T2 - Capítulo 39 – La bóveda del dolor
Momentos antes que diera comienzo la Feria de Cristal, Shining Armor le había encargado la misión a Dusk Shine de que permaneciera en el castillo. Específicamente, que mantuviera un ojo en Sombra.
A diferencia de todos los demás que salieron en busca de los umbrums, Sombra se había sentido mal, casi como si hubiera enfermado repentinamente. Entonces él volvió al castillo, diciendo que la presencia de los umbrums lo afectaba más a él que a cualquiera, y que iría a ver si Radiant Hope estaba bien. En ese instante fue que Shining Armor le encargó misiones a todos, dejando a Dusk Shine para el final.
"Quiero encargarte la que puede ser la misión más difícil de todas." Dijo Shining, una vez los demás se fueron a sus misiones y quedaron solo ellos dos. "Debes vigilar a Sombra. Creo que él aún esconde algo más." Agregó Shining, mirando seriamente a su hermano.
"¿Por qué dices eso?" Preguntó Dusk, confundido.
"Cuando estuvimos dentro del Corazón de Cristal, recuerdo que dijo que había cuatro umbrums que no podía controlar fácilmente." Respondió Shining, recordando su primer encuentro con Sombra y los umbrums. "Pero ahora que los umbrums escaparon, dijo que habían tres que eran peligrosos. Eso significa…"
"Que hay un cuarto umbrum que Sombra está ocultando por alguna razón." Respondió Dusk, siguiendo el hilo de pensamiento de su hermano. "¿Por qué ocultaría la existencia de ese otro umbrum?"
"No lo sé, por eso quiero que lo vigiles." Dijo Shining, con una mirada sombría. "Él jamás lo dirá, pero si necesita ayuda, creo que eres el único que podría estar a la altura de su magia." Agregó Shining, confiando en la destreza mágica demostrada por su hermano. Entonces Shining, tocó el hombro de su hermano, sonrió fraternalmente y se apresuró a ir con los demás. Dejando a Dusk con un cálido sentimiento, por la confianza que su hermano depositaba en él.
Tras volver al castillo, Dusk se apresuró a ir en busca de Sombra, sin embargo, se sorprendió al ver que Sombra parecía haberse adelantado más de lo que pensó. Dusk se apresuró a ir hasta la habitación de Sombra, que estaba cerrada, y por más que golpeó, nadie contestó. Tampoco pudo encontrarlo en la sala del trono, por lo que Dusk finalmente fue hasta la habitación de Radiant Hope, recordando que a Sombra le había preocupado su hermana antes de desaparecer. Una vez allí, Dusk quedó sin pistas al ver que Sombra tampoco estaba allí. De hecho, ni siquiera Radiant Hope estaba allí.
"¿Dónde debo buscar ahora? Ya he revisado casi todo el castillo…" Pensó Dusk, muy preocupado.
"¡Hola!" Dijo repentinamente una voz femenina. Saltando desde atrás para abrazar a Dusk.
"¿¡P-Pinkie Pie!?" Dijo Dusk muy sorprendido. Reconociendo inmediatamente la voz de su novia. "¿Qué haces aquí?"
"Iba a ayudar a Applejack y las chicas con la Feria de Cristal, pero recordé que Hope seguía triste en su habitación, así que pensé en venir a animarla antes del festival." Respondió Pinkie Pie sonriendo. Entonces ella miró hacia la habitación que estaba frente a ella y puso una cara de sorpresa. "¿¡Eh!? ¿Hope no está aquí?"
"No, quizás salió del castillo." Dijo Dusk, con una mirada pensativa.
"O quizás están en el cuarto secreto de Sombra." Dijo Pinkie Pie, con una mirada igual de pensativa.
"Sí…" Respondió Dusk tranquilamente. Abriendo repentinamente sus ojos con sorpresa. "¡Espera! ¿Qué cuarto secreto?"
"¿Eh? ¿No lo notaste?" Dijo Pinkie Pie con una mirada de sorpresa.
Pinkie Pie dejó de abrazar a Dusk y le pidió que lo siguiera. Ambos fueron rápidamente hasta el salón del trono, donde Pinkie Pie se paró en el pasillo frente al trono y comenzó a saltar.
"Aquí se oye hueco, como si hubiera algo más debajo." Dijo Pinkie, al tiempo que Dusk se acercaba y ponía una oreja pegada al piso, comprobando lo que decía su novia. "Me recuerda a mi cuarto secreto, ¿Recuerdas? Por eso pensé que Sombra también tenía un cuarto secreto."
"Pinkie, ¡Eres una genio!" Dijo Dusk sorprendido, mientras Pinkie Pie sonreía y se sonrojaba levemente. Feliz de poder serle útil a Dusk. "Ahora, la cuestión es, ¿Cómo podemos entrar a este cuarto secreto?"
Tras pensarlo cuidadosamente, Dusk llegó a la conclusión que, a diferencia del cuarto secreto de Pinkie Pie, que se habría con un mecanismo, alguien tan hábil en la magia como Sombra, que se parecía tanto a su maestra Celestia, definitivamente ocultaría la entrada con algún hechizo mágico.
Dusk intentó varios hechizos de magia blanca y elemental para intentar desbloquear el acceso que estaba oculto bajo sus cascos, sin embargo, ninguno logró abrirlo. Entonces Dusk volvió a pensar detenidamente qué tipo de magia podría usar alguien con tanta experiencia como Sombra, para asegurarse que ni siquiera alguien hábil en magia como Dusk o Shining pudieran desbloquearlo.
"Me pregunto si tal vez…" Murmuró Dusk, pensando en voz alta. Entonces Dusk iluminó su cuerno, pero esta vez, este brilló con magia negra y destellos verdes y morados.
Esta vez, todo el pasillo bajo sus cascos brilló, y en un instante, este desapareció. Dejando en evidencia una gran escalera en caracol que descendía desde aquel lugar hacia lo que parecía una profunda caverna.
"¡Lo hice!" Dijo Dusk con júbilo.
"Qué… ¿Qué era esa magia?" Preguntó Pinkie Pie, con una mirada preocupada. Pues el sentir la magia de Dusk, le hizo sentir unos pequeños escalofríos.
"Es magia oscura… No es común que los unicornios usen esa magia, por eso pensé que quizás podía ser la solución." Respondió Dusk, sonriendo para tranquilizar a Pinkie. Tras eso, Dusk se asomó al borde de la escalera y miró que profundizaba tanto que se perdía en la oscuridad. "Pinkie, quédate aquí. Creo que estarás más segura a-." Antes que Dusk terminara su frase, fue interrumpido por el fuerte abrazo de Pinkie Pie.
"Iré contigo. Yo tampoco quiero que tú estés en peligro solo allá abajo." Dijo Pinkie, soltando a Dusk y mirándolo muy seriamente. Una mirada que la feliz pony rosa no ponía muy a menudo, así que Dusk supo que no habría forma de hacer cambiar de opinión a su novia.
Dándole una pequeña sonrisa, Dusk le pidió a Pinkie que no se separara de él, y ambos comenzaron a bajar la extensa escalera hasta el fondo de aquella caverna. En cualquier otro momento, Pinkie Pie hubiera hecho un montón de bromas para aliviar lo tensa de la situación, pero esta vez, ella solo se mantuvo tímidamente siguiendo a Dusk. Mientras más bajaban, la atmósfera se sentía más tensa y lúgubre, y ninguna broma hubiera sido lo suficientemente buena como para sacarse esa incomoda sensación que sentían de irse adentrando hacia un lugar muy peligroso.
Dusk Shine iluminó durante todo el trayecto el camino con su cuerno. Un camino que pareció eterno y sin fin, hasta que finalmente, ambos pudieron ver el fondo de aquella enorme caverna. Una vez allí, curiosamente todo se hizo más brillante cuando Dusk iluminó a su alrededor. Cientos de cristales captaron la luz mágica de Dusk e hicieron que aquella lúgubre caverna estuviera más iluminada. Lo único que se mantuvo en oscuridad fue el suelo, como si hubiera una enorme sombra cubriéndolo.
"Se parece a las cuevas de cristal debajo de Canterlot." Pensó Dusk, comenzando a caminar por el fondo de la caverna, recordando que el Imperio de Cristal había sido conocido por la venta de cristales mágicos.
Repentinamente, Dusk se distrajo cuando sus cascos chocaron contra algo. Al ver hacia el suelo, Dusk vio que había una cadena negra allí. Dusk se agachó para tomar aquella cadena y de inmediato sintió un escalofrío. No era una, eran cientos de cadenas tiradas en el suelo, suficientes para apresar a toda la enorme población del Imperio de Cristal.
"¡Dusk! ¡Mira!" Dijo repentinamente Pinkie Pie, quien había ido en otra dirección, pues otra cosa había llamado su atención.
Al acercarse hasta donde estaba Pinkie, Dusk vio que su novia estaba parada frente a un espejo de cuerpo completo. Curiosamente, pese a que el espejo reflejaba el resto de la cueva, este no reflejaba a Pinkie Pie, o al menos, no como se veía normalmente. En lugar de Pinkie, la imagen que mostraba el espejo era el de una yegua cuyo cuerpo parecía estar hecho de pura luz. Al acercarse, Dusk vio que con su reflejo pasaba lo mismo, en vez de su reflejo, el espejo devolvía la imagen de un potro hecho de pura luz, con la diferencia que parecía brillar algo rojo en su pecho. Dusk pestañeó un par de veces para comprobar bien lo que veía, y al verse nuevamente, vio que aquel brillo rojizo desapareció y ahora solo veía un ser de pura luz.
"¿Qué cosa es este espejo…?" Preguntó Dusk, pensando en voz alta. Recordando las historias del pasado que había escuchado de Luna, asociándolo con los poderosos espejos mágicos que alguna vez había tenido el Imperio.
Por alguna razón, la respiración de Dusk y Pinkie Pie comenzó a agitarse. Un cambio tan sutil que ninguno de los dos se dio cuenta inmediatamente. Un agotamiento físico y mental que iba en aumento mientas pisaban aquella oscura sombra que reinaba en el suelo de aquella caverna.
"Dusk… ¿Qué es esa puerta?" Preguntó Pinkie Pie, con su respiración agitada. Apuntando hacia el otro extremo de la caverna.
