- . My Hero Academia 180 grados. -

33. Donde All Might se preocupa por Midoriya, Uraraka se encuentra con alguien del pasado, Twice discute con su clon y Bakugo enfrenta un impedimento para aplicar el examen


Toshinori estaba de pie frente a la gran ventana polarizada, observando el vasto terreno donde en unos minutos comenzarían las pruebas del examen de ingreso a la UA. El cielo estaba despejado, pero el ambiente estaba cargado de tensión. Estudiantes ansiosos, algunos con sueños brillantes y otros con miedos disfrazados de determinación, se preparaban para lo que sería su primer gran desafío.

Mientras sus ojos recorrían el campo, su mente lo transportó a un recuerdo reciente en el taller de Hatsume.

—Los zapatos y los guantes del joven Midoriya deben ser capaces de soportar grandes cantidades de poder —había dicho Toshinori con una seriedad que reflejaba su preocupación— No escatimes en materiales, me encargaré de los costos más adelante.

—No se preocupe, All Might —le aseguró Hatsume con una sonrisa confiada, levantándose los goggles de trabajo y dejando ver una chispa de emoción en sus ojos—. Si Midoriya va a ser su sucesor y yo su mecánica de confianza, garantizaremos su seguridad y su éxito, cueste lo que cueste.

La confianza de Hatsume era inquebrantable. Toshinori, aunque aliviado, aún sentía el peso de su responsabilidad. No solo sobre Midoriya, sino también sobre lo que él simbolizaba: el futuro de los héroes.

Después su mente saltó a otro recuerdo, en la mansión donde residía temporalmente. El joven Todoroki había aceptado reunirse con él, aunque había mostrado una profunda desconfianza y un semblante frio hacia él al llegar.

—Te advierto que lo que estoy a punto de decirte puede impresionarte bastante —dijo Toshinori, intentando prepararlo—. ¿Seguro que no quieres sentarte?

Todoroki lo miró con indiferencia.

—Seguro — aceptó Todoroki, al parecer incrédulo de poder ser sorprendido.

Estoy seguro que Midoriya es su hijo secreto. Solo falta que explique porque lo abandonó y donde estuvo todos estos años. pensó Todoroki endureciendo su semblante y añadió en su mente: Y el muy maldito se atreve a sonreirle de esa forma a Midoriya.

Toshinori sabía que Todoroki tenía sus propias sospechas sobre su relación con Midoriya, y en su mente, imaginaba cómo este joven podría haber formado sus propias teorías. Tal vez pensaba que había algún lazo oculto entre él y Midoriya. Pero lo que estaba a punto de mostrarle iba más allá de lo que cualquier suposición podría cubrir.

—Bien, aquí va... En realidad yo soy...— el delgado cuerpo de Toshinori se hinchó en cuestión de un segundo — ¡All Might!

La transformación fue tan repentina que Todoroki, en un raro momento de sorpresa entrecerró los ojos y abrió un poco la boca. All Might mantuvo la pose heroica, esperando alguna reacción más allá del shock inicial, pero continuo así por varios segundos.

—Bueno, pero di algo...—insistió All Might, sin perder su imponente postura.

Todoroki al fin pudo haber recuperar su semblante tranquilo.

—Esto explica... que quisiera ayudar a Midoriya— reflexionó Todoroki — Después de todo usted es un héroe y quiere ayudar a todos.

—Si, aunque lo cierto es que tu tenias algo de razón— dijo Toshinori, relajando su postura, mientras avanzaba unos pasos hacia Todoroki para tocar su hombro —Mi interés por el joven Midoriya va mas allá de responsabilidad como héroe. Te lo contaré todo, para que puedas entenderme y ayudarme en lo que viene.

El sonido de un leve zumbido interrumpió sus pensamientos, sacándolo de esos recuerdos. La voz familiar de Gran Torino resonó a través del dispositivo de comunicación en su oído.

—¿Estás preocupado, Toshinori?

—Debo admitir que un poco, maestro —respondió, su voz más baja de lo habitual— Es probable que el joven Midoriya use el One for All por primera vez durante estas pruebas. Y, aunque confío en él, no puedo evitar sentirme inquieto.

—El chico es inteligente —replicó Gran Torino—. Tiene una mente flexible y aprenderá a adaptarse a lo que sea que enfrente. Eso lo hace fuerte, aunque no lo creas.

—Lo sé —dijo Toshinori, frotándose la barbilla—, pero mi mayor temor es que se lastime. El One for All es un poder inmenso. Aunque su cuerpo esta listo y he tratado de guiarlo con discreción, no puedo evitar preocuparme.

