Hola aquí Vera.
Bueno, ustedes votaron y aquí vengo a dejarles este día miércoles un capítulo más de este fic y más que estamos a muy poco de que Jujutsu Kaisen termine.
Independientemente de cómo acabe este manga, saben que aquí tienen un fic que puede servirles de confort.
Bueno, sin más, aquí tienen un capitulo muy especial y ya sabrán porque ❤ y mas que este fic es una línea alterna a los sucesos ocurridos en el manga.
Que disfruten la lectura.
Las dos estrofas que abre este capítulo, es de mi canción favorita de cumpleaños 🎂
21. ❄ Un Frío Cumpleaños❄
❄️ Invierno 🎂
"Vuelve a ser mi cumpleaños, y en la mesa habrá dos platos, aunque sepa que esta vez tu no vendrás. Solo quiero de regalo, dar la vuelta al calendario, Para que estos años pasen hacia atrás.
Cumpliría un año menos, y al soplar daría fuego, a las velas que pusiste en el pastel. Tras invierno vendría otoño, tras septiembre vendrá agosto y mañana será un poco mas ayer…"
22 de diciembre.
39 semanas.
9 meses de embarazo.
Cerca del mediodía.
—¡Maki!
Yuta ingreso casi resbalándose en aquel hospital. El invierno había llegado y con ello lo que parecía ser la por fin llegada de ese bebé.
El hechicero llego todo agitado a la recepción, así como había llegado meses atrás, y al igual que en aquella ocasión pero con ese tifón, esta vez Yuta también estaba empapado, pero ahora por la nieve que caía contra la ropa de invierno y dejaba una suave capa húmeda. Incluso en su cabello traía algunos copos de nieve. Realmente aquel primer día de invierno calaba en los huesos, incluso tenía el rostro enrojecido por el frío.
Yuta estaba en una misión cuando Megumi le llamo asustado, le comento sobre que Maki estaba al parecer presentando contracciones, y que la llevaría de urgencias al hospital.
De verdad, Megumi sonaba muy asustado por aquella bocina. O mejor dicho eso fue lo que percibió Okkotsu.
Así que el hechicero dejó la misión que estaba cumpliendo en una de las partes más céntricas de Tokio para ir corriendo hacia donde se supone su esposa ya estaba dando a luz.
Él se lo había prometido, él estaría ahí en el momento del parto para sujetar su mano y apoyarla en todo momento y darles juntos la bienvenida a su hijo como lo habían prometido hacia un poco más de dos semanas atrás.
—Buenos días — Yuta soltó el aire con desespero, sus pulmones ardían por el frío y el esfuerzo casi sobre humano de llegar a tiempo—Me dijeron que mi esposa se encuentra dando a luz aquí, ella es paciente de la doctora Satō Azami— dijo a la recepcionista.
—¿Cuál es el nombre de su esposa?— pregunto esta con total calma.
—Okkotsu Maki ¿Ella está bien? ¿Mi hijo como esta?— Yuta estaba con los nervios de punta.
—Si, ella fue ingresada hace casi una hora atrás. Su esposa se encuentra en el quinto piso en el área de ginecología-obstetricia, esta alojada en la habitación siete, pero ella va... — fue interrumpida ya que Okkotsu llevaba prisa.
—¡Muchas gracias!— Yuta agradeció y se esfumó rápidamente sin que la recepcionista le dijera que estaba pasando.
—¡Oiga no corra!— solo grito molesta aquella mujer antes de llamar al personal de limpieza para que secara la nieve que había dejado al ingresar.
Yuta subió deprisa en el elevador, apretó varias veces el botón al piso correspondiente porque quería subir lo más rápido posible.
Sus pies se movían con demasiada desesperación, sus manos, las cuales apenas estaban entrando en calor, estaban hechas puños a sus costados.
—¿Maki estará bien? ¿nuestro hijo estará bien? ¿Habré llegado a tiempo?— todas esas preguntas bombardeaban la mente de Yuta mientras el elevador subía —¡Vamos! ¡Rápido!— decía con desespero viendo cómo se detenía en el piso correspondiente.
—¡Maki!— la voz de Yuta se escuchó muy fuerte por toda aquella sala médica, salió corriendo de aquel elevador una vez las puertas se abrieron.
Y como hace meses atrás, Yuta se acercó a la estación de enfermería que estaba en la entrada de aquel piso para pedir información sobre su esposa.
—Buenos días, Estoy buscando a Okkotsu Maki, soy su esposo, me dijeron que estaba aquí. Me dijeron que sus contracciones ya habían comenzado — comento agitado, acercándose a unas enfermeras que estaban en la recepción de ese piso.
Rápidamente una enfermera reviso el historial. Encontrando aquel nombre con facilidad.
—Su esposa está en la habitación siete, esa habitación esta por aquel pasillo— explicó la enfermera—La doctora Satō estaba atendiendo la hace un momento pe...— fue interrumpida también por el hechicero.
—¡Muchas Gracias!— Yuta corrió hacia esa habitación que estaba al fondo en el pasillo. Tampoco había dejado que aquella enfermera le explicara la situación.
El pobre sentía que su corazón se le saldría por la garganta. En aquel momento se culpaba por haber salido a esa misión y de paso, por estar ayudando a preparar junto a sus amigos aquella sorpresa que iban a revelar en la tarde. Si tan solo no hubiera salido de casa, no estaría tan ausentado de aquel importante acontecimiento como el nacimiento de su hijo.
Yuta toco a la puerta una vez, pero no recibió respuesta alguna, aunque se le hizo escuchar un quejido de una mujer que venía de dentro de esa habitación, al mismo tiempo que se le hizo escuchar la voz de una doctora.
—Puja, ya está a punto de nacer — escuchó decir mientras se escuchaba el quejido mas fuerte de la otra mujer.
Yuta tomo con rapidez la perilla y abrió la puerta sin pensarlo.
—¡Maki!— entro rápidamente.
Sintió que el corazón se le detuvo y su alma quería salirse de su cuerpo al notar que en la cama de aquella habitación no había nadie.
Solo había un suero colgando a un lado de la cama y los monitores estaban prendidos pero desconectados. Incluso ahí estaban la pañalera que habían preparado para tal esperado día, así como estaba la maleta con todo lo que Maki necesitaría para su estancia en ese hospital.
Yuta estaba bastante asustado por no ver a nadie ahi. Pensaba en lo peor.
—¿Y si la metieron de urgencia a una cesárea? — se preguntó muy angustiado, que incluso empezó a hiperventilar—¡Debo!— En ese instante fue interrumpido abruptamente cuando recibió un golpe en la cabeza por parte de una mano femenina con gran fuerza.
—Yuta, no alces la voz, estas haciendo un escándalo y estas asustando a las demás pacientes que ya están dando a luz— dijo Maki con una gran mueca mientras entraba a la habitación, en ese momento ella no llevaba puesta una bata quirúrgica, sino al contrario, vestía un pans cómodo y una sudadera calentita en color rosa —Es más, Megumi y yo pudimos escucharte desde el otro pasillo — dijo poniendo sus manos en su cadera.
—¿Maki? ¡Pero! — Yuta se veía aturdido —¡Pensé que te habían metido de urgencia a una cesárea!— comento con un nudo en la garganta—¡Fushiguro me llamo diciendo que ya tenías contracciones!
Su esposa suspiro y cruzo sus manos sobre su pecho.
—Contracciones de Braxton.
—¿Eh?— Yuta estaba bastante confundido mientras veía a su esposa bajar los hombros en un suspiro y suavizar su rostro.
—Solo son contracciones de Braxton, en otras palabras "falsas" contracciones — Maki sonrió un poco llevando ambas manos a su vientre— Digamos que le dimos un gran susto a Megumi— miro a su familiar, quien había entrado detrás de ella en esa habitación.
El azabache suspiro y rasco su nuca.
—Admito que me asusté y entre en pánico cuando Maki dijo que tenía contracciones, sobre todo cuando la vi quejarse mucho y decir que aquellos dolores y calambres duraban más de lo pensado, así que decidí traerla al hospital— explicó en una leve mueca, estaba bastante avergonzado por lo sucedido — Pero resultó ser una falsa alarma.
Maki tomo la palabra.
—Si, admito que esta vez las contracciones de Braxton fueron un poco más intensas, pero Azami san ya me reviso y dijo que todo está bien— comento en una sonrisa mientras miraba su vientre.
