Deseo aclarar que la historia es de mi completa autoría.

Los personajes son de CCS y yo meteré personajes en ciertos momentos. Los cuales reconocerán fácilmente.

Ahora sí, a leer...

.

La vida sigue... capítulo 9: Acercamientos

.

.

.

Shaoran se despertó con una resaca y un mal cuerpo tan terrible que cuando Whei abrió las cortinas para despertarlo con motivo de asistir al colegio, éste sintió como si la luz le quemara los ojos y le diera jaqueca al instante.

—No, Whei... Cierra eso, me duele.. ¡la cabeza!.— Murmuró tapándose la cara con la cobija. El cuarto estaba sin la calefacción pero él tenía calor y estaba parcialmente desnudo. Debía estar a unos 9 grados en su habitación pero por alguna razón él estaba sudando.

—Si el señorito Li hubiese sido más consiente no tendría dicha resaca, ¡debe prepararse!.— Lo contradijo mientras del armario del castaño sacaba el uniforme prolijamente planchado y los zapatos más brillosos que hayas visto, para el crudo que yacía en su cama con ganas de vomitar.

—¡No, Whei... vete!.— Le ordenó Shaoran jalando el bote de basura que estaba a su lado para vomitar rápidamente. Estuvo así toda la noche y joder que le estaba dando mucha pena que el mayordomo que lo había criado desde pequeño lo viera en ese estado.

Pero el empleado lo ignoró y antes de salir de la habitación le dijo algo que lo congeló en el acto y le paró el vómito y la resaca en seco.

—Tiene diez minutos para ducharse, vestirse y salir al salón, tiene visita.— Y cerró la puerta discretamente tras él.

Se paralizó. Esperaba que no fuera quien estaba pensando, pero, ¿quién vendría a esa hora a su departamento un viernes por la mañana y de sorpresa si no era ella?.

Fuera, en la enorme sala con vistas a la ciudad, Ieran Li esperaba a su hijo con una expresión de haber olido algo en mal estado, completamente en silencio y mirando atentamente el reloj de su muñeca, su tiempo era oro y no le gustaba saber que estaba ahí perdiéndolo con su único hijo barón. Ataviada en un traje completamente blanco, y con una apariencia regia, daba la impresión de que si pasabas frente a ella podría leerte hasta el alma y juzgarte en el proceso. Sus ojos ámbares y felinos como los de su hijo no despegaron la vista de su lugar hasta que escuchó a su hijo caminar por el largo pasillo de mármol y luego por el salón y entonces lo vio.

Su hijo salió de su habitación irreconocible. Traía su bata de baño sin amarrar, dejando ver que sólo estaba en ropa interior. Cabello completamente húmedo, despeinado y ojos con bolsas oscuras debajo de estas. Era obvio que se había recién duchado y que la noche anterior había estado bebiendo y haciendo otras cosas que no debía hacer. Shaoran era trigueño claro, pero esa mañana se veía tan pálido como ella y ni hablar de sus labios que parecían estar completamente deshidratados. El hecho de que su hijo no se arreglara para recibirla era claramente un acto de rebeldía que la gran matriarca consideraba infantil.

Ieran negó con la cabeza. Su hijo era una vergüenza esa mañana.

Shaoran caminó hasta la blanca e impoluta sala frente a él donde yacía su madre sentada y sin más, simplemente se dejó caer en el elegante sillón frente a ella sin ganas y con evidente molestia reflejada en su rostro.

—Whei, dejo a Xiao Lang contigo durante 3 meses, ¿y en esto lo conviertes?— Dijo sin siquiera mirar al Mayordomo quien yacía de pié tras el castaño.

—¡Lo siento, mi señora!.— Whei bajó la cabeza, manos atrás, en posición sumisa de un sirviente. Esto hizo enfadar totalmente al castaño, si algo le molestaba era que su madre le hablara de esa forma a quien él realmente consideraba un padre de verdad. Eso sin contar que el señor era mucho mayor que ella, debía tener al menos respeto por sus canas.

—Él no tiene la culpa de mi estado, ya soy lo suficientemente grande para tomar mis propias decisiones.— Contestó de mala gana.

—¿Y qué decisiones son estas? ¿Convertirte en la deshonra de la familia Li? No mientras yo sea la matriarca, Xiao Lang. No te traje a Japón para que perdieras el camino e hicieras lo que quisieras. Te traje porque está es la segunda sede más grande e importante de nuestras empresas, nada menos, y tú te harás cargo de ella en el futuro apenas te gradúes de la universidad.— Lo reprendió sin expresiones el rostro, pero su voz era autoritaria. Esa era la manera Li de antaño.

Shaoran contuvo su réplica. Estaba tan enfadado que no creía poderse controlar si abría la boca y le debía respeto a Whei.

Ieran miró nuevamente a su hijo con evidente desaprobación y entonces dijo:

—Viendo tu estado, no puedo permitir que vayas así al Instituto. Cualquiera se daría cuenta de lo que has estado haciendo y no te quiero otra vez en las noticias del país.— Murmuró sacando de su costoso bolso su celular y llamando un número.

Shaoran se quedó helado. ¿Las noticias del país?. ¿Cuál?. ¿China o Japón?. ¡Joder!

Cuando Ieran terminó de hablar se dirigió de nuevo a su hijo.

—¡Escucha bien, Xiao Lang! Fei Mei está encargándose de las notas en internet ahora mismo y sólo porque no apareciste tú en las fotos de esas noticias es que tu reputación no está del todo arruinada, pero no te permitiré una equivocación más. Tienes un mes para cerrar tu "lugarcito" o te llevaré de nuevo al internado. ¡Estás advertido!.— Lo amenazó y entonces Shaoran se puso de pié para protestar enfurecido. No entendía qué estaba pasando, jamás le había prohibido ningún negocio.

—No puedes venir ahora a decirme qué hacer... —Comenzó a decir pero no sirvió de nada porque Ieran simplemente se levantó del sillón e hizo una seña al mayordomo para que la siguiera.

—He llamado a Meiling para que venga a ponerte al corriente con tus clases, luego de que salga del instituto. No saldrás de aquí el día de hoy, Xiao Lang.— Soltó con una expresión plana pero con una voz muy fría y entonces, junto con Whei salió y la puerta del departamento la cerró por fuera.

Antes de entender lo que pasaba, Shaoran buscó sus llaves por donde sea, pero no las encontró. Otra vez lo había dejado encerrado, como cuando niño y no quería saber nada de él, de su propio hijo. Como cuando él era un estorbo y por eso lo regresaba días antes al internado en vacaciones.

Y entonces se tiro al sofá, con un ataque de ansiedad creciente. Su estómago lo traicionó al instante siguiente, porque fue corriendo al baño para devolver más alcohol de la noche anterior y cuando terminó de expulsarlo, se limpió y regresó a su cama donde se recostó y tomó su celular.

