T2 - Capítulo 22 – Duelo de magia

Sunset Shimmer había pasado por muchas cosas en su vida. Siendo huérfana, había carecido de unos padres amorosos. Siendo criada por el cruel Archimago, implicó tener muy pocos y efímeros momentos de felicidad. Y una actitud rebelde y soberbia como la de ella, la habían hecho merecedora de muy poco afecto por parte de quien sea que la conociese. Sin embargo, pese a todo eso, Sunset Shimmer nunca se había sentido más incómoda en su vida, que en donde estaba justamente ahora… Hospedada en la habitación de al lado de los recién casado Shining Armor y Cadance.

Luego de llegar a las famosas cataratas del Neighagra, los recién casados se habían quedado encerrados por dos días en su habitación. Y al haberse hospedado en la habitación de al lado, Sunset Shimmer no podía evitar escuchar 'ciertos ruidos' que la amorosa pareja hacía en su habitación.

Aquella primera noche, Sunset Shimmer no había dormido nada. Con su almohada tapando sus orejas, y sus mejillas completamente rojas al imaginarse a su actual maestra estando con su nuevo marido. Y todo había continuado exactamente igual aquella mañana, sin que los recién casados salieran siquiera para almorzar. Solo encerrados en su habitación, haciendo lo que cualquier pareja recién casada haría en su luna de miel.

"Cuando Cadance me pidió acompañarla, no pensé que sería para esto…" Lloró roja de vergüenza Sunset Shimmer. Ocultando su cabeza bajo una almohada luego de volver a la habitación aquella tarde.

La unicornio amarilla había aprovechado aquel día para visitar las famosas cataratas, pero al ver que allí solo habían parejas enamoradas, siendo un destino muy concurrido para recién casados, es que Sunset finalmente terminó odiando aún más estar fuera de su habitación, y decidió arriesgarse a volver a su habitación. Afortunadamente, a esa hora, parecía que finalmente las cosas se habían calmado y ya no había tanto ruido proveniente de la habitación de Cadance y Shining.

Aprovechando esos minutos de tranquilidad, Sunset sacó la almohada de su cara y se quedó mirando el techo pensativamente.

"Me pregunto si Dusk Shine tendrá la misma energía que su hermano…" Susurró Sunset. Un pensamiento que hizo que ella se sonrojara profundamente, y que volviera a taparse la cara con la almohada. "¿¡En qué estoy pensando!? Eso…" Gritó Sunset roja de vergüenza. Hasta que un pensamiento hizo que toda esa vergüenza desapareciera, y que su mirada se tornara triste. "Eso da igual… Dusk y yo estamos condenados a nunca estar juntos…" Susurró Sunset con una triste mirada.

'Toc-Toc' Repentinamente alguien tocó la puerta de la habitación de Sunset. Lo que hizo que la unicornio se levantara rápidamente de su cama y olvidara todo lo que estaba pensando. Al abrir la puerta, Sunset vio a un unicornio de melena blanca y pelaje gris. De hecho, parecía que todo su cuerpo, incluidos ojos y cutie mark, solo eran distintos tonos de gris. Como si no hubiera nada de color en todo su pelaje.

"Disculpe, ¿Esta es la habitación de la Princesa Mi Amore Cadenza?" Preguntó aquel singular potro gris, con una mirada llena de preocupación. "Necesito hablar con ella."

"Eh… Lo siento. La Princesa se encuentra ocupada hasta nuevo aviso." Respondió Sunset, alzando una ceja con curiosidad. No queriendo molestar a Cadance en su luna de miel.

"¡Por favor! ¡Dígale que es urgente!" Agregó rápidamente aquel pony gris, rogando por ayuda. "Mi nombre es Sunny Skies, soy el alcalde de Hope Hollow. Nuestro pueblo necesita su ayuda."

"Estoy segura que usted puede resolver sus propios problemas, señor alcalde. Para eso fue electo." Respondió Sunset Shimmer sin inmutarse. Perdiendo el interés en aquel pony y comenzando a cerrar la puerta.

"¡Ese es el problema! Soy el alcalde, pero ni siquiera yo me puedo enfrentar al gran y poderoso Archimago…" Dijo el alcalde Sunny Skies. Continuando su charla mientras Sunset se detuvo abruptamente, sin terminar de cerrar la puerta.

Al escuchar la palabra 'Archimago', Sunset se paralizó y dejó de oír todo lo demás que siguió hablando el alcalde Sunny Skies. Con la sola mención del potro que había 'cuidado' de ella y que había hecho de su infancia un infierno, fue que Sunset inevitablemente se congeló al recordar fugazmente todos esos oscuros momentos de su vida. Paralizada al escuchar aquel título, que esperaba nunca más volver a oír.

"¿Qué dijiste?" Interrumpió Sunset. Mirando al alcalde Sunny con grandes y temerosos ojos.

"Dije que ni yo ni nadie en el pueblo pudo enfrentarse a la magia del Archimago. Después de todo, es sabido que el Archimago es el unicornio más talentoso del reino." Dijo Sunny, repitiendo lo que Sunset no alcanzó a oír. "Hace unas semanas, el Archimago llegó a nuestro pueblo y lanzó un hechizo que le quitó el color a todo el pueblo, ¡Incluso a los ponies que vivimos allí!"

"Es… Es imposible. No puede ser el Archimago." Dijo Sunset en voz baja. Bajando su mirada mientras sus ojos se perdían en una memoria que deseaba olvidar.

"Yo lo vi. Ellos tienen el sello real de Canterlot, y esos hechizos de alto nivel… Ningún unicornio normal podría hacerlos." Agregó Sunny Skies. "Además, esa capa con estrellas… He leído sobre eso. Es el símbolo que se les da a los magos más talentosos del reino, siguiendo la tradición del famoso Starswirl El Barbado."

"Espera, ¿Dijiste 'Ellos'?" Preguntó Sunset confundida.

"Así es. El Archimago llegó al pueblo junto a su alumna." Respondió Sunny Skies. "Luego que nuestro pueblo perdiera el color, el Archimago se marchó, pero dejó a su alumna allí. Ahora es ella quién aterroriza a todo el pueblo."

"¿¡La alumna del Archimago!? ¡Esa soy yo! ¿Acaso tenía otra alumna…?" Pensó Sunset, muy confundida. "¡No, espera! Estoy olvidando lo más obvio. Es imposible que sea el Archimago. No después de… lo que pasó la última vez que lo vi." Pensó Sunset, cerrando sus ojos con miedo, sintiendo un pequeño escalofrío al recordar esa memoria de su pasado.

"Una vez al día, la alumna del Archimago reta a alguien del pueblo a un duelo de magia. Dice que si la vencemos, ella abandonará el pueblo, ¡Pero nadie puede igualar su magia!" Continuó hablando Sunny Skies, con una mirada llena de miedo. "Lo peor, es que cada vez que alguien pierde un duelo, ella nos impone un castigo. Ahora todos estamos obligados a servirle como a una reina, sin poder hacer nada al respecto."

Luego que el alcalde Sunny terminara de hablar, Sunset Shimmer se mantuvo en silencio. Mirando hacia el suelo con una pensativa mirada. Llena de preguntas que parecían que no tenían respuesta.

"Está bien… Iré a ayudarlos." Respondió finalmente Sunset Shimmer. Mirando al alcalde Sunny con una mirada llena de determinación. Decidida a resolver aquel extraño misterio, que de una forma extraña, la involucraba.

"¿Eh? ¿Tú? ¡P-Pero lo que necesitamos es a una princesa! ¡Solo una princesa puede rivalizar con la magia del Archimago o de su alumna!" Dijo Sunny Skies alarmado.

"Tranquilo, conmigo será más que suficiente." Respondió Sunset, con una sonrisa llena de orgullo. Imaginándose la sorpresa que tendría el alcalde si supiera que estaba parado frente a la verdadera alumna del Archimago. "Después de todo, ahora soy la alumna de la Princesa Cadance. Es mi deber atrapar a ese par de impostores."

"¿Qué? ¿Por qué dices que son unos impostores." Preguntó el alcalde Sunny confundido.

"Créeme. Solo lo sé." Respondió Sunset con una mirada seria. Sabiendo que era imposible que el verdadero Archimago estuviera en ese pueblo.

Tras eso, Sunset Shimmer se dispuso a salir de la habitación para acompañar a Sunny Skies. Sin embargo, justo cuando estaba a punto de salir, Sunset se detuvo un segundo y decidió escribirle una carta a Cadance. No porque ella estuviera asustada o necesitara ayuda, pero de todas formas Cadance seguía siendo su nueva maestra, y la nueva actitud de Sunset le indicó que al menos le debía el respeto a Cadance de informarle a dónde iba.

"De todas formas, dudo que Cadance siquiera lea la carta…" Pensó Sunset al terminar de escribir, con una divertida sonrisa. Justo cuando en la habitación de al lado nuevamente empezaron a escucharse ciertos ruidos, indicativo que los recién casados, habían vuelto a la carga.


En el camino hacia Hope Hollow, Sunny Skies aprovechó de contarle a Sunset Shimmer un poco de la historia de su pueblo. Contándole cómo antes de él, su padre había sido alcalde, y su abuelo antes de él. Siendo este último un talentoso inventor, que construyó un pequeño 'generador arcoíris', el cual encendían una vez al año en su famoso Festival Arcoíris.

"Hace una semana, era la fecha para celebrar nuestro Festival Arcoíris. Sin embargo, luego que el pueblo perdiera su color, nadie quiso celebrar el festival." Dijo Sunny Skies, con una triste sonrisa mientras caminaban. "¡Je! Sería una burla… Que todos esos ponies sin color celebraran un festival llamado Festival Arcoíris…"

En ese instante, Sunset pestañó varias veces rápido y miró atentamente al alcalde Sunny, luego que este terminara de hablar.

"¿Es idea mía o ahora está aún más gris que antes?" Pensó Sunset confundida. Sin estar segura si aquello era verdad o solo un efecto de la luz del lugar.

Finalmente ambos unicornios llegaron a Hope Hollow. Un pequeño pueblo que quedaba muy cerca del rio que fluía aguas abajo de las cataratas Neighagra. Una vez allí, Sunset abrió con sorpresa sus ojos al ver que efectivamente todo el pueblo parecía haber perdido el color, estando todo, incluso los ponies y animales, en distintos tonos de grises.

"Ten, creo que es mejor que por ahora te ocultes. Tu pelaje con color llamará mucho la atención." Dijo repentinamente el alcalde Sunny. Poniendo una capa y una capucha sobre Sunset Shimmer. "Lo mejor es que veas por ti misma lo poderosa que es la alumna del Archimago, antes que ella te rete a un duelo."

"Ugh… ¿Es en serio? ¿Estoy condenada a ocultar siempre mi rostro?" Dijo Sunset molesta. Recordando que en la boda de Cadance, también tuvo que ocupar una capucha, para que Dusk no viera su rostro. "No es necesario ocultarme. No tengo miedo de que esa impostora me rete a un duelo." Agregó Sunset, tomando su capucha para quitársela. Sin embargo, por un instante, Sunset recordó su pasado con el Archimago, y se imaginó la muy remoto e improbable posibilidad que de alguna forma el verdadero Archimago pudiera efectivamente estar allí. Y con ese pensamiento, Sunset finalmente escogió seguir oculta bajo la capucha.

