T2 - Capítulo 25 – Risas y sorpresas

Dusk Shine soñaba que estaba en una enorme biblioteca. Uno de sus sueños más recurrentes, dado que era su lugar favorito. Sin embargo, a diferencia de otros sueños, donde leía libros y conversaba con sus personajes históricos favoritos, esta vez Dusk estaba sentado frente a un escritorio, respondiendo lo que parecía ser un examen.

Tal como en la escuela, Dusk escribía rápidamente para terminar lo antes posible su examen, pero en este sueño, por más que lo intentaba, no podía terminarlo. No porque no supiera las respuestas, sino porque con cada respuesta que anotaba, dos nuevas preguntas aparecían escritas en el pergamino. Así, aquel examen escrito era eterno, y Dusk comenzaba a estresarse.

"¡No puedo con esto! ¡Las preguntas nunca se acaban!" Gritó Dusk agotado, dejando caer su cabeza sobre el escritorio. "¿Algún día obtendré todas las respuestas?" Suspiró cansado.

Mientras apoyaba su cabeza en el escritorio, Dusk entrecerró sus ojos al creer ver algo detrás de unos estantes. Una melena de color azul etérea, que se movió y ocultó rápidamente cuando notó que Dusk vio hacia allí.

Quedando curioso al ver aquella melena azul, Dusk alzó su cabeza y se dispuso a levantarse de su asiento. Sin embargo, un dulce olor lo distrajo desde otro lado.

Al voltearse, Dusk vio que el dulce olor provenía de un enorme cupcake de fresas, que se acercaba hacia él. Una imagen que hizo que Dusk babeara de hambre al verlo. Entonces Dusk saltó y le dio un enorme mordisco a ese dulce cupcake que olía tan bien.

"¡Ay!" Gritó el cupcake. Un grito que en realidad no era del cupcake, sino de alguien más. Un grito que hizo que Dusk finalmente despertara de su extraño sueño.

Al abrir sus ojos, lo único que Dusk pudo ver, fue una enorme nube rosa cubriendo su rostro. Y en su boca, al parecer estaba mordiendo algo suave y rosa. Algo que se movió y quitó rápidamente de la boca de Dusk.

"¡Dusk! Me mordiste." Dijo la voz de Pinkie Pie juguetonamente. Levantándose del lado de Dusk, sobándose su casco mordido. Haciendo que Dusk se diera cuenta que la nube rosa que había estado tapando su cara, había sido la melena de su novia.

"¿Pinkie Pie…?" Preguntó Dusk aún medio dormido, con una mirada confundida. Entonces, tras un par de segundos, los ojos de Dusk se abrieron como dos grandes platos y se sonrojó completamente. "¡Pinkie Pie! ¡Tú…! ¿¡Q-Qué haces durmiendo a mi lado!?" Gritó Dusk, avergonzado y muy confundido. Mirando hacia todos lados para comprobar que aún estaba en su propia habitación.

"Bueno… Sé que sería muy atrevido dormir con mi novio tan pronto, pero pensé que al menos podría despertar junto a él." Dijo Pinkie Pie levemente sonrojada, con una enorme sonrisa. "Así que apenas salió el sol, me escabullí aquí para despertar junto a ti, jeje."

"Pero… ¿Cómo entraste?" Preguntó Dusk confundido.

Desde que habían vuelto de la boda de Canterlot, Spike había estado algo paranoico con lo de la invasión de los cambiantes. Así que ahora, cada noche, se aseguraba de cerrar bien puertas y ventanas, para que ningún 'doble malvado', como los llamaba Spike, entrara y lo engañara de nuevo.

"Mmm… Tengo mis métodos." Respondió Pinkie Pie con una mirada pensativa. Mirando de reojo a una esquina de la habitación. En donde estaba la mascota de Dusk, Owlowiscious, comiendo un muffin de chocolate. La prueba del soborno secreto que le dio Pinkie Pie, para poder entrar a la habitación de Dusk.

"¿Qué es todo ese ruido?" Preguntó repentinamente Spike desde su canasta cama. Alzando su cabeza, aún adormilado luego de ser despertado tan abruptamente.

"Lo siento Spike, lamento haberte despertado. Prometo que te lo compensaré." Dijo Pinkie Pie. Saltando de la cama de Dusk y bajando a la pequeña sala de estar que quedaba en el segundo piso. "Los esperaré abajo. Recuerden que hoy nos juntamos a desayunar con las chicas." Agregó Pinkie Pie sonriendo. Entonces ella se acercó a las escaleras principales, pero se detuvo repentinamente en seco. "¡Oh! ¡Casi lo olvido!"

Tras decir aquello, Pinkie se volteó, caminó de vuelta a la cama de Dusk, se acercó a él y le dio un rápido y tierno beso. Uno que hizo que Dusk se sonrojara, y que Pinkie Pie riera tiernamente. Entonces ella volvió a voltearse y bajó las escaleras. Solo que esta vez, ella bajó feliz, saltando hasta llegar a las escaleras y bajar al primer piso.

Luego que Pinkie Pie desapareciera, Dusk cayó de espaldas en su cama y tocó sus labios. Aún sorprendido con la facilidad con que Pinkie Pie lo podía tomar con la guardia baja.

"No me molestaría despertar así cada mañana…" Pensó Dusk con una pequeña sonrisita. Aún saboreando el cálido y dulce sabor que quedó en sus labios.

Habían pasado solo dos días desde que Pinkie Pie y Dusk se habían vuelto oficialmente novios. En ese corto periodo de tiempo, Dusk comprendió lo diferente que sería su nuevo noviazgo comparado con el anterior. Applejack siempre había sido más tímida a la hora de besar a Dusk, siendo todo un proceso hasta que llegaron a los besos más intensos e íntimos al final de su relación. En cambio, Pinkie Pie no perdía la oportunidad para besar y abrazar a Dusk en cuanto lo veía, expresando mucho más abiertamente su cariño. Ambas demostrando su amor a su manera, pero siempre dejando en claro lo mucho que amaban a Dusk.

"¡Oye tú! Quita esa boba sonrisa que tienes." Dijo Spike repentinamente, sacando a Dusk de sus pensamientos. Un poco molesto al ver la boba sonrisa de su hermano.

"Lo siento… jeje." Respondió Dusk levantándose de su cama. Intentando dejar de sonreír, pero sin lograrlo.

Luego de ir al baño y arreglarse, Dusk y Spike bajaron al primer piso, y junto a Pinkie Pie, fueron hacia el Café de Ponyville. Que ya por tradición, se había vuelto su lugar de reunión para los desayunos de grupo.

En el camino, Pinkie Pie se fue abrazando en todo momento a Dusk. Algo que le agradaba mucho a Dusk, pero pensó que sería incómodo para las chicas verlos así de juntos cuando llegaran a desayunar.

"¡Jeje! No te preocupes, solo será por hoy. Seré extremadamente amorosa contigo en el desayuno, para ver hasta cuanto pueden soportar." Dijo Pinkie Pie sonriendo feliz y luego poniendo una sonrisa más seria. "Descubriré cuál es su límite, y así podremos estar más relajados de aquí en adelante."

Ante el plan de Pinkie, Dusk simplemente puso una mirada insegura, pero dejó que su novia siguiera con su plan. Después de todo, ya había demostrado muchas veces lo lista que era, en especial, al conocer cómo debía actuar frente a sus amigas, para que no dejaran de sonreír.

Finalmente, los tres llegaron al Café, donde ya estaban todas sus amigas reunidas. Todas ya comiendo sus respectivos desayunos, por lo que Dusk y Pinkie Pie ordenaron rápidamente, mientras que Spike simplemente se mantuvo comiendo un muffin sorpresa que le había dado Pinkie Pie. Por varios minutos, Rarity, Fluttershy y Rainbow Dash intentaron desviar su atención de Pinkie Pie. Quien se sentó casi pegada al asiento de Dusk, siendo en todo momento muy acaramelada con él.

Para todas ellas, era obvio que Pinkie Pie ahora era la novia oficial de Dusk. De hecho, era algo que ya habían escuchado de Applejack, pero aún no estaban cien porciento seguras. Sin embargo, la actitud de ambos, despejaba toda sospecha.

"Huff… ¡Ya no lo aguanto! Tengo que decirlo. ¿Así que Pinkie Pie es oficialmente la segunda novia?" Preguntó finalmente Rainbow Dash exasperada. Negándose a creer que Pinkie Pie hubiera logrado algo antes que ella, siendo mala perdedora.

"¡Así es!" Dijo Pinkie Pie con una enorme sonrisa. Abrazando fuertemente el casco de Dusk. Causando que Dusk no pudiera usar sus cascos para tomar el desayuno y tuviera que usar su magia para ello.

"Mmm, debo admitir que es sorpresivo. Pero supongo que está bien. Es decir, es lo que debía pasar… supongo." Dijo Rarity con una mirada pensativa. Desviando lentamente su mirada hacia otra de sus amigas. "Esto está bien… ¿Verdad?" Preguntó Rarity, mirando a Applejack con una mirada nerviosa.

"¿Hm? ¡Oh! Sí, está bien. No tengo problemas con ello. Ya está superado." Dijo Applejack tranquilamente. Quien había sido la única que no le había puesto mayor atención a Pinkie Pie y Dusk, y simplemente se había enfocado en comer su desayuno, ya que tenía mucha hambre.

"Pero Applejack… ¿De verdad estás bien?" Preguntó Fluttershy preocupada.

En ese momento Applejack enfocó su mirada en Dusk y Pinkie Pie. Dusk tenía una sonrisa nerviosa, ya que Pinkie Pie estaba siendo demasiado apegada. Disfrutando la sensación de ser querido por Pinkie Pie, pero también queriendo algo de espacio personal. Mientras que Pinkie Pie sabía que estaba siendo demasiado acaramelada con Dusk, pero le divertía ver a Dusk tan nervioso. Además, aquello era parte de su plan, para que toda la tensión que pudieran sentir las chicas, la sintieran solo ese día, y de allí, se acostumbraran a verlos a ambos como la nueva pareja. Al verlos así de cariñosos uno con el otro, Applejack enfocó su vista en la enorme y amorosa sonrisa de Pinkie Pie, y ella también sonrió.

"De verdad estoy bien, chicas. Me alegra ver así de feliz a Pinkie Pie." Respondió Applejack sonriendo. Volviendo a centrar su atención en su desayuno y bebiendo de su zumo de manzana.

"Chicas, si queremos que esto funcione, deben ser igual de maduras que yo. No pueden dejar llevarse por los sentimientos, y ser infantiles…" Pensó Applejack tranquilamente, mientras bebía de su jugo.

Al dejar de hablar, lo único que pudo escuchar Applejack mientras bebía su jugo, fueron las risitas juguetonas de Pinkie Pie y Dusk. Ya que parecía que ahora Pinkie Pie le hacía cosquillas a Dusk como castigo por no aceptar que le diera de comer en la boca. Sonidos amorosos de una pareja muy MUY enamorada. Sonidos que hicieron que finalmente una vena saltara en la cabeza de Applejack, y en la cabeza de Applejack, la Applejack inmadura le diera una patada a la Applejack madura, sacándola de quicio.

En ese instante, Applejack bajó fuerte su vaso, para que todos la escucharan. Y olvidó por completo ser la más madura de sus amigas.