Y allí estaba, aquello de lo que estaba hablando Ieran. Mei y Eriol en la primera plana de las noticias de China ese día, en evidente estado de ebriedad conduciendo por las calles de Japón e incluso tuvieron la audacia de poner el record de multas de ambos.

¡Mierda!

Estaban en serios problemas esos dos...

.

.

.

.

Sakura maldijo por lo bajo cuando vio que Shaoran no había asistido ese día a la escuela. ¡Se suponía que elaborarían los proyectos pendientes y ya faltaba sólo una semana para entregarlos! Además, justo esa mañana le había cancelado a Yue la salida de todos los viernes.

Y ella pensaba que su semana sería perfecta, porque vería al peliplata no sólo el jueves sino también al día siguiente en viernes. Cancelar había sido tan doloroso como cuando Touya se mudó de casa y la dejó sola. Eso le pasaba por dejar todo al último, ¡pero es que con ese compañero como no hacerlo!.

El castaño estaba enfermo, así como Eriol y Nakuru Akisuki, lo que significaba que esos tres habían estado haciendo algo malo. La única que había ido a la escuela ese viernes era Meiling Li y no se había quitado los lentes oscuros para nada, ni siquiera en el salón, aún cuando los profesores se lo pidieron. Ella simplemente se negó y por ende, llevaba a casa tareas extras de castigo ese día.

—Puedo ayudarte si gustas, Sak.— Dijo la de lentes a la castaña en el receso.

—No, muchas gracias, Nao, es Li quien debe ayudarme y será él quien lo hará.— Le dijo tomando sus manos en un acto de cariño mientras tomaban malteadas en la cafetería. La otra no estuvo muy contenta con esa respuesta pero disimiló perfectamente y no dijo nada.

—Sakura, la verdad yo creo que debes aceptar la propuesta de Nao, Li no parece querer ayudarte con los trabajos en absoluto.— Trató de convencerla Tomoyo mirando a su prima paterna Naoko quien asintió vehemente de regreso.

—No, Tommy.— La contradijo Chiharu. —Li debe hacerlo, porque ayer sí que estuvo enfiestado y todo pero, ¿acaso no es capaz de hacerse cargo de su propia tarea? Además él mismo se lo pidió a Saki. ¡Él lo hará!.— Su voz sonó tan contundente que atrajo la atención de Mei quien se acercó a ellas en el acto.

—¿Qué va a hacer mi primo?.— Preguntó con interés, sentándose a lado de Chiharu y Sakura con una silla que había jalado de otra mesa cercana.

Tomoyo inmediatamente adoptó una postura un poco incómoda y Naoko lo notó en el acto. Si había alguien que podía competir muy arduamente contra Tomoyo en elegancia y sofisticación era Meiling Li, porque aún estando con resaca se veía prolija, y eso alteraba muy mal a Daidoji.

—Sakurita tiene un par de proyectos con tu primo pero éste no vino hoy, así que creemos que no se hará cargo.— Dijo Chiharu sin tapujos.

Mei no lo decía pero le encantaba la de trenzas justo por eso, su actitud y honestidad sin llegar a ser cruel pero divertida le parecían muy valiosas.

La ojirubí rió.

—Xiao Lang no tiene remedio, ¿verdad?.— Se quitó los lentes y los dobló sobre la mesa dejando ver su precioso rostro con unas bolsas diminutas bajo los ojos por el desvelo. —Pero esta vez se equivocan, porque tía Ieran me pidió que te llevara hoy conmigo, Kinomoto.— La miró fijo.

Todas se quedaron sorprendidas y Chiharu comenzó a reír de incredulidad.

—¿Perdón, Mei, pero quién es "Tía Ieran"?— Preguntó Sakura con curiosidad.

—¿No es obvio? ¡La mamá de Xiao Lang!, así que tú a la salida te vienes conmigo.— Le guiñó un ojo en complicidad y Sakura enrojeció.

En silencio, Naoko palideció en el acto y Tomoyo, siendo su único soporte y al tanto de sus verdaderos sentimientos por el castaño, tomó su mano bajo la mesa para calmarla, así ninguna de las demás se dio cuenta de su tristeza.

.

.

.

.

Las órdenes para Meiling por parte de su tía eran claras. Ella llevaría los deberes de las clases del ese día y a la compañera de Shaoran para realizar los proyectos faltantes de la escuela y luego tenía que ir al hotel de la familia donde se estaba quedando Ieran Li para ser reprendida por las fotos virales de la noche anterior.

Si era honesta, le daba un poco igual lo que su tía le dijera porque no era su mamá, pero sí debía admitir que sentía mucha culpa debido a la noche anterior porque sabía que sus padres estarían al tanto de todos sus desastres.

Esa mañana cuando se enteró de la nota donde su récord de multas había sido exhibido fue gracias a que su madre le llamó para regañarla. Su padre estaba también en la línea, por lo tanto fue doble sermón. Pero ser regañada no le importaba, sabía que se lo merecía y debía admitir que le gustaba cuando sus padres la corregían porque se sentía amada, aún si fuera por llamada.

Meiling al contrario de Shaoran sí tenía padres que se preocupaban por ella, que se habían opuesto de forma vehemente a internar a su hija en un colegio, lejos de ellos, pero al ser parte de la rama principal mucho no habían logrado.

La mamá de Mei, la señora Zheng Li, era la gemela menor de la madre del castaño, por lo tanto no tenía autoridad para decidir sobre la educación de su hija. Mei muchas veces durante vacaciones había escuchado a su madre y padre discutir porque no podían hacer nada. Renegaban de su sangre.

Si tía Ieran, —que era la matriarca en turno cuando la mandaron a estudiar en un internado desde los tres años— decía algo, eso se hacía y su palabra era ley, fin.

Debido a eso, se había generado una fuerte fricción en la relación de las hermanas Li, porque en años pasados, quien quisiera enviar a sus hijos al extranjero podía decidirlo libremente. Sin embargo, con Ieran Li como matriarca, esta opción se había convertido en una obligación para la línea primaria. Era fiel creyente de que los hijos debían educarse al viejo estilo Li y que por lo tanto debían aprender todo lo que estuviera en sus posibilidades. Debían conocer el mundo por sí mismos.

Lo malo es que dichas "posibilidades" eran asquerosamente enormes para ellos al tener fortunas acumuladas de generaciones pasadas y los negocios actuales que dejaban sumas exorbitantes al año.

Y la filosofía era buena, pero no debía ser obligatoria. No obstante, lo era.

Mei miró su reloj mientras esperaba que la práctica de boley de la castaña terminara. Sabía que ésta acababa a las cuatro y a pesar de que quería todo rápido siempre, esta vez estaba feliz de esperar a Kinomoto porque no tenía ganas de ir a que la regañaran y poner su cara de estúpida frente a la matriarca del Clan a la cual no soportaba.