"¡Sunny Skies! ¿Dónde estabas?" Preguntó repentinamente una yegua, que al igual que el resto de los ponies del pueblo, era de color gris. Una pony de tierra, con una gran melena de pelo ondulado atada con dos coletas, y una cutie mark de dos flores. Quien además, parecía ser la novia del alcalde Sunny.

"Lamento no haberte avisado de mi partida, querida Petunia. Tuve que ir por ayuda." Respondió el alcalde Sunny. Apuntando con sus ojos a Sunset. "¿Has visto a la alumna del Archimago?"

"Sí. Justo venía a eso. Es 'esa' hora del día. Todos se están reuniendo en la plaza central." Respondió la yegua gris. Apuntando hacia el centro del pueblo.

Los tres ponies se apresuraron a ir a la plaza central, en donde la mayoría de los ponies que allí vivían ya estaban reunidos. Todos con miradas temerosas, esperando a que apareciera la temible alumna del Archimago.

"¿A quién enfrentará esta vez?" Preguntó una yegua temerosa, cerca de Sunset.

"No lo sé. Pero qué más da. No hay esperanza alguna de ganarle a la alumna del unicornio más poderoso del reino." Respondió otro potro. Con una mirada que demostraba que había perdido toda esperanza.

Repentinamente, todos se quedaron callados cuando escucharon que 'Ella' se acercaba. Una yegua vestida con capa y capucha, siendo cargada en una enorme silla de oro y gemas por cuatro potros muy cansados. Entonces Sunset se asomó entre los ponies para intentar ver mejor al pony al que todos temían. En ese instante, un escalofrío recorrió la espalda de Sunset, al ver que efectivamente quien se acercaba, llevaba una capa con estrellas. Símbolo histórico usado por los magos de alto nivel del reino. Sin embargo, ese escalofrío desapareció rápidamente al comprobar que pese a que sí era una capa con estrellas, no era la capa del temible Archimago.

"He visto esa capa antes… Pero no recuerdo donde." Pensó Sunset con una mirada pensativa. Viendo acercarse a la yegua a la que todos temían, la supuesta alumna del Archimago.

"Alcalde Sunny, ¿Cómo era el Archimago que conocieron aquella vez?" Preguntó Sunset, sin dejar de ver a la 'alumna del Archimago' acercarse.

"¡Oh! Ella vestía una capa distinta que la de su alumna, pero también tenía estrellas." Respondió el alcalde, con un pequeño escalofrío. "Era una yegua aterradora. Y debe serlo, si es capaz de ser la maestra de esa otra yegua, que de por sí ya es sumamente poderosa."

"El Archimago es un potro, no una yegua." Dijo Sunset seriamente. Lo que dejó muy sorprendido al alcalde Sunny y a su compañera Petunia. Dado que ninguno de ellos sabía eso.

Finalmente la 'alumna del Archimago' llegó frente a todos y puso una arrogante sonrisa al ver las miradas llenas de temor de todos los presentes.

"Muy bien, ¿Quién se atreverá a desafiarme hoy?" Dijo aquella yegua, llena de confianza. "Recuerden, si logran igualar cualquiera de mis hechizos, gustosamente dejaré este pueblo. Pero si pierden… Jeje, bueno, ya saben lo que les pasará." Agregó aquella yegua. Mirando de reojo a los cuatro ponies que cargaban su lujoso palanquín dorado. Quienes habían sido los últimos en perder un duelo contra ella, y por ende, castigados para servirle.

"Y-Yo lo haré." Dijo repentinamente un unicornio casi anciano, con una mirada temerosa.

"¡No, querido!" Dijo rápidamente la esposa de aquel potro.

"Debemos intentarlo si queremos salvar nuestro pueblo." Dijo el potro, acariciando a su esposa antes de avanzar hacia donde estaba la temible 'alumna del Archimago'. Como si estuviera yendo hacia su inminente ejecución.

"¡Oh, no! Es el Señor Hoofington." Dijo Sunny Skies, con una mirada preocupada.

"¿Es un unicornio hábil en la magia?" Preguntó Sunset. Quien había estado a punto de retar a aquella yegua allí mismo, antes que el Señor Hoofington se le adelantara.

"Es solo un pastelero." Respondió Sunny con una mirada asustada. "Él, al igual que todos, está desesperado. Lo único que quiere es que esa yegua abandone el pueblo."

"Juju… Bien, un nuevo retador. Veamos… ¿Qué será hoy…?" Dijo la supuesta alumna del Archimago, con una risa traviesa. Entonces ella sonrió malvadamente y con su magia acercó a la esposa del Señor Hoofington frente a ella. "Creo que hoy probaré algo nuevo."

"¡Suelta a mi esposa!" Gritó el Señor Hoofington asustado.

"Tranquilo, no le sucederá nada. De hecho, debería estar agradecida por lo que le haré… Le quitaré unos cuantos años de encima." Dijo la yegua encapuchada sonriendo malvadamente. Usando su magia sobre la Señora Hoofington.

Luego de un gran flash, todos quedaron atónitos al ver que la Señora Hoofington se había transformado, o más bien, había rejuvenecido. Convirtiéndose en solo una pequeña potranca bebé. Quien en el acto, se puso a llorar.

"¿¡Un hechizo de edad!?" Pensó Sunset Shimmer sorprendida. Dado que aquel era un hechizo de muy alto nivel. Uno que incluso ella dudaba de poder hacer correctamente.

"¿¡Qué le hiciste a mi esposa, monstruo!?" Gritó aterrado el Señor Hoofington.

"Es solo temporal, durará unas cuantas horas." Dijo la yegua encapuchada, encogiéndose de hombros. "Pero si quieres recuperarla ahora mismo, es muy simple. Solo tienes que hacer el mismo hechizo que hice yo." Agregó la yegua, con una perversa sonrisa.

Con temor, el Señor Hoofington se acercó a su esposa, que ahora era solo una bebé potranca. Entonces él concentró su magia en su cuerno y se concentró para intentar revertir la magia que habían usado en su esposa. Sin embargo, por más que lo intentó, su magia era tan débil que nada podía hacer para revertir aquel poderoso hechizo.

"Pobre Señor Hoofington." Dijo Petunia, abrazando temerosa al alcalde Sunny. Mientras este miraba furioso e impotente cómo el pobre Señor Hoofington intentaba en vano recuperar a su esposa.

"Cuando ella usó ese hechizo, sentí algo raro… Una magia extraña." Susurró Sunset pensando en voz alta. Analizando cuidadosamente lo que acababa de ver. "Quizás esa impostora está usando alguna clase de truco."

"¿Un truco?" Dijo el alcalde Sunny. Sintiéndose cada vez más furioso con aquella yegua que se hacía llamar la alumna del Archimago.

"¡Jajaja! Es inútil, anciano. ¡Ni tú, ni ninguno de los unicornios de este pueblo pueden igualar el poder de mi magia! ¡Jajaja!" Se burló la yegua encapuchada. Disfrutando de las asustadas miradas de todos los presentes.

"¡YA BASTA!" Gritó repentinamente el alcalde Sunny. Mirando furioso a la yegua encapuchada. "Ya descubrí la verdad. Tú no eres quien dices ser, ¡Eres solo una impostora! ¡Y solo usas trucos! ¡Deja nuestro pueblo en paz!"

Con el grito del alcalde, la yegua encapuchada dejó de sonreír y lo miró seriamente.

"¿A qué te refieres con que soy una impostora?" Preguntó la yegua encapuchada, mirando con un brillo rojo en sus ojos al alcalde.

Al ver que todos lo miraban, el alcalde se volteó para mirar a Sunset Shimmer, para que así ella, siendo la alumna de la Princesa Mi Amore Cadenza, les dijera a todos la verdad sobre el falso Archimago y su alumna. Sin embargo, al mirar a Sunset, esta sutilmente negó con su cabeza, para que no revelara aún su identidad.

"Hay algo muy extraño… algo que aún no logro ver. Como si faltara una pieza del rompecabezas…" Pensó Sunset Shimmer en ese momento. "Lo mejor es seguir oculta hasta descubrir la verdad."

Entendiendo las sospechas de Sunset Shimmer, el alcalde volvió a voltearse para mirar a la falsa alumna del Archimago.

"Yo… Yo fui a las cataratas Neighagra para hablar con la Princesa Cadance." Dijo el alcalde Sunny. Decidiendo contar lo que descubrió, pero manteniendo la identidad de Sunset oculta. "Allí, ella me dijo que el verdadero Archimago es un potro, no una yegua, como la que nos visitó hace unas semanas. Y si ella no era el verdadero Archimago, entonces tú tampoco puedes ser su verdadera alumna."

Con la revelación del alcalde, todos los demás ponies en el pueblo comenzaron a murmurar entre ellos. Todos confundidos sobre si lo que decía el alcalde podía ser verdad o no. En tanto que la yegua encapuchada, simplemente se quedó en silencio, mirando seriamente al alcalde.

"Todos ustedes son unos ignorantes. Ninguno de ustedes conoce a la verdadera Archimago, y mucho menos conocen el nombre de su más grandiosa alumna…" Dijo la yegua encapuchada con una arrogante sonrisa. Bajando su capucha y moviendo su capa para que todos pudieran ver su rostro y su cutie mark. "…la gran y poderosa… ¡Sunset Shimmer!" Gritó la yegua. Mostrando su pelaje azul claro y su cutie mark con la forma de un sol rojo y amarillo.

"¡Es Lulamoon!" Gritó Sunset Shimmer en su mente. Reconociendo finalmente a aquella yegua que se hacía pasar por ella.

Finalmente Sunset se dio cuenta de donde recordaba haber visto aquella capa con estrellas. Hacia algún tiempo, cuando ella aún estaba fuera de Equestria, se había enfrentado en un duelo mágico a Trixie Lulamoon. Una unicornio hábil, pero inexperta en duelos, que viajaba haciendo trucos de magia por Equestria y sus alrededores. Normalmente Sunset no recordaba los nombres de sus rivales, dado que ella había derrotado a decenas de unicornios en duelos mágicos. Sin embargo, recordaba a Trixie por su particular cutie mark de luna, que contrastaba con la suya propia, que era la de un sol. Misma cutie mark de luna que ahora Trixie había ocultado, pintándose en su lugar una copia de la cutie mark de Sunset.

Además de imitar la cutie mark de Sunset, Trixie también había copiado el peinado de Sunset Shimmer. Algo que hizo que la verdadera Sunset se quedara sin habla, sin entender lo que sucedía.

"Al menos dijo la verdad. Dijo que 'Sunset Shimmer' era la alumna del Archimago, pero… ¿¡Por qué está imitándome!?" Pensó Sunset confundida. "Y no solo eso. Si ella es la Trixie Lulamoon que conozco, ¿Cómo es que ahora puede lanzar hechizos de alto nivel? ¿Acaso el hechizo de edad fue algún truco?"

Mientras la mente de Sunset se llenaba de aún más preguntas, no notó que el alcalde Sunny se le quedó mirando muy confundido. Mientras tanto, Trixie, alias, 'la falsa Sunset Shimmer', miró molesta a todos los ponies que la veían.

"Ustedes, pueblerinos, dudaron de mi identidad. Por esa insolencia, deberán ser castigados." Dijo Trixie, tocando su cuello mientras sus ojos brillaron de color rojo por un segundo.

En ese instante, Trixie usó su magia, y una gran barrera comenzó a crearse en el cielo, expandiéndose y comenzando a encerrar el pueblo entero bajo una burbuja. Al ver que estaban siendo aprisionados, todos los ponies corrieron hasta el borde del pueblo para intentar huir, pero ya era tarde. La densa barrera mágica enceró por completo el pueblo, ante la aterrada mirada de todos, quienes en vano golpearon la barrera para intentar romperla.

