T2 - Capítulo 15 – Eligiendo un nuevo amigo

Luego de haber sido citado por la Princesa Celestia, Dusk se apresuró a tomar el tren desde Ponyville para llegar lo más rápido posible al castillo de Canterlot. Después de todo, él había estado esperando aquel llamado desde hacía varios días.

Después de los eventos ocurridos en el Árbol de la Armonía, Dusk tenía muchas preguntas que necesitaban ser aclaradas. En especial, respecto a lo que vio luego de haber recitado la misma maldición que recitó su maestra seiscientos años antes.

Una vez llegó al palacio, Dusk atravesó las puertas del gran salón de audiencias, en donde ya lo esperaba la Princesa Celestia junto a su hermana, la Princesa Luna. Allí, Celestia le pidió a Dusk que le contara lo más detalladamente posible lo qué había sucedido luego de recitar aquel hechizo maldito. Adivinando que su maestra tenía las mismas sospechas que él, Dusk contó con lujo de detalles todo lo que vio y sintió en aquel etéreo lugar llamado 'limbo'. Al terminar, Celestia puso una mirada pensativa, mientras que Luna miró a su hermana sorprendida, pues ella también se dio cuenta que las historias del pasado de Celestia, y la vivida por Dusk, eran idénticas en muchas partes.

"Cuando ambos estuvieron en aquel limbo… ¿Ambos escucharon exactamente las mismas voces?" Preguntó Luna confundida. Pues ella había visto la visión del pasado de su hermana, pero hasta ahora desconocía el detalle de lo sucedido con Dusk cuando usó la maldición.

Dusk y Celestia guardaron silencio por algunos segundos, sin embargo ambos se quedaron mirando fijamente, como si quisieran seguir hablando, pero temieran hacerlo. Ambos sabían que había una revelación muy importante al unir ambos relatos, pero la implicancia que aquello tenía era tan importante, que ninguno estaba seguro si decirlo en voz alta o no.

"En aquel limbo, escuché tres voces." Dijo finalmente Celestia, mirando a Dusk seriamente. "La primera voz fue la del creador de esa maldición. Un ser oscuro que buscaba seducirnos a caer en la oscuridad."

"La segunda voz fue la del anciano que salvó a la princesa." Dijo Dusk, igual de serio que su maestra. Continuando con el hilo de pensamiento de su maestra.

"Y la tercera voz, fue de alguien que también había caído en el limbo y estaba a mi lado en ese momento." Continuó Celestia, entrecerrando sus ojos. "Nunca supe quién era, hasta…"

"Era mi voz… Yo la llamé al sentir su presencia." Dijo Dusk, adivinando lo que pensaba su maestra. "Y la cuarta voz, la princesa no alcanzó a oírla porque el anciano sacó a la princesa del limbo, mientras yo me quedé allí."

"¡Esperen un momento! Ustedes… Están hablando como si lo ocurrido a Celestia hace seiscientos años hubiera ocurrido al mismo tiempo que lo que le ocurrió a Dusk." Dijo Luna confundida y un poco asustada. "¿¡Están diciendo que Dusk viajó al pasado!?"

"No lo creo. Más bien, el 'limbo' es un espacio que queda fuera del tiempo. O al menos eso es lo que creo." Dijo Celestia pensativamente, comprobándole a Dusk que ambos habían llegado a la misma conclusión. "Eso explicaría por qué cuando las consciencias de ambos se transportaron allí, se encontraron. Y eso también explicaría por qué escuché allí la voz de nuestro maestro." Agregó Celestia, mirando a Luna.

"¿Su maestro? Espera… ¿¡Esa era la voz del anciano!? ¿¡Starswirl el Barbado!?" Preguntó Dusk casi en shock. "¿¡Cómo es eso posible!? Yo… ¡Escuché con mis propios oídos la voz de Starswirl el Barbado!" Gritó Dusk eufórico, casi sacando espuma por la boca por la emoción. Olvidándose por completo de todo lo que habían estado al escuchar hablar de su héroe personal.

Para Dusk, un unicornio que había crecido para convertirse en un estudiante de magia, era imposible no conocer el nombre de Starswirl el Barbado. Aquel era el nombre de uno de los héroes más grandes de Equestria, maestro de la mismísima princesa Celestia, creador de cientos de hechizos mágicos que aún se usaban en la actualidad, el primer gran Archimago reconocido del reino, y un estándar de mago al que todo estudiante de magia buscaba llegar. Por eso mismo, aquel legendario unicornio era el héroe indiscutido de Dusk Shine.

"La última vez que vi a mi maestro, fue cuando se dirigía a Hollow Shades. Cuando Starswirl no volvió, fui a buscarlo. Allí, encontré unas antiguas ruinas con su entrada bloqueada. Aun así, logré abrirme camino en esas ruinas, esperando encontrar a mi maestro, pero lo único que encontré fueron rastros de una batalla… Ahí fue donde encontré un muro con muchas runas antiguas talladas en él, donde estaba escrita aquella oscura maldición." Dijo Celestia, recordando cuando era más joven. Otro de los tantos secretos que le había ocultado a Luna en su juventud. "La maldición estaba protegida con una magia muy antigua, que hacía imposible destruir el muro donde fue tallada. Sin embargo, lo que sí pude reconocer, fue la letra de Starswirl, quien escribió en el piso del muro '¡Jamás uses este hechizo!' Por años seguí la advertencia que Starswirl dejó, pues sabía que era magia oscura y peligrosa. Por años la evité… hasta ese fatídico día." Agregó Celestia, poniendo una mirada de dolor al recordar la desesperación que sintió aquel día que usó la maldición.

Luego de darle unos segundos a su maestra para que olvidara aquel sentimiento de culpa que sentía, Dusk miró a ambas princesas y volvió a hablar.

"Si Starswirl desapareció ese día… Y la voz que escuchamos en el limbo era la de Starswirl. ¡Eso significa que él podría estar atrapado en el limbo!" Dijo Dusk, emocionado al pensar que aquel legendario pony podía seguir con vida. "Si es así, nosotros-"

"No." Interrumpió inmediatamente Celestia, mirando fijamente a Dusk. "Sé lo que estás pensando Dusk, pero aunque exista una muy pequeña posibilidad de que Starswirl estuviera con vida atrapado allí, no podemos hacer nada. Dusk, sé que eres joven y temerario, pero debes entender que hay riesgos que a veces son demasiado altos. El mejor ejemplo somos mi hermana y yo, ¿Sabes todo el dolor que causamos a otros por nuestras acciones imprudentes? Creyendo que podíamos controlar la magia oscura, cuando en realidad solo fuimos sus marionetas… Dusk, debes prometer que nunca volverás a usar esa maldición."

Al ver las miradas preocupadas y culpables de ambas hermanas alicornio, Dusk recordó lo terroríficas que ambas se habían vuelto con sus alter egos oscuros. Lo que decía Celestia era totalmente cierto. En su locura, ambas hermanas habían amenazado la seguridad de toda Equestria y habían lastimado a seres que amaban. En ese instante, Dusk recordó cuando despertó luego de usar la maldición. En ese momento él vio a todas sus amigas abrazándolo, todas llenas de rasguños y heridas, por luchar con las raíces del bosque para acercarse a él. Entonces Dusk bajó su mirada con culpa, entendiendo muy bien a lo que se refería su maestra.

"Creo que lo mejor sería… que borrarán ese recuerdo de mi mente." Dijo Dusk, mirando con culpa a las princesas. "Si recuerdo la maldición, en algún momento de desesperación, podría intentar usarla nuevamente."

En ese instante ambas hermanas se miraron con preocupación. Pues lo que Dusk no sabía, era que una parte de sus recuerdos ya había sido bloqueada por Sunset Shimmer, al transferirle la maldición de Discord. Aquello implicaba que alterar nuevamente los recuerdos de Dusk, era algo sumamente riesgoso. Después de todo, la mente de un ser vivo no debía ser alterada de ninguna forma, y si volvía a ocurrir, ambas hermanas sabían que la mente de Dusk podría sufrir algún daño irreparable.

"Confío en ti, Dusk. Eres mi preciado alumno, y estoy segura que sabrás mantener tu promesa de no volver a usar esa maldición." Dijo Celestia, sonriéndole a Dusk. "Y recuerda…" Agregó la princesa, acercándose hasta él y susurrándole algo al oído. A lo que Dusk reaccionó sonrojándose un poco y luego sonrió tiernamente.

Tras eso, Dusk se despidió de las princesas y se retiró del gran salón. En tanto, Celestia se preparó para empezar con las audiencias de ese día. Mientras que Luna simplemente se quedó inmóvil, viendo hacia donde Dusk se retiró, poniendo una mirada nerviosa y triste.

"Luna, te sientes sola, ¿No es así?" Dijo repentinamente Celestia, tomando a Luna completamente por sorpresa. Entonces Celestia sonrió y miró a su hermana con una mirada preocupada. "Últimamente has pasado mucho tiempo encerrada en tu habitación, y cuando sales, casi siempre tienes esa mirada distraída que tienes ahora, como si estuvieras pensando en algo más. Yo… quisiera que me contaras cómo te sientes, ¡De verdad lo deseo! Pero quizás sea bueno que no solo cuentes conmigo, sino con alguien más. Con un amigo."

Ante las palabras de su hermana, Luna se sorprendió, y luego desvió la mirada con tristeza. Su hermana no estaba muy alejada de la verdad, con la salvedad de que a veces ella no pensaba en 'algo más', sino más bien en 'alguien más'.

Hacía meses que Luna había tomado la decisión de no acercarse a Dusk y de enfocarse solo en sus obligaciones reales. Incluso se había forzado a sí misma a no ver a Dusk en la Gran Gala del Galope cuando él mismo fue a buscarla a su habitación. Sin embargo, luego de la Gala, todo había cambiado. Luna no paraba de pensar en lo alejada que estaba de Dusk, tanto física como emocionalmente. Y todo eso empeoró luego de lo ocurrido con Sunset Shimmer, en donde Luna terminó sintiéndose aún más culpable por poner en riesgo a Dusk. Así fue como día tras día Luna se volvió más distraída, y los ponies a su alrededor, incluyendo su hermana, comenzaron a notarlo.

"Yo… No tengo tiempo para amigos ni nada parecido. Debo cumplir mis labores como guardiana de la noche, y tener a… 'alguien' cerca, solo me distraería de mis deberes." Respondió Luna, mirando al suelo con una triste mirada.

En ese instante Celestia se puso de pie y se paró frente a Luna, mirándola fijamente.

"Es cierto que debemos cumplir nuestros deberes, pero para eso, debes sentirte bien contigo misma. Si estás tristes, distraída o nerviosa, no podrás hacerlo." Dijo Celestia mirando cariñosamente a su hermana. Luego poniendo una mirada más seria. "Sé que también eres una princesa, y no te puedo ordenar nada. Así que lo siguiente, te lo ordeno como hermana mayor: ¡Ve afuera y haz un amigo!"

"Me estás ordenando que… ¿Haga un amigo?" Preguntó Luna con una ceja en alto. Incrédula tanto de que su hermana le estuviera dando una orden, como de la orden misma que le estaba pidiendo. "Espera, ¿No fue eso lo que le pediste a Dusk Shine cuando lo enviaste a Ponyville?"

"Así es. Y te recomiendo que cumplas mi orden. El último pony que no me obedeció, despertó atado de cascos en una bolsa de correo camino a Ponyville." Respondió Celestia, riéndose al recordar a su alumno. Luego Celestia puso una mirada más seria y miró con cariño a su hermana. "Somos princesas, pero no debemos olvidar que también somos ponies comunes y corrientes. Tenemos nuestros deberes, pero también necesitamos reír, llorar, amar…"

Tras las palabras de Celestia, Luna se quedó con una mirada muy pensativa. Su hermana tenía razón. Ella era una princesa, pero también era una yegua. Y tal como dijera su hermana, ella quería reír, ella quería llorar, y también… ella quería amar.

"Prometí que no antepondría a Dusk antes de mis deberes con el reino. ¡Y mantendré esa promesa! Pero en mi tiempo libre… ¿Por qué no he de disfrutar mi vida?" Pensó Luna, teniendo una gran revelación. Abriendo grande sus ojos y tomando una gran decisión.

Sin decir nada más, Luna sonrió con determinación, y salió rápidamente del salón, apurada para alcanzar a Dusk antes que se fuera. Decidida a hacerle una pequeña invitación a algo con lo que ella había estado soñando hacer con él desde hacía días.

Justo cuando Luna salía rápidamente por la puerta principal, las gemelas mayordomo entraron, llevando algunos bocadillos para las princesas. Por su parte, Celestia sonrió maternalmente al ver a su hermanita sonriendo nuevamente, pensando que su discurso finalmente había logrado llegarle al corazón.

"¿Dónde va la Princesa Luna? Pensé que comería aquí un bocadillo antes de ir a dormir." Dijo Sweet Caramel preocupada, viendo intrigada como su princesa se iba del salón.

