Estamos por entrar a campo minado... no va a ser bonito.


Aomine Daiki se mantenía con la mirada perdida, exactamente no sabía qué hacer en esos momentos. Se supone que esa noche daba inicio a la Winter Cup de ese año y, aunque su equipo fue eliminado a inicios del torneo no significaba que se quedaría en casa aburrido de no hacer nada en la escuela.

Bueno, no tan aburrido, ahora con Ryou sus tardes eran más entretenidas, le gustaba perder el tiempo con su novio antes de siquiera perder el tiempo en los estudios, pero seguramente eso se verá afectado una vez Ryou lo ayudará a estudiar y no deber más materias de las que ya debe de inicio de semestre.

Sin embargo, eso no era lo importante.

-Ayúdame, Mine-chin. No quiero que Muro-chin me odie-

Oh, cierto. Estaba afuera del estadio donde se llevaría a cabo el partido de Yosen vs Seirin.

Y eso que el quería ver en paz el partido de Tetsu y Bakagami con el desinteresado de Murasakibara.

Y hablando del rey de Roma.

-No puedo hacer mucho en tu caso, Murasakibara- sí, parecía casamentero en estos momentos, ya se lo pagaría Satsuki después –especialmente si rechazaste a Himuro por culpa de Akashi. Le rompiste el corazón sin contemplación alguna, Murasakibara-

No tenía el contexto/chisme completo, pero por lo que le dijo Ryou una vez terminaron su llamada con estos chicos hace unos días atrás es que Murasakibara se encargó de lastimar profundamente a Himuro. Fue cruel, cosa curiosa considerando que Murasakibara no se caracteriza exactamente con ser cruel con las personas que conoce, es aburrido y desinteresado, si, como el propio Aomine. Pero de eso a lastimar a otro ser humano con sus palabras no era posible.

Aunque se equivocó, siempre había una primera vez para todo.

-Rechace a Muro-chin porque estaba siendo amenazado por Aka-chin, ya sabes cómo es con sus cosas, Mine-chin- sí, no tienes que recordármelo, pensó Aomine con desagrado, las memorias de Teiko de estos dos solo le dio escalofríos, era exactamente eso lo que no quería tocar ni experimentar con Ryou nunca jamás en la vida –Muro-chin se me confeso un mes después de conocernos en el entrenamiento, no creí que pudiera gustarle a alguien después de Aka-chin, así que no le hice caso hasta que Muro-chin comenzó a usar un bálsamo labial que olía a dulce de leche, amo el dulce de leche, Mine-chin- Daiki asintió no entendiendo hacia donde iba Murasakibara pero lo dejaría desahogarse –un día me estaba ayudando a estudiar y estaba usando el bálsamo que olía bonito y lo bese. Muro-chin siempre me pareció bonito y no dude en saltarle encima… pero luego recordé a Aka-chin-

-Y luego lo rechazaste- Atsushi asintió sentándose a un lado de Aomine quien le veía con la ceja alzada –sabes, yo también te hubiera golpeado, Murasakibara. Me sorprende que Himuro hasta ahora lo hubiera hecho-

-Mine-chin- se quejó Atsushi con un puchero.

-Dejaste que Himuro se enamorada de ti, se te confeso, lo besaste y luego lo mandaste al diablo después de recordar que "tienes novio" que resulta ser el maniático de Akashi, alguien que no va a dejar en paz a la persona que se haya atrevido a ponerle el ojo encima a lo que considera "suyo", Murasakibara- el peli violeta le vio con el ceño fruncido, pero poco le importo a Daiki eso –lo que hiciste no estuvo bien y lo sabes. Y te lo dice alguien que estuvo a punto de golpear a su ahora novio y lo termino lastimando de manera indirecta antes de ser novios- agrego Aomine sin ver a Murasakibara a los ojos.

No quería recordar lo que iba a hacerle a Ryou por culpa de su estupidez, pero Murasakibara no le ponía las cosas sencillas.