"Además, no importa cuánto lo intente Pinkie… Sigo siendo la novia número uno de Dusk. Y por lo demás, la mejor." Dijo Applejack, con una maliciosa sonrisa. Dándole una astuta y traviesa sonrisa de venganza.

Al ver la audaz sonrisa de Applejack, Pinkie Pie se sorprendió y luego infló sus mejillas en signo de molestia.

"Puede ser cierto. ¡Pero tengo un mes para demostrar que ahora yo puedo ser la novia número uno de Dusk!" Dijo Pinkie Pie, acercándose sobre la mesa a Applejack y dándole una sonrisa de desafío.

"Pues adelante, inténtalo si puedes." Respondió Applejack, dándole la misma sonrisa de desafío a Pinkie Pie. Entonces ambas yeguas se quedaron mirando un par de segundos con aquellas miradas llenas de orgullo y determinación, hasta que ambas no pudieron soportarlo más y estallaron en risa.

Mientras ambas amigas reían, los demás se quedaron confundidos, ya que por un segundo creyeron que ellas de verdad se pondrían a pelear. Pero tal parecía que de alguna forma, ambas amigas habían logrado aceptarse como rivales, pero de igual forma mantenían su amistad. En tanto que Dusk, se mantuvo en todo momento rojo de vergüenza, sin aún poder estar cómodo al cien por ciento teniendo a su actual novia y a su antigua novia sentadas una al lado de la otra. Pero de igual forma, aliviado que el plan de Pinkie Pie para quitar la incomodidad del nuevo noviazgo, funcionara.

"¿De verdad pueden reír así, sabiendo que ambas aman y recibieron el amor del mismo potro?" Pensó Rarity confundida. Sin entender lo que tuvieron que pasar Applejack y Pinkie Pie para lograr ese entendimiento.

"¿También podré seguir riendo con mis amigas así, cuando Dusk sea mi novio?" Pensó Fluttershy preocupada.

"Y sí Dusk me deja, ¿Podré ver a una de mis amigas con él y estar feliz por ella?" Pensó Rainbow Dash nerviosa.

En ese instante, Fluttershy, Rainbow Dash, y Rarity se miraron entre sí, y pusieron miradas inseguras ante todas las dudas que seguían teniendo al respecto sobre 'su trato'.

"Yo también pensé que era raro que Dusk comenzara a ser novio de Pinkie Pie, siendo que no había pasado tanto desde su quiebre con Applejack." Dijo repentinamente Spike. Quien comía feliz un muffin con zafiros. Preparado especialmente por Pinkie Pie como otro soborno.

Súbitamente Spike puso una cara extraña, como si se hubiera atorado, y soltó una gran flama verde, que derritió todo su muffin especial de gemas.

"¡Nooo…!" Gritó teatralmente Spike, al ver esfumarse su delicioso desayuno. "¡Odio esos pergaminos sorpresa!"

Spike tomó de mala gana el pergamino que salió luego que eructó su flama mágica, lo abrió, y leyó el comienzo de la carta.

"Es una carta… ¿De la Princesa Luna?" Dijo Spike con una mirada confundida. Entregándole el pergamino a Dusk.

Mientras Dusk leía la carta, todas sus amigas pusieron miradas curiosas, ya que sabían que normalmente era la Princesa Celestia quien le escribía a Dusk. La única que no puso una mirada curiosa, sino más bien seria, fue Pinkie Pie. Una mirada llena de inseguridad, que pasó inadvertida para todos.

"Esta carta es extraña… La Princesa da muchos rodeos, pero creo que quiere que vaya al palacio para… ¿Ayudarla a ser más graciosa?" Dijo Dusk confundido, luego de leer la carta dos veces para comprobar que había entendido bien. "Dice que siempre me ha visto a mí y mis amigas sonriendo y divirtiéndonos, y que necesita mi ayuda para mejorar su buen humor."

"¡Oh! ¿La princesa quiere ser más graciosa? ¡Esa es mi especialidad!" Gritó Pinkie Pie, sorprendida y feliz al escuchar aquella petición. Sacando un mini cañón de fiestas de su melena y disparándolo sobre la cabeza de Dusk, cubriéndolo con unas pocas serpentinas.

"Mmm… Tienes razón. Si entendí bien, y lo que ella quiere es ser más graciosa, supongo que lo mejor es que vayas conmigo." Dijo Dusk, sonriéndole a Pinkie Pie.

"¡Pero no bastará solo conmigo!" Dijo Pinkie Pie, abrazando a Dusk y señalándole con su casco al cielo. "Esta será una misión de suma importancia, ¡El destino de Equestria dependerá de nosotros!" Dijo Pinkie Pie teatralmente, como si estuviera dando el monólogo de introducción de una película de espías.

"¿No estarás exagerando?" Dijo Dusk alzando una ceja.

"¡Toda Equestria depende de nosotros!" Repitió Pinkie Pie teatralmente, fingiendo no escuchar a Dusk. "Y para eso necesitaremos al equipo más fiestero de Equestria. A las cuatro estrellas más graciosas y alocadas de fiestas del mundo." Agregó Pinkie Pie, bajando casualmente el casco hacia donde estaban sus amigas. Quienes se miraron entre sí confundidas.


Luego de un rápido viaje en tren, Pinkie Pie y Dusk llegaron juntos al castillo de Canterlot. Con Pinkie Pie cargando una enorme mochila desde la que se dejaban ver en sus bordes, varias serpentinas, pollos de goma, globos y cojines flatulentos. Totalmente preparada con todo su arsenal de bromas de emergencia.

Una vez ambos llegaron a las puertas del castillo, los distrajo un extraño ruido proveniente de los arbustos cercanos.

"¡Psst! ¡Dusk!" Dijo repentinamente Sweet Caramel, la mayordomo personal de Luna. Saliendo desde detrás de un arbusto. Entonces Dusk y Pinkie Pie se le acercaron. "La Princesa Luna no quiere que su hermana se entere de su llegada. Síganme." Señaló la pony de melena roja. Escabulléndose del arbusto para rodear el muro del castillo.

Con una mirada confundida, Dusk decidió no preguntar y simplemente seguir a la mayordomo. Al igual que Pinkie Pie, quien, como en un juego de espías, fue avanzando y escondiéndose en cada árbol y arbusto que había en el camino. Aunque con su enorme mochila, su esfuerzo para pasar desapercibida era totalmente en vano.

Finalmente, Sweet Caramel guió a ambos a una entrada secreta lateral, que daba hacia uno de los jardines del palacio. Una vez llegaron al jardín, los tres se reunieron con Luna, quien caminaba de un lado a otro con una mirada nerviosa.

"¡Dusk! ¡Finalmente…!" Dijo Luna, abriendo sus ojos con alegría al ver al potro lavanda. Sin embargo, esa alegría se esfumó al instante al ver que Dusk no venía solo. "F-Finalmente llegaste…" Agregó Luna luego de una pausa. Con una evidente mirada de decepción luego de ver a Pinkie Pie.

"Sí, vinimos en cuanto recibimos su carta." Dijo Dusk sonriendo. "Aunque… No estamos seguros a qué se refería con que necesitaba ayuda con su buen humor." Agregó Dusk con una sonrisa nerviosa. Mirando de reojo a Pinkie Pie para que lo apoyara, pero su novia se había distraído al ver una enorme bandeja de pastelitos en forma de medialuna azul, que estaban cerca de donde estaba Luna.

"Es… Es tal y como suena." Dijo Luna intentando seguir seria, aunque le avergonzaba tener que explicar a Dusk por qué necesitaba su ayuda. "Mi hermana me ha hecho muchas bromas desde mi regreso a Equestria, y siempre digo que me vengaré, pero la verdad, es que no soy tan buena para planear bromas como ella. Además, parece que mi sentido del humor… es algo anticuado…" Agregó Luna avergonzada. Recordando una vez que intentó bromear con uno de los cocineros, diciendo que lo degollaran por haber cocinado mal. Pero al parecer, como los sirvientes del palacio no estaban acostumbrado a que ella hiciera bromas, por poco los guardias casi se acriminan de verdad contra el pobre cocinero.

"¿¡También te hace bromas a ti!?" Pensó Dusk sorprendido. Dándose cuenta que seguramente Luna había ocupado su lugar como el objetivo de las bromas de Celestia, luego que él dejara el castillo y llegara su hermana allí. "Sí… a veces las bromas de la princesa pueden ser un dolor de cabeza." Agregó Dusk con un pequeño escalofrío.

"Mi hermana es la reina de las bromas, y no solo para hacerlas, sino también para detectarlas." Agregó Luna, con una mirada frustrada. "He intentado pillarla desprevenida varias veces, pero parece que tiene un sexto sentido que nunca se apaga… Por eso necesito tu ayuda. Necesito aprender a ser más graciosa, y así hacerle una buena broma a mi hermana para finalmente ver su cara de sorpresa, y vengarme de ella."

"Jeje… Una broma contra Trollestia. Pues aquí tienes a un experto." Dijo Dusk con orgullo. Apuntándose a sí mismo al recordar algunas bromas exitosas que él y Spike le habían hecho a Celestia en el pasado. "Además, traje un arma secreta. A la pony más graciosa de toda Equestria… ¡Pinkie Pie!" Agregó Dusk orgulloso, apuntando hacia su novia.

Para desgracia de Dusk, luego de su gran introducción, lo primero que él y Luna vieron, fue a Pinkie Pie luchando por comer uno de los pastelitos en forma de medialuna. Mientras Sweet Caramel hacía todo lo posible para impedírselo.

"¡No puedes comértelos! ¡Son especiales para mi princesa!" Dijo Sweet Caramel molesta. Sosteniendo en un casco la bandeja con 'pastelitos lunares', mientras con su otro casco empujaba a Pinkie para que no alcanzara la bandeja.

"Son solo pastelitos… Solo quiero probar uno." Dijo Pinkie Pie, con la mitad del casco de la mayordomo en la boca, mientras estiraba sus cascos para intentar tomar la bandeja.

"Ya te dije, son especiales. Es una receta que ha pasado en mi familia por generaciones." Dijo Sweet Caramel luchando con Pinkie Pie. "Especiales para mi amad… ¡P-Para mi querida princesa!" Dijo rápidamente Sweet Caramel, sonrojada al darse cuenta que casi dice 'mi amada'.

Luego que Dusk y Luna se les acercaran, Pinkie Pie se calmó al ver que Dusk la reprendió con la mirada. Entonces Dusk le explicó rápidamente a Pinkie Pie lo que le había dicho la Princesa Luna, y de qué manera necesitaban su ayuda.

"Oh… Una broma para la Princesa Celestia, ¡Eso suena divertido! ¡Así podré decir que le he hecho bromas a dos princesas! ¡Todo un récord!" Dijo Pinkie Pie sonriendo. Recordando como hacía un tiempo, ella le había pintado bigotes falsos a Luna cuando se quedó dormida, el día de juegos de mascotas en Ponyville. "Hmm… La Princesa tiene un buen punto. Antes de hacer buenas bromas, tienes que aprender a ser graciosa. Hmm… ¡Ya sé! Primero le haremos una prueba para ver qué tan graciosa es, en mi 'Graciosómetro'" Agregó Pinkie Pie, sacando una enorme regla que marcaba del uno al cien. Donde en uno aparecía la cara triste de Pinkie Pie, diciendo 'aguafiestas', y en cien aparecía la cara feliz de Pinkie, diciendo 'LOL'.

