Ya saben la historia de Naruto y sus personajes son Masashi Kishimoto, esto es solo un escrito de mi imaginación usando a una obra tan grande para este gusto.
Mi lugar soleado.
Se dice que en esta vida tenemos 3 grandes amores; el primer amor, es aquel amor joven e idealista, el segundo amor, es aquel amor dramático y difícil, por último el tercer amor, es el amor de tu vida, y con eso se explica todo.
En mi caso fue sólo un gran amor que vivi durante tres etapas de mi vida, un amor que nunca olvidare.
Capitulo 1
Primo Amor.
Eran las 6 de la mañana, y ella se encontraba escabulléndose de los otros residentes de la mansión principal, para así poder visitar a su abuela.
Antes de que la pequeña pudiera abrir la puerta se escucho una débil voz desde adentro de la habitación.
— Pequeña Hinata, hoy llegas temprano.
Hinata siempre se alegraba de estar con su abuela, pero por su salud y los entrenamientos no podía pasar mucho tiempo con ella. Así que cuando la escucho rápidamente abrió la puerta y entro llena de emoción. Siendo recibida por una sonrisa tranquila y llena de cariño.
—Abuela Haruki, ¿cómo es que siempre te das cuenta de mi presencia?
— Oh linda, ven, acércate - Hinata se acerco hasta la pequeña silla que siempre estaba a un costado de la cama de su abuela. — Podré ser vieja, pero soy una Hyūga y ver más de lo que ven los demás es nuestra especialidad, aunque no a todos se les de como a mi.
—Padre siempre dice que los Hyūga tienen los ojos más poderosos y yo como heredera debería de tener los mejores… pero no es así, me compara con Neji-niisan y termino siendo regañada -A pesar de no ser buena noticia cuando estaba con su abuela no le daba tristeza decir esto.
— Hiashi sigue siendo un niño comparado conmigo, incluso tu abuelo no era tan bueno como yo y aun así, el era el líder del clan… Hinata -Cuando escucho su nombre con esa voz suave pero llena de decisión supo que estaba a punto de escuchar algo que le quedaría grabado de por vida, como siempre pasaba cuando estaba con ella. — Hinata, el entrenamiento de un ninja y más de un Hyūga siempre es difícil, lleno de obstáculos, derrotas, y muertes que traen tristezas, tú ya has pasado por eso - ella recordó la recién muerte de su madre, y el sacrificio que tuvo que hacer su tío por el clan —Comprendes lo que es perder a alguien querido para ti, entiendes el peso de un titulo en tu nombre, te preguntaras ¿por qué seguir un camino así?, pero dime niña ¿por qué siempre que hablas de la pequeña Hanabi sonríes dulcemente?
Hinata no lo pensó ni un segundo y sonrió —Porque para mí Hanabi es la persona más especial en el mundo y quiero que ella siempre tenga una razón para sonreír.
—Entones entenderás que no puedes dejarte consumir por lo malo que el camino de la vida tiene para ti, porque al final no debes hacer menos las vidas dadas por las que estas aquí en este momento, debes de proteger esos sentimientos y esos recuerdos, debes ser fuerte de convicción, y sobre todo debes recordar que si quieres proteger a alguien, primero debes protegerte a ti. Hiashi tiene su forma de entrenarte, después de todo aprendió de tu abuelo, no la comparto, pero algún día espero que ustedes puedan entenderse y luchar juntos por su gente, y si no es así me asegurare de jalarle las orejas.
Hinata sonrió tiernamente, admiraba a su abuela, admiraba la luz y la fuerza que siempre desprendía. Su abuela por su parte veía a la pequeña Hinata sonreír y aquella sonrisa pura y sincera, a pesar de sus tristezas se lo dijo todo; Hinata sufriría, sufriría mucho dentro del clan, pero confiaba que ella no se quedara estancada, ella en verdad confiaba en eso.
—Ahora linda, cuéntame las nuevas noticias del clan, necesito escuchar algo más que la voz de las doncellas de aquí.
—Sabes que no hay mucho qué contar, la mansión es tranquila y no hay más que entrenamiento y entrenamiento, oh! Ayer me dijeron que había una reunión de clanes, y como heredera debo estar presente, así que en los próximos días estaré más ocupada con las clases de etiqueta y las lecciones de los diferentes clanes de la aldea.
—Claro, pronto es la reunión que se hace cada dos años, al principio no muchos estaban de acuerdo con esto, pero sirve para que todos se conozcan más que en batallas en reuniones, es tu primera vez ya que antes estabas muy pequeña, así que conocerás a los otros herederos Hinata, seguro podrás entretenerte bastante en ver caras nuevas -Haruki recordó esas reuniones y viendo a través del don de su nieta supo que llegaría con bastante información de los herederos, aunque claro Hinata lo vería como simple cotilleo. — Esperare las nuevas, y dime ¿Cómo esta Neji?, tiene rato que no me visita, ¿Sigue con esa mala cara cuándo están juntos? -Era un tema delicado para Hinata, pero ella sabia que sus nietos se iban a querer más de lo que otros Hyūgas hermanos se querían, después de todo ella sabe de los secretos y los lazos entre ellos, ella los vio cuando eran aun más pequeños, todos sonrientes.
—Abuela! -Las dos sonrieron y continuaron con su platica un buen rato hasta que se acerco la hora del entrenamiento de Hinata.
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Pensar que estuvo toda la tarde no entrenando si no arreglándose para la reunión de clanes, fue totalmente cansado, cuando llego emocionada a decirle que la arreglarían para ese día, su abuela sólo sonrió incómodamente, y ahí le llego la primera señal, si su abuela que era experta en mantener sus emociones en secreto mostró una sonrisa incomoda eran malas noticias, y si que lo fueron.
Ahora se encontraba totalmente desgastada, enfrente de un gran edificio donde entro con su padre y otros Hyūgas, lleno de rostros nuevos y serios, expertos en mantener las apariencias… ninjas, sólo esa palabra se podía usar para describir sus rostros.
Conforme avanzo la reunión Hinata observo bastantes personas, unos más curiosos que otros, pero en cada uno logro ver las mismas palabras en sus rostros cada vez que se presentaba ¨El clan Hyūga perdió a su matriarca, y no tuvo un barón de heredero.¨
Más avanzada la noche, sintió nervios, nervios de la presencia de su padre, hubo algo, no, hay algo que su padre noto y no le gusto, sigue siendo una niña, no ha entrado a la academia ninja, pero sabe leer a su padre, sabe que sigue a continuación, y sabe que le va a dar una advertencia, más le vale acatarla.
—Hinata, compórtate al nivel Hyūga, no vayas a avergonzarnos.
—Hai, Otosan.
Cinco segundos, sólo pasaron cinco segundos exactos para escuchar una voz diferente a la de su padre pero con el mismo poder en ella.
—Hiashi, lamentamos la perdida de Hana. - Hinata trato de mirarlo, pero al sentir otra presencia como la de su padre en ese pequeño espacio, simplemente no podía, así que decidió mirar a las otras tres presencias que lo acompañaban, una amigable mujer y sus dos hijos supuso, en cuento los vio supo que clan era, el clan Uchiha. —El es Sasuke, a Itachi lo conoces, mi heredero - Un clan con una futura leyenda como Heredero, un clan orgulloso, un clan que no caía en gracia de los Hyūgas y por lo que notó en el patriarca tampoco es que ellos fueran de su agrado.
Hiashi sintió la burla en sus palabras, Fugaku se reía de que el tuvo dos barones y él a dos damiselas, no importaba, a diferencia de los Uchihas, él si creía en la fuerza de las mujeres, su madre era muestra viviente de ello, pero no por eso no le molesto menos el hecho que un Uchiha tratara de reírse de ellos.
—Fugaku, Mikoto, ella es Hinata Hyūga. - Hinata hizo lo que se le enseño, los mejores modales hacia un clan tan poderoso como los Uchihas y sus hijos le respondieron, el protocolo al no ser clanes amigos era acabar en ese momento para que cada clan siguiera su camino, de no haber sido por una voz que no se había dejado escuchar más que su presentación.
—Hiashi, porque no deja que Hinata vaya con los otros niños, nosotros estamos por acabar las presentaciones, es mejor que tanto Hinata y Sasuke conozcan… su alrededor -Tanto en Hiashi como Fugaku se sintió la negativa a esto, hasta que continuo —Itachi, también ve, hazles compañía
Cuando acabo, Hinata sabia que su padre se negaría, sabia que no era mala idea, pero el hecho de ser Uchihas la hacia mala, muy mala… o eso pensó.
