Capítulo 13 – Mito y realidad
Era un nuevo día en Canterlot, apenas había amanecido, y Luna se encontraba camino al comedor luego de haber bajado la luna y haber terminado sus labores como guardiana de la noche y de los sueños. Al llegar al salón comedor, la princesa de la noche se extrañó al ver que ni su hermana ni su supuesta sobrina se encontraban allí.
"¿Dónde están las demás?" Preguntó Luna, hablándole a su fiel mayordomo Sweet Caramel. Que se había apresurado a llevarle una taza de café, como era costumbre cada mañana.
"La Princesa Cadenza está ocupada con los preparativos para la boda." Respondió la mayordomo, acercándole a la princesa una bandeja con fruta. "Y la Princesa Celestia, asistió junto a Raven al funeral de la maestra Inkwell."
Al escuchar la palabra 'funeral', Luna se sorprendió. Ella recordaba vagamente que su hermana le había preguntado a su asistente, Raven Inkwell, por la salud de su abuela hacía un par de días atrás. Sin embargo, no se imaginó que la abuela de Raven estaría tan mal como para que su vida se hubiera esfumado en solo unos pocos días.
"Lamento escucharlo." Dijo Luna solemnemente. Permaneciendo un segundo en silencio como respeto, y luego continuando con su desayuno en absoluto silencio.
Mientras comía, Luna recordó que no solo su hermana era una princesa, ella también lo era. Y tal como había hecho su hermana, lo correcto sería que ella también presentara sus respetos a la siempre fiel Raven, por su lamentable pérdida familiar.
Con ese último pensamiento, Luna se apresuró a terminar su desayunó, se puso rápidamente de pie, y se encaminó para salir del palacio e ir hasta el cementerio de Canterlot. Un lugar algo alejado del centro de la ciudad, pero al que Luna pudo llegar rápidamente gracias a sus grandes alas de alicornio.
Una vez allí, Luna se lamentó al ver que al parecer había llegado algo tarde, justo cuando el funeral parecía llegar a su término. Todos los familiares y conocidos de la anciana maestra Inkwell comenzaban a retirarse del lugar, incluyendo su nieta, Raven Inkwell. Al verla, Luna se acercó hasta ella e inclinó levemente su cabeza como muestra de respeto.
"No se preocupe Princesa, era algo que esperábamos desde hacía unos días. Su estado no mejora, y, bueno, nos alegra que ahora esté en un lugar mejor." Dijo Raven con una pequeña sonrisa. Triste de que su abuela ya no estuviera con ella, pero aliviada de que ya no estuviera sufriendo y de que su madre y el resto de su familia pudieran descansar de cuidar a su pobre abuela.
"Perdona que te lo pregunte, Raven. Pero, ¿Mi hermana ya se fue?" Preguntó Luna, mirando a todos los ponies que se retiraban del cementerio, y viendo que su hermana no estaba en ese grupo.
"La Princesa Celestia dijo que permanecería allí unos minutos más." Respondió Raven, apuntando hacia atrás suyo. "Me encargó ir al palacio y ajustar su agenda para compensar estos minutos de atraso. Así que, si me disculpa Princesa." Agregó Raven, recordando que tenía mucho trabajo que hacer. Apresurándose para volver al castillo y a sus deberes.
Luego que Raven se fuera, Luna siguió avanzando por el cementerio, viendo de cuando en cuando alguna estatua sobre alguna tumba de algún pony adinerado o famoso. Hasta que finalmente vio a su hermana, quien permanecía con una triste mirada viendo la tumba de la recién fallecida maestra Inkwell.
"Hermana, ¿Por qué sigues aquí sola? Creo que es un lugar algo lúgubre para que esté la Princesa del Sol sola." Dijo Luna con una pequeña sonrisa. Intentando animar a su hermana, al ver que parecía estar algo afligida.
"Lo sé… Es un lugar que siempre trato de evitar. Me pone demasiado melancólica." Respondió Celestia con una triste sonrisa, sin dejar de ver la tumba que estaba frente a ella. "Era una potrilla tan alegre y entusiasta…" Agregó Celestia, entrecerrando levemente sus ojos.
"¿Hm? Pensé que era la tumba de la abuela de Raven." Dijo Luna, acercándose más para comprobar el nombre de la tumba.
"Así es. Inkwell era una vieja testaruda y algo peculiar, pero la imagen que más recuerdo de ella en este momento, es cuando su padre la llevó por primera vez al castillo, siendo solo una potranca." Dijo Celestia con una pequeña sonrisa y un brillo en sus ojos. "¿Sabías que hace algunos años unas criaturas de las sombras atacaron el reino? Nos tomaron a todos por sorpresa. Todos confiaban en mí para protegerlos, pero mi magia no era suficiente para defender a toda la ciudad sola… Fue allí que una joven Inkwell fue la primera que saltó para ayudarme. Era una unicornio muy talentosa en magia… Recuerdo que me costó mucho convencerla para que diera clases en la Escuela de Magia. Y siguió dando clases por muchos años hasta solo hace algunos años… Confiaba tanto en su juicio, que ella fue una de las juezas que llamé para que viera la prueba de Dusk Shine y viera que era digno de ser mi estudiante…" Dijo Celestia intentando mantener su cara de póker, pese a que a ratos su voz se entrecortaba.
"Hermana…" Dijo Luna débilmente, notando que Celestia no estaba del todo bien.
"El de allá es Honey Rusk, un tímido potrillo que creció para convertirse en un fabuloso panadero... La de allá es Red Blossom, una linda potranca con hermosas trenzas, que creció para convertirse en madre y abuela de muchos nietos…" Continuó hablando Celestia, alzando la voz afligida, apuntando a otras tumbas cercanas mientras luchaba por ocultar su pena. "Todos ellos… Todos… Los he visto nacer, los he visto crecer, y… los he visto morir…" Agregó Celestia, bajando su cabeza y cerrando sus ojos.
En ese instante Luna abrió grande sus ojos y desvió la mirada con dolor, dándose cuenta de algo en lo que no había pensado en todo ese tiempo desde que había vuelto de su destierro. Todo el tiempo que ella pasó como Nightmare Moon, fue como una larga pesadilla. Una lucha continua contra su contraparte oscura por más de mil años, una lucha mental que hizo que sus recuerdos fueran borrosos, y que la noción de tiempo también lo fuera, por lo que esos mil años encerrada, ahora solo se veían como algo nebuloso y lejano. Lo único que quedó dentro de su corazón, fueron sentimientos, como el miedo, la culpa, pero principalmente, la soledad. Una soledad que Luna pensó que nadie más que ella podría sufrir. Sin embargo, ahora ella se daba cuenta que su hermana también había sufrido de esa soledad por mil años, solo que de una forma distinta. A diferencia de ella, Celestia Celestia, que estuvo rodeada de ponies por mil años, pero en todo ese tiempo, nadie jamás pudo acompañarla completamente. Por mil años Celestia había conocido y se había despedido de miles de ponies, viendo sus vidas esfumarse mientras ella vivía su vida inmortal, al igual que ella, en completa soledad.
Al darse cuenta de aquello, Luna no pudo evitar sentirse mal y culparse nuevamente a sí misma, por aquel daño colateral del que no se había dado cuenta hasta ese momento.
"Todo es mi culpa…" Susurró Luna con rabia, sintiendo que una pequeña sombra intentaba abrirse paso en su corazón.
"No. No lo es." Dijo inmediatamente Celestia, girándose y acariciando el rostro de su hermana. "Ya deja de atormentarte por tu pasado. Cometiste un error, todo los cometemos, incluso yo. De hecho… En especial yo." Agregó Celestia, poniendo una mirada con angustia al recordar su propio pasado. Al ver esa mirada en Celestia, Luna no pudo evitar dejar de lado su propio tormento al preocuparse por su hermana.
Desde que había vuelto de las sombras, Luna había escuchado varias veces aquella misma frase por parte de Celestia. Siempre desviando la mirada con dolor y tristeza al decirlo, como si hubiera algo que la atormentara en secreto. Por meses, Luna pensó en preguntarle a Celestia a qué se refería exactamente, después de todo, Luna conocía gran parte del pasado de su hermana, y aunque habían algunas cosas reprochables, ella no creía que hubiera algo tan malo como para que Celestia hiciera tal gesto. Sin embargo, había un vacío de mil años que Luna desconocía de su hermana, un vacío que día a día comenzaba a preocuparle más y más… ¿Qué había pasado con el Imperio de Cristal y con la Princesa Amore? ¿Qué había pasado con sus aliados de otras naciones? ¿Por qué Equestria parecía estar tan aislada del mundo? ¿Cómo era que Cadance se había convertido en alicornio? Todas esas eran preguntas que rondaban la cabeza de Luna, pero que Celestia siempre buscaba excusa para no responder.
"Hermana… ¿Hay algo de lo que quieras hablar conmigo?" Dijo finalmente Luna, preocupada al ver la fugaz mirada de dolor que había puesto su hermana al recordar su pasado.
Ante aquella sorpresiva pregunta, Celestia miró a su hermana fijamente, viendo su mirada de sincera preocupación, deseosa de querer ayudarla. Sin embargo, Celestia bien sabía que había cosas que era mejor ocultar, problemas que eran de ella y solo de ella.
