk, quien flotó a su lado, volando hacia la lejana nube de tormenta. Al acercarse, Dusk notó que en frente de la oscura nube había una especie de pequeña ventana abierta, que al parecer conectaba con otro mundo distinto al bello paisaje de donde estaban. Al verla, Luna fue directamente hacia esa ventana, ambos la atravesaron, y todo se volvió oscuridad a su alrededor, hasta que repentinamente una luz los cegó a ambos.

# Fin del capítulo 47