T2 - Capítulo 23 – Un tren cargado de misterios
Spike se encontraba en el sótano de la biblioteca. Aquel rincón secreto que Dusk Shine había arreglado para usarlo como pequeño laboratorio. Allí, Spike vestía una bata blanca y unos enormes anteojos que cubrían por completo sus ojos. Entonces el pequeño dragón se acercó a una palanca y la jaló.
Un pequeño generador mágico se activó, lanzando pequeñas luces y rayos eléctricos en dos pequeño pilares. Luego, toda esa corriente eléctrica avanzó velozmente hacia una cama metálica que quedaba en el centro de la habitación. Una que cubría 'algo' bajo una gran sábana blanca.
Apenas la electricidad tocó la cama, ese 'algo' que estaba bajo la sábana se quejó, y comenzó a levantarse lentamente.
"¡Está vivo…! ¡Está vivo! ¡Bwahahaha!" Se rio Spike siniestramente, mientras los rayos eléctricos del generador mágico iluminaban la habitación.
"Por supuesto que estoy vivo, ¡Ya basta de referencias locas!" Dijo repentinamente Dusk Shine. Quitándose la sábana que lo había estado cubriendo. Con toda su melena erizada debido a la corriente eléctrica que había recorrido su cuerpo. "No era suficiente electricidad para hacerme daño, solo sentí un cosquilleo." Agregó Dusk, aplastando su melena erizada para que volviera a su lugar.
Tras peinarse, Dusk miró a su costado para ver su cutie mark, la cuál seguía sin volver a la normalidad. Entonces él suspiró exhausto, levitó una larga lista con su magia y tachó un cuadro en la última línea que había escrito.
"Experimento número 49: corriente eléctrica… Mi cutie mark sigue sin cambios." Dijo Dusk Shine, con un suspiro cansado.
Luego de descubrir que una de las estrellas de su cutie mark había cambiado de color, Dusk Shine enfocó toda su atención en tratar de averiguar la causa. Pasando días encerrado en su pequeño laboratorio junto a Spike, probando distintas magias y sustancias en su cuerpo, para ver si podía replicar lo que había causado aquello, o al menos, revertirlo. Sin embargo, nada de lo que había intentado había dado resultado hasta el momento.
Mientras Dusk anotaba las conclusiones de su último experimento, Spike se quedó mirando a su hermano con una mirada llena de sospecha. Desde que descubrió el cambio en la cutie mark de Dusk, Spike se preocupó tanto como su hermano, ya que eso no era normal. Así que cuando Dusk investigó y no encontró nada al respecto en sus libros, Spike gustosamente se ofreció a ayudarlo en sus experimentos. Sin embargo, luego de días estando allí, sin salir de casa, es que Spike comenzó a sospechar que podía haber otra razón para que Dusk hiciera tantos experimentos.
"Quizás… ya sea hora de preguntarle a la Princesa Celestia." Dijo Spike, intentando sonar casual. Mirando de reojo a Dusk.
"¿Eh? ¡Oh! Sí… Supongo que… eso sería una buena opción…" Respondió Dusk, con una mirada insegura. "Aunque con todo lo de la invasión a Canterlot, no sé si sea buena idea preguntarle este tipo de cosas en este momento." Agregó Dusk, con una sonrisa nerviosa.
"Lástima, porque yo ya le pregunté." Dijo Spike con una sonrisa traviesa. Mostrándole a Dusk el pergamino que había llegado aquella mañana, y que Spike había enviado en secreto, para ver la reacción de Dusk. "Ya lo leí. Dice que el cambio en una cutie mark es algo muy inusual, y que lo mejor es que vayas a Canterlot para conversar con ella."
"Ir… ¿A Canterlot?" Dijo Dusk con una mirada un poco nerviosa. "Hmm… Quizás podríamos pedirle que ELLA venga para acá. Es decir, aquí tenemos el laboratorio, y-"
"¡AJÁ! ¡Lo sabía!" Dijo Spike molesto, con un grito de victoria. "Todo esto es solo porque no quieres salir de casa. Sigues nervioso por volver a encontrarte con Applejack y las demás."
Tras el grito de Spike, Dusk puso una cara de sorpresa. Luego él bajó su cabeza derrotado y dio un gran suspiro.
"Huff… Supongo que tienes razón… No puedo seguir ocultándome por siempre…" Dijo Dusk con una mirada melancólica. Entonces Dusk se quedó en silencio por varios segundos, como si le costara mucho ordenar sus pensamientos. "¡Tienes razón! Ya es hora de salir." Agregó finalmente Dusk, con una mirada llena de confianza. Saltando de la mesa del laboratorio y caminando hacia las escaleras para salir del sótano.
"¡Así se habla!" Dijo Spike feliz, corriendo tras su hermano. Llegando atrás suyo justo cuando Dusk salía al salón principal y se acercaba a la puerta de la biblioteca.
"No debo tener miedo." Dijo Dusk abriendo la puerta. Finalmente respirando aire fresco tras casi dos semanas de encierro. Aire fresco que se vio empañado por un súbito sabor dulce, cuando repentinamente un pastel de crema golpeó de lleno su cara.
Con crema llegándole hasta el fondo de su nariz, luego de haber inhalado fuertemente para respirar aire fresco, Dusk lentamente levantó su casco y comenzó a limpiarse la crema de la cara.
"¡Hola Dusk! ¿Te gustó mi pie-invitación?" Dijo Pinkie Pie con una gran sonrisa. Quien había sido la culpable de lanzarle aquel pastelazo. "Es una nueva forma dulce que inventé para entregar mensajes."
"Claro… Tenías que ser tú, Pinkie Pie…" Dijo Dusk un poco molesto, mientras soplaba para quitar la crema que entró en su nariz. Aunque la verdad, una parte de Dusk se alegró de esa extraña situación. Ya que en su tiempo aislado, había extrañado mucho las locuras de su amiga. "¿Y qué es eso de una pie-invitación?"
"¿Uh? Es un pie con un mensaje escrito, ¿Qué acaso no lo leíste?" Preguntó Pinkie Pie confundida.
"¿¡Cómo iba a leerlo si me lo arrojaste a la cara!?" Dijo Dusk irritado. Aún con crema en su cara.
"Oh… Creo que tienes razón. Mi culpa." Dijo Pinkie Pie con una mirada pensativa. Sacando tras de sí otro pie de crema y mostrándoselo a Dusk.
Tras terminar de limpiarse toda la crema de su cara, Dusk se inclinó hacia Pinkie Pie para ver el pie de crema que sostenía. Ahí pudo ver que encima de aquella tarta, estaba escrito con caramelo: '¿Quieres ir a la competencia de postres conmigo?'.
"¿Competencia de postres?" Preguntó Dusk confundido.
"¡Sí! Hoy es la Competencia Nacional de Postres en Canterlot." Dijo Pinkie Pie muy emocionada. "Los Señores Cake hicieron un enorme pastel con los mejores ingredientes de todo Ponyville. Estoy segura que ganarán el premio de este año, pero como están cuidando a los bebés, me pidieron a mí que-"
"¿¡Bebés!? ¿Qué bebés?" Preguntó Dusk, muy sorprendido y confundido.
"Pues los gemelos, Pumpkin y Pound Cake." Respondió Pinkie Pie, encogiéndose de hombros ante aquella obvia respuesta. Entonces ella se quedó mirando a Dusk preocupada. "La Señora Cake dio a luz a los gemelos el día de la boda. Todas juntas fuimos a visitarlos luego que nacieron… ¡Cielos! Sabía que no habías querido salir de la biblioteca, pero no pensé que estabas tan desinformado." Agregó Pinkie, reprendiendo con la mirada a Dusk.
En ese momento Dusk puso una mirada de sorpresa y luego bajó su mirada con culpa. Lo que decía Pinkie Pie era verdad. Él había estado tan absorto con su propia pena, que había olvidado por completo que el mundo seguía avanzando, aunque él no lo viera. Y le apenaba mucho que sus amigas hubieran ido a visitar a los señores Cake en ese importante momento, y que él no hubiera estado allí.
"Yo… Lo siento." Dijo Dusk con tristeza.
"Hmm… Por cierto, ya leíste el mensaje de la pie-invitación, ¿Cierto?" Preguntó Pinkie Pie, alzando una ceja.
"¿Eh? Sí, ¿Por qué lo pregun-?" Alcanzó a responder Dusk, antes que Pinkie Pie levantara su casco y aplastara de nuevo ese otro pie contra la cara de Dusk.
"¿¡Por qué hiciste eso!?" Gritó Dusk, rojo de vergüenza y molestia. Con su cara nuevamente cubierta de crema.
"Ya leíste el mensaje, así que tenía que darte un pastelazo. ¿Cómo va a ser una pie-invitación si no te doy un pastelazo? ¡Qué locura!" Dijo Pinkie, sacando su lengua juguetonamente y guiñándole un ojo a Dusk. Entonces ella repentinamente dejó aquella chistosa cara y miró a Dusk con una mirada más seria. "Además… Te lo mereces por dejarnos solas por tantos días." Agregó Pinkie Pie, mirando a Dusk directo a los ojos.
Ante las palabras de Pinkie, toda la molestia de Dusk desapareció, y él nuevamente bajó su mirada, poniendo una mirada culpable. Entonces Dusk miró a su lado y vio que Spike había pasado un dedo por su cara para probar la crema del pastel, y puso una cara de goce con lo dulce que era.
"Te lo dije." Dijo Spike con una pequeña sonrisa. Disfrutando no solo con la crema del pastel, sino también por saber que había tenido la razón, al decirle a Dusk que ya era hora de salir de la biblioteca.
"Está bien… Tenías razón, lo admito." Dijo Dusk, mirando a Spike con una pequeña sonrisa, y luego volviendo a mirar a su amiga. Sabiendo que esa era la forma de Pinkie Pie de castigarlo por no verla por tantos días.
En ese instante, desde la estación de trenes, se escucharon dos silbatos rápidos, que indicaban que el tren estaba próximo a partir.
"¡Es tarde! Vienes conmigo, ¿Verdad?" Dijo Pinkie Pie apurada. Tomando a Dusk rápidamente por el casco, sin esperar a que él le diera una respuesta, y solo jalando velozmente de él, a una súper velocidad que solo Pinkie Pie podía tener. Un movimiento tan rápido que solo quedó la silueta de polvo de Dusk junto a los trozos de pastel que salieron volando de su cara.
