My Hero Academia pertenece a Kohei Horikoshi.

El Aro pertenece al autor Kōji Suzuki.

Como un fantasma encontró el amor

01: ¿Soy Samara o soy Sadako?

Dentro de una cabaña, se encontraba una joven de piel tan blanca como la nieve, largos cabellos negros como la noche, de ojos negros. Sus ropas consistían en un vestido que en el pasado fue blanco, ahora era gris. Observaba fijamente su mano de la cual salía un humo negro. Pero no era únicamente su mano, sino que todo su cuerpo desprendía aquel humo. — "No me siento viva" —susurró para sí misma. Miró la cabaña, era allí a donde el bucle le permitía desplazarse, hasta que se reiniciara y tuviera que ascender por el pozo, hasta volver a maldecir a otra persona. —Pero ellos… ellos… los espíritus… los otros… —su mente se estaba volviendo un gran cumulo de pensamientos y ninguno de ellos, tenía sentido. Hasta hace algunas horas, ella estaba sola. Como siempre lo había estado, hasta que aparecieron otros.

Otros espíritus.

Otros demonios.

Otros seres llenos de odio y sin descanso… como ella.

Todos ellos rodeándola y manifestando a una chica muchísimo más joven que Sadako.

Pero Samara estaba parada delante de una mujer muchísimo mayor que ella… con sus ropas y su cabello negro y largo. Y había otras personas allí, rodeándolas a ambas.

Le dijeron a Yamamura Sadako, que esa joven: Samara Morgan era una variante suya en otra dimensión.

Y Sadako se sintió muy mal, cuando supo la historia de Samara:

Nació en 1970 luego de que su madre Evelyn Borden, fuera violada por un sacerdote llamado Galen Burke. El padre de Samara encerró a Evelyn en una especie de calabozo debajo del campanario de una iglesia, pero a los 8 meses de embarazo huyó del lugar y llegó hasta el Refugio para Mujeres Saint Mary Magdalen en Washington. Evelyn supo desde un principio que Samara no era una bebé normal, pues ella nunca dormía y lloraba cerca del agua. Evelyn trató de ahogar a Samara en una fuente de agua cerca del refugio, pero las mujeres del lugar la detuvieron antes de que pudiera hacerlo. Evelyn clamaba que Samara le había dicho telepáticamente que lo hiciera. Finalmente, los administradores del centro pusieron a Samara en adopción y Evelyn fue enviada a un hospital psiquiátrico. Samara fue adoptada por los criadores de caballos Richard y Anna Morgan de Isla Moesko, quienes habían tratado de tener un hijo por su cuenta, pero no fue posible. Pronto, Anna comenzó a volverse loca, perturbada por horribles visiones que provocaba Samara. Tras esto, la niña fue llevada a un hospital psiquiátrico, donde los estudios médicos demostraron que poseía una habilidad psíquica conocida como termoquinesis, permitiéndole "quemar" imágenes de su mente en superficies o en las mentes de otros. Samara nunca dormía y era completamente insensible al dolor, no sabía cómo controlar su habilidad. Al final, ella fue liberada del hospital a petición de Richard y, la obligaron a vivir en el establo con la esperanza de que la distancia pudiera ayudar a Anna. Las visiones continuaron y los caballos fueron muriendo uno por uno ya que, debido al odio que les tenía Samara porque no la dejaban dormir, usó su habilidad para volverlos locos y asesinarlos. Finalmente, Anna, agobiada por lo que suponía vivir junto a Samara, la asfixió con una bolsa y la arrojó dentro de un pozo en el Monte Shelter, pero ella sobrevivió. Estuvo en el pozo durante siete días, destrozando sus uñas intentando trepar. La única luz visible provenía de los lados del pozo cerrado, formando una especie de aro. Anna se suicidó después de lo ocurrido, saltando de un acantilado cerca de la línea costera. Sin embargo, el espíritu de Samara aún seguía allí.

Y Samara sintió compasión con la mujer cuando escuchó su historia: Una poderosa psíquica hermafrodita. En 1954 su madre dio a luz un segundo bebé llamado Tetsuo que murió a los cuatro meses debido a una enfermedad lo que fue un duro golpe para Sadako, quien sentía un intenso cariño por su hermano. Presionada por Ikuma, en 1955 Shizuko llevó a cabo contra su voluntad una demostración de sus poderes psíquicos ante la prensa, sin embargo, fue incapaz de realizarlo debido a las migrañas provocadas por sus poderes y la prensa la tachó a nivel nacional como un fraude. Sadako logró convencer a su madre de regresar a la isla de Oshima, pero la mujer aprovechó un descuido de la niña para fugarse y suicidarse saltando al Monte Mihara, quedando Sadako a cargo de los parientes de Shizuko. Sadako era una psíquica poderosa; sin embargo, mientras que Shizuko solo podía grabar imágenes en papel, Sadako también podía proyectar imágenes en medios digitales, como la televisión y esto no le acarreaba secuelas a su salud. Sadako visitó a su padre en el sanatorio de Izu, solo para ser violada junto al pozo del recinto por el doctor Jotaro Nagao, quien había contraído viruela días antes. Sin embargo, tras abusar de ella descubrió que padecía feminización testicular, al ver que poseía testículos junto a su vagina. La furia de Sadako se manifestó como amenazas mentales a Nagao y este por instinto de supervivencia la arrojó al pozo, luego aplastó su cuerpo con pesadas rocas y lo selló.

