Capítulo 53 – La noche más esperada
El Spa de Ponyville estaba más concurrido de lo que solía estar para un día normal, lo que hacía que sus propietarias, Aloe y Lotus, tuvieran que correr de un lado a otro para atender a todas sus clientas que habían llegado a la vez. Algo que lejos de producirles estrés, les produjo una gran satisfacción, ya que realizar un tratamiento completo de belleza a cinco yeguas les dejaría una gran ganancia, lo que hacía tuvieran grandes sonrisas en sus agotados rostros. Misma sonrisa que tenía su cliente favorita, Rarity, al ver que por primera vez ella estaba en su lugar favorito con sus cuatro mejores amigas.
Mientras Rarity tenía puesta una máscara facial para relajar los músculos de su cara, Flutterhsy y Pinkie Pie tomaban un relajante baño de burbujas en la enorme tina del Spa, en tanto que Rainbow Dash y Applejack se encontraban sentadas cómodamente en unas sillas mientras Aloe y Lotus usaban toda su habilidad para limar sus duros cascos.
"¿Hace cuánto que no se limaban los cascos?" Preguntó Aloe luego de romper por segunda vez una lima al suavizar los cascos de Applejack.
"Eh… ¿Nunca?" Respondió Applejack rascándose la cabeza, lo que hizo que Aloe y Lotus pusieran caras de horror. "Sí, bueno, el trabajo de campo requiere cascos fuertes." Agregó Applejack rápidamente, desviando la mirada y sonrojándose un poco.
"Ven, se los dije. Fue bueno que viniéramos temprano al Spa, ¡Hay mucho trabajo que hacer!" Dijo Rarity desde su posición, que si bien no veía lo que sucedía debido a su mascarilla, oía muy bien lo que sucedía y se podía imaginar a la perfección la cara de horror de Lotus y Aloe. "Exfoliación de cascos, masaje de relajación, mascarilla hidratante, baño de fango y de vapor, ¡Y sin contar lo que viene después! La ropa, el peinado, el maquillaje…" Agregó Rarity pensando en que un día no era suficiente para alistarse por completo, y tan segura estaba de ello, que ella incluso había llevado los vestidos y secadoras de pelo al Spa de las gemelas para así ahorrar tiempo y hacer todo allí mismo.
"Como sea… sigo sin creer que Fluttershy me haya engañado para venir aquí." Agregó Rainbow Dash mirando de reojo hacia la bañera, en donde estaba la pegaso amarilla, quien solo se tapó su boca y se rio tiernamente ante la inquisidora mirada de su amiga.
"Yo tampoco tuve escapatoria. ¡Rarity incluso fue a buscarme a la granja!" Dijo Applejack, recordando como al despertar había visto que en el comedor de su casa estaba Rarity hablando con la abuela Smith.
"Yo fui a Sweet Apple Acres por otro asunto, pero aproveché la oportunidad. De otra forma no te hubiera convencido para venir." Dijo Rarity, no pudiendo evitar levantar un pepinillo que tenía sobre su ojo para mirar a su amiga.
"Insisto que esto no es necesario, con el vestido basta y sobra." Agregó Applejack, justo cuando Aloe terminaba de exfoliar sus cascos, lo que hizo que ella los sintiera demasiado suaves para su gusto.
"No olviden a donde vamos, ¡A la fiesta más prestigiosa de Equestria! No podemos vernos como simples yeguas de pueblo. Y más importante… No olviden con quién vamos." Dijo Rarity, haciendo énfasis en las últimas palabras, lo que hizo que Applejack y Rainbow Dash se sonrojaran un poco, sabiendo a qué se refería. "Yo pude tomar el tratamiento de belleza para mí sola, pero no sería justo para nuestra pequeña… competencia. No, yo quiero que Dusk nos vea a todas brillar esta noche, y créanme, me lo agradecerán cuando Dusk las vea esta noche." Agregó Rarity sonriendo.
Tras las palabras de Rarity, Applejack y Rainbow Dash se miraron mutuamente, notando que ambas estaban sonrojadas, y luego desviaron la mirada, admitiendo que Rarity tenía razón en algo. Aunque las demás no lo supieran, cada una había tomado la decisión de hacer una importante declaración esa noche, y si querían triunfar, no estaba de más aceptar el regalo de Rarity y verse lo más radiante posible para aquella noche especial.
Y tal como anticipara Rarity, el día pasó velozmente, con las 5 yeguas pasando el día completo en el Spa, y llegado el atardecer, terminando los últimos detalles antes de la gran noche, solo les quedaba esperar a su querido potro lavanda, que había quedado de ir a buscarlas, como todo un caballero. Por su parte, Dusk también había pasado todo el día ocupado, pero de una manera muy distinta a cómo habían ocupado su tiempo sus amigas.
A esa hora de la tarde, Dusk ya estaba completamente vestido con su traje de gala, algo que no le había tomado más de cinco minutos, y luego de intentar peinarse en vano su alocada melena, Dusk decidió que ya estaba listo para la gala, por lo que pasó el resto de la tarde practicando un hechizo que quería ocupar esa noche con sus amigas.
"Bien, basta de práctica, ya va a atardecer. ¡Es hora de la verdad!" Dijo Dusk cerrando el libro de hechizos que había estado leyendo.
Saliendo fuera de la biblioteca junto a Spike, Dusk colocó una manzana en el suelo y concentró su magia en su cuerno. Entonces la manzana comenzó a brillar y deformarse velozmente, hasta que un gran flash los cegó a ambos, y ante ellos apareció una elegante y gran carroza, la cual mantenía su forma de manzana, pero solo estéticamente, ya que por dentro estaba provista de cómodos asientos, mientras que en su exterior ahora había una puerta y una ventana finamente decoradas para el acceso al interior de la carroza, además de tener varias incrustaciones doradas que daban un mayor aire de elegancia a la carroza, incrustaciones que combinaban a la perfección con las ruedas que ahora poseía.
"Vaaaaya… Sí que te luciste esta vez." Dijo Spike asombrado al ver el nuevo hechizo de su hermano mayor.
"Jeje. No era un hechizo tan complejo, pero necesité ensayar mucho para lograrlo a la perfección." Dijo Dusk sonriendo con orgullo. "Si vamos a ir a la Gran Gala, debemos llegar en un elegante carruaje. Espero que a las chicas les guste la sorpresa." Agregó Dusk pensando en cómo sorprendería a sus amigas con ese carruaje.
Mientras Dusk mantenía su sonrisa llena de orgullo, alabándose a sí mismo en su mente por haber hecho tan perfecto hechizo, Spike miró con curiosidad alrededor de todo el carruaje y luego miró a Dusk con una mirada confusa.
"¿Y quién tirará del carruaje?" Preguntó Spike levantando una ceja.
"También he estado practicando otro hechizo, un hechizo que convierte a otros seres vivos en equinos por un corto periodo de tiempo." Respondió Dusk con una muy exagerada sonrisa.
"Oh… ¿Y qué será lo que convertirás? Algún ratón, o quizás-" En ese instante Spike dejó de hablar al notar que su hermano se mantenía viéndolo con esa enorme sonrisa, lo que hizo ver a Dusk muy aterrador. Y en el instante en que Dusk iluminó su cuerno, Spike supo lo que su hermano pensaba hacer. "¡Waaah!" Gritó Spike, saltando y esquivando el rayo transformador que le lanzó Dusk, justo en el último segundo.
"¡No te muevas! El hechizo no funcionará si no te quedas quieto." Dijo Dusk regañando a su hermano.
"¡No! ¡Definitivamente no! ¡Búscate otro conejillo de indias para tus locos experimentos." Respondió Spike, corriendo detrás de la carroza para que esta se interpusiera entre Dusk y él.
"Oh, vamos. No será tan malo, te convertirás en una especie de… dragón equino o algo así, supongo." Dijo Dusk con una falsa sonrisa, pensando en que ni siquiera él estaba seguro de en qué se convertiría Spike si usaba ese hechizo. "Necesito que alguien tire de la carroza."
"¡No lo haré ni por todas las gemas de Equestria!" Gritó Spike molesto. "Ya es suficientemente malo saber que irás a la Gala con Rarity, ¡Menos aún me convertiré en un extraño animal para jalar de su carruaje!"
Al ver la negativa de su pequeño hermano, Dusk desvió la mirada y exhaló frustrado, pensando que debió haber sido más rápido con su hechizo. Ahora que Spike se negaba a tirar del carruaje, tenía que pensar en otra alternativa. A él aún le quedaba un último recurso, que era tirar del carruaje con su propia magia, pero para eso tendría que ir fuera del carruaje para ver el camino, y arruinaría el viaje que tenía planeado con sus amigas.
"Eh, disculpen. ¿La biblioteca ya cerró?" Preguntó repentinamente una voz grave. "Vine a ver si estaba disponible el último tomo de 'Amor Prohibido'."
Al levantar su vista, Dusk vio con un poco de asombro que quien estaba hablándoles era Bulk Biceps, el enorme y musculoso pegaso blanco que vivía en el pueblo, y que para sorpresa de Dusk, al parecer también era fan del comic amoroso de Lyra.
"Eh… No, lo siento, alguien más se llevó ese comic de la biblioteca esta tarde." Respondió Dusk un poco confundido, quien seguía sin leer el famoso comic de Lyra.
Al escuchar aquello, Bulk Biceps bajó triste su cabeza y se dio media vuelta para retirarse. En ese instante, al ver los enormes músculos del pegaso blanco, una gran idea vino a la cabeza de Dusk.