— Si que le dimos un gran susto a su primo — miro a esos dos —Bueno, se nota que este bebé está ansioso por molestar a Megumi que hasta decidió asustarlo el día de su cumpleaños.
Megumi contesto molesto al comportamiento de su familiar.
—No es gracioso Maki san.
—Para mí lo fue, aun así, presiento que mi hijo va a empezar a molestarte desde ahora en adelante— Maki tenía una gran sonrisa en los labios.
Yuta abrió enorme los ojos y recordó que ese día era el cumpleaños de Fushiguro. Al mismo tiempo que tomaba un respiro de alivio, ya que aquello había sido una falsa alarma.
—¡Perdón que mi esposa y mi hijo te hayan asustado en tu cumpleaños Megumi kun!— se disculpó Yuta haciendo una gran reverencia.
Megumi suspiro al ver esa reacción de su senpai. Igual sentía culpa por haberlo preocupado de esa manera siendo aquello una falsa alarma.
—No debes porque disculparte Okkotsu senpai, simplemente este es un día como cualquiera. De paso, me disculpo por haberte llamado de esa manera tan preocupante.
Las comisuras de los labios de Yuta bajaron ante tal respuesta de Fushiguro mientras se reincorporaba. Para él, un cumpleaños ya era una fecha importante, primero porque su hijo los siguientes años tendría cumpleaños y en segundo, porque ahora esos dos eran familiares políticos.
—Aun así, debemos festejarte y más que has estado al pendiente de Maki en estas últimas dos semanas mientras yo he estado atendiendo mis últimas misiones.
—Solo estoy cumpliendo con mi palabra como habíamos acordado. No hay nada que agradecer— contesto Megumi con amabilidad. Pero al mismo tiempo quería evitar seguir hablando de su cumpleaños.
—Bueno, como esta falsa alarma ya paso ¿Qué tal si vamos a comer?— dijo Maki sentándose un momento en la orilla de la cama.
—¿Estas segura que estas bien Maki san? Por lo que dijo Megumi hace un momento, parece que esas contracciones fueron más fuertes que la vez anterior — comento Yuta muy preocupado. —¿Segura que puedes abandonar el hospital?
—Lo mismo es lo que yo le dije, pero no hace caso— respondió Megumi muy seriamente— Ella quiere que salgamos a comer.
Maki se molestó por esos comentarios, incluso torció levemente la boca y sus manos se cruzaron sobre su pecho.
—Pues Azami san dijo que podía irme. Sino pregúntale a ella porque en si ya no he presentado contracciones y no me siento mal en este instante, tampoco tengo calambres y lo único que tengo es mucha hambre — apunto a la persona que estaba en el umbral de aquella habitación escuchando aquella conversación en silencio.—¿Verdad que ya nos podemos retirar Azami san?
En sí, la doctora había decidido no entrar hasta que fuera necesario.
Pero al ser delatada por Maki, esta tuvo que intervenir.
—Bienvenido Okkotsu kun y así es — Azami llevo sus manos a los bolsillos de su filipina rosa —Ya revisé a Maki san y efectivamente solo son contracciones de Braxton, estuve monitoreándola por más de una hora y de paso la mande a caminar un poco, si las contracciones continuaban aun haciendo la caminata, esa era nuestra señal para saber que efectivamente ya había entrado en labor de parto. Pero estas ya no han aparecido, además que su tapón mucoso sigue en su posición y su cerviz no presento dilatación alguna, pero aun así ese bebé puede nacer en cualquier momento.
—Yo solo creo que este niño le quiso jugar una broma a su primo Megumi—
Maki sonrió un poco acariciando su vientre.
—En todo caso —Yuta se giró a ver a esa doctora — Azami san ¿Es seguro que Maki abandone el hospital?— preguntó algo preocupado. Parecía todo nervioso.
La doctora respondió con sinceridad, podía ver que ese padre primerizo de verdad estaba preocupado.
—Como dije, ese bebé puede nacer en cualquier momento, aun así lo ideal será que Maki vaya a casa a descansar. Quedarse aquí solo la estresaría y podría complicar las cosas, así que ella puede retirarse. De todos modos tienen mi número, cualquier cosa que ella sienta que no está bien o en el momento en que se le rompa la fuente o las verdaderas contracciones empiecen, yo estaré lista para atenderlos aquí como habíamos acordado con todos los servicios que han contratado. Como dije yo recibiré a su hijo, no tienen por qué preocuparse ya que están en buenas manos— sonrió para darle tranquilidad a ese padre— Pero por lo pronto, vayan a casa relajarse y a descansar. Presiento que ese pequeño no nacerá este día.
Yuta relajo un poco los hombros.
—Muchas Gracias Azami san.
—No hay de que, al contrario es bastante lindo y confortante saber que los varones más cercanos a Maki san se preocupan bastante por su bienestar y el de ese bebé— sonrió mirando a esos dos hombres—Bueno, iré firmando tu alta y poniendo esto en tu expediente, Maki san puedes retirarte cuando estes lista, con su permiso— comento la doctora antes de salir de la habitación.
Una vez esa doctora se retiró, Maki sonrió y miro a esos dos.
—¿Ven? Se los dije, estoy bien.
—Maki, lo preguntare una vez más ¿Estas segura de que quieres que vayamos a casa?— pregunto Yuta acercándose a su esposa y tomando su mano —¿Como te sientes tu y él bebé?
Su esposa le acaricio la mejilla.
—Estamos bien y la respuesta es sí, quiero ir a casa pero antes de eso quiero que pasemos a comer unas hamburguesas, él bebé y yo tenemos antojos de unas — miro hacia Fushiguro —Y de paso, así podríamos celebrar tu cumpleaños.
Megumi suspiro y llevo sus manos hacia sus bolsillos.
—No es necesario, como dije, este día solo es un día más para mí.
—Aun así, debemos festejarte. Y por eso mismo quiero que vayamos a comer— respondió Maki con molestia por la actitud del azabache.
—¡Así que NO hagas enojar a la embarazada, te lo he dicho muchas veces Megumi!— regaño. Parecía una tía molesta por las contestaciones de su sobrino.
Megumi entrecerró los ojos por aquel injusto llamado de atención. Después soltó el aire despacio.
—Está bien, pero…—Apunto al equipaje y a las cosas que habían traído al hospital.— ¿Qué harás con las maletas que trajiste?
Aquel matrimonio miro hacia donde apuntaba el azabache. Quien rápidamente dio un pretexto para no acompañarlos.
—Si gustan yo puedo llevarlas a su departamento mientas ustedes van a comer.
—No te preocupes por eso, le pediré a algún director asistente que nos la lleve a casa mientras los tres vamos a comer— explicó Yuta con una gran sonrisa.
—mmmm— Megumi soltó aquel leve ruido. No parecía convencido por aquella opción.
—De todos modos Fushiguro kun déjame agradecerte por cuidar y por preocuparte por Maki mientras yo estaba en mi misión. Déjanos invitarte a comer por este día — comento Yuta con amabilidad mientras seguía sujetando la mano de su esposa.
Realmente para Megumi aquel día era uno como cualquiera. No es que no le gustará su cumpleaños, sino que simplemente para él ya no era una fecha especial desde hacía varios años atrás.
Aunque debía admitir que desde la mañana tenía una extraña corazonada.
Tenía un extraño presentimiento sobre que Itadori y Nobara le debían estar preparando algo, así que en parte también estaba haciendo tiempo para no llegar pronto a la academia.
Por un instante pensó que quizás podría ser buena idea pasar un rato con Maki y Yuta, ya que de un modo u otro, eran los familiares más cercanos que le quedaban en ese momento en aquel país. Además que la llegada de ese bebé, también de una forma u otra le importaba.
Aunque en el fondo, sólo quería pasar su cumpleaños tranquilamente, tomando un café en su habitación y leyendo un libro que recientemente había comprado. Así podría esperar en completa paz el mensaje de felicitación de cierta persona en especial que tanto estaba esperando, pero que parecía no llegaría ese día.
Fushiguro no iba a poder zafarse fácilmente ni de la pareja Okkotsu, ni de la pareja de idiotas de sus amigos.
Soltó un suspiro de derrota.
—De acuerdo, vayamos a comer esas hamburguesas— dijo aquello para no ganarse un golpe de Maki.