- ¿Y qué hiciste para que tu novio te perdonara, Mine-chin? - pregunto Atsushi revisando su reloj de muñeca, faltaban diez minutos para el inicio del partido que tendría contra Kuro-chin y el tal "hermano" de Muro-chin.

-Si te soy sincero, no lo sé, Murasakibara- respondió Aomine con seguridad –simplemente creo que Ryou es demasiado bueno para mí. A veces no me creo que Ryou me haya aceptado luego de todo lo que le hice pasar y vivir por culpa de mis estupideces, traumas e inseguridades- explico con rapidez esta vez viendo a Murasakibara que solo asentía a sus palabras –no dudo que tus intenciones con Himuro sean buenas, Murasakibara. No me hubieras buscado a mi si no estuvieras genuinamente interesado en ese chico después de Akashi y todo lo que viviste con él. Pero incluso yo sé que lo que hiciste no fue del todo correcto. Discúlpate con el si es que realmente quieres algo serio con Himuro. Y luego de eso mantenlo lejos de mi Ryou antes de que te golpee la cara-

Y si, sus cinco minutos de madurez habían terminado con esa conversación.


Ryou estaba en una encrucijada. Nunca ha tenido la necesidad de consolar a alguien (normalmente era a el a quien tenían que consolar si no querías ver a un Sakurai llorando y lanzando disculpas a diestra y siniestra). Pero esta ocasión ameritaba ser el quien consolara a un amigo. Lo intentara, pero no prometía conseguir resultados favorables.

El castaño estaba siendo abrazado fuertemente por Himuro Tatsuya quien, igual que su novio, eran más altos que el propio Ryou, así que la diferencia de estaturas (aunque mínima entre Himuro y Ryou) era notoria. Afortunadamente Ryou no se fijaba en esos detalles, un tanto indeciso dio un par de palmaditas en la espalda a Himuro intentando aliviar los pesares del estudiante extranjero.

Afortunadamente lo logro debido a que había dejado de llorar sobre su hombro. Eso tranquilizo a Ryou pues no le gustaba ver a sus amigos llorar.

-Está bien, Himuro-san. Todo estará bien- aseguro Ryou mientras Himuro lo separaba de su abrazo limpiando sus mejillas húmedas con su sudadera –estoy seguro que Murasakibara-san recapacitará sobre sus acciones y se disculpará con Himuro-san como debe ser-

Tatsuya sonrió levemente –eres demasiado optimista, Ryou- el castaño se alzó de hombros.

-Con mi vida no lo soy tanto- expreso el castaño pasándole un pañuelo a Tatsuya quien lo tomo –pero con la vida de mis amigos debo serlo. No quiero arrastrarlos a mi camino de pesimismo y negatividad- aquello lo dijo sin ver a los ojos a Himuro.

Tatsuya se preocupó por eso que dijo Sakurai –eso no está bien, Ryou-

-Lo sé, sigo trabajando en eso Himuro-san- respondió el castaño –pero eso no es lo importante. Lo importante ahora es que debe hablar con Murasakibara-san, la violencia nunca es la solución-

-No es como si hubiera golpeado a Atsushi tan fuerte- Ryou le vio con seriedad –bueno, pero Atsushi tiene la culpa-

-Eso es claro, Himuro-san- respondió Ryou –mas no por eso debemos ser influenciados negativamente por nuestras emociones o sentimientos mal manejados- eso ultimo lo dijo acariciando su frente, el lado izquierdo tenía una pequeña cicatriz que era oculta por los cabellos castaños –lo sé por experiencia propia, Himuro-san. No sale nada bueno de no saber manejarnos-

- ¿Aomine te lo hizo? - eso preocupo enormemente a Tatsuya.

-No directamente, Himuro-san- volvió a ocultar la cicatriz –eso fue hace unos meses, antes de comenzar a salir formalmente como novios. Pero ya lo perdoné, aun no es capaz de perdonarse, pero Daiki-san es bueno, aunque sigue lidiando con emociones y sentimientos del pasado. Estoy seguro que pronto se librará de ellos, lo mismo ocurrirá entre Himuro-san y Murasakibara-san-

Tatsuya también lo esperaba.


