T2 - Capítulo 29 – Un dragón y su familia
"¡De prisa! Las chicas ya deben estar esperándonos." Dijo Dusk Shine mientras caminaba a paso veloz por las calles de Ponyville. "Sabía que te demorarías… ¡Horneaste demasiado postres!" Agregó Dusk, mirando hacia atrás a su pequeño hermano, que caminaba detrás de él.
"No son tantos." Dijo Spike, también caminando rápido mientras equilibraba una gran bandeja llena de postres. "Pinkie Pie y Applejack siempre nos cocinan postres. Así que pensé que sería bueno que en esta ocasión yo les cocinara algo."
"Hmm… Ajá… Y no tiene nada que ver que ayer en el desayuno Rarity alabara un postre de fresa que cocinaste solo para ella, ¿Verdad?" Dijo Dusk, alzando una ceja con recelo.
"¡P-Por supuesto que no!" Tartamudeó Spike sonrojándose. Fingiendo indignación ante tal acusación. Pues la verdad, era que justamente esa era la razón por la que Spike pasó toda la mañana cocinando postres. Todo para sorprender nuevamente a su querida Rarity.
Pese a ser una hermosa y cálida tarde, las calles de Ponyville estaban completamente vacías, a excepción de Dusk y Spike que caminaban hacia las afueras del pueblo. Incluso habían ventanas tapiadas con madera, convirtiendo al otrora bullicioso pueblo, en casi un pueblo fantasma.
A pesar que su querido pueblo tuviera esa drástica transformación, a Dusk Shine no le importó para nada. De hecho, lo comprendía. No era que no hubiera nadie en el pueblo, lo que sucedía era que todos sus habitantes estaban encerrados en sus casas, muchos temblando de miedo, debido a la gran migración de dragones que pasaría sobre su pueblo aquel día, justo antes de atardecer.
La migración de dragones, sucedía cada cien años, cuando los dragones volaban desde las lejanas 'Tierras Dragón' hacia su antigua cuna ancestral. Una peregrinación que todos los dragones debían de hacer al menos una vez en su vida, y que cada vez que pasaba, ponía los pelos de punta a los ponies que los veían. Un miedo ancestral que venía de las antiguas historias, que contaban cómo los dragones cazaban ponies en la antigüedad. Una práctica que los dragones no hacían desde hacía miles de años, gracias al poder de ponies como Celestia, Luna y sus antecesores, que lograron cambiar aquellas bárbaras costumbres. Sin embargo, pese a que los dragones ya no cazaran ponies para alimentarse, y que ellos juraran cruzar Equestria en paz en su migración, los ponies normales no podían evitar temer a aquellas enormes criaturas lanzafuego, de filosos dientes. Así era que, por lo general, los ponies siempre se escondían en sus casas hasta que la migración acababa.
Lo de ocultarse para ese evento, era casi una tradición para los ponies. Pero siempre había algunos pocos, como Dusk Shine, que les fascinaba tener la oportunidad de ver por única vez a tan enormes bestias tan cerca. Y por supuesto, Dusk convenció a sus amigas para que todos juntos pudieran ver ese gran espectáculo, un evento único en la vida.
Tras llegar a las afueras del pueblo, Dusk y Spike llegaron a una pequeña zanja cubierta de arbustos. Una que él mismo había excavado con magia el día anterior, para que sus amigas se sintieran más seguras al ver a los temibles dragones desde un lugar menos visible. Allí, ya se encontraban Applejack, Pinkie Pie, Rainbow Dash y Rarity. Todas vistiendo ropas y sombreros de camuflaje, para mayor seguridad. Aunque Rarity era un caso especial, ya que como el verde y las ropas de combate no eran lo suyo, vistió un bello vestido morado con patrones amarillos y marrones. Que por supuesto, llevaron el camuflaje a un nuevo nivel de moda.
"¿Por qué tardaron tanto?" Preguntó Pinkie Pie, mirando a Dusk con unos binoculares, pese a que estaba parada frente a él.
"Spike se demoró un poco con los bocadillos." Respondió Dusk con una pequeña sonrisa. Viendo que aunque Dusk les dijo que los dragones tenían prohibido atacar en la migración, de todas formas sus amigas se habían sentido inseguras, tanto como para llevar ropa de camuflaje. "Por cierto, ¿Fluttershy aún no llega?" Preguntó Dusk, notando que faltaba una de sus amigas.
"Ella no vendrá… Fui hasta su casa para convencerla, pero dice que aún le tiene terror a los dragones." Dijo Rainbow Dash molesta. Recordando cómo Fluttershy había embestido contra ella en su pánico por huir, dejándola toda mareada. "Además… Creo que aún le da vergüenza mirarte a los ojos, luego de haberse convertido en la sexy vampiresa roba besos." Agregó la pegaso, mirando a Dusk y sonriéndole con una sonrisa pícara. Lo que hizo que el potro lavanda se sonrojara al recordar el lado atrevido de su tímida amiga pegaso.
"¡Atentos! ¡Ya vienen!" Gritó repentinamente Applejack. Quien seguía mirando hacia el cielo con sus binoculares.
Ante el aviso de su amiga, todos se escondieron un poco más detrás de los arbustos, y se pusieron los binoculares para ver hacia el cielo. Allí, todos pudieron ver como decenas y decenas de dragones comenzaron a acercarse volando hacia Ponyville. Dragones de todos los colores, tamaños y formas. Algunos más alargados, que casi parecían serpientes; otros más robustos con pequeñas alas; otros con grandes colas puntiagudas; rojos, verdes, blancos; algunos del tamaño de Celestia y otros más grandes que una casa. Todos muy diferentes entre sí, pero con algo en común. Afilados y aterradores dientes, miradas agudas y fieras, y fuertes garras que fácilmente podrían rasgar la piel de un suave pony.
Spike y los seis ponies se quedaron mirando con la boca abierta aquel espectáculo, viendo casi el cielo oscurecerse por la cantidad de dragones que habían. Viendo asombrados a aquellas fieras bestias volar tan cerca de ellos.
"Pensé que el dragón que vimos en la montaña era aterrador… Pero ahora veo que todos lo son…" Dijo Pinkie Pie con una risita nerviosa, para intentar calmar su miedo al ver a aquellas soberbias, pero temibles criaturas.
"Bueno, era el primer dragón que veíamos, así que dejó una gran impresión en todas." Dijo Applejack. Mirando con respeto y temor a los dragones que volaban sobre su cabeza.
"¡Oye!" Dijo repentinamente Spike. Ofendido con aquel comentario. "Ese no era el primer dragón que veían. ¡Yo he estado con ustedes todo este tiempo!"
"Eh, bueno, sí. Pero me refería a un dragón… eh… distinto." Dijo Applejack nerviosa. Rascándose la cabeza. Ya que por poco dice algo que pudo ofender más a su pequeño amigo.
"¿Distinto cómo?" Preguntó Spike molesto. Viendo que, por la forma que todos lo estaban viendo en ese momento, todos lo estaban menospreciando.
"Pues un dragón de verdad. Obvio." Dijo Rainbow Dash encogiéndose de hombros. Diciendo lo que todos pensaban, pero que ninguno se había atrevido a decir, por miedo de ofender a Spike.
"¡Yo soy un dragón de verdad!" Dijo Spike molesto.
"¡Pfft! ¡Jajaja! No te ofendas, Spike." Se rio Rainbow Dash. Tomando uno de los postres preparados por Spike y comiéndoselo. "Cuando veas a uno de esos gigantones cocinando un postre como estos, entonces diré que son iguales, ¡Jajaja!" Continuó riendo Rainbow Dash mientras comía. Solo divirtiéndose con su pequeño amigo. Sin darse cuenta que lo estaba ofendiendo al decir que no era un verdadero dragón.
"No le hagas caso, Spike. Es solo que Rainbow Dash no sabe expresarse correctamente." Dijo Rarity, acercándose a Spike y acariciando su barbilla. "¡Por supuesto que eres un dragón de verdad! Es solo que tú no eres como ellos, querido. Tú no eres fiero ni bárbaro, y eso es algo bueno." Agregó Rarity, apuntando hacia el cielo. Justamente cuando dos dragones parecían haber chocado entre sí y se lanzaron mordiscos mutuamente como advertencia.
"Yo… ¿No actúo como un dragón?" Preguntó Spike, bajando su cabeza pensativamente. Aún con una mirada molesta.
"Por supuesto que no. Tú eres un caballero. Dulce, tierno y gentil, mi querido Spikey-Wikey." Agregó Rarity, apretando juguetonamente las mejillas del pequeño dragón.
Tras aquel comentario, Spike se quedó en silencio. En ese momento, el rugido de un enorme dragón que pasó muy cerca distrajo a todos, quienes volvieron a tomar sus binoculares y miraron con asombro a aquel enorme dragón. Al ver que Spike se había callado, todos pensaron que el pequeño dragón se había calmado, más aún con la explicación de Rarity, pues todos pensaban que era verdad. Spike no era violento ni salvaje, por lo que era un cumplido decir que no actuaba como un dragón. Pero aquello solo se daba en la mente de un pony. Sin que ellos se dieran cuenta, de igual forma estaban ofendiendo a Spike, diciendo que él no actuaba como debería actuar su raza. ¿¡Acaso todos los dragones debían ser violentos!? ¡Eso era un prejuicio!
Mientras todos miraban al cielo con asombro, Spike comenzó a mirar al cielo con una mirada pensativa. Dándose cuenta con tristeza, que ni siquiera él sabía si de verdad todos los dragones eran salvajes o no… ¿Cuánto podía desconocer de su propia raza al ser criado por ponies?
"¡Waah! ¡Tengo miedo! ¡Abrázame!" Dijo repentinamente Pinkie Pie, con un falso grito de miedo. Mirando a Dusk con ternura y aprovechando la ocasión para acurrucarse entre los cascos de su novio. "Jeje…" Rio tiernamente Pinkie, mirando a Dusk.
"Ugh… Ya entendimos… Les daremos espacio…" Dijo Rainbow Dash molesta. Misma mirada que pusieron Applejack y Rarity. Todas, junto a Spike, moviéndose hacia el otro extremo de la zanja, para que Pinkie Pie aprovechara su derecho como novia de Dusk, para acurrucarse un momento con su novio mientras veían aquel espectáculo.
"¡Tsk!" Chasqueó su lengua Applejack. No pudiendo evitar pensar que quizás ella debió también ser más acaramelada con Dusk cuando tuvo oportunidad.
Luego de separarse, Applejack y Rainbow Dash volvieron a concentrarse en mirar a los dragones. En tanto que Rarity se quedó un momento mirando hacia Dusk y Pinkie. Mientras la pony rosa le susurraba cosas al oído, y Dusk sonrojado le decía que no se apegara tanto, pese a que le gustaba un poco todo ese apapacho. Y sin que Rarity se diera cuenta, otro que dejó de prestarle atención a la migración, fue Spike. Quien se quedó confundido viendo cómo su querida Rarity se quedaba viendo a Dusk y Pinkie.
"¿Intentas leerles los labios?" Preguntó Spike confundido. Viendo que Rarity no les quitaba la vista de encima.