Además, le faltaba un año para ser libre y volver a casa. Afortunadamente en el Clan Li se seguía respetando el derecho a que los miembros estudiaran en las universidades de su preferencia y ella sabía lo que quería. Volvería a casa con sus padres y estudiaría en su país natal. Trabajaría para los Li, ¡sí!, pero en China y junto con su familia.

—Cómo que ya se tardaron, ¿no?.— La voz aburrida de Sekai, una chica con la que se juntaba ocasionalmente, la sacó de sus pensamientos de forma abrupta.

Respiró y tomó de su té helado negro con calma.

—¿Te parece?.— Su tono salió sarcástico pero no había sido intencional.

—Estoy aburrida, Mei, vamos a dar la vuelta en lo que terminan las prácticas de Kinomoto.— Pidió estirándose.

—No, además ya le falta media hora para terminar. Hemos estado aquí desde las dos de la tarde, podemos esperar treinta minutos más.— Dijo sin mirarla, estaba realmente concentrada ahora viendo a la castaña barrerse y lanzarse sin dudar para tapar los contra ataques del equipo contrario.

—Bueno, pero me llevarás a ver a Shaoran con ustedes, ¿verdad?.— Le pidió juguetona.

La morena la miró con cara de desagrado. Justo por lo mismo no se juntaba mucho con Sekai, porque al igual que muchas chicas, sólo se acercaban a ella para llegar a su primo y eso le irritaba. No era necesario que lo hicieran porque Shaoran era un facilote.

—Ya te dije que no, luego de llevar a Sakura tengo cosas qué hacer y no puedes quedarte con ellos, sólo los vas a distraer.— Además, no le gustaba que la rubia estuviera cerca de Shaoran. Ahora que conocía sus sentimientos por Kinomoto, estaba decidida a hacer de casamentera para ellos. Se obstinó esa misma mañana.

—Pero, Mei, me quedé esperándola contigo durante ya casi tres horas, déjame ir con ustedes.— Rogó y puso su cara de puchero lo cual enfadó a la ojirubí. Probablemente con un hombre hubiera funcionado, con ella no.

Le miró fijo con molestia y la rubia se cruzó de brazos rodando los ojos.

En lo que restó de las prácticas de la castaña, no volvieron a cruzar palabra esas dos, hasta el final, que Sakura salió de los vestidores cambiada y bañada, lista para partir. Entonces la rubia comenzó a rogar nuevamente que la llevaran consigo y Meiling cansada la regañó nuevamente, ahora echándola, a lo cual Sekai se retiró hirviendo del coraje, pues había perdido su tiempo ahí junto a ella.

Tanto Kinomoto como Li, platicaban amenamente sobre la práctica mientras caminaban hasta el estacionamiento del instituto y entonces, cuando estuvieron listas y ya encima de la enorme Jeep Wrangler Rubicon convertible de la ojirubí, arrancaron directo a la casa del castaño.

En el camino mientras paraban por una luz roja en el semáforo y la música de la morena cambiaba de canción, se sumieron en el silencio, y por hacer un poco de plática, Sakura preguntó:

—¿Enserio Li está tan enfermo?. Espero que no, porque entonces no podrá hacer los proyectos.— Meiling rió ante la inocencia de la castaña.

—¡Xiao Lang no está enfermo, linda!.— Mei miró el retrovisor y hacia los lados para dar una vuelta indebida mientras sonreía. Luego recordó a su tía, quien seguro lo había visitado desde temprano y cambió de opinión. —¡O tal vez sí, no lo sé!...— La castaña no dijo nada y se acomodó el cabello, pues volaba sin control, al parecer a la ojirubí no le gustaba cerrar el quemacocos, por eso tenía un bronceado más notorio que el de su primo a veces. —Lo que sí es seguro es que tal vez tenga mucha resaca. Así que probablemente tenga pésimo humor.— Le guiñó un ojo de forma juguetona y Sakura bufó.

—Sólo espero acabar pronto con esto...— Murmuró Kinomoto.

Mei lo notó.

—No te cae bien mi primo, ¿eh?— Preguntó divertida.

—¡No es así!.— De inmediato la castaña se excusó. —Solo que hemos tenido malentendidos, ¿sabes?. Lo cierto es que creo que Li no querrá ayudarme con la tarea y ya no puedo verme comprometida con matemáticas.— Realmente le daba miedo reprobar y no graduarse a tiempo.

—Xiao Lang no es tan malo. En el internado, cuando éramos niños, amaba los proyectos porque tenía mucha creatividad. Siempre se llevaba el primer puesto en todo. Así que creo que sus trabajos de matemáticas y artes saldrán con 100 de puntuación.— Lo defendió.

Sakura se sorprendió, pues sabía por los mismos Eriol y Meiling que habían estudiado en internados, pero no lo de Li. Tal vez era obvio teniendo en cuenta que eran familia.

—No tenía idea...

—Si, es la persona más lista que conozco, honestamente.— Dio vuelta en la rotonda de la fuente y siguió su camino derecho. —Sólo que se ha vuelto un poco perezoso. Y creo que me está dejando ganar. Cómo sea, me alegra que lo haga, porque necesito esa puntuación para la universidad. Pero no le digas que yo te conté nada sobre él, detesta que la gente sepa cosas de su pasado. Me mataría si supiera que te he contado algo.— Le pidió seriamente.

—Está bien, tampoco es como que tuviera la confianza para hablar con él sobre algo que no fuera la tarea.— Murmuró apenada.

Mei la miró sonriendo de medio lado.

—Sé que se entenderán, Kinomoto. De hecho, Xiao Lang es gracioso una vez que lo conoces bien.— murmuró.

Sakura pensó que no podía imaginárselo divertido.

Llegaron al gran edificio departamental y entraron al estacionamiento con el celular de la morena. El estacionamiento estaba tan lleno de coches tan lujosos que tuvieron que decender hasta el siguiente nivel y entonces, cuando aparcaron y salieron del auto, tomaron el elevador.

Sakura estaba un poco asombrada del edificio, pues siempre lo había considerado hermoso por fuera, pero debía admitir que era aún más impresionante e incluso terrorífico por dentro. Meiling presionó el botón del piso y la castaña se asustó. Irían al piso 29.

La castaña se agarró de la morena en cuanto el elevador inició su acenso. Iban tan rápido que podía sentirlo en el cuerpo. ¿Si eran 29 pisos, porqué se ssentían cómo 50?

—Kinomoto, ¿estás bien?.— Se preocupó la morena.

Pero ella sólo pudo ahogar un quejido. Sentía que tenía la piel muy sensible a todo y se le había puesto de gallina. Del susto, su alma parecía salirse por sus pies. Su voz se había atorado y ya no podía hablar.

Cuando finalmente llegaron al piso y Mei introdujo el código para el departamento, Sakura salió primero. Temblando del terror. Entonces al abrirse las puertas lo primero que tuvo frente a sí fue al castaño, quien curioso, (pensaba que sólo su prima estaba haciendo mucho escándalo en el elevador) se acercó a la puerta para saber lo que sucedía. Jamás contó con que con ella vendría la castaña, así que no se había quitado la bata desde la mañana.

