T2 - Capítulo 5 – Una victoria amarga
Luego de haber sido cegado por la magia de Discord, Dusk se dio cuenta que nuevamente había sido teletransportado. Entonces miró hacia todas partes, pensando que nuevamente había sido teletransportado al castillo de Canterlot, sin embargo, ahora estaba en una zona al aire libre. Lo siguiente que Dusk supo, y que lo asustó, fue ver que solo él había sido teletransportado lejos del pueblo, ni Spike ni sus amigas estaban con él. Finalmente, Dusk recordó algo importante y tocó su cabeza, en donde comprobó que aún mantenía la corona con su elemento de la armonía. Luego vio hacia el suelo y vio que bajo sus cascos se encontraban los collares con los otros cinco elementos de la armonía.
Al ver que los elementos estaban a salvo, Dusk debió de sentirse aliviado, sin embargo, lo único que sintió Dusk fue culpa. Lo que hizo que él apretara fuerte sus dientes, y se sintiera abatido y desolado por lo que había hecho.
Momentos antes de ser teletransportado, Dusk había actuado puramente por instinto. Él había sentido que ya no tenía reserva mágica luego de haber activado dos veces seguidas los elementos de la armonía, por lo que cuando vio que Discord levantó su garra y se disponía a chasquear sus dedos, simplemente se rindió. Sin embargo, lo último que pensó su mente lógica antes de eso, fue en proteger los poderosos elementos de la armonía, y en ese fugaz instante Dusk usó la última chispa de magia que le quedaba, para tocar los elementos con su magia. Así fue como había logrado que Discord lo teletransportada inadvertidamente junto a los elementos de la armonía, pero… ¿¡A qué precio!?
"Yo… Salvé los elementos en vez de salvar a mis amigas…" Susurró Dusk asustado, lleno de frustración, cerrando fuerte sus ojos y soltando una pequeña lágrima.
La verdad era que su magia no hubiera sido suficiente para rodear el cuerpo de sus amigas para salvarlas, pero aún así, Dusk se culpó por inconscientemente haber tomado esa única y más lógica opción antes de que Discord lo alejase de Ponyville.
Luego de sacudir su cabeza, sabiendo que nada conseguiría culpándose en ese momento, Dusk volvió a levantar su vista, con una mirada llena de determinación. Miró nuevamente a su alrededor, hasta que finalmente pudo reconocer a lo lejos el pueblo Ponyville, o más bien, Caosville. Así Dusk pudo comprobar que Discord efectivamente lo había alejado del pueblo, pero afortunadamente no lo había teletransportado tan lejos como había temido.
Decidido a no esperar ni un segundo más para salvar a sus amigas, Dusk dio el primer paso para comenzar su carrera de vuelta a Ponyville, sin embargo, apenas dio ese primer paso, Dusk cayó al suelo, completamente exhausto y mareado.
"Esto… Esto es agotamiento mágico…" Pensó Dusk mareado, respirando agitadamente, sin ser capaz de moverse mientras se mantenía tirado en el suelo.
"Pensé que un unicornio de tu categoría sabría usar mejor su magia." Dijo repentinamente una voz femenina tras Dusk, una voz que él conocía muy bien.
"Sunset…" Murmuró Dusk inmóvil en el suelo, tan agotado que apenas podía hablar. Con su ceño fruncido al reconocer a su antigua amiga.
"Tranquilo. Te daré algo de magia para que puedas recuperarte más rápido." Respondió Sunset tranquilamente, parándose frente a Dusk y tocando el cuerno del potro con su propio cuerno. Luego ella iluminó su cuerno para traspasar algo de energía mágica.
Mientras Sunset cerraba sus ojos para concentrarse, levitó también los collares y la corona con los elementos de la armonía, y los guardó en la alforja de Dusk. Mientras eso ocurría, Dusk no pudo evitar mirar fijamente a Sunset con desconfianza, pese a que ella parecía estar ayudándolo.
"¿Qué haces aquí?" Preguntó Dusk, molesto mientras esperaba que su energía mágica se recuperara.
"Cuando desperté, vi que habías huido, y además descubrí que alguien se había llevado los elementos de la armonía. No fue difícil sumar dos más dos y adivinar lo que harías." Respondió Sunset tranquilamente, manteniendo sus ojos cerrados y su magia enfocada. "Ahora, ¿Podrías decirme qué sucedió?"
Ante la inocente pregunta de Sunset Shimmer, Dusk abrió su boca para responder, después de todo, él se lo debía dado que ella lo estaba ayudando en ese momento. Sin embargo, una súbita y terrible idea vino a la mente de Dusk, la que hizo que él entrecerrara sus ojos y mirara con recelo a la unicornio amarilla. Aquella idea era algo terrible, y sin embargo… no era descabellada. Conociendo la personalidad de Sunset, ¿Ella era capaz de atentar contra toda Equestria alterando de alguna forma los elementos de la armonía? Dusk bien sabía la respuesta a esa pregunta.
"Tú sabes lo que sucedió, ¿No es así?" Preguntó Dusk, sintiendo una mezcla de desconfianza e ira.
Tras la pregunta de Dusk, Sunset simplemente se quedó en silencio unos segundos. Luego ella alejó su cuerno y lo miró.
"Ya terminé de traspasarte parte de mi magia." Dijo Sunset con una mirada indiferente, ignorando la pregunta de Dusk. "Con esto ya podrás moverte y hacer hechizos básicos hasta que-"
"¡Responde a mi pregunta! ¿¡Tú sabes lo que pasó en Ponyville!? ¿¡Estuviste allí!? ¿¡Tú liberaste a Discord!?" Gritó Dusk poniéndose de pie, sintiendo que su ira iba en ascenso.
"Yo no estaba en Ponyville. Ya te lo dije, desperté esta mañana y vine aquí para buscarte. Seguramente Discord te teletransportó aquí porque tú eras parte del trato que hice con él." Respondió Sunset, molesta ante las preguntas de Dusk. Quien por su parte, la miró con más rabia al darse cuenta de algo. "Ya sé lo que estás pensando, ¿Cómo sé que Discord te teletransportó aquí? ¡Es obvió! ¿¡Quién más tiene el poder para dejarte agotado y sacarte del pueblo hasta aquí!? ¡Ya basta de culparme por todo! ¡Todo lo que hago es por nosotros dos!" Agregó Sunset, con una mezcla de enojo y tristeza.
Al ver esa mirada en Sunset, Dusk desvió molesto la mirada y cerró sus ojos con fuerza. Él no sabía si lo que decía Sunset era verdad o solo otro de sus trucos, él ya no podía confiar en ella. Por más que lo intentara, cada vez que Dusk intentaba confiar en Sunset, instantáneamente a su mente volvía el recuerdo de aquella vez que ella lo abandonó.
Finalmente Dusk desvió la mirada, sabiendo que había cosas más importantes que hacer. Miró decidido hacia Ponyville, y comenzó a caminar hacia allí.
"¿A dónde vas?" Preguntó Sunset confundida al ver que Dusk evitaba mirarla a la cara.
"Voy a rescatar a mis amigas." Respondió Dusk, continuando su caminata, sin apartar su mirada de Ponyville.
"No lo harás." Dijo repentinamente Sunset, usando su teletransportación para aparecer frente a Dusk y deteniéndolo en seco. Con una mirada igual de seria que la que tenía Dusk en ese momento.
Al ver que Sunset lo detenía, la ira de Dusk pareció subir a niveles nunca vistos. Y lo que fue la gota que rebalsó el vaso, fue ver esa fría mirada que Sunset tenía en ese momento. Una fría mirada que lo había atormentado durante toda su infancia.
En ese instante el cuerno de Dusk sacó chispas, y con una mirada llena de furia, Dusk se abalanzó sobre Sunset, haciéndola caer de espaldas. Al ver la mirada llena de ira, Sunset se quedó paralizada y asustada al ver una mirada que jamás pensó ver en Dusk.
"Esos ojos… ¡Los he visto antes!" Pensó Sunset, asustada por un instante al recordar algo de su pasado.
"¡Tú eres solo una yegua egoísta que jamás entenderá el valor de la amistad!" Gritó Dusk mirando fieramente a Sunset cara a cara, con sus ojos tan llenos de ira que por un instante parecieron brillar rojo en su interior. "Iré con mis amigas, y ni tú ni nadie me detendrá."
Tras decir eso, Dusk cerró fuerte sus ojos, y al abrirlos, seguía manteniendo una mirada enojada, pero esa fulminante ira explosiva, pareció calmarse momentáneamente. Él sabía que no había actuado bien, se suponía que él era un caballero, no podía abalanzarse y actuar violentamente como lo acababa de hacer. No importaba lo que Sunset le hubiera hecho a él o sus amigas, él no podía volverse así de violento ¡Él no era así! Solo una vez Dusk había sentido aquella sensación de pérdida de control, y también había sido producto de sentir que alguien había lastimado a sus amigas: cuando pensó que Hoity Toity había golpeado a Rarity... Al recordar aquello, hizo que a Dusk le comenzara a doler el estómago, al descubrir que la amistad podía estar cambiando su carácter pasivo y racional, de una forma más negativa de la que podía creer.
Finalmente Dusk se levantó para salir de encima de Sunset, y cerró sus ojos con una mirada de culpa y dolor, sintiendo que la frustración de no tener a sus amigas lo estaba descontrolando. Por su parte Sunset se quedó quieta donde estaba, con una expresión muy distinta a la que tenía Dusk en ese momento, respirando agitadamente luego del arrebato de Dusk.
"Yo… no soy una egoísta. Yo hice lo mismo que tú hiciste." Dijo finalmente Sunset, lentamente poniéndose de pie y mirando a Dusk con una triste mirada. "Yo hice un trato con Discord para que los dos estuviéramos a salvo, igual que tú desobedeciste a la princesa para salvar a tus amigas. Lo único que ambos queremos, es que nuestros amigos estén a salvo."
Ante las palabras de Sunset, Dusk bajó su mirada con tristeza, y luego miró a Sunset cara a cara, quién se mantenía viéndolo con una triste mirada. Dusk no sabía qué decirle a Sunset ni si debía creerle. ¿Ella de verdad lo seguía viendo como un amigo? ¿Su único amigo? ¿Ella había cambiado? ¿Ella decía la verdad? ¿O quizás era otro truco para manipularlo?
"Esas yeguas… ¿Son tan importantes para ti? ¿No podríamos simplemente irnos y disfrutar de nuestra amistad? ¡Son solo cinco yeguas sin nada especial! Podemos salvar a toda Equestria si dejamos que Discord se las quede." Dijo Sunset, mirando confundida y preocupada a Dusk.
Ante las palabras de Sunset, Dusk solo bajó su mirada y suspiró. Al parecer ya había expulsado toda su ira, y ya podía pensar con más calma. No importaba lo insensibles que parecieran las palabras de Sunset, ella simplemente no lo podía entender.
"No puedo. Quiero que ellas… vuelvan a ser las mismas yeguas amables y cariñosas de siempre. Y que mi pueblo sea el mismo de siempre. Que todo vuelva a la normalidad…" Respondió Dusk, volviendo a mirar a Sunset con una triste sonrisa. Aquello hizo que Sunset abriera grande sus ojos y luego los cerrara tranquilamente, como si hubiera tomado una decisión.
"Las cosas no son tan simples. La ley del intercambio equivalente dice que siempre hay que dar algo para recibir algo." Dijo Sunset, abriendo sus ojos y mirando fijamente a Dusk. "Dime Dusk… ¿Qué estás dispuesto a sacrificar con tal de salvar a tus amigas y a tu pueblo?" Agregó Sunset, comenzando a mover en su mente su siguiente pieza en el tablero de ajedrez, para su jugada final.