Mientras Pinkie y Dusk corrían, Spike alcanzó a atrapar los pedazos de pie de crema que salieron volando de la cara de Dusk, y comenzó a comerlos mientras se despedía de ambos. En tanto que Dusk y Pinkie alcanzaron a llegar a la estación de trenes, justo cuando el tren comenzaba a andar.
"Huff… En serio, a veces no sé quién es más rápida, tú o Rainbow Dash." Dijo Dusk recuperando su respiración. Aún impresionado con la velocidad con la que Pinkie Pie había corrido junto a él.
"Bueno, cuando hay postres de por medio, nadie me gana." Dijo Pinkie Pie sonriendo orgullosa. Poniéndose en posición de carrera, imitando un poco a Rainbow Dash.
"Hmm… ¿Y dónde está el pastel de los señores Cake?" Preguntó Dusk. Mirando a su alrededor y viendo que en el vagón en donde estaban, solo habían pasajeros.
"Está en el último vagón. Es un pastel enorme, así que no cabía aquí." Dijo Pinkie Pie, señalándole a Dusk para que avanzaran hacia el siguiente vagón. "Incluso necesité ayuda para traerlo desde la tienda de los señores Cake hasta aquí."
"¿A quién le pediste ayuda?" Preguntó Dusk, abriendo la puerta del siguiente vagón. Al hacerlo, se encontró de frente con quien justo abrió la puerta también desde el otro lado: Applejack.
Ambos exnovios no se habían visto en días. Lo último que recordaba Dusk de Applejack, fue verla corriendo, llorando luego que en el baile de la boda ella terminara con él. Pues incluso aunque ambos volvieron en el mismo tren a Ponyville, a Dusk se le hizo imposible poder ver a Applejack sentada en el otro extremo de su vagón. Algo muy parecido a lo que recordaba Applejack, pues ella tampoco había visto a Dusk desde aquella noche. Aunque lo último que la yegua naranja recordaba, era mirar una última vez a Dusk luego que volvieran a Ponyville. Aquella vez, Applejack vio como Dusk caminaba taciturno hacia la biblioteca en la noche, viéndolo cómo tenía su mirada perdida y dolida. Al verlo sufrir así, a Applejack se le había roto aún más el corazón, sabiendo que ella había sido la causante de ese dolor.
Al verse luego de tantos días, y de una manera tan sorpresiva, ambos se quedaron congelados. Completamente pálidos viéndose el uno al otro. Sin saber qué decir ni qué hacer. Ambos sabían que eventualmente volverían a verse, y ambos pensaron que ya habían superado su rompimiento como pareja. Sin embargo, ahora que se veían cara a cara, ambos sintieron como cientos de sentimientos los desbordaron. Haciendo que no pudieran hacer otra cosa que quedarse congelados.
"Wow… ~Incooomodoooo~" Dijo Pinkie Pie con una voz cantarina. Acercándose a sus dos amigos, al ver que ambos se habían congelado.
Fueron las palabras de Pinkie las que finalmente hicieron que Dusk y Applejack salieran de su shock y desviaran sus miradas, avergonzados y nerviosos.
"H-Hola Applejack… Tú… ¿Q-Qué haces aquí?" Preguntó Dusk, desviando la mirada. Intentando sonar causal, aunque era muy obvio que estaba nervioso.
"Eh… Pinkie me pidió ayuda para cargar el postre de los Cake, para la competencia de Canterlot…" Respondió Applejack, igual de nerviosa que Dusk. "Iba a irme, pero Pinkie me invitó a que fuera con ella. Y ya que el pastel de los Cake tiene crema de manzana de la granja, pensé…" Agregó Applejack, viendo de reojo a Pinkie Pie. Mirándola fijamente.
Al ver que Applejack miraba a Pinkie Pie, Dusk también se quedó mirando seriamente a su amiga rosa. Solo entonces ambos entendieron que Pinkie Pie había hecho que ambos fueran con ella, sin decirles en ningún momento que el otro también iba a estar en el tren, para que ambos se encontraran allí por sorpresa. ¡Todo había sido un plan de Pinkie Pie!
"¿Qué pasa? ¿Sucede algo malo?" Preguntó Pinkie Pie con una gran e inocente sonrisa.
Ante aquella pregunta, tanto Dusk como Applejack se sonrojaron y desviaron la mirada. Era obvio que toda esa situación era incómoda, pero no podían decirlo. Se suponía que ambos estaban bien, que ambos habían pasado su etapa de duelo y que ambos habían aceptado que ya todo estaba bien entre ellos. Ninguno de los dos podía admitir que se sentía nervioso al estar junto a su expareja.
"N-No, no pasa nada malo. ¿Verdad?" Dijo Dusk. Forzándose a mirar a Applejack, dándole una sonrisa nerviosa.
"C-Claro que no, jeje…" Dijo Applejack. Con la misma sonrisa nerviosa que Dusk.
"¡Muy bien! ¡Ahora vamos a ver el pastel!" Agregó Pinkie Pie con una gran sonrisa. Pasando al lado de sus amigos para seguir avanzando por los vagones. Por su parte, luego que Pinkie pasara a su lado, Dusk y Applejack se dieron una última y fugaz mirada entre ellos. Entonces ambos desviaron la mirada y se apresuraron a seguir a Pinkie Pie.
Mientras avanzaban por los vagones, Dusk y Applejack se mantuvieron detrás de Pinkie, siempre caminando uno al lado del otro, pero sin estar demasiado juntos entre sí. Siempre mirando hacia el lado opuesto del otro, para no mirar a su expareja en ningún momento ni ponerse nerviosos nuevamente.
"Applejack sigue siendo mi amiga. Yo… Yo sé que no debería estar actuando así, ¡Pero no puedo evitarlo!" Pensó Dusk, nervioso mientras caminaba. "No sé cómo debería mirarla desde ahora. Y no sé lo que ella estará pensando de mí. Quizás… ¿¡Quizás piensa que yo le pedí a Pinkie Pie que nos reuniera!?" Pensó Dusk nervioso, lleno de dudas.
Mientras avanzaban por el tren, Pinkie miraba de reojo a sus amigos, quienes parecían perdidos en sus propios pensamientos, con miradas preocupadas. Algo de lo que se percató inmediatamente Pinkie Pie, quien puso una mirada preocupada al ver así de tensos a sus dos queridos amigos.
Finalmente Dusk y Applejack salieron de sus pensamientos cuando Pinkie Pie abrió con fuerza la puerta del último vagón, que parecía estar ligeramente más oxidada que las demás puertas, haciendo un molesto ruido chirriante al abrirse. Al entrar en dicho vagón, Dusk entendió por qué la puerta era distinta, ya que todo ese vagón lo era: Ese último vagón no tenía asientos, dado que estaba habilitado para carga. Allí, habían otros tres pasajeros: Un grifo, de plumas plomas y grises, vistiendo un pañuelo rojo, un sombrero de chef; además de tener un largo y delgado bigote negro. El segundo pasajero era un unicornio regordete, de pelaje color crema y una dona rosa de cutie mark; quien vestía un traje blanco y sombrero de panadero. Y finalmente, la tercera pasajera, era una mula ya entrada en años, que vestía un collar de perlas azules, y miraba con desconfianza a los otros dos que la acompañaban. Los tres pasajeros tenían en común que resguardaban algo junto a ellos. Algo que ocultaban celosamente bajo grandes manteles a su lado.
"¿Dona Joe? ¿Qué haces aquí?" Preguntó Dusk, acercándose al unicornio panadero. Reconociéndolo, ya que Dona Joe era el dueño de la tienda de donas preferida 'en secreto' de la Princesa Celestia.
"Vine a Ponyville porque necesitaba unas chispas de color especiales para mi postre, o mejor dicho, mi obra maestra." Respondió Dona Joe con una enorme sonrisa. Alegrándose de ver a alguien conocido.
"¿Tú también participarás en la Competencia nacional de postres?" Preguntó Dusk sorprendido.
"Bueno, la competencia solo es una formalidad. De hecho, ya tengo el trofeo ganado." Respondió Dona Joe mirando de reojo a los otros chefs y poniendo una sonrisa llena de orgullo.
"¿Ah, sí? ¿¡Y qué te hace estar tan seguro de ganar!?" Preguntó la mula a su lado, de muy mal humor.
"Pues da la casualidad que la Princesa Celestia es una de las jueces de la competencia, y por años ella ha disfrutado de mis deliciosa donas." Dijo Dona Joe, lleno de orgullo. Poniendo un casco sobre el mantel a su lado para finalmente mostrarles a todo su arma secreta, con la que ganaría el concurso. "Y si la Princesa adoraba mis donas, ¡Definitivamente amará mi DONNATOPÍA!" Gritó Dona Joe emocionado, revelando su postre especial a todos.
Bajo su mantel, Dona Joe había ocultado una esplendorosa réplica de una ciudad, toda hecha de donas, de distintos tamaños y colores. Todo adornado con el bello toque de brillantes chispas de colores, que hacían parecer aquel gran postre como una verdadera gran ciudad, llena de luces brillantes.
"¡Wow! De verdad se ve muy deliciosa…" Dijo Dusk, con la boca abierta. Recordando lo deliciosas que eran las donas de Dona Joe. Misma mirada de apetito y asombro que pusieron Applejack y Pinkie Pie.
"¡Hmpf! Eso no es nada." Dijo repentinamente la mula que había discutido con Dona Joe. Entonces ella también se acercó al mantel a su lado y reveló su postre. "El premio será para mí, Mulia Mild, con mi grandioso y delicioso: ¡Alce de Chocolate!" Gritó Mulia, revelando su postre bajo el mantel. Una réplica de tamaño real de un enorme alce, hecho completamente de mousse de chocolate. Tan suave, y a la vez firme, que se bamboleaba con el vaivén del tren, pero siempre manteniendo su forma. Lo que daba una idea de lo esponjoso que debía estar ese delicioso mousse de chocolate.
"Mmm… Chocolate…" Dijo Pinkie Pie mirando con enormes ojos ese alce de chocolate. Pasándose la lengua por la boca.
