Notas:

¡Hola, Aquí Vera! ¿Me extrañaron?
Bueno, como saben he vuelto de mis vacaciones y aquí vengo a dejarles este capitulo.
Espero les guste ❤

Es hora de que Maki se cuestione un poco sobre lo que realmente para ella es un hogar, también es hora de hablar un poco sobre las figuras maternas y paternas y de paso, es momento de conocer por fin a la pequeña Niji.

Así que aquí habrá unos flashbacks combinados con el presente.

Sin más, Disfruten del capítulo el cual es largo❤❤

Una disculpa si tarde meses en actualizar este fic, pero aquí esta ❤


15. 🍂 Nido

Otoño 🍂

21 semanas de embarazo.
(Seis meses)

19 de Agosto

Definitivamente aquella semana había sido muy movida para aquella futura madre primeriza.

Maki quizás lo único que necesitaba era un respiro y ser escuchada.

De paso, también sentía la necesidad de encontrar respuestas para una de tantas preguntas que venía arrastrando desde días atrás. Y ese día quizás por fin encontraría las palabras que necesitaba escuchar.

—¿Eso es un nido?— se preguntó la peliverde en voz baja mientras su mente aún divagaba un poco.

—Maki san— Megumi la nombro.

Al azabache le parecía extraño el ver a su familiar muy distraída, la cual llevaba casi 10 minutos mirando hacia una rama que le había llamado la atención.

Maki en aquel momento se encontraba sentada en una banca bajo la sombra de un árbol, en aquel patio principal que servía para entrenamientos en la academia.

—Maki san ¿Te encuentras bien?— pregunto Megumi, pero Maki seguía sin escucharle ni prestarle atención.

—Oye, Te traje el té que me pediste — el hechicero de las diez sombras dijo una vez más, pero esta siguió sin hacerle caso ya que seguía super distraída mirando aquella rama.

—Hogar...— susurro Maki en voz baja.

Megumi no comprendía aquel comportamiento, suspiro mientras sujetaba aquella lata, así que para traerla a la realidad, se atrevió a hacer algo que la haría molestar, pero que también sabía que la haría reaccionar.

Pego aquella lata fría en la mejilla de aquella peliverde. Aquella reacción hizo que esta mujer saliera de su aparente trance de manera violenta.

—¡Megumi! ¿Qué demonios haces?— Maki grito y gruño muy molesta mientras sobaba su mejilla por el frío que le calo en su piel.

—Pregunte si te encuentras bien.

—¿Eh? ¿A qué viene esa pregunta?– pregunto Maki en una mueca.

—Lo digo porque no dejabas de ver al árbol y de paso, lo digo por ellos —Megumi apunto a tres estudiantes que estaban súper cansados a un lado de la cancha.

Maki por un momento se había olvidado que ella en ese instante estaba entrenando a los tres alumnos de primero. Los cuales eran una chica de cabellos largos y negros y dos chicos. Uno de ellos era muy sereno con el cabello castaño y el otro era muy alegre con el cabello negro azulado.

Los pobres estaban súper agotados por el entrenamiento que Maki les había hecho hacer aquella tarde.
El cual consistía en dar algunas vueltas bajo aquel sol y de paso, hacer lagartijas, sentadillas, abdominales y demás ejercicios que aún no acababan.

—Profesora Okkotsu ¿Ya podemos descansar?— pregunto la chica del grupo. La cual estaba empapada en sudor.

—Solo den una vuelta más— comentó Maki acariciando su enorme vientre —De verdad les hace falta mucha condición para cumplir sus misiones.

Los alumnos reprocharon aquello, y elevaron la voz con mucha molestia.

—¡Pero si ya dimos 10 vueltas a la cancha!

—Y aún les hace falta el entrenamiento con armas y de paso, el que los arrojen por los aires para que resistan más ataques— explico Maki cruzando los brazos.

—¡Pero ya estamos cansados!— reprocho el varón de cabellos azulados.

—¡Hace calor! ¡El verano está a punto de acabar y eso lo hace más insoportable!— comento la chica.

—¡Ya no podemos más! ¡Piedad!— volvio a hablar el alumno de cabellos azulados.

—Además tenemos que ir a una misión de reconocimiento en un rato y no hemos descansado— comento el alumno de cabellos castaños, el cual era el más serio de los tres.

Maki torció la boca
—Dejen de quejarse que yo a su edad, hace solo unos años atrás, me ponía a entrenar desde temprano y después de clases también entrenaba. Incluso cansada me enviaban a misiones así como ustedes y no me quejaba. Al contrario, seguía entrenando día y noche sin descanso.

—Si, pero eso fue en su época...— comento con molestia la chica del grupo.

Maki entrecerró los ojos —Será mejor que no me hagan enojar chicos ¿O Acaso se les olvida que yo fui quien entrenó a su maestro Yuta y a su maestro Fushiguro? — comento ella con una mirada cargada de maldad —¿Acaso quieren que les dé una paliza?— comento en una sonrisa —Porque el dolor de mis golpes dura años. Si no, pregúntele a Fushiguro sensei.

Esos tres alumnos voltearon a ver a Megumi.

—Ella Tiene razón, todavía me duelen sus golpes — comento el azabache mirando a los alumnos y moviendo los hombros un poco al recordar esos golpes.

Esos tres chicos temblaron un poco de solo imaginar esa situación. E incluso tragaron saliva con demasiado temor al imaginar como Maki entrenó a algunos de los hechiceros más fuertes de la actualidad.

Aquellas caras le dieron algo de gracia a Maki

—Jeje Pero está bien, vayan a descansar— movió simplonamente su mano.
—Tienen suerte de que no pueda blandir una espada en este momento, así que el entrenamiento con armas la pueden tomar otro día con Fushiguro sensei o con mi esposo cuando este tenga tiempo.

—Gracias maestra— comento el alumno que era el más serio.

—Ahora retírense antes de que cambie de opinión, los veré otro día — dijo Maki con una amplia sonrisa mientras abría su lata de té.

—Con su permiso— comento la alumna.

—¡La veremos luego a usted y a su bebé!— se despidió el alumno de cabellos azules, el cual parecía ser el más amable de los tres.

Maki suspiro mientras sobaba su vientre de seis meses que se asomaba por debajo de aquella ropa deportiva.

De nuevo miro hacia las ramas de aquel árbol mientras le daba un primer sorbo a la bebida que le había traído Megumi.

—Pareces muy distraída el día de hoy. ¿Estas segura que está todo bien?— pregunto este tomando asiento a su lado.

—Simplemente traigo muchas cosas en la cabeza— explico Maki en un suspiro — Ha sido una semana muy pesada y de paso tengo que tomar algunas decisiones. — dio un sorbo más.

—¿Supongo que una parte de esas decisiones se debe al baby shower que te está organizando Nobara? ¿Cierto?— pregunto Megumi antes de abrir su lata de café.

—Si, ese también es un gran problema— gruño mientras acariciaba su barriga.

Megumi suspiro.
—Nobara no deja de hablar de ello, incluso tiene una lista enorme de cosas que quiere comprarte para la fiesta de revelación — dio un trago a su bebida.

—Lo sé y más emocionada estará cuando ella sea la primera en saber el sexo de este bebé.

—¿Aun no lo sabe? — explicó Megumi — Yo pensaba que ella ya lo sabía ya que se ve muy entusiasmada con cierto color.

—No, todavía no lo sabe. Apenas lo descubrirá en unos días, cuando ella me acompañe con Azami san para que le diga si este bebé es una niña o un niño — soltó un suspiro de desánimo.— Y Se que le di mi palabra de que ella podía hacerme este baby shower. Así que ya no puedo dar vuelta atrás con esta decisión, así como tampoco ya no puedo dar un paso atrás con mi decisión de ser madre— Bajo los hombros — Solo espero que ella no haga nada extravagante.

Megumi noto el desánimo en aquellas palabras
—Entiendo. Bueno solo toca esperar a que ella no exagere tanto con esa fiesta— bebió de su café.— Aun así, lo dudo.

—Aunque sabes Megumi, una parte de mi está aceptando de buena manera el hecho de que Nobara haga todo esto por mi bebé y por mí. Y más que siento que esto del baby shower sería algo que Mai también haría por mi— respondió Maki girando su cabeza para mirarlo a los ojos.

—¿Por qué lo crees así?— cuestiono Megumi mirándola con atención.

—No se explicarlo del todo, pero me da la sensación de que las cosas que está haciendo Nobara por mí en este embarazo, siento que Mai también haría esas mismas cosas si ella estuviera viva...— Maki Acaricio su vientre y dejo su mano sobre este ya que sentía a su bebé moverse — y me refiero a cosas como esto de organizar mi baby shower, así como también el estar mostrándome ropa de maternidad y de paso estar eligiendo ropa para mi bebé, como también ella me muestra cosas y accesorios que tal vez el bebé y yo necesitaremos una vez de a luz, así como Nobara está por ratos recordándome que debo tomarme mis vitaminas y está al pendiente mío, sobre todo cuando Yuta está en alguna misión fuera de la ciudad...

Suspiro mientras movía aquella lata de té en su mano —Por todo eso, una parte de mi piensa que si Mai siguiera con vida, también ella haría todo eso por mi...— su voz se quería romper — Se que a ella le hubiera encantado ser tía...

—Comprendo — respondió Megumi con serenidad, pensaba que Maki estaba pasando por una etapa de nostalgia pura debido al embarazo y a la añoranza del pasado — Y Quizás tienes razón. Mai lo hubiera hecho por ti.

Él pensaba que todo debía deberse a sus hormonas.

—Si, yo también lo creo. Aunque ya llevo varios meses sin soñar con ella. La última vez que vino a visitarme en sueños, fue aquella vez cuando me enteré que estaba embarazada, esa vez cuando acabé mi misión cuando viajamos a Atami ¿Recuerdas?

—No olvido el susto que nos sacaste a Okkotsu senpai y a mí.