"¿Cómo vas a saber qué tan graciosa soy con eso?" Preguntó Luna curiosa.

"¡Fácil!" Dijo Pinkie Pie, apuntando a Luna con su casco. "¿Qué le dijo una taza a otra taza…? ¡Qué taza-ciendo! ¡Jaja!" Dijo Pinkie sonriendo feliz. Algo que para nada impactó a Luna, quien se mantuvo con una cara confundida. "¿Por qué un huevo fue a pedir ayuda a un banco…? ¡Porque estaba quebrado! ¡Jaja!" Dijo otra broma Pinkie, mientras que Luna se mantenía confundida. "¿Qué le dijo un cero a un ocho…? ¡Qué lindo cinturón tienes!"

Así, Pinkie Pie se mantuvo diciendo chiste tras chiste. La mayoría de ellos bastante infantiles, pero la forma de contarlos de Pinkie Pie era tan graciosa, que Dusk no pudo evitar reírse en varios de ellos, a pesar de lo simple que eran. Quien también estalló en risas, fue Sweet Caramel, quien al parecer era débil ante los chistes infantiles, riendo a carcajadas ante esas tontas bromas. La única que no rio en ningún momento, fue justamente Luna. Quien se esforzó por poner una sonrisa nerviosa, pese a que en ningún momento pudo entender por qué esas tontas frases debían ser graciosas.

"Uff… Uff… Okay, público difícil. Haremos algo más simple." Dijo finalmente Pinkie Pie agotada. Luego de casi agotar su repertorio de chistes. "¡Toc-Toc!" Dijo Pinkie Pie, fingiendo tocar una puerta y esperando a que Luna continuara la broma, para decir el remate.

"Uh… ¿Qué se supone que significa eso?" Preguntó inocentemente Luna, con una risita nerviosa.

"¿¡No sabes lo que son los chistes de 'toc-toc'!?" Gritó Pinkie Pie con una cara de espanto. Entonces ella tomó su 'Graciosómetro' y lo partió por la mitad. "No puedo con esto…"

"¡Pinkie! ¡No te rindas!" Dijo Dusk preocupado.

"¡No puedo!" Dijo Pinkie Pie asustada. Volteándose y poniéndose un pequeño visor en su ojo, que era una pantallita que parecía un rastreador. "¡Su nivel de humor es de menos de nueve mil!" Dijo Pinkie Pie, fingiendo una cara de enojo y destruyendo su rastreador con su casco.

"¡Pfft! ¡Bwahaha!" Estalló en risas Sweet Caramel. Sin entender la referencia, pero tan condicionada a reírse con Pinkie Pie, que todo lo que hacía la pony rosa, le causaba gracia.

"Lo siento, princesa." Dijo finalmente Pinkie Pie, mirando apenada a Luna. "Podría intentar hacer que seas más graciosa, pero en solo un día, es imposible."

"¡Por favor, Pinkie Pie!" Dijo Luna, acercándose a Pinkie y rogándole con la mirada. "¡Quiero tener ese poder!" Agregó Luna, apuntando a su mayordomo, que rodaba en el suelo de risa. "Haré lo que sea… ¡Te daré lo que sea si me ayudas con esto!" Rogó Luna.

"Mmm… ¿Lo que sea?" Repitió Pinkie Pie con una mirada pensativa. Mirando de reojo la bandeja con pastelitos lunares que solo Luna podía comer.

Repentinamente Pinkie Pie corrió a toda velocidad y desapareció de la vista de todos. Causando que Dusk y Luna se quedaran pasmados, sin entender por qué había huido tan repentinamente.

"Lo entiendo… Soy una causa perdida…" Dijo Luna. Volteándose y comenzando a caminar cabizbaja de vuelta al castillo.

Entonces Luna vio una extraña sombra en el suelo. Al levantar la vista, vio a contra luz la silueta de Pinkie Pie, que ahora estaba parada sobre una estatua del jardín.

"¿Quieres aprender a ser graciosa?" Gritó Pinkie Pie seriamente, parada sobre la estatua. Apuntando a Luna.

"¡S-Sí…!" Respondió Luna pasmada. Con sus ojos abiertos como platos ante la emoción del momento.

"Entonces, ¡Yo-Soy-Tu-Maestra!" Dijo Pinkie Pie apuntándose a sí misma teatralmente. Con la mirada más seria que nunca había puesto en su vida.

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"¡Sí sensei!" Gritó Luna casi al borde de las lágrimas. Con sus ojos brillando al ser aceptada como digna discípula por la pony más graciosa de Equestria.

Mientras toda esa escena de película sucedía, Dusk Shine y Sweet Caramel miraron todo desde lejos. Luego mirándose entre sí incrédulos. Sin estar seguros de si todo eso finalmente era una buena idea.

Tras aceptar a su discípula en el humor, Pinkie Pie les pidió a Dusk y Luna que fueran a la torre donde quedaba la antigua habitación de Dusk, ya que debían mantener su entrenamiento en secreto. Así, Pinkie Pie se adelantó velozmente para preparar todo, mientras Luna y Dusk se fueron hasta allí calmadamente. Aprovechando de ocultarse de los guardias, para que nadie le informara a Celestia sobre su 'entrenamiento especial'.

Al llegar a la torre, Pinkie Pie ya los esperaba en la puerta. Preparada para dar la introducción a su curso exprés de humor, y para presentar a su equipo fiestero especial.

"Helos aquí, ¡El equipo más fiestero y gracioso de todos!" Gritó Pinkie Pie con una gran sonrisa, abriendo la puerta y señalando al interior.

Luna y Dusk atravesaron el portal de la puerta y vieron que la habitación estaba llena de globos, letreros con chistes escritos, cojines de gases, pasteles de crema, y un sinnúmero de otros materiales para hacer bromas. Y en medio del salón, cuatro sillas. Una con tres rocas apiladas una sobre la otra, con un sobrero de fiestas sobre ellas; la otra silla tenía un balde lleno de nabos; la tercera silla tenía un saco de harina con un silbato a su alrededor; y la cuarta silla tenía lo que parecía ser una enorme pelusa, usando unas gafas oscuras.

"¿Qué son esas cosas?" Preguntó Luna confundida. Señalando a los objetos que estaban sobre las sillas.

"Ya lo dije, ¡Es mi súper equipo de fiestas!" Dijo Pinkie Pie con una enorme sonrisa. Acercándose a las sillas para presentar a su 'equipo fiestero'. "Ellos son Rocky, el Señor Nabo, Madame Harina, y el Señor Pelusa." Dijo Pinkie Pie, señalando a la roca, al balde de nabos, al saco de harina, y la enorme pelusa.

"Ya era hora que llegaran." Dijo Pinkie Pie hablando detrás de 'Rocky'. Poniendo una voz más grave.

"Mucho gusto, jovencita." Dijo Pinkie Pie, hablando detrás del 'Señor Nabo'. Imitando la voz de un anciano.

"Es un placer conocerla, princesa." Dijo Pinkie Pie, esta vez hablando detrás de 'Madame Harina'. Poniendo un acento francés.

"¡Tendremos mucha diversión juntos!" Dijo Pinkie Pie, hablando detrás del 'Señor Pelusa'. Poniendo una voz más chillona.

Tras la presentación del 'súper equipo fiestero' de Pinkie Pie. Luna se quedó mirándola con una muy extraña mirada, mientras un incómodo silencio llenó la habitación. En tanto que Dusk, golpeó su cara con su casco por lo ridícula de aquella presentación.

"Cuando dijiste que conoceríamos a tu equipo fiestero… pensé que hablabas de tus amigas de Ponyville." Dijo Luna confundida.

"Sí… También había pensado lo mismo…" Dijo Dusk avergonzado.

"Mis amigas son las mejores, pero estos cuatro fueron quienes me enseñaron a ser graciosa." Dijo Pinkie Pie, apuntando a sus cuatro 'amigos' y poniendo una sonrisa más apenada. "En la granja de rocas de mi familia, no tenía muchos amigos con quien practicar mis bromas. Así que practicaba a escondidas con estos cuatro chicos." Agregó Pinkie Pie, con una sonrisa más alegre. "Si ellos pudieron enseñarme a ser más graciosa, estoy segura que también funcionará para usted, princesa." Agregó Pinkie Pie con una cálida sonrisa.

"¡Vaya! Es algo tierno, pero también… algo triste." Pensó Dusk con una mirada de compasión. Pensando que aún había mucho del pasado de su novia que aún no conocía.

Tras una larga mirada de duda, Luna bajó su cabeza y suspiró resignada. Aceptando que debería de seguir los extraños métodos de Pinkie Pie si quería ser tan graciosa como ella.

"Bien, creo que las dejaré a solas." Dijo Dusk, una vez Luna aceptó quedarse con Pinkie Pie y su 'grupo de elite de bromas'. "Iré a charlar con la princesa. Así me aseguraré que no se entere de lo que planean."

"Además… Aún tengo una conversación pendiente con ella." Pensó Dusk mientras se retiraba de su antigua habitación. Recordando que la última vez su conversación con Celestia se vio interrumpida, y que aún había algo importante sobre su familia que debía averiguar.

Mientras Dusk se iba, Luna se quedó mirándolo con una triste mirada, dejando caer su cabeza apenada luego que Dusk cerrara la puerta tras él. A ella le hubiera gustado pedirle a Dusk que se quedara con ellas entrenando, pero quizás sus intentos por ser más graciosa serían vistos con burla por Dusk. Por lo que Luna simplemente quedó triste, sin saber si era bueno o no que Dusk no estuviera allí.

"Pinkie Pie… Crees que yo-" Dijo Luna volteándose con una mirada melancólica. Callándose repentinamente cuando ¡PAFF!, un pastel de crema chocó contra su cara. "¿¡HUH!?" Dijo Luna en shock, sin saber cómo reaccionar. Entonces ella se sonrojó profundamente y se volteó rápidamente para ver la puerta. Aterrada de pensar que Dusk hubiera alcanzado a verla con su cara cubierta de crema.

Luego de verificar que Dusk no estaba en la habitación, Luna volvió a voltearse para ver a Pinkie Pie. Allí, la pony rosa reía a carcajadas rodando por el piso. Abrazando a 'Madame Harina' mientras apuntaba a la cara de Luna y se reía aún más fuerte.

Viendo que Pinkie se estaba burlando de ella en su cara, el rostro de Luna enrojeció aún más, solo que esta vez, enrojeció de ira.

"¡Soy una princesa! ¿¡Cómo osas burlarte de mí de esta forma!?" Gritó Luna furiosa. Usando su voz real de Canterlot para mostrar su enojo.

Mientras Luna gritaba furiosa, Pinkie Pie simplemente se la quedó viendo con una mirada perpleja, sin expresión. Entonces ella movió su casco para levantar lentamente otro pastel de crema, y muy lentamente se lo aplastó contra su propia cara, siempre manteniendo una cara sin expresión. Aquello descolocó a Luna, que de inmediato dejó de gritar y se quedó viéndola confundida.

En cuanto Luna dejó de gritar, Pinkie Pie finalmente volvió a sonreír, con su cara cubierta de crema, y alzó sus cascos delanteros para hacer una pose de presentación.