Las cosas seguían igual de alocadas en Caosville que la última vez que Dusk estuvo allí. Y bueno, no era de extrañar, ya que Dusk había estado solo unas cuantas horas fuera de aquel alocado pueblo. Lo único que parecía haber cambiado, era la cantidad de ponies que corrían por todo el pueblo, haciendo locuras debido a la magia caótica de Discord. Además, al parecer había llegado otro tren a la estación del pueblo, que mágicamente había desviado su trayecto y había aparecido allí en Caosville, por lo que ahora habían muchos más ponies que esperaban en la fila de los deseos de Discord, esperando que el poderoso draconequus les concediera un deseo, sin siquiera imaginarse que estaban vendiendo su alma para estar atrapados de por vida en aquel loco pueblo.
Con tantos ponies por los alrededores, no les fue difícil a Dusk y Sunset entrar en el pueblo sin ser vistos por Discord. Lo verdaderamente difícil ahora era encontrar a las amigas de Dusk. La vez anterior, Dusk había pasado todo el día buscando a sus amigas, y la tarea de sacarlas del trance de Discord no había sido muy fácil. Por lo que Dusk temía que tendría que hacer el mismo proceso y demorarse la misma cantidad de tiempo.
"¡Dusk!" Gritó repentinamente Spike, emocionado al ver que su hermano había vuelto. Sin embargo, al correr hacia Dusk, Spike se detuvo en seco al ver que su hermano estaba acompañado de Sunset Shimmer.
"¡Spike! ¿Estás bien? ¿La magia de Discord no te ha vuelto a hechizar?" Preguntó Dusk, aliviado de ver a su hermanito, pero preocupado de que estuviera nuevamente en un trance. Por lo que se acercó a él y lo inspeccionó detenidamente de lado a lado.
"Eh… No, estoy bien." Respondió Spike lentamente, mirando con total desconfianza a Sunset. Luego, al sentir que Dusk le abría los ojos para comprobar que no estuvieran grises, Spike finalmente dejó de ver a la yegua amarilla y se concentró en Dusk. "Solo te fuiste un par de horas, así que creo que la magia de Discord aún no me ha afectado. Pero las chicas… bueno, es mejor que lo veas tú mismo." Agregó Spike, mirando con preocupación a Dusk.
Siguiendo a Spike, Dusk y Sunset corrieron hasta acercarse al centro del pueblo, en dónde parecía estar la mayor concentración de ponies en trance afectados por la magia caótica de Discord. Allí, Dusk se tranquilizó al ver que todas sus amigas parecían estar juntas, lo cual era bueno, ya que no tendría que buscarlas por todo el pueblo como la vez anterior. Lo otro bueno, era que sus pelajes y melenas seguían con sus colores normales, aunque no así sus ojos, que parecían haberse vuelto grises nuevamente. Sin embargo, aquello era una buena noticia, ya que así Dusk comprendió que el trance de Discord aún no era tan intenso como antes, y que tenía una gran posibilidad de sacar a sus amigas del trance en el que estaban más fácilmente. Pero mientras Dusk pensaba eso y veía a sus amigas, se dio cuenta rápidamente que el trance en el que estaban era bastante distinto al que habían estado anteriormente.
En el centro de sus amigas estaba Rarity, vistiendo una larga capa morada, como si fuera una reina, usando su magia sobre todos los objetos que veía, haciéndolos más ostentosos, brillantes y coloridos, obsesionándose así con embellecer todo lo que estaba a su paso. En otro lado estaba Applejack, quien ya no vestía su característico sombrero, pero en su lugar, vestía una elegante corbata negra en su cuello, con una mirada de pocos amigos mientras sostenía un plano de Ponyville y hablaba sobre expandir la granja y expropiar terreno para formar una gran empresa vendedora de manzanas, como si siempre hubiera sido una pony de negocios. En otra parte estaba Pinkie Pie, con un aterrador maquillaje de payaso mal pintado sobre su cara, corriendo y lanzándoles pastelazos en la cara a todos quienes veía, burlándose de ellos, llevando las bromas de mal gusto a un nuevo nivel. Luego estaba Fluttershy, quien por alguna razón tenía enredaderas rodeando su cuerpo y melena, como si fuera un yegua que hubiera vivido toda su vida en la naturaleza; quien reía maniáticamente mientras comandaba a hordas de conejitos y pajaros que destrozasen todo lo que no era natural, como si ella fuera la autoproclamada guardiana de la naturaleza y quisiera acabar con la civilización. Y finalmente Rainbow Dash, que era la más difícil de ver, pero la que más llamaba la atención, ya que simplemente volaba a toda velocidad en círculos alrededor del pueblo, y de cuando en cuando volaba tan fuerte y tan cerca del pueblo que hacía pequeñas explosiones sónicas que arrasaban todo a su paso.
Para Dusk no fue difícil entender que esta vez sus amigas no habían caído en un trance que fuera influido por una mentira, o que hubiera afectado sus almas para hacer que fueran en contra de sus valores más representativos. Ahora era todo lo contrario, el trance en el que estaban parecía haber incrementado sus talentos y gustos hasta un nivel ridículo, en el que no les importaba cómo afectaban a los demás al exagerar en sus gustos. Teniendo así a una Pinkie Pie demasiado bromista, a una Fluttershy demasiado amante del bosque, a una Rarity loca por la belleza, a una Applejack cegada por su negocio de manzanas, y a una Rainbow Dash cien por ciento enfocada en volar y ser veloz.
"Ya les intenté hablar, pero ninguna me escuchó." Dijo Spike, preocupado al ver que Dusk se había quedado atónico viendo estos nuevos comportamientos de sus amigas, llevados al extremo.
"Discord se aseguró que ellas cinco fueran las más afectadas por su magia del caos… Me di cuenta de eso la primera vez que las saqué de su trance." Dijo Dusk, con una mirada preocupada mientras intentaba pensar en un plan. "Sus pelajes aún no están grises. Significa que deberíamos poder sacarlas de su trance más fácilmente. El verdadero problema es… ¿Cómo hacerlo…?"
"¿A qué te refieres? Solo haz lo mismo que hiciste la última vez." Dijo Spike confundido.
"No quisiera tener que usar magia en sus mentes otra vez, es peligroso. Además, no creo que funcione… La última vez Discord las engañó con una ilusión, y yo solo tuve que activar sus recuerdos para que recordaran su verdadera esencia, ya que la magia de Discord las hacía actuar totalmente opuestas a cómo normalmente eran." Dijo Dusk con una mirada pensativa. "Sin embargo, ahora no es cómo si ellas estuvieran actuando en contra de su propia esencia. Ahora ellas actúan siguiendo sus propios gustos e intereses, solo que están exagerándolos… ¡No hay una ilusión que romper!"
"Hmm… Si no tienes un plan, tengo una idea." Dijo Sunset repentinamente, quien también había puesto una mirada pensativa, llegando a la misma conclusión que Dusk luego de ver como se comportaban esas cinco yeguas. "Debemos hacer que todas vengan aquí y nos pongan atención aunque sea unos pocos segundos."
Ante las palabras de Sunset, tanto Dusk como Spike la miraron con desconfianza, sabiendo que con tal de lograr su cometido, Sunset Shimmer era capaz de hacer cualquier cosa, y en este caso en particular, quizás hacerles algo malo e irreversible a sus amigas.
"No te preocupes, no les haré daño, lo prometo." Dijo Sunset con una mirada seria, adivinando lo que estaba pensando Dusk. "Si tú cumples tu promesa, yo cumpliré la mía." Agregó Sunset mirando fijamente a Dusk, quien entendió a lo que se refería la yegua; algo que hizo que Dusk desviara por un segundo la mirada con tristeza. Luego él miró a sus amigas bajo el trance de Discord, y volvió a mirar a Sunset.
"Está bien. Dinos cuál es tú plan." Dijo Dusk, con una mirada llena de determinación.
Siguiendo las órdenes de Sunset, Spike y Dusk comenzaron a apartar a sus amigas del resto de ponies locos que había en esa parte del pueblo, intentándolas reunir una por una.
A la primera que se dirigieron fue a Rarity, quien solo ignoró las peticiones de Dusk y Spike mientras ella seguía usando su magia para 'embellecer' todo lo que veía. No fue hasta que Dusk vio un viejo sofá que flotaba por la magia de Discord, que él lo destrozó y se lo mostró a Rarity, quien al verlo, corrió tras el para intentar embellecerlo. Así Dusk lo usó como carnada para que Rarity lo siguiera hasta donde estaba Sunset. Entonces, cuando la unicornio amarilla vio a su primera víctima, ella le inmovilizó los cascos a Rarity para que esta no pudiera huir de allí, mientras que Rarity ni cuenta se dio de eso, y solo se dedicó a adornar ostentosamente aquel feo sofá roto.
Luego siguió Applejack, quien solo estaba enfocada en dibujar planos para una futura gran plantación de manzanos, que plantaría en medio de Ponyville. Tal parecía que la magia de Discord había hecho que la yegua campirana obtuviera un gran conocimiento sobre el funcionamiento de una empresa y de las leyes sobre propiedad. Así que no fue hasta que Dusk usó su magia para crear un falso título de propiedad de la biblioteca Golden Oak, que Applejack finalmente les prestó atención. Y luego de prometer que le darían el título de propiedad para quitar el enorme roble, y así plantar un gran manzano, fue que finalmente Applejack siguió a Dusk y se quedó donde estaba Sunset.
La tercera fue Pinkie Pie, a quien ni Dusk ni Spike lograban acercársele, ya que esta corría por todas partes, simplemente lanzando pastelazos a todos los que veía, incluyendo obviamente a Dusk y Spike. Sabiendo que Pinkie Pie tenía una energía ilimitada para hacer locuras y escapar fácilmente de ellos, la única opción era que Pinkie fuera hasta ellos. Así fue como a Spike se le ocurrió el plan de traer una gran caja que parecía un obsequio de cumpleaños, al que Dusk le instaló una palanca al lado para que pareciera una caja sorpresa. Entonces, al ver la enorme caja sorpresa, finalmente Pinkie Pie corrió hacia donde estaban Dusk y Spike, y se quedó allí, moviendo la palanca para que la misteriosa caja se abriera y saliera la sorpresa. Algo que jamás sucedería, ya que no había tal sorpresa, pero sirvió para distraer a Pinkie Pie, y así mantenerla quieta en un solo lado.
La siguiente fue Fluttershy, quien reía malvadamente mientras su horda de conejitos mordisqueaban a los ponies para alejarlos del pueblo. El primer intento de acercarse a la pegaso amarilla fue un fracaso, ya que los conejitos mostraron amenazantemente sus dientes rabiosos a Dusk y Spike cuando lo intentaron. Finalmente Spike vio que el líder de los conejitos no era otro más que su eterno archienemigo Angel, el cuál no sabían si estaba también bajo el trance de Discord o solo le gustaba esa nueva actitud agresiva de Fluttershy; pero Spike se lo tomó personal y se encargó de distraer a todos esos conejos para que lo persiguieran y no continuaran interponiéndose entre Fluttershy y Dusk. Tras eso, Dusk se acercó a Fluttershy e intentó hablar con ella, pero ella solo estaba obsesionada con cuidar al bosque, los animales y las plantas. Y tras mucho pensar, Dusk tomó una flor que estaba en el camino, y le quitó un pétalo frente a Fluttershy. Aquello enfureció a la normalmente tranquila pegaso, y sirvió para que ella fuera tras Dusk, y así finalmente atraparla junto a las demás.