—¡Perfecto! ¡Vamos a comer!— dijo Maki muy animada.
Pero definitivamente a Megumi no le gustaba la idea.
03:50 p.m.
La nieve, la cual empezaba a caer lentamente del cielo, ya estaba llenando el suelo de la ciudad de una delgada capa.
Las luces y los adornos con temáticas navideñas y de fin de año, ya decoraban las calles, así como ya adornaban los árboles y los edificios.
Aquella festividad extranjera que empezaba a tomar fuerza en aquel país ya se encontraba a la vuelta de la esquina.
Para esa hora de la tarde, los tres ya habían abandonado el restaurante donde habían entrado a comer y ahora estaban en un área tranquila dentro de un centro comercial donde habían entrado para refugiarse del frío.
En aquel momento, Maki se sentó en una banca a tomar un respiro, ya que caminar con un gran vientre de 39 semanas, ya era todo un reto y más que su paso se había vuelto muy lento. Así que decidió descansar. Sus manos fueron hacia su espalda baja, cerró los ojos por un momento e hizo levemente su cabeza hacia atrás, mientras tomaba un respiro profundo.
—¿Te sientes bien Maki san?— pregunto Yuta con preocupación al ver a su esposa con esas expresiones.
—¿Acaso es otra contracción?— Megumi también se preocupó al ver a Maki sentarse con cansancio y poner sus manos en su espalda baja.
Maki acarició su vientre y miro a esos dos.
—Estamos bien y no, no es otra contracción. Dejen de preocuparse, solamente necesito descansar— hizo una mueca.
—Está bien amor, cualquier cosa que sientas no dudes en decirnos — comento Yuta relajando los hombros.
En ese momento, donde tanto Maki como Megumi parecían estar distraídos.
Yuta miro la hora en su celular, y de paso contesto un mensaje que alguien le había mandado.
Parecía que en ese momento todo estaba completamente tranquilo, y esa podía ser considerada su señal para tanto ir a comprar aquello que sus amigos de la academia le habían encargado, como también quería ir a comprar el regalo que le quería dar a Maki por navidad.
—Amor, ya regreso, iré rápido a comprar algo— dijo guardando su celular.
Aquello se le hizo extraño a Maki, incluso levantó una ceja.
—¿Qué vas a ir a comprar? ¿Quieres que te acompañemos?
—Tranquila amor, iré a comprar algo que necesitamos para la casa— dijo Yuta tratando de no mostrar nerviosismo.
Esa respuesta se le hizo bastante extraña a su esposa.
—¿Y qué es eso que necesitamos en casa?
—Quiero comprar algo para la sala Jeje, en si voy a ir a comprar algo que siento que nos hace falta en el modular donde está la TV— Trono los dedos— Si eso, iré a comprar una nueva antena y no es necesario que me acompañes, iré muy rápido, lo prometo— comento Yuta con una leve sonrisa.
Aquello seguía pareciéndole bastante extraño a Maki. Aun así iba a confiar en él.—De acuerdo, cuando vengas de regreso me traes una banderilla o unos onogiris o unos dangos.
—Claro mi amor— Después se giró hacia el azabache.
—Megumi ¿No hay problema en que te encargue un momento a Maki? Juro que no tardaré, como dije, debo ir a buscar algo para la casa.
—Adelante senpai. Ve con cuidado, yo aquí me quedaré con Maki san— contesto este con amabilidad.
—Muchas Gracias, no sé qué haríamos sin ti Fushiguro kun— comento Yuta en una sonrisa.
Se acerco a su esposa y le dio un beso rápido en los labios —Ya regreso, no me tardaré lo prometo — dio una rápida caricia al vientre de Maki.
Debía darse prisa para comprar tanto el regalo que le estaba preparando a Maki como para conseguir aquel encargo que le habían pedido sus amigos.
Una vez Okkotsu se alejó entre la gente, ambos familiares guardaron un momento de silencio.
Megumi se sentó a un lado de Maki y relajo los hombros, realmente aquel día había sido un tanto estresante en sus propias palabras debido a que en primera; por ser su cumpleaños y en segundo por el susto que le había sacado Maki con el tema de las contracciones.
Ambos miraban en silencio hacia el frente. Veían como la gente iba y venía con sus bolsas de compras.
Maki fue la primera en hablar para romper el hielo, ya que aquella escena la sentía bastante familiar.
—Esto se siente como aquella vez que te dije que estaba embarazada hace ocho meses atrás ¿No lo crees?
Megumi soltó un suspiro mientras miraba sus propias manos.
—Si, así se siente.
La peliverde acaricio su barriga con una gran sonrisa. Parecía haber tenido un agradable recuerdo.
—Confieso que no se me olvida la cara que hiciste esa vez — soltó una pequeña carcajada—Recuerdo que escupiste todo tu café al momento en que te revele sobre mi embarazo.
Megumi tenía una sonrisa serena. También recordó ese momento.
—Si, Que rápido paso el tiempo— suspiro— Tampoco se me olvida todo lo que se ha vivido desde que me diste la noticia. Recuerdo que estabas en un gran dilema sobre esto de tu embarazo.
—Bueno, fuiste el primero en enterarte así que siéntete halagado por eso— respondió la peliverde moviendo levemente sus pies.
Aquello le dio curiosidad a Megumi. Realmente él había sido el primero en recibir esa noticia pero quería saber el porqué.
—Maki san ¿Puedo preguntarte algo?
—Adelante. ¿Qué quieres saber?
—Simplemente tengo curiosidad de saber ¿Por qué decidiste que fuera yo el primero en saber que estabas embarazada?— cuestiono mirándola fijamente.
Maki miro al techo, observando las luces de aquel centro comercial, así como también la decoración que adornaba el espacio con copos de nieve y estrellas.
En aquel instante recordó cuando había descubierto que estaba embarazada. Todas las emociones y pensamientos que le vinieron al saber de ese descubrimiento y lo desesperada que estaba por saber que debía hacer. Así como también recordó el porqué había elegido a Megumi para que le diera consejo.
Tomo un respiro y giro su rostro para ver a su familiar.
—Por qué desde que te conocí, supe que podía confiar y contar contigo en todo. Además, eres la persona más cuerda que conozco en este mundo de locos y eras mi mejor opción para pedirte consejo.— Su mano fue sobre su vientre, haciendo círculos en este.
—Como te dije aquella vez cuando te revelé que estaba embarazada, sentí que de alguna manera esto tenía que ver con nuestra maldita sangre. Tenía mis dudas sobre si debía continuar con este embarazo, y sabía que tú eras la única persona que me ayudaría a mantener los pies en la tierra con este asunto. Incluso no se me olvidan tus palabras sobre si yo me consideraba apta para dar mis propios frutos, dejando atrás el estigma de ser una Zenin para formar mi propia familia —sonrió— De verdad, te agradezco que ese día no me juzgaras y también que nunca te hayas burlado de mí cuando me has visto llorar.
Megumi sonrió levemente, sentía que Maki estaba diciendo aquello desde el fondo de su corazón.
—No hay nada que agradecer. Supongo que la sangre al final nos llama de una u otra forma para apoyar a los nuestros— movió ligeramente la cabeza de un lado a otro— Aunque confieso que si me ha sido muy raro el verte llorar.
Maki soltó una leve risita por esas palabras que había dicho el azabache y le dio un suave puñetazo en el hombro.
—Se nota que serás un buen primo para este bebé.
Su familiar sobo su hombro por aquel leve puñetazo, le agradaba que Maki aun conservará su entusiasmo en esos momentos.
La peliverde apoyo sus manos en la banca, parecía que un recuerdo más vino a su mente.
—Megumi— lo volvió a nombrar —¿Recuerdas el día en que nos conocimos hace 13 años atrás?
El azabache elevo un poco las cejas. No se esperaba aquella pregunta. Aun así, si tenía recuerdos de ese día.
—¿Hablas de aquel día cuando, Gojo sensei me llevó a la residencia Zenin para romper aquel trato que mi padre había hecho con ellos sobre venderme?
A Maki se le formó una gran sonrisa.
—¡De ese día hablo!
Megumi suspiro —Ni como olvidarlo...— comento con una leve sonrisa.
Hace 13 años atrás.
En el recibidor de la mansión Zenin, se encontraban dos invitados muy especiales. Estaban esperando a que él líder de aquel clan, Naobito Zenin, pudiera recibirlos para hablar sobre el trato que Toji Fushiguro había hecho con este.