Maki rio levemente por esa respuesta.
—Bueno, esa vez Mai me regaño por mi imprudencia de pelear contra esa maldición estando embarazada.

Megumi sabía a qué se refería ella. Fue aquella vez que Maki despertó llorando y gritando el nombre de Mai en Atami.

—Quizás ella está esperando el momento que considere como oportuno para volverte a visitar— consoló Megumi.

—Si quizás tengas razón. Tal vez ella solo está esperando a que yo cometa más imprudencias o errores para venir a regañarme de que algo estoy haciendo mal — soltó una leve risa que salió de su pecho y que después se convirtió en un pesado suspiro.

Maki siguió hablando mientras acariciaba con ternura su vientre —Pero a quien últimamente he estado recordando es a mi madre... — las comisuras de sus labios bajaron.

El azabache ladeo un poco su cabeza—¿A Tu madre?— había una pizca de confusión y curiosidad en su voz —¿Acaso a ella la sueñas o solo la recuerdas?

—Si a ella— la peliverde suspiro — Son recuerdos porque no se sienten como si fueran un sueño— bebió más de su té antes de seguir hablando.— Se sienten como recuerdos de hacía muchos pero muchos años atrás. Quizás deben ser memorias muy antiguas mías sobre mi madre antes de que ella se volviera loca.

—Maki san ¿Tú querías a tu madre?— pregunto Megumi con curiosidad.

Esta suspiro mientras miraba su vientre.
—No.

El azabache guardo silencio ante esa rotunda respuesta.

Maki siguió hablando —Confieso que yo no la quería porque realmente nunca fue una buena madre con nosotras, aun así, tengo muy presente el único recuerdo feliz que tengo de ella, el cual es uno donde estábamos ella, Mai y Yo en un pequeño jardín de flores, esa vez creo que las tres habíamos salido de la residencia Zenin por algunas cosas. Solo recuerdo que estábamos sentadas entre las flores. Mai y Yo estábamos jugando mientras mi madre nos veía y sonreía. Quizás esa fue la única vez que la recuerdo sonriendo... también fue la última vez que la recuerdo como una mujer cuerda— su mirada bajo y miro su vientre — definitivamente el que ella estuviera como sirvienta en el clan Zenin y combinado con los maltratos que recibía por parte del estúpido de mi padre y de todos los demás dentro de esa casa la hicieron perder la cabeza.— Suspiro y miro sus manos, con las cuales la asesinó — Aun así, solo espero que ella este descansando en un mejor lugar o si está en el infierno, no sea demasiado su calvario.

Megumi al escuchar aquello, empezó a comprender mejor el porque a Maki le causaba conflicto el tema de la maternidad y eso se debía al clan Zenin en general.

—¿Y tú Megumi? ¿Acaso tu recuerdas a tu madre? ¿Recuerdas cómo era ella?

Este negó con la cabeza.
—La verdad no. Tengo entendido que ella murió cuando yo era un bebé. Tampoco recuerdo el rostro de la madre de Tsumiki. Pero es algo a lo que ya no le tomo importancia.

—Ya veo — Maki recargo sus manos en la banca e hizo su cabeza hacia atrás — Parece que sólo hemos tenido madres ausentes. Y yo no quiero eso para mí semilla de soja.

El hechicero suspiro por esas palabras.

—Megumi ¿Tú crees que seremos buenos padres?— pregunto Maki sorpresivamente.

Este sólo levanto una ceja ante tal pregunta.

—Me refiero a que si tú crees que por nuestro maldito linaje seremos buenos padres en general. Pregunto ya que pareciera que ni la paternidad ni la maternidad son nuestros fuertes— explicó la peliverde.

—La verdad, no lo sé. — Megumi miro lo que le quedaba de café en su lata.
—Cada persona vive su paternidad y maternidad de manera diferente. Así que eso te tocara descubrirlo por tu cuenta. Aunque no creo que vayas a ser una mala madre.

Maki suspiro ante tales palabras.
—Creo que tienes razón, quiero ser la mejor madre para este bebé— movió un poco sus piernas— Aunque también siento que este tema de cómo fueron nuestros padres en general está afectando a Yuta.

—¿Por qué dices eso?

—Por qué él quiere que vayamos a buscar a sus padres para darles esta noticia...— suspiro y aplastó con total molestia aquella lata con su mano derecha.

—¿Okkotsu senpai aún mantiene contacto con sus padres?— pregunto Megumi.

— Él no es muy cercano a ellos, digamos que la situación con sus padres es algo "complicada"

—¿Complicada?— las cejas de Megumi se juntaron un poco entre ellas ante tal respuesta.

—Si, digamos que mis suegros no son muy "cercanos" a Yuta además que son personas un tanto "difíciles" de tratar— Maki acaricio su vientre.— La verdad, es muy difícil entablar una conversación con ellos, incluso cuando los conocí, parecía que no les agrade y ahora que voy a tener un bebé de su hijo maldito... no creo que les agrade la idea de que su primer nieto nazca de mi y pueda heredar el poder de Yuta— suspiró con pesadez.— supongo que tengo miedo el cómo puedan reaccionar ellos ante esta noticia. Incluso no asistieron a nuestra boda religiosa.

—¿Reaccionaron mal cuando te conocieron?— preguntó Megumi con seriedad.

Maki hizo un puchero.
—Pude notar sus caras de susto y de asco cuando me conocieron. Supongo que ellos esperaban que Yuta se casara con una mujer de piel perfecta y que fuera "Normal" y no viera nada de maldiciones ¿Sabes a lo que me refiero? ¿No?— movió su mano de un lado a otro— Quizás ellos querían que su hijo se casara con alguien como Rika una vez este fuera un adulto...

—Comprendo — Megumi dejo a un lado su lata y suspiro — Es común que los no hechiceros puedan tenernos miedo. Son gajes del oficio.

—Si, pero eso no es todo. Hay algo más que dijo Yuta que me trae vuelta loca y un tanto molesta— aplastó con más coraje esa lata.

Aquel comportamiento sorprendió a Megumi, de verdad Maki se veía molesta.
—¿Qué más dijo Okkotsu senpai?

—Él dijo...


Flashback
Hace dos días atrás.

—¿Mudarnos?— salió con sorpresa de la boca de Maki.

Aquella palabra la congeló en ese momento, ella estaba sentada al borde de su cama mientras acariciaba su vientre.

Tanto ella como Yuta habían despertado temprano para ir a sus respectivos trabajos y misiones que tenían asignadas aquel día y de paso, querían desocuparse poco después del mediodía ya que irían a comprar un regalo para Utahime sensei, quien el día anterior había dado a luz a su bebé.

Así que muy pronto irían a visitarla para conocer a la pequeña Niji.

Fue tan sorpresivo aquello que dijo su esposo, que Maki seguía procesando aquellas palabras mientras se ponía sus pantuflas y se levantaba de aquella cama.

— Creo que es hora de buscar un nuevo hogar, es buen momento para mudarnos — había dicho él con una leve sonrisa.

—¿Mudarnos? ¿Hablas en serio?— volvió a preguntar Maki. Se notaba molesta mientras se ponía de pie.

Yuta rasco un poco su mejilla al ver la reacción de su esposa, él estaba terminando de vestirse a un lado de su closet —Si, es que estaba pensando en que quizás sería una buena idea el Mudarnos a un departamento más grande— miro su habitación — con esto del bebé, vamos a necesitar más espacio.

—¡Pero si apenas llevamos un poco más de un año aquí! ¡Y de una vez te lo digo, No quiero mudarme aún! — dijo Maki molesta mientras peinaba con sus dedos su cabello el cual ya estaba más largo, mientras salía así en pijama de su habitación, cruzando el pasillo para entrar a su cocina para tomar sus vitaminas pre natales.

Su esposo la siguió hasta la cocina —Pero escúchame Maki— fue interrumpido.

—¡Además!— esta se llevó las pastillas a la boca y tomó el agua.

Trago y siguió hablando —Apenas terminamos de amueblar aquí y eso solo fue dos meses antes de que concibiéramos a esta semilla de Soja— dijo con una mueca mientras sacaba los ingredientes para preparar su desayuno —Así que no me siento lista para irnos de aquí.

Saco del refrigerador unos huevos y algo de arroz, así como su sopa de miso que tanto se le antojaba por las mañanas. Además de que empezó a picar unas frutas.

Su esposo suspiro mientras la abrazaba por la espalda y posaba sus manos en el vientre de su esposa.

—Lo sé, pero aun así, siento que nos hará falta espacio para las cosas del bebé. E ir viendo un nuevo departamento no nos hará mal.

Maki puso los ojos en blanco, no parecía estar de buen humor esa mañana.
—Buscar un nuevo departamento es demasiado cansado ¿Acaso ya olvidaste lo agotador que fue encontrar este lugar y de paso lo apurados que estábamos con el tema de la mudanza?— respondió ella aún con una mueca en los labios.

—Aún lo recuerdo muy bien— Yuta miro a su alrededor para admirar su pequeño hogar desde esa vista en la cocina que les permitía mirar hacia la pequeña sala que tenían— Pero aun así, este tema es importante— dijo el con seriedad.

Maki suspiro también mirando hacia donde miraba su esposo.

En teoría, su departamento no era tan grande como uno pensaría. Pero era lo suficientemente espacioso y cómodo para ellos dos.

Aquel hogar estaba compuesto por una pequeña sala, la cual estaba muy cerca del comedor y de la cocina, la cual sólo la dividía una pequeña barra.

Contaban con un baño el cual era lo suficientemente amplio, ya que tenía el espacio suficiente para la bañera.

Además de que también en ese pasillo tenían su pequeño espacio donde estaba su secadora y su lavadora. Aquella que fue la responsable de que Nobara se enterara de que ellos dos se habían casado en secreto.

Al fondo de aquel pasillo y a un lado del baño, tenían la única habitación que contaba aquel departamento. La cual era la habitación que ambos compartían.