"¡Ta-da!" Dijo Pinkie Pie. Con su cara tan cubierta de crema, que solo se veían sus ojos y su enorme sonrisa. Aquello hizo que Luna se tapara su boca con su casco mientras comenzó a reír por lo boba que se veía Pinkie Pie. "¿Lo ves? ¡Los pastelazos son divertidos!" Agregó Pinkie Pie, tomando un espejo y mostrándoselo a Luna para que viera su propio reflejo, y viera que su cara aún seguía cubierta de crema. "Lo primero que debes aprender, es que antes de reírte de los demás, debes aprender a reírte de ti misma." Agregó Pinkie con una gran sonrisa.

Entendiendo que aquella era la primera lección de Pinkie Pie, Luna bajó su cabeza apenada. Avergonzándose por haber gritado a Pinkie Pie.

"Lo siento. Es solo que… los tiempos han cambiado tanto…" Dijo Luna apenada, recordando el pasado. "Hace mil años, los ponies nos miraban de una forma completamente distinta. Nos idolatraban como si casi fuéramos diosas. Pero ahora… mi hermana ha luchado mucho para que los ponies nos vean como simples ponies, iguales a ellos."

"¿Y te gustaba ser idolatrada como a una diosa?" Dijo Pinkie Pie, con una mirada de curiosidad.

"No…" Dijo Luna con una mirada triste. Recordando las noches de soledad que tuvo en la época antigua. Cuando muy pocos ponies se le acercaban por el miedo de estar ante su presencia. Sentimientos de soledad que fueron pavimentando sus miedos, celos e ira que la llevaron a convertirse finalmente en Nightmare Moon. "Yo… quiero cambiar. Quiero que los ponies del palacio no me tengan miedo. Quiero… ¡Quiero tener amigos! ¡Quiero poder reír junto al pony que amo! ¡Quiero ser una nueva y mejor Luna para todos!" Dijo Luna, poniendo una mirada firme. Con sus ojos brillando de determinación.

Aquellas palabras dichas con tanta firmeza, sorprendieron a Pinkie Pie. En especial la parte en que Luna dijo que quería reír junto al pony que amaba. En donde fue que comenzaron a brillar de emoción los ojos de la princesa de la noche.

"¡Ese es el espíritu!" Dijo Pinkie Pie con una gran sonrisa, llena de emoción.

Entonces Pinkie Pie corrió velozmente detrás del 'Seño Pelusa' y habló detrás de él.

"¡Basta de charla y más acción! ¡Hay mucho trabajo por delante!" Dijo Pinkie Pie, dándole nuevamente voz a la enorme pelusa con lentes oscuros.

"Eres tan sabio, Señor Pelusa." Dijo Luna, riendo y siguiendo el juego de Pinkie Pie. Dándole una pequeña reverencia a la enorme pelusa. "Soy tu humilde aprendiz."

Con la pequeña actuación de Luna, Pinkie Pie rio desde detrás de la silla. Finalmente sintiendo que quizás Luna sí podía aprender a ser más graciosa, si se lo proponía.


Luego de dejar la antigua torre del castillo, Dusk se dirigió hacia la habitación de la Princesa Celestia. Allí, se sorprendió de no encontrar a su maestra, sino que a Sweet Creme, la mayordomo de Celestia. Quien estaba en el escritorio central de la habitación, usando la corona dorada de Celestia. Firmando lo que parecía ser un lote interminable de documentos, con una cara de absoluto cansancio.

Sweet Creme le explicó a Dusk que la Princesa le había encargado que tomara su lugar firmando documentos, ya que ella tenía una muy importante misión que cumplir ese día. Una misión tan secreta, que ni siquiera se la había contado a su fiel mayordomo.

"¿Misión secreta? ¡Quizás ella descubrió que la Princesa Luna intenta jugarle una broma!" Pensó Dusk asustado. "O peor aún, ¡Está preparando una broma sorpresa como venganza!"

"Mi princesa cree que no lo sé, pero ella ha estado yendo mucho a la cocina del castillo últimamente." Dijo Sweet Creme, mirando de reojo a Dusk y volviendo a concentrarse en la firma de documentos. "Seguramente ella esté allí ahora."

"¿La cocina del castillo?" Pensó Dusk con temor. Imaginándose a su maestra cocinando un pastel de crema gigante, y lanzándoselo a su pobre hermana menor.

Con esa imagen en mente, Dusk se apresuró a ir hasta la cocina del castillo. Una vez allí, el dulce aroma que había en el aire, contrastaba notablemente con el caos que había de parte de los cocineros del palacio.

En el medio de la cocina estaba Celestia, haciendo que uno por uno todos los chefs del palacio le presentaran distintos pasteles. Pasteles enormes, con distintas formas y sabores. Muchos de ellos teniendo en común el betún de color azul. Allí, Celestia inspeccionaba uno por uno los pasteles, pero luego de darles una cuidadosa mirada, Celestia los descartaba y seguía con el siguiente. Causando que los cocineros desecharan sus obras culinarias, tirándolas a la basura, y corrieran estresados de vuelta a sus cocinas, para cocinar otro pastel.

"¡Dusk! Qué sorpresa, ¿Qué te trae por aquí?" Preguntó Celestia con alegría, una vez se dio cuenta que su querido alumno estaba allí.

"Yo solo…" Respondió Dusk con una mirada confundida. Olvidándose por completo de la razón por la cual venía, y llenándose de curiosidad por lo que estaba planeando su maestra. "¿Qué es lo que está pasando aquí?" Preguntó Dusk confundido. Viendo lo inquietos que estaban todos los chefs corriendo de un lado a otro por toda la cocina.

"¡Oh! Es solo que estoy preparando una sorpresa para Luna." Dijo Celestia sonriendo, acercándose a Dusk. "Voy a celebrar el cumpleaños de Luna con un pastel sorpresa." Agregó Celestia susurrando, con una gran sonrisa.

"¿El cumpleaños de la Princesa Luna?" Repitió Dusk con sorpresa. Suspirando aliviado en su mente, al ver que su maestra no estaba preparando una broma secreta para su hermana. "No sabía que ella estaba de cumpleaños."

"Creo… que ni ella misma lo recuerda." Dijo Celestia con una triste mirada. "Y no la culpo… Ella pasó mil años encerrada en la luna… Dudo que recuerde haber celebrado un cumpleaños en mucho tiempo." Agregó Celestia con una mirada llena de culpa, pero rápidamente agitando su cabeza para poner una mirada llena de determinación. "Es por eso que planee hacerle un pastel de cumpleaños especial, solo para ella. Pero… Aún no me convence ninguna de las propuestas de los chefs. ¡Debe ser un pastel muy especial!" Agregó Celestia, mostrando con decepción una enorme pila de pasteles que estaban amontonados cerca de la basura. Todos desechados por Celestia.

"¿¡Todos esos pasteles están malos!?" Preguntó Dusk sorprendido. Ya que normalmente su maestra no era tan exigente a la hora de comer, y menos con los dulces. Ya que le gustaban los postres simples, y no sobre exigir a sus habilidosos chefs.

"No lo creo. Definitivamente todos han de estar delicioso." Respondió Celestia apenada. "Es solo que el pastel de Luna… ¡Quiero que sea perfecto! Y aún ninguno me ha dado esa sensación."

Ante la respuesta sin mayor fundamento de su maestra, Dusk se rascó la cabeza. Entendiendo que por primera vez su maestra quería que algo fuera genuinamente 'perfecto', ya que pensaba que su hermana se lo merecía, luego de todo el sufrimiento que pasó por años. Sin embargo, llenar esas expectativas podía ser imposible, ya que el que algo fuera 'perfecto' era algo bastante subjetivo. Y más aún para Celestia, que era para mucho la mayor muestra de perfección del mundo. La prueba estaba en tan solo mirar a los cocineros, que sin que Celestia se diera cuenta, estaban a punto de enloquecer, por no poder llegar a las expectativas de su perfecta princesa.

"Mmm… Quizás jamás encuentre un pastel que llene sus expectativas." Dijo Dusk con una mirada pensativa. "Pero si tuviera que adivinar, más que un pastel perfecto, creo que a Luna le gustaría cualquier cosa que fuera cocinada por usted."

"¿Cocinar?" Repitió Celestia algo impactada. Entonces ella bajó su mirada, quedándose en silencio por varios segundos, con una mirada muy pensativa. "Por supuesto… ¡Es tan obvio! ¿¡Cómo no se me ocurrió antes!?" Gritó Celestia muy sorprendida.

Aquella propuesta de Dusk, era algo que cualquier otro pony hubiera pensado. Pero Celestia no había cocinado desde hacía siglos. Por lo que ella nunca pensó en aquella obvia respuesta. Además, hizo falta que Dusk, teniendo la confianza de ella, fuera capaz de hacerle tan 'loca' propuesta sin temor.

Celestia rápidamente les agradeció a todos los chefs de la cocina, pidiéndoles disculpas por exagerar en su pedido, y les dio la tarde libre, para que ella tuviera la cocina para sí sola. La única excepción fue Dusk, que se ofreció a quedarse con ella, dado que su experiencia cocinando junto a Applejack y Pinkie Pie, podía serle útil. Además, Dusk no quería que su maestra incendiara toda la cocina, al no haber cocinado nada en tanto tiempo.

"Me asombra que la Princesa Luna sí celebre sus cumpleaños y usted no, princesa." Dijo Dusk mientras amasaba con su magia una enorme bola de masa.

"Antiguamente ambas celebrábamos nuestros cumpleaños, pero desde que Luna se fue, dejé de celebrarlos." Respondió Celestia. Mirando con curiosidad el horno, ya que no estaba segura cómo prenderlo. "No lo celebrábamos todos los años, ya que sabíamos que éramos inmortales. Pero cuando éramos potrancas, ambas nos turnábamos cada año para celebrarlo en 'La Noche de los Corazones Cálidos'." Agregó Celestia, sacando asustada su cabeza del horno cuando logró encenderlo y por poco se quema las pestañas. "Hicimos eso por muchos años, pero luego que nuestros súbditos comenzaran a ponerle más atención a nuestros cumpleaños que a la verdadera celebración de la Noche de los Corazones Cálidos, fue que decidimos cambiar la fecha de celebración y comenzamos a celebrar nuestros cumpleaños unos días antes."

Aquella respuesta que su maestra le daba de forma tan casual, sorprendió mucho a Dusk, ya que nunca había oído eso. De hecho, dudaba que alguien más supiera aquello del pasado de su maestra.

Desde que Dusk tenía memoria, nunca supo que su maestra celebrara su cumpleaños. Y en los libros de historia, nunca hubo registro de la fecha en la que se suponía que Celestia había nacido. Aquello, Dusk entendió, ayudaba al misticismo que rodeaba a Celestia. Haciéndola ver casi como una diosa, un ser inmortal venido a la tierra para mover el Sol y darles luz y vida a los ponies. Una creencia que los ponies más eruditos sabían que no era cierta, pero que la gran mayoría de los ponies sí aceptaban, aunque la misma Celestia lo negara. Ya que la mayoría de los ponies se sentían más seguros al pensar que eran protegidos por una diosa inmortal.

"Ya que tú pasabas las festividades de la Noche de los Corazones Cálidos con tu familia, siempre me dabas un regalo unos días antes de irte del castillo." Agregó Celestia sonriendo, mirando tiernamente a Dusk. "Sin darte cuenta, me diste un regalo de cumpleaños todos los años." Una confesión que hizo que Dusk sonriera también con ternura.