Gran Torino soltó una risa corta.

—Hablas como un padre sobreprotector, Toshinori.

Toshinori sonrió levemente, reconociendo la verdad en esas palabras.

—Supongo que tiene razón. Pero no puedo evitarlo. Él es más que un sucesor para mí... es alguien a quien realmente quiero proteger.

Hubo un breve silencio al otro lado de la línea antes de que Gran Torino, con una voz más suave, añadiera:

—Yo también... espero que no se lastime.

...


Uraraka observaba su reflejo en la ventana del tren, con el paisaje desdibujándose a medida que el vagón avanzaba a toda velocidad. Sus cejas fruncidas y la tensión en su mandíbula revelaban la preocupación que sentía.

—¡No puede ser! ¡Me quedé dormida en un día tan importante! — pensó, cerrando los ojos y juntando las palmas de sus manos frente a su rostro, intentando encontrar algo de calma.

El tren estaba particularmente silencioso esa mañana, solo el suave traqueteo de las vías rompía la quietud. No había ni desayunado, sus padres todavía seguían profundamente dormidos tras una agotadora semana en sus nuevos trabajos. Sin duda, no podría culparlos. Pero eso no quitaba que ella estuviera a punto de llegar tarde al examen de admisión a la UA.

De repente, el recuerdo de su conversación por teléfono con Deku la noche anterior, invadió su mente:

—Por lo que he podido investigar y tomando en cuenta el número de postulantes y el porcentaje de admisión de la UA, es probable que se valoren más las actitudes individuales en el examen practico del que sabemos—le había dicho Deku con su característico tono serio y analítico—. Por ello, si por casualidad llegamos a encontrarnos... tal vez será mejor pretender que no nos conocemos para que no nos separen.

Sus palabras habían sonado algo extrañas en ese momento, pero ahora lo entendía. El examen iba a ser una prueba de sus habilidades personales, y cualquier muestra o indicio de conocerse desde antes podría parecer injusta si se ponían a trabajar en equipo contra otros postulantes. Aún así, en su interior, esperaba ver a Deku en algún momento. Su simple presencia siempre le daba ánimos para esforzarse más.

El tren sacudió levemente, arrancándola de sus pensamientos y de pronto, sintió una mano tocarle suavemente el hombro.

—Disculpa... —una voz suave la llamó desde detrás.

Su corazón se aceleró un poco al verlo.

—¡¿Deku?!

Pero, al verlo con mayor detenimiento, se encontró con la mirada confundida de un muchacho de cabello negro en lugar del familiar verde que esperaba ver.

—¿Ah? ¿Yo? —el chico retrocedió un paso, claramente sorprendido por la forma en que lo había llamado—. ¿Alguien me puso ese apodo? Supongo que puedo parecer algo inútil a veces, pero...

Uraraka parpadeó varias veces antes de darse cuenta de su error. El chico frente a ella no era Deku, aunque era demasiado parecido. Lo observó más detenidamente, y de pronto, su mente hizo clic.

—¡Sa-Saito?! —exclamó, su tono de sorpresa llenando el espacio del tren. Era demasiado parecido a Deku.

—Oh, Que alivio! Parece que me confundiste con alguien más —sonrió, mostrando una sonrisa—. Sí, soy Saito.

—Perdón, yo... estaba muy distraída —se apresuró a decir, sacudiendo la cabeza para despejar los recuerdos que amenazaban con invadir su mente.

—Lo noté. Y por eso dudé un poco en acercarme. Parecías intentar concentrarte—Saito cruzó los brazos — Pero nunca tuve la oportunidad de hablar contigo después de... ya sabes, cuando mis padres me cambiaron de escuela. Pero tu eres Uraraka Ochako, ¿cierto? La amiga de... esa chica.

Ella asintió lentamente, todavía intentando procesar el giro inesperado que había tomado su mañana. ¿Cómo era posible que, en un día tan importante, justo antes de su examen, se encontrara con Saito.

El tren continuó su marcha, pero el mundo a su alrededor se sentía como si hubiera desacelerado.

...


Twice estaba parado a lado de Dabi cuando sintió que su celular vibraba con una llamada entrante.

—Oh, disculpa un momento— se excusó Twice moviéndose de lugar para contestar.

—Claro —respondió Dabi, sin quitar la vista del horizonte, como si realmente no le importara.

Twice llevó el teléfono a su oído, con un poco de curiosidad.