"Oye, Bulk Biceps, Tú… ¿Estás ocupado esta noche?" Preguntó Dusk un poco nervioso, ya que en realidad solo había conversado una vez con aquel potro, quien, por lo que recordaba, era muy amable a pesar de su intimidadora apariencia. "Necesito que alguien lleve esta carroza hasta Canterlot para la Gran Gala, y yo… pensaba que tal vez podrías ayudarme con esto, ¡Obviamente te pagaré!" Agregó Dusk rápidamente, para que el pegaso no pensara que estaba abusando de él.
"¿La Gran Gala?" Susurró Bulk Biceps mientras se imaginaba a él mismo en aquella prestigiosa fiesta. Entonces rápidamente sacudió su cabeza para volver a la realidad, y flexiono fuerte sus músculos antes de responder. "¡Sííííí!"
Luego que Bulk Biceps aceptara la propuesta, Dusk suspiró aliviado, le indicó al pegaso como debía engancharse a la carroza para tirar de ella, y se acercó a Spike para despedirse.
"No te quedes despierto hasta muy tarde, y no comas demasiadas gemas antes de dormir." Dijo Dusk mirando con aprensión a su hermano.
"Descuida, estaré bien." Dijo Spike con una gran sonrisa.
Entonces Dusk subió al carruaje y Spike se quedó viéndolo mientras se alejaba.
"Bien, hora de hacer la misión secreta que me encargó Rarity." Susurró Spike para sí mismo luego de quedarse solo. Entonces el pequeño dragón abrió la puerta de la biblioteca y corrió en dirección a Sweet Apple Acres.
Mientras tanto, Dusk iba cómodamente en el carruaje, satisfecho con lo cómodo de los asientos y lo espacioso que era por dentro. Entonces Dusk se asomó por la ventana del carruaje para ver a Bulk Biceps, quien se dirigía lentamente hacia las afueras del pueblo.
"Bulk Biceps, antes de partir, necesitamos pasar por el Spa del pueblo, así que puedes ir más rápido si gustas." Dijo Dusk un poco preocupado al ver que la carroza avanzaba lentamente, y pensando que era porque el musculoso pegaso no quería hacer que Dusk se tambaleara dentro de la carroza.
"Es… es solo que estoy guardando energías… para Canterlot… es… es un largo camino…" Respondió Bulk Biceps con una débil sonrisa.
Al escuchar esa respuesta, Dusk miró atentamente al pegaso blanco, y solo entonces se percató que a pesar de la gran musculatura del pegaso, sus cascos no estaban igual de fortalecidos que el resto de su cuerpo, por lo que probablemente Bulk Biceps no tendría tanta fuerza como para tirar del carruaje hasta Canterlot.
"¡Espera, Bulk Biceps! Necesitamos otro plan." Dijo Dusk rápidamente, haciendo que el pegaso se detuviera. "Quizás esta no fue la mejor de las ideas…" Agregó Dusk bajándose del carruaje.
Al ver la cara de preocupación de Dusk, Bulk Biceps rápidamente puso una mirada seria.
"¡No! Déjamelo a mí, yo… ¡Yo puedo hacerlo!" Dijo Bulk Biceps, un poco apenado y decepcionado al ver que sus grandes músculos no servirían para esta ocasión.
"Si es por el dinero, te pagaré de todos modos-" Agregó Dusk, listo para sacar algunas monedas.
"¡No quiero dinero! Yo… ¡Yo quiero ser de ayuda!" Dijo rápidamente Bulk Biceps, sorprendiendo a Dusk. "Tú eres un buen pony y a mí… me gusta ayudar a los buenos ponies, y conocerlos mejor…" Agregó tímidamente Bulk Biceps.
En ese instante Dusk abrió grande sus ojos al traducir y entender lo que quería decir realmente Bulk Biceps.
"¿Él quiere ser mi amigo?" Pensó Dusk sorprendido, notando que lo que Bulk Biceps quería era formar un lazo de amistad con él. Entonces ese pensamiento derivó en otra gran pregunta. "¿Puede que yo haya estado tan concentrado en mi amistad con mis amigas, que no me haya percatado antes que otros ponies también quieren ser mis amigos?"
"¡Ya sé! ¡Tengo una idea!" Dijo repentinamente Bulk Biceps, soltándose del carruaje y corriendo hacia el centro del pueblo.
Mientras Dusk esperaba, pensando en esa nueva revelación sobre la amistad que había pensado, no le tomó mucho tiempo a Bulk Biceps volver, solo que esta vez no volvió solo, sino acompañado de otros tres potros.
"Así que este es el carruaje que hay que tirar… Sí, no será gran cosa entre los cuatro." Dijo un potro café con una cutie mark de herraduras, el cual se llamaba Caramel, al cual Dusk había visto pasear por el pueblo varias veces.
"Sí, es una suerte que no tuviéramos nada que hacer esta noche, a diferencia de ti, ¿Eh?" Dijo otro de los potros, uno de pelaje gris y unos tréboles como cutie mark, llamado Lucky Clover, quien golpeó juguetonamente el hombro de Dusk.
"Si fuéramos volando llegaría enseguida, pero bueno… supongo que servirá para ejercitar los cascos." Agregó el último potro, un pegaso de pelaje gris negruzco y una cutie mark de una nube de tormenta con un rayo, un pegaso que Dusk había visto en el equipo del clima de Rainbow Dash, llamado Thunderlane.
"¿T-Todos ustedes van a ayudarme?" Preguntó Dusk sorprendido.
"¡Claro! B.B. dice que necesitas ir a la Gran Gala. Y si vas a una fiesta tan elegante, debes llegar en un carruaje." Respondió Lucky Clover sonriendo.
"Sí, es nuestra forma de agradecerte por todo lo que has hecho en el pueblo." Dijo Thunderlane mientras él y los demás se enganchaban al carruaje. "Has salvado el pueblo un par de veces, ¿No es así? Supongo que es lo justo."
Al escuchar aquello, Dusk no pudo evitar sonreír y sentir una cálida sensación de alegría, al descubrir que cegado por lo que sentía por sus amigas, quizás habían muchos más ponies que también querían volverse sus amigos.
"Sí, además… podremos quedarnos en la entrada y ver a las bellas yeguas que lleguen a la fiesta…" Agregó Caramel con una boba sonrisa, misma sonrisa que también pusieron los demás potros que tiraban el carruaje.
Entonces los cuatro potros comenzaron a reírse, y luego Dusk también se unió a las risas, notando el verdadero motivo por el que querían ayudarlo.
"Quizás ese sea el verdadero motivo… O quizás sea solo una excusa para acercarse a mí, ayudarme y formar amistad…" Pensó Dusk sonriendo, recordando fugazmente aquella ocasión en que sus cinco amigas habían cambiado de género y cómo aquella situación lo había llevado a descubrir que la amistad con chicos era un poco distinta, menos sincera al expresar los sentimientos, pero no por ello menos verdadera.
Mientras la carroza era guiada en dirección al Spa del pueblo, Dusk y los cuatro potros conversaron de varias cosas, charlas sin mucho sentido la verdad, pero que los hicieron reír bastante, incluyendo algunas preguntas de los potros sobre la verdadera relación de Dusk con sus cinco amigas yeguas, a lo cual Dusk siempre respondía avergonzado que ellos eran solo amigos, y ocultaba el hecho que en verdad, en su corazón, él muchas veces había deseado ser más que amigo para alguna de sus amigas.
"¡Te lo digo amigo! ¡Somos minoría! En este pueblo, ¡Por cada potro hay al menos siete yeguas!" Dijo Caramel fingiendo estar asustado. "¡Debería haber una ley que nos permita estar con siete yeguas a la vez!" Agregó el potro café con una divertida mueca, haciendo que todos se rieran.
"Por cierto Dusk, cuando tengas algo de tiempo… ¿Podrías presentarme a tu linda hermana?" Preguntó repentinamente Bulk Biceps cuando estaban por llegar al Spa. "Creo que se llamaba Twilight."
"¡Oh, sí! Ella era linda." Agregó Lucky Clover sonriendo.
"Sí… no creo que eso sea posible…" Respondió Dusk completamente rojo, agradeciendo que aquellos potros no supieran que Twilight en realidad era su alter ego femenino.
"Oigan, no lo presionen. A nadie le gusta que unos vagos coqueteen con su hermana." Agregó Thunderlane, notando que Dusk se veía incómodo.
"¿¡A quién le dices vago?!" Dijo Lucky Clover fingiendo estar ofendido.
"Pues a ti, ¿A quién más?" Agregó Dusk, ya sintiéndose con más confianza, haciendo que todos nuevamente comenzaran a reír.
"Sabes Dusk, pensé que serías un ratón de biblioteca que no hablaba más que con chicas." Agregó Caramel mirando de reojo a Dusk. "Pero resultaste ser más divertido de lo que esperaba."
Al escuchar aquello, Dusk no respondió, solo sonrió cálidamente, pensando que en ese corto periodo de tiempo, él también pensaba lo mismo.
"Esto es extraño… ¿En verdad es tan fácil hacer amigos?" Pensó Dusk, justo cuando el carruaje se detenía frente al Spa del pueblo. "Si es así… ¿Por qué sigo pensando en que mis cinco amigas son aún más importante que cualquier amistad nueva que podría formar?" Siguió pensando Dusk, pese a que en el fondo de su corazón ya sabía la respuesta… '¡Porque ellas son más que amigas!'
"¿Por qué nos detenemos frente al Spa? Pensé que irías a la Gala solo." Dijo Thunderlane levantando una ceja.
"Oh, no, no iré solo. Iré con-" Respondió Dusk, que se calló al ver que la puerta del Spa se abría, y tras esta aparecieron las cinco yeguas más hermosas que había visto en su vida.