—Bien Megumi chan, no te separes de mí, este lugar puede llegar a ser muy desagradable en todos los sentidos — comento un joven Satoru de 17 años. Quien ese día iba vestido muy formal para la ocasión.
—¿Y qué se supone que es este sitio?— pregunto un Megumi de seis años, quien en esa ocasión especial iba vestido con un hakama gris que hacía juego con el conjunto de camisetas tradicionales en azul que llevaba puesto.
Ambos iban vestidos para la ocasión. Ya que aquel día, Satoru iba a romper el trato que había hecho Toji Fushiguro con eso de vender a su hijo al clan Zenin una vez cumpliera los seis años y su técnica maldita se manifestará.
Satoru soltó el aire con fastidio.
—Estamos en el peor lugar del mundo. La residencia del clan Zenin.
—¿El clan Zenin? Creo que habías mencionado antes ese apellido— contesto Megumi juntando un poco sus cejas—¿Entonces que demonios hacemos aquí?
Satoru lo despeino mientras se ponía de cuclillas frente a él.
—Qué bueno que lo preguntas— sonrió —Hemos venido a romper el trato que hizo tu padre sobre venderte a estas personas una vez cumplieras los seis años— jalo sus mejillas— ¿No te da gusto? Tanto tu hermana como tu al fin podrán vivir una vida cómoda.
El pequeño Megumi solamente chasqueo la lengua. No confiaba aún del todo en ese chico de cabellos blancos, pero debía hacerlo y más ahora que tanto a él como a Tsumiki los habían llevado a un mejor lugar para vivir, donde cada uno tenía una cómoda cama, tenían un refrigerador lleno de comida, tenían una bañera con agua caliente y de paso, tendrían una educación básica asegurada. Quizás en ese momento no lo estaba valorando, pero en unos años, todo lo que su benefactor estaba haciendo por él y su hermana, lo agradecería en silencio.
Aunque en el fondo, ese niño sabía que de ahora en adelante, aunque sus necesidades básicas fueran a ser cubiertas en su totalidad, sabía que tarde o temprano él iba a tener que pagar por ellas.
—Tú déjame lo a mí, yo me encargare de romper este trato para que tanto tu hermana como tú, nunca tengan que poner un pie aquí. Así que no tienes por qué preocuparte ¿De acuerdo?— comento Satoru poniendo se de pie.
—De acuerdo...
—¡Perfecto! Ahora solo toca esperar a que ese viejo borracho nos quiera atender — Satoru gruño un poco, llevando sus manos a sus bolsillos ya que la paciencia se le estaba acabando.
Megumi suspiro y aflojo los puños y relajo un poco los hombros ante lo dicho por Satoru. El estar ahí de alguna forma lo hacía sentirse alerta en todo momento. Quizás se debía al ambiente tan tenso que se sentía ahí dentro.
En ese momento, mientras esperaban en la sala de estar, rodeados de sillones, muebles antiguos y un piano, algo captó la atención del pequeño Fushiguro. Notó dos pequeñas figuras asomándose a través de una de las paredes Shoji, cuyas sombras las delataban por completo.
—Es un niño...— se escuchó la voz de una pequeña decir en un tono y apenas audible.
—Y viene con el líder del clan Gojo...— se escuchó la voz de otra niña.
Megumi ladeo levemente la cabeza, notando como de nuevo esas dos figuras se asomaban una vez más por aquella pared de papel.
Aquellas voces llamaron la atención de Satoru.
—Vaya— levanto sus gafas oscuras.
—Parece que tenemos unas mini espías — respondió el líder invitado con una gran sonrisa.
Aquellas niñas enseguida notaron que fueron descubiertas, incluso ambas dieron un leve brinco al notar que esos dos las miraban.
—¡Vez! ¡Te dije que era mala idea venir a ver!— regaño la niña de cabello lacio, la cual tenía un corte recto y un fleco.
—¡Fue tu culpa que nos descubrieran! ¡Susurras muy fuerte!— Reclamo la otra niña de cabellos más cortos y ondulados.
—Niñas, ya las vimos, ya pueden salir de ahi— comento Satoru con una sonrisa de oreja a oreja mientras se acercaba a esas dos.
—Sal tu primero...
—No, tu primero...
—¡Miedosa!
—¡Tú eres la mayor! ¡Tu debes salir primero!
Discutieron esas dos.
En ese momento, la primera en mostrarse fue la pequeña Maki, la cual vestía su kimono en color rojo. En ese tiempo esta pequeña no usaba sus característicos lentes.
—Deja de esconderte Mai, también ya te notaron a ti — regaño Maki jalando a su hermana para que se mostrará.
Aquella gemela menor solo se escondió detrás de su hermana.
—¿Dos niñas?— pregunto Megumi con sorpresa. Desde que habían llegado solo habían visto a puros adultos. Así que le sorprendía ver a dos niñas de casi su edad vagar por ahí.
—¡Qué tenemos aquí!— comento Satoru acercándose a ellas y poniéndose de cuclillas —Ustedes deben ser las gemelas Zenin ¿No es así? Había escuchado un poco de ustedes por parte de Tsukumo — comento con una sonrisa.
—Lo somos— afirmo la niña del kimono rojo —Me llamo Maki y yo soy la gemela mayor. Y el nombre de esta miedosa es Mai, ella es mi tonta hermanita— presento a ambas.
—¡Tonta, no le digas nuestros nombres a los invitados!— dijo la gemela menor entre dientes.
—¡Cálmate Mai! ¡Tu fuiste la que dijiste que querías ver a los invitados!— Reclamo Maki en una mueca.
Satoru río un poco por esa interacción.
—Es un gusto. Supongo que son las hijas de algún sirviente de este clan ¿No es así?
—En realidad somos las hijas de Ougi Zenin…— comento Mai con algo de pena, mientras se volvía a esconder detrás de la espalda de su hermana, con las mejillas rojas por ver a ese niño de cabellos negros.
Megumi solo miro a esas dos en silencio. No comprendía del todo aquello de lo que hablaban.
—¡Ya veo! ¡Entonces, eso las hace las sobrinas directas del líder de su clan, interesante! — Satoru tenía una gran sonrisa en los labios por esa información.
—Y díganos ¿Qué hacen ustedes dos aquí?— pregunto Maki con las manos en la cadera, tenía curiosidad de esos extraños, en especial por el niño que no les dirigía la palabra y que se veía bastante serio.
—Vinimos aquí a hablar un asunto importante con su líder, ¿Tardará mucho tu tío en atendernos?— pregunto Satoru poniéndose de pie.
Maki se encogió de hombros.
—Ese tonto anciano debe estar bebiendo. Si no se pone muy ebrio, entonces supongo que no tardará en atenderlos.
—Jeje me agradas pequeña — comento Satoru acomodándose las gafas y riendo en alto por esas palabras. Sentía que esa pequeña tenía potencial por su forma de ser.
—¿Y quién es él? ¿Por qué esta tan serio? ¿Acaso los ratones se comieron su lengua? — pregunto Maki mirando a Megumi, quien no decía palabra alguna ya que solo las miraba fijamente.
—Qué bueno que lo preguntas señorita. Él es el motivo principal de nuestra visita. Ven Megumi chan, es hora de que conozcas a estas dos. Yo sé que podrías llevarte bien con estas niñas— dijo Satoru, jalando a Megumi a unirse a la conversación.
El pequeño se acercó en silencio mientras Satoru los presentaba.
—Bueno vamos a presentarlos— apunto a las gemelas con la mano derecha, mientras apoyaba su otra mano en el hombro del niño.
—¡Megumi conoce a las gemelas Zenin!— intercambio una sonrisa.
—¡Niñas conozcan a Megumi Fushiguro!
—Mucho gusto en conocerte Fushiguro Kun — comento la gemela mayor estirando la mano para saludar a ese pequeño.
Megumi primero miro a Satoru. Parecía esperar alguna aprobación u orden.
—Vamos, salúdala. Se ve que ella se llevará muy bien contigo.
El niño le dio la mano a Maki.
—Un gusto…— respondió fríamente, moviendo su manita para responder al saludo.
En ese momento, noto que esa niña tenía mucha fuerza en su mano.
