Capítulo: XVI

Era ya el anochecer y habrían partido de la región zora hacía un día aproximadamente. Ya no hacía frío en aquella región, pero a medida que se aproximaban al monte Lanayru una fría brisa, acompañada de ya casi derretidos copos de nieve, empezaba a soplar hacia la dirección en donde se encontraban. Se encontraban en una de las carreteras secundarias, en concreto la que llevaba por la antigua puerta este. Link tendría el auto estacionado, ya que no podían estar gastando más gasolina por ahora al estar en números rojos casi. Link tendría el mapa apoyado en el volante del auto, mirando con atención y buscando las coordenadas dadas anteriormente por Zelda. Zelda por otro lado, estaría buscando algún indicio de dónde se encontraba la fuente de la sabiduría en el antiguo mapa aún registrado en la piedra sheikah.

-¿Me puedes decir las coordenadas otra vez?-preguntó Link, a lo que Zelda asintió leyendo el post it donde las habría apuntado.

-Las coordenadas son… 3919m -1331, 046… -murmuró la princesa.-¿Seguro sabes leer eso?

-Ajá…-murmuró Link, calculando como podía con sus dedos la distancia en el mapa y con un bolígrafo.-Es más fácil con reglas y eso, pero algo me acuerdo…-terminó de circular un punto en el mapa, para así guardarlo.-Creo que ya está. ¿Quieres pasar aquí la noche? No creo que sea bueno conducir de noche con nieve.

Zelda se quedó atónita al escuchar aquello. Sí era verdad que estaban en mitad de la nada. ¿Pero dormir allí? No estaba del todo segura, prefería dormir en un hotel, en una cama… Pero era verdad que no podían permitirse más gastos tontos si aún querían comer y comprar gasolina para el auto…

-¿Y si nos ve alguien?

-Voy a esconder el auto debajo de esos árboles.-señaló Link unos árboles que se salían de la carretera después del cruce.-No creo que pase nadie por aquí sinceramente y podemos tapar las ventanas con las mantas que nos dieron.

Zelda suspiró, para así asentir al no quedarle de otra, ya partirían en la mañana hacia la fuente de la sabiduría. Link arrancó el auto nuevamente para estacionarlo unos metros más adelante bajo esos árboles. Se bajó del auto, para así cubrir el techo de este con varias ramas, al igual que el capó y la parte trasera del auto. Aprovechando que estaba en la parte trasera del auto, se dedicó a sacar unas mantas, en total unas seis, que les habrían dado antes de partir. Volvió a entrar al auto, para así cubrir la ventana delantera con una, las cuatro ventanas laterales con otras dos, y por último la ventana trasera con otra. Zelda lo miraba atentamente sin decir ni hacer nada, simplemente suspirando mientras jugaba con sus manos.

-¿Y cómo vamos a dormir?

-Tú dormirás en los asientos de atrás, que eres más bajita y además estarás más cómoda.-dijo Link-Yo dormiré en el asiento del copiloto, lo echaré hacia atrás y podré estirarme un poco mejor.

Zelda simplemente esbozó una mueca, para así escurrirse por el hueco en medio de ambos asientos delanteros y recostarse como pudo en estos. Se puso una de las mantas encima, pero seguía teniendo frío. Link por otro lado se tapó con otra manta y se puso la capucha de su sudadera verde, cerrando los ojos. Zelda simplemente suspiró. ¿Cómo podía dormir como si nada? Odiaba dormir allí, no por no tener una cama, que también influía en su odio, si no porque ya se habría malacostumbrado a solo poder dormir abrazada a su héroe. Link habría escuchado ese suspiro, para así abrir levemente un ojo y mirar a la rubia.

-¿Tienes frío?-preguntó.-¿Quieres mi sudadera?

-¿Estás seguro?-preguntó también Zelda sorprendida.-¿No tendrás frío…?

Link simplemente negó, quitándose la sudadera para dársela a su novia, quien aún dudosa, la tomó para así ponérsela sin poder evitar oler el aroma de esta. Olía a él, una mezcla de su olor corporal al igual a tierra, aunque por alguna razón ese olor le agradaba y calmaba.

-No.-dijo Link mientras negaba.-Estoy bien con solo la manta, suelo dormir en camiseta y bóxer en casa. Estaré bien.