-Mikoto, tomare su consejo, es momento que Hinata conozca a más personas y que mejor que esta reunión. - ¿Por qué?, no entendía, cuando la matriarca Uchiha empezó con la sugerencia sintió la negativa de su padre, ¿Por qué cambio de opinión?, o es que acaso ella se había equivocado al leerlo, no creía —Hinata, acompaña a los Uchihas. -De nada servia seguir pensando en eso, su padre le dio una orden.
—Hinata-san, vamos, por aquí - Y por primera vez vio directamente los ojos de Itachi Uchiha, el orgullo del clan, y no sintió nada especial de él, lo sintió normal, en cambio de su hermano sitio terror, la miraba como un estorbo, sí, a los ojos del hermano de Itachi ella no era más que un estorbo en el tiempo con su hermano.
El camino fue silencioso, por parte de ella claro, Sasuke no dejaba de preguntar y llamar la atención de su hermano, lindo, ella quería ser así con Neji, pero era totalmente diferente, evitaban llamar la atención del otro.
Cuando llegaron con los demás niños no hubo mucho que resaltar, Hinata era una niña tranquila y tímida por lo tanto se dedico a estar sentada observando a los demás en silencio, hasta que justo cuando noto la noche en el jardín tuvo ganas de salir y ver la tranquilidad que el recinto podía darle, aunque por sus modales no se lo podía permitir.
—Hinata-san, le gustaría ir al jardín, veo que Sasuke esta hablando detenidamente y no creo que él quiera acompañarme. -Noto sus pensamientos, ahora sabia que no tenia mascara ante un genio, seguro por eso su padre siempre la regañaba, aun así sólo asintió en afirmativo.
No hablaron, no dijeron palabras innecesarias ni palabras falsas o practicadas, sólo observaron el jardín y eso, para ella era tranquilidad, lejos de las voces, lejos de las miradas,… lejos de todos. No supo cuánto tiempo paso, solo escuchó su nombre proveniente de un miembro del clan, era momento de irse.
-Fue un placer Uchiha-sama -Una bonita reverencia, despidiéndose de él, y fue todo.
La reunión de los clanes principales de Konoha acabo.
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En los días siguientes no tuvo tiempo más que para entrenar, su padre estaba enojado con ella por no ser un genio, no era digna para ser heredera, hasta que después de unos días por fin pudo ir con su abuela para contarle sobre todo, sobre las nuevas personas que conoció, los rostros que para ella ahora tienen un apellido, le contó sobre sus respectivos hijos y las presentaciones, le contó sobre los Uchihas y el que su padre la dejara estar con los otros niños. Cuando acabo de contarle, su abuela sólo puso una cara tranquila y sonrió, siguieron hablando hasta que Hinata tuvo que retirarse a su entrenamiento.
—Hiashi Hyūga, ¿Qué tramas al dejar a tu hija con los Uchihas?, ¿Cuál es el plan de la chiquilla de Mikoto para dejar que sus hijos se acerquen a una Hyūga?, interesante, muy interesante.
La abuela Haruki sabia que su hijo no dañaría de esa forma a Hinata, también sabia que Hiashi no permitiría que Hinata fuera una herramienta para los Uchihas, pero entonces, ¿Qué es lo que no estaba viendo?
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Los días de entrenamiento siempre fueron pesados, pero ese día en especial Hinata lo sintió más, y no era mentira, faltaba poco para su cumpleaños, estaban a dos días de navidad, y sin embargo en la mansión el ambiente era más tenso de lo normal, y eso es decir mucho.
Hiashi detestaba esas fechas, le recordaba mucho a Hana, sus tiempos juntos, y su perdida, sabia que no era culpa de su hija, de igual forma eso no impedía que su entrenamiento fuera mas pesado para con ella.
Así que esos días Hinata los tenia pesados, tan pesados, los aguantaba al ir con su abuela, ella siempre le daba fuerza, pero ese día no seria igual, antes de poder ir con su abuela sintió el movimiento anormal de las personas, cuando encontró a Ko le pregunto si había algún problema.
—Haruki-sama, tiene un ataque. -Simple, pero no sin falta de sentimientos, todos respetaban a la abuela, y a pesar de que Hinata hizo el esfuerzo por ir con su abuela fue negado por su padre. No era lugar para niños, y la mando a sus deberes, sin importar que ella hablara, su padre le ofrecería las palabras crueles y demandantes de siempre.
Poco después de la hora de su entrenamiento escucho la mansión más tranquila, y al no tener noticias, supo que su abuela había pasado el peligro, estaba tan metida en sus pensamientos que no escucho entrar a su padre y a continuación un regaño.
—Hinata!, ¿Acaso eres consciente de lo débil que eres?, ¿Crees que por las cosas que suceden en la mansión debes de dejar de entrenar?, Eres una decepción de Hyūga, procurando ir con tu abuela para mostrar tu debilidad, permití que fueras a verla pensando que si veías su fuerza podría pegarse algo en tu débil esencia, pero eres débil. En guardia Hinata, en guardia!
Termino inconsciente, despertó casi al anochecer, solo para sentir frio en su cuello, su cabello ya no estaba, Hinata no adoraba su cabello porque fuera suyo, lo atesoraba porque a su mamá le gustaba cepillarlo, y su abuela siempre había dicho que era bonito, un niño, su padre siempre quiso a un niño como heredero, alguien fuerte y dotado de grandes talentos, un genio…como Neji.
Sabia que estaría prohibido ir a ver a su abuela, no después del ataque de esta mañana, y la verdad no quería mostrar su nuevo corte, no quería estar ahí, quería escapar, fue dejada en el Dojo; con su cabello cortado y sin tratar sus heridas, ese era el castigo, y no tenia más opción de aceptarlo, lo aceptaría, pero no se quedaría ahí para lamentarse, así que se levanto y salió de la mansión lo más sigilosa posible, si era buena para algo era para escapar, sonrió tristemente al pensarlo.
Corría a través de la aldea, para poder encontrar un lugar donde poder respirar y olvidarse del apellido Hyūga, corrió y corrió hasta que llego a los campos de entrenamiento y cerca de uno de ellos encontró un árbol, un árbol de Wisterias, extraño, Konoha no era un lugar donde ese árbol pudiera vivir, el árbol no debería estar ahí, no era su lugar, además era invierno, y sin embargo estaba tan grande y hermoso, Hinata lo supo, se sintió bien estando ahí, así que lloro, lloro por su abuela, lloro por ser débil, lloro por decepcionar a todos, y cuando había dejado de llorar se asusto cuando escucho su nombre.
—Hinata-san, no se asuste por favor - Reconoció su voz, además claro, era la única persona que la llamaba de esa forma, pero su voz no venia de los lados, venia de arriba, y cuando volteo hacia la voz se encontró con el rostro del primogénito Uchiha, iba a correr —Hinata-san, ¿me haría compañía?, por favor
Hinata se sintió confundida, había mostrado un lado vergonzoso para un Hyūga, pero nunca podía negarse, y él hablo tan educado, en su rostro no había ni una pizca de burla, a pesar de ver a la primogénita de un clan orgulloso, no había burla. Hinata sólo atino a volver a sentarse donde estaba antes de querer escapar corriendo, se irguió un poco al sentir al joven Uchiha a su lado, pero no escucho nada de él, simplemente se quedaron sentados, debajo de ese hermoso árbol, cuando se sintió más relajada pudo observar el cielo a través del árbol, era una vista magnifica.
Itachi por su lado, sabia que hubiera sido peligroso dejar sola a la heredera Hyūga, a pesar de amar a su aldea, sabia del secuestro que costo la vida del hermano del patriarca de ese clan, era mejor no dejarla sola, pudo haberla seguido hasta que estuviera seguro de que se encontraba a salvo, pero si era descubierto al estar más cerca de su territorio vigilándola de lejos sin su conocimiento podría causar problemas, y no podía darse ese lujo, no con la tensión de los consejeros y de su padre. La respuesta la encontró al recordar lo tranquila que se veía ese día de la reunión mientras miraba el jardín, y claro, al recordar lo serena y amable que siempre se mostraba en la aldea.