"¿Qué? ¡Oh! ¡No! Para nada." Dijo Rarity sorprendida. Sonrojándose y desviando la mirada al ver que Spike la había visto viendo a Dusk. Pues por un segundo, se imaginó a ella misma jugueteando con Dusk, como lo hacía Pinkie Pie. "Yo, eh… De hecho, no es necesario que sepa leer los labios, jeje." Dijo Rarity rápidamente. Pensando rápidamente en otra cosa para cambiar de tema.
"¿A qué te refieres?" Preguntó Spike.
"Hace poco Daisy y Lily me rogaron que aprendiera un hechizo para escuchar a escondidas desde lejos. Ya sabes lo mucho que les gustan los rumores a esas dos." Dijo Rarity sonriendo. Alegre que Spike siguiera su cambio de tema. Recordando el hechizo que había aprendido para ayudar a las chismosas floristas del pueblo. "Hmm… Aunque pensándolo bien…" Agregó Rarity, volviendo a mirar hacia Pinkie y Dusk. Pensando por un segundo que no sería tan mala idea escucharlos a escondidas. "¡No! ¡No podría! Debo respetar su intimidad." Agregó rápidamente Rarity, desviando la mirada para evitar la tentación.
Notando desde lejos que Rarity la miraba nerviosa, Pinkie Pie la miró desde lejos, le sacó la lengua juguetonamente, y finalmente se separó de Dusk. Al ver aquello, Rarity suspiró aliviada. Viendo que todo ese jugueteo que había hecho Pinkie, solo había sido para divertirse a costa de ella.
Viendo que Rarity nuevamente miraba hacia Dusk y suspiraba, hizo que Spike bajara su mirada y se quedara muy pensativo. Recordó la vez que creyó que Rarity quería ser su novia, luego que ella lo besó en el desfile de modas. Aquella vez, Rarity dejó muy en claro que no eran novios, y él se juró a sí mismo que haría lo posible para que Rarity algún día pensara lo contrario. Tras recordar eso, Spike también recordó la vez que se enteró que Rarity y Dusk se besaron. Aquella vez, Spike se enojó mucho con Dusk, pero terminó perdonándolo, diciéndose a sí mismo que no podía obligar a Rarity a amarlo, sino que él debía de esforzarse para que Rarity lo mirara y se enamorara de él. Pero… ¿Qué había avanzado desde aquella vez? ¿Rarity seguía viéndolo solo como un bebé? De hecho… ni siquiera lo veía como realmente era, un dragón.
"¿Rarity?" Preguntó Spike, con su mirada gacha.
"¿Hm? ¿Sí, querido?" Preguntó Rarity. Volviendo a concentrarse en Spike al darse cuenta que se había quedado mirando nuevamente a Dusk, sin darse cuenta.
"Si tú… Si tú tuvieras que elegir entre Dusk y yo, ¿A quién elegirías?" Preguntó Spike, con su cabeza gacha.
"¿Qué? ¿Por qué me haces esa pregunta?" Preguntó Rarity confundida, sorprendida con aquella pregunta. "Yo jamás podría elegir. Ambos son muy importantes para mí. No sé qué haría si tú o Dusk desaparecieran de mi vida." Dijo Rarity preocupada. Acercándose a su querido bebé dragón para acariciarlo.
"Pero si Dusk te pidiera ser su novia… ¿Tú sí aceptarías?" Preguntó Spike, levantando su vista para ver fijamente a Rarity.
Aquella pregunta paralizó a Rarity. Esta vez ella no pudo responder tan rápidamente. Ella no quería mentirle a su querido Spike, pero decir la verdad implicaba admitir que ella sí soñaba con ser la novia de Dusk algún día. Y eso, obviamente, lastimaría al inocente y enamoradizo bebé dragón.
"Yo… Yo no lo sé, Spike." Dijo Rarity, agachándose, acariciando el rostro de Spike y mirándolo tiernamente con preocupación. "Al igual que Applejack, Pinkie y las demás, todas estamos intentando aprender más sobre el amor verdadero. Yo… No sé qué es lo que nos deparará el futuro, pero lo que sí puedo prometerte, es que nunca dejaré de amarte, porque tú eres único y especial para mí, mi querido Spikey-Wikey. ¡Mi dulce dragoncito especial!" Agregó Rarity, dándole un cálido y fuerte abrazo lleno de amor, a su querido bebé dragón.
En cualquier otra ocasión, Spike se hubiera sentido en las nubes ante el cálido abrazo de su querida Rarity. Sin embargo, esta vez, el simplemente desvió la mirada con tristeza. Aquel abrazo lo comprobaba, para Rarity, él seguía siendo solo un bebé dragón que no sabía sobre el verdadero amor.
"Su 'dragoncito especial'…" Pensó Spike con una mirada amarga mientras era abrazado. "Para ella, ni siquiera soy un dragón completo…"
Tras el abrazo de Rarity, Pinkie Pie llamó a todos para que vieran juntos a los últimos dragones que volaban por el cielo, justo cuando el Sol comenzaba a ocultarse. Todos vieron emocionados como finalmente la gran migración de dragones se alejaba, con excepción de Spike, que mantuvo su vista seria y pensativa; y Rarity, que se quedó mirando preocupada a Spike luego que le hiciera tan extrañas preguntas. Desafortunadamente, para nada ayudó que Rainbow Dash no captara el mal humor de Spike, y le dijera un par de bromas más sobre lo feroces que eran los otros dragones en comparación con él.
Finalmente, al ocultarse el Sol, todos se despidieron y cada uno volvió a sus hogares. Así fue como Spike y Dusk finalmente volvieron a la biblioteca.
"¿Qué pasa? Has estado callado desde que terminó la migración." Dijo Dusk una vez ambos entraron en su hogar. Notando finalmente que su pequeño hermano estaba de mal humor. Pensando que quizás a Spike le incomodó ver a todos esos dragones volando, siendo que él no tenía alas.
"Estoy bien… Buenas noches." Respondió Spike malhumorado, sin siquiera mirar a Dusk. Subiendo las escaleras para simplemente subir a su cama y acostarse. Guardando silencio mientras una atrevida idea comenzaba a formarse en su mente.
La mañana siguiente, Dusk se despertó como cualquier otro día. Revisando bajo las mantas de su cama si es que su novia estaba allí. Ya que día por medio, Pinkie se las ingeniaba para escabullirse en las mañanas para despertar junto a él. Sin embargo, aquel día no era uno de esos.
Al levantarse, Dusk se sorprendió al ver que Spike no estaba en su cama. Así que bajó para ver si su hermanito estaba en la cocina, ya que no era normal en Spike despertar tan temprano. Al bajar, Dusk vio que la cocina estaba vacía, lo que lo preocupó un poco. Hasta que escuchó unos ruidos provenientes de un armario que quedaba al otro extremo del salón. Allí, Spike había abierto un cofre, donde guardaba sus deliciosas gemas de emergencia, y ahora, por alguna razón, estaba seleccionando algunas y colocándolas en un pequeño mantel.
"¿Vas a comerte todas esas gemas tan temprano?" Preguntó Dusk, con una pequeña risita. "Si te ibas a levantar tan temprano para comer, al menos me hubieras hecho el desayuno también, jeje."
"Si quieres comer desayuno, háztelo tú mismo. No soy tu sirviente." Dijo Spike de mala gana, sin mirar a los ojos a Dusk.
"¿Qué? ¿De qué estás hablando? Yo nunca he dicho que seas mi sirviente." Dijo Dusk sorprendido, y algo molesto por la forma tan brusca de responder de su hermano.
"¿Ah, no? Entonces por qué siempre esperas a que yo te prepare el desayuno." Dijo Spike. Comenzando a arrojar con más fuerza sobre el mantel las gemas que sacaba de su cofre.
"¡A ti te gusta cocinar! ¡Yo nunca te he obligado!" Respondió Dusk molesto.
En ese momento Spike se volteó y miró enojado a Dusk.
"¿Le pedirías el desayuno a otro dragón? De los grandes dragones que vimos ayer, ¿Alguno de ellos se ofrecería a servirte el desayuno?" Dijo Spike enojado.
Ante las palabras de Spike, Dusk abrió grande los ojos al entender finalmente de qué se trataba toda esa rabieta de su pequeño hermanito.
"Esto es por la migración, ¿Verdad? ¿Crees que no eres un verdadero dragón?" Preguntó Dusk, alzando una ceja.
"¿Tú crees que soy un verdadero dragón?" Preguntó Spike. Mirando muy seriamente a Dusk.
"¡Por supuesto que eres un verdadero dragón! ¿Es que no te has visto al espejo?" Respondió Dusk con una pequeña risa histérica, dado que pensaba que esa pregunta era absurda. "Eres un dragón, pero no eres como esos terribles dragones de ayer. ¡Tú eres mejor!" Agregó Dusk, tocando con afecto el hombro del pequeño dragón.
"¡Deja de decir que no soy como los otros dragones!" Gritó Spike, quitándose de encima el casco de Dusk "¿¡Qué dirías si yo te dijera que no eres como los otros ponies!? Que todos los ponies son salvajes y violentos, pero tú eres distinto. ¿Crees que hacerme sentir bien a costar de insultar a mi raza es un halago?"
Dusk quedó impactado ante las palabras de su hermano. Spike tenía toda la razón. Dusk pensó que estaba elogiando a su pequeño hermano, pero sin darse cuenta, él seguía discriminándolo, al pensar que todos los dragones eran malvados.
"Lo he decidido. Todos creen que los dragones son salvajes. Todos creen que no soy un verdadero dragón. ¡Pues eso se acabó!" Dijo Spike muy enojado. Tomando la manta en la que había guardado sus preciosas gemas, y enrollándola en la punta de un palo. Listo para emprender su viaje. "¡Voy a volver con los míos y a demostrarles a todos que soy un verdadero dragón!"
"¿Volver con los tuyos?" Murmuró Dusk confundido, entrecerrando sus ojos. Sabiendo lo que Spike quería decir con aquello, pero pensando que Spike estaba confundiendo las cosas.
Justo en ese momento, alguien tocó la puerta de la biblioteca. Dusk miró la puerta, luego miró a Spike, quien simplemente desvió molesto la mirada. Sabiendo que esa discusión aún no terminaba, Dusk se apresuró a abrir la puerta para ver quién llegaba en un momento tan inoportuno. Al abrirla, Dusk vio que eran Rarity y Rainbow Dash.
"Lamento venir tan temprano, querido. Pero pasé toda la noche pensando en que debía venir a disculparme." Dijo Rarity, entrando en la biblioteca. "Ayer noté que Spike se sentía molesto por alguna razón, y luego de pensarlo, me di cuenta que pudimos ser muy insensibles al decir que no actuaba como un verdadero dragón."
"Sí… quizás exageré un poco con las bromas." Dijo Rainbow Dash avergonzada. Rascándose la cabeza.
Antes de continuar hablando, ambas yeguas abrieron con sorpresa sus ojos al ver que unos pasos más atrás de Dusk, estaba justamente Spike. Cargando en su hombro un improvisado palo de vagabundo.
"¿A dónde va el pequeñín?" Preguntó Rainbow Dash, mirando a Dusk.
"Voy con mi raza, a donde pertenezco." Dijo Spike, mirando molesto a los ponies, acercándose a la puerta.
"¿Otra vez con eso? ¡Tú perteneces aquí! ¡Con tu familia!" Dijo Dusk comenzando a asustarse por la testarudez de su hermano. Abrazando a Rainbow Dash y Rarity que estaban a su lado. Para que viera que ellos eran su verdadera familia.