"¿Solo chocolate? ¡Qué absurdo! ¡El verdadero sabor se logra al combinar sabores!" Dijo repentinamente el grifo, uniéndose a la discusión. Revelando también su obra maestra culinaria. "Miren y asómbrense con mis 'Exquisitos Eclairs', del mejor chef de Griffonstone: ¡Gustave Le Grand!" Gritó el grifo, revelando que bajo su mantel había una enorme bandeja con una docena de enormes eclairs. Delicias de masa, crema y chocolate, con un glaseado tan brillante que casi parecían brillar por sí mismos.
"No solo se ven bien, también huelen muy bien…" Dijo Applejack, casi secándose la baba de la boca al oler lo delicioso que olían aquellos eclairs. "Entonces, ¿Todos ustedes competirán en la competencia de Canterlot?" Preguntó Applejack, mirando a los tres chefs. A lo que ellos respondieron simplemente asintiendo. Todos orgullosos con que esos tres ponies hubieran quedado maravillados con sus postres.
"Vaya, de verdad habrá muy buenos postres compitiendo." Dijo Dusk, con una mirada indecisa, viendo los tres postres. "Todos se ven muy deliciosos."
"Sí, sí… Todos se ven deliciosos…" Dijo Pinkie Pie con una pequeña sonrisa traviesa. Acercándose hasta el final del vagón, donde había una cuarta mesa con un gran mantel tapando algo muy alto. Entonces Pinkie Pie tomó el mantel y reveló el postre que ella llevaría a la competencia. "…Pero nadie le ganará a la Maravilla de Merengue, Mascarpone y Mazapán de los Señores Cake, o '¡MMMM!' para abreviar." Agregó Pinkie Pie luego de revelar el enorme pastel de tres pisos que los señores Cake habían preparado para la competencia. "El pastel más delicioso jamás creado por los Señores Cake, ¡Hecho con los mejores ingredientes de todo Ponyville! Toda esa rica y cremosa textura del mazapán, combinada con el sabor de mascarpone, mezclada a la perfección con la suave y sedosa dulzura del merengue…" Agregó Pinkie Pie, describiendo con gráficas palabras lo delicioso que era aquel pastel.
Con la dulce explicación de Pinkie Pie, Dusk, Applejack, e incluso los tres chefs, se quedaron mirando maravillados la gran obra de arte de los señores Cake. Todos con la boca abierta, babeando al imaginarse lo delicioso que debía ser aquel pastel.
"Cómo quisiera darle solo una pequeña mordidita…" Pensó Dusk. Finalmente reaccionando, sacudiendo su cabeza y secándose la baba. "¡Cielos! Solo con ver ese enorme pastel era suficiente para que se me antojara, pero con la descripción de Pinkie, ¡No puedo dejar de pensar en darle una mordida!"
En ese instante Dusk se volteó y vio que los tres chefs también se estaban secando la baba que les caía de la boca. Y en cuanto notaron que Dusk los estaba viendo, los tres rápidamente desviaron la mirada y se sonrojaron. Avergonzados al darse cuenta que la descripción de Pinkie Pie los había dejado embobados y hambrientos por ese delicioso pastel.
"Quizás… podríamos darle solo una pequeña probadita." Dijo tímidamente Applejack, también secándose la baba de la boca.
"No, no, no, no, no…" Dijo rápidamente Pinkie Pie. Empujando a todos fuera del vagón.
"¡Ey! ¿¡Por qué nos empujas a nosotros fuera!?" Preguntó el grifo Gustave, mientras Pinkie empujaba a todos fuera del vagón donde estaban los postres. Cerrando la ruidosa puerta tras de sí.
"No quieras pasarte de listo conmigo. Sé muy bien como todos miraron a la Maravilla de Merengue, Mascarpone y Mazapán. Si los dejó allí, estoy segura que se lo comerán." Dijo Pinkie Pie, mirando amenazadoramente al grifo y a los demás chefs. Incluso amenazando con la mirada a Dusk y Applejack. "Cuando trajimos el 'MMMM' con Applejack, le pedí al maquinista la llave de este vagón." Dijo Pinkie Pie, sacando una llave dorada de su melena y poniéndole cerrojo a la puerta. "Nadie se acercará al postre de los Señores Cake hasta que lleguemos a Canterlot."
Viendo la seria mirada de Pinkie Pie, los otros tres chefs se sintieron insultados, ya que desconfiaron de ellos. Sin embargo, en el fondo, los tres sabían que efectivamente habían estado a punto de darle una mordida al pastel de Pinkie Pie. Por lo que finalmente, los tres chefs simplemente resoplaron indignados y se retiraron hacia el siguiente vagón.
Mientras los chefs se retiraban, Pinkie Pie se los quedó mirando amenazadoramente, hasta que salieron del vagón. Entonces ella se volteó y miró a sus dos amigos con la misma mirada.
"Eso va también para ustedes." Dijo Pinkie Pie, abriendo exageradamente sus ojos y acercándose a las caras de sus amigos. "Sé que se imaginan lo delicioso que es el MMMM, pero no puedo dejar que se lo coman."
"Jeje, descuida. No seríamos capaces de arruinar el pastel de los señores Cake." Dijo Applejack con una pequeña sonrisa. Un poco divertida con la exagerada y divertida cara amenazadora de Pinkie Pie.
"Sí, y aunque quisiéramos, no podríamos, ya que cerraste el vagón con llave." Dijo Dusk también sonriendo. Desviando la mirada divertido.
En ese instante, por primera vez, las miradas de Dusk y Applejack se encontraron. Por un segundo, ambos se vieron entre sí como siempre lo habían hecho, como grandes amigos. Sin embargo, en solo un instante, ambos recordaron todo respecto a su noviazgo y posterior rompimiento. Y al hacerlo, ambos desviaron las miradas incómodos.
Cuando Dusk y Applejack desviaron sus miradas, Pinkie Pie inmediatamente lo notó y puso una mirada triste. Dándose cuenta que sus amigos aún no superaban su rompimiento.
Repentinamente todo quedó a oscuras cuando el tren pasó por un túnel.
"¿Qué raro? ¿El túnel siempre fue tan largo?" Dijo Dusk mientras la oscuridad seguía en el vagón.
"¿No lo notaste? El tren va más lento, para que los postres no se caigan cuando el tren vaya por las curvas de las vías." Respondió Pinkie Pie en la oscuridad. "¡Jeje! Es divertido. Podemos jugar a que es un tren hechizado, lleno de fantasmas… Boooo… Boo-¡Hmpf!" Dijo Pinkie Pie, imitando el gemido de un fantasma. Por alguna razón, callándose repentinamente, como si tuviera la boca tapada.
"¿Qué pasa? ¿Ahora imitas a un fantasma mudo?" Preguntó Applejack en la oscuridad. Notando que Pinkie Pie seguía haciendo sonidos con su boca tapada. "No me digas que estás haciendo alguna mímica. Sabes que no podemos verte, ¿Verdad?"
En ese instante, se escucharon varios ruidos además del sonido de Pinkie con su boca cerrada, tales como pisadas, y un pequeño 'click'. Aquello le pareció muy extraño a Dusk, sin estar seguro si todo aún era solo un juego de Pinkie Pie. Por un instante, Dusk pensó en iluminar su cuerno para ver mejor, sin embargo, vio que por la ventana que la oscuridad comenzaba a aclararse, señal de que estaban a punto de salir finalmente del túnel. Por lo que Dusk finalmente optó por no usar su magia, justo cuando el tren finalmente salió del túnel y la luz volvió a iluminar todo.
Apenas Dusk y Applejack pudieron volver a ver, sus ojos inmediatamente se fijaron hacia donde debía estar Pinkie Pie, para ver si efectivamente su loca amiga había estado imitando a un fantasma en la oscuridad. Sin embargo, ambos abrieron con sorpresa sus ojos al ver que Pinkie tenía una bolsa de correos en la cabeza. Por esa razón Pinkie se había quedado callada repentinamente y había hecho esos ruidos. ¡Alguien le había puesto una bolsa en la cabeza mientras estaban en la oscuridad!
Rápidamente Dusk se acercó hasta su amiga y le quitó la bolsa de su cabeza.
"¡Pinkie! ¿¡Qué pasó!?" Preguntó Dusk asustado y confundido.
"N-No lo sé…" Dijo Pinkie Pie con una cara confundida, rascándose su cabeza. "Estaba imitando a un fantasma en la oscuridad, cuando de repente alguien me puso esta bolsa en la cabeza, y-" En ese instante Pinkie Pie se calló repentinamente y puso una mirada asustada. Entonces, sin decir nada, se levantó de un saltó y corrió hacia la puerta trasera del vagón, que conectaba con el último vagón de carga.
"¿No que Pinkie cerró la puerta con llave?" Dijo Applejack pensando en voz alta, al ver que Pinkie abrió la ruidosa puerta sin abrir antes el cerrojo.
"¡AAAHHH!" Gritó Pinkie Pie horrorizada desde el último vagón. Aquello asustó a Dusk y Applejack, quienes rápidamente corrieron para ir también al último vagón. Sin embargo, justo cuando iban a entrar, Pinkie Pie salió del vagón, con una mirada furiosa. "¡Alguien le dio una mordida al MMMM!"
"¿¡Qué!? ¿Cómo es eso posible?" Preguntó Dusk confundido. Hasta que abrió los ojos con sorpresa al entender todo. Aquel 'click' que escuchó en la oscuridad, ¡Fue el de alguien abriendo el cerrojo de la puerta del último vagón! En medio de la oscuridad del túnel, alguien puso una bolsa en la cabeza de Pinkie Pie, le había robado la llave y había entrado al último vagón para morder el pastel de los señores Cake.
"¡De prisa! ¡El culpable no puede estar lejos!" Dijo Pinkie Pie, con una mirada llena de determinación. Corriendo hacia el siguiente vagón.
Viendo lo apurada y decidida que estaba Pinkie Pie, entendiendo lo grave de la situación, Dusk y Applejack se apresuraron a ir tras Pinkie Pie. Entonces Pinkie abrió la puerta del siguiente vagón y vio quienes estaban allí, los otros tres chefs de la competencia: Gustave Le Grand, Dona Joe y Mulia Mild.
