El mismo doctor que lo revisó poco después de despertar y le informó su pérdida de memoria, llega esa mañana temprano.

Floch no lo llamó y hasta intentó decirle en la puerta que no era necesario porque el sujeto tuvo la maldita idea de que lo correcto era negarle información y evitar contacto con determinadas personas -a excepción de su… familia- por un tiempo, porque no debía forzar su memoria.

El doctor insiste y esta vez hablan a solas, sin la mujer y el chico presentes. Sus indicaciones son totalmente diferentes a la última vez:

Su vida peligra, debe recordar.