CAPÍTULO XCVI

COMPRENSIÓN

(Hace tres años)

Y entonces todo a su alrededor se tornó confuso. Sus miembros perdieron fuerza y de su pecho escapó un desgarrador grito de dolor que amenazaba con dejarlo sin conciencia.

La explosión lo había arrojado hacia el otro lado, dejándolo tumbado boca abajo y con la espalda herida a causa de la metralla.

"No puedo morir, no ahora. Falta tan poco para llegar al Norte", el rubio gimió sujetando en la mano un puño de su tierra.

A su lado un tierno llanto se dejó escuchar, irrumpiendo la tranquilidad de la habitación que los tres compartían y devolviéndolo a la realidad.

Despertando ante el llamado de su hijo, Michiru sonrió mientras lo acunaba en sus amorosos brazos.

"No llores, o despertarás a papá", expresó acercándolo a su seno. "¿Tienes hambre?, ¿Necesitas un cambio?"

Haruka, que permanecía con los ojos cerrados, sonrió negando con la cabeza; "Está bien, mi amor. Me hace saber que estoy aquí, que sigo vivo", recordando como ese ataque casi lo despoja de la vida, murmuró.

"¿Estás contento?"

"¿Cómo no estarlo?, tengo una esposa y un hijo", expresó tratando de levantar la cabeza para verlos.

"Por favor no te esfuerces. Tienes que descansar"

"Ya estoy mucho mejor", dijo y sin fuerza volvió a recostarse. Mirando hacia el techo se quedó pensando.

"¿Qué pasa?, ¿Necesitas algo?", ante el silencio que se formó, preocupada cuestionó.

"Intenté llegar, pero los retenes no me lo permitieron. Por favor no pienses que los abandone"

"En ningún momento lo pensé, mi amor"

"Mi obligación es cuidar a mi familia y aquí estoy sin poder mover un dedo"

"Pronto estaremos mejor y podremos volver a nuestro hogar. Estando juntos lo demás no importa", la aguamarina dijo acomodándole el cabello que cayó sobre su frente.

"Después de todo lo que hice pensé que la vida me castigaría y jamás volvería a tener un hijo, pensé que mi condena sería estar solo", dijo tomando la frágil mano de su pequeño.

"No pienses más en cosas que solo nos hieren. Después de Océano vendrán más bebés", acariciando las mejillas de su hijo, contenta señaló.

"¿Serán muchos?", el también orgulloso padre preguntó.

"Todos los que quieras", replicó depositando un beso en sus labios.

"¿Y si digo mil?"

Michiru dejó escapar una corta risa; "No creo que sea posible, pero te prometo que intentos no faltaran"

Haruka también rió, pero entonces la duda más grande regresó; "¿Sabes por qué te arrestaron?, ¿Qué ocurrió en la prisión?"

En ese instante la alegre mueca de la aguamarina cambió, dando paso a una totalmente diferente.

"¿Michi?"


(Cerca de ahí)

Mientras tanto en las calles se vivía una escena diferente.

Los oficiales sanitarios y médicos civiles atendían a todos los heridos mientras que de los escombros y los edificios circundantes los cadáveres eran recuperados y colocados al otro lado de la carretera a la espera de ser identificados.

"Los de aquí son hombres de Mikhailov, aquellos son de Volkov. Los de allá son civiles. De aquellos no estamos seguros, podrían tratarse de infiltrados", señalando un oficial expresó.

"Pensé que nunca volvería a ver algo así, es como haber vuelto a esos días", un joven murmuró.


(Cerca de ahí)

Contemplando la escena desde su oficina, Volkov fumaba.

"Deberán ser enterrados apenas sean identificados, aunque imposible será determinar si los civiles muertos son víctimas o perpetradores. Lo que es cierto es que muchos de los que quedan trataran de escapar"

"Nuestros hombres han establecido códigos para identificarlos. Hasta el momento ha resultado", replicó Pavlov mientras escribía el informe que enviaría a la capital del Norte.

"Maldita sea. De haber descubierto lo que estaban tramando, todos esos hombres seguirían con vida y la ciudad estaría en pie. Nos exigirán respuestas y nuestra capacidad será puesta en tela de juicio", furioso golpeó el escritorio.

"Era algo que no esperábamos, algo que se fue de nuestras manos"

"Ese es el problema, debimos verlo antes de que pasara", negando con la cabeza dijo el mayor. "Lo peor que ahora puede pasar es que envíen a alguien a hacer nuestro trabajo"

Pavlov asintió.

"Por cierto, ¿Dónde está Ivanovich?"

"Sigue en la prisión, interrogando a ese sujeto"

"Habrá que sumar su reporte al nuestro", deshaciéndose de la molesta ceniza, Volkov señaló.