"Va a buscar un nuevo amigo… O quizás está tan apurada porque quería invitar a Dusk a una cita, quién sabe." Respondió Celestia con una mirada pensativa. Algo que hizo que las gemelas mayordomo se sorprendieran, viendo que al parecer su princesa finalmente había descubierto la verdad. "¡Pfft! ¡Jajaja! Lo siento, eso es tan absurdo, ¿Se lo imaginan? Eso jamás podría pasar, ¡Jaja!" Se rio Celestia, mostrando que lo que había dicho había sido solo una broma. Entonces las gemelas mayordomo golpearon sus rostros con sus cascos, sin poder creer que la princesa del Sol siguiera sin darse cuenta de los sentimientos de su hermana menor por su alumno.

Por su parte, luego de salir del salón principal, Luna se apresuró para ir hacia la puerta principal del castillo para alcanzar a Dusk Shine antes que se fuera. Sin embargo, ella se detuvo en seco en mitad del pasillo al ver hacia una ventana, y ver que en vez de irse, Dusk seguía allí, paseando por uno de los jardines laterales del castillo.

"¿Dusk? ¿Qué haces aquí? Pensé que ya te habías ido." Dijo Luna sorprendida, saliendo al jardín para ir junto al potro.

"Eso iba a hacer, pero quise aprovechar la oportunidad para pasear un rato por el jardín. Después de todo, cuando potrillo me gustaba mucho pasear por acá… siempre que no estaba en la biblioteca, jeje." Dijo Dusk sonriendo.

Al ver a Dusk distraído, mirando algunas flores, Luna puso una mirada llena de determinación. Ella tenía una pregunta importante que hacerle a Dusk, pero ya que 'su presa' estaba distraída, bien podía aprovechar el momento. Entonces Luna apretó sus labios, desvió la mirada, e intentó acercarse sutilmente a Dusk. Algo que salió muy poco sutil, dado lo nerviosa que estaba Luna.

"Bien, ¿Qué es lo que decía ese libro…?" Pensó Luna nerviosa, recordando un muy mal libro de seducción que leía, y que se había vuelto su biblia para seducir a Dusk. "¡Ah, ya sé! 'Pony Love' dice: 'Atrapa a tu presa, rodéala. Y si tu presa no entiende indirectas, ¡Ve directo por é!'" Pensó Luna, siguiendo los consejos de ese libro y pensando en 'su presa' como Dusk. Decidida a acercarse más a Dusk, de una forma u otra.

Entonces Luna se paró al lado de Dusk disimuladamente, cerró sus labios, poniéndolos en posición de beso, y se acercó nerviosamente a Dusk, para darle un pequeño beso en la mejilla.

"¿Qué es eso?" Dijo Dusk apuntando hacia un lado. Sin siquiera percatarse que a su lado estaba Luna con sus labios estirados.

"¡N-N-No es nada! ¡S-Solo estaba silbado! ¡Phewww-fweeet! ¡Phewww-fweeet!" Comenzó a silbar Luna, roja de la vergüenza, fingiendo que había estirado sus labios para silbar y no para besar. Creyendo que Dusk la había detenido al ver que ella lo intentaba besar.

Le tomó unos segundos a Luna darse cuenta que Dusk no se había referido a ella cuando habló. Entonces Luna miró hacia donde Dusk apuntaba y vio que bajando por una de las ventanas del castillo, escapando hacia el jardín, había una especie de rata, quien cargaba un gran saco de almendras y nueces con su boca.

"¿Es una zarigüeya?" Preguntó Dusk con curiosidad, acercándose hasta donde estaba el pequeño animal.

Cuando la zarigüeya vio que había sido descubierta robando alimento, se quedó paralizada, viendo cómo los dos ponies se acercaban hasta él. En tanto que Dusk, al acercarse más, pudo ver que la zarigüeya tenía una pequeña venda en una de sus patas.

"Ese animal ha estado robando comida del castillo." Dijo Luna, reconociendo al animal. Entonces ella se sonrojó y puso una mirada de duda, sin estar segura si a Dusk le gustaría lo que diría o no. "Hace algunos días los guardias pusieron trampas para atraparla. Y anoche… bueno… vi que ese animal había sido atrapado por una de las trampas, pero me dio mucha pena verla atrapada. Así que… la liberé y vendé su pata herida." Agregó Luna tímidamente.

Como si lo que dijo Luna hubiera sido una señal para recordar, la zarigüeya inmediatamente alzó teatralmente sus patas. Luego se puso temblorosa, como si hubiera estado en agonía, y puso una mirada de súplica, actuando perfectamente como si fuera un animal moribundo.

"Hmm… Si está herida, podría llevarla con Fluttershy. Ella podría ayudarla a que sane más rápido." Dijo Dusk, sorprendido con el sorpresivo cambio de actitud de la zarigüeya.

Antes que la zarigüeya pudiera escapar, Dusk la encerró en una burbuja mágica. Algo que pareció sorprender al pequeño animal, que, al verse atrapado, pareció olvidarse completamente de su pata herida y simplemente se cruzó de patas con una mirada molesta.

"Bien, creo que ya es hora de irme. Lo mejor es que lleve rápido a este animalito con Fluttershy." Dijo Dusk, inclinando levemente su cabeza para despedirse de la princesa.

"¡E-Espera!" Dijo Luna nerviosa, recordando que ella había ido hasta allí para hacerle una importante pregunta a Dusk. Entonces Luna se sonrojó un poco y miró muy nerviosa a Dusk. "H-Hoy en la noche habrá una lluvia de meteoritos, y… y quería saber si… si tú… si a ti te gustaría verla… conmigo." Terminó de hablar Luna, con sus mejillas rojas de vergüenza.

"¿Lluvia de meteoritos…? ¡Es cierto! ¡Era hoy! ¡Lo marqué hace meses en el calendario! ¡Por poco se me olvida!" Dijo Dusk sorprendido. Luego mirando a la princesa. "Claro que me gustaría verlo juntos, ¡Será grandioso! Soy fanático de la astronomía. Llevaré mis libros y mi telescopio a la colina de Ponyville esta noche." Agregó Dusk sonriente, despidiéndose nuevamente de Luna.

Una vez Dusk se fue, Luna no pudo contener más su alegría y comenzó a saltar en círculos como si fuera una pequeña potrilla.

"¡Sí aceptó! ¡Sí aceptó!" Dijo Luna llena de felicidad mientras saltaba. Mientras al otro lado del jardín, unos guardias veían confundidos hacia la princesa. Sorprendidos de ver así de alegre a la siempre seria princesa de la noche.


Una vez en Ponyville, Dusk fue inmediatamente a la cabaña de Fluttershy. Allí, Dusk liberó a la zarigüeya que había capturado en los jardines del palacio real, y Fluttershy la examinó.

"La zarigüeya… ¿Está viva?" Preguntó Dusk preocupado. Viendo que la zarigüeya estaba inmóvil en los cascos de Fluttershy. "Quizás… ¿¡Se quedó sin aire en la burbuja mágica!?" Agregó Dusk, asustado de haber matado al pequeño animal sin darse cuenta.

"No lo creo. Las zarigüeyas suelen hacerse las muertas cuando se sienten en peligro." Respondió Fluttershy tranquilamente, notando que la zarigüeya respiraba normalmente pese a estar inmóvil. "Además, parece que su pata está bien." Agregó Fluttershy luego de sacarle la venda al animal.

Al escuchar que su farsa estaba siendo expuesta, la zarigüeya abrió un ojo. Entonces vio que al lado de Fluttershy había un enorme saco lleno de semillas y bellotas. Fue entonces que la zarigüeya dejó su actuación de animal herido, y saltó de lleno al saco de semillas, hundiéndose en él.

"¡Oye! ¿Qué no estabas heridas?" Dijo Dusk sorprendido, acercándose al saco con semillas. Entonces la zarigüeya sacó su cabeza del saco, con sus mejillas abultadas, llenas de semillas y bellotas. Luego ella miró a Dusk por unos segundos, sonrió, y saltó sobre su cabeza, huyendo velozmente de la casa de Fluttershy, saltando por una ventana.

"Bueno… Al menos sabemos que no está herida." Dijo Fluttershy con una pequeña sonrisa. Viendo como Dusk se había quedado con la boca abierta y su melena llena de semillas luego que la zarigüeya la saltara encima. Frustrado al ver que tanto él como la princesa Luna habían sido engañados por ese pequeño animal.

Luego de despedirse de Fluttershy, Dusk comenzó a buscar pistas para ver hacia dónde había huido aquella escurridiza y tramposa zarigüeya. Sin embargo, se dio cuenta que de nada serviría aquello, y finalmente, aprovechando que estaba cerca del bosque Everfree, Dusk aprovechó para ir a visitar a Zecora, ya que no la veía desde su encuentro en el Reino del Matorral.

No le tomó mucho tiempo a Dusk llegar donde Zecora. Una vez allí, la cebra comenzó a contarle algunas cosas de las que había aprendido junto al rey Aspen y los ciervos.

"Así que, ¿El rey no te dio permiso para sacar ningún libro de su biblioteca sobre el Árbol de la Armonía?" Preguntó Dusk, viendo que Zecora tenía varios pergaminos escritos por ella misma, en donde había escrito algunas cosas que había aprendido en el Reino del Matorral.

"No. El Rey sigue siendo muy celoso con su reino, en especial con lo que respecta al Árbol de la Armonía." Respondió Zecora, mostrándole a Dusk los demás pergaminos que tenía. "Aun así, el Rey sabe que tú eres mi discípulo, y aun así me enseño muchas cosas. Así que no creo que el Rey no quiera compartir su conocimiento con los ponies, sino que simplemente quiere compartirlo con los ponies correctos." Agregó Zecora, sonriéndole a Dusk.

Al escuchar a su maestra, Dusk recordó lo sucedido en el Árbol de la Armonía y como había estado dispuesto a usar magia oscura con tal de ayudar a sus amigas.

"¿De verdad crees que sea digno de la confianza de todos?" Preguntó Dusk inseguro, desviando la mirada.

"Solo tú puedes darnos esa respuesta. Puedes cometer errores, y te aseguro que seguirás cometiéndolos, pero lo importante es saber reconocerlos, aprender de ellos y enmendarlos." Dijo Zecora poniendo un casco afectuosamente sobre el lomo de Dusk. "Sabes, lo he estado pensando, y creo que finalmente encontré algo que tengo en común con la Princesa del Sol. Creo que ambas creemos que tienes un gran destino por delante, y para eso, queremos ayudarte a tener las herramientas correctas. Pero finalmente, quien usará esas herramientas y decidirá cómo usarlas, serás tú." Agregó Zecora sonriendo, haciendo que Dusk recuperara su confianza y también sonriera.

Tras eso, Zecora le contó a Dusk como funcionaba la magia de los ciervos, quienes tenían una fuerte conexión mágica con el bosque, por lo cual podían sentir de una manera única el bosque y la naturaleza a su alrededor. A pesar de aquello, a excepción del Rey Aspen, parecía que los demás ciervos no podían usar magia por sí mismos. Así, Dusk aprendió que el vínculo de los ciervos con el bosque, se incrementaba al portar esos pequeños barriles con rocío mágico, que al parecer provenía de un manantial que emanaba del mismo Árbol de la Armonía.

"Los ciervos pueden sentir las plantas y seres vivos a su alrededor de una manera única. Incluso vi a algunos ciervos caminar por el bosque totalmente a oscuras sin problemas." Dijo Zecora luego de terminar de explicar algunas cosas que quería que Dusk comenzara a estudiar. "Quizás sea su misma conexión con el Árbol de la Armonía la que los conecta con el bosque Everfree."

"¿Crees que nosotros podríamos tener esa misma clase de conexión con el bosque?" Preguntó Dusk, muy interesado.

"Por mi parte no lo sé, pero creo que tú ya tienes esa conexión." Respondió Zecora, apuntando a la cutie mark de Dusk. "Aún hay muchos misterios sobre la conexión del Árbol de la Armonía con tu cutie mark, incluso el mismo Rey admitió que lo desconoce. Pero lo que sí sabemos es que tú y tus amigas tienen esa conexión, y solo el tiempo dirá si esa conexión podrá ayudarnos a todos cuando algún mal vuelva a acecharnos."

Luego de una extensa charla, Dusk finalmente se despidió de Zecora, listo para volver al pueblo antes que anocheciera, ya que aún debía prepararse para el gran evento astronómico de esa noche. Entonces él tomó algunos de los pergaminos que le ofreció Zecora, y comenzó su camino de vuelta al pueblo.

Mientras caminaba por el bosque Everfree, Dusk fue repasando mentalmente todo lo que había aprendido con la charla de Zecora sobre el pueblo de los ciervos. Justo en ese momento, Dusk llegó a una de las partes más oscuras del bosque, en donde debía iluminar el camino frente a él para poder ver.