Zelda no estaba del toda segura, pero simplemente se colocó la capucha de la sudadera y como pudo trató de acomodarse en los asientos traseros, cubriéndose también con la manta. A pesar de que le costó un poco, después de casi una hora intentándolo logró dormirse profundamente. Link por otro lado, aunque parecía estar durmiendo, nunca lo hacía. Cerraba los ojos, pero no descansaba. No podía hacerlo, debía permanecer despierto por cualquier amenaza. Con una mano en su bolsillo, justo donde guardaba la pistola, por si llegaba a haber alguna situación que lo requiriese. Pero no iba a permitir que Zelda supiese aquello, era merecía descansar tranquilamente.


Por más que las sábanas cubriesen las ventanas, no eran suficiente como para cubrir por completo los rayos del sol que acariciaban el rostro de la princesa. Zelda se incorporó como pudo. Su espalda le dolía horrores y no tenía ningún espejo cerca como para mirarse y ver qué tan desastrosa se miraba. Tenía un poco de baba seca en su mejilla, cosa que le dio asco a sí misma, pero no tenía dónde lavarse los dientes tampoco. Y menos mal que la capucha cubría su desastroso cabello…

-Buenos días.-dijo Link, acercándose a besar su frente, cosa que dejó a Zelda frunciendo el ceño. ¿Cómo podía Link quererla después de verla así en la mañana?-¿Dormiste bien?

-No sabes las ganas que tengo de dormir en mi cama matrimonial ortopédica en el palacio…-murmuró mientras se estiraba, escuchándose cómo crujían sus huesos.-¿Y tú cómo estás tan bien en la mañana?

Link simplemente se encogió de hombros mientras reía, sacando un par de barritas de cereales energéticas y dándole una a la princesa mientras él se comía la otra.

-Ha nevado esta noche… Ya le puse las cadenas al auto. Podemos dejarlo cerca de una zona de esquí que hay más arriba de la montaña, pero para llegar a las coordenadas tendremos que ir andando.-dijo Link mientras se tomaba una bebida energética, Zelda simplemente soltó un suspiro en forma de gruñido agotada.-Ya he sacado tus botas de nieve y tu ropa de frío, en cuanto termines de comer nos vamos.

Acabó terminándose su barrita de cereales y de tomarse también su bebida energética. Cómo desearía ahora estar tomando un café carísimo de aquella franquicia con caramelo en vez de aquella asquerosa bebida energética… Una vez se la terminó, le devolvió a Link su sudadera verde, para así ella ponerse su ropa de invierno. Sus pantalones térmicos, camiseta manga larga con cuello de tortuga térmica, su chaquetón de invierno… Luego se puso sus botas, mirando de reojo a Link hacer lo mismo y luego arrancar el auto. Zelda simplemente acomodó nuevamente el asiento después de que Link lo hubiese utilizado la noche anterior. Se colocó unos lentes de sol, para así luego recostar su cabeza en la fría ventana del auto. Link podía notar que hoy era uno de esos días en los que la princesa amanecía más deprimida de lo usual. Y tampoco le extrañaba, no considerando que como Zelda no despertase ese día su poder sagrado estarían jodidos literalmente. Se aseguró que la calefacción estuviese puesta, para que su princesa no tuviese frío, para luego encender la radio. Estuvo buscando en un par de emisoras, hasta que finalmente encontró alguna que estuviese reproduciendo alguna canción de la cantante rubia que tanto le gustaba a su novia. Zelda no era tonta y sabía perfectamente las intenciones de su novio, por lo que no pudo evitar esbozar una leve sonrisa apenada y así murmurar un poco la melodía y luego la letra, mirando aún por la ventana el sol reflejándose en la blanca nieve. Link tendría su mano en su muslo y no hacía falta palabras para que Zelda supiese que él iba a estar allí con ella.

Después casi cinco horas en la carretera, llegaron a una especie de resort de esquí. Estaba abierto al público, así que entre tanta gente pasarían desapercibidos. Para pasar aún más desapercibidos, ambos se pusieron gorros de lana y se cubrieron como pudieron el rostro con bufandas. Llevaban los dos sus mochilas con provisiones, ya que tendrían que ir en dirección al bosque y subir la montaña. Fingían que eran una joven pareja de Hatelia, una ciudad no tan lejos de allí, que habían decidido ir a esquiar juntos a la montaña. La trabajadora del resort les dio un mapa con todas las pistas para esquiar, y recalcando que no se saliesen de ese camino sobre todo al estar una zona muy peligrosa cerrada por órdenes de la casa real. No había que tener el fragmento de la sabiduría para saber que ese sitio en concreto era donde estaría localizada la fuente de la sabiduría, por lo que después de dar las gracias se encaminaron hacia allí.