Aquel lugar también contaba con un pequeño balcón, el cual daba hacia la calle y tenía una buena vista al atardecer.

Aquel departamento estaba en un área con bastante movimiento peatonal, ya que estaba muy cerca de una estación de tren que llevaba en veinte minutos al centro de la ciudad de Tokio, por ende era un lugar que estaba en un vecindario moderno y transitado.

Además que les quedaba cerca muchas tiendas de conveniencia.

Aunque realmente con sus salarios de hechiceros podían costearse algo mucho más grande y lujoso, pero ambos estaban muy cómodos ahí o eso parecía.

—Este lugar es nuestro hogar y no quiero abandonarlo así tan rápido...— comento Maki en un suspiro.

—Lo sé, pero con el tiempo, este departamento nos quedará pequeño una vez el bebé nazca y empiece a gatear y después empiece a caminar—Yuta beso el hombro de Maki — Solamente este es un punto que creo debemos ir pensando y planeando a tiempo como la pareja que somos y como los padres que pronto seremos— Acaricio el vientre de esta —Además aún nos falta comprar la cuna y demás cosas para nuestro bebé Osaka.

—Creí que eso ya lo habíamos hablado. Dijimos que una vez este bebé nazca dormirá al lado de nosotros el primer año. Habíamos acordado que haríamos colecho— Gruño. No quería pensar en todo lo que les faltaba por comprar en aquel instante.

El hechicero suspiro. Sabía que no la haría cambiar pronto de opinión y menos si no había desayunado.

—Lo se Maki y respetaré eso del año del colecho, pero aun así solo piénsalo ¿De acuerdo? Nuestro hijo necesitará su propio espacio después de ese primer año de vida — beso una vez más su hombro y siguió hablando.
—He empezado a ver algunas opciones de departamentos que son muchos más amplios que este, así como he visto una que otra casa. Todas esas opciones las he dejado en la mesa de la sala, quería que las viéramos juntos pero se me está haciendo tarde para ir a mi misión.

Su esposa resoplo por esas palabras.

Yuta la soltó con cuidado mientras Maki se giraba para verlo de frente, cruzando sus brazos sobre su pecho.

— Solo quiero que tú y nuestro hijo estén en un "nido" que consideren cómodo para ambos. Como dije quiero ver y darles todo a ustedes dos— dijo Yuta con una leve sonrisa.

Maki lo seguía mirando con seriedad y en silencio.

—Aunque sea ¿Crees que le podrías echar un vistazo a las opciones que he visto? ¿Por favor? Necesito también tu opinión sobre esos lugares que he encontrado para nosotros tres— pregunto Yuta mirándola a los ojos.

Maki podía mirar la ilusión en los ojos de este, de verdad, él estaba considerando la mudanza.

Esta rodó los ojos.
—De acuerdo, les echaré un vistazo antes de irme a la academia— su voz se escuchaba pesimista.

Su esposo le dio un beso en los labios.

—Gracias, te amo— dijo Yuta con una gran sonrisa y por las prisas que tenía, sacó unas piezas de pan tostado que había puesto Maki en la tostadora.

—¿Yuta no te quedaras a desayunar?— pregunto ella mirando como este empezaba a tomar algo de fruta picada.

—Esta vez no. Lo siento Maki pero ya debo irme— dijo con la boca llena y apurando se a tragar aquellas piezas de pan y fruta. —Como dije, quiero desocuparme temprano para estar contigo toda la tarde y también para que vayamos a comprarle un regalo a Utahime sensei y a la pequeña Niji— trago y después bebió de una botella de agua.

—Cierto, su bebé nació ayer... — comento Maki en voz baja acariciando su vientre.

Era sorprendente como pasaba tan rápido el tiempo y ahora Maki solo le quedaban casi cuatro meses para que su pequeña semilla de soja naciera.

—Te amo— su esposo le dijo una vez más y le robo un beso de sus distraídos labios — te veré más tarde en la academia.

Yuta se despidió casi corriendo porque ya debía salir de ahí rumbo a su misión.

Maki suspiro al verlo correr a la puerta principal, ponerse los zapatos y tomar la funda de su espada para después salir corriendo de ahí.

—También te amo...—dijo ella en un susurro observándolo salir por aquella puerta.

Aunque ya llevaban más de un año viviendo juntos en aquel hogar, aún había días en que Maki sentía que la nostalgia la invadía al ver partir a Yuta muchas veces por la mañana y más cuando los horarios de sus misiones no coincidían entre ellos y no se veían en todo el día. Eso la ponía nostálgica y ahora con ese embarazo, aquel sentimiento incrementaba al doble.

La alarma que avisaba que el arroz ya estaba en su punto empezó a sonar. Así como el olor de la sopa de miso invadía la cocina.

Maki apago la estufa y la maquina donde estaba el arroz. Se hizo un poco de huevo revuelto y de paso se preparó un té y decidió desayunar sentada en el sillón.

Todo su desayuno se lo llevo en una bandeja de madera y lo puso sobre la mesita de té donde estaba aquellas hojas que le dejó Yuta.

Mientras se llevaba algo de comida a la boca, observo los lugares que él había empezado a considerar como su nuevo "nido" como él lo había nombrado.

Pero como no estaba de buen humor aquella mañana, ella decidió ignorar esas hojas y mejor se puso a ver la televisión. Realmente no se sentía bien en aquel momento para mudarse.


Volviendo al presente con Maki y Megumi

Megumi empezó a hablar después de haber escuchado aquella versión de Maki—Bueno, Okkotsu senpai tiene una razón muy válida y fundamentada para que consigan otro lugar. Un hijo siempre necesitará su propio espacio.

—Eso lo se Megumi, solo que únicamente en este momento NO QUIERO MUDARME — resalto aquellas palabras con demasiada molestia — y menos cuando estoy a cuatro meses para que yo de a luz, no quiero estresarme con eso de la mudanza en mi estado— suspiro— ese departamento es mi hogar, es mi "nido"— dijo ella mirando a las ramas— Y no quiero irme aún de ahí.

Aquellas palabras llamaron la curiosidad de Megumi.

—Por cierto, Maki san, nunca lo pregunte antes pero ¿Cómo consiguieron ese departamento donde viven actualmente?

Una gran sonrisa se formó en el rostro de esta. Un recuerdo más había venido a su mente.
—Jejeje, una anciana nos lo vendió. Es curioso el cómo dimos con el ya que— soltó una leve risita— Yuta siempre tiene una extraña suerte con las ancianas— suspiro.

Maki empezó a recordar aquel día cuando encontraron su actual departamento.


Flashback

Hace un año atrás. A mediados de marzo.

—¡Maldita sea nuestra suerte!— gruño Maki, quien iba muy molesta —¿Por qué ese vendedor no nos esperó a completar el pago? ¿Acaso esa estúpida pareja le pagó más?

—Tranquila amor, ya encontraremos un mejor lugar a donde mudarnos— dijo Yuta acariciando los brazos de su esposa.

—Yuta, Debemos encontrar un lugar pronto y más que debemos entregar ese departamento en dos semanas— Maki de verdad se veía estresada — Y volver a vivir en los dormitorios de la academia no está en mis planes.

Esos recién casados seguían en la búsqueda de un lugar donde vivir.

En ese su primer departamento solo llevaban viviendo dos meses ya que encontraron ese lugar poco después de casarse por el civil.

Pero Desafortunadamente su racha de mala suerte estaba empeorando debido a que el lugar donde estaban viviendo en ese momento, había sido pedido por el dueño y el otro departamento que les había llamado la atención, se lo acababa de ganar otra pareja.

—Lo sé. Aun así, podemos seguir buscando. Trataré de hablar con el señor Yamaguchi para que nos dé la oportunidad de seguir viviendo ahí por una semana más como mínimo mientras encontramos nuestro nuevo hogar.

Maki suspiro por aquel comentario. Se sentía presionada.

En aquel momento, notaron que estaban en un vecindario al cual no habían entrado antes. De paso les llamó la atención que había una tienda de conveniencia a unos metros de ellos.

—Tengo sed, entremos a comprar aunque sea una soda y algo para comer en el camino— comento Yuta con una leve sonrisa. Quizás eso también calmaría el enojo de su esposa.

Maki suspiro.
—Ok— dijo con molestia.

Una vez dentro, Maki y Yuta tomaron algunas bebidas y de paso, algunos onirigis y sándwiches. Estaban algo lejos de su antiguo departamento, así que irían comiendo en el camino.

Una vez salieron de aquella tienda, notaron que una mujer de la tercera edad tenía algunos problemas con una maldición que la estaba molestando con sus bolsas de compras.

Yuta no dudo en ayudarla.

Maki solo observo como su marido era muy servicial, sabía que él era un buen hombre y que a comparación de ella, él no dudaba en ayudar a los demás y eso la hacía sentirse orgullosa de su esposo.

Yuta elimino rápidamente aquella maldición, guiando en su mano su energía positiva sobre ese espectro para acabar con ella rápidamente.

—¿Se encuentra bien?— pregunto el hechicero de grado especial, acercándose a esa mujer mayor, quien parecía sorprendida al ver que ese espectro era eliminado con el toque de la palma de la mano de ese hombre.

—Muchas Gracias joven por eliminar a ese espíritu chocarrero que me perseguía desde hace años — comento la anciana.

—No debe porque agradecer— respondió Yuta con una gran sonrisa.

— ¿Acaso usted puede ver esas cosas? Me refiero a esos "espíritus chocarreros" — pregunto Maki acercándose a esa mujer y a Yuta.

—Desde que regresé de un viaje hacia unos años atrás, empecé a ver a ese espíritu en todos lados. Supongo que se me pego después de ir a un antiguo templo que está cerca del bosque de Aokigahara— dijo aquella mujer sintiendo sus hombros más ligeros.

—Es muy común que ese tipo de espíritus se peguen a las personas en lugares con mucha carga negativa — comento Maki.

—Pero de ahora en adelante ya no la molestara más — respondió Yuta con una leve sonrisa.