La que obviamente fue dejada para el final, fue justamente la más difícil de atrapar. Rainbow Dash solo se mantenía volando velozmente en círculos, tan rápido que apenas si se veía una estela arcoíris en el cielo. Y lo más problemático de todo era que Spike ya no estaba allí para ayudar a Dusk, ya que simplemente había desaparecido luego de huir de los conejitos de Fluttershy. Sin embargo, finalmente Dusk pensó en algo que podría interesarle más a su amiga que la necesidad de velocidad. Así fue como Dusk se puso en posición y gritó con todas sus fuerzas: '¡Autógrafos gratis de los Wonderbolts!'. Bastó solo un segundo para que la estela arcoíris bajara velozmente hasta donde estaba Dusk y chocara contra él. Luego del repentino golpe, Dusk rápidamente usó su magia para retener a la pegaso celeste, y así poder llevarla hasta donde estaban todas las demás.
"Bien… Aquí están todas." Dijo Dusk agotado, usando su magia para impedir que Rainbow Dash saliera volando, quien por su parte, luchaba por volver a volar luego de ver que no habían autógrafos de los Wonderbolts allí. "Ahora… ¿Qué planeas hacer?" Agregó Dusk, mirando con sospecha a Sunset Shimmer.
"Tú mismo lo dijiste. Ellas están actuando siguiendo su propios gustos e intereses." Dijo Sunset, acercándose a Dusk. "Solo hay que buscar algo que les interese aún más."
"¿Que a Rarity le interese algo más que la belleza, a Applejack las manzanas, a Fluttershy la naturaleza, a Pinkie Pie los pasteles y las bromas, y a Rainbow Dash la velocidad? Buena suerte con eso." Dijo Dusk con un pequeño suspiro nervioso. "Quizás deberíamos-"
En ese instante Dusk se calló y abrió grande sus ojos cuando repentinamente Sunset lo besó.
Lo que hizo la unicornio amarilla fue totalmente inesperado, tanto así, que Dusk olvidó por completo seguir usando su magia para retener a Rainbow Dash. Sin embargo, aquello no hizo falta. Mientras Sunset seguía besando a Dusk por varios segundos, con un Dusk Shine totalmente impactado por aquello, las cinco yeguas, que habían estado tan concentradas en sus propias misiones, finalmente fueron distraídas al ver aquel beso, y las cinco se quedaron viendo sin habla como esa yegua amarilla besaba dulcemente a aquel potro lavanda… ¡A SU potro lavanda!
"¿¡Qué crees que estás haciendo!?" Gritaron súbitamente las cinco yeguas al mismo tiempo. Las cinco mirando con una mezcla de sorpresa y enojo a Dusk y Sunset.
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Aquello fue el catalizador que las cinco yeguas necesitaron para poder salir por si solas del trance de Discord. Aquello hizo que, tal como sucediera con Spike cuando se volvió gigante, la magia de Discord desapareciera velozmente, causando que los ojos de sus amigas volvieran a tener color y brillo. Lo que a su vez causó que las cinco yeguas perdieran el equilibrio por un segundo y pusieran miradas de mareo y confusión tras salir del trance.
"¿Q-Qué pasó? ¿Deja-vu?" Dijo Pinkie Pie mareada y confundida, habiendo salido de un fuerte trance dos veces en un solo día.
"Estaban en un trance. Dusk y yo las salvamos." Dijo Sunset, mirando siempre fríamente a las cinco yeguas.
Luego de ver que las cinco yeguas habían salido del trance, Sunset había roto inmediatamente el beso con Dusk y se quedó mirando a las yeguas, sin volver a mirar a Dusk. Sin embargo, pese a que lo intentara ocultar, las mejillas de Sunset si mostraban emoción y estaban levemente sonrojadas. Por su parte, Dusk se quedó sin habla. El beso de Sunset lo había tomado totalmente por sorpresa, y le tomó varios segundos darse cuenta que aquello había sucedido porque Sunset descubrió que las cinco yeguas tenían un fuerte interés en Dusk, tanto que había sido suficiente para sacarlas del trance. ¡Aquello había sido brillante! Lógica pura y fría.
"Ese beso… ¿Lo hizo solo porque era lo más lógico?" Pensó Dusk muy confundido, tocándose sus labios.
Cuando la mente de Dusk reaccionó al beso de Sunset, pensó que sentiría aversión por ser besado por una yegua fría y calculadora como ella. Sin embargo, había sido todo lo contrario. El beso de Sunset había sido dulce y tierno, lleno de calidez, totalmente contrario a la apariencia que ella emanaba exteriormente… Contrario a lo que Dusk esperó, este beso no se parecía a los besos sin sentimientos como los que le habían dado las gemelas mayordomo. Si Dusk tuviera que decirlo, aquel beso… se parecía más a los besos que le habían dado sus amigas… ¡Pero eso era imposible!
"¡No! ¡Eso es imposible! ¡Ella solo está jugando conmigo! ¡Es otro de sus trucos!" Pensó Dusk, aterrado ante la idea que su corazón pudiera confundirlo nuevamente. Así, a diferencia de otros besos que le habían hecho sentir felicidad, sorpresa o confusión, esta vez sintió un nuevo sentimiento, uno que solo descubriría que era más adelante.
"Espera… ¿¡Qué haces tú aquí!?" Preguntó repentinamente Rainbow Dash molesta, luego de salir de su confusión y ver que Sunset estaba junto a Dusk.
"Ya se los dije. Salvándolas." Respondió Sunset también molesta, como si cada vez que aquellas yeguas la miraran desafiante, ella se enojara más y más.
"Cómo si eso fuera verdad…" Dijo Rainbow Dash, mirando furiosa a Sunset, sin dejarse intimidar. Apoyada por sus cuatro amigas, quienes también miraron con enojo y desconfianza a la unicornio amarilla.
"Ya basta. Es… Es cierto. Ella me ayudó a sacarlas del trance de Discord." Dijo Dusk rápidamente, interponiéndose entre Rainbow Dash y Sunset Shimmer. "No hay tiempo para discutir. Lo que debemos hacer ahora es detener a Discord." Agregó Dusk, mirando seriamente a sus cinco amigas.
"Espera… Eso ya lo hicimos… Y no funcionó." Dijo Applejack, tomándose la cabeza mientras sus recuerdos lentamente volvían a ella.
"Lo sé, pero esta vez no fallaremos. Dijo Dusk con una tierna sonrisa, levitando los collares con los elementos que estaban en su alforja, y poniéndolos en los cuellos de sus amigas. "Confíen en mí."
Confiando siempre en lo que Dusk les decía, las cinco yeguas tocaron sus collares y miraron a Dusk llenas de determinación, listas para seguirlo a donde fuera, confiando en su amistad, y más importante aún, en sus corazones.
Así fue como Dusk y sus amigas fueron nuevamente hasta la estación de trenes, en donde Discord seguía en su trono flotante. Y ya que no habían más pony que desearan deseos por el momento, Discord estaba enfocado en escribir una lista.
"Veamos… Ya que finalmente Caosville está completa, debería invitar a algunos otros seres del caos para que la disfruten. Hmm… Podría invitar a Bill… ¡Nah! Ese tonto está obsesionado con el poder, y además es demasiado cuadrado, incluso siendo un triángulo. Tal vez invite a Caos… ¡Nah! Tengo alergia a los gatos azules... Y qué tal el Señor Mfrsptk… Mrclptrf… Mxyzr… ¡Nah, olvídalo! ¡Ni siquiera puedo pronunciar su nombre!" Dijo Discord molesto mientras iba tachando nombres en su lista. "De todas formas eso de viajar entre dimensiones es muy incómodo, nadie vendría. Creo que solo disfrutaré este pueblo yo… Solo yo... Siempre… yo." Agregó Discord intentando sonreír, pese a que desvió su mirada con un claro sentimiento de tristeza al decir aquello, nuevamente sintiendo ese extraño vacío en su corazón que él no lograba explicar.
Al desviar su mirada, Discord se sorprendió al ver que Dusk Shine se acercaba nuevamente con sus amigas. Aquello hizo que él volviera a sonreír malvadamente, pensando en que al menos podría matar el tiempo burlándose de Dusk Shine nuevamente.
"¡Saluden a nuestro héroe!" Gritó Discord riéndose, transformando su cuerpo para hacer que su estómago sonara como un tambor, su nariz como una trompeta, sus garras como acordeones, y su cabeza como platillos que saltaban repetidamente. Así, transformándose en una orquesta de un solo individuo, burlándose de la llegada de Dusk y sus amigas. "¿Y ahora qué? ¿Crees que la tercera es la vencida?" Preguntó Discord burlonamente, luego de volver a la normalidad.
"No importa cuanto lo intentes. Nuestra amistad nunca-" Dijo Dusk con una mirada llena de determinación, hasta que Discord lo interrumpió, poniéndole un dedo en su boca.
"¡Yuck! Ahórrame el tonto discursito de la amistad." Dijo Discord con una cara de disgusto. "Si tanto insistes, te dejaré intentar derrotarme una vez más. ¡Pero rapidito! ¡Me estoy perdiendo de un excelente caos!" Agregó Discord, haciendo aparecer un reloj que iba al revés, y luego teletransportándose a su trono nuevamente, cerrando sus ojos y bostezando mientras esperaba que Dusk y sus amigas hicieran su pequeño show.
"Bien chicas, ¡Una vez más!" Dijo Dusk con una mirada seria, haciendo brillar su cuerno y el elemento de la magia en su corona. Entonces sus cinco amigas se acercaron a él y sus elementos también comenzaron a brillar.
Lentamente los seis ponies empezaron a brillar, e igual de lento, comenzaron a flotar. A diferencia de las dos veces anteriores que habían usado los elementos contra Discord, tal parecía que esta vez la magia de los elementos actuaba más lento por alguna razón.
"Waaahhh… ¿Qué pasa? ¿Parece que alguien está dudando en usar la magia de los elementos?" Dijo Discord bostezando desde su trono, abriendo sus ojos al darse cuenta que la magia de Dusk parecía vacilar por alguna razón.
Justo en ese momento, cuando Discord abrió sus ojos, sucedieron dos cosas. La primera, fue que finalmente la magia de Dusk logró activar completamente los elementos de la armonía, y por tercera vez en ese día, un fuerte rayo arcoíris salió disparado hacia el cielo, para luego caer en picada en dirección a Discord. Aquello hubiera preocupado al poderoso draconequus en otros tiempos, sin embargo él ya tenía un seguro para contrarrestar la magia de los elementos, uno que ya había funcionado dos veces, así que no había de qué preocuparse. Sin embargo, la segunda cosa de la que se percató Discord justo en ese momento, fue que no muy lejos de allí, viendo lo que sucedía a la distancia, se encontraba Sunset Shimmer, mirándolo todo con una indiferente y fría mirada.
"¿Qué hace ella aquí?" Pensó Discord, confundido solo por una milésima de segundo. Y al instante abrió grande sus ojos con horror al comprender la verdad.
En solo un segundo, Discord comprendió el verdadero plan de Sunset, sin embargo, ya era tarde. En ese instante el poderoso rayo arcoíris golpeó de lleno a Discord, quien con horror intentó mover sus garras para contrarrestar aquella poderosa magia. Pero todo fue en vano, la magia de la armonía ya estaba actuando en el señor del caos. Y tal como sucediera al invocar la magia de los elementos esa vez, en que Dusk se demoró mucho en activarla, de igual forma Discord se fue convirtiendo en piedra muy lentamente. Primero sus garras, luego su cola y sus patas, petrificándose lentamente por su pecho hasta ascender a su cabeza.