Cuando Sakura topó contra el pecho desnudo del castaño y pudo sentir su dureza y suavidad al mismo tiempo, nuevamente se le erizó la piel. Iba a resbalarse debido a su arrebato, pero él la tomó entre sus brazos y ella ahogó un suspiro. Él estaba firme pero la tomó con dulzura. Además olía muy bien.

Meiling viendo la escena comenzó a reír divertida.

—¿Chicos no pueden esperar siquiera a que me vaya?— Pasó al departamento donde se quitó los zapatos y caminó al comedor.

Sakura se tiñó de rojo por completo aún en los brazos del castaño y éste puso mueca de fastidio sin querer soltarla. Debía admitir que tenerla así abrazada le estaba gustando y hasta que ella no se quitara no la dejaría ir.

Pero entonces ella se separó de él lentamente y le murmuró un pequeño "gracias" que él sólo respondió con una mirada elocuente que ella no supo cómo interpretar. Ya había bajado del elevador pero, ¿por qué aún le temblaban las piernas y su corazón latía un poco más rápido?

No quería, pero la curiosidad la estaba traicionando y debía admitir que no le disgustaba del todo. Miró un poco más a Shaoran, era alto, aproximadamente un un metro ochenta y siete, ¿tal vez?, piel tersa unos tonos más cálida que la suya. Su cuerpo se veía fuerte, pero no parecía estar tan musculoso. Su cabello castaño estaba despeinado, pero se veía suave. Ojos afelinados, con pestañas muy rizadas y sus labios... Ahí paró. Se estaba comportando de forma muy extraña.

Debía admitir que nunca se había detenido a verlo siquiera. Sus compañeras decían que estaba muy bien y que era el chico más guapo de la escuela. Ella realmente nunca se había dado cuenta de si lo era o no, sus acciones hablaban más fuerte que él y eso lo hacía un punto ciego para ella en automático.

Además, ¿cuándo realmente había visto a un chico que no fuera Yue?. Desde pequeña siempre había estado enamorada de él. Cuando su hermano por primera vez lo trajo a casa, ella sólo tenía 7 años y ellos 14, fue su primer amor, tal vez incluso a primera vista. Desde ahí todo había sido Yue esto y Yue aquello y aunque muchos chicos se interesaban en ella, Sakura nunca miró a otra parte donde no estuviera el peli plata. Entonces la respuesta era nunca.

Si a eso le sumabas que Sakura era una chica con estándares muy altos y que su tipo era un chico muy guapo, bien portado/educado, muy amable y amigo de la familia, entonces sí, efectivamente Shaoran se descartaba solo, debido a que no cumplía con ninguna de estas características.

Pero, entonces, ¿por qué en ese preciso momento le parecía agradable físicamente?

De golpe volvió a la realidad cuando Meiling la llamó.

—Kinomoto, ¿todo bien? Desde el elevador te noto muy rara.— Se preocupó la morena. Era cierto, no se estaba sintiendo bien.

—Todo bien, Mei—. Dijo restando rápidamente importancia al asunto.

—Bueno, entonces, tal como les estaba diciendo, dejé todas tus tareas en la ipad Xiao, si necesitan algo, lo que sea, just call me!— Hizo la seña de llamada con sus manos y entonces botó los libros sobre la lujosa mesa de centro del castaño y comenzó su camino hacia la puerta, donde al cruzarse con Kinomoto se dio cuenta que ésta aún traía los zapatos de fuera.

—El gorila de mi primo no tiene pantuflas para mujer en casa, sólo tiene pares grandes porque ninguna había venido antes. Eres la primera chica a parte de mí y la mías no están acá, así que usa algún par de los que están dentro del armario en la gabeta.— Soltó juguetona la morena haciendo enfadar al castaño. Ella no tenía porqué saber que era la primera.

Meiling advirtiendo la molestia de su primo, se despidió de la castaña con socarronería y se fue en el elevador, dejándolos solos, mientras se miraban nerviosamente el uno al otro en completo silencio.

—Yo...— Comenzó a decir nerviosa la castaña pero no terminó porque Shaoran la interrumpió.

—Ponte cómoda en lo que voy a cambiarme.— Murmuró secamente fingiendo que no le afectaba su presencia en su hogar. Y no es que le incomodara, era todo lo contrario y eso lo sorprendía. Tal vez si ella fuera otra él se habría sentido invadido.

El castaño se dio media vuelta y caminó por el gran vestíbulo con pisos de marmol y paredes de varillado con madera de cerezo. Sakura lo vio marchar pasando una cantina de madera de nogal para posteriormente perderse en un pasillo con pinturas y perfectamente iluminado.

Una vez desapareció, la castaña pudo moverse de su sitio y mirar dentro del armario la preciosa zapatera del castaño la cual efectivamente, sólo tenía pares enormes de pantuflas, ni por asomo le quedaban a ella. Negando con la cabeza se quitó sus zapatos. No usaría nada, sólo los calcetines. Cuando pisó el suelo, notó que estaba helado e hizo una mueca. Pero eso quedaba en segundo plano una vez que comenzó a caminar directo a la sala, la cual estaba unos tres escalones más abajo del suelo del salón. Estaba muy pulcra y grande, además de que la mesa de centro en la cual Mei había dejado los libros brillaba como si fuera oro.

Sakura abrió la boca desmesuradamente. Efectivamente lo era. Fue entonces cuando prestó atención a todas las cosas doradas en su casa. Y no parecían simples recubrimientos de oro, además de que la decoración claramente tenía como principal atracción dicho metal precioso, ¡y vaya que lo hacía resaltar!

Li parecía además coleccionar cosas excéntricas como cuadros o figuras que lucían sumamente costosas, así que Sakura retrocedió aún más temiendo tirar algo, sin darse cuenta que toparía con el enorme ventanal frente a la sala, con vista a la gran ciudad.

Asombrada, desde ahí pudo ver apenas su casa y se dio cuenta que Li probablemente mentía cuando decía que "le quedaba de camino luego de sus mandados", estaba casi del otro lado de la ciudad.

Nuevamente retrocedió ante el lujo y la opulencia de su compañero de salón. Claramente Li estaba en otra liga, incluso para su prima o su abuelo, que eran las personas más ricas que conocía, ninguno de ellos tenía tanto dinero. Ahora entendía la horrible actitud de Li, se preguntaba como no se había hecho peor persona.

Se sentó en el blanco sillón con mucha delicadeza y entonces esperó unos minutos a que saliera el castaño. Empezó a ojear los libros y comenzó a sacar los materiales para hacer su tarea, sin embargo, tenía frío y el lugar parecía estar helando. Buscó un termostato por todas partes pero no vio ninguno, ella sólo quería saber la temperatura. Comenzó a temblar.