"¡Uno de ustedes fue! ¡Uno de ustedes le dio una mordida al MMMM!" Gritó Pinkie Pie, apuntando con su casco a quien creía que era el culpable del atentado culinario.
"¿Qué? ¿De qué estás hablando?" Preguntó el grifo Gustave confundido.
"Alguien atacó a Pinkie Pie y le dio una mordida a su pastel." Respondió Dusk, mirando con sospecha al grifo.
"¡Sí! ¡Fuiste tú!" Dijo Pinkie Pie, acercándose al grifo y agitándolo por los hombros.
"Pero nadie salió del vagón." Dijo Dona Joe, con una mirada pensativa. "Aunque pensándolo bien, no estoy seguro. El tren estuvo a oscuras por un buen rato."
"Así es… ¡Y tú lo ayudaste! ¡Eres su cómplice!" Dijo Pinkie, soltando a Gustave y esta vez agarrando y agitando a Dona Joe. "¡Sabes demasiado!"
"¡Hmpf! Esos dos siempre me parecieron muy sospechosos." Dijo Mulia Mild, mirando de reojo a Gustave y Dona Joe.
"Es cierto, aunque… ¡Eso es lo que diría el verdadero culpable!" Dijo Pinkie Pie, esta vez agitando por los hombros a una muy asustada Mulia. "¡Quieres desviar la atención para que nadie sospeche de ti!"
"¡Ya basta Pinkie!" Dijo Applejack, deteniendo a su amiga antes que siguiera sacudiendo a los tres asustados chefs. "Pudo ser cualquiera de ellos, pero antes de acusar a alguien, necesitamos pruebas."
"O quizás no fue ninguno de ellos." Dijo Dusk con una mirada pensativa. "El culpable tuvo que pasar por este vagón, pero nadie nos asegura que no siguió hacia otro de los vagones delanteros en medio de la oscuridad…"
"¡Es cierto!" Dijo Pinkie Pie con una mirada de sorpresa. Entonces ella corrió velozmente al siguiente vagón. "¡Te atraparé, ladrón-mordelón de pasteles!"
Siguiendo a Pinkie, Dusk y Applejack la acompañaron en cada paso que dio su rosada amiga. En cada vagón, Pinkie repetía la misma rutina: se ponía como loca agarrando por los hombros a los demás pasajeros, agitándolos para que confesaran el crimen, sin tener prueba alguna; y luego de interrogarlos, corría al siguiente vagón y repetía la rutina. Sin embargo, parecían que ninguno de los pasajeros tenía idea alguna del crimen. Todo aquello provocó que Dusk y Applejack comenzaran a mirarse mutuamente con miradas inseguras. Dándose cuenta que su rosada amiga parecía que solo estaba buscando culpables al azar.
Finalmente los tres ponies llegaron hasta el otro extremo del tren, al vagón del maquinista. Donde solo se encontraba el conductor del tren junto al motor, y una enorme pila de carbón.
"¡Aja! ¡Lo sabía! ¡Todas las pistas nos llevaron hasta ti! ¡Tú eres el culpable!" Dijo Pinkie Pie con una gran sonrisa de triunfo. Apuntando al maquinista, que solo se quedó mirando a Pinkie con una muy confundida mirada.
"¿Qué pistas? ¡No buscamos pistas en ningún momento!" Susurró Applejack, mirando confundida a Dusk.
"Lo sé." Susurró Dusk a Applejack, con la misma mirada insegura que su amiga. Entonces Dusk se acercó a Pinkie Pie y bajó su casco acusatorio, antes que ella saltara nuevamente a interrogar y sacudir a otro pony más. "Pinkie, creo que hicimos todo esto mal. Quizás debimos buscar pistas antes de comenzar a acusar a los demás."
"¡Hmpf! ¡Eso es lo que diría el culpable!" Dijo Pinkie Pie, esta vez acusando con su casco a Dusk. Solo entonces fue que Pinkie Pie abrió sus ojos con sorpresa y se dio cuenta de lo que estaba haciendo. "¡Oh! Lo siento… Quizás tengas razón." Agregó Pinkie Pie apenada.
Así fue como Dusk y Applejack finalmente pudieron convencer a Pinkie Pie de calmarse y volver a donde todo había comenzado, al último vagón del tren, donde estaban todos los postres de los chefs. Al llegar, Dusk se sorprendió de ver que los otros tres chefs también estaban allí. Todos parados juntos a sus respectivos postres, con miradas muy preocupadas. Miradas que mostraron susto y sorpresa cuando escucharon la ruidosa puerta del vagón cerrarse, luego que Dusk y los demás entraran allí.
"¿Qué hacen aquí?" Preguntó Dusk curioso, mirando a los chefs.
"B-Bueno… Nos dijiste que alguien había atacado uno de los postres, así que vinimos a cuidar nuestros propios postres." Dijo Dona Joe nervioso.
"¡Sí! Hay otro túnel de camino a Canterlot, así que el culpable podría intentar darle una mordida a mi alce de chocolate esta vez." Dijo Mulia, desviando la mirada nerviosa.
Entendiendo el miedo de los demás chefs, Dusk se acercó al pastel de los señores Cake, para ver por sí mismo la mordida al pastel y así buscar alguna pista del culpable. Así, Dusk se sorprendió al ver que efectivamente aquel pastel ya no tenía arreglo, pues el culpable no había dejado solo una pequeña mordida como él esperaba. Pese q que el pastel parecía bien al mirarlo de frente, en la parte de atrás habían varios mordiscos, en los tres pisos del pastel. Dusk se acercó aún más para ver el tipo de mordida que había dejado el culpable, sin embargo, luego de un par de segundos, se distrajo cuando escuchó que Pinkie Pie comenzó a llorar a su lado.
"¡Waaahh! ¡El pastel está arruinado!" Gritó exageradamente Pinkie Pie, llorando a mares. "Yo no quería esto… yo… ¡Yo les fallé a los señores Cake! ¡Waaahhh!"
Dusk miró con una triste mirada a su amiga rosa, pensando que finalmente su enojo había dado paso a la tristeza, finalmente tomándole el peso a que el pastel que estaba a su cuidado, estaba arruinado. Entonces Dusk miró a los otros chefs, quienes vieron con tristeza a Pinkie Pie y desviaron sus miradas con mucha pena.
"¿Por qué están tan tristes? ¿Se están dando cuenta que el culpable pudo haber atacado cualquier postre?" Pensó Dusk al ver las preocupadas y tristes miradas de los demás chefs.
En ese preciso instante todo volvió a oscurecerse. Tal como dijeran los otros chefs, el tren debía pasar por otro túnel antes de llegar a Canterlot, algo que justo ocurrió en ese instante. Fue entonces que Dusk pensó rápidamente, puso un escudo mágico rodeándolo a él, Applejack, Pinkie Pie y lo que quedaba del pastel de los señores Cake. Al tiempo que también iluminó ese sector para que los tres pudieran ver.
"¿Por qué pusiste un escudo?" Dijo Applejack confundida.
"Solo por precaución. El culpable podría volver a terminar el trabajo." Respondió Dusk. Un poco sonrojado al darse cuenta que estaba viendo la mordida al pastel como si fuera una verdadera escena de un crimen.
Los tres ponies abrieron con sorpresa sus ojos y levantaron en alto sus orejas al escuchar ruidos y gritos a su alrededor. En ese instante Dusk deshizo su escudo mágico, justo cuando el tren terminaba de pasar por el túnel y la luz volvía al vagón.
"¡Noooo!" Gritó Mulia entre llantos, al ver su alce de chocolate.
"¿¡Por quééé!?" Gritó Dona Joe, cayendo de rodillas al ver su Donnatopía.
"¡Sacrebleu!" Maldijo en otro idioma Gustave Le Grand, al ver sus preciados eclairs.
Los tres postres habían sido atacados en la oscuridad del tren. Todos con mordidas en ellos, como si se hubiera repetido exactamente el mismo patrón que atacó el pastel de los señores Cake.
"¿¡El culpable volvió a atacar!?" Preguntó Applejack, mirando asustada a Pinkie Pie. Quien por su parte, tenía una mirada de asombro al ver que los otros chefs también habían sido atacados.
"Sé lo que está pensando Applejack, pero no pudo haber sido Pinkie Pie." Pensó Dusk, mirando de reojo a Pinkie Pie. "La primera sospechosa sería Pinkie Pie, por atacar a los otros chefs en venganza, pero mi escudo no hubiera dejado que Pinkie Pie saliera de nuestro lado sin que lo notara." Pensó Dusk un poco aliviado. Sabiendo que sin querer había creado una coartada sólida para sus amigas. Sabiendo que los otros chefs intentarían culpar a Pinkie Pie por lo sucedido.
Preparándose para discutir con los demás chefs, Dusk se quedó mirándolos atentamente. Sin embargo, ninguno de los chefs se acercó a ellos para culparlos. De hecho, lo único que hicieron fue lamentarse, todos con lágrimas viendo sus bellas y deliciosas creaciones destruidas. Al parecer, a diferencia de Pinkie Pie que enfureció y buscó culpables, a todos ellos les había afectado más la pena que el enojo.
"¿Alguna de ustedes escuchó algo?" Preguntó Dusk, volteándose para ver a sus amigas. Sin embargo, al hacerlo, vio que solo Applejack estaba tras suyo. Al voltearse nuevamente, Dusk vio que Pinkie Pie se había acercado a los demás chefs, y para su sorpresa, los cuatro se habían abrazado y estaban llorando juntos.
"Lo entiendo… Los cuatro pusieron todo de sí en sus postres para la competencia, y ahora, todo ese esfuerzo se fue a la basura…" Pensó Dusk con una triste mirada. Viendo que finalmente los cuatro chefs habían dejado de lado sus diferencias y finalmente se abrazaban y se consolaban mutuamente.
"No lo entiendo, esta vez puso mucha atención para ver si podía diferenciar en la oscuridad los pasos de un pony, un grifo o una mula." Dijo Applejack confundida, pensando en voz alta. "Pero en vez de escuchar uno en particular, ¡No escuché ninguno!"
"¿Quizás alguien entró volando?" Dijo Dusk con una mirada pensativa. Sabiendo que al estar a ciegas en los dos ataques, las únicas pistas que tenían eran lo que habían escuchado. "Hay algunos pegasos pasajeros en el tren. ¿Pero alguno de ellos tiene la habilidad para volar a oscuras dentro de un tren? ¿Y sin hacer ruido?" Agregó Dusk, confundido.