—¿Hola? —preguntó, esperando una voz familiar al otro lado.

—Hola—la voz femenina sonó despreocupada, pero con una calma peculiar que hizo que Twice se tensara de inmediato. — ¿Como estas?

—¿Eres tú? —el tono de Twice cambió bruscamente a uno entre sorprendido y molesto— ¡Verdad que eres tú!

—Sí, soy yo —contestó su clon de Rei Todoroki con la misma tranquilidad.

La reacción de Twice fue inmediata. Dio un paso hacia atrás, intentando contener la mezcla de sorpresa e irritación que lo invadía.

—¡¿Quieres decirme qué diablos has estado haciendo?!¡Llevas días sin reportarte! ¡Sabes que no tengo manera de saber que estas haciendo si no me lo cuentas y tampoco contestas los mensajes en linea! ¡Estaba muy preocupado!

Al otro lado, el clon dejó escapar un suspiro cansado, como si estuviera acostumbrada a las rabietas de Twice.

—Precisamente por eso te estoy llamando ahora. Escucha, iré al grano. Esto... ya no me está gustando. Estoy cansado de todo esto.

Twice parpadeó, desconcertado.

—¿Cansando? ¿De qué diablos hablas?

— La cosa es que he estado soñando últimamente que...

—¡¿Tu soñando?! ¡¿Quien te dio permiso de soñar?! ¡Solo el original tiene permiso soñar!

—¡Déjame terminar! ¡Ves! Solo consigues estresare con todos esos gritos.

Por el teléfono Twice pudo escuchar que su clon de Rei Todoroki estaba masticando algo. Tal vez una barra de granola.

—¡¿Estas comiendo?! ¡Tu no necesitas comer! ¡Eres solo un clon!

—¡Pues lo he estado haciendo y se siente bien! Y justamente de eso quería hablarte. Ya me canse detener que reportarme con unos criminales de poca monta todos los días. Y la cosa es que tengo todo lo que necesito y que siempre quise: Dinero, una bonita casa estilo japones, una familia que me ama, y bueno... tal vez otras cosas...

Twice entrecerró los ojos, tratando de procesar lo que escuchaba.

—¿Otras...cosas? ¡Ooooh! No me digas que te enamoraste de Endeavor! ¡Te dije aquella vez por teléfono que era ahí donde pintaba mi limite para esto!

—¡¿Endeavor?! ¡No! ¡Que horror!

—Bueno al menos en eso estamos de acuerdo—Twice suspiró, aliviado por un segundo —¡Sabes muy bien que tengo una reputación que proteger y no se puede ir diciendo que mis clones seducen a los héroes solo para conseguir información!

—¡Pues si yo quisiera podría hacerlo! ¡No eres mi jefe!

—¡¿Qué?! ¿Con eso quieres decir que quieres estar con alguien?

—Eso...no te importa.

—¡Estas demente! — luego Twice se calmo un poco — Acaso... ¿Es la hija de Endeavor? Es algo linda... la vi en una revista donde decía que pronto se va a casar, pero... — de nuevo Twice se exaltó — ¡Con el cuerpo que tienes ella es tu hija y eso seria realmente enfermo hasta para nosotros! ¡¿Por qué tenias que decírmelo?! ¡Ahora no me lo podré sacar de la cabeza! ¡Sabes que esto me afecta mas que a una persona normal!

— ¡No es ella! ¡Y en realidad eso no importa! ¡Solo quería dejarte en claro que ya no cuentes conmigo! Estoy fuera.

—¡Tu no puedes decidir eso! ¡Eres mi clon y tienes que obedecerme!

—No quiero. Y que sepas que si te veo por aquí tendré que asesinarte. Nadie me quitara lo que tengo aquí.

—¡Idiota! ¡Si matas al original tu también desaparecerás!

—Pues por lo que me contaste aquella vez, ni siquiera tu estas seguro de que tu seas el original.

Twice se quedó paralizado, su mente comenzó a revolverse, como si sus pensamientos chocaran entre sí, sin encontrar una salida coherente. Balbuceó, pero ninguna palabra salió con sentido. El clon había tocado un nervio sensible.

—¡Demonios! — Twice colgó el teléfono con fuerza, frustrado.

Se giró rápidamente solo para encontrarse con Dabi, quien lo observaba desde hacía un rato, con su típico aire despreocupado.

—¿Todo bien? —preguntó Dabi, su tono tan indiferente como siempre.

Twice se rascó la cabeza, aún sin poder procesar del todo la conversación que acababa de tener.