—Dejen me pagarles de alguna forma ya que ustedes me han ayudado con ese ser que me molestaba— comento aquella anciana haciendo una leve reverencia— Por favor, dejen me invitarlos a cenar a mi humilde hogar.

Maki y Yuta se miraron entre sí. Maki le lanzó una mirada de que aquello no era una buena idea, pero Yuta hizo ojos de cachorro, de que no podían negarse ya que él no sabía decir NO y menos viniendo de una señora como ella.

Maki suspiro e hizo un leve puchero. Sabía que se había casado con alguien muy bondadoso.

—Está bien, será un placer acompañarla— al final la peliverde cedió.

Esos esposos acompañaron a esa mujer de la tercera edad hasta su departamento. Ambos se sorprendieron al ver el edificio donde vivía. Por fuera se veía moderno además que se notaba que estaba muy bien cuidado y de paso estaba muy cerca de una estación del tren.

Incluso aquel lugar estaba ubicado en una zona muy cómoda.

Yuta ayudo a esa anciana con sus bolsas de mandado, mientras Maki caminaba al lado de su marido y hablaban de varios temas con esa mujer.

Un anunció llamo la atención de la peliverde mientras entraban en el elevador de aquel edificio de departamentos. Esa hoja decía en letras grandes y muy legibles "Departamento en venta" acompañado de una fotografía del lugar y un número telefónico.

—¿Hay un departamento en venta en este lugar?— pregunto Maki con curiosidad.

—Lo hay — respondió esa anciana con una sonrisa mientras las puertas del elevador se abrían —Y ese departamento es el mío.

Maki y Yuta se voltearon a ver con sorpresa una vez aquella anciana dijo aquello.

—Vengan, se los mostraré si gustan.

Una vez los tres bajaron de aquel elevador, se acercaron al apartamento de esa anciana.

Para la sorpresa de esos dos, la señora Kimura ya vivía ahí desde esos años y saludo muy cordialmente a la anciana quien iba llegando con sus invitados, mientras está regaba las plantas que tenía a la entrada de su departamento. Las cuales hace un año atrás, solo eran unos capullos y tallos. Y que ahora en la actualidad eran unas bellas flores.

—Buenas tardes señora Yamauchi— aquella mujer dejó de rociar agua a sus macetas y se concentró en aquellos que iban llegando.

—¡Oh buenas tardes señora Kimura! ¿Tan temprano regando sus plantas?— pregunto la anciana Yamauchi.

—Así es, quiero evitar que los tallos se marchiten— le llamo la atención la pareja que venía detrás de esa anciana— Veo que viene con compañía ¿Acaso son parientes suyos? O ¿Vienen a ver su departamento?— pregunto la señora Kimura con curiosidad.

—Son mis invitados, me están ayudando con mis compras— sonrió aquella anciana mientras abría la puerta de su casa.

—Buenas tardes y si, estábamos ayudando a la señora Yamauchi— comento Yuta en una leve reverencia para después, enseñar las bolsas de compras que traía en las manos.

—Y de paso también venimos a ver este departamento — comento Maki con seriedad.

—Muy bien. Espero les guste este lugar, y más que estamos en una zona muy segura — comento la señora de las plantas.

—Con su permiso, nos vemos señora Kimura. Ambos vengan por aquí — comento la anciana Yamauchi mientras entraban a aquel departamento.

—Con su permiso — dijo Yuta mientras él y su esposa entraban detrás de aquella anciana y cerraban la puerta con rapidez.

—Ella es la señora Kimura, es una buena mujer, aunque a veces es muy curiosa por no decir "chismosa"— explicó la mujer mayor en una risita.

—Ya lo notamos — comento Maki poniendo sus manos en sus caderas.

— Únicamente vive ella en ese departamento ya que todos sus hijos están casados— explicó aquella anciana — Este complejo departamental está mayormente habitado por parejas recién casadas como ustedes dos, así como solteros y uno que otro jubilado o anciano como yo— comento aquella anciana con una sonrisa — siéntanse como en casa. Sean bienvenidos a mi pequeño hogar.

Maki y Yuta admiraron aquel interior. Era muy cómodo y de paso, soltaba una vibra muy hogareña y pacífica. Aunque a la vista, se podía admirar un pequeño choque cultural ya que aquel lugar no sólo tenía adornos japoneses, sino tenía algunos muebles y cosas extranjeras.

Las paredes estaban cubiertas de lindos cuadros y mapas de otras partes del mundo. Además, El tatami se veía limpio y la casa en general se veía en orden.

—Deje le ayudo con las cosas y de paso a preparar la cena — se ofreció Yuta a llevar esas bolsas a la cocina.

—Muchas gracias y en serio, eres muy amable. Me recuerdas a mi marido y no te preocupes, yo les preparare la cena como muestra de agradecimiento por haberme liberado de esa cosa que siempre me seguía a todos lados. Incluso siempre me seguía aqui en casa— comento esa anciana con un dulce tono.

—¿Su marido está en casa? No queremos molestar— pregunto Maki con curiosidad ya que observo varias fotografías de aquella mujer junto a un hombre igual de anciano que ella, pero aquel hombre tenía rasgos latinos.

Realmente Maki estaba buscando una excusa para salir de ahí.

—Tranquila, solo yo vivo aquí. Mi marido murió hace casi seis años atrás— comento la señora con una suave sonrisa.

—Lo lamento mucho— dijo Yuta al escuchar aquello. Sentía pena por esa mujer.

—Jeje no tienes por qué disculparte. Esa es la ley de la vida, aun así cuando amas demasiado a alguien, lo sigues amando y recordando incluso aun en su ausencia. No te sientas mal por mí, quizás dentro de poco me reúna con él. Vengan, les prepararé un platillo especial que mi marido me preparaba para subirme el animo.— Contesto amablemente la anciana.

Aquella mujer trató con mucha atención a sus invitados e incluso les preparo un platillo que les llamo demasiado la atención a esos dos ya que no era una comida típica japonesa.

—Espero les guste, este es un platillo del país de mi esposo. Son empanadas argentinas— explicó la mujer.

—Muchas gracias por la comida— dijo el hechicero por cortesía y educación.

Yuta y Maki dieron una primera mordida y se sorprendieron al saborear aquella combinación que al principio les parecía extraña, pero en la boca, sabía demasiado delicioso a sus papilas.

—¡Esto esta delicioso!— Halago Yuta con una gran sonrisa.

—¡En serio, esto es nuevo para mí y sabe muy bien!— contesto Maki antes de dar una mordida más.

—Me alegra que les gustará, la primera vez que comí una de estas, fue por allá de los años 60, cuando viaje a Argentina — comento la anciana con alegría tomando asiento frente a esos dos y dando un sorbo a su té.

—Disculpe la pregunta ¿Entonces su esposo era extranjero?— pregunto Maki con curiosidad.

—Así es. Mi amado era argentino, él y yo nos conocimos de jóvenes, quizás teníamos la misma edad que ustedes dos cuando nos casamos y puedo asegurar que vivimos una bella vida como pareja y lo último que me queda de él es este lugar, pero desgraciadamente ya me queda muy grande para mi sola— comento la señora mirando a sus invitados.

—¿Entonces por ese motivo lo está poniendo a la venta? — pregunto Yuta tratando de sonar cortes.

—¿Acaso No tiene hijos a quien podría heredarlo?— cuestiono Maki.

Aquella señora sonrió un poco al escuchar esas preguntas. Primero negó con la cabeza.
—Mi esposo y yo nunca tuvimos hijos. Esa fue una decisión mutua y más que ambos pasamos muchos años yendo de un país a otro debido a nuestras cargas de trabajo — miro a ese joven matrimonio— Y sí. Es por ese motivo principal por el que me gustaría venderlo. Una mujer tan anciana como yo, ya le queda muy grande este nido, el cual podría ser mejor aprovechado por alguien más.

Siguió explicando esa mujer con una sonrisa mientras miraba una fotografía de ella y su marido que tenía cerca de la mesa donde los tres estaban cenando.

—Admito que este fue al único lugar de cuatro paredes al que pude llamar como mi "Hogar" ya que aquí vivimos los últimos años con demasiada felicidad antes de que mi esposo falleciera. Digo esto porque casi toda mi juventud así como todo mi matrimonio la pasé moviéndome de un país a otro, yendo y viniendo de Argentina a Japón y eso significaba que debíamos estarnos mudando de un departamento a otro muy seguido, incluso hubo ocasiones donde en lapsos de días debíamos buscar un nuevo lugar para quedarnos— sonrió con ternura mirando aún aquella foto — Aunque como decían los latinos, al final, el hogar no son las cuatro paredes que te rodean, sino el hogar está en las personas que nos hacen sentirnos amados — Miro a ese matrimonio con una gran sonrisa.

—Así que prácticamente aquí fue nuestro último nido antes que el otoño viniera a tumbar las últimas hojas y la muerte llegara a llevarse primero a uno de nosotros dos. — volvió a mirar con ternura la foto de su marido— Y ahora me toca a mi decirle adiós a este departamento debido a que no quiero pasar mis últimos años de vida en la ciudad. Quiero mudarme junto a una sobrina, quien se ofreció a cuidarme en su casa de campo. Además, la ciudad es para ustedes los matrimonios jóvenes, uno de anciano, solo quiere estar en paz sin tanto bullicio— dijo aquella anciana con serenidad. Sus palabras parecían muy sabias en aquel instante.

—Y mi intuición me dice que ustedes andan buscando un lugar donde empezar su vida marital ¿No es así?— pregunto con curiosidad la señora Yamauchi.

Maki suspiro.
—Así es — chasqueo la lengua — nuestro estúpido arrendador nos está pidiendo el departamento que estábamos rentándole y nos dio un plazo muy corto para retirarnos de ahí— contesto molesta.