La Noche de los Corazones Cálidos era una de las fiestas más importantes de Equestria. Una fecha en que las familias se reunían para darse regalos y recordar la Fundación de Equestria. Cuando las tres tribus originales: los unicornios, los pegasos, y los ponies de tierra; se unieron. Alejando a los espíritus del hielo, llamado 'windigos', con 'El fuego de la amistad'.

"Si las princesas celebraban sus cumpleaños en esa fecha, ¿Tienen alguna relación con la fundación de Equestria?" Pensó Dusk con una mirada pensativa. Mientras su mente curiosa se llenaba de preguntas. "Es decir, no hay registro de ellas antes de eso. Pero también es cierto que los registros de la era Pre-Equestria son muy escasos."

"¿Quieres preguntarme sobre mi pasado?" Preguntó repentinamente Celestia. Mirando a Dusk de reojo con una divertida sonrisa. Divertida al ver la cara confusa de su querido alumno. "Dudo que lo encuentres en algún libro, ya que muchos de esos libros se prohibieron, para hacerme parecer más divina de lo que soy." Agregó Celestia con una pequeña sonrisa, suspirando al recordar. "Starswirl creía que los antiguos reyes de las distintas tribus, nos aceptarían más fácilmente a Luna y a mí si decíamos que nuestro origen era divino. Una creencia que dura hasta nuestros días."

"Pero entonces… ¿Cuáles son sus orígenes?" Preguntó tímidamente Dusk, tragando saliva fuerte. Ya que estaba ante una pregunta que miles de ponies se habían preguntado por cientos de años. "¿M-Me lo dirá?"

Ante la pregunta de Dusk, Celestia alzo la vista y se quedó varios segundos con una mirada pensativa. Luego ella miró a Dusk y sonrió.

"Elige. Puedo contarte sobre mi pasado… O puedo contarte sobre el tuyo." Dijo Celestia con una mirada un poco más seria. Una respuesta que dejó a Dusk confundido. "Después de todo, a eso viniste, ¿Verdad? Quieres saber más sobre la familia Sparkle." Agregó Celestia. Mostrando que, desde el primer momento, había adivinado la razón por la que Dusk estaba allí.

Dusk Shine se quedó en silencio por lo que pareció una eternidad. Teniendo una de las dudas existenciales más profundas de su vida. Por un lado, estaba resolver una de las incógnitas más grandes de la historia: los orígenes de Celestia. Y por el otro lado, estaba resolver la duda que lo había atormentado desde el día de la boda: ¿Cuál era la familia Sparkle y por qué los nobles la odiaban tanto?

"Yo…" Dijo Dusk muy nervioso. Inhalando fuerte luego de tomar aquella trascendental opción. "Elijo saber más sobre su pasado, princesa."

"Hm, ya veo…" Respondió Celestia, mirando pensativamente hacia el techo. "Fue tu peor elección. Después de todo, ni yo misma lo sé." Agregó Celestia con una gran y divertida sonrisa. Algo que hizo que Dusk abriera grande sus ojos y se rompiera toda la tensión del momento.

"¿¡No sabes tus orígenes!?" Gritó Dusk frustrado, casi en shock. Creyendo que la princesa lo había engañado.

"Bueno, no es como si tú tampoco supieras por ti mismo cómo y dónde naciste. Todo lo que sabes, lo sabes porque tus padres te lo han dicho." Respondió Celestia, inflando sus mejillas, como si tuviera una rabieta de bebé. "Y ese es el punto. Yo no tengo madre."

Al escuchar aquello, Dusk abrió con sorpresa sus ojos y se calmó un poco más. Entendiendo que la princesa sí le hablaría sobre su pasado.

"No recuerdo mucho de mi infancia, ya que fue hace mucho tiempo…" Dijo Celestia, con una mirada seria, perdida en sus pensamientos. "Mis primeros recuerdos, son estar al cuidado de la Reina Amore, en el Reino de Cristal."

"El Reino de Cristal… Creo que es uno de los tantos reinos desaparecidos de la Era de la Equestria Antigua." Pensó Dusk, recordando haber leído de aquel reino. Aunque, a comparación de otros reinos antiguos, se sabía muy poco del Reino de Cristal.

"Creo que mi recuerdo más antiguo es ver a Starswirl sosteniendo a Luna y enseñándomela. Ella era solo una bebé..." Dijo Celestia, sonriendo tiernamente. "La Reina Amore no era nuestra madre, pero siempre sentí una gran conexión hacia ella, al igual que la sentí por Luna… Ella nos llamaba sus princesitas. Es por eso que seguimos usando esos títulos hasta el día de hoy. Para mí, ella siempre será la única Reina."

Los ojos de Celestia brillaron de emoción al recordar algo que no recordaba hacía tanto tiempo.

"No sé por qué, ya que Starswirl jamás me lo dijo. Pero un día, la Reina Amore nos dejó a cargo de él, y nuestra relación nunca fue la misma." Continuó hablando Celestia. "Nos vimos algunas pocas veces después de eso, pero ella siempre mantuvo su distancia con nosotras hasta… hasta el día de su muerte." Agregó Celestia. Esta vez con una mirada muy melancólica y triste.

En ese instante, la alarma del horno sonó, para señalar que había terminado de cocinar la primera parte del pastel que preparaban. Entonces Celestia y Dusk se enfocaron nuevamente en seguir con el pastel, ambos en silencio. Algo que Dusk mantuvo por un largo rato, ya que entendió que su maestra debía tomarse su tiempo para contar su historia. Después de todo, no en vano Celestia había vivido cientos, sino miles de años, y habían muchas historias tristes en aquella larga vida.

Pese a todo, Dusk estaba fascinado por conocer aquella parte desconocida de su maestra. Una respuesta que, como siempre, lo llenaba de aún más preguntas.

"Si la Reina Amore no era su madre, ¿De dónde nacieron Celestia y Luna? No pueden haber nacido de la nada." Pensó Dusk con una mirada pensativa e inquieta. "Además, ¿Por qué la Reina se alejó de las hermanas alicornio? Y justamente todo ocurrió en el Reino de Cristal, ¿¡Cómo fue que ese enorme reino desapareció de la nada!?" Pensó Dusk, desesperándose un poco al tener más preguntas sin respuestas.

"Heh… Por eso es que quería evitar responder tus preguntas." Dijo Celestia repentinamente, con una pequeña risita. Viendo cómo Dusk sacudía su cabeza al llenarse de preguntas. "Tienes una mente demasiado curiosa, y siempre quieres saber todas las respuestas. Pero la verdad es, que a veces no podrás encontrar todas las respuestas… Es por eso mismo que quería evitar hablarte sobre la familia Sparkle."

"Usted… ¿Me lo dirá?" Dijo Dusk abriendo con sorpresa sus ojos. Ya que se suponía que por su elección, Celestia no le contaría sobre aquello. En tanto que Celestia, simplemente sonrió y miró hacia arriba al recordar nuevamente su pasado.

"El nombre de la familia Sparkle también es algo que llamó mi atención en mi juventud." Dijo Celestia recordando. "Las familias nobles siempre han temido y odiado a la familia Sparkle. Eso es algo que noté en aquella época."

"Quiere decir que ese odio de los nobles hacia mi familia… ¿¡Viene incluso de antes que usted!?" Preguntó Dusk muy sorprendido. Algo que Celestia respondió asintiendo.

"Es un odio que ha pasado de generación en generación entre los altos nobles del reino. De antes incluso que yo gobernara Equestria." Siguió hablando Celestia. "Es por eso que, al igual que tu familia, tus ancestros ocultaron su nombre familiar. Ya que sabían que muchos ponies de alta alcurnia los odiaban sin razón... Ponies que llegaron a ser famosos durante los siglos que pasaron, pero que siempre ocultaron parte de lo que realmente eran."

En ese momento, la alarma de otro horno sonó. Indicando que los bizcochos allí horneados, también estaban listos. Entonces Dusk sacudió su cabeza para despejarse y volver a concentrarse en el pastel de Luna. Después de todo, sus preguntas podían esperar un poco.

"Dudo que haya ponies famosos que hayan sido parte de mi familia." Dijo Dusk. Sin poder aguantarse a sacar sus primeras conclusiones. Mientras sacaba los bizcochos del horno. "Es decir, si cambiaron su nombre familiar a 'Shine', no conozco muchos ponies famosos con ese nombre."

"¡Oh! Bueno, es que antiguamente ocultaban su nombre de otra manera." Dijo Celestia con una mirada pensativa. Luego mirando a Dusk para ver su reacción. "Dime… ¿De verdad crees que el nombre completo de Starswirl era ¿El Barbado?"

En ese instante, se escuchó el ruido de una bandeja cayendo con un bizcocho encima. Siendo la bandeja que Dusk cargaba. Ya que parecía que de un segundo a otro, Dusk quedó en shock ante lo que escuchó.


En la antigua habitación de Dusk Shine, Pinkie Pie continuaba entrenando a la Princesa Luna para que aprendiera a ser más graciosa, y así poder realizar finalmente una broma como venganza a Celestia.

Pinkie Pie le había enseñado todo lo básico de las bromas a Luna. Desde cojines con gases, hasta flores falsas que lanzaban agua al olerlas. Un entrenamiento bastante duro y exigente por parte de Pinkie Pie, quien le exigió a Luna que mejorara en sus bromas, y principalmente, en su sentido del humor. Un duro entrenamiento que solo se vio pausado cuando la mascota de Luna, la zarigüeya Tiberius, entró en la habitación y se comió al pobre e inocente amigo de Pinkie, el 'Señor Nabo'.

Tras la tragedia, ambas yeguas hicieron un pequeño funeral para el Señor Nabo. Hasta que Pinkie Pie simplemente volvió a llenar el balde con nabos y bautizaron al 'Señor Nabo Junior' como nuevo miembro del equipo.

Luego de volver a las lecciones de Pinkie, la maestra puso a prueba a su alumna con un gran circuito de bromas que Pinkie Pie y su 'equipo de fiestas' realizó. Así, Luna avanzó por el circuito, lanzándole un pastelazo en 'la cara' a Madame Harina. Luego haciendo rodar por el suelo al Señor Nabo Junior, al poner canicas en el suelo. Después haciendo que Rocky 'se sonrojara' al hacerlo sentar en un cojín con gases. Asustando al Señor Pelusa con una máscara de dragón, haciendo que saliera volando de su silla por el temor. Y finalmente, para sorpresa de Pinkie Pie, dándole un electrizante saludo a Pinkie, al usar un botón eléctrico que Luna escondió en su casco antes de saludarla.

Tras aprobar el curso intensivo de Pinkie Pie, ambas yeguas se escabulleron en el castillo y comenzaron a jugarle bromas a los guardias y sirvientes del palacio. Usando las máscaras de dragón, las canicas y globos para molestar a todos con los que se encontraban. Todos ellos asustándose un poco al ver que quién les había jugado una broma era la siempre seria Princesa Luna. Sin embargo, al verla reírse como nunca antes habían visto, hizo que los guardias y sirvientes también rieran. Alegres de descubrir aquella nueva faceta de su princesa.

Por su parte, al ver a sus queridos súbditos reír finalmente junto a ella, hizo que Luna también comenzara a sentirse genuinamente más alegre y agradecida con toda la ayuda brindada por Pinkie Pie.