"Hay ciervos que pueden caminar a oscuras por el bosque, gracias a su conexión con él… Quizás sea algo que yo también deba practicar." Pensó Dusk con una pequeña sonrisa divertida. Entonces el decidió seguir caminando sin iluminar el camino con su magia, queriendo así realizar un pequeño experimento con su conexión con el bosque y el Árbol de la Armonía.

Tan solo unos pocos minutos luego que a Dusk se le ocurriera su pequeño experimento, el pobre potro lavanda comenzó a lamentar que se le ocurriera esa 'brillante' idea. Al caminar en casi completa oscuridad, Dusk recordó lo en verdad terrorífico que era el bosque Everfree. Su oído se agudizó, y Dusk no paraba de escuchar tenebrosos ruidos de ramas quebrándose o cosas moviéndose no lejos de donde estaba.

Súbitamente Dusk agachó su cabeza al escuchar un fuerte aleteo sobre él. Aquello asustó un poco a Dusk, quien empezó a caminar más rápidamente, para salir pronto del bosque. Sin embargo, se rehusó a usar su magia y así estropear su experimento.

"¡Vamos! ¡Funciona tonta conexión con el bosque!" Murmuró Dusk caminando más rápido, comenzando a asustarse mientras seguía sin sentir ningún tipo de conexión mágica con el bosque. Así fue hasta que en la oscuridad, Dusk chocó de frente contra un árbol, haciendo que cayera de espaldas. "¡Ouch!" Dijo Dusk tirado en el suelo, sobándose su cabeza.

'Whooo…' Un sonido muy peculiar hizo que Dusk abriera los ojos y mirara hacia arriba.

Allí, parado sobre una rama, había un pequeño búho marrón, mirándolo fijamente con algo en su boca.

"¿Un búho?" Dijo Dusk sorprendido. Entonces el potro vio con más detalle lo que el búho traía en su boca. "¿Esos son mis pergaminos?" Dijo Dusk asombrado, dándose cuenta que con todo eso de su 'pequeño experimento' ni siquiera sintió cuando se le cayeron sus pergaminos por el camino.

Mientras Dusk se ponía nuevamente de pie, el pequeño búho dio un pequeño vuelo sobre Dusk, entregándole los pergaminos sobre su lomo, y se paró sobre la cabeza de Dusk, causando que Dusk se quedara paralizado ante la particular y extraña situación.

"Está bien… Supongo que esto no es lo más raro que me ha pasado en el bosque." Dijo Dusk sin moverse, moviendo solo sus ojos hacia arriba, mientras el búho seguía parado sobre su cabeza. Entonces Dusk se dio cuenta que aquel búho estaba metiendo su pico en su melena, buscando semillas que al parecer habían quedado en su melena cuando la zarigüeya saltó sobre él. "Huff… como sea, supongo que te lo ganaste por haberme devuelto los pergaminos." Agregó Dusk, suspirando con una mirada cansada.

Tras eso, Dusk siguió caminando, intentando caminar a oscuras nuevamente pero estando cada vez más seguro que aquello era una tontería. Además, ahora no solo caminaba a ciegas por el lado más oscuro del bosque, sino que además lo hacía con un búho en la cabeza, lo que definitivamente debía de hacerlo ver muy ridículo.

'Whooo…' Ululó repentinamente el búho sobre la cabeza de Dusk, haciendo que Dusk se detuviera en seco. En ese instante Dusk se dispuso a dejar de ser amable y espantar a ese búho de su cabeza. Sin embargo se detuvo al darse cuenta que el búho había cantado justo antes que él hubiera chocado nuevamente de frente contra un árbol.

"¡Wow! Eso estuvo cerca…" Dijo Dusk palpando el árbol con el que casi había chocado. Entonces miró hacia arriba y entendió que el búho, gracias a su vista nocturna, le había advertido antes que chocara. "¡Je! Quien sabe, quizás mi conexión con el bosque te envió para ayudarme, jaja." Bromeó Dusk, mientras el búho simplemente estiró sus alas, pareciendo acomodarse cada vez más a la cabeza de Dusk.


Finalmente llego la noche a Ponyville, y las amigas de Dusk llegaron hasta una de las colinas cercanas al pueblo, donde las había citado Dusk Shine, para ver la tan esperada lluvia de meteoritos. Allí, esperando a las cinco yeguas, ya las esperaban Dusk Shine y Spike, además de un nuevo invitado.

"¡Dusk, querido! ¡Tienes un pájaro en la cabeza!" Dijo Rarity asustada al ver un búho sobre la cabeza de su querido Dusk.

"Ya lo sé, me está acicalando." Respondió Dusk sonriendo, mirando de reojo hacia arriba. "O quizás solo está buscando más semillas, la verdad es que no lo sé. Parece que este búho se encariñó mucho con mi melena."

Al ver ese búho sobre la cabeza de Dusk, todas sus amigas se acercaron, viendo lo lindo que era y bromeando sobre aquello.

"¡Ay, sí! Qué búho tan lindo… Qué divertido… ¡Yuck!" Murmuró Spike celoso, luego que el búho se volviera el centro de atención.

La verdad era que Dusk había llegado a la biblioteca con aquel búho hacía unas horas atrás, y rápidamente se dio cuenta de lo útil y lista que era aquella ave. No solo era capaz de entender cuando Dusk le pedía un pergamino, también entendía cuando Dusk le pedía un libro, siempre que le indicara detalladamente el color y forma de este. Así, Dusk practicó toda la tarde con aquel búho, viendo si podía entrenarlo para que le llevara algunas otras cosas. Sin embargo, sin que Dusk se percatara, aquello había molestado a Spike, quien se tomaba muy a pecho su labor como ayudante de Dusk, y le molestaba que alguien intentara robarle su puesto.

"¡Oh no!" Dijo repentinamente Dusk mientras sus amigas, en especial Fluttershy, veían maravilladas como el búho volaba sobre sus cabezas. "La lluvia de estrellas está por empezar y olvidé traer el 'Almanaque de la Astronomía de los Astrónomos Astronómicos'."

"¿El Astronolomonomico… qué?" Preguntó Rainbow Dash, sin entender una palabra de lo que dijo Dusk.

"Es un enorme libro azul con una estrella en su lomo." Dijo Dusk, mirando al búho que volaba sobre su cabeza. "¿Podrías traérmelo?"

Al escuchar las instrucciones de Dusk, el búho dejó de volar en círculos y comenzó a volar en dirección a la biblioteca.

"¡Espera! ¡Yo lo traigo!" Dijo rápidamente Spike, comenzando a correr también hacia la biblioteca.

"¡Pero te perderás la lluvia de meteoritos!" Gritó Dusk mientras Spike corría.

"¡No importa! ¡Te demostraré que sigo siendo tu asistente número uno!" Gritó Spike, desapareciendo colina abajo.

Al escuchar la respuesta de Spike, Dusk alzó una ceja confundido, sin entender por qué su hermanito había dicho eso. Sin embargo su mente se distrajo en otra cosa, pues justo en ese instante, su última invitada a ver la lluvia de meteoritos, llegó allí.

Tal como le dijera Dusk, Luna llegó a la colina más alta de Ponyville, en donde él la esperaba. El único problema era que Dusk no estaba allí solo, sino que estaba acompañado por todas sus amigas. Aquello hizo que Luna a duras penas pudiera reprimir una cara de decepción al ver que no estaría a solas con Dusk, como pensó.

"H-Hola Dusk… V-Veo que trajiste a todas tus amigas… jeje…" Dijo Luna con una muy forzada sonrisa, una vez aterrizó donde estaban los demás ponies.

"¡Claro! Como te dije, es un evento que planee hace meses." Respondió Dusk sonriendo, sin notar lo decepcionada que estaba la princesa de la noche. "¡Mientras más, mejor!"

Una por una las amigas de Dusk se acercaron a la Princesa Luna, animadas de poder ver aquel espectáculo junto a la princesa de la noche. Además, ninguna de ellas había charlado mucho con la Princesa Luna antes, así que a todas les entusiasmaba poder conocerla un poco más. Por su parte, Luna finalmente suspiró resignada a que no pasaría la noche como había esperado, y simplemente sonrió más amigablemente. Después de todo, aquellas yeguas la habían ayudado a liberarse de Nightmare Moon, y al igual que Dusk, les debía mucho. Por lo que no podía estar de mal humor frente a ellas.

Todas las chicas animaron a la Princesa Luna a que se sentara junto a ellas en un mantel que habían puesto sobre el césped, junto a un montón de botanas que habían llevado para hacer un picnic mientras esperaban la llegada de la lluvia de meteoritos.

"Puedes sentarte donde quieras, menos al lado de Dusk." Dijo Pinkie Pie cuando llegaron al mantel. Arrastrando a Applejack y sentándola junto a Dusk. "Este puesto está reservado para Applejack, ya que es la NOVIA de nuestro querido Dusk." Bromeó Pinkie Pie guiñándole un ojo a su amiga. A lo que Applejack reaccionó sonrojándose y tapándose su cara con su sombrero.

Luego de lo sucedido en el reino del Matorral, las cuatro amigas de Dusk habían decidido no molestar demasiado a Dusk y Applejack con lo sucedido. De hecho, extrañamente había pasado todo lo contrario. Desde ese día, cada vez que los seis se juntaban, las yeguas no perdían la oportunidad para hacer que Dusk y Applejack estuvieran más cerca entre sí. Aquello ocurrió porque en el fondo, las demás sabían que Dusk y Applejack se sentían culpables por guardar un secreto entre ellos, por lo que se sentían incómodos cuando sus amigas los forzaban a estar demasiado juntos. Así que, molestarlos con que estuvieran siempre juntos, había sido una pequeña forma de venganza de las chicas por lo que 'pudo o no' haber ocurrido en aquella habitación, cuando ellos dos durmieron juntos.

Mientras las yeguas se divertían un poco bromeando con Applejack, viendo lo avergonzada que se ponía cuando sus amigas la obligaban a estar cerca de Dusk; Luna se quedó mirando a Applejack con una seria mirada. Sin estar segura de cómo reaccionar frente a la actual novia de Dusk.

Luna había leído el reporte de Flash Sentry, y así pudo comprobar que Dusk efectivamente estaba casado con Applejack. Pero también se enteró que aquel matrimonio había sido para ayudar a Applejack en una competencia. Aun así, a Luna se le hacía raro que ambos ponies siguieran juntos y no se hubieran divorciado si había sido solo por ayudar. Sin embargo, sabía que debía de haber una razón, y si no podía pasar la noche a solas con Dusk, al menos aprovecharía el tiempo allí para investigar un poco más la verdadera relación que había entre Applejack y Dusk.

Pasado unos minutos, finalmente Spike y el búho de Dusk volvieron hasta la colina. Con este último llegando primero, cargando entre sus garras un libro. Sin embargo, por alguna razón, el libro venía echando humo.

"¿¡Qué le pasó al libro!?" Preguntó Dusk horrorizado, luego que el búho dejara caer el libro frente a él. Viendo que el interior del libro había sido completamente quemado.

'Whooo…' Cantó el búho, aterrizando en la rama de un árbol cercano. Apuntando con una de sus alas a Spike.

"Soplón…" Murmuró Spike de mala gana. Quien entonces se tuvo que enfrentar a la mirada enojada de Dusk. "¡Sí! ¡Fui yo! Quemé el libro sin querer cuando lo tomé y el polvo me hizo estornudar…" Admitió Spike, desviando la mirada avergonzado.

"Ugh… Te dije que se lo dejaras al búho." Dijo Dusk molesto, golpeando su cara con su casco.

"¡N-No quiero! No quiero que ese tonto búho me reemplace." Dijo Spike, mirando con reproche a Dusk.

"¿De qué estás hablando?" Respondió Dusk alzando una ceja. Entonces él miró al búho y luego a Spike, y volvió a golpearse su cara, dándose cuenta de lo absurdo de la situación. "Okay, escucha. Nadie te va a reemplazar, ¡Es imposible! Este búho podría convertirse en mi ayudante, pero tú eres más que eso, ¡Eres mi hermano! Y no hay nadie que pudiera reemplazarte, punto." Dijo Dusk, acercándose a Spike y dándole un pequeño golpe de hermanos en su hombro.

"¿Lo dices en serio?" Dijo Spike, mirando a Dusk con unos enormes ojos.

"Claro, ¿O es que acaso quieres rebajarte a convertirte en mi mascota y competir contra mi otra mascota?" Dijo Dusk, riéndose de lo absurda de la situación. "Debo detenerte ahora mismo. Conociendo lo competitivo que eres, serías capaz de tratar de inculpar en alguna tonta forma al pobre búho para que me enojara con él. ¿No es así?"

"Eh… Noooo… Yo jamás haría eso… jeje." Respondió Spike sonrojándose, desviando la mirada. Pues la verdad era que todo el camino de vuelta hasta allí, él justamente había estado planeando algo para hacer que de alguna forma Dusk se enojara con el búho y lo echara.

Al ver que todo estaba en su imaginación, y que el búho de Dusk nunca podría tomar su lugar, el pequeño bebé dragón se relajó completamente, acostándose sobre la manta. Y tan cansado estaba, y tan de noche era, que al instante, Spike cayó dormido.