Lamentablemente para Dusk, al ver que él y Rarity se abrazaban, generó el efecto totalmente contrario. Causando que Spike se enojara aún más.
"¡Me voy! Quítate de la puerta." Dijo Spike furioso, mirando a Dusk.
"No lo haré." Dijo Dusk, con una mirada preocupada y asustada. "Eres mi hermanito pequeño, y no puedo dejar que vayas a-"
"¡No soy tu hermano!" Gritó Spike, cerrando con fuerza sus ojos.
Aquel grito lleno de enojo paralizó a Dusk. Pero lo que más le dolió fue oír esas palabras. Escuchar aquello hizo que Dusk literalmente sintiera romperse su corazón.
"T-Tú y yo no somos verdaderos hermano." Dijo Spike desviando la mirada. Dudando por un segundo al decir aquellas palabras. Pero su testarudez de dragón era tanta, que su enojo pudo más que su arrepentimiento. "Tú eres un pony y yo un dragón. Y yo debo volver con los míos y descubrir quién soy en verdad."
"Spikey…" Dijo Rarity impactada. Tapándose su boca con espanto al ver cómo sus palabras lastimaron a Dusk.
"Oye, Spike." Dijo Rainbow Dash molesta, enfrentándose al pequeño dragón. "Sé que hice bromas de mal gusto ayer, pero esa no es razón para que tú-"
"Dejen que se vaya." Interrumpió Dusk, con su cabeza gacha. Moviéndose hacia un lado para que Spike pudiera salir por la puerta. Algo que dejó impactada a Rainbow Dash.
Al ver que Dusk le daba paso libre, Spike lo miró, y por un segundo su mirada se suavizó. Sintiendo que debía disculparse inmediatamente con su hermano por haber dicho que no eran realmente familia. Sin embargo, Spike sabía que si se disculpaba en ese momento, todo su valor y determinación se esfumarían. Así que Spike finalmente apretó fuerte sus garras, y simplemente salió de la biblioteca, sin siquiera despedirse ni mirar atrás.
"¿¡Es en serio!? ¿¡Vas a dejar que se vaya solo a buscar a esos temibles dragones!?" Gritó Rainbow Dash a Dusk, asustada por el pequeño Spike, que se alejaba por las calles de Ponyville.
"Dusk, cariño. Sé que las palabras de Spike fueron duras, pero sé que no las dijo en serio." Dijo Rarity, también asustada. Acercándose para tocar a Dusk, quien seguía con su cabeza gacha. "Él sabe que ambos son hermanos."
"Por supuesto que lo sabe." Dijo finalmente Dusk, levantando su cabeza. Mostrando para sorpresa de las yeguas, que él no estaba triste ni shockeado. Él mantenía su mirada firme y determinada, llena de fuego mientras miraba alejarse a Spike. "No importa lo que diga él, ni yo, ni nadie. ¡Ambos somos hermanos y eso jamás cambiará!"
"P-Pero entonces, ¿Por qué dejaste que se fuera?" Preguntó Rarity confundida.
"Sé que Spike está molesto y está actuando impulsivamente." Respondió Dusk, mirando a sus amigas. "Pero también es cierto que nosotros fuimos prejuiciosos, y él nunca ha tenido la oportunidad de convivir con otros dragones de su edad… Sé que es peligroso, pero no puedo negarle la que quizás sea su única oportunidad de estar cerca de su raza."
Tras las palabras de Dusk, los tres ponies se quedaron mirando desde lejos cómo Spike llegaba al límite del pueblo y poco a poco se perdía de vista.
"Así que… ¿Vamos a seguirlo?" Preguntó Rainbow Dash.
"Por supuesto." Respondió Dusk con una gran sonrisa. "Es mi hermanito."
Gracias a que Dusk se pasó todo un día leyendo libros acerca de la migración de los dragones, es que Spike sabía que los dragones debían de estar descansando en las montañas al Este del bosque Everfree. Recuperando energías antes de continuar su último tramo de vuelo y terminar su migración en las Tierras Dragón.
Aquel viaje tomaría un día completo, tomando la ruta más corta, que era cruzar el bosque Everfree. Spike sabía que era una ruta arriesgada, pero temía que si demoraba mucho en llegar a las montañas del Este, los dragones ya se habrían ido. Su determinación pudo más que su miedo, y finalmente Spike optó por aquella peligrosa ruta.
Aquel primer día atravesando el bosque, fue como un paseo por el campo para Spike. A diferencia de otras veces, el bosque se veía menos oscuro y escalofriante aquel día. Lo mismo ocurrió la noche que acampó, incluso el día siguiente conoció a un amable burro que lo ayudó a cruzar el rio. Aquella fue una gran señal para Spike, para tener aún más confianza. Pensando que si había logrado cruzar sin problemas aquel peligroso bosque, conocer a los dragones sería igual o más sencillo de lo que temió al principio.
Lo que Spike no sabía, es que todo ese pacífico viaje, se debió a tres ponies que lo seguían paso a paso sin que él lo supiera. Desde el momento en que Spike pisó el tenebroso bosque, Rarity se aseguró de usar su magia para iluminarle sutilmente el camino correcto. Rainbow Dash se adelantó para despejar el camino de maleza y dejarle gemas en el camino, para que el pequeño dragón comiera, ya que Spike comió toda su provisión de gemas durante la mañana del primer día. Y aún más importante, Dusk usó su magia para dormir y alejar a cualquier criatura peligrosa que osara acercarse a Spike. Manteniéndose en vela durante la noche para asegurarse que nada le pasara a su pequeño hermanito. Todo aquello para que la aventura de autodescubrimiento de Spike fuera sin dificultades.
Finalmente, Spike llegó a terreno abierto, en donde había una gran colina. Aquella era la entrada al gran cañón y zona de montañas, que quedaban al Este del bosque Everfree.
"Creo que fue buena suerte que Pinkie no nos acompañara esta vez." Susurró Rarity. Hablando despacio para que Spike no la escuchara. Dado que el bebé dragón caminaba a pocos pasos delante de los ponies.
"Sí, no creo que las misiones en cubierto sean su especialidad." Respondió Rainbow Dash, también hablando en un susurro.
En aquel último tramo, de lo único que debían asegurarse los ponies, era de no hacer ruido. Al ser un terreno abierto, ya no podían esconderse fácilmente como lo habían hecho dentro del bosque. Así que Dusk usó un hechizo de invisibilidad para que Spike no pudiera verlos mientras lo seguían.
"Los dragones tienen buen oído, así que no susurren muy alto." Les recordó Dusk a sus amigas mientras seguían persiguiendo a Spike invisiblemente. "También tienen buen olfato, pero afortunadamente hay viento en contra. Así que a esta distancia deberíamos seguir sin ser detectados."
Al llegar a la cima de la colina, Spike abrió con asombro sus ojos al ver que había logrado su objetivo. Allí, en un valle rodeado de altas montañas, se encontraban decenas, quizás cientos, de dragones. Varios durmiendo, otros lanzando llamaradas de fuego por puro placer. Pero los que de inmediato llamaron la atención del pequeño dragón, fue un pequeño grupo de dragones muy jóvenes, probablemente adolescentes, que al parecer estaban jugando entre ellos.
"¡Dragones adolescentes como yo!" Gritó Spike muy emocionado. Apresurándose a bajar la colina.
"¡No Spikey-Wikey! ¡Tú solo eres un bebé dragón!" Dijo Rarity, ahogando su grito en un susurro. Cubriéndose la boca asustada al ver correr a su querido Spike hacia aquellos fieros dragones.
"Esos chicos se ven muy fieros para Spike." Dijo Rainbow Dash. Mirando desde arriba de la colina al resto de los dragones. Agradecida del hechizo de invisibilidad de Dusk. "Debemos apresurarnos y seguir tras él."
"Sería peligroso ir en medio de los dragones solo con un hechizo de invisibilidad…" Dijo Dusk preocupado. Sabiendo que el hechizo no cubriría sus ruidos, y que se desvanecería si alguien los tocaba por accidente.
"No se preocupen, tengo un plan. ¡No abandonaré a mi querido Spikey-Wikey!" Dijo Rarity. Retrocediendo para alejarse de la vista de los dragones. Causando que el hechizo de invisibilidad en ella desapareciera al alejarse de Dusk. "Sabía que mi set de costura de emergencia serviría de algo." Agregó Rarity, sentándose y sacando un enorme bolso de costura que había traído consigo. Mirando de reojo a Rainbow Dash. Quién se había burlado de ella por viajar hasta allí con eso.
Mientras Dusk y Rainbow Dash ayudaban a Rarity con su nueva creación, Spike finalmente llegó hasta el fondo del valle. Donde un grupo de siete dragones luchaban entre sí, al parecer, jugando por quién llegaba más alto a una enorme pila de joyas que allí había. Aquellos dragones eran obviamente jóvenes, al ser mucho más pequeños que los otros enormes dragones que dormían en las faldas de las montañas. Pero aún así, eran tres veces más altos que Spike, por lo que el pequeño bebé dragón de igual forma se asustó un poco al verlos frente a frente.
"¡Nadie le gana al gran Garble! ¡El rey sobre la colina!" Gritó victorioso un joven dragón rojo. Que había logrado botar de la cima de joyas a otro dragón que había intentado subir.
"Umm… Hola." Dijo tímidamente Spike. Causando que todos los jóvenes dragones se voltearan para ver quién hablaba. Sorprendiéndose al ver al pequeño bebé dragón allí. "Mi nombre es Spike, y me preguntaba si… ¿Puedo jugar con ustedes?" Preguntó Spike con una pequeña sonrisa nerviosa.
"¿Jugar?" Dijo el dragón rojo, llamado Garble. Bajando desde el montón de joyas amontonadas y acercándose a Spike. Junto con todos los otros dragones adolescentes. "Nosotros no jugamos, bebé. ¡Nosotros competimos! ¡Luchamos para ver quién de nosotros es un verdadero dragón!"
"¡Oh! ¡P-Pues yo soy un verdadero dragón!" Dijo Spike intentando no parecer nervioso. Inflando su pecho para, en vano, intentar parecer más alto y fuerte.
"¿Tú? ¡Pfft! No me hagas reír. Ni siquiera te han salido tus alas." Dijo Garble. Tomando a Spike de la cola y levantándolo. Para que todos pudieran ver que aquel bebé dragón no tenía alas. "Incluso mi hermanita está mudando ya sus alas en casa. ¿Qué edad tienes, enano?"
"¿¡Eh!? ¿¡Me van a crecer alas cuando crezca!?" Preguntó Spike, genuinamente muy sorprendido.
Al escuchar aquello, Garble se sorprendió. Entonces soltó a Spike y estalló en risa, al igual que los otros jóvenes dragones a su alrededor. En cuanto a Spike, se sobó su nariz al caer de cara contra el suelo, y luego agachó su cabeza avergonzado, viendo cómo todos se reían de él.
"¿Acaso naciste ayer? ¿Cómo es que no sabes algo tan básico?" Preguntó con burla un dragón morado, cuyo pelo rubio cubría sus ojos.
"Sí. ¿Y cómo fue que llegaste aquí sin alas? ¿Te trajo tu mami en su lomo? ¡Jajaja!" Se burló otro dragón. Uno más obeso, de piel café.