"Ya mucho has sufrido, hermana. Solo yo debo sufrir con el peso de mis propios errores…" Pensó Celestia, poniendo una triste sonrisa.
"No te preocupes, ya estoy bien… Te lo dije, los cementerios me ponen demasiado melancólica, jeje." Dijo Celestia volviendo a poner su acostumbrada sonrisa. "Ven Luna, debemos volver al castillo. El día recién empieza y aún hay mucho por hacer." Agregó Celestia, abriendo sus alas, lista para despegar y volver volando al castillo.
"¿Por qué haces esto…? ¿Quieres protegerme de algo? ¿O solo no confías en mí?" Pensó Luna angustiada. Entonces ella abrió su boca para insistirle a Celestia y que no volviera a evadir el tema. Sin embargo, justo en ese instante, un sorpresivo flash mágico apareció frente a Celestia, y un pergaminó apareció por arte de magia frente a ella.
"¿Una carta de Spike? ¿No es algo temprano para que Dusk envíe algún reporte?" Dijo Celestia alzando una ceja. Tomando el pergamino y comenzando a leerlo.
Por su parte, Luna frunció el ceño al ver que Celestia nuevamente parecía querer una excusa para evadir su conversación. Sin embargo, al ver que su hermana ponía una mirada preocupada mientras leía la carta de Dusk, Luna dejó de lado sus dudas y se acercó también a leer el pergamino.
"Esto… ¿Es un problema?" Preguntó Luna alzando una ceja confundida, luego de terminar de leer la carta.
"Probablemente…" Dijo Celestia con una mirada preocupada. "Creo que debo ir a Ponyville de inmediato."
"Yo también voy." Dijo inmediatamente Luna, mirando seriamente a su hermana. Entonces Celestia abrió su boca para decirle que aquello no era necesario, sin embargo, Luna se puso firme y miró fijamente a Celestia. "Yo. También. Voy." Repitió fuerte Luna, haciéndole entender a su hermana que la decisión ya estaba tomada.
Sabiendo que no podría hacer cambiar de opinión a su hermana, Celestia suspiró resignada y aceptó que su hermana la acompañara. Entonces ambas alicornios emprendieron el vuelo hacia Ponyville.
Varias horas antes, en Sweet Apple Acres…
'¿Te gustaría que pasáramos esta noche juntos?' Esa era la pregunta que Applejack le había hecho aquella tarde a Dusk. Algo que hizo que el potro lavanda se sonrojara profundamente, al tiempo que su loca imaginación comenzaba a fantasear en contra de su voluntad, con todas las posibilidades que aquella simple pero trascendental pregunta implicaba. Sin embargo, siendo ya de noche, en donde se suponía que ocurriría aquel significativo momento, de compartir una noche junto a su novia, fue que Dusk Shine se percató que las cosas serían muy diferentes a las que se esperó durante toda esa tarde.
"Esto… No es como me lo imaginaba…" Pensó Dusk Shine, recostado en el piso de la casa club de las Cutie Mark Crusaders. Profundamente decepcionado, mientras Apple Bloom, Sweetie Belle y Scootaloo saltaban sobre su cabeza mientras jugaban. Con la abuela Smith y una de sus primas, riendo ruidosamente mientras recordaban viejas historias. Y con Big Mac mirándolo fijamente con enojo desde un rincón de la casa.
"Niñas, no salten sobre Dusk. Guarden energía para atrapar al 'Gran Retoño'." Dijo Applejack, entrando en la casa club. Viendo lo exaltadas que estaban aún las potrancas, pese a que ya era muy de noche.
"¡Hermana! ¡Cuéntanos otra vez la historia del Gran Retoño!" Dijo Apple Bloom emocionada, acercándose con ojos expectantes a su hermana. Gesto que imitaron las otras dos potrancas.
"¡Claro!" Respondió Applejack sonriendo. Feliz de ver a su inocente hermanita tan emocionada. "¿Hm? ¿Qué pasa Dusk? Te ves algo deprimido." Preguntó Applejack antes de contar la historia, viendo de reojo a Dusk y notando la cara de decepción que por alguna razón tenía su novio.
Al ver que Applejack no se daba cuenta de por qué él estaba decepcionado, Dusk simplemente suspiró cansado, resignándose a que pasaría una noche muy distinta de la que su loca imaginación le había sugerido. Recordando lo sucedido esa tarde mientras Applejack comenzaba a contarles nuevamente a las potrancas la historia del 'Gran Retoño'
Aquella tarde, siguiendo las instrucciones de Applejack, Dusk había ido un poco antes del atardecer hasta Sweet Apple Acres. Repitiéndose una y otra vez a sí mismo que nada 'demasiado osado' ocurriría entre él y su novia. Es decir, Applejack le había pedido pasar la noche juntos, pero quizás ella solo quería dormir junto a él. Pero… ¿¡Y si ella quería ALGO MÁS!? Esa era la pregunta que Dusk no pudo sacarse de su cabeza hasta que llegó a la casa de su novia.
Una vez allí, Dusk se sorprendió de ver que Applejack estaba reunida con su abuela y su tía-abuela Golden Delicious, quien había llegado hasta allí para celebrar la caza del 'Gran Retoño'. Fue así que Applejack le explicó a Dusk que cada cien lunas su familia celebraba 'La Confluencia', una fecha en que cada manzana maduraba al mismo tiempo y debían ser cosechadas en unos pocos días. Sin embargo, lo más destacado de la confluencia, era la aparición del Gran Retoño, un supuesto ser místico que garantizaba cosechas perfectas a quienes lo atrapasen. Una caza que habían seguido fielmente los potrillos y potrancas de la familia Apple por años, hasta que crecían y se daban cuenta que el Gran Retoño era solo un cuento para entretener a los potrillos.
"Así que, ¿El Gran Retoño no es real?" Preguntó Dusk, un poco decepcionado luego que Applejack le hubiera contado la historia. Ya que de verdad le hubiera encantado averiguar más sobre ese supuesto ciervo mágico que ayudaba con las cosechas.
"¡Claro que es real!" Dijo la tía abuela de Applejack, Golden Delicious. Mirando molesta a Dusk y a Applejack.
"Por supuesto que no es real." Dijo Applejack con una mirada cansada, ignorando a su tía. "Pero aún así, quiero que Apple Bloom sienta la misma emoción que yo sentía cuando era potrilla e intentaba atraparlo."
Tras eso, toda la familia Apple, más Dusk y las Crusaders, aprovecharon los últimos rayos de luz del día para rodear todo el campo de la familia Apple con numerosas trampas. Todas estas para intentar atrapar al esquivo Gran Retoño.
Con las trampas listas, todos fueron hasta la casa club de las Crusaders, que quedaba al borde de los campos de manzana de la familia, y esperaron pacientemente, cada uno con un motivo propio: Las Cutie Mark Crusaders, esperando emocionadas a que alguna trampa se activase, para salir corriendo tras el Gran Retoño; Applejack, Dusk Shine y Big Mac, esperando a que las potrancas cayeran dormidas para ir a activar las trampas en secreto, y que así, al día siguiente, las potrancas se sorprendieran; y finalmente las dos abuelas, que simplemente reían ajenas a todo, riéndose del pasado.
De vuelta al presente, luego que Applejack terminara de contar nuevamente la historia del Gran Retoño a las potrancas, ella se acercó a Dusk y se sentó a su lado.
"Lamento si esto no es lo que esperabas." Dijo Applejack con una triste sonrisa, mirando a Dusk.
"N-No es eso. De verdad me he divertido poniendo trampas y compartiendo con Apple Bloom y las demás. Es solo que…" Respondió Dusk, mirando a su novia y sintiéndose culpable. "¡No es nada! Es solo que a veces mi imaginación me juega malas pasadas, jeje." Agregó Dusk, sonrojándose al recordar las locas fantasías que había tenido al pensar en lo que pasaría esa noche.
"Bueno, la noche aún es larga. Y a mí… de verdad me gusta que quisieras estar aquí conmigo esta noche." Dijo Applejack, moviéndose muy sutilmente mientras estaba sentada, para que su cuerpo quedara tocando el de Dusk. Sonriéndole amorosamente a su novio. "No quisiera estar en ningún otro lugar que aquí contigo." Agregó Applejack sonrojada.
"Lo mismo digo." Respondió Dusk, sonriendo igual de amorosamente. Acercando lentamente su cabeza a la de Applejack, mientras sentía que su corazón se llenaba de amor por ella.
"¡AHEM!" Tosió fuertemente Big Mac, parándose enfrente de Applejack y Dusk, causando que ambos ponies se sobresaltaran y se separaran al instante. "Hermanita… La abuela te está llamando." Dijo Big Mac, con una mirada muy seria.
Ante el pedido de su abuela, Applejack se puso de pie rápidamente, aún sonrojada. En tanto, Dusk miró de reojo a Big Mac, quien simplemente se lo quedó mirando seriamente, como una estatua, como si quisiera matarlo con la mirada.
"Supongo que no le gusta que me acerque tanto a Applejack estando él presente…" Pensó Dusk avergonzado. "Pero, ¿Será solo eso? Estoy seguro que Big Mac lleva mirándome con odio desde hace varios días..." Pensó Dusk, sin saber la razón de que de la noche a la mañana Big Mac lo mirara con tanta desconfianza.