—Am... ¿De casualidad... escuchaste todo eso?

—Aja. Y parece que necesitaras ayuda de alguien para que se deshaga de ese clon tuyo.

Twice lo miró, sorprendido por la oferta. Dabi no era del tipo que se ofreciera a ayudar sin razón.

—¿En serio? ¿Harías eso por mí?

—Claro. Para eso están los amigos...

Twice esbozó una pequeña sonrisa nerviosa. Aunque la situación lo preocupaba, saber que no tendría que enfrentarlo solo le dio un poco de alivio.

—Pero... ¿Y Shigaraki?

—No te preocupes. Estaremos de vuelta antes de que se de cuenta de nuestra ausencia.

...


Izuku y Bakugo se encontraban sentados en una banca larga y metálica, justo frente a las puertas cerradas del consultorio médico dentro de aquellas instalaciones. El ambiente olía a desinfectante, y el eco de pasos lejanos resonaba por los pasillos. Ambos mantenían pequeños pedazos de algodón sobre sus brazos, protegiendo la zona donde les habían extraído sangre. Era un detalle insignificante, pero Izuku no podía dejar de pensar en lo incómodo que era sentarse allí en silencio, al lado de Kachan.

—¿Por qué rayos siempre tengo que encontrarme contigo? —gruñó Bakugo, frunciendo el ceño con fuerza mientras miraba al suelo. A pesar de su mirada fija, no pudo evitar echarle un vistazo rápido a Izuku desde el rabillo del ojo, como si buscara algún motivo para enojarse aún más—. ¡Y ese maldito sistema nuevo! ¡Exámenes de sangre y orina sin avisar! —chasqueó la lengua con irritación—. ¿Qué rayos está pensando ese nuevo director?

Izuku, con una sonrisa nerviosa, intentaba aligerar la tensión que colgaba pesadamente en el aire. Se quitó el algodón del brazo con cuidado, deseando que el ambiente entre ambos fuera más relajado—. Bueno, si nos hubieran avisado, tal vez… —hizo una pausa reflexionando—, si alguien tuviera algo que ocultar, probablemente habría traído pruebas falsas, como en las películas, ¿no crees?

Bakugo soltó un bufido, desviando la mirada hacia un lado como si la mera existencia de Izuku lo irritara aún más. Antes de que pudiera responder algo cargado de veneno, un pequeño robot con el logo de la UA apareció flotando hasta ellos, sus luces parpadeando con un brillo mecánico regular.

—¿Katsuki Bakugo? —dijo el robot, su voz metálica y precisa.

Bakugo levantó la cabeza, irritado—. Sí, soy yo —respondió con su tono habitual de fastidio.

—Como parte del proceso de selección, hemos revisado los expedientes escolares de todos los postulantes —continuó el robot con su monótona voz—. Hemos encontrado una denuncia en su contra por acoso escolar. Lo siento, pero bajo la nueva normativa impuesta por el director, no se le permitirá continuar con el examen de admisión a la UA y se le solicita que se retire de inmediato.

El cuerpo de Bakugo se tensó, levantándose de un salto como si hubiera recibido una descarga eléctrica—. ¡¿Qué clase de basura es esa?! —exclamó, sus ojos chispeando de furia. La incredulidad se reflejaba en cada uno de sus movimientos mientras apretaba los puños.

—Por favor, mantenga la compostura —dijo el robot, inmutable ante la furia de Bakugo—. Los héroes deben tener un comportamiento intachable desde una edad temprana. El coste de reparar la imagen pública de los héroes cada año asciende a millones. La Asociación de Héroes no puede permitirse asumir esos riesgos.

Mientras hablaba, el robot imprimió una hoja desde su pecho mecánico, extendiéndola hacia Bakugo. Él la arrancó de mala gana y comenzó a leerla rápidamente, sus ojos entrecerrándose con cada línea que recorría. Finalmente, apretó la hoja con fuerza en su mano, transformándola en un amasijo de papel arrugado.

—Si no está dispuesto a afrontar las consecuencias, no cometa el crimen —finalizó el robot, preparándose para dar la vuelta y retirarse.

—¡Espera! —Izuku se levantó de golpe, su corazón latiendo rápidamente. No podía dejar que eso sucediera—. Esa denuncia... —sus ojos se abrieron con un destello de reconocimiento—. ¿Esa denuncia fue hecha por... Inko Midoriya?