"Yo… Yo no volé hasta aquí. Vine caminando." Dijo Spike nervioso. Comenzando a pensar que quizás estar allí no era una buena idea, si es que iba a ser la burla de todos.
"¿¡Caminando!? ¡Eso es imposible!" Dijo Garble sorprendido. Acercándose a Spike para verlo cara a cara. "Hmm… ¿De verdad eres un dragón? Quizás solo seas un espía. Un pony disfrazado de dragón…" Agregó Garble, mirando sospechosamente al pequeño recién llegado.
Mientras aquel grupo de dragones adolescentes comenzaba a mirar sospechosamente a Spike, un atolondrado y extraño dragón comenzó a bajar por la colina para acercarse hasta ellos. Aquel dragón, tenía un largo cuerpo verde con varias joyas incrustadas en él. Tenía dos pequeñas alas celestes saliendo de su lomo, que para nada se parecían a las angulosas alas de los otros dragones. Además, tenía un largo cuello, ocho pequeñas patas, y su cara tenía una muy boba expresión, con su boca abierta y dos grandes ojos mirando hacia lados opuestos. Sin embargo, lo más extraño de aquel dragón, era que si se veía con atención, habían dos pequeños orificios ocultos en medio de su pecho, donde se veían otro par de ojos.
"¡De prisa! Debemos acercarnos para ayudar a Spike." Dijo el estómago de aquel extraño dragón, con la voz de Dusk Shine, intentando apresurar a sus amigas al ver que a lo lejos, varios dragones miraban amenazadoramente a Spike. "Podría ser problemático si Spike dice que ha sido criado por ponies."
"Iría más rápido con gusto, ¡Pero es difícil moverse en este tonto disfraz!" Dijo la cola del dragón, con la voz de Rainbow Dash.
"No es tonto, ¡Es fabuloso!" Dijo la voz de Rarity, desde la cabeza del dragón. Con una voz llena de orgullo. "Aunque sigo creyendo que luciría mejor con un enorme listón rosa adornando su cuello." Agregó Rarity suspirando decepcionada. Ya que no había logrado convencer a Dusk y Rainbow Dash para hacer ver a su disfraz de dragón con un poco más de estilo.
Los tres ponies avanzaban apresuradamente, arriesgando sus vidas, ocultos en aquel disfraz improvisado de dragón que Rarity había hecho. Un disfraz que, en opinión de la yegua fashionista, había quedado espléndido. Aunque quizás ella hubiera incrustado más gemas en el disfraz si hubiera tenido más tiempo.
"Ayer vi muy atenta la migración de dragones que voló sobre Ponyville. Y estoy segura que capturé a la perfección la esencia de un dragón en mi disfraz." Dijo Rarity reprendiendo a Rainbow Dash. Ya que no le gustaba que juzgaran como 'tonto' algo que ella había creado.
"¿Estás loca? ¡Este dragón tiene cara de idiota!" Dijo Rainbow Dash molesta. Apresurándose para no despegarse de Dusk, quien caminaba frente a ella en el disfraz. "¿¡De veras crees que engañaremos a alguien con esto!?"
"¡Qué tal, Crackle!" Dijo repentinamente un dragón, caminando al lado de los ponies disfrazados.
"Ya era hora que llegaras, Crackle." Dijo otro dragón, que también pasó al lado de los ponies.
"Te ves bien, Crackle. ¿Has perdido peso?" Dijo un tercer dragón, volando cerca de donde se habían detenido los ponies.
Dusk y Rainbow Dash se detuvieron en seco cuando los dragones los saludaron tan casualmente. Asombrados que el disfraz fuera tan efectivo. Mientras que Rarity, quien iba en la cabeza del disfraz, parada sobre Dusk, soltó una pequeña risita triunfal y miró hacia Rainbow Dash.
"Jujuju… ¿Qué decías sobre que no funcionaría, Rainbow Dash?" Rio burlonamente Rarity. Orgullosa de su impecable disfraz. Mientras que Rainbow Dash se quedó con la boca abierta, sin creer que aquel tonto disfraz de dragón, efectivamente hubiera logrado engañar a esos dragones.
"Parece que tuvimos suerte y nos están confundiendo con otro dragón." Susurró Dusk, también asombrado. "¿Quién será ese tal 'Crackle'?"
Mientras Dusk se quedaba con una mirada pensativa, varias leguas de distancia más lejos, un atolondrado dragón llamado Crackle, quien curiosamente tenía un cuerpo tan extraño y una cara tan boba como tenía el disfraz de Rarity; se encontraba volando feliz junto a Derpy. Ambos perdidos en el cielo, olvidándose de hacia dónde volaban, persiguiendo a unas lindas mariposas…
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De vuelta en el valle de descanso de los dragones, los tres ponies en el disfraz de 'Crackle', lograron finalmente acercarse hasta donde estaban Spike y los demás dragones. Allí, tal parecía que los dragones adolescentes quisieron poner a prueba a Spike para ver si era un verdadero dragón o solo un tierno pony disfrazado. Y para ello, decidieron que lo primero que Spike debía hacer, era competir en un concurso de eructos.
Varios dragones se pusieron en fila y lanzaron enormes eructos. Generando enormes sonidos que retumbaron muy lejos, pero por supuesto, lo que más caracterizaba los eructos de los dragones, era que acompañado del enorme retumbar, salía una enorme llamarada de fuego. Y aunque todos los eructos fueron impresionantes, todos quedaron bajos comparados con el eructo lanzado por el obeso dragón café, que hizo que incluso Spike se agachara por instinto, al pensar que se quemaría con tal tremenda llamarada.
"Muy bien, enano. Tu turno." Dijo Garble, luego de felicitar con un golpe a su obeso amigo dragón. Mirando a Spike con una expectante mirada de burla. "A menos que no seas un verdadero dragón."
"¡Y-Yo claro que puedo!" Dijo Spike nervioso. Abriendo su boca e intentando lanzar un gran eructo.
Spike había lanzado eructos con llamas muchas otras veces. Sin embargo, sabía que no eran nada comparados con los enormes eructos flameantes de esos otros dragones. Además, viendo que todos lo miraban, hizo que Spike se pusiera muy nervioso, y justamente se le hiciera imposible poder eructar a voluntad.
Cuando Spike estaba a punto de darse por vencido, repentinamente se tapó la boca al sentir que iba a regurgitar algo. Entonces él no pudo contenerlo, y soltó un eructo involuntario, del cual salió una llamarada verde, y un pergamino, que golpeó de lleno la cara de Garble.
"¿Qué es esto?" Dijo Garble, tomando el pergamino que lo había golpeado. Entonces Spike se apresuró a quitarle el pergamino, lo rompió en varios pedazos y se comió los pedazos de papel.
"¡N-No es nada! ¡Solo escupí algo que me cayó mal al almuerzo! Jeje…" Se rio Spike nerviosamente. Sobando su estómago para que todos creyeran que había disfrutado comerse ese pergamino.
"¿¡Por qué la princesa envió una carta justo ahora!?" Pensó Spike muy nervioso. "Si los demás descubren que uso mi fuego para recibir cartas de la princesa, ¡Se burlarán aún más de mí! ¡Dirán que no soy un dragón, sino un cartero!"
"Entonces… ¿Comes papel?" Preguntó Garble. Antes de cubrirse la boca y estallar en risa. "¡Pfft! ¡Jajaja! ¡Eres más patético de lo que pensaba, enano! ¡Jajaja!" Se burló Garble, mientras los demás dragones también estallaban en risa.
"No se burlen de mi Spikey-Wikey." Murmuró Rarity molesta, viendo cómo de avergonzado estaba su querido Spike. Entonces ella intentó avanzar, pero Dusk se quedó quieto, haciendo que Rarity no pudieran moverse debido al disfraz.
"Rarity, debes tranquilizarte." Dijo Dusk frunciendo el ceño molesto, pero enfriando su cabeza para no reaccionar de forma imprudente. "A mí tampoco me gusta que esos tontos se burlen de Spike, pero sería peligroso si descubren que somos ponies y nos acercamos hasta ellos a escondidas… Debemos encontrar otra forma de ayudarlo."
"Bien enano, ya que me diviertes, te daré otra oportunidad para demostrar que eres un auténtico dragón." Dijo Garble luego de dejar de reír. Mirando seriamente a Spike. "Tendrás que ganar una lucha de colas."
"¿L-Lucha de colas?" Preguntó Spike asustado.
"¡Charcoal, Backdraft! Muéstrenle a este enano cómo es un verdadero dragón." Dijo Garble, mirando a dos de sus amigos.
A la orden de Garble, se acercaron dos dragones. Uno delgado y alto de piel negruzca y pelo verde, y otro más obeso de piel morada. Entonces ambos dragones se pusieron de espaldas uno contra el otro y engancharon sus colas a la del otro. En cuanto Garble dio la señal, ambos dragones comenzaron a tirar hacia sus respectivos lados, intentando jalar al otro hasta su lado solo con sus colas. Aquello duró unos pocos segundos, hasta que la fuerza del dragón morado fue mayor, e hizo que el dragón delgado cayera rendido por agotamiento. Con el extra que el perdedor quedó con toda su cola torcida luego del esfuerzo realizado.
Al ver el estado de la cola del dragón perdedor, Spike instintivamente tomó su propia cola entre sus garras y puso una mirada atemorizada.
"¡Eso es! ¡Esta es nuestra oportunidad de ayudarlo!" Susurró Dusk a sus amigas, moviéndose torpemente bajo el disfraz para acercarse a Spike. Entonces Dusk volvió a hablar, pero esta vez, en voz alta. "Yo reto a Spike a una lucha de colas."
"Tú eres… ¿Crackle?" Dijo Garble con una mirada de sospecha. "¿Es idea mía o hablaste desde tu estómago?" Agregó Garble, rascándose su cabeza confundido.
"Sí… Te ves algo extraño." Agregó el dragón café obeso, llamado Clump. Acercándose y entrecerrando sus ojos para ver de cerca la cara del disfraz. Justo delante de donde Rarity se escondía.
Al ver a aquel dragón tan de cerca, Rarity instintivamente retrocedió, lo que hizo que resbalara de los hombros de Dusk. Aquello generó que desde fuera pareciese como si aquel peculiar dragón llamado 'Crackle', girara veloz y extrañamente su cuello en trecientos sesenta grados. Hasta que giró por completo, y por la fuerza del giro, golpeara la cabeza falsa contra la del obeso dragón.
Con el fuerte y sorpresivo azote en su cabeza, el dragón café retrocedió mareado y cayó desmayado.
"¡Oye, oye! ¡Tranquilo Crackle! Te dejaremos competir, no te enojes." Dijo rápidamente Garble, con una mirada asustada. Acercándose a otro de sus amigos. "Ese tipo sí es un verdadero dragón. Hasta a mí me da miedo." Susurró Garble a su amigo. Sin darse cuenta que aquel cabezazo solo fue suerte, debido a que Rarity resbaló.
Finalmente, los dragones armaron un círculo para rodear a Spike y 'Crackle'. Entonces Spike enganchó su cola con la del falso dragón. Temblando de miedo al ver que se enfrentaba a un salvaje dragón que dejó inconsciente a otro dragón con un cabezazo.
