Dolorosa Realidad
Hacía un hermoso día soleado en Tokio de Cristal como así también en Ciudad Ígnea, en dicho distrito destacaba el templo shinto del mismo, se llamaba Hikawa y allí la gente iba a comprar amuletos y a hacer oraciones, también era la residencia de la gobernadora de la región y de su esposo, el jefe de la guardia.
La hija de ambos vivía también en Hikawa, era una hermosa muchacha de no más de 18 años la cual había heredado las facciones de la madre en el rostro como así también el color de las pupilas y hasta la forma del peinado era igual al de su progenitora, mientras que del padre sacó el color de cabello y como no era japonés nativo, los ojos de la chica no eran tan rasgados como los de su mamá.
La joven de cabello castaño oscuro y ojos púrpuras era doncella en el templo, razón por la cual se encontraba vistiendo la característica yukata y barriendo el patio delantero del santuario.
Tenía una leve sonrisa en la cara pero su mirada denotaba cierta tristeza, mientras realizaba su tarea se encontraba perdida en sus pensamientos, pensaba en su pareja... ella estaba de novia con un chico desde hacía unos meses, se habían conocido en el templo mismo porque él fue a comprar un amuleto y quedó impresionado por la belleza de la joven y a su vez ella se fue enamorando a medida que lo fue conociendo, la relación era estable pero a pesar de eso, la chica no podía disfrutar plenamente de la misma.
Ella llevaba por dentro un pena, su madre no aprobaba dicha relación por la sencilla razón de que consideraba que ella misma tenía que elegirle novio a su hija. La mujer que una vez fue, hubiera aprobado al novio actual de su primogénita, pero aquella persona que fuera Rei Hino Jones, hacía tiempo que ya no estaba y eso la lastimaba mucho.
Los deberes del templo eran una buena distracción para la chica, servían para mantener su mente ocupada, por eso se puso a barrer a pesar de que no hacía falta porque ya el día anterior había limpiado, así que siguió con su tarea hasta que una voz femenina se dirigió a ella de manera poco amable.
- Risa, vamos adentro ahora – dijo una joven y hermosa mujer con aspecto de entre 25 y 30 años, largo cabello negro con destellos púrpuras y pupilas del mismo color, iba vestida con la misma yukata que llevaba quien barría el patio.
Era la madre de la joven que entraba al templo acompañado de una mujer de cabello corto azul y ojos celestes, vestía una larga toga blanca, sandalias del mismo color, llevaba en su pecho las insignias de Mercurio y la media luna símbolo del poder real y en su mano derecha un maletín.
- ¿Eh? ¿Quién yo? – preguntó sobresaltada la muchacha mirando a quienes acababan de llegar
- Desde luego que sí, no hay nadie más aquí en este preciso momento – respondió secamente la bella sacerdotisa, en eso su hija notó rápidamente que algo no andaba bien y tenía un mal presentimiento
- Rei... insisto en que lo que me pediste no está bien – comentó quien la acompañaba
- Lo siento Ami pero es preciso... – contestó seriamente la mujer avanzando
De esta manera las tres jóvenes entraron al living, en donde solía reunirse ella cuando sus amigas llegaban de visita. Risa estaba inquieta ya que por la expresión del rostro de su madre, intuía que algún nuevo problema estaba en puerta.
- A ver jovencita... dime en dónde estabas antes de ayer a la tarde – exigió cruzándose de brazos Rei a su hija, viéndola fijamente
- ¿Otra vez me vas a preguntar lo mismo? Ya te dije que había ido a la biblioteca – respondió Risa frunciendo el ceño
- ¿Ah sí? Mina te vio en la calle ¿Sabes? Y no me dijo lo mismo que tú – afirmó la de cabello negro poniendo ambas manos en la cintura
- ¿Cómo dices? – preguntó la hija nerviosa sintiendo como el corazón le galopaba
- Desátate el obi* y bájate la parte inferior de la yukata junto con la bombacha – ordenó Rei terminante
- Pero mamá yo... - intentó decir Risa pero no pudo
- ¡Hazlo ahora! – alzó la voz su madre señalándola con el dedo
Entonces la chica no tuvo otro remedio que obedecer y una vez que lo hizo, Rei le solicitó a Ami que observara el interior del órgano genital de su hija.