Las cinco amigas de Dusk resplandecían con la luz del atardecer, usando los bellos vestidos que Rarity había confeccionado especialmente para cada una de ellas, los que acentuaban la personalidad única de cada yegua. Dusk ya había visto aquellos vestidos en sus amigas, sin embargo, a diferencia de aquel desfile de modas, ahora las yeguas parecían brillar aún más. Con sus melenas y colas muy bien peinadas y tan perfumadas que volverían loco a cualquier potro que pasara por su lado, con sus pelajes tan limpios y suaves luego del tratamiento del spa, que parecían brillar por sí mismos, y sus rostros suavemente maquillados, lo suficiente para resaltar las bellas facciones de cada una. Ante tal visión, Dusk y los demás potros se quedaron congelados, con las bocas abiertas ante lo que veían.
Por su parte, al salir del Spa, los ojos de las cinco yeguas se asombraron al ver la bella carroza en la que llegaba Dusk, algo que ninguna de ellas esperaba, pero ese asombro pasó a segundo plano al ver la expresión de Dusk. Ellas sabían que se veían bonitas para la Gran Gala, no en vano habían pasado todo el día preparándose, pero ni en sus más locas fantasías habían pensado en que impactarían de tal forma a Dusk Shine, lo que hizo que las cinco se sonrojaran.
"De nada." Susurró Rarity con una sonrisa orgullosa, mirando a Applejack y Rainbow Dash, quienes habían aceptado renuentemente todo ese tratamiento de belleza, pero ahora ambas se sentían muy felices al ver que habían dejado a Dusk con la boca abierta con sus bellas apariencias.
Luego de eso, Rarity fue la primera en moverse y avanzar hacia Dusk, quien por su parte siguió estático, mientras su cerebro aún no podía aceptar que de verdad él iría a la Gran Gal con tan bellas yeguas.
"¡Es una carroza espléndida!" Dijo Rarity acercándose a Dusk. "¿Nos invitarás a subir?" Agregó Rarity con una sonrisa juguetona, disfrutando del encanto que había causado en Dusk.
"Yo… Eh, ¡S-Sí! ¡Por supuesto!" Dijo Dusk torpemente, dándose cuenta que se había quedado con la boca abierta demasiado tiempo. Entonces Dusk se apresuró para abrir la puerta del carruaje, e hizo una pequeña reverencia mientras extendía un casco hacia Rarity para invitarla a subir a la carroza, como todo un buen caballero.
Rarity tomó gentilmente el casco de Dusk, y subió a la carroza. En tanto, las demás yeguas también hicieron lo mismo una por una.
"¿Me veo bonita?" Preguntó Pinkie Pie al llegar al lado de Dusk, siendo la segunda en acercársele.
"T-Te ves hermosa." Dijo Dusk tímidamente, inevitablemente desviando la mirada, sonrojado al admitir lo que de verdad pensaba.
Al escuchar esa respuesta, Pinkie Pie puso una gran sonrisa mientras se sonrojaba, luego tomó el casco de Dusk para también subir al carruaje.
"Yo… no estoy acostumbrada a usar este tipo de ropa…" Dijo Applejack al llegar junto a Dusk, desviando tímidamente la mirada mientras se sonrojaba.
"El vestido solo resalta tu belleza natural." Dijo Dusk sonriendo, pensando en que su amiga se sentía incómoda con su vestido, pero inmediatamente Dusk se percató que fue demasiado honesto y que de hecho le había dado un piropo romántico a su amiga.
"Sí… eh… es mejor que suba." Dijo Applejack rápidamente, bajando su cabeza mientras sus orejas se encendía de rojo, subiendo al carruaje junto a sus demás amigas.
La siguiente en acercarse fue la tímida Fluttershy, quien curiosamente parecía menos nerviosa que sus demás amigas, pues respiraba lentamente, como si hubiera estado practicando para no ponerse tan nerviosa esa importante noche.
"T-Tú… T-Te ves muy guapo con tu traje, Dusk…" Dijo Fluttershy intentando hablar casualmente, pero no pudiendo evitar tartamudear al estar nerviosa.
"Gracias… Pero tú te ves mucho más bonita en tu vestido." Dijo Dusk con sus mejillas sonrojadas, pues sabía que definitivamente sus amigas destacarían mucho más que él en la Gran Gala.
Al escuchar aquello, Fluttershy, quien había planeado mostrarse firme y segura ante Dusk, no pudo evitar sonrojarse y sonreír tímidamente ante el cumplido de Dusk, y luego subió al carruaje. Así, finalmente Rainbow Dash fue la última en acercarse a Dusk.
"¡No digas nada!" Dijo inmediatamente Rainbow Dash en cuanto se acercó a Dusk, muy sonrojada. "Si dices algo sobre mi apariencia o de que estoy usando un vestido, ¡T-Te juro que me las pagarás!" Agregó Rainbow Dash roja de vergüenza.
Entonces Dusk solo se quedó callado y estiró su casco para que Rainbow Dash subiera al carruaje.
"Te ves muy bonita, Rainbow Dash." Dijo Dusk desde atrás cuando Rainbow Dash ya tenía un casco dentro del carruaje.
En ese instante Rainbow Dash se detuvo y se quedó estática, sintiendo como todo su rostro se ponía rojo de vergüenza y se sentía tan feliz que quería gritar, pero se contuvo y entró rápidamente al carruaje para que Dusk no la viera así.
Luego que sus cinco amigas estuvieran dentro del carruaje, Dusk se quedó mirando con una boba sonrisa hacia el interior, pensando en que en ese momento era el potro más afortunado del mundo al estar con cinco bellas yeguas. Entonces, mientras mantenía su boba sonrisa, Dusk se giró para indicarle a los potros que ya era hora de partir, sin embargo su sonrisa desapareció al instante al ver que los cuatro potros, en especial Caramel y Thunderlane, miraban con miradas penetrantes a Dusk, como si quisieran matarlo con la mirada.
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"E… ¿Está todo bien, chicos….?" Preguntó Dusk tímidamente, viendo que los potros que hasta hacía unos instantes se reían con él y prácticamente ya lo consideraban uno de los suyos, ahora lo veían con miradas asesinas.
"¡Te cobraremos el triple!" Dijo Thunderlane frustrado, mirando con evidente envidia a Dusk, girándose junto a los demás potros para comenzar con su viaje a Canterlot.
Viendo la actitud arisca de sus nuevos 'amigos potros', Dusk solo bajó resignado su cabeza, pensando en que finalmente el viaje saldría mucho más caro de lo esperado. Sin embargo, él no podía culpar a aquellos potros, después de todo, acababan de ver que otro potro iría a una gran fiesta rodeado de cinco hermosas yeguas… ¿¡Qué potro no estaría carcomido por los celos!? Y sin decir nada más, Dusk se subió al carruaje y finalmente todos emprendieron su viaje hacia Canterlot.
Mientras el carruaje iniciaba su trayecto, Dusk solo se quedó viendo hacia la ventana, quien había quedado al lado de la puerta junto a Pinkie Pie. Y pese a que Dusk quería conversar con sus amigas, aún le avergonzaba el haberse quedado embobado viéndolas cuando salieron del Spa, y ahora temía que al estar solo, rodeado por ellas, él volviera a quedarse como un tonto con la boca abierta.
"¿De qué hablabas con los demás potros?" Preguntó Pinkie Pie con curiosidad.
"No es nada, solo que creo… que a ellos les gustaría estar en mi lugar." Dijo Dusk con una sonrisa nerviosa.
"¿Por qué dices eso? ¿A ellos les gustaría ir a la Gala también?" Preguntó Rainbow Dash.
"No, no me refiero a la Gran Gala, me refiero a estar rodeado de cinco hermosas yeguas." Dijo Dusk sonriendo, haciendo que sus amigas se sonrojaran. Entonces Dusk nuevamente se dio cuenta que estaba siendo demasiado sincero y se sonrojó. "E-Es decir…" Tartamudeó Dusk, hasta que se dio cuenta en realidad no tenía que temer a ser sincero, después de todo estaba junto a sus mejores amigas. "Es decir, que cualquier potro sería el más feliz del mundo si fuera novio de cualquiera de ustedes." Agregó con una tierna sonrisa, levemente sonrojado.
"Y… ¿Eso te incluye?" Preguntó tímidamente Fluttershy, muy sonrojada.
Ante esa pregunta Dusk se quedó muy sorprendido y se sonrojó profundamente. Entonces Dusk miró hacia el techo y puso una mirada pensativa mientras recordaba todo lo vivido con sus amigas, y principalmente, como sus sentimientos habían cambiado, pasando de un punto en el que incluso él no podía dormir al pensar en cómo sus sentimientos cambiaban, a luego descubrir cuál era exactamente el sentimiento que sentía hacia sus amigas, y finalmente haber aceptado dicho sentimiento.
"Sí." Dijo sinceramente Dusk, desviando la mirada y fingiendo ver algo interesante afuera mientras se sonrojaba.
Al escuchar aquello, y fuera de la vista de Dusk, las cinco yeguas se sonrojaron aún más, pues lo que acababa de hacer Dusk era aceptar que él podía enamorarse de alguna de ellas. Si aquella misma pregunta se la hubieran hecho a Dusk en el pasado, Dusk se hubiera puesto muy nervioso y hubiera evadido la pregunta, incluso él había pasado un fuerte estrés al pensar en que podría estar enamorado de alguna de ellas, razón por la que justamente las cinco yeguas habían decidido no atacar románticamente a Dusk de forma tan directa. Sin embargo, Dusk había cambiado, él parecía no estar más estresado por aquello, y de hecho algunas de ellas ya habían notado que Dusk actuaba más seguro en ciertas situaciones románticas, ¡Y esta declaración lo confirmaba!