"Listos… ¡Ahora!" Gritó Garble, quien sirvió de arbitro.
A la señal del dragón rojo, Spike comenzó a jalar con todas sus fuerzas para intentar botar a su contrincante. Sin embargo, el enorme 'Crackle' se mantenía inmóvil.
"Bien, a la cuenta de tres, nos dejamos caer al suelo." Susurró Dusk a sus amigas.
"Eh… ¿Qué tal si esperamos a que Spike caiga también, y así lo dejamos en empate?" Susurró Rainbow Dash. Quien quería ayudar a Spike, pero su espíritu competitivo le pedía a gritos que no se dejara perder en una competencia. Menos viendo lo fácil que sería poder ganarle al pequeño Spike, que tenía tan poca fuerza.
"No seas boba." Dijo Dusk, reprendiendo a su amiga con la mirada. "¡AHORA!"
Con la señal de Dusk, los tres ponies se dejaron caer. Aquello hizo que Spike se volteara y abriera asombrado su boca, viendo que había logrado ganarle a ese enorme y extraño dragón.
"¡Vaya! ¡El pequeñín logró ganarle a Crackle!" Dijo con asombro el dragón delgado color morado, llamado Fume.
Todos los jóvenes dragones comentaron asombrados cómo el pequeño dragón logró ganarle al 'salvaje Crackle', y se acercaron para felicitar a Spike. Aquello hizo que por primera vez, Spike sonriera en ese lugar. Sintiéndose orgullosos que sus hermanos dragones lo reconocieran.
"¡Bien hecho Spike!" Pensó Dusk feliz, aún tirado en el piso. Mirando por los agujeros de su disfraz lo feliz que reía Spike.
"¡Ja! Fue muy fácil. Creo que no conocía mi propia fuerza." Dijo Spike lleno de orgullo y soberbia. Sintiendo que, si le había podido ganar a ese salvaje dragón, podía ganarle a cualquiera.
"Así que te crees invencible, ¿Eh?" Dijo Garble con su ceño fruncido. Quien había sido el único de los dragones en no acercarse a Spike a felicitarlo. "Pues si te crees tan fuerte, ¿Por qué no luchas contra Whip?" Agregó Garble, apuntando a un pequeño dragón de piel verde y pelo naranja. Que se ocultaba parcialmente detrás de los demás dragones.
Luego de ver detenidamente a su posible rival. Spike sonrió con confianza, viendo que aquel dragón era bastante pequeño, solo un poco más alto que él. Y si había vencido al 'temible Crackle', bien podía vencer a ese rival inferior.
"¡Claro! ¡No hay problema! Será fácil." Dijo Spike lleno de confianza. Poniéndose rápidamente en posición para enganchar su cola.
Apenas Spike se puso en posición, los demás dragones también se movieron para abrirle paso a Whip. En ese momento, la boca de Spike casi se desencaja al ver al pequeño dragón verde finalmente de cuerpo completo. Efectivamente ese dragón era pequeño, pero tenía una cola desproporcionadamente gigante, como la de un dragón adulto. Y Spike quedó aún más anonadado al ver que al acercarse a él, Whip sonrió con unos fieros dientes, haciendo que de su cola se aparecieran varias espinas, que hizo que su cola se viera aún más amenazante.
El resultado fue obvio. Tras solo medio segundo de competición, Spike salió volando lejos.
"¡Ouch!" Murmuró Rainbow Dash tras ver el duelo. Viendo cómo Spike voló lejos, hasta golpearse contra una enorme roca.
El resto de dragones corrió hacia donde cayó Spike y estallaron en risa al ver lo mareado que quedó. Olvidándose completamente del logro previo del pequeño dragón, y ahora burlándose aún más al ver lo lejos que había sido arrojado.
"¡Ja! Así que no puedes durar ni un segundo en una lucha de colas." Dijo Garble, burlándose de Spike. "Crackle debe haberse quedado dormido, ya que no eras un verdadero desafío… Sabía que no eras un verdadero dragón." Agregó Garble, mirando cara a cara a Spike y señalándolo en su pecho.
"Y-Yo… ¡Yo sí soy un verdadero dragón!" Gritó Spike frustrado, casi al borde de las lágrimas al ver que todos seguían diciendo que no era un verdadero dragón. "Denme otra oportunidad."
"Quizás podría intentar hacer la 'bala de cañón de lava." Sugirió el dragón Fume. Con una pequeña risita, hablándole a Garble.
"Sí… Eso podría ser una buena idea." Dijo Garble, mirando a Spike con una sonrisa maliciosa. Viendo que podría burlarse nuevamente de aquel torpe bebé dragón. Una mirada que hizo que Spike tragara saliva nervioso y comenzara a sudar, anticipándose a que algo muy malo vendría.
Antes que Dusk y sus amigas pudieran alcanzar a Spike y al resto de los dragones, dado que caminaban muy torpemente debido a su disfraz, los jóvenes dragones se llevaron a Spike hacia otro lado. Por lo que Dusk y Rainbow Dash apresuraron el paso para seguirlos nuevamente hacia donde se dirigían.
Los dragones adolescentes guiaron a Spike hasta un pequeño acantilado. Bajo este, quedaba un gran cráter, que contenía una gran piscina de lava, donde ya varios dragones disfrutaban, descansando sus cuerpos en las cálidas temperaturas de roca derretida, que solo sus escamas de dragón podían lograr soportar.
"¿¡Q-Quieren ir y bañarse dentro de un volcán!?" Dijo Spike asustado, quien nunca había visto una piscina de lava.
"No es un volcán, solo es un cráter con lava." Dijo el dragón obeso Clump, encogiéndose de hombros. Ya que para los dragones, era normal bañarse en lava. Algo que Spike desconocía.
"Además, no iremos hasta allí caminando." Dijo Garble, sonriendo maliciosamente. "¡Nos lanzaremos desde aquí haciendo balas de cañón!" Agregó Garble alzando sus garras, para animar a sus amigos, que también gritaron emocionados.
"S-Saltar desde aquí…" Murmuró Spike aún más aterrado, dando un paso hacia atrás.
"¡Jaja! Lo sabía. Eres un gallina. ¡No! Menos que eso, ¡Pareces un lindo pony! Jajaja." Se rio Garble, burlándose de Spike. Entonces él se acercó más al bebé dragón y lo miró con una fiera mirada. "No eres un verdadero dragón. Solo eres un bebé." Se burló Garble, haciendo que Spike se congelara ante esas duras palabras.
"Huff… Huff… ¿Por qué todos esos dragones se quedaron parados allí en el acantilado?" Susurró Dusk a sus amigas. Cansado luego de correr con todo el peso del disfraz hasta donde estaban los demás dragones.
"No me preguntes a mí. Yo solo veo tu trasero." Respondió Rainbow Dash molesta, ya que no podía ver nada. Aunque también se sonrojó un poco, ya que ver el trasero de Dusk tan de cerca no era algo que le había molestado tanto como decía.
"No sé que es lo que esperan." Dijo Rarity desde arriba de los hombros de Dusk. "¡Espera! Ellos están…" Agregó Rarity sorprendida al ver lo que pasaba.
"¡Quién salpique más lava será coronado dragón máximo!" Gritó Garble. Siendo el primero en saltar del pequeño acantilado hacia la piscina de lava.
El dragón rojo hizo una impecable bola de cañón con su cuerpo, que logró salpicar mucha lava por todas partes. Molestando a algunos dragones más adultos que descansaban tranquilamente en la piscina.
Uno a uno los dragones adolescentes imitaron la acción de Garble y se arrojaron también hacia la piscina de lava. Por su parte, al acercarse, los ponies pudieron ver que los dragones no estaban saltando al vacío, sino que a un cráter de lava. Lo que por supuesto, los dejó aún más asustados.
"Esto es algo en lo que no podemos seguir a Spike…" Murmuró Dusk apenado. Sabiendo que solo un verdadero dragón podía soportar caer en una piscina de lava.
"Bueno… Creo que no será necesario." Susurró Rarity, indicándole a Dusk que se girara para ver a su lado. Momento que Rainbow Dash aprovechó para hacer otro par de agujeros al disfraz para ver también, ya que estaba aburrida de no saber qué era lo que pasaba.
Al moverse, Dusk y Rainbow Dash pudieron ver que aún quedaba un dragón sobre el acantilado aparte de ellos. Era Spike, quien miraba aterrorizado hacia abajo, donde el resto de sus hermanos dragones habían saltado.
"Yo… Yo no puedo." Susurró Spike. Apretando fuerte sus ojos y soltando una lágrima. "Yo… Yo no soy un verdadero dragón."
"Claro que lo eres… Eres más valiente de lo que tú mismo crees." Susurró Dusk con su corazón apretado. Sintiendo la necesidad de salir y abrazar a su hermano. Pero sabiendo que Spike se sentiría peor si se daba cuenta que su hermano mayor lo había estado siguiendo a escondidas todo ese tiempo.
'¡No soy tu hermano!' Fueron las palabras que Spike gritó furioso antes de huir de casa. Palabras que ahora volvieron a la mente de Dusk e hicieron que pusiera una mirada llena de determinación.
"Soy tu hermano mayor, y eso significa… ¡Ayudarte a crecer y a superar tus miedos!" Murmuró Dusk, cerrando sus ojos, respirando lentamente, y luego abriéndolos nuevamente, con con una mirada seria. Usando su magia para empujar a Spike.
El pequeño bebé dragón sintió que algo lo empujaba, y repentinamente se vio cayendo por el acantilado.
"¡WAAAHHH!" Gritó Spike aterrado.
"¿¡QUÉ FUE LO QUE HICISTE!?" Gritaron aterradas Rarity y Rainbow Dash. Quienes alcanzaron a ver el resplandor púrpura de la magia de Dusk. Lanzándose a ahorcar a Dusk al ver que había lanzado al pequeño bebé dragón a su muerte.
"T-Tranquilas, confíen en mí." Dijo Dusk intentando calmar a sus amigas. Todo mientras la forma del disfraz se perdió por completo debió al alboroto que había dentro de él. "Mejor dicho, confíen en Spike. Sé que lo logrará." Agregó Dusk, con una sonrisa llena de confianza. Una que calmó por el momento a sus amigas. Entonces los tres ponies se acercaron con su disfraz al filo del acantilado y vieron cómo caía Spike.
Mientras el bebé dragón caía, estaba completamente aterrado, viendo como iba a caer en una enorme piscina de mortal de piedra derretida. Con sus propios gritos, no pudo escuchar los gritos de asombro de los jóvenes dragones, que vieron cómo el bebé dragón si se había atrevido a saltar.
¡SPLASH! Sin lograr formar una 'bola de cañón', debió a su miedo, Spike cayó de cara contra la piscina de lava.
"¡Auch!" Dijeron tanto los dragones en la piscina, al igual que los ponies arriba del acantilado, al ver cómo cayó Spike, generando un fuerte ruido como el de una cachetada.
"Bueno… Eso no era parte del plan…" Murmuró Dusk nervioso. Viendo lo doloroso que debió ser caer de esa forma.
Lentamente Spike se hundió inmóvil en la lava, y tras un par de segundos, el bebé dragón volvió a salir a la superficie. Con toda su cara roja debido al fuerte golpe en la cara. Escupiendo lava como si fuera simple agua.