- No lo puedo creer, mamá... ¿Quieres ver si todavía soy virgen? ¿Qué le vas a pedir a Ami a continuación? ¿Qué me meta un dedo en el trasero? - respondió sarcásticamente Risa mientras la amiga de su madre le revisaba la femineidad alumbrándola con una linterna para ver bien
- No seas grosera jovencita, mejor para ti será que Ami me diga el resultado que yo quiero oír – dijo hostilmente Rei a modo de advertencia
Unos segundos después, la chica de cabello corto azul miró hacia su amiga y acto seguido meneó la cabeza negativamente, ante lo cual la sacerdotisa de largo cabello negro frunció el ceño, su mirada empezó a destilar rabia pura pero se contuvo. Sin embargo eso no tranquilizaba a Risa, que ya se estaba acomodando nuevamente la parte inferior de su yukata, porque sabía que su madre estaba esperando que se fuera Ami y que una vez que eso pasara las cosas se pondrían feas de verdad.
- Rei, he hecho lo que me encargaste, ahora debo irme tengo que seguir con mis tareas – dijo la de cabello azul con mirada de reproche y poniendo una mano en uno de los hombros de ella
- Está bien Ami, te agradezco mucho que apartaras algo de tiempo para venir hasta aquí y hacerme este favor – respondió tranquilamente Rei
De esta forma, la de ojos celestes se despidió de ambas y salió de la casa, una vez que madre e hija se encontraron solas, Rei encaró a Risa.
- Tal y como yo sospechaba, ya no eres virgen... apuesto a que el idiota de tu padre lo sabía y no me dijo nada... - comentó Rei apretando los puños de furia
Sin embargo Risa sentía las piernas duras por la tensión del momento, no parecían querer obedecer para salir corriendo, aunque a ella nunca le gustó huir de los problemas.
- Tú tuviste relaciones con mi padre antes de que se casaran, recuerdo que me lo habías contado – atinó a decir Risa para intentar tranquilizar a su mamá
- ¡No es lo mismo! ¡Con tu padre yo me casé, niña degenerada! – Gritó su madre totalmente enojada - ¿¡Yo te enseñé a mentir!? ¿¡Te enseñé a ser una cualquiera!? – preguntó ella gritando iracunda
- ¡No puedes insultarme solo por hacer el amor con mi novio! – estalló finalmente Risa con los ojos llorosos
- Ahhhhh, así que te seguías viendo con ese mismo noviecito que yo te había prohibido seguir frecuentando, ya me parecía por la descripción que me dió Mina – fue la respuesta de la de ojos púrpuras
- No entiendes que ser mi mamá no te hace dueña de mi vida, yo amo a... - dijo alterada la joven, pero una fuerte y sonora cachetada de parte de Rei la interrumpió
- Entre el imbécil de tu padre que te apaña todo y la mala influencia de la loca de tu tía, te desvías y te descarrías, ahh sé además lo del curso de cocina en el que te anoté porque con Michiru también estuve hablando... ahora debo cambiarme e irme pero esto no termina aquí así que a la noche vamos a hablar, señorita maleducada y desvergonzada – aseguró terminante la bella sacerdotisa
Fue así que mientras Rei iba a cambiarse, la muchacha se quedó parada con la mirada perdida y un hilito de sangre saliendo de su boca, mientras temblaba y se tomaba la mejilla que había recibido la bofetada y hacía un enorme esfuerzo para no llorar.
Rato después, la sacerdotisa salió del cuarto con la ropa característica que llevaba a sus deberes como gobernadora de Ciudad Ígnea, un largo pantalón holgado marrón y una blusa manga larga roja, en el pecho colgaba una medalla con la insignia de Marte y la media luna creciente, en la cintura un cinturón de cuero negro y botas de tacones del mismo color.
- Cuando llegue Ralf le dices que vaya a verme, con él también tengo que hablar muy seriamente, cuida la casa y mucho cuidado con lo que haces ¿oíste? – fue lo último que Rei le dijo a su hija antes de salir
Una vez que se encontró sola, la pobre Risa se arrodilló en el suelo y empezó a llorar con fuerza, dejando salir toda la pena que estaba conteniendo hasta ese momento.