"¡Ese es el castigo por dudar del Archimago, y de la gran y poderosa Sunset Shimmer, ¡Jajaja!" Se rio Trixie con una cruel risa. "Mañana podrán retarme nuevamente a un duelo. Y así, recibirán otro castigo cuando pierdan de nuevo, jajaja." Agregó Trixie. Usando su magia para desaparecer de allí.

Luego que Trixie desapareciera, la verdadera Sunset Shimmer caminó hasta el límite del pueblo, donde ahora estaban la mayoría de los ponies del pueblo. Entonces Sunset tocó la barrera y comprobó lo fuerte que era.

"De nuevo una magia de alto nivel… ¿Cómo puede ella hacer algo así?" Pensó Sunset intrigada. Recordando todo lo que había visto hacer a Trixie, para ver si encontraba una respuesta a ese misterio.

"Esa Sunset Shimmer es un monstruo." Dijo una pequeña potranca pegaso. Viendo que ahora ella y su familia estaban atrapados.

"Ella y el Archimago… ¿Acaso todos los magos del reino son así de malvados?" Preguntó una anciana, muy asustada.

Así, los murmullos sobre lo malvada que era 'Sunset Shimmer' y cómo los unicornios de Canterlot eran todos malvados, comenzaron a esparcirse en toda la multitud. Todo mientras la verdadera Sunset Shimmer se mantenía inmóvil, escuchando como todos ahora mencionaban su nombre con temor y odio.

Por un segundo, Sunset cerró sus ojos y quiso gritarle a esos ponies que ella era la verdadera Sunset Shimmer y que dejaran de creer en todo lo que les decían. Sin embargo, el nuevo lado empático de Sunset logró que ella se calmara en esa situación.

"Tranquila, ellos no tienen la culpa. Todos han caído en un engaño. Ahora lo importante es saber, ¿Por qué Trixie quiere engañarlos con un falso nombre?" Pensó Sunset, logrando calmarse.

"Podría atravesar esta barrera, pero…" Murmuró Sunset, quedándose en silencio, con una mirada preocupada.

"Podrías irte, pero no quieres abandonarnos, ¿Verdad?" Dijo repentinamente Petunia. Acercándose a Sunset y mirándola con una triste sonrisa. "Eso es muy noble de tu parte."

Ante el comentario de la novia del alcalde, Sunset la miró sorprendida y luego desvió la mirada avergonzada. Lo que dijo aquella yegua era verdad. Sunset sabía que todo lo que pasaba allí no era su problema, y que la antigua Sunset se hubiera ido sin dudarlo. Sin embargo, ahora ella sabía que aunque no fuera su problema, si podía ayudar, ella debía hacerlo. Y no era que ella sintiera una obligación de ayudar, Sunset legítimamente sintió en su interior que QUERÍA ayudar. Y aquel cambio de comportamiento en su interior la avergonzó, pues veía cómo las lecciones de Cadance de verdad habían hecho efecto en ella.

"Ahora entiendo por qué sabías que quienes atacaron el pueblo eran solo unos impostores." Dijo repentinamente Sunny Skies, acercándose a Sunset y mirándola con una mirada seria. "Esa melena y esa cutie mark… Tú eres la verdadera Sunset Shimmer, ¿Verdad?"

Al escuchar el comentario del alcalde, nuevamente todos en el pueblo comenzaron a murmurar, viendo con atención y preocupación hacia Sunset. Entonces la unicornio amarilla bajó su capucha y mostró su rostro. Al hacerlo, los ponies a su alrededor vieron que era el mismo peinado que tenía 'la otra' Sunset Shimmer que los había encerrado. Entonces los ponies a su alrededor comenzaron a murmurar distintas cosas, algunos murmullos asustados, otros confundidos, y algunos pocos con esperanza. Unos pocos murmullos de esperanza que comenzaron a crecer entre esos ponies lentamente.

"Si ella es una impostora, y tú eres la verdadera Sunset Shimmer, ¡Entonces tú eres la verdadera alumna del Archimago!" Dijo Sunny Skies esperanzado. Un comentario que animó a varios de los ponies allí presentes, que por un segundo, parecieron menos grises de lo normal. "¡Con tu nivel de magia, podrías derrotar a esa impostora!"

"Es cierto que fui la alumna del Archimago, pero eso fue hace mucho tiempo. Ahora soy la alumna de la Princesa Cadance." Dijo Sunset, entrecerrando sus ojos, como si algo la estuviera molestando.

Nuevamente en el interior de Sunset Shimmer, peleaban sus dos lados: la antigua Sunset y la nueva Sunset. La antigua Sunset luchaba por ser escuchada, y lo que gritaba era que quería enfrentar a Trixie en un duelo mágico. Quería derrotarla y humillarla por haberse apropiado de su nombre. Sin embargo, la nueva Sunset quería evitar el conflicto. Una parte de ella le decía que había algo más oculto en todo eso, y para descubrirlo, debía ser más lista que simplemente saltar a atacar a Trixie.

"Algo no está bien. Siento que hay algo que no alcanzo a ver…" Susurró Sunset, pensando en voz alta. En ese instante ella alzó la vista y vio que todos los ponies del pueblo la miraban atentamente. Como si todos repentinamente estuvieran depositando su esperanza en ella.

Allí estaban el alcalde Sunny junto a su prometida Petunia, el señor Hoofington sosteniendo a la potranca que era su esposa hechizada, potros y yeguas de todas las edades, ancianos y muchos potrillos, todos esperando a ver cuál sería la respuesta de Sunset. En ese instante, por alguna razón, la mirada de Sunset se centró en dos pequeños pegasos, un potrillo y una potranca, que parecían ser gemelos. Al verlos, finalmente ambos lados de Sunset dejaron de pelear en su mente, al encontrar una solución común. Ella podría tener un duelo mágico, y al mismo tiempo, realizar un astuto engaño para estafar a la estafadora, y así quizás poder desenmascarar ese misterio.

"Alcalde Sunny, dijiste que tu padre y tu abuelo habían sido alcaldes también, ¿No es así?" Dijo Sunset, mirando a Sunny Skies. "¿Ellos también viven aquí en el pueblo?"

"¿Eh? S-Sí, ¿Por qué lo preguntas?" Preguntó el alcalde, confundido.

"Porque todos serán parte del mayor espectáculo de magia que hayan visto." Respondió Sunset, con una astuta sonrisa.


A la mañana siguiente, Trixie holgazaneaba en una gran habitación de lo que fuera el hotel del pueblo. Allí, Trixie se había asegurado que todos los del pueblo llenaran esa habitación con los mayores lujos, para que así ella pudiera tener la habitación de una reina, como siempre se lo había merecido.

En ese instante, Trixie se encontraba frente al espejo, retocando su falsa cutie mark de sol, ya que en solo unas horas, ella tendría que salir en público nuevamente para retar en un duelo a otro unicornio.

"Qué debería pedir que me den ahora como castigo…" Dijo Trixie sonriendo malvadamente, mientras veía su propio reflejo.

Al verse al espejo, Trixie hubiera jurado que vio un brillo rojo en sus ojos. Por lo que ella sacudió rápidamente su cabeza y volvió a mirarse. Luego de mirarse fijamente al espejo por varios segundos, ella comprobó que sus ojos seguían siendo del mismo color violeta que habían sido siempre, y que aquello debió ser solo una ilusión.

Sin que la misma Trixie se diera cuenta, sus ojos no eran los únicos que habían cambiado ocasionalmente, pues su propio comportamiento también lo había hecho. Durante las últimas semanas, las acciones de Trixie se habían vuelto más crueles, e incluso había comenzado a disfrutar ver sufrir a otros ponies con su nueva y poderosa magia. Trixie pensó que aquello era una simple consecuencia de tener más poder, pero lo que no sabía era que había 'algo' que estaba alterando su propia forma de ser. Algo que ella llevaba en todo momento colgando en su cuello y que estaba alterando poco a poco su mente.

Tras verificar que 'eso' se ocultaba bien bajo su capa, Trixie se acercó a la ventana de su habitación para ver un momento hacia fuera y comprobar que todo estaba bien bajo su poderosa barrera. Al hacerlo, Trixie se detuvo al ver que sus cascos chocaron con algo. Al agacharse, Trixie vio una pequeña mochila de viaje, la que cargaba algunos pocos objetos que ella había logrado salvar luego que su carreta de viaje fuera destruida en Ponyville. Una mochila que no había abierto en semanas, desde que había llegado a Hope Hollow.

Por simple curiosidad, Trixie levantó la mochila y la abrió. Al hacerlo, lo primero que sus cascos tocaron, fue una fotografía. La fotografía de su padre, firmada con su autógrafo. Aquella que Dusk Shine le había regalado antes de que ella se fuera de Ponyville, en cuya parte trasera se leía: 'Para mi más grande fan, no te rindas y siempre sonríe.'

'Tu padre era un gran mago, pero creo que prefería hacer reír a los demás que demostrar su gran poder…' Fueron las palabras que hacía algún tiempo atrás, Dusk Shine le dijo a Trixie. Palabras que ahora la yegua celeste recordaba y, por alguna razón, la emocionaron.

"¿Qué estoy haciendo? ¿Encerré a todo un pueblo solo para demostrar mi poder? ¿Por qué?" Pensó Trixie confundida. En ese instante sus ojos volvieron a brillar de color rojo y ella cambió radicalmente su mirada.

"¡Eso qué importa! Lo único que importa, es que con mi nuevo poder, ¡Haría añicos a Dusk Shine si lo volviera a enfrentar!" Dijo Trixie con una mirada llena de enojo. Con sus ojos brillando de rojo. Arrojando lejos la fotografía de su padre.

Repentinamente Trixie abrió con sorpresa sus ojos cuando sintió una extraña vibración en su cuerno. El cual arrojó unas pocas chispas mágicas. Entonces Trixie se acercó rápidamente a la ventana.

"¿¡Alguien rompió mi barrera!?" Dijo Trixie muy molesta. Rápidamente usando su magia para teletransportarse hacia donde sintió aquella perturbación mágica. Lista para castigar a quien hubiera osado romper su barrera.

Al llegar al punto donde se rompió su barrera, Trixie se sorprendió de ver que todo el pueblo ya estaba reunido allí. Con toda esa multitud, Trixie no pudo ver bien quién había roto su barrera.

"¡Muévanse! ¡Abran paso a la poderosa alumna del Archimago!" Gritó Trixie molesta. Usando su magia para mover a los ponies que estaban frente a ella. Una vez lo hizo, Trixie finalmente vio qué era lo que había atravesado la barrera. Lo que hizo que quedara con la boca abierta. "¿¡Qué es esto!?" Gritó Trixie muy sorprendida.

Frente al hoyo que había en la barrera, había una pequeña carreta. De color amarillo y techo rojo, con un pequeño letrero lila que tenía dibujada su cutie mark original. Toda esa carreta… ¡Era casi idéntica a su antigua carreta que fue destruida por la Ursa en Ponyville!

Antes que Trixie pudiera decir algo más, la carreta repentinamente se abrió y se estiró sobre sí misma, formando un pequeño escenario. Tal como lo hacía su antigua carreta.

