Capítulo 6.

— ¡Conocí a un chico increíble, Midoriya! —exclama Shōto. Izuku incluso tuvo que alejar el celular de su oído debido a la felicidad que irradiaba el propio Todoroki. Rueda los ojos, bueno, menos mal ya le había llegado alguien especial.— Es taaaan lindo, tiene unos que... Y su sonrisa... —escucha suspirar a Shōto. Le entra la risa floja.

— ¿De quién se trata? ¿Es alguien que conozco? —acaricia la cabeza del rubio que tiene entre las piernas. Gogo está succionando su miembro. Ha estado ahí en su casa un mes y los detectives no parecían poder unir ninguna pista o siquiera encontrar una buena. Eso era lo mejor del asunto. El estupido de Togata y Amajiki no sabían por donde empezar.

— No lo creo. —contesta Shōto. Se escucha emocionado.— Nos conocimos hace tres semanas sólo que con el asunto del vandalismo en la escuela y luego la desaparición de Kashima, junto con los examenes y las pruebas pues ya no te dije nada. —oh, vaya que se había perdido bastante del asunto de Shōto.

— Mn... —ronronea Gogo besando a lo largo de la extensión del pene de Izuku. Tiene la mirada vacía. Vuelve a engullirlo, haciendo que su amo jadee, cosa que no pasó desapercibida por el de cabellos bicolor.

— ¿Eh? ¿Qué fue eso? —pregunta Shōto confundido. Izuku toma el cigarrillo que tiene en el cenicero y pone la colilla en la frente de Gogo haciendolo llorar. Tiene más quemadas así en el rostro pero ha aprendido a soportar el dolor. El rubio no hace nada por querer gritar o expresarse. Simplemente reprime el grito. Lágrimas silenciosas recorren sus mejillas.

— Nada, sólo fue un bostezo. —finge uno. El idiota que le escucha del otro lado de la línea se la cree entera.

— Aaah, con razón. —ríe Shōto.

— Se te escucha demasiado contento. —ríe Izuku. Empuja la cabeza de Gogo, obligandolo a separarse de su entrepierna. Empieza a masturbarse en frente del rubio quien se limita a quedarse en la misma posición.

— No tienes idea de lo mucho que me hace feliz. —comenta sonriente Shōto.— La semana pasada conoció a mi cactus, ¡Debiste verlo! Era tan lindo. No pude evitar nombrarlo igual que a él.

— ¿Ah, sí? —Izuku se levanta de su cama. Sigue masturbandose. Gogo parece querer levantarse pero el pecoso le da una patada en las costillas, lo que le deja en el piso. El rubio llora en silencio. No sabe porqué se ha dejado durante todo ese tiempo.— ¿Cómo se llama?

Tal vez por el temor de que cumpla su palabra de ir por su nueva mascota y resulte ser su hermano.

— ¿Qué fue eso? —pregunta Shōto de nuevo.

— Me di con la pata de la cama, eso es todo. —responde fingiendo dolor. Shōto vuelve a tragarse la mentira.

— Debes de tener más cuidado, Midoriya. —Izuku suspira. Definitivamente Shōto era la clase de amigo estúpido que las personas en algún momento de sus vidas tenían.

— Sí, sí. —le hace señas a Gogo de que se ponga en la cama. El rubio se hinca y recuesta su cabeza en la cama, dejando que la suavidad de esta acaricie su pecho. Con sus manos, separa sus nalgas para que Izuku vea su orificio. El pecoso sonríe con ternura.

Gogo deja caer su cabeza en la cama. Sigue sollozando en silencio. Al menos las sábanas suaves de su amo le reconfortan un poco.

— No te puedo decir su nombre ahora pero quiero que le conozcas. —responde Shōto. Izuku se agacha lo justo y ubica la punta de su pene en el orificio de Gogo. Sólo por ese día se lo haría lento, sólo porque tenía unas tremendas ganas de encajarle el miembro en aquel culo apretado.

