Bloody Eyes

Capítulo dieciocho: Ya no

A la mañana siguiente, Senku y Kohaku no dijeron mucho.

Ella aprovechó a abrazarlo todo el camino de su casa a los campos de flores que rodeaban la aldea, y él no se quejó cuando incluso al llegar ella no se apartó por varios minutos de él, manteniéndose con sus brazos rodeándolo y el rostro enterrado en su pecho.

Finalmente, Kohaku suspiró temblorosamente y se apartó de Senku, retrocediendo un paso mientras abrazaba la bolsa con las medicinas para Ruri y otro par de cosas que Senku le dio para situaciones de emergencia.

—Entonces… ¿esto es todo? ¿Ya no volveremos a vernos nunca? —preguntó en un susurro.

—Me lo prometiste, Kohaku… Te di las medicinas que salvarán a tu hermana, y a cambio no volverás a salir de la aldea, ni tú ni Chrome ni nadie.

Ella bajó la mirada, con los ojos fuertemente cerrados, antes de asentir.

—Muy bien, no me retractaré de mi palabra, pero… si alguna vez quieres volver a verme o…

—Eso no pasará —afirmó él con frialdad, y ella solo pudo bajar la mirada—. No quiero involucrarme más con ningún humano, seguiré protegiéndolos y espero que ya no me causen problemas por los siguientes milenios. —Apartó la mirada.

Ella tomó aire, antes de sonreír tristemente.

Sabía que, incluso aunque él dijera eso, en el fondo esto algo debía dolerle…

Había estado solo mucho tiempo…

Sin poder controlarse, avanzó un par de pasos, tomó su rostro entre sus manos y lo besó.

Creyó que él no aceptaría el beso, o que se apartaría rápido, por lo que se sorprendió de sobremanera cuando la tomó de la cintura y la presionó contra su cuerpo para besarla con más ahínco, como si no quisiera dejarla ir, llenándole los ojos de lágrimas porque quería más que nada quedarse con él y aliviar su soledad, pero tenían un trato.

Ella había dicho que si salvaba a su hermana ya no lo molestaría, y debía a cumplir.

No iba a romper una promesa hecha en el nombre de la salud de Ruri, por más que sintiera que Senku mismo en el fondo no quería realmente respetar el trato, él había cumplido su parte y Kohaku respetaría su decisión de mantenerse lejos de ella.

Tardaron un largo, largo, largo rato en separarse, pero eventualmente lo hicieron, y se quedaron mirando fijamente, antes de que Senku le diera la espalda.

—Fue agradable conocerte… Espero que tu hermana viva… y que tú también llegues a vivir una vida larga… Adiós, Kohaku.

Y con eso, en un parpadeo, él desapareció.

—Adiós… —Un par de lágrimas se le escaparon.

¿Realmente esa fue la última vez en su vida que lo vería?

¿Iba a envejecer y morir… y él seguiría allí, solo?...

Tristemente, no podía hacer nada al respecto, porque la decisión era de Senku, y él escogió la soledad.

.

Los días pasaron.

Ruri comenzó a tomar la medicina y al principio se sintió peor, pero Senku les había advertido sobre eso, así que Kohaku confió en él y le pidió a Ruri continuar tomando los medicamentos, y al cabo de un par de semanas vieron una mejora notoria en ella.

Se había recuperado por completo. En serio, en serio logró sanarse… Todo gracias a Senku.

Cuando comenzaron a ver los primeros signos de recuperación, Ruri y Kohaku armaron un plan para dejar a Chrome como el que realmente logró sanarla, con Ruri tomando unos tés desconocidos para la aldea (que Chrome había creado años atrás) frente a su padre y Turquoise, que sospecharon y le hicieron preguntas que Ruri evitaba y Kohaku teniendo que intervenir para que la dejaran tomar los tés.

Chrome mismo no estaba del todo contento con el plan, pero accedió a seguir el juego a cambio de que le dijeran la verdad sobre todo, y él por un momento estuvo de terco queriendo conocer a Senku y preguntarle mil cosas, pero luego supo del trato.

Senku había salvado a Ruri con la condición de que no salieran de la aldea, y Chrome no era tan malagradecido de la vida de la mujer que amaba como para no respetar eso.

Al final, exitosamente lograron hacer creer que la recuperación fue gracias a Chrome, y Kokuyo no tuvo más opción que mostrarse agradecido frente a él.

—Entonces… ¿crees que es posible dejar que Chrome y Ruri se casen? —preguntó Kohaku a su padre una vez estuvieron solos padre e hijas, haciendo a Ruri sonrojarse.

—Kohaku, no es que no valoré lo que Chrome ha hecho, pero la tradición es que la sacerdotisa se case a través de la gran batalla, con el hombre más fuerte. No hay forma de romper esa tradición, si Chrome quiere casarse con Ruri, debe pelear y ganar por ella.