"¡No! ¡Lo que sea menos estos!" Gritó Discord desesperado, entendiendo que esta vez no podría liberarse, pues había sido traicionado. "¡Envíenme al tártaro! ¡A una celda! ¡Pero no me petrifiquen! ¡El frío! ¡La soledad! ¡El silencio! ¡La oscuridad! ¡Todo menos eso!" Gritó Discord cuando la petrificación finalmente llegaba a su cabeza. Un grito más parecido a una súplica desesperada. Y así finalmente, el poderoso señor del caos fue encerrado nuevamente.
Luego que Discord se transformara en piedra, los seis ponies cayeron lentamente al suelo mientras sus respectivos elementos dejaban de brillar. Cayendo agotados luego de haber estado irradiando por tanto tiempo el enorme poder de la magia de la armonía.
"Ahora… ¿Ahora sí se acabó?" Preguntó Rarity preocupada, inmediatamente girándose para ver la estatua de Discord y ver que no hubiera ninguna grieta.
"¿Por qué ahora todo fue más lento?" Preguntó Pinkie Pie, mirando con duda a Dusk, pues ella le había prestado mucha atención a las palabras dichas por Discord, sobre que Dusk al parecer estaba dudando al momento de usar los elementos. "¿Fue porque no estabas seguro de usar los elementos?"
"Chicas, acérquense, no hay mucho tiempo." Dijo Dusk con su cabeza gacha, recuperando lentamente la respiración, pues había usado mucha magia, y aún tenía que usar bastante magia para lo que seguía.
Notando inmediatamente que la voz de Dusk parecía más cansada y temblorosa de lo normal, las cinco yeguas se acercaron a Dusk y lo miraron preocupadas. Siendo Fluttershy la última en sumarse, ya que por alguna razón, ella se quedó mirando con mucha tristeza al ahora petrificado señor del caos.
"Si no nos damos prisa, Discord volverá a liberarse…" Dijo Dusk lentamente una vez todas sus amigas estuvieron frente a él. Entonces él levantó su vista y miró con una triste sonrisa a sus cinco queridas amigas. "Todo estará bien ahora, se los prometo. No dejaré que Discord juegue nunca más con sus mentes." Agregó Dusk mientras una lágrima caía por su mejilla, activando una vez más su magia, cegando a las cinco yeguas presentes.
Luego que Discord fuera aprisionado permanentemente, la gran mayoría de la magia del caos invocada por él, desapareció instantáneamente. Solo algunos pocos vestigios, como una nube de algodón de azúcar que Derpy escondió en su casa, o cierto potro que desde ese día fue irresistible para todas las ancianas del pueblo, fueron los que quedaron remanentes de toda esa magia caótica que había invadido Ponyville. Pero todo lo demás, como las casas, los animales, los árboles, el cielo, y principalmente los ponies embrujados, volvieron a la normalidad.
Pronto la noticia que seis grandes héroes habían logrado detener al poderosos señor del caos, llegaron hasta Canterlot. Una ciudad que había inicialmente estado exenta de la magia caótica de Discord, sin embargo, luego que Dusk usara por primera vez los elementos de la armonía contra Discord, le había permitido al draconequus también romper su parte del trato, y con solo un chasquido de sus dedos había hecho que en la capital del reino también lloverá chocolate y las casas comenzaran a volar. Así que al detenerse todo ese caos, todos los residentes de Canterlot respiraron aliviados al ver que todo había sido solucionado. Y todos esos residentes de Canterlot, entre los que se encontraban la mayoría de los nobles del reino, sonrieron felices cuando se enteraron que la princesa Celestia había mandado a llamar a los héroes de Equestria para hacerles una gran ceremonia de agradecimiento.
Así fue como en solo un día, se armó una gran ceremonia en Canterlot. Con gran parte de los ponies de la ciudad esperando en el gran castillo para rendirle homenaje a sus grandes héroes. Mientras otros pocos esperaban junto a los guardias en la estación de trenes, esperado a que llegaran desde Ponyville los seis héroes de Equestria para escoltarlos hasta el gran castillo.
Mientras Celestia esperaba sonriente en su trono, rodeada de las familias nobles más importantes del reino, las puertas del gran salón se abrieron para dejar entrar a los grandes héroes de Equestria, quienes entraron siendo aclamados por todos los ponies allí presentes. Y entre tantos vítores de alegría y aplausos, pocos notaron la cara de sorpresa de algunos nobles al reconocer a las yeguas que entraban, pues las heroínas a las que tanto habían querido agradecerles, eran justamente las yeguas que algunos recordaban habían arruinado la Gran Gala del Galope.
Al ver que algunos nobles se quedaban sin habla, Celestia no pudo evitar poner un casco en su boca para contener su risa al ver que esos petulantes ponies deberían de comerse sus palabras ahora, ya que Dusk y sus amigas ya no eran serían unos ponies desconocidos y mal vistos, sino todo lo contrario, serían recordados como grandes héroes de Equestria.
Mientras Celestia pensaba divertida en eso, vio feliz como Pinkie Pie saltaba alegre, dichosa de estar en lo que ella pensaba era una gran fiesta, acercándose hasta donde estaba la princesa. Tras ella venía Applejack, quien no pudo evitar sonrojarse, un poco avergonzada, al ver cómo todos esos ponies de ciudad la aplaudían. Luego vino Rarity, quien, como siempre, caminó elegantemente, como si estuviera en una pasarela, acostumbrada a la muchedumbre y el bullicio. Totalmente opuesta a esa actitud, entró Fluttershy, quien solo sonreía tímidamente, agachando mucho su cabeza, sintiéndose orgullosa por recibir una medalla de la princesa, pero temiéndole siempre a las muchedumbres. Luego siguió Rainbow Dash, quien siempre con un toque algo egocéntrico, sonreía arrogantemente y posaba para algunas fotos que algunos periodistas sacaban. Y finalmente entró Spike, quien a diferencia de sus cinco amigas, no entró sonriendo al gran salón, sino que solo mantuvo una mirada de preocupación mientras se acercaba frente a la princesa, donde ya estaban esperando sus cinco amigas.
Al ver que Spike entró solo, y que tras de sí las puertas del gran salón se cerraron, Celestia alzó una ceja confundida, sin entender por qué faltaba quien, para ella, debía ser el gran protagonista de esa ceremonia. Pues había sido su pupilo Dusk Shine quien, en contra de sus deseos, huyó del castillo y logró salvar a sus amigas, a Ponyville, y a toda Equestria de Discord.
"Perdón, ¿Pero dónde está Dusk Shine?" Preguntó Celestia confundida, mirando a las cinco yeguas y al bebé dragón frente a ella.
"¿Quién es Dusk Shine?" Preguntó Rarity confundida. Mismo gesto de confusión que hicieron las otras cuatro yeguas, quienes se encogieron de hombros ante la extraña pregunta de la princesa, pues ninguna de ellas conocía a nadie con ese nombre.
Al escuchar esa respuesta, Celestia abrió sus ojos con temor, sin entender qué sucedía. Hasta que posó su mirada sobre el pequeño Spike, quien solo alzó la vista cuando la princesa lo miró, y le devolvió una triste mirada.
"Ese era el precio… Eso es lo que Dusk tuvo que pagar…" Susurró Spike lentamente, cerrando sus ojos con dolor…
'Flashback de Sunset Shimmer.'
Un día antes, en la biblioteca Golden Oak, minutos antes que Ponyville se convirtiera en Caosville…
"Entonces, ¿Dices que estamos estancados?" Dijo Discord, levantando una ceja molesto luego que Sunset lo amenazara con teletransportar lejos los elementos de la armonía.
"Para nada, yo jamás osaría enfrentarme al poderosos señor del caos." Dijo Sunset desviando la mirada y luego volviendo a mirar directamente a Discord a los ojos, con una gran sonrisa. "Así que dime… ¿Te interesaría hacer un pequeño trato?"
Al escuchar aquellas palabras, Discord no pudo evitar sonreír traviesamente. A él le encantaba hacer tratos en los que sin que se dieran cuenta, los demás eran engañados por él. Así que finalmente decidió seguirle el juego a esa yegua.
"¿Y qué clase de trato te gustaría hacer?" Preguntó Discord, sonriendo malvadamente.
"Tú podrás quedarte con este pueblo, y hacer lo que quieras con él. Y a cambio, dejarás al resto de Equestria libre de tu magia del caos." Dijo Sunset, decidiendo también sonreír perversamente para no verse débil frente a Discord.
"¿Y por qué me conformaría con este pequeño pueblo, cuando puedo hacer del mundo mi patio de juegos caótico?" Preguntó Discord burlándose.
"Porque convenceré a Celestia de no usar nunca más los elementos de la armonía contra ti. Así serás libre por toda la eternidad, sin tener que preocuparte que alguien vuelva a petrificarte jamás." Dijo Sunset mirando fijamente a Discord, analizando cada movimiento, cada gesto, para formarse un modelo mental de su adversario. "Seamos francos, probablemente ni con toda tu magia podrías destruir los elementos de la armonía. Tu única posibilidad sería ocultarlos, y eso es garantía de que alguien podría encontrarlos y usarlos contra ti. Mi método es más seguro."
"Jamás podrías convencer a esa aburrida de Celestia a que acepte eso." Dijo Discord entrecerrando sus ojos. Aquello fue la primera señal de debilidad en Discord que Sunset encontró. Él no rechazó de plano el trato, lo que significaba que estaba abierto a aceptarlo si ella lograba persuadirlo aún más.
"Yo la convenceré. Créeme, soy muy persuasiva." Dijo Sunset con una sonrisa arrogante. "Tendré que decirle que dejaremos que los ponies de este pueblo serán libres de irse. Pero aunque sean libres de irse, eso no significa que tú no puedas 'motivarlos' para hacer que vuelvan y se queden." Agregó Sunset, mirando traviesamente a Discord, quien entendió inmediatamente a qué se refería la unicornio, y también sonrió perversamente.
"Sí… podría hacerlo. Supongo que sería divertido ver cómo engañar a los ponies para que entren en mi pueblo, y que nunca más salgan, jeje…" Rio perversamente Discord.
"¿Lo ves? Es un buen trato." Dijo Sunset con una alegre sonrisa. "Lo único que agregaría sería que prometieras nunca usar tu magia en mí o en Dusk Shine. Y además yo-"
"Ni siquiera he aceptado tu tonto trato, y ya quieres poner más condiciones. Eres pésima negociante." Dijo Discord, molesto al darse cuenta que al parecer Sunset era más tonta de lo que pensaba si pensaba que aceptaría ese trato.
"Y además yo…" Volvió a repetir Sunset, fingiendo no haber escuchado a Discord. Decidiendo arriesgarlo todo y mover su siguiente pieza para armar su plan. "…te diré una forma con la que nunca más podrán petrificarte. Incluso aunque usen los elementos de la armonía."
Al escuchar aquello, por primera vez Discord dejó de sonreír y puso una mirada de asombro. Lo que hizo que Sunset sonriera al ver que Discord había mordido el cebo.
"¿Sabes una manera para impedir que la magia de los elementos me afecte?" Preguntó Discord interesado, alzando una ceja.
"¿Tenemos un trato?" Preguntó Sunset, también alzando una ceja.