- ¿Hicimos lo correcto, Daiki-san? - pregunto bajito Ryou mientras era arrastrado fuera del gimnasio donde había terminado el partido de Yosen vs Seirin, siendo estos últimos los ganadores de dicho partido.

Aomine de forma desinteresada comenzó a caminar lejos del estadio, le dio el gusto a Satsuki y noto el cambio entre Tetsu y Murasakibara. Definitivamente estaba presenciando algo interesante.

Pero estaba más interesado en Ryou, sinceramente.

-Eso solo pueden resolverlo y responderlo Himuro y Murasakibara, Ryou- fue la respuesta concisa de Aomine al castaño que no estaba seguro de querer dejar solo a Himuro, no luego de que este volviera a golpear a Murasakibara simplemente porque se estaba viendo abrumado por Kagami y Tetsu y la negativa del titan de jugar de nuevo. Debía admitirlo, Himuro tenía un buen gancho –tranquilo, si algo malo llegara a pasar entre Himuro y Murasakibara serán los primeros en buscarnos ¿no crees? -

-Pero…- dudo Ryou sosteniendo la mano de Aomine, este último detuvo su andar al ver tan preocupado a Ryou por Himuro, provocando que el castaño por poco chocara con su espalda, pronto Daiki abrazo a su novio logrando sacar a Ryou de sus pensamientos - ¿Daiki-san? -

-No te estreses por cosas que están fuera de nuestro control, Ryou. Creo que fue algo que me enseñaste- las mejillas del castaño se sonrojaron por el comentario de Daiki que ahora le daba palmaditas en la cabeza y besaba sus mejillas provocando que Ryou sonriera levemente –luego de este partido tengo otro concepto distinto de Himuro, Ryou. Y créeme, no necesita que se preocupen por él. Sobre Murasakibara, bueno, él sabe de estas cosas. No por nada aguanto a Akashi dos años sin volverse loco- y si, aun no creía que esos dos habían terminado.

Pero no era asunto suyo.

-Daiki-san se preocupa a su manera por sus amigos- susurro quedito Ryou ahora abrazando a su novio –por eso lo amo mucho- restregó su mejilla en el pecho de Aomine que sonrió levemente correspondiendo el abrazo de Ryou.

Su bonito novio era tan blandito.

Pronto Aomine noto la presencia de los otros dos involucrados, rápidamente se escondió junto con Ryou en la jardinera que estaba a un lado suyo sin dejar ir a Sakurai y espero pacientemente a que los dejaran solos otra vez.

-Suéltame Atsushi, no quiero hablar contigo-

-No me importa Muro-chin, ya me golpeaste dos veces, creo yo es justo que Muro-chin me deje hablar primero- respondió Murasakibara aun arrastrando el cuerpo de Tatsuya tirando de su mano.

-Tenemos que ir por nuestras cosas, Atsushi- se quejó Tatsuya intentando soltarse del agarre del peli violeta, pero este no daba su brazo a torcer –Atsushi-

-No dejare ir a Muro-chin hasta que me escuche-

"Vaya, Murasakibara está molesto" pensó Aomine tapando con suavidad la boca de Ryou, no quería ser descubierto por los otros dos. Los ojos caramelos de Ryou le vieron un momento, Aomine sonrió y beso múltiples veces y sonoramente las mejillas blanditas de Ryou.

-Pues yo no quiero escucharte, Atsushi- finalmente logro soltarse del agarre de Murasakibara –creí que ya habíamos dejado claro el punto entre nosotros- e iba a regresar al estadio, pero el agarre de Murasakibara lo detuvo –Atsushi, hablo enserio, no me hagas enojar otra vez-

-Lo siento, Muro-chin-

"No creí que Murasakibara-san fueran de los chicos que lloran. Pobrecito, se ve tan vulnerable" pensó Ryou dejando que su novio besara sus mejillas y labios sonoramente de piquitos, ignorando completamente la presencia de los otros dos.