Dusk Shine despegó la vista de aquel extraño espejo y se fijó en la puerta que apuntaba Pinkie Pie. Parecía ser una puerta común y corriente, con la diferencia que arriba de esta había un cristal.
Dusk miró el cristal de aquella puerta atentamente mientras se sentía más y más nerviosos por alguna razón. Su corazón se aceleraba continuamente y su mente no podía dejar de estar nerviosa. Todo mientras imperceptiblemente la sombra que estaba bajo sus cascos comenzaba a trepar por el cuerpo de Dusk y Pinkie Pie.
"Ese… Ese cristal es una cerradura." Pensó Dusk, sintiéndose mareado. Sin darse cuenta que su cuerpo era engullido por la oscuridad y una sombra verde cruzaba por sus ojos. "Debo… Debo usar magia oscura de nuevo para abrirla."
Sintiéndose mal física y mentalmente, Dusk usó su magia oscura sobre el cristal que estaba sobre aquella misteriosa puerta. Apenas fue afectada por la magia, el cristal brilló con una luz oscura y la puerta se abrió, iluminando todo con una brillante luz blanca, que cegó tanto a Dusk como a Pinkie Pie.
Repentinamente, Dusk se encontraba de vuelta en Ponyville, en medio de una calle vacía.
"¿¡Eh!? ¿Qué pasó? ¿Cómo llegué aquí?" Dijo Dusk muy confundido.
En ese instante, el cielo se oscureció y Dusk escuchó extraños gruñidos acercándose en su dirección. Al voltearse, Dusk vio que unas horribles y aterradoras criaturas se aceraban corriendo hacia él. Aquellos parecían ser umbrums, con aterradores rostros equinos y brillantes ojos sedientos de sed, listos para devorarlo. Dusk se paró firme frente al ataque y se dispuso a usar su magia para defenderse. Sin embargo, su cuerno no se iluminó. Por más que Dusk intentó, su magia no emanaba de su cuerno, y al mirar hacia el frente nuevamente, ya era demasiado tarde para huir.
Las bestias oscuras se abalanzaron contra Dusk y clavaron ferozmente sus dientes contra él. Primero cinco criaturas, luego diez, y más y más criaturas se abalanzaron contra Dusk, mordiéndolo y dándose un festín con su carne.
"¡NOOOOO!" Gritó Dusk desesperado. Entrando en pánico al ver que estaba indefenso, que nada podía hacer ante su inminente muerte. Sintiendo dolor en todo su cuerpo por cada mordida mientras su mente entraba en pánico, sin saber qué hacer.
"No es real, no es real, no es real…" Gritó Dusk intentando mantener lo poco de cordura que le quedaba. Luchando contra el dolor que sentía mientras era devorado. "¡NO ES REAL!" Gritó Dusk desesperado, con un leve brillo rojo en sus ojos.
Finalmente, Dusk pudo usar su magia y sacar volando a todas esas oscuras criaturas que habían estado comiéndose su cuerpo. Liberando un gran pulso de energía que lo dejó mentalmente exhausto. Sintiendo que lo invadía una locura momentánea, Dusk enfureció y atacó mortalmente a todos esos umbrums, usando magia oscura para lanzarles mortales rayos mágicos que atravesaron a todos y cada uno de esos oscuros seres.
Con una mezcla de euforia, pánico y alivio, Dusk se quedó viendo atentamente a aquellas oscuras criaturas que ahora yacían muertas bajo sus cascos. La luz del sol comenzó a aparecer desde las lejanas colinas, iluminando nuevamente aquella oscura calle de Ponyville. Al llegar la luz del sol, las sombras que rodeaban a aquellos oscuros seres se desvanecieron, mostrando que no eran umbrums, sino simples ponies. Ponies que Dusk conocía muy bien… Applejack, Rarity, Fluttershy, Rainbow Dash, Pinkie Pie, Spike, Luna, Celestia, Shining Armor, todos los ponies por los que Dusk sentía algo, todos esos ponies, muertos ante él, asesinados por su propia magia.
"¡AHHHH!" Gritó Dusk en pánico, sintiendo que se quedaba sin respiración mientras su mente casi se volvía loca ante lo que veía. "¡NO ES REAL!" Gritó Dusk con todas sus fuerzas. Cerrando sus ojos mientras sentía que iba a desmayarse.
El corazón de Dusk latió con fiereza mientras su cutie mark brilló. En ese instante Dusk sintió como si algo hubiera golpeado fuertemente su pecho y Dusk cayó al suelo.
Al abrir nuevamente sus ojos, Dusk vio que estaba de vuelta en la caverna del Imperio de Cristal, con su cuerpo completamente sudado ante la perversa visión que había tenido. Dusk intentó levantarse inmediatamente, pero no pudo. Con suerte podía respirar debido a lo agitado que estaba. Sus ojos llenos de lágrimas y su cuerpo aún temblando por lo que había sufrido.
Le tomó unos momentos a Dusk volver a enfocar su mente para darse cuenta que esa visión había ocurrido al abrir la puerta que estaba en aquella caverna. Ahora, frente a él, estaba la puerta abierta. Tras esta, Dusk vio una extraña figura que no supo distinguir por lo oscuro que estaba aquella habitación. Sin embargo, sí pudo distinguir que era algún pony que se retorcía y gruñía de dolor.
"¡NOOOO!" Gritó repentinamente una histérica voz femenina.
Al voltearse, solo entonces la aturdida mente de Dusk recordó que antes de abrir la puerta, Pinkie Pie estaba junto a él. Quien gritó con terror fue justamente su novia, quien también había caído al suelo y se retorcía de dolor.
"¡Pinkie!" Gritó Dusk asustado, forzando a su adolorido y tembloroso cuerpo para ponerse de pie y ayudar a su novia.
Al acercarse a Pinkie Pie, Dusk la miró a los ojos y vio que los ojos de su novia tenían un extraño brillo verdoso. Además, aunque ahora Dusk estaba frente a ella, parecía que los ojos de PInkie Pie veían algo más. Ella aún estaba en una perturbadora y horrible ilusión, tal como lo había estado él.
Pinkie gritó con terror y se retorció, intentando zafarse de Dusk. En tanto que Dusk hizo uso de toda su fuerza para intentar contenerla, para que no se hiciera daño. Dusk iluminó su cuerno con magia blanca e intentó neutralizar la magia que afectaba a su novia, pero no parecía funcionar. En ese momento, Dusk empezó a entrar nuevamente en pánico, pero esta vez, no por la magia oscura que los atacó, sino por el miedo de ver que tenía a su novia frente a él y no podía hacer nada por ayudarla.
Repentinamente Pinkie Pie abrió grande sus ojos y lentamente comenzó a calmarse mientras el brillo verdoso en sus ojos desaparecía. Pinkie Pie quedó apenas consciente, respirando con dificultad, mientras Dusk la abrazó y lloró de felicidad al ver que ya estaba mejor. No importaba la razón, solo importaba que Pinkie Pie estaba bien.
"¿¡Q-Qué hacen aquí!?" Dijo el ser que había estado en la habitación. Finalmente saliendo de esta para revelar su identidad.
Al alzar la vista, Dusk vio que la figura que había estado retorciéndose en la habitación era el Rey Sombra. Sus ojos brillaban de verde tal como los de Pinkie hacía un instante, solo que parecía que Sombra sí veía directamente a Dusk y Pinkie, y no a una ilusión. El rostro de Sombra estaba todo herido, como si al retorcerse entre las rocas hubiera rasguñado mucho su rostro. Su cuerpo no estaba en mejores condiciones, totalmente herido, tanto que su capa morada parecía haberse teñido de rojo por sus propias heridas. Sin embargo, lo que más sorprendió a Dusk era la mirada de Sombra, una indescriptible cara de dolor, como si estuviera siendo apuñalado en ese mismo instante.
Repentinamente la sombra que estaba bajo los cascos de Pinkie Pie y Dusk se fue volviendo más clara, recogiéndose hasta ir directo hacia Sombra. En ese instante, Dusk vio que Sombra estaba usando su magia para contener la sombra oscura debajo de él. ¡El había sido quien salvó a Pinkie Pie!
"Tú… ¿Absorbiste esa sombra que nos atacó?" Preguntó Dusk sorprendido. Entendiendo lo que había hecho Sombra, y lo que debía de estar sufriendo él ahora mismo, al tener sus ojos con aquella sombra verde también. "¿Cómo puedes soportarla? ¡Debes liberarte de esa sombra! ¡Debemos destruirla!"
"No… No se puede destruir con ningún hechizo." Respondió Sombra, cerrando un ojo de dolor mientras hacía lo posible para no retorcerse de dolor en el suelo nuevamente. "Lo… Lo que vieron fue solo una parte del umbrum… Yo… Yo sigo conteniéndolo. Este… Este es 'Trauma'… Es… Es el umbrum del dolor."
"El cuarto umbrum… Pena, ira, llanto y… dolor." Pensó Dusk, recordando la misión que le había dado Shining.
"Por eso no querías que nadie más se encargara de ese umbrum. Es el más peligroso." Dijo Dusk, sintiendo un escalofrío de miedo con tan solo recordar la horrible ilusión que le hizo ver aquel umbrum.
Ese oscuro ser que ahora intentaba contener Sombra, no solo representaba dolor físico, también dolor emocional. Y si no se tenía cuidado, podía desgarrar la mente de un pony normal hasta volverlo loco.
"El dolor de todo un Imperio, por cientos de años…" Murmuró Dusk al borde de las lágrimas. Asombrándose y aterrándose al ver la increíble fortaleza mental y física que debía de tener Sombra para contener aquello. "¡Debemos destruirlo!"
"No… No se puede, ¡Ya lo intenté!" Gruñó Sombra, a quién ya se le hacía muy difícil contener al umbrum en su cuerpo y además mantenerse consciente para discutir con Dusk. "Váyanse de aquí… ¡DEJENME SOLO!" Gritó Sombra, luchando mientras el umbrum intentaba apoderarse de sus emociones.
"Sombra… No puedo dejarte cargar solo con esto." Dijo Dusk, finalmente poniéndose de pie. Mirando con determinación a Sombra. "Déjame ayudarte."