"Creo que ya es el momento… ¡Es hora de hacerle la broma a la Princesa Celestia!" Dijo finalmente Pinkie Pie. Luego que ella y Luna hicieran caer un balde con agua sobre la cabeza de un despistado guardia. "Creo que Dusk una vez la hizo sentarse en un cojín de gases, pero quizás podríamos combinar varias bromas en una sola para sorprenderla…" Dijo Pinkie Pie sonriendo. Poniendo una mirada pensativa mientras se imaginaba todas las posibilidades de bromas, para que fuera algo realmente espectacular.

"En realidad… Esta vez me gustaría ser yo quien ideara la broma para mi hermana." Dijo Luna, con una pequeña sonrisa. Queriendo ser ella, sin la ayuda de nadie más, quien fuera quien finalmente sorprendiera a su astuta hermana.

"¡Okii-dokii-lokii!" Respondió Pinkie Pie feliz.

Con una sonrisa en su cara, Luna puso una mirada pensativa y comenzó a repasar las lecciones aprendidas con Pinkie Pie. Pensando en la mejor broma para su hermana. Y así pasaron los segundos y minutos, y Luna permaneció en silencio. Lo único que varió en ese tiempo, fue que la sonrisa de Luna fue desapareciendo lentamente mientras comenzaba a poner una mirada insegura.

Su hermana Celestia siempre se anticipaba a todo, y ella… ¡Era tan perfecta! ¿Realmente ella sería capaz de lograr engañar a su hermana? ¿Y si no lo lograba? ¿¡Qué tal si todo aquello había sido en vano!? Después de todo, sus bromas jamás llegarían a la altura de las bromas de Celestia… Incluso… Ella misma no estaba a la altura de su hermana…

Los nervios y baja autoestima de Luna, se comenzaron a apoderar de sus pensamientos. Haciendo que comenzara a perder la fe en ella misma. Aquello no pasó desapercibido para Pinkie Pie, quien vio con preocupación como Luna nuevamente parecía haber olvidado cómo sonreír.

"Quizás solo hace falta darle un buen pastelazo sorpresa." Dijo Pinkie Pie con una tímida sonrisa. Para intentar ayudar a Luna.

"¡Eso es demasiado simple! ¡Tía se lo esperará!" Dijo Luna molesta.

"Pero la Princesa Celestia no esperará que te des un pastelazo a ti misma." Dijo Pinkie Pie sonriendo amablemente. "Tal como lo hicimos en la habitación de Dusk. ¡Eso fue muy gracioso! ¡Y definitivamente no se lo esperará!"

"¡Eso fue un error! ¡No pienso humillarme a mí misma frente a mi perfecta hermana!" Gritó Luna muy molesta. Comenzando a sentirse frustrada, desquitándose con Pinkie Pie.

Al escuchar esa respuesta, Pinkie Pie puso una mirada triste. Entendiendo que a Luna aún le costaba aprender la lección más básica de las bromas. Lo importante no es a quién se le haga la broma, sino que todos puedan reírse juntos.

"Princesa… No hay nada de malo en reírse de uno mismo." Dijo Pinkie Pie con una pequeña y tierna sonrisa. Acercando su casco para tocar a Luna.

Viendo el casco de Pinkie Pie, Luna intentó ver la sonrisa de Pinkie Pie. Sin embargo, lo único que su imaginación le permitió ver, fue imaginarse a sí misma con su cara llena de crema. Con su hermana nuevamente burlándose de ella. Con los sirvientes del palacio riéndose de ella mientras susurraban que ella no estaba al nivel de Celestia. Y finalmente, imaginándose a Dusk Shine, burlándose de ella y alejándose de ella para siempre.

"Yo… ¡Yo soy una princesa! ¡Nunca me rebajaré a ser la burla de nadie!" Gritó Luna llena de estrés. Desquitando toda su frustración contra Pinkie Pie. "Somos diferentes, ¡Entiéndelo! Yo soy una princesa, y tú solo eres un payaso."

Aquellas palabras impactaron mucho a Pinkie Pie. Quien bajó con tristeza su cabeza, se volteó y comenzó a retirarse lentamente del salón en donde estaban. Por su parte, al instante de decir aquellas duras palabras, Luna abrió con horror sus ojos al darse cuenta de lo cruel que había sido.

"¡P-Pinkie Pie! Yo… lo siento." Dijo Luna muy arrepentida. Estirando un casco para que Pinkie Pie se acercara. Sin embargo, Pinkie Pie ni siquiera se volteó. Ella simplemente siguió su camino. Alejándose con una muy triste mirada.

"Solo soy un payaso…" Pensó Pinkie Pie con tristeza. Recordando su entrenamiento para ser graciosa con Luna. "Pensé que nos estábamos acercando, pero para ella… nunca fui más que un simple-"

Repentinamente Pinkie Pie detuvo su tren de pensamientos, cuando Luna se teletransportó para aparecer justo frente a ella, impidiéndole el paso.

"¡Soy la Princesa de la Noche! ¡No te atrevas a darme la espalda!" Gritó Luna, usando la voz real de Canterlot. Mirando muy seriamente a Pinkie Pie.

Aquello dejó muy sorprendida a Pinkie Pie, quien alzó su vista y vio temerosa cómo Luna la miraba fijamente con una mirada sombría. Sin embargo, antes que Pinkie Pie pudiera decir cualquier cosa, Luna hizo aparecer un pastel de crema, y muy lentamente se lo estrelló contra su propia cara.

"¡Ta-da!" Dijo Luna con una pequeña y avergonzada sonrisa, con su cara cubierta de crema. Haciendo la misma pose graciosa que Pinkie Pie hizo en la habitación de Dusk, cuando ella se lanzó a sí misma un pastelazo.

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"¡Pfft! ¡Jajajaja!" Estalló en risa Pinkie Pie. Sorprendiéndose de ver a Luna tan seria y luego sonreír con su cara llena de crema. En tanto que Luna, comenzó a limpiarse la crema de la cara, pero ella no pudo evitar contagiarse por la risa de Pinkie Pie, y ambas comenzaron a reír juntas.

"Tienes toda la razón, Pinkie Pie. Lo que importa son las risas, no quien haga la broma." Dijo Luna sonriendo. Finalmente aceptando dentro de sí la lección primordial de Pinkie Pie para aprender a ser más graciosa. "Lamento mucho haberte insultado y haber sido tan testaruda."

"No hay problema, jeje." Dijo Pinkie Pie sonriendo. Dejando rápidamente su tristeza de lado al ver que su alumna había superado al maestro, al tomarla por sorpresa de esa forma. Entonces Pinkie Pie puso una mirada pensativa y luego miró tiernamente a Luna. "Princesa… ¿Le gustaría ser mi amiga?"

Aquella pregunta tomó completamente por sorpresa a Luna. Aquello era algo que nadie le había preguntado directamente desde… ¡Nunca! Ella tenía a su querida hermana, a su leal mayordomo, a su adorable zarigüeya, y al potro que amaba. Pero… ¿Ella tenía realmente una amiga?

Pese a que Luna estuvo dispuesta a decir que sí inmediatamente, ella puso una mirada pensativa por un segundo.

"Pinkie Pie… Me encantaría ser tu amiga. Si es que puedes aceptar ser amiga de alguien tan poco graciosa como yo." Respondió finalmente Luna, con una pequeña sonrisa. "Pero antes de eso…" Agregó Luna, poniendo una mirada más seria. "Quisiera que me contaras… ¿Cuál es el trato que tú y tus amigas hicieron con Dusk Shine?"

Esta vez fue el turno de Pinkie Pie de poner una mirada de sorpresa.


Llegado el atardecer, Luna y Pinkie Pie se encontraban en el salón principal del castillo. Allí, ambas esperaban pacientemente por la llegada de Celestia luego que se ocultara el sol. Entonces, sería el momento de activar su trampa.

Ambas yeguas habían preparado una simple pero bien elaborada trampa en medio del salón principal. Una que se activaría al pisar unas canicas que estaban ocultas bajo la alfombra principal, en el centro del salón. Entonces, al caer ese alguien, se cortaría un pequeño hilo que sostenía media docena de pasteles de crema en el techo, y que caerían sobre quien resbalara sobre las canicas. Y ese alguien… sería Luna.

Finalmente, la princesa de la noche había aceptado que la única forma de sorprender a su hermana, sería que ella misma cayera en su trampa frente a ella. Sacrificándose para que esos pasteles de crema ensuciaran su propia cara. Todo con tal de sorprender a su querida hermana.

Una vez el sol se ocultó, las puertas del gran salón se abrieron, y por ellas atravesaron Celestia y Dusk Shine. Ambos con pequeñas manchas de crema y betún en sus cascos y rostros.

"¡Luna! Con que aquí estabas, ¡Estaba buscándote!" Dijo Celestia con una enorme sonrisa.

"Estaba esperándote, hermana." Dijo Luna sonriendo. Acercándose al centro del salón para activar su trampa y caer ella misma en esta.

"¡Espera allí! ¡Tengo algo importante que decirte!" Dijo Celestia muy emocionada. Corriendo hacia el centro del salón rápidamente.

"¡C-Celestia! ¡Espera!" Gritó Luna, intentando detener a Celestia al ver que ella corrió. Sin embargo, fue demasiado tarde.

En cuanto Celestia llegó al centro del salón, pisó la parte de la alfombra que estaba sobre las canicas, y entonces comenzó el caos. Celestia abrió con sorpresa sus ojos mientras se resbalaba y sus cascos se movían hacia todos lados, intentando pisar terreno firme. Entonces ella cayó sobre su trasero y un pequeño ruido de un hilo cortándose se escuchó. En ese instante Celestia escuchó que algo caía, y al levantar su vista, vio con sorpresa que varios pasteles de crema cayeron sobre ella. Impactando con gran precisión su cara.

En cuanto la trampa terminó, lo único que se escuchó en el salón fueron las bandejas que habían caído junto a los pasteles de crema, aún rodando sobre si mismas luego de voltear su contenido sobre el rostro de la Princesa del Sol. Pinkie Pie y Luna se quedaron mirando en shock a Celestia, ya que eso no era lo que habían planeado. Mientras que Dusk, al igual que las gemelas mayordomos y algunos pocos sirvientes que habían entrado detrás de Celestia al salón, se quedaron con miradas de espanto… ¿¡Quién había sido el blasfemo de había osado a hacerle eso a su amada y venerada Princesa del Sol!?

"¡Pfft! ¡Jajaja!" Comenzó a reír repentinamente Celestia. Siendo ella misma quien rompiera todo ese incómodo silencio. "Sé que tengo crema en toda la cara… ¡Pero deberían ver sus caras! ¡Jajaja!" Se rio Celestia. Divertida con la cara de espanto que tenían sus leales sirvientes.

"Hermana…" Dijo Luna, acercándose a Celestia. Aliviada que su hermana estuviera riendo, pero aún así algo decepcionada, ya que ella ya se había mentalizado que sería ella misma quien recibiera todos esos pastelazos, no su hermana mayor.

"Fuiste tú Luna, ¿No es así?" Dijo Celestia riendo. Poniendo una pícara sonrisa. "Acércate. Como venganza, ahora será mi turno de darte un pastelazo." Agregó Celestia con una mirada traviesa.

Luna sonrió resignada y se acercó más aún a su hermana. Llena de felicidad al ver que había logrado hacer reír a su hermana, y también, muy satisfecha al darse cuenta que por fin había logrado engañar a la reina de las bromas, su molesta pero divertida hermana mayor. Entonces Luna cerró sus ojos sonriendo, esperando divertida el pastelazo de venganza de su hermana. Después de todo, Pinkie Pie le había enseñado que no importaba si ella recibía un pastelazo. Ella podía dejar de lado su orgullo como princesa, con tal de compartir y reír como iguales junto a su hermana.