En ese instante Discord entrecerró sus ojos y miró con desconfianza a la yegua.
"¿Por qué tendría que confiar en ti?" Preguntó Discord seriamente.
"Bueno, la confianza es algo vital entre los seres vivos pensantes. La confianza es el primer paso para ser amigos…" Dijo Sunset fingiendo desinterés, pero mirando de reojo a Discord y sus reacciones. Y al ver que la palabra 'amigo' pareció desagradarle a Discord, ella rápidamente dio mentalmente un paso atrás y suavizó lo que en verdad quería buscar en Discord. "Por supuesto, no digo que seamos amigos. Pero la confianza es fundamental para estar junto a los demás, para no estar… solo." Agregó Sunset, haciendo énfasis en aquella última palabra, deseando con todas sus fuerzas que su sospecha fuera verdadera, y que así su plan pudiera funcionar.
Tal como Sunset esperaba, Discord hizo un leve gesto de incomodidad al escuchar las últimas palabras de ella. Lo que hizo que en su tablero mental, Sunset comenzara a mover sus piezas, viendo que poco a poco lograba desbaratar la defensa de Discord y se acercaba a ganar el juego. Discord era un ser todo poderoso, pero solo era un potrillo descontrolado, triste y solitario; y esas eran las falencias que la astuta mente de Sunset usaría para vencerlo.
"Bien. Habla." Dijo finalmente Discord, aceptando el trato de Sunset.
"Debes usar un 'Hechizo Ancla'." Dijo Sunset, con una sonrisa ante la brillante idea que se le había ocurrido.
"¿Un hechizo qué?" Preguntó Discord confundido.
"Un hechizo ancla, así los llamaban en la antigüedad. En la actualidad están prohibidos, y tienen otro nombre, se les llama 'maldición'." Dijo Sunset mirando fijamente a Discord. "Los hechizos ancla o maldiciones, son hechizos en los que usas tu magia para atar tu alma a algo, ya sea un objeto u otro ser vivo. Así es como se hicieron muchos de los poderosos artefactos mágicos antiguos, es por eso que tienen tanto poder."
"No te quieras hacer la lista conmigo. Sé muy bien cómo funciona esa magia, ¡Yo conozco magia que tú ni siquiera te imaginas!" Dijo Discord, molesto al ver que Sunset creía que no conocía ese tipo de magia. "Un objeto con un alma atada es muy fácil de encontrar. Es más fácil ocultarlo en un ser vivo, pero eso es muy frágil, ya que ata la vida del que hizo el hechizo con el del que lo lleva… Si esa era tu brillante idea, me decepcionas." Agregó Discord, mirando molesto a Sunset, sintiendo que había perdido el tiempo.
"No los uses ni en un objeto ni en un ser vivo. Úsalo en algo más difícil de encontrar y en algo más difícil de destruir." Dijo Sunset con una sonrisa malvada, pensando en que le estaba entregando a Discord una de las ideas más brillantes que jamás se le habían ocurrido. "Úsalo en los mismos elementos de la armonía."
"La magia de la armonía que está en los elementos es demasiado-" Dijo Discord, antes de ser interrumpido.
"No en los elementos como tal, sino en sus portadoras." Dijo Sunset, mirando fijamente a Discord. "Y no en ellas mismas, sino en sus recuerdos. Usa el hechizo ancla en sus recuerdos, en uno que ellas no quieran olvidar jamás. Para un unicornio sería una magia imposible de hacer, pero con tu nivel mágico, ¡Es posible!"
Al escuchar aquello, por primera vez Discord puso una mirada pensativa. Ciertamente él conocía ese hechizo, de hecho lo conocía muy bien, pues conocía a otro aterrador ser que lo había utilizado. Pero la forma en que Sunset le decía que lo usara, era algo que a él nunca se le había ocurrido, ¡No sabía de nadie que hubiera usado ese hechizo en un recuerdo! ¡Era una idea aterradora y maravillosa!
Al darse cuenta que de esa forma, aunque los ponies rompieran el trato que hacía con Sunset, él podría seguir libre sin problemas; una gran y malvada sonrisa apareció en el rostro del señor del caos.
"Y si quieres una sugerencia, conozco el recuerdo perfecto que podrías usar en esas cinco yeguas. El recuerdo de un potro que ellas jamás querrían olvidar voluntariamente." Dijo Sunset con una malvada sonrisa.
Entendiendo inmediatamente a lo que Sunset Shimmer se refería, Discord no pudo evitar reír malvadamente al ver que la yegua frente a él había planeado todo a la perfección, tanto así, que no solo le estaba dando la clave a él para jamás ser encerrado nuevamente, sino que también se estaba asegurando de sacar totalmente del juego a esas cinco yeguas para que Dusk Shine cayera completamente en sus cascos.
'Fin del flashback.'
"Pasara lo que pasara, yo ganaría." Pensó Sunset con una arrogante sonrisa, subiendo las escaleras de la biblioteca de Ponyville. "Si Dusk y Celestia aceptaban el plan original, Discord se quedaría en Ponyville manteniendo en un eterno trance a esas cinco yeguas. Y si Dusk se rebelaba contra el plan, como sucedió finalmente, yo podía decirle la verdad; y al hacerlo, solo había una forma de romper el hechizo ancla: borrando los recuerdos de él de las mentes de sus amigas. Fuera como fuera, las amigas de Dusk saldrían de nuestro camino."
Al llegar al segundo piso, Sunset vio que Dusk Shine estaba sentado al borde de su cama, con una mirada abatida, mirando hacia la nada, sabiendo que ahora sus amigas ya no lo recordarían jamás. Lo que hizo que Sunset sonriera satisfecha.
"Y lo mejor de todo, es que le dije a Dusk que antes de decirle cómo vencer a Discord, él debía prometer que desde ahora, ambos estaríamos siempre juntos." Pensó Sunset sonriendo, acercándose a Dusk y sentándose a su lado. "Ahora todo sigue de acuerdo al plan…"
"Tranquilo, ahora todo estará bien." Dijo Sunset con una tierna sonrisa. Abrazando a Dusk. "Ahora estaremos juntos, por siempre y para siempre." Agregó Sunset entrelazando sus cascos en el cuerpo de Dusk, como si fuera una serpiente a punto de devorar a su presa.
Tres días habían pasado desde la ceremonia en Canterlot, en donde los diarios publicaron la foto de los seis grandes héroes de Equestria, sin saber que el verdadero protagonista de aquella historia, se mantenía oculto en las sombras, encerrado en su habitación desde que había borrado los recuerdos de sus amigas.
Esa mañana, Spike desayunaba en soledad en la cocina de la biblioteca. Desde que había vuelto de Canterlot, esa era la rutina. Dusk ya casi no salía de su habitación, solo ocasionalmente para buscar algo de comer o para buscar algún libro. Siempre teniendo una mirada triste y sombría, sin escuchar nada de lo que Spike le decía. Y tras Dusk, siempre estaba Sunset Shimmer, quien parecía no dejarlo a solas nunca. Ella siempre iba tras Dusk con una gran sonrisa, como si ambos fueran polos opuestos y Dusk no pudiera sonreír, y Sunset no pudiera dejar de sonreír.
Ni siquiera en las noches Spike podía hablar con su hermano, ya que desde que Sunset se quedaba con ellos, Spike no podía soportar verla, y prefirió dormir en el primer piso. No importaba cuanto se esforzara, Spike no soportaba ver a Sunset. Y ya no era por un temor del pasado, sino por el disgusto e impotencia que sentía al ver a la yegua que había manipulado y engañado a su hermano, y sentir que él nada podía hacer por ayudarlo.
Repentinamente Spike dejó de comer al escuchar pasos en la escalera. Así que se levantó y fue hasta el salón principal, en donde ahora estaban Dusk Shine y Sunset Shimmer, ambos con las mismas expresiones de depresión y felicidad respectivamente que habían tenido en los últimos días.
"Ya terminamos de leer 'Cálculos avanzados para la magia espacio-temporal', ¿Qué te parece si leemos de nuevo 'Historia Equestre de la Segunda Era, Volumen Dos'? Recuerdo que te gustaba mucho la historia antigua." Dijo Sunset con una gran sonrisa mientras guardaba un libro en los estantes de la biblioteca y levitaba otro con su magia.
"Sí… Está bien… Supongo." Dijo Dusk sin siquiera mirar a Sunset o el libro, solo dándose la vuelta para volver a subir a su habitación.
Repentinamente varias voces se escucharon tras la puerta de la biblioteca, hasta que esta se abrió, dejando pasar a cinco yeguas que todos en esa habitación conocían muy bien. Pinkie Pie, Rarity, Rainbow Dash, Fluttershy y Applejack entraron en la biblioteca, riendo y conversando alegremente entre ellas.
"¡Te lo digo! Debes leer el último tomo de 'Amor Prohibido', sino, todos en el pueblo te harán spoiler." Dijo Rarity, sonriéndole a Fluttershy.
"¡Oh! ¡Oh! Te refieres a cuando Clarity salió de la bañera y-" Dijo Pinkie Pie emocionada, siendo silenciada inmediatamente por Applejack.
"Ya te lo dije Pinkie, ¡Sin spoilers!" Dijo Applejack mirando seriamente a su amiga.
"Nah, no sé por qué les gusta tanto de ese tonto comic romántico." Dijo Rainbow Dash rascándose la cabeza. Negando que en secreto ella también era fan del comic de Lyra.
"¡Oh! Hola querido Spike." Dijo Rarity, notando que Spike estaba en la biblioteca junto a otros dos ponies desconocidos. "Lamento interrumpirte, ¿Pero sabes si llegó a la biblioteca alguna copia del último tomo del comic 'Amor Prohibido'? Es que parece que está agotado en todas partes."
"Eh… Yo… C-Creo que alguien lo pidió prestado ayer." Dijo Spike nervioso, mirando de reojo a Dusk, quien solo se quedó congelado, viendo a sus amigas con una cara de sorpresa y dolor.
Al ver que Spike desviaba la mirada, Rarity no pudo evitar ver al potro que él veía, un potro color lavanda al que nunca había visto antes, quien por alguna razón la veía con una extraña mirada.
"Eh… bueno, si no lo tienes, creo que es mejor que nos vayamos." Dijo Rarity, sintiéndose incómoda ante la atenta mirada de aquel potro.
Al igual que Rarity, las otras cuatro yeguas no pudieron evitar ver al potro que acompañaba a su amigo Spike. Incluso Pinkie Pie y Fluttershy recordaban que al parecer él era el bibliotecario del pueblo. Pero más allá de eso, no recordaban jamás haber hablado con él, ni siquiera conocían su nombre. Y más importante, al ver que él las miraba con una extraña mirada de dolor, las hizo sentir muy incómodas, dándole a todas una fulminante jaqueca por alguna razón.
"S-Sí, lo mejor es que nos vayamos." Dijo Pinkie Pie, sacudiendo su cabeza para despejar el fulminante dolor de cabeza que había sentido, desviando la mirada de aquella perturbadora mirada que tenía aquel potro.
Entonces las cinco yeguas se despidieron de Spike y se retiraron de la biblioteca.
"¿No creen que el bibliotecario se parece un poco al 'Dusk-Sempai' del comic?" Susurró Applejack mientras todas salían de la biblioteca.
"No lo creo… Incluso él me da… algo de miedo." Respondió tímidamente Fluttershy, cerrando la puerta tras ella.