"¿Quién osa poner una barrera en el camino…?" Dijo repentinamente una voz desde detrás de las cortinas del recién formado escenario. Entonces las cortinas se abrieron, dejando ver a la verdadera Sunset Shimmer, solo que ahora ella llevaba un pequeño disfraz. "¡…de la Gran y Poderosa Trixie!" Gritó Sunset, quien vestía una capa idéntica a la de Trixie, además de llevar peinada su melena tal como Trixie la llevaba originalmente. Además de eso, Sunset ocultaba su rostro con un pequeño antifaz.

Al ver que alguien la estaba imitando, Trixie se puso roja de cólera y vergüenza, quedándose en silencio unos segundos por el impacto de aquella sorpresa.

"¿¡Es esto una especie de broma!?" Gritó Trixie muy molesta.

"¿Quién eres tú para decir que la Gran y Poderosa Trixie es una broma?" Dijo Sunset Shimmer, imitando la teatral voz que recordaba que Trixie usaba en sus shows de magia.

"Yo… ¡Yo soy la verdadera-!" Gritó Trixie. Callándose repentinamente al ver que todos en el pueblo la miraban fijamente. Así que ella apretó molesta sus dientes y miró furiosa a la 'falsa Trixie'. "Yo soy Sunset Shimmer, la alumna del Archimago…" Dijo Trixie con sus dientes apretados. Viéndose obligada a seguirle el juego a esa impostora que la imitaba.

"Tal como pensé, va a seguirme el juego con tal de mantener su fachada… Muy bien, seguimos con el plan." Pensó Sunset Shimmer sonriendo.

La noche anterior, Sunset les había explicado su plan al alcalde Sunny y a sus amigos más cercanos. Una vez explicado, todos ayudaron para que el plan pudiera tener éxito. Una pony muy hábil en la construcción, llamada Torque Wrench, pudo seguir a la perfección los planos de Sunset para construir una carreta idéntica a la de Trixie. Y una hábil costurera del pueblo, llamada Kerfuffle, logró crear una perfecta imitación de la capa de Trixie.

"Bien, ya cayó en la trampa. Ahora es el turno del alcalde y los demás de actuar." Sonrió Sunset. Decidida a que no sería ella quien liberara a ese pueblo de Trixie, sino que serían los mismos ponies de allí quienes se liberarían a sí mismos. "Estafaremos a la estafadora."

"Oh… Con que tú eres la famosa Sunset Shimmer…" Dijo la verdadera Sunset, mirando a Trixie y sonriendo con arrogancia. "Pues entonces, la Gran y Poderosa Trixie te reta a ti, Sunset Shimmer, ¡A un duelo de magia!"

Los pocos ponies del pueblo que sabían del plan, miraban atentamente a la verdadera Trixie, expectantes a ver si ella caería en la trampa. Curiosamente, ese pequeño grupo de ponies, parecían verse menos grises aquella mañana. En tanto que el resto del pueblo, también se mantuvo atento a todo lo que ocurría allí. Sin tener idea de lo que pasaba, pero expectantes al ver que alguien desafiaba en duelo a la alumna del Archimago. Por su parte, Trixie simplemente bajó su cabeza y sonrió siniestramente.

"Bien… Te mostraré mi poder, y luego me las pagarás por hacerme enojar…" Murmuró Trixie con una fiera mirada en sus ojos.

Rápidamente Trixie se teletransportó encima del escenario y sonrió arrogantemente ante la falsa Trixie. Sabiendo que con su as bajo la manga, era imposible que ella perdiera en un duelo de magia.

"Bien, ¿Qué tienes en mente?" Preguntó Sunset, fingiendo desinterés en Trixie. "Estás preparada para presentar un real desafío a la Gran y Poderosa-"

"¡Ya cállate!" Interrumpió Trixie furiosa. Quien se irritaba cada vez más al ver que esa imitadora se burlaba de ella. "Si quieres un verdadero desafío, ¿Qué tal comenzar con un simple hechizo de edad?" Agregó Trixie molesta. Decidida a mostrar su mejor hechizo desde el comienzo.

Antes que pudiera reaccionar, Trixie levitó desde el público a un sorprendido anciano, que en vano intentó huir en el aire. Entonces Trixie usó su magia, y con un gran flash, el anciano rejuveneció y se transformó en un pequeño potrillo bebé.

"Bien, supera ESO, 'Trixie'." Dijo la verdadera Trixie, sonriendo arrogantemente. "Aunque ni siquiera hace falta superarlo. Tal como les he dicho a todos estos inútiles pueblerinos. Si logras siquiera igualar un hechizo de tan alto nivel como el mío, aceptaré mi derrota. Pero tú y yo sabemos que eso es imposible, ¿Verdad? ¡Jajajaja!" Se rio Trixie malvadamente.

"Uaaahhh… Qué aburrido. Esto no es un desafío para Trixie." Dijo Sunset, fingiendo un bostezo. Entonces ella hizo lo mismo que Trixie y levitó a alguien del público. Que curiosamente, fue el alcalde Sunny Skies.

Una vez sobre el escenario, Sunset hizo brillar mucho su cuerno y lanzó un rayo de luz hacia el alcalde Sunny. En cuanto el rayo lo golpeó, un gran flash de luz cegó a todos por unos segundos. Una vez todos pudieron volver a ver, todos, incluyendo a Trixie, quedaron con la boca abierta al ver que el alcalde Sunny había envejecido.

"Eso… Eso es imposible." Dijo Trixie anonadada. Viendo que esa yegua que la imitaba, también había logrado hacer un poderoso hechizo de edad.

Sin que Trixie lo notara, varios ponies del público comenzaron a murmurar entre ellos. En especial los más ancianos, que conocían perfectamente que quién ahora estaba sobre el escenario, no era en realidad el alcalde Sunny Skies, sino su padre, el antiguo alcalde.

Para engañar a Trixie, Sunset debía imitar el hechizo de edad de Trixie, pero era algo tan complejo que ni siquiera ella podía hacer sin practicar antes. Por eso, Sunset le pidió al alcalde que llevara a su padre para engañar a Trixie y cambiar de lugares cuando nadie los viera. Y afortunadamente para el plan, el padre del alcalde era casi igual al propio alcalde, con sus mismos colores de pelaje, melena y ojos. Solo que mucho más viejo y con una larga barba blanca.

"Un hechizo de edad no es nada." Dijo Sunset con una pequeña sonrisa. Decidiendo atacar a Trixie mientras aún estaba aturdida. "¿Qué tal transformar a un potro en una yegua?"

"¿¡Q-Qué!? ¡No existe tal hechizo!" Dijo Trixie, saliendo lentamente de su aturdimiento.

Sin decir anda, Sunset volvió a levitar a alguien más del público para ponerlo sobre el escenario. Un joven potrillo pegaso que fingió sorpresa al ser elegido. Entonces Sunset volvió a hacer brillar su cuerno, lanzando el mismo rayo de luz que cegó a todos los ponies por un segundo. Cuando todos pudieron volver a ver, vieron que el potrillo de alguna forma se había transformado en una potranca. Idéntico a como era de potrillo, solo que con su melena larga y cara sutilmente más femenina.

"¡Esos son los gemelos Pickle y Barley Barrel!" Susurraron algunos ponies jóvenes del público. Reconociendo inmediatamente a los jóvenes pegasos que gustaban de hacer piruetas en el aire.

Mientras los murmullos crecían en el público, dándose cuenta de lo que realmente estaba pasando, Trixie se mantuvo con la boca abierta, sin poder creer lo que veía. Ni siquiera ella conocía un hechizo para hacer lo que la falsa Trixie hizo.

"Veo que te deje sin palabras, ¿Qué tal uno más? ¡Imita esto!" Gritó Sunset, iluminando su casco con una luz blanca. Entonces ella dio un gran pisotón sobre el escenario y un enorme rayo con los colores del arcoíris salió volando hacia el cielo desde el piso.

En cuanto el rayo arcoíris tocó el cielo, un gran círculo arcoíris se formó en el cielo, llenándolo con una aurora que brilló con todos los colores del arcoíris.

"No puede ser… Era un cielo despejado, sin agua en el cielo… ¡Ni siquiera los pegasos del clima pueden hacer algo así!" Gritó Trixie con una mezcla de pánico y frustración. Viendo que aquella falsa Trixie podía hacer mejores hechizos que los de ella. Tocando su cuello al asustarse. Un movimiento que Sunset bien notó, notando que Trixie llevaba algo brillante colgando de su cuello.

Mientras Trixie gritaba frustrada, sin entender lo que pasaba, todo lo contrario ocurría en el público de ponies. Algunos de los pobladores de Hope Hollow ya conocían al padre del alcalde, otros más ya conocían a los pequeños gemelos Barrel, pero lo que sin duda todos conocían, era aquella luz arcoíris. Tal como le dijera el alcalde Sunny a Sunset, todos los años en Hope Hollow se celebraba el Festival Arcoíris, donde se usaba el generador del abuelo de Sunny Skies para iluminar de colores el cielo. Fue así que todos los ponies del pueblo finalmente entendieron lo que el alcalde y la verdadera Sunset Shimmer estaban haciendo. Ya que no podían igualar los hechizos de Trixie, la estaban engañando para que así finalmente se fuera del pueblo.

Admirando lo que estaban haciendo el alcalde Sunny y los demás, la esperanza finalmente volvió a los corazones de todos los ponies de gris en el pueblo. Y mientras veían el cielo de color arcoíris, sabiendo que finalmente la supuesta alumna del Archimago tendría que irse, todos comenzaron a reír y celebrar, tal como si ese fuera su Festival Arcoíris. Al hacerlo, no solo el cielo fue el que se llenó de color, sino que todos en el pueblo finalmente dejaron de ser grises y recuperaron sus vivos colores en sus pelajes y melenas. Volviendo mágicamente todo el color al pueblo.

"Ahora lo entiendo… Era 'magia sin esperanza'." Pensó Sunset, abriendo sus ojos con sorpresa al ver que el pueblo y los ponies recuperaban su color. "Se supone que cuando un pony pierde la esperanza, se ve afectada su magia interior. Pero esto… ¡Fue llevado a un nivel completamente nuevo! Para romperlo, solo hacía falta que los ponies recuperaran la esperanza, pero quien hizo el hechizo, se encargó que la magia sin esperanza se viera potenciada al estar todos en el pueblo sin esperanza al mismo tiempo. Y más importante aún, quien lo hizo, se encargó que los ponies perdieran la esperanza día tras día para que no pudieran encontrar la solución que estaba frente a sus ojos… Algo tan sencillo y a la vez tan astuto… ¿Fue Trixie quién planeó todo esto?" Pensó Sunset intrigada.

Mientras el pueblo celebraba haber recuperado sus colores, Trixie miró enojada e impotente a todos allí. Luego volvió su atención a la falsa Trixie y su furia creció y creció. Justamente en ese instante, cuando Trixie veía a quien la estaba imitando, fue que Trixie notó un movimiento tras la cortina del escenario, viendo fugazmente unos cascos, señal de que alguien estaba oculto allí. Al ver aquello, Trixie abrió sus ojos con sorpresa, y en pocos segundos, su mirada volvió a brillar de rojo, poniendo una mirada llena de furia al comprender finalmente cómo era que esa impostora había logrado tales hechizos imposibles… ¡Todo había sido un engaño!

"Tú… Lo único que hiciste… ¡Fue burlarte de mí!" Gritó Trixie llena de furia, con sus ojos brillando en rojo. Usando su poderosa magia para romper la enorme barrera que cubría el pueblo, e invocando una enorme ráfaga de viento que golpeó violentamente sobre el escenario. Causando que Sunset tuviera que cubrirse y los ponies del público salieran huyendo de allí.