Ruri se puso visiblemente triste al oírlo y su padre rápidamente la consoló, pero sin ceder en que Chrome necesitaba ganar la gran batalla para casarse con ella.

Kohaku bajó la mirada, apretando los puños.

Era tan injusto… Ruri ahora estaba sana, pero aun así no tenía una oportunidad de vivir la vida que ella quisiera… era como Kohaku, que finalmente se había sentido amada por Senku, justo cuando él logró hallar la forma de sacarla de su inmortal y solitaria vida.

Ahora los dos serían solitarios… ¿y se suponía que Kohaku ni siquiera podría ver a Ruri feliz con Chrome?

Abrió mucho los ojos, jadeando de repente.

—¿Y… si Ruri renuncia a ser la sacerdotisa?...

—¿Qué dices? —Su padre la miró ceñudo.

—¿Y… si yo tomo su lugar?

—Kohaku… —Ruri la miró boquiabierta.

—Nunca has querido ser la sacerdotisa, incluso en el momento en el que más necesite que lo fueras, y ¿ahora que Ruri está bien quieres serlo? —Su padre cruzó los brazos.

—Si ella no es la sacerdotisa, entonces puede casarse con quien quiera, mientras tú lo apruebes ¿no? —Alzó la barbilla—. Y si me dejas ser la sacerdotisa, yo me casaré con el ganador de la Gran Batalla, sin protestar, sin pelear, honraré la tradición.

—Pero…

—Me sé la historia cien, y varias otras historias, puedo aprender el resto —afirmó, casi desesperadamente—. Soy hija del jefe también, y otras sacerdotisas hermanas mayores han cedido el puesto a las hermanas menores, nuestra abuela fue hermana menor, es algo que se puede hacer.

Kokuyo pareció quedarse sin palabras.

—No permitiré eso. —Ruri la miró muy seriamente—. Sé que en el fondo no quieres hacerlo, sé que… —Se calló, mirando a su padre de reojo—. Kohaku, tú eres una guerrera, estar encerrada aquí aprendiendo y contando historias no es lo tuyo…

—Tú estuviste encerrada aquí toda tu vida, pero ahora estás bien y es momento de que vivas y de que te cases con quien realmente amas, yo no tengo a nadie que ame, no tengo a… —También se calló—. Ruri-nee, solo quiero que tú seas feliz. ¿No puedes dejarme hacer esto por ti? —Miró a su padre—. Por favor, papá, ella merece estar con quien ama.

Kokuyo bajó la mirada.

—Ya que es la vida de Ruri… y como quiero que tenga una vida larga y feliz —La miró amorosamente— dejaré que sea la decisión de Ruri… Así que, Kohaku, si de verdad quieres hacer esto, tendrás que convencer a tu hermana, no a mí.

Dicho eso, su padre las abrazó a ambas, antes de retirarse a la celebración que estaban dando fuera entre todos los aldeanos.

Las hermanas se quedaron solas, y Ruri miró tristemente a Kohaku.

—Hablas de mi felicidad, pero ¿qué hay de la tuya? Amas a Senku y sé que él también te…

—Ruri-nee… Sabes que no volveré a verlo. —Sonrió, con lágrimas en los ojos—. Voy a estar sola toda mi vida pensando en él y luego moriré y él seguirá vivo y solo… No puedo aliviar su soledad, no me deja… Ja, los dos estaremos solos, pero yo solo lo sufriré los cincuenta años que me quedan de vida, y él solo me añadirá a la lista de personas que perdió… Si tengo que estar sola y pensando en él, al menos podría soportar un matrimonio infeliz para que tú seas feliz… Es lo mismo, de todos modos no puedo estar con quien quiero…

—Pero… —Sus ojos también se aguaron—. ¿No hay alguna forma de que…?

—Hicimos un trato por tu vida, por tu salud, no romperé eso —la interrumpió, negando con la cabeza—. Y por favor, no me rompas más el corazón teniendo que verte sufrir, dame al menos una alegría en la vida y sé feliz con Chrome, por favor…

—¿Y entonces qué? ¿Te casarás con Magma? —La miró horrorizada—. Te odia, y sé que lo odias también y no me quiero ni imaginar cómo será tu vida con alguien como él…

—Estoy dispuesta a soportarlo.

—No, yo no lo aceptó. —Le dio la espalda, mirando a una ventana.

Kohaku intentó razonar con Ruri, pero ella no la escuchó en lo absoluto.

Resignada, salió a vagar por fuera de la torre de la sacerdotisa, viendo la fiesta que se celebraba en la isla principal con todos los aldeanos y… gracias a su vista prodigiosa, viendo a Kinro y Ginro resguardando el puente, Ginro queriendo escapar y siendo reprendido por su hermano.

Amplió los ojos, volviendo rápidamente con Ruri.