Tuvieron que ser cuidadosos de no ser vistos, pero por suerte no había mucha seguridad en el sitio salvo unas vallas de metal que fácilmente pudieron evitar. Estuvieron caminando durante horas montaña arriba, teniendo que descansar bastante ya que Zelda no tenía tanta resistencia como para subir montañas y disminuir el oxígeno. Por suerte, para no perder el camino, Link iba dejando pequeños trozos de piñas hylianas y nueces de árboles que habría recolectado cerca de donde habrían acampado la noche anterior.

Después de lo que Link habría calculado como unas seis horas, horas calculadas gracias a la posición del sol, estarían llegando por fin a la cima. Zelda habría notado la efigie de la diosa por fin, una estatua tan bella de piedra como olvidada en el tiempo, llena de musgo y con piezas rotas. Sin embargo, Link rápidamente la detuvo y le hizo una seña para que guardase silencio. Zelda le miró confusa, pero antes de que pudiese preguntar, Link señaló un dragón de tres cabezas a casi un kilómetro de distancia escondido entre unos árboles pero vigilando atentamente la efigie, como si hubiese sido puesto en esa zona para asegurarse que nadie se acercase. Zelda lo miró aterrada, jamás habría visto un monstruo así, pero Link simplemente sacó su espada y escudo.

-Quédate aquí.-ordenó Link, a lo que Zelda asintió algo dudosa.-Yo me encargaré de este bicho.

Link se colgó también en su cinturón su arco y su carcaj con flechas. No podía acercarse al dragón sin que este le mirase, así que iba a crear una distracción. Apuntó con su arco hacia el lado opuesto donde estaba, disparando su flecha que fue a dar hacia un árbol sin problema alguno. El dragón, alertado, giró sus tres cabezas con un solo ojo cada una hacia la zona, para así empezar a encaminarse hacia esta. Cada paso que daba parecía que el suelo temblaba, pero Link ni se inmutó y simplemente corrió hacia donde el dragón había estado previamente para así escalar uno de los árboles sin problema alguno y apoyarse en la rama, sacando nuevamente su arco y tensándolo.

El dragón, también conocido antiguamente como griock, al no ver nada, volvió a su sitio de origen. Link era camuflado por las ramas, lo que le permitió disparar la flecha dando perfectamente en el ojo de en medio del griock. El dragón gimió adolorido, saltando un fuerte gruñido que haría seguramente cualquier par de oídos sangrar. Seguramente tendrían que haberlo escuchado en el resort. Pero Link aprovechó y disparó otra flecha. Otro gruñido, pero en cuestión de segundos, una nueva flecha habría herido el último ojo.

Link rápidamente saltó de la rama con su espada maestra en mano y se tiró al cuerpo del monstruo, haciendo tajos sin fin en su cuello. Pero su coraza era bastante fuerte y no le habría dado suficiente tiempo de cortar alguna de las cabezas. El monstruo se habría levantado del suelo, volando y esta vez sus tres cabezas estaban brillando, con un frío viento rodeándolas. Con sus alas hacía unos torbellinos de viento que obligaron a Link a esconderse detrás de un árbol, mirando con el metal de su espada el reflejo para ver cuando este pararía. Cuando por fin se detuvo, salió de su escondite pero una de las cabezas habría soltado un rayo de su boca que a penas pudo escapar, dándole en su pierna derecha llegando a congelársela poniéndosela entre roja y morada. Soltó un gruñido adolorido y Zelda de igual manera gritó al ver aquello, haciendo que el monstruo voltease a buscar el origen del ruido.

-¡EH, TÚ!-gritó Link, trayendo nuevamente su atención.-¡SOLO SOMOS TÚ Y YO CABRÓN!

El monstruo volvió a rugir, y Link pudo ver esta vez cómo la cabeza de en medio parecía hacer una especia de gárgara que poco a poco se convertía en un rayo. Esta vez iba a bloquearlo con su escudo. Al lanzar el rayo, Link esperó hasta el segundo perfecto para devolvérselo, lanzándoselo e hiriendo el ojo de la cabeza de en medio. Su mano dolía horrores, el frío con el metal no era buena idea, pero al menos aquello tumbó al monstruo y volvió a acercarse para así cortarle una cabeza. Volvió a esconderse detrás de un árbol cuando lo vio queriendo levantarse y una vez vio que iba a tirarle un rayo helado, repitió el mismo proceso. No era idóneo, pero funcionaba y volvió a cortar su cabeza esta vez izquierda. Se levantó nuevamente y ahora parecía que todo su cuerpo dolía, sus alas apenas y podían levantarlo pero Link aprovechó su tardanza y disparó una nueva flecha, tumbándolo nuevamente y aprovechando para cortar la última cabeza. Por fin, el griock glacial estaría muerto, desvaneciéndose en un humo morado. Suspiró aliviado, para luego escuchar un "¡LINK!" preocupado de su novia y mirarla tirársele encima, tumbándolos a ambos en el suelo.

