Capítulo XXVIII
Llegó al lugar antes que su competencia, sin embargo, no hubo diferencia. Luisa, al igual que los otros reporteros, no pudo sacar ninguna buena imagen.
–¡No puede ser!
Gritó molesta, pues ya era la segunda vez que le pasaba lo mismo con su cámara. Simplemente dejaba de funcionar o salían borrosas las fotos. Y es que la exclusiva que le había adelantado Olliver, no se dio porque no le permitieron el paso ni a la acera frente al restaurante. Vió el disturbio desde lejos y eso, solo eran gente corriendo. Cuando todo terminó y los servicios de primeros auxilios, así como las autoridades se retiraron. Los otros y ella corrieron al lugar, pero no pudieron ver más que el restaurante destrozado y como la policía acordonada el perímetro.
Luisa tomó fotos de eso y fue a LexCorp por si había declaraciones de parte de Tess.
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Las noticias fueron recibidas como se esperaba. El público estaba indignado por la situación. El ataque a Lex Luthor y a su hijo no eran algo que se dejara pasar. No, después de la gran campaña que se hizo de Newlive y como beneficiaría a gente sin recursos. A esto, Tess hizo pedir a sus reporteros que entrevistaran a los primeros seleccionados de ese programa. Los que pagarían por el y los que les sería donado el trasplante. Uno a uno, se recopilaron las entrevistas, aderezadas con la indignación de los entrevistados.
No importó lo que costó la tirada de último minuto, era un gasto que valió cada centavo. El Diario hizo repartir esa misma noche ese tiraje especial. Todos en el Planeta trabajaron horas extras, desde reporteros, editores, y repartidores. En cada hogar que tenía la suscripción del Planeta se enteraron de lo sucedido, luego fue informado a los demás y no hubo persona en Metrópolis que por la noche no supiera lo que sucedió, tanto así, que Jonathan tuvo que anunciar que daría una conferencia de prensa a las once de la noche.
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Clark llegó al hotel y se presentó en la recepción, pidiendo que avisaran al señor Wane de su visita y preguntando ¿si podía recibirlo?
Bruce ya conocía a Clark, si no personalmente, si por la investigación que hizo de este por algunos comentarios de Queen. Por eso dio el permiso para que el visitante subiera. Alfred lo ayudó a sentarse en la sala de la gran suite y ahí esperaron por el Kent.
A Clark no le pareció extraño que Wane no tuviera más que un par de guardias, cuidando el pasillo.
Clark avanzó y uno de los guardias lo revisó muy superficialmente, luego tocó y abrió la puerta de la suite. El kryptoniano entró. Y una voz varonil, lo invitó:
–Entre, señor Kent.
Clark avanzó y saludó.
–Buenas tardes, señor Wane. Gracias por recibirme.
–Lo recibí porque no creo que venga en calidad de reportero. ¿O si?
–No. La verdad es que incluso me escapé del trabajo.
–Lo imagino. Siéntese, señor Kent.
–Llámeme Clark, si me llama Señor Kent, creo que le habla a mi padre.
Bruce sonrió y Alfred sirvió un par de vasos. Clark lo vio y el mayordomo explicó.
–Es limonada, señor Kent.
El Kryptoniano se sonrojó, y Bruce intervino.
–Ni yo he logrado que Alfred me llame solo Bruce y eso que desde que perdí a mis padres ha sido mi guía.
–Amo Bruce…
Bruce hizo un gesto con las manos y Clark lo comprendió.
–Tess Luthor me pidió una entrevista para el Planeta y se la voy a dar, pero me interesa que seas tú el que la haga, más antes de eso quisiera saber el motivo de tu visita.
Clark bebió la limonada de un trago, dejó el vaso y enseguida mostró lo que traía en la bolsa de su chamarra, la figura de un reconocido murciélago.
–Vengo a entregarle esto y agradecerle su ayuda. Lo que hizo por Lex y … Conner, no puedo pagarlo con nada…
–¿Cómo sabe que eso es mío?
Clark sonrió con timidez.–Super vista. No pretendo meterme en su vida o secretos, al contrario, puedo jurar que no diré nada. Usted arriesgó su vida por lo más importante de la mía.
–Lex y yo somos amigos, no nos vemos mucho, más nunca hemos perdido contacto o eso fue hasta hace siete años. Lo hice por su hijo y él.