Aquella inesperada visita de las que fueran sus mejores amigas, fue devastadora para Dusk. Ver cómo todas lo miraban sin siquiera reconocerlo, fue más de lo que su corazón pudo soportar, haciendo que él bajara su cabeza y cerrara fuerte sus ojos, aguantando las lágrimas mientras su pecho dolía como nunca antes lo había hecho. Esa era la razón por la que él había estado encerrado por tres días, porque temía saber lo que sucedería al reencontrarse con sus amigas, sin embargo, finalmente había sucedido, y tal como temiera, había sido lo más doloroso que había vivido en su vida.
"Dusk, ¡Esto no tiene por qué seguir así!" Dijo Spike, aprovechando esa oportunidad que tuvo para poder conversar con su hermano. Ya no importándole que Sunset estuviera presente, solo queriendo ayudar a su hermano. "Quizás ellas olvidaron que ustedes eran amigos, ¡Pero qué importa! ¡Solo tienes que volver a hablar con ellas y volver a ser su amigo!"
"Eso no sería una buena idea." Respondió Sunset, mirando a Spike con una fría mirada de indiferencia.
"Sunset tiene razón…" Agregó Dusk con mucha tristeza. "La maldición de Discord se ató a los recuerdos de ellas cinco. Si me vuelvo a reunir con ellas y fuerzo nuevamente nuestra amistad, estaría poniendo en riesgo que puedan revivir esos recuerdos. Y si lo hacen, liberarían a Discord nuevamente."
Tras decir eso, Dusk volvió a bajar su cabeza, y como si fuera un cuerpo sin alma, se acercó lentamente a las escaleras para volver a su habitación, y así seguir hundido en su depresión. Por su parte, al ver a Dusk tan deprimido, Sunset no pudo evitar dejar de sonreír por un segundo y mirar molesta a Dusk.
"¿¡Cuánto más va a durar esto!? ¿¡Cuánto tiempo más puede estar deprimido!?" Pensó Sunset frustrada, sacudiendo su cabeza y suspirando para tranquilizarse. "Tranquila, es solo cosa de tiempo. Nada es eterno, ni siquiera la depresión. Y tarde o temprano, Dusk terminará olvidándose de esas yeguas."
"Dusk, ¿Qué tal si salimos un rato? Has estado demasiado tiempo encerrado." Dijo Sunset volviendo a sonreír amablemente, acercándose para tocar a Dusk. "¿Qué tal si vamos a visitar a tu amiga cebra? Recuerdo que me constaste que eras amigo de una, y yo nunca he visto una."
Ante la petición de Sunset, Dusk se volteó y solo la miró sin ninguna emoción, como si simplemente ya no tuviera motivación alguna para nada. Además, sus amigas ya lo habían visto y no habían reaccionado, que era lo peor que podía suceder. Ahora ya no había razón para mantenerse encerrado en su habitación.
"Como quieras." Respondió monótonamente Dusk, sabiendo que estaba condenado a simplemente seguir lo que Sunset le pidiera. Su astuta y malvada amiga había ganado su estúpida partida de ajedrez, y a Dusk ya no le quedaban razones para enfrentársele, pues ya lo había perdido todo.
Así fue como Dusk y Sunset fueron hasta el bosque Everfree, yendo en dirección a la casa de Zecora. Con Dusk caminando lentamente, siempre con su cabeza gacha y su mirada apagada. Mientras que Sunset iba sonriendo, disfrutando de poder caminar juntos, haciendo varias preguntas sobre el bosque o sobre el antiguo castillo de las dos hermanas, tratando de que Dusk se interesara y conversara con ella. Algo que no pareció rendir muchos frutos pese al entusiasmo de Sunset, pues a cada pregunta, Dusk solo respondía cortantemente y seguía caminando.
Finalmente ambos ponies llegaron al rústico hogar de Zecora, un gran árbol rodeado de máscaras tribales y demás artefactos de extrañas tierras. Luego de golpear la puerta varias veces, Dusk se vio confundido y decidió entrar en el enorme árbol. Allí, vio que su segunda maestra no parecía estar por ningún lado.
Mientras Sunset miraba con asombro todos los extraños artefactos y pociones que allí había, Dusk simplemente la ignoró y se retiró de la casa.
En cualquier otra ocasión, Dusk se hubiera preguntado por qué Zecora no había salido a su encuentro antes de llegar a su casa, ya que ella siempre cuidaba muy bien de su hogar. Además, tampoco estaba dentro de su casa, lo que era aún más extraño. Quizás se hubiera ido de viaje, pero habría dejado alguna nota, y no habría dejado pociones a medio hacer como las que había visto Dusk al entrar a la casa. Sin embargo, ninguna de esas grandes dudas aparecieron en la mente de Dusk en ese momento. Él simplemente se sentía tan abatido que no podía razonar bien. Así que él simplemente comenzó su camino de vuelta a Ponyville.
"¡Dusk! ¿P-Por qué vuelves tan pronto? ¡Hay muchas cosas interesantes aquí." Dijo Sunset, saliendo de la casa de Zecora al ver que Dusk se iba. "¡Estas pociones son únicas! Podríamos aprovechar de hacer algunos pequeños experimentos aprovechando que tu amiguita no está." Agregó Sunset con una pequeña tierna sonrisa.
Luego de haber soportado ver esa tierna y falsa sonrisa en la cara de Sunset por tantos días, Dusk simplemente no pudo aguantarlo más. Sin embargo, no se enojó ni reaccionó, simplemente cerró sus ojos, pues ya ni su propio corazón tenía fuerzas para expresar sus sentimientos.
"Yo… lo siento Sunset." Dijo Dusk lentamente, recordando las enseñanzas de Zecora para concentrarse, y así poder romper el límite de sus hechizos normales. "Sé que prometí que siempre estaríamos juntos, pero… necesito un tiempo a solas." Agregó Dusk, usando su teletransportación para desaparecer de allí.
Al ver que Dusk se había ido sin siquiera mirarla, Sunset se sorprendió, luego ella bajó su cabeza y miró furiosa hacia el suelo. Entonces unas chispas empezaron a salir de su cuerno debido al enojo, y justo al tiempo que ella golpeaba el suelo con su casco, disparó sin querer un fuerte rayo de magia, tan fuerte que destruyó un árbol que estaba frente a ella.
"¿¡Por qué pasa esto!?" Gritó Sunset furiosa, llena de frustración, sin entender los sentimientos de Dusk Shine.
Momentos antes que eso ocurriera en el bosque Everfree, poco tiempo después que Dusk y Sunset abandonaran la biblioteca, Spike había aprovechado para finalmente entrar en la habitación de Dusk. Una habitación a la que no había entrado en tres días, pero a pesar de no haberlo hecho, Spike le había puesto mucha atención, vigilándola, escuchando desde detrás de la puerta, e incluso algunas veces, asomándose para espiar a Sunset las pocas veces que ella estaba sola, cuando Dusk iba al baño.
Una vez entró en la habitación, Spike corrió a la cama de Dusk, bajo la cual estaba la alforja de viaje que Sunset había traído consigo. Entonces Spike la abrió rápidamente y buscó, hasta que encontró lo que quería: un pequeño libro rojo.
Solo por instinto, Spike intentó abrir inmediatamente ese libro, pero tal como ya sabía, el libro no se abrió, pese a toda la fuerza que Spike usó. Esto era porque ese era el diario de Sunset Shimmer, un diario que ella misma había protegido con un hechizo para que solo ella pudiera abrir.
Si Spike no hubiera espiado todos esos días a Sunset, él jamás hubiera sabido como abrir ese libro. Sin embargo, finalmente el día anterior, Spike había conseguido ver cómo Sunset abría aquel libro. Para su sorpresa, Spike descubrió que Sunset había usado un hechizo similar al que Dusk había usado para cerrar el cofre donde guardaba los elementos, haciendo que este se abriera solo al decir una palabra clave. Aquello había sorprendido mucho a Spike, ya que lo llevó a pensar en lo mucho que a veces se parecían ambos unicornios. Tanto así, que incluso Spike llegó a pensar que, si no hubiera sido por las cinco amigas de Dusk, quizás Dusk hubiera terminado siendo igual de frío y calculador que Sunset.
Pese a esa sorpresa y escalofrío que sintió Spike al ver que Sunset había creado el mismo hechizo de Dusk sin saberlo, lo que más asombró a Spike fue descubrir la palabra clave que Sunset usaba. Tres palabras que Sunset había pronunciado sumamente bajo, al momento de abrir su diario, para que nadie las escuchara. Sin embargo, debido al agudo oído dragón de Spike, él sí alcanzó a escucharlas desde la puerta donde espiaba, y casi se le cae la boca de asombro al oírlas.
Ahora que Spike estaba solo y finalmente tenía el diario de Sunset en su poder, Spike susurró las tres palabras clave del diario, haciendo que este sonara con un 'click', como si hubiera tenido un candado invisible, y finalmente se abriera.
La misión de Spike era la de encontrar algún sucio secreto con el cual amenazar a Sunset, para que así él y Dusk por fin pudieran tener una razón para expulsarla de sus vidas. Sin embargo, mientras Spike leía el diario, su asombro creció y creció al leer cosas que él jamás pensó que leería en aquel pequeño diario.
"Todo esto fue planeado… Todo este tiempo… Todo para… conseguir su meta." Susurró Spike asustado, entendiendo finalmente lo que quería lograr Sunset Shimmer.
Ajeno a la verdad que Spike había descubierto, Dusk caminaba en soledad por las calles del pueblo. Luego de recuperar el aliento después de haberse teletransportado desde tan lejos, dejando a Sunset sola, Dusk ahora caminaba sin rumbo, solo perdido en sus tristes y desolados pensamientos.
"Vaya. Quién diría que justo el primer pony que veo al llegar al pueblo, es justo el pony a quien busco." Dijo repentinamente una voz femenina, aterrizando justo al lado de Dusk.
Al levantar su vista, Dusk puso una mirada confundida al no reconocer a aquella yegua, ya que estaba usando una capa y una capucha. Lo único que Dusk pudo saber pese a la capa y la capucha, era que era una yegua alta y delgada. Entonces él entrecerró sus ojos para intentar ver el rostro que se ocultaba bajo esa capucha, en donde pudo ver unos grandes y bellos ojos color aguamarina. Y solo entonces fue que la atrofiada mente deprimida de Dusk finalmente reconoció la voz que le había hablado, y a la yegua a la que le pertenecían esas características.
"¿Princesa Luna?" Preguntó Dusk torpemente, por primera vez en tres días saliendo levemente de su depresión al sentir sorpresa.
"Algo malo te pasa, ¿No es así? ¡Lo sabía! ¡Debí haber vuelto antes a Canterlot!" Dijo Luna, preocupada al ver a Dusk con la vista perdida. "¡Me ausenté por cuatro días y todo es un desastre! Me entero que Discord fue liberado y que tú y tus amigas lo encerraron nuevamente… Mi hermana dijo que la magia de Discord ya había desaparecido, ¡Pero mírate! ¡Seguramente él hechizó tu mente o algo así!" Agregó Luna asustada, tomando la cabeza de Dusk y abriéndole sus ojos y su boca, como si buscara alguna señal física de que Dusk estaba en algún trance.
"Yo… Yo estoy bien. No tienes que preocuparte." Respondió Dusk, alejando su cabeza de la princesa y obligándose a sonreír para mostrarle que estaba bien.