-¡¿Estás bien?! ¿¡Dónde te heriste?!

Link simplemente soltó un leve gemido adolorido, levantando su pantalón dejando ver su pierna la cual estaba bastante morada.

-Creo que me la ha congelado… Estaré bien… Con hacer un fuego y calentármelo estaré bien… Y analgésicos…-se incorporó, aún con su novia en su regazo, para así acariciar su mejilla.-¿Tú estás bien?

Zelda suspiró, abrazándolo y escondiendo su rostro en el pecho de su novio.

-No se cómo puedes preocuparte por mí a pesar de todo lo que pasas…

-Porque soy el caballero de la princesa.-dijo con una leve sonrisa acariciando su largo cabello.-Y mi deber es protegerte, ¿recuerdas?

Zelda rodó los ojos, para luego esbozar una sonrisa y besar sus labios. Después de ambos darse un apasionado beso, ambos se levantaron para así mirar la estatua y la fuente frente a ellos.

-Es la hora…-murmuró Zelda a lo que Link asintió.

-Puedes hacerlo, Zel…

Zelda esbozó una sonrisa apenada, besando su mejilla una última vez. Empezó a quitarse la ropa. Su bufanda, abrigos, pantalones, calcetines, botas… Quedando solo en su camiseta manga larga. Se iba a congelar, eso estaba claro, pero sería peor si se metía en agua fría con ropa y luego se quedaba tal cual. Se adentró poco a poco en la fuente, con el agua llegando a sus muslos y posteriormente hasta sus caderas, para así quedar frente a ella y mirarla. Puso sus manos en posición de ruego, mirando por fin a la efigie de la Diosa Hylia.

-El poder sagrado que ha heredado la familia real para hacer frente al cataclismo… Puede ser despertado por medio de plegarias… Al menos eso he oído ahora…-dijo, mirando fijamente a la efigie.-Sin embargo, aunque se supone que mis pasadas sentían grandes poderes en su interior e incluso podían escuchar a los espíritus…-poco a poco fue bajando la mirada, con lágrimas en sus ojos.-Yo soy incapaz de sentir o escuchar nada…-volvió a alzar la mirada, volviendo a unir sus manos.-Seguro los sheikahs se lamentan porque estoy perdiendo el tiempo… Pero…-dejó caer sus manos rendidas, chapoteando con el agua y agotada.-¡No he parado de rezar desde que todo esto empezó! ¡He suplicado en las tierras ligadas a las antiguas deidades! Y sin embargo… El poder sagrado no ha despertado en mi interior…-se abrazó a sí misma, empezando a llorar.-Os ruego que me digáis… ¿Qué me pasa…?

Zelda cayó finalmente de rodillas, llorando desconsoladamente. No iba a pasar, no iba a despertar su poder sagrado. Era una inútil. Su reino iba a perecer por su culpa. Link odiaba ver esa escena de su princesa, rápidamente dejando la espada y escudo a un lado y corriendo al agua abrazar a su novia, dejando que su novia llorase desconsoladamente en sus brazos, incluso queriendo él soltar alguna lágrima al verla así.

-No eres un fracaso…-murmuró Link.-Lo conseguiremos, Zelda…

Después de un par de minutos llorando, vio cómo las piernas de Zelda empezaban a ponerse azules, por lo que rápidamente la tomó en brazos y sacó del agua para ayudarla a vestirla y secarla. Hizo una fogata, para así calentarse ambos antes de partir. Ya era de noche y si salían así, lo más seguro era que se perderían, pero no había de otra. Por lo menos era cuesta abajo así que no tendrían problemas para volver a su punto de partida, llegando incluso a tardar menos de tres horas a diferencia de las seis del principio.

Cuando llegaron, escucharon murmullos de gente diciendo que habrían visto un dragón, otros incluso comentando que habrían grabado un poco de este pero estaba bastante borroso. ¿Cómo es que había un dragón de tres cabezas? ¿Acaso existían? ¿No eran seres mitológicos o monstruos? Si tan solo supiesen… Pensaban Link y Zelda.