"¡V-Vaya! ¡Q-Qué hermosa noche!" Dijo rápidamente Rarity, fingiendo desinterés y mirando por su propia ventana.
Luego de eso, las cinco yeguas empezaron a hablar rápidamente de otros temas, cualquiera fuera el tema, pues cada una se dio cuenta que no podían mostrarse emocionadas en ese punto, rodeadas de sus potenciales rivales amorosas, pues cada una había tomado una decisión para esa noche, y no podían dejar que las demás se enteraran de lo que planeaba cada una, por lo que debían dejar de hablar de amor inmediatamente.
Así transcurrió el resto del camino, con los seis ponies hablando de simples trivialidades y de sus planes para la Gran Gala, los cuales Dusk ya conocía de la vez en que sus amigas discutieron sobre el boleto extra. Entonces Dusk les contó a sus amigas que él también tenía planes, pues quería pasar más tiempo con su querida maestra, la princesa Celestia, y conversar en persona con ella sobre los avances y descubrimientos que había hecho sobre la amistad.
Tan inmersos estaban en su conversación, que solo se dieron cuenta que llegaron a su destino cuando el carruaje se detuvo, entonces todos vieron por la ventana y abrieron sus ojos asombrados al ver el enorme castillo de Canterlot frente a ellos, completamente adornado para la Gran Gala, con decenas de guardias custodiando y cientos de ponies vestidos elegantemente entrando al castillo, mientras el cielo nocturno era bellamente iluminado por varios fuegos artificiales que anunciaban el comienzo de la fiesta anual más grande de Equestria.
Los seis ponies bajaron del carruaje, con el siempre caballeroso Dusk quien ayudó a sus amigas a bajar, y los seis se dirigieron rápidamente hasta la puerta del castillo. Mientras caminaban hacia la puerta, cada una de las yeguas recordó su sueño sobre cómo sería una noche perfecta en la Gran Gala del Galope, y pese a que ninguna había renunciado a ese sueño, las cinco sabían que además de cumplir ese sueño, tenían otra misión: ¡La de declarar su amor!
Mientras los ponies se acercaban a las puertas del castillo, custodiadas por dos guardias que comprobaban las invitaciones antes de dejar entrar a los invitados, los seis ponies comenzaron a emocionarse al escuchar la música de la orquesta y ver por las ventanas y por la puerta abierta a todos los ponies que ya estaban dentro del castillo, disfrutando de la Gran Gala.
"¡Es la princesa!" Dijo Dusk emocionado al ver por la puerta abierta que en el salón principal, cerca de la gran escalera, se encontraba su querida maestra, saludando a los invitados recién llegados.
Al ver a su querida maestra, Dusk se emocionó mucho y se dispuso a correr para llegar pronto con su mentora, sin embargo solo alcanzó a dar un paso antes de darse cuenta que no podía ir corriendo solo, pues debía esperar y quedarse con sus amigas.
"No hay problema, vaquero. Adelántate, nosotras te alcanzaremos luego." Dijo Applejack sonriendo, misma sonrisa aprobatoria que le dieron sus demás amigas a Dusk, sabiendo lo importante que era para él hablar con la princesa.
"¡Gracias! ¡Luego nos reuniremos!" Dijo Dusk emocionado, corriendo para mostrar su invitación y entrar rápidamente al castillo antes que la princesa se fuera a otro lado.
Luego que Dusk se fuera, Rarity puso un casco en su boca para intentar ocultar una sonrisa traviesa, pues ahora que Dusk no estaba, era hora de poner en acción su plan.
"¡Al fin estamos en la Gran Gala del Galope! ¡Donde todos nuestros sueños se cumplirán!" Dijo Rarity con una gran sonrisa, actuando teatralmente. Entonces ella se acercó mucho a Pinkie Pie. "Lo único que me decepciona un poco es ver que nadie festeja como festejamos en Ponyviile…"
En ese instante las orejas de Pinkie Pie se levantaron en alerta.
"¿A qué te refieres?" Preguntó Pinkie Pie curiosa.
"Bueno, míralo por ti misma." Dijo Rarity, señalando a los ponies que alcanzaban a ver por la ventana y por la puerta abierta del castillo. "Nadie ríe, nadie salta, nadie canta… Quizás falta un pony que de verdad sepa cómo celebrar una fiesta y motive a todos." Agregó Rarity mirando de reojo a Pinkie y sonriendo, mientras su rosada amiga ponía mucha atención a cada palabra que ella decía.
En ese instante, Pinkie Pie sintió el llamado de la fiesta y supo que Rarity tenía razón. Entonces todo su cuerpo empezó a temblar de impaciencia y emoción, y finalmente corrió hacia la puerta para entrar rápido.
"¡Tienes razón! ¡Nos vemos adentro!" Gritó Pinkie Pie preocupada, pensando en que su amiga tenía razón y que si la fiesta no estaba animada, solo faltaba una pony fiestera como ella para que todos empezaran a reír y disfrutar de la verdadera fiesta más grande del reino.
"Vaya… Pinkie estaba muy apurada." Dijo Fluttershy un poco asombrada al ver que Pinkie había corrido para entrar rápido al castillo, al igual que Dusk.
"¿Y quién no estaría apurada? Yo también lo estaría, en especial en tu situación, querida." Dijo Rarity, esta vez acercándose a Fluttershy y fingiendo desinterés.
"¿Mi situación?" Preguntó Fluttershy confundida.
"Claro. Tú dijiste que querías aprovechar para ver los jardines del castillo que se abren solo para esta gran ocasión, y así ver a los lindos animalitos que ahí viven." Dijo Rarity con una falsa mirada pensativa. "Pero si quieres disfrutar de los animalitos, debes ir pronto, antes que los jardines se llenen de ponies y que los animalitos se asusten con tanto ruido…"
Al escuchar aquello, Fluttershy abrió grande sus ojos, dándose cuenta que su amiga tenía razón.
"¡Lo lamento! ¡Creo que yo también me adelantaré!" Dijo Fluttershy rápidamente, siendo esta vez ella quien se apresuraba para saltarse la fila y entrar rápidamente al castillo antes que los jardines se llenaran de ponies.
"Quizás deberíamos todos hacer lo mismo y saltarnos la fila para entrar rápido." Dijo Rainbow Dash un poco molesta, viendo que tres de sus amigos ya se le habían adelantado para entrar, y a ella no le gustaba estar detrás de nadie.
"Debemos respetar la fila, querida." Dijo Rarity sonriendo. "No es como si fuéramos invitados VIP, a diferencia de los grandiosos Wonderbolts, que ya deben estar compartiendo en el sector VIP de la fiesta."
"¿¡Cómo sabes eso!?" Preguntó Rainbow Dash curiosa y emocionada al escuchar hablar de los Wonderbolts.
"Bueno, es algo que escuché de mis clientes a quienes les fabrico sus vestidos para la Gala." Dijo Rarity pensativa, mirando de reojo a Rainbow Dash y sonriendo traviesamente. "Los Wonderbolts siempre están muy ocupados, así que ellos hacen su espectáculo aéreo en medio de la fiesta y luego se retiran, ya que tienen una agenda muy ocupada."
No fue necesario que Rarity dijera nada más. Al escuchar que Los Wonderbolts ya estaban adentro y que podrían irse en cualquier momento, Rainbow Dash sabía que no podía desperdiciar su oportunidad y rápidamente voló para saltarse la fila y entrar también al castillo.
Finalmente quedaron solo dos yeguas de los seis que habían empezado en el grupo, y Rarity miró a la última rival que le quedaba a la vista por deshacerse.
"Sé que estás planeando algo, ¡Así que no me moveré de aquí!" Dijo Applejack cruzando sus cascos y mirando fijamente a su amiga unicornio.
"¿De qué estás hablando? ¿Por qué querría quedarme sola? Solo quiero que vayan y disfruten de su noche soñada." Respondió Rarity con una gran sonrisa.
"Bueno, entonces no te molestará que me quede junto a ti y entremos juntas a la fiesta." Dijo Applejack mirando sospechosamente a su amiga, pues sabía que Rarity tramaba algo, pero no sabía qué.
"Eh, disculpe. ¿Usted es la señorita Rarity?" Preguntó repentinamente un joven potro vestido con atuendo de mensajero.
"Así es." Respondió Rarity sonriendo, fingiendo sorpresa.
"Su paquete llegó sin problemas. Se encuentra en el sector de los carruajes, ya que no nos permiten traer paquetes hasta las puertas del castillo." Dijo el mensajero, sacando una carta y una pluma. "Por favor, firme aquí."
Mientras Rarity firmaba, Applejack la miraba muy confundida.
"¿Un paquete? ¿Qué pediste que te trajeran hasta aquí?" Preguntó Applejack con recelo.
"No es para mí, es una sorpresa para ti, querida." Dijo Rarity sonriendo, ante la sorpresa de Applejack. "Hoy en la mañana hablé con la abuela Smith para que preparara algunas muestras de sus deliciosos dulces de manzana, y le pedí a Spike que enviara el encargo en el tren de la tarde. Así tú también podrás cumplir tu sueño y promocionar los productos de tu granja en la Gran Gala."
Al escuchar aquello, Applejack se quedó con su boca abierta por la sorpresa, ya que nunca se imaginó que esa era la razón por la que Rarity había estado tan temprano en su casa esa mañana.
"¿D-De verdad hiciste eso por mí?" Preguntó Applejack un poco emocionada.
"¡Pues claro! Para eso son las amigas." Dijo Rarity con una gran sonrisa.
Entonces Applejack se acercó y abrazó a Rarity.
"¡Gracias! Yo… no sabía si era correcto o no traer algunos productos de la granja, pero… si tú hiciste todo ese esfuerzo por mí, entonces no dudaré y cumpliré mi sueño." Dijo Applejack mientras abrazaba fuertemente a su amiga.