La noche fue avanzando y finalmente el exceso de energía de las potrancas llegó a su fin, y tan rápido como eran para moverse en el día, fue lo rápido que las tres cayeron dormidas luego que sus energías se agotaran. Y al igual que las potrancas, las pobres abuelas tampoco aguantaron estar despiertas hasta tan tarde, y también cayeron dormidas. Dejando así finalmente a los tres jóvenes ponies adultos para que pudieran seguir con su misión de esa noche.
Saliendo silenciosamente de la casa club, Dusk Shine, Applejack y Big Mac se dirigieron hacia el campo Norte de Sweet Apple Acres, para empezar a activar las trampas que ellos mismos habían puestos, y así simular el paso del mágico Gran Retoño.
Mientras caminaban, Dusk Shine y Applejack comenzaron a caminar juntos, pero al ver que estaban demasiado cerca el uno del otro, Big Mac rápidamente se interpuso y caminó justo entre medio de los dos. Aquello molestó un poco a la joven pareja, sin embargo ninguno dijo nada y simplemente siguieron caminando, ignorando a Big Mac. Pensando que el gran potro rojo simplemente estaba siendo demasiado sobreprotector con Applejack.
"Pensé que esta noche podría ser divertida si de todas formas estaba junto a Applejack, pero al parecer Big Mac está decidido a que no me le acerque." Pensó Dusk afligido, notando la tensión que había en el aire ahora que Big Mac caminaba a su lado.
"Quizás deberíamos separarnos. Así activaremos más rápido las trampas y podremos ir más rápido a los otros campos." Dijo Dusk con una sonrisa nerviosa. Queriendo alejarse un poco de Big Mac, ya que lo ponía nervioso que el gran potro rojo lo mirara con tanta desconfianza.
Decidiendo que aquello era lo más eficiente, Applejac y Big Mac aceptaron, y los tres ponies se separaron. Así fue como Dusk hizo uso de su buena memoria para recordar dónde habían puesto todas las trampas, para desactivarlas sin caer él mismo en ellas. Sin embargo, por un segundo, Dusk creyó que su memoria falló y que cayó en una trampa, cuando repentinamente su pata quedó atrapada en algo e hizo que cayera.
"¡Ouch…! ¿Qué es esto?" Dijo Dusk sobándose su pata luego de caer. Mirando hacia atrás y viendo qué era lo que lo había hecho caer…
Mientras tanto, en otro sector del campo Norte, Applejack desarmaba cuidadosamente un nudo que activaba una de las tantas trampas que habían repartidas por el huerto. Mientras lo hacía, Applejack se volteó asustada al escuchar un sonido tras ella. Por un segundo sus ojos se abrieron, con la infantil ilusión de que aquel ruido hubiese sido de verdad el mítico Gran Retoño. Sin embargo quien produjo aquel ruido no había sido ninguna bestia mágica invisible, sino que fue solo su propio hermano mayor.
"Big Mac, me asustaste… ¿Qué haces aquí? Pensé que habías ido a activar las trampas al otro lado." Preguntó Applejack alzando una ceja. En tanto que Big Mac simplemente se quedó callado, mirándola por un buen rato y luego desviando la mirada molesto.
"Tú… ¿Sabes que Dusk está formando un harem de yeguas?" Preguntó Big Mac, mirando seriamente a su hermana.
"Eh… ¿Qué?" Preguntó Applejack incrédula, con una pequeña sonrisa confundida al creer que había escuchado mal.
"Un harem. Escuché que Apple Bloom y sus amigas hablaban de que Dusk tenía un harem." Repitió Big Mac, entrecerrando los ojos.
"¡Pfft! Escuchaste mal. Dusk no tiene nada de eso. Ni que fuera un príncipe de Arabia Equina." Se burló Applejack, sonriendo ante aquella absurda idea.
"¿Entonces no es cierto que tú y tus amigas estén enamoradas de él?" Preguntó Big Mac, cada vez más serio.
"Eh… Bueno… Eso… Eso sí es cierto." Respondió Applejack avergonzada, desviando la mirada sonrojada.
"¿Y tú aceptas eso? ¿Que tus amigas miren a tu novio con otros ojos? ¿Y qué hay de Dusk? ¿Él no siente nada por ellas?" Preguntó Big Mac, acercándose más a Applejack, siempre mirándola seriamente.
"Eso… Eso no es algo que te incumba. Nosotras tenemos un acuerdo." Dijo Applejack, mirando nerviosa a Big Mac.
"¿Un acuerdo?" Preguntó Big Mac alzando una ceja. En ese instante Applejack desvió nerviosa la mirada, quedándose en silencio unos segundos.
"Dusk… Él será mi novio por un mes. Luego… él podrá ser novio de otra de las chicas." Respondió Applejack, mirando avergonzada hacia el suelo.
"Tú… ¿¡Cómo es que acordaste hacer algo así!? ¿Crees que eso es verdadero amor? ¿Estar jugando a ser novios?" Dijo Big Mac enojado.
"¡No estamos jugando! ¡De verdad somos novios!" Respondió Applejack molesta.
"Él no te quiere más que a sus otras amigas. Eso no es amor. Él no te ama. Aléjate de él." Dijo Big Mac, mirando fijamente a Applejack, como si estuviera reprendiendo a una potrilla.
"¡Él sí me ama! ¡Tú no sabes nada!" Gritó Applejack molesta, mirando enojada a su hermano.
"Solo quiero protegerte. No quiero que nadie juegue contigo." Dijo Big Mac seriamente. "¿Qué crees que dirían nuestros padres de tu relación? ¿Crees que ellos estarían de acuerdo con 'ese acuerdo' que hicieron tú y tus amigas?"
Al escuchar que su hermano mencionaba a sus padres, Applejack abrió grande sus ojos y desvió la mirada avergonzada, quedándose en silencio por varios segundos. Entonces ella apretó fuerte sus labios, cerró sus ojos y suspiró con tristeza, levantando nuevamente su cabeza para volver a mirar a su hermano.
"Sé que Dusk y yo no somos como mis padres. Ellos se enamoraron desde el día que se conocieron, y no dejaron de amarse hasta el día que murieron… Pero eso no significa que yo no sepa lo que es el amor." Dijo Applejack, mirando a su hermano con una triste sonrisa. "Quiero estar con Dusk y que juntos encontremos nuestra propia forma de amar, ¡Nuestro propio camino! Sé que será difícil, y que muchos estarán en nuestra contra, pero de verdad creo… No, de verdad SÉ que Dusk me ama. Y yo también lo amo."
Tras la respuesta de Applejack, ambos hermanos se quedaron mirando fijamente, hasta que un ruido detrás de ellos los distrajo. Al voltearse, ambos hermanos vieron que se acercaba Dusk Shine, que al ver que ambos hermanos estaban juntos, bajo un incómodo silencio, hizo que Dusk se detuviera y decidiera no acercarse hasta que alguno de ellos se lo dijera.
Con la llegada de Dusk, Big Mac frunció el ceño, le dio la espalda a su hermana y comenzó a retirarse, justo en dirección hacia donde estaba Dusk Shine. Entonces, justo cuando Big Mac pasaba al lado de Dusk, el joven unicornio decidió romper el tenso silencio.
"Big Mac… Sé que por alguna razón no me quieres cerca de Applejack…" Dijo Dusk con una mirada preocupada, hablando despacio para que Applejack no alcanzara a escucharlo. "Así que si quieres que me vaya, solo dímelo. Yo… No quiero abandonar a Applejack, pero lo último que quiero es que tú y Applejack se enojen por mi culpa. Después de todo, la familia siempre es lo primero."
Al escuchar esas palabras, Big Mac se detuvo. La frase 'La familia es lo primero' era algo que su padre siempre le había enseñado, una filosofía que todos en la gran y unida familia Apple compartían. Y el hecho que justamente Dusk Shine se lo dijera, fue algo que afectó en varios sentidos al gran potro rojo. Entonces Big Mac se volteó nuevamente y miró cara a cara a Dusk, mirándolo seriamente.
"Eres un buen potro, Dusk. Pero no importa quien sea, si cualquiera, incluso tú, llega a lastimar a mi hermana, o juega con su corazón, juró que no lo perdonaré." Dijo Big Mac, mirando amenazadoramente a Dusk.
Ante la mirada de Big Mac, Dusk abrió con sorpresa sus ojos. Pero a diferencia de otras veces, en que él hubiera desviado temeroso la mirada ante tal amenaza, Dusk se mantuvo firme. Y para sorpresa de Big Mac, lejos de intimidarse, Dusk puso la misma mirada seria que él.
"Te juro por mi vida que preferiría morir antes que lastimarla." Dijo Dusk, con absoluta determinación en su mirada.
Por varios segundos Big Mac se quedó mirando fijamente a Dusk, intentando buscar cualquier indicio de falsedad o vacilación en su mirada. Sin embargo, al no encontrarla, fue el mismo quien finalmente desvió la mirada.
'¡CUTIE MARK CRUSADERS CAZADORAS DE BESTIAS MÁGICAS!' Repentinamente los tres ponies desviaron sus miradas al escuchar un fuerte grito no lejos de allí. Habían sido las tres jóvenes potrancas, quienes al parecer, habían despertado y se preparaban para salir en busca del Gran Retoño.
