Severus Snape abrió los ojos lentamente y lo primero que vio fue un techo de madera. No se parecía al interior de la maldita cabaña destartalada que tenía grabada a fuego en su memoria.
Qué extraño, de acuerdo a sus últimos recuerdos, él había sido mortalmente herido por Nagini. ¿Entonces cómo es posible que estuviera despierto?
¿Cómo era siquiera posible que viviera con una herida abierta? Tocó su cuello, pero no sintió nada más allá de piel caliente y su pulso a mil.
Sus pensamientos fueron interrumpidos por una puerta abriéndose y una chica entrando con una bandeja de comida.