Shaoran apareció en el vestíbulo nuevamente, muy bien vestido y la vio sentada en su enorme sala blanca siendo ella tan pequeña y sintió una extraña sensación en el pecho. ¿Ternura?. Meneó la cabeza ante el pensamiento y entonces habló.

—¿Quieres algo de beber?— Ella lo miró disimulando sus temblores.

—No, muchas gracias, Li. ¿Podemos empezar?— Pidió. No quería que notara que tenía frío, pero su voz salió un poco entrecortada. Se estaba sintiendo apenada.

Shaoran la observó fijo unos segundos y luego se excusó para ir a su cuarto nuevamente, haciendo que Sakura se mordiera los labios y se abrazara para darse calor. El castaño regresó con una manta gruesa.

No dijo nada, tomando a la castaña por sorpresa cuando la arropó por detrás. Ella inmediatamente se puso roja y él lo notó cuando rodeó el largo sillón blanco y se acercó para sacarle el sedoso cabello de la gruesa cobija.

La miró a los ojos unos segundos antes de apartarse de ella. Sabía perfectamente lo que estaba haciendo con sus acciones y cercanía, y creía que ya tenía a Kinomoto un tanto estudiada. La iba a tratar como si estuviese enamorado de ella... Porque obviamente no lo estaba, ¿verdad?

Shaoran se sentó a su lado sin darle tiempo a la castaña para agradecerle y entonces tomó el ipad y comenzó a trabajar. Sakura por su parte, se quedó un tanto descolocada, viéndolo unos segundos y cuando reaccionó nuevamente, tomó su laptop y comenzó a teclear.

Empezaron con lo más sencillo para ella a petición de la castaña. Para el proyecto de artes decidieron hacer un busto de Medusa, pues estaban finalizando la mitología como parte del arte y sus representaciones.

Y para sorpresa de Sakura, Li no le puso ninguna pega y se ajustó bien a la hora de empezar a crear un esqueleto para el busto. Dio muy buenas ideas y fue muy hábil con las manos para esculpir. Sakura nunca prestaba atención a los detalles en Li, pero debía admitir que así concentrado, con el cejo fruncido, sus imponentes y preciosas cejas y esas manos largas, se veía bien... aquello la estaba desconcentrando un poco.

.

.

.

.

Mei caminó por la enorme recepción del edificio Li. Con sus zapatos caros y su característico andar, llamaba la atención de aquel que la viera pasar. Tenía un cuerpo precioso por genética, pero también era gracias a Pilates la equitación, al Yoga y debía admitir que de vez en cuando iba al gimnasio. El secreto era que siempre cuidaba lo que comía y trataba de no estresarse si podía evitarlo.

No llegó a preguntarle a la recepcionista por su tía porque, ya todos la conocían y sería ridículo o pretencioso, siendo que su foto como duea del edificio estaba en la pared de la entrada. Simplemente abordó el elevador en el piso que sabía que Ieran siempre reservaba. Se retiró los lentes y se retocó el maquillaje antes de llegar al piso 50. Le encantaba cuando su tía se enojaba y si esta vez la veía perder siquiera la compostura, eso habría valido la pena la reprimenda y el viaje hasta la otra punta de la ciudad en vez de quedarse en cama.

Al abrirse la puerta del elevador y teclear el código que le dio su tía, una Mei que se veía segura de sí misma perdió toda compostura al ver a su hermosa pero enfadada madre, sentada en la sala del departamento.

Ieran era una hija de puta.

.

.

.

.

Dos horas después, al terminar de detallar el rostro de Medusa, ambos se sentaron a comer en la sala. Shaoran le había pedido a su chef que por favor les preparara unas pizzas italianas con albaca, hongos matsutake y aceitunas negras. Para despejar la mente, el castaño polarizó el ventanal que daba a la ciudad y bajó con un control una enorme pantalla de 120 pulgadas donde se pusieron a ver una serie animada a petición de Sakura. El lugar parecía cine privado y Sakura estaba segura de que esa sala ni siquiera era su cuarto de televisión oficial.

Para cuando llegaron las pizzas, Sakura y Shaoran ya se habían acabado unas bebidas y pidieron otras. Ella un Mojito clásico, él una cerveza para acabar de curar su resaca. Comenzaron a comer, él sin prestarle atención y Sakura al verlo bien se dio cuenta que incluso para eso Li tenía mucha elegancia. Lo cual era obvio, porque toda su vida estuvo en internados, seguro la etiqueta era su pan de cada día.

Lentamente, la castaña recordó lo que su madre le dijo un día anterior cuando platicaron durante la cena. Le faltaban modelos varones y estaba batallando para encontrar algunos con ciertas características. Y si lo pensaba bien, Li cumplía con ellas perfectamente. Delgado pero con músculo, cabello castaño y con movimiento, ojos como los de un gato; penetrantes, piel trigueña clara, altura visiblemente por encima del 1.80, labios carnosos y buena armonía facial, además de una piel perfecta.

—¡Mhmh!—. Sakura se aclaró la garganta. Él la miró fijo. —Li, ¿no has pensado alguna vez en modelar o algo por el estilo?—.

Shaoran alzó una ceja y se limpió con la servilleta en un gesto muy elegante pero masculino.

—¿A qué viene esa pregunta?.— Siempre respondía con otra.

—Pues, mi madre es reclutante de una importante agencia de modelos. Se llama Daidoji's House, es la más famosa en Japón y es el negocio familiar. Me comentó que le hacen faltan modelos, ¿no quisieras ser uno?.—

Shaoran se rió y pausó la serie.

—¿Crees que tengo rostro de modelo? ¿O que soy tan guapo como uno?— La molestó juguetón. Ella roló los ojos.

—¡Olvídalo, Li!.— Volvió a morder su deliciosa rebanada de pizza.

—¡Sólo bromeo, Kinomoto! Si no me equivoco, Mei salió alguna vez en la portada, ¿cierto?.— Le sonrió tiernamente y Sakura sintió una sensación extraña en su estómago.

—...¡Si!.— Se apresuró a contestar, —salió en varias portadas, es la favorita de tía Sonomi para la temporada de verano y Eriol y Tomoyo han sido la pareja ficticia de invierno varias veces.— Soltó info de más porque quería convencerlo de que lo hiciera, pues todo su circulo ya había participado antes y sería bien remunerado.

Shaoran al escuchar lo de Eriol y Tomoyo sintió que el coraje le subió hasta la nuca y luego le bajó de golpe. Pensó que seguramente su primo había accedido a participar por petición de su prima con el único motivo oculto de acercarse a Daidoji y cogersela. ¡Era un hijo de puta!.

Desvió la mirada de la preciosa chica que tenía enfrente y meditó.

—¿Cuánto es la paga?.— Realmente el dinero que pudiera ganar no le importaba porque estaba podrido en oro, pero era un Li y un Li siempre debía darse su valor. Además, ahora que probablemente cerraría THE CLUB necesitaría costear las altas sumas de droga que compraba por semana.