Bakugo se congeló, girando lentamente la cabeza hacia Izuku con una mezcla de sorpresa y furia. Sus ojos se abrieron por completo, reflejando incredulidad. El robot se detuvo en seco, sus luces parpadeando rápidamente, como si intentara procesar la pregunta.

—Ella es mi madre —insistió Izuku, sus manos temblorosas mientras sacaba su tarjeta de identificación escolar—. ¡Aquí está mi credencial! ¡Soy Izuku Midoriya! Hubo un malentendido entre Kacchan y yo hace tiempo, pero ya lo resolvimos. Mi madre... ella es solo sobreprotectora. Se preocupó demasiado en su momento, pero Kacchan y yo... —su voz temblaba— Siempre hemos sido amigos de la infancia!

El robot escaneó la credencial de Izuku, emitiendo una serie de luces parpadeantes mientras analizaba la información. Los segundos pasaron con lentitud, creando una tensión insoportable en el aire.

—Esa solicitud no puede ser procesada. Para mas información...—empezó a decir el robot, cuando de repente una voz grave y cansada interrumpió.

—Déjalo pasar —la voz provenía de detrás de ellos, y ambos se giraron para ver al director Aizawa acercarse, sus manos metidas en los bolsillos y su mirada somnolienta como de costumbre—. Hace un rato que me di cuenta de que este chico —dijo, señalando a Izuku con un leve gesto—, no es alguien que se dejaría acosar fácilmente. Probablemente esté diciendo la verdad. Seguramente fue un problema entre amigos... que a su vez son rivales, ¿no es así, Katsuki Bakugo?

Bakugo esquivó la mirada, apretando los dientes, su orgullo y frustración reteniéndolo.

—De acuerdo —dijo el robot, retrocediendo levemente—. Aunque, ¿para qué me programan si van a terminar tomando sus propias decisiones? —añadió con tono mecánicamente sarcástico, antes de girarse y retirarse, sus luces apagándose mientras se alejaba.

Aizawa se quedó un momento, observándolos con su habitual expresión neutral, pero había una advertencia sutil en su mirada.

—Procuren no causar más problemas —dijo con firmeza antes de marcharse, dejándolos solos una vez más.

El silencio que siguió fue tan denso que parecía envolverlos. Izuku miraba el suelo, luchando por encontrar algo que decir después de lo que había pasado, pero sus pensamientos estaban hechos un nudo.

—Tanto tú como yo sabemos que no hemos sido amigos desde que teníamos cuatro años —murmuró Bakugo de repente, su voz baja y llena de un resentimiento que parecía haber estado contenido por mucho tiempo.

Izuku apretó los labios, sintiendo el peso de esa verdad, pero se esforzó por mantener la calma—. Lo sé... No somos amigos, Kacchan. Pero —miró hacia sus pies—, tenía que decirlo de esa forma para que fuera creíble.

Bakugo se levantó de golpe, sus manos metidas en los bolsillos mientras lo miraba con una mezcla de ira y desprecio.

—¿Acaso quisiste que te debiera un favor? ¡Nunca te pedí que me ayudaras! —espetó Bakugo, su voz cada vez más fuerte—. ¡Tú no me ayudaste! ¡Sigo pensando que eres un fracasado sin don y sin juicio!

Las palabras de Bakugo golpearon a Izuku como un puño invisible, pero aun así, mantuvo su postura, aunque su voz era precavida—. No quise que me debieras nada, Kacchan... Solo... no quería verte perder tu sueño. No por algo que pasó hace tanto tiempo, y porque... —tragó saliva—, porque también quiero que estés ahí para demostrarte que puedo lograrlo.

Bakugo lo miró un segundo más, con sus ojos llenos de furia contenida, antes de girarse bruscamente y marcharse, sus pasos resonando con fuerza en el pasillo vacío.

Izuku se quedó solo, mirando el camino por donde Kachan se había ido. Sabía que había hecho lo correcto, pero no podía evitar sentir que, una vez más, había fallado en entender y conectarse con él.

Aunque algo que había dicho el director Aizawa, lo hacia sonreír ahora.

'Hace un rato me di cuenta de que este chico no sería del tipo que se dejaría acosar fácilmente por alguien más'

Se alegraba mucho de ya no parecer alguien que podría ser victima de bullying.

—¡Que bueno!— se dijo a si mismo con una gran sonrisa.

...


Notas de la autora.-

Listo el capitulo treinta y tres! Sus comentarios siempre son bienvenidos! Saludos especiales a quienes me han animado a continuar con esta historia!

Muchas gracias por leer, seguir y darle like. Siempre me hace sonreír.