Luego de una hora más tarde, un hombre de complexión robusta, tez blanca con una barba de un par de días, cabello castaño oscuro peinado para los costados con raya al medio y pupilas del mismo color del pelo, cruzaba el torii* y atravesaba el patio del templo caminando cabizbajo y pensativo, su semblante evidenciaba tres cosas, primero que no nació en Japón, segundo era joven y rondaba los 36 años y tercero, la misma angustia de su hija Risa cuando estaba barriendo, solo que ninguna sonrisa había en su cara, su cabeza era un tumulto de pensamientos y preguntas.
El cruzó rápidamente el sitio en donde se hacían las oraciones, el santa santorum denominado hoden o shoden, dependencia en cuyo interior se encontraba el shintai u objeto sagrado donde según la religión sintoísta que profesaban su esposa e hija, el kami o deidad se hacía presente a las personas cuando era invocado.
Dicho lugar antecedía al piso de madera que rodeaba la vivienda. Por allí caminó él hasta llegar a una puerta corrediza la cual corrió para entrar a la casa, la puerta era de madera y en las ventanillas, en vez de vidrio tenía un material que parecía ser papel blanco.
El recién llegado vestía en la parte inferior pantalones holgados blancos que se metían dentro de un par de botas largas de cuero del mismo color que llegaban hasta debajo de las rodillas mientras que una banda roja era su cinturón, en la parte superior lucía una armadura del mismo color que los pantalones con el agregado de franjas curvas rojas y el símbolo de Marte más la medialuna blanca, sus musculosos y bien formados brazos estaban al descubierto y sus manos cubiertas por muñequeras blancas que le dejaban los dedos al descubierto, en una de ellas llevaba una bolsa con cosas que había ido a comprar.
El hombre paseó su vista por el lugar y al encontrarlo vacío empezó a caminar por el mismo y a recorrer los cuartos.
- ¡Rei, Risa! ¿Están en casa? - Llamó él en voz alta - Mhhhh, Rei ya debió de haber salido para la gobernación pero Risa debería estar aquí - se dijo a sí mismo en voz baja
Fue así que el recién llegado continuó recorriendo la casa reiterando el llamado hasta que escuchó música proveniente de la habitación de Risa, melodía que reconoció al instante ya que ella había heredado sus rockeros gustos.
*Entender qué me pasa cuando estoy contigo
Entender porqué tengo ganas de correr...
Y no volver...
a beber todo lo que me has ofrecido.
Cuando llegó a la puerta corrediza del cuarto de ella, tuvo que llamar a la misma con algo de fuerza y hablar en voz alta porque la música estaba a todo volumen.
- ¡Risa! ¡La música está muy buena pero bájala por favor! ¡Si tu madre vuelve ahora y la escucha, se va a enojar! - dijo el hombre casi gritando para poder ser oído, fue justo cuando terminó de hablar que quien estaba dentro bajó el volumen
- Lo siento papá, puedes pasar - respondió la voz de la chica
Al instante él se dió cuenta que en el tono de voz de la joven algo no estaba bien, escuchó claramente que se quebraba y le pareció también oírla sollozar.
- Hija... ¿Estás bien? Me pareció... ¿¡Que te pasó!? - exclamó con asombro y preocupación el padre de la muchacha al ver el labio de ella levemente reventado y la mejilla aún algo roja
- Nada papi, solo me caí y me di un golpe en la boca mientras barría - mintió Risa bajando la vista
- Princesa, vamos no mientas... te conozco, no hay manera de que un golpe en la boca sea suficiente para hacer llorar a una muchacha dura como tú, aparte la mejilla indica que te abofetearon - respondió él alzando la cara de ella posando la mano en su barbilla, los ojos hinchados y rojos de la chica mostraban que efectivamente había estado llorando
Como respuesta, Risa abrazó fuertemente a su padre apoyando la cabeza contra su pecho mientras él acariciaba cariñosamente el cabello de ella buscando consolarla.