—Bueno, al ser un modelo principiante, no te podría asegurar una suma tan alta, pero puedo platicarlo con tía Sonomi...— La castaña dudó un poco.

Shaoran notó que un mechón de cabello color miel se había escapado de su oreja y se tomó el atrevimiento de acomodárselo mientras ella estaba distraída, rozando su sedosa piel de porcelana.

Sakura lo miró con la boca entre abierta y la piel le cosquilleó ahí donde el castaño tocó, lo cual era nuevo para ella y sólo le pasaba con Yue. Aunque mucho de eso no sabía pues, el peliplata casi nunca la tocaba. ¿Probablemente se sintiera así con todos los hombres?

Shaoran se acercó un poco más a su delicada compañera de clases, aspirando su delicioso olor a fresas y cerezas y miró fijamente los orbes color verde de la castaña, quien comenzó a sentir como si su corazón saliera de su pecho, pues Li estaba tan cerca, que parecía que la iba a besar.

Le sorprendió saber que su cercanía ya no le disgustaba tanto como la primera vez, su voz se había perdido y aunque hubiera querido hablar, no habría podido, estaba como paralizada por los preciosos ojos ámbares del castaño. Aguarda, ¡¿preciosos?!

Sakura entrecerró involuntariamente sus ojos poco a poco y Shaoran supo que tenía el sí por su parte.

Eso le sorprendió bastante, ¿se sintió bastante excitado por algo tan simple como un puto beso?. Quería avanzar hasta ver donde ella lo detenía. Puso una mano sobre una blanca pierna de la chica y la otra la pasó por su cuello asustándola en el acto. Poco a poco la acarició en esa zona tan erógena que le puso la piel de gallina a la castaña quien dejó salir un suspiro de placer, al parecer, tensándolo un poco más, estaba muy cerca, iba a besar esos preciosos labios rozados y carnosos por primera vez, sólo debía acercarse un centímetro más y...

—Joven Shaoran...— Una voz de un hombre mayor los interrumpió y cuando voltearon, ambos se separaron asustados.

El castaño suspiró con sorpresa, enfado y nerviosismo. Sakura empezó a temblar de miedo y vergüenza. Frente a ellos estaban una mujer muy parecida al castaño, pero más blanca y un hombre alto, ya grande de edad, pero muy elegante. Los miraban con ojos penetrantes. ¿Quienes eran?

.

.

.

.

Mei llorando mientras conducía a casa de su primo, recordó lo sucedido en el hotel Li. Ieran no tenía ni un puto derecho a tenderle ese tipo de trampas. Y menos jugar así con los sentimientos de sus padres y los de ella.

Se supone que la próxima vez que viera a su madre, —durante las vacaciones de invierno— podría hablar con ella, tanto de las cosas buenas como de las malas, podrían abrazarse y llorar de felicidad junto a papá, quien la mimaría como la niña de "papi" que era. Pero no, Había traído a su madre para joderla en un momento como este y eso no era lo peor, ni de cerca.

Al llegar a la habitación de hotel, su madre con evidente furia, la abrazó con fuerza y cuando al fin se separaron, la abofeteó tan fuerte que la ojirubí cayó al suelo y del impulso los costosos lentes importados de francia se destruyeron con el impacto. Era la primera vez que le pegaba.

Completamente en shock miró a su madre, sus ojos abiertos desmesuradamente y sin aliento. Fue entonces cuando la vio empezar a llorar con fuerza.

"¿Por qué has puesto en vergüenza a tu clan, a tu familia?"— Gritó con ira.

Mei que no entendía la reacción exagerada de su madre, se levantó sobándose la mejilla y acomodánse nuevamente el cabello.

"Mamá, déjame explicarte, no es tan grave"...— Cayó al nuevamente ser abofeteada con fuerza.

—"Meiling Li, tu record de infracciones por conducir alcoholizada y en estado inconveniente por drogas ocupa una página completa del periódico chino. Eso sin contar los sobornos que realizó Eriol a oficiales y el Club de tu primo que usan para drogarse o cometer otros delitos".— Sonaba tan colérica que la morena comenzó a llorar de tristeza. Jamás habría querido poner a su mamá así de mal. En el pasado había hecho "travesuras" fuertes y había sido perdonada, entonces no entendía porqué estaba llorando así. Debía haber algo detrás de su fatal actitud.

"¡Mami...!"— Comenzó a gimotear.

"¡Meiling, escúchame!"— La sacudió por los hombros. —"¡No vas a volver a China cuando te gradúes!. Tu tía ha dicho que debido a tu comportamiento, no podrás escoger una universidad cerca de nosotros ni volverás a casa, te quedarás en Japón en la universidad de Tokyo y cuando te gradúes, te quedarás a vivir acá para trabajar en la sede de aquí y te casarás con Cai Tao Chang."— La miró con ojos furiosos, pero bajó la voz.

La morena se quejó con horror, ¿por qué tía Ieran había decidido algo tan atroz? ¿Ni siquiera en lo sentimental podría ser feliz? Sabía que los Hiragizawa eran de la familia secundaria que servían a los Li, pero acaso para Ieran eso no era suficiente? Eran honorables y muy ricos, además, la familia Cai era menos adinerada que la de Eriol, entonces, ¿Porqué ese arreglo?.

Dejó sus pensamientos y volvió a la tierra cuando su mamá la abrazó llorando.

"Mei, sabes que por el trabajo no podemos verte siempre como deseamos. Te necesitamos en casa y no podemos mudarnos, Meling, Lo máximo que te hemos tenido con nosotros han sido tres años, los primeros de tu vida cuando eras pequeña, hija. Te extrañamos... Tu papá quería venir a verte y no pudo, Ieran no lo permitió, Mei, ¿por qué no te portaste bien?"— Lloraron tan amargamente que toda la visita la pasaron así, destrozadas, abrazadas y secando las lágrimas de la otra. — "No es justo, hija... te añoramos...".

Qué doloroso había sido ver a su madre así y escucharla de esa forma.

Su tía le había dado un golpe fatal, pues sabía que quería regresar a casa. Su corte había ido directo a la yugular y prácticamente se podía decir que se estaba "desangrando".

Ahora que estaba conduciendo a alta velocidad, ya nada importaba, haría de la vida de su tía un infierno, eso seguro. Y sabía perfectamente donde comenzar. Ahora más que nunca estaba decidida a emparejar al castaño y a Kinomoto. Sabía que eso molestaría a su tía por lo clasista que era y al ser Sakura una chica sencilla, notaría de inmediato la clase social, de eso estaba segura. Que la perdonara la castaña por usarla, pero la necesitaba.

.

.

.

.

Ieran al encontrar a su hijo con la castaña endureció la mirada. Claramente era una chica de menor clase social y eso la asqueó.

La observó de arriba a abajo con mirada penetrante y juzgona, entonces la vio encogerse ante su juicio. No era más que alguien insignificante.