–Lo sé. Hace cosas buenas para muchas personas, sin pago o recompensa alguna, pero ésta vez fui el beneficiado.
–Tú hiciste mucho más y solo en segundos.
–Desgraciadamente el enemigo conoce mis debilidades. El precio de ser tan confiado. No solo casi pierdo en ese lugar, también me hizo alejar a Lex hace años.
Clark no supo porque Bruce le dió la confianza de contarle todo eso, no obstante el hombre no lo estaba juzgando.
–Ambos tenemos secretos Clark, la diferencia es que yo no confío en mucha gente para compartirlos, pero realmente creo que Lex es alguien que sabe guardar secretos e incluso hacerlos suyos.
–Tarde lo comprendo.
–En mi opinión, el pasado no se puede cambiar, más si se puede arreglar el presente para crear un buen futuro.
Clark asintió.–Eso intento.
–Y bueno, creo que información por información es un buen trato ¿No, Clark?
El mencionado vio al de Gottham y asintió.
La conversación fue tranquila y para beneplácito de Clark, Bruce era un buen oyente sin prejuicios y con pocas preguntas. Por su parte el Wane se dijo que Lex tenía mucha razón, Clark era un tipo demasiado sincero y dado a creer en que todas las personas tenían un lado bueno. Un tipo que se podía codiciar, pero al mismo tiempo este tenía un gran defecto y ese era seguir las opiniones de los que consideraba sus amigos, los cuales no eran ni de cerca tan bien intencionados como él.
–Olliver y los otros no debieron acercarse a Lex y a Conner .
–Es tu hijo ¿Verdad?
–…
–Ciertamente no importa si lo es o no. Es un niño y eso debió pesar para que esos supuesto superhéroes no lo lastimaran.
–No habrá una segunda vez.
–Yo apoyo esa decisión. Con más confianza ahora sí pregunta para tu reportaje y responderé.
Clark movió la cabeza y recordó que no traía nada para escribir. Alfred se acercó y le entregó un block y una pluma.
Cuando terminaron, Clark se despidió y de nuevo agradeció a Bruce, este hizo un ademán de quitarle importancia.
–Olliver tuvo una buena idea al formar ese equipo, más no sirve para dirigirlo.
–Ayudar siempre es buena idea. Pero los prejuicios entorpecen el resultado.
–Veré si puedo arreglar algo que funcione para tu ciudad y para la mía.
–Cuenta conmigo…, Bruce.
Clark se despidió y Alfred esperó para preguntar.
–¿Quiere asociarse con él?
–Es un superhéroe de nacimiento, pero le sugeriré otro seudónimo. "La mancha" no es bueno .
Clark, en el elevador, se rió divertido. También creía que "La mancha" era un nombre feo.
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Lex terminó la videollamada con los FitzGerald y estos se quedaron más tranquilos. En la sala, Duncan cerró su portátil y se levantó. –Me tengo que ir Lex. La citación es mañana a las siete de la mañana.
–¿Qué cargos conseguiste ?
–¿Por quién me tomas? ¡Todos, por supuesto!
–…
–Ya lo verás, Es una sorpresa. ¿Estarán bien solos?
–No te preocupes. Tess dijo que vendrá más tarde, para que veamos juntos la conferencia de Jonathan.
Duncan asintió y se retiró. Lex fue a revisar a Conner. El niño despertó cuando escuchó a su padre abrir la puerta. Al principio, se asustó un poco al no reconocer la habitación, sin embargo, Lex le habló.
–Aquí estoy, cariño.–Se acercó a la cama y Conner lo abrazó. Lex amaba que su hijo aún lo sintiera como su puerto seguro, más en esta ocasión odiaba el motivo de ello.
–¿Quieres cenar?
Conner movió la cabeza en afirmación. Lex se levantó con su hijo en brazos y fue a la cocina. Sería difícil preparar algo cargando a Conner, más debía intentarlo. El timbre sonó y Lex frunció el ceño, pues con los Drones resguardando el edificio y con guardias en todo el lugar, era imposible que alguien pudiera pasar… ¿O no?
Conner alzó la cabeza y vio hacia la puerta. Su rostro se transformó y chilló emocionado:–¡Es él, papá! ¡Es el hombre bueno!
Lex casi gruñó, pero al ver a su hijo tan animado, tuvo que ir a abrir, sin dejar de mascullar…
–Jodidos drones traidores.
