Capitulo 2 – Esfuerzate Gokú
La mirada de Milk solo reflejaba asombro, mientras ingresaba lentamente a casa, veía como su marido había decorado con flores y detalles cada parte de la sala, algunos arreglos y rosas, e incluso pequeños chocolates que el mismo había luchado por no comer. - Creo que hoy no fue el día que nos comprometimos, pero sin darme cuenta te fuiste convirtiendo en una parte importante de mi vida, debo admitir que te espié mientras hablabas con Bulma – decía el hijo de Bardock mientras se ponía de pié, mientras su mujer se acercaba, la tomó de las manos y la acercó hacia él, - Estoy bastante sorprendida, pero ¿por que me espiaste? - decía la mujer, intentando fruncir el seño de rabia, - Se que estuvo mal, pero ayer llegué del entrenamiento y te oí hablar con ella. Se que he descuidado nuestro matrimonio y me gustaría compensarlo – decía este mismo, luego dio paso para que ella pudiera dislumbrar la mesa del comedor adornada con dos velas y dos platos de comida que aun no se servía, Gokú no sabía muy bien el plato favorito de su esposa, sin embargo si algo recordaba era que le encantaba mucho la comida italiana, pastas, pizzas, panceroties, e incluso las baggets que aunque eran francesas, siempre le gustaron. - ¡Me encanta! - exclamó la pelinegra, y sorprendió a su marido con un enorme beso en los labios, al separarse pidio tiempo y decidió ir a arreglarse, el salvador de la humanidad estaba confundido pero dentro de sí mismo sabía que lo que había hecho era lo correcto.

Al cabo de unos minutos, Milk bajó las escaleras con un vestido rojo, escotado atrás y abierto en una de sus piernas, se había suelto el cabello y a pesar de su edad poseía una figura esbelta, a parte de bien conservada, siendo incluso la envidia de algunas vecinas de la montaña. El hombre no pudo sonrojarse al verla, estaba anonadado, e incluso la escolto a las sillas, le ayudo a sentarse y trajo la comida, justo mientras cenaban, la mujer preguntó – Esta bien ¿Donde dejaste a mi marido? -, Goku solo levantó la cabeza con algo de dudas y exclamó que su marido seguía siendo el, - Lo se, pero no eres el mismo de siempre, no eres romantico y muy pocas veces te veo en casa, también te he extrañado y me gusta esto, pero amo a mi esposo como es – decía mientras le miraba, esas palabras al saiyajin le hicieron sentir tranquilidad y amor, sabía que su mujer aún no lo quería fuera, pero debía ganar su aprecio despues de muchos años por fuera, - Sin embargo Goku, creo que merezco una recompensa por años soportarte, es un lindo gesto, pero considero que podrías hacer más – exclamo la mujer, el guerrero de inmediato supo que su entrenamiento ahora era diferente, era el entrenamiento para reconquistar a Milk, sintió de nuevo esa vibra que sentía al pelear, quizás eso es lo mismo que sentía Vegeta con su mujer, y como tal le había escuchado, se llevaban muy bien.

Esa noche, Gokú y Milk bailaron al son de una música tranquila, ambos rieron y como si fuese poco, pudieron reencontrarse al verse desnudos uno al lado del otro en su habitación matrimonial, ella dormía mientras él pensaba en que hacer y como entrenar para su mayor reto, al día siguiente, el sonido de las aves aproximaba un nuevo día, la pelinegra abria lentamente los ojos por los rayos del sol que provenían de la ventana de la habitación, al incorporarse, pudo recordar los dulces momentos con su marido, sin embargo, no eran suficientes para sacarle algunas ideas de su cabeza, y antes de si quiera pensar en algunas cosas, sintió el fuerte olor del desayuno.

Al bajar pudo observar a su marido y su hijo menor cocinando, era extraño que Goku cocinara, no es que fuese mal cocinero pero siempre solía esperar algunos deliciosos platillos de su amada mujer, pero ahora era el quien reclamaba la cocina, Goten por otro lado, no solía cocinar a menos que estuviese solo o entrenando, pero esta vez acompañaba a su querido padre, quien le instruía como si de entrenar se tratara.

- ¿Que hacen ustedes dos? - preguntó la mujer de la casa, ambos saiyajines se dieron vuelta y vieron a la mujer, quien tenía una mezcla de asombro y rabia, - Hola Milk, pensaba que podriamos darte una sorpresa, regalandote un rico desayuno – decía el hombre con sus cabellos alborotados, y su hijo solo secundaba al decir si con su cabeza, la mujer solo suspiró y aceptó. Minutos más tarde, la pequeña familia se encontraba dispuesta a su desayuno, y al casi terminar, Milk preguntó a ambos varones, - ¿que tienen pensado hacer hoy? -, Goten explicaba a su madre que hoy iría a la corporación cápsula a salir con Trunks, que le invitó a jugar video juegos, a lo que la mujer solo podía esperar que no fuese algo más, por otro lado ella esperaba que su esposo saliera a entrenar a un mundo de fantasía o durara varios dias fuera de casa, - Hoy pensaba que podríamos salir juntos – contestó a la pregunta el mayor, a lo que la mujer y el adolescente quedaron blancos por dicha respuesta, era algo inesperado.