Sakura bajó la mirada evidentemente incómoda y con ganas de que la tierra se la comiera allí mismo o que un láser la desintegrara. La mirada de la madre del castaño parecía quemarle la piel. Shaoran se dio cuenta y entonces se levantó y se puso frente a ella, retando a su madre, quien con expresión indiferente lo miró. Su hijo no podría ser más ridículo.

Shaoran casi pudo leer lo que pensaba y a pesar de que le molestaba que su madre lo viera como a un payaso, le encantaba saberla irritada o fastidiada. Por lo menos sentía algo.

—Whei, acompaña a la visita a la puerta y llévala a donde te indique.— Dijo de forma muy elegante, sin mirar al hombre y entonces se volteó a ver la castaña. —Me he divertido mucho hoy, Cerecita, ¡muchas gracias!.— Dijo tomando su mano repentinamente y entonces se la besó.

Sakura se quedó de piedra y se puso completamente roja por tres motivos: ¿El primero? Que la madre del castaño los estaba viendo y aún así a Li no le importó lo que hizo. El segundo era que no tenía idea de dónde había salido ese joven tan caballeroso de la nada si ella sabía que era casi un patán y la tercera... ¿Cerecita? ¿Cómo pasaron de los apellidos a hablarse así de la nada?.

—Acompáñeme, jovencita.— Pidió Whei con mucha elegancia.

Sakura bajó la cabeza y lo siguió con suma pena y roja como la grana. Sin mirar atrás desaparecieron por el elevador del edificio, dejando a una molesta Ieran y un Shaoran más seguro de sí mismo que en la mañana.

.

.

.

.

El camino para Sakura fue un poco incómodo gracias al mayordomo de Shaoran, no hablaba y parecía no moverse más que para girar el volante o hacer cambios de velocidades. El auto del castaño ya era de por sí grande e incómodamente silencioso, como para que no pusieran siquiera la radio.

Sakura trató de hacer conversaciones dos o tres veces, pero cuando se dio cuenta que sólo recibiría comentarios escuetos por parte del señor Whei, paró. Estaba segura que no era por ser grosero, si no por su trabajo.

Cómo sea, ella comenzó a pensar en lo que el castaño le dijo al despedirse de ella y se volvió a teñir de rojo. Nadie, en serio, nadie nunca la había llamado así y eso la hizo sentirse extraña, cómo si hubiera sido algo muy íntimo entre los dos a pesar del momento y la ocasión tan rara.

Tardó tanto pensando en ello, que cuando menos lo esperó, llegó a su destino y se despidió amablemente del mayordomo, fue entonces cuando recibió un mensaje. Miró su celular, cruzando la pequeña puerta de la reja y entonces supo que era él.

"Llegaste bien". Preguntaba Shaoran.

Sakura al leer el mensaje se sintió ansiosa, ¿por qué?

"Sí, muchas gracias, Li". Tecleó su respuesta y procedió a abrir su puerta porque notó que el mayordomo no se iría hasta que ella entrara.

"Muy bien, Cerecita". Respondió de regreso y al leerlo ya dentro de su casa, el corazón femenino dio un salto.

No respondió, se fue a su cuarto y ordenó comida rápida, pues sus padres estaban a punto de llegar, entonces se acostó en su cama y boca abajo se puso a pensar, ¿qué demonios era todo eso que sintió y estaba haciendo en casa de Li? Fue cuando su celular vibró nuevamente.

Era él.

"Te veo mañana en el Undokai". Sakura miró su teléfono y suspiró. ¡Genial! Había olvidado el festival deportivo escolar de competencias. Mañana sábado, los del club de equitación, danza, pentatlón, polo, boleybol, entre otros tenían qué competir contra la preparatoria hermana Seijou, también perteneciente a la familia Amamiya. El maldito evento se había reagendado luego de unos contratiempos en la estúpida pista de esquí acuático. Sakura puso los ojos en blanco y escondió la cara en la almohada.

Espera... ¿Cómo que "tE vEo MaÑaNa eN eL UnDoKaI"?

¿Acaso Li la vería competir? El pensamiento la puso roja de forma involuntaria y se removió en la cama. ¿ Qué le estaba pasando?.

.

.

.

.

Shaoran se encontró esperando la respuesta de Sakura con ansias mientras jugaba COD en su sala y entonces se reprendió por hacerlo. ¿Porqué le importaba tanto?. lo cierto es que no había querido abandonar la sala desde que ella se fue, porque se la recordaba, incluso cuando su madre lo había reñido nuevamente por idioteces y por juntarse con "gente como ella".

Justo en el momento en que inició partida, una notificación lo distrajo y volteó rápidamente a ver su celular.

"¿Li, estás ahí?". El castaño leyó el remitente y Frunció el ceño, otra vez era ella.

"Por favor, necesito verte". Nuevamente volteó a ver el teléfono pensando que era Kinomoto y cuando se distrajo, lo mataron en el juego.

—¡Hija de puta!— Shaoran enojado tomó su teléfono y pensó en bloquear a la idiota de Naoko Yanaguizawa. Le frustraba que lo molestaran cuando estaba ocupado jugando. Ella obviamente debía disculparse con su culo o definitivamente le daría cortón a la próxima.

Le iba a responder que la toparía en el motel de siempre, cuando Meiling llegó al departamento y entró llorando enfurecida, así que dejó a Naoko en visto. Ella se acercó a donde estaba él, quien la miraba con la boca abierta, pues era raro verla así y entonces, la morena le apagó la pantalla y la consola.

—¡Hey!— Protestó con molestia el castaño.

—¡Tu mamá es una hija de puta!— Le gritó tan fuerte, que Shaoran estaba seguro de que su voz había sonado hasta la terraza de su cuarto, que estaba en la otra punta del departamento. El castaño la miró con fastidio. No era algo que no se supiera.

—¿Qué hizo esta vez, Mei?.— Preguntó con voz calmada.

—¡No voy a volver a China cuando me gradúe, Xiao! ¡Tampoco me dejará casarme con Eriol!— Tomoyo se tapó la cara desbordando en llanto y su primo se levantó para consolarla.

Shaoran pensó que lo segundo no era precisamente algo malo.

—Tranquila, Mei, seguramente no está decretado aún con el Clan.— Murmuró acariciando el hermoso cabello negro de su prima.

—No, Xiao Lang, vino mamá a Japón a decírmelo, no voy a volver. Es también un decreto que no me casaré con Eriol.— Sollozó

El castaño frunció el ceño y la separó un poco de sí para verla a la cara. Definitivamente a él le había ido mucho mejor en su castigo, ya que sólo debía cerrar THE CLUB. Teniendo en cuenta la decisión de su madre, era solo cuestión de tiempo para que sus primos rompieran. Si Ieran decía que una unión entre dos miembros del Clan no se llevaba a cabo, aunque apelaran por años, simplemente no sucedería.