Tras eso, Applejack se dio media vuelta y siguió al mensajero que lo guiaría hasta el paquete que Rarity envió.
"Rarity, espérame aquí. No quiero que te adelantes sola." Dijo repentinamente Applejack, dándose la vuelta y mirando a su amiga, quien ahora se encontraba sola en la fila.
"¡Claro! Te esperaré, tú ve tranquila." Respondió Rarity con una gran sonrisa, mientras su amiga se daba la vuelta nuevamente y continuaba su camino hacia el sector de los carruajes.
Al perder de vista a Applejack, Rarity soltó su fachada, dejó de lado esa enorme sonrisa que había tenido, y comenzó a reírse siniestramente.
"Lo siento querida Applejack, pero no te esperaré, necesito entrar sola para tomar ventaja y acercarme a Dusk ahora que todas se fueron, juju…" Se rio Rarity maliciosamente, mostrando finalmente sus verdaderas intenciones.
Al ver que los ponies frente a ella finalmente entraban al castillo, Rarity arregló su melena y se dispuso a entrar al castillo, pensando que en la guerra y el amor, todo vale.
"Su invitación, por favor." Dijo el guardia del castillo cuando Rarity se disponía a pasar por las puertas.
"Por supuesto." Dijo Rarity sonriendo mientras buscaba su invitación en el bolsillo interior de su vestido. En ese instante la sonrisa de Rarity se fue esfumando lentamente mientras empezó a palparse todo el cuerpo buscando la invitación, que no aparecía por ningún lado.
"Si no tiene invitación, no puede entrar." Dijo el guardia seriamente, notando que Rarity no le entregaba nada.
"N-No… espere un segundo. E-Estoy segura que la tenía conmigo…" Dijo Rarity muy nerviosa, pensando en que estaba segura que ella había bajado del carruaje con su invitación. Entonces el recuerdo fugaz del abrazo de Applejack cruzó por su mente, y el rostro de Rarity se desfiguró de ira al descubrir lo que había sucedido. "¡APPLEJACK!"
No lejos de ahí, camino al sector de los carruajes, se encontraba Applejack caminando sonriente, con una invitación extra en su vestido.
"Sé que planeas algo Rarity, así que no entrarás hasta que yo entre al castillo contigo." Se rio Applejack mientras caminaba, pensando, al igual que su amiga unicornio, que en la guerra y el amor, todo vale.
Luego de haberse separado de sus amigas, Dusk había entrado rápidamente al castillo e inmediatamente se había dirigido hacia donde estaba la princesa Celestia, ignorando por completo a los elegantes ponies formados en fila que esperaban saludar a la princesa antes que él, y que lo miraron con desdén al ver que se saltaba la fila.
"¡Princesa!" Dijo Dusk muy feliz al llegar finalmente al lado de su maestra.
Al ver que su querido alumno finalmente había llegado, el rostro de Celestia se iluminó por un segundo, pero inmediatamente se dio cuenta que no podía mostrar su afecto por Dusk frente a tantos ponies presentes, así que ella rápidamente volvió a su sonrisa de póquer y lo saludo de igual forma a como saludaba a todos los que llegaban.
"Dusk Shine, es un placer que hayas podido asistir." Dijo Celestia con solemnidad.
Al darse cuenta que su maestra debía actuar con la mayor dignidad posible frente a los demás ponies, Dusk hizo una reverencia y también adoptó la misma actitud.
"Es un placer volver a verla, princesa." Dijo Dusk con mucho respeto.
Entonces ambos ponies se quedaron viendo mutuamente, mientras sus ojos brillaban y ambos sabían que aunque no lo pudieran expresar con palabras, ambos se alegraban mucho de volver a estar juntos.
"¡Ahem!" Tosió una pareja de ponies molesta, luego que Dusk estuviera interrumpiendo el saludo protocolar de la princesa que todos esperaban realizar.
"¡Oh! Lo siento." Dijo rápidamente Dusk, saliéndose de enfrente y suspirando con tristeza al ver la larga fila de ponies que venían a saludar a la princesa, por lo que tendría que esperar mucho antes de poder conversar a solas con su maestra.
Al ver a Dusk tan decaído, Celestia no pudo evitar sentir pena por su querido Dusk, y contra lo que se esperaba de ella, decidió salirse un poco del protocolo.
"Querido Dusk, si gustas podrías quedarte a mi lado mientras termino mis saludos." Dijo la princesa con una gran sonrisa. "Así podrás actualizarme sobre como van tus estudios." Agregó rápidamente la princesa, para que esos ponies snobs de Canterlot no pensaran que era por algo personal.
Al escuchar aquello, Dusk puso una gran sonrisa y se paró orgulloso al lado de su maestra, mientras esta seguía saludando a los ponies, solo que esta vez, también introducía a Dusk Shine, como su estudiante personal. Aquello era algo que Dusk sabía que estaba fuera de protocolo, y por lo mismo se sintió muy feliz ya que era una forma en que la princesa les decía indirectamente a todos que Dusk era importante para ella.
Así fue como Celestia y Dusk Shine siguieron saludando a todos los ponies que entraban a la Gala, y con la gran memoria de Celestia, la princesa saludaba a todos por su nombre y título, lo que hacía muy felices a quienes esperaban ese saludo de la regente del reino. Y lo mejor de todo era que ya que los ponies debían subir escaleras antes de saludarlos, aquello les daba a Celestia y Dusk unos pocos segundos entre un pony y otro para que pudieran conversar entre ellos.
"¿Así que debes saludar a todos los invitados uno por uno? ¿Cuántos invitados son?" Pregunto Dusk luego de saludar a una pareja de ponies muy elegantes, que saludaron a la princesa con una gran sonrisa, y a Dusk Shine con una sonrisa más forzada.
"Normalmente siempre hay cerca de 500 invitados." Respondió Celestia, solo mirando de reojo a Dusk, ya que la siguiente pareja ya se acercaba para saludarla.
Mientras la nueva pareja saludaba a la princesa, Dusk no pudo evitar preocuparse al darse cuenta que con tal cantidad de invitados, la princesa pasaría casi toda la noche saludando a los invitados. Entonces Dusk calculó rápidamente, pensando en los invitados que ya habían entrado y el poco tiempo que tenían para conversar entre cada saludo, y calculó que finalmente solo podría conversar con la princesa cerca de treinta minutos, siendo interrumpido siempre cada 5 segundos, lo que decepcionó mucho a Dusk.
"Quizás alguien podría reemplazar a la princesa en el saludo protocolar…" Pensó Dusk, buscando alguna forma de conversar más tiempo con su maestra. Y entonces recordó a alguien muy importante, a alguien que por alguna razón también quería ver con muchas ganas esa noche.
"P-Por cierto… ¿Dónde está la Princesa Luna?" Preguntó Dusk, por alguna razón sonrojándose un poco.
Luego de saludar a la pareja de ponies que tenía frente ella, Celestia miró a Dusk atentamente mientras levantaba una ceja.
"Es curioso que preguntes por Luna. Ella también parecía interesada en saber a qué hora llegarías." Dijo Celestia con curiosidad. "Ella dijo que quizás bajaría más tarde, pero por alguna razón parecía estar muy nerviosa."
Al escuchar aquello, Dusk bajó su cabeza con decepción.
"Esto parece confirmarlo… Tal parece que la Princesa Luna no quiere volver a verme." Pensó Dusk con tristeza, sintiendo que de verdad tenía muchas ganas de ver a la princesa de la noche, y en especial, hablar sobre lo sucedido al final del último sueño en que se habían visto.
Por su parte, Celestia siguió mirando de reojo a Dusk mientras recordaba la charla con su hermana antes de la Gran Gala…
"Dusk Shine siempre es puntual. Seguramente será de los primeros en llegar a la Gran Gala." Había respondido Celestia cuando Luna le había preguntado sobre Dusk.
Al escuchar esa respuesta, Luna se había mordido el labio y había corrido a verse al espejo.
"Yo… quiero verlo… ¡Pero no debo! ¡Debo priorizar mis deberes reales!" Susurró Luna mientras se miraba al espejo, muy disgustada al pensar que ella seguía sin poder obtener su verdadera forma en el mundo real, solo su melena había cambiado parcialmente. "¡Sweet Caramel! ¡Necesito ver mis vestidos de gala!" Gritó Luna nerviosa.
Al instante, la mayordomo de Luna entró a la habitación y sacó varios vestidos del armario, los cuales Luna levitó mientras posaba frente al espejo.
"¿¡Qué estoy haciendo!? ¡No! ¡No debería verlo!" Gritó Luna frustrada, dándose la vuelta y dejando caer con fuerza su cabeza sobre su cama. "No puedo ir hermana… Quizás baje un rato cuando la Gala esté por terminar…"
"Me pregunto porque Luna estaba tan nerviosa… ¿Aún seguirá pensando que no puede aparecer en público hasta que recupere todos sus poderes?" Pensó Celestia, volviendo a la realidad luego de recordar esa situación con su hermana.
Para todos en el palacio, ya era obvio saber que la princesa Luna estaba enamorada, luego de verla actuar como una potrilla enamorada por primera vez. Pero para Celestia, que todo lo sabía en su gran reino, el enamoramiento de su hermana seguía pasando desapercibido, siendo la única en el castillo que no sabía la verdad ni se la podía imaginar por alguna razón.
"Parece que Luna y tú se han visto mucho últimamente." Dijo Celestia mirando a Dusk mientras este abría grande sus ojos y se sonrojaba. "Me hace muy feliz que tú y Luna se vuelvan tan cercanos. Luna necesita de buenos amigos." Agregó Celestia sonriendo.