(En la clínica)

La joven se mordió los labios mientras se preguntaba que llegaría a pensar él sobre todo aquello.

"¿Qué sucedió?, ¿Por qué te has quedado tan callada?"

"Tantas cosas... cosas que ni imaginas"

"Dime la verdad, ¿Se atrevieron a herirte?"

"No... pero se trata de Gunther, mi hermano", murmuró de forma casi inaudible.

"¿Qué con él?"

Titubeando Michiru limpio las lágrimas que por sus mejillas resbalaron; "Temo que después de saberlo decidas darme la espalda y digas que soy una traidora", habló con el mismo tono de antes.

"Sea lo que sea tengo que saberlo", tomando su mano Haruka señaló.

"Es mi culpa que estés aquí"

"¿Qué?"

"El hombre detrás de lo todo lo mano que ha sucedido en esta ciudad es él, Gunther, pero no el Gunther que yo conozco"

"Dijiste que tu hermano desapareció en combate. ¿Regreso?. ¿Hablaste con él?"

"He descubierto que toda mi vida no fue otra cosa más que una mentira. No sé hasta qué punto conocí a mi padre, ahora siento que ni siquiera conocí a mi madre", dijo y acto seguido se limpió el llanto. "Ni siquiera sé si nuestro padre realmente lo sabía"

Confundido, pero sin intervenir su esposo escuchaba.

"Gunther no desapareció, fue capturado por el ejército y enviado a una prisión del Sur, de donde pudo escapar junto a su amigo Helmut… pasando como pobres víctimas es que lograron llegar, o al menos fue que lo que me dijo"

Ante esas palabras Haruka frunció el entrecejo; "¿Cómo lo hicieron? Es casi imposible salir vivo de esos bosques. Ese es el motivo por el que fueron diseñadas así"

"No para ellos"

"¿Dónde está?", agitado preguntó.

"Todo este tiempo permanecieron ocultos, provocando disturbios. De alguna forma el ejército descubrió su verdadera identidad y vinieron por mí pensando que era su cómplice. Lograron capturarlo luego de hacerle saber que yo estaba bajo su custodia"

"¿Cómo pudieron atreverse a considerarlo?", molesto el rubio masculló.

"Cuando fue consciente de mi estado… él pensó que yo había sido atacada… conociendo las condiciones en las que sucedió me maldijo. Entonces supe toda la verdad", en ese punto no pudo continuar.

"No te lastimes", pidió sujetando su mano.

"Sabes que él es mi medio hermano, hijo de otra mujer. En algún momento y de alguna forma descubrió que no era así. Él dice ser hijo de un hombre que a los ojos de los demás y los suyos era un indeseable, fue mi padre quien le dio su apellido… Además su madre no murió como padre siempre nos hizo creer, sino que se suicidó frente a él y cuando aún era muy niño"

"¡Vaya!. Es algo que debió romperlo", sin aliento Haruka expresó.

"Cuando supo su verdad Gunther fue capaz de entregar a su verdadero padre a las autoridades. ¿Cómo pudo ser tan inhumano?, ¿Tanto era su odio hacia ese hombre?. Incluso para él es difícil determinar su principal motivación, ¿Fue porque estaba obligado a hacerlo?, ¿Por qué representaba su verdadero origen?, ¿Lo responsabilizo de la muerte de su madre?"

"No sé qué decir, Michi"

"Dijo que mi madre servía mesas hasta que conoció a mi padre. Fue él quien le permitió estudiar y convertirse en profesora, pero eso no me importa…", en ese punto prefirió callar.

"Sabes que puedes confiar en mí, no importa que tengas para decirme", tomando su mano su esposo expresó.

"Grito que él es el responsable de los suicidios de esos hombres, de la distribución de alcohol tóxico. Él orquestó este ataque en contra de ustedes a forma de venganza. Fue él quien previo a la capitulación violó el pacto establecido por ambos ejércitos. Solo Dios sabe de qué más fue capaz, pero dijo que lo hizo por mi"

Esa fue una confesión que al rubio dejó sin palabras. ¿Un solo hombre fue capaz de hacer tanto daño?

"¿Ahora qué piensas de mí?, ¿Sigues amándome sabiendo que mi hermano es la causa por la que estás aquí?", llorando de forma abierta la aguamarina preguntó.

"Siempre. Sabes que lo que él haya hecho no es tu culpa"

Aferrándose a su hijo, la mujer continuó; "Además no sé si se trate de un problema mental causado por lo que vivió, o si fueron las circunstancias las que lo orillaron a convertirse en lo que ahora es, pero su realidad está distorsionada al grado de confundir el cariño filial con algo más. Jamás me vio su hermana, sino como mujer. Él fue el responsable de la muerte del joven del que te hable… y no dudo que sin conocerte haya sido él quien te disparo"

"No tienes ninguna culpa, fueron sus decisiones. Decisiones de las que nunca debes sentirte responsable"

"Tengo miedo de que se haga público y me señalen. Estoy segura de que el ejército no me considera inocente"

Recordando las terribles persecuciones que en el pasado y por desconfianza las autoridades del Sur hicieron en contra de la población civil, la envolvió entre sus brazos; "Eso no pasará, estaremos juntos para afrontar lo que sea"


(Oficina de la cirujano Mizuno)

Detrás de su escritorio la peliazul firmaba diversos documentos.