Morder un postre sin permiso parecía un crimen tonto, pero había un verdadero y complejo misterio tras dicho crimen, lo que hizo que Dusk se interesara mucho en ese caso. Aquello le hizo pensar que estaba en una verdadera novela de misterios. Entonces Dusk levantó su vista y vio que Pinkie y los demás chefs seguían llorando, abrazados entre sí viendo sus queridos postres mordidos. Luego Dusk puso una mirada pensativa y activó su magia. Al instante, un pequeño sombrero de detective apareció flotando sobre la cabeza de Dusk.
"Debemos volver a los demás vagones." Dijo Dusk, mirando a Applejack. "Esta vez, debemos buscar pistas."
Con la mirada de Dusk, Applejack abrió grande sus ojos y luego puso una mirada seria y asintió. Ambos sabían que Pinkie Pie estaba demasiado afectada para poder investigar, así que dependía de ellos dos buscar al verdadero culpable.
Tras abrir la ruidosa puerta del vagón, Dusk y Applejack buscaron pistas en el siguiente vagón, sabiendo que por obligación, el culpable debió de entrar y huir por ese vagón. Aquel vagón era en el que inicialmente estaban solo Dusk, Applejack y Pinkie Pie, solo ellos tres, por lo que a ambos les sorprendió encontrar una pequeña piedra negra en una esquina, una que no debería estar allí.
"¿Eso es carbón?" Preguntó Applejack al tomar aquella piedrita. "¿Por qué está aquí? No creerás…"
"Que el conductor del tren es el culpable…" Dijo Dusk con una mirada pensativa. "No lo sé, pero es la única pista que tenemos… Debemos seguir buscando en los demás vagones."
Al ir al siguiente vagón, en el que inicialmente solo habían estado los otros tres chefs, Dusk y Applejack volvieron a encontrar otras pistas: Cabellos de colores azul y morado, de melenas de ponies que no deberían haber pisado aquel vagón.
"En el cuarto vagón hay una yegua de melena morada y en el quinto vagón un potro de melena azul." Dijo Applejack, haciendo memoria de cuando habían ido a buscar culpables con Pinkie Pie.
"Quizás fueron ellos, pero aún no entiendo cómo es que lo hicieron… ¿Acaso son cómplices junto al conductor?" Dijo Dusk, con una mirada muy confundida. "Sigamos buscando pistas." Agregó Dusk, abriendo con su magia la puerta del siguiente vagón.
Así, Dusk y Applejack siguieron avanzando por los vagones, y en cada vagón les ocurría lo mismo. Ambos encontraban cabellos de ponies que no deberían estar en esos vagones, sino en otros. Era como si existiera evidencia de que cada pony había estado en otro vagón que no le correspondía. Aquello contradecía lo que Dusk pensó que encontraría cuando comenzó su investigación. Pues al principio, él pensó que sería difícil encontrar evidencia, pero ocurrió todo lo contrario, lo que tenía en sus cascos era una avalancha de evidencias, que le hacía imposible encontrar a un solo culpable. ¿¡Acaso todos en el tren eran culpables!? ¿¡Era eso posible!?
"He hablado con cada pony en cada vagón." Dijo Applejack, notando la mirada confundida de Dusk y adivinando lo que estaba pensando. "No pueden ser todos culpables. Todos ellos me dijeron que no salieron de sus vagones, y ninguno de ellos me ha mentido, eso sí puedo saberlo." Agregó Applejack, que funcionaba como un detector de mentiras andante.
Finalmente Dusk y Applejack llegaron hasta el carro del conductor, donde comenzaron a buscar pistas nuevamente, hasta que debajo de una pila de carbón, Dusk se sorprendió al encontrar finalmente algo que había estado buscando desde que comenzó su investigación: la llave del último vagón, la que le habían robado a Pinkie Pie.
"¡Es la llave que tenía Pinkie Pie! ¡Eso significa que el conductor es el culpable!" Susurró Applejack, ya que el conductor estaba allí. Quien por su parte no le prestó atención a Dusk y Applejack. Solo enfocado en su trabajo de echar carbón a la locomotora.
"No estoy seguro…" Respondió Dusk, bajando su mirada pensativamente.
"La única pista real que tenemos, es lo que escuchamos en la oscuridad…" Pensó Dusk, recordando lo que había pensado luego del segundo ataque a los postres. "Pero quizás la pista real… ¡Es lo que NO escuchamos en los ataques!" Pensó Dusk, abriendo grande sus ojos al descubrir algo importante.
Dusk finalmente unió todas las pistas que necesitaba, pero la respuesta que encontró, no era la que hubiera esperado. Si su teoría era correcta, sin darse cuenta, él mismo había sido en parte culpable de lo sucedido.
"Debemos volver al último vagón." Agregó Dusk, con una pequeña sonrisa triste. Una que dejó confundida a Applejack.
De vuelta en el último vagón, Pinkie Pie y los chefs dejaron de abrazarse cuando la ruidosa puerta del vagón se abrió y llegaron Dusk y Applejack. En ese momento Pinkie y los chefs parecían ya más calmados, pero mantenían sus miradas tristes. Siempre viendo de reojos sus postres saboteados, y quedando nuevamente al borde de las lágrimas.
"¿Fueron a buscar pistas? ¿Descubrieron al culpable?" Preguntó Pinkie Pie, viendo a Dusk y Applejack con una triste mirada.
"En realidad, hay más de un culpable." Dijo Dusk mirando a Dusk y los chefs. "Recorrimos todo el tren con Applejack. Encontramos cabellos de distintos ponies en todos los vagones. Eso hace parecer que ninguno de los ponies se quedaron en sus propios vagones. Aquello sería prueba de que todos ellos pudieron haber venido aquí en la oscuridad y atacado los postres."
"¿¡Todos en el tren son sospechosos!?" Preguntó Pinkie Pie sorprendida.
"Eso parecería, pero hay otra evidencia que también los exonera a todos." Dijo Dusk, acercándose a la puerta del vagón. Abriéndola y cerrándola. "La puerta de este vagón es muy ruidosa al abrirse y cerrarse."
"¿Y eso qué tiene de importante?" Preguntó Mulia Mild.
"Pues que en cada uno de los ataques, escuchamos varios ruidos, pero el ruido que nunca escuchamos, fue el de esta ruidosa puerta abriéndose." Dijo Dusk, mirando fijamente a Mulia y los demás chefs. "Eso significa que por mucho que el culpable se esforzara por crear falsa evidencia, para hacernos creer que los ponies de los otros vagones salieron de sus propios vagones. En realidad, nadie se movió de sus vagones, y nadie entró a este vagón a sabotear los postres."
"¿Cómo que nadie entró al vagón? ¿¡No estás viendo las mordidas!? ¡Alguien tiene que ser el culpable!" Dijo Dona Joe con una mirada nerviosa.
"Claro que hay un culpable. Como dije, más de uno." Dijo Dusk, levantando su casco para apuntar a los chefs. "Ustedes fueron quienes se comieron los postres."
"¿¡Qué!? ¿¡U-Ustedes se comieron mis deliciosos eclairs!?" Dijo Gustave Le Grand. Mirando nervioso a Mulia y a Dona Joe. Entonces, el grifo se distrajo cuando sintió que Dusk se acercó y tocó la punta de su bigote.
"En realidad, fuiste tú mismo quien le diste una mordida a tu propio postre." Dijo Dusk, mostrando su casco para que todos vieran que lo que había tenido Gustave en la punta de su bigote, había sido crema. Misma crema que tenían sus exquisitos eclairs. "Por eso no escuchamos la ruidosa puerta del vagón abrirse. Cuando el tren pasó por el segundo túnel, cada uno de ustedes tres sabotearon sus propios postres."
"¿¡Qué!? ¿¡Por qué harían eso!?" Preguntó Applejack sorprendida y confundida. Todo ante la atenta mirada de los tres chefs, que simplemente guardaron silencio y fruncieron sus labios de forma nerviosa.
"Supongo que fue por culpa… Ellos fueron quienes mordieron el pastel de los señores Cake." Dijo Dusk, mirando a Applejack y luego de vuelta a los chefs. "Ninguno de ellos lo hizo por maldad, pero con la dulce descripción que dio Pinkie Pie, ninguno de ellos aguantó la tentación cuando vieron el pastel sin vigilar, así que los tres decidieron darle una pequeña probada. En ese momento, no se pudieron controlar, pero luego de cometer el crimen, se sintieron muy culpables, en especial luego de ver llorar a Pinkie Pie. Así que cuando pasamos por el segundo túnel, la culpa pudo más que ellos, y para compensar sus crímenes, sabotearon sus propios postres."
"Pero… Eso no tiene sentido." Dijo Applejack rascándose la cabeza. "Tú mismo lo dijiste. Cuando pasamos por el primer túnel, debimos escuchar la puerta del vagón abrirse, pero tampoco recuerdo haberla escuchado abrirse cuando fue el primer ataque."
"Es porque no fue ahí cuando cometieron su crimen." Dijo Dusk, mirando a su amiga campirana. "Luego que pasamos el primer túnel, tú, yo y Pinkie Pie fuimos a los siguientes vagones buscando al culpable. Fue allí que dejamos la 'MMMM' sin vigilancia. Fue allí que los tres chefs cometieron el crimen."
"¿¡Qué!? Pero entonces, ¿Quién atacó a Pinkie Pie? Además, el pastel ya había sido mordido antes que saliéramos del vagón." Dijo Applejack muy confundida.
"¿De verdad? Piénsalo. Ninguno de los dos vimos que el pastel hubiera sido mordido, no antes de volver aquí luego de recorrer todo el tren. Lo único que hicimos, fue creer en la palabra de Pinkie Pie." Dijo Dusk, esta vez mirando seriamente a su amiga rosa. "Nadie había mordido el pastel hasta ese momento. Todo fue una actuación de Pinkie Pie. Sin embargo, lo que ella no se esperaba, fue que al dejar sin cerrojo el vagón de postres, los otros chefs aprovecharían la oportunidad para darle una mordida al MMMM. Por esa razón fue que ella se puso a llorar SOLO cuando volvimos por segunda vez a este vagón y vio que alguien había mordido el pastel de los señores Cake. Ella sabía que los tres chefs eran los culpables, pero no podía decirlo porque sino tendría que admitir que nos mintió en primer lugar. Sin embargo, cuando pasamos el segundo túnel y entendió que los otros chefs sabotearon sus propios postres por la culpa, todos ellos se abrazaron y lloraron juntos. Fue su forma de disculparse y pedir perdón entre todos."