"Iré con Apple Bloom y sus amigas antes que vengan aquí. Las distraeré mientras ustedes van al campo Sur." Dijo rápidamente Big Mac, mirando a Applejack y Dusk. "Luego de eso llevaré a abuela y a la tía Golden de vuelta a la casa. Así que todo dependerá de ustedes."
Tras decir eso, Big Mac se alejó rápidamente para volver a la casa club. Mientras lo hacía, la agitada mente del potro rojo seguía debatiéndose si había sido buena idea o no dejar a su hermana a solas con Dusk.
"Aún no puedo confiar al cien por ciento en Dusk, pero por ahora… confiaré en que Applejack sabe lo que hace." Pensó Big Mac mientras se alejaba. Deseando poder hablar con su padre para saber qué era lo correcto de hacer como hermano mayor.
Luego que Big Mac se fuera, Dusk miró a Applejack y se acercó hasta ella. Sin embargo, antes que Dusk pudiera decir algo, Applejack se giró y comenzó a caminar.
"De prisa. Vamos al campo Sur antes que Apple Bloom y sus amigas lleguen aquí." Dijo Applejack, caminando rápido, con su ceño ligeramente fruncido.
Por varios minutos, ni Dusk ni Applejack dijeron nada. Los dos simplemente caminaron rápidamente para llegar pronto al campo Sur, antes que las potrancas los viesen.
"Yo… lamento si los interrumpí. Parecía que estaban hablando algo serio." Dijo Dusk rompiendo el silencio, con una mirada triste mientras seguía a Applejack. "Supongo que hablaban sobre mí... Yo… Lamento que Big Mac no confié del todo en mí. Lo último que quiero es que ustedes peleen por mi culpa."
"Bueno, nos dejó a solas, así que ese ya es un primer paso." Dijo Applejack, calmándose luego de enojarse con su hermano, y luego dándole una pequeña sonrisa a Dusk para que no se culpara por lo sucedido. "Además, soy yo quien decide con quien estar, no mi hermano." Agregó Applejack sonriendo, mirando fijamente a Dusk. Entonces Applejack notó que Dusk traían algo sobre su lomo. "¿Qué es eso?" Preguntó, sin alcanzar a ver bien lo que Dusk traía, debido a la oscuridad.
"¡Oh! Es cierto. Quería preguntarte, ¿Esta es una maleza normal de campo?" Preguntó Dusk con una mirada un poco preocupada. Mostrándole a su novia una gran raíz de maleza negra con muchas espinas. "Hace un rato tropecé con esta raíz y… bueno… se ve algo extraña." Agregó Dusk con una sonrisa nerviosa.
Con una mejor amiga experta en cosechas y en vida campestre, Dusk ya había visto a Applejack cortar malezas muchas veces. Sin embargo, aquella maleza le pareció muy peculiar, no solo por su penetrante color negro y sus afiladas espinas, sino porque al tocar aquella maleza, hizo que a Dusk le diera un pequeño escalofrío. Como si aquella raíz negra emanara una débil y extraña aura mágica. A pesar de eso, Dusk no quiso asustar a Applejack y decirle aquello, al menos hasta que supiera bien qué era esa cosa.
"Mmm… sí, es alguna especie de maleza extraña. Empezó a aparecer hace unos días en los campos." Dijo Applejack, mirando la raíz oscura que sostenía Dusk. "Es difícil de cortar, pero lo peor es que vuelve a aparecer muy rápido. Es todo un fastidio."
Al entender que Applejack tampoco sabía con exactitud qué era esa raíz oscura, Dusk se quedó con una mirada pensativa mientras caminaba y levitaba la raíz frente a él. Repentinamente Dusk salió de sus pensamientos y dejó de caminar al notar que Applejack se había detenido. Al verla, Dusk se sorprendió de ver que Applejack tenía la mirada fija hacia el frente, como si hubiera visto un fantasma.
"Dusk… No habíamos venido al campo Sur... ¿Verdad?" Preguntó Applejack, con una mirada perpleja.
"Eh, no, solo alcanzamos a ir al campo Norte. ¿Por qué lo preguntas?" Respondió Dusk confundido, acercándose a Applejack y viendo hacia donde ella veía.
En ese instante Dusk alzó las cejas sorprendido al ver que, ahora que habían llegado al campo Sur, parecía que alguien se les había adelantado en activar las trampas. Ninguna había atrapado algo, pero todas se habían activado, como si algo hubiera pasado por allí. Sin embargo, lo más sorprendente era que en el suelo habían varias manzanas tiradas, todas formando extraños patrones circulares, como si alguien hubiera dejado varias señales en el suelo luego de escapar de las trampas.
"Quien sabe, quizás sea el verdadero Gran Retoño, jeje." Dijo Dusk con una pequeña sonrisa. Bromeando mientras su mente lógica buscaba alguna respuesta racional para aquel fenómeno.
"El Gran Retoño… Sí… ¡Sí! ¡De verdad puede ser el Gran Retoño!" Gritó repentinamente Applejack, con ojos llenos de emoción. Para total asombro de Dusk.
"Espera, solo estaba bromeando… ¿De verdad crees que el Gran Retoño hizo esto?" Preguntó Dusk incrédulo, pensando por un segundo que Applejack podía estar jugándole una broma. Sin embargo, los honestos y emocionados ojos de Applejack despejaban toda duda de que ella estuviera intentando engañarlo.
"Sé que es una locura, pero… ¿¡Qué otra explicación puede haber!?" Dijo Applejack, un poco avergonzada al darse cuenta que se había emocionado demasiado. "Cuando era una potranca siempre quise atrapar al Gran Retoño, pero de todas esas veces, ¡Nunca vi señales tan claras como estas!" Agregó Applejack, apuntando a los círculos de manzanas y a las trampas que ni ellos, ni Big Mac ni las abuelas pudieron haber activado.
"Debe haber una explicación lógica." Dijo Dusk, intentando hacer que Applejack se diera cuenta que creer en un ciervo mágico que traía cosechas eternas, era una completa locura.
"Dejé de creer en el Gran Retoño porque nunca vi ninguna prueba. Y este año, no quería que Apple Bloom tuviera esa misma decepción. ¡Pero estas señales demuestran que el Gran Retoño sí existe! ¡Esta vez sí lo atraparemos!" Dijo Applejack emocionada. Tan inserta en sus propias fantasías, que ni siquiera escuchó a su novio que intentaba que ella entrara en razón. "Lo único raro, es esto." Agregó Applejack, levantando una pequeña calabaza que estaba al centro del círculo de manzanas. "¿De dónde salió esta calabaza? Nosotros no las cultivamos."
Repentinamente las orejas de Applejack y Dusk se levantaron en alerta al escuchar un agudo chillido. Entonces ambos alzaron la vista y miraron hacia su derecha. A lo lejos, justo de donde provino aquel sonido, ambos vieron como una veloz sombra se movió entre medio de los árboles, alejándose de donde ellos estaban.
"¡Allí está! ¡Es el Gran Retoño!" Gritó Applejack emocionada, corriendo rápidamente para perseguir a aquella sombra. Muy cerca de ella, Dusk también corrió para perseguir a Applejack, asombrado de ver aquella sombra moverse tan rápido. Lo que lo llevó a cuestionarse si de verdad podía existir el mítico Gran Retoño.
Mientras Applejack y Dusk Shine corrían, repentinamente ambos escucharon activarse una trampa y a 'algo' cayendo en el suelo. Entonces ambos ponies apresuraron más el paso para atrapar a la bestia mágica antes que se escapara.
Al llegar hasta donde escucharon el ruido, Applejack y Dusk vieron que la trampa que se había activado era la de un agujero, que había sido tapado con un suelo falso, para hacer caer a su presa. Sin embargo, al revisar la trampa, Dusk y Applejack se sorprendieron al ver que no había ningún ciervo mágico atrapado en el gran agujero, sino que eran Fluttershy, Rarity y Rainbow Dash, quienes se quejaban y se sobaban sus adoloridas cabezas luego de haber caído sorpresivamente en ese hoyo.
"¿Qué es lo que están haciendo aquí?" Preguntó Applejack, con una mezcla de molestia y decepción al ver que no había atrapado lo que quería.
"Eh… sí… Es una historia graciosa, jeje…" Respondió Rainbow Dash desde el fondo del agujero, riéndose nerviosamente mientras se rascaba la cabeza. "Durante la tarde, nos enteramos que ustedes planeaban pasar la noche juntos, así que… decidimos seguirlos."
"No es que los estuviéramos espiando, pero vimos cómo empezaron a poner trampas en todo Sweet Apple Acres, y no entendíamos para qué." Continuó contando la historia Fluttershy, con una mirada avergonzada. "Luego vimos que fueron a la casa club de las potrancas, y escuchamos desde abajo la historia que contaste sobre el Gran Retoño."
"A todas nos pareció una historia encantadora, así que quisimos ayudarles a mantener la fantasía para Sweetie Belle y sus amigas, activando algunas de las trampas." Continuó hablando Rarity, con una sonrisa apenada. "Por cierto, ¿Vieron los lindos patrones de manzanas en círculos que dejé? Creo que le dará un toque de misterio a la búsqueda del Gran Retoño cuando Sweetie y las demás los vean."
"Así que… ¿Tú hiciste esos patrones con las manzanas…?" Dijo Applejack, profundamente decepcionada.