Para Itachi lo mejor era que ella se sintiera lo suficientemente tranquila para poder regresar a una zona segura con su conocimiento de su presencia, y la observo, mientras ella observaba hacia arriba el la observo a ella, ahora tenia el cabello corto, se veía que tuvo un entrenamiento duro, era la heredera eso era de esperarse, Konoha tenia grandes clanes y grandes ninjas, ser entrenados desde pequeños era normal, pero cuando veía a esa niña, veía la alegría e inocencia de la aldea, extraño porque ella seria una maquina de pelea, no porque el pudiera encontrar algo especial en ella, no, por ser una Hyūga debe convertirse en eso, hubiera seguido con esos pensamientos, pero paso otra vez, sintió curiosidad por lo que veían esos ojos de luna, y volteo hacia la misma dirección, a simple vista podría ser la vista de las ramas del árbol, pero cuando uno lo observaba a detalle, veía el cielo, y esa luna que siempre brillaba en la noche con esas estrellas a su alrededor, pudo observar todo claramente sin presión y se sintió relajado, la presencia de la princesa Hyūga lo tranquilizaba.
El día de la reunión cuando se quedaron juntos en el jardín paso lo mismo, ella no lo miraba con admiración como lo hacia su hermano, no lo veía como una herramienta para llevar lejos a los Uchihas como su clan, no lo miraba con esperanzas de poder como su padre o como los consejeros, no lo miraba como su madre con una extraña mirada que todavía no podía descifrar, no lo miraba con miedo como sus mismos compañeros.
Él no comprendía esa mirada, no hasta que una vez tiempo después de su primer encuentro la volvió a ver en la aldea, cerca de los mercados, cuando la vio hablando con el vendedor donde realizaba su compra lo entendió, esa noche cuando se conocieron ella lo vio como una persona normal, no como un Uchiha, y se sitio bien, realmente bien saber que a los ojos de otra persona era alguien…normal.
—Hinata-san. -Ella brinco, había olvidado la compañía del Uchiha, cuando dio a entender que lo escuchaba él continuo —Espero no cometer un atrevimiento más grande que el de pedir su compañía, pero noto que tiene heridas, se que no es mucho, pero ¿Podría tomar este ungüento?, lo cargo para las heridas, así que estoy seguro se sentirá mejor. -Hinata volteo con esos bonitos ojos, no entendía porque se lo daba, le dio vergüenza que la viera así, pero ya estaba acostumbrada a que la juzgaran, y cuando volteo a verlo, los ojos del joven Uchiha no mostraban eso, mostraban sinceridad en ese ungüento, así que lo acepto.
Fue el primer contacto que hicieron, no fue mágico, no fue una descarga eléctrica y mucho menos romántico, pero era la forma de comunicarse de ellos, Itachi agradeció por su compañía tranquilizadora con ese ungüento y Hinata no pensó mucho en ello, él le mostró amabilidad sincera, una que no se veía en el clan, por lo menos no ella, así que lo acepto, acepto esos buenos sentimientos.
Cuando acabo de ponerse el ungüento se pregunto qué hacer con el.
—Uchiha-sama…gra-gracias. -Poniendo el ungüento de regreso en sus pertenencias Itachi solo asintió. —Gracias por hoy.
No entendía qué tanto significaba eso para Hinata, pero entendía que cada uno tuviera sus demonios y que a veces uno no necesitaba más que una muestra de amabilidad para volver a levantarse.
—De nada Hinata-san, soy yo quien debe agradecer, es usted quien me acompaña esta noche.
Hinata negó , sabia que si su padre se enterase que le agradeció a un Uchiha la recibiría con un castigo bastante doloroso, pero su corazón le dijo que continuara y continuo —Gracias por el ungüento, por pedirme que me quedara y así estar segura, ta-también gracias por no preguntar.
Así que ella lo sabia, ella sabia porque le pidió que se quedara, Itachi estaba equivocado, ella sí era especial. Antes de que Itachi pudiera decir algo Hinata se levanto del árbol.
—Uchicha-sama, n-no me gustaría ocupar más de su tiempo y tampoco causar problemas, a-así que mejor me retiro… ¿m-me acompañara hasta estar cerca de mi clan?
-Vamos Hinata-dono, tampoco es bueno que una señorita este fuera a estas horas.
No hablaron más, el camino fue silencio pero a ambos les gustaba eso, así que se sintieron cómodos uno a lado del otro, una vez que llegaron a un área donde sabia que Hinata estaría a salvo se detuvo, y ella entendió que ahí acababa su compañía, ambos hicieron una reverencia educada, cada quien se fue a su clan.
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La mañana siguiente en casa de Itachi transcurrió normal, ese día no tenia misión, pero era navidad, así que su hermano todo el día lo paso con sus regalos, aunque seria más correcto decir que entreno, después de todo eran regalos ninja. Entrada la tarde cuando entro a la cocina con su madre a ayudarle, la encontró perdida en sus pensamientos, raro porque no se dio cuenta cuando se acerco tanto.
—Okasan, ¿Se encuentra bien?- Su madre brinco del susto -¿Hay algo que le moleste?
—Oh! Itachi, no entres así, una cosa es que seas ninja y otra que entres en mi espacio de esa forma, no lo hagas -Una reprimenda con la cuchara.
—Okasan, se veía intranquila.-Su madre sonrío tristemente, pero se sentó, e Itachi comprendió que quería que le siguiera la acción.
—Hoy, hace dos años murió una amiga, era mi mejor amiga -Itachi no recordaba una muerte así de dolorosa en el clan, pero lo que siguió le respondió sus dudas —No era del clan, nos conocimos en la academia, y a pesar de pensar que no nos llevábamos bien éramos inseparables, si teníamos misión juntas era lo mejor, ambas podíamos confiar en la otra, ambas nos volvíamos cómplices en esos momentos, incluso en las travesuras que hacía ella estaba a mi lado, aunque claro, ella era la voz de la razón.
Su madre sonreía, para ella su amiga fue muy especial, tenia mucho de no ver a su mamá sonreír así por algo que no fuera Sasuke.
—La conociste en las reuniones del clan, ella era la matriarca del clan Hyūga, Hana.
Para Itachi, eso era inesperado, la recordaba, era tranquila pero emanaba confianza, fuera de eso ¿Cómo es que el clan permitió esa amistad?,no quería interrumpir a su madre, seguro le contaría más, deseaba que no llegaran a interrumpirla.
—Realmente Hana era totalmente diferente a mi de niña, pero cuando se enojaba estoy segura que daba más miedo que yo. -Sonrío recordando sus memorias juntas — Cuando ambas con convertimos oficialmente en prometidas de los futuros lideres de nuestro respectivo clan supimos que seriamos alejadas, y así fue, sólo podíamos vernos en misiones fuera de la aldea o en las reuniones de los clanes, aun así siempre fuimos buenas amigas. Por eso cuando paso esta reunión de clanes y vi a su hija no pude más que recordarla, y claro ni resistirme a la idea de darle un aire a la pobre niña, con todas esas miradas era imposible pensar qué podría estar tranquila. Pero no puedo hacer nada más por ella, incluso ahora, que seguramente estos días son mas pesados pera ella conociendo al estricto de Hiashi, - su madre sonrío tristemente y suspiro —y pensar que en dos días será su cumpleaños.
Era nuevo, escuchar parte de la vida de su madre antes de ser… mamá, así que Itachi lo aprecio, aprecio el detalle de contarle porque estaba distraída.
Así que el cumpleaños de la pequeña Hinata, estaba a dos días, entonces la recordó llorando en el árbol de wisterias.
—Pero bueno Itachi, ¿Me quieres ayudar en la cocina?, es por eso que viniste, ¿No?
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Ya entrada la noche, Itachi quiso dar un paseo. Recién había encontrado el árbol de wisterias, conocía la aldea muy bien, pero nunca había visto ese árbol, y por extraño que fuera no quería preguntar y lograr que dejara de ser un buen lugar para descansar, pero ahora que llegaba a su destino noto que no era el único al que le gusta ese lugar.