—Algo me dice que nos llevaremos bien, y más que te ves cómo alguien en quien se puede confiar – dijo Maki con una gran sonrisa mientras le soltaba la mano.
Después Megumi miro a Mai, quien seguía con las mejillas todas rojas por ver a ese niño, parecía haber sido amor a primera vista. Un amor platónico casi instantáneo.
Aquella gemela no pudo darle la mano y mucho menos soltó palabra alguna por la pena que sentía, así que solamente hizo una reverencia con la cara toda roja.
—Un gusto— dijo Megumi regresando el saludo por cortesía en forma de reverencia. Aquellas niñas les parecían bastante extrañas.
Satoru sonrió por ese encuentro. Sentía que ahí podría formarse un buen equipo.
—Por cierto ¿Por qué tienes nombre de niña?— pregunto Maki con curiosidad. Levantando una ceja hacia su invitado.
Aquello hizo que Megumi entrecerrara los ojos y contestara molesto —Eso es por culpa de mi viejo.
—¿Tú padre acaso era un Zenin o algo parecido?— pregunto Mai con demasiada curiosidad.
—Tanto por su nombre, como por los cabos sueltos que dejó el padre de Megumi es que estamos aquí— Satoru puso ambas manos sobre los hombros del niño —Pero debo decir que me alegra que ustedes tres ya se hayan conocido en este momento, y más que digamos que ustedes son algo así como parientes en segundo grado— movió su mano derecha simplonamente —Pero no se preocupen si no entienden eso en este instante, lo importante es que de ahora en adelante confíen los unos en los otros porque lo más seguro es que ustedes dos en unos años empezarán a trabajar como un gran equipo ¿De acuerdo?
Parecía que Satoru había visto el futuro, ya que años después, Megumi se volvería a reencontrar con Maki en la academia.
La pequeña Maki miró a Megumi una vez más y se dirigió a él con alegría.
—Eres alguien de pocas palabras y por eso me agradas, espero que nos llevemos bien.
Megumi solo se encogió de hombros.
—Espero que si...
Y quien diría que 13 años después, ellos seguirían manteniendo una buena amistad.
Regresando al presente.
—Es increíble que ya hayan pasado 13 años desde ese día— comento Maki con una gran sonrisa—Ya después fue una sorpresa que nos reencontráramos en la academia. De todos modos no me vas a negar que pasamos buenos momentos tanto como amigos como compañeros. Y ahora de cierta forma siendo más unidos como parientes porque ahora esta familia tendrá un miembro más— apunto a su vientre.
Del pecho de Megumi salió un suspiro que parecía ser de felicidad —No lo negare. Has sido una buena amiga Maki san, así como una buena compañera y digamos que también has sido un buen familiar para mí.
Maki sintió una gran alegría interna por esa respuesta.
Megumi le dedico una leve sonrisa.
—Si que como pasa el tiempo.
—Ni que lo digas, pero confieso que todo este año sentí el tiempo avanzar muy lento — Maki volvió a poner sus manos en su espalda baja.
—De primavera a invierno... sí que pasé todo este embarazo por las cuatro estaciones — comento con una leve sonrisa y mirando a su vientre.
Megumi escucho todo eso mientras miraba la barriga de Maki. Realmente él tiempo pasó lento, y aún recordaba como la vio cambiar a lo largo de esas cuatro estaciones. Pasar de un vientre plano a ahora uno enorme donde ese bebé en cualquier momento nacería, también había sido toda una experiencia para él. También a él le tocó verla madurar en muchos aspectos.
—¿Sabes Megumi? confieso que me hubiera gustado que este pequeño hubiese nacido hoy–Maki dijo aquello, acariciando con ambas manos su gran vientre. Ahora su mirada estaba centrada en él.
Megumi levanto una ceja ante esa confesión.
—¿Por qué? Aunque supongo que lo dices para molestarme ¿No?
—Si, Además para molestarte— Afirmó Maki haciendo un leve puchero que después se convirtió en una gran sonrisa— Me hubiera encantado que naciera hoy para que así, tú tuvieras un motivo para celebrar y yo tuviera dos razones para festejar a dos de las personas que más me importan, compartiendo un cumpleaños en el mismo día.
Megumi levanto una ceja ante tales palabras.
—¿Desde cuándo te importan tanto los cumpleaños? Porque de lo que yo recuerde antes no te gustaban ni el tuyo.
—Bueno— Maki suspiro bajando los hombros.
— Confieso que antes no me gustaba la idea de festejar un cumpleaños. Pero ahora que estoy a punto de ser madre, quiero que los cumpleaños que tenga esta pequeña semilla de soja sean agradables e inolvidables— suspiro— Quiero que tenga un cumpleaños digno y no sea olvidado como lo hacían en el clan.
—Por como lo dices, puedo suponer que nunca te celebraron un cumpleaños en casa ¿cierto?
Maki negó con la cabeza.
—No— hizo un ruido de desanimo mientras explicaba.
—Dentro del clan, nunca se celebraban los cumpleaños de los miembros, a pesar de saber la fecha en la que se había nacido— movió su mano de un lado a otro—Y No fue hasta que entramos en la academia que Mai y yo festejamos por primera vez nuestros cumpleaños... — soltó el aire con nostalgia al recordar a su hermana—supongo que si Mai siguiera viva, ella querría que este nacimiento fuera muy significativo para después celebrar a este pequeño cada año con un bonito cumpleaños.
—Entiendo...— el azabache miro al suelo, comprendía ese sentir.
—¿Y tú Megumi? ¿Acaso el idiota vendado nunca te celebró algún cumpleaños?
—En realidad, siempre era Tsumiki quien me celebraba este día —comenzó a explicar con voz melancólica— Ella era quien me recordaba que hoy era mi cumpleaños. Siempre me compraba un pequeño pastel e intentaba que la fecha no pasara desapercibida —suspiró con nostalgia—. Pero desde que se mudó al extranjero justo hace dos años por estas fechas por esa oportunidad de trabajo, es que dejé de darle importancia a este día.
Esa expresión era poco común en Megumi, ya que Tsumiki era de las pocas personas que lograban sacar su lado más humano y gentil.
—Y supongo que hoy debe estar muy ocupada... ya que no me ha felicitado y ni ha respondido mis mensajes desde anoche… —concluyó Megumi con cierta tristeza en su voz— Quizás ya hasta se olvidó de mí.
Maki podía notar la tristeza en el rostro de Megumi al hablar de ese tema, ya que ambos sentían las ausencias de sus hermanas.
También ese había sido el principal motivo por el que ella no había podido ir ni a la boda ni al baby shower de Maki ya que esta se había mudado a Italia por una oportunidad única de trabajo que no quería desaprovechar.
Aun así, Tsumiki había mandado un regalo muy especial y en color azul con Megumi para que se lo diera a Maki una vez vio aquel video de ese baby shower que su hermano le compartió.
Incluso esta había hecho una video llamada con Maki para felicitarla una vez Megumi tuvo la autorización de esta para revelarle a todos los demás que ya sabía sobre su embarazo. Realmente Tsumiki estaba feliz por la llegada de ese bebé, ya que de una forma u otra, sabía que venía a alegrar la vida de todos ellos y había prometido viajar a conocerlo una vez naciera.
Maki puso su mano en el hombro de Megumi para darle consuelo.
—Quizás ella solo está ocupada— le dio unas suaves palmadas —Ya sabes, vivir en otro país siempre tiene sus limitantes. Y sé que se siente recibir una llamada o un mensaje ya muy tarde. Me pasaba seguido cuando Yuta estaba en África— sonrió— Pero yo sé que ella ha de estar pensando en ti.
—Si... lo más seguro es que está bastante ocupada como para olvidar mi cumpleaños — comento mirando al suelo.
—Dale tiempo. Lo más seguro que más tarde te llamara— comento Maki tratando de animarle, pero Megumi ya no respondió a eso.
De nuevo hubo unos minutos de silencio entre ellos dos, el cual fue roto por Maki. Había algo más que ella quería hablar con él. Era sobre un tema que solo a este le podía confiar.
—Megumi...
El azabache volteó a mirarla.
—¿Te sientes bien?— pregunto preocupado al verla muy seria.
Maki hizo un si con la cabeza.
—Lo estoy, es simplemente que quiero pedirte un favor...
—Dime.
Maki tomo un largo y pausado respiro. Estaba procesando lo que estaba a punto de decir.