"Sí… amigos, jeje…" Murmuró Dusk sonrojado, recordando el beso que Luna le había dado antes de despedirse. "Quizás-"
"¡Ahem!" Volvió a toser un pony al ver que Dusk nuevamente captaba demasiado la atención de la princesa, haciendo que la fila del saludo protocolar se retrasara. Entonces Dusk cerró su boca y continuó saludando junto a la princesa, sintiéndose cada vez más incómodo al darse cuenta que si seguía así, no podría ni conversar a solas con la princesa, ni podría siquiera volver a pasar un rato agradable con sus amigas.
Mientras Celestia volvía a saludar a otra nueva pareja de ponies que llegaban, ella no pudo evitar mirar de reojo a Dusk nuevamente y notar que ahora él parecía más desmotivado que antes. Entonces Celestia se puso a pensar en qué podría hacer para alegrar a su querido estudiante, hasta que una perversa idea le hizo sonreír.
"Querido Dusk, ¿Podrías seguir tú solo con el saludo protocolar mientras voy al baño un segundo?" Preguntó Celestia acercándose al oído de Dusk y poniendo una gran sonrisa.
"¿Eh?" Dijo Dusk sorprendido ante la petición de la princesa, quien además no esperó a escuchar su respuesta, ya que simplemente se retiró mientras Dusk se la quedaba viendo.
"Se siente nostálgico… hace mucho que no veía sonreír así a la princesa. Ella solo sonreía así de feliz después de…" Pensó Dusk sonriendo, pero entonces su sonrisa se esfumó al darse cuenta de la verdad. "¡Ella solo sonríe así luego de hacerme una broma! Ella… ¡Ella no volverá!" Pensó Dusk aterrado, dándose cuenta muy tarde de la verdad.
Dusk inmediatamente se dispuso a ir tras la princesa, pero por tercera vez en la noche una pareja de ponies se paró frente a él y tosieron para hacerse notar al ver que nadie los saludaba.
"¿Dónde está la princesa Celestia?" Preguntó una yegua con una nariz muy respingada, viendo con algo de disgusto a Dusk Shine.
"Eh… L-La princesa tuvo un asunto que atender… Dijo que volvería pronto. Mientras tanto… yo les daré la bienvenida a la Gran Gala." Dijo Dusk con una nerviosa sonrisa.
Al escuchar aquello, la pareja de ponies elegantes solo desviaron la mirada con disgusto y se retiraron. Luego que se retiraron, Dusk se secó el sudor por lo nervioso que estaba, pero inmediatamente otra pareja de ponies se paró frente a él, lo que lo obligó a pararse elegantemente de nuevo.
"¿Dónde está la princesa Celestia?" Preguntó la nueva pareja de invitados, lo que hizo que Dusk suspirara resignado, sabiendo que ahora tendría que ocupar el lugar de la princesa y saludar a todo el mundo, y que todos le harían la misma pregunta. Sin embargo, pese a que tendría un nuevo e inesperado trabajo en esa fiesta, Dusk no pudo evitar sonreír un poco al sentirse nostálgico y recordar que hacía mucho que la princesa y él no se jugaban bromas como esas.
"Nada mejor para levantar el ánimo que una pequeña broma." Pensó Celestia mientras sonreía y se alegraba de encontrar un repuesto para su labor real, lo que le daría la oportunidad de disfrutar un poco de la fiesta antes de volver con Dusk.
Luego de entrar al castillo, a Fluttershy le había costado un poco llegar hasta los jardines reales, ya que dentro del castillo había una gran cantidad de ponies, todos disfrutando de los bocadillos y conversando en los grandes pasillos, lo que hacía un poco dificultoso moverse. Sin embargo, finalmente Fluttershy había llegado a una parte del castillo que tenía mucho menos ponies alrededor, que era justamente la puerta que daba al gran jardín real.
Una vez llegó allí, Fluttershy se sorprendió al ver el enorme y bello jardín bañado solamente por la luz de la luna, con árboles y arbustos muy bien cuidados, todos con las bellas flores de la primavera brotando de sus ramas. Entonces Fluttershy puso una gran sonrisa, pensando que aquel bello jardín era incluso más hermoso de lo que se había imaginado, sin embargo, faltaba un gran detalle para que todo se ajustara a lo que su imaginación le había presentado.
"Que extraño… No parece haber ningún animalito cerca." Murmuró Fluttershy un poco preocupada, pues era de todos conocidos que los jardines reales tenían a los animales más bellos de Equestria, sin embargo, no se veía ni siquiera un ave volar, ni sonido alguno alrededor, solo el sonido del agua fluyendo de la fuente principal.
Pensando en que los animalitos podían querer estar más alejados del bullicio del castillo, Fluttershy se internó más en el enorme jardín. Así fue como buscó entre las copas de los árboles y adentró su cabeza en varios arbustos, buscando señales de vida, encontrando rastros de pelo y plumas de animales, pero aparte de eso, no pudo encontrar a ningún animalito.
"Sé que están aquí… Por favor, no tengan miedo." Dijo Fluttershy hablando con su dulce voz mientras miraba a su alrededor.
En ese instante, una pequeña ardilla y una especie de mono pequeño, asomaron sus cabezas temerosamente desde un lejano arbusto, mirando a Fluttershy con mucha cautela.
"¿¡Esa es una ardilla roja y un mono araña!?" Dijo Fluttershy muy emocionada al reconocer a esos dos animalitos que normalmente no veía en su bosque. Entonces ella corrió velozmente hacia donde esos dos animales estaban, pero al hacerlo, la ardilla y el mono inmediatamente se asustaron y corrieron para ocultarse en otro lado. "¡No! Por favor, no se vayan." Dijo Fluttershy triste.
Mientras Fluttershy fruncía su labio con decepción, levantó su vista y vio hacia donde había estado antes de correr, donde pudo ver que en la copa de los árboles se asomaron las cabezas de un tucán y un búho moteado. Entonces ella volvió a levantar su casco para decir algo que evitara que esas aves huyera, pero antes siquiera que dijera una palabra, ambas aves volaron asustadas para esconderse nuevamente en otro árbol.
"Cielos… y pensé que yo era tímida…" Susurró Fluttershy triste al ver lo tímido que eran los animalitos.
En ese instante ella escuchó un bello silbido de ave, un silbido que no pudo identificar específicamente de qué ave podía tratarse, pero aquello la emocionó aún más, así que ella rápidamente se dirigió a dónde provenía el silbido, pero al estar más cerca del sonido, Fluttershy comenzó a caminar lenta y sigilosamente, para que esta vez el ave no huyera.
"Quizás deba atrapar al ave antes que huya, para así mostrarle que puedo ser su amiga y que no le haré daño." Pensó Fluttershy una vez se localizó detrás del arbusto de donde provenía el silbido. Entonces ella decidió arriesgarse y saltó a través del arbusto para atrapar con sus cascos al ave cantora.
"¡Te tengo!" Gritó Fluttershy feliz al sentir que había atrapado algo. Sin embargo su felicidad no duró mucho, ya que al abrir sus ojos vio con decepción que lo que había atrapado realmente entre sus cascos era el hocico de un pony.
"Tranquila señorita. Si no quiere que silbe más, solo tiene que decirlo." Dijo el pony con sus labios apretados por los cascos de Fluttershy. Este pony era el jardinero del lugar, un potro bastante mayor que vestía con su indumentaria de trabajo.
"Y-Yo lo siento." Dijo rápidamente Fluttershy roja de vergüenza, soltando la boca del jardinero.
Mientras Fluttershy bajaba su cabeza avergonzada, se sorprendió al ver de reojo que varios animalitos se asomaban en los arbustos para verla, pero en cuanto notaron que ella los veía, rápidamente volvieron a esconderse.
"Esto no es como lo imaginaba…" Pensó Fluttershy con tristeza.
Mientras eso ocurría en el jardín real, en el salón de baile, Pinkie Pie se encontraba en pleno centro, mirando hacia todos lados como si estuviera buscando algo.
"Muchos ponies, mucha comida, luces y música, todo perfecto, pero… ¿¡Dónde está la diversión!?" Pensó Pinkie Pie confundida, al ver los rostros de los ponies que allí estaban, todos finamente vestidos, conversando escuetamente entre ellos, pero no habían risas ni baile, ni nada de lo que Pinkie Pie sabía que una fiesta debía tener.
"Rarity tenía razón… ¡Falta alguien que anime esta fiesta!" Dijo Pinkie Pie con una enorme sonrisa.
Entonces Pinkie Pie subió sobre una mesa y empezó a cantar en voz alta mientras bailaba, cantando una canción del corazón como siempre hacía en su querida Ponyville, cantando sobre lo que sentía en ese momento para compartir sus sentimientos con los demás ponies y que todos se unieran en un gran y divertido canto.
"~ Aquí estoy en la Gran Gala ~ De las fiestas la mejor ~ Y si aún no están bailando, ¡Es porque aún faltaba yo! ~ Soy Pinkie, la fiestera ~ ¡Vamos pronto a jugar! ~ Acérquense ya todos, ¡La diversión comienza ya! ~" Cantó Pinkie Pie mientras saltaba y bailaba alocadamente como siempre lo hacía.
Luego de cantar esa estrofa, Pinkie Pie sonrió y abrió grande los ojos para ver a su alrededor, pero a diferencia de lo que esperaba, como siempre pasaba en el pueblo, en donde los ponies inmediatamente la acompañaban a bailar y cantar, los ponies de la Gran Gala seguían estáticos en sus lugares, lo único que había cambiado era que ahora todos había dejado de conversar y ahora la veían con miradas de confusión, e incluso, de desagrado.