"Tiene que haber estado muy estresado toda la tarde para caer dormido así de rápido." Dijo Dusk sonriendo tiernamente, poniendo una manta sobre su hermanito dragón. Agradeciendo no haber visto a Spike con su falso bigote de villano, que siempre usaba cuando planeaba algo malo contra alguien. "Creo que lo dejaré dormir un poco y lo despertaré cuando empiece la lluvia de meteoritos."

"Entonces, ¿Te quedarás con él?" Preguntó Fluttershy sonriendo, acercándose a Dusk y mirando hacia arriba, donde el búho nuevamente estaba volando. "Dijiste que podría ser tu mascota."

Ante aquella pregunta, Dusk pestañeo confundido y luego miró hacia arriba, donde volaba el búho que lo había estado acompañando toda la tarde.

"Hmm… No lo sé. Nunca he tenido una mascota." Dijo Dusk con una mirada pensativa, y luego sonriendo ante aquella idea. "Pero quizás, podría intentarlo."

"¡Oh! ¡Oh! Si tienes una mascota, ¡Podríamos hacer una sesión de juegos para que todos juguemos juntos con nuestras mascotas!" Dijo Pinkie Pie emocionada. Metiendo su casco en su melena, y sacando de allí a su pequeño cocodrilo Gummy, quien al parecer, había estado escondido en su melena todo ese tiempo.

"¡Qué espléndida idea! Opal adora jugar con otras mascotas." Dijo Rarity sonriendo. Quien a veces no se daba cuenta que en verdad su gata era bastante gruñona.

"Sí, creo que a Winona le gustaría tener algunos nuevos amigos." Dijo Applejack sonriendo.

"¡Qué emoción! ¡Qué emoción! A Angel le encantará." Dijo Fluttershy muye feliz. Quien era la más emocionada de que sus amigos compartieran su afición por los animales.

Mientras las cuatro yeguas con mascotas rodeaban a Dusk, ideando todos juntos lo que harían el día siguiente; sin darse cuenta, otras dos yeguas quedaron aisladas de aquella alegre conversación: Rainbow Dash y Luna.

"¡E-Esperen un minuto! Yo también quiero ir a esa sesión de juegos de mascotas." Dijo Rainbow Dash levemente sonrojada, mirando molesta a sus amigas.

"¿Eh? ¿Pero pensé que a ti no te gustaban las mascotas?" Dijo Applejack confundida.

"B-Bueno… ¡Cambié de opinión!" Respondió Rainbow Dash roja de vergüenza, desviando la mirada. No queriendo admitir que se sentía aislada al ver a todas sus amigas compartiendo un mismo gusto.

En ese instante, la alegría de Fluttershy llegó a nuevos niveles, saltando de alegría igual que lo hacía siempre Pinkie Pie, corriendo hacia donde estaba Rainbow Dash y mirándola con una muy emocionada mirada.

"¡Sí! ¡Sí! ¡Mañana puedo ayudarte a encontrar tu mascota ideal!" Dijo Fluttershy muy emocionada. "¡Tengo muchas opciones maravillosas en mi casa! ¡Y sé que las vas a adorar! ¡Y ellas a ti! ¡Y serán las mejores amigas por siempre y para siempre!" Agregó Fluttershy con una gran sonrisa soñadora, casi pegando su cara a la de Rainbow Dash, quien ya comenzaba a pensar que quizás aquello fuera una mala idea.

"Entonces, mañana en la mañana, después que Rainbow Dash elija a su mascota, ¡Los seis podemos tener nuestra primera sesión de juegos para mascotas!" Dijo Dusk sonriendo, alegre que su testaruda amiga pegaso también quisiera formar parte de aquello.

"¡Y-Yo también!" Dijo súbitamente Luna, dando un paso adelante y mirando un poco asustada a Dusk. Sorprendiendo a los demás ponies.

"Princesa, ¿Usted también tiene una mascota? Y quiere jugar… ¿Con nosotros?" Preguntó Rarity, sorprendida que la realeza quisiera formar parte de algo tan mundano como una 'sesión de juegos para mascotas'.

"¡C-Claro que tengo mascota!" Respondió Luna usando su voz real por lo nerviosa que estaba, por lo que aquello se escuchó como un grito. "M-Mi mascota es magnífica, grande, y hermosa, y… grande…" Agregó Luna bajando su voz, intentando ocultar lo nerviosa que estaba por mentir.

"Eso… ¡Eso es genial!" Dijo Dusk animado, dándole a Luna una gran sonrisa. Alegre de ver que la princesa de la noche quisiera compartir más con ponies comunes como él y sus amigas.

Aquella sonrisa de Dusk, hizo que Luna se tranquilizara un poco y desviara levemente su mirada al sonrojarse sus mejillas. Y justo en ese instante, todos los ponies se distrajeron al ver que el cielo comenzaba a iluminarse con la tan esperada lluvia de meteoritos.

Dusk y sus amigas miraron asombrados como el cielo se llenaba de enormes estrellas fugaces, disfrutando un evento que solo podía ser visto una vez en la vida, ya que aquel fenómeno se repetía solo cada cien años. Así, los seis ponies mantuvieron fija su mirada en el cielo, mientras la princesa de la noche lo ignoraba, y aprovechaba de ver fijamente al potro a su lado.

Luna ya había visto la lluvia de meteoritos en el pasado, y al estar encerrada en la luna, bajo la bóveda estrellada del espacio, a ella poco le importó ver esas estrellas fugaces. La única estrella que quería ver en ese momento, estaba a su lado. Y aunque sabía que su amor era imposible, ella aún luchaba por mantener esa pequeña ilusión, pues amaba sentir cómo Dusk la podía hacer feliz solo con una sonrisa.


A la mañana siguiente, en el parque de Ponyville, ya estaban reunidos varios de los ponies que se habían comprometido a tener su primera sesión de juegos para mascotas. Allí estaba Applejack corriendo junto a su perrita Winona, lanzándole una rama para que su perra la buscara. Rarity bajo un árbol, intentando bajar a su gata Opalescence, quien se negaba a obedecerle. Pinkie Pie riéndose mientras su cocodrilo bebé saltaba para morderla con su hocico sin dientes. Y Dusk Shine, intentando enseñarle a su nuevo búho que se sentara sobre su lomo y no sobre su cabeza, pero parecía que el pequeño búho seguía prefiriendo sentarse sobre la melena de Dusk, pese a que esta ya no tenía semillas para comer.

"Por cierto, ¿Ya le diste un nombre a tu búho?" Preguntó Applejack acercándose a Dusk, viendo como el potro parecía resignarse a tener que soportar el peso del búho sobre su cabeza.

"Ya lo intenté. Probé con todos los nombre del libro: 'Nombres para su mascota', de la A a la Z, pero parece que él quiere algo más original." Dijo Dusk, encogiéndose de hombros. Mientras el búho parecía haberse dormido sobre su cabeza. "A lo único que responde, es cuando digo: 'Búho, deseo…' y le digo algo para que me traiga." Agregó Dusk, mientras su búho, al escuchar que Dusk decía: 'Búho, deseo…' abrió sus ojos expectante, pensando que Dusk le pediría traer algo.

"Hablando de nuevas mascotas… ¿Cuánto más tardará Rainbow Dash en escoger una mascota?" Preguntó Rarity, caminando hacia donde estaban Dusk y Applejack, con sus dientes apretados por el dolor. Dado que ella finalmente había logrado bajar a Opal del árbol, pero a cambio, la gata se había clavado con sus afiladas uñas sobre el lomo de Rarity. "Opal está algo impaciente, jeje…"

Repentinamente los ponies se distrajeron al ver que una pequeña sombra atravesó el sol y se aproximó hasta ellos. Entonces vieron que se trataba de la Princesa Luna, quien aterrizó junto a los ponies y miró tímidamente hacia los lados. Ella aún no se acostumbraba del todo a salir a plena luz del día y que fuera vista en 'su forma incompleta' por los demás ponies. Aquello era algo que de ninguna forma haría en el centro de Canterlot, pero siendo Ponyville la primera ciudad que celebró su regreso, y estando allí solo los ponies que la salvaron, Luna se pudo sentir lo suficientemente cómoda como para estar allí sin usar una túnica que la ocultara.

"Lamento la demora, yo… Waaahhh… me demoré un poco tomando desayuno…" Dijo lentamente Luna, bostezando.

Sin que Dusk lo supiese, la pobre Luna llevaba dos días trasnochando, y todo por culpa de él. Hacía dos noches, ella había tenido que hacer su guardia nocturna de los sueños. Luego, en la mañana, ella tuvo la audiencia con su hermana y Dusk. Después, pasó toda la tarde despierta pensando en cómo sería su 'cita' con Dusk para ver la lluvia de meteoritos. Luego, ella fue con Dusk para ver la lluvia de meteorito, y después tuvo que volver a su guardia nocturna. Y finalmente, ese día en la mañana, Luna volvía a obligarse a mantenerse despierta para estar un poco más junto a Dusk. Pero la verdad era, que su cuerpo pedía a gritos que tomara una siesta.

"Wow… ¿¡Esa es su mascota!?" Dijo Pinkie Pie con asombro, luego que Luna aterrizara junto a ellos. Viendo que detrás de Luna, llego volando un gran pájaro que parecía una llama planeando por los aires. Finalmente aquella extraña ave aterrizó en el lomo de Luna, y todos quedaron asombrados al ver a tan majestuosa y brillante ave.

La mascota de Luna, resultó ser un hermoso fénix. Un ave muy alta, de colores rojo, naranja y amarillo, que parecía que quemaría todo a su paso con su sola presencia. Aquella ave definitivamente debía ser la mascota de alguien de la realeza, y lo era. Solo que aquella mascota real, no era de Luna.

"¿Acaso esa no es Philomena?" Pensó Dusk sorprendido, reconociendo de inmediato el fénix de su maestra, la princesa Celestia.

"¡Qué ave tan majestuosa y hermosa! Digna de usted, princesa." Dijo Rarity, maravillada con los vivos colores de aquella ave. "¿Qué ave es?"

"Es un… ¡Auch! Un fénix... ¡Auch!" Dijo Luna intentando sonreír. Mientras el fénix, de mal humor, jalaba a ratos con su pico la melena de Luna. "Esta… ¡Auch! Esta es mi mascota… D-Digna de una princesa, Jeje… ¡Auch!" Agregó Luna, forzando una gran sonrisa mientras el fénix se rehusaba a hacerle caso.

Viendo a aquel majestuoso fénix, Dusk no pudo evitar recordar lo molesto que era esa ave. Su personalidad se parecía mucho a la de su dueña, la princesa Celestia. Por fuera, todos pensaban que era hermosa, digna y elegante, pero en su interior, se encontraba un ser juguetón, al que le gustaba molestar a los demás. Así era que Dusk recordaba que a veces, cuando estudiaba en el castillo, Celestia mandaba a su mascota para que molestara a Dusk de vez en cuando. Quemándole algún pergamino o despertándolo cuando dormía una siesta.

En ese momento, llegó Fluttershy junto con su conejito Angel. Sin embargo, para sorpresa de los demás, Rainbow Dash no venía junto a ella.

"¿Qué pasó? Pensé que estabas ayudando a Rainbow Dash a elegir una mascota." Preguntó Dusk una vez la pegaso amarilla llegó junto a ellos.

"Qué… ¿¡Qué es esa hermosa ave…!?" Preguntó Fluttershy ignorando a Dusk por un instante. Maravillada al ver por primera vez un fénix. Sin embargo, al instante ella reaccionó, sacudió su cabeza y se forzó a concentrarse en Dusk. "Rainbow aún no escoge una mascota. Ella pensaba que todas las opciones que le mostré eran malas, así que le canté una canción mostrándole las virtudes de cada animalito, y ahora está indecisa y no sabe cuál elegir." Agregó Fluttershy, mirando apenada a Dusk.

"Ugh… Solo tiene que elegir a una, no puede ser tan difícil." Dijo Dusk golpeándose su cara con su casco. Mientras que al lado suyo, todas sus 'amigas' lo miraron alzando una ceja, por lo hipócrita que sonó aquel comentario. "Bien, iré con ella y la traeré rápido. Si no, el día terminará sin que podamos hacer la sesión de juegos que habíamos planeado."

En cuanto Dusk comenzó a alejarse, Luna alzó su casco para ir en su siga. Sin embargo, un comentario hizo que se frenara en seco.

"Vamos Applejack, deberías ir a acompañar a 'tu novio'." Dijo Rarity bromeando, guiñándole un ojo a su amiga para que aprovechara la ocasión.

"E-Él dijo que volvería de inmediato… No soy una yegua que tenga que seguir a todas partes a su novio." Respondió Applejack, sonrojándose y desviando la mirada.