Una vez la ráfaga de viento pasó, Trixie pudo desenmascarar el fraude. Al correrse las cortinas del escenario, Trixie pudo ver que detrás de ellas estaban el alcalde Sunny y el potrillo que supuestamente había sido transformado en potranca. Ninguno de los dos había sido transformado con magia en absoluto. Todo había sido un simple truco, cambiando de lugar cuando la luz de Sunset cegó a todos por un segundo.

Con tal evidencia a la vista, Trixie hubiera reaccionado con furia. Sin embargo, otra cosa captó la atención de la unicornio celeste. La ráfaga de viento no solo había movido las cortinas del escenario, también había hecho volar el antifaz y la capa que ocultaban la verdadera identidad de la falsa Trixie. Un rostro con el que Trixie tuvo pesadillas por mucho tiempo, una yegua que esperaba nunca volver a ver. La yegua a quién le había robado el nombre para intimidar a aquel pueblo.

"¡Sunset Shimmer…!" Murmuró Trixie furiosa. Con sus dientes apretados y sus ojos brillando más rojos que nunca, al reconocer a la yegua que más odiaba en el mundo.

Al escuchar que Trixie la llamaba por su verdadero nombre, Sunset tocó su rostro y se dio cuenta que su antifaz había caído. Entonces Sunset levantó su vista y apenas tuvo tiempo de reaccionar, lanzando un escudo para protegerse justo cuando Trixie, en su furia, lanzó un poderoso rayo de magia para atacarla.

Con la magia de ambas unicornios colisionando y convergiendo mutuamente, ambas pudieron sentir en una fracción de segundo el hechizo que la otra estaba a punto de lanzar. Entonces ambas lanzaron el mismo hechizo al mismo tiempo. Con un gran flash de luz, ambas unicornios desaparecieron del escenario. Dejando muy confundidos al alcalde Sunny y los ponies que quedaban allí.

No muy lejos del pueblo, cerca de las famosas cataratas a donde el alcalde Sunny había ido a buscar a Sunset, fue que precisamente reaparecieron Trixie y Sunset Shimmer. Ambas habían usado el hechizo de teletransportación para salir del escenario, y al estar ambas unidas por sus ataques mágicos, ambas llegaron juntas a aquel lugar. Con Sunset aliviada de haber salido del pueblo para que nadie saliera herido, pero confundida un poco al no saber si habían llegado a las cataratas Neighagra porque ella había pensado en ello, o porque Trixie había elegido también ese destino.

"No sabes cuánto odié tener que usar tu nombre…" Dijo Trixie con una mirada furiosa. Usando su magia para arreglar su melena a su peinado original. En tanto que las gotas de agua que llegaban de la caída de la cascada, borraron la pintura de la falsa cutie mark y mostraron la verdadera. "Desde que me derrotaste y humillaste la última vez que te vi, soñé con este momento… ¡El día que cobraría mi venganza!" Dijo Trixie mirando llena de rencor a Sunset. Con sus ojos completamente rojos.

"Es curioso… Cadance me pidió que no volviera a retar a nadie más a un duelo de magia. Dice que sacan lo peor de mí." Dijo Sunset, aprovechando para también arreglar su melena a su peinado original. "Pero en tu caso particular, creo que haré una excepción." Sonrió Sunset llena de confianza.

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"Sé que estoy desobedeciendo a mi maestra, pero Trixie se merece una lección por atormentar a ese pueblo…" Pensó Sunset seriamente. Aunque su antigua personalidad rápidamente salió a flote y sonrió traviesamente. "A quién engaño, no solo lo hago por el pueblo, lo hago por mí. ¡Quero tener un verdadero duelo de magia!" Pensó Sunset, con sus ojos brillando de la emoción.

Tal como dijera Sunset, cuando ella le contó a Cadance sobre su pasado, sobre cómo el Archimago la crio, teniendo duelos de magia; fue que Cadance le pidió que ya no tuviera más duelos de magia. Ya que notó que Sunset amaba derrotar a sus rivales, y ese sentimiento de superioridad le impedía sentir empatía hacia quienes había derrotado. Sin embargo, pese a cumplir la petición de su nueva maestra, en el interior, Sunset se moría por volver a tener un duelo de magia. Y ahora que Trixie la desafiaba de frente, nada pudo hacer la nueva personalidad amable de Sunset para controlar el impulso competitivo que siempre había llevado Sunset en su interior.

"Quitaré esa sonrisa de tu cara… Esta vez te derrotaré sin duda." Dijo Trixie, tocando su cuello bajo su capa, y sonriendo.

"Tienes un amuleto mágico que potencia tu magia, ¿No es así?" Dijo Sunset con una pequeña sonrisa. Ante la sorprendida mirada de Trixie. "Lo noté en el pueblo, tocabas mucho tu cuello. Además, es la única explicación que hay para que ahora puedas lanzar hechizos de tan alto nivel."

"Hmph… Tan astuta como siempre. Por eso te detesto." Dijo Trixie, sacándose su capa, para revelar el amuleto que tenía en su cuello. Un amuleto negro, con el emblema de un alicornio en él, y una gema carmesí en el centro.

"No tengo problemas con que uses un amuleto mágico en el duelo." Dijo Sunset con una arrogante sonrisa, sin siquiera mirar el amuleto de Trixie. "Pero lo mejor es que luego del duelo de magia, te lo quites. Algunos objetos mágicos afectan la mente y-" En ese instante Sunset se calló y abrió con sorpresa sus ojos al ver el amuleto que llevaba Trixie. "Ese… ¿Ese es el amuleto del alicornio?" Preguntó Sunset muy sorprendida, reconociendo inmediatamente el collar que llevaba Trixie.

Sin darle una respuesta, los ojos de Trixie brillaron en rojo y ella usó un hechizo de velocidad para lanzarse contra Sunset, lanzando al mismo tiempo un poderoso rayo mágico sobre la unicornio amarilla. En tanto que Sunset, apenas alcanzó a reaccionar luego de la sorpresa, y saltó lejos para evadir el rayo de Trixie.

Ambas unicornios sabían que este duelo mágico ya no era solo una demostración de poder, comparando hechizos de feria. Esto era una batalla, una en que ambas se atacarían con fuertes rayos mágicos para lastimar e incapacitar a su rival. Una batalla en la que no se podía cometer ningún error, pues podía costarle la vida a quien fallara.

Sin darle tiempo a Sunset para contraatacar, Trixie siguió lanzando ferozmente varios poderosos rayos mágicos. En tanto que Sunset, tomó como primera medida protegerse. Invocando hechizos de escudos para que los rayos de Trixie no la golpearan. Sin embargo, para sorpresa de Sunset, sus escudos resistían solo dos o tres golpes, antes de ser destruido. Lo que obligó a Sunset a teletransportarse para salvarse, reapareciendo no muy lejos de donde los rayos de Trixie golpearon el suelo. Con su respiración agitada luego de tener que reaccionar tan rápido.

"¡Eso estuvo cerca! Ese amuleto no es ninguna broma. Creo que potenció al doble el poder de los ataques de Trixie." Pensó Sunset, respirando agitada. Con tanta experiencia en duelos, que se le hizo fácil a Sunset estimar el poder de su rival.

"¿Qué pasa? ¿Dónde se fue esa sonrisa arrogante que siempre tenías?" Se burló Trixie, con una sonrisa malvada y sus ojos brillando color rojo. "La última vez que nos vimos te burlaste de mí. Aún lo recuerdo… 'Poder', 'Concentración', 'Imaginación', los tres elementos de la magia. Me dijiste que una experta en 'Concentración' como yo, nunca podría ganarle a una experta en 'Poder' como tú, ¿Pero qué crees? Con el amuleto del alicornio mi poder se ha incrementado, ¡Y ahora soy una experta en ambos principios!" Gritó Trixie, riéndose malvadamente. Nuevamente lanzándole poderosos rayos mágicos a Sunset.

Viendo que Trixie volvía a atacarla, Sunset decidió olvidar los escudos y defenderse de otra manera. Después de todo, la misma Trixie le había dado la respuesta. El fuerte de Sunset era el 'Poder', así que la mejor defensa, era un buen ataque.

Concentrando fuerte su magia, haciendo que su cuerno se iluminara enormemente, Sunset Shimmer lanzó los mismos rayos de energía contra los rayos de Trixie. Causando que los rayos mágicos se anularan entre sí al golpearse, con enormes estruendos y chispas de luz que causaron al golpearse entre sí.

"Tú… ¡Tú no me ganarás!" Gritó Trixie furiosa. Olvidándose de lanzarle rayos por separado. Cargando por unos segundos gran parte de su magia en su cuerno, para finalmente lanzar un único pero muy poderoso rayo mágico. El cuál avanzó velozmente hacia Sunset.

Habiendo sentido que Trixie había tomado un tiempo para cargar su magia, Sunset también se apresuró a hacer lo mismo. Lanzando de igual forma un único y poderoso rayo que chocó de llenó contra el rayo de Trixie.

A diferencia de los otros rayos mágicos, estos dos últimos rayos eran tan densos mágicamente, que no se anularon entre sí. En cambio, ambas unicornios se quedaron unidas por la magia, manteniendo sus rayos. Una lucha de empuje mágico, en donde la primera que dudara o se debilitara, recibiría inevitablemente el poderoso golpe de ambos rayos mágicos.

"No puedes… ¡No puedes igualarte a mí!" Gritó Trixie furiosa. Viendo que a pesar de tener el poderoso amuleto del alicornio con ella, Sunset de igual forma la estaba igualando. En tanto que sin darse cuenta, los ojos de Trixie comenzaron a brillar intermitentemente de rojo. Como si el aumento de poder que le estaba dando el amuleto, se apagara a ratos.

"Una experta en 'Concentración', que aumentó su fuerza al volverse experta también en 'Poder'… Eso es lo que un buen duelista debe hacer…" Dijo Sunset con esfuerzo, ya que estaba usando una gran cantidad de magia para contener el rayo de Trixie, además de preparar su siguiente movimiento. "Eso es lo que yo también hice… ¡Con la diferencia que yo no usé atajos!" Gritó Sunset.

Tras gritar, Sunset miró hacia el suelo, y haciendo uso de su entrenamiento para fortalecer su concentración, ella hizo aparecer frente a sus patas dos pequeños portales, los cuales aparecieron cerca de Trixie, uno a cada costado de ella. Entonces Sunset puso todo de sí para concentrarse y así mantener el poderoso rayo que chocaba contra el rayo de Trixie, mientras que al mismo tiempo, mantenía los dos pequeños portales activos y lanzaba otros rayos por esos portales, para atacar a Trixie desde los lados.

Tan concentrada estaba Trixie en solo potenciar su poderoso rayo, que no vio venir el ataque desde los costados por los portales creados por Sunset. Algo que Trixie nunca se esperó, ya que se suponía que el fuerte de Sunset era potenciar hechizos de alto poder, no realizar múltiples hechizos al mismo tiempo.

Con el ataque por los costados, Trixie perdió toda su concentración en su ataque principal. Al hacerlo, el fuerte rayo de Sunset empujó al de Trixie hacia donde estaba ella. De esa forma, Trixie recibió su propio ataque de vuelta, golpeándola fuertemente. Aunque para su fortuna, Sunset desvaneció su propia magia en el último segundo. Para así al menos salvar a Trixie del golpe de ambos rayos mágicos, lo que pudo haberla dejado muy malherida.