—Jeje Bueno, algo me dice que han llegado al lugar indicado, además por haberme ayudado pienso que podríamos llegar a un acuerdo con el precio de este departamento si les interesa comprarlo— comento aquella mujer con una sonrisa antes de darle un sorbo a su te.

Ambos esposos se miraron entre sí ante aquella declaración, la cual, parecía que por cosas del destino esos dos habían dado con su nuevo hogar.


Actualidad.
Regresando con Maki y Megumi.

—Y así fue como conseguimos ese departamento, además, ustedes si llegaron a ver a esa mujer en nuestra boda religiosa. Fue una de nuestros invitados — comento Maki acariciando su vientre al sentir una patada de su bebé — Igual ella ya sabe que estoy embarazada. Así que prácticamente a ella la consideramos como nuestra "abuela" y más que Yuta y yo seguimos manteniendo contacto con ella y su sobrina.

—Admito que lo que me acabas de contar me sorprendió, pero al final salieron beneficiados gracias a la bondad de Okkotsu senpai— comento Megumi mirando a Maki quién parecía muy nostálgica ante aquel recuerdo.

—¡Así es! ¡Pero Como dije Apenas hace unos meses terminamos de amueblar ese departamento y de paso, apenas llevamos un año viviendo ahí!— Maki reprocho con molestia— Siento que es muy pronto para dejar ese nido. Megumi ¿Tú acaso no tienes un lugar al cual puedas llamar hogar? Por qué ese departamento es "MI HOGAR". Contrario a esa estúpida residencia del clan Zenin, a la cual, nunca pude llamar como tal.

Megumi movió con un poco de vacilo su cabeza. Pensaba que su familiar sonaba como una terca anciana.
—Bueno, entiendo tu punto de que no quieres mudarte debido a que es muy pronto y al estrés que podría generarte en tu estado de gravidez y lo que menos queremos es que vuelvas a dar al hospital.— Miro a Maki a los ojos —Pero al igual que las aves, muchas veces estas buscan una mejor rama donde puedan adaptar sus nidos a las necesidades de sus crías— miro a la rama que tanto la peliverde miraba momentos atrás.

Megumi siguió hablando.
—Además como dijo esa anciana, el hogar es aquel lugar donde te sientes cómodo con las personas que te rodean dentro de esas paredes. Así que aquí deberías cuestionarte por qué rechazas la idea de mudarte a pesar que tarde o temprano deberán hacerlo por ese bebé. ¿Rechazas la idea por estrés? o ¿La rechazas por miedo a moverte de tu zona de confort?— cuestiono regresando su vista a Maki.

Esta solo gruño por esas respuestas mientras hacía círculos con su dedo índice sobre su enorme vientre.
—¡Tsk! Pensé que me darías la razón en esto— miro a su barriga—Si que a tu primo Megumi solo le gusta hacer enojar a Mamá— le dijo a su bebé.

El azabache suspiro y puso los ojos en blanco. Después miro su reloj, eran cerca de las dos de la tarde. Tenía cosas que hacer.
—En fin. Maki san Debo irme, este día le prometí a Utahime sensei que Tsumiki y yo cuidaríamos a Takeru mientras ella sigue aún en el hospital — se puso de pie.

—Demonios— Maki también se puso de pie al notar la hora en su celular —Me acabas de recordar que hoy, Yuta y yo iremos a visitarla y a conocer a su bebé — comento está en un suspiro— el que esa bebé ya haya nacido solo me hace recordarme a mí misma que quedan pocos meses para que mi bebé también nazca. Y de paso, me hace sentirme mal porque aún dudo en sí seré una buena madre.

Megumi suspiro ante tal respuesta. Aun así dijera lo que dijera, sabía que Maki no cambiaría de opinión.

—Supongo que los tres podríamos ir juntos al hospital, así yo voy por Takeru mientras ustedes conocen a Niji— sugirió Megumi.

—Me agrada la idea. Así no iremos solos— suspiro Maki— por cierto, Megumi, ¿Y Cómo es esa bebé? ¿Acaso se deja tomar en brazos?— cuestiono con temor.

Megumi podía notar la incertidumbre en el rostro de Maki. Ella estaba nerviosa por abrazar a esa bebé y descubrir si estaba hecha para eso de ser madre.

—Cuando la conozcas, lo sabrás. — Solo respondió el azabache.


Cerca de las 04:00 p.m.

El conocer a un nuevo miembro de la familia como lo es un bebé, siempre será una experiencia muy memorable y única para algunas personas.

Y Como había dicho Maki, tanto ella como Yuta ese día fueron al hospital a visitar a Utahime sensei, tanto para ir a verla e ir a hacerle compañía aquella tarde como también habían ido para conocer a la pequeña Niji.

Con ellos, también había ido Megumi, quien fue el primero en entrar en esa habitación para ir por el hijo mayor de Utahime, para cuidarlo junto a Tsumiki esa noche ya que Gojo tendría una misión más tarde y no iba a poder cuidar de su hijo.

Esto también lo hacían porque habían notado que Takeru estaba presentando celos hacia su recién nacida hermanita. Además, que un hospital no es un lugar para que un niño como él pasara la noche.

En aquel instante, mientras seguían fuera de esa habitación, Maki era la más nerviosa y eso lo demostraba mientras sujetaba con fuerza la mano de su esposo mientras estaban a punto de entrar.

—¿Estas bien?— pregunto Yuta mirando a su esposa.

Maki tomó un respiro.
—Solo estoy nerviosa y de paso, nuestro bebé se anda moviendo demasiado... creo que también está nervioso por conocer a su prima.

Yuta le beso la frente y poso su mano sobre el vientre de su esposa.
—Todo va a estar bien. Los tres estamos nerviosos y más que también falta pocos meses para que el nuestro nazca. Aun así — le dio un beso en los labios — si te sientes incomoda podemos salir un momento a tomar aire.

—Gracias— le regreso el beso —Pero como dije son solo nervios, ya pasaran. Sera mejor que entremos de una vez para conocer a esa bebé.

Aquello le dio un poco de valor a Maki, mientas Yuta tocaba la puerta.

Gojo fue Quien abrió la puerta de aquella habitación.
—¡Bienvenidos! ¡Ya era hora que ustedes dos vinieran a conocer a mi hermosa hija!— dijo aquel orgulloso padre. Estaba demasiado entusiasmado.

—Gracias Gojo sensei — contesto Yuta con una gran sonrisa mientras él y su esposa entraban a esa habitación.

De verdad, aquel nacimiento había representado una alegría inmensa tanto para el hechicero más fuerte, como para Utahime. Y eso podía sentirse en aquel lugar.

Aquella habitación de lujo, estaba llena de hermosos arreglos florales, que en su mayoría eran flores que Gojo había comprado para Utahime, así como también había una mesa de regalos lujosos tanto para ella como para su hija, los cuales, también eran en su mayoría de él.

Aunque también había regalos que pertenecían a los alumnos que habían ido con anterioridad a visitar a su maestra, así como también habían algunos presentes que fueron llevados por los amigos más cercanos y colegas de ambos padres.

Aquella habitación también tenía globos decorativos en color rosa y otros que decían con letras doradas "Es una niña"

Realmente aquel nacimiento era un acontecimiento digno de celebrar a lo grande y más por el hechicero más fuerte, quien por fin tenía un heredero más.

En aquella cama de hospital, se encontraba Utahime, quien estaba descansando.

—Gracias por venir chicos, me alegra verlos aquí— contesto ella con una sonrisa.

—Nos alegra verla Utahime sensei y de paso, muchas felicidades— comento Yuta haciendo una leve reverencia.

—También venimos para traerle un regalo a usted y a su hija — comento Maki con una sonrisa y mostrando aquellas bolsas de regalo.

—Muchas gracias chicos, aprecio el detalle— contesto la maestra muy animada.

—¿Y Acaso no hay felicitación o regalo para mí? Porque Yo fui quien puso la semilla para crear a esa hermosa bebé — dijo Satoru con un poco de indignación.

—Pero quien hizo todo el trabajo fui yo— comento Utahime en una mueca.

—Aun así, merezco reconocimiento por ser el padre de esta hermosa niña— comento Gojo con una sonrisa mientras echaba un vistazo al cunero donde dormía su hija.

En aquel instante donde esos dos parecían "discutir", el ruido de su bebé llamó la atención de sus invitados, quienes habían dejado aquellos presentes en la mesa que estaba llena de regalos y de paso, habían pasado al lavamanos que tenían en aquella habitación para lavarse las manos por higiene.

Aquella pequeña estaba en su cunero, el cual estaba a un lado de la cama de su madre. Dicho cunero estaba adornado con una bella cobija rosa.

Maki trago saliva y llevo su mano a su vientre al escuchar aquellos leves ruiditos que hacía esa bebé. Sus emociones se estaban revolviendo dentro de ella. En el fondo no se sentía lista para ver a esa bebé.

Utahime sonrió —Bueno, creo que es hora de que conozcan a la pequeña Niji— dijo mirando al cunero y metiendo con delicadeza sus manos para acariciar las mejillas de su hija —Pueden acercarse sin miedo.

Yuta fue el primero en acercarse a aquel cunero, se veía muy emocionado por conocer a esa pequeña.

Una gran sonrisa iluminó su rostro al asomarse para ver a esa niña recién nacida.

—Es una bebé muy hermosa, Utahime Sensei — comento Yuta en una gran sonrisa.

—Muchas gracias.

—Sensei ¿Cree que pueda abrazar a su hija por un momento?— pregunto Yuta por cortesía.

Utahime desembolso una gran sonrisa.
—Adelante Okkotsu, puedes abrazarla, eres como un tío para ella después de todo.

—¡Gracias!— contesto el hechicero de grado especial con una sonrisa.

En aquel momento, Yuta con sumo cuidado tomó a esa bebé entre sus brazos, mientras esta hacía unos leves ruiditos.

—Hola pequeña Niji, soy tu tío Yuta— dijo este con un tono muy dulce, mientras sujetaba con sumo cuidado a esa niña entre sus brazos.