Entonces las amigas de Dusk rieron, mientras Luna bajaba su cabeza con vergüenza, queriendo con todas su ganas seguir estando junto a Dusk, pero no queriendo parecer una yegua desesperada como acababan de comentar. Entonces Luna sintió algo al lado de su casco, y vio que el pequeño conejito que había traído Fluttershy se apoyó sobre su casco, mirando con enojo hacia Fluttershy y sus amigas. Luego Luna vio que no solo el conejo de Fluttershy estaba a su lado, sino que estaba rodeada por las demás mascotas de las yeguas, todas viendo molestas hacia las ponies.

Al alzar la vista, Luna finalmente entendió por qué las mascotas parecían estar molestas. Allí, en medio de las yeguas, estaba Philomena, el fénix de Celestia que ella había 'tomado prestada' para ir a esa sesión de juegos. Y parecía que todas las yeguas habían quedado embobadas con la belleza y elegancia de aquel majestuoso fénix.

"Huff… los entiendo. Yo también sé lo que se siente estar al lado de alguien que brilla más que tú." Susurró Luna, poniendo la misma mirada de hastío que tenían las mascotas.


Dusk Shine llegó rápidamente a la casa de Fluttershy. Allí, vio que Rainbow Dash estaba frente al jardín de la cabaña de su amiga, parada frente a una larga hilera de muy variados animales. La mayoría de aquellos animales eran voladores: un águila, un halcón, un colibrí, un murciélago, incluso había una pequeña avispa. El único animal que parecía fuera de lugar allí, era una pequeña tortuga con cara de exhausta.

"Necesito que me muestren algo único, algo que me demuestre que son dignos de ser mi mascota." Dijo Rainbow Dash, caminando como un instructor militar frente a los candidatos a ser su mascota. "Muéstrenme un talento único que tengan… ¡Ahora!" Agregó la pegaso, dándoles la señal con su casco a los animales que estaban frente a ella.

Tras la señal, todos los animales se pusieron a hacer diferentes cosas, todos intentando llamar la atención de la exigente pegaso, para así poder convertirse en su mascota oficial. El colibrí comenzó a volar velozmente, mostrando su gran velocidad. El murciélago usó un chillido sónico que logró romper una ventana de la casa de Fluttershy. La tortuga ocultó su cabeza en su caparazón y luego la volvió a sacar, mostrando que al parecer 'esa' era su gran habilidad. Pero finalmente, todos los animales dejaron de mostrar sus talentos cuando el águila abrió sus grandes alas y dio un fuerte y agudo graznido, asustando a todos los demás participantes.

"¡Muy bien! Eso sí fue impresionante." Dijo Rainbow Dash, sacando una lista y dándole diez puntos al águila por su grito. Entonces ella se acercó a la tortuga y la miró con reproche. "Deberías aprender, ¡Eso sí es un talento!" Se burló Rainbow Dash de la tortuga, a lo que esta solo respondió pestañeando muy lentamente.

"¿Qué es esto? ¿Estás haciendo un show de talentos?" Preguntó Dusk con una pequeña risita, acercándose finalmente donde estaba su amiga.

Al ver que Dusk llegó a verla, Rainbow Dash no pudo evitar sonreír. Y esa alegría se duplicó al ver que Dusk había ido hasta allí solo. Entonces ella sacudió rápido su cabeza antes que Dusk notara la mirada boba que puso, y fingió desinterés con su llegada.

"¡Oh! Es… Es bueno verte, Dusk." Dijo Rainbow Dash desviando la mirada y sonrojándose un poco. "Sí, quería ver qué animal tenía el mejor talento… Fluttershy cantó esa tonta canción y ahora no sé cuál es la mejor mascota, ¡Todas tienen algo genial! O bueno, CASI todas…" Agregó Rainbow Dash, mirando de reojo con desagrado a la pequeña tortuga.

"Hmm… Así que no sabes cuál elegir." Dijo Dusk con una mirada pensativa. "Creo que quizás no debas elegir a la que tenga el mejor talento, quizás debas elegir a la mascota que sea más afín a tus gustos."

"¿Más afín a mis gustos? O sea, ¿Qué se parezca más a mí?" Dijo Rainbow Dash alzando una ceja. "Quieres decir como tú con ese búho. ¿Porque los dos son muy listos?" Agregó la pegaso, con una mirada pensativa.

"Sí… supongo que es una forma de decirlo." Dijo Dusk con una pequeña sonrisa avergonzada. "Por ejemplo, Winona es tan trabajadora como Applejack; Opal es tan elegante como Rarity; Angel… bueno, creo que quizás son la excepción, jeje…" Dijo Dusk, recordando como a veces el malcriado conejito parecía estar al mando en su relación con Fluttershy. "Y en cuanto a Pinkie Pie y Gummy…" Agregó Dusk, imaginando a su amiga rosada parada inmóvil junto a su pequeño bebé cocodrilo, ambos viendo como una mosca se les paraba en sus ojos y ellos permanecían inmóviles con sus mentes en blanco. "Bueno, con esos dos, nunca sabes lo que pasa por sus cabezas."

"Entonces, si quiero una mascota como yo… ¡Debe ser tan rápida y genial como yo!" Dijo Rainbow Dash, sonriendo orgullosa. Como siempre, con su ego en las nubes.

Tras eso, Rainbow Dash ordenó a los candidatos a mascotas q se prepararan para nuevas pruebas. Realizando una carrera de diez vueltas alrededor de la casa de Fluttershy. Luego, armando un pequeño campo de obstáculos para que las mascotas cruzaran. Y finalmente, Rainbow hizo una tercera prueba en donde cada ave debía volar muy alto, caer en picada y tomarse una foto en una pose genial junto a ella.

En las pruebas de Rainbow Dash, quien destacó en velocidad fue el halcón; en agilidad, el murciélago; y en 'asombrosidad', como bautizó Rainbow Dash a la tercera prueba, destacó el águila. Sin embargo, pese a que los ojos de la pegaso se quedaron fijo en los ganadores, los ojos de Dusk solo se quedaron en uno de los participantes: la tortuga.

Pese a no poder volar y ser muy lento, el pequeño reptil seguía participando en las pruebas. En la carrera alrededor de la casa de Fluttershy, todos los demás participantes terminaron en pocos segundos, mientras que la tortuga, solo alcanzó a dar tres pasos. Para la carrera de agilidad, la tortuga apenas dio un paso en alto, pero tropezó y cayó de espaldas. Y en la foto con Rainbow Dash, se quedó esperando atentamente a que la pegaso se sacara una foto con él, pese a que no había volado ni caído en picada.

Al ver la atenta mirada de la tortuga, Rainbow Dash desvió la mirada y fingió no verla, pero finalmente, de mala gana, terminó de igual forma sacándose una foto con la molesta tortuga. Así, al ver todos los esfuerzos de la tortuga, pese a que no había ninguna posibilidad que Rainbow Dash la escogiera, Dusk no pudo evitar reírse y encariñarse con el pequeño reptil. Divirtiéndose con lo esforzado que era.

"Entiendo que tuvieras en tus candidatos a un halcón y un águila. Pero sigo sin entender por qué tienes a una tortuga entre los candidatos." Dijo Dusk, sonriéndole a la pequeña tortuga.

"¡Ugh! Ni lo menciones. Le dije a Fluttershy que no la quería, pero ella insistió que la dejara hacer las pruebas, como un favor. Es solo un acto de caridad." Dijo Rainbow Dash avergonzada, pensando que Dusk se estaba burlando. "¡Ya vete! ¡No tienes oportunidad!" Dijo Rainbow Dash gritándole a la tortuga. Pensando que Dusk creerá que no era genial por estar junto a una tortuga.

Ante el grito de Rainbow Dash, la tortuga se mantuvo impasible, simplemente mirándola y pestañeando lentamente. Al ver esa expresión sin emociones, Rainbow Dash golpeó su cara con su casco, frustrada al ver que la tortuga parecía no entender lo que le decía.

"No seas mala, se ha esforzado mucho." Dijo Dusk sonriendo y acariciando la cabeza de la tortuga. A lo que esta reaccionó escondiéndose en su caparazón. "Yo creo que es tierna."

Al ver a la tortuga esconderse en su caparazón y a Dusk sonriendo divertido, Rainbow Dash no pudo evitar sonreír, pensando que quizás la tortuga sí fuera un poco tierna. Pero entonces ella se dio cuenta que era imposible para una velocista como ella tener una tortuga como mascota, y rápidamente sacudió su cabeza.

"No quiero una mascota tierna, ¡Quiero una mascota genial!" Dijo Rainbow Dash sonrojándose y volviendo a donde estaban las demás mascotas. "Aunque… Supongo que le daré un punto a la tortuga por ser tierna." Susurró Rainbow Dash en secreto, poniendo un punto en el dibujo de la tortuga en su libreta de puntuaciones. Pese a eso, los otros postulantes tenían muchísimos más puntos, así que de todas formas, la tortuga no tenía oportunidad.

Una vez Rainbow Dash llegó donde las otras mascotas, se volteó y vio que Dusk seguía sonriendo mirando a la tortuga, quien avanzaba muy lentamente, para ir hasta donde estaban Rainbow Dash y los demás animales. Al ver a Dusk tan divertido, la pegaso no pudo evitar suspirar y sonreír.

"Quizás podría darle un punto extra a la tortuga por hacer sonreír a Dusk para mí." Dijo Rainbow Dash, pensando en voz alta. "Y claro, quien consiguiera que Dusk fuera mi novio, ganaría un millón de puntos, jeje…" Se rio Rainbow Dash, aún pensando en voz alta.

En ese instante Rainbow Dash dejó de sonreír al sentirse observada. Entonces ella miró a ambos lados y vio que todos los animales la estaban viendo fijamente. Todos ellos escucharon lo que Rainbow Dash dijo, todos ellos lo entendieron, y pensaron que esa frase dicha al azar, también era una prueba… ¡Una que daba un millón de puntos!

Luego de mirar a Rainbow Dash, las cabezas de todos los animales se voltearon para mirar fijamente a Dusk, y todos volaron velozmente hacia el potro lavanda. Sabiendo que ahora tenían la prueba definitiva para convertirse en mascotas.

"¡Rainbow Dash! ¿¡Qué está pasando!?" Gritó Dusk asustado, tapando su cabeza con su casco, mientras los animales volaban a su alrededor, peleandose entre ellos y luchando por captar la atención de Dusk. Jalando de su melena y pellizcándolo con sus bocas y picos.

"¡Oigan, oigan! ¡Alto! Es solo un malentendido, ¡Esta no es una prueba!" Gritó Rainbow Dash, apurándose para llegar donde Dusk. Espantando a las aves para que se alejaran del potro.

Luego de unos minutos, finalmente Rainbow Dash y Dusk pudieron calmar a los animalitos. Quienes no entendieron por qué Rainbow Dash les pidió algo, y luego los detuvo.

"No lo entiendo, ¿Qué fue lo que les dijiste? ¿Qué fue lo que malentendieron?" Preguntó Dusk, una vez se calmó todo.

Al ver la atenta mirada de Dusk, Rainbow Dash se sonrojó y desvió la mirada. Ella sabía que podía mentirle a Dusk como siempre lo hacía antes en esas situaciones, pero la verdad era que ahora era distinto. Ahora Dusk sabía plenamente sus verdaderos sentimientos, y además, Dusk era novio de Applejack, ¿De qué serviría mentirle? ¿Solo para alejarlo aún más? Cuando en realidad debería estar haciendo lo contrario.

"Eh… Sí, bueno, yo… puede que dijera en voz alta que… la ave que hiciera que te convirtieras en mi novio, ganaría un millón de puntos…" Respondió Rainbow Dash, completamente roja, sin ser capaz de ver a Dusk a la cara. Entonces ella recordó la situación de Dusk, y lo miró, con una mirada nerviosa. "¡N-No es que quiera que cambies a Applejack! Sé que ella es tu novia y todo eso. Pero yo… no quiero que... que olvides que yo también… yo también…" Agregó Rainbow Dash nerviosa, sonrojándose cada vez más mientras su voz bajaba de volumen por los nervios. Sin ser capaz de decir la última palabra, pese a que Dusk entendió perfectamente a qué se refería.

Al ver a Rainbow Dash dejando de lado su orgullo, poniéndose tan tímida, Dusk no pudo evitar sonrojarse un poco al recordar lo linda que se veía su amiga en esas situaciones. Para Dusk, era grandioso verla con su actitud genial y su ego descomunal, esa era su esencia. Pero también, no era menos cierto que en el interior, a Rainbow Dash también le gustaban muchas cosas en secreto, cosas que a ella no le gustaba demostrar, porque pensaba que la harían ver menos genial. Una de esas cosas, era el amor que sentía por Dusk, y a él le fascinaba y enternecía ver lo linda y tímida que su amiga se ponía cuando intentaba expresar sus sentimientos.