La pequeña Hinata se encontraba sentada entre sus ramas mientras observaba el cielo, pensó en retirarse silenciosamente, pero volvía a lo mismo de ayer, no podía dejarla sola y alejada de todos, así que procedió a sentarse en la base del árbol, por el cambio del flujo de Hinata supo que lo noto, eso era bueno, y así, volvieron a repetir esa compañía entre ellos, silenciosa, cuando Hinata estaba lista para volver a la mansión Itachi la volvió a acompañar cerca de su hogar y otra vez regreso a su casa sin más que una noche tranquila.
Itachi pensó si volverían a coincidir, realmente le gustaba el árbol y la paz que sentía en el, no quería vincularse con más personas… En dos días seria su cumpleaños, seguro no iría.
Tuvo razón, el día siguiente Hinata no fue.
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Era su cumpleaños, el día anterior su padre la dejo descansar de su entrenamiento con él, por tanto entreno con Ko, pero con Ko las cosas eran divertidas, así que ese día no se sentía desanimada como para escapar de la mansión Hyūga, se quedo en su casa, por unos minutos paso por su mente el joven Uchiha, pero no creía que importara, agradecía mucho lo que hizo por ella, pero lo hizo por ser un caballero, era mejor no pensar en él.
Ese día fue de visita con su abuela, o ese era el plan, pero no la dejaron pasar, al parecer su abuela seguía descansando y no estaba despierta, esperanza de pasar un rato con su abuela en esa día desecho.
El año pasado pasó lo mismo, nadie en la mansión se intereso en ella, seria un día triste.
El entrenamiento fue duro, demasiado duro, su padre lo acabo al decir que el siguiente año entraría a la academia ninja, que a partir de ahora los entrenamientos serian el doble de pesados, no merecía más que entrenar en su vida para compensar lo débil que era.
Ko fue el único que la dio palabras amables ese día, eso y una bonita chamarra color beige, la apreciaría mucho.
Cuando estaba por anochecer pensó en ese hermoso árbol purpura de wisterias, quiso ir a verlo, seria su regalo de cumpleaños así que se encamino hacia ese lugar esperando poder observar la luna a través de ese color morado, ese paisaje le recordaba a su madre, por eso quedo encantada con el.
Al llegar noto que no había nadie, reviso con su linea para estar segura, esa vez llevo con ella un termo, quería mantenerse por un buen rato, además sabia que su clan no la buscaría, lo descubrió las veces anteriores, así que procedió a tomar su lugar y contemplar la luna.
Después de un buen rato sintió una presencia, pero ya la conocía, sabia que no era un genio como su primo, pero ya era la cuarta vez en encontrarse a solas con él, sabia reconocer esa presencia, supuso que seria igual como los días pasados, todo en silencio, en verdad eso pensó.
—Hinata-san, hoy al parecer también seremos compañeros de esta vista. - Itachi se sentía… incomodo de cierta forma, no era normal en el iniciar una platica y menos lo que estaba por hacer, pero pensó que seria mejor si ambos estaban cerca —Si no le molesta, podría bajar y sentarse a mi lado?
Hinata no pudo más que voltear sorprendida, ¿Por qué?, ¿Hizo algo mal?, no, él no se veía como su padre cuando la iba a regañar, empezó a moverse muy lento, hasta que recordó el ungüento que le había ofrecido la primera vez que se encontraron en ese lugar, ese pequeño acto a Itachi le ayudaría en el futuro siempre, ejemplo de ello fue que en ese momento Hinata dejo de dudar y bajo del árbol para sentarse a su lado dejando las dudas atrás.
Cuando estaban uno a lado del otro ninguno decía algo, Itachi no era bueno socializando y Hinata era demasiado tímida para hablar, pero Itachi tenia que olvidar eso y llegar a cumplir aquello que se propuso.
—Hinata-san, escuche que hoy es su cumpleaños -La pequeña niña se sorprendió, no pensó que su cumpleaños significara algo para que otros lo supieran, pero asintió —Espero que no le moleste, pero podría aceptar este presente.- Hinata volteo a verlo con ojos grandes y bonitos, no podía aceptarlo, ella… no hizo nada para merecer un regalo, además entre ellos no existía algo, eran personas que se habían topado tres veces, cuando estuvo a punto de negarse Itachi uso su carta más poderosa —Mi madre fue amiga de su madre Hinata-dono, a mi madre le hubiera gustado que lo recibiera.
Hinata al escuchar eso no mostró sorpresa pero cuando Itachi vio la cara de agradecimiento que mostró supo que fue una buena elección.
—Gracias Uchiha-san, muchas gracias. -Y así lo recibió
—Espero sea de su agrado
Lo era, como no podría gustarle un lindo dije con la figura de un conejo blanco agarrando una manzana roja entre sus manos, que curioso dije, por alguna razón le recordó a algo, pero no daba con qué.
—Uchiha-san me gusto mucho, gracias. -Por un momento Itachi pensó que ahí acabaría todo, pero no es fácil para una persona ignorar las menciones de sus personas importantes —mm, Uchiha-san, e-es la primera vez que escucho fuera de las condolencias, algo sobre de mi madre, u-usted podría contarme un poco más sobre ella -Hinata estaba siendo grosera, se supone que no debería hacer esas preguntas, pero en verdad quería saber más sobre ella, quería poder recordarla un poco. Por su lado Itachi no tomo a mal ese pedido.
—Yo no la conocí más que en las reuniones de los clanes, y claro en la tercera guerra ninja. Ahí fue cuando la vi por primera vez, ella era, elegante, a pesar de pelear tenia la elegancia de un Hyūga en todo sentido de palabra, no desperdiciaba movimientos y hacia buen equipo con otros Hyūgas. Después de que la guerra acabara la volví a ver en las reuniones, y esa elegancia seguía en ella. Yo no sabia que nuestras madres eran amigas, recién mi madre me lo contó, y fue ella quien me dijo que era su cumpleaños Hinata-dono… estoy seguro que de no ser por los clanes mi madre le hubiera regalado algo —No debió decir eso, era una niña, sabia que el mundo ninja era peligroso, pero eso podría malinterpretarse, así que callo.
—Y-yo lo entiendo Uchiha-san, yo soy una Hyūga y ustedes son Uchihas, además de que ambos somos los primogénitos - Y ella sonrió, era una sonrisa donde le reafirmaba que entendía lo que dijo, claro, era una niña, pero era niña con futuro ninja, amable, pero ninja al final.
—Así que mi madre a los ojos de otros era elegante, yo siempre la vi como la persona más amable, siempre sonreía… ninja, ella era una buena ninja.
Ambos quedaron en silencio hasta que se levantaron para regresar a su clan, antes de alejarse Hinata regreso por su termo que casi olvidaba, y noto la mirada del Uchiha sobre el objeto.
—Quise traer una bebida caliente.
—Entiendo, algo inteligente-Y ambos continuaron su camino.
Cuando Hinata estaba por hacer la reverencia de despedida escucho a Itachi.
—Yo, estaré en misión, por favor cuídese Hinata-dono, no salga en las noches.-E Itachi cuando iba a darse la vuelta a su destino escucho la dulce voz de Hinata.
—Uchiha-san!, e-espe -Respiro para poder decirlo —Espero su regreso, por favor cuídese.
Reverencia rápida y corrió desapareciendo de la vista, Itachi dibujo una pequeña sonrisa en su rostro, no esperaba eso de un Hyūga.
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Hinata ya podía ver a su abuela, así que volvía verla antes del entrenamiento, claro, cuando el día anterior no se desmayaba por el cansancio.
No le había contado sobre el árbol de wisterias, era su secreto, además, no sabia qué opinaba su abuela sobre los Uchihas, nunca había dicho algo contra ellos, pero tampoco maravillas, y no quería preocuparla.
Además, iba al árbol por la vista, no por otra cosa. Después de ese día con Itachi estuvo muy apenada de volver a verlo, le dijo cosas que los Hyūgas no dicen, pero pensó que seguro cuando regresaría no lo recordaría, o para él que era un genio reconocido por la aldea escuchaba eso en cada persona.
Las visitas al árbol fueron imposibles, no estaba, trato de ir a donde su memoria le decía, pero no lo encontró, aun así salía a buscarlo, ella podía ser bastante tenaz, e incluso ahora había agarrado la costumbre de llevar un termo y así durar más con la búsqueda.
Ese día el entrenamiento fue infernal, claro cómo siempre, pero para empeorar, Neji estaba siendo reconocido como un genio no solo por la academia, ahora sus compañeros lo reconocían como uno, y ella, ella seguía siendo la desgracia como heredera.