—Ruri-nee, tengo una idea… ¿Qué tal si me casará con Kinro o Ginro, en vez de Magma? ¿Lo aceptarías? —La miró seriamente.

—¿Kinro o Ginro?... Claro, son mejores opciones, pero… nunca podrían ganarle ¿o sí?

—Bueno, tal vez Ginro no, y tal vez sea lo mejor, es escoria, pero Kinro tiene posibilidades, y sería un buen jefe, ¿n-no lo crees? —La miró esperanzada de que aceptara.

—¿Y él aceptaría? No estoy segura de esto, Kohaku…

—Somos amigos, y es un hombre noble, estoy segura de que entenderá, y yo le ofreceré entrenamiento y haré todo lo posible por ayudarlo a cuidar de los aldeanos, es un buen plan, Ruri-nee, por favor. —La miró suplicante—. Además, aún no he cumplido dieciocho años, así que papá tendrá que retrasar el torneo para la primavera luego de que cumpla los dieciocho, tengo mucho tiempo para entrenarlo. ¡Por favor!

Cuando dijo eso, Ruri finalmente pareció convencerse aunque sea ligeramente, mirando pensativamente por la ventana.

—Está bien… Dejaré que te conviertas en la sacerdotisa… Para que te cases con Kinro. —Eso último lo dijo con voz más alta de lo normal, sobresaltando un poco a Kohaku—. ¿Quién sabe? ¡Quizás te enamores de Kinro eventualmente! —ahora casi gritó, acercándose más a la ventana—. ¡Quizás te olvides de Senku!

—¿Por qué hablas tan alto? Estoy justo aquí. —La miró confundida.

—Oh, por nada. —Ruri sonrió inocentemente, palmeando sus manos—. Bien, ya que serás la siguiente sacerdotisa, es hora de que empecemos a repasar las cien historias.

—Oww, ¿ahora? —Se aburrió de solo pensarlo.

—Tú quisiste esto, y te espera mucho trabajo en memorizar todo… ¡para los hijos que tendrás con Kinro! —volvió a gritarle a la ventana, antes de sentarse en el suelo y palmear a su costado para que se sentara con ella.

Kohaku se sentó a su lado con desgano, pero también determinada a tomar el puesto de sacerdotisa para que Ruri pudiera casarse libremente con quien ella amaba.

.

En el techo de la choza, Senku aún crujía los dientes.

Maldita sea, no debería haber ido allí, no debería haber regresado a la aldea en lo absoluto, no había vampiros cerca, pero aun así allí iba como en las últimas semanas a ver qué hacía Kohaku, comprobar si su hermana realmente se había salvado y si estaban bien o necesitaban algo…

Ahora Ruri estaba oficialmente sana, y aparentemente se casaría con quien ella quería… y Kohaku aparentemente iba a tomar el puesto de sacerdotisa y sacrificarse casándose con ese tal Kinro…

Kinro…

Por supuesto, Senku lo conocía, conocía a todos los aldeanos, y Kinro era… realmente un buen tipo.

Pero no lo suficientemente bueno para su Kohaku…

"¡Agh! ¿Y a mí qué demonios me importa? Terminé todo con Kohaku, ella debe hacer su vida humana mortal como sea que quiera. No es mía, ya no".

Ya no volverían a verse, o ella no volvería a verlo, por lo menos. Y él no volvería a hablarle, no volvería a tocarla… no volvería a beber su sangre, a olerla, a saborearla… a besarla ni a poseerla… Todo se acabó, para siempre.

Ella moriría pronto, tal como dijo, y él ya se había hundido tanto hasta el cuello en sentimientos por ella que seguramente la lloraría unos diez mil años… o por la eternidad, todo por haberla conocido solo un par de miserables años…

Pero era mejor alejarse de ella ahora, seguramente solo le dolería más si insistía en seguir interfiriendo en su vida humana…

Estaba bien si quería casarse, si se enamoraba de otro humano y lo olvidaba…

—Sí… está bien… —susurró, mirando a las estrellas.

Y, sin embargo, sus puños se apretaron tanto que la sangre le corrió por las palmas, y sus dientes siguieron crujiendo con fuerza.

"Ella ya no es mía… Ya no".

Continuará...

Holaaaa :D

Gracias a mi querida Anahy por patrocinar este cap! Todas las gracias a ella :'D

Espero q les haya gustado :'3

Y disculpen por el hiatus taaaan largo x'D

Recuerden también que me pueden mostrar interés en los fics q quieren q actualice más seguido comentando QwQ

O pagando, esa siempre es una opción XD Les hago una oferta dos por una (referencia fic viejo lol)

La oferta es en serio, eh ;D

Bueno, este fic de hecho no está tan cerca de terminar, así que si les sigue gustando espero actualizar pronto :')

Me despido!

CELESTE kaomy fueraaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!