- No puedo más papá... ¡No puedo más! - dijo la de cabello largo castaño oscuro mientras sollozaba con fuerza
- ¿Fue tu madre, verdad? ¿Ella te hizo esto? - preguntó con preocupación el padre adivinando la situación
- Es que... se enteró que ya no soy... virgen... mi novio y yo, hicimos el amor - confesó Risa sonrojada
- Te voy a hacer una pregunta y confío en que me dirás la verdad... ¿El te ama de verdad? ¿Busca algo serio contigo o solo te usa para sacarse la calentura? - indagó seriamente el padre mirándola fijamente
- El me ama de verdad así como yo lo amo y busca algo serio conmigo, tú lo conociste papá, te había agradado y antes de que preguntes, sí nos cuidamos - aseguró Risa sosteniendo la mirada de su papá
- Eso es lo que quería saber, eso me deja algo más tranquilo... tienes razón yo lo conocí y me pareció un excelente muchacho, pero sabes cuál es el problema ¿verdad? - preguntó él con tristeza
- Sí... es mamá... Mina me vió anteayer en la calle con él y le pasó el chisme a ella... voy a darle un golpe en la nariz por chismosa y metiche - comentó Risa apretando un puño
- Calma princesa, si tu madre no se enteraba por ella... se iba a enterar igualmente por los diarios, recuerda que eres la hija de la gobernadora de Ciudad Ígnea y los chismes vuelan ¿Cómo supo que te habías acostado con tu novio? - preguntó el papá acariciando la cabeza de la hija
- Verás... yo estaba barriendo el patio cuando ella llegó en compañía de Ami, me hizo entrar y me reiteró la pregunta de dónde había estado, entonces yo le dije lo mismo que les había dicho a ustedes... - respondió la joven avergonzada del tan solo hecho de recordar lo que pasó
- Que habías ido a la biblioteca lo recuerdo, Risa al menos a mí debiste de haberme dicho la verdad - dijo el hombre con tono reprobatorio
- Lo sé y lo siento de verdad, papá... juro que no volveré a mentirte... - se disculpó la chica con lágrimas nuevamente asomando por sus ojos púrpuras
- Te creo princesa, cuéntame que más pasó - respondió él besando la cabeza de ella
- Es que... hizo que me resbalara la parte inferior de la yukata y mi bombacha y... le dijo a Ami que me revisara... el coño... así fue que lo supo - confesó la muchacha con la cara totalmente roja
- ¿¡Ella hizo eso!? ¡No lo puedo creer! - contestó indignado el de cabello castaño oscuro tomándose la cabeza con una mano
- Y después que se fue Ami, discutimos y me pegó una fuerte bofetada, hasta me trató de cualquiera y a la tía Haru, de loca... insinuó que ella es una mala influencia para mí - agregó Risa bajando la vista
- Joder... de lo que dijo de Haru no me extraña, hace tiempo que venía haciendo esas insinuaciones, pero lo que te hizo a ti... no puedo creerlo... ¿Dónde quedó aquella Rei con la que me casé? - preguntó él retóricamente con tristeza
- Es lo mismo que me pregunto yo papá, a mi mamá de antes yo no hubiera tenido que mentirle, ella hubiera visto lo mismo que tú en mi novio y hubiera aprobado mi relación... jamás querría imponerme a alguien que no ame y seguro no amaré y con respecto a mi virginidad, bueno... me hubiera dicho lo mismo que me aconsejaste, recuerdo que ella me había contado que te había entregado la suya antes de que se casaran - afirmó la joven con una triste sonrisa
- Lo recuerdo bien... tiempos felices aquellos, no pierdo la esperanza de que todo vuelva a ser como antes, pero cada vez lo veo más difícil... - dijo el de ojos castaños suspirando
- Otra cosa, papi... yo... abandoné el curso de cocina, quería decírtelo antes de que te enteres por ella - confesó Risa apenada