Pese a que Trixie pudo evadir un potencial golpe mortal, ella sí quedó bastante adolorida y golpeada. Quedando tirada en el suelo. Fue entonces que Sunset se le acercó, viendo que finalmente había logrado derrotarla.

"Es… Es imposible…" Gruñó adolorida Trixie. Recuperando de a poco las fuerzas, pero aún muy débil para poder ponerse de pie. "Tengo el poderoso amuleto del alicornio… No puedes ser tan fuerte, ¡Es imposible!" Gruñó Trixie con sus dientes apretados. Con sus ojos cambiando intermitentemente de color, entre el rojo y su natural morado.

Aprovechando que Trixie estaba muy adolorida para defenderse, Sunset se acercó a Trixie, levantó su capa para ver el collar que llevaba, y con un fuerte jalón, le arrancó el collar. Al hacerlo, unos pequeños rayos de color rojo saltaron del collar, y la gema roja que había estado brillando, dejó de hacerlo.

"¡No! ¡No puedes quitarme mi collar! Eso… Eso no…" Gritó Trixie furiosa, pero rápidamente cambió su actitud al tiempo que sus ojos dejaban de brillar de rojo. Comenzando a tartamudear con la vista perdida. Como si hubiera despertado de un sueño y de golpe, todos los recuerdos de lo que había hecho, la golpearan de lleno. "Yo… ¿Yo encerré a todo ese pueblo en una barrera? ¿En qué estaba pensando…?" Murmuró Trixie una vez que sus ojos volvieron completamente a la normalidad. Comenzando a asustarse al darse cuenta de lo cruel que había sido.

No era que Trixie no hubiera tenido control en sus acciones. Ella estaba plenamente consciente de lo que hacía al doblegar a los pobres ponies de Hope Hollow. Sin embargo, solo ahora se daba cuenta que ella en su sano juicio nunca hubiera actuado de una manera tan cruel. Sin darse cuenta, aquel collar mágico no solo había aumentado su poder, también había intensificado su odio, su orgullo, su crueldad… Y ahora que finalmente ya no llevaba ese collar, todo el remordimiento, culpa y miedo que habían estado ocultos dentro de Trixie por semanas, golpearon fuertemente su corazón. Dejándola casi sin habla, al poder finalmente entender lo cruel que había sido sin razón.

"Te dije que los amuletos mágicos afectaban la mente." Dijo Sunset con una severa mirada. Luego de ver que Trixie finalmente se daba cuenta del horror que causó. "En especial los defectuosos."

"¿Huh…? ¿Defectuosos?" Preguntó lentamente Trixie. Saliendo con mucho esfuerzo del impacto que causó en ella la avalancha de emociones de culpa que ahora sentía.

Tras la pregunta de Trixie, Sunset arrojó el collar de Trixie al suelo, y lo pisó. Causando que el collar se rompiera.

"Si hubiera sido el verdadero amuleto del alicornio, no hubiera podido quitártelo. El verdadero solo puede ser quitado por quien lo porta." Respondió Sunset, mirando con preocupación el collar roto.

"Tú… ¿Supiste todo el tiempo que ese collar era falso?" Preguntó Trixie. Levantándose lentamente con una cara adolorida. Finalmente siendo capaz de moverse nuevamente.

Ante la pregunta de Trixie, Sunset desvió la mirada y puso una mirada indecisa. Luego ella volvió a mirar a Trixie, viendo la culposa y triste mirada que ahora tenía la unicornio azul luego de comprender todo el mal que había causado. Algo que generó un fuerte sentimiento de empatía en Sunset. Pues ella también había pasado por algo similar.

Entonces Sunset suspiró y usó su magia. Al hacerlo, un pequeño cofre apareció de la nada. Un cofre que Sunset guardaba muy bien, ya que contenía sus dos pertenencias más valiosas. Entonces Sunset abrió el cofre con su magia y levitó algo de él. Cuando Trixie vio lo que Sunset sacó del cofre, ella abrió sus ojos con asombro, al ver que Sunset tenía una copia exacta del collar que ella había estado usando minutos antes.

Aquel collar era el objeto que años atrás Sunset le había robado al Archimago, en un momento de ira. Mismo que ella escondió por años bajo una tabla, en su antigua habitación, y que había recuperado hacía poco, en su regreso a Canterlot.

"¿!Hay dos collares del alicornio…!? No… Ese collar es distinto… Emana mucha más magia que la que emanaba mi collar." Pensó Trixie sorprendida. Notando el brillo intenso y la magia oscura que emanaban de aquel hermoso pero tenebroso collar. No había duda, ¡Ese era el verdadero y único amuleto del alicornio!

"El amuleto que tenías era una muy buena imitación. Como la mayoría de los artefactos mágicos antiguos, aumentaba mucho tu poder, y también afectó tu mente al usarlo. Pero el verdadero amuleto es mucho más peligroso." Dijo Sunset, mirando casi con temor al collar que ahora levitaba. Recordando algo de su pasado. Probablemente su recuerdo más oscuro y aterrador. "Los artefactos mágicos antiguos pueden dar mucho poder, pero el precio por usarlos… es muy alto…" Agregó Sunset, poniendo una mirada sombría y cerrando sus ojos. Recordando la última vez que había visto al Archimago.

"¿Ella me engañó…? Ella… Ella nunca me dijo que el amuleto era falso." Susurró Trixie. Bajando su cabeza y mirando con miedo al recordar quién le había dado el falso collar.

"¿Quién te dio el collar falso? ¿Quién fue el que-?" Preguntó Sunset. Callándose repentinamente al darse cuenta de algo.

¿Por qué había sacado el amuleto del alicornio? ¿Solo para mostrárselo a Trixie? ¡Eso había sido un error! Sin embargo, Sunset se dio cuenta demasiado tarde de aquello. Justo cuando Sunset abría sus ojos con sorpresa, descubriendo finalmente qué la había estado inquietando todo ese tiempo, fue que un poderoso rayo de energía salió de la nada y la golpeó de llenó. Sacándola volando lejos, cayendo junto al rio que bajaba de las cataratas.

Una vez Sunset cayó herida lejos, una figura encapuchada se acercó a Trixie. La misma figura que le había entregado el falso amuleto del alicornio y que la había guiado hasta Hope Hollow, para que esclavizara a ese pueblo. La misma yegua que le había dicho que usara el nombre de Sunset Shimmer, la alumna del Archimago, para engañar a los ponies del pueblo.

"Vete de aquí, Trixie. Tu labor aquí ha terminado." Dijo la yegua que usaba la capucha. Sin siquiera mirar a Trixie, solo viendo hacia donde había caído Sunset Shimmer.

En ese momento Trixie tenía decenas de preguntas, pero lo que sí sabía con certeza, era que debía obedecer a esa yegua. Cualquiera que hubiera golpeado así de fuerte a la poderosa Sunset Shimmer, era alguien de temer. Así que Trixie puso una mirada asustada y salió corriendo de allí.

Por su parte, luego de recibir aquel fuerte golpe por sorpresa, Sunset lentamente se levantó. Apretando sus dientes por el dolor que ahora sentía en su pecho, donde había sido golpeada.

"Me enfoqué tanto en Trixie y el falso amuleto, que olvidé lo verdaderamente importante, ¡No debí bajar la guardia!" Pensó Sunset con una mirada adolorida. Viendo como Trixie huía mientras la yegua que la había atacado, mantenía su rostro oculto bajo su capucha. "Había alguien moviendo los hilos detrás de Trixie. La yegua que se hizo pasar por el Archimago. La misma que tuvo que darle el falso amuleto a Trixie. Quien sabía que yo era la antigua alumna del Archimago…"

"¿Quién eres?" Preguntó Sunset, mostrando una cara seria para ocultar su dolor. Pues no le daría el placer a su rival de que la viera adolorida.

En ese momento Sunset se sorprendió al ver que la capucha de la yegua era exactamente como la antigua capa del Archimago. Sin embargo, siendo una experta en ocultar sus emociones, Sunset mantuvo siempre su cara de póker, sin darle pistas a su rival sobre lo que pudiera estar pensando, para que no lo usara en su contra.

Por su parte, la yegua encapuchada no respondió. Ella simplemente se agachó y tomó el verdadero amuleto del alicornio, el que Sunset había dejado caer cuando fue golpeada. Entonces ella lo inspeccionó y sonrió victoriosa.

"He robado muchas cosas últimamente. No me arrepiento de nada, pero debo admitir que sí me he sentido un poco culpable." Dijo finalmente la yegua encapuchada, mirando a Sunset con una sonrisa. "Sin embargo, esta vez no siento nada de culpa. Después de todo, tú se lo robaste al Archimago en primer lugar, ¿No es así?"

"¿¡Ella sabe que yo le robé el collar al Archimago!?" Pensó Sunset sorprendida, dado que pensó que aquello era un secreto que nadie más sabía.

Sunset comenzó a recordar a todos los ponies que conocía para intentar desenmascarar la identidad de aquella yegua. Sin embargo, su flujo de ideas se detuvo abruptamente cuando vio que la yegua encapuchada dio otro paso y recogió otra cosa del suelo: el cofre de Sunset. En el cual, ella guardaba sus dos tesoros, el collar del alicornio, y una vieja fotografía.

"Que tierna… La poderosa e inmutable Sunset Shimmer, está enamorada…" Se burló la yegua encapuchada. Sacando la fotografía del pequeño cofre. Una fotografía en donde aparecían una joven Sunset Shimmer junto a su primer amor, el pequeño Dusk Shine.

Al ver que aquella yegua tomaba esa fotografía, por primera vez a Sunset se le hizo imposible mantener su cara de póker. Ella apretó sus dientes y miró enojada a la yegua encapuchada. Furiosa al ver que alguien más tenía sus cascos en su pertenencia más valiosa. La única foto que ella tenía junto a Dusk. Aquella que había mantenido oculta del Archimago, para que no la rompiera.

"Suéltala." Dijo Sunset Shimmer. Mirando con una mirada asesina a la yegua encapuchada.

En ese instante el cuerno de Sunset brilló con una enorme intensidad. Acumulando una enorme cantidad de magia en su cuerno. Un gran estallido de magia que hubiera atemorizado a cualquier unicornio en cualquier duelo mágico.

Al ver la enorme aura mágica rodeando el cuerno de Sunset, la yegua encapuchada efectivamente se sorprendió, incluso puso una mirada nerviosa. Sin embargo, luego de analizarlo por unos segundos, ella bajó su mirada y sonrió.

"Quieres hacerme creer que eso es solo una muestra de tu poder, ¡Jaja! Te felicito, casi me engañas." Dijo la yegua encapuchada sonriendo. "Supongo que eso hubiera hecho huir a cualquier otro pony. Pero puedo leerte como un libro, Sunset Shimmer. Sé que gastaste mucha de tu energía luchando contra Trixie, y que el dolor en tu pecho por el golpe que te di, debe de estar matándote. Además, sabes muy bien que tengo el collar del alicornio en mi poder. Quieres intimidarme, ¡Porque sabes que no tienes ninguna opción de ganar contra mí! ¡Jajaja!"

"¡Maldita sea!" Pensó Sunset en ese mismo instante.

Todo lo que había dicho la yegua encapuchada era cierto. Sunset había aprovechado su momento de ira para intentar asustar a su rival. Mostrándole una gran cantidad de magia para intimidarla, cuando en realidad a Sunset le quedaba magia suficiente para cinco o seis hechizos más antes de quedar completamente agotada. Y si a eso le sumaba que su rival ahora tenía el verdadero amuleto del alicornio, la verdad era que las opciones de Sunset de ganar en un duelo, eran iguales a cero.