Los segundos pasaban y Luna seguía pacientemente con sus ojos cerrados. Entonces, sin comprender por qué el pastelazo de Celestia demoraba tanto, ella abrió levemente uno de sus ojos para ver qué causaba la demora. Al hacerlo, Luna vio que efectivamente había un pastel frente a su cara, pero Celestia no lo había empujado contra su cara. En vez de eso, Celestia había prendido una vela sobre el pastel y miraba con una cariñosa mirada a Luna, aún con su cara cubierta de crema.

"Feliz cumpleaños Luna." Dijo Celestia sonriendo. "Lamento que no sea un gran pastel, pero espero que te guste. ¡Lo hice de tu sabor favorito!"

Aquello tomó por completa sorpresa a Luna, quien se quedó algo aturdida por unos segundos. Luego ella miró con atención el pastel que sostenía Celestia, viendo que era un pastel de bizcochos, cubierto de betún color azul. Sin embargo, la característica más distinguible de aquel pastel, era que estaba un poco aplastado de un lado.

"¿Tú hiciste este pastel?" Preguntó Luna muy sorprendida. Notando que de ninguna forma un chef del palacio haría un pastel tan deforme.

"Sí. No tenía tan mala forma, pero a ALGUIEN se le cayó un bizcocho y quedó algo aplastado de un lado." Respondió Celestia, mirando de reojo a Dusk. Quien, por su parte, se sonrojó avergonzado al recordar lo sucedido en la cocina. "Por suerte, el pastel-" Alcanzó a decir Celestia, antes que se callara súbitamente cuando Luna saltó a abrazarla.

"¡Gracias hermana!" Dijo Luna al borde de las lágrimas. No importándole que sus súbditos la vieran abrazando a su hermana, ni que su cara se manchara de crema al apretar su cara contra la de Celestia. Sintiéndose dichosa y amada al ver que su hermana había preparado esa bella sorpresa para ella.

Mientras las dos princesas alicornios se abrazaban y reían, las gemelas mayordomo se apresuraron a cerrar la puerta principal, para que ningún curioso molestara a sus queridas princesas con su emotivo momento de hermanas. Quedando dentro del salón solo ellas, las princesas, Dusk y Pinkie Pie.

"Parece que fue un día con muchas sorpresas." Dijo Dusk mirando a su novia, mientras ella se acercaba a él. "Parece que las clases que le diste a la princesa funcionaron muy bien."

"Sí, y mejor que eso, ¡Hice una nueva amiga!" Respondió Pinkie Pie con una gran sonrisa, mirando de reojo a Luna. Recordando su conversación con la princesa de la noche. "¿Y qué tal tu tarde con la Princesa Celestia?"

"Hmm… También fue muy productiva, jeje." Respondió Dusk, con una sonrisa nerviosa. Recordando su conversación con Celestia…

'Flashback de Dusk Shine'

Luego que Celestia le hubiera dicho a Dusk que Starswirl había pertenecido a la familia Sparkle, Dusk se había vuelto como loco. Como si aquello literalmente fuera tan increíble, que su mente se negaba a creerlo.

"Starswirl y yo… Nosotros podríamos… ¿¡Ser parientes!?" Repitió por quinta vez Dusk en voz alta, aún sin poder creer que su gran héroe, probablemente uno de los unicornios más poderosos y famosos de la historia de Equestria, pudiera ser su tatara-tatara-tatara-abuelo.

"Starswirl no tuvo hijos." Dijo Celestia tranquilamente, para que Dusk no adelantara conclusiones. "Pero supongo que sí podrían estar emparentados por alguna rama lejana de la familia."

"P-Pero cómo es que… ¿¡Cómo es que eso no aparece en ningún libro!?" Preguntó Dusk hiperventilado. Volviendo de a poco a la normalidad luego de estar casi en shock.

"Como te dije, los antiguos nobles de Canterlot se aseguraron de borrar la mayoría de los registros históricos en los que aparecía mencionada la familia Sparkle." Respondió Celestia tranquilamente. "Cuando asumí mis responsabilidades como princesa, me di cuenta que los antiguos nobles ocultaban algo. Luego de mucho investigar, fue que descubrí que Starswirl usaba precisamente el apodo de 'El Barbado' para ocultar su verdadero origen."

"¡Es una locura! Siempre pensé que eso era un título que usaban los archimagos del reino." Dijo Dusk aún algo aturdido. "'El Sabio', 'El Errante', 'El Tuerto'… ¡Incluso el apodo del actual Archimago es 'El Coleccionista'!"

"Luego de la desaparición de Starswirl, los magos del reino comenzaron con la tradición de nombrar al unicornio más hábil y poderoso del reino como Archimago, para que protegiera al reino junto a las princesas." Respondió Celestia, entrecerrando sus ojos levemente al recordar al actual Archimago. "Ellos siempre pensaron que el apodo de Staswirl era parte de su nombre, y comenzaron a usar esos títulos en los archimagos como homenaje."

"N-No lo entiendo. Si tú sabías eso, ¿¡Por qué nadie más lo sabe!?" Preguntó Dusk confundido. "¿O es que los nobles de Canterlot te presionaron para no hacerlo?" Agregó Dusk con temor.

"No fueron los nobles quienes pidieron que callará… Fue el mismo Starswirl." Respondió Celestia con una mirada algo apenada. "Cuando descubrí su relación con la familia Sparkle, él me pidió que no se lo mencionara a nadie, y que no siguiera investigando al respecto."

"Starswirl El Barbado… ¿¡Te pidió no investigar algo!?" Preguntó Dusk muy incrédulo. Ya que era sabido que Starswirl fue un gran investigador. De hecho, habían varias frases célebres de él que incitaban a la búsqueda de la verdad y a nunca rendirse.

"Él dijo… que podía no gustarme lo que averiguara." Respondió Celestia, con una mirada triste. "Poco después de eso, Starswirl desapareció y no lo volví a ver…" Agregó Celestia, cerrando sus ojos con angustia. "Yo siempre lo desobedecí, y Starswirl… fue más que un maestro para mí. Por eso, luego que desapareció, decidí que al menos, cumpliría su última voluntad."

"Por eso no le dijiste a nadie lo que averiguaste…" Susurró Dusk, entendiendo a Celestia. Adivinando que, tal cómo ocurrió con él y su maestra, cuando Nightmare Moon hizo desaparecer a Celestia; probablemente Celestia y su maestro tuvieron una discusión antes de verse por última vez. Algo que debió dolerle a su maestra hasta estos días.

"Dusk, espero que me entiendas. Pero es por esta misma razón, por la que no te ayudaré a investigar sobre tu familia, ni te diré lo que alcancé a averiguar al respecto." Dijo Celestia, acercándose a Dusk y mirándolo seriamente. Entonces ella suavizó su mirada y tocó gentilmente a Dusk. "Sin embargo, tampoco te impediré que intentes averiguar más por tu cuenta sobre el tema. Es tu elección, pero debes saber, que si Starswirl quería ocultar sus orígenes, es que debe existir una poderosa razón para ello."

'Fin del flashback'

Mientras Dusk miraba a Luna y Celestia reír en medio del salón, con sus caras manchadas de crema, él puso una mirada pensativa y nerviosa al recordar todos los secretos que su maestra le había dicho esa tarde.

"Si los unicornios comenzaron a usar títulos para los archimagos solo luego de la desaparición de Starswirl… ¿¡Qué hay de los ponies que estaban antes de Starswirl!?" Pensó Dusk, poniéndose ansioso y nervioso ante la nueva teoría que imaginaba. "Clover El sabio, Gusty La Valiente… ¿¡Esos famosos ponies también podrían estar emparentados conmigo!?" Pensó Dusk, comenzando a marearse con tan solo imaginarse aquello.

En ese momento, Dusk sacudió su cabeza para dejar de plantearse más preguntas. Entonces él puso una mirada seria y miró su cutie mark.

"Tal como en mi sueño, parece que cuando obtengo una respuesta, diez preguntas más aparecen…" Pensó Dusk Shine preocupado. "Lo peor, es que sigo sin responder la pregunta inicial… ¿Por qué los nobles odian a la familia Sparkle? ¿Qué acto tan terrible hizo mi familia para que casi fuera borrada de la historia?"


"¿¡Supiste de la trampa todo el tiempo!?" Gritó Luna sorprendida. Mientras ella, junto a Celestia, Dusk, Pinkie Pie y algunos sirvientes del palacio, disfrutaban del pastel de Luna.

"Bueno, la alfombra se veía algo abultada, y pude ver los pasteles de crema ocultos en el techo." Respondió Celestia con una pequeña sonrisa apenada. "Cuando vi esa trampa y te vi a ti junto a Pinkie Pie, pensé que sería un bonito regalo de cumpleaños caer en ella a propósito." Agregó Celestia sonriendo. "Te esforzaste mucho para mejorar tu sentido del humor, así que pensé que era lo menos que podía hacer."

"¡Hmpf!" Bufó Luna, desviando molesta la mirada con sus mejillas infladas. Frustrada al descubrir que su hermana mayor cayó en su trampa a propósito, y que seguía sin sorprenderla realmente.

Luego que todos terminaran de comer del pastel de cumpleaños de Luna, el cual estaba sorprendentemente delicioso pese a su apariencia aplastada, fue que Dusk y Pinkie Pie se despidieron, ya que debían de alcanzar el último tren de la noche de vuelta a Ponyville. Así, Dusk se adelantó a esperar a Pinkie Pie en la puerta del castillo, mientras que la pony rosa corrió a recoger y empacar a su 'equipo de fiestas' antes de reunirse con Dusk. Por su parte, Celestia se alistó para retirarse a su habitación mientras que Luna comenzó su camino hacia el balcón del vigía, para comenzar con su vigilia nocturna.

"¡Princesa Luna!" Gritó Pinkie Pie, justo cuando Luna avanzaba por uno de los pasillos del castillo junto a su mayordomo, Sweet Caramel.

"¡Pinkie Pie! Pensé que ya te habías ido con Dusk." Dijo Luna sonriendo. Viendo a su nueva amiga, quien sostenía a los señores Nabo Junior, Pelusa, Rocky y Madame Harina.

Antes siquiera de hablar, la vista de Pinkie Pie se distrajo con Sweet Caramel, quien nuevamente sostenía los pastelitos lunares que eran exclusivos para la princesa de la noche. Entonces Pinkie Pie babeó levemente mientras que Sweet Caramel ocultó rápidamente la bandeja de pastelitos, para proteger con su vida los dulces de su amada princesa.

"Yo… venía a despedirme." Dijo Pinkie Pie, sacudiendo su cabeza y secándose la baba. Entonces acercándose a Luna y dándole un abrazo. Algo que dejó sorprendida a Luna y en shock a Sweet Caramel, por ver tal atrevimiento. "Jeje, es que me gusta despedirme con abrazo de mis amigas."

Luego de la sorpresa inicial, Luna miró a Pinkie Pie y sonrió. Tal como dijera la pony rosa, ella había aceptado ser su amiga, y ahora debía aceptar ese grado de confianza, pese a que Luna no terminaba de acostumbrarse a los abrazos. Toda esa confianza la había demostrado Pinkie Pie cuando ella respondió a la pregunta que Luna le hizo, sobre el trato que ella y sus amigas hicieron con Dusk.