Habían sido varias las cartas que Celestia había enviado a Dusk, preguntándole si estaba bien, prometiéndole que en cuanto pudiera, ella escaparía de sus labores reales y lo iría a visitar. Y tal como sucedía ahora con Luna, Dusk simplemente le había asegurado que todo estaba bien, pese a que en realidad él no lo estaba. Aquello era porque Dusk sabía lo importante que era mantener a Discord encerrado, y lo último que quería era preocupar a las princesas reales con su tonta depresión. Tal como dijera Sunset, que sus amigas perdieran sus recuerdos de él, era un precio bajo con tal de mantenerlas a salvo, tanto a ellas como a toda Equestria. El único que debía pagar el precio era él, y nadie cargaría con su depresión más que él, nadie más.
"Espera… ¿Dijiste que recién llegaste hoy a Canterlot? ¿Pensé que la princesa Celestia le había pedido a ti y a la princesa Cadance volver hace tres días?" Preguntó Dusk, queriendo desviar el tema para que Luna no se diera cuenta de su depresión.
"Sí, así fue. Pero cuando volvía de Vanhoover, tuve que desviarme hacia la frontera Norte del reino." Respondió Luna, con una mirada pensativa. "Al parecer hay una extraña tormenta que está afectando los poblados del Norte. Lo he conversado con mi hermana, y aunque es muy poco probable, quizás sea una señal de…" En ese momento Luna se calló, recordando que ella estaba allí para ver que Dusk estuviera bien, no para traerle más preocupaciones. "¡Suficiente! ¡Yo vine aquí por otra razón!" Agregó Luna, olvidándose por un segundo de hablar con voz normal y gritando con su fuerte voz de la realeza antigua.
"Yo… Me alegra poder verte de nuevo." Dijo Dusk con una pequeña pero genuina sonrisa. Una que hizo que Luna se sonrojara al verla. Por alguna razón, ver a Luna finalmente hizo que Dusk dejara de lado por un segundo toda su depresión, ya que su corazón había anhelado poder volver a ver a Luna desde hacía mucho tiempo. "No nos veíamos desde aquel sueño que tuve en Appleloosa." Agregó Dusk sonriendo.
"S-Sí, bueno… Mi hermana y yo estábamos preocupadas por ti." Respondió Luna muy nerviosa, recordando algo importante, que hizo que ella levantara un casco y ocultara aún más su rostro bajo la capucha. "Esa… Esa vez dije que no nos podíamos volver a ver. Pero… en la Gran Gala del Galope me hiciste prometer que te vería nuevamente…" Agregó Luna, sintiéndose avergonzada por contradecirse a sí misma.
La verdad era que en cuanto llegó a Canterlot y se enteró de lo sucedido con Dusk y Discord, Luna se olvidó de todo y solo voló directamente a Ponyville, sin importarle nada, solo pensando en si Dusk estaría bien. Y tan improvisado había sido su viaje, que ni siquiera se había percatado que esta era la primera vez que Dusk la vería en esa forma en la que estaba, sin estar con todo su poder aún. Afortunadamente ella aún llevaba su capa de viaje, con lo que podía parcialmente ocultar su figura, pero para Dusk seria obvio notar que ella era más baja y menos imponente que la figura que él había visto de ella en sus sueños, en donde ella usaba su verdadera forma. Y lo peor era que Luna se había jurado a sí misma que no dejaría que Dusk la viera en esa forma incompleta en la que estaba, pero ahora… ¡Ella había roto esa promesa!
"Por favor, no te pongas la capucha. Creo… que de verdad necesito ver el rostro de una amiga ahora mismo." Dijo Dusk con una triste sonrisa. Sintiendo que finalmente, luego de tres días, su corazón volvía a sentir algo, y no quería dejarlo escapar.
"Uh… pero… pero está no soy yo. No la que tú conociste." Dijo Luna, intentando en vano ocultar el hecho que estaba nerviosa. Desviando la mirada para que Dusk no viera bajo su capucha.
"Eres la misma de siempre." Dijo Dusk con una tierna mirada, entendiendo finalmente lo que le preocupaba a Luna. "Quizás tu melena no ondea como antes, ni tu pelaje es tan oscuro. Pero cuando llegaste, pude reconocer tu bella voz; y al verte a la cara, pude reconocer tus ojos, y esa mirada de compasión y grandeza que tenías cuando te vi en mis sueños... Además, recuerda que yo te liberé de Nightmare Moon, así que ya he visto tus dos formas, y te aseguro que ambas son igual de bellas." Agregó Dusk sonriendo, para darle seguridad a Luna.
Al escuchar esas palabras, Luna no pudo evitar sonrojarse, y tras pensarlo unos segundos, finalmente ella accedió y bajó su capucha. Así Dusk pudo ver que efectivamente esta no era la figura de la Luna que recordaba haber visto la última vez, sino que se parecía más a la figura de la primera vez que Dusk la vio, cuando la liberó del hechizo de Nightmare Moon. Con su pelaje azul, su melena celeste, que parecía estar a medio camino de transformarse en la melena etérea que Dusk había visto en 'Lady Night'. Pero más importante, tal como él mismo dijera antes, la dulce y compasiva mirada de Luna se mantenía intacta en todas sus formas, y al verla a los ojos, Dusk no pudo evitar sonreír al sentir un renovado calor en su corazón. Por su parte, Luna tímidamente desvió su mirada al ver que Dusk la veía fijamente, sintiendo vergüenza al sentirse débil y pequeña. Pero al ver la dulce y tierna sonrisa de Dusk, ella también sonrió débilmente, sonrojándose y logrando finalmente ver también directamente a Dusk a los ojos.
"S-Supongo que está bien que los ponies de este pueblo me vean así… Después de todo, ellos lograron verme en esta forma durante la Celebración del Sol de Verano." Dijo Luna tímidamente, luego suspirando y poniendo una mirada más seria, pues no importaba cuanto lo intentase Dusk, ella sabía que su razón para estar allí era por él, no por ella. "Ahora, querido Dusk. ¿Podrías dejar de darme evasivas y decirme qué es lo que tanto te está afectando?" Preguntó Luna, yendo directo al punto, habiendo reconocido inmediatamente que pese a las sonrisas de Dusk, su mirada escondía un gran pesar que luchaba por ocultar.
Al ver la seria y determinada mirada de Luna, Dusk bajó triste su mirada, sintiendo que la depresión volvía a hundirlo. Él no quería contar lo sucedido, ya suficientemente malo era saber que había perdido a sus amigas, y lo último que quería ahora era preocupar a las princesas. En esos pensamientos comenzaba a aislarse Dusk, hasta que sintió un cálido casco tocado su costado.
"'Antes creía lo mismo que tú, que la soledad y el encierro eran la solución… Pero la verdad es que todos necesitamos a alguien…' ¿Sabes quién me dijo esas palabras?" Dijo Luna, mirando a Dusk con una tierna mirada.
Entonces Dusk abrió grande sus ojos al darse cuenta que esas habían sido exactamente las mismas palabras que él le había dicho a ella cuando le pidió que luchara contra Nightmare Moon y que no se culpara por el pasado. Al darse cuenta de eso, Dusk cerró sus ojos, dándose cuenta que él, al igual que Luna, se había estado aislando de todos, sufriendo en soledad. Entonces él finalmente suspiró y decidió compartir su dolor.
"Es una larga historia." Dijo Dusk con una triste sonrisa.
Luego de eso Dusk y Luna comenzaron a caminar lentamente por el pueblo, con Dusk contándole a Luna todo lo sucedido desde la vuelta de Sunset Shimmer a su vida. Resumiendo su tormentoso pasado, el ataque de Discord a sus amigas en el tren, el plan de Sunset para retener a Discord en Ponyville, cómo él liberó a sus amigas del trance de Discord, cómo fallaron los elementos de la armonía, y cómo Sunset finalmente le reveló la verdad, contándole del sacrificio que tuvo que hacer para que Discord pudiera ser encerrado finalmente.
"Por eso es que… a pesar de saber que hice lo correcto, yo… no puedo sentirme feliz. Pues sé todo lo que perdí." Dijo Dusk con tristeza cuando él y Luna llegaban a la biblioteca, justo cuando Dusk terminaba de contar su historia.
"Yo… No pensé que las cosas se habían complicado tanto." Dijo Luna sorprendida y asustada al darse cuenta del sacrificio de Dusk y de todo lo que él y sus amigas tuvieron que pasar. "Pero con todo lo que me contaste… ¿No crees que todo pudo ser un plan de esa tal Sunset desde el principio? Solo para que te alejaras de tus amigas y… así prometieras estar siempre con ella." Agregó Luna preocupada, entrecerrando sus ojos al darse cuenta de algo horroroso.
Que Dusk hubiera olvidado a sus amigas era algo perfecto para ella. Su mayordomo, Sweet Caramel, le había contado sobre las declaraciones de amor de las cinco amigas de Dusk, algo que la había deprimido y frustrado desde que se enteró de aquello. Pero ahora las cosas podían ser diferente, ¡Ahora ella no tendría competencia para luchar por el corazón de Dusk! ¡Era perfecto! Sin embargo, Luna sabía que no podía ser tan cruel como para aprovecharse de esa circunstancia. Ni siquiera ella misma haría algo tan malvado como obligar a Dusk a que borre los recuerdos de sus amigas, solo para quedarse con su corazón.
"Lo sé… Sunset es muy astuta. Probablemente este haya sido su plan todo el tiempo." Respondió Dusk con una triste y abatida mirada. "Pero eso ya no importa. Ella logró encontrar una forma de engañar al señor del caos y así salvar a toda Equestria. Eso es todo lo que importa."
"¡No!" Dijo Luna, mirando seriamente a Dusk. Tomando la decisión de ayudar a Dusk, pese a que con eso estaría perdiendo su oportunidad de ganar su corazón solo para ella. "No puedes darte por vencido, ¡Ese no es el Dusk Shine que conozco!"
"Pero… No hay nada que pueda hacer…" Dijo Dusk asombrado por la mirada de Luna, luego desviando la mirada tristemente.
"¡Lucha! ¡Lucha por la amistad y el amor de tus amigas!" Dijo Luna, alzando su voz y mirando a Dusk con firmeza, como se ve a un súbdito cuando se le da una orden. "Debe haber una manera para mantener a Discord encerrado y que tus amigas puedan recuperar sus recuerdos. Y si no existe una manera, hallaremos una. ¡La lucha no ha terminado! Debes vencer a Sunset y recuperar a tus amigas, ¡Solo entonces podrás decir que ganaste esta lucha! Esta es solo una pesadilla en vida, ¡Debes despertar! Si tu sueño es vivir felizmente junto a tus amigas, ¡Lucha por ese sueño!" Dijo Luna, motivando a su querido Dusk, deseando con todo su corazón ayudarlo, y así, volver a verlo sonreír.
Ante las palabras de Luna, Dusk se quedó inmóvil, sintiendo que el coraje volvía a su corazón y que sus ojos volvían a recuperar su brillo al sentir que él recuperaba la esperanza. Hasta que repentinamente, con una palabra que Luna dijo, el cerebro de Dusk volvió trabajar al cien por ciento, hasta que una loca, peligrosa, pero esperanzadora idea vino a él.
"Sueños…" Repitió Dusk con sus ojos muy abiertos, una palabra que había dicho Luna y que se quedó dando vueltas en su mente. "¡Eso es! ¡Podría funcionar!" Dijo Dusk emocionado, recuperando la esperanza.
Entonces, sin decir una palabra, Dusk abrió rápidamente la puerta de la biblioteca y se lanzó hacia los estantes de libros, buscando lo que necesitaba. Finalmente Dusk encontró el libro que quería, y rápidamente comenzó a hojearlo para buscar el hechizo que necesitaba. Mientras Dusk se concentraba, Luna también entró a la biblioteca, y pese a que no sabía qué era lo que Dusk estaba haciendo, solo le bastaba con ver que él finalmente había recuperado el brillo en sus ojos y había vuelto a ser el pony que tanto amaba. Aquello hizo que ella sonriera tiernamente mientras lo veía.