"Descuida, si tanto quieres luchar contra mí, te daré en el gusto." Dijo la yegua encapuchada. Sosteniendo tanto la fotografía de Dusk como el collar del alicornio, y luego mirando a Sunset con una cruel sonrisa. "Y por cierto… Puedo ganarte sin tanta ventaja." Agregó la yegua encapuchada. Guardando en el cofre la fotografía y el collar.

Al ver que su rival estaba tan confiada que no usaría el amuleto del alicornio, Sunset sonrió. Contra el amuleto del alicornio, sus opciones de ganar eran cero. Pero luchar contra una simple unicornio, era algo que sí podía hacer, aunque estuviera agotada. El único problema sería que tendría que ser rápida, antes de agotarse por completo.

Apenas la yegua encapuchada guardó el amuleto en el cofre, Sunset rápidamente se teletransportó, apareciendo justo frente a la yegua encapuchada, quien se sorprendió ante tal veloz ataque. Entonces, antes siquiera que la yegua encapuchada pudiera reaccionar, Sunset le dio una patada para que saliera volando lejos y soltara el cofre.

Apenas la otra yegua soltó el cofre, Sunset usó su magia para atrapar el cofre en el aire para traerlo junto a ella. Sin embargo, la otra yegua alcanzó a reaccionar antes que los cascos de Sunset tocaran el cofre. Lanzando un fuerte rayo que golpeó nuevamente el cofre. Haciéndolo volar por los aires. El cual cayó fuertemente contra el suelo, abriéndose en el proceso.

Al ver el cofre abierto, ambas yeguas usaron su magia para traer los objetos que más deseaban. La yegua encapuchada levitó para ella el amuleto del alicornio. Mientras que Sunset, en vez de luchar por el amuleto, eligió finalmente salvar la fotografía en primer lugar.

'Dusk, siempre lo he dicho. Eres demasiado sentimental...' Fueron las palabras que Sunset le había dicho a Dusk cuando él pensó que olvidaría a sus amigas. Palabras que ahora hicieron eco en la mente de Sunset, pues ella misma había elegido salvar una fotografía en vez del amuleto mágico, que la hubiera salvado de perder el duelo.

"Soy igual de sentimental que Dusk…" Pensó Sunset con una nerviosa sonrisa. Sabiendo que podía haber cometido el error más grande de su vida, pero satisfecha con salvar su último recuerdo de Dusk y ella como amigos, su verdadero gran tesoro.

"Y así es como pierdes tu última oportunidad de ganar…" Dijo la yegua encapuchada. Sonriendo con orgullo mientras usaba su magia para desaparecer y ocultar el amuleto del alicornio.

"Es cierto que estoy débil…" Dijo Sunset también sonriendo. También aprovechando la oportunidad para desaparecer y proteger la fotografía de Dusk. "Pero dime… ¿De verdad crees que puedes ganarme sin el amuleto?"

Sin esperar una respuesta, Sunset cargó su cuerno con magia y le lanzó un potente rayo mágico a la yegua encapuchada. Sin embargo, esta vez la rival de Sunset estaba preparada y detuvo el rayo, poniendo un escudo frente a ella.

"¿Qué es esto?" Pensó la yegua encapuchada confundida. Notando que a pesar de protegerse con el escudo, el rayo de Sunset era tan fuerte que la empujó levemente a ella y su escudo. "Ella ya luchó contra Trixie… ¿¡Aún le queda tanto poder guardado!?"

Sabiendo que debía terminar con ese duelo rápido, Sunset usó su teletransportación para aparecer en el cielo sobre su rival. Desde allí, lanzó otro poderoso rayo, el cuál la yegua encapuchada apenas alcanzó a ver. Entonces el rayo de Sunset golpeó de lleno el terreno cerca del rio. Causando que mucha agua saliera volando, además de vapor formado por el calor de la magia de Sunset.

Sin poder ver a su rival dada la nube de vapor, Sunset aterrizó y se quedó en guardia. Mirando directamente hacia donde su rayo había golpeado. Ella estaba segura que su rival no había tenido tiempo para reaccionar a su último ataque, y tampoco había sentido activarse otra magia defensiva en el momento que golpeó su rayo.

"No sé si ese rayo fue suficiente para derrotarla, pero al menos debió lastimarla." Pensó Sunset. Respirando agitadamente, dado que su cuerpo comenzaba a sentir el cansancio del agotamiento mágico.

"Fue un buen ataque. Me hubiera lastimado… si es que hubiera estado allí." Dijo la voz de la yegua encapuchada desde detrás de Sunset. Sorprendiendo a la unicornio amarilla, quien rápidamente se volteó e iluminó su cuerno para defenderse.

"¡Estoy segura que la golpee! Ella no reaccionó a tiempo y tampoco usó…" Pensó Sunset confundida. Hasta que finalmente reconoció qué había sucedido. "Era una ilusión… ¿Acaso uso el reflejo del agua para crear una especie de reflejo realista?" Pensó Sunset sorprendida. Adivinando lo que había hecho la yegua encapuchada, pero aún así muy sorprendida, ya que nunca había visto a nadie hacer algo así.

"Mi turno para atacar." Dijo la yegua encapuchada. Rompiendo el flujo de pensamientos de Sunset.

La yegua encapuchada cargó su cuerno con magia y lanzó un fuerte rayo contra Sunset. En cuanto que Sunset, vio que aquel rayo era menos poderoso que los que ella lanzaba, por lo que podría detenerlo con un simple escudo. Sin embargo, sabiendo que tenía poca energía mágica, decidió evadir el ataque saltando, para así guardar energía.

"¿¡Qué pasa!?" Pensó Sunset confundida, viendo que a pesar de querer saltar, sus patas no se movieron.

Al bajar su vista, Sunset vio que de alguna forma sus patas estaban pegadas al suelo junto a su propia sombra, que parecía más oscura de lo normal. Sin darle tiempo a Sunset para entender qué había sucedido, a Sunset no le quedó otra opción que usar rápidamente un escudo mágico, justo cuando el rayo de la otra yegua estaba a punto de golpearla.

Tal como anticipara Sunset, aquel rayo mágico era fuerte, pero con un escudo era más que suficiente para detenerlo. Lo único que lamentaba Sunset mientras el rayo golpeaba su escudo, fue que tuvo que gastar obligatoriamente magia para detener ese ataque.

"¿Ella ató mis patas a mi propia sombra? ¿Cuándo lo hizo? ¿Qué hechizo es ese?" Pensó Sunset confundida. Manteniendo su escudo mágico mientras la otra yegua se mantenía golpeándola con su rayo mágico.

Como si Sunset no tuviera tiempo para pensar, ella nuevamente abrió sus ojos con sorpresa al ver que su escudo comenzaba a romperse. Ella no se había equivocado, su escudo era más fuerte que el rayo de aquella yegua. Sin embargo, para total asombro de Sunset, el rayo mágico de la yegua comenzó a girar sobre sí mismo, como si fuera un taladro. De tal forma, pese a ser más débil que el escudo de Sunset, el rayo comenzó a perforar y agrietar lentamente el escudo de Sunset.

Dándose cuenta que el rayo de la yegua encapuchada estaba a punto de atravesar su escudo, Sunset levantó su cabeza, haciendo que su escudo y el rayo de su rival volaran hacia arriba. Causando que un gran estallido de luz iluminara el cielo cuando ambas magias colapsaron. Luego de aquello, Sunset respiró agitadamente y entrecerró sus ojos, sintiendo que el agotamiento mágico estaba a punto de hacer que se desmayara.

Sin darle tiempo para respirar, la yegua encapuchada sonrió y volvió a lanzar otro rayo mágico a Sunset. Esta vez lanzando un rayo de luz amarillo, mucho más delgado que el otro rayo mágico lanzado anteriormente, pero siendo esta vez uno más veloz.

Usando lo último de su magia, Sunset logró invocar un pequeño escudo frente a ella, justo cuando el rayo amarillo estaba por golpearla. Sin embargo, para asombro e incredulidad de Sunset, el rayo amarillo de su rival hizo una curva justo antes de golpear el escudo de Sunset. Rodeando velozmente el escudo y golpeando directamente a Sunset desde el costado.

Apenas el rayo golpeó a Sunset, ella sintió que su cuerpo se colmó de electricidad, y cayó paralizada de golpe contra el suelo. Ya sin mana mágico, y siendo atacada por un extraño rayo paralizante, Sunset quedó temblando en el suelo, completamente indefensa. Mientras que su rival, sonrió victoriosa, acercándose lentamente hasta Sunset.

"Escuché lo que tú y Trixie hablaron sobre los tres fundamentos de la magia… Hablando sobre la importancia del 'Poder' y la 'Concentración'... Ambas son igual de simples, ninguna de ustedes entiende que la verdadera fuerza de un hechizo, viene de la 'Imaginación'." Dijo la yegua encapuchada mientras se acercaba a la paralizada Sunset. "De nada sirve en un duelo tener un poder ilimitado o concentrarte para invocar diez hechizos al mismo tiempo, si no puedes defenderte contra un hechizo que no conoces, jeje…"

Mientras la yegua encapuchada daba su discurso, Sunset no pudo hacer más que fruncir su ceño. Luchando para que su cuerpo pudiera moverse nuevamente, luego de aquel hechizo que la paralizó.

Estando frente a Sunset, la yegua encapuchada puso un casco sobre ella, pisándola, para mostrar su superioridad.

"Aquí está la todopoderosa Sunset Shimmer. La yegua que venció a decenas de unicornios en duelos mágicos. Aquí está… indefensa bajo mi casco, jaja." Se rio la yegua encapuchada, burlándose de Sunset. Entonces la yegua encapuchada dejó de sonreír y miró con odio a Sunset. "Escuché muchos rumores acerca de ti. Incluso dicen que le rompiste el cuerno a una yegua luego de derrotarla en un duelo." En ese instante la yegua encapuchada puso un casco sobre el cuerno de Sunset y apretó lentamente. "No te culpo, yo también he tenido esa duda… ¿Qué le pasará a un unicornio cuando le rompes su cuerno?" Agregó la yegua encapuchada con una cruel sonrisa. Comenzando a poner más peso en su casco para romper el cuerno de la unicornio amarilla. Todo mientras Sunset gritaba de dolor.

Repentinamente la yegua encapuchada vio de reojo una gran luz acercándose. Lo que le dio tiempo para saltar y evadir un fuerte rayo mágico que casi la golpea. Con un gran salto, la yegua encapuchada logró alejarse de Sunset justo antes que aterrizara la yegua que la había atacado.

"¡Deja a mi alumna en paz!" Dijo Cadance con una fiera mirada. Parándose frente a Sunset para protegerla, mirando furiosa a la yegua encapuchada.

"¿Cómo fue que la princesa llegó hasta aquí?" Pensó la yegua encapuchada confundida. Hasta que recordó cómo Sunset hizo volar su rayo taladro junto a su escudo. Haciéndolos explotar a ambos con una gran luz. "Incluso bajo toda esa presión, ella pensó en una forma de avisar dónde estaba, en caso de perder el duelo…" Pensó la yegua encapuchada. No pudiendo evitar admirar un poco lo lista que había sido Sunset, incluso bajo toda esa presión.

Viendo que sería difícil luchar contra una princesa, la yegua encapuchada entrecerró sus ojos y miró molesta a Sunset. Quien lentamente parecía estar saliendo de su parálisis.