"Rainbow Dash, yo nunca olvidaré cuando me declaraste tus sentimientos en la Gala. Así como tampoco olvidaré jamás lo que siento por ti." Dijo Dusk, acercándose a su amiga. "Creo que ambos sabemos muy bien lo que sentimos uno por el otro. Y, bueno, hay cosas que podemos hacer para expresar esos sentimientos, y otras cosas que no. Después de todo, por ahora Applejack es mi novia." Agregó Dusk sonrojándose y rascándose su cabeza. "Sé que no es lo que esperas, pero por ahora al menos, podemos darnos un abrazo, como amigos." Dijo Dusk parándose frente a Rainbow Dash y estirándole un casco para ver si aceptaba su gesto de amistad.

Viendo el ofrecimiento de Dusk, a la espera de un abrazo, Rainbow Dash se sonrojó y se rio.

"¡Cielos! ¿Por qué tienes que ser tan cursi?" Se burló Rainbow Dash riéndose, mirando de reojo a Dusk. Luego ella miró fijamente al potro, y abrazó fuertemente a Dusk. "Jamás olvides lo que siento por ti, sabelotodo." Agregó Rainbow Dash, mientras abrazaba a Dusk.

Ambos ponies se abrazaron por un largo rato, como si ninguno de los dos quisiera ser el primero en romper ese cariñoso abrazo. Mientras que Rainbow Dash, al sentir el calor de Dusk en sus cascos, sintió que se quería quedar así para la eternidad. Y fue en ese instante que Rainbow Dash recordó las reglas que ella y sus amigas habían propuesto para el noviazgo con Dusk, en especial, la tercera regla.

"Podría intentar algo más que un simple abrazo con Dusk… esa es la tercera regla." Pensó Rainbow Dash. Hasta que se recordó a sí misma que ella representaba al elemento de la lealtad, y por ende, no podía traicionar a una amiga. "¡Nah! No seguiré esa tonta regla. ¡Soy Rainbow Dash! ¡Una rebelde! Yo no sigo reglas." Pensó la pegaso, finalmente rompiendo el abrazo.

Una vez Rainbow Dash movió su cabeza del costado de Dusk, ella se movió ligeramente hacia atrás y se quedó mirando a Dusk muy de cerca, aún con sus cascos abrazando a Dusk. Mientras que Dusk, simplemente sonrió, mirándola fijamente, una mirada con la que soñaba Rainbow Dash desde hacía muchas noches… Desde aquel mágico atardecer sobre el lago, en que ese potro le había dado su primer beso. Entonces, Rainbow Dash cerró sus ojos, y besó rápidamente a Dusk, tomando completamente por sorpresa a al potro lavanda.

Mientras era besado, Dusk se quedó paralizado, con sus mejillas completamente rojas. Él pensó que Rainbow Dash había entendido que ellos no podían ir más allá de un abrazo, ya que él tenía novia. Además, Rainbow Dash nunca había sido de las que tomaban la iniciativa a nivel romántico. Así que le tomo un par de segundos a Dusk poder reaccionar ante tal sorpresivo gesto. Sin embargo, antes que Dusk pudiera hacer algo, fue la misma Rainbow Dash la que terminó el beso y dejó de abrazarlo.

"Lo siento, me gusta ser la chica mala." Dijo Rainbow Dash sonrojada, con una gran sonrisa traviesa.

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"Seré leal a mis amigas, pero también debo serle leal a mis sentimientos." Pensó Rainbow Dash. Decidida a no ir más allá de ese beso, pero al menos, se aseguraría que el potro que amaba no la olvidara.

Con Dusk completamente anonadado, aún rojo de vergüenza por el sorpresivo, y por lo demás, muy agradable beso; fue que justo en ese momento las demás amigas de Dusk: Rarity, Fluttershy y Applejack, llegaron hasta allí.

"¿Qué pasa con ustedes? Pensé que Dusk había venido aquí para apurarte, y han pasado horas." Dijo Applejack una vez llegó junto a Rainbow Dash.

"Sí, bueno… muchas cosas pasaron…" Respondió Rainbow Dash, sonrojándose y desviando la mirada.

"Sí… yo… eh…" Tartamudeó Dusk avergonzado, sin saber cómo reaccionar. Queriendo hablar de cualquier cosa, menos de lo que acababa de pasar. "P-Por cierto, ¿Dónde están Pinkie Pie y la Princesa Luna?" Agregó rápidamente Dusk, agradecido por haber notado aquello, para así poder cambiar de tema rápidamente.

"La Princesa Luna se quedó dormida en el parque, así que Pinkie Pie se quedó a cuidarla." Respondió Rarity. "Pobre princesa, se notaba muy cansada."

"¿Así que sigues sin poder escoger una mascota?" Preguntó Fluttershy, notando que todos sus animalitos seguían allí, esperando atentamente lo que Rainbow Dash decidiría.

"Así es. Les hice tres pruebas, pero aún estoy indecisa." Respondió Rainbow Dash un poco apenada. "Pero esta audición ha durado demasiado, ¡Por eso guardé la mejor prueba para el final!" Agregó la pegaso emocionada, viendo a los animales con una sonrisa malvada. Algo que hizo que los postulantes a mascota tragaran saliva nerviosos, sabiendo que la pegaso debía de haber planeado alguna nueva prueba loca para ellos.

Así fue como Rainbow Dash guio a los animales y a sus amigas hasta Ghastly Gorge, también conocido como 'el cañón letal'. Un desfiladero que quedaba no muy lejos de Ponyville, el cual estaba lleno de peligros como cuevas ventosas, arbustos espinosos, y anguilas gigantes.

"La mascota que pueda seguirme el paso a través de los fuertes vientos, las filosas espinas y esquive las voraces anguilas gigantes, y llegue conmigo a la meta, ¡Se convertirá en mi nueva mascota!" Dijo Rainbow Dash con una sonrisa siniestra, queriendo asustar a propósito a los candidatos. Algo que tuvo el efecto deseado, ya que todas las mascotas temblaron al ver el gran y peligroso cañón ante ellos. Todos a excepción de la tortuga. "¿¡Quién trajo a la tortuga!?" Preguntó Rainbow Dash molesta, al notar que la tortuga estaba allí.

Al mirar a sus amigos, Fluttershy sonrió culpable, y se escondió detrás de Rarity. A lo que Rainbow Dash reaccionó golpeándose su rostro con su casco.

"Como sea. Ustedes vayan a la línea de meta, al otro lado del cañón." Dijo Rainbow Dash, haciendo que Dusk y sus amigas se fueran, para quedarse a solas con las mascotas, para una última charla 'motivacional'.

Luego de llegar al otro lado del cañón, llegando velozmente gracias a que Dusk acortó la distancia en algunos tramos, al usar su teletransportación; fue que Dusk y sus amigas pusieron una línea de meta y se quedaron esperando a que la pegaso azul llegara allí junto a su nueva mascota.

Así pasaron los minutos, y mientras más pasaba el tiempo, las miradas de los ponies se ponían más desconcertadas.

"¿No deberían ya haber llegado?" Preguntó Applejack, viendo que el sol ya estaba por ocultarse y no había señales de su amiga ni de las mascotas. "He visto a Rainbow Dash volar por acá antes, y nunca se había demorado tanto."

"Esperen, ¡Creo que allí viene!" Dijo Rarity emocionada, viendo a lo lejos que una sombra se acercaba volando velozmente.

Los cuatro ponies se pusieron de pie, y gritaron y aplaudieron, deseosos de ver cuál sería la mascota que llegaría junto a Rainbow Dash. Así, todos celebraron al ver que finalmente llegó a la meta el halcón, completamente exhausto. Tras el halcón, no muy lejos, llegó el águila, seguido por el murciélago y finalmente el colibrí, todos muertos de cansancio.

Luego de celebrar que todas las mascotas hubieran logrado esa gran hazaña de cruzar ese peligroso cañón, fue solo entonces que todos se percataron que faltaba alguien importante.

"¿Dónde está Rainbow Dash?" Preguntó Fluttershy preocupada.

"Algo malo debió pasar." Dijo Dusk igual de preocupado, sabiendo que su competitiva amiga pegaso jamás perdería una carrera.

Entonces Dusk se acercó al borde del cañón. Buscó con su vista por todas partes, pero no había señal de su amiga. Sin embargo, lo que sí pudo ver Dusk, es que no muy lejos, se veía que en una parte del cañón había habido un derrumbe, y todo estaba cubierto de polvo y rocas. Aquello hizo que a Dusk se le helara la sangre. En tanto que las yeguas, al acercarse a Dusk, también se asustaron ante la horrible posibilidad que su amiga hubiera sido aplastada por ese derrumbe.

"¡Chicas! ¡Vayan por la Princesa Luna y su fénix! Falta poco para el anochecer, y necesitaremos luz para buscar a Rainbow Dash si no la encontramos pronto." Dijo Dusk asustado, mirando a sus amigas. "Yo me adelantaré con mi teletrasportación e iré a buscarla."

Sin esperar a que sus amigas siquiera confirmaran, Dusk usó su magia rápida y repetidamente, para aparecer y desaparecer velozmente, y así llegar en pocos segundos hasta la zona del derrumbe, al fondo del cañón.

"¡Rainbow Dash!" Gritó Dusk aterrado, corriendo hacia los escombros. Esperando no encontrar a su amiga enterrada entre las rocas.

Parecía que el derrumbe no había ocurrido hacía mucho tiempo, ya que aún había mucho polvo rodeando el lugar. Con esa poca visibilidad, la única opción de Dusk era gritar el nombre de su amiga, hasta que esta respondiera. Sin embargo, aquello no hizo falta, ya que justo cuando el polvo se empezaba a disipar, Dusk alcanzó a ver a su amiga.

Afortunadamente, Rainbow Dash no había sido enterrada por el derrumbe, sin embargo, parecía que una de sus alas había quedado atrapada por una enorme roca. En ese momento, Dusk pensó en correr inmediatamente hacia donde ella estaba, pero se detuvo sorprendido al ver que su amiga no estaba sola. Al lado de la roca, intentando moverla con la cabeza, estaba la pequeña tortuga testaruda de la competencia, dando todo de sí para mover la enorme roca.

Finalmente, la tortuga logró mover lo suficiente la roca para que Rainbow Dash pudiera sacar su ala. Luego, la tortuga se puso debajo de Rainbow Dash, poniéndola sobre su caparazón, y muy lentamente la heroica tortuga comenzó a caminar, queriendo sacar a la pegaso de ese peligroso lugar.

"¡Rainbow Dash! Me alegro que estés bien." Dijo Dusk, acercándose luego de ver aquella heroica y sorpresiva escena.

"Sí, yo… lamento haberlos preocupado." Dijo Rainbow Dash, desviando avergonzada su mirada. "Supongo que estaba demasiado segura de mi misma en la carrera. Me distraje, choqué y… bueno, me cayó una roca sobre el ala." Agregó la pegaso, sobando su adolorida ala. "Este pequeñín fue el único que no se asustó con el derrumbo y se quedó a ayudarme."

Mientras Rainbow Dash contaba lo sucedido, Dusk se dio cuenta que la tortuga había seguido avanzando. Sin embargo, avanzaba tan lento, que pareció que Rainbow Dash ni se movía.

"Quizás deba llevarte yo, para apurar un poco las cosas." Dijo Dusk con una sonrisa nerviosa. Acercándose a su amiga para tomarla a ella y la tortuga para teletransportarlos.

En ese instante, la tortuga miró molesta a Dusk y casi muerde su casco, con lo que Dusk tuvo que retroceder asustado.

"Jeje, lo siento. Creo que entiendo a este pequeñín. No quiere que nadie le ayude a terminar la carrera. Quiere hacerlo por él mismo." Dijo Rainbow Dash sonriendo. Sintiéndose un poco orgullosa al entender a la pequeña tortuga.

Tras eso, la tortuga siguió cargado de Rainbow Dash, y Dusk los acompañó caminando a su lado, muuuy lentamente. Sorprendentemente, a Rainbow Dash, quien odiaba las cosas lentas, parecía que no le desagradaba en absoluto ser cargada por aquella lenta criatura. Por su parte, a Dusk Shine tampoco le molestó al principio, sin embargo, viendo que ya iba a comenzar a anochecer, finalmente hizo que Dusk se adelantara. Así, Dusk llegó hasta la línea de meta y la adelantó, para que así la orgullosa tortuga finalmente termina la carrera antes del siguiente milenio.

Cuando a la tortuga le faltaba solo un par de metros para llegar a la meta, finalmente llegaron Applejack y las demás, junto con Pinkie Pie y Luna. Y mientras la tortuga continuaba con su carrera, Dusk aprovechó de explicarle a sus amigas lo que había sucedido. Por su parte, todas las yeguas suspiraron aliviadas al ver que Rainbow Dash solo tenía un ala lastimada luego que una montaña de rocas le hubiera caído encima. En cuanto a Dusk, tuvo un muy grave problema de concentración al contar la historia, ya que no podía evitar mirar de reojo a Luna cada dos segundos. Aquello, porque por alguna razón, la princesa de la noche tenía dibujado un bigote debajo de su nariz.

"No la mires tanto, se dará cuenta de la broma." Susurró Pinkie Pie al lado de Dusk, una vez que él terminó de contar lo sucedido.