El pelinegro se veía anonadado al decir que iba a salir con su mujer, aunque el guerrero no era muy romántico ni hogareño, sentía el peso de su misión impuesta, Goku recordaba que hacía mucho tiempo, él, su mujer y su hijo mayor tuvieron una semana para compartir, y esos días fueron los más felices, antes de su muerte a manos de Cell, entonces con ánimo de recobrar esas viejas anecdotas, decidió hacer un día de campo. Esa tarde, la pareja se encontraba juntos conversando amenamente, el menor de los Son no había asistido puesto que entendía que sus padres algo tenían entre manos, además que era buen momento para revanchar a Trunks en sus juegos de pelea, - Goku, recuerdo esta ladera, fue semanas antes que supiera lo de Goten – decía la mujer con nostalgia mientras observaba el paisaje, - Lo recuerdo, Gohan era un pequeño con mucho potencial, y veo su mismo aura en Pan – decía sin dejar de observar el paisaje, fue entonces cuando la mujer decidió preguntarle a su esposo algo que le tenía en su mente, - ¿Me extrañas cuando vas lejos Goku? - cuestionaba mientras su mirada estaba clavada en el hombre de cabellos alborotados, el hombre pausó un momento y penso con detenimiento, ¿extrañaba a su esposa cuando estaba lejos?, recordaba los días donde lo único que pensaba era en Milk, su aroma, su forma de ser, su cocina e incluso las veces que ella le regañaba, cuando estaba en el planeta de Bills incluso habían días donde estaba cabisbajo, y su mejor amigo sabía porque.

- Lo hice Milk, cada día que estaba lejos, solo que nunca lo había notado con tanta fuerza- contestó a la humana, esas palabras retumbaron en el corazón de la terricola y sintió como sus mejillas se encendían de rojo, - ¿Estas bien? - preguntó el hombre a su mujer, ella solo esbosó una sonrisa, se levantó y dijo alegremente – vamos a caminar-. Durante la caminata, Milk hizo toda clase de preguntas que siempre quizo hacerle a su marido, por ejemplo si recordaba a sus verdaderos padres, o que se sentía ser super saiyajin, e incluso si la comida de otros planetas era deliciosa, el hombre solo pudo contestar con su inocencia cada pregunta que le hacían, a lo que la terricola se sentía a veces satisfecha y otras bastante dudosa, - No puedo creer que la pelea que más recuerdes sea la de Vegeta – decía ella con asombro, el guerrero explicaba que despues de esa primera derrota, se volvió un proposito luchar contra el principe y superarlo, durante horas caminaron, el también preguntaba cosas a su mujer, cosas simples pero importantes, y al final sin darse cuenta, estaban cerca de su hogar.

Al ingresar, vieron que su casa era la radiografía de su vida, mientras las fotografías adornaban las paredes, algunos recuerdos los invadían y sentían que a pesar de todo lo que había pasado, era una buena vida en pareja, y que con el tiempo empezaron a aceptar y enamorarse uno del otro, Milk ya no sentía esa soledad que la perseguía y Goku por su parte, sentía parte escencial a su esposa.

Despues de un mes, el guerrero saiyajin se encontraba luchando contra su mejor amigo, mientras que Broly, el saiyajin legendario se encontraba viendolos, las patadas, los puños y las rafagas de ki no se hacían esperar, despues de una batalla de horas y horas, al fin el principe pudo vencer al guerrero de la tierra, horas más tarde, y con más energia, Goku hizo una pregunta inusual - ¿Que día es hoy? -, todos incredulos pero el angel contestó – Hoy es viernes en la tierra -, al terminar de contestar, el saiyajin de cabellos alborotados se levantó, se sacudió el polvo y le pidió a Whis que si podía devolverlo a la tierra, el principe junto con el saiyajin legendario se veían incredulos, - Hice una promesa y no quiero romperla – se excusaba el hombre de cabellos alborotados, al llegar a la tierra, Goku emprendió vuelo a su hogar, donde Milk lo esperaba pacientemente mientras se arreglaba, el hombre decendía a la tierra y con rapidez entraba a su casa, subía las escaleras y se encontraba con su mujer, - Perdoname llegar tarde Milk -, ella lo miraba pero sorprendía decía que habia llegado temprano a su hogar para ambos poder salir.

Y así amigos mios, fue que Goku recuperó el amor de su mujer, descubriendo que no importa el entrenamiento que tengas, importa las personas que ames.