"¿¡D-De verdad estoy nadando en lava!?" Dijo Spike asombrado. Tan sorprendido que casi olvida el dolor en su cara.
"Claro que sí. ¡Y qué manera de caer, ¡Jajaja!" Se rio Garble con una gran carcajada. Misma risa que tuvieron los demás jóvenes dragones.
"Siguen burlándose de mí…" Murmuró Spike, desviando su mirada con pena y sobando sus adoloridas mejillas.
"¿Qué? No, esta vez no nos estamos burlando de ti. ¡Esa caída sí que fue espectacular!" Dijo Garble, genuinamente emocionado. "Cualquiera que caiga de esa forma a una piscina de lava, definitivamente sí es un verdadero dragón." Agregó Garble. Tomando a Spike desde abajo y levantándolo con su garra para que todos sus amigos lo vieran.
Al ser alzado por Garble, los demás dragones también se acercaron y lo felicitaron. Riéndose de lo valiente que había sido el pequeño bebé dragón para saltar de esa forma tan atrevida. Aquello hizo que Spike olvidara todo el dolor en su cara y pusiera una gran sonrisa llena de orgullo. No solo había sido reconocido por los demás dragones, sino que finalmente alguien le había dicho lo que tanto había deseado escuchar: ¡Él sí era un verdadero dragón!
"Sabía que tú podías." Murmuró Dusk desde arriba del acantilado, lleno de orgullo. "Ese es mi herma-"
"¡Ese es mi hermanito!" Gritó Garble desde la piscina. Interrumpiendo sin querer las palabras de Dusk. "Te haré mi pequeño hermanito honorario, Spike. ¿Qué te parece?" Dijo Garble, golpeando el hombro de Spike.
"¿Mi hermano?" Dijo Spike sorprendido.
Lo que Spike respondió fue algo que Dusk no alcanzó a oír, debido al alboroto y risas de los demás dragones. Pero no hizo falta, ya que tan solo escuchar que alguien más llamaba a Spike 'su hermanito', hizo que a Dusk se le apretara el corazón y dejara de prestar atención por un instante.
"¿¡Qué es todo este alboroto!? ¿¡Cuántas veces les he dicho que no salpiquen en las piscinas de lava!?" Gritó repentinamente una voz femenina.
Spike y los dragones se distrajeron y miraron hacia el cielo. Allí, otro joven dragón se les acerco, solo que esta era una dragona. Tenía la piel color turquesa, brillantes ojos rojos, y dos cuernos al costado de su cabeza, que crecían hacia abajo en curva.
"Oh, genial… Tenía que aparecer la 'princesita'." Dijo Garble, desviando la mirada con una mirada frustrada.
"No me llames princesita." Dijo la dragona turquesa, aterrizando al lado de la piscina de lava y mirando muy enfadada a Garble.
"¿Quién es ella?" Susurró Spike a uno de los dragones que estaba a su lado.
"¿No la conoces? Es Ember, la molesta hija del Señor Dragón." Respondió el dragón al lado de Spike.
"¡Oh!" Dijo Spike muy sorprendido. Entonces el bebé dragón se apresuró a salir de la lava para acercarse hasta aquella dragona. Luego se paró frente a ella y, tal como le enseñara Dusk que era el protocolo hacia una princesa, Spike hizo una pequeña reverencia. "Es un honor conocerla, princesa Ember."
Ante la reverencia de Spike, Ember abrió sus ojos con sorpresa y un ligero espanto. Sonrojándose de vergüenza. En tanto que el resto de dragones adolescentes que seguían en la piscina, estallaron en risa, viendo cómo el pequeño dragón había tenido el coraje para burlarse de la molesta Ember. En tanto que Spike, se quedó confundido ante las risas.
Lo que el pobre Spike no sabía, era que Ember efectivamente era hija del Señor Dragón reinante y por ende, podía ser considerada como una princesa. Sin embargo, Ember odiaba ser llamada princesa. Ella siempre quiso demostrar que podía ganarse el respeto de los demás por sus propios méritos, no solo por ser hija del Señor Dragón. Es por eso que a veces Garble y los demás se burlaban de Ember llamándola 'princesita'. Aunque claro, no era algo que hicieran muy frecuentemente, ya que Ember era una fiera dragona que odiaba que los demás se burlarán de ella, y por lo general, golpeaba a quién osara burlarse de ella.
"¿¡Te burlas de mí, bebé dragón!?" Gritó Ember roja de vergüenza. Tomando del pescuezo a Spike y levantándolo, mirándolo cara a cara furiosa. Entonces ella miró atentamente a Spike y puso una mirada confundida. "¿De dónde saliste? No recuerdo haberte visto antes por aquí." Agregó Ember, mirando sospechosamente a Spike.
"Yo… Llegué caminando." Respondió Spike muy nervioso. Viendo la fiera mirada de Ember.
"Así es. Incluso sin alas, mi hermanito Spike logró hacer la gran migración caminando." Agregó Garble, acercándose a Spike y dándole unos pequeños golpecitos juguetones en la cabeza como muestra de orgullo.
"Uh… En realidad, no hice toda la migración caminando." Respondió Spike con una sonrisa nerviosa. "Vine desde Ponyville."
"¿¡Ponyville!?" Dijeron Ember y Garble al mismo tiempo. Ambos muy sorprendidos.
Justo en ese momento, Dusk, Rarity y Rainbow Dash habían finalmente logrado bajar el pequeño acantilado con su disfraz, y alcanzaron a ver cómo ahora Spike era encarado por Ember.
"¿Eso es un pueblo de ponies? ¿Qué hacías en un lugar así?" Preguntó Ember, algo preocupada.
"Espera, ¿¡Tú naciste en un pueblo de ponies!?" Dijo Garble con una mirada de desagrado, alejándose un paso de Spike y mirándolo con disgusto. "Ese es el extraño olor que he estado sintiendo todo el día."
En ese instante, Dusk tragó saliva nervioso, y decidió no acercarse más. Dándose cuenta que el poderoso sentido del olfato de los dragones había alcanzado a notar sutilmente el olor a pony alrededor, incluso bajo el disfraz.
"¿No naciste en la Tierra Dragón…?" Murmuró Ember con una mirada pensativa, sin mirar a Spike. Más hablando consigo misma que con Spike. Sin embargo, el pequeño dragón, de igual forma respondió, negando nervioso con su cabeza. Entonces Ember puso una mirada seria y miró a Spike. "Ven conmigo. Iremos a ver a mi padre."
"¿T-Tú padre?" Preguntó Spike muy nervioso. "¿¡El Señor Dragón!?" Agregó Spike apretando asustado sus dientes. Ya que nunca había visto a un Señor dragón antes. El líder de todos los dragones.
"¡PAPÁ! ¡DEJA DE DORMIR Y VEN ACÁ UN MOMENTO!" Gritó Ember a todo pulmón, sin prestarle atención a Spike.
Ante el grito de Ember, un gran ruido, mezcla de gruñido y bostezo resonó en todo el valle. Luego, la tierra comenzó a temblar intermitentemente, como si enormes pasos hicieran retumbar todo alrededor.
Mientras el valle retumbaba, Dusk y sus dos amigas se quedaron paralizados del miedo, sin saber si deberían huir o no de allí. Ya que estaban a punto de encontrarse cara a cara con el que podría ser el dragón más aterrador de todos, si es que era el rey de todos esos otros enormes y fieros dragones.
"¡Oye Crackle! Qué milagro que no te perdiste volando hasta aquí." Dijo repentinamente Ember, acercándose a Dusk y sus amigas. Entonces Ember se quedó mirando atentamente el rostro del falso dragón. "Hmmm… Tu rostro se ve algo raro… Deberías descansar, y definitivamente darte un baño de lava, ya que el olor a pony de estas tierras parece que se te pegó." Agregó Ember, dejando rápidamente de lado sus sospechas y poniendo una pequeña sonrisa.
"Okey… Los dragones tienen excelente olfato, ¡Pero son pésimos para diferenciar a alguien por su apariencia!" Pensó Dusk suspirando de alivio. Viendo que su disfraz seguía si ser desenmascarado.
Finalmente, tras un último gran retumbar, una enorme sombra apareció tras una colina, y rodeando esa misma colina, apareció el dragón más grande que Spike y los ponies habían visto en sus vidas. Casi del porte de la propia colina. De piel verde opaco, alas rojas, dos enormes cuernos cayendo desde los lados de su cabeza hacia el lado de su cuello, y vestía una armadura negra y un collar de oro en uno de sus cuernos.
Tan solo ver a ese colosal dragón, hizo que Spike y los ponies se congelaran de terror. Aún más al ver la fiera mirada de pocos amigos que tenía aquella enorme bestia. Imaginándose que todos los ponies de Ponyville podía caber en las fauces de ese dragón, si así lo deseaba.
"¿Por qué me despiertas?" Dijo el enorme dragón, con una profunda voz. Mirando molesto a Ember. "Te dije que dormiría hasta mañana, antes de retomar la migración."
"Padre, este pequeño dragón dice que viene desde un pueblo pony." Respondió Ember, apuntando hacia Spike.
"¿Qué?" Preguntó el enorme Señor Dragón. Acercando su rostro para ver de cerca a Spike. Quien, por su parte, se quedó temblando de miedo, al ver ese enorme rostro, que era cientos de veces más grande que él. "Hngh… ¿De qué color era tu huevo cuando naciste, joven dragón?" Preguntó el Señor Dragón. Entrecerrando sus ojos y aclarando un poco su voz, lo que pareció sonar como un gruñido.
"¿M-M-Mi huevo?" Respondió Spike temblando de miedo. "E-Era color lila, como mi piel. Con manchas moradas."
"Hmm… ¿Dónde está el anciano Graytusk?" Dijo el Señor Dragón, luego de meditar un segundo. "Él es quien sabe todo sobre los huevos perdidos."
"Aún no ha llegado." Respondió Ember, encogiéndose de hombros. "El anciano siempre es el último en llegar a todas partes. Debería llegar al anochecer." Agregó Ember, mirando hacia el Sol, que estaba próximo a ocultarse.
"Bien, él despejará nuestras dudas. Ahora… ¡Déjenme dormir! ¡Es una orden!" Gritó el Señor Dragón molesto. Girándose para volver detrás de la colina, que era su lugar de descanso escogido.
"Ya escucharon… ¡No vuelvan a molestar al Señor Dragón!" Gritó Ember, mirando a los jóvenes dragones, como si hubiera olvidado que fue ella misma quien invocó a su padre. Gritando con el mismo tono de voz autoritario que su padre. "Cuiden del bebé dragón hasta que llegue el anciano." Agregó Ember, mirando a Garble.
"Y-Yo no soy un bebé." Refunfuñó Spike molesto.
"Bueno, tú me llamaste, princesa. Ahora estamos a mano." Dijo Ember, entrecerrando sus ojos molesta. Entonces ella miró a Garble y luego volvió a mirar a Spike. "Ten cuidado de a quién sigues como ejemplo, pequeño. Los dragones somos fuertes, pero ser fuerte no significa destruirlo todo." Agregó Ember, volviendo a mirar de reojo a Garble. Entonces ella abrió sus alas y se fue volando de allí.
Una vez Ember se fue, los jóvenes dragones se acercaron hasta Spike. Quien, por su parte, seguía temblando un poco, luego de enfrentarse cara a cara con el Señor dragón.