–¡Papi!
Lex rodó los ojos, a veces olvidaba el súper oído. Aaah y no solo de su hijo. Abrió y Clark se movía nerviosamente.
–No quise romper mi promesa, solo quería saber si estaban bien.
Lex se cruzó de brazos.
–Si. Los que no estarán bien son … ellos.
–Si. Se los advertí.
Lex se asombró por esa frase de Clark, pero no lo demostró. En cambio estaba por despedir al kryptoniano, más alguien se le adelantó. Conner corrió hasta la puerta y saludó.
–¿Usted está bien?
Clark se quedó inmóvil, admirando al pequeño.
Como Clark no respondía, Conner continuó.–Yo me asusté un poco, pero papá y el señor Wane nos sacaron de ahí. Y bueno, usted ayudó mucho. –Clark sintió que algo tibio bajaba por sus mejillas.
Conner se preocupó.
–¿Le duele dónde lo lastimaron?
–No. Estoy bien, solo… también me asusté un poco.
–Cuando me asusto, papi me abraza y Tobey me divierte.
–¿Tobey?
–Es mi perro, pero se quedó en nuestra casa en St Andrews. Lo extraño mucho.
Lex, cargó a su hijo.–Conner, el señor Kent ya debe irse .
–¿Se llama Señor Kent?
Clark se limpió las lágrimas y sonrió.
–Me llamo Clark Kent. Mucho gusto Conner.
Lex lo miró y Clark se aclaró la garganta.–Me alegra que estén bien. Ya debo irme.
Conner no pareció muy contento por eso, pero no dijo nada. Clark alcanzó a agitar la mano antes de que Lex cerrara la puerta.
El Kryptoniano salió del lugar y corrió sin detenerse hasta las cuevas Kawashi. Llegó y le pidió algo a la IA. Solo esperaba tener éxito.
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Estando en el lugar, vio los encabezados antes de que salieran. Chloe se mordió la uña del dedo gordo.
–Conozco ese tic nervioso.
–¿Luisa, qué haces aquí?
–Te recuerdo que sigo siendo reportera. Y vengo a entrevistar a tu jefa, al fin y al cabo es hermana de Lex, algo debe saber o más bien todo. Si confío en las noticias de esta noche.
Chloe se encogió de hombros. –No creo que puedas verla.
–¿Crees que no me dejarán pasar?
–Ella ya se fue.
Luisa rechinó los dientes y salió furiosa del lugar. Por lo menos podría ir a la conferencia del Gobernador.
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Los FitzGerald lo conocían. Conrad lo recordaba. Sabía que no confiaba en él, pero era una verdad innegable que ese hombre era el mejor equipado para proteger a Lex y a Conner, así que usaron la transportadora y se la entregaron.
–Cuídalos bien o tenemos todo un almacén lleno de roca verde.
Clark asintió y salió… volando de ahí.
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Regresó a su ático y vio que su correo estaba lleno al igual que su contestadora. Olliver se dejó caer en el sofá y dió pulsar a los mensajes. Sus abogados se estaban volviendo locos. Industrias Queen tenía varias demandas de espionaje empresarial, evasión fiscal, robo de propiedad intelectual y patrocinar a un grupo criminal.
Los socios de Industrias Queen estaban huyendo en desbandada. Y a Olliver le dolían hasta las muelas. Era consciente que Lex y su gente solo estaban comenzando con la revancha.
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Llegó al edificio por la azotea y no tardó en bajar. Tocó la puerta…
Tess abrió y solo su experiencia en los negocios, evitó que abriera la boca de asombro.
–¡¿Clark, qué haces aquí?! ¿Cómo entraste?
Se escucharon las pisadas de Conner al correr, deteniendo el interrogatorio.–¡Señor Kent!
–Hola de nuevo, Conner. Te traje a tu guardián, para que ya no tengas miedo.
Clark bajó la transportadora y la abrió.
Conner recibió emocionado a .. Tobey.
Clark sonrió y alzó la vista. Lex cruzado de brazos lo miraba.
–Ya me voy.
Clark dio la media vuelta, pero escuchó antes de irse.
–¡Gracias señor Kent!
–Bien hecho, Clark.–dijo Lex.
Clark se fue, pero su sonrisa no se borró en ningún momento de camino a la conferencia de su padre.
…