"¿Todo fue fingido...? ¿¡Pinkie fingió su propio ataque!?" Dijo Applejack, entendiendo lo que realmente había pasado. Mirando a Pinkie Pie con asombro. "Ahora lo entiendo. Cuando fuimos a buscar al culpable, tú agarraste a todos los ponies y los sacudiste. Así fue como arrancaste algunos de sus cabellos. Y cuando fuimos de vuelta hasta aquí, los soltaste, al igual que soltaste la llave en el vagón del maquinista. Así creaste la falsa evidencia." Agregó Applejack muy sorprendida. "Pero… No lo entiendo. ¿Por qué? ¿Qué era lo que Pinkie Pie conseguía con eso?" Preguntó Applejack, mirando a Dusk muy confundida.
"Esto." Dijo Dusk con una pequeña sonrisa apenada. Mirando fijamente a Applejack. "Logró que nosotros pudiéramos volver a hablar con normalidad… Ella armó todo este misterio, para que nosotros pudiéramos volver a ser como éramos antes." Agregó Dusk, haciendo que Applejack abriera con sorpresa sus ojos y se sonrojara levemente.
Lo que Dusk decía era cierto. Sin que ni él ni Applejack se dieran cuanta, ambos habían vuelto a conversar entre ellos como siempre lo hacían. Volviendo a mirarse a los ojos sin sentir incomodidad alguna. Tan inmersos habían estado ambos en aquel misterio, que olvidaron por completo sus problemas previos. En todo ese misterio, ambos simplemente habían actuado como dos buenos amigos, intentando ayudar a su querida amiga.
"¡Mwahahaha! Y lo habría logrado de no haber sido por ustedes dos, entrometidos." Dijo Pinkie Pie con una falsa risa de villano. Entonces Pinkie Pie dejó su acto y miró a sus dos queridos amigos. "Me hace feliz que recuerden que no importa lo que pase, siempre serán amigos." Agregó Pinkie Pie con una tierna sonrisa.
Pese a que el plan de Pinkie Pie fue un éxito, había algo que se había salido de sus cálculos: el apetito de los otros chefs. Entonces Pinkie Pie miró de reojo al pastel mordido de los señores Cake, y no pudo evitar sentir una punzada de culpa al ver que el esfuerzo de los señores Cake había quedado destruido por su pequeño juego de detectives.
"Lo lamento tanto, Mademoiselle Pie." Dijo Gustave Le Grand, inclinándose frente a Pinkie Pie como forma de disculpa. "Su pastel estaba tan delicioso, que no pude darle solo una pequeña mordida." Agregó Gustave, al tiempo que Mulia y Dona Joe también inclinaban con culpa sus cabezas.
"N-No se preocupen…" Dijo Pinkie Pie con una nerviosa sonrisa. Haciéndosele imposible estar enojada con esos tres chefs al verlos tan arrepentidos. Entonces ella miró los demás postres y dio un pequeño suspiro. "Huff… Es una verdadera pena que los cuatro postres estén arruinados. Me hubiera encantado que todos en Canterlot hubieran probado aunque sea un poco de estos deliciosos postres…"
"No se rindan, ¡Aún no está todo perdido!" Dijo repentinamente Applejack, mirando con firmeza a Pinkie Pie y los demás chefs. "He estado en muchas competencias, y jamás debes darte por vencido hasta que la competencia acabe. ¡Aún queda tiempo antes que lleguemos a Canterlot! ¡Aún pueden arreglar sus postres!"
"¡Es cierto!" Dijo Dusk, acercándose a Applejack para mirar también con firmeza a los chefs. "Ustedes son los mejores chefs de postres de Equestria, ¿No es así? ¡Pueden lograr lo imposible!"
Con las palabras de ánimo de Dusk y Applejack, Pinkie Pie y los tres chefs se miraron mutuamente, y entonces sonrieron con determinación. Luego, Pinkie Pie sacó de su melena una espátula y un batidor de alambre; Gustave sacó debajo de su sombrero una manga para crema; Dona Joe sacó de los bolsillos de su traje dos botes de vidrio llenos de chispas de colores; y Mulia Mild un gran rodillo de cocina de su cartera. Entonces los cuatro hicieron extrañas poses, que juntas se veían divertidas, pero al mismo tiempo, bastante geniales, como si posaran con armas de gran calibre.
Sin perder el tiempo, Pinkie Pie y los demás chefs juntaron los platos donde llevaban los restos de sus postres, y comenzaron a trabajar juntos para arreglarlos. Por su parte, viendo lo concentrado que estaban todos, Dusk y Applejack decidieron salir del vagón para no molestarlos. Una vez afuera, Dusk y Applejack se sentaron en los asientos del vagón, pero a diferencia de aquella triste noche, cuando volvieron de la boda de Canterlot, esta vez ambos se sentaron juntos.
"Es una locura, ¿Verdad?" Dijo Dusk mirando hacia el techo, con una pequeña sonrisa. "Lo fácil que caímos en el plan de Pinkie Pie sin darnos cuenta."
"Jeje, sí. Siempre lo he dicho, ella está algo loquita, pero es bastante lista." Dijo Applejack riendo, también mirando hacia el techo. Entonces ella bajó su cabeza y miró directamente a Dusk. "Pero hizo falta que Pinkie Pie hiciera eso para que pudiéramos volver a hablar como siempre lo hacíamos."
"Sí…" Dijo Dusk con una triste sonrisa, bajando su cabeza. Entonces él también se volteó para mirar a Applejack a los ojos. "Lamento haber actuado extraño y no haber salido de la biblioteca en tantos días. Yo… estaba muy confundido. Sentía tantas cosas, que no estaba seguro de cómo reaccionar. Y lo que más me asustaba… era pensar que quizás tú ya no quisieras verme nunca más."
"No seas tonto, Dusk. Yo jamás te querría fuera de mi vida." Dijo Applejack con una triste sonrisa. "Yo también me sentí horrible luego de lo que hice en la boda. En lo único que pensaba era en que quería estar sola porque también tenía miedo de volver a verte. Y cuando vi que no querías salir de la biblioteca, me sentí aún más culpable." En ese momento Applejack bajó su mirada y dio un gran suspiro. Haciendo una pequeña pausa antes de continuar. "Dusk, cuando te vi hoy en el tren, sentí que mi corazón de paraba y luego volvía a palpitar como loco. Yo… sé que ya no somos novios, pero quiero que sepas que mis sentimientos por ti no han cambiado, y nunca lo harán. ¡Tú eres parte de mi vida, y no quiero que eso cambie!" Agregó Applejack, mirando a Dusk con una tierna y tímida sonrisa.
"Yo tampoco te quiero fuera de mi vida." Dijo Dusk, mirando también amorosamente a Applejack con una tierna sonrisa. Entonces Dusk bajó su mirada y desvió sus ojos con una triste sonrisa. "Debimos haber hecho esto hace mucho. Tantos problemas pensando en que uno podría odiar al otro… Huff… Supongo que la forma en que terminamos no fue la correcta. Fue demasiado abrupta."
"Sí…" Dijo Applejack, también bajando su mirada. Poniendo una mirada preocupada, sin ser capaz de mirar a Dusk en ese momento. "Quizás ese rompimiento… fue un error." Agregó Applejack en voz baja, mirando siempre al suelo.
Ante las palabras de Applejack, Dusk puso una mirada sorprendida, mirándola fijamente mientras ella solo se mantenía mirando al suelo.
"¿Ella se refiere a que fue un error LA MANERA en que rompimos nuestro noviazgo? O quizás… ¿Ella dice que es un error que hayamos roto nuestro compromiso?" Pensó Dusk sorprendido. Sin estar seguro de a qué se refería su amiga.
Antes que Dusk pudiera hablar, el silbato del tren sonó y este comenzó a detenerse. En ese preciso instante, la ruidosa puerta del último vagón se abrió y de esta salió Pinkie Pie.
"¡Huff! ¡Terminamos justo a tiempo!" Dijo Pinkie Pie, secándose el sudor de su frente. Mirando por la ventana y comprobando que finalmente habían llegado a Canterlot. "Vengan chicos, necesitamos su ayuda para cargar nuestro postre." Agregó Pinkie Pie, mirando a sus amigos.
"¿'Nuestro' postre? ¿Por qué hablas en plural?" Preguntó Applejack confundida. Levantándose de su asiento para ir con Pinkie Pie.
"Ven. Ya lo entenderás." Dijo Pinkie Pie con una gran sonrisa.
Mientras sus dos amigas iban de vuelta al último vagón, Dusk Shine se quedó un momento atrás. Aún sentado, pensando en las últimas palabras que su exnovia le había dicho. Volviendo a sentir confusión en su interior.
Tras reunirse todos en el último vagón, Pinkie, Dusk, Applejack y los tres chefs se encargaron de bajar del tren su nueva obra maestra, un postre que al parecer habían logrado hacer en tan poco tiempo y que ahora estaba oculto bajo un gran mantel. Pero que por la altura y el ancho que aquel postre oculto tenía, Dusk pudo adivinar que era un postre más grande que cualquiera de los otros cuatro que habían tenido previamente Pinkie Pie y los demás.
Así, los seis llegaron finalmente al lugar de la competencia, el cuál era uno de los jardines exteriores del palacio de Canterlot. Una vez allí, Pinkie y los chefs finalmente revelaron su obra maestra. Los cuatro habían decidido dejar sus egos de lado y simplemente unir sus creaciones en una sola, pues lo que realmente les importaba no era ganar el premio, sino que los demás ponies probaran sus deliciosas creaciones y las disfrutaran. Así fue como aquel nuevo postre tenía como base los tres pisos de la maravilla de merengue, mascarpone y mazapán de los señores Cake, pero toda una parte de esta había sido cortada hábilmente y rellenada con crema y partes de los eclairs de Gustave. Además, los dos primeros pisos habían sido adornados con las brillantes donas de la Donatopía de Dona Joe. Todo para finalmente poner en el piso superior del pastel la cabeza del alce de chocolate de Mulia. Todo había sido armado muy armónicamente para que pareciera un muy complejo y elaborado postre de distintas capas.