Dusk sentía que quería huir y llevarse a Pinkie Pie lo más lejos posible de aquel oscuro lugar. Pero también sabía que si lo hacía estaba condenando a Sombra. Aquello que intentaba controlar era demasiado, ¡Debía de haber otra solución! En tanto que Sombra, ante la insistencia de Dusk, finalmente cedió ante el dolor, y su ser fue controlado por el dolor.
"¡Ahhhh!" Gritó Sombra perdiendo el control. Cargando un poderoso rayo de magia negra y lanzándoselo directo a Dusk.
Dusk Shine apenas si pudo reaccionar, usando su magia blanca para crear un escudo que apenas si evitó que el poderoso rayo de Sombra lo golpeara, destruyéndose al instante. Sombra se elevó en el aire, alzado por una oscura bruma negra, y lanzó sobre Dusk decenas de látigos negros hechos de sombras, que lo azotaron repetidamente, arrinconándolo contra un muro.
Repentinamente algo más frio golpeó a Dusk en su pata trasera. Al mirar hacia abajo, Dusk vio que Sombra había levitado aquellas mismas cadenas negras que había visto al llegar a esa caverna, y había atado una de estas a su pata.
"Yo los protegeré a todos… Todos estarán más seguros, cuando estén controlados por mí." Dijo Sombra, controlado por el umbrum. Acercándose hasta Dusk para tenerlo cara a cara. Sonriendo con una cruel y malvada sonrisa.
Pese a tener al aterrador Rey Sombra frente a él, Dusk se distrajo por un instante. Viendo que no muy lejos de él, las sombras que ahora formaban parte del cuerpo de Sombra, reptaban por el cuerpo desmayado de Pinkie Pie. En ese instante, los ojos de Pinkie volvieron a brillar con un aterrador color verdoso y ella comenzó nuevamente a gritar y a retorcerse.
"¡Pinkie!" Gritó Dusk aterrado. No importándole nada más en el mundo que su novia.
El cuerpo de Dusk tembló de horror al recordar la horrible visión que tuvo, y su corazón se aceleró a mil por segundo al imaginarse a la dulce Pinkie Pie viviendo un horror similar.
"No lo permitiré…" Gruñó Dusk, lleno de terror, pero también, lleno de convicción, mirando directamente al malvado Sombra a los ojos. Cargando su cuerno con una brillante esfera de luz. Una que se fue haciendo más y más brillante a cada segundo. "¡NO LO PERMITIRÉ!" Gritó Dusk, decidiendo dar el todo por el todo.
Dusk cargó toda su magia en una brillante bola de luz que iluminó toda la caverna, una luz tan potente que se comparaba con ver directo al sol, tanto que cegó a Sombra. Aquella luz de pura magia blanca fue casteada mientras Dusk se forzó a revivir todos los bellos momentos felices que vivió ese mes con la pony más feliz del mundo, su novia, Pinkie Pie.
Sombra gritó de dolor mientras su cuerpo empezó a emanar una inmensa cantidad de humo negro fuera de su cuerpo. Dusk cayó semiconsciente, debido al esfuerzo mental y mágico que había realizado, en tanto que Sombra también cayó al suelo mientras su amable mirada volvía a él y el humo que salió de su cuerpo emanaba sobre la caverna.
El silencio reinó en la enorme caverna mientras lo único que se movía era la enorme nube de humo negro que había sido expulsada del cuerpo de Sombra y ahora se arremolinaba sobre los tres ponies semiconscientes. La nube de humo finalmente reaccionó, se convirtió en un gran torbellino y ascendió velozmente en espiral hacia arriba de las escaleras, dirigiéndose hacia el palacio de cristal.
"Que… Qué has hecho…" Murmuró Sombra aterrado, forzándose a ponerse de pie mientras recuperaba lentamente sus fuerzas.
"Yo… Te salvé." Murmuró Dusk, aún más cansado que Sombra. Por lo mismo, siendo más torpe para recuperarse y ponerse de pie. "Esa cosa… te estaba controlando… Te iba a matar. Nos iba a matar a todos."
"Te lo dije. No puede ser destruida por ninguna magia conocida." Dijo Sombra asustado, mirando hacia arriba, donde ya no se veía al umbrum que había huido segundos atrás. "¡Yo lo contenía por el bien de mi pueblo!"
Sombra miró a su alrededor asustado mientras intentaba pensar en alguna nueva estrategia de contención para aquel peligroso umbrum. Sin embargo, algo en ese instante le llamó la atención. Mientras un tembloroso Dusk se acercaba a Pinkie, y esta despertaba llorando, temblando y abrazando a Dusk, Sombra encontró el espejo que había ocultado en esa caverna años atrás y lo miró fijamente.
"Esto… Esto no puede ser." Murmuró Sombra asustado. Abriendo más y más sus ojos al ver la imagen que se reflejaba. Repentinamente, Sombra se distrajo al sentir una poderosa magia, proveniente de la superficie. "No… ¡No hay tiempo que perder!" Dijo Sombra, finalmente dejando de ver el espejo. Concentrando su magia para teletransportarse e irse de allí.
En la caverna solo quedaron Dusk y Pinkie. Con el potro conteniendo a su novia mientras esta no paraba de temblar. No hizo falta que Dusk preguntara qué había visto Pinkie, solo sabía que debía de haber sido algo horrendo, igual que su visión. Por lo mismo, Dusk simplemente la abrazó, sabiendo que más que palabras, lo que Pinkie Pie necesitaba en ese momento, era calmar su corazón con un cálido abrazo.
"Dolor… Dolor por todas partes… Demasiado dolor." Murmuró Pinkie Pie, aún llorando luego de sentir más dolor físico y mental del que había sentido en su vida.
"Tranquila, todo estará bien." Dijo Dusk tiernamente, acariciando la melena de Pinkie. "Además, sabemos cuál es el remedio para el dolor."
Ante las palabras de Dusk, Pinkie alzó su vista y entendió la respuesta que quería decirle Dusk. Él estaba sonriendo, y esa precisamente era la cura para el dolor, la risa.
Luego que el Corazón de Cristal se rompiera, todos los presentes debajo del gran palacio de cristal se quedaron mudos, la gran mayoría con miradas de asombro e impacto. En especial, los ponies venidos desde Equestria, quienes quedaron sin habla al ver que todo por lo que habían trabajado esa tarde, se había roto en mil pedazos.
"No… No puede ser…" Tartamudeó Cadance temblando, siendo la primera en reaccionar. Acercándose lentamente a los fragmentos de cristal para tomarlos entre sus cascos, con una mirada llena de espanto.
Repentinamente la aurora en el cielo parpadeó y esta se fue desvaneciendo lentamente. Lo siguiente, fue que la nieve comenzó a caer lentamente sobre la ciudad, dejando sorprendido a los ponies de cristal, que veían nevar por primera vez en su hermosa y perfecta ciudad.
"La barrera ha desaparecido… ¡La tormenta entrará a la ciudad!" Dijo Luna asustada mirando al cielo. Entonces ella se volteó para ver a Hope, pero al instante se quedó congelada al verla.
Radiant Hope parecía no reaccionar ante lo sucedido. Luna se había volteado asustada para contener a su amiga, pensando que ella estaría aterrada. Sin embargo, para sorpresa de Luna, Radiant Hope era de los pocos ponies que parecían no estar asustados frente a lo que veía. De hecho, su rostro era sereno, manteniendo una triste sonrisa.
"No se preocupen, princesas. Sabíamos que esto podía pasar." Dijo repentinamente una pony de cristal que estaba detrás de Hope, caminando al frente y mirando a Luna tranquilamente. Aquella yegua era Coral, la pony que había recibido a Dusk y sus amigas al llegar al Imperio. "De hecho, si Corazón de Cristal no se destruía por sí solo, nosotros ya habíamos acordado romperlo."
"Así es." Dijo Iron Shield, el capitán de los guardias de palacio. Avanzando junto a Coral mientras muchos otros ponies de cristal también daban un paso al frente y sonreían serenamente, con tristes miradas.
"¿D-De qué están hablando?" Preguntó Cadance, mirando confundida a Radiant Hope.
La princesa de los ponies de cristal no respondió nada. Ella simplemente cerró sus ojos con una triste sonrisa y comenzó a iluminar su cuerno mientras lágrimas caían por sus mejillas.
"Antes de empezar la Feria de Cristal, la princesa Hope nos reunió a todos." Dijo Coral, volviéndose la vocera de su pueblo junto a Iron Shield, mientras los demás ponies de cristal comenzaban a caminar para reunirse con sus familias. "Ella nos reveló nuestra verdadera naturaleza y nos contó cómo fue creado el Imperio de Cristal. También nos contó sobre la verdadera finalidad de la Feria de Cristal, que era la de recargar el Corazón de Cristal para que mantuviera activa la barrera sobre el Imperio."
"Todo eso fue muy impactante para nosotros. Pero a medida que recuperamos nuestros recuerdos y sentimientos, nos dimos cuenta de la verdad." Agregó Iron Shield, con una tranquila sonrisa. "Sabíamos que sin los umbrums, el Corazón de Cristal podría sobrecargarse, y aunque no lo hiciera, tarde o temprano el Corazón de Cristal se rompería, porque nada, ni siquiera la magia de la reina Amore, es eterno."
Con las palabras del capitán de la guardia, tanto Luna como Cadance recordaron lo que Sombra había dicho la noche anterior, sobre que el Imperio estaba en peligro debido a que el Corazón de Cristal estaba demasiado débil para mantener la magia que actuaba en el Imperio, y que podría no soportar la unión del Imperio con el mundo exterior. Durante años, el Corazón de Cristal había cumplido fielmente su labor, pero la muerte de Amore y el escape de los umbrums habían sido factores que lo habían debilitado enormemente, hasta volverlo frágil y fácil de romper.
"Pero… Si sabían eso, ¿Por qué querían romperlo?" Dijo Luna muy confundida. Mirando a Hope, que simplemente se mantenía en silencio con sus ojos cerrados. Casteando un hechizo desconocido mientras su cuerno brillaba intensamente. "¡La tormenta creada por Amore para proteger al Imperio invadirá la ciudad sin la magia del Corazón de Cristal!"
"¡Además, el Corazón de Cristal mantenía con vida al Imperio y sus ciudadanos!" Pensó Luna, terriblemente asustada. Pensando que los ponies de cristal no sabían ese gran detalle.