"¿P-Por qué nadie está cantando?" Dijo Pinkie Pie confundida, pues aquello era algo nuevo para ella, el sentimiento de sentirse rechazada, algo que comenzó a hacerla sentir incómoda.
"~ Acérquense ya todos, ¡La diversión comienza ya! ~" Pinkie Pie volvió a cantar la última estrofa, repitiendo el mismo baile, solo que esta vez se acercó a una mesa en donde había una joven pareja de unicornios, y les estiró un casco para invitarlos a bailar, mientras mantenía una nerviosa sonrisa.
Al ver como esa extraña pony rosa los miraba y los invitaba a bailar con ella, ambos unicornios se miraron entre sí y se taparon sus bocas mientras estallaban en risa.
"¡Sí! ¡Eso es!" Dijo Pinkie Pie muy feliz al ver que finalmente algunos ponies empezaban a sonreír.
"¡Qué ridícula!" Dijo la yegua unicornio retirándose de allí, y mirando con disgusto a Pinkie Pie mientras lo hacía, mostrando que en realidad no se estaba riendo porque algo le pareciera gracioso, sino para burlarse de aquella pony tan vulgar que habían invitado a la Gran Gala.
"¿Eh?" Dijo Pinkie Pie abriendo con sorpresa su boca al darse cuenta de lo que pasaba, como si un balde de agua fría le hubiera caído repentinamente.
En ese instante todos los ponies snobs del lugar nuevamente comenzaron a conversar entre ellos, todos con un nuevo tema de conversación: aquella yegua tan poco refinada que los había distraído sin razón.
"Esto… no es como lo imaginaba…" Dijo Pinkie Pie lentamente, bajando su cabeza con tristeza.
"¡Ese baile fue muy divertido! ¿Te molestaría si conversamos un poco?" Dijo repentinamente una voz detrás de Pinkie, que hizo que la yegua rosa saltara de la sorpresa…
No muy lejos del salón de baile, en un largo y ancho pasillo del castillo, se encontraba Rainbow Dash, con su boca y ojos muy abiertos al ver que al final del pasillo, el cual conectaba a otro gran salón, se encontraban sus grandes ídolos, los pegasos más fantásticos de toda Equestria, los increíbles Wonderbolts.
Luego de estar un par de segundos en shock, Rainbow Dash levantó lentamente su casco y golpeó su propio rostro para despabilarse.
"Okay, tranquila… No es primera vez que los ves. Solo… debes ir y recordarles quién eres." Murmuró Rainbow Dash hablando sola, recordando la competencia en Cloudsdale y cómo, a pesar de haber conversado con los Wonderbolts aquella vez, ella se había tenido que ir para rescatar a Dusk de la nube en la que lo había dejado. "Ahora no hay nada que te impida tener una larga charla con ellos y mostrarles lo genial que eres."
Tras darse valor a sí misma, Rainbow Dash avanzó con seguridad hacia el salón al final del pasillo, sin embargo, cuando estaba a punto de dar su primer paso dentro del salón, un casco gris se interpuso en su camino y le impidió seguir avanzando. Luego de la sorpresa, Rainbow Dash miró hacia el dueño del casco, quien era un gran guardia unicornio de pelaje gris y armadura dorada, quien veía a Rainbow Dash con una seria mirada.
"Este es el salón VIP." Dijo el guardia sin quitar su casco del frente de Rainbow Dash.
"¡Oh! Bueno, supongo que entonces no hay problema en que pase. Fui invitada por la mismísima princesa después de todo." Dijo Rainbow Dash con una sonrisa llena de orgullo.
"¿Nombre?" Preguntó el guardia sin inmutarse, mientras levitaba una lista con su magia.
"¡Rainbow Dash!" Dijo Rainbow Dash con su característica sonrisa orgullosa. "La pegaso más veloz de Ponyville, que pronto se convertirá en-"
"No estás en la lista." Interrumpió rápidamente el guardia, haciendo que Rainbow Dash se quedara a medias con su grandiosa presentación.
"¡Oh, vamos! ¡Soy famosa!" Dijo Rainbow Dash molesta. "¿Nightmare Moon? ¿Los elementos de la armonía? ¿El elemento de la lealtad…?" Agregó Rainbow Dash alzando sus cascos sorprendida.
"Mmm… No, no me suena para nada." Respondió el guardia sin cambiar su gesto, pero esta vez moviéndose completamente frente a Rainbow Dash para impedirle por completo el paso. "Si no estás en la lista, no puedes entrar."
Al ver la seria mirada del guardia, Rainbow Dash lo miró muy molesta, luego ella vio detrás del guardia y pudo ver cómo, a solo unos pasos frente a ella, estaban los grandiosos Wonderbolts, tan cerca de ella que casi podía tocarlos, si no fuera por ese odioso guardia del castillo. Entonces Rainbow Dash frunció el ceño y se dijo a sí misma que ningún tonto guardia le impediría cumplir su sueño.
"¿Sabes por qué más soy famosa…?" Preguntó Rainbow Dash mirando de reojo al guardia. "¡Por ser la pegaso más veloz del mundo!" Agregó Rainbow Dash casi en un gritó, saltando, abriendo grande sus alas, y aleteando a toda velocidad para volar por sobre el guardia para escabullirse al salón VIP.
"¡Eso le enseñara!" Pensó Rainbow Dash con una sonrisa orgullosa mientras volaba a toda velocidad. Sin embargo, luego de unos segundos, ella abrió grande sus ojos al ver que a pesar de lo veloz que aleteaba, el salón VIP no parecía acercarse en lo más mínimo.
Al ver ese extraño fenómeno, solo entonces Rainbow Dash se percató que estaba rodeada por una tenue aura dorada, un aura que hacía que sin importar cuanto aleteara, ella se mantenía inmóvil en el aire sin avanzar. Entonces Rainbow Dash miró al guardia y vio que él era el causante.
"¿Y tú sabes por qué YO soy famoso?" Preguntó el guardia con una sonrisa burlona, mientras su magia unicornio hacía que Rainbow Dash aterrizara y siguiera sin poder entrar al salón VIP. "Soy famoso por detener a los intrusos que no conocen su lugar."
Al ver que la magia del guardia había sido más veloz que sus reflejos, Rainbow Dash apretó fuerte sus labios en frustración, luego se dio la vuelta y se fue refunfuñando mientras el guardia se reía y burlaba de ella.
"Tan cerca… y tan lejos…" Pensó Rainbow Dash frustrada, luego poniendo una mirada más triste. "Esto… esto no es como lo imaginaba…"
"¡Wooo!" Gritó repentinamente un pony mientras caía, arrojando una bandeja con varios bocadillos.
Al levantar su vista, Rainbow Dash vio como la bandeja con los bocadillos volaban por los aires, listos para caer y causar un desastre. Entonces, los agudos reflejos de Rainbow Dash hicieron que ella instintivamente saltara para tomar la bandeja, y volara velozmente para atrapar los bocadillos antes que cayeran al piso.
"¡Vaya! ¡Eso fue asombroso!" Dijo el pony que había tropezado, quien entonces se sorprendió más al ver quien estaba frente a él. "Espero un segundo… ¡Yo te conozco!"
Mientras aquel pony veía a Rainbow Dash, la pegaso celeste se mantenía sosteniendo la bandeja con los bocadillos, sin embargo casi la suelta ante la sorpresa de ver quién le estaba hablando…
Alejada del bullicio de la fiesta, pero viviendo una situación similar a la de la pegaso celeste, se encontraba Rarity, aún de pie frente a la gran puerta del castillo, sin siquiera poder ingresar aún a la Gran Gala.
"¿¡Cómo que no sabes que soy la portadora de un elemento de la armonía!?" Dijo Rarity extremadamente frustrada, gritando frente a la cara del guardia que le impedía el acceso al castillo.
"Sé de los elementos de la armonía, pero no sé nada de yeguas portadoras o algo por el estilo." Respondió el guardia sin siquiera mirar a Rarity. "Pero eso no importa. Sin invitación, no entras, no importa quién seas, ¡Esa es la regla!"
Rarity cerró fuerte sus labios, sintiendo que quería llorar y gritar de impotencia. Ella ya llevaba mucho tiempo esperando a que Applejack volviera, pero por más que esperó, su amiga nunca volvió. Y lo peor era que ya casi todos los invitados habían entrado, por lo que en las puertas del castillo solo quedan Rarity y ese terco guardia.
Viendo cómo los demás invitados entraban y disfrutaban de la fiesta más elegante del año sin su presencia, Rarity había intentado de todo para poder entrar sin ser vista, incluso había llegado al extremo de ocultarse bajo la enorme falda de una pomposa yegua que había entrado, pero el guardia siempre la había descubierto y le había impedido el paso.
"¡Por favor! Si solo me dejaras hablar con Dusk Shine. ¡Mira! ¡Está ahí mismo! Él es el estudiante de la princesa Celestia, ¡Él te dirá que yo sí fui invitada!" Gritó Rarity frustrada apuntando hacia adentro del castillo, en donde ella alcanzaba a ver a Dusk, quien parecía estar saludando a todos los invitados que entraban, sin embargo, aquella fila de invitados era tan larga, y el bullicio adentro era tal, que por más señales y gritos que hizo Rarity desde la puerta, Dusk no alcanzó a verla ni oirla.
"¡Ya se lo dije muchas veces, señorita! ¡Sin invitación, no puede entrar!" Dijo el guardia más enojado, mirando molesto a la unicornio blanca, quien seguía insistiendo y acababa con su paciencia.
Al ver que el guardia se había molestado, Rarity se asustó un poco y bajó su cabeza con tristeza. Luego se dio media vuelta y se alejó de la puerta.