Ese día tenia la oportunidad para ir a continuar con su búsqueda, pero esta vez lo encontró más fácil, era extraño, estaba segura que había caminado por ahí la vez pasada, ¿Estaría imaginando cosas?
Pero ahí estaba, igual de hermoso que cuando lo descubrió, ya habían pasado más de dos meses, y seguía en todo su resplandor, que árbol tan más curioso, aun así se acerco a el y se acomodo entre sus ramas.
Después de un rato empezó a tener sueño y lo entendía, ese día estuvo mortal y se levanto antes para ver a su abuela, faltaba para que anocheciera, así que pensó en cerrar su ojos sólo cinco minutos.
—-
Abrió los ojos espantada, vio las estrellas en el cielo, en cuento su cerebro hizo click activo sus ojos y se levanto de un salto lista para correr, pero antes de dar un paso noto su presencia, ese chakra poderoso pero tranquilo, volteo a verlo mientras desactivaba su byakugan.
—Uchiha-san!
Itachi por su parte, había llegado justo hace unos segundos, justo al anochecer, cuando se acerco al árbol para subir en el, vio que estaba siendo ocupado por la princesa Hyūga, supuso que le gano el sueño, la dejaría ser un rato, y en cuento se sentó sintió el cambio de Hinata, de su estado tranquilo paso a un estado de máxima alerta, no tardo en activar su linea sucesora y levantarse lista para enfrentar la noche. Se había dado una idea de como el clan la trataba, la vio con todas esas heridas, en su cumpleaños se dio cuenta de lo poco que se preocupaban por ella, y la aldea era un lugar donde todos se conocían, sabia que el patriarca Hyūga no estaba contento con su heredera, pero Itachi pudo verlo, Hinata no era débil, pudo verlo en ese momento, Hinata tenia la fuerza para poder convertirse en un gran ninja, Hiashi Hyūga se estaba equivocando en su entrenamiento, o él desconocía demasiado de los Hyūga. Sí, no conocía la fuerza de los niños Hyūga, pero sí de los niños incluso de los niños de sus clan, y ella no era normal.
—Hinata-san, lamento haberla molestado -Ella seguía mirándolo —Yo, he vuelto. -No encontró que más decir
—Bienvenido de vuelta Uchiha-san. -Itachi se sorprendió un poco, mas no lo mostró en su rostro, no esperaba esas palabras y menos que le sonriera al decirlas.
Hinata bajo a tomar asiento a su lado, ya sabia que al final se sentiría mal de estar ella arriba, y regreso al último día donde ambos se sentaron uno al lado del otro, ademas el Uchiha le había contado sobre su madre, algo que ni siquiera su abuela había hecho… e Itachi le agradaba.
—Y-yo, suelo irme antes del anochecer Uchiha-san, s-sólo que hoy fue un día muy cansado, aunque no siempre encuentro el árbol - Itachi comprendió que Hinata le estaba diciendo que había escuchado su consejo y le había hecho caso.
—Es bueno escucharlo, hoy puede quedarse un poco más -Y ella sonrió, así que él la acompañaría como las veces anteriores.
—Uchiha-san, g-gusta u-un poco de t-té, es-esta limpio. -Le costo mucho decirlo, pero es lo mínimo que podía hacer por él, ofrecerle de su té… recordó el ungüento, y de igual forma recordó que su abuela le había dicho lo buena que era para curar a las personas, le preguntaría si podía aprender.
Cuando Itachi vio la vergüenza con al cual le ofrecía aquello se imagino imposible rechazarla, y de hacerlo ella se sentiría aun mas avergonzada.
—Entonces por favor Hinata-san.
Y después, todo continuo como las veces pasadas, Itachi la acompañaba y el regresaba con su familia. Pero esta vez ambos se sentían más cera del otro.
—-— … — …—… — …—…— …—
Después de la vuelta de Itachi, Hinata se levantaba aun más temprano para aprender a hacer un ungüento para las heridas, esas madrugadas se las pasaba leyendo sobre las propiedad de las plantas y cuales serian mejor, así como empezar a experimentar.
Cuando iba al árbol ahora era normal encontrarse con Itachi, cada día era silencioso, no se decían mucho, pero para ellos eso era mejor, a veces compartían unos rollos de canela, otras ella llevaba té para ambos. Se había vuelto casi una rutina, no entendía porque el Uchiha no la ignoraba como los otros niños pero recordó que él no era un niño, y se supone que era el genio del clan rival… no, para ella, él era una persona amable.
Así que sus días empezaron a ser más amenos, el entrenamiento a pesar de ser pesado cada día ya no la desgastaba, ir con su abuela seguía siendo divertido, y los regaños de su padre ya no le afectaban al punto de querer rendirse, su sueño seria ser una gran ninja, una ninja amable y fuerte, y por un momento pensó en Itachi, pero solo por un momento.
Ese día Hinata fue a visitar a su abuela, le iba a mostrar que ya había logrado tener una buena consistencia y funcional de su ungüento, sólo le faltaba quitar ese olor tan fuerte, y así se dirigió a su habitación.
Entro, recientemente su abuela ya no la notaba antes de que Hinata abriera la puerta, ella le había dicho que se había vuelto mejor en ocultar su presencia, pero la verdad Hinata sabia que cada día su abuela estaba más cansada.
—Abuela Haruki, buenos días.
Su abuela volteo a verla, y se veía muy bien, no se veía cansada como los días pasados, hasta parecía que había recuperado su color.
—Hinata, ¿Por qué esa sonrisa tan grande en tu rostro?
—Vine a enseñarle la pomada que he estado haciendo, sabe ya la probé, es bastante buena, relaja mis músculos antes y después del entrenamiento.
— Así que ya has acabado con tu meta. -La abuela Haruki adoraba escuchar a su nieta.
—No, cuando la uso queda un olor bastante fuerte, probé con menta, pero sólo lo incrementa.
—Encontraras la respuesta, estoy segura de ello.-Y ambas sonrieron, sí, lo haría.—Ahora pequeña niña, dime ¿Qué es aquello que me has estado ocultando?, y no lo niegues , desde año nuevo has ocultado algo.
—A-abuela, y-yo quisiera que siga siendo mi secreto.
—No, en dos meses iras a la academia, es mejor saber todos tus secretos ahora y no después que te vuelvas una rebelde por la escuela.
—Abuela!, eso no pasara. -Hinata haciendo un puchero es aquello que siempre la hacia sonreír, si lo dijera nadie lo creería, pero sus hijos eran los más tiernos al hacer pucheros, ahora su hijo se la vive con cara de perro enojado.
—Vamos, a tus padres les pasó, se volvieron rebeldes y no me escuchaban, incluso tu madre se la vivía siguiendo a la mocosa del clan Uchiha para hacer travesuras, aunque bastante astuta si me lo preguntas, ella la seguía y no hacia más que actuar como la razón, pero empeoraba la broma con pequeños comentarios, no tengo idea de done sacaban las ideas.
Hinata quedo anonadada, no esperaba escuchar eso de su abuela, pero dijo Uchiha, la mamá del joven heredero.
—Así que mamá y Mikoto-sama hacían travesuras! - Sus ojos se iluminaron, y cuando vio la sonrisa de su abuela supo que la había regado.
—Sí Hinata, ahora dime, que es aquello que has ocultado -Vio su cara de duda. —No te regañare ni le dire a Hiashi, así que puedes decirme.
Hinata supo que era mejor contarlo, después de todo su abuela le dijo que no la regañaría, y con la cabeza mirando al suelo le contó sobre el árbol de wisterias, lo hermoso que era, el como llego a ese lugar y la compañía que tuvo, su regalo de cumpleaños (omitió la parte donde ella le deseaba un buen regreso), y claro le dijo que no se hacían más que compañía solitaria, no hablaban sobre sus clanes o sobre sus linajes.