—Quiero pedirte de favor y de todo corazón, que si llegara a pasarme algo en el parto y muero...
—Maki san, por favor, no lo digas...— este suplicó.
Los ojos de esta no se apartaron de su vientre.
—Megumi, esto es importante — comento ella con seriedad—Si algo llegara a pasarme durante el parto, por favor quiero que cuides de mi hijo y de Yuta. Sobre todo no dejes solo a Yuta, no quiero que lo dejes hundirse y menos con un recién nacido...— giro su cabeza para mirarlo.
Megumi parecía preocupado —¿Por qué me estas pidiendo esto?— pregunto desconcertado al ver en la mirada de esta un brillo de lo que parecían ser unas lágrimas.
La peliverde tomo un gran respiro. Trago saliva para deshacer el nudo en su garganta y Parpadeo varias veces para despejar las lágrimas.
—Porque un parto siempre es tener un pie en la tumba...
—No va a pasarte nada malo, en la actualidad todo respecto a la atención en los partos ha avanzado demasiado y la mortalidad ha bajado y...— fue interrumpido.
—Pero aun así la posibilidad de morir dando a luz o de tener alguna complicación siempre está presente — respondió esta con seriedad.
Aquello dejo mudo a Fushiguro.
Maki siguió hablando.
—Créeme Megumi, aunque lo de hoy haya sido solo un susto con las contracciones de Braxton... no voy a mentirte —lo miró fijamente— Tengo miedo... —confesó con preocupación, mientras sus manos se posaban protectoramente sobre su vientre.
—Y más aún porque sé que en cualquier momento comenzarán las contracciones reales, se me romperá la fuente y llegará el momento que más he temido en todo este proceso... aquel por el que me he mentalizado y preparado incluso más que en alguna misión.
Megumi guardo silencio mientras esta continuaba hablando.
—Y te lo estoy pidiendo a ti porque, después de mi esposo, eres la segunda persona en la que más confío. Y si te estoy contando esto, es por el temor que el clan Zenin me inculcó. Un parto en esa residencia era un evento aterrador... —dijo, apretando los labios al recordar aquellas horribles escenas de violencia obstétrica— La sangre, el dolor, los gritos, las humillaciones que esas mujeres sufrían al dar a luz... todo eso me dejó marcada. Y ni hablar de la mortalidad, algunas de esas mujeres morían debido a las malas prácticas y el trato cruel que recibían durante el parto. Y confieso que todo eso me dejó un profundo mal sabor de boca... por eso tengo miedo.
Megumi respondió rápidamente —Pero la doctora Azami se ve que es una profesional en la salud y se ve que sabe del tema, además de ser una mujer muy compasiva. Incluso Shoko la recomendó. Así que no creo que estés en malas manos durante tu parto.
—Lo sé, pero aun así no deja de darme miedo— comento ella, mirando a Megumi directamente a los ojos —Hace dos semanas, Yuta y yo hablamos del tema y aunque yo he elegido un parto natural, el insiste en que si se complica algo, me hagan una cesárea de emergencia pero ¿Y si la cesárea también se complica?— hizo puños sus manos y las recargo sobre sus rodillas.
—Aunque tenga miedo, confío en que podre lograr tener un parto natural sin complicaciones, aun así, si me llegara a pasar algo, debo dejar a mi esposo y a mi hijo a cargo de alguien en quien confíe y ese alguien eres tú Megumi.
—¿Y por qué ese alguien debe ser yo?— pregunto este con bastante seriedad.
—Por qué cómo te dije, confío demasiado en ti— miro a Megumi con una leve sonrisa —Y no por nada tu fuiste el primero en enterarse sobre este embarazo — suspiro de alivio — Además yo te considero como un miembro más de esta familia. Uno que será muy importante para este bebé.
Megumi suspiro. Aquello le recordó la vez que Maki le confesó que estaba embarazada hacia ocho meses atrás. Pero también le hizo recordar algo más.
—Este es el segundo favor que me pides de este tipo ¿Lo sabes?— comento juntando sus propias manos y mirándolas.
—¿Qué? ¿Cómo que el segundo?— cuestiono Maki confundida, con sus cejas juntándose.
Megumi la miro y movió las manos.
—Hace más de un año atrás, un poco después de tu boda, recuerdo que tu me pediste de favor que si te llegaba a pasar algo en alguna misión o si llegabas a morir, me encargaste que cuidara de Yuta. ¿Lo recuerdas?
Maki levanto las cejas ante tales palabras.
—¡Cierto!— dio una palmada, ya entendía lo que Megumi le quiso dar a entender.
—Recuerdo que ese día cuando te dije eso, desgraciadamente perdí mi anillo de matrimonio— suspiro — Ese día como llore porque pensaba que eso era una señal de que moriría o de que mi matrimonio se acabaría pronto.
—Imposible olvidar cómo te pusiste por perder ese anillo… fue la primera vez que te vi tan desesperada por algo así —comentó Megumi con una mueca— Y más aún cuando empezaste a pedirme que cuidara de Yuta, como si la mala suerte te fuera a alcanzar y terminaras muerta solo por haber perdido eso.
Maki entrecerró los ojos por esa respuesta. La cual le molesto un poco.
—Pero aun así ¿Okkotsu senpai te perdono el que hubieras perdido ese anillo, no?
Maki suspiro y sonrió levemente —Sí, Yuta me perdonó e incluso me consoló, él sabía que fue un accidente y que no perdí el anillo a propósito —dijo con seriedad—Pero volviendo al tema principal, por favor, Megumi… —su mirada volvió a centrarse en su vientre— Sé que si estuvieras en mi lugar, donde tu vida pudiera estar en peligro, me pedirías que cuidara de Tsumiki cueste lo que cueste y que viera por su bienestar y felicidad —levantó la vista una vez más hacia Megumi— Por eso, te lo pido con todo mi corazón, que si algo me llegara a pasar y no sobrevivo, no permitas que nada le ocurra a Yuta ni a mi pequeña semilla de soja… por favor —suplicó con voz quebrada.
Megumi miro seriamente a Maki. Podía notarlo en todo su comportamiento, ella tenía miedo.
En ese momento, Megumi acerco levemente su mano al vientre de Maki. Estaba solo centímetros de tocarlo.
—¿Puedo?— pregunto con seriedad, era la primera vez que tocaría aquel vientre abultado.
Maki hizo si con la cabeza—Si Puedes. Y más que es la primera vez que quieres tocar mi barriga— tenía una gran sonrisa en los labios.
Fushiguro puso su mano derecha sobre aquel vientre, sintió lo cálido que era e incluso logró percibir el movimiento de aquel bebé. Quizás ese pequeño ya lo reconocía por la voz.
—Está bien... — Empezó a responder sin despegar su mano y volteando a ver a Maki a los ojos
— Prometo que cuidare de Okkotsu senpai y de tu hijo solo en caso de que te pase algo.
Aquella respuesta la dejo más tranquila.
—Muchas gracias Megumi... sé que ellos dos estarán en buenas manos—puso su mano bajo la parte baja de su vientre. Realmente sentía a su bebé moverse ante la presencia de su primo.
—No hay nada que debas agradecer Maki san. Aun así yo sé que saldrás de esta sana y salva.
—Esperemos que sí y más que ya quiero ver cómo te llevas con mi hijo, aunque algo me dice que te molestara bastante si es que hereda mi actitud — comento esta con una gran sonrisa.
—Por eso mismo estoy rezando porque salga más parecido a Okkotsu senpai que a ti.
Maki entrecerró los ojos—Grosero— comento en un puchero, sintiendo como su bebé se movía al sentir a su primo cerca —De todos modos, yo sé que a este bebé le gusta estar contigo.
—¿Por qué dices eso?
—Porque, aunque esta sea la primera vez que tocas mi vientre, siempre note que cuando estabas cerca, este pequeño siempre pateaba. Quizás podía sentir tu energía maldita o ya te reconoce por tu voz.
—Lo más seguro sea porque como tú lo dijiste, de una u otra forma somos parientes — hizo una leve pausa mientras miraba a Maki— Y me alegra que lo seamos— comento Megumi con una sonrisa.
Pero ahí no había acabado la conversación de esos dos. Había algo más que Maki le quería pedir a ese hombre.
—Megumi ¿Podrías hacerme un favor más? — pregunto Maki con curiosidad.
