[LOS SUCESOS DE ESTE CAPÍTULO TIENEN LUGAR DESPUÉS DEL CAPÍTULO 12, ADVERTENCIA DE CONTENIDO EXPLÍCITO]
Luego de que confesaron su amor y resolvieron todos los malentendidos, Jooin y Cain se dirigieron a la casa de Jooin, quien se sentía exhausto de tanto llorar.
Desahogar sus emociones en esa conversación lo había dejado en paz, pero, al mismo tiempo, tremendamente cansado. A pesar de todo, estaba muy feliz.
Cain, por su parte, como era característico en él, se encontraba lleno de energía, completamente embelesado por la idea de que, al fin, estaban juntos. Había esperado tanto tiempo ese momento que no podía más que sentir una alegría desbordante. Después de todo, la esperanza de que algún día Jooin lo quisiera había muerto hace mucho tiempo. No fue así, y Cain nunca agradeció tanto haberse equivocado.
Caminaron lentamente, riendo y conversando sobre las cosas que habían vivido durante esos años de separación. Evitaron detalles innecesarios o incómodos, como las vidas amorosas de ambos. Fue mejor así, ya que Cain no estaba seguro de si Jooin estaba listo para hablar del quiebre de su última relación, y la verdad, después de lo doloroso que fue cómo comenzó, Cain tampoco estaba seguro de querer escuchar esa historia.
Entre bromas y besos, llegaron a la puerta del apartamento de Jooin.
Cain le dio un último beso y se separó para emprender el camino a su propio hogar, interpretando el cansancio de Jooin, pero los planes de este eran muy diferentes.
Antes de separarse completamente, Jooin tomó la solapa de su abrigo y lo empujó con fuerza hacia él, apretando sus labios. Se besaron profundamente hasta que Cain lo apartó con delicadeza, permitiendo que ambos tomaran aire.
—¿Quieres pasar? —preguntó Jooin.
—¿Puedo? —respondió Cain.
—Por favor, pasa.
Apenas cruzaron el umbral de la puerta, Cain tomó impulso, agarró a Jooin por la cintura y lo atrajo hacia sí, presionando su cuerpo contra la pared. Los besos se intensificaron mientras se dirigían a la habitación. Jooin le quitó el abrigo y luego la camisa, dejando su torso completamente expuesto.
Jooin quedó visiblemente sorprendido. En los últimos años había rememorado constantemente los detalles de la vez que durmió con Cain, por lo que recordaba que tenía un excelente físico. Sin embargo, ahora estaba incluso mejor.
El abdomen de Cain estaba más marcado, sus pectorales habían crecido, al igual que sus brazos. Era una imagen que impactaba a cualquiera.
Cain tomó el control de la situación y acostó a Jooin, despojándolo completamente de cualquier rastro de tela que lo cubriera. También terminó de quitarse su propia ropa y abrazó a Jooin con cuidado mientras lo volvía a besar.
Sus respiraciones pesadas cargaban el aire, dándole un toque sofocante a la habitación. No podían ni querían separarse, solo lo hacían cuando era estrictamente necesario.
Cain dejó de besar los labios de Jooin para lamer y succionar su cuello, descendiendo lentamente por su cuerpo. Continuó mordiendo y lamiendo las pequeñas protuberancias de su pecho, dejando que sus manos jugaran con ellas hasta que se hincharon. Jooin gemía y suspiraba mientras se retorcía en la cama.
Cuando parecía que no podría aguantar más, Cain se detuvo y apoyó su cabeza en el pecho de Jooin, abrazando su cintura y escuchando los acelerados latidos de su corazón.
—Te amo —dijo Cain.
—Mmh, yo también... no pares, ¿sí? —suspiró Jooin.
Cain sonrió con satisfacción y continuó con aquella lenta tortura. Descendió hacia su abdomen y lo besó con ternura, mientras sus manos acariciaban su cintura y cadera.
Bajó un poco más, y Jooin gimió sorprendido. Cain mordió los laterales de sus muslos y luego lamió y absorbió con su boca el miembro de Jooin.