— ¿Cuándo? —pregunta, acto seguido ingresa de a pocas su pene en el interior de Gogo. El rubio no puede evitar taparse la boca. Aún se siente como la primera vez. Sigue doliendo de la misma manera.

Sigue sintiendo asco de su propio cuerpo.

— Pronto, realmente estoy emocionado. —confiesa Shōto.— ¿Sabes? No se lo he comentado a nadie pero realmente me muero por contarlo y tú eres mi mejor amigo, él y yo hemos hecho el amor un par de veces, es increíble. —escucha un suspiro por parte de su amigo. Menos mal, ha hecho lo mismo debido a que Gogo ha apretado sus paredes anales.— He sido pasivo y activo en partes iguales, ¿Puedes creerlo? Mi novio es fantástico. Ya no moriré solo y virgen como dije alguna vez. Saber que él perdió su virginidad conmigo me resulta tan tierno, Midoriya. Creo que con él me terminaré casando, sé que es pronto pero siento que lo amo. Siento que le conozco desde siempre, que nos conocimos en otra vida donde, no sé, tal vez éramos súper héroes o algo así. Tal vez estamos destinados... Tal vez somos almas gemelas.

— ¿Tu novio también era virgen? —pregunta Izuku algo perdido. Normal, su cabeza va y viene de la gloria cuando su pene se pierde en ese agujero impúdico.

— Sí... —puede jurar que Shōto se ha sonrojado.— Te digo, somos destinados o algo así, estoy tan emocionado de que mi cat y yo...

— ¡Ahh! —gime Gogo sin poder evitarlo. Izuku de inmediato le tapa la boca con su mano libre, deteniéndose por completo.

— ¿Midoriya? —pregunta Shōto cuando se escuchó interrumpido.

— Lo siento, mi vecino, creo que ha traído a una chica a su casa. —se excusa de inmediato. Puras mentiras. Katsuki había salido a trabajar y aún no volvía. Siente que Gogo le lame los dedos. No puede evitar calentarse por ello.

Durante ese mes Gogo ha aprendido que para que su ex profesor no le haga nada debe de hacer todo lo que le diga, si está molesto debe de ponerse cariñoso y que si hay algo que realmente le guste, que lo haga. Incluso ha habido veces en que disfruta que Izuku le haga suyo pero es básicamente porque todo está resultando como él quiere. O así lo ve él. Aún así, busca la manera de escapar de esa casa mas no intenta nada, sólo se límita a ver a sus alrededores a gatas como sólo tiene permitido desplazarse.

Después de todo, es la mascota.

Izuku quita su mano y nota como el rostro de Gogo busca su contacto. Vuelve a embestirle, más lento. Casi parece que están haciendo el amor. El rubio pega su trasero contra el cuerpo de Izuku, haciéndolo ahogar un jadeo. Ese mocoso estudiante le estaba calentando bastante.

— Pero eso se escuchó cerca... No debió ser nada, tal vez alusionaciones mías. —declara Shōto tomándolo como una verdad. Se escucha que alguien toca la puerta de su departamento.— ¡Uh, debe de ser él! —exclama Shōto contento.

— Hazlo gritar tu nombre, Todoroki. —ríe Izuku. Sabe que su amigo se ha puesto rojo de nuevo.

— No diga esas cosas pero algo me dice que no sólo vamos a cenar lo que he preparado... —uh, vaya respuesta. Izuku no puede evitar reír.

— Ve y cenatelo. —escucha reír a Shōto del otro lado de la línea.

— Yo no seré el único cenando, él me va a cenar también. —aquello hace reír a Izuku. Su amigo decía cada cosa... Aunque no le sorprendería que fueran versátiles. Shōto no lucía ser de aquellos que permanecen teniendo un mismo papel en la cama.