"No pudimos hacer nada por todos ellos, estaban muy malheridos"

Desconcertada Mina asintió.

"¿Estás bien?"

"Si, por supuesto"

"Si necesitas tomarte un descanso no tienes ni que pedirlo"

"Después de anoche al igual que tú he decidido regresar al Sur. Estaba pensando… no sé si sea posible", dijo y dudando de ella misma se mordió los labios.

"¿A qué te refieres?... Nikolai es un buen muchacho. Al menos deberías intentarlo"

"Lo sé, pero se trata de algo más. ¿Crees que tengo la capacidad para convertirme en médico?"

"No hay nadie más capaz que tú, Mina", contenta la peliazul contestó. "Cuando decidí ingresar a la facultad de medicina, jamás pensé que iría a la guerra a pelear contra la muerte, mucho menos imaginé que obtendría un rango. La vida cambia en un instante"

"No, no deseo ser un médico militar. De haber otra guerra no iré, considero que ya hice suficiente"

"¿Qué prefieres?"

"Sin importar la edad del paciente, el médico hace lo que esté a su alcance para preservar su vida , así que una vez lo logre me dedicaré a los niños… bebés"

"Excelente decisión", tomando su mano la cirujano asintió. "Como excombatiente tienes oportunidad de ingresar sin la necesidad de presentar el examen. Además yo misma te otorgaré una recomendación. Y quien sabe, quizás el destino nos vuelva a llevar a trabajar juntas"

"Gracias"

De pronto y sin previo aviso la puerta se abrió, dando paso un agitado oficial.

"Busco a la teniente Aino"

"¿Si?", extrañada ante la presencia de uno de los hombres de Mikhailov, la rubia frunció el entrecejo.

"Tiene que acompañarme"

"¿De qué se trata?", poniéndose de pie cuestionó.

"Hay alguien que desea verla"

"¿Un herido?"

"Venga, es urgente"

Mina asintió y siguiendo sus pasos juntos abordaron el camión militar en que él había llegado.

Y aunque no se dirigían a un lugar lejano, el viaje tomó más de lo esperado.

"Era más fácil venir caminando", murmuró la rubia apenas arribaron.

"Lo mismo pensé, pero a como están las cosas no podía abandonar el camión… es por aquí", el sujeto contestó.

Ingresando en una improvisada tienda de campaña que servía como hospital, el oficial la condujo hacia una camilla.

"Qué… qué bueno que viniste, tenías todo el derecho a negarte", sonriendo, dijo el hombre que la ocupaba.

Reconociendo esa voz detrás de las terribles quemaduras que cubrían la mayor parte de su rostro, la mujer dudó. "¿Armand?", presa del horror siseo.

"Eres una oficial sanitaria, sabes mejor que nadie que voy a morir. Así que me daré prisa"

A su lado y cuidando de él estaba Alisa, cuyas heridas ya habían sido atendidas.

"Sé que no tengo ningún derecho a pedirte nada que no sea perdón"

"No tengo nada que perdonarte. Ya todo está olvidado", la alguna vez diosa replicó.

"Sabes que sí, te ofendí. Prueba de que soy un idiota"

"Es mejor que no hables. Descansa", dijo mientras comprobaba que el medicamento se administrara de forma correcta.

"Aunque lo haga sé que voy a morir. Quiero… quiero aprovechar cada instante que me queda"

Ante esas palabras Mina no dijo nada, bastando su silencio para que él terminara por aceptar su destino.

"¿Por qué… por qué dijiste que de haber cumplido nuestras promesas a mi regreso te habría sido imposible haber mantenido oculto tu secreto?, ¿Qué era?... ¿Es lo que imagino?", levantando la cabeza preguntó.

"Ya no importa. Son cosas que ya quedaron en el pasado"

"¿Mío?"

"No importa. Descansa", con ayuda de Alisa lo devolvió a su posición original.

"¿Suyo?"

Ella no respondió, arrugando con los puños su uniforme.

Sin que ese gesto pasará desapercibido para él, asintió dejando que el llanto le nublara la mirada. "Dime, ¿Fue bueno contigo?"