El corazón de Maki dio un vuelco al ver a su marido abrazar con sumo cariño a esa bebé, mientras le sonreía con dulzura.

Las manos de la peliverde descansaron sobre su vientre, estaba paralizada al ver aquella tierna escena. Sabía que Yuta sería un buen padre. Pero ella aún dudaba en sí sería una buena madre y más con todo lo que le había contado a Megumi.

Una mano se posó sobre el hombro de aquella futura madre primeriza.
—También puedes acercarte sin miedo— dijo Gojo a Maki, quien parecía salir de un trance.

—¿Eh? ¿Qué?— salió con dificultad de su garganta.

—Maki san, ¿Esta todo bien?— pregunto Utahime al ver el rostro de aquella futura madre admirar a un bebé como si fuera la primera vez que veía uno.

—Si lo está— comento Maki moviendo un poco su cabeza para despejarse.

—¡Amor, Mira!— Yuta se acercó a Maki con esa bebé en brazos —Niji es muy pequeña y hermosa, supongo que nuestro bebé también será así de pequeño— se veía muy ilusionado.

En ese instante, Maki al fin conoció a esa niña, quien tenía una piel tan blanca como su padre y el cabello tan negro como la noche. Si la observabas con detenimiento, esa pequeña se parecía bastante a Utahime sensei.

—¿No es hermosa? — pregunto Gojo una vez se acercó a esos dos.

—Lo es, muchas felicidades a ambos — felicito Yuta una vez más.

Maki solo tenía los ojos puestos en esa bebé. Era sorprendente el cómo un ser tan pequeño podía ser tan lindo dormido. Su corazón se movía en su pecho, sus emociones querían desbordarse ante tal escena.

—Maki ¿Quieres cargarla?— pregunto Yuta mirando a su esposa con entusiasmo.

—Yo...— titubeó —aun no me siento lista... además ella está muy cómoda en tus brazos y no quiero despertarla— contesto Maki con temor, tenía algo de miedo por abrazar a esa bebé.

—¿Y si lloraba en sus brazos? ¿Como debía abrazarla? ¿Y si la asustaba su apariencia?

Esas y más preguntas inundaron la mente de Maki.

En ese momento, Utahime noto aquella inseguridad en la peliverde, debía ayudarla como a ella le hubiera gustado ser ayudada.

Maki simplemente tomó asiento en uno de los cómodos sillones que tenían en aquella habitación, sentándose al lado de su esposo, quien seguía cargando a esa bebé quien parecía muy cómoda en los brazos de su tío Yuta, ya que dormía plácidamente.

Los minutos pasaban y con ellos la conversación entre los invitados y los recién otra vez convertidos en padres continuaba.

Gojo presumía demasiado sobre la llegada de su hija y hablaba del día en que ocurrió aquel parto y presumía como este llego justo a tiempo antes de que su hija naciera, mientras Utahime trataba de callarlo por el escándalo que hacía.

De paso, durante la conversación, Utahime notaba como Maki miraba a esa bebé.

La peliverde llegó a acariciar momentáneamente la mejilla de esa niña, pero parecía perdida en sus pensamientos mientras la admiraba. Y por ratos se acariciaba el vientre, al parecer también su bebé estaba inquieto.

Utahime sentía que ella necesitaba hablar a solas con Maki. Así que se le ocurrió una idea para que las dejaran solas.

—Satoru ¿Podrían Tú y Yuta ir por algo de gyozas que tanto me gustan del restaurante Gyopao en Roppongi por favor? Tengo antojos de esas empanadas japonesas— pidió amablemente Utahime

—¿Hu? Pero si tenemos servicio a la habitación, puedes levantar el teléfono y pedirlo con Ijichi. Él te traerá lo que quieras. Además, lo que pides está como a media hora de aquí— respondió Gojo.

—Te lo estoy pidiendo de favor como la madre de tu hija. Así que por favor. Me gustaría que ustedes dos fueran a comprar algo de gyozas para festejar— dijo Utahime en una mueca.

En ese momento, la maestra hizo una sutil seña con su cabeza hacia Maki. A lo que Satoru comprendió lo que está trataba de decir.

—Por favor... no hagas enojar a la mujer que acaba de parir a tu hija...— dijo Utahime con voz seria.

—Entiendo, está bien, Yuta acompáñame, vamos a ese restaurante que está a media hora de aqui a conseguir lo que está pidiendo Utahime— respondió Gojo levantándose del sillón donde estaba sentado.

—¡Pero!— Maki no pudo protestar.

—Regresamos en un rato— En ese momento, Yuta se giró a ver a su esposa, a quien le entregó a esa bebé con mucho cuidado. Maki estaba bastante nerviosa pero la sujeto como pudo.

—Amor, recarga su cabecita cerca de tu codo, así ella seguirá dormida — explicó Yuta.

—Maki, ahí te encargo a mi princesa y a Utahime, cualquier cosa que necesiten me llaman al celular o contactas a Ijichi — comento Gojo sonriendo mientras veía a Maki tratar de cargar a su hija.

Maki se moría de nervios al sujetar a esa pequeña entre sus brazos.

—¿Y si llora? ¿Y si se me cae? ¿Y si no sirvo para esto?— La mente de la peliverde se llenó de preguntas que solo podían ser escuchadas en su cabeza.

—Ahorita regresamos — dijo Gojo sacando a Yuta de ahí a toda prisa.

Maki se quedó con Niji en brazos, sintió su respiración cortarse un momento al verla moverse suavemente, pero seguía estando muy tranquila.

—¿Va a llorar?— Penso la peliverde con pánico.

—Pareces algo tensa Maki san ¿Esta todo bien? — pregunto Utahime sentándose en la orilla de su cama.

Maki salió de su trance al escuchar esa pregunta.

—Es solo que...— soltó el aire — esta es la tercera vez que cargo un bebé en mi vida. Ademas dentro del clan no se nos permitía cargar a los bebés que nacían. Y las dos veces anteriores no fueron muy buenas que digamos ya que esos bebés solo lloraron en mis brazos... quizás no soy buena con los niños.

—Pero Niji no está llorando en tus brazos en este momento — comento Utahime con una leve sonrisa.

—Y eso es lo que más me sorprende... quizás sea porque aún no abre los ojos y ve mis cicatrices...

Utahime se bajó con cuidado de su cama y empezó a caminar hacia el sillón.

—¿Que está haciendo? ¡Debería quedarse en cama!— comento Maki preocupada al ver a esa mujer levantarse y caminar hacia ella para sentarse en aquel sillón.

—Estoy bien, pero también quiero asegurarme de que tú lo estés — Utahime tomo asiento a su lado — además, los Dolores del entuerto ya se están pasando, este día son más soportables que los días anteriores. E incluso ya puedo moverme mejor.

Maki suspiro y volvió su vista hacia esa bebé, quien volvió a moverse suavemente en sus brazos e hizo leves ruiditos.

—Te da miedo cargar a los bebés ¿Cierto?— pregunto Utahime con tranquilidad pero había un toque de curiosidad en su voz.

Maki hizo un si con la cabeza.
—Más que miedo, no estoy tan familiarizada con esto todavía, además las veces anteriores cuando abrace a esos dos bebés, el primero lloro en mis brazos y fue el que me alertó que quizás estaba embarazada, y lo mismo paso con la segunda bebé que abracé, ambos lloraron en mis brazos y ya pensando con la cabeza fría y dejando la superstición de lado, creo que ellos dos lloraron por mi apariencia — suspiro —Se que cuando nazca mi bebé debo abrazarlo, pero me da miedo que llore al ver la apariencia que tiene su madre.

Utahime sonrió un poco.
—Tu bebé te amará con la apariencia que tengas. Así como Yuta te ama— puso su mano en el brazo de esa peliverde para consolarla.

Maki suspiro por esas palabras, aún no entendía como Yuta podía amarla tanto si había perdido su belleza.

—Aunque también me sorprende que en este momento en que estoy abrazando a esta pequeña, mi bebé está muy tranquilo dentro mío— comento Maki mirando a su gran barriga.

—Quizás debe ser porque esta dormido o quizás ya se está acostumbrando a la presencia de su prima — Dijo Utahime amablemente —¿Por cierto? ¿Ya sabes el sexo de tu bebé o quieres que sea sorpresa?

Maki suspiro.
—Yo quería que fuera sorpresa hasta que naciera, pero dentro de muy pronto lo sabremos ya que Nobara me hará un baby shower y en esa fiesta ella revelará el sexo de este bebé. Ella ya se anda encargando de todo eso— chasqueo la lengua y su expresión cambió a una de molestia.

Aquel gesto lo notó Utahime, quien podía notar que Maki parecía tanto molesta como pensativa.

—Y supongo que esa fiesta te trae estresada.

Maki rodo los ojos.
—Demasiado... y más que no es algo que me entusiasma...

—Comprendo, pero a veces hay que poner de nuestra parte y más si nuestras personas más cercanas lo están haciendo con cariño por nosotros.

—Supongo — Maki hizo un puchero.

En ese momento, aquella bebé empezó a ponerse inquieta e incluso empezó a llorar. Y eso hizo que Maki entrara en pánico.

—¿Ahora que hice? ¿Qué tiene? ¿Por qué llora?— pregunto Maki arrullando suavemente a esa bebé en sus brazos.

Pero realmente no sabía qué hacer en ese momento y eso se notaba en como miraba desesperada a Niji. Incluso sus ojos se llenaron de lágrimas. Las hormonas también le estaban jugando en contra y más al escuchar el llanto de esa bebé.

—¿En serio podré hacer esto bien?— cuestiono Maki con pesar y estrés.

Pero Utahime le consoló una vez más.
—Tranquila, lo harás bien.— le dio unas palmadas en el hombro — Por el llanto, puedo saber que Niji trae hambre, además ya pasaron tres horas desde la última vez que comió— esta se levantó con cuidado y fue por un biberón que tenían cerca del cunero.