"¿Q-Qué fue todo eso?" Murmuró Spike, confundido y temeroso ante todo lo que había ocurrido.
"Parece que a Ember de verdad le molestó que salpicáramos en la piscina de lava, jajaja." Dijo Garble, burlándose de Ember tras escuchar aquel último comentario que hizo sobre él.
"No… Me refería a, ¿Por qué el Señor Dragón estaba interesado en cómo era mi huevo?" Preguntó Spike confundido.
"Ah, eso. No es nada. Parece que hace unos años desaparecieron unos huevos en la Tierra Dragón." Respondió Garble, encogiéndose de hombros. "Supongo que creen que eres uno de esos huevos perdidos."
Aquellas palabras dejaron con los ojos muy abiertos a Spike. Quien comenzó a hacerse muchas preguntas, o más bien, recordar decenas de preguntas sobre su origen. Preguntas que había intentado ignorar, pero que ahora le eran imposible dejar de lado.
"Como sea, si eres uno de esos huevos perdidos, significa que sí eres un verdadero dragón." Agregó Garble, golpeando nuevamente a Spike en el hombro, como muestra de afecto. "Aunque tendrás que darte varios baños de lava para quitarte ese repugnante olor a pony que traes, jeje."
"Sí. Y esa forma en que te burlaste de esa molesta Ember, ¡Fue genial!" Dijo el dragón Fume, sonriendo. "¡Decirle 'princesita' en su cara, fue lo máximo!"
"Sí, con eso ya demostraste que eres uno de los nuestros." Dijo Garble, alzando su garra. Lo que generó que los demás dragones jóvenes también vitorearan a Spike. "¿Qué dicen chicos? ¿Hagamos enojar más a la 'princesita' Ember?" Agregó Garble, mirando a sus amigos con una sonrisa traviesa.
"¡Sí! Llevemos al enano a una verdadera incursión de dragones." Dijo el dragón obeso Clump, muy emocionado.
Mientras los dragones conversaban sobre su próxima expedición, Dusk y sus amigas seguían algo temblorosos, luego de ver al enorme Señor Dragón.
"¿¡Los dragones pueden ser así de grandes!?" Susurró Rainbow Dash aterrada.
"Quizás… Pueden ser incluso más grandes…" Respondió con temor Dusk. Recordando que en algunos libros se decía que los dragones antiguos eran aún más enormes. Sintiendo un escalofrió entendiendo finalmente el verdadero peligro en el que estaban. Si el Señor Dragón descubría su identidad… ¿¡Qué podría hacer él para salvar a él y sus amigas de tan enorme bestia!?
Repentinamente Dusk y sus amigas se distrajeron cuando vieron que Garble y sus amigos tomaron a Spike y comenzaron a volar. Dirigiéndose a lo alto de las colinas, como si pensaran salir del valle.
Sin perder tiempo, Dusk y sus amigas comenzaron a correr para no perder de vista a Spike. Aunque se les hizo muy difícil correr rápido, debido a que debían seguir ocultos bajo el disfraz de 'Crackle'.
Mientras sus amigos iban en su búsqueda, Spike y los demás dragones volaron a las afueras del valle de descanso de los dragones, dirigiéndose hacia un pequeño bosque que allí había. A esa hora, ya el sol se había ocultado y la noche caía rápidamente. Pero afortunadamente, aún se podía ver con relativa normalidad.
"¿Qué es este lugar?" Preguntó Spike una vez aterrizaron. Aliviado de que a sus nuevos amigos no se les hubiera ocurrido ir hasta el bosque Everfree.
"Esto, hermanito, es donde tendrás tu siguiente prueba." Respondió Garble, bajando un poco su volumen de voz. Acercándose a Spike, escondiéndose tras unos arbustos, y apuntando hacia un árbol cercano.
Spike entrecerró un poco sus ojos para ver bien hacia donde apuntaba Garble. En la copa de aquel árbol, se veían dos figuras emplumadas de colores rojo y dorado. Al pequeño dragón no le hizo falta que le dijeran qué eran esas criaturas, ya que ya había visto a una idéntica durante muchos años, en el castillo de Canterlot. Aquellos eran fénix, aves legendarias que podían encender sus cuerpos e incluso rejuvenecer desde sus propias cenizas.
"¿Qué quieren hacer con esos fénix?" Preguntó Spike con algo de temor. Ya que sabía por experiencia, al conocer a 'Philomena', la mascota de Celestia, que esas aves podían ser muy temperamentales.
"Ya lo verás." Dijo Garble con una siniestra sonrisa. "Su turno, chicos." Agregó, mirando a un joven dragón blanco y a otro morado.
A la orden de Garble, ambos dragones saltaron desde los arbustos, corrieron hacia el árbol en que anidaba la pareja de fénix, y comenzaron a gritar y a arrojarles piedras.
Solo bastó unos segundos, antes que uno de los fénix levantara molesto su cabeza, ya que una roca lo había golpeado. Entonces el fénix y su pareja alzaron sus alas y se arrojaron contra esos dos dragones. Prendiendo sus alas en llamas por su furia. Aquello hizo que ambos dragones comenzaran a huir rápidamente de allí mientras ambos fénix los persiguieran.
"Bien… ¡Es hora de romper esos huevos!" Dijo Garble victorioso. Saliendo desde los arbustos junto a Fume y Clump.
"¿Romper huevos? ¿Qué quieres decir con eso?" Preguntó Spike muy nervioso. Acercándose a Garble y los demás, mientras estos se acercaban al árbol donde estaba el nido y comenzaban a subir por él.
"Es simple. Mi padre dijo que aquí cerca habían nidos de fénix." Dijo Garble sonriendo traviesamente. "Así que vamos a romper los huevos de esas tontas aves antes que se den cuente, ¡Jaja!"
"¿¡P-Por qué harían algo así!?" Preguntó Spike, abriendo sus ojos con espanto, ya que no le gustaba hacia donde se dirigía toda esa situación.
"¿Por qué? Eso es muy fácil." Respondió Garble. Haciendo una pequeña pausa en su escalada, y volteándose para sonreírle a Spike con una malévola sonrisa, junto a sus amigos. "Porque es divertido." Sonrió Garble. Con una sonrisa normal, pero que a Spike, le pareció espeluznante, al darse cuenta que esos dragones iban a romper huevos solo 'por diversión'.
"¡Aquí están!" Dijo Fume, que fue el primero en llegar al nido. Sin embargo, su sonrisa se desvaneció al ver que el nido ya no tenía huevos. Solo un pequeño puñado de pequeños polluelos fénix. "Oww… Llegamos tarde, lo huevos ya abrieron."
"Bueno, cambio de planes." Dijo Garble, pasando su lengua por sus labios. "Creo que cenaremos pollo frito esta noche, jeje."
Los pequeños polluelos fénix tenian solo unos pocos días de nacidos, pero no por nada eran de las aves mágicas más listas que existían. Al instante, los polluelos sintieron que estaban en peligro y comenzaron volar y picar a los dragones, intentando hacerlos caer del árbol.
"¡Ay! ¡Quítenmelos!" Dijo Clump, moviendo una de sus garras velozmente. Intentando alejar a los polluelos, que se lanzaron contra su cara para picarle las mejillas y los ojos.
Mientras los tres dragones luchaban para quitarse a los polluelos de la cara, agitaron tanto el nido, que sin darse cuenta, un huevo que no habían alcanzado a ver, resbaló y cayó del nido. Al verlo caer, Spike se apresuró para atraparlo entre sus garras antes que se estrellara contra el suelo.
"¡Uff…! ¿Estás bien, pequeñito?" Susurró Spike con ternura. Viendo el pequeño huevo naranja con dorado que tenía en sus garras. Sintiendo su calor e incluso creyendo escuchar un pequeño palpitar. Lo que lo hizo enternecerse, al ver a ese indefenso ser, e imaginarse que alguna vez él también fue solo un pequeño huevo.
"¡Ya basta!" Gritó Garble, lanzando una gran llamarada. Una que asustó finalmente a los polluelos, quienes se alejaron volando velozmente del nido. Entonces, viendo que sus presas huyeron, Garble miró hacia abajo, y se sorprendió al ver que Spike tenía un huevo. Garble saltó y cayó frente a Spike. "Bien hecho hermanito. Ahora dame el huevo."
"¿¡Qué!?" Dijo Spike asustado. Instintivamente moviendo sus garras para alejar el huevo de Garble.
Justo en ese momento, Fume y Clump también saltaron también del árbol. Quedando detrás de Spike. Por lo que el pequeño dragón quedó rodeado.
"Sé que tú quieres romper el huevo." Dijo Garble encogiéndose de hombros. Luego, sonriendo malvadamente y quitándole el huevo a Spike, aprovechando que se descuidó con la caída de los otros dos dragones. "Pero el asunto es, que solo hay un huevo. Así que como soy el jefe, yo lo romperé."
Sin esperar respuesta, Garble levantó en alto el huevo y lo arrojó con todas sus fuerzas hacia el suelo.
"¡NOOO!" Gritó Spike. Saltando en el último segundo, logrando atrapar el huevo antes que chocara contra el suelo.
"Vaya… ¿Tanto así quieres ser tú quien rompa el huevo? ¡Eso sí que es tener agallas, hermanito!" Dijo Garble con una pequeña sonrisa divertida. Molesto que Spike le quitara su diversión, pero asombrado por la sed de destrucción del pequeño dragón.
"¡No quiero romperlo!" Gritó Spike, mirando a Garble y los demás con una mirada llena de miedo y lágrimas en sus ojos. "¿Qué no lo ven? Todos nosotros fuimos huevos alguna vez, ¿Qué hubiera sido de nosotros si alguien hubiera roto nuestros huevos solo por diversión? ¿¡Qué hubiera pasado conmigo si nadie hubiera cuidado de mí!?" Gritó Spike, secándose una lágrima y viendo el indefenso huevo en sus garras. Entonces, recordó sus primeros momentos con Dusk, jugando juntos en el castillo, mientras la princesa Celestia los miraba y sonreía. Esos dos ponies eran los seres más importantes en su vida, pues la princesa salvó su huevo de pequeño, y Dusk le dio una familia. "No pueden jugar así como así con la vida y la muerte… Deben apreciar la vida, de todo ser vivo."
Ante el discurso de Spike, Clump y Fume se miraron entre sí y simplemente estallaron en risa. Burlándose de lo cursi que había sido el discurso del pequeño bebé dragón. Por otro lado, quien no rio, fue Garble. Quien puso una mirada enojada y miró con desprecio a Spike.
"Así que te crees mejor que nosotros." Dijo Garble, parándose frente a Spike y mirándolo desde arriba con enojo. "Estar cerca de los ponies te contagió lo tierno y débiles que son... ¡Nosotros somos dragones! ¡Las criaturas más grandes y fuertes que existen en este mundo! ¡No sentimos piedad por nada ni nadie! Eso lo sabrías, si fueras un verdadero dragón."
'Ten cuidado de a quién sigues como ejemplo, pequeño. Los dragones somos fuertes, pero ser fuerte no significa destruirlo todo.' Fueron las palabras que la princesa Ember le había dicho a Spike como advertencia hacia Garble, y que finalmente entendía por qué se las había dicho.