"¿¡Tú le dibujaste ese bigote mientras dormía!?" Susurró Dusk, mirando aterrado a Pinkie.

"Claro. Hay que aprovechar las oportunidades. ¿Cuándo más iba a tener la oportunidad de hacerle una broma a una princesa? Pero no te preocupes, es solo tinta al agua. Estoy guardando la broma del bigote con tinta permanente para alguien más. ¡Bwahaha!" Respondió Pinkie Pie fingiendo una risa malvada. "Además… Se lo merece por murmurar en sueños…" Agregó Pinkie Pie en voz baja, con una mirada preocupada. Recordando lo que le escuchó murmurar a la Princesa Luna mientras esta dormía.

Antes que Dusk pudiera preguntarle a Pinkie Pie a qué se refería, todos se distrajeron y comenzaron a aplaudir al ver que finalmente la tortuga llegaba a la línea de meta, junto a Rainbow Dash.

"Bien hecho chico. Sabía que lo lograrías." Dijo Rainbow Dash sonriendo, bajando finalmente de la tortuga y acariciándole la cabeza.

Ante tal gesto de cariño, la tortuga se sonrojó y escondió su cabeza dentro de su caparazón. Aquello hizo que todos comenzaran a reír.

"¡Es igual a ti! Cuando le haces cariño, se sonroja y se esconde." Dijo Pinkie Pie sonriendo, abrazando fuerte a Rainbow Dash. Quien justamente se sonrojó y desvió su mirada avergonzada.

"Y-Yo no me parezco a esa tortuga…" Dijo Rainbow Dash completamente sonrojada.

"Yo creo que sí." Dijo Dusk Shine, sonriéndole a su amiga. "Esta tortuga es valiente, y nunca se da por vencido. No le importa si es el favorito en una carrera o no, él da todo de sí hasta lograr su meta. Tal como tú."

Ante aquel comentario, Rainbow Dash miró a la tortuga, se agachó y la tomó entre sus cascos.

"Sí… ¡Eres imparable! ¡Como un pequeño tanque!" Dijo Rainbow Dash emocionada. Mirando a la tortuga a los ojos y poniendo una gran sonrisa. "Sé que no ganaste la carrera, ¡Pero me salvaste! Y a pesar de lo lento que eres, quisiste terminar la carrera y lo lograste."

"En realidad, creo que la tortuga fue la que ganó la carrera." Dijo Dusk fingiendo sorpresa, pues aquello era algo que había estado pensando desde hacía un buen rato. "Antes de comenzar la carrera, dijiste que la mascota que llegara contigo a la meta se convertiría en tu mascota. Y, bueno, esta tortuga fue la única que literalmente cruzó la meta contigo." Agregó Dusk sonriendo. Ayudando a su amiga a tomar la decisión que, en el fondo, sabía que ella ya había tomado.

"¡Sí! ¡Eso es verdad! ¡Lo hiciste! ¡Tú serás mi nueva mascota! ¡Tú serás mi pequeño 'Tanque'!" Dijo Rainbow Dash feliz, ya habiéndose encariñado mucho con aquella esforzada y tierna tortuga. Entonces Rainbow Dash se acordó de un detalle muy importante, y puso una triste sonrisa. "El único problema es que no vuelas… Supongo que si te quedas conmigo, no podríamos pasar mucho tiempo juntos..."

"Hmm… Creo que tengo algo que podría ayudarte…" Dijo Dusk con una cara pensativa. Imaginando un medio para poder solucionar el problema de su amiga. "¡Vengan! Vamos a la biblioteca."

Tras eso, los seis amigos comenzaron a caminar, encaminándose hacia la biblioteca. Sin embargo, al dar solo unos pasos, Dusk se dio cuenta que no estaban todos. Al voltearse, Dusk vio que la Princesa Luna no se había movido de donde estaba. Además, tenía la cabeza gacha, mirando triste hacia el suelo.

Notando su tristeza, Dusk alzo una ceja confundido, y luego volvió hacia donde estaba Luna, mientras sus amigas lo esperaban.

"Princesa, pensé que también vendría con nosotros." Dijo Dusk al acercarse a la princesa.

"Eh, no… En realidad, tengo que volver al castillo. Ya va a anochecer y hay algunas cosas que tengo que hacer antes de mi guardia nocturna." Respondió Luna con una nerviosa y triste sonrisa.

En ese instante Dusk tomó gentilmente el casco de la princesa y la miró directamente a los ojos.

"Por favor, acompáñanos. Hay algo que me gustaría mostrarte luego que terminemos esto." Dijo Luna, mirando a la princesa con una pequeña sonrisa.

Al ver la dulce sonrisa de Dusk, Luna desvió la mirada ligeramente, sonrojándose un poco. Luego ella miró fijamente a Dusk, y sin decir nada, simplemente asintió tímidamente.


En la biblioteca, Rainbow Dash estaba inmensamente feliz con su nuevo 'Tanque volador'. Con un complejo hechizo cinético, Dusk logró que una pequeña hélice girara de forma continua. Lo que sumado a un arnés, logró hacer que la nueva mascota de Rainbow Dash pudiera volar como un pequeño helicóptero. El único inconveniente era que cada cierto tiempo, Dusk tendría que renovar el hechizo, pero aquello era un inconveniente menor con tal de ver a su amiga pegaso tan feliz con su nueva mascota.

Así fue como, ya siendo de noche, las amigas de Dusk se despidieron y cada una se fue a su casa. Tras eso, Dusk salió de la biblioteca junto a su nuevo búho mascota, que aprovechó que era de noche para salir junto a su nuevo amo. Luego Dusk fue hasta las afueras del pueblo, al puente que cruzaba el rio, en donde Luna lo estaba esperando junto al fénix de Celestia.

"Lamento la demora. Me hubiera gustado que nos acompañaras hasta la biblioteca." Dijo Dusk una vez llegó junto a la princesa de la noche.

"No era necesario. De verdad agradezco lo que haces por mí, Dusk, pero… Creo que yo no formo parte de ese grupo." Respondió Luna amablemente, con una triste sonrisa.

Al ver a Luna, Dusk recordó que debía decirle algo muy importante antes de ir donde debían. Pero el asunto era, que no estaba seguro de cómo decírselo.

"¿¡Cómo le dices a una princesa que se limpie el labio porque tiene un bigote dibujado!?" Pensó Dusk avergonzado y nervioso. Sabiendo que Luna no era como su hermana mayor, así que no estaba seguro de cómo reaccionaría. "¡Debo decírselo! No puedo dejar que ella vuelva a Canterlot así, pero… ¿¡Cómo se lo digo sutilmente!?"

"Eh… Princesa. Tiene… Tiene algo ahí…" Dijo Dusk nervioso. Apuntando con su casco a su propio labio.

Al ver el gesto de Dusk, Luna se quedó pensando un segundo y luego se puso roja de vergüenza.

"¡D-Dusk! ¿¡Tan repentino!? ¿Quieres que yo…? ¿Quieres que los dos…?" Dijo Luna tartamudeando, tomada totalmente por sorpresa al creer que Dusk le señalaba su labio porque quería que ella lo besara.

"Pinkie Pie te jugó una pequeña broma… ahí." Agregó Dusk, siendo un poco más directo en su insinuación.

Confundida, Luna se tocó su labio y vio que su casco quedó lleno de tinta. Entonces ella corrió al rio que estaba al lado, iluminó su cuerno para ver mejor en la noche, y vio con espanto que su labio estaba manchado con tinta negra, como si fuera un bigote.

"¿¡Qué es esto!?" Gritó Luna indignada, roja de vergüenza. No solo por haber estado caminando a la vista de todos con esa mancha en su labio, sino que, principalmente, porque Dusk la viera así, y que fuera precisamente Dusk quien le hubiera hecho ver lo ridícula que se veía.

"¡Fue solo una broma! ¡Una broma!" Dijo rápidamente Dusk asustado, corriendo hacia la princesa para calmarla. Viendo que, tal como temía, Luna no tenía el mismo sentido del humor que Celestia. "Pinkie Pie siempre le hace bromas a todos. La princesa Celestia también me hace bromas a mí, y yo le hago bromas a ella. Es algo normal, es lo que hacen los amigos."

Con la cara roja de vergüenza y una mirada llena de enojo, parecía que Luna iba a explotar en cualquier momento. Sin embargo, en cuanto ella escuchó a Dusk decir 'es lo que hacen los amigos', la ira de Luna declinó, y ella lentamente cambió su mirada de ira por una de profunda tristeza.

"¿A los amigos les gusta burlarse de otros?" Preguntó Luna con una triste mirada.

"A los amigos les gusta reírse juntos." Respondió Dusk sonriendo. Quitando con su casco la tinta que quedaba bajo la nariz de Luna y dibujándose a sí mismo un bigote con la tinta. Poniendo una sonrisa muy boba.

Al ver la tonta cara que Dusk ponía, Luna cubrió su boca y comenzó a reírse. Algo que ella no había hecho desde hacía mucho tiempo. Una risa que cautivo a Dusk al escucharla.

"Ahora que Pinkie Pie te hizo una broma, tú puedes hacerle una broma de vuelta. Eso sería lo justo." Dijo Dusk, limpiándose el bigote de tinta que se había dibujado.

"Soy una princesa. Yo no me rebajaría a eso." Respondió Luna, desviando elegantemente la mirada y alzando su cabeza con dignidad.

Pese a aquella pose de la princesa, Dusk vio por el rabillo del ojo que Luna puso la misma sonrisa pícara que ponía su hermana cuando estaba planeando una broma de venganza. Aquello hizo que Dusk sonriera, esperando que no hubiera despertado a un monstruo de las bromas como lo era la alicornio blanca. Luego, al ver a la princesa más relajada, finalmente Dusk pudo volver a su misión inicial.

"Princesa Luna, acompáñame. Hay algo que me gustaría mostrarte." Dijo Dusk sonriendo.

Tras eso, ambos ponies y las mascotas que los acompañaban fueron hasta el borde del bosque Everfree, específicamente cerca de la arboleda que quedaba próxima a la casa de Fluttershy. Durante el camino, Luna quiso aprovechar para conversar con Dusk, pero parecía que no se le ocurría nada interesante de que hablar.

"Por cierto, la zarigüeya que llevé ayer con Fluttershy, resultó ser una tramposa." Dijo Dusk, recordando algo que casi había olvidado. "Resulta que la zarigüeya no estaba lastimada, y además, aprovechó la oportunidad para robar algunas bellotas y semillas de Fluttershy."

"¿De verdad? Jeje, supongo que era más listo de lo que pensábamos." Respondió Luna riéndose. Una reacción que sorprendió a Dusk, ya que pensó que Luna se enfadaría al igual que él por haber sido engañado. "Sé que era solo una rata, pero- ¡Auch!" Agregó Luna, justo cuando Philomena, la fénix de Celestia, jalaba de su melena.

"Parece que Philomena ya quiere volver con la Princesa Celestia. A ella no le gusta mucho la noche." Dijo Dusk casualmente, mientras caminaban por aquella arboleda. Aquel comentario, sorprendió a Luna.

"Tú… ¿Sabías que Philomena en realidad era de mi hermana?" Dijo Luna sorprendida. Luego ella tornó sus ojos y suspiró cansada. "Claro, fuiste su alumno de potrillo. Debí suponer que lo sabías…"

"No te preocupes, sé por qué lo hiciste. Querías pasar más rato junto a mí y mis amigas." Dijo Dusk sonriendo.

"Eh, sí. Con tus amigas… jeje." Respondió Luna, desviando la mirada avergonzada. Pues lo que decía Dusk era solo parcialmente verdad, ya que ella no había hecho eso para compartir con más ponies, sino para compartir más con é.

"Imagino que a veces puedes sentirte sola en las noches, ya que la mayoría de los ponies duermen." Dijo Dusk, mirando hacia las copas de los árboles, como si buscara algo. "Así que, luego de lo vivido hoy con Rainbow Dash, se me ocurrió que tú también podías tener una mascota para acompañarte."

"No creo que eso sea buena idea. A diferencia de tu búho, la mayoría de los animales son diurnos, así que no serviría de mucho." Respondió Luna suspirando, con una triste sonrisa.

"Ya sé. Por eso estaba pensando en un animal nocturno." Dijo Dusk, sin dejar de ver hacia arriba. "Hoy en la competencia, había un lindo murciélago que creo que sería perfecto como tu mascota. Es elegante, misterioso, y-"

"¡Oye tú! ¡Te conozco!" Interrumpió Luna repentinamente, mirando hacia el suelo, no muy lejos de ella.

Confundido, Dusk miró hacia donde miraba la princesa. Allí, debajo de un árbol, estaba la zarigüeya que había llevado con Fluttershy. Junto a esta, había una familia de ardillas, todas comiendo las bellotas que esa zarigüeya le había robado a Fluttershy el día anterior.

Al ver a los ponies acercarse, la zarigüeya empujó a las ardillas para que huyeran, y se quedó allí para 'sacrificarse' frente a los ponies.