"No hace falta seguir con esto. Ya tengo lo que buscaba." Dijo la yegua encapuchada. Usando su magia, disparando un rayo mágico hacia el rio que quedaba al lado de ella. Causando que una gran nube de vapor ocultara su escape. "No volveremos a ver."

Entrecerrando sus ojos por el vapor en el aire, Cadance miró molesta cómo esa yegua huía oculta en la niebla. A ella le hubiera gustado ir tras ella inmediatamente, pero lo primero, era ver que su alumna estuviera bien.

"Sunset, ¿Estás bien?" Preguntó Cadance, volteándose para ver a Sunset.

Al ver a la unicornio amarilla, Cadance se sorprendió al ver que estaba temblando. Con su mirada baja, abrazándose a sí misma como si tuviera mucho frío.

"Yo… perdí. Ella… Ella casi rompe mi cuerno… Ella incluso… Pudo haber… acabado con mi vida…" Murmuró Sunset. Repitiendo lo que acababa de vivir, como si su mente aún luchara por creer todo lo que había pasado.

Sunset nunca había perdido un duelo mágico, al menos que no fuera contra su antiguo maestro. Aquello fue un golpe que afectó mucho a Sunset. Más aún luego de quedar agotada y paralizada, completamente indefensa ante su rival. Una horrible sensación que su orgullo creía que nunca volvería a sentir.

"Oh… Sunset." Dijo Cadance preocupada. Acercándose a su alumna para darle un abrazo para confortarla. Entendiendo que ella estaba temblando de miedo luego de lo que vivió. Sin embargo, justo antes de abrazar a Sunset, Cadance se detuvo de golpe al ver algo extraño… ¿Sunset estaba sonriendo?

"Yo… ¡Quiero volver a tener un duelo contra ella!" Dijo Sunset con una gran sonrisa. Efectivamente temblando de miedo por casi perder su cuerno, pero también, temblando de emoción. Sintiendo la adrenalina de haber perdido un duelo mágico. Finalmente emocionada al encontrar una rival digna luego de tantos duelos.

Viendo que su alumna era más fuerte de lo que parecía y que estaba de sobra consolarla, Cadance suspiró resignada, con una pequeña sonrisa. Dándose cuenta que el lado de Sunset que amaba los duelos de magia, y que ella había tratado de suprimir en Sunset, era precisamente lo que le daba valor a su alumna para seguir adelante.

"Sunset, eres incorregible." Sonrió Cadance divertida. Extendiéndole un casco a Sunset para ayudarla a levantarse.

"Lo sé." Sonrió Sunset. Mirando hacia el rio, por donde había huido la yegua encapuchada. Recordando el rostro que había alcanzado a ver fugazmente bajo la capucha, cuando su rival se le había acercado. "Creo que el lila se ha vuelto mi nuevo color favorito." Agregó Sunset, decidida a volver a luchar contra esa misteriosa yegua de pelaje color lila y ojos morados.


En la biblioteca Golden Oak, Spike disfrutaba de unas pequeñas esmeraldas como aperitivo mientras leía tranquilamente el último comic de Lyra. Normalmente él no hubiera estado leyendo el comic de Lyra a simple vista, ya que Dusk le había prohibido leerlo, dado 'ciertas escenas' subidas de todo que tenía dibujado aquel comic. Sin embargo, ahora Spike tenía la libertad de leer sin miedo a que Dusk lo atrapara.

En ese instante, alguien golpeó la puerta de la biblioteca. Spike se acercó para abrir rápidamente y vio que era Derpy. Quien le entregó el correo del día, como siempre, con varias cartas atrasadas que debieron de haber llegado varios días antes.

Tomando el correo, Spike se dispuso a arrojarlo junto a otra pila de correo que Dusk no había abierto. Sin embargo, luego de pensarlo un rato, Spike puso una mirada seria, tomó todas las cartas que habían llegado, y subió las escaleras, hacia la habitación de Dusk.

Al abrir la puerta de la habitación, Spike suspiró desanimado al ver que la habitación seguía tal como la había visto el día anterior, y el día antes de ese, y el día antes de ese… Con las cortinas cerradas, quedando todo a oscuras, y con Dusk Shine tirado sobre su cama, inmóvil, con la almohada sobre su cabeza, ocultando su rostro.

"Ugh… ¡Ya basta! Llevas una semana así, ¡Ya es suficiente!" Dijo Spike molesto. Abriendo las cortinas de la habitación. "Desde que volvimos de la boda de Shining, no has hecho más que llorar y lamentarte en tu habitación… ¡Ni siquiera te has bañado! ¡Incluso sigues llevando el traje de la boda!" Agregó Spike, viendo que su hermano aún llevaba puesto su traje para la boda desde hacía una semana.

Luego de volver a Ponyville tras la boda, Dusk había caminado como un zombi hasta su hogar y se encerró en su habitación. Spike comprendió que su hermano se sintiera así de triste, después de todo, su novia había terminado con él en la boda. Por tal razón, Spike dejó que su hermano se hundiera en su pena, sabiendo que era algo que debía superar con el tiempo. Pero tras una semana de lamento, viendo que su hermano aún se rehusaba a levantarse siquiera de su cama, es que Spike decidió que había que poner fin a la autocompasión de Dusk.

"Sé que te duele que tú y Applejack ya no sean novios, pero debes volver a tu vida normal." Agregó Spike, mirando preocupado a su hermano. "Tú y Applejack pueden seguir siendo amigos."

Tras las palabras de Spike, Dusk dio un gran suspiro y finalmente sacó la almohada de su cara. Mirando hacia el techo con una seria mirada.

"Lo sé… Sé que Applejack no me odia, y que ella, al igual que yo, quiere que volvamos a ser amigos. Pero… ¿Cómo hago eso?" Dijo Dusk, poniendo una triste mirada. "Me da tanta vergüenza y miedo salir y volver a verla… Yo… no sé cómo debería actuar ahora."

Hacía bastante tiempo que Dusk ya había pasado la etapa del llanto y la tristeza tras romper su noviazgo. Sin embargo, cada vez que pensaba en salir y reunirse nuevamente con sus amigas, en especial con Applejack, hacía que a Dusk le doliera el estómago por los nervios, y volviera a quedarse inmóvil en su cama.

Al ver que Dusk nuevamente se quedaba en silencio, Spike suspiró cansado y puso una mirada pensativa.

"Ayer me encontré con Apple Bloom en Sugarcube Corner. Me dijo que Applejack también estuvo un par de días encerrada, sin querer ver a nadie." Dijo Spike, acercándose hasta su hermano. "Pero ella ya comenzó a salir de nuevo, y volvió a reunirse con las chicas."

"Me lo imaginaba… Ella es una chica fuerte… Más fuerte que yo." Dijo Dusk, con una pequeña triste sonrisa. Entonces Dusk cerró sus ojos, inhaló fuertemente, y luego exhaló, abriendo sus ojos con una mirada llena de determinación. "¡Es cierto! Ya basta de autocompasión. ¡Hora de volver a levantarse y seguir adelante!" Dijo Dusk, finalmente poniéndose de pie.

"¡Ese ese el espíritu!" Dijo Spike sonriendo. Entregándole a Dusk el correo que habían recibido.

Con una sonrisa, Dusk tomó el correo de Spike, y abrió algunas cartas. Sin embargo, apenas abrió la segunda carta, la sonrisa de Dusk se esfumó y él volvió a bajar su cabeza, como si una repentina nube de tormenta estuviera flotando sobre él.

"¿Qué pasa?" Preguntó Spike confundido. Preocupado por el sorpresivo cambio de actitud de Dusk. Entonces Dusk levantó la última carta que había abierto y se la mostró a Spike.

"Es nuestra carta de divorcio…" Lloró Dusk de forma muy trágica. Viendo que la Alcaldesa, tal como prometiera, finalmente había anulado su matrimonio con Applejack después de un mes. Una carta que no pudo llegar en peor momento, justo cuando finalmente Dusk llevaba dos segundo sin pensar en su exnovia.

"¡Ugh! ¡Ya basta!" Dijo Spike molesto. Saltando para abofetear a Dusk. "¡Vuelve a ser el de antes!" Gritó Spike luego de abofetear a su hermano para sacarlo de su trance de tristeza.

"¡Tienes razón!" Dijo Dusk volviendo a recuperar su espíritu. Con sus mejillas rojas por las bofetadas de Spike. "¡Hora de salir de nuevo al mundo!"

"Sí… pero primero te recomiendo que tomes una ducha." Agregó Spike, viendo que Dusk seguía llevando su traje de matrimonio. Que por lo demás, ya comenzaba a apestar luego de usarlo por tantos días.

"Es verdad." Dijo Dusk, sacándose finalmente su traje de boda y caminando hacia el baño de la habitación. "He dejado pasar mucho tiempo, y hay muchas cosas que- ¡Auch!" Gritó de dolor Dusk, luego que Spike le arrojara un libro en la cabeza.

Al voltearse, Dusk vio que Spike lo miraba pálido, con una mirada llena de espanto.

"¡Aléjate de mí! ¡Cambiaformas!" Gritó Spike. Comenzando a arrojarle más libros a Dusk.

"¿¡Qué!? ¡Auch! ¿Aún sigues paranoico con eso?" Dijo Dusk confundido. Evadiendo los libros que le arrojaba su pequeño hermano. "¡La boda ya terminó! ¡Los cambiantes fueron expulsados de este reino!"

"¡No me engañarás de nuevo! ¡Esta vez ni siquiera imitaste bien a mi hermano!" Dijo Spike, sin parar de arrojarle libros a Dusk. "¡Esa no es la cutie mark de mi hermano!"

"¿De qué estás hablando? Mi cutie mark sigue siendo-" Dijo Dusk, mirando su flanco. Algo que no había visto desde hacía días, desde que se puso su traje para la boda. Sin embargo, al ver su cutie mark, Dusk abrió sus ojos con sorpresa, poniéndose pálido. Su cutie mark era la misma de siempre, con la diferencia que… "¿Por qué una de las estrellas cambió de color?" Murmuró Dusk impactado. Notando que una de las cinco estrellas blancas de su cutie mark, ahora era de color fucsia, como la estrella del centro de su cutie mark.

# Fin del capítulo 22


**Nota del autor**

Referencias del Capítulo 22:

-Referencias canon:

'El pueblo de Hope Hollow, el alcalde Sunny y demás habitantes, el generador arcoiris y la magia 'sin esperanza' todos ellos aparecen en el especial de TV 'MLP: Un viaje de colores'.

'Cataratas Neighagra' lugar turístico de Equestria, visto en, 'Episodio 22, Temporada 7'.

'Trixie y el amuleto del alicornio' visto en, 'Episodio 5, Temporada 3'.

-Referencias de la historia:

'El Archimago' antiguo maestro de Sunset, mencionado en el 'Capítulo 6, Temporada 2'.

'Duelo previo de Sunset y Trixie', Trixie menciona a Spike que había una yegua más fuerte que Dusk que la derrotó antes, 'Capítulo 30, Temporada 1'.

'Explicación de los 3 elementos básicos de la magia', mencionado en el duelo entre Trixie y Dusk, 'Capítulo 30, Temporada 1'.

'Cofre secreto de Sunset', Sunset escondió sus dos grandes tesoros en su antigua casa del Archimago en Canterlot. Los recupera en el capítulo 'Interludio'.

'La misteriosa yegua encapuchada', vista anteriormente al final del 'Capítulo 14, Temporada 2'. Además, ¿me pregunto si quedan dudas sobre su identidad? :O jajaja