Por un segundo, cuando Hinata volteo a ver a su abuela vio su rostro normal, su abuela estaba totalmente agradecida que Hinata le contara todo mientras miraba el suelo, de no haberlo hecho podría haber visto su rostro asustado cuando le contó sobre el árbol, ¡ese árbol no era normal!, y estaba segura por como lo dijo que Hinata, que ella no tenia ni idea lo que significaba, pero también había escuchado del genio Uchiha, incluso alguien que tenia años sin salir del área del clan Hyūga había escuchado de él, ese niño pudo haber llegado a ese lugar sin saber, pero estaba segura que investigo, ¿Por qué seguía yendo a ese lugar?, sabia el destino de ese niño por Hiashi, ¿Por qué alguien que renunciaría a su humanidad iba a ese lugar después de saber su significado?. Pero ella sabia la respuesta, la tenia hablando en su cuarto en ese mismo momento. Ella tuvo razón, su nieta sufriría mucho, mas de lo que pensó, y no sólo en el mundo ninja, sin saberlo su vida se encontraba entrelazada con una leyenda.
—Hinata, no te regañare por lo que me contaste, ese lugar te enseño que existen ninjas amables, que existen lugares donde la paz brilla, que no necesitamos de mucho para conocer a una persona, y sé que eres buena leyendo a las personas, Hinata, tu camino no esta trazado, elegirás lo que dicte tu corazón, aunque todo el mundo te diga lo contrario sigue a tu corazón, si no lo haces te arrepentirás, porque un Hyūga siempre recuerda.
Hinata no lo entendió, sus palabras empezaron siendo las de una buena dulce, pero de pronto se convirtió en la Hyūga sabia que le había enseñado a los adultos del clan.
—¿Hice algo mal?, ¿pasa algo malo?
—No, es esta abuela que quiere darte sus consejos, sólo recuerda lo que te acabo de decir, no abandones tus ideales y sueños Hinata, cree en lo que has visto, eres fuerte y sabes ver a través de las almas de las personas, pero algún día lo entenderás, dulce Hinata no es malo lo que hiciste.
Pudo ver en la cara de su nieta que se tranquilizó con lo último, eso era mejor.
—Ahora, como es el dije que te regalo el Uchiha?, ¿Puedo ver que gustos tan feos tiene?
—Abuela!, es bastante bonito -Hinata lo llevaba en el cuello, ese día le tocaba entrenamiento con Ko, por tanto podía usar lo que ella quisiera sin ser cuestionada.
Su abuela a ver el dije de un conejo blanco brillante como los ojos de su nieta sosteniendo la manzana del color de los ojos de ese clan confirmo que ese chiquillo sabia el significado del árbol. Pero su nieta no, estaba tan verde en esa área y sé hacia menos que no pensó en la posibilidad.
—Es verdad, es lindo, hasta parece una metáfora, oh Hinata te quiero tanto, así que me da gusto saber que tienes un amigo, pero no me vayas a olvidar.
—No!, mi abuela es mi mejor amiga, así que eso no pasara -La sonrisa de su nieta siempre le decía que ella seria fuerte de convicción, algo en lo que su padre se dejo vencer.
—Te creo Hinata
Su abuela estiro sus brazos para abrazar a Hinata, y ella se dejo hacer, después de todo en un clan de años cómo ellos los abrazos no eran comunes.
—Me parece que ya es hora de tu entrenamiento, es mejor no llegar tarde, además, busca a Neji y dile que venga.
—Si abuela -Y sonrió, lista para irse, ese día se sintió realmente cerca de su abuela. —Nos vemos
Cuando estaba por cerrar la puerta de su habitación, escucho a su abuela decir algo que sólo su madre le había dicho.
-Te quiero Hinata -Por un segundo se sintió mal, su abuela le decía siempre que era determinada, era un clan frio en palabras… pero prefirió no decir más, ni pensar mal, después de todo su abuela brillaba en esa sonrisa.
—Yo también la quiero abuela Haruki!
—-— … — …—… — …—…— …—
No fue difícil encontrar a Neji, y a pesar de no dirigirle la palabra el fue directo a la dirección de los aposentos, sabia que Neji también adoraba a la abuela Haruki.
Su día transcurrido normal, Ko era estricto al entrenar, pero sabia en qué debía practicar para que el día siguiente no fuera molida por el entrenamiento de su padre.
Ya estaba atardeciendo, se encontraba por visitar a Hanabi cuando escucho aquello que la dejo sin aire, eso que escucho no era para ella, pero era imposible que no le importara.
-Hiashi-sama, Haruki-sama fue encontrada en el salón ceremonial, ella ya no esta más con nosotros Hiashi-sama.
No, no podía ser verdad, ella había visto a su abuela de maravilla esta maña…no, mentira, se estaba mintiendo, su abuela le pidió que le contara el secreto del árbol, le pidió que fuera por Neji, le dio esos consejos que ahora sabia eran palabras de despedidas, le dijo que la quería, su abuela se estaba despidiendo de ella.
Su padre se mostraba sereno, pero podía ver que la noticia fue igual de impactante para él, aunque eso fue sólo por un momento, hasta que la noto.
—Ya escuchaste Hinata, no hagas una escena que avergüence al clan y compórtate, mañana se realizara el entierro- Y se fue con el Hyūga que le dio la noticia.
Su abuela se despidió de ella, y ella no pudo comprenderlo, ella fue ingenua, tonta, despistada.
Cuando se dio cuenta ya estaba en al árbol de wisterias, estaba lejos de la mansión Hyūga, estaba lejos… pero tarde se dio cuanta que no sola.
—Hinata-san, ¿Se encuentra bien? -Itachi pregunto por cortesía, el cuerpo de la niña le decía que no era así
—U-uchiha-san, m-mi -Si lo decía en voz alta estaba aceptando por completo lo que escucho, no había forma de negar algo así, su abuela le había dicho que fuera fuerte, y para decir aquello ella necesito toda su fuerza —mi abuela falleció.
Cuando la primera lagrima cayó le siguieron todas las otras que había estado aguantando. Itachi no supo que hacer, se encontró con una Hinata destrozada llorando en la sombra del árbol, cuando se arrodillo para apretar sus rodillas recordó a su madre consolando a su hermano de niño, pero él no era su madre y ella mucho menos su hermano, pero Itachi se acerco a ella y agarrándola de los hombros la llevo a una posición más cómoda, así ambos terminaron sentados y recargados en el árbol, Hinata en un punto sin poder controlarse termino llorando en las piernas de Itachi, como si de una almohada se tratase, Itachi no podía culparla, así que sin ruido alguno le dio pequeñas palmadas en la espalda.
Después de un buen rato Hinata estaba más tranquila, había dejado de llorar, así que levanto de sus piernas, no podía sentir vergüenza en ese momento, pero sentada con la espalda recargada en el árbol empezó a limpiar sus lindos ojos.
—Ella, fue siempre amable, a pesar de su enfermedad y el cansancio seguía viéndose tan fuerte como una ninja, mi abuela nunca dejo de serlo. Ella siempre escuchaba lo que decía, me reprendía cuando decía algo malo de mí, siempre cuido de cada Hyūga en la mansión, todos la querían, y yo la quería a ella.
—Ella la quería a usted
—Cuando paso lo de mi madre mi abuela era la única persona en el clan con la que podía hablar y no tartamudear o no avergonzarla con mis preguntas, ella se volvió en mi única amiga.. Ella sabia que hoy pasaría, siempre fue reconocida por ver más allá de lo que cualquier Hyūga puede ver, hoy cuando fui a visitarla se despidió de mí, y a pesar de notarla extraña no pude entender su mensaje, yo, no puede entenderla.
Cuando Itachi vio que Hinata ya no diría más, decidir decir en lo que su abuela pudo haber pensado en ese momento, pero pudo entenderla un poco, por como la había descrito Hinata era una gran persona, y como ninja, por su puesto que había escuchado de ella.
—No creo que el plan de su abuela fuera que usted se diera cuenta, ella hizo las cosas como quería hacerlas, quiso que usted la recordara con esa imagen fuerte y amable que siempre tuvo de ella, ese fue el deseo de sus abuela, eso determino su despedida hacia usted.
Determinación, esa palabra le recordaría siempre a su abuela, ella escogió su forma se ser recordada, sí, era como dijo Uchiha-san, su abuela escogió su destino hasta el último minuto.
Hinata por fin volteo a verlo, esos ojos grandes y brillantes lo miraron a los ojos, por un segundo olvido que estaba mirando a una niña con la edad de su hermano, su mirada no mostraba esperanza, su mirada era le representación misma de confianza.
—Tiene razón Uchiha-sama, mi abuela era una mujer con determinación.