"No queremos que el Imperio siga aislado del mundo, por eso, la barrera debe desaparecer." Dijo Coral sonriendo, sabiendo lo que Luna estaba pensando. "Aunque nosotros no podamos, al menos nuestros descendientes si podrán formar parte del mundo real."
"A qué te refieres, abuela mayor." Dijo repentinamente la anciana Amethyst Maresbury, llegando junto al resto de su familia.
Lentamente los cuerpos de todos los ponies de cristal que habían sido cristalizados, comenzaron a brillar. Al instante, se empezaron a escuchar cientos de sonidos de cristales rompiéndose, al tiempo que los cuerpos de todos los ponies de cristal que alguna vez murieron, cuyos cuerpos fueron recreados por el Corazón de Cristal, comenzaron a agrietarse.
"Solo somos recuerdos grabados en cristal, de ponies que alguna vez vivieron aquí." Dijo Iron Shield, sonriéndole al más joven de los reclutas de los guardias, su más joven descendiente, mientras todos los demás guardias comenzaban a brillar también. "Todos nosotros hemos tenido una vida más que larga y feliz con todos ustedes aquí. Pero, para que las nuevas generaciones puedan ser una con el mundo, la naturaleza debe seguir su curso, y lo viejo debe desaparecer."
"No… ¡No pueden!" Dijo Luna asustada. Entendiendo que los ponies cristalizados se estaban sacrificando.
"Es… Lo que ellos han decidido." Dijo Hope llorando, mientras seguía invocando su magia.
Rápidamente las familias de todos los ponies de cristal comenzaron a reunirse con sus jóvenes descendientes, con la mayoría de sus integrantes con sus cuerpos brillando y sus pieles de cristal resquebrajándose. Los más jóvenes miraban asustados y llorando a sus padres, tíos y abuelos mientras estos los abrazaban y se despedían sonriendo. Iron Shield le dio la insignia de capitán al más joven de los guardias mientras este estallaba en llanto y abrazaba a quién había sido por años su modelo a seguir. En tanto que la enorme familia de Coral se abrazó tiernamente, llorando por miedo a lo desconocido, pero también, felices de poder recordar por completo su larga vida, y de dejarles un mundo mejor a sus descendientes, ya no aislados del mundo.
"Tranquila… Todo estará bien." Dijo Golden Quill, el último pony de cristal que fue cristalizado, quien era la pareja de Amethyst. Tocando amorosamente la mejilla de quien fuese su esposa en vida por tantos años. "Vivimos una larga y feliz vida juntos. Ahora es momento de que yo descanse y tú sigas adelante por los dos." Dijo la joven figura de Golden Quill, con su piel de cristal resquebrajándose mientras Amethyst estallaba en llanto.
Los pedazos resquebrajados de los ponies de cristal comenzaron a caer y a flotar, volando justo sobre el cuerno de Radiant Hope. Lentamente, miles de pedazos de cristal flotaron, formando lentamente la forma primigenia de un corazón.
"Es… ¿Es un nuevo Corazón de Cristal?" Dijo Cadance impactada. Reconociendo lo que Hope estaba formando.
"La magia de mi madre no ha desaparecido, se ha quedado guardada en los cristales que forman los cuerpos de los ponies que aquí viven." Dijo Hope, abriendo finalmente sus ojos. "La barrera caerá y el Imperio volverá a abrirse al mundo, pero la tormenta debe desaparecer. Por eso, necesitamos los cristales de nuestro pueblo. Nacerá un nuevo Corazón de Cristal, uno más fuerte, ya no con la voluntad de mi madre, sino con la voluntad de todo su pueblo."
Finalmente, la luz sobre Hope brilló como un pequeño sol y expandió una enorme ola de luz que empujó y cegó a todos por un instante. Al abrir sus ojos, todos los ponies que aún quedaban vieron muchas cosas con asombro. La primera, era que sobre el cielo ya no había una aurora ni una tormenta, en cambio, brillaba el sol como nunca antes lo había hecho en aquel lugar. Lo segundo, fue que todos los ponies de cristal había desaparecido, en su lugar, quedaron unas especies de fantasmas de humo blanco, que lentamente se iban desvaneciendo mientras le sonreían a lo que quedaba de sus familias, el último remanente de las almas de esos ponies. Los millones de fragmentos de cristal que quedaron luego de la explosión, se mantuvieron flotando y fueron hacia arriba del cuerno de Hope, quien mantenía su magia activa.
El corazón de Cristal seguía formándose, más brillante que nunca. Sin embargo, lo que más sorprendió a todos, en especial a Luna y a Cadance, fue percatarse de algo que las dejó sin habla…
'Flashback de Luna.'
Luego que el Imperio de Cristal se volviera a abrir, Luna y Celestia habían ido muchas veces a visitarlos, ya que a Radiant Hope y Sombra les era imposible salir, debido a su vínculo con el Imperio y el Corazón de Cristal.
Debido a su gran carga de trabajo como guardianas de su propio reino, a ambas princesas alicornio les resultaba muy complicado dejar sus labores para ir algunos días de visita al Imperio. Más aún, luego de enfrentar a grandes amenazas que asolaron esas tierras, como lo fueron el poderoso Discord y el terrible Tirek. Sin embargo, a veces las princesas lograban dejar espacios en sus agendas para ir hasta el Imperio. A quién en especial le costaba ir al Imperio en esa época, era a Luna, pues Celestia parecía estar obsesionada con querer ir siempre que podía a visitar a Sombra.
"¡Ya basta! ¡No me engañarás otra vez!" Dijo Luna molesta, un día que Celestia le pidió encargarse de sus deberes por unos días. "Las últimas cuatro veces has ido tú de visita al Imperio. Ahora es mi turno de visitarlo. Yo también tengo una amiga allí, ¡Yo también quiero visitar a Radiant Hope!"
"No lo entiendes." Replicó Celestia angustiada. "Sombra es más que… más que mi amigo." Agregó Celestia, desviando la mirada sonrojada.
"Pues Hope también es más que mi amiga, ¡Es mi mejor amiga!" Dijo Luna molesta. Sin entender por qué su hermana desviaba la mirada cada vez que hablaba de Sombra. "Esta vez tú te encargarás del trabajo extra y yo visitaré el Imperio, ¡Y es definitivo!"
Tras aquella discusión, Luna viajó sola al Imperio de Cristal. Allí, sonrió al ver una carreta de comerciantes saliendo del Imperio. Pese a que los ponies de cristal no salían de su ciudad, ahora que este permanecía abierto, algunos pocos comerciantes del norte viajaban hasta aquella bella ciudad para comerciar con los residentes. Pese a que para nada era el centro mercantil del mundo como lo fue en su época, ya que ya no se exportaban cristales mágicos, aún así era una zona de interés para algunos pocos comerciantes que se aventuraban hasta aquel lejano lugar.
Al llegar al palacio, los guardias le advirtieron a Luna que esperara, ya que Radiant Hope estaba tomando un baño y Sombra estaba ocupado en su despacho, y había pedido no ser interrumpido, a menos que llegara de visita Celestia. Aquello molestó a Luna, que seguía molesta con su hermana, así que, luego de decirle a los guardias que esperaría, Luna sonrió traviesamente y usó su teletransportación para aparecer cerca de las habitaciones de Sombra y Hope.
Al llegar a aquel pasillo, Luna pensó en entrar a la habitación de Hope y asustarla. Sin embargo, al ver la habitación de Sombra, ella frunció su ceño, molesta al recordar que él siempre quería estar junto a Celestia y no con ella.
"Qué tiene mi tonta hermana que yo no tenga." Pensó Luna molesta. Decidiendo ir a la habitación de Sombra, solo para molestarlo.
Al llegar a la habitación de Sombra, Luna abrió la puerta con sigilo y lentamente entró en la habitación para asustar a Sombra. Allí, vio que Sombra estaba parado frente a un gran espejo, el cuál curiosamente parecía no devolver el reflejo de Sombra, sino que mostraba el reflejo de una oscura sombra.
"No importa las veces que lo vea… Siempre veo al umbrum." Murmuró Sombra con una mirada preocupada. "El peligro me acecha sea lo que sea que haga. ¡Ese umbrum volverá a atacar a alguien!" Gruñó Sombra frustrado, desviando la mirada. "Debería volver a cerrar el Imperio como lo hizo mamá, pero Hope insiste en que lo dejemos abierto."
"Espera, ¿Ese es un espejo mágico? ¡Pensé que todos se habían perdido!" Pensó Luna, sorprendida ante aquella revelación. "Entonces, ¿Ese es el Espejo del Alerta?" Pensó Luna, estirando un poco más su cuello para ver mejor. Recordando las veces que había visto aquellos espejos junto a Star Swirl, cuando solo era una potranca. "¿Qué cosa es un umbrum?"
Al acercarse más, Luna sin querer tropezó con una repisa, causando que un libro cayera, revelando su presencia. Al instante, Sombra se volteó asustado y de inmediato tapó con una manta el espejo que tenía ante él.
"¿¡Luna!? ¿Qué haces aquí?" Preguntó Sombra nervioso.
"¿Qué cosa es un umbrum? ¿Qué peligro te estaba advirtiendo el espejo?" Preguntó Luna, mirando con sospecha a Sombra.
"N-No es nada de lo que preocuparse. Lo tengo todo bajo control." Sonrió Sombra nervioso. Acercándose a Luna e invitándola a salir de la habitación. "Más importante, ¿Celestia vino contigo?" Agregó Sombra, con una chispa de emoción en sus ojos.
Tras salir de su habitación, Sombra guio a Luna hasta la habitación de Hope, con una evidente mirada de decepción al enterarse que Luna no había venido junto a Celestia. Justo entonces Radiant Hope salió de su habitación y saltó para abrazar a su mejor amiga al verla. En tanto que Sombra simplemente se fue cabizbajo de vuelta a su habitación.
"¿Qué le pasa a Sombra? ¿También se pone así de triste cuando Celestia viene sola y yo no vengo?" Preguntó Luna a su amiga. Sintiéndose molesta por la actitud de Sombra. Sin darse cuenta que cada vez sus celos hacia su hermana crecían más y más.