Los pequeños gemidos de Jooin se intensificaron, convirtiéndose en jadeos lastimosos. Cuando Cain decidió que era suficiente, dejó de succionar y pasó a lamer la zona posterior de Jooin, quien no pudo resistir más la presión y acabó.
—¿Te gustó? —preguntó Cain.
—Mucho —jadeó Jooin—. Abrázame.
Cain obedeció y abrazó a Jooin, quien movió su cabeza para permitirle acceder a sus labios. Sellaron el momento con un beso que comenzó lento, pero terminó en desesperación.
Jooin lo besaba con insistencia, acariciando su cabello y sus hombros, mientras las manos de Cain apretaban su cintura y sus muslos. Jooin comenzó a frotarse contra Cain impacientemente, haciéndolo perder la cordura.
Cain estaba extasiado, pero quería ser paciente con Jooin, no quería hacer nada más intenso sin su permiso. No quería presionarlo ni lastimarlo, lo cual era una preocupación razonable, considerando su tamaño.
—Continúa —dijo Jooin entre besos—. Por favor, continúa.
—No podemos si no tienes condones y lubricante.
—En el cajón de la derecha —dijo Jooin, sonrojándose.
A Cain no le importaba si Jooin había tenido una vida sexual activa con otras personas en el último tiempo, solo le importaba que ahora estaban juntos en esa habitación, sin nadie que interfiriera.
Tomó el lubricante y lo vertió en la zona trasera de Jooin, insertando sus dedos lentamente para estrecharlo.
Jooin se aferró con fuerza a los hombros de Cain y los abrazó mientras gemía. Para cuando Cain llevaba tres dedos dentro, Jooin movía sus caderas instintivamente.
—Ya es suficiente, saca tus dedos —dijo Jooin.
Cain lo hizo, deteniéndose para darle tiempo a Jooin de recomponerse.
—¿Estás bien? ¿Quieres parar? —le preguntó.
—Mételo, basta de dedos. Mételo —respondió Jooin.
—¿Seguro? Todavía estás un poco estrecho...
Jooin, impaciente, tomó a Cain por los hombros y lo volteó, invirtiendo sus posiciones. Este se quedó inmóvil observando a Jooin con asombro. En el pasado, Jooin no era tan osado, sino era más bien tímido. Cain no sabía de dónde había salido esta nueva versión del hombre que amaba, pero estaba disfrutando cada segundo. Más adelante le preguntaría; ahora no era el momento.
Jooin se sentó a horcajadas sobre Cain y lo volvió a besar. A medida que el beso se profundizaba, las manos de Cain recorrieron su cuerpo, sujetándolo con fuerza. Sin romper el contacto, Cain levantó las caderas de Jooin, posicionándolo para empujar y entrar lentamente en él.
Ambos quedaron sin aliento. Se miraron a los ojos mientras sus respiraciones se entrecortaban. Entrelazaron sus dedos y se siguieron besando. Así comenzaron los movimientos, con un ritmo lento y tortuoso.
Jooin recostó su cabeza sobre el cuello de Cain, afirmándose en él mientras mantenía las caderas levantadas. Las embestidas aumentaron progresivamente en intensidad, y Jooin, al borde del colapso, movía sus caderas firmemente, permitiendo que Cain lo penetrara más profundamente y aumentara el ritmo.
Jooin emitía pequeños gritos y gemía con la boca abierta, incapaz de enfocar la mirada, solo pudiendo pronunciar el nombre de Cain, quien, por su parte, sujetaba con fuerza las nalgas de Jooin, moviéndolas a su antojo, mientras apretaba la mandíbula y respiraba con dificultad.
Sus bocas volvieron a unirse, mientras sus lenguas se entrelazaban con impaciencia. Se abrazaron y continuaron incrementando el ritmo, coordinando sus gemidos.
Ninguno de los dos aguantaba mucho más. Con unas fuertes últimas embestidas, Cain sujetó con más fuerza a Jooin mientras este jadeaba y así acabaron al mismo tiempo, a gritos.
¿Continuará?...