"¡Tonta Applejack! Yo solo quería distraer a las demás mientras me acercaba a Dusk, ¡Pero no puedo creer que Applejack haya hecho algo tan bajo como dejarme fuera de la Gran Gala!" Pensó Rarity con una mezcla de enojo, tristeza y frustración, golpeando varias veces el suelo con sus bellas zapatillas de cristal. Entonces ella tomó un segundo para respirar y calmarse, y así pensar con más claridad. "No, Applejack jamás haría algo así. Quizás algo malo pasó que la demoró, eso es todo. Yo… debo tener fe en mi amiga." Pensó Rarity mientras estaba indecisa en si ir a buscar a su amiga, ya que si ella iba a buscarla y Applejack justo volvía, jamás se encontrarían.
"¡Oh, qué hermoso vestido!" Dijo repentinamente una yegua de edad al pasar por el lado de Rarity, quien iba vestida elegantemente, acompañado de su pareja, también un potro de edad.
Al escuchar aquel halago de quien parecía ser una yegua muy refinada y distinguida, Rarity rápidamente levantó su cabeza y puso una sonrisa para aparentar tranquilidad a pesar de lo mal que se sentía realmente.
"¡M-Muchas gracias! ¡Es uno de mis propios diseños!" Dijo Rarity sonriendo, respondiendo con orgullo mientras hacía una pequeña pose.
"¡Es divino! ¿Te importaría si seguimos conversando de tu bello vestido dentro del castillo?" Agregó la yegua elegante, sonriendo mientras su pareja le indicaba que entraran pronto al castillo.
"Eh… yo…" Respondió Rarity muy nerviosa, mirando de reojo al guardia, quien pareció escuchar aquella charla y miró molesto a Rarity, mostrándole con la mirada que más le valía no volverse a acercar si no tenía invitación. "Yo… lo siento, pero perdí mi invitación…" Agregó Rarity con una triste sonrisa.
"Oh… Lo lamento." Dijo la yegua elegante, cambiando drásticamente su mirada, dándole a Rarity una mirada de desprecio antes de quitarle la vista de encima. "Esta fiesta es solo para la elite de Equestria. No cualquiera puede ser invitada. Aunque alguien intente parecer de alta alcurnia, la elegancia se lleva en la sangre, no en la ropa, juju." Se burló la yegua antes de seguir su camino y entrar al castillo.
Luego de aquellas crueles palabras y de quedar sola nuevamente, Rarity apretó fuerte sus labios y de nuevo golpeó el suelo fuertemente con uno de sus cascos para sacar la frustración que sentía. Sin embargo, mientras lo hacía, repentinamente a la zapatilla de cristal con la que golpeaba el suelo se le quebró el tacón, haciendo que Rarity perdiera el equilibrio y cayera al suelo.
Una vez en el suelo, Rarity se quedó inmóvil, sintiendo que ya no podía soportar más su frustración, y unas lágrimas comenzaron a caer por sus mejillas.
"Esto no es cómo lo había imaginado…" Susurró Rarity tristemente, intentando en vano contener sus lágrimas.
"Por favor, no llores." Dijo repentinamente la tierna voz de alguien que se había acercado a ella, lo que hizo que Rarity levantara su cabeza y se sorprendiera al ver quién le hablaba…
Varios minutos antes de que aquello pasara en la puerta del castillo, en otro lejano lado de las afueras del castillo, Applejack finalmente había llegado al sector de los carruajes junto al mensajero que había contratado Rarity. Allí, él le había entregado una enorme maleta que Applejack bien reconocía como aquella que usaban en su familia cuando querían instalar un pequeño puesto para vender sus productos, y por el peso de la maleta, Applejack pudo adivinar que la abuela había preparado muchos dulces de manzana para vender en esa especial ocasión.
"¡Hey, Applejack! ¿Qué haces aquí?" Saludo repentinamente Thunderlane al ver a Applejack allí, quien había decidido quedarse un rato en ese sector junto con los demás potros que habían tirado del carruaje de Ponyville, todos conversando coquetamente con algunas yeguas que pasaban por allí.
Al ver a los cuatro potros reunidos, Applejack decidió probar algo antes de entrar al castillo, y amablemente les ofreció gratis unos rollos de manzana que llevaba en su gran maleta. Al probar los dulces rollos de manzana, los cuatro potros pusieron grandes sonrisas al probar aquellas delicias.
"¡Hmm! Sería el potro más feliz del mundo si pudiera comer estos dulces todos los días." Dijo Lucky Clover mientras sus amigos asentían ante aquello.
"¡Bien! ¡Esa era la prueba que necesitaba! ¡A todos en la fiesta les gustarán los dulces de manzana de mi familia!" Pensó Applejack llena de confianza, mientras comenzaba a arrastrar la pesada maleta con sus productos para ir de vuelta con Rarity.
"Applejack, si quieres entrar más rápido al castillo, deberías entrar por la puerta de servicio." Dijo Bulk Biceps mientras terminaba de comer su rollo de manzana y le apuntaba a Applejack hacia una puerta que quedaba al lado del sector de carruajes. "Creo que si entras por ahí, evitarás dar tan grande rodeo hasta la puerta principal."
Al ver la puerta de servicio, Applejack dudo un segundo, dado que debía volver a la puerta principal para entrar con Rarity, sin embargo la maleta era muy pesada, y tal como decía Bulk Biceps, si entraba por esa puerta, podría atravesar directamente los pasillos del castillo y así llegar más rápido a la puerta principal por dentro del castillo. Habiendo tomado esa decisión, Applejack se despidió de los potros y entró por la puerta de servicio, en donde otro guardia la miró con extrañeza, dado que a todos los ponies elegantes les gustaba mostrarse frente a todos entrando por la gran puerta principal, pero a aquella yegua naranja parecía no importarle aquello, y lo más importante, tenía su invitación, así que no hubo impedimento para que entrara.
Así habían pasado los minutos, y para terror de Applejack, ella seguía sin poder llegar a la puerta principal.
"¡Rarity me va a matar!" Pensó Applejack asustada al imaginarse a su amiga unicornio furiosa.
Para Applejack, una yegua de campo que estaba acostumbrada a trabajar al aire libre y a vivir en un pequeño pueblo, era impresionante caminar por un lugar tan enorme como el castillo, lleno de pasillos y grandes salones. Y tan abrumador era aquello para la campirana Applejack, que había terminado perdiéndose entre tantos salones, y ya ni siquiera estaba segura donde estaba ni hacia donde quedaba la puerta principal, y por más que preguntaba a los ponies del lugar, parecía que todos la ignoraban solo al escuchar su particular acento de campo.
"No puedo seguir así… ¡Debo volver con Rarity!" Dijo Applejack frustrada mientras seguía tirando de su enorme maleta, y el sudor empezaba a aparecer en su cara.
Aquella maleta había permanecido cerrada pese a que Applejack había entrado hacía bastante al castillo y que, al desplegarse, sería más fácil de trasladar con unas ruedas internas que tenía. Aquello sucedió ya que mientras Applejack arrastraba su maleta por los grandes pasillos del castillo, vio como había decenas de mesas con miles de bocadillos elegantes, la mayoría tan elegantes que ella ni siquiera sabía qué eran. Y al ver aquellos finos bocadillos, toda la confianza que había tenido en los deliciosos dulces de manzana de su familia, se empezó a diluir lentamente, avergonzándose al pensar que un simple rollo de manzana siquiera pudiera competir con dulces preparados por la mismísima cocina real del palacio.
"Esto no es como lo imaginaba…" Pensó Applejack con tristeza, pensando que no solo había sido inútil traer sus dulces de manzana, sino que también por su culpa su amiga Rarity no podría entrar a la fiesta. Entonces Applejack sacudió su cabeza y decidió que al menos ella podía hacer algo para evitar aquello último.
Habiendo tomado la decisión de olvidar su sueño e ir en busca de su amiga, Applejack soltó su maleta y se dispuso a correr por los pasillos hasta encontrar la puerta principal. Sin embargo, ella no alcanzó a dar ni siquiera un paso, ya que al soltar su maleta, esta cayó al suelo y el golpe hizo que esta se abriera automáticamente, extendiéndose para obtener la forma del pequeño puesto de ventas de emergencia que tenía su familia, con una pequeña mesa con varias bandejas de rollos y pasteles de manzana.
Al ver extenderse sorpresivamente aquel pequeño puesto de manzanas, los ponies que estaban alrededor de Applejack miraron con extrañeza al puesto y a Applejack, que solo apretó fuerte sus dientes, sonrojándose de vergüenza.
"¿¡Qué es esto!?" Preguntó con disgusto un potro rechoncho finamente vestido al ver aquel simple puesto de manzanas frente a él, lo que hizo que Applejack se agachara tímidamente al sentirse observada y criticada por todos esos elegantes ponies que la rodeaban…
Hasta ese instante, los seis ponies de Ponyville pensaban que la esperada noche de la Gran Gala, había sido todo un fracaso, muy lejos de todo lo que habían esperado y soñado, incluso más, yendo de la peor forma posible que podían imaginar. Sin embargo, la noche solo empezaba, por lo que aún quedaban muchas emociones distintas por ocurrirles a aquellos seis amigos ponies.
# Fin del capítulo 53
**Nota del autor**
Por cierto, se me olvidó comentar en el último capítulo que dejé una encuesta abierta en mi pagina de deviant art para conocer conquién quieren ver a Dusk al final xD link: bit .ly/ 32ujsfi
Además, para este capítulo, quisiera plantearles otra pregunta:
Si Dusk Shine tuviera un hijo o hija, ¿Cómo se llamaría? Ustedes eligen con quién tendría ese hijo ;)
Pueden dejar su sugerencia en los comentarios :)