"No, solo reacciona así cuando Celestia no viene. Y creo que sé por qué." Se rio Hope. Divertida al ver que por más que Luna lo tuviese en la cara, aún no se daba cuenta de lo que Sombra y Celestia sentían el uno por el otro. "Hablando de eso, ven conmigo. Quiero contarte un secreto."
Ambas yeguas fueron hasta el balcón del castillo. Allí, Radiant Hope le contó a Luna su gran secreto, su más grande deseo, una idea que había estado en su mente hacía mucho tiempo, pero que ahora finalmente no podía contener más.
"¿¡Quieres ser madre!?" Dijo Luna sorprendida, luego que Hope le contara su deseo secreto.
"¡Shhh! No lo grites. Quiero que sea una sorpresa, incluso para Sombra y mamá." Dijo Hope, apresurándose a callar a su amiga, poniendo una gran sonrisa.
"Pero… ¿Te enamoraste de alguien?" Preguntó Luna confundida.
"¿Eh? Bueno, no. Solo quiero ser madre, ya veré quién será el padre después." Respondió Hope encogiéndose de hombros. "Los ponies de cristal siempre me han parecido muy aburridos, ellos solo sonríen por todo. Pero hay un pony mercante de Equestria que nos visitó el otro día y es más interesante que los demás ponies, además, es bastante guapo."
"No lo entiendo, ¿Por qué querrías ser madre si no estás enamorada?" Preguntó Luna, aún más confundida. Ante aquella pregunta, Hope desvió la mirada y puso una triste sonrisa.
"Quizás no lo notes, pero yo… siento que estoy envejeciendo." Dijo Hope mirando su casco. "Supongo que al ser la hija de una alicornio, conseguí juventud eterna, pero por dentro me siento cansada. Yo… quiero dejar algo más en este mundo. Quiero ser madre y engendrar una nueva vida dentro de mí. Siento que siempre ha sido un deseo que he tenido, y que ahora crece más y más dentro de mí."
Al ver la mirada de Hope llena de vida y emoción, Luna se acercó a ella y la tocó gentilmente.
"Si ese es tu deseo, sabes que puedes contar con mi apoyo." Dijo Luna sonriendo.
Al volver a Equestria, Luna le contó de su visita a su hermana y de la charla que tuvo con Hope. Al escucharla, Celestia puso una nerviosa mirada.
"Yo… No estoy segura que sea buena idea." Dijo Celestia con una mirada preocupada. "Después de todo, Radiant Hope es hija de una alicornio. Puede que para ella ser madre también sea difícil."
"A qué te refieres, la Reina Amore pudo ser madre sin problemas. ¿Por qué Hope tendría problemas para ser madre?" Preguntó Luna confundida.
Ante la pregunta de su hermana, Celestia simplemente desvió la mirada y se quedó callada. Aquello molestó a Luna, pues Celestia siempre guardaba secretos para sí misma para, según ella, protegerla. Cada día, Luna se molestaba más con la actitud de su hermana, sentimientos negativos que poco a poco iban alimentando un mal que algún día surgiría y tomaría control de ella.
Pese a que Celestia y Sombra aconsejaron a Radiant Hope de no arriesgarse a ser madre, Hope simplemente los ignoró, y para la siguiente visita de Luna y Celestia al Imperio, ella les tenía una gran sorpresa. Al llegar allí, ambas alicornios quedaron con la boca abierta al ver que Hope estaba preñada.
Luna corrió a abrazar a Hope, feliz de ver a su amiga cumpliendo su sueño, ambas riendo de felicidad. En tanto que Celestia se mantuvo con una mirada incrédula, mirando de reojo a Sombra, quien solo le devolvió la mirada con preocupación. Tanto Celestia como Sombra sabían que Hope tenía sangre alicornio corriendo por sus venas, sin embargo, ella no era una alicornio. Aquello los mantuvo con preocupación frente al deseo de Hope, dado que ellos conocían sobre la maldición alicornio y lo que tuvo que sacrificar Amore para dar a luz. Por lo mismo, ambos estaban inseguros sobre el destino de Hope en esta nueva aventura, pues era algo nuevo, incluso para ellos.
"Nunca te había visto tan feliz." Dijo Luna sonriendo, mientras Hope la abrazaba con todas sus fuerzas. Feliz de ver tan contenta a su querida amiga.
"¡Nunca había sido tan feliz!" Respondió Hope riendo a más no poder, sin soltar a Luna, como si quisiera traspasarle a parte de su enorme dicha. "¡Voy a ser mamá!" Gritó Hope emocionada, como si aún no pudiera creerlo.
En ese instante, algo importante surgió en la mente de Hope. Algo que por poco olvida, como si ella hubiera estado olvidando lentamente algo, y ahora, al ver que ella sería 'mamá', resurgió con fuerza en su mente.
"¡Vengan conmigo!" Dijo repentinamente Hope, poniendo una muy seria mirada.
Hope guio a Luna, Celestia y Sombra por los pasillos del castillo hasta detenerse frente a una puerta que no había visitado hacía mucho tiempo. Al ver dónde los llevó Hope, Sombra puso una tensa mirada. Aquella era la puerta de la habitación de su madre, tras la cuál, Sombra había mantenido por años la fachada de tener a su madre enferma, para ocultarle la verdad a Hope hasta que el trauma de su muerte sanara por completo en su corazón. Ya en los últimos años, Sombra casi no tenía que hacer nada, ya que Hope visitaba cada vez menos la habitación de su madre, ya que lentamente la iba olvidando. Sin embargo, ahora que iba a ser madre, Hope recordó con fuerza a su propia madre, asustándose al darse cuenta que por poco la olvida.
"Mamá, voy a entrar." Dijo Hope, con una mirada llena de determinación.
"¡No!" Dijo asustada la voz de Amore. Una falsa voz que Sombra conjuró usando su magia. Un detalle que Celestia notó e hizo que pusiera una triste mirada, sabiendo también la verdad.
"Mamá, este es el momento más feliz de mi vida. Voy a ser madre, ¡Igual que tú!" Rogó Hope, acercando su casco a la puerta. "No me interesa si estás muy enferma, ¡Necesito verte!"
"Por tu hijo, no debes abrir esta puerta." Respondió la voz de Amore, causando que Hope se congelara en el acto. "Mi enfermedad puede contagiar a tu futuro potrillo… Como madre, debes velar que nada lo dañe y que nazca sano y salvo."
Al escuchar aquella advertencia, Hope se congeló con una mirada intranquila. Ella quería ver a su madre con todo su corazón, dolida al darse cuenta que había sido una mala hija al no visitarla en años. Sin embargo, sus nuevos instintos maternos gritaban para que cuidara a su potrillo no nato. Tal como decía su madre, debía de hacer lo posible por proteger la nueva vida que crecía dentro de ella.
"Cuando nazca mi bebé, entraré a esta habitación sea como sea. No me importa tu enfermedad." Dijo Hope con una mirada llena de determinación. "Si te niegas, entraré ahora mismo a verte."
Esta vez la voz de Amore no respondió nada por unos segundos. Luna y Celestia mantenían miradas intranquilas mientras Sombra solo tenía cerrado sus ojos, teniendo un debate interno mientras seguía usando su magia, ocultándola de Hope y Luna mientras la usaba.
"Está bien…" Respondió finalmente la voz de Amore. Causando que Hope volviera a sonreír, mientras que detrás de ella, Sombra puso una mirada afligida.
'Fin del flashback.'
De vuelta en el presente, Luna recordó lo sucedido la tarde anterior, en su regreso al imperio y su cena con Cadance, Hope, Dusk Shine y los demás. Tras revelar lo que le había hecho a Celestia durante sus años de exilio en la luna, Luna había corrido por el castillo hasta que Hope la alcanzó. Allí, ambas conversaron muchas cosas, recordando su época juntas hasta aquel momento, en que ellas recordaron el día que Hope le dijo que estaba embarazada. Aquel día fue el último día que se habían visto, y tuvieron que pasar más de mil años para volver a verse, justo ese mismo día.
Al principio, Hope estaba confundida al pensar que todo eso había sido un sueño. Después de todo, ella no había tenido nunca un potrillo. Ella siempre creyó que aquello había sido un bello sueño, sin saber que había olvidado aquello debido a la magia del Corazón de Cristal. Sin embargo, Luna se lo confirmó, todo aquello fue real. En ese momento, Hope sabía que debía sentirse dolida o confundida por no saber qué pasó después de eso, ya que no recordaba nada de aquello. Sin embargo, en vez de eso, Hope sonrió llena de felicidad, al darse cuenta que había cumplido su sueño y que aquello no había sido solo una simple fantasía.
Aquella misma sonrisa inquebrantable que Luna siempre veía en su querida amiga Hope, era la sonrisa que ahora mismo veía este nuevo día, luego que el antiguo Corazón de Cristal se rompiera y el nuevo Corazón de Cristal flotara sobre el cuerno de su amiga. Todo mientras el cuerpo de Radiant Hope también comenzaba a resquebrajarse.
"Qué… ¿¡Qué está pasando!?" Dijo Luna asustada, con una mirada aterrada. Viendo que a Radiant Hope le estaba afectando el mismo proceso de resquebrajamiento que había afectado a los ponies cristalizados. "Tú… Tú no eres un pony de cristal… ¡Sombra lo dijo! ¡Ni Amore, ni él, ni tú son parte del ciclo de resurrección! ¡Ustedes son ponies de Equestria!" Gritó Luna llorando, acercándose a su amiga con una mirada llena de miedo.
"Creo que lo sabía, desde que escuché la historia sobre el origen del Imperio y vi que mi pelaje ahora era cristalino." Respondió Hope con una triste sonrisa, levantando su casco en alto y viendo que no era piel como lo había sido en su juventud, sino cristalino, como el de los ponies de cristal. "Supongo que en algún momento morí, y de alguna forma también reviví como un pony de cristal."
"¿Por qué lo hiciste…? Tú… Tú sabías que esto pasaría si se rompía el Corazón de Cristal." Lloró Luna, tocando a su amiga mientras el cuerpo de Hope se resquebrajaba más y más.
"Jamás se lo hubiera pedido a mi pueblo si no supiera que yo también compartiría su destino." Dijo Hope sonriendo. Mirando a los fantasmas de los ponies de cristal a su alrededor, cuyos cuerpos cristalinos ya no existían, y en cambio, solo quedaban nubes fantasmales de alma que poco a poco iban diluyéndose. "Tranquila Luna. Nosotros queremos esto. Lo queremos para que nuestros descendientes tengan un futuro, y Equestria y el Imperio puedan ser uno finalmente."