—¿Cómo está tan segura de que Niji está llorando por hambre y no porque me acaba de observar?— cuestiono Maki levantando una ceja.

Utahime sonrió levemente.
—Unos lo llamarán "instinto materno" y otros dirán que solo es Lógica. Cada madre es capaz de conocer a su hijo una vez lo carga en brazos y convive con este.

—Bueno, eso último parece lo más lógico — comento la peliverde en un puchero.

—Maki san, ¿Podrías alimentarla por favor?— Utahime le entrego aquel biberón a esa peliverde.

—¿Está segura que quiere que yo lo haga?

—Así podrías ir practicando— explico Utahime con una sonrisa y de paso, cruzo sus manos sobre su pecho, esa era una pose que hacía cuando ella tenía toda la razón en su palabra.

Maki bajo los hombros, no quería darle de comer a aquella niña. Pero aun así acepto.

Acerco con cuidado la mamila a la boca de esa bebé, la cual se calmó y empezó a beber de ese biberón.

—Si que usted tenía razón, Ella tenía hambre— comento Maki asombrada por aquello que había dicho Utahime.

—Simplemente es lógica. Los bebés lloran por todo, solo es necesario identificar el porque están llorando, como este caso era porque Niji tenía hambre. Uno va conociendo las señales que los hijos hacen para comunicarse con uno aun cuando son muy pequeños — comento Utahime volviendo a sentarse al lado de Maki.

Aquella peliverde seguía observando a esa bebé. Admiraba sus ojos, los cuales también eran de un bello azul al igual que los de su padre Satoru y los de Yuta.

Esa niña ya parecía estar tranquila mientras comía. Incluso Maki también parecía estar más tranquila en aquel momento.

—Gracias por ayudarme a darle de comer con su biberón— comento Utahime en un suspiro mientras relajaba sus hombros — ya quería descansar un poco de mis senos y más que ella y Takeru succionan muy fuerte, supongo que lo sacaron del idiota de su padre. — Acaricio un poco sus pechos por arriba de su ropa de hospital.

Maki sonrio levemente por ese comentario y después suspiro con pesar.
—Yo la verdad aún no se si pueda amamantar a mi bebé...

—¿Lo dices por tus cicatrices?— pregunto Utahime.

Maki afirmó con la cabeza.
—Si. Las quemaduras dejaron una marca irreversible en la parte superior de mi cuerpo...— dijo Maki mientras miraba a Niji y jugaba con su manita.— entre ellas, mis glándulas mamarias salieron también afectadas, aun así Azami dijo que podríamos tratar con algún tratamiento para que yo produzca leche o en su caso, probar con alguna fórmula que nutra a mi pequeña semilla de soja, aun así, a mi si me gustaría tratar de amamantar a mi bebé aunque sea una vez. Aunque también me da algo de miedo ya que yo veía como a las mujeres de mi clan les era doloroso hacerlo.

Utahime guardo silencio ante esas palabras. Sentía empatía y un poco de lastima por la Zenin, las marcas de las quemaduras en su cuerpo eran muy visibles y a pesar de haber sido tratada con la técnica de maldición inversa, su daño era irreparable.

—No debes sentirte mal si no puedes amamantar a tu bebé. Cada madre es un universo distinto.

—Lo se. Es simplemente que aún dudo mucho si yo seré una buena madre— comento Maki mirando a su superior —Dentro del clan Zenin, nunca tuve contacto con las mujeres que salían embarazadas, así que prácticamente todo esto es nuevo para mí. Además de que a nosotras nunca se nos dejó cargar a los bebés de otras ya que la desconfianza ahí dentro era tremenda y más porque algunas podían llegar a matar a los bebés de las otras solo por envidia o por órdenes de otros. Y de paso, todo era muy difícil para las mujeres que se convertían en madres ya que no solo debían atender solas al nuevo bebé sino que también debían cumplir sus obligaciones como esposas y sirvientas. Por eso yo me dedicaba a entrenar porque yo de verdad no quería ser como todas esas mujeres...

Maki suspiro
—Y ahora que elegí la maternidad. Me cuesta comprender todo esto porque nunca tuve un buen ejemplo a seguir y mucho menos una buena madre.

Utahime puso su mano sobre el hombro de Maki.
—No estás sola en esto. Me tienes a mí y a Shoko para ayudarte en lo que no comprendas y de paso, podemos enseñarte lo básico que necesitas saber para la llegada de tu bebé— dijo ella en una cálida sonrisa.

—Muchas gracias Utahime sensei— le sonrió dulcemente
Después enfocó su vista en Niji.
—De verdad, nunca pensé que fueran así de pequeños y delicados... supongo que mi semilla de soja también será así de pequeña una vez nazca.

— De nada Maki san— Utahime sonrió y miro a su bebé, la cual había terminado de comer. —Y tu entrenamiento de todo lo que necesitas saber sobre los bebés inicia en este momento— miro a Maki— ahora que Niji ya terminó de beber ese biberón, vamos a enseñarte a sacarle el aire y después pasaremos a que aprendas a cambiar un pañal y todo lo harás tu— comento apuntando a Maki.

—¿Eh?— salió con confusión de la boca de la peliverde.

Y así lo hicieron. En esa tarde, Utahime le enseñó a Maki el cómo sujetar un bebé y de paso, le enseñó a como cambiar un pañal. Cosa que para nada le empezó a agradar a esa futura mamá primeriza.

Dio una arqueada de asco —¡Agh! lo de los pañales se lo dejare definitivamente a Yuta para que él lo haga — dijo Maki sobando su vientre — incluso a mi bebé no le agradó esto — arrugó la nariz.

Utahime río levemente mientras ahora ya cargaba ella a Niji entre sus brazos.

—Poco a poco te irás acostumbrando— suspiro y dio un beso en la frente de su hija — Así como los bebés poco a poco se acostumbran a su nuevo entorno...— suspiro un poco— solo espero que Niji se adapte pronto a nuestro nuevo hogar.

Esas palabras llamaron la atención de Maki.
—¿Nuevo Hogar?— preguntó con curiosidad.

—¿Satoru no se los dijo? Los niños y yo nos acabamos de mudar a un departamento más grande — Utahime tomo un poco en alto a Niji para mirarla entre sus brazos y después la bajo con cuidado para besarle una vez más la frente — esto lo decidimos porque con la llegada de un bebé se necesita más espacio.

Maki suspiro.
—Supongo que ya se dé donde Yuta saco la idea de mudarse... — gruño con molestia— parece que todo el mundo está de acuerdo en mudarse últimamente — comento sobando su vientre.

Esas palabras llamaron la atención de Utahime.

—¿Sucede algo con ese tema en especial, Maki san?

—Si. Es solamente que Yuta también hablo de mudarnos y la verdad, yo aún no estoy convencida de eso... quiero decir, apenas llevamos un año viviendo en nuestro departamento y siento que es muy pronto para mudarnos.

—Puede que lo sientas muy pronto, pero con la llegada de un bebé muchas cosas van a cambiar y entre ellas, el hogar.

—Pero yo apenas pude llamar a ese departamento como "mi hogar" y la idea de mudarme, simplemente me molesta...— comento Maki sin dejar de acariciar su vientre, en el cual hizo suaves círculos — Entiendo que debemos ver también por el bebé pero simplemente ¡agh!— suspiro de fastidio —¡No quiero salir de mi zona de confort y menos a unos meses para dar a luz!— gruño.

Utahime suspiro también.
—Maki san, ¿Para ti que es un hogar?

—¿Huh?

— Te pregunte sobre que consideras tu como un hogar.

—Bueno, esa pregunta es muy subjetiva... en este momento, usted es la segunda persona que me cuestiona sobre eso del hogar en este día — respondió encogiéndose de hombros.

—Aunque sé que la idea de mudarte puede fastidiarte, considera que tu hogar siempre lo construyes con las personas que elegiste como familia — Utahime miro con ternura a su hija — bien dicen que el hogar siempre esta donde tu corazón está.

Aquellas palabras dejaron muy pensativa a Maki mientras sobaba y miraba su vientre.

—Hogar... familia...

Tanto la plática con Megumi como con Utahime sensei la habían dejado muy pensativa. Y parecía que todo lo vivido aquella tarde, le había dado una respuesta a lo que debía hacer realmente.

Después de un rato, Yuta y Gojo regresaron con las cosas que les había pedido Utahime.

Y así pasaron esos cuatro adultos un momento agradable mientras comían lo que Utahime les había mandado a buscar.


09:00 p.m.

Maki paso todo lo que resto de esa tarde y de esa visita al hospital muy pensativa con aquellas palabras.

Una vez llegó a casa, se sentó en su sillón favorito y estuvo observando todo lo que ambos habían comprado para amueblar su departamento a lo largo de ese año.

—¿Esta todo bien Maki?— Pregunto Yuta sentándose a su lado —Desde que estábamos con Utahime sensei parecías muy pensativa. ¿Tú y el bebé están bien? ¿Paso algo?— poso su mano en la barriga de su esposa.

Maki suspiro.
—Estoy bien. Solamente estoy algo pensativa con lo que dijiste sobre mudarnos.

—¡Oh! Y ¿Y qué has pensado? Se que esa conversación la tuvimos hace dos días atrás y aun no sabía cómo preguntarte si ya habías pensado en algo respecto a ese tema— respondió Yuta rascándose la cabeza con su mano libre.

—Bueno, después de analizarlo y darle demasiadas vueltas al asunto, llegué a la conclusión de que creo que tienes razón. — Puso su mano sobre la mano de Yuta —Una vez nazca el bebé vamos a tener que buscar un lugar más grande para los tres. Además que Utahime sensei y Megumi también lo dijeron.

—Entiendo. Perdón si te viste estresada con este tema por mi culpa — se disculpó Yuta tomando la mano de Maki y le beso el torso.

Maki le acaricio la mejilla con su mano libre —Pero tienes razón, como dijiste este es un tema que debíamos tocar tarde o temprano y sí que he pensado en todo esto y ya te tengo una respuesta a esto de mudarnos— respondió ella tomando la mano de su esposo.