Eran casi una jodida secta, con todos sus putos borregos. Pero, pensándolo detenidamente, ¿por qué se ensañó con Meiling?

—Tranquila, Mei, te aseguro que para entonces Ieran estará muerta. Aún somos muy jóvenes.— Trató de calmarla.

Su prima lo miró con la cara completamente roja por el llanto.

—¿Tú lo crees Xiao?— Preguntó con un dejo de esperanza.

El castaño asintió en silencio y volvió a abrazarla. Sonaba cruel, pero lo cierto era que enserio nadie quería su madre en el Clan como matriarca, obviamente existían sus excepciones, como los "chupa medias", pero al final del día, cuando el cumpliera treinta sería el patriarca, estuviera de acuerdo o no su madre. Así que Mei sólo debía esperar un poco más, pero siendo honestos, Eriol no lo haría.

Estaba tan absorto consolando a su prima que no notó que Naoko estaba explotando su teléfono con llamadas.

Desde su casa, Yanaguisawa lloraba porque Shaoran no la quería y sólo podía ver como continuamente, la dejaba en visto...

.

.

.

.


Chicxxxxxxs, lamento la tardanza, enserio, no saben todo lo que me pasó, primero perdí el capítulo porque mi hermano me borró el documento, osea que esto es básicamente de lo que me acuerdo que escribí originalmente T.T. Luego me enfermé tan horrible que no podía ni pararme sin poder respirar, entonces tardé para escribir por estar pensando en lo pésima que me sentía y ahora, finalmente, tenemos el capítulo. He de admitir que cuando me borraron lo que llevaba escrito, casi me desanimo de escribir otra vez, pero me dije que eso era una babosada. Yo AMO escribir, entonces me puse a recordar y trabajar. Sin embargo, si admito que durante la actualización de la historia me llegué a sentir sin inspiración y empecé a dibujar manga, eso me ayudó. También tiene rate M jajajaja y es totalmente de mi autoría.

Y bueno, sobre la historia: ¿Qué les está pareciendo? déjenme decirles que en el siguiente capítulo se nos viene el lemon *u*. Ya, ahora sí oficial, así que prepárense porque se les viene un Shaoran muy agridulce. Si hasta aquí no les caía muy bien, ahora no van a saber si amarlo u odiarlo jajaja. Trataré de dejarles ver más un poco sobre los gustos y miedos de cada personaje y para e caso, se nos viene el festival escolar y pues, ahí trataré de meterles escenarios calientes JAJAJA (o eso espero).

Sobre Sakura, van a conocer a una niña tierna y sensible que puede llegar a ser manipulada, obvio para todo les daré contexto de por qué nadie quiere al Chaoran, pero bueno, paso a dejar un anuncio muy importante.

Aquí todos saben que yo soy la autora de "El secuestro de Sakura" y que ya aproximadamente 9 años no he actualizado, lo cual me hae sentir muy culpable, primero porque la verdad no planeo continuarla sin editarla primero, el chiste es que para mí esa historia tiene algunos fallos que podrían cambiar un poco su trama e incluso el carácter de algunos personajes. obviamente estoy dispuesta a hacerla lo más fiel a lo que era, pero va a tomar tiempo, porque primero está esta historia, luego "Un Amor Nacido en Diciembre" (Que no he vuelto a actualizar) y ahora sí, "El Secuestro de Sakura".

Pero díganme ustedes qué opinan y si están de acuerdo con ese orden.

Ahora sí, a contestar sus reviews:

Reeckless Pretty: Hola, linda, primero que nada, me leí tu biografía en FF y déjame decirte que me hiciste llorar de lo hermosa que es. De hecho este capítulo lo seguí pensando también en ti. Eres una hermosa persona.

Y bueno, sobre la relación de Yue y Sakura ya se revela un poco más en el siguiente capítulo, lo que si te puedo decir es que probablemente va ahaber muchas decepciones en este triángulo amoroso, pero no diré por parte de quién. Tampoco puedo abundar mucho en tu teoría de Yue con Sakura, pero para llegar a eso nos falta ya poco. Para entonces ya muchas cosas habrán pasado y sabrás porqué Sakura y Shaoran e incluso Yue o Meiling hicieron lo que hicieron, eso sí, le voy a meter mucho lemmon. Espero no te moleste.

Shaoran tiene muchos problemas del control de la ira debido a su infancia. En este capítulo probablemente lo entiendas un poco más a él y a Mei, igual incluso a Eriol. Sobre Yamazaki, es una joyita de personaje, súper lindo y ya más delante sabrás porqué. También sabrás porqué Shaoran terminó con Xion en el siguiente capítulo, pues se lo contará a Sakura (Alerta de Spoiler). Y sí, Shaoran tiene una obsesión que va a evolucionar, ya luego verás en qué!

Y ahora sí, muchas gracias por tu comentario. No sabes cómo me anima leerlos a todos y saber que te agrada la historia. Cualquier duda, déjamela en un review y te la contesto sin falla en el siguiente episodio que ya no tarda en salir. Esta vez hay mucho drama y espero te guste. Hasta el prox episodio, linda! Besos y abrazos!

.

Lin Lu Lo Li: jajaj siii, linda, Shaoran no se ha querido dar cuenta porque no le conviene, pero ya la quiere bien. Lo cierto es que la historia con Terada y Rika aún no termina y pronto sabrás en qué han acabado. Sobre Yamazaki, él es un pan de Dios, de mis personajes favoritos en esta historia, la verdad y espero poderlo mantener así para ustedes. Naoko y Sakura aún tienen mucho camino por recorrer, ya luego sabrás en qué. Tommy, Eriol y Mei no van a acabar bien y Shaoran ya está súper enrredado en eso. Sobre el vigilante, lo sabrás de acá a dos capítulos. Te mando besos y abrazos.

Sakurita07: Hola, linda! La verdad este Shaoran del pasado es más de cuidado que el del futuro. Son personalidades distintas en sí, que tienen un porqué que ya conocerás. Por otro lado, una pista que te puedo dar es que no solamente Shaoran estuvo involucrado en la peor época de Sakura, Mucho tiene qué ver Naoko y en el futuro, la historia tiene aún más drama con un problema que enfrenta Sakura, uno muy grave. Es todo lo que puedo decir, pero te prometo que arrojaré muchas más pistas en el siguiente capítulo. Gracias por leerme!

Y bueno, me despido porque ya son las casi 2 de la mañana y tengo sueño. Debo ir a trabajar y mañana cumple años mi novio, al cual no le envolví sus regalos. Se me cuidan todos y espero les guste el cap porque no quedé muy segur de él T.T por favor, me dicen si algo no les pareció, la retro alimentación es maravillosa, les amo, bye!

.

.

.

Al fallecer pasamos a ser historias y cuando alguien cuenta esas historias es como si siguiéramos aquí para ellos. Todos somos historias, al final.

—HH—.