"Todo estaba bien hasta que Fluttershy chilló de miedo al ver que ustedes estaban cerca." Agregó Rainbow Dash, reprendiendo con la mirada a su amiga pegaso. "Entonces ella corrió y yo salí persiguiéndola. Hasta que chocamos con Rarity y caímos aquí."
"Lo ves, todo tenía explicación." Dijo Dusk con una sonrisa orgullosa, tocando afectuosamente el costado de Applejack.
"Supongo que tienes razón…" Dijo Applejack frunciendo el labio. Odiando admitir que se había dejado llevar, tal como sucedía cuando buscaba al Gran Retoño cuando era una potranca. "Lo único que no entiendo, es ¿Por qué las calabazas?" Agregó Applejack confundida, levantando otra calabaza que estaba justo al lado del hoyo en donde habían caído sus amigas.
"¡CORRAN!" Gritó repentinamente una aguda voz detrás de Applejack y Dusk.
Al voltearse, Dusk y Applejack apenas si tuvieron tiempo de ver que quien había gritado había sido Apple Bloom, quien, junto a Sweetie Belle y Scootaloo, corrieron aterradas hasta donde ellos estaban. Tan rápido fue todo, y las potrancas habían corrido tan aterradas, que terminaron chocando con Dusk y Applejack, haciendo que los cinco cayeron también dentro del hoyo en el que ya estaban Rainbow Dash, Rarity y Fluttershy.
"¡Ouch! ¿Qué ocurre? ¿Por qué estaban gritando y corriendo?" Preguntó Dusk adolorido, luego de ver que también habían caído al hoyo.
Sin darle una respuesta, las tres potrancas simplemente apuntaron aterradas hacia la cima del hoyo. Entonces Dusk y sus amigas miraron hacia arriba y vieron que una extraña sombra se asomó desde allí. Una sombra que, gracias a la luz de la luna, poco a poco comenzaron a notar de qué se trataba.
La silueta sobre el hoyo era la de un extraño ser, un MUY extraño ser. Era una especie de calabacín gigante, con patas y brazos. Parado sobre dos patas, con una enorme boca y pequeños ojos, ocultos casi por completo por su extraño cabello hecho de hojas.
Al ver al extraño ser, las bocas de todos se abrieron con incredulidad, pues nunca habían visto a una criatura tan extraña. Sin embargo, lo que dejó perplejo a todos, no fue solo su apariencia. Lo que hizo que todos quedaran congelados en perplejidad, fue ver que de la nada, el extraño ser sonrió y comenzó a bailar, como si estuviera celebrando alguna fiesta en solitario.
"¿Qué pasa? ¿Nunca habían escuchado del 'Sass Squash'?" Preguntó repentinamente la extraña bestia.
Al escuchar aquella pregunta, dos cosas sorprendieron a todos los ponies en el agujero. La primera, fue que la bestia no movió su boca para hablar, de hecho, pareció como si su voz hubiera venido desde su estómago. Y la segunda cosa que sorprendió a todos, fue que todos conocían muy bien a quién pertenecía aquella aguda voz.
"¿¡Pinkie Pie!?" Preguntaron Dusk y sus amigas.
"¡Waaahhh! ¡La bestia se comió a Pinkie Pie!" Gritaron las tres potrancas asustadas, ya que la voz de Pinkie había venido desde el estómago de la bestia.
En ese instante la bestia puso sus manos sobre su cabeza y empezó a jalar hacia arriba, hasta que su cabeza se despegó de su cuerpo, revelando que aquello no era más que un disfraz. Entonces los ojos de todos se abrieron con asombro al ver que bajo el traje estaba Pinkie Pie, cargando a Spike sobre ella. Ambos manejando juntos aquel extraño disfraz.
"Pinkie, esto… esto es un nuevo nivel de rareza…" Dijo Dusk, alzando una ceja, muy confundido ante el extraño disfraz de su amiga. "¿¡Qué se supone que es ese disfraz!?"
"Ya te lo dije, ¡Es el 'Sass Squash'!" Dijo Pinkie Pie sonriendo divertida. "En la granja de rocas hay una leyenda. Una vez al año, viene el Sass Squash y cambia las mejores piedras por calabazas, así que debes esconder muy bien tus mejores rocas si no quieres que el Sass Squash te las quite. Se parecía mucho a la leyenda del Gran Retoño, así que decidí usar este disfraz." Agregó Pinkie Pie, terminando de sacarse el disfraz y agarrando a Spike con su casco. "Por cierto, me siento excluida aquí arriba sola." Entonces Pinkie saltó también en el hoyo, cayendo junto a Spike sobre todos sus amigos.
"¡Ugh! Pinkie, eso definitivamente no era necesario…" Gruñó Dusk adolorido, al igual que todas sus amigas luego que Pinkie Pie los usara como colchoneta.
Debido a que todos estaban muy apretados y eran demasiados, Dusk no pudo usar su teletransportación para sacarlos instantáneamente. Así que lentamente todos comenzaron a acomodarse para salir uno por uno del ahora estrecho agujero.
"¿Qué pasa Apple Bloom?" Preguntó Applejack una vez salió de la trampa. Viendo que su hermanita parecía estar un poco deprimida.
"Es solo que… Si ese monstruo era Pinkie Pie disfrazada. Eso significa… ¿Que el Gran Retoño tampoco es real?" Preguntó Apple Bloom, mirando con una triste mirada a su hermana mayor. Una mirada que hizo que a Applejack se le apretara el corazón.
Por un segundo, Applejack pensó en insistir con que el Gran Retoño era real. Pero la verdad era que con Apple Bloom viéndola así, se le hacía muy difícil ocultar la verdad. Además, Apple Bloom y sus amigas solo tenían que ver a Rainbow Dash y a las demás para entender que la única razón por la que podrían estar allí, era para activar las trampas. Así que solo era cuestión de tiempo para que su hermanita descubriera la verdad.
"Huff… Bueno…" Dijo Applejack suspirando y luego rascándose la cabeza, pensando en una manera de decir la verdad sin romperle el corazón a su hermanita. "La verdad es que el Gran Retoño es más un sentimiento que un ciervo de carne y hueso. Es el espíritu festivo que tenemos en la familia Apple para conmemorar la cosecha, pero eso no significa que no sea-"
"¡Es real! ¡Es real!" Gritó repentinamente Apple Bloom emocionada, interrumpiendo a su hermana. Apuntando hacia un lejano árbol, en donde, por alguna razón, se había activado una trampa.
Al escuchar la trampa activarse, Apple Bloom y sus amigas ignoraron por completo el discurso que Applejack les estaba diciendo, y salieron corriendo a ver si la trampa había capturado finalmente al Gran Retoño. Al ver a las potrancas correr, las demás yeguas también corrieron, pensando que por estar tan emocionadas, las potrancas podrían caer en otra trampa y lastimarse. Así, solo quedaron Dusk y Applejack, esta última con una mirada sorprendida y confundida al escuchar activarse una trampa sin que fueran ellos.
"¿Crees... que quizás haya sido Big Mac?" Preguntó Applejack mirando a Dusk, comenzando a caminar hacia donde habían ido los demás.
"Probablemente. Quizás él no quiere que su hermanita deje de creer en el Gran Retoño." Dijo Dusk, acompañando a su novia. "Por cierto, me acabo de dar cuenta por qué pudiste mentirle tan fácilmente a Apple Bloom sobre el Gran Retoño." Agregó Dusk con una pequeña sonrisa.
"¿A qué te refieres?" Preguntó Applejack confundida.
"Me refiero a que tú representas al Elemento de la Honestidad, por lo mismo, bueno… eres terrible mintiendo, jeje." Dijo Dusk sonriendo. "Pero cuando le contaste la historia del Gran Retoño a Apple Bloom, tu rostro no puso la típica expresión que pones cuando te fuerzas a mentir. Tú contaste esa mentira con tu acostumbrada mirada honesta, y eso es porque muy en el fondo, tú también quieres creer que de verdad existe el Gran Retoño."
Al escuchar la teoría de Dusk, Applejack se sonrojó y desvió la mirada avergonzada.
"N-No es que crea en criaturas fantásticas ni nada de eso…" Dijo Applejack avergonzada. "Sé que la idea de que un ciervo mágico recorra los campos de manzanas, es un poco ridícula. Pero-" En ese instante Applejack dejó de hablar al ver que Dusk se había detenido y se había congelado con una mirada completamente perpleja.
Al levantar la vista, Applejack vio que no solo Dusk se había quedado congelado con una mirada perpleja, sino que sus amiga, Spike, y las tres potrancas, también lo estaban. Todos mirando el agujero que estaba frente a ellos, que al parecer, era la trampa que se había activado hacía unos instantes. Sin entender nada, Applejack miró también hacia abajo, al agujero que todos sus amigos veían, y entonces, ella también quedó con la boca abierta.
"D-Dusk…. Eso… Eso es…" Tartamudeó Applejack, sin creer aún lo que veía.
"Un… ciervo…" Respondió Dusk lentamente. Recordando que había leído en algunos libros de historia sobre aquellas criaturas, cuyo rasgo más distintivo, eran sus cuernos. Rasgo que justamente tenía aquella pequeña y delgada criatura, unos muy pequeños, pero definitivamente tenía cuernos pegados en su cabeza.