—¿Así? ¿Y cuál es?

—Bueno, primero confieso que una parte de mí no quiere irse pronto de aquí porque este es nuestro nido y aquí hay muchos recuerdos de como lo fuimos construyendo.

—Si que admito que tenemos muy buenos recuerdos aquí— respondió su esposo en una sonrisa.

—Cierto, aquí tenemos muchos recuerdos juntos, como cuando por la lavadora que compramos, Nobara se dio cuenta que nos habíamos casado en secreto y se enteró que ya vivíamos juntos en este departamento — dijo Maki con una risa por recordar la cara que hizo su amiga ante tal descubrimiento.

Ante tal recuerdo Yuta también rio.
—Queríamos guardar un poco más el secreto de nuestro casamiento, pero aquella llamada nos delató.

—Si, pero eso fue por mi descuido. Esa vez Nobara contesto mi teléfono y al escuchar que me decían "Okkotsu Maki" en vez del Zenin, ahí ella supo que nos habíamos casado— Maki sonrió ante el recuerdo de ver la cara de Nobara super sorprendida por el nuevo apellido de su amiga.

—Jeje y de ahí ella nos organizó nuestra boda religiosa— respondió Yuta con una gran sonrisa por ese recuerdo.

—Si, o también ¿Recuerdas cuando lo primero que compramos estando juntos en este departamento fue la cama y el refrigerador?— pregunto Maki con una sonrisa.

—Claro que lo recuerdo amor. Tu querías un refrigerador grande porque querías tener mucha comida en casa, aunque también recuerdo las primeras veces que fuimos de compras juntos. Yo siempre llenaba el carrito de fideos y arroz y cosas así y tú de vez en cuando lo llenabas de otras cosas más como comida chatarra— respondió Yuta acariciando la mano de su esposa con demasiado cariño.

—Si, al inicio las compras fueron algo chocantes porque tu eras muy organizado, llevando tu lista de cosas que debíamos comprar y yo solo metía las cosas que veía y que quería en ese instante sin seguir dicha lista — Maki suspiro ante tal recuerdo.

—Aún así. Siempre me gustó ir contigo de compras. Y quiero seguir yendo contigo siempre que tenga tiempo — Yuta beso ahora la mejilla de su esposa, mientras la abrazaba y Maki se acomodaba poniendo su cabeza sobre el pecho y hombro de su marido.

Yuta puso su mano en el vientre de Maki, sintiendo como su bebé se movía en ese instante.

—Igual recuerdo cuando empezamos a comprar los demás muebles. Tu querías que la mayoría fueran de un color y yo de otro color— Maki sonrió acariciando su vientre. — Y al final siempre elegimos un color diferente.

—Si, Aunque en lo que siempre estuvimos de acuerdo fue en la cama que queríamos, la cual si fue un poco difícil de subir al departamento por la base que le habíamos comprado— respondió Yuta con una gran sonrisa.

—Ni como olvidar eso — Maki beso a su marido con mucho amor — O cuando compramos este sillón y lo primero que hicimos fue hacer el amor aquí. Aunque en sí, lo hemos hecho en casi todo el departamento— sus mejillas se tiñeron levemente.

Yuta correspondió ese beso y una sonrisa de complicidad apareció en sus labios.
—Y así fuimos llenando este hogar de cosas. Y también de recuerdos como nuestros días de descanso donde la pasábamos juntos aquí en el sillón o en la recamara viendo películas y maratones de series, o cuando discutimos por pequeñas cosas pero siempre lo solucionábamos hablando o haciendo el amor o en el entrenamiento con las espadas— acaricio las manos de su esposa— o cuando apostamos a quien iba a ser el que lavara la ropa por un mes completo— Yuta seguía abrazando de manera tierna a Maki.

—Si que recuerdo muy bien esa apuesta, yo gane y tu tuviste que lavar toda la ropa sucia. Sobre todo, tus camisetas las cuales se ensucian muy rapido— respondió ella con orgullo.

—Eso sucede porque tú eres quien ensucia muy rápido mis camisetas ya que de vez en cuando tú las usas como vestido— respondió Yuta en un puchero.

—Pero no me negaras que me veo fantástica con tus camisetas puestas y más cuando solo uso mi ropa interior debajo de ellas— le beso los labios varias veces y se sentó por un momento — incluso ahora embarazada las uso de vez en cuando para estar más cómoda con esta gran barriga que tu creaste— hizo un leve puchero mientras pellizcaba las mejillas de Yuta.

Su marido sonrió y se sonrojo recordando tal imagen de su esposa vistiendo esa prenda suya.
—Bueno, es que siempre que usas mis camisetas sin llevar algo debajo no puedo decirte que no.

Maki sonrió y después suspiro mientras volvía acostarse al lado de su marido.
—Ya hemos hecho una pequeña parte de nuestra vida aquí y la verdad aunque me cueste admitirlo, creo que tienes razón, lo mejor será que nos mudemos para darle un espacio más amplio al bebé.

Yuta la abrazo de nuevo, mientras esta se recargaba nuevamente en su pecho.—¿Qué te hizo cambiar de opinión? Lo preguntó porque pensé que de nuevo te negarias rotundamente a mudarnos.

—Bueno, prácticamente recordé las palabras que la anciana Yamauchi nos había dicho la vez que la conocimos, así como las palabras que Utahime sensei y Megumi me dijeron esta tarde, todo eso me hizo entrar en razón— miro a Yuta a los ojos.

Siguió hablando —Y eso es que mi hogar siempre será aquel donde tú y nuestro hijo estén, ese lugar siempre será mi hogar. Así que yo digo que será buena idea buscar un nido más grande para los tres. Quiero una casa a la cual también pueda llamar "hogar"

Yuta beso la frente de su esposa.
—Te prometo que encontraremos un lugar en donde puedas estar cómoda y seas feliz. Y que sea el mejor lugar para ver a nuestro bebé crecer.

—Si. Supongo que podemos ir buscando un lugar más grande y mudarnos poco después de que el bebé cumpla un año— comento Maki con una leve sonrisa.—Realmente quiero recibir a nuestro hijo en este departamento.

—¿Eso es lo que realmente quieres Maki san?

— Si, y más que nada porque quiero tener buenos recuerdos de su primer año de vida en este nuestro primer nido, además es casi cien por cierto seguro de que esta semilla de soja va a estar durmiendo con nosotros casi todo su primer año — miro su barriga— más que nada yo soy la que quiero estar cerca de nuestro bebé al dormir — Acaricio su vientre —Así que me gustaría que fuéramos buscando un lugar con calma y de paso, disfrutar un poco más este departamento antes de buscar otro.

Yuta sonrió ante tal idea.
—Me parece Perfecto— beso la frente de Maki.

—Aunque también he pensado en que ahora en vez de departamento, me gustaría que compráramos una casa, que tenga un lindo patio y sea lo suficientemente grande para los tres— contesto Maki con una sonrisa.

Yuta beso una vez más su frente.
—Así será. Te comprare la casa que quieras. Aunque también queda la opción de conservar este departamento para cuando los dos queramos pasar tiempo libre solos tú y yo — le dijo al oído.

Su esposa le sonrió ante tales palabras y le miró a los ojos.
—Esa propuesta me gusta mucho más.

Maki beso la mejilla de su esposo mientras se acomodaban en aquel sillón, acostándose de cucharita.

Quedando Maki acostada sobre su costado derecho mientras Yuta la abrazaba por la espalda y le acariciaba el vientre, la pierna y los brazos con mucho amor.

Así esos dos, empezaron a hablar un poco más sobre lo que irían comprando para la llegada de su primer hijo, así como pensaban donde pondrían aquellas cosas en aquel departamento.

Aunque aún faltaba algo más por hacer y que era super importante para Yuta.

Y eso era hablar con sus padres sobre que serían abuelos. Cosa que parecía que ellos no lo tomarían para nada bien.

A veces, aquellos que son tu familia de sangre son los que menos te apoyan. Y eso lo comprobaría Yuta en su viaje a Sendai.

Continuara...


Notas:

Espero les haya gustado. Y díganme ¿Qué les está pareciendo esta historia?

Quizás en unos capítulos más adelante les diga como fue ese momento donde Nobara se dio cuenta de que esos dos ya se habían casado, así como también el cómo fue esa boda.

Como dije, la temporada del otoño de este fic, tratara de adentrarse en el pasado, ya que siempre he sentido que esta estación del año es la más nostálgica y también el como de un modo u otro, influyen en el presente de alguien, en este caso como influye en el presente de Yuta y Maki y más con la llegada de ese bebé. Por ese motivo habrá flashbacks para que comprendan algunas cosas de la historia.

Y en este capítulo decidí tocar el cómo dieron con su actual departamento y el cómo no es fácil desprenderse del lugar al cual nombras como hogar. Y en los próximos capítulos habrá mas sorpresas.

Lo más seguro es que en el siguiente capitulo toque el tema de los padres y la hermana de Yuta. Ustedes que creen que pasara ¿Acaso ellos tomarán a bien esa sorpresa de que serán abuelos y tía? O ¿No lo tomaran para nada bien?

Igual también se acerca la revelación del sexo de ese bebé, ¿Ustedes que creen que serán? ¿Un niño o una niña? Los estaré leyendo. 👀

En otras noticias, la verdad, espero poder actualizar pronto y más que de ahora en adelante, mi vida fuera de la plataforma se volverá mas agitada por cuestiones personales y laborales, aun así, tratare de estar al pendiente y tratare de darme tiempo para escribir.

Espero no tener que tomar la drástica decisión de dejar de escribir para enfocarme en otras situaciones y si llegara a suceder, se los hare saber.

Aun así, de nuevo, muchas gracias por todo su apoyo.

Los quiere Vera ❤

Pd: si me van a ofender, háganlo por mensaje privado a mi twitter Vera1794