De alguna manera, acabó almorzando con esta familia de granjeros cuya casa parecía tan anticuada como lo fue la suya en su infancia, aunque bastante mejor cuidada, no es que quisiera recordar eso en este momento.
A excepción de una niña, los demás lo ven abiertamente divertidos. Les lanza una mirada que han hecho a otros niños estremecerse y queda satisfecho cuando lo logra, aun si esto le provoca miradas curiosas de los adultos. La chica -que es la única otra persona que se parece a la pareja aquí- también se congela en su sitio con miedo.
Eso está bien.