No tardaron en llegar al auto, poniendo Link la calefacción a tope. ¿Y ahora qué? La Espada Maestra estaba completa, pero Zelda no habría despertado su poder sagrado, es decir, que no habría cumplido con su parte de la misión. ¿Entonces? ¿Deberían enfrentarse a Ganondorf así como así?

-Tengo una idea…-murmuró Zelda de pronto, después de haber estado casi toda la noche callada.-Una idea para enfrentarnos a Ganondorf.

-Te escucho…

Zelda volteó a ver a su novio, algo insegura.

-Vayamos a la ciudadela Gerudo…-murmuró, dejando a Link atónito.-Antes de que digas nada, ya sé que suena loco… Pero Link, no he despertado mi poder sagrado… Y Ganondorf… Bueno, Ganondorf es el rey de las Gerudo, él nació, creció allí y por la ley Gerudo es incluso su rey.

-Sí.-dijo Link.-Por eso no entiendo el por qué querrías ir allí.

-¡Por eso mismo!-exclamó Zelda tomándolo de las manos.-Link… Hay varios templos allí, puede que haya algo sobre cómo deshacernos de él… Y no solo eso, puede que incluso hayan pistas o conozcamos algo más de su pasado que nos ayude en contra suya…

Link suspiró algo inseguro. ¿Ir a la ciudadela Gerudo? Era muy arriesgado… Como los pillasen acabarían muertos seguro… Pero no tenían otra opción y Zelda parecía bastante segura… No tenían más opciones, no perdían nada por intentarlo. Volvió a suspirar, encendiendo el motor del coche y saliendo del parking, para así mirar a su novia.

-Está bien, iremos a la ciudadela Gerudo.-dijo Link. Zelda soltó un chillo emocionado y besó su mejilla.-Pero no es tan fácil. Está en la otra punta del país y recuerda que es un sitio difícil de ir por la arena y eso. Voy a conducir toda la noche, tú descansa. Confío en ti si dices que esto será una buena idea para deshacernos de Ganondorf.

Zelda simplemente asintió, mirándole con una sonrisa.

-Gracias por confiar en mí…

Link sonrió también, empezando a conducir por la carretera secundaria y dándole a su novia una de las mantas para que se tapase y pudiese descansar.

-Eres mi princesa, confiaría en ti hasta el fin del mundo.


Comentarios finales: Mensaje específicamente para los lectores de Wattpad después de la Nota de Autora 2: ¿Se acuerdan cuando prometí actualizar hace como dos semanas? Fallo mío, olvidé que tenía 6 parciales entre estas dos semanas.

¡Pero sin más dilación aquí el nuevo capítulo! ¡Y buenas noticias! Esta historia está llegando pronto a su arco final.

Sé que es un capítulo más corto al último publicado, pero igualmente creo que es perfecto para cerrar el "arco" de "Espada Maestra Fuentes." Ya el próximo arco sabremos más del pasado de Ganondorf y Cya, para luego encaminarnos a la batalla final.

¿Quién identificó la escena de la fuente? ¡Sí! ¡Es la misma de Breath of the wild!

Y como curiosidad, la canción que Link puso para Zelda es "You're on your own kid" de Taylor Swift! Al igual que la cafetería Starbucks jajajaja.

He tenido meses muy agitados. Último año de universidad, me volví a mudar a Estados Unidos a estudiar un semestre… Han sido todos cambios locos que me han impedido tener tiempo libre y al estar frente la computadora 24/7, lo último que quería era estar otra vez para escribir el fanfic, lo siento de corazón.

Pero no todo ha sido tan malo… ¡Fui al Eras Tour en Madrid antes de mudarme! Ya sé que no es relevante, pero cuando escribo a veces utilizo sus canciones para desestresarme y como inspiración para esta Zelda moderna :)

Esto es todo por hoy. Si seguís leyendo esto después de tanto tiempo, muchas gracias de todo corazón. Amo leer vuestros comentarios, me hacen el día y me dan más ánimos para acabar esta historia a la que tanto amor le tengo.

Sin más que añadir, no olvidéis dar follow, like, y comentar. Si tenéis alguna duda, podéis comentar en mi muro o escribirme a mi insta: reneegmg_ o a mi Snapchat: reneegmg

¡Hasta luego y que la Trifuerza os acompañe!