—¿Y Cuál es ese otro favor?— dijo el azabache mientras quitaba su mano de aquel vientre.
A Maki se le formo una gran sonrisa en los labios.
—Ese favor que te quiero pedir, es que cuando vayas a verme al hospital después de haber dado a luz ¿Crees que podrías llevarme un plato enorme de Sushi?
—¿Sushi?— Megumi levanto una ceja ante tal petición.
—¡SI! ¡Eso quiero que me lleves! ¡Un plato enorme con una gran variedad de Sushi! ¡Y no te olvides del sashimi!— incluso se le había hecho agua a la boca.
—Es que desde que descubrí que estaba embarazada, he evitado comer Sushi porque ya sabes, pueda hacerme daño o hacerle daño al bebé con eso del pescado crudo.
Megumi tenía una leve sonrisa en los labios ya que notaba que aquel embarazo había hecho madurar a Maki de cierta forma, haciéndola más consciente de sí misma.
—De acuerdo, te llevaré un gran plato de Sushi cuando vaya a verte al hospital. Pero a cambio— miro a Maki— Sólo encárgate de no morir en el parto ¿de acuerdo?— comento el azabache.
Maki le dio otro suave puñetazo en el hombro.
—No voy a morir, te lo prometo y más que ya quiero verte cuidar de tu primo. Se que serás su niñera favorita.
En aquel instante, Yuta regreso con una bolsa un tanto grande y sospechosa.
—Perdón por la demora— dijo acercándose a esos dos —Es que había mucha gente en la tienda.
—¿Y qué fue lo que compraste, eh Yuta?— pregunto Maki observando aquella bolsa que cargaba su esposo y que de una u otra forma se veía que llevaba una caja.
—¿Ah? ¿Esto? Jeje ya te dije amor, es algo para la casa, más específicamente para la cocina.
Maki levanto una ceja por esa respuesta.
—Pensé que habías dicho que era algo para la sala. Más específicamente para el mueble donde está la TV.
Yuta rasco su nuca.
—¿Eso dije? A no, más bien quería decir que era algo para la cocina. Cuando lleguemos veras que es mi amor.
—¿Y?— Maki no despego la vista de su esposo.
—¿Eh?
—Yuta ¿No se te olvida algo más?— pregunto Maki con curiosidad.
En ese momento Yuta reacciono y saco de aquella bolsa unos dangos. —¡Cierto amor! ¡Aquí está lo que me pediste!
Maki sujeto aquel aperitivo.—Gracias, pensaba que ya lo habías olvidado.
—Jeje sé que debo cumplir todos tus antojos si quiero que nuestro bebé nazca bien— en ese momento miro su celular, al cual había llegado otro mensaje —¡Oh cielos ya se está haciendo tarde!
Tanto a Maki como a Megumi se les empezó a hacer muy sospechoso la actitud de Yuta, el cual, ahora ya parecía bastante apurado.
—Emmm Megumi, Maki, ¿No les molesta que antes de ir a la casa vayamos a la academia? Es que hace un momento atrás me llamaron de ahí para que de un informe rápido— dijo moviendo un poco su celular.
Ambos familiares se miraron entre sí. Realmente aquello era bastante sospechoso.
—¡Prometo que será algo rápido! Incluso ya nos está esperando un director asistente en un auto para llevarnos allá.
—De acuerdo, vayamos a la academia — dijo Maki con la boca llena.
Megumi tampoco puso objeción. Igual debía regresar ahí tarde o temprano.
Aquellos tres hechiceros llegaron a la academia alrededor de las cinco de la tarde.
Desde que llegaron, Megumi había notado que el ambiente estaba bastante tranquilo, algo inusual para la fecha, además que estaba a la defensiva ya que su instinto le decía que algo no andaba bien.
Los tres estaban en una de las salas que tenía aquella academia, una que estaba cerca del comedor.
En ese instante, el teléfono de Okkotsu empezó a sonar. Sabía que esa era su señal.
—Ya regreso, iré rápidamente a dar mi informe — comento aun cargando esa bolsa.
—Te acompaño— contesto Maki con curiosidad mientras se ponía de pie, ya que se había sentado en uno de los sillones. Sabía perfectamente cuando su esposo mentía y ese era uno de esos momentos.
—N-no es necesario mi amor, iré rápido y regreso. No me tardo— comento Yuta con total nerviosismo.
—¿Acaso no quieres que te acompañe?— cuestiono está levantando una ceja y cruzando los brazos.
—N-no es eso mi amor, es que no me tardaré más de cinco minutos ya que debo ir a dejar esto— explico Yuta con un tanto de desespero. Sobre todo porque de nuevo su teléfono empezó a vibrar por la llamada que le estaba entrando.
Maki entrecerró los ojos.
—¿Qué nos estás ocultando Okkotsu Yuta?— pregunto mirando fijamente a su esposo —Además, ¿No se supone que esa caja lleva algo que usaras para nuestra casa?
Yuta trago saliva, sabía que cuando su esposa lo nombraba por su nombre completo era porque estaba molesta de verdad.
El hechicero de grado especial solo tomó un respiro. Incluso hizo ojos de cachorro.
—Es algo importante amor... por favor, confía en mi ¿Sí? No tardaré. Lo prometo.
Maki rodo los ojos.
—Está bien, pero no me hagas esperar mucho, que el bebé y yo ya queremos ir a descansar a casa ¿De acuerdo?— comento sobando su vientre.
Yuta se acercó a robarle un beso.
—Lo prometo. No tardaré más de cinco minutos.
Dijo aquello antes de irse rápidamente por el pasillo que guiaba hacia el comedor ya que de nuevo su celular empezó a sonar con desespero.
—Ya voy...— contesto susurrando mientras iba muy apresurado.
En cambio, Maki y Megumi estaban esperando en aquella sala. Realmente la actitud de Yuta les había parecido bastante extraña.
—¿Qué crees que este ocultando Yuta?— pregunto Maki en una mueca.
—No lo se. Quizás algún director asistente le llamo con urgencia, él como grado especial tiene más trabajo de lo que nosotros tenemos en un día.
Maki suspiro por esa respuesta.
—En fin, espero no tarde porque de verdad ya quiero estar acostada en mi cama.
A la peliverde le llamo la atención que por la ventana, podía verse que las gotas de lluvia de la tarde ahora ya se estaban transformando en nieve. La cual caía con lentitud.
—Está nevando... y de paso, está anocheciendo muy rápido…
—Eso es porque el invierno acaba de iniciar, además, hoy es el día con la noche más larga del año— explico Megumi.
Maki sobo su vientre —Sabía que este bebé iba a nacer entrando el invierno, supongo que eso puede considerarse de buena suerte.
Fushiguro suspiro por esas palabras.
—Por cierto Megumi ¿Como te la estas pasando en tu cumpleaños?— pregunto Maki recargando su espalda en el sillón.
Este solo se encogió de hombros.
—Como dije, se siente más como si fuera un día cualquiera, aunque— miro a su alrededor.
—¿Aunque?
—Se me hace bastante extraño no ver a nadie en la academia. Desde que llegamos no he visto a nadie cerca.
A Maki le llamo la atención esas palabras incluso miro a todos lados.
—Es cierto — comento sacando su celular. Hasta ese momento había notado que realmente todo estaba bastante tranquilo para esa hora de la tarde—¿Acaso se habrán olvidado por completo de tu cumpleaños?
Megumi se encogió de hombros.
—No lo dudo. Aunque tampoco me molesta, como dije este es un día cualquiera. Pudiera ser que todo mundo está ocupado con las misiones invernales.
—¿Y al menos los demás te enviaron felicitaciones por mensaje?— pregunto Maki elevando una ceja.
El azabache negó con la cabeza. Aquello también le empezó a parecer bastante extraño.
—Pero ahora que lo mencionas — Saco su celular —Nadie me ha mandado mensaje en todo el dia.
—¿Ni siquiera el idiota vendado?— pregunto Maki extrañada.
—Ni siquiera el profesor Gojo me mandó nada. Supongo que deben estar ocupados.
—De verdad, esto está bastante extraño... sumado a la actitud de Yuta...— explico Maki.
En ese instante, el teléfono de Megumi empezó a vibrar. Le extraño demasiado quien le estaba llamando.
—Es de Okkotsu senpai.
Maki elevó una ceja por esa respuesta.
Megumi contesto aquella llamada, poniéndolo en altavoz.