"¿¡Qué les pasa!? Exageraron mucho con las trampas este año…" Gruñó la criatura atrapada en el hoyo, sobándose su adolorida cabeza. Dejando a todos aún más atónitos al ver que aquella criatura podía hablar su idioma.
Justo en ese momento el cielo se fue aclarando lentamente, dado que se aproximaba el amanecer. Con la luz extra, todos pudieron ver mejor al supuesto 'Gran Retoño' que habían capturado. La criatura era un pequeño ciervo, un cervato par ser más exactos, debido a su pequeño porte y edad. De pelaje color ocre y blanco, de ojos color café, y pequeños cuernos sobre su cabeza. Además, en su cuello tenía un collar del que colgaba un pequeño barril al frente.
"~ Atrapamos al Gran Retoño ~ Atrapamos al Gran Retoño ~" Comenzaron a cantar felices las tres potrancas, luego de salir de su incredulidad. Bailando y cantando felizmente al lograr su objetivo.
"Bueno, creo que la parte de 'GRAN' Retoño fue algo exagerado." Dijo Spike, notando lo pequeño que era aquel ciervo.
"Pues tú tampoco eres muy grande para ser un dragón." Respondió molesto el ciervo, mirando enojado hacia arriba. "Y por cierto, tampoco soy eso que dicen, Gran Retoño o como sea. Mi nombre es Bramble, y soy el príncipe del Reino del Matorral." Agregó el pequeño ciervo.
"¿El Matorral?" Preguntó Dusk, recordando vagamente que había leído aquel nombre en algún libro de historia, pero no se especificaba dónde quedaba aquel reino. Luego, al entender rápidamente que haber capturado a un príncipe de otro reino podía implicar un grave problema político, Dusk se acercó al agujero y le extendió un casco al pequeño ciervo, para ayudarlo a salir.
Una vez afuera, el pequeño ciervo miró a Spike, y luego de comprobar que era un poco más alto que el bebé dragón, sonrió burlonamente, haciendo que Spike se molestara.
"Pero, si no eres el Gran Retoño… ¿Qué haces aquí?" Preguntó Apple Bloom, acercándose al joven ciervo. Viendo que su hermana mayor aún parecía estar algo aturdida al ver que sus trampas de verdad habían capturado un ciervo.
"Estoy aquí porque necesito contactar a la Princesa del Sol." Dijo Bramble, cambiando radicalmente de actitud, mirando a Dusk con una mirada muy seria.
"¿La Princesa Celestia?" Preguntó Dusk sorprendido.
"¿Puedes contactarte con ella de alguna forma? Ahora mismo, si es que puedes. No creo que tengamos mucho tiempo." Preguntó Bramble, recordando que tenía una misión allí, y que no podía perder tiempo.
"Eh, bueno, para tu fortuna, tienes al lado tuyo al único dragón que puede comunicarse con ella instantáneamente." Dijo Dusk con una pequeña sonrisa, apuntando a Spike. Quien por su parte, cruzó sus brazos orgulloso, pensando que si ese molesto ciervo quería que él le enviara una carta a la princesa, tendría que pedírselo muy amablemente. "Spike puede enviarle una carta ahora mismo si es necesario. Pero, ¿Por qué quieres hablar con la princesa?" Preguntó Dusk, muy interesado, dado que no solo estaba viendo a un ser que jamás había visto antes, sino que además se dio cuenta que esto podía implicar conocer todo un reino nuevo, con el que Equestria no había tenido relaciones en siglos.
Justo en ese instante, Bramble alzó sus orejas en alerta y miró asustado hacia atrás suyo.
"Eso fue más rápido de lo que pensé." Murmuró Bramble preocupado. Entonces volvió a voltearse, miró a Spike y le dio un fuerte empujón con la cabeza, haciendo que el dragón cayera al hoyo en el que él mismo había caído antes.
"¿¡Qué haces!?" Preguntó Dusk, sorprendido al ver que el pequeño ciervo empujó a Spike.
"Lo siento. Es la única forma de detener esto." Dijo Bramble, mostrándole a Dusk un pequeño pedazo de raíz negra que había guardado. Al ver aquella raíz oscura, Dusk abrió con sorpresa sus ojos, dándose cuenta que, como temía, definitivamente aquella extraña maleza no era una raíz cualquiera, si es que también le preocupaba al reino de los ciervos.
"¡Todos quietos!" Ordenó repentinamente una fuerte voz detrás de los ponies.
Al voltearse, todos se sorprendieron al ver que ahora había al menos siete ciervos más, solo que estos eran ciervos adultos. Todos vistiendo cascos dorados, apuntando amenazadoramente sus cuernos hacia los ponies. Todos esos ciervos los habían rodeado tan silenciosamente que ninguno de los ponies se había dado cuenta de su llegada. Fue entonces que Dusk comprendió que Bramble había sido el único que había logrado escucharlos antes que llegaran.
"Príncipe Bramble, ¿Se encuentra bien?" Preguntó el ciervo que parecía liderar a los demás. Un ciervo más alto que Dusk, que llevaba un casco rojo y una armadura del mismo color. Además, cargaba el mismo pequeño barril en su cuello que cargaba Bramble y los demás ciervos.
"Sí, estoy bien, gracias Blackthorn." Dijo Bramble, acercándose al capitán de los guardias. "Fue una suerte que llegaras, antes que estos ponies que me secuestraron me llevaran más lejos."
"¿¡Qué!?" Gritó Rainbow Dash, molesta por aquella mentira. Entonces ella se dispuso a discutir con el pequeño cervato, sin embargo Dusk la detuvo jalándola de su cola. Entonces Dusk miró a Bramble, quien casi imperceptiblemente asintió, agradeciendo que Dusk detuviera a Rainbow Dash. "¿¡Qué te pasa Dusk!? ¿Por qué me detienes?" Murmuró Rainbow Dash molesta.
"Shh, tranquila. Creo que él tiene algo planeado." Susurró Dusk, mirando de reojo hacia el agujero y adivinando que Bramble había empujado allí a Spike para que los demás ciervos no lo vieran.
"¿Cómo fue que estos ponies lo secuestraron?" Preguntó el capitán Blackthorn, alzando una ceja incrédulo.
"Eso no importa ahora. Lo que tenemos que hacer es llevarlos ante mi padre para que él los juzgue." Dijo Bramble, un poco nervioso, pero manteniendo su actuación seria.
"Principe Bramble, sabe que los extranjeros, en especial los ponies, tienen prohibido-" Comenzó a hablar Blackthorn, antes de ser interrumpido.
"¡Fui secuestrado! No podemos dejar que estos ponies se vayan sin un juicio." Interrumpió Bramble, con una mirada llena de determinación.
Luego de dudar unos segundos, el capitán Blackthorn entrecerró los ojos y finalmente aceptó lo que solicitaba el pequeño Bramble. Entonces los demás guardias hicieron que los ponies hicieran una fila, y los amenazaron con sus cuernos para que caminaran y siguieran al capitán Blackthorn.
"Es una suerte que ya no esté oscuro, ¡Gracias a Celestia por el Sol y su luz!" Dijo Dusk en voz alta, justo cuando empezaban a caminar. Esperando que Spike, que permanecía oculto, entendiera lo que debía hacer ahora. En tanto que al escuchar ese mensaje secreto de Dusk, Bramble sonrió en secreto, feliz de que aquel potro lavanda fuera listo y entendiera cuál era su plan.
Rápidamente los ciervos guiaron a sus prisioneros hasta el bosque Everfree, queriendo adentrarse en el bosque rápidamente antes que fueran vistos por otros ponies. Mientras caminaban hacia el bosque, Dusk iba con una mirada pensativa, pensando en cuál podría ser el problema causado por aquella extraña raíz oscura. En tanto que las cinco amigas de Dusk, iban muy inquietas, mirando con temor los puntiagudos cuernos de los ciervos. Por otra parte, las pequeñas tres potrancas parecían ajenas a todo ese potencial peligro, charlando emocionadas entre ellas y con Bramble, quien pareció divertirse charlando con potrillas de su edad.
Fue en esa charla que tuvieron Bramble y las Cutie Mark Crusaders, que Applejack descubrió que la realidad del mito del Gran Retoño se debía a que los ciervos tenían prohibido acercarse a las tierras de los ponies. Sin embargo, hacía años algunos ciervos habían descubierto las deliciosas manzanas de la familia Apple, y ahora, cada cierto tiempo, algunos se escapaban a escondidas y se llevaban varias manzanas, y a cambio, para no parecer ladrones, usaban su magia para cosechar los manzanos.
"¿¡Los ciervos saben usar magia!?" Preguntó Dusk sorprendido al escuchar la historia. Mirando los cuernos de los ciervos y preguntándose si funcionarían igual que los cuernos de unicornio.
"Heh, estás a punto de verlo." Respondió Bramble con una pequeña sonrisa.
Justo en ese momento, los ciervos y sus prisioneros llegaron al borde del bosque Everfree, sin embargo, no podían seguir, dado lo espeso del bosque y las lianas que allí habían. Entonces, el capitán Blackthorn se agachó y abrió ligeramente el barril que tenía en su cuello, causando que cayera agua del barril. Apenas el agua tocó la tierra, esta tembló ligeramente y todas las lianas que bloqueaban el camino se movieron, despejando el camino y abriendo una ruta nunca antes vista allí en el bosque.