En cuanto la maravilla de postres de Pinkie Pie y los tres chefs se reveló, todos los ponies que estaban alrededor se acercaron inmediatamente y se quedaron mirando asombrados aquella maravilla de postre. Todos oliendo esa mezcla de dulces aromas, y babeando al querer ya darle una probada a aquella obra maestra culinaria.
"Vaya… Si sabe tan bien como se ve, creo que definitivamente tenemos a un ganador." Dijo repentinamente una voz femenina al lado de Dusk Shine.
"¡Princesa Celestia!" Dijo Dusk alegre, volteándose al reconocer inmediatamente a su mentora. "¿Qué hace aquí?" Preguntó Dusk sorprendido.
"Bueno, ¿Quién crees que organizó esta competencia nacional de postres?" Respondió Celestia con una pequeña sonrisa. "Huff… Es tan agotador tener que hacer estos concursos. Pero es mi deber como princesa asistir y ser jurado en estos importantes eventos." Agregó Celestia, fingiendo una mirada de agotamiento.
"Hmm… Yo creo que fácilmente podrías dejar a otro pony como jurado." Dijo Dusk alzando una ceja con sospecha. "Recuerdo que para los concursos nacionales de sopa y ensaladas, que se organizaron también aquí, nunca fuiste jueza." Agregó Dusk con una pequeña sonrisa traviesa.
"No sé de qué hablas. ¿Crees que estoy aquí solo porque obligué a los organizadores a que me pusieran como jueza?" Dijo Celestia, fingiendo estar indignada. Al tiempo que levitaba un pedazo de pastel de fresas y lo comía. "Ñom-ñom… Eso no sería digno de una princesa." Agregó Celestia, disfrutando de su pastel y dándole una pequeña sonrisa divertida a su querido sobrino.
Mientras Dusk la veía con una sonrisa, la mirada de Celestia se dirigió hacia el costado de Dusk, en donde verificó lo que Spike le había informado en una carta el día anterior. Celestia vio con sus propios ojos que una de las estrellas blancas de la cutie mark de Dusk, ahora era de color rosa rojizo, similar a la estrella central de su cutie mark. Al verla, los ojos de Celestia se abrieron fugazmente con asombro y rápidamente volvieron a la normalidad.
"Dusk, creo que sería importante que habláramos un momento, luego de la competencia." Dijo Celestia, dándole una pequeña sonrisa a Dusk.
Por su parte, luego de haber vivido tantos años cerca de Celestia, Dusk notó inmediatamente que algo había llamado la atención de su maestra. Fue solo entonces que Dusk recordó lo de su cutie mark, miró de reojo su flanco y entonces puso una mirada más seria.
"Sí, creo que es necesario." Respondió Dusk.
"Además, esa no es la única pregunta que necesita respuestas…" Pensó Dusk seriamente. Recordando que habían algunas cosas que él quería preguntarle a su maestra desde la boda de su hermano, pero con todo lo ocurrido con Applejack, él lo había dejado de lado.
Tras despedirse, Dusk le sonrió a su maestra y volvió a reunirse con sus amigas. En tanto que Celestia siguió su camino para seguir su labor de jueza, examinando los demás postres de la competencia. Sin embargo, antes de seguir, ella le dio una última fugaz mirada a su alumno, donde vio que él sonreía con normalidad y conversaba alegremente con sus amigas.
"Dusk parece ser el mismo de siempre… Supongo que puedo tomármelo con un poco de calma." Pensó Celestia aliviada.
Luego de volver con sus amigas, Dusk vio que los tres chefs estaban dichosos, recibiendo halagos por su gran creación culinaria. Entonces ellos se dieron cuenta que alguien importante faltaba allí, así que llamaron a Pinkie Pie para que fuera con ellos y también compartiera el crédito. Aquello dejó solos a Applejack y Dusk, quienes sonrieron felices al ver cómo Pinkie Pie era rodeada por ponies que la felicitaban.
"Me alegra volver a ver a Pinkie Pie sonreír como siempre." Dijo Dusk, con una pequeña sonrisa. "Solo ahora me doy cuenta que la hicimos sentir incómoda al estar tensos entre nosotros."
"Sí… así es Pinkie Pie. Siempre se preocupa cuando ve que alguien no está sonriendo." Dijo Applejack con una pequeña sonrisa. Hasta que repentinamente ella recordó algo y su sonrisa se fue apagando. "Ella siempre… quiere vernos sonreír. Incluso a costa de su propia sonrisa…" Susurró Applejack sorprendida, mientras veía a su amiga.
"¿Eh?" Dijo Dusk confundido, quien no alcanzó a oír bien lo que susurró Applejack.
"No es la primera vez que Pinkie Pie nos ayuda. ¿Recuerdas cuando vi a mi abuelo Pear y terminé enojada contigo?" Dijo Applejack con una pequeña sonrisa. "Fue Pinkie Pie quien ayudó a conseguir los ingredientes para mi tarta, y fue ella quien supo que tú y yo habíamos discutido, y te llevó junto a mí para que pudiéramos cocinar juntos."
"Tienes razón…" Dijo Dusk, volteándose a mirar a su amiga rosa y sonriendo con calidez. Recordando lo amable, preocupada y cariñosa que era Pinkie Pie siempre con todos, en especial, con sus amigos.
"Pinkie Pie tiene muchas sonrisas, pero hay una sonrisa en particular que es la que más me gusta y la que menos me gusta al mismo tiempo." Dijo Applejack mirando amorosamente a su amiga. "La sonrisa más grande de Pinkie Pie, es la que pone cuando TÚ estás junto a ella, Dusk. Esa sonrisa me disgustaba, porque mis celos me hacían sentir incómoda al ver lo feliz que ella podía ser con el potro que yo amaba. Pero esa sonrisa también es mi favorita…" Agregó Applejack, volteándose para mirar tiernamente a Dusk. "…es mi sonrisa favorita porque solo junto a ti, ella tiene una sonrisa tan cálida y llena de amor."
Con las palabras de Applejack, Dusk abrió con sorpresa sus ojos, luego él volteó para volver a ver a Pinkie Pie. Lo que decía Applejack era muy cierto, pero solo ahora se daba cuenta. Siendo amigo de PInkie Pie, él también notó las sutiles diferencias en todas las sonrisas de Pinkie Pie, que mostraban sus diferentes estados de ánimo. Pero había una sonrisa que sin darse cuenta, él había extrañado y que no había visto en Pinkie Pie desde que se volviera el novio de Applejack… Aquella amorosa sonrisa que ella ponía cuando estaban a solas los dos.
Justo cuando Dusk y Applejack habían enfocado su vista en Pinkie Pie, algo los alertó a ambos. Su amiga rosa seguía sonriendo mientras charlaba con ciertos ponies, pero esa sonrisa que tenía ahora era distinta a su sonrisa normal. Esa sonrisa que tenía ahora… era de incomodidad. Aquello hizo que Dusk y Applejack se acercaran un poco y alzaran bien sus orejas para escuchar lo que hablaban los ponies frente a Pinkie Pie.
"¡Sí, lo recuerdo! Tú eras esa yegua que hizo que todos en el salón de baile bailáramos, para ayudarte con tu declaración de amor." Dijo un potro con una vestimenta muy elegante.
"¡Oh, sí! ¡En la Gran Gala del Galope! Fue algo divertido, aunque debo admitir que nunca volvería a hacer algo tan ridículo, ¡Jojojo!" Dijo la yegua pareja de aquel potro, riéndose elegantemente. "Así que no solamente eres animadora de fiestas, ¿También eres repostera? ¡Magnífico!" Agregó aquella yegua maravillada. "Por cierto, ¿Cómo resultó esa declaración de amor tuya? Tu novio está aquí contigo?" Preguntó la yegua, mirando a su alrededor.
"N-No, él… él no pudo venir." Dijo Pinkie Pie con una nerviosa sonrisa. "De hecho… La declaración no funcionó. Él… Él no quiso ser mi novio, ¡Jajaja!" Se rio Pinkie Pie.
"¿De verdad? ¡Jojojo! ¡Qué ridículo!" Se rio la yegua elegante. Que al ver a Pinkie Pie reír, pensó que era algo divertido, al igual que el resto de los ponies allí presentes, quienes también rieron. "Lo lamento querida, él se lo pierde."
"¿Así que ese baile fue para nada? ¡Jojojo!" Se rio también la pareja de la yegua elegante. "Si el baile ya fue ridículo, me siento aún más tonto al saber que esa declaración de amor resultó en un fracaso, ¡Jojojo!"
"¡Sí! Fue todo para nada, ¡Jajaja! Pero fue divertido, ¡Jeje!" Se rio Pinkie Pie con una gran sonrisa. Misma sonrisa que le dio confianza a los ponies a su alrededor para comenzar a reír… Misma sonrisa que solo Dusk y Applejack notaron que no era realmente una sonrisa de alegría, sino una sonrisa de nervios, vergüenza y… pena.
En ese momento Dusk se dispuso a acercarse a Pinkie para sacarla de aquella incómoda situación, sin embargo, por un segundo, él vaciló. Había algo que aún lo detenía.
"Sabes… al igual que Pinkie, yo también quiero ver a mis amigas sonreír. Y para eso… creo que ambos sabemos lo que tenemos que hacer." Dijo Applejack con una pequeña y triste sonrisa, bajando levemente su sombrero para ocultar su mirada de culpa. Dándose cuenta que sin darse cuenta, era ELLA quien detenía a Dusk de acercarse a Pinkie Pie. Entonces Dusk se volteó a mirar a Applejack, ella suspiró, levantó su cabeza y miró a Dusk a los ojos. "Dusk, quizás yo ya no sea tu novia, pero hay dos cosas que nunca cambiarán. Nunca te dejaré de amar, y siempre estaré para ti cuando me necesites." Agregó Applejack, con una tierna y cálida sonrisa.