Los otros espíritus, cientos de ellos, quienes eran iguales a ellas, pues también sufrían de sed de sangre y sed de venganza, lograron hacer un lugar en sus ahora inexistentes corazones, para que al menos un espíritu fuera feliz; así que todos ellos se sacrificaron y fusionaron a ambas variantes de la mujer/la niña del pozo, creando a otra chica, físicamente idéntica a ellas, pero con un tono de piel, que si bien era pálido, también era muchísimo más normal y ahora, solo necesitaban esperar hasta que alguien de buen corazón, encontrara la nueva cinta recién creada y le permitiera al resultado de la joven del pozo, romper la maldición.

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Pasaron más de veinte…

Treinta…

Cuarenta…

Cincuenta…

Sesenta…

Setenta…

Ochenta…

Noventa…

Cien… un siglo…

Dos siglos y medio, para que cinta fuera encontrada una vez más, por alguien de buen corazón y alguien a quien los espíritus y la nueva Chica del Pozo no tendrían que asesinar, solo por no ser merecedor.

Ahora, la cinta no aparecía en un paquete que fuera enviado por un mortal, quien previamente hubiera visto la cinta, sino que los espíritus materializaban la cinta de un lugar a otro, buscando a alguien que aceptara con un corazón amoroso y los brazos abiertos a la Chica del Pozo.

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Finalmente, la cinta llegó a la puerta de una mujer de cabello verde y ojos del mismo color, llamada Midoriya Inko. La ama de casa, solo abrió la puerta y encontró dos sobres. Uno de ellos contenía una cantidad exorbitante de dinero y el otro contenía una extraña cinta, sin ningún grabado, ropa de una niña y una carta de adopción. Extrañada, Inko decidió esperar a que su hijo llegara de la Secundaria, para descubrir qué era. Viendo que se trataba de una cinta VHS, ella fue a buscar la vieja Videograbadora VHS que su abuela le legó: "Nunca es demasiada entrada la noche, para una película romántica con Hizashi-Kun, mi linda Inko-Chan" y… la abuela también le legó una caja de… mejor no pensar en esa caja.

Ni Inko, ni Hizashi, se habían sentido cómodos con eso ¿Quién hubiera pensado que esa linda abuelita, era una pervertida?

—Okasan... ya… ya… llegué… —dijo Izuku de diez años de edad, entrando en la casa y vio a su madre sentada en la sala, con el reproductor ya conectado y la cinta en sus manos. —Vaya, Okasan, ¿Un VHS? ¡Increíble! Dejaron de usarse, cuando

Inko no pudo evitar reírse. Su hijo era un analista de primera categoría. —Ignoro quien envió la cinta, pero venía con muchísimo dinero y una caja con ropas de niña. —dijo ella extraña —Vamos a comer y luego veremos qué es esto.

—Entendido. —dijo Izuku extrañado y sin comprender nada. Decidió ir a comer la media tarde junto a su madre, mientras sufría un escalofrío, preguntándose si acaso, esto sería algo de su padre y pensar en tener una hermana, no lo hizo feliz. Esto parecía ser lo que hacían algunas personas cuando viven aventuras, ¿No? Mandan a sus hijos a vivir con la pareja que ha sido engañada, mientras que la pareja de engañados, viven una vida de lujos y sufren una crisis de la mediana edad… Cuando terminaron de comer y volvieron a la sala, para acabar con esto.

Inko puso la cinta en el video.

Un aro de luz blanco que brilla intensamente en la oscuridad; una gota de sangre cae en el agua; una silla; un peine a través del pelo; un espejo con una mujer; un clavo; un hombre (Richard Morgan) mirando a través de la ventana; un acantilado con una mosca; una boca que vomita electrodos de sondeo, intestinos o alimento; un rostro asfixiándose dentro de una bolsa de plástico negro; un aro de luz en forma de "medialuna"; un árbol quemándose; un dedo atravesado por un clavo; gusanos que dan vuelta en la gente; gente nadando o flotando; un ciempiés, una silla y una mesa con un vaso de agua…

— ¿Qué…? ¿Qué es esto… Izuku? —Preguntó Inko.

—No… no lo sé… —ni madre ni hijo, pudieron despegar la mirada de la pantalla.

La pantalla se apagó por un instante, antes de volver a encenderse y ahora, enseñar una historia más o menos clara y con subtítulos, ante la falta de sonido.

Vieron la historia de Samara y la historia de Sadako.

Una niña y una adulta.

La pantalla se apagó de nuevo y volvió una vez más.

Un cordero de tres patas entrando a un granero; un ojo de caballo en primer plano; dedos amputados almacenados en una caja; una mujer (Anna Morgan) mirando al espectador; la ventana, esta vez sin Richard; la silla que gira; una escalera; caballos muertos; Anna Morgan lanzándose desde un precipicio; la escalera cayendo; un aro de luz con un lado más grueso; un pozo.