— Claro, claro. Hasta luego, Todoroki. —cuelga. Avienta el celular a la cama y toma el trasero de Gogo con fuerza, tanto que sus uñas se hunden en la suavidad de sus glúteos.— Estabas tan insistente hace unos momentos... Estuviste inquieto tambien sin mencionar que casi me metes en problemas. —sale del interior de Gogo, haciendo suspirar al rubio. Poco a poco estaba perdiendo la cabeza. A ese paso volvería a enamorarse de su querido profesor.

No podría ser tan malo. Izuku se portaba bien con él a veces. Le hacía el amor siempre. Siempre le decía cosas bonitas. Sólo que a veces se enoja y lo golpea pero puede soportar eso.

— Profesor Midoriya. —gira el rostro Gogo para verle. Vuelve a separar sus glúteos bastante sonrojado.— Lo necesito adentro de mí, por favor, prometo ser una mascota buena, prometo ser un niño bueno. Por favor... Termine en mí. —aún a pesar de que es a Izuku a quien se lo dice, siempre se imagina a su profesor favorito, aquel que le elogiaba por cada trabajo bueno realizado.

La sonrisa de Izuku se ensancha. Nuevamente risas escandalosas inundan la habitación. Si antes le producía miedo aquello, ahora le hacía agitar su corazón.

El Izuku que lo tenía prisionero sólo aparecía cuando algo malo hacía. Su profesor favorito era el que le hacía el amor todas las noches.

Nuevamente se abre paso en su cavidad siendo un poco más duro que la primera vez. Gogo muerde las sábanas sin poder evitarlo. Gime en tonos agudos. El pene de Izuku sale de su interior repetidas veces para luego ingresar de golpe en su interior. Duele, vaya que sí pero es soportable, todo por estar así con su profesor favorito aun si era un secuestrador, violador y asesino.

Porque Izuku Midoriya seguía siendo su profesor aún si le quemara el rostro con el cigarro. Aún si le hace cortadas en los brazos por portarse mal. Aún si le amenaza de abrirle el canal con las tijeras o con el florero. Aún si lo golpea hasta cansarse por sus arranques de mal humor. Aún si le viola cuando desee. Aún si le hace consumir cosas asquerosas con tal de verle sufrir. Aún si le trata de introducir objetos extraños en su entrada. Aún si le asfixia con ayuda de cuerdas o con sus propias manos. Aún si le escupe o le mea burlandose de él. Aún si le hace humillarse cada que quiere. Aún si le hace llorar. Aún si toma su cinturon y le golpea con la hebilla en el rostro. Aún si juega con el tenedor paseando cerca de sus ojos, atentando con introducirlo. Aún si juega con las pinzas y atenta con quitarle un pezón. Aún si toma los clavos y los ubica entre el dedo y la uña, divirtiéndose por su cara de miedo por ello.

Aún a pesar de todo... Sigue siendo su querido y amado profesor.

Con ello en la mente, logra llegar al orgasmo siendo seguido por Izuku quien le llena el culo de su esencia. Su amo se deja caer en la cama encima de él, sacando su miembro del interior de su entrada. Reparte besos en su espalda que hacen suspirar a Gogo.

— Esta noche traeré a tu nuevo compañero... —vuelve a darle un beso en el hombro. Gogo levanta la cabeza, confundido.— Tranquilo... Tú seguirás abajo así que casi no lo verás. Él estará arriba por ahora hasta que pueda pasar tus cosas allá, ¿entiendes? —Gogo asiente con la cabeza.— Será divertido. Pronto estaré divirtiendome con mis dos mascotas. Aunque claro, antes deberé estrenarla. —ríe. Gogo siente el miembro de Izuku volver a levantarse contra su trasero. Otra vez.

Y le siente hundirse en él, siendo un poco brusco. Gogo se muerde la muñeca para evitar gemir con fuerza.

Lástima. Su querido mejor amigo se lo había estrenado antes.

No recuerdo haber hecho una declaración por aquí, pero este fanfic se encuentra en Wattpad, Ao3 y Amor-Yaoi, siendo la versión de aquí a "original", la de la app naranja cuenta con un único episodio y las otras dos plataformas están bajo dos puntos de vista diferentes.