Luna había sospechado que algo raro sucedía entre Dusk y sus amigas, cuando se enteró del apresurado casamiento de Dusk y Applejack. Luego, le sorprendió ver la reacción del resto de las amigas de Dusk, viendo cómo parecían no estar demasiado preocupadas, pese a haber perdido el amor de su vida. Finalmente, Luna supo que había un trato de por medio, cuando entró a la pesadilla que Applejack tuvo unos días antes de la boda real. Con esos antecedentes, fue que Luna preguntó directamente a Pinkie Pie de que se trataba todo eso de 'trato'.

Al principio, Pinkie Pie pareció renuente a contarle a Luna. Sin embargo, Pinkie Pie finalmente dijo 'debo hacerlo, si ahora eres mi amiga'. Con eso en mente, Pinkie Pie terminó por decirle a Luna todo sobre el trato que ella y sus amigas hicieron con Dusk Shine. Entendiendo Luna finalmente por qué Applejack y Dusk terminaron luego de un mes.

Al principio, Luna quedó muy sorprendida por el tipo de trato que habían hecho. Pensando que las amigas de Dusk no debían de estar pensando seriamente en el amor al jugar a algo así. Pero Pinkie Pie fue muy seria al decir que eso no era un juego, y que ahora ella, como la actual novia de Dusk, se lo tomaba muy en serio, porque ellos de verdad eran novios, aunque tuviera fecha de caducidad. Fue así que Luna finalmente aceptó que las amigas de Dusk se tomaban en serio su amor por Dusk y que no era solo un juego.

"Y ahora aquí estoy… abrazando a mi nueva amiga, que es mi rival en el amor." Pensó Luna luego de terminar de abrazar a Pinkie Pie y recordar lo sucedido esa tarde. "Un abrazo es lo menos que puedo hacer para compensar su confianza al decirme su secreto."

"Por cierto, aún te debo tu recompensa por ayudarme a ser más graciosa." Dijo Luna sonriendo. "Dije que si me ayudabas, te daría lo que quisieras. Y una princesa nunca rompe sus promesas." Agregó Luna, mirando de reojo a Sweet Caramel. Quien, por su parte, puso una mirada indignada, y de mala gana dejó de ocultar la bandeja con pastelitos lunares, para que Pinkie Pie tomara su recompensa.

"¡Es cierto! ¡Casi lo olvido!" Dijo Pinkie Pie sorprendida. Poniendo una mirada pensativa y luego mirando con intensidad los pastelitos lunares. "Lo que yo quiera… Entonces…" Dijo Pinkie, cerrando sus ojos y tragando saliva para calmar su antojo de pastelitos. Luego ella puso una mirada seria y miró directamente a Luna. "Quiero que te mantengas alejada de Dusk Shine."

Un incómodo silencio llenó el pasillo. Al tiempo que la sonrisa de Luna se desvaneció lentamente mientras ponía una cara de absoluta sorpresa. No estando segura de haber escuchado correctamente. Sin embargo, la mirada seria de Pinkie Pie, finalmente despejó toda duda, ella había escuchado bien.

"A… ¿A qué te refieres?" Dijo torpemente Luna. Siendo tomada totalmente por sorpresa.

"Solo tengo el valor de decirlo, porque ahora eres mi amiga. Y no quiero que nos guardemos secretos." Dijo Pinkie Pie, también un poco nerviosa. Mirando preocupada a Luna. "Te gusta Dusk Shine, ¿Verdad?"

Ante aquella pregunta, Luna abrió su boca para responder y negar aquello. Sin embargo, su boca tembló y no fue capaz de decir nada. Al ver la temerosa mirada de Pinkie Pie, Luna entendió que la pony rosa la estaba viendo efectivamente como a una amiga, y tal como dijera Pinkie, ella no debía mentirle a una amiga.

"Y… Yo…" Tartamudeó Luna. Sintiéndose avergonzada al estar tan nerviosa frente a una pony común y corriente. Siendo que se suponía que ella era una imponente princesa alicornio.

"Princesa, sé que te gusta Dusk, desde que fuiste a nuestra reunión de mascotas… Lo murmuraste entre sueños cuando caíste dormida." Dijo Pinkie Pie, aún mirando nerviosa a Luna. "Y hoy pude comprobarlo. Cada vez que veías a Dusk o yo mencionaba su nombre, tu mirada cambiaba. Igual que le pasa a Rarity, Fluttershy, Rainbow Dash o Applejack… Igual que me pasa a mí." En ese momento, Pinkie Pie desvió la mirada un momento y luego miró a Luna con cierto miedo. "Tú y Dusk… Ya han tenido algunos momentos románticos, ¿No es así?"

Sin saber qué hacer o decir, Luna desvió la mirada avergonzada. Mirando de reojo a Sweet Caramel, quien también parecía estar en shock al escuchar aquella conversación. Fue entonces que Luna recordó los momentos que ella y Dusk tuvieron juntos. Al visitarlo en sus sueños como 'Lady Night', y luego en el mundo real. Cómo se fueron acercando lentamente, en fugaces pero bellos momentos atesorados por Luna, acortando poco a poco su distancia… Era inútil, ella no podía negar que amaba a Dusk.

"Princesa, ya es suficientemente enredado que mis amigas estén enamoradas de mi novio. Y yo… ¡Yo quiero disfrutar este mes que tendré a Dusk solo para mí!" Dijo Pinkie Pie, mirando a Luna con una mirada de súplica. "Este día, aprendí a conocerte más, y vi lo divertida, inocente, amable y fuerte que eres… y lo entendí. Si te acercas más a Dusk, él terminará enamorándose de ti."

Nuevamente un incómodo silencio llenó el pasillo. Para Luna, fue como si le hubieran arrojado un balde de agua fría y ahora no se pudiera mover. Su cuerpo se sentía frio, pero su corazón latía a mil por segundo por lo nerviosa que estaba. En tanto que Pinkie Pie, sabía que con una sola palabra más podía darle el golpe final a Luna y hacer que no se acercara nunca más a Dusk. Sin embargo, ella no quería eso. Pinkie solo quería que Luna entendiera que ahora Dusk era su novio y que debía respetar su noviazgo. Ambas ahora eran amigas, y si Luna quería algún día ser parte del mismo grupo que Dusk y sus amigas, debía entender que su amistad era mucho más compleja que cualquier otra amistad. Esta era la primera prueba que Luna debía pasar para volverse verdaderas amigas, y Pinkie Pie estaba dispuesta a dar el primer golpe.

"Lo… entiendo." Dijo finalmente Luna, con una débil voz. Volteándose y comenzando a caminar rápidamente para salir del pasillo. Sintiendo que le dolía el estómago por el remolino de emociones que sentía.

Mientras Luna se iba, Sweet Caramel la siguió rápidamente. Aún aturdida luego que esa pony rosa se atreviera a enfrentar de esa manera a su princesa. En tanto que Pinkie Pie, dio un gran suspiro y se quedó mirando con tristeza al piso.

"Quizás en un futuro, tú también te ganes un espacio en el corazón de Dusk..." Pensó Pinkie Pie, volteándose para salir por el lado opuesto del pasillo. "Pero por ahora, debes entender que Dusk es mi novio… lo lamento, Lulu." Pensó Pinkie Pie. Saboreando el agraz que debía tener una nueva y fuerte amistad, como la que quería que ella y Luna tuvieran.

Luego que aquel pasillo quedara vacío, desde un pequeño pasillo lateral, apareció Celestia. Quien, junto a su mayordomo, Sweet Creme, habían pasado por casualidad por allí minutos antes, y se quedaron en las sombras escuchando y viendo aquella sorprendente escena.

"¿Qué fue eso…?" Dijo Celestia sorprendida. Entonces ella miró a Sweet Creme y sus mejillas se inflaron, como si estuviera a punto de estallar en risas. "¿Puede creerlo? ¡Jajaja! ¡Pinkie Pie cree que Luna está enamorada de Dusk! ¡Jajaja!" Dijo Celestia riéndose.

Mientras Celestia reía, Sweet Creme simplemente desvió la mirada y puso una mala cara de póker. Aquello, hizo que Celestia dejara de reír lentamente y se quedara mirando confundida a su mayordomo.

"¿Qué pasa? ¿Por qué pones esa cara?" Preguntó Celestia confundida. "No creerás que…"

"Bueno…" Dijo Sweet Creme. Avergonzándose un poco ante aquella pregunta que tenía respuesta obvia para todos. Para todos, menos para Celestia.

Por varios segundos, Celestia puso una mirada incrédula. Recordando frase por frase toda esa conversación que había escuchado. Y no solo eso, sino que todas las expresiones que Luna había puesto ante cada palabra que decía Pinkie Pie. Y mientras hacía eso, por primera vez desde el regreso de Luna, Celestia fue recordando vívidamente todos los momentos en que Luna había mostrado un claro interés por Dusk Shine, y que ella había pasado por alto. Todas las veces que Luna se sonrojó, que desvió tímidamente la mirada, que se emocionó al escuchar hablar de Dusk, y finalmente… algo hizo 'click' en la cabeza de Celestia. Algo que había pensado que era imposible.

Finalmente Celestia se dio cuenta de lo ciega que fue, y aunque Luna no pudo verlo, su hermana menor finalmente lo logró… Celestia puso una cara de genuina y absoluta sorpresa y shock.

# Fin del capítulo 25


**Nota del autor**

Referencias del Capítulo 25

-Referencias canon:

'Pinkie Pie ayuda a Luna a ser más graciosa' Es la trama del comic oficial: 'MLP Friends Forever #7'

'Celestia prepara un pastel de cumpleaños para Luna' Es la trama del comic oficial: 'MLP Friends Forever #22'

'El señor Nabo, Rocky, Señor Pelusa y Madame Harina' Aparecen en el comic oficial 'MLP Friends Forever #7'; además de ser los mismos que aparecen en el episodio: 'Fiesta para una, Temporada 1, episdodio 25'.

'La Noche de los corazones cálidos', festividad que aparece en el episodio: 'La noche de los corazones cálidos, Temporada 2, episodio 11'

'Princesa Amore', mencionada en los comics oficiales, como en: 'MLP FIENDship #1'

'Clover el sabio', pony famoso, representado por Twilight en el episodio: 'La noche de los corazones cálidos, Temporada 2, episodio 11'

'Gusty la valiente', pony famoso, Twilight lee un cuento sobre cómo este pony derrotó a Grogar, en el episodio: 'Una tormenta de ternura, Temporada 7, episodio 3'

-Referencias de la historia:

'Odio de las familias nobles a la familia Sparkle' mencionado por Shining Armor en el 'Capítulo 21, Temporada 2'

'Tiberius, la mascota zarigueya de Luna', aparece en el 'Capítulo 15, Temporada 2'

'Luna se entera que las amigas de Dusk tienen un trato entre ellas, acerca de Dusk' mencionado en el sueño de Applejack, en el 'Capítulo 16, Temporada 2'

'El Archimago es un gran coleccionista de objetos mágicos' mencionado por los recuerdos de Sunset Shimmer, en el 'Capítulo 6, Temporada 2'

'Pinkie Pie se entera que a Luna le gusta Dusk' Pinkie escucha susurrar a Luna dormida, en el 'Capítulo 15, Temporada 2'