Mina asintió; "Siempre"

"¿Tienes una fotografía?... muéstramela, también es mío"

También dejando que el llanto corriera por sus pálidas mejillas, la rubia negó con la cabeza y de forma ligera se encogió de hombros. "No… no tengo una", con un nudo en la garganta si apenas pudo balbucear. El secreto que era de dos, se había convertido en el de tres.

"¿Dónde está?"

"En el bosque… a los pies de un abedules…", intentó decir. "A los pies de un abedul hay una cabaña, ahí se quedó", añadió para no herirlo ni herirse.

"Vas a volver, ¿Verdad?"

"Por supuesto"

"Si me recupero, ¿Vamos a ir juntos?"

"Si tú quieres si"

Alisa los contemplaba sin atreverse a objetar, entendiendo hacia donde iba dirigida tan dolorosa conversación.

"Eres una mujer muy hermosa. Solo porque ahora tengo mi mano en la tuya sé que eres real, de lo contrario llegaría a jurar que eres una diosa"

"Soy muy real", imposible le fue no dejar escapar una ligera risa.

"Dime, ¿Cómo se llama?", el hombre preguntó.

"E…", ella no alcanzó a responder y es que de un momento a otro las pocas fuerzas del hombre terminaron por desaparecer y los ojos se le cerraron. Acababa de morir.

"Lo lamento mucho", Mina no supo qué más decir a lo que Alisa tan solo asintió.


(A varias calles de ahí)

Y aunque hacía horas el combate había terminado, él no cumplió su promesa.

Recorriendo las desechas calles, en compañía de su inseparable Vasia la castaña Lita contemplaba su alrededor.

"Todo es como antes. La ciudad está deshecha", pensó ante la imagen que la incendiada cancillería le ofreció.

Un oficial al verla pasar dejó lo que hacía y encaminándose hacia ella, alzó la voz; "Tu, ¿Por qué llevas esa arma?, ¿Qué las nuestras no son lo suficientemente buenas?". Llegando a temer que se tratara de una civil infiltrada, le apuntó con su rifle.

"Es mía. Hace varios años se la quite a un oficial del Norte. Desde entonces me acompaña, así como cada una de estas medallas", señalando las negras cruces en su pecho, orgullosa expresó.

"Disculpa, no lo habría imaginado", ante ella el hombre hizo una ligera reverencia. "¿Reconoces a alguno?", cuestiono señalando los cadáveres.

"No", respondió.

La mujer continuó su camino hasta que algo llamó su atención.

Tendidos sobre el suelo y sin vida había al menos una docena de oficiales, y entre ellos estaba él, su amado Dimitri.

Dirigiendo sus torpes pasos hacia él lo tomó en sus brazos. "No, no puede ser", gimió contemplando las heridas que cubrían su cuerpo. "¿Por qué te fuiste?, ¿Por qué no fui capaz de detenerte?"

"¿Lo conoce?", cuestionó un oficial sanitario.

"Es… era mi esposo", contestó dejando que el más amargo de los llantos brotara. "Maldito sea el hombre que lo asesinó, mil veces maldito sea", gimió sujetándose a él con todas sus fuerzas.


Notas de autor;

En este asunto lo único rescatable, es que antes de irse Gunther estaba un poco más cuerdo, fue ese gramo de cordura lo que no le permitió lastimar a su hermana.

Isabelle; Que los tres estén juntos y a salvo es lo más importante. No hay forma en que Gunther vuelva a escapar, los del Sur no cometerán más errores con él.

Michelle; Gunther creyó que para Michiru sus acciones serían justificables, pero de antemano él ya sabía que ella no simpatizaba con sus ideales, así que culparla es tonto de su pare. Es muy probable que Gunther haya malinterpretado algún gesto, o alguna palabra, por eso estaba tan convencido de que ella lo aceptaría.

Kaiohmaru; Gunther perdió todo, no era tan inteligente como él pensaba. Sus emociones pudieron más que sus ambiciones. Esperemos y ahora Haruka si descanse, porque lo único que logró fue lastimarse.

Isavellcota; Cuando esa nación pensaba que todo estaría en orden llega Gunther y destruye la paz que poco a poco iban logrando. Causó pérdidas humanas y financieras y al final lo único que logró fue destruir muchas familias.

szer; Gunther ya no tiene nada que ganar ni que perder. Sabe que está condenado, por eso le da lo mismo confesar esto o aquello. En un principio Ivanovich fue subestimado y hasta relegado a secretario, pero fue él quien hizo todo el trabajo.

Alice; De saberse lo que sucedió hasta Haruka perdería la confianza entre sus camaradas y como sabemos, por sospechosos él y su esposa podrían terminar en una prisión del Sur. Eran tiempos difíciles.

Me alegra que tengas tiempo para leer mis historias, no son las mejores y hay muchas faltas de ortografía, pero podemos entendernos. El anime no les hace suficiente justicia y concuerdo contigo, deben tener su propio show.