Ambos notaron la oscuridad que los rodeaba, ya era demasiado tarde para seguir ahí, Itachi no pensó que su encuentro seria así, no quería que fuera así, él nisiquiera estaba seguro de ir, ya no más. Notaba que la tensión del Hokage para con el clan había aumentado, por mucho que le gustara estar en ese árbol no podía continuar, era una bomba de tiempo para que él cumpliera aquella misión.
Ese día seria él último, si volvía a ir estaría poniendo en peligro todos los planes que tenia, y también la estaría poniendo en peligro, no entendía la razón del porque ellos se reunían en ese lugar, el árbol se había equivocado, él no debería estar ahí
—Uchiha-sama, ¿Hay algo que le moleste? - Cuando escucho lo que Hinata dijo supo que su rostro reflejaba lo que no quería, se estaba descuidando, lo mejor era no seguir, ella no tenia que saber sus pesares así que sólo negó con su cabeza, y ella sonrió, una sonrisa triste —Ya veo, es mejor que me vaya.
—La acompaño. -Itachi estaba por pararse cuando fue interrumpido por Hinata.
—Esta vez regresare sola -Hinata puso sus manos atrás de su espalda apretándolas para darse valor, —Yo quiero recordarlo así Uchiha-sama, y cuando nos volvamos a encontrar seré más madura para que usted pueda contarme en lo que piensa. -Itachi no pudo decir algo, ella había notado que ese seria el último día en que él iría, ¿ese era el poder de esos ojos?, por eso competían con los Uchihas por el titulo del mejor clan, cuando pensó en responderle a Hinata volvió a ser interrumpido —Y-yo le agradezco por hoy, por eso espero que pueda aceptar esto de mi.
¿Cómo es que ella estaba estaba segura de volverse a ver?, y si era verdad, después de cumplir con su misión, ella sólo sentiría miedo de él, no seria más que a un monstruo…Pero ella no tenia que saberlo, era mejor que fuera de esa forma. Itachi solo atinó a asentir, Hinata se iba y él observo su figura alejarse, poco a poco hasta que desapareció.
¿Qué es lo que el árbol le quería decir?, descubrió su significado un día antes del cumpleaños de Hinata, y cuando lo hizo pensó que no era posible algo así, menos que le sucediera a él. Hizo la prueba de ir con Sasuke al árbol de wisterias, pero no lo encontró, incluso Sasuke se enojo con él por dar vueltas, en cambio cuando fue solo, estaba en el mismo lugar que recordaba, paso con Sasuke por ese lugar momentos antes. Supo que lo que estaba en los pergaminos antiguos era verdad, más seguía sin comprender cuál era el fin de ser él el que pudiera verlo, él era alguien que no tendría futuro.
Era mejor regresar a su casa y no volver a ese árbol, era una dulce mentira, pero eso era una mentira.
—-— … — …—… — …—…— …—
Habían pasado dos meses desde la muerte de su abuela, el clan no tardo nada en ser el mismo, ella entendía que todos tenían forma diferente de llorar a sus muertos, sin embargo a ella le dolía cada día despertar e ir sin ser vista al pasillo de su abuela, escondiéndose de los otro Hyūgas, hasta que estaba por llegar y sentir frio, entones recordaba que ella ya no estaba. Dos meses de no ir a ese precioso árbol de wisterias.
Iba camino a su casa, fue el primer día de clases en la academia ninja, se encontró con algunos rostros conocidos, los recordaba de la reunión de clanes, aunque claro siendo Hinata no se acerco a hablar con ellos.
Estaba desanimada, ese día quería que fuera bueno, llevo con ella la pomada para las heridas que creo, el olor a hiervas quedo en el olvido, estaba acabada y esperaba poder enseñársela a alguien, aunque claro seria malo que alguien se lastimara.
No quería llegar a la mansión, el día anterior estuvo pensando en ese lugar, y por inferencia termino soñando con el árbol de wisterias, ahora no dejaba de pensar en el, quería ir a ese lugar. Lo pensó, realmente no era como si hubiera dicho que ya no iría, además si llegaba temprano no creía poder encontrarse con el Uchiha que siempre llegaba después del atardecer, sí, iría un rato.
Ella tenia razón, no se encontraba nadie al rededor, y confiada se dirigió a subir entre las ramas, estaba observando el movimiento de sus hojas cuando activo su linea, y volteo en estado de alerta. Era Itachi, pero al mismo tiempo no era él.
Cuando lo vio, no veía a el joven amable que la consoló cuando su abuela murió, era más como… como un niño asustado de lo que había hecho, un niño con un gran poder sin ocultar, algo que el Itachi que ella conocía hacia a la perfección.
Veía como se acercaba a ella, no sabia que decir, no sabia que hacer, pero en cuento vio sangre en su rostro Hinata perdió el sentido de racionalidad y empezó a caminar hacia él.
—U-uchiha-san!
Antes de que ella se alejara más del árbol, Itachi apareció enfrente, tan rápido que no le dio oportunidad de dar un paso sin chocar con él.
—Dime Hinata, ¿Acaso no ves que estoy lleno de sangre?, sangre que puede ser de cualquiera, un amigo, un familiar, un ser amado, ¿Acaso no ves a un monstruo?
Hinata lo miro a los ojos, y con la seguridad que mostraba cuando hablaba de su amor por su abuela le respondió con la misma determinación que siempre se vio en esa gran Hyūga.
—Yo no veo a un monstruo, veo a Uchiha-san, y lo veo llorando.
Itachi la vio, vio sus ojos blancos grandes y brillantes, los mismo ojos de siempre, a pesar de estar lleno de sangre y viéndola de forma fría, ella lo seguía mirando igual. No dijo nada, pero sí vio que Hinata se dio vuelta hacia una mochila en las ramas del árbol.
—Uchiha-san, acérquese por favor, tratare su brazo.
Claro, Itachi recuerda que en su brazo tenia un corte, nada comparado con las cortadas que él hizo… pero, fue débil y se acerco a ella, se sentó donde ella pudiera alcanzarlo.
Itachi miro el árbol, no terminaba de encontrar la respuesta, pero, con ella siempre eran peros, así que uno mas no cambiarían las cosas. Ella se encontraba a la altura de sus ojos, arrodillada enfrente de él así que antes de que empezara con su tratamiento, él puso su cabeza en sus hombros.
Hinata no se movió, sabia que preguntarle o decirle sobre su brazo sólo lo haría retroceder, así que decidió hacer lo que él siempre hacia, estar a su lado, ella no tenia el valor para abrazarlo o darle palmadas en la espalda, pero su cabello estaba libre de sangre, lo hizo, con pequeños toques empezó a tocar su cabello, hasta que se dio más valor y ahora acariciaba su cabeza, de forma relajada y tranquilizadora, quería transmitirle eso.
Se quedaron así un rato hasta que él se separo de ella para recargar su espalda en el tronco del árbol. Ella empezó a limpiar la herida y enseguida unto sobre ella su ungüento, quería enseñárselo a alguien, pero no de esa forma.
—Curioso -Hinata volteo a verlo, sabia a lo que se referían, la primera vez que se encontraron fue él quien le dio un ungüento para heridas, ahora era al revés.
—Y-yo lo hice, lo hice después de recordar lo que había hecho por mí.
—Ya veo, por eso huele a lavanda.
Silencio, de haber sido otro momento ambos se hubieran avergonzado, pero ese no era el momento, y ambos lamentaron eso.
—Uchiha-san, ¿Esta herido en otro lugar?
Pero no hubo respuesta, Itachi se paro, había tomado su decisión.
—Hinata-san, es mejor que no recuerde esto. -Cuando ella volteo a verlo era demasiado tarde, ya tenia aquellos ojos rojos característicos del ahora inexistente clan Uchiha, solo vio su cuerpo caer, él seria la única persona en recordar ese momento, si Hinata alguna vez decía algo en su favor las cosas podrían volverse retorcidas. Sí, eso era lo mejor.
Miro el árbol de wisterias, tan grande e imponente, cuantas historias no ha visto ese árbol, pero él no seria otra, la imagen de una princesa Hyūga que parecía dormir en un árbol de wisterias, solo él la recordaría, la imagen de la ultima persona que creyó en él, se agacho por el ungüento que Hinata hizo, seria lo único que se llevaría, y se fue, sin voltear, se fue para no volver a ser un ninja de Konoha.