"Eres esa linda rata que salvé de ser atrapada." Dijo Luna sonriendo, acercándose y agachándose para ver mejor a la zarigüeya. "Es decir, zarigüeya, jeje." Agregó Luna, mirando de reojo a Dusk.

Al ver a Dusk, la sonrisa de Luna se esfumó, al ver que Dusk miraba molesto a la zarigüeya. Fue entonces que Luna recordó lo que le había dicho Dusk, sobre que esa zarigüeya los había engañado, y que además era una ladrona.

"¿Qué estoy haciendo? ¡Soy una princesa! No puedo decir que me parece linda una rata, zarigüeya, o lo que sea. ¿¡Qué pensará Dusk de mí!?" Pensó Luna asustada. Entonces ella cambió su semblante y miró seriamente a la zarigüeya.

"¡CÓMO TE ATREVES A ENGAÑARME, SUCIA ZARIGUEYA! ¡PAGARÁS POR TUS CRÍMENES!" Dijo Luna fingiendo enojo. Usando la voz real de Canterlot, lo que hizo que su grito retumbara en todo el bosque.

Ante aquel grito, la zarigüeya se espantó, tocó su corazón, dio un par de giros, y cayó dramáticamente al suelo de espaldas. Con sus cuatro patas al aire y su lengua afuera.

"¡Waaahh! ¡Dusk! ¡Maté a la rata!" Gritó Luna aterrorizada. Acercando su cara a la zarigüeya para verla bien. Tocándola tímidamente con su casco, temiendo lo peor. "Levántate ratita."

"No creo que esté muerta… tal vez." Dijo Dusk con una sonrisa nerviosa. Ya que él mismo había caído en ese truco antes, pero luego del grito de Luna, Dusk quedó en la duda de si de verdad pudo haberle dado un infarto al pequeño animalito.

Justo cuando Luna veía de cerca a la zarigüeya, casi con lágrimas en sus ojos por haberla matado, fue que la zarigüeya levantó su cabeza y le dio un beso en la nariz a Luna. Aquello hizo que Luna apartara su cabeza y mirara a la zarigüeya muy sorprendida.

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"Tú… ¿¡Me jugaste una broma!?" Dijo Luna sorprendida, apretando su boca e inflando ligeramente sus mejillas. En ese momento Dusk se preparó para contener nuevamente el enojo de la princesa, sin embargo… "¡Jajajaja! ¡Me engañaste completamente! ¡Jajajaja!" Se rio Luna, para completa sorpresa de Dusk.

Al ver que no había peligro, la zarigüeya se quedó viendo atentamente a Luna reír. Entonces esta se acercó a Luna, saltó ágilmente sobre ella y se sentó sobre su lomo.

"Quizás, esa sea la mascota perfecta para ti." Dijo Dusk sonriendo, viendo lo bien que parecían llevarse esos dos. Sintiendo la misma sensación que sintió al ver reír a Rainbow Dash al escoger a 'Tanque'. "Las zarigüeyas también son nocturnas. Podría ser la mascota perfecta para ti."

Con el comentario de Dusk, Luna miró a la zarigüeya, y no pudo evitar sonreír, pensando que en efecto, la encontraba linda y tierna. Sin embargo, luego ella miró de reojo a Philomena, que se había parado en una rama cercana. Al ver la belleza de ese fénix, Luna bajó su cabeza con tristeza.

"Esta… Esta no es una mascota digna de una princesa…" Murmuró Luna con tristeza.

"Si algo aprendí hoy, al ver elegir mascota a Rainbow Dash, es que no se elige mascota por creer que esa mascota se ve genial. Eliges a una mascota porque te hace sentir feliz." Dijo Dusk sonriendo. "Esta zarigüeya parece no encajar en ningún lugar, pero en secreto, está ayudando a los demás. Tal como tú lo haces en las noches." Agregó Dusk, recordando cómo había visto a la zarigüeya darle las bellotas robadas a esa familia de ardillas.

Con el cumplido de Dusk, tanto Luna como la zarigüeya se sonrojaron al mismo tiempo, y ambos desviaron la mirada tímidamente.

"Si la adoptas como tu mascota, supongo que seremos dos los que tendremos como mascota a un animal nocturno." Agregó Dusk sonriendo, viendo que justo en ese momento su búho aterrizaba sobre su cabeza. "Tendremos mucho que compartir en las noches, jeje."

Aquel último comentario fue la última y definitiva razón para que Luna decidiera aceptar quedarse con aquella zarigüeya. Entonces Luna tomó a la zarigüeya entre sus cascos y la puso frente a ella, mirándola tiernamente.

"¿Qué dices? Te gustaría quedarte conmigo, pequeño Tiberius?" Dijo Luna sonriendo. A lo que la zarigüeya respondió dándole otro pequeño beso en su nariz como aceptación.

"¿Tiberius?" Dijo Dusk alzando una ceja.

"Bueno, necesita un nombre. Y cuando era potrilla, me gustaba mucho ese nombre." Dijo Luna sonriendo. Luego mirando un poco preocupada a Dusk. "¿No te gusta?"

"No, está bien, es solo que me sorprendió. Es un nombre antiguo." Dijo Dusk, dándose cuenta que luego de estar encerrada mil años, Luna no sabría que algunos nombres antiguos ya no se usaban. "En la actualidad se sigue usando el nombre, pero cambió a 'Tiber'. La terminación 'ius' es una terminación antigua para los nombres."

'¡Whooo! ¡Whooo!' Ululó fuerte el búho en la cabeza de Dusk, como si algo le hubiera gustado. Algo que Dusk no lo había visto hacer antes.

"¿Qué pasa? ¿Acaso te gustó el nombre 'Tiber'?" Preguntó Dusk, sin obtener respuesta del búho. "O te gusta más Tiber-ius?" Volvió a preguntar Dusk, pero esta vez el búho volvió a reaccionar de forma emocionada. "Así que te gustan los nombres antiguos, ¿Eh? ¿O quizás solo te gusta la terminación 'ius'?" Preguntó Dusk, obteniendo nuevamente una reacción del búho, luego que Dusk hiciera la segunda pregunta.

Tras eso, Dusk comenzó a decir una lista de los nombres de ponies antiguos que terminaban en 'ius'. Sin embargo, pareció que al búho no le gustó ninguno, ya que no reaccionó.

"¿¡Cómo quieres que te llame entonces!?" Dijo Dusk cansado, luego que no se le ocurrieran más nombres. "Tengo que ponerte un nombre, y no puedo llamarte siempre que quiera algo, solo con 'Búho, quiero…' (Owl, I wish…). Y tampoco puedo llamarte solo con la terminación 'ius'"

'¡Whooo! ¡Whooo! ¡Whooo!' Cantó fuerte el búho, abriendo sus alas. Como si lo que hubiera dicho Dusk le hubiera gustado mucho. Entonces Dusk alzó una ceja incrédulo, creyendo saber lo que al búho le había gustado.

"¿Owl-I-wish-ius?" Preguntó Dusk. Causando que el búho volara y ululara feliz sobre la cabeza de Dusk.

"¿Owlowiscious? Es un bonito nombre." Dijo Luna. Causando que el búho aterrizara feliz sobre la melena de Luna y la acariciara.

"Bien, está hecho. Por fin tienes nombre, Owlowiscious." Dijo Dusk sonriendo. Mirando a Luna con una dulce sonrisa, al ver lo tierna que se veía la princesa con los dos animalitos sobre su cuerpo. "Gracias por ayudarme a escoger un nombre, princesa." Agregó Dusk sonriendo.

Entonces Luna miró a Dusk, con sus mejillas sonrojadas y con una tierna sonrisa.

"Gracias a ti, por estar a mi lado." Respondió Luna. Estando cada vez más segura de sus sentimientos por ese potro.


Finalmente, luego de un extenuante día, Luna volvió al castillo de Canterlot. Afortunadamente había alcanzado a dormir un poco en la tarde y a recuperar energías para su guardia nocturna. Sin embargo, antes de vigilar los sueños de los ponies, Luna debía devolver a Philomena con su hermana. Además, no estaba de más aprovechar de presentarle a su hermana el nuevo miembro de la familia, la pequeña zarigüeya que ahora se agarraba del cuerno de Luna, como si fuera un pirata viendo el horizonte.

Al llegar frente a la habitación de Celestia, Luna se sorprendió de ver que las luces de la habitación de su hermana aún estaban prendidas, pese a ya ser bastante de noche. Además, otra cosa que sorprendió a Luna, fue escuchar algunos murmullos y risitas tras la puerta.

"¿Qué es esto?" Dijo Luna confundida. Viendo que en la puerta de la habitación de su hermana colgaba un pequeño letrero que decía: 'No pasar. Club secreto de Princesas'.

Sintiéndose molesta al leer aquello, Luna abrió la puerta de la habitación sin siquiera tocar. Al hacerlo, vio que dentro estaban su hermana junto a su sobrina, la princesa Cadance. Ambas sentadas al lado de la chimenea con lo que parecía ser un montón de revistas apiladas.

"¿Cadance? ¿Qué están haciendo las dos aquí? ¿¡Y qué es eso de 'Club secreto de princesas'!? Hermana, ¡Dijiste que no más secretos!" Dijo Luna molesta, acercándose hasta donde estaban las otras dos alicornios.

"Lo siento hermana, es algo que Cadance y yo inventamos hoy en la mañana. No es que te lo quisiéramos ocultar." Respondió Celestia con una sonrisa apenada.

"Sí tía. Íbamos a decírtelo, pero en la mañana estabas muy apurada y saliste sin decirnos a dónde." Agregó Cadance, con una mirada apenada.

Al ver las miradas de perrito regañado de ambas alicornios, Luna desvió la mirada molesta, mirando hacia el techo indignada. En tanto que las otras dos princesas bajaron sus cabezas apenadas, sabiendo que Luna se angustiaba mucho cuando se sentía excluida.

"¡Oh! ¡Qué linda zarigüeya! ¿Es tuya, tía?" Dijo Cadance repentinamente, viendo la zarigüeya que se había ocultado en la melena de Luna, y ahora asomaba su cabeza.

"¡SÍ! ¿Verdad que es linda? ¡Se llama Tiberius! ¡Es mi nueva mascota!" Dijo Luna emocionada. Tomando a Tiberius y acercándoselo a Cadance para que lo acariciara. Olvidándose por completo de su molestia y sintiéndose feliz que Cadance también encontrara linda a su zarigüeya.

"Así que sí conseguiste un amigo…" Murmuró Celestia, recordando la charla que ella y su hermana habían tenido el día anterior.

Celestia había esperado que Luna volviera diciendo que había conseguido hacerse amiga de otro pony y no de una zarigüeya. Sin embargo, al verla tan feliz, como no la había visto en meses, hizo que Celestia simplemente sonriera satisfecha. Después de todo, lo único que ella quería era ver a su hermanita feliz. Además, ella misma sabía que una mascota podía volverse un gran y confiable amigo.

Como si hubiera sabido que Celestia estaba pensando en ella, Philomena entró volando a la habitación, se posó al lado de su ama, y frotó cariñosamente su cabeza en el cuerpo de Celestia. En tanto que la princesa del Sol, al ver que su hermana mejoró de humor, quiso aprovechar la ocasión para divertirse un poco.

"Bueno, ya es tarde. Tú debes volver a tus deberes, y nosotras debemos volver a nuestro club secreto." Dijo Celestia, acercándose a su hermana y empujándola suavemente con su ala hasta la puerta.

"O-Oye, no. ¡Espera!" Dijo Luna sorprendida, deteniéndose justo en el portal de la puerta. Entonces ella volteó su cabeza para mirar a su hermana, y puso una tímida mirada avergonzada. "¿P-Puedo unirme a su club secreto?"

"Oh… ¿Quieres unirte?" Dijo Celestia, poniendo una falsa mirada de sorpresa. "Lo siento, solo es para princesas."

"¡Yo soy una princesa!" Dijo Luna molesta. Haciendo que Celestia se riera por lo fácil que era molestar a su pequeña hermanita.

Tras eso, Celestia llevó de regreso a Luna hasta la chimenea, y las tres princesas se sentaron juntas frente al fuego. Entonces Luna miró la pila de revistas que estaban al lado de ellas, y alzó una ceja.

"¿Y de qué se trata este Club de princesas? ¿Hablan de política exterior? ¿Finanzas del reino?" Preguntó Luna.

"No. Nada de eso." Se rio Cadance, tomando una de las revistas que estaba a su lado y mostrándosela a Luna. "Dime, tía. No has leído nunca el comic 'Amor Prohibido', ¿O sí?" Agregó Cadance con una pícara sonrisa. Pasándole la revista a Luna, la que en realidad, era el primer número del famoso comic erótico de Lyra Heartstrings.

Entonces Luna tomó el comic, lo abrió, y tanto ella como Tiberius abrieron grande sus ojos y se sonrojaron ante lo que vieron.

# Fin del capítulo 15