- Ya veo, eso no me sorprende... tú querías estudiar música, se lo dije varias veces a tu madre pero no hubo caso, la única opinión que ella valora es la suya propia... - recordó el papá comprendiendo la situación
- ¡Es un asco ese maldito curso culinario, es aburrido! - se quejó la chica
- Te entiendo, pero de todas formas algo tienes que estudiar princesa, no puedes atenerte solo al trabajo de aquí del templo - opinó él acariciando una de las mejillas de ella
- Tienes razón... ah, antes de irse me dijo que fueras a verla, que quería hablar contigo... -
- Seguro me va a gritar y a preguntar dónde estuve, qué estuve haciendo... va a insinuar que estuve con otra mujer a pesar de que yo jamás le di un motivo como para pensar eso - intuyó el hombre apesadumbrado
- Es probable, seguro van a pelear de nuevo... eso me lastima mucho... me duele ver que lo que más ella hace es agredirnos y desconfiar de nosotros, ¿Qué hemos hecho para merecer esto? ¿Por qué el kami nos castiga de esta manera? - se preguntó Risa comenzando a llorar de nuevo
- ¿Crees que a mí no me duele esta situación? Todo esto no hace más que aumentar mis dudas con respecto a la existencia de un kami, discúlpame si te ofendo no es esa mi intención, yo respeto tus creencias - dijo él con tristeza
- No te preocupes papá, sé que eres ateo y lo respeto... viendo la presente situación tienes motivos para serlo ¿Te puedo pedir algo? - solicitó la chica alzando la vista nuevamente
- Dime, princesa - accedió el de cabello castaño oscuro sonriéndole con ternura
- Por favor... cuando vayas no le grites a mamá, sin importar lo hiriente que ella sea con sus palabras... - pidió Risa con ojos suplicantes
- Está bien, te lo prometo - aseguró el padre comprendiendo los sentimientos de su hija, porque compartían la misma pena
- Gracias, tú me sigues llamando "princesa" tal como lo hacías antes, mami me llamaba "niña hermosa"... ya ni recuerdo cuándo fué la última vez que me llamó así - recordó ella con las lágrimas corriendo por sus mejillas
- Te comprendo, a mí pocas veces me llamaba por mi nombre, solía llamarme "mi amor" o "cariño"... ahora si no lo hace es para insultarme... ¿Sabes hace cuanto que no le oigo decir, "Ralf te amo, perdóname por lastimarte"? - dijo él solidarizándose, sintiendo como algunas lágrimas se asomaban también por sus ojos
Sin decir más, padre e hija se prendieron en un nuevo abrazo mientras ella lloraba de nuevo con más fuerza y él también se quebraba.
- El llanto es un buen desahogo... ahora ven vamos, a lavarnos la cara y a ponerte hielo en la boca - dijo Ralf una vez que concluyó el abrazo con su hija
- Si papá, gracias por seguir siendo el mismo y no cambiar - respondió Risa sonriendo ya algo repuesta
- No tienes nada que agradecer princesa, te amo y siempre te amaré al igual que a tu madre a pesar de todos los problemas que estamos teniendo, en un ratito iré a verla porque si no, me va a reclamar eso también... que porqué llego tarde - aseguró el hombre algo más calmado
Por una de las calles de la explanada del imponente Palacio de Cristal iba caminando Ami, avanzaba sonriente pero no podía evitar sentirse molesta y pensar en el hecho de que su amiga Rei le pidiera comprobar la virginidad de su hija, a nadie se le hubiera ocurrido hacer tal cosa en la moderna sociedad del 2do Milenio de Plata regida por el Código de Convivencia Pacífico, el cual promovía la paz, la unión, la sana convivencia y la confraternidad y prohibía todo aquello que era considerado nocivo para la sociedad humana.