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"Lo entiendo… Este… Este es el final definitivo." Pensó Dusk, dándose cuenta de lo que quería decir Applejack. Sin embargo, a diferencia de cuando ella rompió con él en la boda, esta vez Dusk no sintió dolor. Esta vez, Dusk sintió paz interior. Sabiendo que la yegua que rompió con él lo hizo por amor. No por amor de pareja, sino por amor a sus amigas. Mismo amor que él también sentía por cada una de sus queridas amigas.
Con una sonrisa llena de determinación, Dusk asintió y se volteó nuevamente para ir hasta donde estaba Pinkie Pie.
"Sabes, tengo un sobrino muy guapo que podría presentarte." Dijo la yegua elegante, mirando a Pinkie Pie. Pensando que estaba ayudando, cuando en realidad, solo estaba hundiendo más el dedo en la llaga a Pinkie Pie. "Eres una gran chefs de postres, creo que podrían hacer una linda pareja. Aunque tendrías que dejar de lado esos bailes raros tuyos, querida. ¡Jojojo!"
"Jeje, sí…" Dijo Pinkie Pie, a quien se le hacía cada vez más difícil mantener su sonrisa. Pues en el fondo, se sentía cada vez más triste. "Yo... Yo no sé si podría-"
"Lo siento, eso no podrá ser." Dijo repentinamente Dusk Shine. Acercándose a Pinkie Pie, parándose a su lado y mirándola con una tierna sonrisa. "A mí me encantan los bailes locos de Pinkie Pie. De hecho, a mí me encanta todo de ella." Agregó Dusk, ante la sorprendida mirada de Pinkie Pie.
"¿Y tú quién eres?" Preguntó la yegua elegante.
"¿Yo? Pues soy el novio de Pinkie Pie, por supuesto." Respondió Dusk con una gran sonrisa.
"¿¡Tú eres su novio!?" Preguntó sorprendida la yegua elegante. "¡Oh, espera! ¡Ahora te recuerdo! ¡Tú eres el potro al que ella le hizo su declaración! ¡Entonces la declaración que ayudamos a hacer sí funcionó!" Agregó la yegua, mirando emocionada a su marido.
"Bueno, al menos es un alivio saber que hicimos el ridículo por una buena causa." Respondió el potro elegante. Al tiempo que todos a su alrededor comenzaron a conversar animadamente entre ellos.
Por unos segundos, todos los ponies presentes olvidaron la competencia de postres y comenzaron a pedir detalles sobre el baile que Pinkie Pie había organizado en la Gran Gala del Galope. Con varias yeguas sorprendidas ante aquel romántico gesto, y otros sorprendidos que aquella simple yegua rosa hubiera logrado convencer a tantos ponies para hacer un 'flashmob' en el castillo. Por su parte, Dusk respondió animadamente las preguntas de los presentes, siempre destacando lo sorpresivo y romántico de todo eso. En tanto que Pinkie Pie, por alguna razón, se quedó congelada. Ella simplemente dejó de sonreír y se quedó mirando al piso, como si se hubiera quedado en shock.
En ese momento, se escuchó desde lejos el silbato del tren en la estación, anunciando que el siguiente tren estaba por partir. Fue ese silbato lo que pareció finalmente sacar a Pinkie Pie de su asombro, haciéndola volver a la realidad.
"Y-Yo acabo de recordar, hay algo que tengo que hacer en Ponyville." Dijo Pinkie Pie levantando en el alto su cabeza. Dando un gran salto y comenzando a correr. "Lo siento, debo irme, ¡Adiós!" Agregó rápidamente Pinkie Pie con una gran sonrisa. Corriendo a enorme velocidad para ir hacia la estación de trenes.
Aquella sorpresiva salida dejó sorprendidos a todos, en especial a Dusk. Quien no entendió para nada por qué repentinamente Pinkie Pie huyó. Entonces Dusk miró a los chefs, viendo que ellos se quedaran encargados de vigilar el postre en competencia, y luego miró a Applejack, quien simplemente sonrió y asintió. Sabiendo lo que Dusk haría.
"Sé que estoy dejando a Applejack sola para que cuide del pastel, y que también estoy faltando a mi cita con la Princesa…" Pensó Dusk, comenzando a correr. "Pero ahora, mi primer deber, es con Pinkie Pie. Con… mi novia." Pensó Dusk, a quién se le hizo aún extraño pensar en que ahora Pinkie Pie podía ser su novia.
Rápidamente Dusk comenzó a correr para ir tras de Pinkie Pie. Sabiendo que su amiga era muy veloz y que el tren estaba por partir, así que corrió a toda velocidad para alcanzarla. En la estación, el tren estaba ya partiendo cuando Dusk llegó allí, pero gracias a su teletransportación, logró subirse al tren justo a tiempo. Aunque el guardia del tren le hizo pagar una multa por subirse sin pasaje.
Una vez en el tren, Dusk comenzó a avanzar por los vagones, buscando a Pinkie Pie. Hasta que finalmente Dusk se alivió al reconocer la abultada melena rosa de su amiga, en uno de los últimos asientos de uno de los vagones. Por su parte, Pinkie Pie no se dio cuenta que Dusk se acercaba hasta allí, ya que su mirada se encontraba perdida mirando por la ventana del tren. Fue solo cuando Pinkie Pie sintió que alguien se sentaba a su lado, que ella volteó su cabeza.
"¿¡Dusk!? ¿Qué haces aquí?" Preguntó Pinkie Pie muy sorprendida, al ver que Dusk se sentó a su lado.
"Cuando saliste corriendo de la competencia, te seguí hasta aquí." Respondió Dusk con una mirada preocupada. "Pinkie, ¿Ocurre algo malo? Acaso… ¿Huiste porque dije que era tu novio?"
Ante la pregunta de Dusk, Pinkie Pie puso una mirada nerviosa y solo desvió la mirada. Quedándose en silencio.
"Lamento haberte incomodado." Dijo Dusk con una mirada triste. "No debí decir que era tu novio sin consultártelo antes."
"¿Por qué me consultarías? Mis sentimientos por ti no han cambiado. Yo siempre he querido que tú seas mi novio." Dijo Pinkie Pie, mirando a Dusk con una sonrisa nerviosa y una mirada preocupada. Una respuesta que dejó a Dusk aún más confundido.
"Yo… No lo entiendo. Si no te molestó que dijera que era tu novio, ¿Por qué saliste huyendo?" Preguntó Dusk confundido. A lo que Pinkie respondió suspirando y desviando la mirada de Dusk. Como si estuviera indecisa en responder aquella pregunta.
"Dusk, yo siempre quise que fueras mi novio… pero no así." Dijo finalmente Pinkie Pie. Mirando con tristeza al piso. Entonces ella levantó su cabeza y miró asustada al potro lavanda. "Dusk… ¿Dijiste que eras mi novio por lástima?"
Aquella pregunta hizo que Dusk abriera muy grande sus ojos con sorpresa. Ya que nunca se imaginó que Pinkie Pie le haría tal pregunta.
"N-No, ¡Por supuesto que no!" Dijo Dusk muy nervioso. Entonces él cerró sus ojos y puso un casco en su cara con angustia. Solo ahora se daba cuenta de su gran error. Cuando él dijo que era el novio de Pinkie Pie, pensó que lo hacía para ayudarla. Pero ahora se daba cuenta que en realidad fue la peor forma de pedirle a Pinkie Pie que fuera su novia. "Pinkie, ahora me doy cuenta que el momento no fue el adecuado. Juro que no quería lastimarte."
Tras las palabras de Dusk, Pinkie Pie solo respondió con una triste sonrisa. Entonces ambos se quedaron en silencio. Un muy incómodo silencio.
"Pinkie… ¿Quieres que me vaya?" Preguntó Dusk con tristeza. Pensando que quizás Pinkie estaba demasiado dolida con él en ese momento. Por su parte, Pinkie se quedó mirando indecisa a Dusk por unos segundos, viendo lo angustiado y triste que él estaba.
"Creo… que no necesito estar con un amigo en este momento." Respondió finalmente Pinkie, con una triste sonrisa. Volteando su cabeza para volver a mirar por la ventana.
Con la respuesta de Pinkie, Dusk bajó con tristeza su cabeza y movió su cuerpo para levantarse del asiento e irse. Sin embargo, apenas movió su cuerpo, Dusk se paralizó, dándose cuenta de algo importante. Entonces Dusk se acomodó nuevamente en su asiento en vez de levantarse.
"Pinkie no quiere estar con un amigo ahora. Pero yo no quiero estar sentado junto a ella como un amigo. Yo… Yo de verdad quiero estar sentado junto a ella… ¡Como su novio!" Pensó Dusk con una mirada llena de determinación. Decidiendo quedarse allí aunque Pinkie Pie quisiera estar a solas.
Por su parte, Pinkie Pie vio por el reflejo de la ventana que Dusk se quedó sentado. Aquello hizo que Pinkie pusiera una pequeña sonrisa al ver que Dusk había entendido el verdadero significado de lo que había dicho. Aquello había sido una prueba que ella hizo, pues ella necesitaba ver la verdad. Necesitaba saber si Dusk de verdad quería ser su novio o solo había dicho aquello en la competencia para ayudarla.
Pese a esa pequeña victoria, Pinkie Pie borró rápidamente aquella pequeña sonrisa, suspiró, y se mantuvo viendo a la lejanía del paisaje a través de la ventana.
Cuando las cinco amigas habían hecho el trato de ser todas novias de Dusk, habían varias cosas en las que nunca habían pensado. Varios problemas fueron encontrados por Applejack al ser la primera novia de Dusk. Dificultades que Applejack y Dusk pudieron superar. Y ahora, era el turno de Pinkie Pie de descubrir otro nuevo problema en el que nunca habían pensado que tendrían.
"Dusk ya no es novio de Applejack. Él quiere ser mi novio ahora, pero… ¿Cómo puedo saber que esto es real?" Pensó Pinkie Pie con angustia. "¿Dusk pidió ser mi novio por lástima? ¿Él solo lo hace para cumplir con nuestro trato? ¿Seguirá teniendo sentimientos por Applejack mientras finge tenerlos por mí? Yo… Yo… ¿¡CÓMO PUEDO SABER SI DE VERDAD ME AMA!?" Gritó asustada PInkie Pie en su mente. Dándose cuenta del gran problema que se le presentaba.
# Fin del capítulo 23