"¡Aquí está! ¡Hechizos mentales!" Dijo Dusk emocionado, apuntando a una página del libro que leía. Dándose la vuelta y yendo hacia donde estaba Luna. "Yo no borré los recuerdos de mis amigas, ya que borrar completamente un recuerdo es complicado y peligroso. Lo que hice más bien fue bloquearlos, que es mucho más seguro. Pero si logro adentrarme en sus recuerdos profundamente, podría localizar específicamente donde está atada la maldición de Discord, y así destruir la maldición sin afectar los recuerdos de mis amigas."
Al escuchar aquello, Luna no pudo evitar poner una mirada de preocupación, entendiendo lo que quería hacer Dusk.
"Conozco los hechizos mentales, pero… son muy peligrosos. Cualquier error podría afectar las mentes de tus amigas de manera irreversible." Dijo Luna asustada, pensando que la esperanza que le había dado a Dusk, podía haber sido demasiado peligrosa. "Y lo más peligroso es que no estarías intentando ocultar un mal recuerdo, o poniendo una ilusión mental, ¡Lo que quieres intentar hacer es destruir una maldición! Que es mil veces más peligroso."
"Lo sé. Pero con tu ayuda puedo lograrlo." Dijo Dusk, mirando fijamente a Luna. "Eres la única pony que puede entrar a los sueños de los demás, y tal como lo hiciste con Applejack, ¡Puedes hacer visibles los recuerdos como ningún otro pony puede hacer! ¡Mediante el mundo de los sueños puedes acceder más fácilmente a los recuerdos de un pony!"
"Yo… Es cierto, podría hacerlo, ¡Pero sigue siendo demasiado peligroso!" Dijo Luna preocupada, no queriendo pensar que por ayudar a Dusk, podría estar dañando las mentes de cinco yeguas inocentes.
En ese momento Dusk se acercó más a Luna y tomó gentilmente su casco, mirándola con una mirada suplicante.
"Por favor, es la única oportunidad que tengo para recuperar a mis amigas." Dijo Dusk con una triste mirada. "Jamás lastimaría a mis amigas, ya lo pensé. Si yo realizo el hechizo y sirvo de foco catalizador, solo yo estaré en riesgo, no ellas."
"¿Foco catalizador?" Dijo Luna confundida, abriendo grande sus ojos con terror al descubrir lo que Dusk quería hacer.
"¿Lo entiendes, verdad? Solo yo puedo hacer esto, porque los recuerdos que vivimos juntos, no solo viven en mis amigas, también viven en mí." Dijo Dusk con una pequeña y triste sonrisa. "Debido a ese lazo, puedo hacer que si cometo un error y veo que los recuerdos de mis amigas comienzan a dañarse, el daño se refleje en mí antes que en la mente de mis amigas. Así ellas no estarían en peligro mientras destruyo la maldición."
"¡Pero eso significa que todo el peligro recaerá solo en ti!" Dijo Luna asustada, finalmente perdiendo su tranquilidad ante la locura que pensaba hacer Dusk. "Entrar al mundo de los sueños, reflejar sus recuerdos malditos con tus propios recuerdos sanos, y destruir una poderosa maldición, ¿¡Todo al mismo tiempo!? ¡Dusk! ¡Es imposible!"
"No es imposible, solo tendré que ser cuidadoso… muy cuidadoso y muy paciente, para no cometer ningún error." Dijo Dusk bajado su mirada, luego levantándola nuevamente y mirando suplicantemente a Luna. "Sé que es peligroso, pero por favor… Necesito que me ayudes."
Viendo la mirada de Dusk, Luna desvió la mirada, pensando que todo era demasiado arriesgado. Si tuviera que sacar un cálculo, ella diría que Dusk tenía solo un veinticinco por ciento de probabilidad de éxito, otro veinticinco por ciento de probabilidad de fallar sin consecuencias, y el otro cincuenta por ciento… de fallar y que su mente sufriera daños irreparables, ¡Era una locura! Sin embargo, ella se había jurado a sí misma que si algún día Dusk pedía su ayuda, ella daría todo de sí por dársela. Después de todo, luego de haberla salvado de una horrible pesadilla y dolor que soportó por mil años, ella no podía negarse a lo que Dusk le pedía con tanta determinación. Él sabía los riesgos, y aún así, estaba dispuesto a tomarlos, con tal de recuperar a sus amadas amigas.
"E-Está bien… Pero… debes prometer que tendrás mucho cuidado… Más del que has tenido haciendo cualquier otro hechizo en tu vida." Dijo Luna cerrando sus ojos con dolor, sabiendo el riesgo al que Dusk quería exponerse.
Tras haber tomado aquella decisión, Dusk se quedó en la biblioteca, repasando una y otra vez los hechizos mentales que debería ocupar, pese a que ya se había leído ese libro anteriormente. Mientras tanto, Luna fue a buscar a las cinco amigas de Dusk, quienes al ver que la princesa de la noche las requería para una misión especial, la acompañaron sin dudar.
Una vez las yeguas llegaron, Luna les pidió a las yeguas que se quedaran en el centro de la biblioteca. Luego ella uso su magia para hacer caer a las cinco yeguas en un profundo sueño. Entonces Luna se acercó más a ellas, haciendo brillar su cuerno, el cual se iluminó ascendentemente en forma de espiral, brillando de una manera muy particular, concentrándose mucho, debido al complicado hechizo que estaba por hacer.
"Transformaré este salón en un reflejo del espacio onírico. Así podrás huir más fácilmente si… algo sale mal." Dijo Luna mientras una bruma comenzó a aparecer en toda la biblioteca, haciendo que poco a poco el entorno se pareciera más al espacio etéreo que Dusk recordaba haber sentido en los sueños de Applejack. "Ya sabes lo poderosa que es la magia de Discord, así que puedes imaginarte lo poderosa que será la maldición en los recuerdos de tus amigas…" Agregó Luna, desviando su mirada con temor, aún insegura de lo que Dusk quería hacer.
"Lo sé. Además, mi mente tendrá que soportar los recuerdos de cinco ponies distintos… Seis, contando mis propios recuerdos." Dijo Dusk, acercándose a Luna con una mirada llena de determinación. "Conozco los riesgos, y los acepto."
Viendo que pese a su última advertencia, Dusk seguía decidido a arriesgarse con aquello, Luna cerró sus ojos, y con su cuerno aún brillando, tocó el cuerno de Dusk, traspasándole el brillo que su cuerno había tenido luego de haber tocado las mentes de las cinco yeguas.
"Cuando estés listo." Dijo Luna, intentando ocultar su preocupación. "Yo puedo estar a tu lado, pero no podré hacer nada, todo dependerá de ti, tú serás el conductor del hechizo."
"Gracias, pero… estaré bien yo solo." Dijo Dusk con una pequeña sonrisa tranquilizadora. "Además… Hay otra tarea aún más importante en la que tendrás que ayudarme." Agregó Dusk, poniendo una mirada más seria.
Minutos después, Dusk finalmente había comenzado a invocar el poderoso y complicado hechizo mental, que materializaría parcialmente los recuerdos de sus amigas, como si toda la biblioteca hubiera pasado a ser parte del reino de los sueños. Desde fuera de la biblioteca, se podía ver las ventanas de la misma brillando mientras una espesa niebla llenaba el interior, impidiendo a cualquiera ver lo que sucedía dentro de ese temporal espacio etéreo.
Pese a todo, pareció que ningún pony le prestó mayor atención a ese peculiar espectáculo. Luego de lo ocurrido con Discord, los pocos ponies que vieron que algo extraño sucedía en la biblioteca, fingieron no haber visto nada y salieron arrancando, asustados por cualquier magia extraña que pudiera volver a hechizarlos. Solo una pony pareció sorprendida e intrigada por lo que sucedía, y rápidamente se acercó hasta la biblioteca.
Sunset finalmente había vuelto al pueblo luego que Dusk la abandonara. Ella había pasado bastante tiempo en el bosque Everfree, sintiendo que por alguna razón se sentía más liberada en aquel lugar desolado que rodeada de ponies en el pueblo. Mas luego de volver al pueblo y ver que algo extraño sucedía en la biblioteca, inmediatamente supo que Dusk estaba realizando algo sospechoso. Entonces ella corrió hacia la puerta y se dispuso a entrar en la biblioteca.
"Alto." Dijo repentinamente una voz femenina, deteniendo a Sunset antes que abriera la puerta de la biblioteca. Entonces Sunset miró hacia arriba y se sorprendió al ver que una alicornio azul, con una capa y capucha cayó del cielo y se interpuso entre ella y la puerta.
"Tú… Debes ser Luna…" Dijo Sunset, ocultando su sorpresa y mirando con una pequeña sonrisa arrogante a Luna. "¿O quizás prefieres que te llamen Nightmare Moon? La verdad es que no lo sé, ya que es la primera vez que hablamos." Agregó Sunset, dándose cuenta inmediatamente por la mirada de Luna, que ella no era bienvenida allí, por lo que decidió molestarla inmediatamente para ver cómo reaccionaba.
Sabiendo que esa arrogante yegua amarilla solo quería provocarla, Luna se mantuvo firme y digna, sin mostrar emoción alguna, y sin decir ninguna palabra.
"Si no te molesta, Luna, quisiera entrar para ver a Dusk Shine." Dijo Sunset tranquilamente.
"Él está ocupado. Ahora mismo está realizando un complicado hechizo, y necesita concentración absoluta." Respondió finalmente Luna, mirando con soberbia a la arrogante Sunset.
Al escuchar aquello, el veloz cerebro de Sunset armó varias teorías de lo que podía estar haciendo Dusk en ese momento, y ninguna teoría era muy favorable, lo que la hizo sentirse intranquila, pese a que su rostro no demostró emoción alguna.
"Huff… Supongo que no lo sabes." Dijo Sunset suspirando, luego mirando molesta a Luna. "Él y yo hicimos un trato, él prometió que siempre estaríamos juntos, así que es mi derecho entrar a verlo."
"Ya lo sé todo. Sé cómo lo engañaste para convertirlo casi en tu esclavo y obligarlo a borrar los recuerdos de sus amigas." Dijo Luna, cada vez haciéndosele más difícil no mostrar enojo ante tal arrogante pony. "Dusk me advirtió que tú podrías venir para intentar evitar que él recupere a sus amigas. Así que no te dejaré dar ni un paso más." Agregó Luna, mirando fieramente a Sunset.
Tras esas palabras, Sunset bajó su vista unos segundos mientras su mente ataba algunos cabos sueltos. Luego ella levantó nuevamente su vista, solo que esta vez miró a Luna con una malvada y arrogante sonrisa.
"Heh… Han pasado años desde que me enfrenté a una alicornio." Dijo Sunset mirando fijamente a Luna, poniéndose en posición para atacar, iluminando su cuerno. "Supongo que será interesante ver cuánto ha subido mi poder y habilidad mágica, aunque sea un duelo contra una alicornio incompleta como tú."
*IMAGEN : bit .ly/ 2TSUAfM
Al ver la mirada de desafío de Sunset y escuchar sus arrogantes palabras, Luna adoptó la misma posición de ataque y también iluminó su cuerno.
"Inténtalo si puedes… maldita."
# Fin del capítulo 5