"Wow… A Zecora le fascinaría ver esto." Pensó Dusk, asombrado al ver cómo la magia de los ciervos parecía tratarse del movimiento de plantas y lianas. Aquello hizo que Dusk se hiciera muchas preguntas sobre de dónde vendría aquella agua, si solo sería agua común, si podían mover las lianas a voluntad, etc. Hasta que repentinamente recordó que ese día supuestamente iría en búsqueda de Zecora, y nuevamente parecía que algo se interponía en su camino.
Finalmente, luego de adentrarse un poco en el bosque Everfree, por zonas que ninguno de los ponies presentes había recorrido antes, fue que todos llegaron hasta el secreto Reino del Matorral. Un reino completamente oculto por las lianas, que quedaba en medio del enorme bosque Everfree. Al verlo, los ponies se sorprendieron de ver grandes construcciones sobre los árboles, incluso un castillo dentro de un enorme árbol en el centro de aquel reino.
Al llegar al Reino del Matorral, los ciervos del lugar miraron con asombro a los ponies, pues muchos de ellos jamás habían visto uno. Lo que llamó la atención de Dusk, es que algunos pocos ciervos incluso salieron arrancando de allí al verlos, como si le tuvieran miedo a los ponies. Entonces el capitán guio rápidamente a los prisioneros hacia el castillo del Rey, para alejar a los prisioneros de los curiosos. Una vez entraron al castillo, un ciervo que parecía ser un mayordomo se acercó rápidamente a Bramble.
"Gracias al corazón del bosque que se encuentra bien, príncipe Bramble." Dijo el ciervo mayordomo, abrazando a Bramble y luego mirando al capitán y a sus prisioneros. Curiosamente, mirando a los ponies con interés en vez de temor. "Capitán, ¿Por qué trae a estos ponies al castillo?"
"Los trajimos aquí para que el Rey los juzgue." Respondió Blackthorn, mirando alrededor y extrañándose que el Rey aún no apareciera.
"Oh, lo lamento capitán, pero el Rey se fue anoche y dijo que no volvería hasta mañana." Dijo el ciervo mayordomo.
"Jeje… bien, justo como lo planee." Dijo repentinamente Bramble, sonriendo traviesamente.
"¿Qué es lo que planeaste?" Preguntó Blackthorn alzando una ceja con sospecha. Ya acostumbrado a la actitud traviesa del pequeño hijo del Rey.
"Mi padre no está, así que en su ausencia… ¡Yo estoy a cargo del reino!" Dijo Bramble apuntándose a sí mismo, sonriendo con orgullo. "Y como yo estoy a cargo, ¡Ordeno que suelten a los prisioneros y que sean mis invitados de honor!"
Al escuchar aquello, todos los ciervos se sorprendieron. Entonces Blackthorn frunció el ceño y miro molesto a Bramble, sabiendo que había caído en su trampa. Luego el capitán miró con desconfianza a los ponies detrás de él, y de mala gana ordenó a sus guardias que se alejaran y dejaran libres a los prisioneros.
"El Rey volverá pronto, y estoy seguro que esto no le gustará." Dijo Blackthorn de mal humor, mirando a Bramble molesto y luego retirándose de allí.
En cuanto Blackthorn y los guardias se fueron, Bramble comenzó a saltar de alegría al ver que su plan había funcionado. En tanto que Dusk no pudo evitar sonreír un poco al ver lo astuto que había sido el pequeño cervato.
"Y bien, ahora que tu plan funcionó, ¿Cuál es la verdadera razón para hacernos venir hasta aquí?" Preguntó Dusk, alzando una ceja. Queriendo ya descubrir las respuestas a la docena de preguntas que tenía en su cabeza.
"Sí, claro. La razón por la cual-" Dijo Bramble emocionado. Sin embargo, se detuvo al ver que Apple Bloom bostezó, mostrando que estaba a punto de quedarse dormida. Entonces sus dos amigas también bostezaron, y siguiendo el contagio del bostezo, Bramble también terminó bostezando. Solo entonces su cuerpo recordó que en realidad estaba muy cansado, ya que él, al igual que todos, habían pasado toda la noche despiertos. "Uaaah… Sí, quizás deberíamos dormir un poco antes de seguir con todo esto." Agregó Bramble, bostezando.
Tras eso, Bramble le pidió al mayordomo del palacio, llamado Birch, que guiara a los ponies a las habitaciones, para que pudieran descansar. Algo que el mayordomo hizo de muy buen agrado, emocionado de tener invitados en el castillo. Mientras los guiaba, el ciervo mayordomo no dejó de hablar, mostrando lo interesado que estaba con toda esa situación.
"Saben, mi sueño siempre fue ser el dueño de una posada. De hecho, tuve una antes de volverme mayordomo. Aunque claro, tener una posada para viajeros es una pésima idea de negocios cuando no hay viajeros en este reino, jeje. Y este pobre castillo, está tan solitario, que a veces incluso creo que veo fantasmas. ¡De verdad me alegra tener visitantes!" Dijo el mayordomo, charlando animadamente mientras guiaba a los ponies por una larga escalera en espiral que ascendía por un costado del castillo arbóreo.
Mientras subían las largas escaleras, el mayordomo aprovechó de contarle a los ponies algunos detalles del Reino del Matorral y su pueblo. Como que en realidad no estaba prohibido salir del reino, pero lo que sí estaba prohibido para los ciervos, era dejarse ver ante los ponies. Afortunadamente, su reino quedara en medio del bosque Everfree, así que no muchos ponies se acercaran por allí. Además, los pocos ciervos que se atrevían a salir del Reino del Matorral, tenían la ventaja de su raza, de ser muy rápidos y sigilosos en su andar, cosa que Dusk y sus amigas vieron de primera mano al ser emboscados por los guardias sin siquiera escucharlos acercarse.
A cambio de hablar sobre su reino, el mayordomo también aprovechó de preguntar algunos datos a los ponies que lo acompañaban. Así fue como se sorprendió al descubrir que Dusk era el estudiante de la Princesa del Sol, o que Applejack era la propietaria del famoso campo de manzanas al que algunas veces los ciervos iban a sacar manzanas a escondidas.
Finalmente todos llegaron al piso superior, en donde había un largo pasillo con varias puertas en cada lado. Sin embargo, lo que llamó más la atención de Dusk, fue un pasillo lateral que guiaba a otro salón más grande, en donde, con letras grandes, se leía 'Biblioteca'.
"¡Debo ir, debo ir, debo ir!" Pensó Dusk emocionado, siempre fanático de los libros y las bibliotecas. "¡No! Espera hasta después, hay cosas más importantes por ahora." Se forzó a pensar Dusk, deteniendo su impulso de ir corriendo a la biblioteca. Decidido a que luego de dormir y ayudar en lo que fuera que Bramble los necesitara, le pediría al príncipe ciervo permiso para ver esa biblioteca.
"Todas estas son habitaciones vacías." Dijo el mayordomo al acercarse a la primera puerta del largo pasillo. "Como les decía, no tenemos muchos invitado, así que cada uno puede tener su propia habitación." Agregó el mayordomo, abriendo la primera puerta a su izquierda.
"¡Nosotras dormiremos juntas!" Dijeron las tres potrancas emocionadas. Entrando juntas rápidamente a la habitación y saltando sobre la cama que allí había. "¡Pijamada Crusader!" Gritaron las tres potrancas emocionadas. Hasta que sus cuerpos les recordaron todo el cansancio y sueño acumulado que tenían, y las tres cayeron inmediatamente dormidas luego de gritar, cayendo una encima de la otra totalmente agotadas.
"Sí, eh... Bueno, sigamos." Dijo el mayordomo sonriendo.
Luego Birch guio al resto de los ponies a sus respectivas habitaciones. Primero Pinkie Pie, luego Rainbow Dash, Rarity y Fluttershy, hasta que finalmente solo quedaron Dusk y Applejack.
"Esta será su habitación." Dijo Birch sonriendo, mirando tanto a Dusk como a Applejack. Algo que dejó sorprendido a ambos ponies.
"Eh… ¿Es una habitación… para nosotros dos?" Preguntó Dusk sonrojado y nervioso.
"Claro, ustedes son pareja, ¿No es así?" Dijo el mayordomo sonriendo pícaramente. "Han estado caminando muy juntos desde que llegaron. Un buen posadero debe darse cuenta de esos detalles, jeje. Bien, que descansen." Tras eso, el mayordomo se retiró, dejando a Dusk y Applejack congelados en frente de su habitación.
"S-Supongo que está bien… S-Si tú no tienes problema…" Dijo finalmente Dusk, completamente rojo de vergüenza. Sin siquiera atreverse a mirar a Applejack por lo nervioso que estaba.
Sin responder nada, Applejack solo agachó su cabeza para que Dusk no notara lo roja que estaba su cara, y entró rápidamente a la habitación. Tras eso, Dusk lentamente cerró la puerta tras él y avanzó igual de lento por la habitación, siempre viendo hacia el techo o el suelo, para evitar ver a Applejack y que notara lo nervioso que estaba.
Durante toda la tarde anterior, Dusk se había imaginado cómo sería pasar una noche junto a su novia. Después, se decepcionó al descubrir que eso que imaginó no pasaría. Pero ahora, como si el destino quisiera darle una nueva oportunidad, los astros se habían alineado y de alguna forma su fantasía sí se había cumplido. Y ahora que su loco sueño se había cumplido, lo único que Dusk sentía era nervios y mareos.