-Atsushi…-

-Yo si quiero a Muro-chin- expreso el titan atrayendo el cuerpo de Himuro al suyo tal muñeco, lo abrazo con fuerza sin intenciones de dejarlo ir o secar sus lágrimas –lo quiero mucho. Incluso más de lo que creí querer a Aka-chin. Muro-chin no es un repuesto ni un remplazo de Aka-chin, Muro-chin es Muro-chin y eso es lo único que me importa. Y siento mucho haberlo lastimado con mis acciones egoístas, pero no quería que Aka-chin lastimara a Muro-chin bonito si yo podía evitarlo, pero creo que fui yo quien lastimo más a Muro-chin- explico a grandes rasgos Murasakibara a Tatsuya sin intenciones de soltarlo todavía –siento haberte lastimado así Muro-chin, pero era la única forma que tenía para que Aka-chin no te lastimara por haberme enamorado sin proponértelo-

"Qué empalagoso" se quejó entre pensamientos Aomine viendo con desagrado a la otra pareja, Ryou intentaba acallar las risas que querían salir de sus labios por las cosquillas que estaba provocando Daiki en su cuerpo. Pero el movimiento de sus cuerpos escondidos en el arbusto de la jardinera parecía ser ignorado por los otros dos.

Tatsuya dejo de forcejear con Murasakibara al notar que no lograría nada con este sensible chico. Lanzo un largo suspiro, se le estaba terminando el oxígeno.

-Atsushi… suéltame-

- ¡No! ¡Si suelto a Muro-chin me golpeara de nuevo o peor, me dejara solito! - grito Murasakibara restregando sus cabellos en las mejillas de Tatsuya que inevitablemente comenzó a reírse por el comportamiento de su compañero de equipo.

-Atsushi, suéltame. No respiro… te prometo que no te golpeare ni te dejare "solito"- expreso Tatsuya recuperándose de su estado anterior pronto siendo depositado suavemente en el suelo por Atsushi que no soltaba su mano para nada –no llores, no me gusta verte llorar- le paso un pañuelo a Murasakibara limpiando las lágrimas de Atsushi con el –discúlpame también, no quería golpearte… dos veces-

- ¿Enserio? - pregunto en un susurro Aomine provocando que su novio lo viera feo y golpeara su pecho ofendido - ¡Ryou! -

-Shh- lo callo Ryou oyendo el chisme de los otros dos, Aomine rodo los ojos fastidiados y rodeo la cintura de Ryou con sus brazos ocultando sus labios en el cuello de su novio cerrando los ojos un momento, no quería problemas innecesarios –se supone que no debemos estar aquí, Daiki-san-

- ¿Son ciertas todas las palabras que acabas de decir, Atsushi? - pregunto Tatsuya acercándose a Murasakibara, quitando los cabellos violetas del rostro del titan.

-Si, yo también quiero a Muro-chin, y siento no corresponderte hasta ahora-

Tatsuya sonrió levemente –no era necesario que hicieras todo esto por mí, Atsushi. Puedo cuidarme solo, Akashi no puede lastimarme. Si hubieras hablado conmigo al respecto yo-

-Es que no conoces a Aka-chin, Muro-chin- por el temor con el que hablo Murasakibara de su ex novio era claro que no debías tomar a la ligera las acciones de Akashi.

Ryou vio el rostro consternado de Aomine. Por mero instinto Daiki apretó su abrazo en la cintura del castaño temiendo algo que no quería volver a vivir o repetir. Los ojos desencajados de Murasakibara confirmaban en Ryou que Teiko no fue algo bonito para ninguno de los dos milagros.

-Ya, ya, Daiki-san. No pasa nada, relájate- Aomine no estaba escuchando razones, Murasakibara tampoco.

- ¿Atsushi? -

-No busques a Aka-chin nunca, Muro-chin. No al menos hasta que Kuro-chin y Kagami lo arreglen-

-Hablas como si Akashi estuviera roto, Atsushi-

-Estamos rotos, Muro-chin. Todos en Teiko terminan rotos-

Ryou comenzaba a creer que las palabras de Murasakibara eran ciertas