Mientras Luna lloraba, viendo que nuevamente estaba perdiendo a su mejor amiga, Hope acarició la melena de Luna y comenzó a cantar una bella canción para tranquilizarla. Cerca de Luna, Cadance escuchó aquella canción y abrió sus ojos con sorpresa. Aquella canción era la misma que Hope había cantado mientras ella estaba desmayada, cuando cayó en el palacio. La misma canción que Cadance confundió con la canción que cantaba su madre.
"Esa… Esa canción. ¿Dónde la escuchaste?" Preguntó Cadance nerviosa, acercándose lentamente a Hope mientras sentía su corazón temblar.
Al mirar a Cadance, Hope simplemente sonrió, feliz de ver que Cadance le daba ese hermoso regalo de despedida antes de su fin. Al parecer, su canción había sobrevivido por generaciones hasta sus días.
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"Estoy segura que tú también lo sientes. Nosotras somos familia." Sonrió Hope, derramando una lágrima de felicidad. "Mi hija debió sobrevivir a mi muerte y tú eres su descendiente. Por eso eres una alicornio, ambas tenemos la sangre de Amore por nuestras venas. No estaba segura, pero ayer lo hablamos con Luna y llegamos a la misma conclusión… ¿Recuerdas que te dije que te parecías mucho a mi madre?"
"Y yo… Yo dije que eras tú quién se parecía mucho a ella..." Dijo Cadance con su voz temblorosa, recordando el momento en que ambas se conocieron.
'Ambas lloramos por lo mismo…' Fueron las palabras que Hope le había dicho cuando la salvó del umbrum del llanto, cuando Cadance recordó su primer llanto, al estar en los cascos de su madre muerta. Finalmente, Cadance entendía el significado de aquellas palabras.
"Ella lloraba al saber que alguien de su familia murió, su nieta lejana. Pero también sonreía porque sabía que aún así, yo estaba viva." Pensó Cadance, tapándose su boca con asombro mientras comenzaba a llorar, al ver la cruel jugada del destino. "Ella no conoció a su hija ni yo conocí a mi madre. Cientos de años y yeguas que no conocimos, pero que nos unen por sangre."
No muy lejos de donde se gestaba el nuevo Corazón de Cristal, finalmente Sombra apareció, luego de teletransportarse hasta allí desde las cavernas. Al llegar, vio lo que sucedía y su cuerpo se congeló. Ante él estaban todos los ponies de cristal reunidos, pero nada quedaba nada de su pueblo. Los cuerpos de los ponies de cristal habían desaparecido y en su lugar, quedaban parte de sus almas que poco a poco se iban esfumando en el aire.
Poco tiempo tuvo Sombra para reaccionar, ya que justo en ese momento, una nube oscura avanzó velozmente y se hundió en el suelo bajo los cascos de miles de ponies allí presentes, fundiéndose con sus sombras. El umbrum del dolor los atacaba a todos juntos, y Sombra había llegado demasiado tarde.
Repentinamente los espíritus de los ponies de cristal que quedaban, alzaron en alto sus miradas y quedaron paralizados con miradas de terror. Aquello sorprendió a Cadance y a los demás, que no sabían si aquello también era efecto del nuevo Corazón de Cristal o no.
"Algo malo se acerca…" Murmuró Hope, por primera vez dejando de sonreír. Sintiendo que una magia externa estaba afectando sus sentimientos.
"¡AHHHH!" Decenas de gritos de espanto comenzaron a escucharse, pasando rápidamente a cientos de gritos. Un horrible coro de desgarradores gritos hechos por los fantasmas de luz de los ponies de cristal, que dejó espantados a todos los ponies vivos que estaban allí.
El susto fue mayor cuando Luna y Cadance vieron que Hope también ponía una cara de dolor, inestabilizando por un instante la magia que sostenía el Corazón de Cristal. Al instante, Cadance y Luna fueron a sostenerla para ayudarla a controlar el Corazón de Cristal que flotaba sobre ella.
"¡No te metas con mi hermana, maldito monstruo!" Gritó repentinamente Sombra, saltando en medio de aquel lugar, con su cuerno brillando con un intenso dorado.
Rápidamente la sombra que estaba bajo los cascos de todos los ponies, comenzó a achicarse, concentrándose debajo Sombra. Entonces, esta cubrió por completo a Sombra y lentamente fue entrando en su cuerpo. Al instante, Sombra cayó adolorido contra el suelo, apretando sus dientes mientras un dolor inimaginable llenaba su cuerpo, luchando por contenerlo.
"Sombra, ¿¡Qué fue eso!?" Preguntó Shining Armor. Siendo el primero en reaccionar luego de aquel horrible espectáculo de almas en pena gritando de dolor. "Ese… Ese es el cuarto umbrum que mencionaste, ¿Verdad? ¿Dónde está Dusk Shine?" Preguntó Shining preocupado, acercándose rápidamente a Sombra.
"Qué… ¿¡Qué fue lo que hicieron con mi pueblo!?" Gritó Sombra, intentando en parte contener el dolor que sentía. Mirando a los ponies fantasmales a su alrededor, que poco a poco se recuperaban y ya casi desaparecían por completo.
"Ellos recuperaron sus sentimientos." Respondió Shining seriamente. "Esa fue la única forma de contener a los umbrums, haciendo que los ponies volvieran a ser seres normales."
"No… No lo entiendes." Gruñó Sombra, conteniendo todo el dolor que sentía. "La Reina Amore hizo que fuera así, porque los ponies revividos no podían soportar las emociones negativas, en especial… ¡En especial esta!" Gritó Sombra, retorciéndose mientras luchaba contra el dolor que sentía. "El trauma… El trauma de la muerte impide que las almas revivan, por eso soporto ese dolor dentro de mí. ¡Un renacido no puede controlar el shock de la muerte! Yo… No podía contenerlos a todos, pero al menos, contengo al más peligroso de todos ¡Hnng! Dentro de mí…"
Al entender lo que Sombra le decía, Shining dio un paso atrás asustado. Él había sufrido con el umbrum del miedo, por lo que imaginarse un umbrum del dolor lo llenó de espanto. Ni siquiera imaginándose lo que Sombra debía de estar sufriendo en ese momento.
Cerca de donde estaban todos, Dusk Shine también reapareció junto con Pinkie Pie. Él se había demorado más en recuperarse, y aún más en tranquilizar a Pinkie Pie luego de lo que sufrió. De hecho, la pony rosa aún seguía temblando, sin embargo, Dusk se apresuró en volver, sabiendo que debía de estar ocurriendo algo muy malo fuera del castillo, luego que el umbrum del dolor huyó.
Al reaparecer, lo primero que sorprendió a Dusk fue ver a cientos de fantasmas. Le tomó un par de segundos a Dusk entender que de alguna forma, aquellos fantasmas eran los ponies de cristal que vivían allí. Algo que pudo confirmar finalmente cuando pudo reconocer a unos de esos fantasmas que ya casi desaparecían. Ese fantasma era el fantasma de Coral, la amable yegua que los había recibido en su casa el día anterior.
Al ver a Coral, ella también se volteó a verlo. En ese instante, la mirada de la yegua fantasmal se llenó de espanto y alzó lo que quedaba de su casco etéreo para apuntar a Dusk, específicamente, la cutie mark de Dusk.
"Huye… ¡Huye!" Gritó aterrada Coral. Siendo las últimas palabras que dijo aquella yegua, justo cuando ella, junto con los fundadores del Imperio de Cristal, fueron los primeros en desaparecer finalmente de este mundo.
Lentamente los más de mil espíritus comenzaron a desaparecer. Encontrando finalmente la paz luego de una segunda vida en aquella prisión de cristal. En tanto, el cuerpo de Hope, la última pony de cristal en permanecer en pie, ya estaba casi completamente resquebrajado. Su mirada se había quedado pasmada luego de ser atacada por el umbrum del dolor. Y así se había quedado incluso luego que Sombra volviera a reabsorber al umbrum.
"Lo recuerdo… Finalmente recuerdo toda mi vida." Murmuró Hope con asombro. Entonces ella bajó su mirada y miró a Sombra, quien se retorcía de dolor. Ella no pudo soportarlo y comenzó a llorar, dándose cuenta del cruel destino que ambos hermanos habían tenido en sus vidas.
Al escuchar el llanto de Hope, Sombra alzó la mirada y por primera vez se percató que el cuerpo de Hope estaba resquebrajado. Aquello sirvió para que momentáneamente Sombra quedara paralizado, asustado al saber lo que eso significaba.
Entonces, las miradas de ambos hermanos se cruzaron, dándose cuenta que finalmente ambos sabían la verdad.
'Flashback de Sombra.'
Sombra había estado al lado de Hope durante todo su embarazo. Estaba preocupado por saber si la maldición alicornio tendría algún efecto en ella o en su hijo, por lo que no la dejaba sola en ningún momento. Ya quedaban pocos días para que el bebé naciera y Sombra se encontraba más paranoico que nunca. Él pasaba días y días viendo el Espejo de alerta, y cada vez que lo veía, veía al umbrum que había acabado con la vida de su madre. Aquello lo llenaba de terror, pensando que no importaba si los atacaba en el futuro lejano, solo no quería que atacara a Hope en un estado tan delicado como estaba en ese momento.
"Si el umbrum cobra una vida nuevamente, como compensación por las vidas nuevas que se han creado en el Imperio, esta vez yo daré mi vida de ser necesario." Pensó Sombra con determinación, luego de ver una última vez el espejo, caminando por los pasillos del palacio.
Repentinamente Sombra sintió un enorme peso sobre él. Al instante, supo que era su querida hermana, que siempre se arrojaba sobre él a modo de sorpresa. Con la diferencia que ahora cargaba un peso extra bastante considerable.
"No saltes de esa forma, Hope." Dijo Sombra sonriendo, mirando hacia atrás para ver a su hermana y su abultado vientre, ya a punto de dar a luz. "Le puede hacer mal al bebé."
