Catra VI:
Catra golpeaba su dedo compulsivamente sobre la larga mesa de barniz negro mientras la luz del día se filtraba por las grandes ventanas y se reflejaba en los cristales de un candelabro y la falta de cualquier otro tipo de decoración en la habitación la hacía lucir increíblemente grande.
Se halla sentada al lado izquierdo de Lilith mientras Sunset está al otro lado jugando con su anillo y con una mirada seria al igual que Lilith que mantiene un porte estoico y calmado, sus manos entrelazadas sobre la mesa la hacía sentir incluso más inquieta. ¿Cómo podía mantener la calma así? ¿Por qué estaba ella nerviosa?
No es que los arbisanos les debieran algo, era al contrario de hecho. Es más, no entendía el porqué de todo esto, estos nobles son los responsables de defender a los arbisanos pero parece que no han hecho nada y por lo que había escuchado los anteriores no es que fueran mejores.
¿Cómo fue que los retuvieron por tanto tiempo en la Línea Escarlata?
— ¿Quieres dejar de hacer eso? Es molesto —. Regaña Lilith.
— Recuerdenme por qué hacemos —. Dice Catra.
— Los miembros de la Casta Heire quieren conocernos para saber si somos aliadas confiables para intervenir en la guerra —. Explica Lilith.
— Es ridículo. Hemos hecho más que ellos —. Farfulla Catra.
— Baja la voz —. Interviene Sunset.
— No es como que pudieran entenderme.
— Si quieren tener una audiencia con nosotras es obvio que tienen los traductores.
— Sí, pero...
— Ya basta —, Lilith rechina los dientes, — Si queremos que esto salga bien debemos tener mucho tacto, pero a la vez debemos ser directas y firmes y tener una pizca de carisma. Es por eso que van a hablar conmigo.
— ¿Bromeas, no? —, se mofa Sunset, — Nosotras somos las learosis aquí, querrán saber tácticas, números, datos y yo se los voy a dar.
— ¿Acaso yo no tengo nada que ofrecer? —. Pregunta Catra ofendida.
— Podrás saber muchas cosas pero no de diplomacia —, dice Lilith, — Habla solo cuando sea necesario —. Un conocido sabor de amargura hizo a Catra apretar los puños.
Esa actitud de Lilith le recordaba a sus días en la Zona del Terror, cuando era una niña. Una niña enojada y con miedo, días de los que aprendió cosas.
— Ellos hablarán con quien ellos decidan hablar —, Vernis entra a paso ligero a la habitación y se sienta al lado de Sunset, — Cuiden su tono, a Rethor no le gustan las voces hostiles.
— ¿Rethor? —. Pregunta Sunset.
— El cabeza de familia. Alda es su esposa, Zani es la hija menor y Aul es su primogénito —. Explica Vernis rápidamente.
— ¿Quién dijiste? —. La pregunta de Catra fue ignorada al abrirse la puerta al otro lado del lugar.
Tres arbisanos en trajes ceñidos de color negro aparecen, su piel gris es un poco más clara que la del resto y sus ojos son un poco más abiertos y que, efectivamente, llevan los traductores universales probablemente tomados de algunos de los prisioneros. Alda tenía el característico cabello rojo de las arbisanas solo que más largo, llegando hasta la cintrua, con líneas púrpuras.
Los tres tomaron asiento, Catra logra reconocer a Aul quien hizo un ligero contacto visual por un par de segundos, solo eso bastó para transmitirle un sentimiento extraño de complicidad.
Vernis se levanta de su asiento para hacer un gesto señorial hacia el patriarca quien posa su mirada impasible sobre las tres haciéndola sentir un poco intimidada por alguna razón.
— Maestro Defensor Rethor de la Casta Heire —, anuncia Vernis quien funciona como intermediario, — La refugiada Lilith Clawthorne y las desertoras de las Fuerzas Unificadas de Leraos, Sunset Shimmer y Catra —. Las presenta y toma asiento.
— He oído muchas cosas sobre ustedes las últimas semanas pero hasta donde sabía ustedes son cuatro. Me gustaría saber donde está la que falta —. Habla Rethor con voz firme y serena a la vez.
— Debido a ciertas... "diferencias culturales", Lilith Clawthorne representa a la joven Amity Blight en esta audiencia al ser considerada menor de edad —. Aclara Vernis.
—- ¿A sí? —, Rethor no se escucha convencido, — Entonces, ¿qué tiene que decir Lilith Clawthorne como representante —. Lilith se aclara la garganta y se pone de pie.
— Maestro Defensor Rethor de la Casta Heire, sé que mis títulos aquí carecen de peso y que a sus ojos no soy más que una extranjera, así que me presento ante usted como una ciudadana de las Islas Hirvientes, mi hogar —, comenzó Lilith, — Que actualmente se encuentra acechada por los mismos enemigos que ahora mismo asolan su tierra. No he venido a pedir su ayuda para luchar contra Leraos para salvar mi hogar, solo su apoyo para poder volver y poder coordinar una adecuada defensa para repelerlos, y, en el proceso, pueden presentar una ofensiva contra nuestro enemigo en común.