"Ser un dragón significa ser fuerte, pero ser fuerte no significa destruirlo todo, sino que proteger lo que es importante." Dijo Spike, mirando a Garble con miedo, pero también con determinación. Escondiendo al huevo de fénix tras él y dando dos pasos hacia atrás. "Mi verdadero hermano me enseñó que debes hacer lo correcto sin importar el peligro que te amenace, y eso es precisamente lo que haré." Agregó Spike con ojos llorosos. Recordando a Dusk Shine, su verdadero hermano y ejemplo a seguir. Recordando cómo él y sus amigas habían arriesgado tantas veces sus vidas con tal de proteger a los demás.
"Con que eso crees, ¿Eh?" Dijo Garble con una mirada asesina. Haciendo sonar sus nudillos mientras él y sus dos amigos avanzaron hacia Spike. "Me has decepcionado 'hermanito'... Ahora tendremos que enseñarte lo que significa ser verdaderamente fuerte." Agregó Garble levantando su puño.
Al ver que Garble lo golpearía, Spike cerro sus ojos fuertemente. Sabía que podría huir de la golpiza si les entregaba el huevo, pero no importa lo que pasara, no dejaría que lastimaran a un inocente bebé.
"¡Auch!" Gritó repentinamente Garble, luego de lanzar su puño contra Spike. "¿Qué es esto?"
Spike abrió sus ojos, y vio que frente a él había una brillante aura púrpura, que había servido como barrera entre él y Garble, y que había sido tan dura, que Garble sintió que golpeo un muro de concreto.
"Bien hecho, hermanito." Dijo repentinamente una voz masculina que Spike bien conocía, y que al escucharla, el bebé dragón no pudo evitar soltar lágrimas de felicidad. Entonces Spike se volteó y vio que a su lado estaba su verdadero hermano, Dusk Shine. "Estoy orgulloso de ti." Agregó Dusk, sonriéndole cálidamente.
"¡DUSK!" Gritó Spike con euforia, Abrazando fuertemente la pata de su hermano. Entonces él abrió con sorpresa sus ojos al sentir el abrazo de Rainbow Dash y Rarity, que también habían llegado para salvarlo.
"Llegamos justo a tiempo." Dijo Rainbow Dash sonriendo. Entonces ella alzó la vista y miró furiosa a los dragones. "Ninguno de ustedes pondrá una garra sobre Spike."
"¡Así es! Sé que pelear no es mi estilo, lo mío es la moda." Dijo Rarity, moviendo elegantemente su melena hacia atrás. Luego poniéndose en pose de pelea. "¡Pero los voy a hacer pedazos si se atreven a tocar una sola escama de mi querido Spikey-Wikey!" Agregó Rarity, mirando con furia a los dragones tras la barrera.
Justo en ese instante, Garble dio otro fuerte golpe al escudo mágico de Dusk, logrando romperlo. Algo que sorprendió mucho a Dusk, quien pensó que su escudo resistiría más tiempo.
"¿Eh? ¿Qué es esto? ¿Llamaste a tus amigas ponies para que vinieran a ayudarte?" Dijo Garble, quien solo luego de romper el escudo mágico, fue que logró ver a los ponies y entender qué lo que había roto había sido magia pony.
"¡Waahh! ¡Despellejaron a Crackle!" Gritó repentinamente Clump asustado. Viendo que detrás de los ponies, estaba el disfraz de dragón que Dusk y sus amigas habían usado.
"Es solo un disfraz, trio de idiotas." Dijo Rainbow Dash molesta. "Nosotros no somos unos salvajes como ustedes."
Al ser llamados idiotas, los tres dragones miraron con fiereza a Rainbow Dash y exhalaron humo por sus narices, amenazadoramente. Aquello hizo que Rainbow Dash se agachara un poco, no pudiendo evitar sentir un escalofrío de miedo al ver esas fieras miradas.
Rápidamente Dusk Shine volvió a usar su magia para crear otra barrera que los separara de los dragones.
"Lo mejor es que nos vayamos de aquí, antes que vengan los demás dragones." Dijo Dusk, volteándose para mirar a sus amigas.
En ese preciso instante Dusk volvió a voltearse al ver que Garble y sus amigos golpearon la barrera de Dusk y la agrietaron al primer golpe. Y con tan solo otro golpe, esta nuevamente estalló en pedazos fácilmente. Dejando a Dusk casi en shock.
"¡La magia no es muy efectiva en los dragones!" Pensó Dusk asustado, recordando algo que había aprendido en clases pero que casi olvida. Finalmente entendiendo por qué a esos dragones les era tan fácil destruir su barrera.
Dusk y sus amigas empezaron a retroceder con miedo, con Dusk listo para usar su magia nuevamente, solo que esta vez, pensando en teletransportarse.
"No importa qué truco uses. Nada impedirá que les destrocemos la cara por burlarse de nosotros." Dijo Garble amenazadoramente, comenzando a acercarse a los ponies. "Deben entender que un verdadero dragón jamás le tendrá miedo a un lindo pony…"
"¡CORRAN!" Gritó repentinamente otra voz a lo lejos.
Tanto ponies como dragones se voltearon al escuchar aquel grito. Entonces vieron que quién había gritado era el dragón blanco que había volado lejos, para distraer a la pareja de fénix. Este dragón volaba velozmente junto a su otro amigo. Ambos con miradas de terror, huyendo de lo que parecía ser una gran luz acercándose.
"¿De qué están huyendo?" Preguntó Garble cuando ambos dragones pasaron frente a él. Tan asustados, que no pararon frente a Garble y siguieron volando, para huir aún más lejos.
"¡Pony! ¡PONY!" Gritó el dragón blanco, mientras huía.
"¿Pony? ¡Ja! ¿Quién huiría de un pony?" Dijo Garble con una sonrisa burlona. Girándose para ver de qué habían huido sus amigos. Sin embargo, al ver de qué se trataba, su sonrisa lentamente se fue esfumando.
Acercándose hacia él, venía efectivamente un pony, pero uno distinto a los que estaban al lado de Spike. Esta pony era muy alta, con grandes alas, un gran cuerno en su frente, y una melena que ondeaba y brillaba por cuenta propia. Garble nunca había visto a esa pony antes, pero cada dragón sabía bien quién era esa pony blanca. La única pony que todo dragón sabía que nunca debía enfrentar.
"¡Princesa Celestia!" Dijo Dusk aliviado y sorprendido. Viendo que su maestra estaba allí.
"¿Dusk? ¿Qué haces aquí?" Preguntó Celestia, igual de confundida al ver a su querido alumno allí.
"Tú… ¿T-Tú eres la princesa del Sol?" Preguntó Garble tartamudeando.
Ante la pregunta del dragón rojo, Celestia se giró para que los dragones pudieran ver su cutie mark. Haciéndola brillar un poco con su magia, para dar un efecto aún más impactante. Entonces ella se acercó lentamente hasta Garble, quien por su parte, se quedó paralizado, al igual que sus amigos; hasta que ambos quedaron cara a cara. Luego Celestia puso una gran sonrisa.
"¡Buu!" Dijo Celestia sonriendo.
"¡Waaahhh!" Gritó Garble asustado. Abriendo sus alas rápidamente y huyendo del lugar. Misma acción que hicieron sus dos amigos. Que casi chocan entre ellos debido a lo rápido que huyeron del lugar.
"Vaya… Creí escuchar que no le tenían miedo a los ponies." Dijo Celestia sonriendo divertida. Mirando a Dusk y sus amigos.
"P-Princesa, ¿Qué hace aquí?" Preguntó Dusk. Aún algo aturdido de ver a su maestra en ese lugar.
"Siempre que hay migración de dragones, vengo a este bosque para cuidar de los nidos de fénix que hay por aquí." Respondió Celestia sonriendo. "Con cada nueva generación de dragones, siempre hay algunos torpes adolescentes que vienen aquí a intentar romper o comerse sus huevos. Te envié una carta preguntando si querías acompañarme, pero como no la respondiste, pensé que estabas ocupado."
"¿Una carta?" Preguntó Dusk confundido. Entonces miró a Spike y ambos abrieron con sorpresa sus ojos al entender que esa debió ser la carta que Spike rompió y se comió, cuando estaba en el concurso de eructos.
'¡Crack!' Repentinamente todos se distrajeron cuando escucharon algo quebrarse. Entonces todos vieron hacia las garras de Spike, viendo que el huevo que sostenía comenzaba a abrirse. Tras romperse la parte de arriba del huevo, todos pudieron ver a un lindo polluelo fénix, quien miró a Spike atentamente, y comenzó a piar muy feliz.
"Los fénix nunca olvidan a quien cuidó de ellos al nacer." Dijo Celestia, viendo con ternura al pequeño dragón. "Estoy segura que ese pequeño fénix te recordará por siempre." Agregó Celestia, volteándose al ver que justo en ese instante, su propio fénix, Philomena, volvía hacia ella.
Celestia había viajado con su mascota hasta aquel bosque, para que ambas pudieran abarcar más terreno y cuidar a más fénix. Por lo mismo, le sorprendió ver que Philomena venía volando muy velozmente, en compañía de otros dos fénix.
"Imagino que ellos deben ser los padres de ese polluelo." Dijo Celestia. Usando su magia para tomar al polluelo recién nacido, y dejarlo nuevamente en su nido. "Lo mejor es que lo dejemos en su nido antes que los padres lo vean. Los fénix son muy protectores de sus hijos."
En ese instante, la pareja de fénix llegó hasta el nido junto a Philomena. La madre fénix miró a su polluelo recién nacido y lo acarició inmediatamente con su cabeza. En tanto que el padre comenzó a volar en círculos, chillando y mirando hacia todos lados, como si estuviera buscando algo. Por su parte, Philomena voló de vuelta hasta donde estaba Celestia y también chilló con una mirada asustada.
"¡Deben ser los otros polluelos!" Dijo Spike, entendiendo la situación. "El padre debe estar buscando a los otros polluelos, que huyeron de Garble y los demás."
"Hmm… Debemos encontrarlos lo antes posible." Dijo Celestia, con una leve mirada de preocupación. "Esos jóvenes dragones podrían avisarle al Señor Dragón de nuestra presencia, y las cosas podrían complicarse."
"Sí, ya vimos al Señor Dragón. De verdad que es intimidante." Agregó Dusk con una pequeña risita.
"¿Qué? ¿¡Ya vieron al Señor Dragón!?" Preguntó Celestia. Por alguna razón, asustándose al escuchar aquello. "¿¡Y el Señor Dragón los vio a ustedes!?" Preguntó Celestia muy preocupada. Mirando a Dusk y sus amigas, pero enfocando su vista principalmente en Spike.
Antes que Dusk pudiera responder, el potro se distrajo cuando algo comenzó a brillar a su lado. En ese instante Dusk y sus amigas abrieron con sorpresa sus bocas y ojos al ver que Spike comenzaba a brillar. Algo que sorprendió incluso más al propio Spike. En tanto que Celestia, puso una mirada asustada, pensando que por un descuido, lo que había temido, podía estar a punto de ocurrir.
# Fin del capítulo 29
**Nota del autor**
Por cierto, realicé un nuevo comic especial para celebrar pascua. Esta vez la protagonista es Sunset Shimmer :)
Con est, ya están completos los 7 especiales de las chicas que están tras el corazón de Dusk :D
Li nk: bit .ly/ 3HNSu71
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