La imagen del pozo quedó allí, mientras que el aire se volvía más frio y las luces se apagaban.

Un par de manos salieron del pozo y una persona salió del pozo. Era una chica de cabello negro muy largo que cubría su rostro y comenzaba a caminar hacia la pantalla.

Sobre la pantalla, aparecieron los Kanjis de:

"Por favor, ayúdame."

La pantalla se puso negra y más Kanjis aparecieron:

"Los espíritus nos manifestamos en el mundo humano, de muchísimas formas y el que dos espíritus sean tan similares, casi como Doppelgänger, es muy inusual."

La pantalla se encendió y la chica comenzó a caminar con paso lento, hacía la pantalla, pero era tan lento y su espalda estaba encorvada, como si le costara caminar.

"Una legión de espíritus atormentados, nos dieron el poder para fusionarnos y nos otorgaron sus habilidades, ahora somos una sola entidad, puedes llamarnos Sadako o Samara."

"Ellos enviaron los paquetes."

"Llevamos más de un siglo, buscando a una persona de buen corazón, que pudieran aceptar a una hija o una hermana"

La pantalla se encendió, ahora con la Niña del Pozo, delante del televisor, comenzando a tocar los limites de la pantalla, como si supiera que eso estaba allí. Madre e hijo tomaron aire, mientras que las manos de la chica atravesaban la pantalla, estando su piel tan blanca como el papel, mientras salía del televisor. —Por favor… ayuden… me… —cuando la chica colapsó, Izuku corrió hacía ella y la abrazó.

Las luces se encendieron y el caset en donde venía el video, salió disparado, cayó al suelo y ante los ojos de madre e hijo, comenzó a humear cada vez más, dejando un olor a cerezo detrás de sí, mientras la cinta se volvía una pasta quemada, pero sin que hubiera ardido fuego o dejado ningún tipo de residuo detrás de sí.

Rápidamente, madre e hijo, colocaron a la chica en el sillón.

Una nueva luz los tomó por sorpresa. Era el papel de adopción, en donde una llama roja, dejaba constancia de que Midoriya Inko, aceptaba cuida a Morgan-Yamamura Sadako.

— ¿Deberíamos de intentar despertarla? —Preguntó Izuku.

—Parece muy cansada. —opinó Inko, aunque estaba asustada por el encuentro inicial, recordó las palabras de la pantalla: Una legión de no muertos, al parecer, se habían sacrificado para retirar algún tipo de maldición sobre Sadako, para que pudiera volver a la vida y la eligieron a ella, como la madrastra de la niña —Dejémosla descansar.

Algo causó que Izuku e Inko, miraran hacia el espejo en la sala y una serie de imágenes aparecieron, como otra película, pero era totalmente comprensible para ellos: La historia de Sadako y luego la historia de Samara. Vieron a una legión de espíritus, fusionándolas y otorgándoles cierta cantidad de habilidades, para poder defenderse en el mundo mortal.

— ¿Dónde estoy? —Preguntó con una voz suave la chica, mirando a su alrededor. Madre e hijo, vieron como la piel de la chica, pasaba de un color literalmente blanco papel a ser de un pálido más… natural para la piel humana.

— ¿Estás bien? —preguntó Inko —No estás herida, ¿verdad?

—Ago… —la chica gimió y se llevó la mano a la garganta, antes de carraspear —agotada. En especial… mentalmente.

—Atravesaste la pantalla del televisor y luego te desmayarte. —dijo Izuku —Tienes un Kōsei genial, aunque algo… me dio algo de miedo.

Ella miró hacia el televisor. —No soy humana… bueno, quiero decir: Actualmente, sí soy humana, pero… por los últimos noventa años o algo así, he sido un espíritu viviendo en la cinta y… atacando a las personas que la ven. El interior de la cinta, no son los lugares que ustedes vieron, no son físicos, sino que es el mundo de los espíritus y, como es obvio, todos los espíritus vivimos allí. Todos nosotros sabíamos, que necesitábamos un descanso de alguna forma y un día, uno de los espíritus más vengativos de Estados Unidos, trajo a una chica con la misma maldición que Yamamura Sadako.

—Samara Morgan —dijo Izuku.

—Me alegra que prestaran atención —dijo la chica algo insegura —Ambas fueron fusionadas, dando como resultado… pues… bueno… al fusionarlas, me crearon a mí. Ellos decidieron que nosotras, por haber sufrido tanto, teníamos que vivir y por eso nos fusionaron. Llevan casi medio siglo, buscando a una persona de buen corazón, que aceptara cuidar de mí, pero siempre ha sido infructuoso y...

—Bueno querida: Bienvenida a la casa Midoriya —dijo Inko con una tierna sonrisa, provocando un sonrojo en la pálida chica.

—Se lo agradezco mucho, Midoriya-San —dijo Sadako.

—Debes de tener hambre, cariño —dijo Inko, mientras que Izuku colocaba el brazo de Sadako por encima de su hombro y la llevaba hasta el comedor.