–¿Si, senpai? ¿Está todo bien?
—Lo está. Fushiguro kun ¿Crees que tú y Maki podrían venir al comedor? Es que necesito que me ayuden con un informe.
—¿Un informe en el comedor?— cuestiono Maki demasiado extrañada.
—Si, por favor— comento Yuta desde la bocina.
Megumi y Maki se miraron confundidos. Aun así, irían a aquel lugar citado.
—Está bien, ahí vamos senpai— el azabache colgó.
Aquello de verdad les parecía bastante extraño a ambos, pero querían saber que estaba pasando.
Megumi ayudo a Maki a ponerse de pie y empezaron a caminar por aquel pasillo. Pero se detuvieron un momento ya que esta sintió un calambre que le recorría por la cadera.
—¿Estas bien Maki san?— pregunto el azabache preocupado.
Esta sonrió un poco—Lo estoy, es solamente que estoy cansada— dijo ella caminando lentamente— Aun así, vayamos a ver que quiere Yuta.
—Está bien.
Megumi se adaptó al caminar lento de Maki, y así llegaron a aquel lugar donde Yuta los había citado.
En ese instante, Megumi fue el primero en ingresar, pero lo que sucedería a continuación dejaría a ambos sorprendidos.
—¡Sorpresa! ¡Feliz cumpleaños Megumi!— se escuchó en coro.
En aquel instante, el comedor se iluminó y un montón de confeti cayó sobre la cabeza de Megumi. Quien parecía algo confundido.
Ahí estaban sus amigos más cercanos, habían adornado aquel espacio con algunos globos que decían "Feliz Cumpleaños"
—¿Qué es esto?— pregunto el azabache confundido. Simplemente estaba asimilando todo lo que estaba pasando.
—¿Qué No es obvio? Es tu fiesta de cumpleaños— comento Nobara con una gran sonrisa.
En ese instante Itadori le puso un sombrero de cumpleaños a su amigo. Quedando un poco chueco debido a su cabello puntiagudo.
—Esta es una fiesta que todos nosotros decidimos prepararte.
—Parece que se tenían bien escondido esto— comento Maki con una gran sonrisa, entrando detrás de Megumi.
Su esposo se paró a su lado.
—Si, esto fue algo que Kugisaki san e Itadori kun decidieron organizar a último momento— Yuta tomo la mano de su esposa —Perdón que no te lo haya podido decir antes Maki san, sobre todo por el susto de esta mañana estaban a punto de cancelarlo y más por sí te quedabas internada por el parto.
—Si que nos diste un susto Maki san— comento Nobara —Ya después Okkotsu senpai nos comentó que fue una falsa alarma y por eso mismo decidimos avanzar con la fiesta.
—Quizás el bebé ya presentía que todos harían esto y él quería ser el protagonista — comento esa peliverde con una sonrisa.
—Lo más seguro— comento Nobara acariciando la barriga de su mejor amiga.
—Megumi esperamos que te guste lo que te hemos preparado y en especial, esperemos te guste tu pastel, el cual "alguien" nos dijo que este era tu sabor favorito — comento Itadori muy emocionado, mostrando el pastel que Okkotsu había llevado.
—¿Así que esto es lo que habías comprado para la casa?— pregunto Maki mirando aquel pastel.
Yuta rasco su nuca.
—Jeje si, trate de hacerlo lo más discreto posible.
—En serio que se te nota cuando mientes— su esposa le sonrío y le jalo suavemente la mejilla, después miro a todos los ahi presentes —Por cierto ¿Dónde está el idiota de ojos vendados?
—No creo que tarde en llegar — comento Yuta con una gran sonrisa.
—¡Ven Megumi! ¡Es hora de pedir un deseo!— Itadori sujeto entre sus manos aquel pastel frente a su compañero, donde ya tenía varias velas prendidas sobre la cubierta sabor a café.
—No es necesario que hagan eso— comento Megumi mirando aquel pastel muy cerca de él. También lo decía para que sus amigos no lo dejaran caer.
—¡Vamos Megumi! Hicimos todo esto para ti, así que mínimo pide un deseo— comento Nobara también ayudando a sujetar ese pastel.
Megumi miro a sus amigos, notaba como todos ellos estaban muy animados y felices por su cumpleaños, en cambio él no se sentía cómodo para soplar las velas. Sentía que le faltaba alguien más.
Aun así, decidió tomar un respiro, y teniendo un leve deseo en la cabeza, sopló sobre aquellas flamas hasta apagarlas.
—¡Bravo!— gritaron sus amigos mientras aplaudían y llevaban el pastel a la mesa para empezar a repartirlo.
Aun después de soplar aquellas velas, Megumi seguía perdido en sus pensamientos, eso hasta que una voz le dio un vuelco en el corazón.
—¡Oh! Parece que llegamos justo a tiempo para comer algo de pastel— se escuchó una voz femenina muy peculiar.
—¡Así parece!— comento Satoru con gran alegría.
Rápidamente Megumi se giró hacia aquellos que iban llegando. En ese momento sus ojos se abrieron enormemente. Su hermanastra estaba ahí. Pero ¿Por qué?
—¿Tsumiki?— salió con dificultad de la garganta de Megumi. Quién estaba bastante sorprendido.
—¡Bienvenida Tsumiki chan!— comento Nobara dándole la bienvenida a esa chica.
—¡Sorpresa! ¡Feliz cumpleaños Megumi chan! Por este motivo es que no te habíamos mandado nada durante todo el día— Grito Satoru muy emocionado, apuntando hacia Tsumiki.
—¡Sorpresa! —comento la nombrada con una gran sonrisa— Por fin pude venir a casa.
Tanto Megumi como Maki estaban sorprendidos.
—Parece que el gato les comió la lengua — comento Satoru con una gran sonrisa al ver la cara de sorpresa de esos dos.
En cambio, Tsumiki fijo su vista en su hermanastro y se puso delante de él—Feliz Cumpleaños Megumi. ¿Puedo darte un abrazo?
—¿Co-cómo? ¿P-por qué estas aquí?— Megumi de verdad estaba impactado.
—¿Sorprendido verdad? Bueno, digamos que vine a pasar un tiempo en casa. Ahora ¿Me dejas darte tu abrazo de cumpleaños?
En ese momento, Megumi abrazo a su hermana con fuerza.
Aquel abrazo fue demasiado confortante para ambos ya que incluso soltaron unas lágrimas. Pero en especial lo era para el azabache.
Después de aquel abrazo, Tsumiki miro a Maki, los ojos de la recién llegada se abrieron de sorpresa y su sonrisa era enorme al ver a esa embarazada.
—¡Oh Dios mio! ¡Que hermosa te vez Maki san!– comento está tomándola de las manos.
—Muchas gracias Tsumiki chan, me alegra que estés aquí.
—Me alegra haber llegado justo a tiempo para el nacimiento de este pequeño. Sabes que cuentan con todo mi apoyo en esta etapa que vas a comenzar— dijo mirando a esa pareja— En serio, felicidades a ambos.
—Muchas gracias — comento Yuta con una sonrisa.
—¿Puedo?— Tsumiki levanto su mano para decir si podía acariciar aquel vientre.
La peliverde sonrió.
—Claro que puedes y si que llegaste a tiempo, aunque hoy este pequeño le saco un susto a Megumi porque pensamos que hoy iba a nacer.
Tsumiki río un poco por aquel comentario
—Jeje me imagino— dijo mientras acariciaba aquella barriga.—Hola pequeño, soy tu tía Miki y espero nos llevemos bien.
Maki sonrio por esas palabras y después miro a Megumi, con quien intercambio una sonrisa.
Podía notarlo, aquel frío cumpleaños ahora era bastante cálido.
Notas:
Espero les haya gustado este capitulo ❤🎂
Y díganme ¿Qué les pareció? Estaré leyendo sus comentarios.
Como pudieron leer ese bebé les saco un susto tanto a sus padres como a Megumi. Aun así, falta muy poco para que este bebé nazca. Lo prometo ❤❄
Al igual que ya estamos a horas o quizás unos días, depende de si filtran o no el capítulo, de conocer el final de Jujutsu Kaisen.
Como dije, independientemente de como acabe ese manga, saben que en mis fics pueden encontrar refugio en caso de que este no haya acabado como ustedes querían.
En fin nos seguimos leyendo ❤