- Lady Mercury, que bueno verla ha pasado un tiempo - dijo sonriente la de cabello azul largo
- ¡Luna! Cierto, ¿Cómo has estado? Las últimas veces que vine no los vi ni a Artemis ni a ti - respondió la de cabello corto correspondiendo al saludo
- Es que nos tomamos un tiempito fuera de las responsabilidades de ser los consejeros reales, pero estamos de regreso... ahora que la veo, a usted justamente la buscaba - afirmó Luna
- Yo también he estado ocupada, no es fácil ser gobernadora de Ciudad Aquae pero dime ¿para qué me buscabas? Si es para decirme que me busca la Reina, no hace falta justamente a ella voy a ver - informó Ami sonriéndole
- Eso suponía, pero quería anticiparle que ella convocará a todas las Senshis para una reunión aquí dentro de dos días - dijo la mujer poniéndose seria
- Entiendo, gracias por el dato cuando la vea seguramente me informará más detalles - respondió Mercury pensativa
- Si, es bueno volver a verlas a todas... a la única que no extraño es a Lady Mars -
- Pero por qué dices eso Luna, ella está haciendo una excelente gestión como gobernadora de Ciudad Ígnea - indagó Ami extrañada de que la consejera real dijera eso de su amiga
- Lo sé, pero no me estaba refiriendo a ella como funcionaria, si no a su persona... hay algo en Lady Mars que ya no es igual que antes, no sé bien qué es pero no me gusta nada - aclaró la concejera real con seguridad
- Al menos con nosotras no se ha portado distinto, pero puede que tengas razón... tú eres muy observadora y además, hoy se me presentó un extraño episodio con ella que no detallaré porque se trata de algo íntimo, solo te puedo decir que tiene que ver con su hija - concordó la de cabello corto azulado con seriedad
- Risa, esa hermosa niña debe de estar hecha toda una señorita - dijo sonriendo Luna
- Créeme que sí, se ha puesto muy bonita, es idéntica a Rei - contestó Ami correspondiendo la sonrisa
-Es cierto y tiene además cosas de su padre, lástima que heredó también el temperamento de la madre, hace mucho que no la veo pero no olvido que había violado en varias ocasiones el lenguaje permitido por el Código de Convivencia Pacífica - recordó la de cabello largo azulado abriendo grande los ojos
- Ja ja, sí pero aún no viste a Ralf enojado, en eso también salió a él... bueno, debo dejarte fue un gusto volver a verte, querida Luna - comentó despidiéndose Mercury
- Lo mismo digo Ami, nos veremos de nuevo en dos días - respondió Luna sonriéndole
Por la avenida principal que llevaba directo a la sede de la gobernación de Ciudad Ígnea, conducía Ralf con una expresión de total seriedad en el rostro, el sol del mediodía le daba de frente y el viento que entraba por la ventanilla jugaba con su cabello, iba escuchando una canción de uno de sus grupos de antaño favoritos pero, eso no impedía que sus pensamientos de preocupación rondaran sin cesar por su cabeza... no disfrutaba del viaje porque sabía que una ola de recriminaciones y una acalorada discusión aguardaban por él en la gobernación.
*Huele mal la realidad, qué vas a hacer
es así, aunque duela y lastime está
¿Quién toma la decisión de cuestionar?
¿Quién decide cómo hablar? ¿Cuándo parar? ¿Cómo fue?
¿Cómo será? ¿Qué voy a hacer?
Es así, aunque duela y lastime está
Sin duda alguna la compañía de su hija era un bálsamo para Ralf en medio de la difícil convivencia con su esposa, el inmenso amor que les tenía a ambas le recordaba que no debía perder la esperanza de que los tiempos felices regresasen, aun así la presente situación ameritaba dos simples preguntas todavía sin respuesta: ¿Por qué? y ¿Hasta cuándo?
*Obi: es una banda que se ajusta a la cintura
*Torii: Entrada del santuario y símbolo del sintoísmo
*Canción: Correr y No Volver, Álbum: Estamos Pariendo, Año: 2006, Artista: O'Connor
*Canción: Desconfianza, Álbum: Estamos Pariendo, Año: 2006, Artista: O'Connor
En el prólogo había olvidado mencionar un detalle, este fanfic es el primero con un argumento totalmente mío y que no es adaptación de ninguna película, serie o cómic. Me he propuesto un objetivo que diré recién al final del epílogo, mientras tanto les voy preguntando ¿Qué les va pareciendo la Rei de esta historia? ¿Qué pudo haberle pasado para que se volviera así? ¿A quién puedo poner como novio de Risa? Acepto sugerencias, pueden pasármelas por mp o en los reviews si desean.
Me despido de esta manera hasta la próxima actualización no sin antes anticiparles, que en esta historia vamos a tener a una invitada de otro animé que también me gusta mucho ¿Qué quién es? Esperen y verán jeje.