"Tranquilo, todo ha ido bien con este bebé hasta ahora." Sonrió Hope, llena de confianza. "Además, en unos días vendrá Luna y se quedará unos días hasta que dé a luz. Es una lástima que el bebé no nazca antes de la Feria de Cristal, me hubiera gustado mostrarle a todos a mi pequeña bebé en el festival."
"Sí… La Feria de Cristal…" Murmuró Sombra, tocando su pecho y bajando su mirada con preocupación. Al ver la mirada de Sombra, Hope se bajó del lomo de su hermano y lo miró seriamente. Sabiendo lo que preocupaba a Sombra.
"Sé que has vuelto a tener la enfermedad que tenías de joven, y que cada año es peor. Pero debes tener esperanza." Dijo Radiant Hope con una pequeña sonrisa. "¡Estoy segura que este año estarás bien! Y si no es así, recuerda que yo estaré a tu lado, cuidándote." Agregó Hope con una gran sonrisa.
Ya hacía varios años que Sombra había vuelto a tener la enfermedad que lo llenaba de dolor, que solo lo afectaba la fecha que se celebraba la Feria de Cristal. Celestia misma lo había tratado de ayudar, pero lo único que podía calmar parcialmente el dolor de Sombra, era la magia curativa de Hope. Sin embargo, incluso en los últimos años, parecía que ni siquiera la magia de Hope era suficiente para controlar todo el dolor que sentía.
"Hope no lo sabe, pero sentí esto mismo cuando el umbrum atacó a mamá y acabó con su vida. ¡Esta es una alerta! Mi cuerpo siente cuando va a atacar ese monstruo." Pensó Sombra, fingiendo una sonrisa para tranquilizar a su hermana. "No importa lo que haga, debo soportar este dolor. Creo que si lo soporto, esa bestia no atacará."
Finalmente, llegó la fecha de la Feria de Cristal, y la memoria de Sombra se volvió borrosa. Aquel día despertó con un enorme dolor, uno de los más grandes que hubiera sentido jamás en su vida. En aquel momento, Hope corrió a su lado para contenerlo, nuevamente usando su magia para intentar sanarlo. En ese instante, Sombra perdió la conciencia, y para su completo terror, igual que aquel fatídico día en que murió su madre, lo último que escuchó Sombra antes de caer desmayado, fue una malvada risa.
"No caigas dormido, ¡No caigas dormido! ¡DESPIERTA!" Gritaba Sombra en su mente, sintiendo en su inconciencia que debía despertar. Algo que solo logró parcialmente. "¡Debes proteger a Hope!"
Sombra no podía abrir sus ojos ni moverse, pero sentía que algo lo movía y se lo llevaba lejos.
"¡Alto! ¡Devuélveme a Sombra! ¡Devuélveme a mi hermano!" Gritaba Hope desesperada, mientras Sombra permanecía en las penumbras.
"Huye Hope… ¡Huye!" Quería gritar Sombra, pero su boca no podía moverse. Algo lo rodeaba y lo aprisionaba, impidiéndole hacer cualquier cosa.
Finalmente, Sombra escuchó un gran grito y cayó en la oscuridad. Sin embargo, esta vez fue distinto que la vez que cayó inconsciente tras el ataque a su madre. Esta vez Sombra cayó inconsciente, sintiendo que se hundía en un gran pozo oscuro. Uno que parecía no tener fin, uno que le hizo perder toda noción de tiempo a su alrededor.
Lentamente Sombra fue recuperándose y sintiendo la luz de vuelta en su cuerpo. Finalmente pudo abrir sus adoloridos ojos y ver dónde estaba. Por alguna razón, ya no estaba en su habitación, sino que en su cuarto privado, en el que tenía su jardín de los deseos, en el que pasaba su tiempo secreto junto a Celestia.
"¿Por qué estoy en esta habitación?" Pensó Sombra confundido, finalmente siendo capaz de moverse nuevamente. Repentinamente Sombra abrió sus ojos con terror al recordar lo último que había pasado.
"¡Hope!" Gritó Sombra asustado, apresurándose a salir de la habitación.
Apenas salió al pasillo, Sombra miró hacia todos lados, aún muy confundido. Entonces, su pelaje se erizó de miedo al ver que en el suelo, junto a la puerta de la habitación, había una gran mancha de sangre, que parecía estar ya seca. Algunas gotas de sangre parecían alejarse en dirección al pasillo y Sombra se apresuró a ir en esa dirección.
Finalmente, Sombra llegó hasta la habitación de Hope. Allí, abrió temblorosamente la puerta y entró. Su respiración se congeló al ver que Hope parecía estar durmiendo en su cama.
"¡Hope!" Gritó Sombra aliviado, corriendo a despertar a su hermana. Sin embargo, apenas llegó al lado de Radiant Hope, la sonrisa de Sombra se desvaneció en el acto, al tiempo que sintió hundirse su estómago y su piel congelarse.
Radiant Hope parecía estar dormida, pero su rostro estaba pálido y no reaccionó en absoluto al escuchar la voz de Sombra. El potro gris supo dentro de su corazón la verdad, pero aún así, se acercó tembloroso al rostro de su hermana y lo tocó gentilmente. No había rastro de vida en ella.
Sombra se quedó paralizado mientras su mente luchaba por negar lo que estaba ante él. Con un tembloroso casco, Sombra levantó las sábanas que cubrían el cuerpo de su hermana y sus ojos se abrieron con horror al ver una gran herida en el pecho de su hermana. Una herida casi idéntica a la herida que había visto en el cuerpo de su madre al morir.
"¡Oh, R-Rey Sombra! No sabía que estaría aquí." Dijo repentinamente una voz femenina.
Sacándolo de su aturdimiento, Sombra se volteó y vio que quien le hablaba era una de las pocas sirvientas del palacio. Ellas normalmente solo estaban en la cocina y recorrían el castillo cuando había que limpiarlo. Sombra se imaginaba que lo hacían para evitar encontrarse con él, ya que las ponía nerviosas por alguna razón, al igual que todos los ponies de cristal del reino. Por eso, se sorprendió de ver a aquella yegua en la habitación de Hope. Sin embargo, lo que más sorprendió a Sombra, fue ver que la yegua de cristal sostenía a una pequeña potranca recién nacida en uno de sus cascos.
Sombra intentó formular alguna palabra, pero su pecho aún dolía tanto que solo pudo abrir su boca, sin poder pronunciar palabra alguna. Sintiendo que estaba al borde de un abismo al perder a su amada hermana.
"¿La princesa sigue dormida? Ella ha dormido mucho estos últimos diez días." Dijo la sirvienta del castillo. Acercándose con una nerviosa sonrisa hasta la cama de Hope. Evadiendo lo más posible acercarse a Sombra.
Sombra aún estaba aturdido por todo lo que pasaba, por lo que cerró un momento sus ojos para calmar su dolor mientras su mente luchaba por mantener la calma, para intentar entender lo que había sucedido mientras estuvo desmayado.
"La magia del Corazón de Cristal le hace creer a esta pony que Hope solo está durmiendo… Ella no entiende que está muerta." Pensó Sombra, entendiendo por qué la yegua de cristal estaba tan tranquila frente al cadáver de Hope. Entonces, Sombra abrió sus ojos con sorpresa al percatarse de otro gran detalle.
"¿D-Dices que Hope ha estado durmiendo por diez días?" Preguntó Sombra asustado.
"¿Cuánto tiempo estuve encerrado en la habitación?" Pensó Sombra, recordando que el tiempo en su jardín secreto, era más acelerado que el tiempo en el Imperio.
"Así es. Hace unos días la encontré descansando afuera de una extraña habitación. Apenas si podía mantener sus ojos abiertos. Ella… Ella tenía una gran mancha roja de…" Respondió la sirvienta, recordando el momento en que encontró semiconsciente a Hope con su pecho sangrando. Sin embargo, al intentar recordar, su mente omitió aquel trágico encuentro y ella pareció congelarse un momento. Entonces su pelaje brillo por un instante mientras la magia del Corazón de Cristal impedía que aquella yegua de cristal tuviera malos recuerdos y sentimientos. "Sí… La princesa estaba muy cansada… Así que la traje a su habitación y la acosté… Allí… Ella dijo que cuidara de su bebé."
"¿Su bebé?" Preguntó Sombra confundido. Entonces él rápidamente centró su mirada en la bebé que cargaba la yegua y abrió sus ojos con sorpresa.
Las patas de Sombra se debilitaron y cayó al suelo, cubriendo su rostro al ver que ya no podía controlar sus emociones. Llorando al recordar que por el impacto de ver a Hope muerta, casi olvida que estaba embarazada. ¡Aquella bebé era la hija de Radiant Hope! Su peor pesadilla se había vuelto realidad. El umbrum había vuelto a atacar el Imperio y a cobrar una vida justo cuando Hope estaba más débil. Al igual que su madre, Hope se sacrificó en su lugar y dio su vida para salvar la de él.
Sombra lloró desconsolado, sin estar seguro si Hope había siquiera alcanzado a ver a su linda bebita antes de morir. En tanto que la sirvienta puso una mirada inquieta, como si no supiera qué emoción sentir en ese momento, pues toda su vida solo había sentido felicidad, y tal como sucedía ahora, en cuanto sentía tristeza, su cuerpo renacido brillaba y olvidaba por completo sus malos recuerdos y sentimientos. Por lo que la sirvienta simplemente puso una mirada en blanco, sin expresar ninguna emoción, mientras Sombra lloraba con más dolor de lo que jamás había sentido en toda su vida.
Luego de varios minutos, finalmente Sombra pudo controlarse un poco y volvió a ponerse de pie. Entonces se acercó a la bebé que sostenía la sirvienta y la tomó en sus cascos. Al sostenerla, la bebé sonrió y Sombra también lo hizo, derramando una lágrima al reconocer la bella sonrisa de Hope reflejada en la sonrisa de esa tierna bebé.
"Ya puedes irte." Dijo Sombra a la sirvienta. Cosa que la yegua de cristal hizo rápidamente sin reparo.
"Ella olvidará mi llanto, al igual que olvidó la muerte de Hope." Pensó Sombra con una triste mirada, viendo alejarse a la yegua de cristal. Entonces, él abrió sus ojos con sorpresa al percatarse de otra cosa importante.