Por su parte, Applejack se sentó en un extremo de la cama, se sacó su sombrero y comenzó a peinar con su casco su melena. Siempre desviando la mirada para que Dusk no viera su cara. En tanto que Dusk fue hasta el baño de la habitación, mojó su cara y lavó sus cascos, queriendo retrasar lo más posible ir hasta la cama, ya que sentía que sus nervios lo traicionarían y no sería capaz de acostarse junto a Applejack.
"¿¡Qué rayos te pasa!? ¡Solo es compartir una cama! ¡Ya lo has hecho antes con tus amigas!" Se dijo Dusk mentalmente, intentando darse valor a sí mismo. "Eso es cierto, no es la primera vez, pero… ¡Es la primera vez que compartiré una cama con MI NOVIA!"
Finalmente Dusk no pudo retrasar más lo inevitable, se volteó y caminó hasta la cama. Allí, vio que Applejack ya estaba acostada en un extremo de la cama, dándole la espalda a Dusk, aparentemente dormida. Al verla así, Dusk sintió una extraña sensación de alivio y decepción. Él de verdad quería estar acostado junto a su novia, pero también temía arruinar el momento, y eso lo mataba de nervios.
Dusk abrió las mantas y se acostó en el otro extremo de la cama, acostándose en la misma posición que Applejack, ambos dándose la espalda mientras intentaban dormir. Pero la realidad era, que ninguno podía dormir en esa situación. Dusk no podía dejar de traspirar sabiendo que Applejack estaba acostada tan cerca de él, sintiendo el calor de su cuerpo por la cercanía en la que estaban. Además, aquellas camas habían sido diseñadas para los delgados cuerpos de los ciervos, por lo que ambos estaban más juntos que en una cama normal para ponies.
Pasaron los minutos y ninguno dijo nada, Dusk estaba tan nervioso que intentaba controlar su propia respiración para que fuera más normal y que Applejack, si es que estaba despierta, no alcanzara a escuchar lo nervioso que en realidad estaba. Entonces, llegó un momento en que la curiosidad pudo más que los nervios, y Dusk movió lentamente su cabeza para mirar con un ojo detrás suyo. Al hacerlo, vio que Applejack también había hecho lo mismo y lo estaba espiando con un ojo. Entonces ambos notaron que se estaban viendo mutuamente, y rápidamente desviaron la mirada y fingieron que nada había pasado.
"Espera un segundo… ¿Ella estaba haciendo lo mismo que yo?" Pensó Dusk confundido.
En ese instante Dusk se armó de valor y giró su cuerpo completamente para ver a Applejack. En tanto que, con una sincronía perfecta, Applejack también hizo lo mismo. Quedando así ambos viéndose muy cerca uno del otro, cara a cara.
Applejack había hecho lo mismo que Dusk al mismo tiempo. Las mismas miradas, los mismos gestos, y ahora, Dusk veía la misma mirada nerviosa y expectante que probablemente él mismo tenía. Fue así que Dusk se dio cuenta que Applejack había estado pensando lo mismo que él, y había estado igual de nerviosa que él, ¡Haciendo exactamente lo mismo! Era como si ambos fueran un espejo del otro y no se hubieran dado cuenta. Y justamente, en ese instante, al verse directamente a los ojos, Applejack también entendió que Dusk estaba igual de nervioso que ella en esa situación.
Al descubrir que ambos se sentían igual, los dos se miraron y se rieron, finalmente dándose cuenta de lo despistado que habían sido al no notar cómo se sentía el otro, y al mismo tiempo alegrándose de que su pareja compartiera esos sentimientos. Dejando así finalmente los nervios de lado.
"Ambos somos…" Pensó Dusk riendo.
"…una pareja de torpes." Pensó Applejack también riendo, sabiendo lo que Dusk pensaba.
Luego de reírse un buen rato, ambos siguieron mirándose en silencio, sonriendo. Simplemente disfrutando de ver el rostro y los ojos de su amada pareja.
Armándose de valor, Dusk alzo lentamente su casco y lo acercó nerviosamente hasta la cara de Applejack. Al sentir el tacto de Dusk, Applejack cerró dócilmente sus ojos y se dejó acariciar por el suave casco de su novio. Entonces ambos volvieron a mirarse con miradas sonrojadas, y se perdieron en los ojos del otro.
*IMAGEN : bit .ly/ 3AqUdKw
Unas cuantas horas después…
'¡TOC-TOC TOC!' Se escuchó el golpe de la puerta.
"Hermana, ¿Estás aquí?" Dijo Apple Bloom desde fuera de la puerta de la habitación.
"¿¡Eh!?" Dijo Applejack asustada, levantando rápidamente su cabeza, con su melena completamente despeinada.
"Bramble dice que bajemos ahora mismo, es importante." Dijo Apple Bloom luego de comprobar que esa era la habitación de su hermana. Entonces Applejack escuchó que su hermanita se alejaba rápidamente de la puerta.
"Se escuchó algo nerviosa… Creo que deberíamos darnos prisa." Dijo Applejack pensativa, mirando al potro a su lado y sonrojándose al ver su lindo rostro.
Dusk y Applejack se apresuraron a salir de su habitación, tan apurados, que ninguno de los dos se percató que ambos estaban bastante despeinados. Entonces caminaron rápidamente por el pasillo por el que habían llegado hacía unas horas, para bajar las escaleras y llegar rápidamente al salón principal.
Mientras caminaban, Dusk se distrajo por un instante al ver de reojo nuevamente la entrada a la biblioteca. Sin embargo, esta vez no se distrajo por su fuerte deseo de ir hasta allí corriendo, sino porque creyó ver algo extraño.
"¿Es mi imaginación o la puerta de la biblioteca se abrió y se cerró sola?" Pensó Dusk alzando una ceja. Entonces Dusk recordó que el mayordomo Birch había dicho que a veces creía ver fantasmas en ese castillo. Sin embargo la mente lógica de Dusk rápidamente descartó esa absurda idea. Luego, Dusk recordó que tenía que concentrarse en cosas más importantes, y rápidamente siguió caminando con Applejack para bajar las escaleras.
Finalmente Applejack y Dusk llegaron al salón principal, en donde ya estaban sus demás amigas.
"Hermana, ¿Por qué estás tan chascona? Tú también Dusk, ¿Acaso no durmieron bien?" Preguntó Apple Bloom al ver a su hermana y a Dusk.
Al escuchar aquel comentario, los rostros de las otras yeguas presentes se quedaron congelados al ver a Dusk y Applejack en aquel estado: ojerosos y con sus melenas despeinadas, muestra de que no habían dormido mucho. Entonces los rostros de Rarity, Fluttershy, Rainbow Dash y Pinkie Pie se pusieron pálidos, con sus miradas perdidas en el vacío, como si no pudieran creer lo que estaban viendo. Decenas de teorías pasaron por las cabezas de las cuatro yeguas para explicar ese estado de Dusk y Applejack, sin embargo, había una teoría que parecía ser la más lógica, sin embargo, aquella teoría era tan temeraria y aterradora, que ninguna de ellas quería creer que 'ESO' hubiera podido realmente suceder entre Applejack y Dusk.
Justo en ese instante las grandes puertas del salón se abrieron. Tras estas, apareció el pequeño Bramble, caminando temerosamente. Y tras él, la figura más imponente que habían visto los ponies hasta ese momento.
"Con que estos son 'tus invitados'…" Dijo un enorme ciervo blanco, que se paró al lado de Bramble. Hablando con una potente voz y mirando a los ponies con una mirada feroz.
En cuanto el gran ciervo blanco habló, Bramble se encogió apenado, como si lo hubieran reprendido. Mientras que Dusk, Applejack y las tres potrancas, se quedaron paralizados ante tal imponente presencia. En tanto que Rarity, Fluttershy, Rainbow Dash y Pinkie Pie parecieron ajenas a todo, como si ni siquiera hubieran notado al enorme ciervo blanco frente a ellas. Las cuatro yeguas solo siguieron mirando fijamente a Dusk y Applejck, con miradas en shock, llenas de perplejidad e incredulidad mientras sus mentes parecieron haber explotado ante lo que vieron.
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El gran ciervo blanco era notoriamente distinto a los demás ciervos que habían visto los ponies esa mañana, tanto en porte como en presencia. Este era un ciervo blanco con su lomo color ocre, con una altura casi equivalente a la de Celestia; sus enormes astas opacaban los cuernos de los demás guardias que los habían capturado; sus ojos color esmeralda miraban amenazadoramente hacia los ponies; y en su cuello, a diferencia del barril que cargaban los demás ciervos, él llevaba un collar dorado con un gran corazón rojo, hecho aparentemente de cristal. La sola presencia de aquel ciervo imponía respeto. No había duda, si existiera realmente el Gran Retoño, esa sería su viva y poderosa imagen.
"Soy el Rey Aspen, gobernante del Reino del Matorral." Agregó el gran ciervo blanco, con una poderosa voz, acercándose hasta donde estaban Dusk y sus amigas, mirándolos amenazadoramente. "Ahora díganme, ¿Quién de ustedes está poniendo mi reino en peligro?"
# Fin del capítulo 13