Vaya piensa Catra por la claridad en la que Lilith se expresa, aunque sea así la mayor parte del tiempo, pero aun así sabía que no iba ser suficiente, sabía qué ni para Lilith aquellas palabras habían sido tan contundentes como creyó.
— Lilith Clawthorne, usted aquí no es ninguna extraña —, Alda es quien toma la palabra, — Mientras mi esposo sea el Maestro Defensor y yo su consorte, será una invitada en este palacio y esta ciudad —, su voz es suave y refinada que deja una sensación reconfortante al esucharla, Lilith esboza una sonrisa y hace un gesto de agradecimiento, — Ahora bien, me siento intrigada por algo, ¿qué impulsa a dos criaturas tan únicas a unirse a una fuerza militar tan organizada y seria para luego traicionarla?
Su mirada se pasea entre Sunset y Catra, Lilith incita a Sunset a hablar a lo que Catra tiene que secundar sin muchos ánimos.
— Las circunstancias que llevaron a Catra y a mí fueron diferentes e irrelevantes a día de hoy —, Rayos, ¿tú también hablas así? ríe Catra en su mente cuando Shimmer empezó a hablar, — Ambas pasamos un tiempo en prisión por errores que cometimos y... cada una tuvo sus razones para unirse. Pero al final la decisión fue que ninguna de las dos creía en los supuestos ideales que en Leraos dicen defender.
— ¿Y cuáles fueron esas "razones" si puedo preguntar? —. Inquiere Rethor.
— No tenía adonde ir ni sabía qué más hacer —. Dice Sunset.
La mirada de Rethor se centra en Catra.
— Ambición —. Responde Catra tratando de que no se esuchara muy áspero.
— Entiendo —, Rethor hace un golpeteo con su dedo sobre la mesa, — Y durante ese proceso supongo que la señorita Clawthorne y su protegida se vieron involucradas.
Sunset baja la mirada por un segundo y suspira levemente.
— Participamos activamente en su captura, luego... las cosas no salieron según lo planeado, ambas nos dimos cuenta que Leraos no tenía nada para nosotras intentamos regresarlas a su hogar —, Sunset voltea a ver a Lilith, ambas compartieron una mirada que Catra no supo interpretar, — Tampoco salió bien y les prometimos que las regresaría a casa.
— Y siendo desertoras declaradas ¿cómo se supone que lo harían? —. Pregunta Alda.
— Costara lo que costara —. Responde Sunset con firmeza.
— ¿Y eso qué significa? —. Cuestiona Rethor.
— Pues...
— Aaagh —, se queja Catra, — Permiso para hablar —. No creí que alguna vez diría eso.
El pánico inunda la mirada de Lilith mientras que con ceño fruncido la incita a desistir de lo que fuera a decir. Rethor hace un gesto aprobatorio.
— Con todo el respeto que se merece, señor —, Que tonta me escucho, — Creo que todo esto es innecesario. No pretendo serle irrespetuosa a usted o a su raza, de hecho los respeto, he visto lo que son capaces en combate pues yo misma los he enfrentado, y ambos se han desangrado en esta guerra. Yo misma lo hice en el pasado y no me enorgullezco de nada.
Las tich y sitches han sido la primera línea de defensa durante todo este tiempo. Sí, es cierto que Leraos no tenía nada para nosotras y sí, no creíamos en lo mismo que ellos pero ellos usan la magia a su favor lo cual es una gran ventaja pero ustedes también la tienen y no la usan y...
— Tiene que disculparla —, interrumpe Lilith, — No entiende que ustedes ven la magia como una herramienta para construir balance y conexión que un arma —. Explica apretando los dientes y forzando una sonrisa.
— No, tu viste lo que pasó en la sithce esa noche —, continúa Catra, — No voy a decirle que decisiones tomar, pero Sunset puede darme la razón cuando digo que Leraos llegará a ustedes. Y es cierto que Sunset y yo prometimos regresar a Lilith y Amity a casa, pero yo quiero pelear contra Leraos porque...
— Porque es lo correcto —. Aul terminó la frase por Catra.
— ¿Hay algo que quiera agregar, hijo? —. Inquiere Rethor.
— No, padre, solo creo que ya he tomado mi decisión respecto a nuestras invitadas —. Rethor y Alda se miran mutuamente y se asienten el uno al otro.
— Tomando en cuenta que...
El Maestro Defensor se ve interrumpido al abrirse las puertas de detrás de las invitadas con un estruendo de donde arbisanos uniformados entran con premura.
— Maestro Defensor Rethor. Tenemos una situación que necesita su presencia inmediata.