Al acercarse a la ventana de la habitación, Sombra puso una mirada asustada al confirmar lo que temía. Pese a que el Imperio de Cristal había celebrado recientemente la Feria de Cristal, la aurora del cielo apenas si brillaba, tal como pasara cuando murió su madre.
"Hope estaba muy ligada emocionalmente al Corazón de Cristal." Pensó Sombra asustado, mientras seguía cargado a su sobrina. "Ni ella ni yo estamos en el ciclo de resurrección del Corazón de Cristal, pero sin ella… ¡No sé cómo sobrevivirá el Imperio!"
Al sentir el nerviosismo de Sombra, la pequeña bebé comenzó a llorar, lo que sacó inmediatamente a Sombra de sus pensamientos. Entonces él meció a la pequeña bebé para que se calmara.
"Tú… Tú necesitas una madre." Dijo Sombra, calmando a su pequeña sobrina. Mirando de reojo el cuerpo de su hermana. "Y el Imperio necesita a Hope… ¡Yo necesito a Hope!" Agregó Sombra, alzando la mirada con determinación.
En ese instante, Sombra cargó a su sobrina junto a él. Yendo a una habitación que no había visitado hacía muchos años, la habitación de su madre. Allí, encontraría lo necesario para mantener vivo el reino.
Mientras Sombra se dirigía al cuarto de Amore, el Imperio volvía a cerrarse, y permanecería cerrado por muchos, muchos años.
'Fin del flashback.'
"Lo recuerdo… Ahora recuerdo ese día." Dijo Hope, de vuelta en el presente. Con su cuerpo de cristal trizado en miles de pedazos, casi a punto de quebrarse por completo.
Sombra miró a Hope y sus lágrimas no pararon de caer. En tanto que Hope, sonrió débilmente y levantó su casco para acariciar la mejilla de su querido hermano. Al tocar a Sombra, el cuerpo quebradizo de Radiant Hope no pudo más y esté finalmente se rompió, comenzando desde el casco y avanzando lentamente hacia el resto de su cuerpo.
"No es tu culpa, Sombra." Dijo Hope mientras los pedazos de cristal de su cuerpo roto se elevaban y se unían al resto del nuevo Corazón de Cristal, para finalmente completarlo.
"Hope… No me dejes tú también…" Lloró Sombra, viendo como el cuerpo de su hermana desaparecía y ya solo quedaba parte de su cabeza.
"No es tu culpa." Repitió Hope con una débil sonrisa, justo cuando su rostro comenzaba a quebrarse. Entonces, un último recuerdo vino a la mente de Hope y su mirada cambió, poniendo una mirada de miedo al recordar finalmente un recuerdo clave de su vida. En ese instante, Hope miró a Sombra con una mirada asustada y con un último grito, lloró. "¡No es tu culpa!" Fue lo último que gritó Radiant Hope, antes de desaparecer por completo.
Los últimos cristales del cuerpo cristalizado de Hope se unieron al Corazón de Cristal y este comenzó a brillar y girar intensamente, tal como lo hiciera el antiguo Corazón de Cristal cuando se cargó de alegría, luego de la feria. El Corazón de Cristal lanzó una muy brillante luz que volvió a cegar a todos, sin embargo, esta vez todos sintieron algo muy extraño.
Todo lo que acababan de vivir, había sido muy intenso. Los pocos ponies que aún quedaban, habían perdido mucho en solo unos instantes. De los más de mil ponies de cristal que había habido en la ciudad, quedaban menos de cien ponies de cristal que no habían sido cristalizados debido a que no habían muerto. Todos ellos habían perdido familia y amigos que habían tenido durante toda su vida. Además, ninguno de ellos había experimentado la tristeza y el dolor antes de ese día. Y no solo ellos habían sido terriblemente afectados, Luna lloraba la pérdida de su más grande amiga. Cadance lloraba al descubrir la tragedia de su pasado familiar. Incluso Shining, Dusk y sus amigas, no habían podido evitar las lágrimas al ver cómo había terminado todo, compartiendo el dolor que todos sentían. Sin embargo, sentir la magia del Corazón de Cristal, hizo que toda esa tristeza se fuera por un instante.
Al abrir sus ojos nuevamente, todos vieron que sus pelajes brillaban como los antiguos ponies de cristal. Y aunque era una magia pasajera que se iba difuminando rápidamente, lo que sí perduraba en el corazón de todos los ponies presentes, era la serenidad y felicidad que los invadía. Todos sintieron una placentera paz interior proveniente de todos los antiguos ponies de cristal que ahora formaban parte del nuevo Corazón de Cristal. Decenas de generaciones con bellos recuerdos y sentimientos que por un instante aliviaron el pesar que todos sentían. Como si aquel fuese el último regalo de las generaciones antiguas hacia sus descendientes.
En el cielo, la magia del nuevo Corazón de Cristal fue tan fuerte que finalmente, tras más de dos mil años, la tormenta desapareció, dejando llegar la brillante luz del sol en toda la bella ciudad de cristal. Reflejándose tanto en las casas y el castillo, como en los pelajes de todos, que poco a poco dejaban de brillar como el cristal para volver a su normalidad.
"Esta magia… Es increíble." Murmuró Dusk. Alzando su casco y viendo cómo este dejaba de brillar lentamente. Fascinado con lo poderosa que era la magia del Corazón de Cristal, y también, aterrado al entender el gran sacrificio que requería tal poder.
"Yo… He sentido la magia del Corazón de Cristal en muchas ferias antes." Dijo Amethyst Maresbury quien estaba cerca de donde estaba Dusk. Quien ahora era oficialmente la yegua más vieja del Imperio. "Definitivamente esta es una magia nueva. Siento que este nuevo Corazón de Cristal es mucho más fuerte, y nos protegerá a todos por mucho, mucho tiempo."
Con la magia del Corazón de Cristal brillando, todos sonrieron. Sabiendo que había sido duro para todos, pero finalmente todo había acabado. Sin embargo, repentinamente Dusk, Shining, Cadance y Luna se voltearon asustados al sentir una oscura magia tras ellos. Al hacerlo, vieron que Sombra estaba agachado, justo donde había quedado antes que Hope desapareciera. Con su cuerpo temblando, como si estuviera muriendo de frio.
"Sombra..." Dijo Cadance asustada, acercándosele. Sintiendo un gran dolor en el corazón del potro gris.
"¡GAAAHHHH!" Gritó repentinamente Sombra, con sus ojos brillando color verde. Un grito lleno de dolor que expandió una enorme aura oscura a su alrededor, que por un instante rivalizó con la magia blanca que había liberado el Corazón de Cristal.
Al sentir aquella aura oscura, todos retrocedieron un paso. Temblando al sentir aquella poderosa y oscura magia que emanaba del rey de Imperio de Cristal.
'Esto me afecta a mí más que a cualquiera.' Fueron las palabras que había dicho Sombra cuando los umbrum se liberaron. Palabras que ahora venían a la mente de Dusk, al ver lo que sufría Sombra.
"Por alguna razón, la magia del Corazón de Cristal tiene el efecto contrario en Sombra." Dijo Dusk asustado. "Además, él aún carga con el umbrum del dolor dentro de él. ¡Esto no ha acabado aún!"
"¡GAAAHHHH!" Volvió a gritar Sombra lleno de dolor. Lanzando otra ráfaga de magia oscura que hizo temblar de miedo a todos los ponies presentes.
"¡Debemos hacer algo!" Dijo Shining, dando un paso al frente. Mirando asustado a Cadance y a Luna. "Si no hacemos algo pronto, la magia oscura que dentro de Sombra lo consumirá y lo destrozará por dentro." Agregó Shining, entendiendo que los gritos de dolor de Sombra eran porque aún luchaba por mantener el control de cientos de momentos de dolor y traumas de muerte de cientos de ponies que alguna vez vivieron allí. Y ahora era peor, ya que luchaba con su propio dolor de perder a su querida hermana.
"Yo… No sé qué hacer." Dijo Cadance temblando. Sintiendo involuntariamente con su don lo que sentía Sombra en su corazón, haciendo que ella también temblara. "La ira, pena y miedo volvieron a las almas de los ponies cristalizados, pero Sombra impidió que el trauma de la muerte volviera a ellos. No quería que sus almas dejaran este mundo con dolor en ellas… ¡Ahora no puede deshacerse de ese dolor!"
"Mientras más poderosa es la magia, más alto es el precio que hay que pagar." Murmuró Luna asustada. Recordando una de las frases célebres de Star Swirl. "La cristalización es un hechizo de inmortalidad, va contra la ley natural de la vida. El umbrum es un ser oscuro creado como contraparte... Solo una magia más poderosa podría ser capaz de destruirlo." Agregó Luna, mirando asustada a Dusk. En tanto que Dusk también puso una mirada asustada, entendiendo la mirada de Luna.
"Una alicornio antigua y poderosa, la Reina Amore, creo ese hechizo… ¿Qué magia existe que pueda superar aquella magia?" Pensó Dusk asustado. Pensando en solo una solución posible.
"¡GAAAHHHH!" Volvió a gritar Sombra por tercera vez.
Esta vez, en vez de expandir un aura oscura, sucedió todo lo contrario. Una veloz ráfaga de viento vino desde el exterior, arremolinándose en Sombra y siendo absorbida por este, como si un enorme vacío se hubiera generado de la nada y todo el aire hubiera sido absorbido por él. En solo un instante, todo se calmó bruscamente y reinó el silencio absoluto.
Nadie se atrevió a moverse, ni pestañear, ni incluso respirar. Fue como si el tiempo se hubiera congelado súbitamente, quedando solo el silencio más aterrador existente. Lentamente, el cielo comenzó a tornarse rojo carmesí y Sombra se puso de pie, al tiempo que un aura oscura y maligna irradiaba de todo su cuerpo.
"¿Sabes lo que le pasa a una 'sombra' cuando pierde la 'esperanza'…?" Dijo Sombra con su cabeza gacha. Entonces él alzó la vista, revelando unos temibles ojos verdes con pupilas rojas y un aura morada rodeándolos. "Solo queda la oscuridad…" Agregó el rey Sombra, siendo completamente controlado por la oscuridad dentro de él.
En un instante, el oscuro ser liberó una oscura aura que hizo temblar a todos los presentes, haciendo que cayeran de rodillas. Todos inclinándose contra su voluntad ante su rey, el rey de los monstruos.
# Fin del capítulo 39