—-— … — …—… — …—…— …—
Hinata abrió lo ojos, se había provocado un desmayo, vio esos ojos rojos con aspas negras, pensó que caería en un genjutsu, se suponía que eso pasaba, e Itachi le dijo que era mejor que ella olvidara, él quería borrar su memoria, pero ¿Por qué no había funcionado?, vio claramente sus ojos, el desmayo lo que haría seria que en un momento dentro del genjutsu funcionaría para contrarrestarlo, era una forma considerada tonta, pero les funcionaba a los Hyūgas que reaccionaban tarde a los genjutsus, y ni siquiera sabia si le funcionaría para despertar.
Pero no paso nada, ella seguía recordando cada segundo, iba a activar el byakugan cuando empezó a notar que el árbol de wisterias desaparecía, se levanto agarrando sus cosas alejándose en el proceso, en menos de minutos ya no había rastro de un árbol, ¿Cómo un árbol tan grande desaparecía de esa forma? sin nadie que lo provocara. Estaba terriblemente confundida, sabia que no podía ir tras él, no había forma, él era más poderoso, no entendía cómo había logrado escarpar de su genjutsu, pero sabia que no ocurriría con la misma suerte una segunda vez.
Corrió, corrió hacia la mansión Hyūga, a que otro lado podía ir, no había, algo le decía que lo mejor era regresar a su casa.
Cuando estaba por llegar noto a lo lejos la figura de su padre, la estaba esperando, cuando llego enfréntenle de él pensó en que decirle pero él hablo primero.
—Sígueme.
Fueron a su oficina, mientras se dirigían a ella noto que no había nadie más que ellos y Hanabi en la mansión principal, su padre estaba por decirle algo realmente privado. Llegaron sin hablar y al entrar Hiashi le indico que tomara asiento.
—Hinata, será la única y ultima vez que se hable sobre esto, una vez que salgas de este lugar debes de sellar cada palabra que tenga que ver con los Uchihas.
Hinata alzo su mirada a verlo, que tenían que ver los Uchihas con ellos, acaso su padre sabe de los encuentros con Itachi, de ser así ¿porque no la había detenido, o regañado?
—Hinata, el clan Uchiha ha dejado de existir -Ella no pudo ocultar su sorpresa, ella acababa de ver a Itachi, él estaba vivo…él estaba lleno de sangre.—Ahora escucha hasta el final, todo el clan fue asesinado por el pronto criminal de clase S Itachi Uchiha, es cuestión de tiempo para que todo Konoha se entere y después para que todo el mundo ninja lo reconozca como tal.
Tenia sentido, Itachi había dicho que la sangre era de amigos, de familias, de personas amadas. Se refería a su clan, lloraba sus muertes, aun después de escuchar eso a Hinata le costaba ver a un monstruo en el joven Uchiha.
—De esta matanza, sólo ha quedado un sobreviviente; su hermano, Sasuke Uchiha. ¿Recuerdas a Itachi Uchiha?, y no me refiero a la vez de la reunión de los clanes, me refiero a las veces que el te acompañaba cerca e la mansión.
Él lo sabia, incluso sorprenderse seria extraño, claro, poseían el ojo que todo lo ve, y él era el líder del clan. Era mejor no mentir.
—Lo recuerdo padre.
—Entonces no borro tu memoria, Hinata ¿sabes la razón?.
—Él lo intento padre, antes nos encontramos donde siempre, él alzo su mano y me… no entiendo que paso, logre ver sus ojos, creí que entraría a un genjutsu y dijo que era mejor que yo olvidara, así que me provoque un desmayo para despertar del genjutsu, pero no entre a ningún genjutsu, sigo recordando todo.
Hiashi estaba mirándola extrañamente, esas miradas que todavía no lograba darle nombre. Pero para Hiashi eso no era comprensible, él sí esperaba que Itachi le quitara la memoria a Hinata, dejar que ella lo recordara seria peligroso para la misión que le fue dada, pero no es que él no haya querido borrársela, es que no pudo, pero ¿Porque el genio Uchiha no logro hacerlo?, ¿Qué desconocía? No creía en las capacidades de Hinata para no ser afectada por un poder más grande, sabia que su hija no era débil, pero no era razón suficiente.
—Hinata, debe de haber un detalle qué estes pasando por alto.
—Vi sus ojos, rojos y con aspas negras, me desmaye y fue todo -Hiashi no creía que eso fuera todo, algo se le estaba escapando a su hija —Al despertar quise activar el Byakugan, pero el árbol empezó a desaparecer así que agarre mis cosas para alejarme y diri- Fue interrumpida por su padre
—¿Qué árbol?
—El árbol de wisterias, ahí fue dónde vi a Uchiha-san antes, p-pense que lo sabia padre.
Hiashi sabia que Hinata e Itachi se habían acercado, sabia que Itachi la acompañaba de regreso, un día por ser un tema delicado fue él mismo a ver donde se encontraba con Itachi, pero no la encontró ni a ella ni a Itachi, confiaba en Mikoto, sabia que Itachi no mataría a su hija, Itachi amaba a la aldea, no causaría futuros problemas para su misión. Pero un árbol de wisterias, en Konoha no se dan esos arboles, se morirían enseguida.
—Hinata, ese árbol de wisterias, ¿Qué tan alejado esta?
—Esta, estaba entre el lago y cerca del área B de entrenamiento.
Dentro de la aldea, cuando él la busco paso por ese lugar, si estaba por ahí debió haberlo visto, pero no la vio. Un árbol de wisterias, y pasó, recordó una tonta leyenda que Hana le había contado de niños, esta fue secundada por su madre… No, Hiashi decidió investigar por su cuenta, no creía en esa tonta historia, pero su hija no era de las que mentía.
—Hinata, de ahora en adelante debes de recordar que Itachi Uchiha es un criminal de clase S, referirte a él como alguien de respetar es una ofensa para Konoha, Itachi es un asesino y un desertor, el clan Hyūga no tiene nada que ver con el clan Uchiha, ¿Entiendes lo que digo?
Lo entendía, ella no conocía a Itachi, ella nunca forjo una amistad con él, su padre le imponía que nunca hablara de sus días con él. Sólo asintió.
—Entonces retírate.
Antes de abrir la puerta de su oficina volteo a ver a su padre, sabia que si tartamudeaba su padre no tomaría sus dudas con valor.
—Padre… Uchiha ¿En verdad es un criminal en contra de Konoha?
Su madre siempre le decía que Hinata seria fuerte, que era buena para leer a las personas, él sabia que su madre era la mejor en cuento visión, trataría con su hija con dureza, este suceso no cambiaba nada sobre sus decisiones para el clan.
—Eso lo decides tu Hinata, mientras un Hyūga no avergüence al clan, sus convicciones y creencias serán de él.
Salió de la oficina de su padre, camino como muñeca a su habitación. Y al fin estando sola, entendió lo que le quiso decir, Itachi quería borrar sus recuerdos porque si ella conocía a un criminal S y creía en él ella seria considerada una traidora, los Hyūga no son amigos de los criminales, su padre le había dicho que no estaba mal creer en el Uchiha, que ella lo decidiría, y durante la platica parecía que tampoco lo consideraba un peligro para Konoha, su padre conocía más que ella sobre es matanza Uchiha, pero si no se lo dijo significaba que había personas más peligrosas que estaban involucradas, por tanto hablar de ellos significaba peligro para ella, y algo le decía que no solo para ella.
Hinata lo decidió, ella no volvería a hablar de Itachi Uchiha, ella nunca hablaría de él, ni bien ni mal, pero… Pero ella, ella confiaría en él, ella no vería un monstruo en Itachi, si alguna ve se volvían a encontrar encontraría la respuesta correcta, si se equivocó en creer en él o estaba en lo correcto, soló ella lo decidiría en el futuro.
Ella mantendría sus recuerdos con Itachi en lo más profundo de su corazón, ella recordaría a su primer amor como el joven que le regalo momentos tranquilos, y creería en el ninja que miraba a la aldea con amor, sí, ella confiaría en eso hasta que encontrara otra respuesta.
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Listo!, primer capitulo de Mi lugar soleado. La verdad es que la idea original es que seria un oneshot, pero una vez mi archivo con más de 40 paginas desistí de ello, además disfrute escribiendo cada renglón como para después eliminarlo, y que decir que la abuela de Hinata, fue mi personaje favorito en esta parte.
Pues nada, los leo.
03-Oct-2020 por Eirisviel.
